la serpiente peluda - ana alvarez

7/24/2019 La Serpiente Peluda - Ana Alvarez

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LA SERPIENTE PELUDA

Ana lvarez


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1. edicin: noviembre, 2015

2015 by Ana lvarez Ediciones B, S. A., 2015Consell de Cent, 425-427 - 08009 Barcelona (Espaa)www.edicionesb.com

ISBN DIGITAL: 978-84-9069-213-4

Maquetacin ebook: Caurina.com

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obra por cualquier medio o procedimiento, comprendidos la reprografay el tratamiento informtico, as como la distribucin de ejemplaresmediante alquiler o prstamo pblicos.
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Para todas aquellas personas que han hecho posible que hoy est a punto de publicar mi tercera novela: quien siempre crey en m, quien me

meti en el cuerpo el gusanillo de publicar y me anim a mandarla,quienes me dieron la oportunidad, me apoyaron y me respaldaron en todo

momento, y finalmente quienes ren, lloran y se emocionan con mishistorias.


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Contenido

Portadilla Crditos Dedicatoria

Prlogo Captulo 1

Captulo 2 Captulo 3 Captulo 4 Captulo 5 Captulo 6 Captulo 7 Captulo 8

Captulo 9 Captulo 10 Captulo 11 Captulo 12 Captulo 13 Captulo 14 Captulo 15 Captulo 16 Captulo 17 Captulo 18 Captulo 19 Captulo 20


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Captulo 21 Eplogo Nota de autora


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Prlogo

Junio 2001La habitacin casi en penumbra apenas dejaba adivinar las dos siluetas

tendidas en la cama, sobre la arrugada colcha de colores.La tarde se haba ido convirtiendo en noche y ambas amigas saban que

las horas que faltaban para la despedida se estaban agotando rpidamente.Eva no poda evitar las lgrimas mientras escuchaba en el viejo equipo

de msica, que su hermano le haba pasado despus de sustituirlo por unonuevo, los discos de moda, los favor itos de todas las adolescentes de treceaos de cualquier generacin, que hablaban de amores imposibles,separaciones, distancia y amistad.

As se senta ella, desgarrada y llorosa. Leticia, su amiga desde los seisaos iba a marcharse al da siguiente a Zaragoza, donde haban destinadoa su padre, militar de carrera. Toda la familia se trasladara y ella temaque jams volvera a ver a su amiga, por mucho que esta jurase locontrario.

Eva haba conocido a Leticia en primero, en el patio del colegio, recinllegada a Granada, sin amigos y con un aspecto fsico poco agraciado,algo que no haba mejorado con los aos, sino al contrario.

Leticia se haba cado en un charco del patio y a su alrededor searremolinaba un gran grupo de chicos, burlndose de ella.

Eva, una chica rubia, guapa y con un buen corazn heredado de sumadre, se haba aventurado en el charco con su uniforme azul marino ysus botas de agua, y le haba tendido la mano para ayudarla a salir. Y aquelapretn de manos haba sellado una amistad firme e incondicional quehaba durado siete aos.

Se haban hecho inseparables. Juntas haban caminado por la infancia yestaban entrando en la adolescencia y, con los aos, Eva habacomprendido que aquella nia dbil, de quien todos se burlaban, era enrealidad la ms fuerte de aquella amistad. Tambin pudo comprobar queaquella cada en el charco solo haba sido la primera de las muchasocasiones en que ella haba tenido que recogerla del suelo.


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Leticia era torpe y despistada, muy propensa a los accidentes y a todotipo de situaciones embarazosas que la hacan quedar en ridculo, y Evatena que estar sacndola de apuros constantemente. A veces llegaba apensar que era la que ms sufra por aquellas situaciones. Leticia selevantaba, ergua la cabeza y segua adelante sin que al parecer leimportara ni el ridculo ni las burlas. En el instituto la llamaban laSerpiente peluda. Serpiente porque pasaba ms tiempo en el suelo queen pie y peluda porque su padre, un anticuado y rgido militar, no lepermita depilarse, y el pelo negro y la piel morena la hacan padecer deuna considerable cantidad de vello corporal que no siempre conseguaocultar. Cuando poda usaba pantalones para que no se vieran sus piernasde futbolista, como deca ella burlndose de s misma. Ms difcil leresultaba esconder el vello de los brazos y de las axilas en las clases degimnasia cuando tenan que cambiarse en el vestuario, y sobre todo el finobigote negro que poblaba su labio superior y las espesas cejas que daban asu cara morena y traviesa un aire duro.

Oliver, el hermano de Eva, un joven adolescente de diecisiete aos,estpido como solo puede serlo un chico de esa edad, resultn y mimadopor las nias, le haba preguntado si era verdad lo que se deca en elcolegio, que Leticia no se depilaba los sobacos.

l era uno ms de los que se burlaban de su amiga, que a su aspectofsico poco agraciado y a su torpeza, tena que aadir un corrector dentalque llevaba sin demasiados complejos, como todo lo dems.

Eva mand al diablo a su hermano dicindole que era un gilipollas yque si Leticia no se depilaba era porque su padre no la dejaba, no porqueella no quisiera. l aadi cruel, que aunque lo hiciera eso no la volverams bonita, que despus de todo, el pelo le tapaba la fealdad. Eva le tir asu hermano lo primero que pill a mano, especialmente dolida porquesaba que Leticia estaba colada por aquel capullo desde haca aos.

Oliver era su dolo, el amor imposible y romntico de sus once, doce ytrece aos. Eva se enfadaba con su amiga porque siempre lo defendahiciera lo que hiciera. Por mucho que se burlara de ella, sola decir:

Es normal que se burle, ahora soy muy fea. Pero cuando sea mayor yme ponga guapsima se enamorar de m y me pedir perdn, ya lo vers.

Eva no se senta con el valor suficiente para decirle a su amiga quequiz de mayor su aspecto no fuera tan despampanante como ella pensaba.


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Saba que de todas formas nada la convencera de que su aspecto no iba acambiar drsticamente cuando creciera. Leticia era tozuda y nada ni nadiela haca cambiar de opinin sobre nada. Tambin era insistente yperseverante y consegua todo lo que se propona, aunque solo fueraporque poca gente poda aguantar el latazo que daba. Al nico que noconsegua convencer era a su padre, igual de tozudo que ella.

Mientras todas estas imgenes cruzaban por su cabeza, Eva senta laslgrimas de tristeza rodar por su cara. Aquella tarde era su despedida.Leticia se marchara al da siguiente y ella tena la espantosa sensacin deque jams volveran a verse. Senta el apretn clido de la mano de suamiga dndole nimos.

No llores, Eva.Su voz sonaba firme y confortadora. Como siempre, ella era la ms

fuerte de las dos a pesar de ser la que tena que marcharse y desarraigarsede su entorno.

Esto no es una despedida, volveremos a vernos. Cundo? En vacaciones. Tu padre no te dejar venir a verme. No, pero yo convencer a tu madre para que te deje ir a ti a Zaragoza.Eva sonri. Si Leticia lo deca, sera as. Y nos escribiremos todas las semanas. S. Y adems te prometo que algn da, cuando sea mayor, guapa e

independiente, viviremos juntas como siempre hemos planeado. No ser as dijo abatida. Te olvidars de estos planes,

organizars tu vida en Zaragoza y ya no querrs venir a vivir conmigo, nivolver a Granada.

Claro que volver a Granada! Nunca te podrs librar de m. Y sabespor qu?

Por qu? Porque voy a casarme con tu hermano.Eva sonri entre lgrimas. Su amiga haba dicho aquello firmemente

convencida, pero ella dudaba de que Leticia consiguiera eso. Trat dedisuadirla.


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No comprendo por qu te gusta Oliver, si es el to ms antiptico yborde del mundo! Y tiene toda la cara llena de granos.

Eso se le pasar, como a m me quitarn el aparato de los dientes.Entonces mi mandbula se pondr preciosa. Me lo ha dicho el dentista.

Mi hermano siempre se est metiendo contigo. Es normal ahora soy fea y torpe. Cuando vuelva convertida en

una chica guapsima se enamorar de m. Entonces yo podr mirarle a losojos y ya no me pondr nerviosa ni me caer cuando me mire. Ahora,cuando lo hace, mis rodillas se aflojan, me vuelvo torpe y acabo en elsuelo.

Leti te caes tambin cuando Oliver no te mira cuando ni siquieraest delante.

Ya lo s; tambin superar eso. Cuando vuelva a verle ya no mecaer, y podr mirarle a los ojos y decirle que es el amor de mi vida y quequiero tener diez hijos.

Diez? S, diez. Esto de ser hija nica es una lata. Tener un hermano tambin lo es No te digo nueve! No podr a

sopor tar a nueve como Oliver.Leticia ignor el comentario de su amiga y sigui hablando: Y entonces le confesar Que le quieres, ya lo has dicho. Y algo ms Qu? No s si decr telo, te vas a enfadar conmigo. Hoy nada puede hacer que me enfade contigo. Prometes que me guardars el secreto y no se lo dirs a nadie? Lo prometo. Y que no me echars un sermn ni me obligars a hacer nada que yo

no quiera? Que s! Venga dilo ya! Me tienes en ascuas. Tu hermano No ha perdido nada de ropa en los ltimos meses? Algo de ropa? Caramba, s! Hay una camiseta de baloncesto que no

encuentra. Hace algo ms de un mes mont una bulla espantosaacusndonos a todos de habrsela quitado y perdido. Pero supongo que ya


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debe de haberla encontrado porque dej de dar la lata. No ha podido encontrar la la tengo yo.Los ojos de Eva se agrandaron en la oscuridad.

T? Cmo que la tienes t? Hice algo espantoso, lo s. Yo la cog de encima de su cama. Unatarde, cuando me marchaba a casa la puerta de su habitacin estaba abiertay la camiseta que acababa de quitarse estaba tirada sobre la cama, arrugaday sucia. Con su olor Entr solo para tocarla, para tocar algo que lhubiera llevado puesto, y de pronto, antes de que me diera cuenta la habacogido y guardado en mi mochila. Me dije que solo para tenerla unanoche, para dormir con ella puesta. Que la devolvera al da siguientepero no fui capaz. Y menos cuando supe que tendra que marcharme lejos

de Granada. Comprndelo, es lo nico suyo que tengo, que tendr enmucho tiempo.Y que tendrs jams!, pens Eva, pero no fue capaz de decrselo a su

amiga. No me delates, por favor. No me hagas devolverla. Claro que no. Se lo merece, por capullo. Pero espero que al menos la

hayas lavado. S, claro. La aguant dos o tres das, pero luego tuve que lavar la. Se

ha convertido en mi pijama favorito.

Las sombras se instalaron en la habitacin y el silencio se hizo espeso,terrible, apurando los ltimos minutos que les quedaban de estar juntas enmucho tiempo. Despus, cuando ya fue hora de marcharse, Leticia selevant como cualquier otra tarde y sin permitir que su amiga laacompaase a la puerta se march como siempre, como si fuera una dams, sin despedirse de los padres de Eva ni de Oliver. Como si no fuera atardar muchos aos en volver.


