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LA PARTICIPACIÓN DEL CONSEJO ESTUDIANTIL COMO REFERENTE PARA LA CONSTRUCCIÓN DE CULTURA DEMOCRÁTICA Y CIUDADANÍA EN EL COLEGIO VILLAS DEL PROGRESO. EDIE DE JESÚS GÓMEZ MARRUGO CÓDIGO 20152484007 Trabajo de Grado Maestría Absalón Jiménez Becerra Director Universidad Distrital Francisco José de Caldas Facultad de Ciencias de La Educación Maestría en Educación con énfasis en Ciencias Sociales Bogotá D. C. enero de 2017

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LA PARTICIPACIÓN DEL CONSEJO ESTUDIANTIL COMO REFERENTE

PARA LA CONSTRUCCIÓN DE CULTURA DEMOCRÁTICA Y CIUDADANÍA

EN EL COLEGIO VILLAS DEL PROGRESO.

EDIE DE JESÚS GÓMEZ MARRUGO

CÓDIGO 20152484007

Trabajo de Grado Maestría

Absalón Jiménez Becerra

Director

Universidad Distrital Francisco José de Caldas

Facultad de Ciencias de La Educación

Maestría en Educación con énfasis en Ciencias Sociales

Bogotá D. C. enero de 2017

II

pág.

INTRODUCCIÓN: .............................................................................................................. 3

Estado del arte .................................................................................................................... 8

Consideraciones metodológicas .......................................................................................... 14

Unidad didáctica, enfoque y técnica de investigación ......................................................... 14

Los lineamientos curriculares .............................................................................................. 22

CAPÍTULO 1: ALGUNOS REFERENTES CONCEPTUALES ....................................... 25

1. 1. Participación .......................................................................................................... 25

1. 2. Democracia y Cultura democrática ...................................................................... 27

1. 3. Ciudadanía ............................................................................................................. 30

CAPÍTULO 2: CONTEXTO DE LA PARTICIPACIÓN EN COLOMBIA Y EN

BOGOTÁ ................................................................................................... 34

2. 1. Contextualización de la experiencia – Institución ................................................. 36

2. 2. Colegio Villas del Progreso IED ............................................................................ 37

CAPÍTULO 3: SISTEMATIZACIÓN DE LA EXPERIENCIA ........................................ 39

3. 1. Cómo la innovación rompe con las prácticas tradicionales .................................... 39

3. 2. Presentación de la experiencia desarrollada en la institución educativa ................ 41

3. 3. La participación estudiantil .................................................................................... 41

3. 4. Democracia en la escuela ....................................................................................... 50

3. 5. Ciudadanía activa ................................................................................................... 59

CAPÍTULO 4: CONCLUSIONES ...................................................................................... 72

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS ................................................................................ 79

ANEXOS ............................................................................................................................. 83

3

INTRODUCCIÓN

La función social que desempeña la escuela permite evidenciar la importancia que tiene

para la sociedad, aparte de enseñar los conocimientos disciplinares; utilizar la pedagogía

como su principal estrategia para la enseñanza y difundir la cultura establecida de tal modo

que se enriquezca y se transforme permanentemente; contribuye además, con la formación

de ciudadanos mediante el ejercicio de la participación democrática. A las instituciones

escolares ingresan los niños, niñas y jóvenes que van a asumir las responsabilidades

económicas, políticas, sociales y culturales en el orden familiar, local y si se quiere

nacional; por supuesto que, es condición indispensable que la escuela ofrezca la mejor

educación posible que le permita a los estudiantes comprender el entorno social, así como

las problemáticas generalizadas que afectan al país y el mundo para que haciendo uso de

herramientas útiles y acciones colectivas aporten a su mejora teniendo como punto de

partida la transformación personal.

Es innegable la misión de la escuela por todo lo que ella implica; sin embargo, al considerar

la realidad nacional con relación a la participación, democracia y ciudadanía, encontramos

insatisfacción en los ciudadanos por la forma como el gobierno utiliza el poder para fines

individuales. A pesar del descontento, un gran número de las personas no generan procesos

colectivos y los pocos que se han dado son invisibilizados. La situación se complica por las

actitudes e importancia que las personas atribuyen a la política puesto que en el imaginario

colectivo se ha perdido el sentido de la misma debido a las prácticas ejercidas por los

gobernantes. Allí tiene un desafío la sociedad en la medida en que “la educación cumple su

función política cuando el estudiante se apropia de la cultura históricamente acumulada por

la humanidad” (Saviani, 2010, p. 10). Si la escuela es unos de los escenarios que propicia la

formación ciudadana debería permitir que los educandos comprendan la realidad histórico –

social a partir de la reflexión y acciones colectivas en el contexto donde desarrollan la vida,

precisamente porque la sociedad demanda otro tipo de ciudadano, un ciudadano crítico,

propositivo, comprometido con la comunidad y de la que se esperaría que llene las

expectativas de vida individual y colectiva.

Acorde con lo anterior, la escuela por ser un espacio de interacción social, genera procesos

en torno a la formación ciudadana y participación democrática en la comunidad educativa

especialmente en los estudiantes, procesos que si son bien dirigidos pueden generar

cambios en la sociedad; conviene subrayar aquí que esta es la razón por la cual se llega al

tema de este trabajo de investigación: La participación del Consejo Estudiantil como

referente para la construcción de cultura democrática y ciudadanía en el colegio Villas del

Progreso, buscando responder la pregunta ¿Cómo los espacios de participación escolar

inciden en la construcción de ciudadanía y de una cultura democrática en el Consejo

Estudiantil del Colegio Villas del Progreso? Y las subpreguntas que orientan la

investigación son ¿Por qué se presenta mayor participación en las actividades entre pares

(estudiantes) y no en aquellas de carácter institucional? ¿Es posible considerar que las

4

acciones de los estudiantes son una forma de construir ciudadanía? Cabe anotar que el

trabajo se realizó con los educandos del Consejo Estudiantil de la institución mencionada y

en el desarrollo del escrito aparecen algunos de los comentarios que surgieron a propósito

de las actividades realizadas; en la referencia se omite el nombre de quien habla por ser

menor de edad y se relaciona como estudiante de grado cuarto, quinto, décimo, etc.

La apuesta investigativa que se pretende demostrar está en relación con la participación

estudiantil, democracia en la escuela y la construcción de ciudadanía activa. En cuanto a la

participación estudiantil, es un proceso que se desarrolla en la medida en que los educandos

ganan los espacios que garantizan la interacción entre pares y expresan a través de ellos sus

ideas, intereses, actitudes y comportamientos que van dando sentido a su paso por la

escuela; así mismo, son elementos que por su relevancia coadyuvan a la construcción de

ciudadanía, lo cual genera identidad por la institución; en tanto, se tenga en cuenta el sentir,

pensar, acciones y decisiones de los niños, niñas y jóvenes, frente a lo que les interesa,

siempre que esto aporte a la mejora del contexto escolar. Considerando que la participación

a decir de Santos Guerra (2006), es un derecho y un deber democrático de la comunidad

educativa, corresponde a la escuela propiciar los espacios reales de interacción estudiantil

para que por medio de ellos se fortalezca el proceso de construcción del ciudadano que se

quiere.

A su vez, la democracia en la escuela, está en consonancia con los espacios reales de

participación, es decir, las acciones en torno a ella, deben tener sentido para los educandos,

hay un acercamiento a lo planteado cuando se supera el ejercicio democrático del

momento; caso particular la elección del Gobierno Escolar, proceso que trasciende el

contexto educativo en la medida en que se comprende que la democracia no corresponde

únicamente a elegir y ser elegido; también implica, acciones, estilo de vida e incidir en las

decisiones que se toman. Se debe agregar que “la democracia es una conquista; no es una

dadiva” (Saviani, 2010, p.82). La democracia en la escuela implica, por un lado, cambiar

las prácticas que se hacen de ella, empezando por involucrar a todos en los procesos que se

adelantan y en las decisiones que se toman. Independientemente del rol que desempeñe el

individuo todos formamos parte de la comunidad, así que, se le debe tener en cuenta en las

decisiones que se toman y en caso de no estar preparado para tal fin, corresponde a la

escuela acompañar el proceso formativo que el estudiante requiere. Por otra parte, se

entiende que los procesos democráticos no están terminados, se fortalecen en la medida en

que se garantizan los espacios que los posibilitan, y quienes están involucrados en él,

contribuyen con acciones concretas a la vivencia de la participación democrática mediante

la interacción de la comunidad, pensando en el bienestar general.

Igualmente la ciudadanía activa aduce cambios en la sociedad siempre que en la escuela los

estudiantes tengan el soporte y el acompañamiento pedagógico que permita el encuentro

con el otro - los otros -, sin importar en qué posición se esté. La formación ciudadana toma

sentido al reconocer lo social como elemento constitutivo, es decir, el ciudadano se

construye en la interacción permanente entre los sujetos, que se reconocen en la

5

identificación del contexto para superar sus necesidades. En otras palabras el ciudadano

activo desarrolla la “dimensión ética con sentido colectivo en donde no bastan las

soluciones individuales sino van acompañadas de un sentido de bien común” (Magendzo,

2004, p.19). El ejercicio de la ciudadanía activa, obedece al trabajo entre todos de manera

responsable al asumir la cotidianidad como el contexto social susceptible de mejora o

transformación, proceso que requiere del conocimiento de lo que se quiere cambiar y de

qué manera se pretende hacer.

El trabajo consta de la presente introducción y cuatro capítulos, organizados de la siguiente

manera:

En el primer aparte de manera introductoria se presenta el estado del arte acerca de la

participación, democracia y ciudadanía; es así que, se manifiesta lo que se ha dicho y como,

frente a las categorías mencionadas. El trabajo desarrollado está soportado en referentes

teóricos de índole nacional, regional y mundial que de alguna forma contribuyeron por un

lado, a especificar las categorías de análisis y por otra parte, permitieron ampliar las ideas

que se tienen de ellas para una mejor comprensión.

Un segundo momento comprende las consideraciones metodológicas utilizadas para dar

cuenta de la pregunta de investigación. La unidad didáctica, que permitió organizar la

práctica educativa con los estudiantes; el enfoque cualitativo, de gran utilidad porque

permite partir del contexto de los educandos para interpretar lo que allí ocurre; el método

etnográfico, con el cual se supera el dato en sí, para entender el significado de las acciones,

actitudes y comportamiento de los sujetos y, el grupo focal como técnica de investigación,

que en este caso, fue El Consejo Estudiantil. La unidad didáctica, el enfoque, el método y la

técnica de investigación se aplicaron de manera coherente cuyo resultado es el trabajo que

se presenta; así mismo, en este apartado, se hace referencia a los Lineamientos Curriculares

de Ciencias Sociales ya que se utilizó la pregunta problematizadora como una estrategia

diferente de presentar la propuesta de trabajo a los estudiantes; lo planteado se podría

considerar, conjuntamente con el foro estudiantil (de carácter de institucional) como

acciones de innovación por el impacto que tuvieron en los estudiantes y la comunidad

educativa.

Seguidamente se hace una presentación conceptual de las categorías participación

estudiantil, democracia escolar y ciudadanía activa, que constituyen el primer capítulo. Allí

se muestra los conceptos que varios autores manifiestan sobre las categorías mencionadas,

los cuales permitieron orientar la problemática a intervenir con forme a la concepción que

se tiene de ellas, su incidencia en la escuela y sociedad; de igual modo, la forma como

puede ser posible a través de la práctica de las mismas, resultados positivos. Según esto, se

destacan las ideas planteadas por Hart (1993), sobre la participación de los niños en la

escuela; la democracia y la cultura democrática en el contexto escolar, analizados por

Aguilar & Betancourt (1999) y; el ciudadano activo, del que hablan León & Pulgarín

(2009), entre otros.

6

En el capítulo segundo, se evidencia el contexto de la participación en Colombia y en

Bogotá, partiendo de la Constitución Política de 1991, la Ley General de Educación y el

Decreto 1860 de 1994, como parte del marco legal para el ejercicio de la participación, la

democracia y la ciudadanía. Para el caso de Bogotá, se tuvo en cuenta algunas de las

estrategias metodológicas planteadas en el Plan Sectorial de Educación (2012 – 2016)

aplicadas en colegios del distrito por la Secretaría de Educación (PECC, INCITAR, etc.)

para la formación ciudadana y el fortalecimiento de la convivencia con participación de la

comunidad educativa. Al mismo tiempo se tiene en cuenta la contextualización de la

experiencia y las características relevantes del colegio Villas del Progreso, ubicado en la

localidad séptima de Bosa, entre los barrios el Recuerdo y Santafé donde se realizó la

investigación.

El capítulo tres aborda la sistematización de la experiencia con respecto al trabajo realizado

con los educandos que formaron parte del Consejo Estudiantil en el año 2016. Hay que

mencionar además, el análisis que se hizo en este capítulo sobre las actividades realizadas

por los estudiantes para dar cuenta acerca de la participación estudiantil, democracia en la

escuela y ciudadanía activa, todo en relación con el contexto escolar. La estrategia

metodológica utilizada fue la unidad didáctica, la cual consta de diez actividades enfocadas

a fortalecer la participación, democracia y ciudadanía en los estudiantes a través del

reconocimiento y reflexión de las problemáticas del contexto para contribuir con acciones

efectivas a su mejora.

Y por último, en el capítulo cuatro, se presentan las conclusiones donde se recogen los

aspectos relevantes de la investigación destacando el proceso realizado, la sistematización,

la importancia de la innovación, los avances respecto a las categorías de análisis, la

metodología abordada y su implementación; de igual modo, el impacto que tuvo en la

institución el trabajo desarrollado con los estudiantes y en el investigador.

7

OBJETIVO GENERAL

Identificar las formas de participación de los estudiantes y su incidencia en la

construcción de ciudadanía y cultura democrática.

Objetivos específicos

Potenciar las formas de participación de los estudiantes en la formación de

ciudadanía y cultura democrática.

Acompañar y motivar las iniciativas de los estudiantes en relación con la

participación que les permitan reconocerse como ciudadanos en construcción.

Implementar estrategias metodológicas que les permitan a los estudiantes desde sus

acciones y reflexiones aportar en la construcción de cultura democrática.

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Estado del arte

Participación, democracia y ciudadanía, son categorías connaturales a la sociedad puesto

que de la forma como se practiquen depende en gran medida la mejora y transformación de

las comunidades al considerarlas como alternativas de cambio y bienestar colectivo. Dichas

categorías ocupan un espacio relevante en el ámbito académico (la escuela) por ser este uno

de los escenarios vitales en lo que tiene que ver con la formación del ciudadano

participativo y democrático que la sociedad demanda; de allí que es importante un

acercamiento a las ideas, análisis y reflexiones planteadas por teóricos de orden nacional,

regional y mundial con las cuales se espera generar expectativas y algunas claridades frente

a la pregunta de investigación de la que me ocupo, en este caso ¿cómo los espacios de

participación escolar inciden en la construcción de ciudadanía y de una cultura democrática

en los niños, niñas y jóvenes del Consejo Estudiantil del Colegio Villas del Progreso?

La pregunta por la participación es el punto de partida para aludir al estado del arte, en

tanto es el marco referencial que permite establecer lo dicho y cómo se ha dicho en torno a

la participación, democracia y ciudadanía. Según Jiménez (2006), el estado del arte se

aborda desde tres aspectos: como apropiación del conocimiento; como una propuesta de

investigación (mi interés está centrado en este aspecto) y, como punto de partida a lo

inédito.

Con el estado del arte se pretende conocer las ideas y las experiencias que se han

desarrollado con relación a las categorías planteadas, con lo cual se tiene un referente que

permite orientar la propuesta de investigación de la que se habló antes; es decir, se desea

conocer el punto de vista y el pensamiento que los autores indagados tienen sobre

democracia, participación y ciudadanía; se espera que los resultados obtenidos se

conviertan en insumo para trabajar la propuesta de investigación. Así mismo, al considerar

ideas, acciones y reflexiones diferentes, es posible replantear las maneras como se han

asumido estas categorías en el contexto escolar, lo cual puede contribuir con la formación

de ciudadanos participativos y democráticos en el entorno educativo.

El presente estado del arte se estructura de la siguiente manera: en primer lugar, se aborda

la participación como factor indispensable en la formación de sujetos críticos y propositivos

frente a la realidad que les ha tocado vivir; en segundo lugar, se aborda la democracia como

una categoría que trasciende lo que comúnmente se dice y expresa de ella y; en tercer lugar,

se hace hincapié en la ciudadanía y su importancia para asumir la democracia como debería

ser.

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Uno de los escenarios donde tienen cabida los procesos de participación, de aprendizaje de

la democracia y de la ciudadanía es la escuela; la tarea no solo es de las instituciones

escolares, involucra también a la familia, al barrio, a los grupos juveniles, etc., aunque los

aprendizajes que estos escenarios aportan deberían ser un complemento a los que la escuela

enseña, lo cual no ocurre porque las relaciones de poder que se viven en el contexto escolar

rompen con esos aprendizajes. Aun así, la escuela por su responsabilidad con la sociedad,

es la institución llamada a garantizar la participación como factor indispensable en la

construcción de ambientes democráticos y la formación para el ejercicio de la ciudadanía

en sus estudiantes.

Hablar de la escuela implica replantear las practicas metodológicas al momento de abordar

un tema crucial como el de la participación, al respecto Hart (1993), reconoce que la

comprensión de la participación democrática y la confianza, así como la capacidad para

participar, solo se pueden adquirir gradualmente por medio de la práctica; no se pueden

enseñar como una abstracción. Reevaluar las acciones metodológicas sobre la educación

para la participación requiere del compromiso de la comunidad educativa, de tal manera

que los estudiantes ejerzan protagonismo en los cambios a que haya lugar para mejorar la

enseñanza y las prácticas democráticas que permitan la construcción de estudiantes

propositivos, atentos a las decisiones que se toman, siendo parte de ellas a través de sus

ideas, propuestas y prácticas de las mismas. A raíz de esto, se podría considerar la

participación, retomando a Hart (1993), como el derecho fundamental de la ciudadanía; es

decir, los estudiantes haciendo uso de su derecho a participar y de paso construirse como

ciudadanos desde lo que proponen y realizan en la cotidianidad escolar y fuera de ella.

Para Murcia, (1994); Hart, (1993); la participación adquiere sentido en la toma de

decisiones y en las acciones conjuntas que afectan la vida propia y la vida de la comunidad

en la cual se vive. De acuerdo con Muñoz (1995), en consonancia con Santos Guerra, la

participación se debe asumir no solo como derecho sino como deber; de igual modo, los

ciudadanos pueden intervenir en la actividad pública a través de distintos tipos de

participación: ciudadana, social, política y comunitaria. Respecto a la participación

comunitaria ésta se orienta a la acción de los mismos ciudadanos tendientes a resolver las

necesidades de la vida cotidiana. Este tipo de participación al abordarse en la escuela podría

generar otras maneras de relación entre los estudiantes y la institución empezando por

fortalecer los lazos de identidad y cambiar el imaginario que se tiene de ella; al respecto,

“la escuela se preocupa más por el adoctrinamiento político que por el debate crítico que

permite que los niños adquieran sus propias convicciones” (Hart, 1993, p. 44). Los espacios

que posibilitan la reflexión de las dinámicas y/o problemáticas que le afectan, fortalecen la

interacción y acciones conjuntas en doble sentido, de los individuos entre si y hacia la

comunidad, la escuela es uno de ellos.

La sociedad requiere sujetos participativos con capacidad de incidir de manera directa en

los asuntos que les afectan; es decir, con cierto nivel de empoderamiento tanto individual

como colectivo que facilite las condiciones necesarias para intervenir o mejorar el contexto

10

del que forman parte a través de la participación democrática y el ejercicio de la ciudadanía.

En segunda instancia la participación y la democracia van de la mano, se complementan; en

tanto la participación real contribuye con la construcción de una democracia sólida,

incluyente, que permita el desarrollo individual y social de las personas. Esto es un proceso

bastante complejo puesto que la situación de la participación y la construcción de

ambientes democráticos en la práctica, presenta obstáculos que la dificultan; por tanto, la

formación de sujetos participativos y democráticos se convierte en punto de reflexión que

debe ser visto con la rigurosidad que ello amerita. Este proceso formativo implica cambiar

las maneras como se manifiesta la democracia en los diferentes escenarios donde es posible

su aprendizaje; uno de estos escenarios, es la escuela, por el papel que desempeña en la

sociedad: la difusión, afianzamiento y enriquecimiento de la cultura; desafortunadamente

en lo que concierne a la formación de ciudadanía ha tomado un rumbo equivocado al

contribuir a la heteronomía en lugar de facilitar la autonomía (Santos Guerra, 1995) en los

estudiantes, de tal modo que sean estos los gestores de cambios importantes tanto en lo

personal como en lo colectivo.

Ahora bien, ¿qué se ha dicho sobre la democracia? Bayona, Escobar & Molina, (1999);

García, (1999); coinciden en que la escuela es el espacio socializador por excelencia, es el

escenario propicio para vivenciar la democracia, pero por la forma como se toman las

decisiones y se establecen las relaciones de poder se convierte en uno de los lugares más

antidemocráticos; hay distanciamiento entre lo que se piensa y lo que se dice. Por su parte

Castillo (2003), insiste en que la democracia en la escuela se aleja de la tensión entre poder

y participación política, la democracia es parcializada; es decir, los procesos que se dan son

el resultado de lo establecido por la normatividad (Ley General de Educación, Decreto

1860); por tal razón se dejan de lado acciones reflexivas que implican trabajar en función

de procesos democráticos reales. Las elecciones de Gobierno Escolar son un ejemplo de la

parcialización de la democracia en la escuela porque el desarrollo de este proceso se limita

a cumplir con el cronograma establecido desee la Secretaría de Educación, dejando de lado

el debate y la discusión rigurosa que ello amerita. Castillo es contundente respecto a lo

anterior, al plantear que las elecciones desde esta instancia de participación, son

expresiones burocráticas que opacan el interés de estudiantes, docentes y padres de familia,

estos actos se convierten en eventos del momento porque no hay procesos reales de

socialización política dejando todo tal como estaba. Así mismo, dicha autora ve pertinente

que la reflexión pedagógica incluya entre su agenda la democracia como experiencia de

conocimiento y desarrollo humano, y a su vez, permita comprender la democracia como

proyecto político y no como valor idealizado, lo cual implica, hacer del ejercicio político un

acto más cualificado, razonable y ético.

¿Es posible la democracia en la escuela? para Aguilar & Betancourt (1999), la democracia

escolar solo es posible mediante una práctica renovada, que busque establecer una

pedagogía crítica del fenómeno educativo. De igual forma es importante priorizar en la

cultura democrática como una posibilidad de innovación en la formación de ciudadanos

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críticos y reflexivos con capacidad de aportar a la construcción de ambientes armónicos,

propicios al crecimiento individual, trabajo en grupo; es decir, construcción de normas y

establecimiento de acuerdos con participación de todos los integrantes de la comunidad

escolar. La cultura democrática, de acuerdo con los autores ya mencionados, implica ver la

democracia como un proceso en construcción; así mismo, hacer de la escuela un lugar

donde se genere comunidad participativa y se fortalezcan las relaciones de horizontalidad

maestro - estudiante, mediante acciones prácticas como el autogobierno y los procesos de

participación encaminados a contribuir con la interacción comunicativa para dinamizar

procesos en beneficio de la comunidad mediante el trabajo en equipo.

Al considerar otra perspectiva de la democracia, para Bobbio (1984), ésta se halla en

consonancia con las reglas que establecen quien está autorizado para tomar las decisiones y

el procedimiento que permite hacer esto posible; al respecto, el escenario escolar es

portador de una tradición dada desde la normatividad y a quienes favorece, es obvio que no

son los estudiantes ni la democracia los beneficiados de estas acciones, por el contrario, la

forma como se llevan a cabo los procesos democráticos poco contribuye a que a través de la

participación se haga realidad el objetivo fundamental de la escuela, la formación

ciudadana.

Retomando la idea de cultura democrática, explicada por Aguilar & Betancourt, su

existencia implica una escuela renovada, con acciones efectivas en el ejercicio de su

compromiso social, por lo que su quehacer debe favorecer la interacción consciente de los

niños, niñas y jóvenes que van a ser los adultos del mañana procediendo de manera

autónoma frente a la realidad en la que están inmersos. Tal como lo plantea Bobbio, si

“continua siendo reducida la participación de los ciudadanos en los espacios en los que

puede ejercer sus derechos” (1984, p. 22) todo intento por buscar una sociedad con

posibilidades reales para todos es cada vez más lejana.

De allí que es un compromiso moral de la escuela y la sociedad en su conjunto trabajar

arduamente para transformar “el ciudadano no educado” del que habla Bobbio, -aquel que

conviene a los poseedores del poder porque no los critica ni los cuestiona-, por un

ciudadano reflexivo, participativo, con conocimiento de sus derechos y libertades; es decir,

un ciudadano con capacidad de ejercer su ciudadanía mediante el ejercicio de la

participación en los escenarios donde desarrolla su vida individual y en comunidad.

Por último, con relación a la ciudadanía y practicar la democracia como un modo de

interacción social demanda “la formación de ciudadanos” (Bobbio, 1984; Bayona, Escobar

& Molina, 1999) activos. La formación ciudadana posibilita la construcción de sujetos

comprometidos con su realidad y con capacidad de participar de manera crítica y reflexiva

en el destino de su comunidad y/o de la nación. Esto puede ser posible siempre y cuando

haya corresponsabilidad entre la familia, la sociedad y la escuela. En la sociedad lo ideal

sería cambiar las prácticas políticas de los gobernantes, porque sus acciones y decisiones

han generado (Santisteban & Pages, 2011; Arias & Alvarado, 2015), desprestigio de la

12

política y los partidos políticos; no menos importante, poca credibilidad, especialmente en

los jóvenes, porque asocian la política con el gobierno.

En lo que concierne a la escuela, León & Pulgarín (2009), exponen que la formación de

ciudadanía implica todo un reto para la educación, por cuanto debe primar el trabajo

colectivo entre organizaciones públicas y privadas que conduzcan a la formación de sujetos

encaminados a la búsqueda del bienestar general. La participación democrática puede

considerarse como la posibilidad para que los ciudadanos se construyan a través de la

interacción social y del trabajo conjunto, lo cual redunda en mejores condiciones de vida

que beneficien a todos. De la misma manera la participación ciudadana, es la forma práctica

de aprender democracia y ser democrático y es así como se construye el ciudadano

participativo, social, político, activo y crítico, descrito por León & Pulgarín.

De los tipos de ciudadano expresados por estos autores destaco el ciudadano activo, el cual

se inclina más por la convivencia social que por la política institucional; este tipo de

ciudadano se caracteriza por participar activamente en los asuntos de su comunidad. Las

instituciones escolares al generar espacios de construcción colectiva fortalecen la

participación y la construcción del ciudadano activo para que con sus ideas, motivaciones e

intereses aporte a mejores ambientes democráticos en beneficio de la sociedad.

Los ciudadanos democráticos, participativos, sociales, políticos, activos y críticos, en

consonancia con León & Pulgarín, tienen la capacidad para transformar la realidad

cotidiana, teniendo como escenario el territorio donde luchan para materializar sus sueños;

son ciudadanos que no nacen, se forman y, para su estructuración se requiere del sistema

educativo que a través de los procesos de enseñanza desarrollen las habilidades, valores y

competencias para que intervengan su contexto. El aporte de la escuela en este sentido es

fundamental y se verá reflejado cuando esta institución cambie sus prácticas democráticas y

permita que los estudiantes hagan de la participación un derecho fundamental. Se debe

permitir que el estudiante se forme en la cotidianidad, desarrolle sentido de pertenencia

frente al territorio que habita, porque lo conoce, sabe de sus necesidades y se siente

comprometido en la búsqueda de soluciones a las dificultades que lo afectan.

Como proceso permanente, la formación ciudadana requiere de una fundamentación íntegra

y de escenarios que la propicien; es decir, se debe incorporar la interdependencia entre

ciudadanía y territorio para gestar la democracia territorial que se anhela. Esta construcción

precisa del fortalecimiento de la identidad entre los estudiantes y la institución, porque la

escuela es uno de los escenarios en donde se desarrollan como individuos y aprenden a

convivir en comunidad.

Si la pretensión es la construcción de ciudadanía en la escuela, un paso importante para

hacerla realidad es la formación de ciudadanos comprometidos con la mejora del contexto

educativo y con capacidad para incidir en las decisiones que afectan su vida escolar. En

palabras de Castillo (2003), los estudiantes deben ver y sentir la escuela como su primer

13

espacio de actuación pública, puesto que permite el desarrollo cognitivo, interpersonal e

intrapersonal en sus educandos.

Las categorías de participación, democracia y ciudadanía, requieren ser abordadas con

profundidad desde distintos autores que han reflexionado sobre ellas, para replantear los

procesos de formación ciudadana que se han venido implementando desde el aula.

Los procesos de formación ciudadana que se pretenden desarrollar se constituyen en

verdaderos retos debido a la concepción que se tiene de la política a propósito de la forma

como se aplica tanto en el ámbito nacional como local. A nivel nacional son cuestionables

las decisiones de altos dignatarios del Estado procediendo a favor de un grupo o élite, lo

que va en contravía de la democracia; desde lo local, es cuestión de ver la forma como en la

escuela los directivos y docentes toman las decisiones desconociendo a los otros actores de

la comunidad educativa; es decir, estudiantes y padres de familia.

Por todo esto es importante trabajar mancomunadamente: escuela y sociedad en general en

vía de alcanzar el empoderamiento (capacidad de incidir en las decisiones que le afectan)

de los ciudadanos para que a través de experiencias participativas coadyuven a la

construcción de la democracia; esto no es nada fácil teniendo en cuenta las condiciones

económicas, políticas y sociales que vive el país.

Ahora bien, con este proceso de formación ciudadana que debe emprender la escuela y la

sociedad tal como se ha planteado, no se busca que los estudiantes resuelvan los problemas

del país; sino que comprendan la democracia como la opción válida para la reivindicación

de sus derechos y el cumplimiento de sus deberes, por tanto es necesario que conquisten los

espacios de participación que les han sido negados por su condición de estudiantes y por el

contrario, puedan ejercer la ciudadanía de tal manera que la democracia en la escuela se

convierta en eje movilizador para la transformación de las prácticas que se dan al interior

de sí misma.

14

Consideraciones metodológicas

Las siguientes consideraciones pretenden dar cuenta de las características relevantes de la

unidad didáctica, estrategia metodológica utilizada para la recolección de información; del

enfoque cualitativo, del método etnográfico, del grupo focal como técnica de investigación

y de la sistematización de la experiencia para analizarla e interpretarla a la luz de las

categorías planteadas. Asimismo, poner en discusión la intervención o innovación en la

escuela desde las acciones realizadas por los niños, niñas y jóvenes del Consejo Estudiantil

del Colegio Villas del Progreso IED. Lo anterior está en consonancia con los lineamientos

curriculares del área de Ciencias Sociales por su relevancia en los procesos de reflexión a

partir de preguntas que suscitan la búsqueda y el aprendizaje de lo social.

La Unidad didáctica, enfoque, técnica de investigación y sistematización de

experiencia educativa

La unidad didáctica como estrategia metodológica tiene vigencia en el ámbito escolar

debido a las reflexiones epistemológicas suscitadas en relación a ella, en tanto guarda

relación con el acto pedagógico, es decir, la interacción entre maestro - estudiante, relación

que trasciende lo cognoscitivo, abarcando entre otras cosas, lo social y lo afectivo; de allí

que la información y /o aprendizajes recopilados se pueden considerar como insumos para

el trabajo que se adelanta en el marco del proceso de investigación desarrollado.

La estrategia metodológica mencionada permite dinamizar los procesos pedagógicos que

acercan a nuevos conocimientos sin dejar de lado los saberes previos de los estudiantes, sus

intereses, su creatividad, el trabajo en equipo, el rol del docente como facilitador, y no

menos importante, el desarrollo del carácter investigativo en el educando a partir del

contexto en el que interactúa, ya sea interno, la escuela, o externo, su barrio.

El acto educativo se materializa en la escuela, vista ésta por algunos teóricos como el micro

espacio que permite el aprendizaje y enriquecimiento de la cultura. Al interior de ella toma

vida de manera permanente un escenario que a veces pasa desapercibido tal vez porque no

se conoce todo lo que allí sucede; me refiero al aula de clase como el entorno físico que

permite el desarrollo del proceso enseñanza – aprendizaje, el cual es posible, gracias a la

interacción entre el educador y el educando (Cerda, 2002). Dicho esto, el aula se convierte

en cómplice de un saber que se constituye desde conocimientos, experiencias y la estrategia

metodológica aplicada por el docente a través del juego pedagógico que a diario desarrolla

en su interior; así mismo, es relevante el papel del estudiante, en tanto haya voluntad de

acceder al saber pretendido; en caso contrario, se intensifica la labor del docente, es decir,

tendrá que plantear alternativas provocadoras en los estudiantes, despertando en ellos, su

interés por el tema o asignatura, motivación, creatividad, autonomía y pensamiento crítico.

Ahora bien, ¿Qué se entiende por estrategias metodológicas? Estas se entienden como “las

formas de lograr nuestros objetivos en menos tiempo, con menos esfuerzo y mejores

15

resultados. En éstas, el investigador amplía sus horizontes de visión de la realidad que

desea conocer, analizar, valorar, significar o potenciar” (Quiroz, 2003, p. 63). El asunto que

investigo es la participación estudiantil, se quiere saber cómo a través de ella es posible la

construcción de ciudadanía en la escuela, por tal razón, indagar respecto al concepto,

vivencia y maneras de fortalecerla, permite un acercamiento al objetivo propuesto.

