la metáfora y lo sagrado (h. murena)

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  • 7/23/2019 La Metfora y Lo Sagrado (H. Murena)

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    La metforay lo sagrado

    H. A. MurenaPrlogo de Francisco Ayala

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    H. A. Murena es autor de una docena

    de ttulos importantes, tanto en el

    campo del ensayo como en el de la

    poesa y la novela. Como ensayista

    surgi a la fama con El pecado

    original deAmrica libro fuertemente

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    H. A. Murena

    La metforay lo sagrado

    Prlogo de Francisco Ayala

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    xifi K i r ses dc habia ,eiiana:

    Oiseo de coleccin y cubiertas:

    R l O P

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    Prlogo

    s el mes de mayo de 1984. Estoy en Nueva

    York. He salido a sentarme en un

    parquecito frente a mi casa, y tengo entre

    las manos un libro, un pequeo volumen en

    cuya cubierta se lee, dentro de una delicada

    orla verde, en letras negras, el nombre de H.A.

    Mu r ena sobre el ttulo, La metfora y lo

    sagrado, en rojo. Lo abro y, una vez ms al

    cabo de los aos, encuentro esta dedicatoria:

    Para Paco -con un gran abrazo- de

    -Hctor-3-XlI-73. Empiezo luego a repasar el

    t t t i i t t

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    habl de ese disco, de esa recitacin cornica;recuerdo cuando, no lejos del lugar donde en

    este momento estoy sentado con su libro en la

    mano, encontr por fin en una tienda rabe, y

    adquir en seguida, la grabacin tanponderada por l y tan oda por m, con

    excitacin entonces y con admiracin muchas

    veces despus hasta ayer mismo.

    Las sensaciones, las apreciaciones, lasproyecciones que l describe en la continuacin

    de ese prrafo se reproducen indefectiblemente

    en mi nimo siempre de nuevo, no s si tanto

    por virtud de los versculos escuchados o ms

    bi i d l di

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    hubiera podido desor ese requerimiento?

    Murena ha sido una de las pocas personas en

    mi vida a quienes yo he considerado amigos

    en el verdadero alearle de este trmino tan

    vanamente prodigado en nuestra lengua. Evoco

    nuestra relacin, y -no sin alguna sorpresa

    cuando lo pienso- descubro que apenas

    concurri en ella ninguno de los factores

    accesorios que hacen grato -grato en la

    superficie- el trato entre dos seres humanos.Para empezar, cuando nosotros entablamos

    conocimiento ramos ya ambos, l en su

    juventud y yo en plena madurez, hombres muy

    hechos, de modo que no podan unimos los

    halagos de la memoria, remotas, experiencias

    comunes. Tampoco entonces nuestra

    convivencia fue estrecha. Y lo que es ms:

    intelectuales los dos en condicin y profesin, 11

    pocas eran sin embargo las cuestiones

    concretas en que nuestras ideas coincidan. As

    lo dejo entender en mi libro de recuerdos.

    Quiere esto decir que nuestra estimacin

    l b f d d tit d

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    autenticidad desnuda que se refleja en su obra,y que tan vulnerable le haca frente a las

    malignas falacias del mundo.

    Si una conciencia recta ha tenido que

    luchar siempre y en todo tiempo contra las

    falacias del mundo, este mundo en que a

    Murena le toc vivir era -y sigue sindolo, cada

    vez en mayor medida, despus de su

    muerte-particularmente perturbador para

    quien, como l, no se resigna a aceptar,

    fingiendo darlo por bueno, el engaoso fraude

    ni accede jams a cobardes compromisos.

    Es un mundo en el que cualquier

    i fi i l d h id i id

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    continuacin de estas palabras mas son

    testimonio de un alma atormentada, y como

    tal testimonio debe procurar leerlas. No espere

    de ellas aprender nada si lo que espera son

    conocimientos, razonamientos sistemticos,

    enseanzas tiles, pues lo que le mostrarn es,

    como digo, las tribulaciones de un espritu que

    aspira al absoluto y en esta aspiracin se halla

    abocado a la muerte.

    La muerte no tardara en visitarlo.Cuando, a la distancia, me lleg noticia de que

    ya nunca ms volvera a ver a Hctor, a

    escuchar su voz y a percibir en esa voz suya

    la vibracin de un sentimiento sobrecogido y

    como asustado, una gran congoja se apoder

    de m. Llevado por la pena, redact una

    pgina, donde, refirindome a sus escritos,

    deca yo: Ah estn, impresos, perdurando

    como huellas de su paso en las arenas"; pero

    cunto duran en las arenas las huellas ele un

    paso? Y hablando, no de sus obras, sino del

    hombre mismo que las haba escrito, aada:

    S d i i did d

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    Una palabra previa

    Cualquier humano llega en determinado

    momento a la zona en la que no hay

    respuestas. Se la encuentra a travs de

    todo camino: las pasiones, el pensar, el ocio,

    etc. La zona sin respuestas es aquella en la

    que el sentido que hasta entonces atribuamos

    a nuestras vidas se derrumba, queda

    nulificado, es la zona en que descubrimos quelos problemas que habamos credo resolver se

    hallan de verdad enraizados en el misterio,

    inviolable por nuestro arbitrio, inercia, pensar.

    Arribado a travs del triunfo o la

    derrota, cada cual tiene un particularsimo

    estilo para afrontar esa franja que causa

    vrtigos. Hay quien decide negarse a s mismo

    la experiencia y continuar tal corno lo haca,

    aunque en secreto ser corrodo. Est aquel que

    reconoce la zona, pero se empea en querer

    aduersela mediante la red de esos prejuicios

    que l toma por juicios. Puede existir tambin

    aquel que, aun estremecido, tiende su ser para

    or, hacerse de algin modo digno del misterio.

    Sin embargo, al tocar esa orilla de la vida, all

    donde existiendo parece dejarse de existir,

    todos experimentan sin excepcin algo: tienen

    una suerte de vago recuerdo, el recuerdo de la

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    orilla anterior, cuando an no se exista, orillaque en apariencia habamos olvidado antes de

    rozar esa franja.