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Captulo 1

Siete aos despus.El asa de plstico de la bolsa se le clavaba a Leticia en las manos

mientras suba deprisa las escaleras que llevaban hacia su futura casa. Porfin, uno de sus sueos de nia iba a convertirse en realidad. Por fin, Eva yella iban a compartir piso.

La ltima tarde que estuvieron juntas, Leticia haba prometido a suamiga que algn da compartiran piso y no haba parado hastaconseguirlo. Al fin iba a tener una casa y a echar races en algn sitio.

En sus veinte aos de vida se haba visto obligada a cambiar de ciudad,de casa y de amistades una y otra vez, debido a la carrera de su padre. AZaragoza, donde vivieron dos aos y medio, sigui Gerona y en laactualidad estaban preparando un traslado a la capital. Pero por fortuna,ella ya no ira con ellos. Por fin iba a verse libre de eso. Regresara aGranada, una de las ciudades donde ms le haba gustado vivir, y sequedara all para siempre. Con Eva, su amiga incondicional de toda lavida.

Leticia era muy tozuda, en eso no haba cambiado, aunque s en otrasmuchas cosas, y todos los esfuerzos y decisiones de su vida haban idoencaminados a vivir en Granada y olvidarse de cambiar de residencia unay otra vez.

La amistad entre las dos nias haba continuado en la distancia. Sehaban escrito y llamado por telfono, y Eva haba ido a visitarla en todaslas ocasiones posibles, all donde estuviera. Ella no haba vuelto a Ganadaen siete aos.

Haba terminado el bachillerato con excelentes calificaciones en lasasignaturas de ciencias y apenas simples aprobados en las dems, y habapreparado rpidamente unas oposiciones a la Diputacin de Granada quele permitieran mantenerse. Por supuesto, como todo lo que se le meta enla cabeza, las haba aprobado sin ninguna dificultad.

Eva, un ao mayor, haba terminado magisterio y encontrado plaza enel colegio privado donde ambas realizaron sus estudios de primaria y


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donde se haban conocido. En este momento, haban alquilado un piso enla ciudad para vivir juntas. Leticia, adems, iba a matricularse en lafacultad de matemticas para estudiar, tranquilamente y sin prisas, estacarrera. Una pasin que su familia no entenda.

Todo el mundo le preguntaba que para qu servan las matemticas.Nadie comprenda su pasin por los nmeros ni por el clculo. Pero ahoraera independiente, no tena que darle explicaciones a nadie.

Haba llegado a Granada tres das antes y se haba instaladoprovisionalmente en casa de la madre de Eva, mientras terminaban dearreglar el piso que su amiga haba alquilado para las dos.

Haca dos das que estaba trabajando y el piso an estaba vaco enespera de una buena limpieza, y de que ambas amigas eligieran unoscuantos muebles para poder instalarse.

Aquel medioda, despus de salir del trabajo y comer algo, se decidi acomenzar ella misma con la tarea, en vista de que Eva tena clase. Comprabundante material de limpieza en el supermercado cercano y se propusodarle la sorpresa de que el piso estuviera reluciente cuando la vieraaquella noche.

Cuando suba los dos pisos de escaleras, el dolor de las palmas de lasmanos era casi insoportable. Solt las bolsas en el suelo y rebusc en elbolsillo de los vaqueros viejos y gastados las llaves para abrir la puerta.

Ella no haba visto el piso, solo saba de l lo que su amiga le habacontado. Abri la puerta y entr en un corredor largo lleno de puertas aambos lados. Con el pie le dio un suave empujn a la de entrada, cerrandoa su espalda, y con la cadera izquierda empuj otra, la primera queencontr, imaginando que era la cocina. Se gir con el tiempo justo decomprobar que no era as, sino que se encontr dentro de un cuarto debao de azulejos blancos y grises. Lanz un grito al descubrir de espaldasa ella y de pie ante el inodoro, a un hombre alto y rubio vestidonicamente con unos vaqueros casi blancos de puro gastados y queobviamente estaba orinando.

Al sentir su grito, l se gir an con el pene en la mano. La bolsaresbal de los dedos de Leticia estrellndose contra el suelo. La botella deleja revent y salpic las piernas de ambos esparciendo el penetrante olora su alrededor.

Todo haba transcurrido en cuestin de segundos.


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Qu demonios! gru l. Qu hace usted aqu? pregunt ella tratando de apartar la mirada

de su mano y mirar le a la cara.

Al darse cuenta, el chico cerr rpidamente la cremallera de losvaqueros y por un largo momento se miraron uno al otro. Los ojos verdesde l echaban chispas y ella sinti golpearle el corazn con fuerza,mientras su cerebro trataba de asimilar la visin que estaba contemplando:los ojos verdes, el cabello rubio oscuro con mechas ms claras que le caasobre los hombros, la barba apenas incipiente.

Oliver? susurr.l frunci el ceo. Nos conocemos?

Soy la compaera de piso de Eva. S, ya lo supongo. Pero no tenemos el gusto de conocernospersonalmente.

S, claro que nos conocemos. Tu hermana no te ha dicho quin soy? Eva y yo no hablamos mucho. Solo s que iba a vivir con una amiga. Soy Leticia. No s si te acuerdas de m del colegio. Leticia? La serp? S, la Serpiente peluda dijo ella con la voz un poco tensa. Cre

que Eva te haba dicho que iba a vivir conmigo. No tena ni idea. Y disculpa, se me escap el mote que te decan en el

colegio. No te haba reconocido, ests muy cambiada. Bueno, ya no llevo el corrector en los dientes y he crecido algunos

centmetros tanto a lo largo como a lo ancho. S, ya lo veo dijo lanzndole una apreciativa mirada a la atractiva

figura enfundada en los vaqueros y camiseta de tirantes, detenindose unpoco ms de la cuenta en los pechos llenos y firmes.

Tu pelo tambin est diferente.

Tinte dijo tocndose los mechones rojizos que le caan sobre lafrente. El color de mi tono original no me favorece demasiado.El anlisis mutuo al que se estaban sometiendo uno al otro distrajo a

Leticia de la bolsa que se haba estrellado contra el suelo y solo cuandonot empaparse la suela de sus zapatillas de lona baj la mirada.

La leja se desparramaba por el suelo a sus pies y el bajo de los


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pantalones de ambos presentaban salpicaduras blancas y el color comido.Sus zapatillas de lona, adems, estaban completamente arruinadas, al igualque los viejos zapatos de deporte de Oliver. l sigui la mirada de Leticia,y exclam:

Mierda! No me digas que era leja lo que tenas en la bolsa!Leticia se encogi de hombros. Pensaba desinfectar a fondo la cocina y el bao mientras tu hermana

trabaja. Queremos mudarnos lo ms pronto posible y Eva no me dijo quet estaras aqu.

La persiana del saln no funciona bien y me pidi que le echara unvistazo. Probablemente se habr olvidado; ya sabes lo despistada que es.

En realidad yo tampoco le he dicho que iba a venir hoy. Se me

ocurri de repente dijo mirando apenada la ropa de Oliver. Siento lode tu ropa. Por supuesto te la pagar, si puedes esperar a que cobre miprimer sueldo. Acabo de empezar a trabajar hace dos das y los ahorrillosque traa los necesitamos para los muebles.

Oliver se encogi de hombros, con el ceo ligeramente fruncido. Son viejos; solo los uso para trabajar. En la obra.l frunci el ceo ms an. Sabes dnde trabajo? Eva y yo somos amigas desde hace mucho tiempo. S todo sobre ti y

sobre tu familia. Somos muy charlatanas las dos. S, lo recuerdo. Volvais loco a todo el mundo con vuestra chchara.Leticia no quiso decirle que ella le preguntaba por l en todas sus cartas

y le exiga a su amiga que le contara con detalle todo lo que se refiriese ala vida de su hermano. Saba que era aparejador y que tena su propia ymodesta constructora y una cuadrilla de albailes trabajando para l.Tambin saba que era un trabajador incansable y que la musculatura quehaba podido observar, as como el bronceado, era de trabajar duro juntoa sus hombres y no del gimnasio ni de la piscina.

Leticia no poda apartar los ojos de su pecho ni de sus hombrosdesnudos, y permaneca all como una tonta, hasta que l dijo, sintindosemolesto por el descarado examen de que era objeto:

Bueno Piensas recoger la leja del suelo o vas a esperar a que se


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coma el color de las losas? Porque este suelo no es muy bueno quedigamos Yo no me arriesgara.

S s, claro respondi apartando la vista y buscando una fregonacon los ojos.

Creo que est en la cocina. Qu? La fregona. Ah, s! La fregona.Se volvi para salir del bao con mucha rapidez, pero al llegar a la

puerta se volvi a preguntarle. Pensaba que esta era la cocina. Puedes decirme dnde est? No

quisiera encontrarme ms sorpresas. La puerta del frente, al fondo del pasillo. No creo que te encuentres

ms sorpresas, aqu no hay nadie ms que yo. Y te aseguro que cerrar pordentro la puerta la prxima vez que tenga que usar el bao.

Lo siento dijo sin poder evitar enrojecer un poco al recordar quel se haba vuelto a mirarla sin haberse abrochado los pantalones. Oliversolt una sonora carcajada y le dijo mirndola con sorna:

Si para ti no ha supuesto ningn trauma, para m tampoco. Pues claro que no ha supuesto ningn trauma. Qu te crees? Que

soy tonta? No eres el primero. Ah, no? Sueles sorprender a tos meando muy a menudo? No quera decir eso quise decir que no eres el primero que veo,

que he visto hombres desnudos antes. Perfecto. Me quitas un peso de encima respondi con un evidente

tono de guasa. No te burles, le puede pasar a cualquiera. La leja dijo cambiando de conversacin. S, claro.

Sali precipitadamente maldicindose para sus adentros. El amor de suadolescencia Tantos aos imaginando cmo sera volver a verle Ytena que pasarle esto!

Entr en la cocina estrecha y alargada y rebusc dentro de los muebleshasta que encontr lo que buscaba. Cogi el cubo y la fregona y se dir igide nuevo al cuarto de bao, dispuesta a remediar el desaguisado cuanto


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antes. Y esperando no tener ningn tropiezo ms. Cuando estaba nerviosase volva muy torpe, mucho ms de lo habitual y por aquella tarde yahaba tenido bastante.

Recogi el charco amarillento que se haba desparramado por el sueloy procedi a fregar el resto del cuarto de bao, incluidas las paredes, aconciencia. Mientras tanto, en el saln escuchaba trajinar a Oliver con lapersiana.

Un rato despus, l apareci de nuevo en la puerta del bao. Se habapuesto una camiseta gr is oscuro y le tenda un juego de llaves.

Ya he terminado. La persiana funciona a la perfeccin. Vas a ver aEva pronto?

S, claro, esta noche. Mientras nos mudamos me alojo en casa de tu

madre. Devulvele sus llaves entonces, yo no ir por all hasta el domingo. Ydile que la prxima vez que se las preste a alguien, te avise antes.

No volver a pasar, ya estoy prevenida. Bien. Si necesitis que os arregle alguna otra cosa, avisadme con

unos das de antelacin. Esta semana estar bastante ocupado. Gracias. No hay de qu.Se qued mirndolo, esperando que se marchase para continuar, pero l

segua de pie en la puerta del bao mirndola con el ceo fruncido. Leticia Qu? Si no cierras el gr ifo del lavabo va a rebosar dentro de un momento.Se volvi de inmediato. Apenas faltaba un centmetro para que el agua

resbalara por el borde exterior del lavabo. Gir con rapidez el grifo paracortar el agua.