Dicho esto, si el propósito es la promoción de competencias básicas en los estudiantes, la

unidad didáctica es una herramienta clave para hacer posible lo propuesto; además, este

instrumento de trabajo, según Rodríguez (2010), le permite al docente organizar su práctica

educativa, articular y orientar los procesos de enseñanza con miras a mejores aprendizajes

ajustados tanto al grupo como al educando en su diversidad. Entre los elementos que

contempla para su ejecución se encuentran: definición, contextualización, aprendizaje y

metodología a aplicar con sus respectivas fases de tarea, el espacio, los recursos y por

último la evaluación.

Con relación a las características de la unidad didáctica, se resaltan:

“Su elaboración y desarrollo está centrado en el alumno, sus características e

intereses; posibilitar y adoptar la planificación a las características del aula (recursos

humanos, materiales, instrumentos) y del alumno; dar sentido al trabajo docente y

del alumnado potenciando las capacidades de cada cual y favoreciendo el

crecimiento personal y profesional; y, posibilitar la evaluación formativa interna de

la acción educativa y del proceso enseñanza y aprendizaje”. (Estaire, 2004, p. 252).

Apostarle a trabajar con el Consejo Estudiantil, permite centrar la atención en el grupo para

entender la forma como conciben la participación en el aula de clase y en la institución; a

raíz de esto, se plantean acciones dentro de la unidad didáctica teniendo en cuenta el interés

y la homogeneidad en los niños, niñas y jóvenes.

Considerando el objeto de estudio que desde esta investigación se pretende, es de gran

utilidad la unidad didáctica para estructurar las actividades que se van a desarrollar en el

sentido de que permite dinamizar los procesos en relación a mejores aprendizajes, en este

caso la participación; lo cual debe permitir: comprender su importancia, reflexionar sobre

ella, vivenciarla y desde allí, contribuir a la construcción de espacios democráticos y por

consiguiente, la formación de ciudadanía; de igual forma, las actividades contempladas en

la unidad didáctica favorecen la participación de los estudiantes en el sentido de que son

ellos los protagonistas del proceso que se desarrolla en el contexto escolar teniendo como

referente el fortalecimiento de las capacidades del individuo y del grupo de trabajo, como

ocurre con el Consejo Estudiantil.

La unidad didáctica que se aplicó contempla diez actividades donde se especifica el

objetivo que persigue cada una de ellas; los tiempos requeridos para su desarrollo,

generalmente fue un promedio de hora y media de clase; los actores en el proceso, que en

este caso fueron los educandos del Consejo Estudiantil del año 2016; el espacio adecuado

para tal fin; los materiales y la evaluación del ejercicio como tal.

16

La experiencia se desenvolvió a través de encuentros previamente programados entre el

docente facilitador y el Consejo Estudiantil. Inicialmente se hizo la inducción y/o

motivación a los participantes teniendo como referentes: la participación en la escuela y el

rol del Representante de curso; esto porque, son ellos los que integran el Consejo

Estudiantil, instancia que acoge las ideas, propuestas e iniciativas de los educandos a nivel

institucional; y además, porque fue el grupo focal con el que se desarrolló el trabajo de

investigación. Los cuestionamientos suscitados de alguna forma generaron inquietudes en

aquellos estudiantes que no habían dimensionado la magnitud de la responsabilidad que

habían asumido, en tanto el compromiso aparte de ser personal, también es con el grupo

que lo eligió y la comunidad educativa en general. Se escucharon diferentes

planteamientos, unos más elaborados que otros; algunos prefirieron callar, especialmente

los niños y niñas de primaria y aceleración; sin embargo, se resalta, la actitud con la que fue

acogida la propuesta por parte de la mayoría de los asistentes de conocer otros referentes,

acerca de la participación, la democracia y la ciudadanía; así mismo, analizar la forma

como se vivencian dichas categorías en la escuela para contribuir con la construcción de

ambientes escolares democráticos y participativos que permitan la construcción de

ciudadanía desde las propuestas e iniciativas estudiantiles.

Ahora bien; ¿qué pasó? Y ¿por qué pasó lo qué pasó en el desarrollo de la experiencia? A

partir del análisis del acta de elección del Representante de curso del grado 801, se inicia el

proceso de sistematización, lo cual se evidencia en la unidad didáctica que se muestra a

continuación. Conviene señalar aquí, que en el desarrollo de las actividades propuestas

inicialmente, se observó interés y motivación por parte del grupo, asistiendo a las

convocatorias que se conocían con anterioridad e involucrándose en los grupos de trabajo

que se fueron construyendo entre los niños y niñas de primaria, los jóvenes de aceleración y

los estudiantes de los otros cursos. El trabajo se comenzó a hacer de manera individual,

posteriormente, entre todos, para fortalecer el colectivo y contribuir con la participación

desde las acciones y decisiones que se fueron considerando. Con respecto a las

individualidades, los estudiantes que poco intervenían en las discusiones generadas, en la

medida en que se avanzaba, hacían comentarios al respecto; tal vez, el trabajo en equipo,

contribuyó para que se hayan dado cambios, así sean pequeños en la forma de ver y pensar

lo que en su momento se trabajó.

Las actividades propuestas y el compromiso con el que se llevaron a cabo, generaron cierta

confianza en el grupo, tanto, que los encuentros en adelante fueron liderados por ellos

mismos, encargándose de revisar la asistencia y los compromisos pendientes; aunque, en

algunos momentos y en actividades específicas, aquellas que implicaron trabajar con los

compañeros de curso (Los Estudiantes y el Manual de Convivencia), no tuvieron la misma

acogida por todos debido a la falta de apoyo del grupo o porque la socialización de la

propuesta no se hizo adecuadamente para que generara el impacto esperado, -la

participación de los educandos-. No solo lo anterior, sino también, la coincidencia de

actividades de clases (exposiciones, evaluaciones, cierre de período, etc.), y la

responsabilidad que implicó algunas de las actividades propuestas, es el caso del foro

17

estudiantil, influyeron para que no se alcanzaran los objetivos en el tiempo previsto; de allí

que fue necesario replantear entre todos la dinámica del trabajo para retomar el rumbo que

se había planteado.

Es necesario recalcar que, en el desarrollo de la unidad didáctica, tanto el compromiso

como el liderazgo manifestado por un alto porcentaje de los estudiantes, motivó la

participación de los demás, especialmente los compañeros del curso; y las actividades con

mayor impacto en la institución (Plebiscito por la paz, foro estudiantil), dejaron ver que los

educandos si tienen que decir, que hay iniciativas e intereses, que si son tenidos en cuenta

contribuyen con la construcción de los ciudadanos críticos y propositivos que la sociedad

requiere para su desarrollo.

En cuanto a porqué pasó lo qué pasó, diversos factores podrían dar respuesta a este

interrogante; en primer lugar, cuando se socializó la propuesta de trabajo al Consejo

Estudiantil, se generaron expectativas e interrogantes por lo que se iba a hacer y el impacto

que podría tener en la institución, más, si era la primera vez que dicha instancia de

participación asumía un papel protagónico que afectaría a la comunidad educativa en

general, el resultado de esto es la motivación, el compromiso y el liderazgo que los

participantes expresaron en lo que hicieron; en segundo lugar, hay que decir que las

dinámicas de la escuela son complejas, por todo lo que en su interior ocurre, a los

estudiantes les corresponde cumplir con las tareas, las evaluaciones, el cierre de período e

innumerables acciones académicas que requieren ser atendidas con el mayor compromiso

posible; así las cosas, procesos complementarios inherentes a ella, como lo son, la

construcción ciudadana y el fortalecimiento de espacios democráticos, se ven afectados por

que está de por medio la nota y con ella, la amenaza, el sometimiento y el abandono de la

crítica constructiva que los estudiantes podrían aportar a la educación que reciben y a la

situación de la sociedad de la que forman parte. Aun así, el compromiso en la consecución

de los objetivos planteados fue constante por el interés de quienes lideraron los procesos

que con su actitud proactiva, ganaron la confianza y el apoyo del grupo para expresar su

sentir y pensar sobre los temas que les afectan; por consiguiente, todo esto sirvió para

entender que la democracia, va más allá de elegir y ser elegido y que el ciudadano se

construye entre todos por medio de las acciones y decisiones que benefician a la mayoría.

A continuación se presenta la estructura de la unidad didáctica aplicada, en la cual se

expresa el objetivo de cada una de las actividades:

Actividad Objetivo Materiales/fecha y

lugar de

realización

Evaluación

Análisis del acta de

elección del

representante de

curso del grado

Identificar las particularidades

de la elección del

representante de curso en el

grado 801 mediante la

observación del acta de

15 de julio de

2016; biblioteca

de la institución.

Para el desarrollo

Llama la atención el

ejercicio por la

discusión que se

generó con relación a

la responsabilidad con

18

801. escrutinio para analizar la

responsabilidad al elegir a

quien va a representar el

grupo.

de la misma, se

utilizó el acta de la

elección y el

formato de diario

de campo.

la que se debe asumir

este tipo de

situaciones; así mismo

se cuestionó la actitud

de aquellos estudiantes

que no le dan el valor a

las actividades en las

que participan.

Aplicación de la

encuesta sobre

participación,

democracia y

ciudadanía

Conocer las ideas que los

estudiantes tienen de

participación, democracia y

ciudadanía.

4 de agosto de

2016; biblioteca.

Se aplicó un taller

con 14 preguntas

relacionadas con

las categorías de

análisis; se tuvo

en cuenta, acta de

reunión y diario

de campo.

Asisten los 18

estudiantes que forman

parte del Consejo

Estudiantil.

La actividad es

asumida con seriedad,

cada quién realiza lo

que se le indaga de

manera responsable.

Organización del

foro estudiantil

Planear las actividades que se

van a desarrollar en el foro

estudiantil, estableciendo roles

y responsabilidades

específicas.

19 de agosto;

biblioteca de la

institución.

Acta de reunión,

diario de campo.

Participación y

asistencia de 14

estudiantes; se

expresan ideas,

propuestas e

inquietudes frente la

forma como se va a

realizar el evento. La

estrategia que se

acuerda para el foro es

a través de ponencia.

Una mirada

conceptual de la

participación,

democracia y

ciudadanía.

Indagar sobre participación,

democracia y ciudadanía para

ampliar la idea que se tiene y

expresar los conceptos a través

de cartelera.

25 de agosto;

biblioteca.

Carteleras, diario

de campo, registro

fotográfico.

Hubo consulta,

participación y trabajo

por parte de los

asistentes (15

estudiantes).

Lo que quieren

decir los

estudiantes en el

foro

Analizar el contenido de las

ponencias enviadas para

realizar las sugerencias

pertinentes.

29 de agosto;

biblioteca.

Diario de campo.

Los estudiantes se

organizan para discutir

respecto a la

información recibida

con relación a las

ponencias enviadas.

Plebiscito Aplicar uno de los 8 de septiembre; Participación de los

19

estudiantil mecanismos de participación

establecido en la Constitución

Política para entender su

importancia en la construcción

de ciudadanía

patio del colegio. estudiantes de sexto a

once.

Foro estudiantil Fomentar la participación de

los estudiantes a través del

aprovechamiento de espacios

que posibiliten expresar ideas,

sentir y pensar respecto a

temas de su interés.

9 de septiembre;

auditorio del

colegio.

Formato de

ponencias, registro

fotográfico,

videos, diario de

campo.

Asistencia masiva al

evento, participación

de estudiantes de las

tres sedes y colegio

invitado, profesores y

padres de familia.

Los estudiantes y

el Manual de

Convivencia.

Plantear ajustes al manual de

convivencia desde las

iniciativas y necesidades de

los estudiantes para fomentar

la partición y la construcción

de ambientes democráticos en

la escuela.

23 de septiembre;

biblioteca.

Guía de trabajo y

audio.

Hubo interacción en el

grupo, se hizo el

ejercicio, aunque los

aportes fueron pocos;

se resalta porque es la

primera vez que los

estudiantes hacen

propuestas al manual.

Pensando en el

proyecto de

democracia.

Establecer el o los

mecanismos de participación

para cubrir la vacante dejada

por un estudiante elegido

democráticamente.

4 de octubre;

salón 22 de la

institución.

Guía, registro

fotográfico y

video.

Los estudiantes

estuvieron dinámicos y

propositivos en la

actividad.

La participación

desde adentro.

Realizar video donde se

exprese la forma como

vivencian la participación los

estudiantes en la institución.

14 de octubre;

salón de música.

Video

Participación, el

trabajo se lideró y

realizó

responsablemente.

En consonancia con la estrategia metodológica de la que se ha venido hablando y, para

abordar el objeto de estudio, se utilizó el enfoque cualitativo, porque permite partir del

contexto de los sujetos para interpretar los fenómenos que allí ocurren, desarrollar

conceptos y comprensiones, teniendo como referente los elementos propios que se

evidencian en los escenarios y actores que interactúan en un momento determinado. El

enfoque cualitativo por ser inductivo, humanista y holístico, es adecuado para la

investigación en educación debido a su carácter social. Es inductivo porque los conceptos

que se elaboran parten de los datos obtenidos de los estudiantes; es humanista debido a que

20

está centrado en “…el aspecto humano de la vida social” (Taylor & Bogdan, 1987, p.21),

lo cual significa que no se desconoce el contexto de los estudiantes, sino que todo el tiempo

está presente en la interacción dentro de las actividades que se aplicaron en la unidad

didáctica; y es holístico en cuanto “…las personas, los escenarios, o los grupos no son

reducidos a variables, sino considerados como un todo” (Taylor & Bogdan, 1987, p.20), de

manera que, la escuela, la sociedad y la familia inciden en los modos como los estudiantes

se comprenden así mismos y comprenden el mundo.

A partir del enfoque cualitativo se considera que el carácter de este trabajo es comprensivo,

puesto que se ha desarrollado con los estudiantes del Colegio Villas del Progreso que hacen

parte del Consejo Estudiantil y porque, a través de la comprensión, es posible que las

personas estén constantemente explicando las situaciones que ocurren a su alrededor con lo

cual se puede contribuir a dar cuenta de los procesos de participación de los educandos.

Conocer la forma como los estudiantes ven y piensan la participación al determinar los

factores que la dificultan y la posibilitan favorece la comprensión de la realidad social, y

que mediante acciones conjuntas generen espacios participativos y democráticos que

permitan mejorar el entorno donde desarrollan su vida.

La pertinencia del enfoque cualitativo respecto a lo planteado está en la capacidad de los

estudiantes para comprender lo que ocurre en la cotidianidad escolar, de tal modo que a

partir de la reflexión del contexto se utilice el diálogo para establecer acuerdos que

permitan la construcción de espacios democráticos mediados por la participación

estudiantil, cuyo horizonte es mejorar las relaciones sociales en la comunidad educativa.

El conocimiento y la comprensión de la realidad como parte del enfoque cualitativo nos

pueden dar cuenta de los procesos de participación de los estudiantes que se desarrollan

desde sus propias iniciativas y que no hacen parte de las propuestas dadas por la

institucionalidad, pero que son formas de manifestación de ciudadanía, que involucran la

participación para la construcción de ambientes escolares participativos por medio de

ejercicios democráticos con sentido y que involucre a todos, independientemente del nivel

en el que se encuentre el educando.

Conforme con el enfoque y el carácter del estudio, se define que el método investigativo

que se correlaciona con el objeto de estudio es la etnografía, porque implica superar el dato

empíricamente registrado para interpretar sus significados y, además se podrá desarrollar la

observación participante, la conversación, la entrevista y el grupo de discusión, como

técnicas para la recolección de datos. En este sentido, la etnografía se refiere “al trabajo, el

proceso o la forma de investigación que nos permite realizar un estudio descriptivo y un

análisis teóricamente orientado de una cultura o de algunos aspectos concretos de una

cultura” (Serra, 2004, p. 165). Puede cambiar la idea que se cree, tienen las personas sobre

un tema en particular al hacer un acercamiento a la forma como ven y viven tal aspecto,

mucho más, al analizar porque dicen lo que dicen de él, y la manera de expresarlo.

21

Según Páramo & Otálvaro (2006), la etnografía es una estrategia de investigación que

utiliza el diario de campo, la entrevista en grupo o en profundidad, la observación

participante y el análisis del discurso como técnicas apropiadas para hacer investigación.

Dentro de las técnicas etnográficas se utilizó para esta investigación el diario de campo, el

cual, da cuenta por un lado, de las observaciones descritas por el investigador respecto a las

actitudes, comportamientos, puntos de vista y acciones de los estudiantes en cada una de las

actividades emprendidas; y por otra parte, los comentarios de quienes acompañan el

proceso expresando su percepción de lo que observan.

En coherencia con el enfoque y el método, se utilizó el grupo focal como técnica de

investigación. El grupo focal es un instrumento utilizado para la recolección de

información; por tanto, la entrevista en grupo es la herramienta fundamental en esta técnica

para acercarse a lo que se desea saber. Este se definido como una “técnica de recolección

de datos mediante una entrevista grupal semiestructurada, la cual gira alrededor de una

temática propuesta por el investigador” (Escobar & Bonilla, 2009, p.52). Su objetivo es

recolectar información para resolver preguntas de investigación. Por su parte Mella (2000),

plantea que los grupos focales son básicamente grupos de discusión colectiva.

La técnica de grupo focal se implementó con el Consejo Estudiantil como estrategia que

permite dar cuenta de cómo se entiende y vivencia la participación, la democracia y la

ciudadanía en la escuela; así mismo, para construir espacios de interacción que fortalezcan

las estructuras sociales organizadas y lideradas por los educandos.

El trabajo consistió en encuestar a los educandos sobre las categorías mencionadas a

quienes se les dio a conocer los temas con anterioridad para que al momento del encuentro

estuvieran informados sobre el trabajo que se iba a realizar. Dada la complejidad de la

temática se realizaron tres sesiones con la particularidad de que en la medida en que se

avanzaba se observaba un discurso un poco más consolidado y el estudiante tomaba

posición frente al tema con el que se identificaba tal vez porque tenía cierto dominio y

seguridad en sus afirmaciones.

El grupo estuvo conformado por dieciocho (18) estudiantes desde grado tercero a once; los

encuentros se realizaban en la biblioteca del colegio dos veces al mes, en horarios

acordados entre todos para que no afectara las clases de otras asignaturas. Como todo

proceso reflexivo, hubo unos acuerdos iniciales, dentro de ellos, el respeto a la palabra y las

ideas de los demás, independientemente del grado en el que el estudiante se encontraba; la

pertinencia tanto del proceso como de la técnica se observa en la organización de los

estudiantes como grupo y en la responsabilidad al momento de asumir las tareas y

compromisos correspondientes.

Por otro lado, la sistematización como herramienta metodológica fue importante en el

análisis e interpretación del trabajo realizado, puesto que permitió replantear el concepto

que se tenía de participación, democracia y ciudadanía entre los estudiantes, a partir de las

22

diferentes actividades llevadas a cabo, en las que ellos fueron protagonistas desde las

acciones y propuestas que promovieron.

En la evolución del trabajo con los estudiantes se generó la dinámica de retroalimentar los

procesos para entender la forma cómo se evidencia la práctica de las categorías abordadas

de tal manera que se lograra una mirada más amplia de las mismas, tanto en lo conceptual

como en el contexto concreto de la escuela.

“La sistematización de experiencias implica la reconstrucción del proceso vivido, es

decir, la recuperación de su historia, desde una perspectiva que va más allá de la

descripción de lo realizado pues se propone además realizar el análisis y la

interpretación de los momentos más significativos, de los cambios que se llevaron a

cabo en su recorrido y del contraste entre lo planeado y lo realizado, de los logros y

las dificultades, de la relación de la experiencia con su contexto específico y con

contextos más amplios, de los referentes explícitos o implícitos en la experiencia y

de las elaboraciones que se puedan inferir a partir de ella […]” (Aguilar, 2008)

A propósito de lo planteado por Aguilar, pensar o reflexionar sobre lo que hacemos permite

diferentes perspectivas del trabajo pedagógico, de allí que es indispensable este ejercicio

para dar sentido a eso que se está haciendo en función de evaluar el proceso, proyectar

nuevas acciones y generar conocimientos que permitan dinamizar las prácticas educativas,

a través de la interacción de los estudiantes en el contexto escolar; lo cual facilita que las

personas se aproximen a su práctica con una actitud reflexiva y autocrítica, con disposición

para aprender de aquello que sucedió en la experiencia (Jara, 2012)

La relevancia de la participación estudiantil, la democracia y formación de ciudadanía

ameritan ser observadas e interpretadas para comprender los matices que las caracterizan;

de allí, el objetivo de la propuesta y la pertinencia del enfoque, el método, la técnica de

investigación y la sistematización, tenidas en cuenta para tal fin.

Lineamientos curriculares

Las Ciencias Sociales constituyen un factor importante para la comprensión del engranaje

social, político, económico y cultural de la sociedad; estas disciplinas aportan elementos

valiosos para la formación de ciudanía en la escuela, de tal modo que los estudiantes

conozcan su contexto y comprendan las dinámicas socio – económicas que ocurren en el

mundo; de igual forma, su estudio permite el fortalecimiento de la identidad nacional y el

conocimiento de la historia, con lo cual se comprenden los procesos sociales que han

marcado la consolidación del Estado – nacional.

A partir de la década de los ochenta del siglo XX, las Ciencias Sociales son objeto de

discusión y reflexión por la importancia que tienen para el conocimiento de lo social, razón

por la cual se han realizado ajustes desde el Ministerio de Educación Nacional con el

beneplácito de la dirigencia magisterial, estas instituciones acuerdan lo que en su momento

23

fue considerado como toda una innovación educativa, me refiero a los Marcos Generales de

los Programas Curriculares para el área de Ciencias Sociales (1984). Dos aspectos

sustentan dicha iniciativa: en primer lugar, la demanda en torno a las problemáticas socio-

económicas que se presentaban en el mundo las cuales requerían otro tipo de interpretación

para su comprensión, es decir, las Ciencias Sociales requerían de un método de estudio que

permitiere comprender de manera holística el fenómeno social en forma integral y no

sectorizada como se venía haciendo; así mismo, el dinamismo producto de los cambios

sustanciales en las sociedades exigía otras miradas, cruzada por la transversalidad de las

disciplinas sociales. Por otro lado, las criticas reiteradas desde el plano académico sobre la

forma como se venían enseñando la historia y la geografía. La historia se cuestionaba al ser

enseñada como sucesos y gestas de héroes, además tenía un carácter memorístico y se

alejaba de la generación de identidad en los ciudadanos; por su parte, la geografía, se centró

en la elaboración de mapas, un ejercicio bastante distante de la realidad del estudiante

cuyas actividades terminaban en un hacer incomprendido y con poco significado.

Otros puntos de vista sobre el particular argüían que las disciplinas en mención, ofrecían un

saber fragmentado, por tal razón se hacía indispensable determinar su quehacer

epistemológico con miras a un carácter interdisciplinar, holístico, global, etc., tanto de la

realidad local, regional y mundial. El resultado de todo esto son las Ciencias Sociales

Integradas (historia, geografía, constitución política y democracia) tal como se plantea en el

artículo 23 y 31 de la Ley General de Educación. Según esta ley, las Ciencias Sociales,

deben ayudar a entender el mundo, para abordarlo y transformarlo.

Ya en el aula, persiste tensión entre quienes siguen al pie de la letra lo establecido desde lo

estipulado por la normatividad y, quienes favorecen la historia y la geografía con la

rigurosidad disciplinar que su enseñanza exige. Si bien es cierto que ambas disciplinas

tienen concepciones epistemológicas propias, guardan relación en los sucesos históricos y

geográficos acontecidos.

Para el año 2002 los Lineamientos Curriculares de Ciencias Sociales plantean cambios de

fondo que vale la pena mencionar; me refiero a fundamentaciones pedagógicas como los

ejes generadores y la pregunta problematizadora. Respecto a los ejes generadores, muestran

cierta claridad y organización del trabajo académico, optimizan y potencian las tareas

asumidas por estudiantes y profesores. La gran fortaleza de los ejes generadores es su

globalidad, lo cual permite diferentes perspectivas para abordar el estudio de las Ciencias

Sociales, por citar un ejemplo, a través de ellos, se posibilita el estudio de problemas

actuales y vitales en la comunidad estudiantil (la participación) que pueden ser abordados

desde diferentes estrategias metodológicas y técnica de investigación, por ejemplo la

unidad didáctica y el grupo focal.

La pregunta problematizadora (MEN, 2002), promueve la investigación y la generación de

nuevos conocimientos en el aula. Esta metodología genera nuevas preguntas que surgen de

manera particular en cada grupo donde se aplica; de igual modo, facilita trabajar ciertos

aspectos a los que no se les ha dado la pertinencia que requieren por no corresponder

24

claramente a ninguna asignatura, - la construcción de los sujetos a través de la

participación, es uno de ellos.

Estos ajustes al currículo de la disciplina en cuestión se sustentan en la Constitución

Política de 1991 al propiciar la democracia participativa en la sociedad; además, en el

artículo 41 de dicha norma, se orienta fomentar prácticas democráticas para el aprendizaje

de los principios y valores de la participación ciudadana desde la escuela. Lo anterior

requiere del aporte de las Ciencias Sociales en la formación de ciudadanos activos que

promuevan cambios sustanciales en la comunidad que posibiliten buenas relaciones

sociales y mejores condiciones de vida; es así que, uno de los objetivos de ésta área, según

el MEN (2002), es la formación de hombres y mujeres que participen activamente en su

sociedad con una consciencia crítica, solidaria y respetuosa de la diferencia y la diversidad

existentes en el país y en el mundo.

Los lineamientos curriculares son el soporte para que las instituciones educativas,

especialmente los profesores de Ciencias Sociales a través de estrategias metodológicas

efectivas (ejes generadores, preguntas problematizadora, unidad didáctica, etc.), promuevan

la formación de ciudadanos críticos, propositivos y democráticos que comprendan y

participen en su comunidad de manera responsable teniendo en cuenta los cambios que la

sociedad demanda. La práctica de este tipo de estrategias abre el abanico de posibilidades

de las que el docente de Ciencias Sociales puede disponer para el ejercicio educativo si su

propósito es plantear otro tipo de procesos escolares (innovación – intervención educativa)

que permitan la formación de ciudadanos comprometidos con los cambios que su

comunidad requiere para superar las dificultades y contribuir con una sociedad democrática

y participativa que posibilite cierto bienestar para todos.

El trabajo realizado con el Consejo Estudiantil es un ejemplo de esto, las acciones

realizadas con el grupo generaron cambios sustanciales con relación a la participación y la

democracia en la escuela, uno de ellos tiene que ver con el foro estudiantil organizado y

liderado por los educandos, el cual se ha convertido en un evento de carácter institucional

por el impacto que tiene en la comunidad educativa del Colegio Villas del Progreso. El

primer viernes del mes de septiembre, los estudiantes de las diferentes sedes y jornadas

(sede A, B y C) previa organización, planeación y desarrollo se dan cita para expresar sus

ideas y reflexiones respecto al tema acordado para el foro estudiantil cuyo propósito es que

guarde relación con los educando y las dinámicas de la institución. En el 2016 se trabajó

sobre convivencia y ciudadanía, y para el 2017, el tema de reflexión son los derechos

humanos.

25

CAPÍTULO 1: ALGUNOS REFERENTES CONCEPTUALES

1. 1 Participación

La participación vista como una forma de expresión de la democracia al ser utilizada

conscientemente puede generar cambios sustanciales en el entorno familiar, escolar y local;

participar implica también que los ciudadanos se involucren de manera activa y constante

en las decisiones que afectan su vida de manera individual y en colectivo. Lo anterior puede

ser posible, en tanto sea cambiado el imaginario que se tiene de ella, iniciando por ampliar

y construir otras maneras de verla, interpretarla y asumirla cotidianamente.

Ampliar y construir otras miradas de la participación exige indagar puntos de vista que

permitan complementar el concepto que se tiene y, reorientar las prácticas que usualmente

se hacen en los diferentes escenarios donde hay interacción con los otros. En este sentido

“la participación se refiere a los procesos de compartir las decisiones que afectan la vida

propia y la vida de la comunidad en la cual se vive” (Hart, 1993, p. 5). Encaminar esfuerzos

hacia este propósito se podría constituir en un paso importante para hacer de la

participación una posibilidad real de transformación social, de allí que las implicaciones

para los ciudadanos se convierten en todo un desafío, puesto que requiere de esfuerzos

tanto personales como colectivos hacia la toma de decisiones pensando en el bien común.

Para Murcia (1994), la participación representa todo un proceso donde está implícito: la

comunicación, la toma de decisiones y la ejecución de acciones conjuntas, lo cual, debe

estar en consonancia con el intercambio permanente de conocimientos y las experiencias.

Así mismo considera que la participación debe ser activa, deliberada, organizada, eficiente

y decisiva.

Ahora bien, ¿Cuál es el panorama de la participación en nuestro país? La realidad nacional

muestra que en gran parte de la ciudadanía hay desinterés y apatía respecto a los procesos

asociados a la participación porque existe en el imaginario la idea de que los políticos son

corruptos y siempre están en función de sus intereses particulares, desentendiéndose de su

compromiso para con la población; de allí que la participación se reduce a procesos

electorales, aun cuando existen mecanismos de participación ciudadana que están

contemplados en la ley, pero que se desconocen y apenas se hace uso de unos pocos de

estos y en situaciones aisladas, por ejemplo, la revocatoria del mandato, la consulta popular

y el voto, siendo este último, el mecanismo de participación más utilizado por la

comunidad, quienes terminan creyendo que al acudir a las urnas están haciendo uso del

derecho a la participación, sin embargo, no es consultada o escuchada respecto de las

decisiones que le afectan.

Dicho esto, la pregunta que surge es ¿cómo se podría contribuir para que los ciudadanos

sean cada vez más participativos? Respecto al ciudadano es el “hombre o la mujer que

pertenecen a una colectividad, a una nación o a un país; que es resultante de una

construcción histórica” (Petris, 2005, p. 23). Hacerse ciudadano en el día a día explorando

26

otras maneras de entender y practicar la participación podría acercarnos al interrogante

planteado en tanto se supere el estado del ciudadano no educado descrito por Bobbio

(1984); es decir, aquella persona que poco se interesa por las situaciones que afectan su

vida.

Si el propósito es que los sujetos a través de acciones participativas contribuyan con

cambios sustanciales en su entorno familiar, escolar, etc., se hace indispensable

complementar la teoría con la praxis, ésta según Freire (1970), se refiere a la reflexión y

acción del hombre sobre el mundo para transformarlo. Hablar de sujeto requiere de la

interacción del ser humano, es decir, se es sujeto cuando se tiene la posibilidad de actuar,

puesto que “el sujeto no es un “alma” presente en el cuerpo o en el espíritu de los

individuos, sino la búsqueda, emprendida por el individuo mismo, de las condiciones que le

permitan ser actor de su propia historia” (Touraine, 2000, p. 65). Al respecto, la escuela

podría propiciar ambientes democráticos que permitan el desarrollo de libertades e

interacciones del sujeto con sus pares de manera permanente con los cuales contribuiría a la

construcción de espacios participativos donde se tenga en cuenta los saberes propios de su

experiencia y el reconocimiento de las “[…] demandas individuales y colectivas”

(Sarmiento et al., 2013, p 5). Una escuela que atiende las voces de los estudiantes

contribuye con la consecución de ambientes participativos al propiciar escenarios de

interacción que permitan el desarrollo de la persona y por consiguiente aunar esfuerzos para

mejorar las condiciones sociales que se tienen de manera conjunta.

Teoría y práctica se deben complementar, siendo esta relevante, puesto que evidencia las

acciones y decisiones que las personas asumen de manera voluntaria haciendo uso de su

ciudadanía de manera responsable. Este hacer ciudadano, en teoría, lo contempla La

Constitución Política de 1991, que en su artículo uno, establece entre otras cosas, que

Colombia es una República democrática y participativa, lo cual implica que el Estado debe

garantizar y fomentar la participación ciudadana en todos los espacios de interacción social.

En relación a lo anterior, la participación como capacidad en la educación para la

ciudadanía se relaciona con la acción de ser parte, tomar parte y sentirse parte de algo como

lo señala Salazar (2011). Lo dicho es una muestra del deber concerniente a todo ciudadano

de hacer uso del derecho a participar de manera activa en todos los escenarios posibles.

Este cometido, requiere de la formación de ciudadanos críticos, políticos, democráticos y

participativos, características expresadas por León & Pulgarín (2009). Tal como se planteó

antes, en este proceso de hacerse ciudadanos participativos, tiene incidencia de manera

directa la escuela, vista como un espacio “para elaborar la cultura, construir un saber más

allá de la experiencia que se hace instrumento de lucha, para transformarse en sujeto de su

propia historia” (Freire, 2007, p. 19). Según Santos Guerra (2000), esta tiene como misión

fundamental contribuir a la mejora de la sociedad a través de la formación de ciudadanos

críticos, responsables y honrados.

Desde la escuela como espacio de interacción social es condición indispensable dejar de ver

a los niños con poca capacidad para asumir retos, tomar iniciativas y/o decisiones por

27

cuenta propia. Los niños deben ser protagonistas de esa sociedad que se requiere, en tanto

esa nueva sociedad que se necesita construir “[...] es una en la cual los niños aprendan a ser

ciudadanos competentes y sensibles por medio de la participación con adultos competentes

y sensibles” (Hart, 1993 p.6). La construcción del ciudadano es una responsabilidad

compartida, es importante acompañar a los educandos en este proceso de la mejor manera

posible; es decir, debe haber coherencia entre lo que el profesor dice y hace; y por parte de

los educandos se espera disposición y compromiso en las tareas y responsabilidades que les

corresponde.