    Quien escribe estas lneas arrib a la

    zona segn el peculiar estilo de su vocacin:

    leer, pensar, escribir. Lleg al descubrir que ese

    leer, pensar, escribir carecan incluso de la

    fortuita validez que les haba atribuido: el

    llamado haba sido nulo o acaso vlido slo

    para lograr que le comunicasen su propia

    nulidad. Porque se haba entregado a mltiples

    de los pensares que su poca le ofreca. Para

    comprobar que de la noche a la maana, con

    l i i d d

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    respuestas, advirti que se iba poniendo

    anacrnico. Al principio, acosado an por los

    prejuicios de su tiempo, sinti inquietud. Luegocomprendi. Su tiempo era un tiempo que

    quizs como ninguno se haba entregado al

    materialismo de la servidumbre al tiempo. Se

    esforz entonces por tomarse cada vez ms

    anacrnico, contra el tiempo, para que le fuera

    dada alguna vez la dicha de desentenderse por

    completo del tiempo.

    Conocer por el tacto: como el tacto

    particular de quien esto escribe reside en la

    invencin de metforas, decidi aplicar al arte

    los principios de las grandes tradiciones,

    capaces de iluminar ms a fondo que cualquier

    esttica intelectual. Pero esto es secundario. Loque tal vez se pueda leer en las pginas que

    siguen es el intento de practicar el arte de

    volverse anacrnico para poder mirar ambas

    orillas y alcanzar as la vida en su plenitud.

    A M

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    Ser msica

    Tena nocin de que la esencia del universo

    es musical. En el principio fue el Verbo.

    Dios crea nombrando, con ondas sonoras.

    En los Upanishadasse afirma que quien medite

    sobre el sonido de la slaba Om llegar a saberlo

    todo, porque en ella est todo. Tampoco ignora-

    mos que el primer contacto de un humano conel mundo es la voz de la madre oda en el

    vientre y que el odo es el ltimo sentido que

    el agonizante pierde.

    Incluso llegu a descubrir, torpemente y

    por azar, lo que algunos saben, que no se oye

    slo por los odos centrales, que tenemos mu-

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    veces me dej detener, enredar por la foto dela cara regordeta del recitador, por el mismo

    texto de presentacin: el sheik haba odo recitar

    y haba recitado el Corn desde la infancia; su

    primer triunfo, en 1950, en la mezquita deSayeda Zeinab, El Cairo; lo obligaron a seguir

    cantando hasta el amanecer; ahora todas las

    radios del mundo rabe se lo disputan... Mi

    mano perda la fuerza para sacar el disco.

    Ayer lleg la hora. En el silencio de la

    casa solitaria son esa voz. Yo estaba desploma-

    do indolentemente en un silln. Mi primer acto

    impensado fue sentarme en forma correcta:

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    Cada germen es un cosmos que late de vitalidad

    a travs de inspiradas contradicciones que, sin

    embargo, en lugar de quebrar el orden lo

    reconstruyen infaliblemente en instancias ms

    altas. A poco or, empec a reconocer en la voz

    los diversos instrumentos musicales, el violn, el

    piano, los tambores, la trompeta, etc. El cantor

    era todos los instrumentos. Pero lo que brotaba

    con mayor claridad era aquello hacia lo que el

    canto creca en homenaje: el silencio. Todos losversculos concluyen en forma abrupta, compri-

    mindose casi con dolor en el final, para trans-

    mitir la sensacin fsica de aquello contra lo que

    chocan, el silencio y cada versculo, en la dic-

    cin, est separado del que lo sigue por un lapso

    de silencio ms largo que cualquiera de las

    emisiones, sealando de tal suerte cules son las

    jerarquas. Los trazos de un dibujo hacen nacer 21

    el espacio, con la vida particular que el trazado

    quiera acordarle. Esa voz hara emerger el

    silencio: bajo los rasgos de la imponente divini-

    dad musulmana, haca sentir el Dios de todos.

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    cumplir sin tacha slo en la medida en que

    nazca para borrarse, para instaurar lo que es

    contrario a ella, el silencio, lo absoluto. Singular

    leccin, en la que el mayor esplendor del arte

    surge de la mayor humildad espiritual y a ella

    reconduce. Lo efmero alcanza aqu su plenitud

    porque ha aceptado hasta el final su condicin

    y la eleva en alabanza de la eternidad en que

    se refleja.

    Si este canto es el arte del tiempo, ladanza lo sera del espacio. La danza del dervi

    che, que se cumple en el momento en que tal

    danza desaparece para transfigurarse en la pro

    digiosa y montona seal del contacto de una

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    aquellos acordes. Debieron pasar muchos aos,

    dice, antes de que llegar a reconocer que el

    carcter de tales acordes se deba al genio, que

    hara vibrar su ndole incluso con la ms pobre

    de las orquestas.

    En el recitador musulmn, en el derviche,

    en el coro gregoriano, es la propia vida como

    instrumento la que, gracias al genio de la fe, se

    convierte en arte. Cuando se pasa a usar instru-

    mentos exteriores, cuando se escribe la partitu-ra, se establece ya una separacin entre obra y

    vida, se delega sutilmente el empeo de la vida

    a elementos materiales. (Y las artes plsticas

    nacen con el pecado original de la necesidad de

    materiales externos: por eso el Islam prohbe el

    culto de la imagen.) El arte, al entregarse al

    relativo materialismo de lo esttico, indica que

    su autonoma ha tenido el precio de perder el 23

    contacto directo con lo absoluto. As se torna

    cada vez ms externo, ms hinchado, ms dbil.

    Aunque produzca obras bellas, se hallan vicia-

    das de la infautacin de slo mostrarse a s

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    fresca, iridiscente como sangre seca, llena depremoniciones de patbulo. Nunca he odo unos

    sonidos que traduzcan ms fielmente el crimen.

    Pues se trata de la msica que vuelve a presen-

    tarse ante el silencio como el criminal que

    vuelve al lugar del crimen. Webem saba. Todo

    es coherente: en el fin se repite lo mismo que

    en el principio, con signo inverso, que, en su

    relacin de polaridad, ser demasiado distinto?