Gracias por avisarme dijo sin volverse a mirarle y muy irritadaconsigo misma por la imagen que le estaba dando. La siguiente frase laenfad an ms.

Ests segura de que ests preparada para vivir sola? Por supuesto que estoy preparada para vivir sola. Pero adems eso no

va a ser as, voy a vivir con tu hermana. Tal para cual! A ver si voy a tener que venir todas las noches a dar


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una vuelta y comprobar el gas y los grifos!Se volvi furiosa. Mira, Oliver! Si se me ha pasado lo del grifo es porque t ests

ponindome nerviosa. Te pongo nerviosa? No no es eso. Pero llevas todo el rato rindote de m. Y lo que

ocurri antes no es para tanto. Son cosas que pasan. Si t lo dices Bueno, tengo que irme. Dales recuerdos a Eva y a mi

madre. De tu parte dijo deseando que se fuera de una vez antes de que

volviera a hacer otra estupidez.Cuando escuch la puerta cerrarse, se asom al pasillo para asegurarse

de que se haba marchado y se dej caer sobre el taburete que haba en elbao, cerrando los ojos. Dios, qu forma de cagarla! Tena que reconocerque se haba superado. Siete aos desde el da que se fue soando convolver a verle, preparndose para ese momento y ahora le pasaba esto. lhaba sido el chico de su adolescencia, por el que suspiraba cuando estabaen el colegio, con el que soaba despus cuando se fue y se encontr solay perdida, en una ciudad desconocida detrs de otra.

Cuando frente al espejo vea los cambios que experimentaba su cuerpo,imaginaba el reencuentro y la sorpresa de Oliver al ver lo transformada

que estaba. Y en su loca imaginacin de adolescente, l se enamorabaperdidamente de ella y vivan felices para siempre. Por supuesto ya no erauna adolescente y no consideraba a Oliver el hombre de su vida, pero suna asignatura pendiente que pensaba aprobar en algn momento. Llevabasiete aos preparndose para ello. Se haba dejado besar por chicosbabosos solo para aprender y sorprenderle, y a los diecisiete aos se habaacostado con el primero que se lo pidi, un chaval algunos aos mayorque ella, solo con el propsito de no ser virgen y torpe el da que seacostara con Oliver. Porque por encima de todo y de todos, incluido l

mismo, iba a acostarse con Oliver.Ya no era una cra, y no soaba con casarse con l ni con llevar unavida juntos. Para empezar, ahora no crea en el matrimonio. Pero l habasido el chico de su adolescencia y no iba a llegar a vieja con la espinaclavada de no haber tenido nada con l. Aunque solo fuera una noche. Yesa noche tena que ser perfecta. Para ella sera su primera vez. Lo de


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aquel estpido no contaba, no haba sentido nada ms que dolor, pero eseera un trmite que tena que cumplir para que luego con Oliver fueramaravilloso. Y si en algn momento de esos aos haba dudado de realizarsu sueo, ahora que haba vuelto a verle se haba afianzado an ms en suidea. Estaba tan guapo vestido nicamente con aquel pantaln casi blancode cintura baja No poda apartar de su mente aquellos pectorales y aquelvientre plano que muy pocos tos conseguan y, sobre todo, aquellos ojosverdes y chispeantes que se haban parado en sus pechos ms tiempo deldebido. S, l tena que ser el primer hombre que la hiciera disfrutar,estaba dispuesta a conseguirlo a toda costa.

Oliver Zamora tena que ser el primero para ella. El que se recuerdatoda la vida. A pesar de que ahora la considerase la misma patosa deantao, aunque sin corrector de dientes y con cuerpo de mujer.

Tena que quitarle esa imagen de la cabeza, tena que conseguir que sefijara en ella. Y este mal comienzo solo iba a poner las cosas un poco msdifciles, pero no marcara su relacin con l.

Animada con estos pensamientos, sinti reparado su orgullo y sedispuso a canalizar todas sus energas en dejar relucientes los azulejos delbao. Y sin poder evitar preguntarse por qu era tan inteligente, que lasmatemticas, esa terrible enemiga de la mayora de los estudiantes, leresultaban tan fciles. Adems, si haba aprobado unas oposicionessacando exactamente la plaza que quera entre varios miles de personas,por qu no consegua sobrevivir con dignidad a las pequeas cosas quela vida le pona por delante todos los das, como cerrar un grifo o llamara una puerta cerrada? O llenar un vaso sin derramar el contenido, una delas cosas ms difciles para ella en su rutina cotidiana.


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Captulo 2

Hasta veinte das despus el piso no estuvo listo para ser habitado.Ambas amigas haban pasado en l todos sus ratos libres pintando,limpiando y colocando muebles y cortinas.

La vivienda solo tena amueblada la cocina, y ellas lo haban preferidoas porque el alquiler era ms barato. Adems, en los pisos que habanvisto amueblados la decoracin era tan espantosa y los muebles tan viejosque ninguna de la dos se vea capaz de vivir all.

Despus de pintar y limpiar el piso haban ido a una tienda que vendamuebles econmicos desmontados. Haban comprado unas camas y unascajoneras para guardar ropa y algunas estanteras, y en lo que se habangastado ms era en los muebles del saln: un mullido sof de tres plazas yun mueble librera. Tambin haban adquirido una mesa, cuatro sillas y unmueblecito para el ordenador de Eva, que ambas iban a compartir demomento y que haban instalado en una pequea habitacin situada junto ala puerta de entrada.

Leticia haba comprado una cama de matrimonio, que casi ocupaba todala habitacin, pero cuando Eva le sugir i que escogiese otra ms pequea,

le dijo con picarda que su hermano era muy alto y no caba en cualquiercama. Todava ests con eso? se haba burlado su amiga. No me

estars diciendo que an quieres casarte con Oliver! Casarme no, pero tirrmelo...! Y ms an despus de ver lo bueno

que se ha puesto. Pues te advierto que vas a tener que ponerte a la cola, porque seguro

que hay ms de una con la misma idea que t. Y l que opina? pregunt Leticia. A algunas les hace caso y a otras no. No se tira a la primera que se le

pone por delante, creo. Pienso que escoge. Porque puede. S, claro que puede. Pero no quiere comprometerse ni dejarse

enganchar. Ama mucho su libertad y su independencia. Si quieres algo


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ms que un polvo lo vas a tener difcil. Me conformo con el polvo. Pero tu hermano es un amor de

adolescencia, una espinita clavada en mi pasado, y me la voy a sacar.

Ests muy segura. Me mir las tetas. Y? Los tos les miran las tetas a todas las mujeres que encuentran.

Las tuyas se han puesto geniales, ya las quisiera yo.Leticia sacudi la cabeza. l lo hizo de forma especial. Ooooh! dijo Eva poniendo los ojos en blanco y levantando las

manos al cielo. Dios mo, Leti, pareces una cra. Hablas igual quecuando tenas doce aos y te tirabas a sus pies para que te levantara.

No me tiraba, me caa. Me pona tan nerviosa cuando estaba cerca queme fallaban las rodillas y me iba al suelo. Pero eso ya pas. Ya no mepone nerviosa minti tratando de no recordar el da que se encontraronen el piso vaco.

Las amigas olvidaron la conversacin cuando se encontraron frente auna encantadora estantera que, por supuesto, aadieron al pedido.

El ansiado da de la mudanza lleg por fin. Los muebles, desmontados y

embalados, se encontraban ya en el piso en espera de su montaje ycolocacin. Solo faltaban sus ropas, perfectamente colocadas en cajas decartn que la madre de Eva les haba proporcionado,

Oliver le haba ofrecido a su hermana echarles una mano con losmuebles y haba puesto adems a disposicin de ambas el monovolumenconvertible en furgoneta que usaba para trabajar.

Desde muy temprano las dos amigas estaban esperndole con todas lascajas preparadas para cargarlas y trasladarse a su nueva casa.

A las nueve y media de la maana, puntual como haba prometido,

Oliver se present en la puerta.Leticia no le haba vuelto a ver desde el da que coincidieron en el piso,y todava no se haba acostumbrado a su nuevo aspecto. Si de adolescenteya era guapo, ahora, a sus veinticuatro aos resultaba tan atractivo quesenta que se le cortaba el aliento cada vez que le observaba, y tena quehacer grandes esfuerzos para no quedarse mirndolo embobada.


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Esa maana de octubre, l vesta un viejo pantaln de loneta arrugado,que indiscutiblemente haba conocido tiempos mejores, y una camiseta demanga larga blanca y azul, en el mismo lamentable estado. Al verle, sumadre le rega.

Pero hijo, qu pintas tienes! Es que no te planchas la ropa?l le gui un ojo. Solo la imprescindible. La plancha y yo no nos llevamos demasiado

bien.La mujer suspir. Esa mana de los jvenes de ahora de irse a vivir solos! Si

estuvieras aqu en casa, yo cuidara de ti como es debido. Seguro que nicomes.

Ah, eso s. Con el estmago no se juega. Eso espero. Y estas nias igual dijo sealando a Leticia y a Evaque ya se estaban dedicando a sacar cajas de su habitacin. Si no tienentiempo ni para respirar, cmo se las van a apaar con una casa?

Perfectamente, mam. Todo es cuestin de organizarse respondisu hija.

Bueno, espero que hagis como Oliver y vengis a comer losdomingos a casa. Me gusta reunir a la familia como mnimo una vez a lasemana, y as me aseguro de que al menos un da comis bien.

Oliver viene a comer los domingos? pregunt Leticia, que no lohaba visto nunca en las semanas que llevaba viviendo en casa deEsperanza.

S, siempre, pero se va pronto dijo Eva. Y t normalmenteduermes hasta media tarde. Siempre te saltas el almuerzo del domingo.

Bueno, a partir de ahora no lo har. Esperanza, te prometo que Eva yyo vendremos a comer todos los domingos. Para que te quedes tranquila.

Eva lanz una sonora carcajada. Por supuesto que vendremos. Faltara ms! Bueno, Eva apremi Oliver, no tengo todo el da. Vamos a ir

cargando las cosas en la furgoneta.Leticia arrastraba penosamente una caja llena de libros por el suelo del

saln. Oliver suspir y le agarr el brazo para que lo soltara. Anda, djame! dijo inclinndose y cargando la caja sin apenas


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esfuerzo. Pesa muchsimo. Ya lo estoy comprobando. Abre la puerta y el ascensor.

Se adelant corriendo para facilitarle la salida y cuando las puertasautomticas del ascensor se cerraron tras l, regres para coger otra cajamenos pesada y bajarla a continuacin.

Los tres iniciaron un desfile de subidas y bajadas hasta el monovolumenazul oscuro al que Oliver le haba quitado todos los asientos salvo losdelanteros.

Ya apenas quedaban tres o cuatro cajas no muy grandes. Leticia carguna de ellas, Oliver otra y coincidieron en el ascensor. La de Leticia eramuy voluminosa, aunque no muy pesada, y apenas tenan sitio en el

estrecho espacio cerrado. El trasero de Oliver se apretaba contra la caderade la chica en un esfuerzo por que cupiesen las cajas. Leticia se empez aponer nerviosa.