Entender la participación, implica cambios sustanciales desde la cotidianidad de la familia,

la escuela y la sociedad en general. El asunto de la participación dada su trascendencia en el

ámbito escolar exige ser reevaluada casi que a diario. Por tal motivo la escuela se convierte

en punto de encuentro de saberes y experiencias, siendo esta una situación podría generar

cambios y transformaciones en los sujetos, así como en la comunidad a partir de procesos

participativos que permitan entre otras cosas, el convidarse a sí mismo en torno a intereses

colectivos relacionados con asuntos políticos o no. Con estos planteamientos a favor, se

estaría avanzando hacia la construcción de cultura democrática, fundamentada en un pilar

estratégico de vital relevancia en la transformación de sí y del entorno, cual es la

participación real de los ciudadanos.

1. 2. Democracia

La democracia desde su origen ha sido y sigue siendo pensada, analizada, reflexionada,

etc., por sus implicaciones políticas, económicas, sociales, culturales e ideológicas en la

sociedad. Desde su creación en la antigua Grecia, la democracia ha tenido cambios

dependiendo de las necesidades de la población y del momento histórico que se vive. La

democracia directa vivenciada por los griegos; la democracia representativa, en la

modernidad y; la democracia participativa como un referente actual, son algunos de los

cambios que a través de la historia las personas han pensado y construido para hacer

posible una mejor sociedad; con esto se ratifica que “la democracia no es un hecho natural

y su desarrollo soporta un alto valor de individuación a la vez que implica un gran nivel de

institucionalización de los aspectos de la vida de los sujetos” (Castillo, 2003, p. 34). Cabe

preguntar ¿Cuál es la democracia que se quiere? Y ¿Cómo es posible conseguirla?

Necesariamente hay que conocer la comunidad y el contexto que indaga por esto para

acercarse a lo que se desea.

Ahora bien, el que se continúe reflexionando la democracia, en la forma como se vive, se

siente y se piensa, es una muestra de su importancia, más aún, cuando se han superado

regímenes de gobierno contrarios a ella - es el caso de la dictadura por citar un ejemplo-.

Las sociedades contemporáneas en su gran mayoría han asumido la democracia como la

mejor forma de gobierno en comparación con los regímenes totalitarios que en su proceder

atentan contra los derechos humanos y la dignidad de las personas.

28

Respecto a lo planteado, la democracia es un tema del que se habla en diferentes

escenarios, tanto mundial, nacional y local, por su significado para los ciudadanos y el

impacto que podrían tener unas buenas prácticas democráticas en la comunidad, esto dadas

las circunstancias actuales, donde se cuestiona el proceder de los gobernantes en quienes se

ha depositado la confianza para dirigir el rumbo de una nación.

En este sentido la democracia es una “forma de gobierno que se caracteriza por un conjunto

de reglas que establecen quien está autorizado para tomar las decisiones y bajo qué

procedimientos” (Bobbio, 1984, p.14). Por su parte, Dewey, va un poco más allá al

considerar que “una democracia es más que una forma de gobierno; es primariamente un

modo de vivir asociado, de experiencia comunicada conjuntamente” (1997, p. 82). La

interacción de los sujetos, el trabajo conjunto, la consecución de acuerdos y consensos, se

constituyen en factores que podrían posibilitar la construcción de espacios democráticos y

dicho sea de paso un modo de vivir asociado; es decir, vivir con otros, con los otros,

independientemente de su forma de ver, sentir y pensar el mundo.

También, Zuleta, dice que la democracia “es el derecho del individuo a diferir contra la

mayoría; a diferir, a pensar y a vivir distinto, en síntesis, al derecho a la diferencia, es dejar

que los otros existan y se desarrollen por sí mismos” (2001, p. 47). La democracia

vivenciada de esta forma es una muestra de madurez desde todo punto de vista, por ello es

necesario que haya en la población unos niveles de formación cultural que potencien entre

otras cosas, los valores democráticos indispensables para la construcción de una sociedad

mejor donde quepamos todos; es el caso del reconocimiento y respeto por las diferencias

entre los seres humanos, el respeto por el otro, la solidaridad, la equidad, la justicia y la

libertad, etc. Dichos valores “fundamentan no solo la formación de ciudadanos sino

también la construcción de una sociedad democrática” (Aguilar & Betancourt, 1999, p. 38).

El conocimiento y la práctica de los valores democráticos es un deber de la persona y la

sociedad, puesto que de ello depende, entre otros factores, la construcción y el

fortalecimiento de ambientes que propicien prácticas de tolerancia, solidaridad y

participación en todo sentido.

En el país estamos lejos de vivir la democracia tal y como se ha planteado; el irrespeto al

otro por pensar diferente, la indiferencia, la amenaza, la persecución y hasta la pérdida de la

vida, son algunas de las expresiones de intolerancia que han impedido que los otros existan

y se desarrollen por sí mismos, tal como lo plantea Zuleta.

La situación actual del país muestra un conflicto interno aún sin resolver que afecta directa

e indirectamente a todos los ciudadanos independientemente de su condición social, del

credo que profesan o la ideología que defienden. Esto deja ver efectos contradictorios en el

ejercicio democrático; es el caso de la desigualdad social generadora de pobreza en la

población, así como la corrupción y el incumplimiento de los deberes propios de los

gobernantes; y qué decir del poco interés de gran parte de la población de incidir en los

asuntos que les afecta, actitud que expresa según Santos Guerra (1995), citado por Aguilar

29

& Betancourt (1991), un desaprovechamiento de la participación como principio básico de

la democracia.

La situación del país no puede ser ajena a una institución clave en la construcción de la

cultura como lo es la escuela. En su interior tienden a repetirse algunas de las situaciones

ocurridas en otros contextos, no por esto sin conexión con ella, puesto que los estudiantes

vienen con actitudes, comportamientos, saberes, en últimas un estilo de vida que se

convierte en todo un reto desde el ámbito escolar ya sea para fortalecer la cultura propia o

intervenirla. Ahora bien, reconocer y aprovechar los saberes de los estudiantes podría ser

útil como insumo para continuar su proceso de construcción conjuntamente con la escuela

como ciudadanos activos a través de la participación y el pleno ejercicio de la democracia.

La democracia como el derecho a diferir, como un estilo de vida o, el resultado de la

construcción colectiva ¿qué hay de esto en la escuela? A decir de Bayona, Escobar &

Molina (1999), la escuela ha sido el espacio socializador por excelencia, pero a la vez, ha

sido y es uno de los lugares más antidemocráticos, por ser réplica de las instituciones

políticas y administrativas, porque la práctica individual refleja que los actores educativos

son resultado de modelos autoritarios que establecen el divorcio entre lo que se piensa y lo

que se dice. Lo planteado es reafirmado por García (1999), al considerar que la práctica

democrática se circunscribe a la distribución del poder, el Consejo Directivo lo determina

prácticamente todo, al momento de tomar determinaciones el rector procede a nivel

institucional, los docentes en el aula y, los estudiantes y padres de familia con poca o

ninguna incidencia en las decisiones que se toman; para dar soporte de legalidad al proceso

se utiliza el sistema electoral como mecanismo de legitimación. Según esto, la construcción

de ciudadanos democráticos es un proceso complejo, teniendo en cuenta la realidad de la

escuela, aunque no imposible de lograr. Para pensar en su transformación, un buen

comienzo es ahondar en la cultura democrática, pero, para que ella haga presencia en las

instituciones escolares es necesario modificar una serie de discursos, acciones y prácticas

que no le permiten avanzar (Santos Guerra, 1995), dentro de ellas el autoritarismo y las

relaciones de verticalidad que aún persisten.

Luego, ¿qué se entiende por cultura democrática? La cultura democrática:

“[...] es el complejo de significados que estructuran los comportamientos, las

prácticas, los saberes, valores y representaciones que configuran el marco de las

relaciones de convivencia en el ámbito escolar, los cuales están basados en

principios democráticos, aspectos que les confiere un sentido particular a este tipo

de convivencia” (Aguilar & Betancourt 1999, p. 33).

La cultura democrática implica transformaciones tanto individuales como colectivas, donde

se tengan en cuenta valores, actitudes, discursos, las prácticas que se tienen y las que

realmente se necesitan, además de estimular la participación; para el caso de la escuela,

debe haber interacción de toda la comunidad educativa, que se tenga en cuenta la voz de

30

todos, independientemente de la edad, maneras de ver y representar el mundo. Respecto a

los estudiantes es necesario, retomando a Freire (2007), estimularlos a que pregunten,

critiquen, creen y recreen su mundo.

“El reto para la escuela es por tanto no solo formar para la democracia, sino también

formar en democracia, es decir, construir ambientes y escenarios propicios que no

solo enseñen la democracia, sino que faciliten aprendizajes de la praxis, la reflexión,

la convivencia democrática y el reconocimiento del conflicto”. (Aguilar &

Betancourt, 1999, p. 37).

Bajo esta perspectiva ¿cuál podría ser la apuesta frente a la democracia en la escuela? Y

¿cómo se llevaría a cabo? Las preguntas suscitadas invitan a pensar en otras maneras de

ver, sentir y vivir la democracia; mejor aún, la cultura democrática. A mi modo de ver, la

cultura democrática es un aspecto de vital importancia que bien aplicado desde diferentes

escenarios, no solo desde la escuela, contribuye con vivencias democráticas reales y lo más

importante en beneficio de todos. Lo anterior requiere ser pensado en tanto la cultura

democrática exige ciudadanos activos conocedores de sus derechos, deberes y de la

realidad en la que se está inmerso para su transformación; así mismo, implica esfuerzos

tanto individuales como colectivos que fortalezcan los procesos de formación esenciales

para que los ciudadanos sean reconocidos como sujetos de derechos.

1. 3. Ciudadanía

La ciudadanía se constituye en factor fundamental para la vivencia de la democracia. A

través de la participación los ciudadanos podrían contribuir con la construcción de

relaciones democráticas producto de la interacción de los sujetos. En palabras de Gimeno

(2005), citado por León & Pulgarín (2011), sin ciudadanía la democracia no es posible; sin

ciudadanos, la ciudadanía tampoco lo será. Ciudadanía, participación y democracia, son

conceptos que se entrelazan mutuamente, es decir, se requieren entre sí, para un

empoderamiento de los ciudadanos respecto a la comunidad de la que forman parte. La

ciudadanía para su realización “requiere de derechos civiles como la vida, la libertad, la

propiedad e igualdad frente a la ley; políticos, es el caso del voto, la participación y la

representación; de igual forma, sociales, representados en la educación y el trabajo”

(Jiménez, 2003, p. 22). Los derechos humanos son consustanciales a la construcción de

ciudadanía, por medio de ellos, los sujetos se fortalecen siempre que interactúan

activamente con sus pares en el contexto del que forman parte.

Los cambios surgidos en la modernidad desde lo económico, político, social y cultural de

alguna forma han contribuido para que la ciudadanía se ponga en actualidad en la última

década del siglo XX. Situaciones como la desigualdad, la pobreza, el autoritarismo y la

exclusión, entre otros factores, son detonantes para que los ciudadanos utilizando

estrategias organizativas de formación, interacción y acción colectiva se encaminen a la

31

conquista de sus derechos que garanticen el bienestar general y la adquisición de mejores

condiciones de vida. De allí que la ciudadanía se ha convertido en un tema susceptible de

reflexión en tanto se podría considerar como factor fundamental para que sea posible la

participación y la construcción tanto de espacios como de sociedades democráticas que

posibiliten la interacción de todos y cada uno de quienes la integran.

Para Sánchez Praga (1995), citado por Castillo & Sánchez (2003), la ciudadanía hace

referencia al grado de control sobre el destino que una persona posee al interior de una

sociedad, además confluyen el grado de sujeción a su grupo y su influencia sobre el

gobierno o la manera como este conduce la sociedad. Por otra parte, “el concepto de

ciudadanía se compone del reconocimiento de la sociedad hacia sus miembros y su

consecuente adhesión por parte de estos a los proyectos comunes” (Cortina, 1997, p. 23).

En la medida en que la sociedad involucra al ciudadano, hay un proceso de

corresponsabilidad en donde cada quien debe asumir, por decirlo así, roles específicos. De

esta manera la ciudadanía se convierte, siguiendo las ideas de Cortina, “en un tipo de

relación que tiene una dirección doble: de la comunidad hacia el ciudadano y del ciudadano

hacia la comunidad” (1997, p. 79). El ciudadano es y con los demás, no está solo ni se hace

solo, requiere de los otros para su construcción permanente en un contexto social

determinado.

La ciudadanía establece una conexión fuerte con la vida, de allí que el ciudadano debe velar

por que se garantice lo necesario para aprovecharla lo máximo posible; es por esto que la

ciudadanía “[...] es una actitud de vida proactiva que busca mejorar las condiciones de vida

propias y de la colectividad” (Milani, 2005, p.13). Claro está que esto se ha convertido en

una lucha incesante entre el ciudadano y las instituciones que ostentan el poder, llámese

gobierno, escuela, etc., es por ello que los individuos buscan ejercer su ciudadanía a través

de la exigencia de sus derechos, especialmente en lo referente a la participación en la

construcción de comunidades democráticas que le podrían permitir pensar y trabajar en

función de otro tipo de sociedad; si de lucha por la ciudadanía se trata, nuestro país no ha

sido la excepción, por citar un ejemplo, el conflicto por la ciudadanía en el siglo XX, para

que se reconocieran sus derechos, los ciudadanos optaron por un tipo de “ciudadanía

informal, aquella forma de participación política popular, no reconocida dentro de los

derechos políticos oficiales” (Jiménez, 2003, p. 23). La conquista por la ciudadanía ha sido

una búsqueda incesante por parte de las personas siguiendo el deseo de vivir bien; y en

contra de esto, un gobierno que privilegio el interés particular en lugar del bien colectivo.

Las referencias en torno a la ciudadanía tienen cada vez más relevancia en escenarios de

orden mundial, regional, nacional y local, en el sentido de que al constituirse

organizaciones con la mirada puesta en la búsqueda de intereses comunes, se estaría dando

paso a procesos de transformación que permitan la construcción de una sociedad mejor; es

decir, una sociedad que garantice posibilidades reales para todos independientemente de la

condición social de cada uno de los individuos que la integran. Pareciera que la constante

en las sociedades modernas es y ha sido, más en unos lugares que en otros, la negación de

32

los derechos por parte de gobernantes cuya prioridad son los intereses particulares y de

gremio.

Lo planteado se convierte en razón suficiente para reflexionar sobre la importancia de la

ciudadanía y el cómo de su materialización; tanto así que se ha enfatizado en diferentes

tipos de ciudadanía con unas particularidades bien definidas permitiéndole a los individuos

identificarse con alguno, o algunos de ellos, el que más se ajusta a su punto de vista, estilo

de vida e intereses. Cortina (1997), deja ver en sus reflexiones la importancia de la

ciudadanía para la sociedad, de allí que pone de manifiesto cinco tipos de ciudadanía que se

consideran relevantes en los contextos donde nos desenvolvemos, es el caso de la

ciudadanía política, orientada a la participación de los individuos en las deliberaciones que

se toman; la ciudadanía social, que busca proporcionar a todos los ciudadanos un mínimo

de bienes materiales, que no queden al juego del mercado; la ciudadanía económica,

encaminada a hacerles a los ciudadanos activamente participantes de los bienes sociales; la

ciudadanía civil, coexiste con la participación de los ciudadanos en las comunidades y

asociaciones de la sociedad civil, siendo este, el mejor modo de aprender a ser un buen

ciudadano; por último, la ciudadanía intercultural, fijada en la defensa por parte del Estado

de la convivencia pluralista, así como la autonomía de sus ciudadanos.

Adicional a lo anterior está la ciudadanía activa, la cual tiene asidero en diferentes

escenarios, dentro de ellos la escuela al hacer posible una de sus responsabilidades para con

la sociedad, la cual es según Puig (1996) preparar para la democracia siendo democrática.

¿Qué se entiende por ciudadanía activa? “el ciudadano como agente activo cuestiona la

definición y la conformación que uno guarda con la esfera política y con el resto de la

sociedad” (Giroux, 1993, p. 54); siguiendo este autor, el ciudadano activo “[...] no reduce

los derechos democráticos a la mera participación en el proceso de la votación electoral,

sino que extiende la noción de los derechos a la participación en la economía, el estado y

otras esferas públicas” (p. 56); la escuela puede ser una de esas otras esferas al considerarse

espacio de construcción del ciudadano. El ciudadano activo se convierte en agente de

cambio, quien a través de la acción y el trabajo colaborativo debe incidir en y desde su

comunidad.

Llaman la atención Cortina (1997); y Lechner (2000), al relacionar la ciudadanía activa con

la participación en la comunidad de manera responsable. Además, esta “se preocupa por

conocer y cumplir las normas y derechos de los ciudadanos con un espíritu crítico” (Arcadi,

2005, p. 35). La ciudadanía activa al identificarse con un colectivo es consciente de sus

deberes y derechos; este tipo de ciudadanos, tal como lo expresan León & Pulgarín (2009)

se interesa menos por la política institucional, es decir, son más atentos a la vida social que

al sistema político. Es así que “un ciudadano activo resulta decisivo que comprenda lo que

se quiere cambiar y como ellos deben participar activamente en ese cambio” (Hart, 2005, p.

61). Para este tipo de ciudadano es fundamental involucrarse en lo que pasa en el contexto

con relación a las problemáticas que le afecta, los procesos que se adelantan y las

decisiones que se toman.

33

La construcción de ciudadanía, al igual que la democracia, es un proceso complejo por

todas las implicaciones que se pueden suscitar para su consecución, de allí que la escuela es

un escenario propicio para este fin; empezando por permitir que se escuchen las voces de

todas las personas que la integran para así, superar las limitaciones que al interior de ella

condicionan el desarrollo de nuevas subjetividades y ciudadanía que propicien cambios

relevantes en lo personal y social. Un ciudadano activo debe velar por la comunidad, su

comunidad, en tanto aprende a ser reflexivo frente a la organización institucional y las

decisiones que se toman; asume responsabilidades, entre ellas la participación,

cumplimiento y construcción de las normas por las que se rige; aprende a convivir en

sociedad con la mirada puesta en el bienestar de todos; y no menos importante, conocer lo

que le afecta para su eventual cambio y/o transformación.

Por lo visto es una tarea ingente, dado que el ciudadano no se hace solo, se requiere el

apoyo del otro, del adulto responsable, de la escuela, para dar un paso a favor de la

superación del “ciudadano no educado” del que habla Bobbio, de esta manera, podría ser

posible superar la manipulación ejercida por quienes tienen el poder; además de reaccionar

contra las injusticias generadoras de condiciones de vida injustas y deplorables.

Estos ciudadanos no nacen, se construyen, en consonancia con lo que expresa Cortina, de

allí que la formación de ciudadanía se convierte en un reto para la educación, vista como el

desarrollo de capacidades intelectuales y éticas que le permitan al ciudadano

responsabilizarse de sí mismo, e interactuar con sus pares en la transformación de su

realidad. Aquí se pone en evidencia, la necesidad que tienen las personas de asociarse con

otros, es cuando, la ciudadanía se relaciona con la pertenencia a una comunidad (Beltrán, et

al., 2009). Se puede decir que la ciudadanía es equiparable a búsqueda incesante; es un

proceso de formación permanente que involucra a los ciudadanos interesados en hacer de

su comunidad una oportunidad mejor para construirse, mantenerse y fortalecerse cada vez

más mediante prácticas democráticas renovadas que permitan el desarrollo de ciudadanos

con capacidad de intervenir con acciones y decisiones en los problemas que les afectan en

la actualidad y a futuro.

La participación como forma de expresión de la democracia amerita ser reflexionada con

toda la rigurosidad que su vivencia demanda, de allí que se hace necesario ampliar el

imaginario que se tiene de ella para una mejor comprensión y práctica. Al indagar

diferentes puntos de vista respecto a la participación permite establecer relación entre la

teoría y la forma como se ha establecido en la sociedad. Esta búsqueda se convierte en un

ideal cuando hay un acercamiento a las virtudes de la participación en relación a la

transformación de los sujetos y de la sociedad a la que se pertenece. Para el caso nuestro, el

que los ciudadanos poco se interesen por el asunto de la participación es un tema que nos

debería preocupar; por tanto, la escuela que tiene entre sus objetivos misionales aportar a la

mejora de la sociedad a través de la formación de ciudadanos comprometidos con su

entorno, es vital que contribuya con la construcción de ambientes democráticos desde las

acciones y decisiones de los sujetos que la integran.

34

Así mismo, la democracia, al igual que la ciudadanía, ha sido motivo de análisis en

diferentes escenarios al ser consustancial a la participación. A lo largo de la historia, la

democracia se ha transformado dependiendo del momento por el que se atraviesa y de

quien la estudia. Hablar de ella como forma de gobierno, como estilo de vida o como

derecho del otro a diferir, muestra las diferentes concepciones que al respecto se han hecho

dada su relevancia en la construcción de sociedades justas, solidarias y participativas.

Por su parte la ciudadanía se constituye en el factor fundamental para materializar tanto la

participación como la democracia. Una ciudadanía comprometida con su comunidad, se

construye en el día a día, es decir, el ciudadano se hace permanentemente en la medida en

que se involucra en las decisiones que se toman en su entorno social. Este tipo de

ciudadano requiere de alguna forma, para su construcción del apoyo de otros, llámese

adulto responsable o escuela. Y si el objetivo es contribuir a la transformación de su

contexto, la ciudadanía activa puede aportar a este propósito al asumir responsabilidades

frente a los derechos y deberes mediante la participación y la construcción de cultura

democrática.

CAPÍTULO 2: CONTEXTO DE LA PARTICIPACIÓN EN COLOMBIA Y EN

BOGOTÁ

El ejercicio de la participación ciudadana tiene sustento legal en la Constitución Política de

1991; según lo establecido, el estatus de Estado Social de Derecho que posee Colombia,

exige que se garantice a los ciudadanos la formación democrática y el aprendizaje de la

participación en los contextos instituidos para tal fin, de tal modo que las personas puedan

incidir en las decisiones que los afectan económica, política, social y culturalmente. La ley

establece que todo ciudadano tiene derecho a participar con acciones y decisiones en el uso

del poder político al elegir y ser elegido, constituyendo organizaciones políticas y al tomar

parte en los diferentes mecanismos de participación (plebiscitos, referendos, consultas

populares, revocatoria del mandato, etc.) consagrados en dicha constitución.

En relación a la participación, las instituciones de educación tienen un papel

preponderante, en tanto deben fomentar prácticas democráticas que posibiliten la formación

de ciudadanos críticos, responsables y comprometidos con su entorno social, este proceso

no es responsabilidad únicamente de la escuela; de acuerdo con el artículo 45 de la

constitución política, el Estado y la sociedad garantizan la participación activa de los

jóvenes en los diferentes organismos de carácter público o privado que tengan a cargo la

educación, protección y progreso de la juventud. Es así que la participación adquiere

importancia en la sociedad en la medida en que las instituciones encargadas de garantizar

su aprendizaje permitan que lo establecido en la normatividad se haga realidad y los

individuos asuman la construcción de ciudadanía como parte fundamental del desarrollo de

la persona, así como del colectivo al que pertenece o del que forma parte.

35

Es un deber del ciudadano entender la realidad social en la que está inmerso, para que esto

ocurra, se requiere fortalecer la interacción entre el individuo y las instituciones que tienen

responsabilidades en este proceso (Estado, sociedad, familia y escuela), de tal modo que

haya un trabajo conjunto orientado a la mejora de la sociedad a partir de la formación de los

niños, niñas y jóvenes que son los ciudadanos en proceso de formación.

En consonancia con lo anterior, la Ley General de Educación ratifica el papel de las

instituciones escolares en la formación de la participación en los niños, niñas y jóvenes a

través de ejercicios democráticos que estimulen la construcción de ciudadanía; esto con el

fin de que los educandos participen en las decisiones que se toman por los efectos que

tienen en su vida, y además porque ser parte, tomar parte y sentirse parte, es un derecho;

asimismo, se busca que por medio de acciones participativas los jóvenes encuentren

alternativas de solución a los problemas cotidianos que afectan el progreso social

(corrupción, desigualdad, poco credibilidad en las instituciones y gobernantes, etc.) y el

buen funcionamiento económico del país.

Los espacios democráticos se consolidan en la escuela en la medida en que se garantiza la

participación a través del fortalecimiento y dinamismo del Gobierno Escolar en las

instituciones educativas. Tal como está establecido legalmente, la instancia de participación

en mención, tienen en cuenta las iniciativas de los estudiantes, profesores, padres de familia

y administradores en aspectos afines a la educación. Haciendo alusión a los estudiantes,

ellos son el eje principal en el proceso de formación ciudadana, desde su ingreso al colegio

participan en la elección de Personero, Contralor, Cabildante, Vigía Ambiental,

Representante de Curso y en la organización del Consejo Estudiantil, entre otras instancias

legalmente constituidas; es a través de la interacción en las organizaciones mencionadas y

en su intervención en actividades que tienen un carácter distinto a lo institucional (grupos

de danza, deportes, teatro, etc.) como se fortalecen los procesos participativos en la escuela,

los cuales de alguna forma contribuyen con la formación del ciudadano activo que la

sociedad requiere para su transformación.

Respecto a la participación en Bogotá, se ha incentivado en instituciones educativas

oficiales mediante la práctica de estrategias metodológicas como el “Proyecto de

Educación para la Ciudadanía y la Convivencia” (PECC), que entre otras cosas pretende

la formación de estudiantes en el reconocimiento y aprendizaje de capacidades ciudadanas

(las capacidades ciudadanas son los conocimientos, habilidades, actitudes, motivaciones y

prácticas para conocerme, conocer mi contexto, imaginarme su transformación y actuar con

otros), donde se espera que la existencia y el reconocimiento del otro sea el centro de las

relaciones entre todos los integrantes de la comunidad. Reconocer y respetar a los demás, es

un proceso que se fortalece en al ámbito escolar por ser uno de los escenario que permite

visibilizar en los estudiantes costumbres, tradiciones y estilo de vida propios de la cultura

que han aprendido; es así que, al realizar procesos de reflexión del contexto en relación con

las problemáticas comunes, se fomenta la participación de la comunidad educativa al

36

vincularse con la búsqueda de alternativas de solución frente a los factores que afectan la

vida escolar.

En consonancia con lo anterior, surgen los Planes Integrales de Educación para la

Ciudadanía y la Convivencia (PECC), el cual pretende incentivar la participación de la

comunidad educativa con el fin de establecer iniciativas y proyectos que permitan

desarrollar capacidades ciudadanas esenciales y mejorar las relaciones de convivencia. Otra

instancia que se deriva del proyecto en mención son las Iniciativas Ciudadanas de

Transformación de Realidades (INCITAR), por medio de ella se establecieron acciones

pedagógicas encaminadas a la construcción de relaciones de convivencia y el ejercicio de la

ciudadanía dentro y fuera del ámbito escolar.

El proyecto de Educación para la Ciudadanía y la Convivencia y las estrategias que de él

se derivan, aportan considerablemente a la participación, convivencia y construcción de

ciudadanía en instituciones escolares oficiales de Bogotá D. C, al incentivar a estudiantes,

docentes, directivos, administrativos, padres de familia y demás actores involucrados en

este proceso a que conozcan los factores que afectan la convivencia escolar para que por

medio del diálogo y la reflexión, contribuyan con el fortalecimiento del contexto educativo

y el desarrollo integral de los educandos a través del compromiso que la situación amerita y

el trabajo entre todos.

2. 1. Contextualización de la experiencia – Institución

La propuesta de investigación que se presenta, se desarrolló en el Colegio Villas del

Progreso IED, sede C, jornada mañana, con los educandos que formaron parte del Consejo

Estudiantil del año 2016; con ellos se trabajaron diez actividades (unidad didáctica) las

cuales se realizaron entre los meses de agosto y noviembre; cabe anotar que el grupo focal,

estuvo conformado por niños, niñas y jóvenes de grado tercero a once, quienes fueron

elegidos como representantes de curso en elecciones efectuadas el 8 de abril del mismo

año.

Habría que decir también que el grupo se caracterizó por la heterogeneidad en la edad y en

el nivel cognitivo. Este factor fue favorable en la medida en que se fortaleció el trabajo en

equipo y la interacción de los educandos de manera que en la organización para el

desarrollo de las actividades hubo equilibrio en la conformación de los mismos; es decir,

los niños y niñas de primaria se integraron con jóvenes de bachillerato. Así mismo, se

resalta el dinamismo y la responsabilidad en gran parte de los estudiantes frente a las tareas

y acciones asumidas tanto individuales como de manera colectiva; compromiso expresado

en el desempeño con el que cada quien hizo lo que tenía que hacer; a causa de esto se

generó motivación en aquellos educandos (estudiantes de aceleración) que poco se

interesaron en el cumplimiento de las tareas asignadas que generalmente tuvieron unos

tiempos y espacios de socialización.

37

Los encuentros con los educandos fueron en la biblioteca del colegio por espacio y porque

el lugar es propicio para la organización, planeación y reflexión de actividades que por su

relevancia aportan al fortalecimiento de la participación, la democracia y la ciudadanía,

ejemplo de esto fue la unidad didáctica desarrollada con el Consejo estudiantil. Cabe anotar

que este es el único espacio disponible en la institución, en horas de clase no es posible

encontrar aulas desocupadas debido al número de estudiantes matriculados (cuatro mil

seiscientos setenta y cinco); además, aquí, se encontró comodidad, tranquilidad y acceso a

información, factores favorables para que los educandos cumplieran con las tareas y los

compromisos adquiridos. Al interior de este espacio se escucharon ideas, reflexiones,

discusiones, propuestas y preguntas que enriquecieron sustancialmente el ejercicio

planteado; así mismo, están dadas las comodidades para la elaboración de carteleras,

murales, encuestas y talleres donde quedó plasmado el sentir, pensar y las habilidades de

los estudiantes al momento de responder sobre la forma como conciben la participación, la

democracia y la ciudadanía en el contexto escolar.

Los educandos poco a poco se fueron apropiando del lugar, situación que se observó al

establecer horas determinadas de reunión (los encuentros se acordaron dos o tres veces al

mes en horarios diferentes dependiendo de la complejidad de la actividad o actividades

propuestas) para que no se cruzaran con otro tipo de acciones que también tienen cabida en

este espacio. Aparte de ser el sitio apropiado para el trabajo, la biblioteca también brinda

las herramientas para profundizar en temas disciplinares utilizando los libros, revistas y

aprovechando el servicio de internet que allí se encuentra. Es así que, utilizar dicho lugar

para fines determinados fue de gran utilidad porque se logró el acercamiento a un saber

específico; así también, los estudiantes de alguna forma fortalecieron los lazos de identidad

hacia la institución, me refiero a los educandos del Consejo Estudiantil puesto que es

común a la hora del descanso y en otros espacios verlos hacer uso de la biblioteca; además,

este lugar brindó tranquilidad para el trabajo de los niños, niñas y jóvenes en el desarrollo

de las actividades, el fortalecimiento de las habilidades individuales y el trabajo en equipo.

2. 2. Colegio Villas del Progreso IED

El Centro Educativo Distrital Villas del Progreso, es una institución de carácter oficial que

pertenece a la Secretaría de Educación de Bogotá; hasta el 2016 contaba con tres sedes

ubicadas en la localidad de Bosa; la sede A, se encuentra en el barrio Villas del Progreso,

allí se ofrecen los grados de primero a quinto, mañana y tarde; la sede B, localizada en el

barrio Santa Lucía, brinda los grados de primero a once en ambas jornadas; y la sede C, en

el barrio el Recuerdo, trabaja con niños, niñas y jóvenes de primera infancia a once,

también en doble jornada. La matrícula registrada en este año fue de 4675 estudiantes,

número que bajó en el 2017 a 3879 porque la sede B dejó de ser parte de la institución,

actualmente pertenece al colegio Porfirio Barba Jacob por ubicación geográfica. Aun así, es

considerable la población estudiantil con la que se trabaja, lo cual exige que haya las

38

condiciones físicas, logísticas y el personal tanto docentes como administrativos y de

mantenimiento que se requiere para brindar la mejor educación posible.

Dentro de las características relevantes que se presentan en la comunidad estudiantil se

resaltan las siguientes: algunos de los niños, niñas y jóvenes que llegan a la institución

pertenecen a familias víctimas del conflicto armado que se vive en el país; se presenta la

modalidad de madre o padre cabeza de familia, lo cual implica que la responsabilidad

económica del hogar recae un una sola persona; un número considerable de estudiantes

trabajan para aportar económicamente en la casa, situación que de alguna forma dificulta

los procesos académicos y convivenciales que se desarrollan. Asisten al colegio educandos

con extra edad, de allí la existencia del programa volver a la escuela; por otro lado, influye

considerablemente el proceso de urbanización que se presenta en la localidad, así como

llegan familias, también se van por trabajo o porque compraron vivienda en otro sector; a

causa de esto, en la institución se presenten rasgos de inestabilidad o fluctuación en algunos

estudiantes puesto que las familias están pensando en tener mejores condiciones de vida

independientemente de que tengan que abandonar el lugar donde viven. La dinámica de la

población escolar se manifiesta en que unos salen y otros entran, a raíz de esto se

complejiza un poco los procesos académicos por la diferencia, tanto en el nivel, como en

los ritmos de aprendizaje de los educandos.

Es de resaltar que la gran mayoría de los estudiantes forman parte de familias nucleares,

hijos acompañados de dos adultos que generalmente están al tanto de sus acciones y que de

alguna forma aportan al proceso académico y convivencial que la escuela realiza. En sí, el

estudiante del Colegio Villas del Progreso, tienen cierto grado de responsabilidad con sus

deberes escolares, tal vez por el acompañamiento que se hace al proceso educativo por

parte de la familia, especialmente la madre, quien cumple un papel importante por la

disponibilidad de tiempo para estar pendiente de su acudido (por estar dedicadas al hogar),

no en todos los casos, pero si es bastante notoria esta situación; este es un proceso que poco

a poco se ha ido fortaleciendo en la medida en que el colegio involucra a la familia en los

procesos que allí se desarrollan para alcanzar los fines académicos y convivenciales

establecidos.