    Slo vivimos en los tiempos que nos hansido dados para vivir. Sin embargo, tener un

    resplandor de lo que sigue aconteciendo en los

    orgenes puros puede hacer reflexionar, es una

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    El Arte como mediador entre este mondo

    y el otro

    Melancola: que a la poesa

    conduce 1

    T^l s as? Es la melancola la madre del

    l i l i poema, tal como lo afirma el verso de

    Gottfried Benn? Y alude esto a la poesa

    solamente o es vlido tambin para las dems

    artes? Lo que se dice de la poesa en generaldebe ser aplicable a todas las artes, bajo pena

    de falsedad:2 tal es el sentido en que se usa

    aqu la palabra poesa. O sea: es la melancola

    la madre del arte?

    Para que la melancola pueda asumir ese

    papel respecto a las artes en general es necesario

    25

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    modo irremediable, pues si no fuera as laherida por la que mana la poesa podra resta

    arse: aunque esa nostalgia se exprese en rela

    cin a objetivos mundanos alcanzables, stos no

    son nunca ms que ocasiones tomadas para

    expresar la nostalgia fundamental respecto a lo

    imposible,porque la esencia del arte es nostal-

    gia por el Otro Mundo.

    Esa nostalgia no constituye el tema sino

    la esencia del arte: se halla en el origen tantode un icono del siglo xn como en un poema

    amatorio y profano de Safo o de John Donne.3

    Se trata de la esencia que resulta evidente en la

    operacin bsica del arte: en la metfora se

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    dro stas resultan completamente distintas:

    muestran lo otro de lo mismo. Las peripecias

    de la pieza de teatro son aquellas posibles para

    cada hombre, pero estructuradas en la forma

    en que lo estn en la pieza permiten ver las

    articulaciones del relmpago que es la vida de

    todo hombre y que los hombres habitualmente

    no advierten. Las palabras "tierra , habitar ,

    poesa, hombre poseen un significado esta

    ble, petrificado, de uso. Pero si Hlderlin dice:Poticamente habita el hombre sobre la tierra ,

    esas mismas palabras se liberan del ptreo

    significado til y se funden en una serpiente que

    salta, tensa y sutil, para revelamos el Otro

    Mundo que haba en ellas. El arte, al mostramos

    el Otro Mundo mediante la inspirada manipulacin de elementos de este mundo, nos muestra

    la posibilidad de vivir nuestra vida en aquello

    en que es otra, la posibilidad de vivirla esencial

    mente segn la esencia de la poesa, como una

    metfora: como espritu que conoce la naturale

    za simblica del mundo y se libera as de la

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    trata del universo ideal, del modelo de locreado, del Dios segn cuya apariencia el hom-

    bre fue concebido y que nunca se expresa

    puramente en lo que se encam. Las particula-

    res figuras humanas de Cranach, los particulares

    personajes de Shakespeare, procuran mostrar,

    subrayando lo particular, la humanidad que

    abarca y trasciende a todos los humanos y que

    es el destello del arquetipo divino. Desde este

    punto de vista, incidentalmente, puede estimarse

    ese peculiar estilo que siempre renace a lo largo

    del tiempo, llamado naturalismo, que busca

    reproducir con la mayor fidelidad posible la

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    La melancola: ms perniciosa

    que el pecado

    A pesar de que en su raz est la nostalgia

    por lo scicrum arquetpico, por ese ms all al

    que la metfora tiende y que es el reino con el

    que la religin religa, la melancola es condena-

    da por la religin. Un jasid se quejaba al Rab

    de Lublin (llamado el Vidente) de que impulsos

    malignos lo acosaban y lo llevaban a la melanco-la. El Rab le dijo: Por sobre todo, librate de

    la melancola. Cuando el Maligno impulsa a los

    hombres, su fin no es hacerlos pecar, sino

    arrastrarlos a travs del pecado al pozo de la

    melancola.8 Cul es la causa de esa sancin

    narrada por la historia jasdica, sancin en que

    la severidad con que coloca a la melancola en

    la escala negativa por encima de todos los

    pecados viene a confirmar la importancia radi-

    cal de ese eclipse del espritu? La melancola es

    ndice de que la criatura se encuentra prisionera

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    de su yo inferior. Melancola surge a causa de

    la nostalgia por algo que no se posee: para

    advertir que no se posee algo es preciso mirarse,

    detenerse en uno mismo. Lo cual constituye la

    mana del ego, el egosmo. Semejante manamortifica a la criatura porque al condenarla a

    caer bajo la hipnosis de un pasado en el que no

    le dieron lo que le falta y de un futuro del

    que espera que le traiga lo que le falta, lesustrae la posibilidad de vivir el instante presen

    te, que es lo nico vivible por el hombre total:

    en la melancola, como el hombre desva la

    mirada de su Creador, que es el presente dador

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    gas segn un ritmo -con el que se suma y

    obedece el gran ritmo csmico-, pronuncia un

    fat lur-anlogo al pronunciado por el Creadoren el Gnesis- y alumbra la realidad que estaba

    en l sin que l lo supiera: Dios.1" Del mismo

    modo, en los himnos vdicos ms tempranos la

    poesa, como cadencia y sonido -e incluso la

    especulacin-, era una sola cosa con el rito." Y

    la liturgia (com-pasin) constituye la base del

    arte dramtico, lo cual explica el poder operante

    de la palabra (salmo-poesa): en el teatro, al

    reactualizarse el drama csmico, se le muestra a

    la vida vulgar el camino y as se la resacraliza.