Por suerte, la etapa del instituto haba pasado. Sus rodillas ya noflojeaban y estaban ahora firmemente asentadas. Cuando el ascensor sedetuvo se gir para salir, pero choc contra l, que intent hacer lomismo.

Perdona. Te he hecho dao? No.

l sali primero y Leticia le sigui. Le vio colocar la caja en lafurgoneta y justo cuando se volva para coger la que ella le tenda, Leticiahizo un movimiento torpe, enganch el cartn en la puerta del vehculo yen cuestin de segundos la caja se desfond y el contenido de la misma sedesparram por el suelo. Quiso que se la tragara la tierra cuando vio elcolorido surtido de bragas esparcido a sus pies.

Se agach rpidamente sin querer mirar a Oliver a la cara. Si hubierapodido comerse los pequeos trozos de tela lo hubiera hecho gustosa.

Pero l fue ms rpido. Antes de que llegara al suelo le vio revolviendoel montn. Oliver levant ambas manos. En una tena un tanga negro deencaje, apenas un minsculo tringulo transparente unido a un delgadocordn y en la otra una amplia y cmoda braga blanca de algodn quesola usar cuando tena la regla para estar cmoda.

Trat de quitarle ambas prendas de un tirn, pero l se levant de unsalto y las sostuvo lejos de ella.


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No tan deprisa! Dame eso, Oliver. No tiene maldita la gracia. Solo si me contestas a una pregunta.

Qu pregunta? gru furiosa. Ambas son tuyas? No son mas, es que las vendo los domingos en el mercadillo, no te

ode!l gir las prendas para verlas bien. Dmelas ya de una vez! Hay ms en el suelo Por qu no te dedicas a recogerlas? Las est

viendo todo el vecindario. Mierda! dijo dndose cuenta de que lo que l deca era cier to,

aunque en realidad no le importaba que las vieran los vecinos, lo que lemolestaba era que las hubiera visto l. Si alguna vez tena que verlas debaser puestas y por supuesto, las negras. Jams las otras.

Se agach y recogi las prendas a puados y las ech en otra caja queabri apresuradamente. Cuando termin y se volvi a mirar a Oliver, lsegua dndole vueltas a la braga blanca en la mano.

Cmo se os ocurre a las tas poneros una cosa tan antiertica comoesto?

Tendras que ser mujer para entenderlo dijo enfurecida. Yadems, vosotros no podis hablar. Algunos os ponis unos horrorososcalzoncillos de tela con elstico y botoncitos. Eso s que es antiertico. Alas mujeres se nos caen dos lgrimas cuando os vemos con eso.

Yo no uso ese tipo de calzoncillos. Yo tampoco me pongo eso todos los das. Solo cuando quiero estar

cmoda, y por supuesto jams cuando voy a salir con un chico.Oliver haba dejado de mirar las bragas y tena clavados en ella sus

chispeantes ojos verdes, que le sonrean burlones.

De modo que t eres el doctor Jekyll y mister Hyde. dijo mientrasbalanceaba suavemente entre dos dedos el tanga negro ante la cara deLeticia. Ella aprovech y dando un fuerte tirn le quit ambas prendas delas manos y se las guard en el bolsillo de los vaqueros. Eva sala en aquelmomento y advirti la risa de su hermano y la tensin en Leticia.

Qu pasa? pregunt mirando a ambos.


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A m no me mires. Tu amiga acaba de mostrar su ropa interior a todoel vecindario.

Leticia apret los labios y lo mir furiosa. Oliver se perdi de nuevotras la puerta para ir a coger la ltima de las cajas que quedaban en el piso.

Qu ha pasado?Leticia miraba el portal vaco y sacudi la cabeza con pesar. Por Dios! Siete aos esperando que se volviera a cruzar en mi

camino y la primera vez que le veo le pillo meando con el pito en la manoy la segunda le enseo todas mis bragas al completo, incluidas las decuello vuelto que uso para dormir cuando estoy con la regla. Y t creesque ha mirado dos veces el tanga de encaje? Apenas le ha echado unvistazo, pero a la otra Joder, a la otra le ha dado hasta la vuelta del

revs para verla bien!Eva le pos a su amiga la mano en el brazo. En serio le pillaste meando? S, el da que fui a limpiar la cocina. No me dijiste nada. Primero tena que asimilar lo yo. Y qu hiciste?Leticia se encogi de hombros con filosofa. Arreglarlo Dej caer una botella de leja que revent contra el

suelo y le jod los pantalones y los botines. Como puedes comprender, simala imagen tena de m cuando me fui, esta no ha mejorado ahora.

No desesperes. Eso jams dijo irguiendo los hombros. Te aseguro que el tanga

al que apenas ha echado una mirada hoy, lo ver y bien visto. Puesto.Eva lanz una sonora carcajada, pero call de inmediato al ver que su

hermano regresaba cargado con una caja pequea y varias bolsas deplstico. Lo acomod todo en el interior de la furgoneta y los tres sesentaron apretados en el asiento delantero. Mientras l se situaba alvolante, Eva le cedi a su amiga el sitio a su lado, con un elocuente gestode la mano y Leticia no desperdici la oportunidad. Se sentcompletamente pegada y obligndole a rozar su pierna cada vez que tenaque cambiar de marcha.

Disculpa le dijo, pero no puedo evitarlo. No tengo sitio para


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cambiar. No te preocupes, no somos cros respondi pensando que si lo

hubiera sabido no se habra puesto el pantaln largo, sino algo que ledejara los muslos al aire.

Al fin, y contra lo que ella hubiera deseado, llegaron a su calle. Oliverbusc aparcamiento y empezaron a descargar los bultos. En poco rato lotuvieron todo arriba. Leticia rog que no se desfondara ninguna otra cajapor las escaleras; ya haba tenido suficiente con el episodio de las bragas.

Una vez arriba. Oliver se dedic a montar los muebles, mientras ellasvaciaban las cajas de ropa para colocar el contenido en los armariosempotrados que ya estaban limpios y preparados para usar, y despus elmenaje de cocina.

A medioda, Eva sac un par detuppers donde su madre les habapuesto unos filetes empanados y una tortilla para el almuerzo, enprevisin de que no tuvieran la cocina terminada de arreglar. Los tres sesentaron en el comedor a estrenar la mesa y las sillas que Oliver acababade montar.

Lo siento. Los manteles estn en una de las cajas que an no hemosabierto. Esta comida tendr que ser informal. Cuando ya estemosinstaladas te invitaremos a algo suculento y pondremos todos los perejilesen la mesa, hermano se disculp Eva.

No te preocupes, puedo pasar sin manteles perfectamente. De hecho,en mi casa nunca los pongo. Y soy un currante, no un pijo. A menudocomo con los chicos en la obra y hay veces que ni siquiera tenemos aguapara lavarnos. Tenemos que coger los bocadillos con servilletas para nopegarle la mierda de las manos.

Leticia le mir las manos mientras coga un filete con los dedos y suimaginacin se dispar pensando en el da en que esas manos fuertes laacariciaran. La sola idea la alter tanto que se le atragant el bocado queestaba tomando y tosi repetidamente. Abri la botella de agua y se sirvi

un vaso, pero su indisciplinada mente segua distrada y ni se percat deque el vaso se llenaba y rebosaba. Leti! le advirti Eva. El aguaDemasiado tarde se dio cuenta de su torpeza. El agua ya resbalaba por el

borde del vaso y mojaba la mesa, dirigindose peligrosamente haciaOliver.


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Se levant brusca para colocar una servilleta sobre la pulida superficie,con tan poco tacto que hubiera volcado el vaso al completo si l no lohubiera agarrado con rapidez apartndolo de su trayectoria.

Calma, chica. Que va a ser peor el remedio que la enfermedad. Lo siento, estaba distrada. No hace falta que lo jures dijo Eva.Con cuidado limpi la mesa y continuaron comiendo. Leticia puso un

especial cuidado en controlar sus manos para evitar cualquier otrasituacin bochornosa. Cuando ya casi estaban terminando la comida,Oliver pregunt:

Oye, Eva, sabe mam que vais a poner camas de matrimonio en lashabitaciones?

Esta se hizo la despistada. Al final se haba unido a Leticia y habacomprado tambin una cama doble en previsin de una posible relacinfutura.

No recuerdo habrselo mencionado expresamente. Pondr el gr ito en el cielo. S que lo pondr, pero como comprenders no voy a irme a vivir a

un piso y cerrar la posibilidad de traer a algn chico a casa a dormir, si setercia.

l levant las cejas, curioso. Alguno en particular? Al primero que se me cruce, no, por supuesto. Quiero decir que si ya tienes a algn candidato. Extraoficialmente,

claro, porque si fuera oficial ya mam me lo habra dicho. Est deseandocasarnos a ambos.

Bueno, hay un chico valenciano, profesor igual que yo, que meagreg al chat una compaera. Hemos enganchado y Quin sabe! A lomejor algn da viene a hacerme una visita.

Comprendo.Se volvi hacia Leticia y le pregunt: Y t? Piensas traerte a algn zaragozano que hayas dejado olvidado

en tu tierra? Zaragoza no es mi tierra, soy asturiana de nacimiento. Y no hay

ningn zaragozano, ni cataln ni asturiano que yo tenga inters en traerme


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a casa.Eva dijo burlona mirndola con picarda. Ella piensa dedicarse con todas sus energas a los granadinos.

Alguno en especial? le pregunt igual que haba hecho con suhermana.Leticia se encogi de hombros. No le gustaba mentir, y prefiri desviar

el tema. Yo no soy tu hermana, a m no tienes que interrogarme. De modo que t piensas montar orgas. Por supuesto que no, solo divertirme un poco. Con un padre militar

lo he tenido muy difcil para ligar. Ahora quiero disfrutar de la vida. Y de los granadinos. Tambin. Dicen que los tos de aqu tenemos muy mala foll. Ya me encargar yo de corregir eso si se da el caso.Oliver se levant dando por terminado el almuerzo. Bueno, vamos a seguir o no terminaremos hoy. He quedado para

cenar.Eva aprovech para intentar sonsacarle. Alguna chica en especial?

l la mir divertido. Ah, donde las dan las toman! Una amiga. Para m no existen las chicas especiales. Todas son

iguales. Cena, copa, polvo si se tercia, y t a tu casa y yo a la ma. Y novolvernos a ver nunca ms.

Leticia intervino. Algn da llegar alguna que ponga fin a todo eso. Ni hablar. Las veo venir y pongo tierra de por medio enseguida. No

pienso amarrarme a nadie, tengo alma de soltero.Leticia pens que enrollarse con l sera un reto y a ella le gustaban los

retos. Y Oliver tambin le gustaba cada vez ms. Llegara el da en que esamirada pcara fuera para ella.


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Captulo 3

Leticia se ajust el bolso al hombro y se dispuso a entrar en el bar decopas, el cuarto de aquella noche. Llevaba ya un mes viviendo con Eva yhaba salido todos los viernes y sbados, cada vez por una zona diferentede Granada, tratando de averiguar por dnde se mova Oliver en sussalidas de fin de semana.