Otro punto tiene que ver con las actividades que la institución ofrece, las cuales generan

gusto y sentido de pertenencia por el impacto que producen, es el caso de los encuentros

deportivos, culturales, grupo de danza, teatro, y las salidas pedagógicas dentro y fuera de la

ciudad; este tipo de acciones generan interés en los educandos, tanto que no se necesita

convidarlos para que se vinculen a ellas, lo hacen por voluntad propia; es decir, son

expresiones de participación que toman fuerza en la medida en que se crean espacios de

interacción fuera del aula y que permite a los niños, niñas y jóvenes involucrase en las

actividades de su interés.

39

Otro rasgo importante en la institución es el respeto hacia el docente, como todo, se

presentan situaciones contrarias a esto, lo importante es resaltar los valores que los

estudiantes practican en la cotidianidad escolar, por ejemplo: el diálogo, la escucha activa,

la socialización de saberes y experiencias, entre otros, son factores que podrían

considerarse como indicadores para el fortalecimiento de la convivencia y la construcción

de ciudanía a partir del aporte que cada persona hace en el contexto donde desarrolla gran

parte de su vida, es el caso de la escuela.

CAPÍTULO 3: SISTEMATIZACIÓN DE LA EXPERIENCIA.

3. 1. Cómo la innovación rompe con las prácticas tradicionales.

La conexión del ámbito escolar con el saber establecido genera cierta tensión entre las

prácticas pedagógicas que a diario se realizan y las innovaciones educativas. El quehacer

de la escuela con relación a los procesos académicos y convivenciales que desarrolla, son

motivo de discusión por el método que continúa aplicando para su consecución. Tiende a

ser “normal” hasta cierto punto, el bajo rendimiento académico, la deserción escolar y la

desmotivación de los educandos en el desarrollo de las actividades que se han planteado

para alcanzar unos objetivos específicos en un tiempo y lugar determinado. Las situaciones

mencionadas evidencian la importancia de reflexionar sobre las prácticas pedagógicas que

se vienen aplicando para pensar en metodologías que se ajusten al contexto, al grupo con el

que se trabaja, el momento histórico por el que se atraviesa y los recursos didácticos

pertinentes, etc. Hay que mencionar además, los cambios por los que atraviesa la sociedad

y las nuevas generaciones; por tanto, es pertinente romper con las prácticas tradicionales de

tal modo que se produzcan otras maneras de pensar la educación y la escuela tenga el

impacto que la sociedad demanda.

A causa de esto, la innovación educativa puede ser una opción válida para dinamizar los

procesos con los estudiantes pensando en mejores aprendizajes que posibiliten el desarrollo

de capacidades cognitivas, axiológicas y ético – morales, las cuales son indispensables

para dar cuenta de los conceptos disciplinares y para que las personas interactúen

responsablemente en la sociedad. En efecto, las innovaciones educativas señala Aguilar

(1998), surgen como una opción válida, si se quiere, para asumir el hecho educativo de otra

manera; de allí que, la innovación implica un proceso de transformación ya sea como

experiencia pedagógica innovadora o como experiencia pedagógica alternativa, de esta

manera las innovaciones rompen con lo convencional y lo alternativo, se manifiestan como

el cambio ocurrido en lo existente. Así mismo, “la innovación educativa debe ser vista

como una herramienta, no solo para la intervención en el salón de clase, sino también para

la interacción, la comunicación y la investigación pedagógica entre el docente y el

estudiante” (Jiménez, et al, 2012, p. 42). Acercarse a los educandos con propuestas

diferentes favorece la motivación y se encuentra el gusto a las actividades propuestas, de

40

donde se infiere que la innovación educativa genera cambios sustanciales si se desea, en el

contexto escolar.

Los cambios son posibles siempre que haya la intención del profesor de hacer la tarea

pedagógica de forma diferente; acorde con lo anterior, Los Lineamientos Curriculares,

permiten problematizar un tema en particular con lo que se presenta el trabajo de otra

manera para que los estudiantes hagan el ejercicio de pensar e indagar. Así, por ejemplo, a

los niños, niñas y jóvenes se les preguntó si ¿es posible considerar la democracia como un

estilo de vida? a propósito de lo planteado surgieron nuevos interrogantes, algunos de los

encuestados se acercaron a otras personas (compañeros, docentes) para dar una respuesta

oportuna; otros utilizaron mecanismos prácticos como la consulta en libros e internet. De

esto se resalta el interés de los participantes por encontrar las respuestas que atendieran a lo

que se quería saber; así que, la búsqueda de soluciones generó disposición en el grupo

(Consejo Estudiantil), dejando ver la importancia de presentar lo que se va a hacer de otra

forma.

Es necesario recalcar que aprovechar el interés de los estudiantes frente a un tema

específico propuesto por el profesor o por iniciativa de ellos, da cuenta de las características

e intereses de cada cual; al mismo tiempo, por intermedio de este tipo de acciones se

fortalecen las competencias que se requieren para enfrentar el trabajo individual y en

colectivo. La estrategia metodológica que se ajustó a lo descrito, la cual fue tenida en

cuenta para el trabajo realizado con los estudiantes fue la unidad didáctica; por medio de

ella se obtuvieron cambios en relación con la metodología, es decir, la forma como se

presentaron y desarrollaron las actividades; también es importante, las actitudes y

comportamiento que los estudiantes fueron manifestando frente al trabajo y en la

interacción con sus compañeros.

En definitiva, las acciones mencionadas por su relevancia e impacto en la institución, se

podrían considerar como innovación educativa puesto que demanda cambios en el hacer del

profesor e involucra directamente a los estudiantes en los procesos pedagógicos que tienen

lugar en la escuela.

Mención aparte merece el foro estudiantil, evento que movilizó a la comunidad educativa a

participar mediante la socialización de temas relacionados con los educandos y el colegio,

es el caso de la convivencia, la contaminación ambiental y el consumo de sustancias

psicoactivas, entre otros aspectos. Este tema se ha convertido en una de las problemáticas

con gran afectación en los jóvenes del sector puesto que se ha incrementado el consumo por

parte de estudiantes y personas que oficialmente no pertenecen a la institución, de allí su

relevancia en el foro.

El foro estudiantil es una actividad que se institucionalizó por lo que ella implica para los

estudiantes y el colegio; a partir del mes de abril los educandos comienzan los preparativos

para el evento, el cual se desarrolla el primer viernes del mes de septiembre; es así que

estudiantes, profesores, padres y madres de familia, así como colegios invitados se dan cita

41

para expresar ideas, reflexiones, preocupaciones y salidas respecto a las problemáticas que

afectan a nivel personal e institucionalmente. En el proceso realizado se resalta el liderazgo,

la motivación y la participación de los educandos, cuyas acciones dejan ver el compromiso

y la responsabilidad con la que asumen las tareas correspondientes por cuenta propia; es de

señalar que el interés es personal y se manifiesta en la organización, desarrollo y en la

evaluación del acontecimiento como tal, así se lleva a cabo el foro estudiantil visto como

una experiencia pedagógica alternativa en el colegio Villas del Progreso.

3. 2. Presentación de la experiencia desarrollada en la institución educativa.

A continuación se presenta el análisis de la participación estudiantil, democracia en la

escuela y ciudadanía activa, categorías que surgieron a propósito de los referentes

conceptuales con los que inició la investigación; es decir, la participación, la democracia y

la ciudadanía. Dichas categorías, fueron tomando sentido en la medida en que se fue

explorando información pertinente de carácter nacional, regional y mundial. En la búsqueda

se encontró diversidad de ideas, conceptos y reflexiones que aportaron en cierta medida a

especificar el objeto de estudio implícito en cada una de ellas, pero también la indagación

realizada generó incertidumbre por la diversidad de información que existe, de allí que fue

necesario abordar los conceptos convenientes que permitieran centrar la atención en un

ámbito específico de las categorías mencionadas para realizar el trabajo de manera riguroso

y de esta forma comprender y dar cuenta de lo que se desea saber. Conviene subrayar que

los planteamientos e ideas sobre participación, democracia y ciudadanía utilizan un

lenguaje general, diferente a cuando se habla de participación estudiantil, democracia en la

escuela y ciudadanía activa, cuyo interés está centrado en la escuela.

3. 3. La participación estudiantil.

Considerando la importancia de la participación en el momento histórico por el que

atraviesa la sociedad, en el sentido de que es necesario construir mejores prácticas

democráticas que permitan la interacción de los individuos independientemente de su edad,

condición social y cultural por medio del ejercicio de la ciudadanía para la transformación

de sí mismo, si se quiere, y de la comunidad en la que se está inmerso. Vista de esta manera

la participación desde la escuela constituye un factor importante que debe ser pensado con

todo el rigor para su realización, en tanto es uno de los escenarios en donde se hace el

ciudadano y se ejerce la ciudadanía desde la exigencia que su entorno demanda.

Al indagar el concepto de participación entre los miembros del Consejo Estudiantil, a través

del taller: “Participación, democracia y ciudadanía: una mirada desde el colegio”,

realizado el 4 de agosto de 2016, se encontraron planteamientos en los que se evidencian

diferentes maneras de verla y en algunas es posible observar un mayor grado de

conceptualización, lo cual permite considerar que hay una apropiación de conocimientos y

42

desarrollo de experiencias que conllevan a expresar la participación como la manera de

“involucrarse en algo y aportar alguna idea, o iniciativa para que ese proyecto o lo que sea

que se planee sea realizado, ayudar para hacer eso posible” (Estudiante de grado 10º). Al

respecto, se puede decir que lo expresado por el estudiante se relaciona con el concepto de

participación señalado por Natalia Salazar (2011), en el sentido de ser parte, tomar parte y

sentirse parte; es decir, hay una intención de involucrarse en todo aquello que le interesa,

que afecta su vida y la de su comunidad. Se plantean como opciones de participación las

ideas e iniciativas con las que se puede aportar con determinación a la realización de un

ideal que tiene que ver con la escuela y por consiguiente con los educandos.

Las iniciativas de los estudiantes son acciones de participación que trascienden las prácticas

democráticas en el ámbito escolar; de allí que cuando las acciones vienen de ellos, se

pueden considerar como evidencia de su liderazgo y ameritan tener el respaldo necesario

para su realización; lo planteado se relaciona con “la influencia que uno tiene en la

institución aportando o apoyando en ella”, afirmación de un estudiante de grado séptimo,

refiriéndose a la participación. Dos razones argumentan la importancia de las iniciativas de

los educandos: en primer lugar, cuando el estudiante expresa su intención de ayudar para

hacer algo posible, se entiende que hay intención de contribuir para que un proyecto logre

sus objetivos; por otra parte, cuando las iniciativas tienen acogida en la comunidad

estudiantil generan motivación por parte de sus compañeros y se fortalecen a través del

trabajo conjunto; es decir, se involucra a más personas, por consiguiente, nuevas ideas que

mejoran la propuesta. Estas acciones son un convidarse a hacer entre todos, un hacer

colectivo, una expresión de participación; tal como lo plantea Hart (1993), la participación

es un proceso de compartir las decisiones con afectación personal y en la comunidad donde

se vive.

Lo anterior se manifiesta en el liderazgo que los estudiantes asumen cuando llevan a cabo

propuestas surgidas desde intereses propios; por ejemplo, la planeación, ejecución y

evaluación del foro estudiantil: “Construyendo convivencia y ciudadanía se aporta a la

paz” realizado en el colegio en el mes de septiembre de 2016. En este evento se pudo

observar que los aspectos con gran afectación en los estudiantes son referentes para llamar

la atención de la comunidad educativa y de esta forma buscar salidas entre todos a las

problemáticas que afectan la cotidianidad escolar. El consumo de sustancias psicoactivas, la

basura tanto en el patio de descanso como en el aula de clase, el mal ejemplo por parte de

los padres de familia, la participación de los estudiantes en la institución, fueron algunos de

los temas trabajados en dicho foro; asuntos que han tenido relevancia en la institución

puesto que se trabaja para contribuir con mejores ambientes escolares que posibiliten

relaciones de bienestar para todos.

Al indagar sobre la pertinencia del foro estudiantil, es oportuno resaltar las voces de los

protagonistas del evento (los comentarios corresponden en su orden a estudiantes de

octavo, aceleración, once y noveno) “sería muy bueno la realización del foro para hablar

sobre la delincuencia en el colegio y la seguridad en él, por el porte de armas blancas en la

43

institución”; “en el foro se podrían abordar varios temas como el bullying, sensibilización

familiar, para que la familia pase más tiempo juntos, y el robo dentro de la institución”;

“me gustaría que se abordaran temas sobre la enseñanza, que se hable de temas interesantes

como por ejemplo una ingeniería”; “me parece una buena idea ya que los estudiantes

podríamos estar más al tanto de lo que sucede en la institución. Con respecto a los temas

me gustaría que se trataran temas culturales”. Sobre lo dicho se observa interés y

preocupación de los estudiantes por los factores que afectan la convivencia y los procesos

académicos en la institución; de igual modo el foro se percibe como la posibilidad de

expresarse; es decir, asumir una postura frente a lo que les inquieta porque dichos factores

afectan la convivencia, y socializarlos puede permitir visibilizar los efectos que producen

en la comunidad educativa, especialmente en los niños, niñas y jóvenes.

Visto de esta forma, la participación tiene sentido cuando hay interés de los individuos de

asumir responsabilidad frente a su realidad; es decir, las situaciones ocurridas a su

alrededor permiten mayor compromiso cuando se desarrollan de manera conjunta; no en

vano plantea un estudiante de grado octavo que “participar es involucrarse en cosas

colectivas de nuestra institución”. Tal como se dijo antes, cuando la propuesta viene del

sentir estudiantil, tiene eco en sus pares, lo cual es aprovechado para ganar espacios y

expresar a través de ellos sus ideas respecto a temas que los comprometen.

La participación toma relevancia cuando se apoya y se fortalece desde el hacer, el liderazgo

estudiantil y el trabajo entre todos, lo cual convoca para que más voces se unan a plantear y

desarrollar actividades que vinculen el mayor número de estudiantes posible.

Por otra parte, las actividades conjuntas o trabajo en equipo, facilitaron la interacción y el

acercamiento de los estudiantes que integraron el Consejo Estudiantil en el desarrollo de los

propósitos que como colectivo se habían propuesto. Es el caso de ampliar la idea que se

tiene con respecto a las categorías de participación estudiantil, democracia en la escuela y

ciudadanía activa; todas ellas, en relación con la forma como se evidencian en la

institución. La práctica de este tipo de actividades fomenta la participación, genera

compromiso y afianza el liderazgo en los educandos que permanentemente se destacan por

sus iniciativas, propuestas e interés en lo que se pretende hacer.

Respecto a la participación surge la necesidad por parte de los estudiantes de incidir en las

decisiones que se toman institucionalmente, puesto que afectan de manera positiva o

negativa su paso por la escuela. ¿Cómo hacer posible este propósito? Una forma es

estudiando “de modo que al desarrollarnos como personas, podemos ayudar a los demás a

que también se desarrollen, así se construye una mejor escuela” (estudiante de grado once).

Con este planteamiento, el estudio es considerado importante para la construcción de

mejores seres humanos con sentido de solidaridad e interés por el otro, teniendo como

referente la escuela. Así mismo, es visto como una forma de participación, una manera de

contribuir desde los saberes que se tienen para que los demás se construyan como

ciudadanos y de manera colectiva se trabaje para hacer de la institución educativa, el

44

escenario propicio para el acercamiento a un saber específico y el ejercicio de la

ciudadanía, en el sentido de contribuir con un mejor ambiente escolar.

Entonces la participación como derecho y deber de todo ciudadano, dada su importancia,

requiere de un tratamiento especial y este debe empezar por que sea vista, pensada y

practicada de otra forma; el trabajo conjunto, de acuerdo al resultado de la investigación,

fue crucial para ganar experiencia y conocimientos en cada una de las actividades

desarrolladas; mediante este tipo de ejercicios, los estudiantes construyeron ideas puestas

en consideración en la institución; por ejemplo, ajustes al proyecto de democracia en el

colegio, especialmente lo que tiene que ver con la participación estudiantil.

Uno de los resultados del trabajo en equipo, fue el compromiso; ver a los estudiantes en la

lógica de cumplir cada quién con las tareas correspondientes tanto para el grupo de trabajo

como para la comunidad educativa, es importante porque deja en entredicho la creencia de

la falta de propuestas e iniciativas de ellos, cuando de aportar a la construcción de una

mejor escuela se trata. La preparación del foro estudiantil da cuenta de lo planteado por la

forma como los estudiantes se organizaron para su realización, distribuyéndose tareas y

responsabilidades; entre ellas, el interés de los representantes de curso que estuvieron en

comunicación con sus compañeros de aula sobre el evento. La labor realizada permitió

recoger ideas e inquietudes que de alguna forma enriquecieron la propuesta y contribuyeron

con la vinculación de otras voces al evento, aumentando de esta forma la participación

escolar; un estudiante de grado décimo que no formaba parte del Consejo Estudiantil,

sugiere que “una forma de identificar y distinguir al grupo como anfitriones del evento es

portar una camiseta estampada por ustedes mismos”, refiriéndose al grupo. La afirmación

permite decir que las acciones de participación se alimentan de ideas y propuestas que por

su relevancia generan motivación y compromiso en los individuos para materializar las

iniciativas suscitadas; son estas motivaciones e iniciativas las que por su carácter personal

contribuyen para que los objetivos planteados o lo que se desea hacer, se haga de la mejor

manera posible dando cumplimiento a los compromisos adquiridos y de paso, se fortalezca

el trabajo en equipo que tanta falta hace en el contexto escolar.

Las iniciativas y decisiones son acciones de gran valor por los cambios que pueden llegar a

suscitar, más, si provienen de los estudiantes; son expresiones de participación que

fortalecen el compromiso, el trabajo en equipo y la apuesta entre todos para lograr los

objetivos que se han trazado. Una propuesta que viene de un estudiante toma sentido

cuando es acogida por el colectivo de trabajo o estudio; así mismo, si hay reconocimiento

de esta, por parte de adultos “responsables” en este caso, los docentes.

Respecto a las decisiones, generan motivación permanente hacia aquellas personas con

afinidad frente a lo que se plantea. Volviendo al distintivo como símbolo del foro, se

observaron situaciones que ameritaron ser puestas en consideración: es resultado de una

iniciativa estudiantil que aunque pareciera poco significativa llamó bastante la atención por

todo el proceso que conlleva establecer acuerdos y concretar ideas; crear el logo y la frase

45

fue motivo de indagación para optar por el modelo ideal que se ajustara al gusto de quienes

lo iban a portar y a los requerimientos del evento; de igual forma hubo vinculación en gran

medida de los estudiantes al expresar su punto de vista frente a un tema de interés colectivo

- el foro estudiantil -, donde la participación fue el aspecto a fortalecer; conviene subrayar

lo que planteó un estudiante de séptimo sobre la misma, “es una intervención en un asunto,

es la opinión que una persona tiene frente algo”. La organización del foro generó espacios

de acciones, decisiones y motivaciones para lograr el objetivo que el evento persigue, cual

fue: fomentar la participación de los estudiantes a través del aprovechamiento de espacios

que posibiliten expresar ideas, sentir y pensar respecto a temas de su interés.

Fortalecer las iniciativas y toma de decisiones en los estudiantes frente a lo que les interesa

se convierte en una necesidad si se está apuntando a ciudadanos participativos y con

capacidades de involucrarse de manera individual y en colectivo en la búsqueda de

soluciones a las problemáticas que les afectan. No en vano, plantea Murcia Florián (1994),

que la participación representa un proceso de comunicación, decisión y ejecución que

permite el intercambio permanente de conocimiento y experiencias, y clarifica el proceso

de toma de decisiones y compromiso de la comunidad en la gestión, programación y

desarrollo de acciones conjuntas.

Al compromiso, iniciativas y decisiones, se suma el liderazgo, otro aspecto que amerita ser

reflexionado por sus implicaciones en los procesos de participación desarrollados con los

integrantes del Consejo Estudiantil en cada una de las actividades que se llevaron a cabo.

Hay liderazgo en cada uno de los estudiantes, el que sean representantes de curso, es una

muestra de ello, por algo sus compañeros los eligieron. Ahora bien, ya en la organización

de subgrupos para la distribución del trabajo, hay otras exigencias y compromisos; por

tanto, surgen otros liderazgos expresados en una responsabilidad mayor puesto que algunas

de las actividades no se piensan únicamente para desarrollarse con un curso sino para la

institución, es aquí donde toma un rol protagónico el ciudadano participativo y

comprometido con su comunidad al liderar actividades que vislumbran tanto las

problemáticas que les afectan como los factores generadores de bienestar.

Acciones sobresalientes como llevar a buen término las responsabilidades asumidas desde

el trabajo individual fortalecen la interacción y el trabajo en equipo, esto se constituye en la

medida en que cada quien desde sus acciones, decisiones y capacidades pone en

consideración el resultado de su búsqueda, lo cual permite que surjan nuevos liderazgos

para apoyar y resaltar la labor realizada individualmente.

A su vez, las dinámicas de la escuela dificultan en algunos casos las tareas y

responsabilidades que los estudiantes por iniciativa propia han asumido, refiriéndome al

Consejo Estudiantil; sin embargo, se mantiene el compromiso y el propósito de lograr el

objetivo trazado. Considerando lo anterior un estudiante de grado quinto expresa que “la

profesora de matemáticas, mi directora de grupo me dijo que me estaba atrasando en los

46

temas por las reuniones del Consejo Estudiantil; solicito me den la información lo más

pronto posible para irme a clase”. Situaciones como esta son motivo de reflexión desde el

liderazgo estudiantil para buscar la mejor solución posible de tal modo que el desempeño

académico no se vea comprometido al faltar a una determinada clase.

Una vez más se muestra el impacto que tiene la palabra del profesor en los estudiantes, más

si son de primaria; cuando la nota está de por medio se afecta un poco las actividades que

paralelamente a lo académico se estén desarrollando. La actitud del estudiante es de

resaltar, por su sinceridad al expresar lo que le sucede y por su asistencia a las

convocatorias a pesar de incumplir con los horarios de alguna asignatura. El asunto es de

cuidado porque están en juego los resultados académicos, la tranquilidad del estudiante y

del grupo.

Socializar lo que se vive (el sentir del estudiante) se podría interpretar como un llamado

para que entre todos se planteen posibles soluciones y que otros estudiantes no vivan la

misma situación. La escucha activa, es la estrategia utilizada por quienes lideran los

encuentros, quienes luego de socializar las propuestas y sugerencias, se dan a la tarea de

manera colectiva de encontrar la mejor solución posible. Para algunos educandos, estar en

el Consejo Estudiantil es una responsabilidad que exige sacrificio, de allí que se propone

encontrarse al descanso; para otros es mejor, programar los encuentros que no coincidan

con el mismo día, ni con la misma clase. Este tipo de acciones se convierte en un juego de

palabras, propuestas, acciones y decisiones que fortalecen la participación, el liderazgo y

por consiguiente el trabajo conjunto para buscar solución a una problemática que afecta de

manera directa lo académico y la realización de la actividad – unidad didáctica- o el evento

planteado.

Acciones como estas podrían dar paso a un sujeto participativo, aquel que es consciente del

impacto que tienen sus ideas al ser compartidas con otros. De allí que, buscar soluciones

conjuntas a los problemas que afectan a un grupo, podrían considerarse como ejercicios de

participación que orientan el liderazgo hacia dinámicas de motivación y cambios, lo cual

aumenta el interés de los educandos para involucrarse en aquellas actividades con las que se

identifican y con las cuales es posible la construcción de ambientes escolares que propicien

la participación y por consiguiente la democracia. Por lo que se refiere a la participación

se puede decir que está en relación con lo que afecta la vida de las personas, la acción de

participar fortalece el liderazgo y genera sentido de pertenencia hacia el contexto, ya que

de alguna forma lo que sucede alrededor de los individuos, afecta la cotidianidad de todos

los que interactúan en un espacio determinado. El protagonismo es otro aspecto que cabe

en este escenario, el cual se ejerce partiendo de la construcción de ideas propias respecto a

un tema en particular, por ejemplo la participación; además, el sujeto está en relación con la

reflexión de los problemas comunes y las posibles soluciones a los mismos, sin perder de

vista tanto las acciones y las decisiones conjuntas.

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Lo planteado puede ser visto como un hacer del sujeto desde su ser mismo y el

protagonismo en relación con su realidad; para decirlo en palabras de Touraine (2000), el

sujeto es búsqueda, una búsqueda emprendida por la persona misma, de las condiciones que

le permitan ser protagonista de su propia historia.

Así como es manifiesto el liderazgo respecto a las ideas, propuestas y búsqueda de salidas a

las dificultades que se tuvieron que sortear para el desarrollo de las actividades lideradas

por los estudiantes, también hubo voces críticas que constantemente aparte de guiar u

orientar, fueron exigentes frente a lo que se dice y hace en torno al trabajo que el grupo se

ha planteado; ejemplo de ello es el punto de vista del presidente del Consejo Estudiantil

(estudiante de grado once), quien afirma que “las respuestas dadas por gran parte de sus

compañeros en el cuestionario poco responden a lo que se indaga”. Para avanzar en la

comprensión de los conceptos propuestos (participación estudiantil, democracia escolar y

ciudadanía activa), el grupo acuerda realizar revisión bibliográfica para desarrollar un taller

en el próximo encuentro (actividad que se llevó a cabo el 30 de agosto en la biblioteca de la

institución) con el cual se podría ampliar la idea que se tiene de las categorías en mención.

De lo planteado se podría considerar también que la participación requiere compromiso

desde diferentes perspectivas, conviene subrayar aquí los siguientes aspectos: las ideas

propias al expresar lo que se piensa de un tema específico, al aportar a la toma de

decisiones o consensos a los cuales se quiere llegar; al reconocer el hacer del otro, de los

otros, como una opción de trabajo colectivo que posibilita el crecimiento personal desde los

aciertos y desaciertos encontrados en el desarrollo de las actividades planteadas; al conocer

los objetivos comunes que exigen a los involucrados en su realización y consecución estar

en sintonía con el grupo y las tareas asignadas, de allí que si lo realizado no llena las

expectativas urge revisarlas para hacer los ajustes pertinentes; de igual modo se puede

hablar del trabajo en grupo, cuyos beneficios se observaron cuando dichos objetivos se

llevaron a cabo, en lo posible, brindando atención a quienes presentaron ciertas dificultades

en el cumplimiento de sus responsabilidades. El respaldo recibido a través del trabajo

realizado, alentó a las personas a ser protagonistas en sus acciones, también a aprender de

la mano del saber y experiencias que sus compañeros de grupo aportaron, esta situación se

observó cuando los estudiantes de bachillerato se vincularon a trabajar con niños y niñas de

primaria, los resultados fueron positivos por la empatía y el acompañamiento permanente

que se dio.

Participar para un gran número de educandos del Consejo Estudiantil, tiene que ver con

formar parte de las diferentes actividades que se desarrollan en la institución, es el caso del

grupo de teatro, danzas, actividades deportivas y recreativas; así mismo, asistir a las

actividades desarrolladas fuera de la institución: Compensar, Centro Local de Artes para la

Niñez y la Juventud (CLAN) y el programa Paziando; el trabajo realizado por esta

institución pretende fomentar la construcción ciudadana desde el conocimiento de la ciudad

mediante salidas pedagógicas organizadas de tal forma que los sitios a visitar se ajustan a la

edad de los niños, niñas y jóvenes. La participación se tiene en cuenta como una manera de

48

involucrarse en las diferentes actividades que ofrece la institución y que genera otro tipo de

vinculación entre el estudiante y la escuela; “participo en IDRD, pues es deporte y

participamos activamente y en el Consejo Estudiantil como representante de curso”,

“también en Clan y en Compensar” (estudiante de grado octavo). Las actividades

deportivas y culturales despiertan interés en los estudiantes y de manera consciente son

asumidas como acciones de participación en tanto permiten dinamismo e interacción con

sus pares realizando ejercicios distintos a lo académico y en espacios diferentes muchas

veces a la escuela.

El Consejo Estudiantil, es visto como una manera de participar; esta instancia aparte de ser

representativa al delegar el liderazgo a un estudiante que lleva la voz, sugerencias e ideas

de sus compañeros, también se convierte en una opción válida para incidir en las decisiones

que se toman en la institución. La elección del estudiante que va a representar al colectivo

estudiantil ante el Consejo Directivo, es todo un ejercicio democrático exigente donde se

pone a prueba: el liderazgo, el poder de convencimiento, el compromiso y los

conocimientos que se tienen frente a temas como la participación; aunque hay deseos de

varias personas para desempeñarse en este cargo, dicho rol, generalmente es asumido por

un estudiante de grado superior. La importancia de esto radica en que es el estudiante quien

tiene voz y voto en la toma de decisiones a nivel institucional. Su participación y

desempeño cuenta y de qué manera por su incidencia en las decisiones que se tomen, que

por obvias razones tienen que ver con los educandos.

Las acciones descritas aportan a la construcción del estudiante participativo del que se

habló antes, lo cual se observa en el interés de los educandos de “sentirse parte” en lo que

tiene que ver con lo que les afecta en el colegio. El liderazgo, el trabajo en equipo, las

iniciativas, decisiones, así como, el compromiso individual y grupal, incentivaron y

fortalecieron la participación por el protagonismo que se vivenció en las actividades que se

realizaron. Mejorar este tipo de acciones, demanda de la escuela la generación de espacios

y acompañamiento para que los estudiantes se construyan como ciudadanos desde lo que

viven y hacen, pensando en el bien común. Cuando ocurre lo contrario, es decir, no se

presta atención a lo que los niños, niñas y jóvenes proponen o por el contrario, se rechaza

de plano lo que se manifiesta sin evaluar su pertinencia, es causal de desmotivación y por

consiguiente se aleja de la construcción de espacios de participación que fortalezcan el

hacerse ciudadano desde las actitudes y quehacer cotidiano. En este sentido se estaría en

contravía de los ideales de la escuela en lo concerniente a la mejora de la sociedad

contribuyendo con la formación de ciudadanos con capacidad de proponer, cumplir con sus

deberes y ser honestos (Santos Guerra, 2000).

Por otra parte, se encuentran ideas que se quedan cortas frente a lo que implica participar,

es decir, hay limitación respecto al concepto como tal. “Es cuando por ejemplo uno pide la

palabra alzando la mano, dar una opinión cuando estemos metidos en un determinado grupo

de personas” (estudiante de grado quinto). Socializar lo que se piensa está en relación con

49

la participación, aunque, participar va mucho más allá de este tipo de acciones; es un

convidarse entre todos para hacerle frente a lo que interesa a un colectivo, ya sea desde el

fortalecimiento de una acción o vivencia por lo que significa para el grupo o para buscar

salidas debido a los efectos producidos en contravía del bien común. Es un hacer de todos y

para todos priorizando en el interés y el trabajo por la construcción del ciudadano y de una

mejor sociedad.

Retomando la idea del estudiante sobre la participación, influye, el concepto que el docente

tiene y aplica desde el saber que enseña. Pedir la palabra para expresar lo que se piensa y se

siente, si es que se permite; así como, respetar la opinión de quien habla, son expresiones

que se contemplan dentro del imaginario de participación que el estudiante ha ido

construyendo a partir de lo que vive y aprende de las personas que lo rodean. El asunto está

en reaprender el concepto o ampliar la idea que se tiene; si este es el caso de la

participación, a participar se aprende participando, esto significa: indagar en otras fuentes

para contrastar los saberes; aceptar que las diferentes actividades desarrolladas en la

institución en las cuales el estudiante se quiera vincular son escenarios de participación;

aportar en la construcción de espacios que fortalezcan la convivencia en la escuela

partiendo de las actitudes y los comportamientos individuales, está en relación con la

participación y llevar propuestas para su estudio, discusión y aprobación, son expresiones

de participación.

El aprendizaje y la vivencia de la participación son procesos continuos puesto que la

persona se fortalece en la medida en que hay interacción con los demás. El trabajo realizado

con el Consejo Estudiantil dio cuenta de las motivaciones por parte de los educandos que

en principio poco intervenían en las actividades planteadas y aquellos estudiantes que en

ocasiones no asistían a las reuniones. En los niños de primaria (tercero, cuarto, quinto) y

estudiantes de aceleración se observó esta situación. Los primeros se abstenían de

expresarse al creer que no lo hacían bien; y los segundos, veían sus trabajos muy sencillos

en comparación al trabajo presentados por los estudiantes de los grados superiores. Se

resalta el apoyo brindado por los demás compañeros al motivarlos a través de su

participación, al escucharlos e invitarlos a involucrarse en grupos de trabajo sin tener en

cuenta la edad ni el grado al que se pertenece.

Lo anterior refuerza la importancia del trabajo en grupo porque genera confianza para

expresar las ideas y aprender de los compañeros de trabajo; en concordancia con Touraine,

el sujeto se construye siendo protagonista de su propio proceso y mediante acciones de

interacción proactivas. El sujeto no se hace solo, requiere de otras contribuciones para su

realización, de allí que la escuela está en mora de contribuir con la formación de

ciudadanos participativos permitiendo su desarrollo desde las propuestas e iniciativas que

manifiestan puesto que estas generalmente no se tienen en cuenta y por tanto restringen la

participación; además, a los estudiantes hay que acompañarlos en la formación como

ciudadanos, luego, hay que trabajar conjuntamente centrando la atención en ellos o en las

50

formas como vivencian la participación para que se sientan parte y aporten a los cambios

que sean posibles.