    Pero la prevencin de la religin hacia el

    arte descansa, en segundo trmino, en el hecho

    de que, jasada la poca primordial, el arte sevuelve profano. Conserva ineludiblemente en su

    esencia rastros del origen. Sin embargo, ms que

    en la verdad extramundana que la belleza

    puede transmitir, comienza a interesarse exclu

    sivamente en la belleza mundana: quiere con

    vertirla en autnoma respecto a la religin. Y

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    sentar tal Unidad, las imgenes slo x)dran serperniciosas para el creyente.14

    Ms fundamental que las dos razones

    apuntadas es sin embargo la nocin estrictamen

    te mstica esotrica -no atenuada por ninguna

    de las consideraciones sociales que afectan a las

    iglesias por su carcter exotrico-, que pone de

    manifiesto el ejemplo jasdico: para el hombre

    de fe, que sumido vitalmente en el presente

    siente en s la presencia de Dios, la melancolaes una situacin espiritual imposible. Para la

    mstica no puede ocurrir de otro modo: aunque

    acontezca que una criatura carezca de todo, en

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    de la temporalidad- para considerar ese pasado

    y ese futuro que engendran la melancola. Para

    este hombre cuya vida es el arte de dejarsetraspasar por el Otro Mundo no slo carece de

    sentido sino que es adems prueba de infideli

    dad ese arte nacido de la melancola que se

    limita a tratar de mostrar el Otro Mundo. Para

    el derviche que alcanza el xtasis mediante el

    arte de la danza esa danza no tiene sentido en

    el momento de su xtasis, pues nicamente loalcanza a fuerza de repetir de modo uniforme

    el mismo movimiento: cuando la danza se anula

    a s misma y desaparece.

    (Cabra aqu no dejar de tener en cuenta

    que el arte nace de la melancola pero se redime

    de ella mediante la obra, que trae al OtroMundo y, fuera de arrancar al artista de la

    melancola, opera en forma positiva. El artista

    se halla en realidad referido a los dos momentos

    ms aparenciales, ms fantasmales de la trada

    temporal, el pasado y el futuro, pero los redime

    de su insustancialidad al revivirlos como presen

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    El poeta: implanta privadamente unrgimen perverso en el alma

    La filosofa formul tambin su condena

    respecto al arte. La clebre actitud de Platn alexpulsar a los poetas de la repblica perfecta

    ilustra una posicin en la que muchos otros

    amigos de la sabidura -Jenfnes, Herclito,

    Empdocles, Pitgoras- lo haban precedido al

    preocuparse por la poltica, por el mejor camino

    para alcanzar el bien de la comunidad. La

    acusacin platnica se fundamenta primero en

    el hecho de que el artista reproducira elementos

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    provecho 2122y porque la razn lo impona.

    Sin embargo, las manifestaciones de los

    filsofos contra el arte han sido desenmascara

    das en forma brutal por aquellos polticos que

    lograron establecer un dominio de tipo total en

    las comunidades sobre las que rigieron. Pues

    tales polticos han sido platnicos con fidelidad

    absoluta. Y lo que Platn enunci -con la ilusin

    de estar defendiendo a la razn- era la voz de

    este mundo en procura de una autonoma sinapelaciones. El arte es su enemigo. No porque

    produzca objetos irreales, sino a causa de que

    el arte trae al Otro Mundo, a cuya luz se ve el

    irreparable aspecto de injusticia que hay en todo

    dominio exclusivamente humano del hombre

    sobre el hombre, aun en el ms benvolo. Elarte pone en cuestin la esencia del puro domi

    nio mundano. Y recprocamente la esencia del

    mundo rebelado contra lo que no sea l se

    encama en un poder que slo puede creer en

    lo til inmediato, en una razn gendarme conde

    nada a percibir nicamente lo que responde a

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    de provecho. Porque, dado que su actividadconsiste en cambiar de contexto a los elementos

    mundanos, para hacerlos ver en su otra faz, el

    arte produce en la comunidad un movimiento

    -el movimiento del espritu, que procede del

    Otro Mundo- con el cual no slo se desentiende

    en forma ociosa de la utilidad inmediata, sino

    que hasta la perturba y la impide, convirtindo

    se en una burla trascendental para el afanado

    hombre de provecho. Por eso este mundo, conplena coherencia, cada vez que legitima su

    autonoma mediante la violencia del poder tota

    litario, ha permitido el arte -cuando no estaba

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    renglones destinados a las grandes masas, sino

    que es asimismo lo que surge de los talleres de

    la mayor parte de lo que se conoce como

    vanguardia .23

    Al igual que la mstica estricta, que

    rechaza al arte por sus vinculaciones con este

    mundo, la fjoltica total lo condena por su

    parentesco con el Otro Mundo. El ideal de la

    colmena es la anttesis del ideal de la comunin

    de los santos: para ambos el mediador -que nopuede entregarse por entero a ninguno de los

    dos extremos- resulta culpable.

    El Hombre: el Cielo es su padre,

    la Tierra es su madre 24

    Originariamente, antes de la manifesta

    cin, exista la Unidad Primordial. Luego el

    Antepasado Amarillo separ el Cielo de la

    Tierra y la Unidad Primordial qued rota por

    lo manifestado:25 de esta suerte narra la tradi

  • 7/23/2019 La Metfora y Lo Sagrado (H. Murena)

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    que es la esencia clel existir,el Cielo y la Tierra

    se oponen en una complementaridad, en una

    conjuncin polarizada. De tal matrimonio de la

    Tierra con el Cielo -en el sueo en el que cada

    uno de los dos elementos recuerda al otro

    mediante el olvido- nace un tercer elemento quees el Hombre.26 Compuesto por los elementos

    primordiales -aunque contemporneos de

    ste-, que son equiparables a las fuerzas yang

    y yin, a lo masculino y lo femenino, al acto yla potencia, el Hombre constituye con el Cielo y

    la Tierra la Gran Trada que, rara la tradicin

    extremo oriental, abarca todo lo creado.2728

    Sube de la Tierra al Cielo y retoma luego

  • 7/23/2019 La Metfora y Lo Sagrado (H. Murena)

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    gracias a su mediacin que la Tierra se eleve al

    Cielo y que el Cielo descienda a la Tierra- hace

    que el Cosmos se actualice plenamente y que lo

    No Manifestado pueda consumir su manifestacin y retorne al centro inalterable de lo Innom

    brado.29

    La esencia del hombre es as mediacin y

    mediacin debe ser su existencia. La existencia

    del Hombre consiste en el esfuerzo por alcanzar

    -en el Cosmos y en s- el equilibrio entre elCielo y la Tierra, entre las fuerzas yang y yin,

    que reactualice la boda originaria entre esos dos

    elementos -de la que el hombre naci-, a fin

    de renovar en cada instante la vida universal,

    incluyendo la suya. Cuando el hombre olvida la

    duplicidad de su origen, cuando olvida su ori

    gen, y deja de reflejar a cualquiera de los doselementos, su existencia se ensombrece, se toma

    mortecina. Si el hombre olvida a travs de la

    ilusin de creerse autnomo, de imaginar que

    el hombre es el nico acto y Cielo sobre la

    Tierra, el Cielo deja de reflejarse en l y el

  • 7/23/2019 La Metfora y Lo Sagrado (H. Murena)

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    algo residual. La esencia del Hombre es media

    cin y cuando no media desaparece.110

    El arte, funcin gracias a la cual el Otro

    Mundo es trado a este mundo, desempea

    analgicamente para el hombre individual el

    mismo papel que el Hombre csmico cumple

    en cuanto al Cielo y la Tierra. Se halla sometido

    en consecuencia, a las mismas leyes que rigen

    al mediador de la Gran Trada.