Los primeros quince das se haba dedicado a las discotecas ms demoda sin ningn xito y ahora lo estaba intentando con los locales decopas.

Aunque Eva y ella coincidan con Oliver en los almuerzos dominicalesen casa de Esperanza, l jams haba dado ninguna pista sobre sus lugaresde diversin, aunque a juzgar por sus ojeras, Leticia deduca que solasalir los sbados y acostarse tarde.

Despus de cada bsqueda infructuosa, Eva se burlaba de ella y le decaque se lo preguntara directamente, pero Leticia insista en que el encuentrotena que parecer casual. Incluso tena preparada una perfecta historia paraustificar su presencia all.

Y aquella noche, vestida con una minifalda negra y una camisetaajustada del mismo color, haba continuado su bsqueda.

Cuando entr en el local, su presencia llam de inmediato la atencin deun nutrido grupo de hombres solos que beban, desperdigados por el localcon la evidente intencin de buscar rollo para la noche.

Tratando de ignorar todas las miradas y sonrisitas, avanz resueltahasta la barra buscando un lugar desde el que curiosear por el local sinque resultara muy evidente. Sin embargo, no tuvo que esforzarsedemasiado, porque apenas haba avanzado unos metros sus ojos se vieronatrados como si fuera un imn por el pelo rubio que sobresala porencima de la mayora de las cabezas. An sin que se hubiera vuelto y sinhaberle visto la cara le reconoci al instante. Su corazn empez agolpear con violencia y tuvo que hacer un esfuerzo para aparentarnormalidad porque el chico que estaba con Oliver haba empezado amirarla con descaro.

Apart la vista y busc un lugar en la barra donde sentarse en espera de


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que l la viese. Por lo que haba podido apreciar estaba solo con aquelchico, y no descart la posibilidad de que se acercara a saludarla. Se pidiuna copa y mir el reloj, comenzando su representacin. De vez encuando lanzaba miradas en direccin a los dos amigos; Oliver se habagirado un poco y ahora poda verle el perfil. A su amigo no se le escapabaque ella le miraba de vez en cuando. Decidi fingir indiferencia y tomarsu copa tranquilamente.

Oliver estaba en un rincn de la barra con su amigo y capataz de laobra. Aquella noche estaban en plan tranquilo tomando una copa. Estabacansado y haba salido sin nimo de buscar rollo, solo a relajarse un rato.Por eso se sorprendi cuando Flix le dijo:

Hay un pedazo de ta en la barra que no te quita ojo. A m? S. Creo que si quieres, tienes rollo para esta noche. Estoy cansado, ha sido un da duro. No me apetece tomarme el

trabajo de ligar, ir hasta la casa de la ta en cuestin y luego levantarme demadrugada y volver a la ma. Quizs maana. Esta noche, una vez que cojala cama quiero dormir del tirn.

Pues te pierdes un autntico monumento. La ta est can. Ahora estmirando de nuevo hacia aqu.

Picado por la curiosidad, Oliver lanz una mirada por encima de su

hombro siguiendo la mirada de su amigo. Esa que est vestida de negro.Por un momento sus miradas se encontraron. Leticia alz ligeramente

su copa en un gesto de saludo. Oliver levant la ceja en seal dereconocimiento y dijo sonriendo a Flix:

No he ligado, me mira porque me conoce. Conoces a ese bombn? De qu? Es la compaera de piso de mi hermana. Son amigas desde hace aos. Est sola. Por qu no me la presentas? No pienso acercarme a ella. No me apetece poner una lavadora en

cuanto llegue a casa esta noche. Una lavadora? Qu tiene que ver con la chica? Es lo ms patoso que puedes imaginarte. Cada vez que est cerca de

m acabo con la ropa manchada y alguna estropeada de por vida.


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Pues no lo parece. Hazme caso, mejor que no la conozcas.Se haba vuelto de nuevo y su amigo sonri divertido.

Me parece que no vas a tener ms remedio que presentrmela. Vienehacia aqu. Mierda! Espero que no se nos pegue como una lapa. Esta noche

tengo ganas de tranquilidad.Forz una sonrisa y se volvi hacia Leticia. Hola! Hola. Me pareci que eras t, pero de espaldas no estaba segura.Oliver sinti que Flix le clavaba un codo en las costillas y se resign a

tener a Leticia con ellos el resto de la noche. Pues s, soy yo. Estoy aqu tomando una copa. Permite que te presente

a Flix, mi capataz y amigo. Ella es Leticia, amiga de mi hermana Eva. Encantado. Lo mismo digo.Leticia se acerc para darle un beso. Oliver dio un paso atrs y le

agarr el vaso con una mano para enderezrselo antes de que derramarael contenido sobre su camisa. Leticia se disculp.

Lo siento, casi te mancho.

Oliver hizo una mueca dicindose a s mismo que por esta vez se habalibrado. Flix ignor el incidente y pregunt: Ests sola? De momento, s. He quedado con una compaera de trabajo que al

parecer frecuenta este sitio, pero se est retrasando. Cmo es? Yo conozco a casi todo el mundo que suele venir por aqu

dijo Flix. Leticia describi a una chica que haba visto a veces por lospasillos de la oficina y que poda ser confundida con cualquier otra.

Estatura media, morena, ojos oscuros

Hay muchas chicas as. Ya Bueno, supongo que llegar ms tarde o ms temprano. Esperoque no me deje tirada.

Pensaba que Eva y t salais juntas. A veces. Hoy tu hermana est muy ocupada chateando con el rey de

las paellas. Yo tena ganas de salir as que llam a esta chica y me dijo que


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vena a este local Y aqu me tienes. Est bien esto, nunca haba venidoantes dijo mintiendo con una naturalidad que a ella misma lesorprendi.

Puedes quedar te con nosotros hasta que venga invit Flix.Leticia mir a Oliver, que frunca ligeramente el ceo y rehus. No no quiero molestaros. Estabais aqu tan tranquilos y seguro que

lo ltimo que os apetece es que se os acople una extraa. Vuelvo a mi sitio,a la barra; seguro que mi amiga ya no tardar.

Oliver respir aliviado. Leticia aadi: Solo he querido saludarte. No quera que pensaras que te haba

reconocido y pasaba de hablarte. Bueno, hasta el domingo, que nosveremos en casa de tu madre. Quieres que le diga algo a Eva?

S, que chatee menos y se divier ta ms. Uf! Eso va a ser difcil. Est tela de enganchada con l. Seguro quecuando vuelva de madrugada sigue en el chat. Bueno, adis. Encantada deconocerte, Flix.

Igualmente.Leticia regres a su sitio en la barra y mir el reloj una vez ms.

Palade su copa poco a poco, como si realmente estuviera esperando aalguien sin dejar de sentir sobre su espalda la mirada ocasional de los dosamigos.

A esa copa sigui otra y despus una tercera, a medida que la noche ibaavanzando. Oliver la miraba una y otra vez, sentada all sola, bebiendolentamente. En varias ocasiones vio que algn hombre se le acercaba, peroella sacuda la cabeza y se libraba de l con un gesto amable y volva amirar el reloj.

Oliver se dio cuenta de que se estaba poniendo de mal humor. Durantecunto tiempo ms aquella chica iba a esperar a alguien que obviamenteno iba a aparecer? Es que no se daba cuenta de que le haban dadoplantn, de que probablemente su amiga estara divirtindose en cualquierotro lado y la haba mandado all para librarse de ella de forma elegante?Era tan ingenua que todava pensaba que la chica iba a aparecer? Hacams de tres horas que estaba esperando sentada en aquel taburete. Mir elreloj. Iban a dar las cuatro de la madrugada. Estaba harto de estar all.Mir a Flix y le dijo:

Estoy cansado, voy a irme a casa. Voy a preguntarle a Leticia si


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quiere que la acerque, me pilla de camino. S. Est claro que la noche no se le ha dado muy bien a la pobre chica.Oliver apur su vaso y se acerc al otro extremo de la barra.

LeticiaElla gir la cabeza y sonri. Llevaba esperando ese momento toda lanoche.

Es muy tarde, voy a marcharme. T deberas hacer lo mismo. Tuamiga probablemente ya no va a venir.

No, supongo que no dijo con un suspiro de resignacin. Te acerco a casa, si quieres. No hace falta. Puedo coger un taxi. Es difcil pillar taxi por aqu a estas horas. No quisiera causar te molestias. No es molestia, me pilla casi de camino. Entonces te lo agradezco.Salieron juntos del local a la fresca madrugada. Leticia cogi el fular

que llevaba anudado en el bolso y se lo ech sobre los hombros. Por aqu indic l.La condujo a travs de una calle lateral hasta llegar a la camioneta. No s qu le habr podido pasar. La he llamado al mvil y no

responde. Quizs se haya quedado sin batera y no pueda avisarme.Oliver se sinti incapaz de decirle que lo ms probable era que nohubiera querido salir con ella y la hubiera citado en un lugar por el que nopensaba aparecer.

Subi a la furgoneta junto a l y se estir un poco la minifalda, que sehaba subido demasiado. Este gesto mecnico hizo que la mirada de Oliverse posara en las piernas desnudas, morenas y atractivas. Tena buenaspiernas, haba que reconocerlo. Nadie lo hubiera dicho cuando tena doceaos y mostraba dos palillos con las rodillas huesudas.

Oliver arranc la camioneta y mientras conduca no pudo evitar que lamirada le resbalara una y otra vez a los muslos que se movan suavementecon los vaivenes del vehculo por los adoquines del pavimento.

Leticia tena la vista clavada en el cristal, pero por el rabillo del ojovea la mirada de l desviarse de la carretera con demasiada frecuencia ysonri.


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Vas mucho por ese local? pregunt dando la impresin de quehaba dicho eso como poda haber preguntado cualquier otra cosa. Comosi solo se tratara de romper un silencio ligeramente incmodo.

A veces. No suelo frecuentar ningn sitio fijo. Yo tampoco. A m me gusta variar. Pero este sitio me ha gustado,

probablemente volver. Acompaada, supongo. Quizs O sola, vete a saber. Esta noche he descubier to que no es tan

terrible estar sentada sola a la barra de un bar. Te permite observar a lagente y no es tan aburrido como parece.

Si t lo dices Bueno, espero que maana pueda arrancar a tu hermana del chat y

llevarla por ah. No me importa pasar sola alguna noche, pero desde luegono siempre. Y como soy nueva en la ciudad, no tengo mucha pea an. Puedes intentarlo con otros compaeros de trabajo. No hay mucho donde elegir, la mayora son cincuentones. Has podido encontrar rollo esta noche. He visto que se te acercaban

varios chicos. Todos iban a lo mismo. No me interesa liarme con un to al que

acabo de conocer. Eres de las estrechas? No, pero tampoco me meto en la cama de alguien que no conozco.