3. 4. Democracia en la escuela

La escuela por lo que significa para la sociedad, es referente de observación teniendo en

cuenta la forma como desarrolla ciertos procesos pedagógicos; sobre el particular, se

cuestiona su rezago respecto a las dinámicas de la sociedad, pareciera que los jóvenes

tienen intereses que generalmente van en contravía de los principios institucionales; así

mismo es cuestionada por su poca contribución en la generación de espacios democráticos

que permitan la participación y la construcción de ciudadanos críticos y propositivos. Aun

así, es un escenario propicio entre otras cosas, para entender los procesos democráticos que

se producen en su interior y establecer relaciones con lo que ocurre fuera de ella en este

aspecto; no en vano, dice Puig (1996), la escuela debe enseñar a los estudiantes a ser

democráticos.

Construir escuelas democráticas no es tarea fácil por las implicaciones que trae consigo las

relaciones sociales y académicas que ocurren en ella, empezando por sacar del currículo la

democracia y darle sentido a lo que se hace teniendo como referentes la participación e

interacción de la comunidad educativa (especialmente en los estudiantes) en los procesos

democráticos que se desarrollan en el contexto escolar; en esta medida es pertinente utilizar

el diálogo como instrumento generador de confianza para que el estudiante interactúe con

el profesor sin temor a no ser escuchado o señalado por lo que dice y piensa, tal situación es

un asunto que requiere de análisis permanente por todas las personas involucradas en el

proceso educativo; de igual manera, se podría pensar en otra forma de establecer los

acuerdos y tomar las decisiones para que la balanza no se incline para un solo lado;

habitualmente se observa que la voz del docente se impone frente a las iniciativas de los

estudiantes dejando de lado cualquier indicio de participación y construcción colectiva.

El carácter de espacio social que tiene la escuela debe ser aprovechado para mirar las

prácticas democráticas que desarrolla para orientar otras maneras de comprenderla y

ejercerla. Al tener en cuenta puntos de vista de los estudiantes, se demanda esto; es decir,

una forma de practicar la democracia es “estar en opinión con nuestra escuela y consenso

estudiantil, con sus respectivos actos y esfuerzos en todo el año” (estudiante de noveno). La

referencia en mención da cuenta de que la mirada está puesta en la institución educativa,

ratificándose una vez más, que es un lugar propicio para establecer acuerdos, llevar acabo

procesos que contribuyan con cambios sustanciales en lo personal y social en los cuales el

protagonismo de los estudiantes es esencial para la construcción de espacios democráticos;

dicho esto, “no se enseña democracia a través de prácticas pedagógicas antidemocráticas”

(Saviani, 2010, p.81). Una escuela que fomenta la participación genera cambios sociales,

culturales y políticos en la comunidad educativa; por tanto los procesos que allí ocurren

deben tener impacto en el nivel de participación y el ejercicio democrático ejercido por los

educandos a través de sus acciones y el modo de hacer con los otros.

51

La condición de espacio de interacción social en la que está inmersa la escuela convoca a

un encuentro de saberes y experiencias en el cual se debe revisar la forma como se toman

las decisiones, puesto que este ha sido uno de los factores que más ha alejado a la

construcción de espacios democráticos a partir del desarrollo de liderazgos y el

fortalecimiento de la participación estudiantil. Las relaciones desiguales e injustas entre

profesor - estudiante, para nada aportan a la construcción de escuelas democráticas, es un

factor que está arraigado profundamente puesto que implica que el profesor se desestabilice

respecto a la forma cómo piensa la participación desde el ámbito escolar, por tal razón se

complejiza su viabilidad. No por esto, se debe perder el referente en cuestión, por el

contrario, es cuando más se requiere de la reflexión profunda desde la escuela como

espacio de interacción social para ajustar los cambios que posibiliten la vivencia de la

participación democrática; al respecto, Castillo & Sánchez (2002), agregan que la

existencia de la democracia en la escuela es posible en la medida en que cada colegio

modifique la cultura que lo identifica. El sentir de una estudiante de grado cuarto va en

consonancia con esto cuando afirma que la democracia en la escuela “se evidencia con

respeto y eligiendo con dignidad”; como se ha dicho, los espacios democráticos implican

involucrar a niños, niñas y jóvenes en las decisiones que se toman puesto que de esta

manera se reconoce al educando desde lo individual y colectivo.

Cada escuela tiene su particularidad que se sustenta en las prácticas, costumbres y hábitos

que determinan de alguna forma el estilo de vida y las acciones académicas que se

desarrollan en la cotidianidad institucional. Un factor preponderante en este escenario tiene

que ver con el proceder del docente frente a procesos con gran impacto institucional como

es la democracia; con esto se quiere decir que se hacen juicios respecto a que el estudiante

participa muy poco en clase o en la institución, se cuestionan los comportamientos con

cierto matiz de intolerancia y disposición para escuchar, lo cual involucra al profesor, pero

también, se cuestiona al estudiante cuando sus ideas van en contravía de lo planteado por

este, en efecto estas son actitudes que tocan la comodidad del docente en cuanto a su forma

de ver, pensar y expresar la democracia en el espacio escolar.

Lo anterior genera tres situaciones que ameritan ser reflexionadas por los efectos que

producen al considerar como propósito la democracia en la escuela: el cuestionamiento de

los estudiantes al proceder del docente, frente a esto pareciera que su poder o autoridad está

en juego; a lo anterior se suman las dificultades que deben sortear los estudiantes para hacer

posible espacios que les permitan interactuar con sus compañeros y, la discusión de

propuestas o actividades sobre temas de interés colectivo, en este caso la nota se convierte

en el obstáculo a superar lo cual lleva a que los niños, niñas y jóvenes desistan de su

intención de involucrarse en procesos alternos a lo académico para evitar tener bajas

calificaciones en un área específica del conocimiento, de allí que las iniciativas que se

tienen van en retroceso. Acorde con lo planteado, los procesos democráticos dificultan la

participación real “porque casi siempre tienen democracia algunos…” (Estudiante de sexto)

52

Volviendo al primer aspecto, la situación se agudiza cuando no solo es un docente, por la

costumbre de algunos profesores de crear subgrupos al interior de la escuela, algunos son

propositivos, otros dedicados a alejar la consecución de procesos diferentes a lo que se

viene haciendo, luego ya no es un docente sino varios en contra del estudiante o de los

estudiantes que manifiestan su inconformismo respecto a las actitudes, acciones y

decisiones, a veces injustas, ejercidas en contra de ellos. En lo planteado se observa una

lucha de poderes en la que el docente somete e impone su autoridad desconociendo al

sujeto estudiante de quien se dice que no sabe nada o no está en capacidad de hacer y

pensar los procesos educativos que se llevan a cabo en el contexto escolar y que lo

involucran a él, en tanto es parte del mismo.

La escuela dentro de su ideario requiere poner en consideración los aspectos antes

expuestos para hacer posible los cambios que sean necesarios. Para ello, su horizonte

requiere estar en correspondencia entre quienes forman parte de la institución,

independientemente de la edad y el rol que desempeña cada quien; estar en consonancia

implica favorecer encuentros que posibiliten la construcción ciudadana a partir de la

discusión, reflexión y posibles salidas a las situaciones que se ponen en consideración, más

aún cuando “la democracia se asocia a la toma de decisiones todos los días” (estudiante de

séptimo). La democracia es un quehacer permanente relacionado con la vida de las

personas ya que está implícita en las acciones y decisiones que se toman. Teniendo en

cuenta lo mencionado, Hart (1993), manifiesta que la escuela se debe preocupar más por el

debate crítico que permita que los niños adquieran sus propias convicciones; si esto se tiene

como un objetivo, puede ser posible a través del fortalecimiento de espacios donde los

estudiantes interactúen con otras ideas, saberes y experiencias para constituirse como

sujetos participativos, democráticos y propositivos frente a la búsqueda de otras maneras de

relacionarse y tomar las decisiones teniendo como referente su entorno escolar.

El trabajo realizado con los estudiantes en relación con la democracia en la escuela pasó

por conocer la idea o concepto que los estudiantes del Consejo Estudiantil tienen de ella; la

forma como se vivencia en la institución; las acciones que realizan y las propuestas que

plantean para acercarse o hacer posible un escenario de cultura democrática que impacte en

la institución educativa; es decir, que los estudiantes comprendan la importancia de ser

ciudadanos interesados en participar en las diferentes situaciones que afectan su vida

escolar; por ejemplo: involucrarse en las decisiones que se toman, contribuir con propuestas

que aporten en la solución pacífica de los conflictos, plantear iniciativas encaminadas a la

participación estudiantil y tomar parte en los procesos académicos en los que están

involucrados.

Esto puede sonar ambicioso, teniendo en cuenta que fue necesario sortear de alguna forma

los tres condicionantes de los que se habló antes; aun así, el trabajo permitió un

acercamiento a lo que piensan los estudiantes de la escuela, de la manera como se sienten e

53

involucran en los procesos que en su interior ocurren (democracia escolar) y de cómo les

gustaría que fuera la institución, para futuras generaciones.

El concepto que tienen los estudiantes de la democracia es diverso por las diferentes

interpretaciones que se encontraron y está en relación con la participación, el voto, la

representación, el gobierno, las acciones y decisiones. Hay quienes la ven como una forma

de gobierno, relacionándola con instituciones de carácter gubernamental; “la democracia es

el gobierno en el que el pueblo ejerce soberanía. Esto significa que el pueblo elige a quien

quiere que lo lidere en las instancias como el Senado de la República” (estudiante de grado

séptimo). Considerando lo expresado, para el estudiante el voto se convierte en la

herramienta que las personas utilizan para legitimar a quienes van a representar al pueblo

desde una instancia oficial. Este mecanismo permite elegir a aquellos que están autorizados

para tomar las decisiones en el país; el voto es la expresión de confianza que el pueblo tiene

en sus representantes y se espera que actúen en consonancia con ello, tomando decisiones

que realmente beneficien al colectivo, al igual que su proceder genere confianza en la

comunidad a la que representa.

También son comunes las perspectivas de democracia donde no se relaciona con una forma

de gobierno, se podría decir que va más allá de esto. Un estudiante de grado octavo, dice

que “la democracia es cuando todos luchamos por un ideal que sea benéfico para todos”.

Poner de manifiesto la lucha para la obtención de un ideal es actitud del ciudadano activo

del que habla Bobbio (1984), es este tipo de ciudadano el que requiere la democracia. Así

como se pone de manifiesto en la definición la lucha, también hay un llamado al trabajo en

equipo, el estudiante da cuanta en sus ideas de la importancia de que la comunidad se

organice para trabajar por lo que se quiere; lo cual exige abrirse paso en la vida o trabajar

para construir ambientes escolares que garanticen las condiciones básicas para el desarrollo

de la persona como ser social. Una comunidad organizada con la mirada puesta en los

intereses colectivos tiene fuerza con que luchar y acercarse a lo que quiere, puesto que los

objetivos son comunes, interesan a todos y convienen a todos. El trabajo en equipo

contribuye con el fortalecimiento de la democracia al incentivar y motivar la participación;

así mismo, favorece el liderazgo y el desarrollo de actitudes críticas y propositivas en los

educandos, factores que aportan a la realización de las propuestas que se han pensado

desarrollar en beneficio de todos.

En esta línea “la democracia es una forma de convivencia en la cual buscamos la libertad de

expresión y hacer cumplir nuestros derechos; la democracia es respeto, solidaridad,

compromiso” (estudiante de grado décimo). La democracia implica un pensar en el ser, en

el hacer y en el estar con el otro. Importa establecer reglas de juego claras que permitan que

cada uno de los integrantes de una colectividad se sienta bien, esto es un factor importante

en la convivencia; la relevancia de esto radica en la participación de los estudiantes en la

construcción de la norma. Establecer buenas relaciones de convivencia genera identidad de

las personas hacia su comunidad, en tanto se reconoce la construcción de los acuerdos

54

como un trabajo donde hay participación de los educandos cuyo resultado es interiorizado y

toma sentido en la práctica, puesto que es algo que no se ha impuesto, es producto del

trabajo colectivo que tiene en cuenta la forma de ser, ver y pensar de sí mismo y del

contexto del que se forma parte.

Con respecto a la libertad de expresión, se podría interpretar como el deseo de los

estudiantes de decir, de expresar lo que piensan y sienten, de comunicar ideas que muchas

veces callan por temores o miedos consustanciales a la escuela. Este tipo de ambientes

toma el carácter de participativo y democrático cuando la escuela propicia el derecho a la

libre expresión respetando el interés que cada persona tiene de ser distinto y pensar distinto.

Desde esta perspectiva amerita volver al concepto de democracia que plantea Zuleta

(1985); es decir, el derecho a ser distinto, a desarrollar la diferencia, a defenderla en contra

de la mayoría; a esto debe apuntar la democracia, no porque una decisión tenga el aval de la

mayoría conviene a todos, y no por tener acogida se debe callar lo que se piensa, aun siendo

pocos quienes hacen oposición. Nuevamente entra en escena la ciudadanía activa, en el

sentido de conocer su entorno con sus problemáticas, fortalezas y maneras de asumirlas,

partiendo de los argumentos que le permitan al individuo defender sus ideas y desarrollarse

como ser social. Respecto a la forma como el estudiante o los estudiantes defienden sus

ideas u opiniones es una tarea pendiente tanto para ellos como para la escuela; aparte de ser

contundentes en lo que dicen y como lo dicen, es importante que los adultos comprendan

que los educandos están en proceso de construcción como ciudadanos, por tanto es

imprescindible alejar de las prácticas educativas, actitudes que pueden llevar a producir

incomodidad en el estudiante por el hecho de pensar distinto.

La democracia también conlleva a la práctica de valores que estructuran de alguna forma el

carácter de la persona y de la comunidad en la que se encuentra inmerso; en la definición

puesta en consideración, están de manifiesto la solidaridad, el respeto y el compromiso. En

diferentes escenarios y desde tiempo atrás se viene diciendo que el aprendizaje de los

valores es una tarea de la familia, pareciera que esto no se está dando como debería pasar,

de allí que en los hombros de la escuela recae una responsabilidad más. El que la

institución escolar profundice en la comprensión y práctica de los valores tiene sus

ventajas, aparte de fortalecer las relaciones de convivencia, posibilita aportar a la

democracia como forma de vida porque se estaría dando pasos en la construcción de cultura

democrática.

Cuando los estudiantes hablan de libertad de expresión, derechos, convivencia y valores, se

podría ver como la búsqueda de bienestar para todos, entre todos; es otra manera de

entender la democracia donde no es el voto lo que marca el ejercicio democrático, sino, las

acciones en las que están involucrados directamente porque las viven, son parte de ellas y

afectan su vida; es algo cotidiano, susceptible de ser reflexionado para evaluar su

efectividad o debilidades.

55

Retomando el tema de la convivencia es un aspecto de gran trascendencia en la escuela

puesto que afecta de una u otra forma a todos, de allí que al ser relacionada con la

democracia es un paso importante que puede conducir a pensar en otras formas de

entenderla y construirla; una de estas formas es a través de la participación de los

estudiantes de manera consensuada en la construcción de las normas en la institución, es

esto un ejercicio democrático.

Al indagar a los estudiantes respecto a la forma como se vivencia la democracia en la

escuela, las opiniones coinciden en que desde la organización del Gobierno Escolar se

contribuye con este propósito porque dicha instancia permite la participación de ellos con

voz y voto; especialmente en la elección de Personero, Contralor, Cabildante y Consejo

Estudiantil. A través de estas instancias de participación los estudiantes dinamizan procesos

y aportan al fortalecimiento de la democracia institucional al llevar propuestas para ser

consideradas en el colectivo que toma las decisiones de manera institucional, es el caso del

Consejo Directivo; por otra parte, se fortalece el liderazgo estudiantil en la medida en que

los estudiantes elegidos para representar a sus compañeros con funciones específicas ya sea

Personero (a), o como integrante del Consejo Estudiantil, etc.; contribuyen con la mejora de

la participación al ganar espacios que propician el desarrollo de actividades encaminadas a

despertar interés en sus pares, cabe resaltar aquí, los grupos de danza, teatro, actividades

deportivas, encuentro de estudiantes; igualmente el foro estudiantil, la emisora escolar, etc.

Al respecto surge el interrogante, ¿hay fortalecimiento del liderazgo estudiantil desde las

prácticas democráticas en la escuela?

Aparte de lo anterior, hay dos factores que ameritan ser considerados por lo que significan

para los educandos: la participación de los estudiantes en la toma de decisiones y el papel

del Consejo Estudiantil en la institución. Respecto a lo primero se “evidencia la democracia

cuando los estudiantes pueden tener voz y voto en nuestra institución” (estudiante de grado

décimo) y “en el momento en el cual las directivas del colegio tienen en cuenta a los

estudiantes para que sean partícipes en el gobierno del colegio” (estudiante de grado

noveno). Expresar sus ideas, puntos de vista y decidir frente a algo, es una forma de

participación teniendo en cuenta los comentarios planteados; este proceso se fortalece en la

medida en que se comprenda cómo los niños, niñas y jóvenes ven y entienden el mundo de

la escuela. Relacionar la democracia con la expresión de lo que se piensa que también es el

sentir del grupo o comunidad estudiantil; con la toma de decisiones, es decir, avalar o

rechazar algo que se pone en consideración y ser tenidos en cuenta para participar en las

disposiciones institucionales evidencia el reconocimiento de los educandos como sujetos de

derechos con capacidad de aportar al fortalecimiento de espacios democráticos al interior

de la escuela.

El fortalecimiento de espacios democráticos que permitan el reconocimiento y perspectivas

de los estudiantes frente a la sociedad favorecen el desarrollo de identidad hacia la

institución, la cual se expresa a través de las acciones que los educandos realizan y las

decisiones que toman, tratándose de situaciones que les interesa y afecta; en consecuencia,

56

a los educandos de alguna forma les inquieta lo que pasa en la escuela, así por ejemplo

plantea un estudiante de octavo “me gustaría ayudar con cambios que se dieran en las aulas,

en la toma de algunas decisiones como conseguir profesores fijos y la puntualidad en el

colegio”. Lo dicho puede ser vista como una forma de participación; por tanto conviene

señalar que “los jóvenes, antes que jóvenes son ciudadanos con la capacidad de participar

en muy distintos aspectos de la vida pública, cultural y económica de las comunidades”

(Cajiao, 1996, p. 12). La construcción de ciudadanía está en relación con la participación de

las personas independientemente de la edad que se tenga, se requiere involucrarse en los

procesos de manera propositiva y tener en cuenta las ideas de los demás.

Ahora bien, sobre el Consejo Estudiantil, es la instancia de participación con mayor

acogida en la institución, tanto que se considera la elección del representante de curso y la

instalación de este colectivo como una expresión de la democracia en la escuela porque hay

representación de todos los grupos cuya responsabilidad en gran parte recae en la persona

elegido en quien los compañeros confían para llevar las ideas y propuestas surgidas al

interior del curso.

Sobre la práctica de la democracia en el colegio “esta es posible al tener en cuenta que todo

el Consejo Estudiantil está al tanto de lo que pasa y se tiene en cuenta la opinión de todos”

(estudiante de grado octavo). La interacción de los estudiantes en la institución toma

relevancia con el trabajo realizado desde este colectivo por las actividades que lideraron,

las cuales tuvieron el respaldo de todos y son reconocidas como una expresión de

participación estudiantil al tener en cuenta el punto de vista u opiniones de la mayoría.

El Consejo Estudiantil se visualiza como una institución democrática porque las decisiones

no las toma una persona, son el resultado del consenso de un colectivo que atiende las

propuestas y/o sugerencias por parte de quienes lo integran y las personas que tengan ideas

que aportar. Un factor importante reconocido por los estudiantes tiene que ver con la

escucha; en los encuentros realizados fue tenido en cuenta el sentir, pensar y las propuestas

de todos para luego tomar la decisión que mejor se ajustara a los propósitos convenidos.

Los acuerdos establecidos estuvieron alejados de la imposición de una persona o grupo; de

manera análoga, se concedió relevancia a las ideas expuestas por quienes tenían que decir,

para luego proceder de manera convenida y democrática.

Una de las acciones que evidencia la relevancia del Consejo Estudiantil en la institución, la

cual se toma como punto de partida para la consolidación del mismo, tiene que ver con la

rendición de cuenta; es decir, quien asumió como representante de curso pone en

consideración la gestión realizada por él y por el colectivo el año anterior. Los aciertos,

aparte de ser reconocidos como fortalezas se constituyen como objetivos sobre los que se

debe continuar trabajando para fortalecer la participación y la construcción de ciudadanía

desde los liderazgos estudiantiles; los aspectos en los que se falló (poco apoyo del grupo en

alguna actividad, no informar oportunamente sobre una decisión que se tomó en el consejo,

57

etc.) son parte del trabajo que inicia, el propósito es centrar toda la atención posible para

que los ajustes proporcionen los resultados esperados; en lo posible se evita buscar

culpables por algún resultado que no llenó las expectativas, puesto que esto no contribuye

con el fortalecimiento de la participación; por el contrario, el estudiante al ponerse en

entredicho su desempeño se aleja de volver a involucrarse en estos procesos tanto él, como

otros compañeros.

La elección del representante de curso se convierte en un ejercicio participativo y bastante

exigente. En lo primero se observa que los estudiantes considerando el liderazgo de algunos

de sus compañeros, son postulados para que los representen, queda a consideración de

quienes son reconocidos por ciertas cualidades, dentro de ellas la que se mencionó, si

aceptan o no la propuesta; de igual forma están los que de manera voluntaria quieren

asumir esta responsabilidad porque se sienten con capacidades para realizar una buena

labor desde el Consejo Estudiantil; así mismo, es visto como un pretexto para abrirse

espacios que permitan interactuar con jóvenes de otros grupos y continuar el proceso de

construcción de ciudadanía tanto individual como de manera colectiva. La exigencia del

ejercicio radica en las cualidades que debe tener el estudiante que de alguna forma va a

liderar las decisiones que se tomen en el curso; frente a esto, hay escenarios donde la mayor

votación la obtiene el voto en blanco o dos estudiantes tienen el mismo número de votos, lo

cual indica según lo establecido desde el proyecto de democracia de la institución que se

repiten elecciones con nuevos candidatos, en el primer caso; respecto a la segunda situación

se procede a realizar elecciones nuevamente con quienes obtuvieron resultado similar. Para

los estudiantes elegir a quienes los van a representar es una acción que implica

responsabilidad cuando de tomar decisiones se trata, no es elegir por elegir, ni por salir del

paso, es un ejercicio donde se pone de manifiesto el interés del educando respecto a una

forma de participar y la confianza hacia la persona elegida o la instancia que va a liderar y

propiciar espacios que permitan la interacción y el fortalecimiento de la participación

democrática en el colegio.

Conformado el Consejo Estudiantil - máxima instancia de representación y participación

escolar, quienes lo integran, se dan a la tarea de organizarse como colectivo, el punto de

partida es elegir a quien va a representar a la comunidad estudiantil ante el Consejo

Directivo. El otro punto importante tiene que ver con el plan de trabajo que van a

desarrollar durante el año (2016), dentro de esto cabe señalar, el preguntarse por la

participación, la ciudadanía y la democracia en la escuela; así mismo, pensar sobre qué

actividades aportan al fortalecimientos de estas, para este caso el evento acordado fue el

foro estudiantil organizado y desarrollado por el colectivo en mención. Con la realización

del foro se generaron espacios que contribuyeron en gran medida al fortalecimiento de la

participación democrática y el reconocimiento de las iniciativas estudiantiles por parte de la

comunidad educativa. Los encuentros de reunión para pensar y decidir frente al desarrollo

de lo planteado sobrepasaron las dificultades que se encontraron en el camino; las

evaluaciones que se cruzaron con alguna de las reuniones acordadas no fueron

58

impedimento para que la actividad perdiere su sentido y la motivación por parte de quienes

estaban liderando el proceso. Dichos espacios fortalecieron las iniciativas y el trabajo en

equipo, además de considerarse como escenarios que fortalecen la democracia y la

construcción de ciudadanos participativos en la escuela; de modo que “no es posible la

democracia sino existe una ciudadanía individual y colectiva actuando permanentemente, lo

que a la vez, demuestra que el sujeto de la democracia es el ciudadano participante” (León

& Pulgarín, 2009, p. 37). La participación implica la incidencia de los ciudadanos en su

cotidianidad, una cotidianidad que debe ser conocida y pensada para luego aportar a su

mejora mediante acciones propias del individuo y de la comunidad.

Las acciones del Consejo Estudiantil en el sentido de reflexionar y proponer actividades en

donde se vivencie la participación y la democracia en la escuela se constituyen en un punto

a favor para propiciar posibles escenarios que permitan un acercamiento a la cultura

democrática desde y para la escuela, pero que no queden allí, por el contrario que

trasciendan a otros espacios con el trabajo y las decisiones de los ciudadanos en

construcción. Contrario a lo que se cree los estudiantes al encontrar apoyo en la escuela,

especialmente por parte de los docentes cuando son escuchados, tenidos en cuenta en las

decisiones que se toman y al considerar sus ideas e iniciativas; si tienen que aportar, es más,

se interesan por lo que ocurre a su alrededor, así lo expresa un estudiante de séptimo

cuando se le interroga sobre la práctica de la democracia en la escuela, “es participar con

los demás y con los profesores proponiendo ideas”. Se puede decir que a los educandos les

interesa la escuela, tal vez no a todos, pero sí, se observa un sentir por la institución, por lo

que pasa desde la convivencia, los procesos académicos, la participación de los estudiantes,

lo que piensan, sienten y quieren aportar desde sus intereses e iniciativas para su

mejoramiento; es un trabajo permanente, que no se detiene y que no se agota ni por tiempo

ni por falta de ideas. La conquista de espacios democráticos en las instituciones educativas

requiere de esfuerzo y compromiso conjunto; cambiar las dinámicas de los procesos

participativos en la institución no es fácil, la cuota de trabajo es necesaria y debe partir de la

transformación en lo que tiene que ver con la forma de pensar del estudiante – y docentes -

frente a estos procesos, es un cambio individual con impacto en lo colectivo, es esta la

razón de ser del Consejo Estudiantil.

La democracia en la escuela se construye entre todos con acciones que trascienden los

ejercicios electorales al reconocer actividades participativas que la fortalezcan, es el caso de

la interacción entre estudiantes, la organización de eventos liderados por ellos, pertenecer y

participar en actividades que les interesa ya sean deportivas o culturales, etc.; el otro factor

que incide en el fortalecimiento de ambientes escolares democráticos tiene que ver con las

decisiones que se toman, los estudiantes ven la democracia como la opción para construirse

como ciudadanos al participar en la toma de decisiones en la institución; sus ideas cuentan

porque son parte del colegio, lo que en él pasa les afecta, por tanto, involucrarse en los

procesos es una responsabilidad social que genera cambios en el sujeto y en el colectivo.

59

3. 5. Ciudadanía activa.

La construcción ciudadana es condición fundamental de la participación del individuo en el

escenario de lo público, este proceso tiene asidero en la escuela puesto que las vivencias

que allí ocurren pueden permitirle al estudiante irse construyendo como ciudadano para

interactuar en la sociedad a la que pertenece y de la cual forma parte. La escuela puede ser

vista como un pequeño Estado, es el espacio propicio para que los niños se construyan

como ciudadanos mediante la práctica de la participación a través de acciones generadas

por interés propio en conexión con el trabajo individual y colectivo teniendo como

referente las situaciones que afectan su vida; es así, que se debe dar paso a la reflexión del

contexto si el horizonte es un ciudadano interesado por la sociedad en la que está inmerso y

que por el hecho de formar parte de ella debe desplegar acciones que redunden en la

conquista de ambientes donde se priorice en la convivencia social y la participación

estudiantil para pensar en una mejor sociedad y porque no, en un mejor país.

Dicho de otra forma, la escuela es una de las instituciones que conecta al estudiante con la

sociedad, o lo aísla de la misma; por tanto, la forma como se dan las relaciones de poder,

dentro de ellas la toma de decisiones, es un asunto que le corresponde revisar a las

instituciones escolares por varias razones: por su papel de acercar al estudiante a un saber

específico o universal y por ser uno de los escenarios propicio para la construcción de

ciudadanos mediante la participación democrática de los niños, niñas y jóvenes en las

acciones y decisiones que se toman. De hecho, el estudiante se ve, se siente y se piensa

como ciudadano en la medida en que se involucra en los procesos que se desarrollan en un

contexto determinado; “para mí ciudadano es ser parte de algo…” (Estudiante de octavo).

Es decir, es estar en conexión con un colectivo, una organización social o cultural en un

lugar y momento determinado. Esto exige acciones que se reflejan cuando las personas

hacen uso consciente de su papel como ciudadanos en la sociedad que escogieron para vivir

y compartir con otros. A propósito de lo planteado vale preguntar ¿Cuál es el tipo de

ciudadano que requiere la sociedad a la que pertenecemos y desde que acciones es posible

su construcción? Así la escuela no sea el único escenario donde se forma o se construye el

ciudadano, su compromiso social, sí tiene que ver en este proceso puesto que bajo su

responsabilidad está el cuidado, la formación y la preparación para la vida de todos y cada

uno de los educandos que por ella pasan; es por esto que a esta institución le corresponde

replantear el tipo de ciudadano que está formando y desde que otra perspectiva puede ser

posible que los estudiantes se interesen por lo que pasa con su vida y la comunidad.

En esta perspectiva, con relación a la escuela:

“[...] el estudiante se va convirtiendo en ciudadano cuando aprende a tomar

decisiones, resolver problemas por sí mismo, aprende a tomar parte activa en

diversos grupos, entender y respetar las ideas y sentimientos de los demás,

comprender y manejar los sentimientos propios, asumir responsabilidades como ser

individual y social” ( Rodríguez, 1997, p. 15).

60

En todo este proceso de formación está de por medio la escuela al darse en su interior

espacios de interacción donde se encuentran personas con grandes diferencias respecto a la

edad, gustos, intereses, nivel cultural, de participación; así como otras maneras de ver la

vida y el mundo. Articular esas diferencias es una tarea que le atañe, como a otras

instituciones (familia, sociedad, etc.); no es fácil, pero se podría iniciar por el

reconocimiento del otro sin tener en cuenta la situación personal y el rol que cada quien

desarrolla en el contexto escolar.

Una escuela orientada hacia este fin, aporta sustancialmente a la construcción del

ciudadano que reclama la sociedad. La escuela al reconocer a la persona en su

individualidad, al considerar los ritmos de aprendizaje propios de cada quien y, al generar

espacios donde los estudiantes puedan participar en lo que les interesa y beneficia, está

aportando al aprendizaje de la ciudadanía. Una forma de practicar la ciudadanía en el

ámbito escolar se expresa cuando el estudiante se involucra en el contexto donde pasa gran

parte de la vida, al identificarse con un colectivo con el que interactúa poniendo en

consideración actitudes, valores, modo ser y estar con los demás. Por todo esto la escuela es

el escenario propicio para aprender a ser democráticos a través de la práctica de la

democracia, aprender a participar participando y a construirse como ciudadano entre todos

mediante la reflexión permanente de la cotidianidad; de igual modo por la relevancia de

organismos institucionales que fomenten acciones democráticas y por consiguiente el

ejercicio de la ciudadanía. El Consejo estudiantil, es una de esas instancias, de él se dice

que “aporta a la participación porque lo integran estudiantes y nosotros sabemos cómo

quieren nuestros compañeros la organización en el colegio, entonces tendríamos ideas para

los proyectos de la institución” (estudiante de décimo).

Ahora bien, en lo concerniente al trabajo realizado con los niños, niñas y jóvenes del

Consejo Estudiantil, fue un proceso donde ocurrieron cambios que por su relevancia

ayudaron un poco a la construcción ciudadana. Un ejemplo de esto se puede constatar en la

idea que se tiene de ciudadanía en principio, el cual es asociado con la participación, la

elección de las personas que van a estar al frente de una comunidad o País; de igual forma,

es relacionada con la persona que habita en la ciudad, estas personas son portadoras de

derechos y deberes que deben expresarse en la interacción con los demás y con el respeto al

medio ambiente.

Decir que “[...] es llamado ciudadano aquel personaje que tiene derechos y deberes consigo

mismo y su comunidad, así mismo es aquel que convive y respeta su entorno”, (estudiante

de grado décimo), deja ver que la ciudadanía está asociada con los beneficios que requiere

el ser humano para vivir bien; también está en conexión con las responsabilidades que debe

asumir el ciudadano para aportar a la mejora de la comunidad. Respecto a los derechos, se

podría decir que la participación es el mecanismo idóneo para que el individuo se forme

como ciudadano sin dejar de lado sus deberes personales y sociales; de esta manera se

61

estaría hablando de un ciudadano no solamente interesado en su bienestar, sino en el

trabajo colectivo que propicie cierto bienestar para todos; es a través de la participación

como se construyen relaciones de convivencia pacíficas las cuales dinamizan la interacción

social en el entorno; claro, es un espacio vital, el entorno es el territorio que posibilita el

encuentro de los individuos para su continua construcción como ciudadanos de un lugar

específico, llámese escuela, barrio, ciudad, etc. Cuando el educando relaciona la ciudadanía

con el entorno, la escuela asoma en su imaginario por las vivencias que en ella se tienen ya

sea haciendo presencia desde la participación de carácter institucional o la participación

entre pares; es decir, se relaciona con lo que interesa a un gran número de estudiantes:

grupos de danza, actividades deportivas y culturales, salidas pedagógicas, entre otros

aspectos.