    La prdida del centro

  • 7/23/2019 La Metfora y Lo Sagrado (H. Murena)

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    tos en que se produjo, y hasta ahora nunca

    considerado siquiera en su verdadero sentido-,

    esa tortura y matanza interminable e inicua de

    unos hombres por otros, descubre en forma

    estremecedora que la verdad del ideal de la

    deificacin del hombre consiste en la aniquila

    cin del hombre. Aquello fue el primero de los

    momentos culminantes de un largo proceso

    morboso en el que el hombre, para conquistar

    su autonoma, decidi dejar de reflejar el Cielo.Y en la oscuridad cerrada de aquel momento

    histrico la matanza humana dijo que los hom

    bres haban matado a Dios en sus corazones.

    Lo que ya vena aconteciendo y lo que continua

    ra sera la progresiva autonomizacin de la

    Tierra, entendida como progreso aunque endetrimento progresivo del mediador. Desde to

    dos los rdenes del quehacer humano mil signos

    lo indican. En su libro Prdida del Centro,

    Hans Seldmayr seala la supresin de la ventana

    y el carcter de prisiones monumentales que

    cobra la arquitectura de fines del siglo xvm y

  • 7/23/2019 La Metfora y Lo Sagrado (H. Murena)

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    imagen invertida del Cielo, resulta ser el inferusprivador, emblema de las potencias platnicas,

    infernales, a las que el mediador queda someti

    do. As la moral autnoma fundada en la

    libertad interior de Kant encuentra su reduccin

    a la absurda verdad en que se sustentaba a

    travs de la libertad moral absoluta para el

    crimen de la filosofa de Sade.33 As la revolucin

    industrial que vena a liberar al hombre de la

    maldicin originaria del trabajo elimina el elemento humano del trabajo y convierte al hom

    bre en una mquina para trabajar. As la

    economa, de ser la administracin (nomos) de

    la casa (oikos), mediante la cual el hombre

  • 7/23/2019 La Metfora y Lo Sagrado (H. Murena)

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    totalitaria. El totalitarismo como fenmeno cons

    tituye la caricatura material terrestre, que busca

    abarcar y dominar, del absolutismo espiritual

    celeste, que penetra y sustenta. Tal totalitarismo

    puede concretarse incidentalmente en sistemas

    polticos autocrticos, aunque esto no es indis

    pensable: hoy el totalitarismo es puesto en

    prctica en todos los rdenes con la mayor

    eficacia por una tecnocracia que usa poltica

    mente una mscara benvola.En el campo de las artes la deificacin

    del hombre tuvo como natural consecuencia la

    destruccin de la figura del hombre. El arte

    occidental, en cuyos orgenes est la figura de

    Cristo -smbolo por excelencia del Mediador, del

    Hombre, tanto por su misin como por unirse

    en l la naturaleza celeste y la naturaleza terrestre-,4 se ha fundado como ningn otro en la

    imagen humana. Con mayor firmeza a |mrtir

    del siglo xvni, empieza a observarse en la

    historia del arte occidental la deformacin de

    tal imagen3435mediante lo demonaco y lo catico

  • 7/23/2019 La Metfora y Lo Sagrado (H. Murena)

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    al., incluyendo el tachismo , la action painting,

    etc.), que constituye el punto cero en el que la

    imagen humana desaparece por completo: lo

    que se media a este mundo -ausente como

    paisaje o contorno natural de cualquier ndole

    en su trasformacin en mero espacio pictricopuro- es el Otro Mundo, el Cielo o Dios, reduci

    do a nada. Este arte media la nada a la nada,

    queda reducido a la pura funcin de mediar

    que ejecuta sus movimientos en el varo: de estasuerte el arte denominado abstracto pone de

    manifiesto la naturaleza del arte puro.

    Llegado a este punto cero, de muerte,

    el proceso no se ha detenido porque en lo

  • 7/23/2019 La Metfora y Lo Sagrado (H. Murena)

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    ahora a este mundo como si no existiera otro

    mundo que este mundo. Mediante el ruido,

    mediante la palabra en su estado ms petrifica

    do, mediante la botella o la mquina apenascoloreados, se trata de negar el Otro Mundo que

    existe en todo elemento mundano: para ello se

    insiste en el carcter consabido, de uso, de las

    cosas que se manipulan. Y tal es la desconfianza

    respecto a la mediacin, a los restos del Otro

    Mundo que podran filtrarse a travs del merohecho de mediar, tal es la totalitarizacin de

    este arte que, para eludir al mximo la obra,

    que implica mediacin, seha recurrido a los

    variados acontecimientos que llevan el nombre

    de happening, en los que son los propios seres

    humanos los que configuran la obra de arte ,

    como garanta de que cuando stos dejen de

    actuar no quedar ningn resto que delate la

    operacin sospechosa de trascendencia, con lo

    que -en forma por lo dems coherente- este

    arte final parodia, con un desenfreno que debe

    caracterizarse por la embriaguez, la inspiracin

  • 7/23/2019 La Metfora y Lo Sagrado (H. Murena)

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    del arte. Sin embargo, lo que explica la prolifera

    cin de tales artistas -cuya monstruosidad ya

    estaba implcita en el Renacimiento, aunque se

    manifestara entonces en el campo de la autenti

    cidad, que por tal ingrediente se reforzaba y se

    debilitaba a la vez- v lo que explica el frenesde las supuestas innovaciones y revoluciones

    estticas es el hecho de que este arte post

    mortem, como se basa en la impotencia de

    mediar, no exige en modo alguno el talento yla energa que reclamaba la potencia para me

    diar, y se convierte por lo mismo en campo

    propicio para la facilidad de las negaciones.