Soy prudente. Esa es una buena cosa. Y t? se atrevi a preguntar. Tambin soy prudente. Siempre uso preservativo. Pero s te sueles acostar con chicas a las que acabas de conocer.l se encogi de hombros. Es ms fcil. Si las conoces, sueles repetir. Y si te acuestas con una

mujer ms de dos o tres veces ests perdido. Todas quieren ms. Ms veces? pregunt hacindose la ingenua. No. Una relacin. Comprendo. Pero si una chica te gusta no puedes evitar acostarte con

ella ms de una o dos veces.l volvi a encogerse de hombros, en un gesto que se estaba haciendo


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caracterstico. Nunca me he acostado con una mujer que me gustara.Leticia abri mucho los ojos.

No? Quieres decir que las buscas feas? No, por Dios! No me refera al fsico. Quera decir con ninguna queme guste de verdad.

Nunca te ha gustado una chica? Qu edad tienes? Veinticuatro. Y s, me han gustado algunas mujeres, y mucho. Pero he

puesto buen cuidado en poner tierra de por medio y sobre todo en noacostarme con ellas.

Chico, qu dominio! A m, cuando me gusta un to en lo nico quepienso es en acostarme con l. Y no le exijo ninguna otra cosa.

Oliver no contest. Leticia se dio cuenta de que estaban entrando en laavenida que llevaba a su casa y se prepar para despedirse. Oliver parunto a su puerta. Gracias dijo inclinndose levemente y besndole la mejilla. El pelo

de la barba le acarici los labios y tuvo que resistir la tentacin de levantarla mano y acariciarle la cara. l se ech levemente hacia atrs, en un gestode sorpresa.

Es lo menos que se merece el taxista dijo como excusa. Tengouna prima que dice que cuando alguien hace algo por ti y ofrecer dineroest fuera de lugar, lo mejor es demostrar agradecimiento con un beso.Estamos en paz.

No tienes que agradecerme nada, Leticia. Ha sido un placeracompaarte.

Supongo que nos veremos el domingo en casa de tu madre. S, supongo.Se baj de la camioneta y volvi a estirarse la falda con desagrado.

Movi ligeramente la cabeza pensando en lo incmodo que resultaba aveces llamar la atencin de un hombre.

Oliver la vio avanzar por la calle moviendo con suavidad las caderas.Estaba terriblemente sexy y atractiva con esa ropa. En menudo bombn sehaba convertido la Serpiente peluda.

El domingo, cuando se reunieron en casa de Esperanza para almorzar,Oliver, vestido de nuevo con sus habituales vaqueros rados, se acerc a


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ella. Has podido averiguar qu pas con tu amiga? No he hablado con ella an. Supongo que me lo dir maana, en el

trabajo.Eva les miraba con una sonrisa enigmtica y una gran admiracin porsu amiga. Su hermano se haba tragado toda la farsa como un pez que picael anzuelo y tena la certeza de que cuanto ms se resistiera, ms seclavara en l.


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Captulo 4

Aquella noche, Leticia no haba coincidido con Oliver. Le resultabamuy descarado presentarse otra vez en el mismo local con tan pocotiempo de diferencia. Tena que dosificar los encuentros o l se daracuenta de que le buscaba.

A pesar de que aquella noche era perfecta para que la acompaara a sucasa. Eva se haba ido a Valencia a conocer a su amigo internauta y tena lacasa para ella sola. Pero tambin le haba pedido que no le dijera a nadie laverdad. A su madre le haba contado que no ira el domingo a comer

porque tena una excursin con los chavales del colegio, y se haba dadouna escapadita para conocer en persona a aquel hombre con el quemantena horas de conversacin a distancia.

Leticia haba salido, y esta vez de verdad, con una compaera detrabajo, y haba estado bailando hasta caer rendida. Los pies le dolan deforma espantosa y el sueo ya empezaba a apoderarse de ella cuando sebaj del taxi frente a su casa, pasadas las cinco de la madrugada. Rebuscen el bolso las llaves, ansiosa por coger la cama y dormir profundamente,pero por mucho que hurg en l, sus dedos no consiguieron encontrar el

pequeo llavero metlico. Sintiendo una punzada de aprensin se acerc ala luz de una farola y comenz a sacar uno por uno, todos los objetosintiles e imprescindibles a la vez que guardaba en el bolso, pero lasllaves no aparecieron.

Despus registr sistemticamente todos los bolsillos con el mismoresultado. Hasta que al fin la luz se hizo en su cerebro cansado y embotadopor las dos o tres copas que se haba tomado. Haba cambiado de bolso ylas llaves estaban en el que haba dejado en casa. Al salir se haba limitadoa tirar de la puerta.

Mir desolada ese segundo piso donde se encontraba su cama caliente yacogedora. El fro de la madrugada se empezaba a dejar sentir una vezabandonado el refugio del taxi y la ligera chaqueta que llevaba dejabatraspasar el fro que se clavaba en su piel como alfileres punzantes.

Se subi el cuello y cruz los brazos sobre el estmago tratando deprotegerse un poco, mientras pensaba qu hacer. No era Spiderman, no


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poda gatear por la pared hasta la terraza que saba haba dejadoligeramente abierta. Tampoco poda esperar en la calle a que Eva llegarados das despus. Dios, cmo necesitaba una cama! La nica solucin eraacudir a un cerrajero. Quizs pudiera abrir la puerta sin romper lacerradura. Pero tampoco conoca a ningn cerrajero, y menos a uno queestuviera dispuesto a trabajar un sbado de madrugada y ni siquiera undomingo. Quizs Oliver conociera a alguno. En su trabajo l deba estarrelacionado con todo tipo de profesionales. Pero no poda llamar a Olivera las cinco de la madrugada. Y tampoco tena su telfono ni su direccin,aunque podra conseguirlo a travs de Esperanza; pero tendra que esperara una hora ms decente para llamarla.

Dio una vuelta por el barrio tratando de encontrar un bar o cafeteraabierta para tomar un caf y esperar, pero fue intil. Desesperada ytratando de protegerse del fro cortante se sent en el escaln de su portal,se acurruc contra la pared, y all se qued, maldicindose a s misma yurndose que al da siguiente iba a hacer copias de la llave y a repartirlas

por todos los bolsos, durante tres horas y media.A las nueve se decidi a llamar a Esperanza. La mujer contest pronto y

Leticia se sinti aliviada de no haberla despertado. Diga? Esperanza, soy Leticia. S, chiquilla, dime. No pasa nada, verdad? No, no pasa nada. Es que necesito el telfono de Oliver. Podras

drmelo? Eva se march ya a su excursin? S, ya ha salido. Pero tengo un pequeo problema en el piso y querra

saber si Oliver puede enviarme a alguien que me lo solucione. Enseguida te lo doy. Apunta.Leticia prepar el mvil y guard el nmero que Esperanza le dio.

Pocos minutos despus, llamaba, temerosa de la reaccin de Oliver. Si

haba salido por la noche, no le agradara que le despertasen a aquellahora tan temprana, pero no tena otra alternativa, ya estaba mediocongelada.

El telfono son varias veces mientras ella rogaba que no lo apagasesin contestar. Al fin, la voz somnolienta al otro lado la hizo suspirar dealivio.


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Diga! Oliver, soy Leticia.Unos minutos de silencio y despus la voz ms despierta, y tambin ms

irritada. Qu tripa se te ha roto a esta hora? Quin te ha dado mi telfono? Ya s que no son horas de llamar un domingo, pero por favor, no te

enfades. Tengo un apuro serio.l suspir ruidosamente al otro lado. Qu te pasa ahora? Conoces a algn cerrajero? Un cerrajero? Para qu? Han intentado entrar a robaros y han roto

la cerradura? No, no es eso Ha sido una torpeza ma. He salido y me he dejado

las llaves dentro. Joder! Eso no le pasa a nadie nada ms que a ti. Y no puedes llamar

para que te abra mi hermana? Eva no est en Granada. Ah, no? Y dnde est? En Valencia. Dios, no, quiero decir de excursin con el colegio! Ya Ha ido a verse con ese to.

Se supone que ni tu madre ni t deberais saberlo. Se me ha escapado,pero es que estoy estresada y congelada. Llevo desde las cinco de lamaana sentada en el portal esperando que fuera de da para llamar a tumadre y que me diera tu nmero. Ya ni s lo que digo.

Lo tuyo es increble. Por favor, deja de regaarme y dime si me puedes ayudar o no.

Puedes darme el nmero de un cerrajero?Oliver suspir de nuevo. Un cerrajero a estas horas, y un domingo, te va a cobrar un dineral, y

adems te partir la cerradura para colocar otra. Primero ir yo a ver si telo puedo solucionar. No quisiera molestar te an ms. Tratar de estar ah lo antes posible. Gracias.


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Apenas veinte minutos despus, aparcaba la camioneta varios metrosms all de su puerta. Con cuidado Leticia se levant del escaln. Sentalas piernas entumecidas y agarrotadas, y las manos congeladas a pesar dehaberlas tenido metidas debajo de los brazos para calentarlas.

Oliver vesta sus eternos vaqueros, un jersey de cuello vuelto y unchaquetn acolchado.

Dios mo, si ests vestida para! No tienes ms que esa chaqueta? En las discotecas no hace fro, y luego pensaba venir en taxi. No era

mi intencin quedarme cuatro horas sentada en el escaln del portal.Oliver se quit el chaquetn y se lo coloc sobre los hombros para

calmar el temblor y los escalofros. Llama a algn vecino para que te abra el por tal. Tratar de abrir te la

puerta con una tarjeta de crdito. Cmo? Es un truco que usamos en la obra cuando no tenemos llave. Claro

que no sirve para todas las cerraduras. Esperemos que haya suerte.Una vez dentro del portal y con el chaquetn de Oliver sobre los

hombros, se sinti mejor.Subi los dos pisos y rez para que l pudiera abrir la puerta. Pero nada

ms verla, Oliver neg con la cabeza. Esta cerradura es blindada, y adems la puerta tiene un junquillo que

no permite introducir nada. Entonces llamemos al cerrajero. Espera, an hay otra forma. Mientras aparcaba he echado un vistazo a

las terrazas. Siempre te resultar ms barato cambiar un cristal que unacerradura como esta. Si tu vecino est en casa, puedo saltar por la terraza.

A dos pisos de altura? Ni hablar. No me asusta la altura. Estoy acostumbrado en las obras a caminar

por las vigas y ese tipo de cosas. No te preocupes, no es difcil. No permitir que te pongas en peligro, saltar yo.l la mir ceudo. T? Si tiemblas tanto que las piernas no te sostienen. Anda, cllate la

boca y deja que yo arregle esto.Leticia adivin cierto enfado en su voz y le obedeci. Oliver llam a la


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puerta contigua y le explic a la vecina el problema de Leticia. La seorale permiti entrar y ella aguard junto a la puerta con el alma en vilo. Diezminutos despus, la puerta de su piso se abri desde dentro. Suspiraliviada al comprobar que Oliver no se haba despeado al vaco ycontuvo las ganas de abrazarle.

Gracias susurr. Anda, entra. Date una ducha caliente mientras te preparo un caf

dijo tocndole las manos y la cara. Ests congelada. He pasado mucho fro ah abajo. Debiste llamar antes. Si te has enfadado porque te he llamado a las nueve, no te digo si lo

hubiera hecho a las cinco. Adems, se supone que tu hermana iba a salir de

excursin a las ocho de la maana. En teora ella hubiera podido abrirmela puerta. Haras cualquier cosa por cubrirle las espaldas a Eva, verdad? Por supuesto. Es mi amiga, y para m la amistad es sagrada. Adems,

tu hermana y yo hemos pasado muchas cosas juntas. Tambin ella meayuda y me cubre las espaldas a m cuando hace falta.