El estudiante como ciudadano en construcción aparte de reconocerse con derechos y

deberes, alude a la práctica de los mismos para su transformación personal; es este un paso

importante para orientar las acciones hacia la conquista de la convivencia pacífica de tal

manera que se puedan resolver los conflictos a través del diálogo teniendo en cuenta los

argumentos de las personas implicadas en situaciones que les afectan. Lo dicho son razones

que favorecen ambientes escolares propicios a la construcción de ciudadanos

comprometidos con su entorno social; de allí que, “[...] la ciudadanía como algo más que la

conquista individual; es una categoría que se adquiere en la convivencia con otros, en

sociedad” (León & Pulgarín, 2009, p. 40). La construcción de ciudadanía es un acto

convidado; es decir, el hecho de estar o ser parte de un grupo es condición fundamental

para que los individuos se vinculen en los procesos que se desarrollan en doble sentido: a

través de acciones proactivas que permitan mejorar las relaciones dadas y de manera

personal, nutrirse de los saberes, así como de las experiencias de los demás.

Los encuentros estudiantiles se convirtieron en pretexto para que el Consejo Estudiantil

accediera a espacios de construcción colectiva propiciados por ellos; se resalta esta acción

como un encontrarse entre todos para reflexionar sobre asuntos que les inquieta o interesa,

dentro de ellos la ciudadanía y el ser ciudadano. Ahora bien, si la construcción del

ciudadano es inherente a la existencia de entornos escolares participativos, la existencia de

ellos, obedece al trabajo conjunto y persistente del grupo teniendo claridad de lo que

querían hacer y porque lo deseaban realizar. Los encuentros adquieren sentido para los

estudiantes porque fueron espacios que ganaron, no estaban, o si estaban no se

aprovechaban, las acciones realizadas se quedaban allí; encontrarse para hablar, escuchar

las voces que se dicen en otros cursos permitió reflexionar el sentir estudiantil en el colegio.

Este tipo de acercamiento generó la necesidad de indagar sobre el ciudadano tanto en la

escuela como en la sociedad, sin dejar de lado las acciones que fortalecen la construcción

del ciudadano y el ejercicio de la ciudadanía; los estudiantes se dieron a la tarea de expresar

lo que piensan de él y buscar información que aporte a la idea que se tiene; el resultado se

evidencia al afirmar que el ciudadano “[...] es aquella persona que tiene valores como ser

62

humano y sabe vivir con los demás en un ambiente de paz”, “ser ciudadano es sentirse parte

de una estructura social y política, sobre todo asumir responsabilidades y obligaciones en la

construcción de la sociedad”(estudiante de once).

Con la búsqueda se pretendió que el estudiante entendiera la importancia de acercarse a

otras fuentes de información, que es necesario superar la idea que se tiene producto del

sentido común para saber la importancia de lo que se quiere conocer. La socialización del

trabajo realizado producto de la búsqueda emprendida sobre lo que significa ser ciudadano,

está dentro de los cambios de los que se habló antes. Al afirmar que ser ciudadano es

sentirse parte de una institución y que esta institución tiene su propia estructura que se debe

conocer porque es responsabilidad del individuo aportar a su mejora o transformación. Esta

afirmación, permite entender otro tipo de concepción e interés por parte de los estudiantes;

por un lado, la socialización del trabajo realizado requiere aprender y desaprender sobre un

tema específico, es otra forma de acercarse a un saber por intermedio de sí mismo; por otra

parte, el espacio que se ha ganado cobra relevancia por el significado que obtiene, el cual se

observó en el nivel de asistencia del grupo y el trabajo que allí se realizó, en especial si se

trata de asuntos que generan cierto interés en los participantes, es el caso del protagonismo

ejercido por los educandos en el planteamiento de las actividades que se discutieron y se

acordaron desarrollar con la comunidad educativa.

Desde la reflexión y el hacer de los educandos aparte de entender lo que significa ser

ciudadano y su importancia en la sociedad se pretendió que asumieran un rol específico en

la institución, que sus responsabilidades no estén enfocadas únicamente a cumplir con lo

académico, obviamente es un factor fundamental, de hecho, esto en algunas ocasiones fue

un impedimento que condicionó la participación de algunos en los encuentros organizados

y en el cumplimiento de las tareas encomendadas; sino también, ser ciudadanos

responsables. Lo académico y el ejercicio de la ciudadanía son complementarios; el deber

exige cumplir con las tareas académicas pero también asumir la responsabilidad social

como un compromiso consigo mismo y con la comunidad en general, esto, debe ser motivo

de reflexión, en tanto el estudiante como ciudadano para su construcción requiere de

espacios reales de participación y de personas responsables con deseos y voluntad de

aportar a este fin.

Las reuniones entre estudiantes para interactuar, proponer, planear y desarrollar

actividades, más si son encuentros que se realizan en espacios diferentes al aula de clase

son espacios de construcción de ciudadanía porque allí se expresa lo que se piensa sin

temor a ser censurado por lo que se dice y hace, siempre que, los comentarios aporten

positivamente a lo que se desea hacer; sumado a lo anterior, hay consciencia de que fuera

del salón de clase también se aprende cuando se interactúa con otras personas sobre temas

de interés que por su relevancia fortalecen el ser ciudadano, este tipo de encuentros

permiten al estudiante saber que pasa en la escuela y como desde sus acciones se puede

trabajar en función de las salidas a los problemas que afectan el día a día escolar, tal vez lo

que se propone no responde del todo a lo que se desea mejorar, pero el que sea motivo de

63

reflexión es un paso importante que atañe al ciudadano activo comprometido con su

contexto; no en vano “[...] un ciudadano activo resulta decisivo que comprenda lo que se

quiere cambiar y como ellos deben participar activamente en ese cambio.” (Hart, 2005,

p.61). Comprender las problemáticas implica pensar en los factores que las producen y en

la forma cómo afrontar sus efectos; todo esto son acciones de participación que involucra a

los ciudadanos interesados en su comunidad.

Al reconocer que la participación es un compromiso responsable del ciudadano para

contribuir con el fortalecimiento de la democracia y con mejoras sustanciales en el

ambiente escolar, el acercamiento a los estudiantes mediante el trabajo con el Consejo

Estudiantil fue un ejercicio relevante porque condujo a la conquista de espacios que

posibilitaron el encuentro de estudiantes para estudiantes donde se puso en consideración

un plan de trabajo y la forma como se iba a desarrollar; en principio, se contó con la

presencia del docente, posteriormente los educandos se convocaban dependiendo de las

tareas y las actividades que habían planteado. Dentro de las propuestas llevadas a cabo

donde están implícitas las iniciativas de los educandos y la construcción de ciudadanía, se

resaltan: “el plebiscito por la paz estudiantil”; esto a propósito del proceso de paz entre el

gobierno y las FARC EP; “el foro estudiantil: construyendo ciudadanía se aporta a la

paz”; “los estudiantes y el manual de convivencia”; esta actividad generó inquietud por la

manera como se ha construido la norma, y las afectaciones que tiene para los gustos de los

jóvenes, especialmente; “pensando en el proyecto de democracia” y; un ejercicio de “juego

de roles: la participación desde adentro” con la mirada puesta en la elección y

participación de los estudiantes en el Gobierno Escolar en adelante.

Para el desarrollo de estas actividades el compromiso fue compartido, cada quien asumió

responsabilidades que podía cumplir dependiendo de la edad y el grado en el que se

encuentra cada quién; por ejemplo, los niños de primaria contaron con el apoyo de sus

docentes para cumplir con los compromisos y participar en las actividades organizadas. El

proceso al que tuvo lugar llevar a la práctica lo planteado (el plebiscito por la paz

estudiantil, el foro estudiantil, los aportes de los estudiantes al manual de convivencia, la

contribución del Consejo Estudiantil al documento del proyecto de democracia y juego de

roles) se convirtió en un proyecto común que contó con la participación y responsabilidad

de los estudiantes involucrados y de la comunidad educativa en general al atender el

llamado de los educandos, situación que se observó en la generación de espacios de

participación en los que se discutieron temas de su interés y se visibilizaron algunas de las

problemáticas cotidianas.

Estos eventos se pueden considerar como aportes a la construcción ciudadana porque en su

realización fueron visibles las iniciativas, organización, planeación y desarrollo por parte de

los estudiantes. Así mismo, se resalta el protagonismo ejercido por los niños, niñas y

jóvenes en lo que hacen a través del liderazgo y el dinamismo siempre que haya interés por

algo; el foro estudiantil, tuvo esta particularidad. En dicha actividad se pudo destacar la

64

participación de estos para su desarrollo, en tanto fueron ellos quienes lo propusieron y

establecieron la línea de trabajo que se iba a abordar. El análisis que me permito hacer es

que los educandos si tienen que decir y que proponer con respecto a lo que se vive en la

escuela; la tarea que no se está haciendo como debería hacerse es escucharlos, tenerlos en

cuenta, apoyar sus iniciativas y trabajar conjuntamente para realizarlas. Un modo de

aprender a ser buen ciudadano, expresa Cortina (1997) se logra mediante la participación

del individuo en las comunidades y asociaciones de la sociedad civil.

El interés para la realización del foro obedece a la reflexión que se hace desde el Consejo

Estudiantil sobre la participación y la incidencia de los estudiantes en las decisiones que se

toman. Para este evento, desde su organización hay un llamado decisivo y fraterno al

cumplimiento de las responsabilidades asumidas. El presidente del Consejo Estudiantil

(estudiante de once), es elocuente, respetuoso y sincero al referirse al tema llamando la

atención a sus compañeros en los siguientes términos “nosotros como anfitriones del evento

nos corresponde organizarnos para dejar una buena impresión en el desarrollo del foro y el

impacto que podría tener para el colegio; sabemos que es la primera vez que se realiza en el

colegio esta actividad y esperamos que no sea la última; además, contamos con la visita de

los compañeros de la sedes A y B, de allí que, el trabajo es arduo y requiere del aporte de

todos nosotros para que lo planteado se realice y quedemos bien con todos, empezando por

nosotros mismos”.

Fue directo el mensaje y tuvo impacto en quienes acompañaban en el recinto, gran parte de

los presentes salieron inquietos pensando en el tema con el que el grupo participaría sin

salirse del eje transversal del evento (convivencia y ciudadanía); otros, considerando la

forma de motivar a sus compañeros de grupo para que se hagan participes del evento con

acciones concretas pensadas y socializadas ya sea individual o de manera conjunta; por su

parte los estudiantes más pequeños, me refiero a los niños y niñas de tercero, cuarto y

quinto, al comentar la propuesta en el grupo, contaron con el apoyo permanente de la

docente titular del curso, un aporte importante que favorece el interés de los estudiantes y la

construcción ciudadana a través de la participación consciente en temas comunes a la

escuela; conforme a lo expresado “el tipo de sociedad que necesitamos buscar es una en la

cual los niños aprendan a ser ciudadanos competentes y sensibles por medio de la

participación con adultos competentes y sensibles” (Hart, 1993, p. 6). La ciudadanía es

inherente a la participación, es un proceso que involucra al individuo, al contexto y a las

personas con las que se comparte en un lugar y en un tiempo determinado; la interacción

entre estos elementos aporta a la construcción del ciudadano y a la sociedad que se desea

para el desarrollo de la vida.

De la angustia producida al pensar en que se iba a participar y de qué manera en el foro, se

pasa a un momento de calma y tal vez de tranquilidad cuando hay un trabajo construido de

manera individual, en grupo o con el aporte de algún docente que le interesa lo que pasa

con sus estudiantes, así le ocurrió a tres niños de grado quinto – en su narrativa se les

65

reseña como estudiante uno, dos y tres de acuerdo al orden de intervención -; ellos para el

desarrollo de su ponencia, cuentan en el relato, tuvieron presente, aparte del apoyo de la

directora de grupo, las ideas de sus compañeros de curso, especialmente situaciones que

viven entre ellos y que por los efectos es bueno ponerlas en consideración. La ponencia que

presentaron la titularon “Celebremos la diferencia para una mejor convivencia”, algunos

de sus relatos tienen que ver con la diversidad en donde resalta el estudiante uno que “la

responsabilidad de cada uno de nosotros es importante para reconocernos y entender que

somos diferentes, que debemos respetarnos los unos a los otros tal como somos, que si

queremos conseguir la paz, la diversidad no se debe olvidar, hay que hablar de ella, porque

todos somos diferentes y cada uno puede aportar desde lo que sabe y piensa”; por su parte,

el estudiante dos, agrega que “cada persona es única e irrepetible, nadie es igual a otro en lo

físico o en la forma cómo piensa, menos en lo que quiere y desea para su vida y por eso

debemos respetarnos si queremos vivir en paz”; la presentación la cierra el estudiante tres,

quien hace hincapié en la solidaridad a partir del video “cuerdas”, sobre esto insiste en la

importancia de ayudarnos unos a otros, para él, esta es una forma de aprender a ser

solidarios, ayudarnos entre nosotros permite construir una sociedad en paz porque si

sabemos cuáles son las dificultades que tienen las personas y les ayudamos, ellos pueden

superar los momentos difíciles que viven; de esta manera, puntualiza, estamos aportando a

la paz; termina su intervención diciendo “la paz empieza en casa, en nuestro barrio, en

nuestra escuela, en valorar al otro, reconocer sus virtudes su historia y sus esfuerzos, en

aprender a escucharlos, en aprender a dialogar”.

La interacción en escenarios como el planteado, contribuye con el fortalecimiento de la

educación ciudadana, ella “tiene que estar vinculada con formas de adquisición de

facultades críticas, por parte de las personas, así como de la sociedad, si se quiere que la

escuela se convierta en una fuerza progresista en la incesante lucha de la democracia como

forma de vida” (Giroux, 1993, p.132).

Los estudiantes demandan espacios de participación para expresar de manera crítica la

opinión sobre los problemas que les afecta, no contentos con esto, proponen salidas a los

mismos, se refleja en ello, acciones y anhelos de democracia.

En la narrativa descrita se observa la voluntad de los niños de propiciar el dialogo sobre un

tema crucial inherente al ser humano y la sociedad como lo es la convivencia. Entender que

los seres humanos no estamos solos y que necesitamos el uno del otro para construirnos

como ciudadanos va en sentido correcto hacia la educación ciudadana. Así lo dejan ver los

expositores al expresar sus ideas haciendo participes la familia, el barrio y la cotidianidad

de la escuela en la búsqueda de la paz y la convivencia a través del reconocimiento de la

diferencia, la solidaridad y la aceptación de sí mismo con cualidades y limitaciones.

Conocer el momento histórico que se vive y plantear salidas a las problemáticas que afectan

el desarrollo del individuo son acciones que fortalecen la capacidad crítica en los

estudiantes y su construcción permanente como ciudadanos, lo cual requiere de la

interacción entre pares para pensar en una sociedad que garantice el desarrollo del

66

individuo en cuanto sujeto que forma parte de la comunidad. Los estudiantes en sus

acciones y reflexiones dejan ver la necesidad de que esto sea posible desde la escuela,

cuando los estudiantes de quinto en su ponencia hablan de “la celebración de la diferencia

para una mejor convivencia”, se podría entender como un llamado a que miremos la

sociedad desde otra perspectiva; es decir, una mirada participativa, dialógica e incluyente

que permita las ideas, el conocimiento del contexto y el encuentro de saberes como

elementos que aportan a la educación ciudadana con la cual es más fácil hacer frente a las

situaciones adversas a la convivencia en el ámbito escolar de manera crítica y reflexiva.

Se insiste en la responsabilidad de la escuela en este propósito; la educación ciudadana de

la que habla Giroux, requiere de espacios para que los estudiantes se construyan como

ciudadanos activos a partir de la construcción de relaciones sociales positivas que permitan

bienestar en la institución, estas son conquistas diarias teniendo como estrategia la

participación democrática en todos los niveles de la comunidad con garantía de la escuela

apoyando los procesos e iniciativas estudiantiles, si dentro de sus objetivos está la

construcción de sujetos que se identifiquen con el horizonte y las metas institucionales

planteadas a mediano y largo plazo; dicho esto, “solo puede sentirse parte de una sociedad

quien sabe que esa sociedad se preocupa activamente por su supervivencia, y por una

supervivencia digna”(Cortina, 1997, p.59). La escuela aprende (Santos Guerra, 2006), al

tener en cuenta las voces de los otros; además, se generan mejoras en sus relaciones

sociales, dentro de ellas la convivencia, y de paso contribuye con la construcción ciudadana

fortaleciendo la participación democrática desde las voluntades estudiantiles.

Así como el foro estudiantil generó cambios en los estudiantes al movilizar a la comunidad

educativa en torno a la construcción ciudadana mediante la participación estudiantil; otro

acontecimiento como el plebiscito por la paz estudiantil, hizo su aporte a este propósito.

Los estudiantes del Consejo Estudiantil ven pertinente llevar a la escuela un tema relevante

por la trascendencia que tiene en el orden nacional, de allí que se dan a la tarea de indagar

sobre este tema, aspectos específicos tales como ¿Qué es el plebiscito? ¿Quién lo convoca?

¿Cuál es su importancia? Y discutir la posibilidad de realizar un ejercicio de plebiscito en la

institución. De manera concertada se establece que la consulta se hace individual y luego se

pone en consideración la información recopilada mediante una puesta en escena que dé

cuenta del trabajo realizado; de manera voluntaria una estudiante de grado octavo, se

responsabilizó del asunto y lo asumió como una oportunidad para seguir fortaleciendo la

participación y el liderazgo, acciones que realiza en las actividades en las que se vincula.

En la intervención deja ver su actitud crítica y reflexiva al expresar situaciones como “el

plebiscito es un acontecimiento que nos debería interesar a todos especialmente a los

jóvenes que somos la futura generación, está demostrado que la solución al conflicto que

hemos vivido no es mediante el conflicto armado, el diálogo es la solución”. En plena

exposición preguntó una estudiante de octavo a la expositora, si está de acuerdo con lo que

se está firmando en la Habana, su respuesta es sí, “porque independientemente de los

delitos cometidos por la guerrilla, ellos tienen derecho a otra oportunidad, además es una

67

opción para que las cosas cambien y nosotros como jóvenes no tengamos que vivir lo que

vivieron nuestros padres”; Irrumpe un compañero de clase expresando que “ser malo paga”,

manifiesta “que no es justo que unas personas que han hecho tanto daño no vayan a la

cárcel y se les premie con dinero por dejar las armas”. Además, señala que “las personas de

bien que trabajan todos los días, en especial sus padres, ganan tan poquito, matándose con

lo que les toca hacer, mientras que a los guerrilleros les van a pagar por desmovilizarse, no

es justo”, comenta. En la medida en que se desarrolla la exposición, aumenta la

participación de los estudiantes en el tema, oh sorpresa que la mayoría de los participantes

que intervienen rechazan los diálogos de paz; la expositora es contundente con sus

argumentos y de manera respetuosa expresa a los contradictores que “sus ideas obedecen a

lo que oyen y ven en los medios de comunicación, que esas no son sus ideas”, reitera. El

manejo reflexivo del tema se evidencia cuando la expositora hace una invitación fraterna a

los asistentes “debemos leer el texto de los acuerdo para dejar de decir lo que otros dicen”;

cierra su intervención, insistiendo a sus compañeros “como estudiantes nos corresponde

estar al tanto de lo que ocurre en el país, más si son temas que tienen que ver con los

jóvenes y el futuro del país”.

El estudiante se desenvuelve mejor en temas que generan cierto interés por su relevancia en

la escuela o por su importancia en la nación. Lo que ocurre en la sociedad no es ajeno a las

instituciones educativas, por tanto se requiere desde la escuela poner en contexto a los

educandos sobre la realidad nacional para fortalecer el quehacer institucional y la

construcción de ciudadanía; respecto a los niños, niñas y jóvenes, es tarea de la escuela

acercarse a la lectura que permanentemente están haciendo de la sociedad; así mismo

acompañar sus iniciativas, escuchar sus ideas e inquietudes, porque esto fortalece la

interacción estudiante – escuela, de igual modo aumentan los lazos de identidad al

encontrar espacios que permiten conocer lo que ellos dicen, lo que piensan y lo que se

proponen realizar; estas son maneras de entender su sentir frente a la institución y la

sociedad.

Son responsabilidades compartidas, la escuela propicia espacios reales de participación y

acompaña el proceso de construcción ciudadana; por su parte los estudiantes, utilizan

dichos espacios para el ejercicio de la ciudadanía participando e incidiendo en las

decisiones que se toman. El plebiscito por la paz tuvo esta característica, no contentos con

indagar y discutir sobre el tema, tanto en los estudiantes como en los docentes,

especialmente del área de Ciencias Sociales, Ética y Religión, se observó el interés de

vivenciar este mecanismo de participación en la escuela, el cual se realizó el 8 de

septiembre, un día antes del foro estudiantil; es así que se pregunta ¿apoya usted un pacto

de no agresión, respeto y valoración del otro, comprometiéndose con acciones de paz en

todos los lugares donde se encuentre? El ejercicio movilizó a la institución por ser la

primera vez que esto se presentaba; asimismo, por el respaldo y la reflexión que los

estudiantes hacen al respecto.

68

Algunas de las consideraciones de los estudiantes cuando se les preguntó porque participó

en el plebiscito son:

“yo voté porque tengo fe que viviremos en paz en algún futuro no muy lejano y que todo

cambiará para bien”.

“dije si al plebiscito, porque la propuesta es uno de los pasos para alcanzar la paz, para así

tener una buena y mejor sociedad; para lograr esto, como ciudadana me comprometí al

marcar sí, a mantener acciones de paz para mantener en orden la sociedad”.

Hay interés de los estudiantes sobre lo que pasa en la sociedad porque esos acontecimientos

de alguna forma trascienden la escuela, las decisiones que se toman en la nación afectan a

futuro su estilo de vida, el ideal es que sea para mejorarla; ahora bien, si a la escuela le

interesa la construcción de ciudadanos, la generación de espacios se convierte en

herramienta fundamental para la consecución de este propósito de tal modo que los jóvenes

al salir tomen las decisiones adecuadas para aportar sustancialmente a la mejora de la

sociedad de la que forman parte.

Así como los estudiantes se interesan por algunos temas, hay otros a los que poca atención

le dan, entre otras cosas porque las decisiones ya están dadas, es el caso del Manual de

Convivencia; generalmente hay cierto distanciamiento respecto a la norma porque no la

conocen, no han sido convocados para su construcción o van en contravía de sus gustos e

intereses. Desde el Consejo Estudiantil se generaron las motivaciones para que se

propiciaran los espacios por medio de los cuales lo establecido en este documento sea

reconocido y practicado como debe ser. El punto de partida es saber que contempla el

escrito, especialmente la información relacionada con los estudiantes; la tarea fue leer,

socializar y plantear puntos de vista u opiniones respecto a las normas de convivencia;

luego de esto se concluyó que es responsabilidad de todos conocer la normatividad por las

que se rige la institución y la importancia de cumplirlas para una mejor convivencia; “no

solo debemos quedarnos en conocer las normas y cumplirlas”, expresa la personera

estudiantil (estudiante de once) que acompañó este proceso, “es importante participar en

los ajustes anuales que se hacen al manual de convivencia de no ser así seguiremos

haciendo lo que otros dicen ¿y la voz de nosotros qué? Si queremos aportar a esto

necesitamos saber sobre lo que está escrito para participar en la construcción de normas que

no vayan en contra de lo que a nosotros nos gusta”, concluye. Aunque la incidencia de los

estudiantes en este proceso no se dio en el momento, las acciones realizadas contribuyeron

para tener en cuenta su participación en los asuntos que les atañe en la escuela, en especial

la convivencia. Más que aportes al Manual de Convivencia, en el imaginario de algunos

estudiantes está la importancia de incidir en la construcción de la norma y el conocimiento

de la mismo para que se cumpla y mejoren las relaciones convivenciales en el colegio.

No hay mejor referente para la construcción de ciudadanía que la participación; interesarse

por el destino de la sociedad, en este caso la escuela, es una expresión de la participación de

los estudiantes en la vida social que se desarrolla en el ámbito escolar; este es precisamente

el escenario del ciudadano activo. Para Magendzo (2004), el ciudadano activo tiene la

69

obligación de participar en la construcción del Estado, en el fortalecimiento de la sociedad

civil y en el ejercicio activo de la ciudadanía para edificar, fortalecer y mantener el anhelo

democrático. La labor realizada con el Consejo Estudiantil se acercó un poco a este

propósito puesto que el estudiante es consciente de que forma parte de un colectivo que lo

acoge; por tanto, espera de él, contribuciones que redunden en mejoras mediante la

participación en los escenarios a que haya lugar.

Frente al particular, se visibilizan los cambios y la importancia de este organismo en el

colegio. Se mantiene la elección y el funcionamiento del Consejo Estudiantil por sedes (A y

C) y jornadas (mañana y tarde), lo que se empezó a implementar a partir del 2017, son los

encuentros del Consejo Estudiantil Institucional; es decir, se organizó un plan de trabajo

teniendo en cuenta las particularidades de cada sede y jornada el cual se complementa con

el trabajo que se estableció teniendo en cuenta las demandas del colegio. Los encuentros

con los estudiantes se realiza dos veces por semestre con el objetivo de evaluar el trabajo

desarrollado por sede y a nivel institucional, todo apuntando a la interacción y el trabajo en

equipo para fortalecer la participación y la construcción de ciudadanía en los estudiantes.

Con relación al desplazamiento para los encuentros estudiantiles, la institución garantiza los

gastos de movilidad, los niños, niñas y jóvenes son acompañados en el recorrido por un

profesor que nuevamente lleva a los estudiantes a su sitio de origen.

Tal como se dijo antes, la situación descrita se convierte en ganancias por porte de los

educandos tal vez por las acciones y decisiones promovidas las cuales contribuyen en cierta

medida con el mejoramiento de la participación estudiantil y la democracia en la escuela.

En consonancia con lo anterior la profesora de Ética expresa que el trabajo realizado con el

Consejo Estudiantil ha permitido:

“[...] Durante estos dos últimos años en el Colegio Villas del Progreso se ha venido

trabajando de manera un poco más organizada la elección del Gobierno Escolar en este

caso más concreto la elección del Consejo Estudiantil, esto se ha logrado gracias al apoyo

en gran parte de los Docentes que lideran dicho proceso en este caso los docentes del Área

de Ciencias Sociales quienes desde sus clases han hecho grandes aportes en la construcción

de ciudadanos políticos y Democráticos. Los resultados que se han evidenciado con los

estudiantes son los siguientes:

1. Estudiantes que internamente se organizan para analizar las problemáticas que se

presentan en el diario vivir en la institución y cómo poder dar posibles soluciones a

las mismas.

2. Formación en su mayoría de alumnos críticos y proponentes que conocen sus

realidades políticas y ciudadanas y hacen sus aportes para construir una mejor

convivencia

3. Se apropian de los espacios en los cuales pueden participar no solo dentro de la

institución sino en otros contextos diferentes de la localidad y la ciudad.

4. Se ha generado conciencia en los estudiantes sobre su papel como integrantes de

una comunidad educativa y a futuro como ciudadanos políticos.

70

5. Estos espacios han permitido que los estudiantes se autorregulen, autogobiernen y

creen sus propias normas y estamento en beneficio de toda la comunidad educativa.

Además de autoevaluar el proceso de participación de cada uno.

Es importante tener en cuenta que esta formación se da poco a poco, ya que algunas en

ocasiones se muestran apáticos frente a lo que tenga que ver con lo político y lo social.

De igual manera se hace necesario en las elecciones que exista una mejor preparación para

los candidatos que desean participar y además que los electores tomen conciencia de que no

es sólo votar por el que más me gusta o porque es mi amigo sin tener en cuenta su perfil de

candidatura, realizando reflexiones frente a al papel del elector, para no caer en el error de

seguir eligiendo por salir del paso sino tomarlo con madurez y autonomía ya que por quien

vote es quien está representando mis ideas durante su mandato o tiempo de gobierno.

También como electores realizar seguimiento a las campañas propuestas por los

candidatos para que estas en realidad se lleven a cabo.

Se hace necesario desde las centrales en este caso Personería, Contraloría y la misma

Secretaria de Educación asignen más tiempo para este proceso dentro del Gobierno Escolar

ya que por los tiempos que se han venido acortando para la elecciones, los jóvenes que

quieren participar deben correr para elaborar sus propuestas y darlas a conocer y en su

mayoría no hay el tiempo para hacer una revisión de sus propuestas orientadas por los

docentes”.

El llamado es urgente para que en la escuela los procesos se desarrollen de manera

participativa, es importante atender la voz del ciudadano estudiante, ellos traen consigo un

saber que se podría fortalecer desde el aula de clase, y de esta manera ubicarlos de nuestro

lado para que los cambios académicos, convivenciales y ciudadanos se construyan entre

todos y no como sigue ocurriendo que el profesor es el que sabe, ordena y decide, por su

parte el estudiante obedece, calla, repite; puesto que esto poco contribuye con la formación

del ciudadano crítico, participativo, propositivo y democrático que la sociedad requiere;

por el contrario se sigue haciendo lo que conviene al sistema: ofrecer una educación para

que no se enseñe a pensar, conocer y criticar de manera coherente la situación que se vive

en el país, generada en parte por los gobiernos aferrados al poder y a sus intereses de

gremio; para ellos es inaceptable la formación del ciudadano activo por su actitud de

involucrarse en todo lo que le afecta con propuestas que si se tienen en cuenta, podrían

generar cambios que beneficien a todos y no a unos como ocurre en la práctica. Esto es un

reto para la escuela que amerita ser analizado y puesto en práctica teniendo en cuenta el

ejercicio democrático que desarrolla, siempre que haya interés en la participación y la

formación ciudadana como referentes para la construcción de ambientes democráticos que

propicien la convivencia y la construcción de ciudadanía.

La participación estudiantil, la democracia en la escuela, así como la ciudadanía activa,

adquieren cada vez más relevancia en el contexto escolar y su fortalecimiento depende de la

71

conquista de los espacios que permitan la práctica efectiva de ellos mediante la interacción

entre estudiantes, docentes y comunidad educativa en general. Es esto, el soporte para

trabajar en función del ciudadano que la escuela y la sociedad demandan para su

transformación.

72

CAPÍTULO 4. CONCLUSIONES

La presente investigación tuvo como principal objetivo identificar las formas de

participación de los estudiantes y su incidencia en la construcción de ciudadanía y cultura

democrática. En este proceso fue importante la implementación de la unidad didáctica

como estrategia metodológica que permitió la participación de los niños, niñas y jóvenes

miembros del Consejo Estudiantil del Colegio Villas del Progreso, ubicado en la localidad

de Bosa; así como el desarrollo de acciones y procesos reflexivos en los estudiantes.

Es importante resaltar que dentro de la investigación se abordaron las categorías:

participación, democracia y ciudadanía, las cuales se aprenden entre otros, en el escenario

escolar, como espacio de formación que la sociedad ha definido y del cual demanda

ciudadanos democráticos, participativos y productivos; se debe agregar que, para ampliar la

idea que se tenía de las categorías mencionadas se hizo un ejercicio de estado del arte, el

cual permitió comprenderlas un poco más y especificarlas para su estudio respectivo. La

participación como categoría de análisis fue el punto de partida para el desarrollo del

trabajo con los estudiantes, porque a partir de esta los estudiantes podrían identificar

distintas formas de participación, plantear sus ideas respecto de la misma en el colegio y,

hacer reflexiones en torno de la toma de decisiones como principal factor en el ejercicio de

la participación, de manera que se sintieran protagonistas al interior de su colegio.

La participación adquiere sentido en tanto que sea comprendida y vivenciada como derecho

y deber por todos y todas, porque las acciones y decisiones inciden o deberían incidir en la

vida individual y colectiva; sin embargo, la escuela ha descuidado en el proceso de

socialización la formación en y para la participación, dedicándose al adoctrinamiento

político y la reproducción de la cultura hegemónica, y por ello mismo, la democracia y la

ciudadanía tampoco son la prioridad en el escenario escolar; ya que no es tan necesario la

formación de ciudadanos críticos que defiendan sus derechos y movilicen procesos de

intervención en sus comunidades.

La democracia es un proceso en construcción que requiere un cambio en las relaciones al

interior de la escuela, para que sean más horizontales (entre docentes y estudiantes) y

promuevan espacios para la toma de decisiones, el establecimiento de acuerdos entre todos

los miembros de la comunidad educativa y el mejoramiento de la comunicación, para el

beneficio de la comunidad y la transformación de la escuela; por tanto, democracia y

participación son dos conceptos y procesos que se interrelacionan y se fundamentan en el

desarrollo de la autonomía, la solidaridad, el trabajo en equipo, la horizontalidad en la

relaciones que muy poco se evidencian en la escuela; ocurre que los estudiantes solo se les

reconoce su participación en los procesos de conformación de los gobiernos escolares y las

instancias de participación al inicio de cada año, pero no se les permite o no son valoradas

las iniciativas que presentan a través de sus representantes en el Consejo Directivo o en el

Consejo Estudiantil , porque se considera que no tienen mucho que aportar, que solo están

para aprender y sus conocimientos no son válidos o importantes.

73

La tercera categoría, es la ciudadanía, que se relaciona con el bienestar general, el trabajo

colectivo, la lucha por los derechos, y por tanto, involucra la participación democrática.

León & Pulgarín identifican al ciudadano activo que se caracteriza por su interés en los

asuntos de la comunidad, y que no nacen, se forman para transformar su realidad; de

manera que la escuela debe aportar en el desarrollo de las habilidades, los valores y las

competencias para que los estudiantes puedan contribuir en la intervención de sus contextos

familiares, escolares y barriales. En la escuela hay que suscitar el fortalecimiento de la

identidad institucional, que el estudiante se apropie de su colegio y se le permita participar

en la búsqueda de soluciones a los problemas que al interior de este se viven, que aprenda a

vivir y convivir en comunidad, para que el ejercicio de la ciudadanía sea verdadero y no se

limite a la participación en elecciones, sino que se evidencie en los procesos de

reivindicación de los derechos y en la consecución del bienestar colectivo.