    Exaltar la mediacin de la impotencia de la

  • 7/23/2019 La Metfora y Lo Sagrado (H. Murena)

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    Negro ms negro que el negro

    Exista hasta las primeras dcadas de este

    siglo en una calle de Pars, en la ru LeRegrattier, un nicho en el que se vea la estatua

    de una mujer decapitada que tena en la mano

    un vaso y a cuyo pie haba una leyenda que

    deca: Todo le sirve. El conjunto constituye

    un smbolo de la primera operacin de la Gran

    Obra alqumica: solve, la disolucin o separacin, la mors philosophorum, muerte filosofal,

    que segn la tradicin hermtica sirve para li

    berar al espritu de la materia grosera, a fin de

    preparar la trasfrmacin o purificacin total de

    la criatura, que slo puede cumplirse a travs

    de una serie de muertes y renacimientos, en el

    curso de la vida humana. El vaso es el vasspirituale, en el que se encierra el vino de los 47

    sabios, y es anlogo al Graal, que guarda el

    vino eucarstico. La mujer, por su ndole pasiva,

    representa el disolvente universal y est decapi

    tada para indicar que se ha producido la separa

  • 7/23/2019 La Metfora y Lo Sagrado (H. Murena)

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    nada, esa piedra que los arquitectos descarta

    ran, se torna condicin de la Obra.

    El arte -el hombre que representa a la

    humanidad- se encuentra hoy en una etapa de

    nigredo: abandonado por el espritu, casi pura

    materia negra, con los movimientos convulsivosde un semimuerto. En los grandes ciclos por los

    que atraviesa lo manifestado en su totalidad

    ^desde que el Cielo y la Tierra se separaron- el

    simple hecho de haberse manifestado implicasumisin al ciclo: todo lo que se ha manifestado

    debe dejar de manifestarse. Para que el ciclo,

    que es la ley, se cumpla, el (irn Ser Humano

    que por l trascurre debe atravesar todas las

  • 7/23/2019 La Metfora y Lo Sagrado (H. Murena)

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    modo directo con el secreto,que est en nuestro

    origen: por qu nos fueron entregados dones

    para ejercerlos en una poca en que todas las

    posibilidades son de que se cumplan en fonnanegativa? Por qu fuimos creados? Plegarse con

    interrogativa y tenaz humildad, con todas las

    potencias de la vida, sobre este enigma sin

    respuesta -enigma que reactualiza en cada uno

    el misterio de la necesidad del tiempo y de la

    Creacin-, plegarse as sobre este enigma capazde quebrantar todas las ilusiones racionalistas y

    materiales es la actitud que forjar en quienes

    las practiquen el poder espiritual del silencio

    interior capaz de vencer todas las negatividades.

    49

  • 7/23/2019 La Metfora y Lo Sagrado (H. Murena)

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  • 7/23/2019 La Metfora y Lo Sagrado (H. Murena)

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    La metfora y lo sagrado

    Historia del silencio

    El arte, se dice, responde a una necesidad.

    De otro modo, aadimos, no existira, no

    persistira. Pero cul es esa necesidad por

    la que el arte existe?

    Tal pregunta ha suscitado a lo largo de

    los siglos todas las respuestas que el hombre

    puede dar: los artistas de Lascaux, Altamira,hicieron las pinturas rupestres para ofrendarlas

    a sus dioses o para convertir en mito a los

    animales que les servan de alimento o para

    expresar el poder y la destreza de la comunidad

    o por simple escapismo, diversin o porque

    pintar confera prestigio etctera El resultado

  • 7/23/2019 La Metfora y Lo Sagrado (H. Murena)

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    He narrado una experiencia. La audicin

    del recitado del Corn por un sheik actual. La

    emisin de cada versculo duraba quince, trein-

    ta, no ms de cuarenta y cinco segundos. Cada

    versculo conclua en forma abrupta, compri-

    mindose casi con dolor contra el final paratransmitir la sensacin fsica de aquello con lo

    que chocaba: el silencio. Y cada versculo estaba

    separado en la diccin del que lo segua por un

    lapso de silencio ms largo que cualquiera delas emisiones, sealando de tal suerte cules son

    las jerarquas entre silencio y sonido. Ese canto,

    esa voz, crecan para retirarse, abolirse, [jara

    que surgiera un silencio desconocido: la voz de

  • 7/23/2019 La Metfora y Lo Sagrado (H. Murena)

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    Ese blanco del que la palabra brota y en el que

    acaba por desaparecer es el Silencio primordial.

    Principio y fin de cada criatura, de todo lo

    creado, el blanco escribe para nosotros lo funda

    mental de toda escritura: el crculo de misterio

    que envuelve nuestra existencia. La calidad de

    cualquier escritura depende de la medida en

    que trasmite el misterio, ese silencio que no es

    ella. Su esplendor es enriquecedora abdicacin

    de s. Y sta resulta evidente en el tipo de lecturaque permite y exige. La palabra portadora de

    misterio demanda una lectura lenta, que se

    interrumpe para meditar, tratar de absorber lo

    inconmensurable: pide relectura, consideracin

    del blanco. Arquetipo son las escrituras de las

    religiones, que invocan el fin de s mismas, larestitucin del secreto fundamental. Arquetipo,

    tambin, las grandes obras de la literatura,

    aquellas cuya esencia es potica, pues la metfo

    ra, con su multivocidad, pluralidad de sentidos,

    dice que est procurando decir lo indecible, el

    silencio. Frente a stas se alzan los textos utilita

  • 7/23/2019 La Metfora y Lo Sagrado (H. Murena)

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    escrita testimonia en forma invertida que laliteratura surge de la necesidad de Dios.

    Vergenza y redencin

    Toda palabra es metafrica. Es decir,

    toda palabra abarca, segn se la use, ms o

    menos mundo que lo que la convencin supone

    que abarca. Si digo: el rey se march a su casa ,casa sustituye a castillo, es metfora de reduc

    cin. Si digo de una persona que es mi casa,

    casa sustituye a criatura, es metfora de amplia

  • 7/23/2019 La Metfora y Lo Sagrado (H. Murena)

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    nos entreg al totalitarismo de la utilidad total, a

    palidecer bajo la sentencia respecto del pecado:

    ganars el pan con el sudor de tu frente.