Vaya dos! Anda, dchate y cuando salgas tendrs algo calientepreparado.

Leticia busc un pijama abrigado. En aquella ocasin pasaba de ponersealgo sexy delante de Oliver, solo quera calentarse el cuerpo aterido ypoco le hubiera importado presentarse ante l con una piel de oso. O deserpiente peluda, ya puestos. Puso el agua lo ms caliente que pudo,hasta el punto de escaldarse la piel y cuando entr en calor sali de laducha y se coloc su pijama de franela azul.

Oliver estaba sentado en la cocina con dos tazas de humeante caf sobrela mesa. Se sinti agradecida.

Gracias repiti una vez ms.En vez de decir el de nada que ella esperaba, Oliver propuso: Por qu no haces una copia de la llave y la dejas en casa de mi

madre para casos como este? Piensas que se va a volver a repetir? Contigo nunca se sabe. Esto le podra pasar a cualquiera, Oliver. A ti no te ha pasado nunca?


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No. Vaya, ya veo que eres perfecto. No soy perfecto, solo cuidadoso.

Sin embargo sabes abrir puertas con una tarjeta de crdito. Puertas interiores de habitaciones que todava no tienen colocados lospomos y que se cierran con un golpe de viento.

Ya. Bueno, pues lamento profundamente haberte llamado para que meecharas una mano. De verdad que no tena ni idea de a quin acudir. Noconozco a ningn cerrajero. La prxima vez que tenga un problemaprocurar molestar a otra persona dijo sonrindole y lanzndole unamirada de disculpa. De todas formas, gracias por venir.

No me las des, lo he hecho por mi hermana. Ella te tiene mucho

cario y se llevara un gran disgusto si supiera que te he dejado tirada.Algn da lo hars por m misma, se dijo Leticia interiormente paraintentar que las palabras de l no le molestaran. Continu sonriendo y leofreci:

Quieres algo para acompaar el caf? No, no tengo hambre. Bueno, pues vuelve a la cama. Ya no podra dormir. Lo que har es pasar a ver a Flix antes de ir a

comer a casa de mi madre. Tenemos unas cosas que discutir sobre unpresupuesto. Hay unos clculos que no cuadran.

Si quieres yo puedo echarte una mano con ellos. Los nmeros son lomo.

l levant las manos en un gesto espantado. No, muchas gracias, no!Leticia sonri con dulzura. Con los nmeros y los clculos soy muy buena. De verdad. Ah no

estropeo nada.

No, no te molestes dijo nada convencido. Ir a ver a Flix ynosotros lo arreglaremos. Como quieras.Oliver se levant y ella le acompa a la puerta. Cuando iba a

marcharse se acerc. Espera, tengo que darte las gracias.


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Oliver arque una ceja. Otro beso? S, otro beso. No te molesta, verdad?

l se encogi de hombros. Un beso de una mujer guapa nunca es molestia.Leticia se levant levemente sobre la punta de los pies y en esta ocasin

le roz los labios con los suyos muy fugaz y suavemente, pero el contactoleve y ligero lanz chispas entre ambos. Se miraron a los ojos. Ellasonri.

Esta vez la deuda era mayor. Te he hecho abandonar una camacalentita y subirte por las paredes como Spiderman.

l asinti con la cabeza y gir abriendo la puerta para desaparecer en elrellano de la escalera. Leticia cerr a su espalda y apret los puos confuerza. Bendito olvido el de las llaves. Por ese breve segundo haba validola pena las horas de fro acurrucada en el portal, y tambin las protestas del un rato antes. No haba rechazado el beso e incluso pareca complacidodespus.

Dejando las tazas en el fregadero se decidi a acostarse al fin,sintindose feliz.


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Captulo 5

Durante los tres sbados siguientes, Leticia sali con Eva, pero losviernes, que su amiga se encontraba cansada y se dedicaba a chatear conJaime, haba decidido averiguar de forma ms exacta dnde iba Oliver losfines de semana. Sin que Eva lo supiera, cenaba temprano y se apostaba enun pequeo bar situado enfrente de la casa de Oliver desde donde le veasalir y luego le segua hasta la discoteca o bar de copas donde habaquedado, casi siempre con Flix. Una vez que lo haba averiguado, semarchaba. No quera que l supiera que le segua, y dej pasar varias

semanas hasta hacerse la encontradiza de nuevo.El lugar ms frecuentado por el chico era el bar donde le habaencontrado la primera vez, El Desvn, pero tambin haba una discoteca ala que l haba acudido un par de veces.

Aquel viernes haba quedado de verdad con una compaera de trabajo,Mara, y decidi arriesgarse a ir a la discoteca con la esperanza deencontrarle all. Su intuicin fue un acierto.

Se ascenda al local por una angosta escalera de madera y en la primeraplanta se encontraba la barra, la pista de baile y una terraza con mesas al

aire libre para quien prefiriera menos ruido y menos calor.Ambas mujeres subieron la empinada escalara, y cuando la vista se les

acostumbr a la oscuridad del local, pase la mirada a su alrededor paraaveriguar si haba acertado. En efecto, nada ms entrar vio a Flix en labarra. Busc a Oliver y lo descubri en la pista, bailando con una chicarubia que a Leticia le pareci delgada y fea como un demonio.

Vamos por una copa? le propuso a Mara. Tengo sed. S, yo tambin.Se abri paso entre la gente que se arremolinaba en la barra y se situ

detrs de Flix, con la intencin de que fuera l quien la viese.En efecto, cuando l se volvi con su bebida en la mano y la vio cara a

cara, le sonri. Vaya t eres el amigo de Oliver! Flix te llamabas, no? S. Y t eres la compaera de piso de su hermana.


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S, Leticia. Y esta es Mara, una amiga. La del otro da? No, otra. Creo que no volver a quedar con aquella.

Mara era una chica de larga melena negra, simptica, aunque nodemasiado atractiva. Leticia no quera arriesgarse a salir con nadie que lehiciera sombra cuando pensaba encontrarse con Oliver.

Qu tal est este sitio? Es la pr imera vez que venimos. Hay buen ambiente, aunque depende de lo que quieras, claro. Hay

mucha chica sola; si lo que queris es ligar vais a tener muchacompetencia.

No queremos ligar, solo pasar un buen rato y distraernos de lasemana de trabajo. Pero s nos gustara tener a algn chico con el que

bailar, por supuesto dijo Mara. Has venido solo? pregunt Leticia con aire inocente. No, con Oliver. No me refera a l, sino a alguna chica. Hemos venido los dos solos. Bien, por lo menos os conocemos a vosotros. Si hay tanta

competencia no creo que nos neguis un baile al menos. Por m encantado, aunque aqu solo ponen msica rpida. Da igual, me encanta mover el esqueleto.Leticia pidi un JB con Seven-up y continu hablando con Flix. Y Oliver y t vens mucho por aqu? A veces. l y t siempre sals juntos? S, casi siempre. Salvo que alguno tenga plan con una chica, claro.

Pero normalmente salimos juntos, y tenemos un acuerdo por el que cadada bebe alcohol uno y conduce el otro. El carn es vital para nuestrotrabajo y no nos podemos arr iesgar a que nos lo quiten.

Eso est bien. Y a quin le toca beber hoy? A l.Una idea cruz por la mente de Leticia, rpida como un rayo. Significa eso que le ver como una cuba y haciendo el r idculo? No lo creo. Por mucho que beba es el to ms controlado que te


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puedas imaginar. Puede beberse una botella entera y nadie notar que estborracho. Una sola cosa le puede delatar.

Qu cosa? pregunt muy interesada.

No creo que deba decrtelo. Sera desleal, eres amiga de su hermana yno quiero que le vayas con el cuento. Se lo tomara muy mal. No voy a decrselo a nadie, no soy ninguna cotilla. Pero me

encantara saber algn punto vulnerable de Oliver. Es tan perfecto, ysiempre se est burlando de m por mis torpezas dijo con airecompungido mientras le lanzaba una sonrisa inocente. Me lo dirs?Tienes mi palabra de que no se lo contar a nadie.

Est bien.Se inclin un poco sobre su odo para que Mara no pudiera escucharle

y susurr: Cuando est bebido se pone muy cachondo y no controla. Es capaz deliarse con la primera ta que se le cruce por delante.

La mente rpida de Leticia proces la informacin. Vaya, vaya con Oliver! No me lo imagino descontrolado. Aunque

claro est, que tampoco me lo imagino enrollado con una ta. Ser porquele conozco desde siempre y es como un hermano mayor. Y los hermanosson asexuales, ya me entiendes.

Flix lanz una carcajada. Oliver no es asexual. Y tiene mucho xito entre las mujeres. S dijo sin demostrar mucho entusiasmo. No est mal. Es

resultn y est cachas, pero es un poco borde para mi gusto. Borde? Es encantador con las mujeres cuando quiere. Ya, entonces debe ser que conmigo no ha querido. S, eso debe ser.Leticia pase de nuevo la vista por el local y esta vez vio a Oliver

bastante cerca de ellos bailando con la misma chica. Dio un sorbo a suvaso y dijo con una nota de humor en la voz:

Mira, all le veo. Y debe de estar ya bastante bebido, porque estbailando con la ta ms fea de la discoteca.

Flix lanz una carcajada y dijo: S, Pilar no es demasiado atractiva, pero tiene una marcha increble.

No le hace ascos a nada.


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Qu quieres decir? Es una fiera en la cama. Te has acostado con ella?

Yo y casi todos los que estamos en la discoteca esta noche. Oliver tambin? Al parecer a l le toca hoy. Vaya, vaya! El bueno de Oliver Oye, no le vayas a decir que te he contado todo esto. Me despellejara

vivo si lo supiera. No te preocupes, soy una tumba. Pero te aseguro que me ha hecho

mucho bien saber todas estas cosas. La prxima vez que se burle de m, nome afectar tanto. Y ahora voy a dar una vuelta por ah a ver cmo se da lanoche.

De acuerdo. Y si no encuentras ambiente, vienes a buscarme y mereclamas el baile prometido.

Hecho!Cogi del brazo a Mara y la empuj hacia el fondo del local. Quin es ese Oliver del que estabais hablando? Bah! El hermano de mi compaera de piso. Atractivo?

Leticia se encogi de hombros. Hum, est bueno, pero es el cabrn ms borde que me he cruzadoams, por mucho que su amigo diga lo contrario. En cuanto abre la boca

pierde todo el atractivo que pueda tener a primera vista. Mira, es aquelrubio de la camisa celeste.

El que est bailando con aquella ta de los pantalones morados? S, ese. Pues s que est bueno. Se le podr a perdonar que fuera un poco

borde, no? Siempre se le puede dar un muerdo para que no hable.

Leticia se encogi de hombros fingiendo indiferencia. S, supongo. Pero no puedes estar dndole besos todo el tiempo,

tambin hay que respirar. T te has liado con l alguna vez?Leticia fingi escandalizarse.