Para abordar el proceso de investigación se definió el enfoque cualitativo, el método

etnográfico y el grupo focal como técnica de investigación; para lo cual se diseñó y

desarrolló como estrategia metodológica una unidad didáctica que se aplicó con los

dieciocho (18) miembros del Consejo Estudiantil del Colegio Villas del Progreso, sede C,

jornada mañana, abordando inicialmente las tres categorías (participación, democracia y

ciudadanía) haciendo uso de la entrevista grupal semiestructurada y permitir generar un

espacio de discusión colectiva que fuera transformándose en un escenario para proponer

iniciativas entre los estudiantes, que les hiciera ganar confianza en sí mismos, desarrollar

liderazgo y reflexionar sobre sus acciones y su entorno.

Así mismo, como parte del proceso de investigación se plantea que para posibilitar el

desarrollo de habilidades cognitivas, axiológicas y éticas en los estudiantes, es necesario

trabajar procesos de innovación en la escuela que rompan con lo convencional y viabilicen

otras formas de asumir el acto educativo, que favorezcan la motivación, el interés y la

curiosidad de los estudiantes y, se generen cambios en el contexto educativo. De manera

que, este trabajo apostó por ser una propuesta de intervención que permitiese a los

educandos descubrir otras posibilidades al interior de la escuela, en las cuales pudiesen

expresar sus ideas, indagar, proponer y realizar distintas acciones que les facilitaran nuevos

espacios de participación, el reconocimiento de sus habilidades, la interacción con sus

maestros y pares; a través del trabajo individual y colectivo, la discusión, el respeto a la

palabra, la diferencia de ideas; donde ellos mismos, fuesen partícipes de sus procesos de

aprendizaje y se transformasen las relaciones educador – educando.

Hay que señalar que a propósito de la experiencia desarrollada con los estudiantes, para el

análisis de las categorías se tuvo en cuenta que de acuerdo con el contexto donde se

desarrolló el trabajo –escolar-, las categorías fueron tomando un enfoque claro:

participación estudiantil, democracia en la escuela y ciudadanía activa.

Con relación a la participación estudiantil, es importante entender lo que significa en la

escuela por ser esta, uno de los escenarios donde se hace el ciudadano y se ejerce la

ciudadanía; por tanto, reflexionar sobre la forma como se evidencia, se piensa y se práctica,

74

es una labor de la comunidad educativa en su conjunto. Frente al trabajo realizado con el

Consejo Estudiantil, se pudo observar diferentes maneras de verla y en algunos casos las

expresiones dejaron ver un mayor grado de conceptualización en los estudiantes. Acorde

con lo anterior, la participación era percibida por ellos como “levantar la mano o pedir la

palabra”, “es involucrarse, aportar ideas e iniciativas a un proyecto y además, ayudar para

hacerlo posible”.

En la medida en que se avanzó en las actividades propuestas dentro de la unidad didáctica,

fue posible considerar que la participación tiene sentido cuando hay interés de los

individuos de asumir responsabilidad sobre su realidad y toma relevancia en el momento

en que se apoya y se fortalece desde el hacer, el liderazgo estudiantil y el trabajo entre

todos. El foro: “construyendo ciudadanía se aporta a la paz”, contribuyó con el

fortalecimiento de las actitudes descritas, especialmente el liderazgo estudiantil, siempre

que los estudiantes planearon, llevaron a cabo y finalmente realizaron la evaluación del

evento en cuestión. El foro, además de ser un espacio propicio para ejercer la participación

se convirtió en el escenario donde los estudiantes manifestaron las inquietudes y

preocupaciones por los factores que afectan la convivencia y los procesos académicos en la

institución, al identificar problemáticas como el bullying, la contaminación ambiental, el

consumo de sustancias psicoactivas, entre otras.

Algo parecido sucede también con el trabajo en equipo, este fue otro de los aspectos de

gran importancia que coadyuvó con la participación en cada una de las actividades

desarrolladas. A partir de la interacción entre pares, independientemente de la edad y el

grado en el que se encontraba el estudiante; con el trabajo en equipo se ganó experiencia,

conocimientos y se construyeron propuestas que de alguna forma permitieron

complementar la manera de vivenciar, y pensar la participación en la escuela. Conforme a

lo planteado, por medio de este tipo de estrategia, los estudiantes se comprometieron con

las actividades desarrolladas; así mismo, establecieron acuerdos para enriquecer la

propuesta de trabajo, situación que aumentó la participación en el colectivo estudiantil

generando la posibilidad de crecimiento personal desde los aciertos y desaciertos en las

acciones y decisiones tomadas. Caso concreto de lo anterior fue la integración de los niños

de primaria; así como los jóvenes de aceleración con los estudiantes de bachillerato; allí no

hubo reparos, tampoco negativa para el trabajo en equipo, por el contrario hubo aportes a la

realización de las actividades propuestas desde las capacidades de cada quien.

Por lo que se refiere a la participación se puede decir que está en relación con lo que afecta

la vida de las personas, la acción de participar fortalece el liderazgo y genera sentido de

pertenencia hacia el contexto, ya que de alguna forma lo que sucede alrededor de los

individuos, afecta la cotidianidad de todos los que interactúan en un espacio determinado.

La escuela, espacio vital de construcción del sujeto participativo, es trascendente, siempre

que posibilite la incidencia de los estudiantes en las decisiones que se toman. No obstante,

el trabajo realizado por algunos educandos del Consejo Estudiantil, se afectó a raíz de las

exigencias e impedimentos propios de una disciplina académica; a pesar de esto, el proceso

75

avanzó y la situación descrita, generó reflexión, con lo cual se aumentó el liderazgo

estudiantil mediante la búsqueda de la mejor solución posible para llegar a buen término

frente a las tareas y responsabilidades adquiridas individual y colectivamente.

En cuanto a las manifestaciones y los cambios suscitados por los estudiantes a propósito de

la participación, vale la pena retomar el compromiso que el colectivo estudiantil asumió

tanto grupal como institucionalmente en las actividades realizadas; de igual modo, es de

anotar que las iniciativas de los niños, niñas y jóvenes se convirtieron en un elemento que

fomentó la participación al ser escuchados y tenidos en cuenta por su relevancia en el

contexto escolar; así mismo, las decisiones y el liderazgo estudiantil, son virtudes del sujeto

participativo que la sociedad requiere y si la escuela se lo propone, puede contribuir con su

formación permitiendo espacios reales que le aporten a su construcción; por último están el

trabajo en equipo que bien orientado puede contribuir en la construcción de mejores

ciudadanos con sentido de solidaridad e interés por el otro, teniendo como referente la

escuela, espacio socializador o de interacción social y; el concepto de participación que fue

tomando sentido en la medida en que el estudiante reconoce otras acciones que están dentro

de ella; así por ejemplo, participar también es asistir a salidas pedagógicas, pertenecer al

grupo de danzas, de teatro, involucrarse en disciplinas deportivas, proponer salidas a las

problemáticas que afectan la vida escolar, elegir y ser elegido, entre otros aspectos.

Por lo que se refiere a la democracia en la escuela, conviene señalar que es uno de los

escenarios propicios para entender los procesos democráticos a nivel local, nacional y

mundial. Desde allí se aporta a la construcción del ciudadano activo a través de la

interacción social que posibilite el bienestar de la comunidad en general. No obstante, las

acciones, relaciones y decisiones que reproduce la escuela poco contribuyen con el

fortalecimiento de la democracia y la formación de sujetos democráticos, porque las

decisiones se toman de manera unilateral sin tener en cuenta a los estudiantes, no se tienen

en cuenta sus ideas o son subvaloradas y a su vez, esto se ve reflejado en las relaciones de

verticalidad entre profesores y estudiantes, al igual que entre directivas y estudiantes.

Acorde con el trabajo realizado, se podría decir que la construcción de escuelas

democráticas tiene varias implicaciones, entre estas sobresalen: priorizar en la práctica e

interacción de la comunidad educativa de manera participativa en los procesos académicos

y convivenciales, que se desarrollan en las instituciones escolares; utilizar el diálogo como

instrumento generador de confianza en las relaciones docente – estudiante; reflexionar

sobre la forma como se toman las decisiones que generalmente afectan a los estudiantes, en

tanto estas tienen el aval y cuentan con la aprobación de los profesores. A su vez, dicha

reflexión debería conducir a la acción por parte de los estudiantes, apuntando hacia los

procesos participativos y la formación del ciudadano en el contexto escolar.

Ahora bien, considerando las particularidades que identifican a cada una de las

instituciones educativas, es decir, las prácticas, costumbres, procesos de participación,

hábitos que determinan un estilo de vida y las acciones que se desarrollan al interior de las

76

mismas, las cuales están en relación con la democracia, cuyo propósito es fomentar la

participación en la escuela, conviene generar cambios sociales, culturales y políticos que

involucren a todos sus miembros, especialmente al educando, puesto que es el sujeto en

proceso de construcción. Al respecto, cabe anotar que los estudiantes tienen mucho que

aportar al fortalecimiento de la democracia, esto se observó a través de las ideas, acciones y

decisiones asumidas frente a los procesos que se llevaron a cabo en el contexto escolar

(participación, convivencia, toma de decisiones, procesos académicos, etc.) los cuales se

constituyeron en motivo de reflexión por el impacto en el entorno y por el interés que

suscitaron en los participantes. De lo anterior se puede inferir que la escuela está en

correspondencia con la comunidad educativa, esto implica favorecer los encuentros que

posibiliten la construcción ciudadana a partir de la discusión, reflexión y salidas a las

problemáticas que afectan la cotidianidad escolar; por ejemplo, el cuestionamiento de los

estudiantes al proceder del profesor, las dificultades para acceder a espacios de interacción

social y la discusión de propuestas sobre temas de interés colectivo, entre otros.

Algo parecido sucede con la democracia, de ella se podría decir que es un quehacer

permanente relacionado con la vida de las personas ya que está implícita en las acciones y

decisiones que se toman permanentemente. Los estudiantes relacionan la democracia con la

participación, el voto, la representación, el gobierno; de igual modo, las acciones y

decisiones que se toman. Pero también, la democracia está en relación con luchar por un

ideal, con la convivencia, pensar en el ser, en el hacer y en el estar con el otro; así mismo,

ellos la relacionan con la libertad de expresión, priorizando en ser distinto y pensar distinto,

con incidir en la toma de decisiones como ciudadanos dentro y fuera del contexto escolar.

La instancia de participación con mayor acogida en la institución para los educandos es el

Consejo Estudiantil porque se vivencia la democracia en la toma de decisiones, los

acuerdos son concertados entre todos, las opiniones diferentes son tenidas en cuenta para

enriquecer las ideas, y lo acordado beneficia a la mayoría. Además, por medio de este

organismo de participación se fortaleció el liderazgo estudiantil el cual se evidenció en la

interacción de los educandos que entre otras cosas generó cambios sustanciales en la

comunidad educativa, por ejemplo, el foro estudiantil, que fue el resultado de procesos y

construcciones colectivas que posicionaron las ideas e intereses propios frente a la

participación y la democracia en la escuela.

La democracia en la escuela se construye entre todos con acciones que trascienden los

ejercicios electorales al reconocer actividades participativas que la fortalezcan, es el caso de

la interacción entre estudiantes, la organización de eventos en los que ellos son los

protagonistas, pertenecer y participar en actividades que les interesa ya sean deportivas o

culturales y su incidencia activa en la toma de decisiones. Así que, los cambios en los

procesos democráticos requieren de la participación de la comunidad educativa, cuyo

objetivo central son los estudiantes porque son mayoría en la escuela y son los ciudadanos

77

en construcción que requieren del acompañamiento de un adulto que para el caso de la

escuela es el docente.

Acerca de la ciudadanía activa, su construcción es condición fundamental de la

participación del individuo en el escenario de lo público, este proceso tiene asidero en la

escuela puesto que las vivencias que en ella ocurren, pueden permitirle al estudiante irse

construyendo como ciudadano para interactuar en la sociedad a la que pertenece y de la

cual forma parte. La escuela es una de las instituciones que conecta al estudiante con la

sociedad por su papel de acercar al educando a un saber específico o universal, y por ser

uno de los escenarios que podría posibilitar la construcción de ciudadanos mediante la

participación democrática de los niños, niñas y jóvenes en las acciones y decisiones que se

desarrollan en el contexto escolar.

Como se ha dicho antes, la participación, la democracia y la ciudadanía, encuentran en la

escuela el fundamento para su construcción y fortalecimiento permanente. Aporta a la

construcción ciudadana cuando reconoce a la persona en su individualidad, al considerar

los ritmos de aprendizaje propios de cada quien y al generar espacios donde los estudiantes

participen en lo que les interesa y beneficia. Una forma de practicar la ciudadanía en el

ámbito escolar se expresa cuando el estudiante se involucra en el contexto donde pasa gran

parte de la vida al identificarse con un colectivo con el que interactúa poniendo en

consideración sus actitudes, valores, modos de ser y estar con los demás. En efecto, este

escenario conviene a la construcción del ciudadano activo al comprender, según Hart, lo

que se quiere cambiar y la forma de participar en el cambio. El trabajo realizado con el

Consejo Estudiantil se acercó un poco a este propósito, puesto que el estudiante es

consciente de que forma parte de un colectivo que lo acoge; por tanto, espera de él,

contribuciones que redunden en mejoras mediante la participación en los escenarios a que

haya lugar.

También es importante resaltar que la construcción de ciudadanía es un acto convidado. El

hecho de estar o ser parte de un grupo, es condición fundamental para que los individuos se

vinculen en los procesos que se desarrollan en doble sentido: a través de acciones

proactivas que permitan mejorar las relaciones dadas; y de manera personal, nutrirse de los

saberes, así como de las experiencias de los demás. Se debe agregar que aportaron a la

construcción de ciudadanía en los estudiantes el plebiscito por la paz, el foro estudiantil, los

aportes de los estudiantes al manual de convivencia, las contribuciones del Consejo

Estudiantil al documento del proyecto de democracia, porque en la realización de las

actividades descritas, fueron visibles las iniciativas, organización, planeación y desarrollo

por parte de ellos. Al mismo tiempo, el trabajo realizado permitió concluir que ser

ciudadano es sentirse parte de una institución y que esta institución tiene su propia

estructura que se debe conocer puesto que es responsabilidad del individuo aportar a su

mejora o transformación.

78

Por todo esto se podría decir que, la ciudadanía es inherente a la participación, es un

proceso que involucra al individuo, al contexto y a las personas con las que se comparte en

un lugar y en un tiempo determinado. Retomando los términos contexto e individuo, entre

la escuela y los estudiantes hay responsabilidades compartidas, la escuela es conveniente

que propicie espacios reales de participación y acompañe el proceso de construcción

ciudadana; mientras que, los estudiantes, sería bueno que utilizaran dichos espacios para el

ejercicio de la ciudadanía participando e incidiendo en las acciones y decisiones que se

toman.

Por todo esto, es importante considerar que la participación estudiantil, la democracia en la

escuela y la ciudadanía activa, por su incidencia en la escuela son categorías susceptibles de

reflexión, por varios factores: el tipo de ciudadano que se desea formar, por los cambios

suscitados en la sociedad y por la dinámica propia de cada contexto educativo. De allí que

la investigación no se agota en este punto, en tanto la participación es fundamental para los

cambios y/o transformaciones que la sociedad requiere de tal modo que se garantice lo que

no existe –principio de democracia- y en cuyos cambios los protagonistas sean los

estudiantes como ciudadanos en construcción puesto que van a asumir decisiones de

manera personal y social donde quiera que desarrollen su vida.

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83

ANEXOS

Los anexos que a continuación se presentan fueron el insumo para indagar respecto a las

categorías de análisis; es decir, participación estudiantil, democracia en la escuela y

ciudadanía activa. Dentro de los registros se encuentran: la entrevista que se trabajó con los

niños, niñas y jóvenes del Consejo Estudiantil, talleres, diarios de campo, fotografías, entre

otros. Dicha información fue de gran importancia para la consecución del trabajo

presentado.

Encuesta

Objetivo: identificar el concepto que los estudiantes tienen de participación, democracia y

ciudadanía mediante la aplicación de encuesta donde se indague sobre las categorías

mencionadas para entender su relevancia individual y socialmente.

Metodología: el docente explica el objetivo del taller y la importancia de la participación,

la democracia y la ciudadanía, siempre que el ideal es, construir una sociedad mejor a

través de la incidencia de ciudadanos participativos y democráticos.

El taller se desarrolla en dos momentos con los educandos del Consejo Estudiantil del

colegio Villas del Progreso IED; después de cada sesión se hace la socialización del trabajo

y se complementa la conceptualización a través de consulta, espacios que posibiliten

aprender a participar participando, etc.

Tiempo: una hora y treinta minutos por sesión.

Primera Sesión

¿Qué es participación? - Dar una opinión cuando estemos metidos en un determinado grupo de personas

(estudiante de cuarto).

- Es cuando por ejemplo uno pide la palabra alzando la mano (estudiante de quinto).

- Es la influencia que uno tiene en la institución aportando o apoyando en ella

(estudiante de grado sexto).

- Es una intervención en un asunto, es la opinión que una persona tiene frente algo.

(estudiante de séptimo).

- Participar es dar a conocer un punto de vista u opinión respecto a un tema

(estudiante de octavo)

- Es participar en algo dar opciones y como buen alumno compartirlos para poder

resolverlo todos y poder darle solución y para no permitir la violencia o del tema

relacionado (estudiante de noveno).

- Es participar en cosas colectivas de nuestra institución (estudiante de décimo).

- Es la acción en su defecto tomar o recibir parte de algo para nombrar a la capacidad

de involucrarse en la política del país o de un colegio institución, etc. (estudiante de

décimo).

- Es aquella donde puede ser oídas nuestra opinión o decisiones (estudiante de once).

- Es involucrarse en algo y aportar alguna idea, o iniciativa para que ese proyecto o lo

que sea que se planee sea realizado, ayudar para hacer eso posible (estudiante de

once).

¿Cuáles son las instancias (institución, organismos) de participación escolar?

- Son la jornada completa y Paziando (estudiante de cuarto).

- Participación democrática, participa democráticamente para tener una organización

estudiantil donde se pueda ver un líder en cada quién (estudiante de quinto).

- Consejos (estudiante de sexto).

- Consejo Directivo, Consejo Estudiantil, Contraloría, Personero (estudiante de

séptimo).

- Son donde podemos convivir mejor con otros compañeros como 40x40 u otros tipos

de deportes para nosotros (estudiante de séptimo).

84

- No entendí esa pregunta (estudiante de octavo).

- Dialogar con todo el curso y hacer que ellos reaccionen o reflexionen de lo que está

mal (estudiante de noveno).

- Se ven de varias formas dependiendo de la democracia como se maneja, son las

siguientes: Consejo de padres, Consejo Estudiantil, Secretaría de Educación,

Coordinación, Orientación, Personero, Contralor (estudiante de décimo).

- El Consejo estudiantil, Personero, el Contralor, Representante de curso (estudiante

de once).

- El Consejo Directivo, académico y lo más importante todas y todos los estudiantes

y personas que conforman la institución (estudiante de once).

¿En qué actividades participa en el colegio?

- Yo participo en ayudarle a los profesores a tener más orden en el salón y a barrer o

hacer que cada niño recoja papeles (estudiante de cuarto).

- Elaboración de normas derechos y deberes, convivencia, integridad y los principios

educativos (estudiante de quinto).

- Participo en clan y en Compensar (estudiante de sexto).

- Por el momento en ninguna (estudiante de séptimo).

- Participo en lo de 40x40 en el Consejo Estudiantil y en la participación de

aprendizajes (estudiante de séptimo).

- En las que sea posible: izadas de bandera, día del idioma, bailes, reuniones,

canciones, etc. (estudiante de octavo).

- Por el momento solo en la labor de que escuchen al estudiante si es necesario y se

cuenta el respeto a los docentes (estudiante de noveno).

- En actividades de convivencia, concientización y lo beneficio para los estudiantes

(estudiante de décimo).

- Participo en IDRD, pues es deporte y participamos activamente, y en el Consejo

estudiantil como Representante de curso 8estudiante de once).

- Participo en IDRD en robótica y ayudando algunas veces a profes haciendo

carteleras y murales (estudiante de once).

¿En qué actividades institucionales le gustaría participar?

- En el manejo de los materiales disponibles que nos brinda el colegio (estudiante de

cuarto).

- A mí en realidad me gustaría participar en el colegio con el orden del refrigerio y

con las horas del descanso para que los niños y niñas de quinto no se pasan para el

otro patio porque los grandes le quitan las onces o los niños salen lastimados

(estudiante de quinto).

- En el uso de espacios y materiales otorgados por la institución (estudiante de sexto).

- Representante, Contralor (estudiante de séptimo).

- En la danza y teatro (estudiante de séptimo).

- En los centros de interés, dinámica los sábados estudiante de octavo).

- Me gustaría participar en campeonatos si se hicieran, en servicio social en

coordinación (estudiante de noveno).

- Me gustaría participar en más salidas a bibliotecas y/o centros culturales que nos

beneficien en nuestra labor educativa (estudiante de décimo).

- Me gustaría participar en las decisiones de la institución (estudiante de once).

- Las que tengan que ver con una mejor enseñanza dentro y fuera de la institución

como por ejemplo ir a conferencias con Universidades (estudiante de once).

¿Cree usted qué hay factores que dificultan la participación en el colegio?

- Los factores que dificultan la participación en el colegio son que los de la mañana

para ir al cuarenta se entran por la misma puerta de la tarde y se dificultan las cosas.

Se ponen a discutir y terminan en mal comportamiento (estudiante de cuarto).

- Sí, por ejemplo la timidez o miedo a que le digan cerebrito (estudiante de quinto).

- Sí estudiante de sexto).

- La voz de los estudiantes los cuales no participan por inseguridad o simple

desinterés (estudiante de séptimo).

- Sí, si los hay, porque algunas personas tienen miedo a decir sus opiniones pues

piensan que porque dijo lo van a criticar (estudiante de séptimo).

- La indisciplina, el desorden, la falta de interés en algunos temas, el irrespeto a las

ideas de los demás (estudiante de octavo).

- No creo que hayan factores que dificulten la participación en la institución, antes

85

creo que ellos son los que nos influyen a que participemos (estudiante de noveno).

- Sí hay factores que las dificultan, como falta de participantes, en su defecto los

estudiantes, el 20% participa y el 80% no (estudiante de décimo).

- Sí, ya que el no tener el conocimiento adecuado sobre ciertos temas podría dificultar

la participación de los estudiantes (estudiante de once).

- Muy pocos por que los jóvenes y los chicos tenemos el derecho a ser escuchados

pero a la mayoría le da temor presentar sus opiniones (estudiante de once).

¿Le gustaría pertenecer a un grupo de trabajo sobre derechos humanos en el colegio? Si,

No, por qué?

- No, pues ni conozco de él (estudiante de cuarto).

- Sí, porque me gusta peliar por los derechos de los alumnos o estudiantes (estudiante

quinto).

- Sí, porque podríamos llegar a una gran meta dependiendo el trabajo que se realice y

así instruirnos nosotros y a nuestros compañeros (estudiante de sexto).

- Sí porque lo que hacemos o hagamos acá en el colegio no nos afectará en nada, al

contrario nos ayudaría a todos ser buenas personas (estudiante de séptimo).

- Sí, porque me gustaría saber sobre el tema para dar ejemplo (estudiante de séptimo).

- No, puesto que en nuestra institución los derechos humanos son algo que no se viola

(estudiante de octavo).

- Si me gustaría ya que podríamos conocer mejor hasta donde llegan nuestros

derechos y a donde empieza el de las otras personas y concientizarnos más

(estudiante de noveno).

- No, porque son muy pocos los jóvenes o mejor dicho son muy pocos los estudiantes

que quieren hacer valer su derecho al estudio y sería un poco hipócrita porque en el

mundo en el que vivimos, todas las verdades las esconden y nos distraen con

mentiras (estudiante de décimo).

- Sí porque me parece que los derechos son fundamentales, es decir, muy

importantes para cualquier institución, país, fundación o religión (estudiante de

once).

- Sí, porque en mi opinión todos deberíamos llevar los derechos como clave para la

convivencia y dárselo a conocer a mis compañeros, me gustaría (estudiante de

once).

¿De qué manera aportaría el Consejo Estudiantil a la participación?

- Yo aportaría al Consejo Estudiantil con hacer propuestas y cumplirlas (estudiante de

cuarto).

- Se aportaría que los niños que les están diciendo que es un cerebrito o que lo van a

golpear, denuncie en la Rectoría (estudiante de quinto).

- Pues apoyándonos y dándonos ejemplo del respeto y otros (estudiante de sexto).

- No sé, hablar con nuestros compañeros para que estén pendientes de cada vez que el

colegio da la oportunidad de participar ellos lo hagan (estudiante de séptimo).

- Sería interesante colocando carteleras con frases que incentiven a ello (estudiante de

séptimo).

- Aparte que los del Consejo Estudiantil podemos hablar con nuestros compañeros y

preguntarles que piensan para hablarlo en las reuniones (estudiante de octavo).

- Creo que un buen aporte sería el ejemplo, ya que si nuestros compañeros ven que

podemos opinar y participar; ellos se animarían a también hacerlo (estudiante de

noveno).

- Aportaría mucho porque en el Consejo Estudiantil estamos estudiantes y nosotros

sabemos cómo quieren nuestros compañeros la organización en el colegio, entonces

tendríamos ideas para los proyectos del colegio (estudiante de décimo).

- Ayudando o dando a conocer ese punto de vista en el que todos somos líderes tanto

de una comunidad como de nosotros mismos y podemos aportar para que

participemos en estas actividades que son tan importantes para el beneficio de mi

persona y de los demás hasta el de nuestros hijos (estudiante de once).

- Aportaríamos de tal forma que seríamos la voz de la participación de los estudiantes

y defenderíamos sus derechos (estudiante de once).

¿Qué es ser ciudadano?

- Alguien que pertenece a una ciudad o pueblo que también es parte y aporte a su

comunidad, osea participa para tomar decisiones como elegir su representante

(estudiante de cuarto).

86

- Es ser muy responsable con las cosas que promete (estudiante de quinto).

- Es aportar a la ciudad, ayudar a ser parte de ella (estudiante de sexto).

- Es tener participación para decidir quién o porque queremos que una persona nos

gobierne (estudiante de séptimo).

- Estar bajo las normas y reglas de una sociedad (estudiante de séptimo).

- Ser parte de algo y ser de ciudad (estudiante de octavo).

- Ser ciudadano poder votar en las elecciones del país y poder ejercer plenamente lo

que conocemos como derechos y deberes, normas y reglas (estudiante de noveno).

- Es llamado ciudadano aquel personaje que tiene derechos y deberes consigo mismo

y su comunidad, así mismo es aquel que convive y respeta su entorno (estudiante de

décimo).

- Es ser una persona que habita en un Estado como sujeto de derechos civiles y

políticos (estudiante de once).

- Es aquella persona que tiene valores como ser humano y sabe vivir con los demás

en un ambiente de paz (estudiante de once).

¿Considera pertinente la realización de un foro estudiantil y, que temas le gustaría que se

abordaran?

- No sé qué es un foro, pero si fuera un himno me gustaría que primero hablaran de

las cosas que han sucedido en la institución y que contáramos los himnos, después

hacer una oración e izada de bandera antes de la oración, eso (estudiante de cuarto).

- Me gustaría el tema del bullying y del matoneo y del robo (estudiante de quinto).

- Si considero pertinente (estudiante de sexto).

- Si, pues se podrían abordar varios temas como el bullying, sensibilización familiar,

para que la familia pase más tiempo juntos y el robo dentro de la institución.

(estudiante de aceleración).

- Sí, escuchar más, tener más sinceridad (estudiante de séptimo).

- Sería muy bueno la realización del foro para hablar sobre la delincuencia en el

colegio y la seguridad en él, por el porte de armas blancas en el colegio. (estudiante

de octavo).

- Me parece una buena idea ya que los estudiantes podríamos estar más al tanto de lo

que sucede en la institución. Con respecto a los temas me gustaría tratar temas

culturales. (estudiante de noveno).

- Sí, yo creo que si podríamos hacer un foro estudiantil (estudiante de décimo).

- Si lo considero pertinente ya que podríamos conocer más los temas o problemas de

nuestra institución, los temas que claman a tratar, es sobre el ambiente del colegio y

la agresividad entre los compañeros (estudiante de once).

- Me gustaría que se abordaran temas relacionados con la enseñanza, que se hablen de

temas interesantes como por ejemplo una ingeniería. (estudiante de once).

Segunda Sesión

¿En qué asuntos participan o pueden participar los estudiantes para incidir (influir, causar

efecto una cosa en otra) en las decisiones que se toman a nivel institucional?

- A través del Consejo Estudiantil, el Representante de curso y el Contralor

(estudiante de sexto).

- Al dar una opinión y hacer regar la voz en las reuniones de docentes (estudiante de

sexto).

- Sería por medio del teatro y la danza, pues en mi curso odian o les tienen celos a los

de bachillerato por esta causa (estudiante de quinto).

- En cambios que se dieran en las aulas, en la toma de algunas decisiones, como

conseguir profesores fijos y la puntualidad en el colegio. Estudiante de octavo.

- Pueden incidir en los temas diciendo a alguna persona mayor –docente-, que lo

propuesto se tenga en cuenta esa propuesta y se puedan tratar (estudiante de cuarto).

- No necesitamos participar en todo para tomar decisiones cada quien puede

compartir su opinión (estudiante de séptimo).

- En los que no sean personales y en los que el Consejo estudiantil diga (estudiante de

quinto).

- En muchas cosas como por ejemplo el Sistema de evaluación, proyecto 40x40,

salidas pedagógicas, etc. (estudiante de octavo).

¿Cómo se evidencia la democracia en la escuela?

- Si se pone en práctica porque en el colegio Villas del Progreso, trabajan con eso

haciendo trabajos con el personero, cabildante, contralor y representante de curso

87

(estudiante de sexto).

- La democracia la podemos ver en las elecciones para el gobierno escolar (estudiante

de octavo).

- Se evidencia con respeto y eligiendo con dignidad (estudiante de cuarto).

- Se puede evidenciar la democracia al hacer el llamado a todos los representantes de

curso y demás, para tomar en cuenta la opinión de todos sin excepción (estudiante

de noveno).

- Cuando se elige al representante del curso y de la institución (estudiante de octavo).

- Participando con los demás y con los profesores; proponiendo ideas. Estudiante de

séptimo (estudiante de octavo).

- Se evidencia cuando los postulados ganan por votos democráticos (estudiante de

sexto).

- Se evidencia la democracia cuando los estudiantes pueden tener voz y voto en

nuestra institución (estudiante de décimo).

- Con el gobierno escolar (estudiante de séptimo).

- La democracia se evidencia mediante nosotros como consejo estudiantil y los

directivos del colegio (estudiante de décimo).

- En la escuela se evidencia la democracia tomando en cuenta las opiniones por

medio del voto popular (estudiante de sexto).

- La democracia en nuestro colegio se evidencia al tener en cuenta nuestra opinión

para elegir a nuestros líderes estudiantiles (estudiante de once).

- No, casi siempre tienen democracia algunos, pero se evidencia mucho en unos

cursos al poner en práctica el orden y el respeto (estudiante de sexto).

- Con el gobierno estudiantil (estudiante de cuarto).

- Se evidencia cuando los postulados prometen algo que si pueden cumplir

(estudiante de séptimo).

- Cuando podemos votar por la persona que nos va a representar en el gobierno

escolar, cunado cumplen con nuestros derechos (estudiante de once).

- Se demuestra en el momento en el cual las directivas del colegio tienen en cuenta a

los estudiantes para que sean partícipes en el gobierno del colegio (estudiante de

noveno).

- Se evidencia cuando elegimos a alguien que nos va a representar, bien por ejemplo,

elegimos al personero para que nos represente bien a todos los progresistas

(estudiante de séptimo).

- Estar más pendiente con los llamados del representante tanto en primaria como en

bachillerato Estudiante de quinto).

Se puede decir que en el colegio se pone en práctica la democracia? En qué acciones?

- Sí, porque trabajan con los diferentes gobiernos que se encuentran en el colegio

Villas (estudiante de sexto).

- Dándonos el derecho a votar libremente por algunos candidatos postulados a los

diferentes estamentos del gobierno escolar (estudiante de décimo).

- Sí, eligiendo, trabajo, esfuerzo, defender (estudiante de curto).

- Sí, al tener en cuenta que todo el Consejo Estudiantil, está al tanto de lo que pasa y

se tiene en cuenta la opinión de todos (estudiante de noveno).

- Cuando elegimos o dando nuestras propuestas (estudiante de quinto).

- Sí porque cada vez que entramos a una clase, proponemos y elegimos las ideas y

propuestas hasta elegir una y quedar de acuerdo (estudiante de octavo).

- Cuando se vota democráticamente para escoger al representante (estudiante de

séptimo).

- Sí se pone en práctica cada vez que los estudiantes eligen al representante de curso,

cabildante, contralor, personero, etc. (estudiante de once).

- Sí, a partir del representante, contralor, personero, etc. (estudiante de octavo).

- A través de la toma de decisiones en pro de la institución (estudiante de sexto).

- Sí, por ejemplo en las elecciones a personero se usa el voto popular para tomar una

decisión (estudiante de décimo).

- Sí se pone en práctica porque nosotros votamos para elegir líderes estudiantiles, ya

sean personero, contralor y representantes (estudiante de once).

- Sí, a veces cundo un curso no viene, todo está bien, pero en ocasiones si se nota

mucho la democracia en el colegio (estudiante de séptimo).