    La poesa es humilde. De la humildad

    extrae las fuerzas para su gesto osado. La poesa

    acepta la multivocidad de cada palabra, acepta

    la imprecisa ndole humana. Sabe c]ue la preci-

    sin con que algunos suean no slo resulta

    imposible sino que, eco del primer pecado, si

    se logra evocar su espectro nicamente se conse-guir envenenar con irrealidad la realidad. Cria-

    turas cadas, si una parte de nosotros se obstina

    en recordar y perpetuar lo pecaminoso al recha-

    zarlo, otra parte persiste en recordar lo anglico

    que cay con la Cada. Tal el movimiento de la

    poesa. Empieza por aceptar que no es ineludi-ble que casa signifique casa. Pero no se detiene

    ah. En esa presunta falta descubre una ocasin,

    una puerta. Insiste, apuesta sobre ella. Va aun

    ms all. Y dice de pronto: Aquiles es un len.

    El mundo se duplica de esta suerte: Aquiles

    cobra la esencia del len y el len la de Aquiles

  • 7/23/2019 La Metfora y Lo Sagrado (H. Murena)

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    es un len" dice todava ms. Ensea que lametfora cumple una derruccin de las barreras

    racionales. Con ello la metfora se instala no

    slo ms all de la lgica, sino contra la lgica:

    se muestra que la operacin de la metfora esfe. Incidentalmente, al esclarecerse los vnculos

    entre metfora y razn, aprendemos sobre las

    relaciones entre razn y fe. Quedan borradas

    las aspiraciones de la teologa, al menos en

    aquellas zonas en que sta no se acoge al

    misterio. Teologa es todo lo racional, incluso la

    ciencia, el intento de explicar el mundo. Poste

    rior a la fe, la teologa constituye un momento

  • 7/23/2019 La Metfora y Lo Sagrado (H. Murena)

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    ra. Tal lucha indica que el arte es un campo

    abierto a contendores, liberado de una fuerza

    que antes lo ocupaba y a la que se supone que

    se desaloj. Cul es esa fuerza? El esteticismo,

    al depositar la fe en lo esttico como nico

    contenido posible, lo hace con un carcter abso-

    luto al que no aspiran los otros contenidos

    contendientes. Tal rasgo absolutista nos revela

    que el arte, cuando piensa sobre s, sospecha

    que su nico contenido posible es lo Absoluto,lo Divino. Al rechazar todo contenido, al instau-

    rar su propia esencia como contenido nico, la

    enfermedad del esteticismo nos revela por la va

    negativa el carcter sacro del arte, proclama a

    Dios como una ausencia que no puede ser

    sustituida por nada.

    La operacin de arte

    El esteticismo comete un error: identifica,

    confunde el arte con la obra.

    T t l t di i i l i l j d

  • 7/23/2019 La Metfora y Lo Sagrado (H. Murena)

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    La poesa existe para salvar al mundo. El lenguaje cado, juzgador, slo es adjetivo, comentario,

    charla nociva. La poesa no juzga, nombra

    mostrando, es sustantivo, crea, salva. Mediante

    el lenguaje cado la poesa halla para el lenguajecado la redencin de la metfora.

    Qu es la metfora? Su propio nombre

    habla. En la metfora se lleva (fero) ms all

    (meta) el sentido de los elementos concretos

    empleados para hacer la obra. Se llevan ms

    all? Llevar ms all lo sensible y lo mundano

    significa traer ms ac al Otro Mundo. La

    metfora consiste en quebrar las asociaciones

  • 7/23/2019 La Metfora y Lo Sagrado (H. Murena)

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    los vuelve traslcidos, por un segundo inexisten

    tes. La metfora deja ver que no existen ni la

    materia ni la metfora, muestra la posibilidad

    general de no existencia, lo no existente, loinfinito, Dios. El arte es la operacin por la que

    Dios mueve el amor recproco de las cosas crea

    das. De esta renovacin del estremecimiento pa

    radisaco -desde el existir ver el ser que no nece

    sita el existir- que es el moverse de la metfo

    ra queda un vestigio que se llamaobra

    de arte.

    Toda obra de arte tiende a volverse

    consabida, a petrificarse, a recaer en lo no

    metafrico: el arte persiste. La obra hospeda

    incidentalmente al arte, pero no es ste.

    El artista pone en juego su vida real en

    el crisol de la metfora, pero lo que sale de ello

    no le pertenece, puesto que ha sido fbijado porel relmpago de atraccin que se estableci a

    travs de la persona del artista entre la Trascen

    dencia inmanente, interna en ste, y la Trascen

    dencia externa, absoluta. La obra es producto

    de un dilogo de Dios con Dios a travs del

  • 7/23/2019 La Metfora y Lo Sagrado (H. Murena)

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    ignota.De all el milenario equvoco respecto alas obras de arte.

    Tendemos al materialismo, que en el

    mejor de los casos nos conducir a ese pudor

    encubierto de desenfado que es el esteticismo.

    Tender al materialismo significa olvidar que los

    elementos materiales que componen la obra slo

    tenan por fin sealar el desplazamiento que

    salta sobre la estructura lgica con que los

    malos pecadores quieren atrajiar y matar almundo: el desplazamiento de la fe llamada

    metfora. As tendemos a adorar los efectos, con

    olvido de la causa, tendemos a adorar la obra.

    Vamos al museo y reverenciamos la belleza de

  • 7/23/2019 La Metfora y Lo Sagrado (H. Murena)

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    gritar la buena nueva desde los tejados.

    La obra de arte, por su esencia, llama la

    atencin sobre s. Habla de lo que somos y

    olvidamos, habla de lo que somos de verdad,

    de un recuerdo imborrable: el recuerdo del

    Paraso, donde ramos tan libres como jara

    incluso no ser. La obra de arte: los textos de las

    grandes religiones. Guas imprescindibles desde

    que las disporas, exilios y desastres nos amena

    zaban con hacernos olvidar la Revelacin, pueden tornarse, se tornan siempre dogmticos.