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Quin, yo? No, gracias! En el mundo hay un montn de tos queestn buenos sin necesidad de aguantar a Oliver. Su amigo, sin ir mslejos.

Un chico pelirrojo y muy alto se les acerc. A alguien le apetece bailar? Ve t le dijo Leticia a su amiga. Ella no tena la ms mnima

intencin de ligar con nadie y perder de vista a Oliver y a su amiguita.Adems se le haba ocurrido una idea para forzar a Oliver a hablarle. Noquera ser siempre ella la que le hablara primero; no quera dar laimpresin de que le persegua.

Oliver estaba disfrutando aquella noche. Para empezar no le tocaba a lconducir sino a Flix. Ya se haba tomado un cubata y le iba apeteciendootro. Adems haba enganchado con aquella chica, no demasiado atractiva,pero s muy simptica y divertida. Y adems, polvo seguro. Flix se habaenrollado con ella en alguna ocasin y haba dicho que vala la pena,aunque su cuerpo no tuviera demasiadas curvas y su nariz fuera un pocoganchuda. Asimismo era de las que no buscaban nada ms que pasar unbuen rato.

La cancin que estaban bailando termin. Oliver vio que la chica tenaan medio vaso lleno, pero su sed estaba aumentando.

Voy por una copa Te apetece algo? No, an tengo. Bien, pues si no te importa esperarme un momento me voy a acercar

a la barra. De acuerdo. Yo aprovecho para ir al servicio.Oliver se acerc a una esquina de la barra en la que haba menos gente

esperando y se dirigi a la chica que serva las bebidas. Me pones un ron con cola?

De qu marca? A esta copa ests invitado. Invitado? No entiendo. S, una chavala vino hace un rato y me pag una copa para ti. Qu chica? Pilar? No, no fue Pilar. Otra, con el pelo rojizo. No la haba visto nunca por

aqu; dijo que era amiga tuya.


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No recuerdo a ninguna amiga pelirroja. En fin, dar una vuelta a versi la localizo. Y si vuelve por aqu le das las gracias de mi parte.

Pase la vista por el local para ver si Pilar haba salido ya del bao, ycomo no la vio se decidi a buscar a su generosa amiga.

Despus de dar un par de vueltas vio a Leticia que entraba desde laterraza exterior con otra chica. Tras hablar unas palabras, ambas mujeresse separaron y l aprovech la ocasin para acercarse.

Leticia le haba visto cuando entr y le observ acercarse a ella conpaso rpido. El truco haba funcionado.

Eres t la chica misteriosa que me ha pagado una copa?Ella se ech a rer. Yo te he pagado una copa, pero te aseguro que no tengo nada de

misteriosa. Es que como me la has dejado en el mostrador y no me la hasofrecido directamente

He visto que estabas acompaado y no he querido molestar te. Flixme ha dicho que habas ligado.

No he ligado, solo estaba bailando. Bueno, lo que sea. No he quer ido ser un coazo. Y se puede saber a qu se debe la invitacin? Te deba una. Una copa? Ms bien un favor. El otro da me ayudaste a entrar en casa.l sonri al recordarlo. En su momento le irrit mucho, pero ahora le

haca gracia la aventura. Creo recordar que ya me pagaste por eso dijo rememorando el

beso suave que Leticia le haba dado para agradecrselo. Un favor como ese nunca se acaba de pagar del todo. Y una copa es

muy poca cosa. Adems, tambin te debo unos vaqueros y unos botines

que te manch de leja. Ambos eran viejos; no me debes nada.Por detrs de Oliver, Leticia vio que la chica espantosa se acercaba a

ellos. Qu inoportuna! Poda haberse quedado un rato ms dondequieraque estuviese, pens. Sin embargo, su cara no mostr la ms mnimareaccin. La chica lleg junto a ellos y Oliver dijo:


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Ah, ya ests aqu! Te esperaba. Bueno, Leticia, nos vemos otro da. Ygracias por la copa.

De nada, hombre.

l rode la cintura de la chica con un brazo y se perdieron entre lagente. Leticia se sinti celosa e irritada, a la vez que contenta. Por fin habatenido una conversacin con Oliver sin cometer ninguna tontera. Al finhaba hecho algo bien delante de l.

Durante un buen rato le estuvo mirando desde lejos cmo bailaba ycmo, a medida que avanzaba la noche, se pona ms carioso. Tambinsu irritacin creca a cada momento. Aquella gilipollas se lo iba a llevar ala cama. Joder, cmo poda acostarse con una ta tan fea?! Por qu no letiraba los tejos a ella? Era mucho ms atractiva que aquella chica connariz de guila y cuerpo de escoba.

Mara haca rato que se haba ido con un chico al que conoca y que sehaba encontrado en la discoteca por causalidad, y ella continuaba allesperando que Oliver se sintiera agradecido y le ofreciera tambin unacopa o quizs un baile, pero estaba pasando de ella totalmente.

Desde su puesto de observacin, en una esquina bastante oscura, viocmo la chica le echaba a Oliver los brazos al cuello y l apoyaba la bocaen su mejilla. Y decidi que ya haba visto bastante por esa noche. Sabaque lo suyo con Oliver tena que ir despacio y que l tena sus rollos y susamiguitas. Decidi marcharse para no seguir vindole. Saba que si veaalgo ms ntimo le costara olvidar esa imagen y estara presente cuandoal fin Oliver y ella estuvieran juntos.

Cogi el bolso y se apresur a salir de la discoteca. Se encamin a lasescaleras que llevaban a la salida y los servicios, pero antes de bajar nopudo evitar echarles un ltimo vistazo. Quiz se haban separado. Quizsella an tuviera una oportunidad aquella noche. Mir hacia atrs y lo quevio la alter. Se estaban besando en medio de la pista, como si seencontraran solos. De pronto, alguien tropez con ella, que no podaapartar la mirada de la pareja, y su precario zapato de tacn se dobl.Trat de recuperar el equilibrio y su mano busc a tientas dondeagarrarse, pero no encontr nada ms que vaco. Y sin saber cmo seencontr rodando por las escaleras.

Un chico moreno que suba la agarr a mitad de camino y la ayud alevantarse.


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Dnde vas, chavala? No tengas tanta prisa. Gracias tartamude. Se agarr al pasamanos y apoy el pie en el

filo del escaln pero un dolor agudo y punzante la oblig a levantar el pie.

Te has hecho dao? pregunt el joven. Un poco. Deja que me siente un momento, enseguida se me pasar.Se sent en medio de la escalera confiando en que fuera as.

Oliver segua bailando y abrazando a Pilar, tratando de encontrar unmomento oportuno para ofrecerse a acompaarla a su casa, cuando sintiun leve toque en el hombro, que le hizo levantar la cabeza. La chica de labarra le estaba mirando fijamente.

Oye, realmente conoces a la chica que te invit al cubata? S, claro; es una amiga de la familia. Pues me temo que ha tenido un pequeo accidente en las escaleras y

se ha hecho dao. Mierda! Ahora no! Te ha dicho que vengas a buscarme? No, ha dicho que va a esperar a ponerse mejor y que se marchar a

casa. No quiere que llame a nadie para que venga a buscarla, pero creoque no est en condiciones de irse sola.

Oliver se separ de mala gana de Pilar.

Me disculpas un momento? Ir a ver qu le ha pasado a esa tontaahora.Sigui a la camarera a travs del atestado local hasta las escaleras y all

pudo ver un grupo de gente arremolinada. Se abri paso y a mitad de lasescaleras vio a Leticia sentada en un escaln con una bolsa de plsticollena de cubitos de hielo sobre el tobillo derecho, y la cara un poco plida,no saba si a causa de la luz mortecina de las escaleras o a que realmentese encontraba mal.

Viendo que su noche con Pilar se iba a ir al garete, sinti una rabia

sorda subirle por las entraas y la boca se le llen de bilis.Apartando a una chica rubia que se inclinaba sobre Leticia le preguntcon brusquedad:

Qu demonios te ha pasado ahora? No seas desagradable, to! le reprendi la chica que atenda a

Leticia. No ves que la pobre se ha cado por las escaleras?


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Por qu bebes si no lo aguantas? No estoy borracha, Oliver dijo Leticia con un esfuerzo por

aguantar el dolor lacerante que se apoderaba de su tobillo por momentos . Tropec con alguien que suba rpido y el tacn cedi. No pudemantener el equilibrio.

Di ms bien que eres incapaz de disfrutar de una simple noche dediscoteca como todo el mundo.

Joder, to, no le rias! continu defendindola la rubia que estabaa su lado. No comprendes que ha podido matarse?

Leticia quit hierro al asunto. No es nada, solo me he doblado un tobillo. Me han trado hielo, en un

momento estar bien. Pedir un taxi y me ir a casa sin ms problemas.

Solo necesito un minuto.Oliver se apoy en la pared con los brazos cruzados sobre el pecho yexpresin escptica. Diez minutos despus e impaciente por regresar juntoa Pilar, le pregunt:

Ests mejor? S. Alguien puede darme el nmero de la centralita de taxis? Yo llamar se ofreci la camarera. Gracias.Leticia se apoy en el escaln para levantarse y lo consigui con un

poco de dificultad. Un par de manos la agarraron por los brazos paraayudarla; Oliver permaneci impasible. Una vez de pie, supo que no iba apoder dar un paso. Aun as lo intent. Apoy el pie con suavidad y ungemido ahogado escap de su boca por mucho que intent evitarlo. Oliverestaba realmente enfadado y tena que reconocer que ella tambin loestaba. Estaba harta de parecer siempre imbcil al lado de l. Y de soportarsus burlas y sus pullas, y esta noche adems su enfado.

La pierna entera le fall al intentar apoyar el peso en el pie lastimado, ysi un chico no la hubiera agarrado, habra rodado por las escaleras denuevo. Oliver se abalanz sobre ella y la sujet con fuerza del brazo.

Joder! Quieres matarte? Djame! Ir a la pata coja hasta la puerta y coger el taxi. Puedo

sola!l no le hizo caso y se agach para levantarle el borde del pantaln.


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Djame ver el pie.El tobillo haba desaparecido bajo una terrible hinchazn, y sobre el

empeine, en el costado derecho del pie, pareca haber crecido una enormeberenjena amoratada.

Joder! Olvdate de ir te a casa con esto. Y dnde quieres que vaya? A urgencias, por supuesto. Con ese aspecto, lo ms probable es que lo

tengas roto. Lo que me faltaba! Habrtelo pensado mejor antes de rodar las escaleras. Como si lo hubiera hecho a propsito!l no contest, pero gir la cara y le pregunt a la camarera. Has llamado al taxi? S. Bien.Se volvi de nuevo hacia Leticia. Vuelve a sentarte en ese escaln y no te muevas. Voy a despedirme de

la chica que estaba conmigo. No hace falta, Oliver. Aydame a bajar hasta la puerta y me ir sola a

urgencias. All ya me ayudarn los celadores. Siempre lo hacen.

Y que maana mi madre y mi hermana me maten por dejar te tirada?No, gracias! Y no te muevas! gru amenazante. Si cuando vuelvano ests justo aqu, van a tener que curarte en Urgencias algo ms que unpie roto.

De acuerdo, no me mover.Oliver desapareci en la sala llena

la serpiente peluda - ana alvarez

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