- Con reuniones académicas (estudiante de sexto).

- Sí porque cuando nosotros votamos hacemos democracia porque cuando nos dicen

las propuestas les ponemos mucho cuidado y según sus propuestas los elegimos

88

(estudiante de octavo).

- A veces no, porque somos muy individualistas con lo que pasa en nuestra

comunidad progresista (estudiante de séptimo).

- Sí se podría decir porque nos enseñan a ser democráticos teniendo en cuenta las

decisiones de todos los estudiantes, para elegir a alguien que represente a todos los

estudiantes (estudiante de sexto).

- Elegimos al personero, al contralor, al cabildante y al representante de curso

(estudiante de quinto).

- Estar en opinión con nuestra escuela y consenso estudiantil, con sus respectivos

actos y esfuerzos en todo el año. Estudiante de noveno.

¿Para usted qué es democracia?

- Es cuando todos luchamos por un ideal que sea benéfico para todos (estudiante de

sexto).

- La democracia es una forma de convivencia en la cual buscamos la libertad de

expresión y hacer cumplir nuestros derechos (estudiante de séptimo).

- La democracia es respeto, solidaridad, compromiso, etc. (estudiante de sexto).

- Es ser bueno con otras personas y consigo mismo osea ayudar a otras personas

necesitadas, igual con los no necesitados, excepto con los ricos, eso si no (estudiante

de séptimo).

- La democracia es una forma de participación del pueblo, para elegir a nuestros

dirigentes, o en conclusión la democracia es donde el ser humano es libre de

participar en la democracia social eligiendo a nuestros líderes sociales a través del

voto popular (estudiante de séptimo).

- Gobierno en el que el pueblo ejerce soberanía. Esto significa que el pueblo elige a

quien quiere que lo lidere en las instancias como el senado de la república

(estudiante de séptimo).

- Está basada en la intervención del pueblo, defendiendo también los derechos de las

personas (estudiante de sexto).

- La democracia es una instancia donde los estudiantes, ciudadanos, comunidad,

sociedad y país eligen a un representante o a un gobernador (estudiante de sexto).

- La democracia es política, ayudar con leyes y favorecer a quien lo necesita

(estudiante de sexto).

¿Se puede considerar la democracia como un estilo de vida?

- Sí se puede considerar un estilo de vida porque la democracia, es algo que nos

ayuda para que nuestros líderes hagan valer nuestros derechos (estudiante de

séptimo).

- Sí, porque prácticamente en todo lugar se habla de democracia (estudiante de sexto).

- Sí con respeto y cumpliendo porque con esos compromisos se puede (estudiante de

séptimo).

- Sí se puede considerar como un estilo de vida porque la democracia es ayudar a las

otras personas y que la ayuda no es solo con dinero (estudiante de séptimo).

- Sí, la democracia se puede considerar como un estilo de vida frecuente porque

literalmente practicando la democracia se elige a nuestros representantes y voceros

y si no hubiera democracia no habría estilo de vida tanto para nosotros como para

ellos (estudiante de séptimo).

- Sí, porque constantemente los líderes políticos toman decisiones a favor de sus

ciudadanos. Aunque sea un poco esto influye en la vida, ejemplo, si le suben al

transmilenio para construir el metro esto es de nosotros (estudiante de séptimo).

- Sí porque constantemente los líderes están tomando decisiones buenas por nosotros

estudiante de sexto).

- Sí porque todos los días tomamos decisiones de cualquier cosa (estudiante de

séptimo).

- No, porque sería como todos ser políticos y a sí van a ser ladrones o ayudantes con

las personas (estudiante de séptimo).

89

Diario de campo

COLEGIO VILLAS DEL PROGRESO IED

PROYECTO DE DEMOCRACIA

REUNIÓN DE CONSEJO ESTUDIANTIL

DIARIO DE CAMPO

Observador: Edie de Jesús Gómez Marrugo Actividad: Observación del

acta de elección del representante estudiantil del grado 801 jm Fecha: de

2016 Lugar: Biblioteca - Colegio Villas del Progreso IED

Hora: 9: 00 am.

Observaciones Comentarios

El evento inicia con la participación de

42 estudiantes que forman parte del

grado 801.

El docente inicia realizando la lectura

“asamblea en la carpintería”, luego de

esto se retoma la importancia del

Representante de Curso, resaltando las

funciones y responsabilidades

correspondientes.

Hay expectativas en los estudiantes por

lo que pueda pasar en la elección. Se dan

las indicaciones pertinentes para la

elección y se procede a inscribir a los

interesados.

Se escuchan voces como “yo postulo a”

“postúlese, no, no estoy interesado, eso

tiene mucha responsabilidad” “yo

quiero”. Finalmente se escribe en el

tablero el nombre de cinco estudiantes

que voluntariamente aceptaron el

compromiso. Cada uno de ellos pasa al

frente y expresa porque quiere ser

representante y las expectativas que tiene

para tal fin. “me postulé porque tengo

liderazgo en el grupo” “siempre he

querido ser representante” “puedo

trabajar en grupo” “porque creo que

como representante se pueden hacer

cosas para beneficio de todos” “me

postularon”. Estas fueron algunos de los

comentarios manifestados por los

estudiantes. Se escuchan rumores como

“votemos por”, “es mejor elegir bien, al

que nos va a representar como es”.

La votación se hizo de manera secreta,

cada estudiante escribió el nombre de su

candidato favorito y lo depositó en una

urna.

Mientras se hacía el conteo, el grupo

guarda silencio esperando los resultados.

Finalmente se lee en voz alta el resultado

de la votación y el ganador de la misma;

hay consenso en la mayoría frente a

Se resalta la actitud de los estudiantes frente a

este tipo de eventos; los comportamientos son

positivos en su gran mayoría, aunque se

observa displicencia y poco interés en unos

pocos.

La escucha y los cuestionamientos por parte de

los presentes frente a los planteamientos de los

postulados es muestra de la atención e interés

por lo que pasa en el colegio en relación con

una de las instancias de participación

estudiantil.

Para resaltar el interés de participar de manera

voluntaria por parte de los postulados y demás

educandos. Se da por entendido que el trabajo

no es únicamente de la persona elegida, por el

contrario se requiere del trabajo entre todos

para lograr un buen desempeño tanto individual

como de manera colectiva. Esto coincide con

las palabras expresadas por el estudiante a

quien el grado 801 eligió como su representante

en el 2016.

90

quien se llevó la mayor votación.

Se cierra el ejercicio por parte del

representante de la siguiente manera:

“gracias por confiar en mí, espero

representarlos bien y espero su apoyo

porque si trabajamos juntos los

resultados son buenos”.

COLEGIO VILLAS DEL PROGRESO IED

PROYECTO DE DEMOCRACIA

REUNIÓN DE CONSEJO ESTUDIANTIL

DIARIO DE CAMPO

Observador: Edie de Jesús Gómez Marrugo Reunión Consejo Estudiantil

– Organización del Foro Estudiantil y Revisión de Tareas Fecha:

19 de agosto de 2016 Lugar: Biblioteca - Colegio Villas del Progreso IED

Hora: 7:20 – 8:30 am

Observaciones Comentarios

Asisten 14 estudiantes, tres de ellos no son del

Consejo Estudiantil.

En relación a la tarea (decoración, camiseta) los

grados 10 y 11 la hicieron, al igual que 801,

603; los demás cursos están pendiente. Entre las

razones, el Representante de Curso no informó,

o los compañeros no atendieron la invitación a

colaborar tanto con materiales o creación

intelectual.

Ente las responsabilidades se acordó traer

camiseta como distintivo para el foro (anfitrión)

cuatro estudiantes cumplieron, el resto no lo

hizo, aunque se comprometieron nuevamente a

entregarla el día de mañana.

Los estudiantes que faltaban, poco a poco

fueron llegando, uniéndose al grupo de trabajo.

Se nota en algunos asistentes poco interés en los

encuentros por cuestión de trabajo en otras

materias; inclusive, un estudiante de grado

quinto sugirió que le dieran la información lo

más pronto posible porque su directora de grupo

(profesora de matemáticas) le manifestó que se

estaba atrasando por las reuniones de Consejo

Estudiantil.

En vista de las posibles afectaciones en algunas

materias, los estudiantes proponen reunirse en

algunas ocasiones al descanso.

Socialización de las respuestas de los

estudiantes sobre el cuestionario que indagaba

acerca de ¿Qué es la participación? ¿Qué es la

ciudadanía? ¿En qué actividades participa en el

colegio?

La convocatoria que se hace al Consejo

Estudiantil es efectiva en tanto la gran

mayoría de sus integrantes asisten.

Se evidencia el compromiso asumido por

el representante de determinado grupo al

informar de las actividades a desarrollar;

así como, motivar en sus compañeros la

participación. También ocurre lo

contrario, no se informa, tampoco se

motiva.

Al asumir responsabilidades se va

fortaleciendo el liderazgo en los

estudiantes, esto es visto al momento de

expresar sus opiniones frente al tema que

se discute o propone trabajar.

El incumplimiento con los trabajos de

otras asignaturas es preocupación para

algunos estudiantes en espacial los

quinto y aceleración. Estos porque deben

responder evaluaciones y/o talleres

acordados con el profesor, en los

primeros se observa la incidencia del

docente en su proceso. Al respecto, se

percibe distracción y poca participación

en los jóvenes dado que su atención está

en otras actividades.

Encontrar salidas a los factores que

pueden estar afectando las dinámicas del

trabajo es fundamental, en este caso los

tiempos. De allí que la propuesta es

realizar encuentros donde no se afecte lo

académico, aun sacrificando espacios

cruciales para el estudiantado, el

descanso. Se resalta la intención de los

estudiantes para responder tanto a sus

deberes académicos como a las

responsabilidades que demanda el

Consejo Estudiantil.

91

Las voces críticas frente a lo que se

piensa y hace son reiterativas. Por

ejemplo, el presidente del Consejo

estudiantil, estudiante del grado 1101,

manifiesta que las respuestas dadas por

gran parte de sus compañeros en el

cuestionario poco responden a lo que se

indaga. Para avanzar en la comprensión

delos conceptos propuestos

(participación, ciudadanía, cultura

democrática), el grupo acuerda realizar

revisión bibliográfica con la que se

desarrollará un taller en el próximo

encuentro.

COLEGIO VILLAS DEL PROGRESO IED

PROYECTO DE DEMOCRACIA

REUNIÓN DE CONSEJO ESTUDIANTIL

DIARIO DE CAMPO

Observador: Edie de Jesús Gómez Marrugo Foro estudiantil - Ejes

transversales: Convivencia y Ciudadanía Fecha: 9 de septiembre

Lugar: Aula Múltiple - Colegio Villas del Progreso IED

Hora: 7:00 am – 12:00 m

Observaciones Comentarios

Asisten estudiantes de las

tres sedes de la institución

(A, B, C).

Apertura del evento

Primera parte del

desarrollo de ponencias

Los estudiantes conjuntamente con los docentes

acompañantes de las tres sedes de la institución, atienden a la

convocatoria realizada por el Consejo Estudiantil en torno al

desarrollo del primer Foro propuesto y desarrollado por los

estudiantes.

El rector de la institución, da la bienvenida a los participantes,

expresando un mensaje efusivo frente a la importancia de las

futuras generaciones (estudiantes) en la construcción de la paz

desde la escuela y la familia. Asimismo, expresó satisfacción

al ver estudiantes de las tres sedes reunidos por un interés

común: la participación. Cierra su intervención invitando a los

asistentes a dar todo sí en el desarrollo de la actividad

propuesta y, por último expresa “bienvenidos todos los

eventos donde el protagonismo es de los estudiantes”.

El foro estudiantil abrió espacio para que los estudiantes

expresaran su sentir, pensar y vivir sobre temas relacionados

con la convivencia y ciudadanía desde la escuela y sociedad

en general. De allí que hubo participación de niños y niñas de

primaria tanto de la jornada tarde y de la mañana; en este

aspecto fue clave el acompañamiento de los docentes, quienes

apoyaron el trabajo realizado por los alumnos.

Las ponencias contemplaron aspectos como: el respeto y

valoración de la diferencia, superación personal, la paz es

posible cambiando las balas por los lápices, ley de

convivencia y ciudadanía, la contaminación del ambiente por

el mal uso que hacen los estudiantes de las basuras y el mal

ejemplo empezando por la casa; es decir, muchas veces los

92

Receso y muestra de baile

Segunda parte desarrollo

de ponencias

Cierre y conclusiones

padres consciente e inconscientemente se expresan o realizan

acciones que los estudiantes replican en el colegio generando

situaciones complejas de convivencia (bulying) . Una

herramienta bastante utilizada por los ponentes a manera de

complemento y para una mejor comprensión del mensaje

implícito en su exposición fue el video.

El receso aparte de ser aprovechado para departir y disfrutar

el refrigerio, fue motivo de convocatoria para disfrutar la

destreza y habilidades de los bailarines pertenecientes al

grupo de danzas de la institución, quienes deleitaron al

público con una muestra de baile llanero (joropo).

En el segundo momento del evento se contó con la

participación de ponentes quienes abordaron aspectos

relacionados con: la historia de Bosa, la tecnología y la

deshumanización, las realidades de los estudiantes, el

aburrimiento en clase, la droga y el sida, la paz desde la

filosofía socrática y la música, elemento crucial en la

formación de ciudadanía e identidad en los jóvenes.

El cierre del foro estuvo a cargo del presidente del Consejo

Estudiantil, cuyas expresiones se resaltan a continuación:

“Se han presentado ponencias, exposiciones e investigaciones,

cada una con una singularidad especial, cuyas reflexiones se

han de quedar en nuestra conciencia y de allí, se convierten

en mensajes para nuestros corazones, lo que indica que el

mensaje está claro: la paz es el camino, no es fácil pero, con el

inicio de uno mismo, de seguro será posible.

Es para mí un orgullo pertenecer a una generación donde los

jóvenes son críticos de la sociedad en que viven y traten de

transmitir el mensaje a sus familiares, amigos, profesores y

con todas aquellas personas con las que se relacionan, para

que así sea posible la paz”.

Se cumplió con los objetivos planteados, hubo asistencia

masiva en el evento (estudiantes, docentes y padres y/o

madres de familia), la participación de los estudiantes como

ponentes, casi que fue necesario limitarla por cuestión de

tiempo. Esto es muestra de que los educandos tienen que

decir, más sin son temas de su interés donde se resalta el gusto

o aspectos que tocan su vida personal y/o familiar.

COLEGIO VILLAS DEL PROGRESO IED

PROYECTO DE DEMOCRACIA

PLEBISCITO POR LA PAZ

DIARIO DE CAMPO

Observador: Edie de Jesús Gómez Marrugo Actividad: Plebiscito por la

Paz Fecha: 23 de agosto 2016 Lugar: Colegio Villas del

Progreso IED Hora: 8:15 am – 9:15 am

Observaciones Comentarios

La actividad se trabajó con estudiantes del En su gran mayoría los estudiantes

93

Consejo Estudiantil.

Con antelación se sugirió consultar acerca del

plebiscito como mecanismo de participación.

Así mismo, de manera voluntaria una estudiante

de octavo asumió la exposición del tema.

La actividad inicio a las 8:15 am, con el saludo,

el llamado a lista, se retomó la clase anterior

(importancia del proceso de paz en Colombia) y

seguidamente se procede a realizar una

exposición.

La estudiante encargada presentó la exposición

sobre el plebiscito, resaltando aspectos tales

como: ¿qué es? ¿Quién lo convoca? Y su

importancia.

Es una exposición individual.

Los compañeros estuvieron atentos a los

comentarios, toman nota de la información

presentada y, en la medida en que avanzaba la

exposición, se presentan intervención de

algunos estudiantes, con preguntas o

comentarios, teniendo en cuenta lo que ellos

consultaron del tema.

Algunas preguntas realizadas fueron:

Solamente el presidente ¿es quién convoca a un

plebiscito? ¿Nadie más lo puede hacer?

La estudiante responde que es el presidente el

único facultado para convocar el plebiscito.

Preguntaron también ¿cuántos plebiscitos se

han presentado en el país?

A lo que responde que espere un poco que ya va

a tocar el tema, de hecho en la cartelera está la

respuesta a lo que se indaga.

¿Usted que piensa sobre los acuerdos entre el

Gobierno y la guerrilla? ¿Está de acuerdo?

Ella responde que está de acuerdo, porque

independientemente de los delitos cometidos

por la guerrilla, ellos tienen derecho a otra

oportunidad. Manifiesta que es una oportunidad

para que las cosas cambien y ellos como

jóvenes no tengan que vivir lo que vivieron sus

padres.

Algunos estudiantes aprovecharon el tema para

expresar sus ideas a favor y en contra de los

acuerdos firmados entre gobierno y guerrilla.

Quienes estaban en contra manifestaban que no

era justo que unas personas que habían hecho

tanto daño no fueran a la cárcel y se les

premiara con dinero. Además, señalaban que las

personas de bien que trabajan todos los días, en

especial sus papás ganaran tan poquito,

matándose todos los días, mientras que a los

guerrilleros les iban a pagar por desmovilizarse.

Algunos estudiantes comentan que “ser malo

paga”

hicieron el trabajo sugerido en la clase

anterior y hubo interesados en socializar

la información recopilada.

La estudiante que presentó la exposición

hizo un buen trabajo, porque consultó,

fue clara en los comentarios, preparó el

material para exponer, y al momento de

dar sus opiniones y/o responder

preguntas lo hizo de manera clara y

segura.

El tema abordado en la clase generó

interés entre los estudiantes, porque es

un tema de actualidad llevado al aula y

lo que se buscaba era hacer el ejercicio

desde la escuela de aportar en el proceso

de construcción de ciudadanía.

El ejercicio realizado en la clase

promueve la participación de los

estudiantes, ya que el 60% de ellos

intervino, indagaron el tema, se vieron

involucrados, pudieron expresar sus

ideas sin temor a ser rechazados

independientemente de sus puntos de

vista.

El tiempo estimado para el desarrollo del

ejercicio no fue suficiente, quedaron

preguntas por resolver, algunos

estudiantes se fueron con inquietudes y

surgieron comentarios como

“definitivamente hay que leer”.

Por lo general los estudiantes que

defendían la posición en contra de los

acuerdos se basaban en lo que veían y/o

escuchaban a través de los medios de

comunicación; así mismo, influyó el

punto de vista de los padres de familia.

No se evidencia un punto de vista propio

de los estudiantes, por el contrario, dan

cuenta de lo que otros dicen con relación

al tema.

Dado lo anterior se planteó aplicar un

plebiscito para poner en práctica uno de

los mecanismo de participación

establecido en la Constitución Política, el

cual se llevó a cabo el 8 de septiembre

del 2016.

94

Los comentarios a favor de los acuerdos

expresados por otros estudiantes estaban

encaminados a defender la idea de la necesidad

de acabar con la violencia y dejar atrás las

atrocidades de la guerra.

A raíz de las preguntas y los comentarios se

suscita una discusión que conlleva a la

intervención de un 60% del grupo a favor y en

contra, con la particularidad de que una mayoría

estaba en contra de los acuerdos.

En términos generales la discusión se desarrolló

de manera respetuosa, los estudiantes

atendieron las sugerencias respecto a los

tiempos para expresar sus comentarios y

escuchar a los demás (quien daba la palabra era

el docente).

La exposición es finalizada por la estudiante,

quien insiste en la importancia de estar al tanto

de lo que ocurre en el país, más aún si son

temas que tienen que ver con los jóvenes y el

futuro del país.

Al terminar la exposición, el docente hace su

intervención y llama la atención de los

estudiantes acerca de la importancia de leer los

acuerdos, trabajarlos en clase y dejar de creer

todo lo que dicen los medios de comunicación y

las redes sociales. De igual forma, se les sugiere

a los padres de familia por intermedio de los

estudiantes a que hagan la lectura de los

acuerdos y le aportarán a sus hijos sobre el

tema.

De la exposición realizada queda constancia en

el material aportada por la estudiante.

COLEGIO VILLAS DEL PROGRESO IED

PROYECTO DE DEMOCRACIA

REUNIÓN DE CONSEJO ESTUDIANTIL

DIARIO DE CAMPO

Observador: Edie de Jesús Gómez Marrugo Actividad: Elaboración de

carteleras respecto a participación, cultura democrática y ciudadanía Fecha: 23

de septiembre Lugar: Biblioteca - Colegio Villas del Progreso IED

Hora: 9:00 am.

Observaciones Comentarios

El trabajo propuesto se desarrolló con los

estudiantes del Consejo Estudiantil en la

biblioteca de la institución; asistieron 15

estudiantes de 18.

Después de corroborar la asistencia, se comenta

la información consultada sobre participación,

cultura democrática y ciudadanía, la cual había

sido solicitada quince días antes.

Luego de esto, los estudiantes escogen un tema

para trabajar, acuerdan realizar la actividad en

grupo, aunque un estudiante decidió trabajar de

manera individual y se organizaron de acuerdo

Se resalta la importancia del trabajo en

equipo por los resultados que se obtuvo,

el cual está plasmado en las carteleras

construidas donde se deja ver un

concepto un poco más elaborado sobre

las categorías de investigación; además,

se resalta las habilidades para dibujar,

aspecto que se refleja en las ilustraciones

que hacen llamativa la información

escrita.

Por otra parte la actividad realizada

muestra la importancia de continuar

95

al ciclo al que pertenecen.

A cada grupo se le hace entrega del material

requerido (papel craff, marcadores, regla,

colores, vinilos, etc.) para la elaboración de las

carteleras.

Hay disposición de los alumnos para realizar el

ejercicio. Esto se observa en la atención que

cada quien tiene en lo que se está haciendo, así

mismo, se comparte información para que sea

aprovechada por algún estudiante o grupo que

la solicite. De igual modo, se hace uso de

internet y de algunos textos que la biblioteca

provee.

El trabajo en sí, es productivo, a pesar de que

algunos de los estudiantes tenían actividades

que presentar en otras asignaturas, de hecho

quienes no asistieron fue porque el ejercicio se

les cruzó con evaluaciones programadas. Aun

así, cada equipo cumplió con lo acordado,

empezando por traer la información que se dijo,

el trabajo en grupo, los aportes que cada quien

hizo teniendo en cuenta la consulta y los

saberes previos.

En las carteleras quedó plasmado el resultado

de la actividad en relación al tema que cada

grupo tomó.

La dinámica del trabajo en grupo presentó las

siguientes consideraciones: en algunos grupos

se notó el liderazgo de algún estudiante, en

otros, fue manifiesto las iniciativas de todos,

asunto que facilitó lo que se hizo.

Algunos de los aspectos que sobresalieron

fueron:

“los estudiantes consideramos que la

democracia estudiantil es muy importante

debido a que participamos de manera activa en

las actividades y decisiones tomadas dentro de

la institución”.

“la participación de los estudiantes es

evidenciada a través del voto y en la

participación en actividades realizadas por y

para ellos”.

“otras formas de participación en la escuela:

Actividades culturales como las izadas de

banderas, danzas, lecturas reflexivas,

presentaciones que contribuyan con un

conocimiento (obra de teatro), competencias

(día del idioma); salidas pedagógicas hechas

con un fin específico, por lo general para

fomentar la convivencia; estudiando, de modo

que, al desarrollarnos como personas, podemos

ayudar a los demás a hacerlo. Así se construye

una mejor escuela”.

“es importante formarnos como ciudadanos

profundizando respecto a la

participación, cultura democrática y

ciudadanía debido a que al momento de

escribir lo que se piensa se observa cierto

grado de dificultad, más en los

estudiantes de ciclo tres (cuarto, quinto,

sexto).

Varios de los comentarios explícitos en

las carteleras dan cuenta de algunas de

las formas como los estudiantes

vivencian las categorías en la escuela.

Bueno destacar la responsabilidad de los

participantes que aun teniendo otros

compromisos académicos atendieron a la

convocatoria para la consecución del

trabajo planteado. Amerita destacar la

actitud del presidente del Consejo

estudiantil (estudiante de once) por su

liderazgo y motivación a sus compañeros

en cada uno de los encuentros y

actividades desarrolladas.

96

COLEGIO VILLAS DEL PROGRESO IED

PROYECTO DE DEMOCRACIA

REUNIÓN DE CONSEJO ESTUDIANTIL

DIARIO DE CAMPO

Observador: Edie de Jesús Gómez Marrugo Actividad: Aportes de los

estudiantes al manual de Convivencia Fecha: 26 de octubre de 2016

Lugar: Biblioteca - Colegio Villas del Progreso IED

Hora: 9:00 am – 10:15am

Observaciones Comentarios

La reunión fue convocada por el

presidente del Consejo Estudiantil y

la personera; asisten 12 estudiante

desde grado cuarto en adelante.

Hubo dos aspectos referenciados: la

información por parte de la

Personera, respecto al congreso

distrital de Personeros estudiantiles

y acordar la metodología para

recoger los aportes de los

estudiantes al manual de

convivencia 2017, este punto fue

liderado por el presidente del

Consejo estudiantil, quién hace

hincapié en “la importancia de

aportar a este documento para

conocer las normas, contribuir con

los cambios necesarios que cuenten

con el conocimiento y cumplimiento

por parte de todos nosotros”.

La atención de los asistentes está

centrada en quienes explican cómo

se va a desarrollar la actividad

propuesta.

Hay disposición tanto para escuchar

como para el trabajo planteado.

El punto álgido y que llamó la atención en los

estudiantes fue la información respecto a la

Sentencia T- 349/2016, fallad por la Corte

Constitucional, en lo concerniente al libre desarrollo

de la personalidad. Esto motivó a los asistentes al

considerar que lo establecido en el Manual de

Convivencia va en contravía de lo estipulado por la

ley.

Hubo comentarios bastante duros sobre la

información socializada es el caso de “triste que

desde hace tiempo tengan una papa en la boca y no

me la haya podido sacar por no estar informada”

(Personera estudiantil).

Positivo lo expresado dado que esto dio pie para

acordar la forma de recoger los insumos desde los

estudiantes al Manual de Convivencia.

Los estudiantes elaboran un taller explicitando los

conceptos de Gobierno Escolar y Manual de

Convivencia; sumado a esto, el marco jurídico de los

conceptos mencionados y el concepto del libre

desarrollo de la personalidad. Luego se invita a leer

el Manual de Convivencia, en especial los derechos,

deberes y faltas que compete a ellos, para desde allí

hacer los aportes pertinentes.

Se entregó la guía – taller a cada representante de

curso, quién hará la respectiva socialización e

invitación a la lectura del texto sugerido para

escuchar voces u opiniones que conduzcan a incidir

en la actualización de las normas con las que se rige

la institución.

porque si todos somos buenos la sociedad se

fortalece en todos sus ámbitos, ya que si somos

responsables con nuestros derechos y deberes el

mundo sería un lugar mejor”.

“el ciudadano se construye ayudando a la

construcción ciudadana y transformación

social”.

“la participación se puede incentivar en la

escuela concientizando en la importancia del

poder participativo (voz y voto) y su influencia

significativa”.

“en la escuela participan estudiantes, padres y

madres de familia, docentes, cada uno de ellos

desde las instancias establecidas”.

97

Talleres

COLEGIO VILLAS DEL PROGRESO IED

PROYECTO DE DEMOCRACIA

PROPUESTA DE TRABAJO - CONSEJO ESTUDIANTIL, PERSONERO (A)

Y CONTRALOR (A) 2016

Tema: los estudiantes y el Manual de Convivencia

Objetivo General:

Reconocer la importancia del Manual de Convivencia respecto a la

construcción de acuerdos colectivos que permiten la sana convivencia en la

institución.

Objetivos específicos:

Realizar aportes al Manual de Convivencia desde la lectura del mismo para

contribuir con la construcción de las normas que posibiliten la participación

estudiantil y la sana convivencia en la institución.

Fortalecer el liderazgo estudiantil a través de la convocatoria de estudiantes

por estudiantes para aportar desde sus iniciativas y necesidades al Manual de

Convivencia 2017.

REFERENTES CONCEPTUALES

Qué es el Gobierno Escolar?

“Es la máxima instancia de participación y toma de decisiones. El Gobierno Escolar es el

mecanismo para garantizar la representación de toda la comunidad educativa en la

discusión y decisiones que afectan al colegio”.

Recuperado de:

http://www.educacionbogota.edu.co

Qué es el Manual de Convivencia?

“Documento que recoge acuerdos de la comunidad educativa sobre los marcos valorativos

y las normas que guiarán la vida en la escuela y que facilitarán la construcción de

convivencia en el entorno”.

Recuperado de:

http://repositoriosed.educacionbogota.edu.co

Marco Jurídico

Gobierno Escolar Manual de Convivencia

Conformado por: el rector, el Consejo

Directivo y el Consejo Académico.

Art. 142. “En el gobierno escolar serán

consideradas las iniciativas de los

estudiantes, de los educadores, de los

administradores y de los padres de familia

en aspectos tales como la adopción y

verificación del reglamento escolar, la

organización de las actividades sociales,

deportivas, culturales, artísticas y

comunitarias, la conformación de

organizaciones juveniles y demás acciones

que redunden en la práctica de la

participación democrática en la vida

escolar”.

Está contemplado entre el PEI (Proyecto

Educativo Institucional) como uno de los

aspectos para lograr la educación integral en

los educandos.

Art. 17. “El reglamento o manual de

convivencia debe contener una definición

de los derechos y deberes de los alumnos y

de sus relaciones con los demás estamentos

de la comunidad educativa”.

Decreto 1860 de Agosto 3 de 1994

98

Ley 115 General de Educación de febrero 8

de 1994

DOCUMENTACIÓN PARA LA ACCIÓN:

Para tener en cuenta:

El Gobierno Escolar te posibilita hacer aportes al

Manual de Convivencia de la institución.

Luego, leerlo, interpretarlo y practicarlo es un deber de

todos y cada uno de los integrantes de la comunidad

educativa.

Manos a la obra:

Con el liderazgo de la Personera estudiantil, La Contralora y el Consejo estudiantil,

te invitamos a:

1. Leer el Manual de Convivencia (capítulo IV derechos y deberes de los

integrantes de la comunidad educativa), en especial el artículo 24 – De los y las

estudiantes respecto a los derechos, deberes, faltas y sanciones.

2. ¿Qué ajustes se deben considerar a los aspectos antes mencionados?

3. ¿Cuáles son sus aportes, es decir, que no están en el Manual de Convivencia,

respecto a derechos, deberes, faltas y sanciones?

Recuerda que a participar se aprende participando.

Es hora de hacer tú aporte frente a

la convivencia en la institución.

Puedes indagar en: Manual de Convivencia 2016 o en

http://villasdelprogreso.edu.co/files/Manual_conv.pdf

COLEGIO VILLAS DEL PROGRESO IED

PROYECTO DE DEMOCRACIA

Tema: Aportes de los estudiantes al proyecto de democracia frente a los líderes

estudiantiles elegidos como representante de curso, personero, contralor y

cabildante menor

Objetivo General:

Reconocer la importancia de los líderes estudiantiles haciendo seguimiento a

su desempeño frente a su labor como voceros y representantes de sus

compañeros.

Objetivos específicos:

Realizar aportes al Manual de Convivencia sobre los procedimientos a

seguir con relación a los estudiantes elegidos mediante voto popular

Establecer el o los mecanismo de participación viable que permitan suplir

vacante de estudiantes elegidos por sus compañeros durante el año escolar

vigente.

99

REFERENTES CONCEPTUALES

El Manual de Convivencia de las instituciones educativas se ampara legalmente en Ley 115

General de Educación de febrero 8 de 1994 y el Decreto 1860 de Agosto 3 de 1994, con

relación al Gobierno Escolar. En esta instancia de participación se consideran entre otras

cosas, las iniciativas de los estudiantes, la conformación de organizaciones juveniles y

fortalecimiento de las acciones que redunden en la práctica de la participación democrática

en la vida escolar; por ejemplo: el Consejo estudiantil, el Personero (a), Contralor (a) y

Cabildante menor.

El Manual de Convivencia en su

artículo 17, contempla las instancias

de participación estudiantil

mencionadas; sus funciones,

vigencia y la forma de elegirlos, lo

que no está es como llenar la

vacante cuando un estudiante desiste

voluntariamente o es destituido.

Tú me eliges, yo te elijo, todos elegimos. Tú me apoyas, yo te apoyo, todos trabajamos

conjuntamente.

La elección de los líderes estudiantiles es tú responsabilidad

¿Cuáles son los motivos para revocar a un líder estudiantil elegido por voto popular?

Escríbalos.

Representante de

Curso

Personero (a) Contralor (a) Cabildante Menor

“Cuando no cumple

con sus labores, por

no colaborar con la

disciplina dentro y

fuera del aula”.

“al incumplir con

las normas del

Manual de

Convivencia”.

“Al incumplir con sus

propuestas de campaña, por

faltar a su palabra

continuamente; y además,

por desatender el bienestar

de los estudiantes”.

“desinterés por el cargo y por

los problemas del colegio”.

“Bajo

rendimiento

académico”.

“al no

presentarse a

rendir cuenta

sobre su

gestión”.

“Porque ha cometido

faltas y por no influir

significativamente en la

construcción de la

sociedad progresista”.

“por falta de cultura

ciudadana”.

¿Qué mecanismo de participación se propone para suplir la vacante dejada por un

estudiante que desistió de su cargo voluntariamente o fue destituido?

“Llamarlo al orden para que explique porque ha incumplido, dar un tiempo prudente para que

cumple con los compromisos adquiridos, después de esto, realizar una nueva elección”.

Fotos

100

Encuentro del Consejo Estudiantil 15 de julio de 2016

Foto estudiantil 9 de septiembre 2016

Trabajo sobre categorías de análisis 6 de octubre de 2016