    Nuestra miseria los aprovecha para desarrollar

    nuestro triste farisesmo: los asestamos sobre no

    creyentes y creyentes, proclamamos que son lo

    nico que existe, exigimos sumisiones. Con los

    textos de los evangelios declaramos nuestra

    negacin.

    El arte no viene a mostrarse. Aparece, es

    cierto. Por su brillo desusado nos llama. Pero el

    arte es movimiento. Y pasa. El arte no se

    interesa en s mismo: de ah que cuando es con

    intensidad lo siga siendo de modo tan duradero

  • 7/23/2019 La Metfora y Lo Sagrado (H. Murena)

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    literatura, a la msica, entre las manos. La obra,

    como busca la Eternidad que la ha posedo, es

    miedo al tiempo. Cuando ms importante su

    esfuerzo -su ignorancia de que slo es fortuita

    mensajera-, su materia -que incluso puede estar

    constituida por elementos muy sutiles-, mayor

    es su quietud, hipntica inercia que obliga a los

    hombres a deformarse monstruosamente si bus

    can entenderla o se descubren plantados ante

    ella.Las obras de arte -y quienes las coleccio

    nan lo confirman- son avaricia criminal, an

    desmesurado por concentrar junto a s bienes

  • 7/23/2019 La Metfora y Lo Sagrado (H. Murena)

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    Se narra que en un poblado jasdico una

    noche, al final del Sabat, los judos estaban

    sentados en una msera casa. Eran todos del

    lugar, salvo uno, a quien nadie conoca, hombreparticularmente msero, harapiento, que perma-

    neca acuclillado en un ngulo oscuro. La con-

    versacin haba tratado sobre los ms diversos

    temas. De pronto alguien plante la pregunta

    sobre cul sera el deseo que cada uno habra

    formulado si hubiese podido satisfacerlo. Uno

    quera dinero, el otro un yerno, el tercero un

    nuevo banco de carpintera, y as a lo largo del

    crculo. Despus que todos hubieron hablado,

    qudaba an el mendigo en su rincn oscuro. De

    mala gana y vacilando respondi a la pregunta.

    Dijo: Quisiera ser un rey poderoso y reinar en

    un vasto pas, y hallarme una noche durmiendoen mi palacio y que desde las fronteras irrum-

    piese el enemigo y que antes del amanecer los

    caballeros estuviesen frente a mi castillo y que

    no hubiera resistencia y que yo, despertado por

    el terror, sin tiempo siquiera para vestirme,

  • 7/23/2019 La Metfora y Lo Sagrado (H. Murena)

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    una contradiccin curiosa en el relato: el reino

    es vasto, infinito y, sin embargo, partiendo de

    la frontera, el enemigo llega al palacio en pocas

    horas, como un rayo. Acontece que el tiempo

    no exista y aqu es creado, emerge con la

    pavorosa energa de la novedad. Adn viva en

    el presente infinito de la contemplacin de Dios,

    sumergido por entero en ese presente. No haba

    para Adn pasado ni futuro, smbolos de lo que

    ya no poseemos y de lo que an no nos hasido dado. Pero Adn se durmi, dej de vivir

    la maravilla que le haban concedido: desaten-

    di (y la necesidad de plegaria es el recuerdo

  • 7/23/2019 La Metfora y Lo Sagrado (H. Murena)

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    to religioso. Ello no implica, sin embargo, que

    slo florezca en el campo de la religin: apenas

    encubierto, se lo observa en todas las activida

    des humanas, incluso en esa ciencia que sevuelve contra la naturaleza y busca destruir el

    mundo, con lo que revela en el fin su preciso

    origen, la Cada, el Arbol de la Ciencia del Bien

    y del Mal, que le resulta intolerable.

    La actitud del mendigo nos ensea una

    leccin distinta. No se debe poseer sin ms: todaposesin del>e estar iluminada -a la vez elevada

    y disminuida- por el recuerdo del Reino del que

    procede. Pero si poseer por mera codicia es

    subhumano, no poseer por angelismo es el

    reverso soberbio de la misma medalla, la ilusin

    de que la Cada no aconteci, puede ser borrada.

    En el Paraso, Adn estaba desnudo: el hombre

    que pretende rechazar la hoja de parra no tiene

    siquiera la vergenza de aceptar la Cada. El

    mendigo dice otra cosa. Dice lo mismo que

    Krishna le dice a Aijuna en la Bhagcivad Gita:

    el hombre no puede no obrar, pero aquel que

  • 7/23/2019 La Metfora y Lo Sagrado (H. Murena)

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    milde pero invaluable. Quien la codicie no la

    entiende, quien la desprecie no la entiende: ella

    vale por otra cosa, la otra cosa que vale ms

    que el mundo entero. Es seal de que estuvimos

    en el Paraso: hay esperanza.

    Alles vergngliche ist nur ein gleichnis

    'rodo lo perecedero no es ms que

    semejanza , dice Goethe en los versos finales de

    Fausto. Semejanza, metfora: tambin nosotros

    hemos sido llevados (fero) ms all (meta), es

    decir, trados ms ac, trados a esta Tierra.

  • 7/23/2019 La Metfora y Lo Sagrado (H. Murena)

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    cas o de nimiedades, esa percepcin irremisible-

    mente dramtica. Eso exige una decisin. Por lo

    general, los ms ceden a los consejos del miedo.

    Ante la sospecha de su irrealidad, optan poradquirir la ptrea condicin de convertirse en

    mundo, materia a la que no redimen: Deciden

    que ellos son ellos: tal es el hombre natural,

    que se toma a s mismo slo como animal que

    nace y muere. Esta mirada rechaza el misterio

    que encierran nacer y morir y de ese modo seciega a todo prodigio. En una criatura esencial-

    mente metafrica esa mirada, que significa ase-

    sinato de lo otro, del ms all, de la metfora,

    es claramente suicidio.

    Existe sin embargo otra posibilidad.

    Adn hablaba en verso en el Paraso.

    Leamos ahora esta tradicin de distinta manera:

    Adn expresaba clue la vida del hombre es

    metafrica. Aun antes de la Cada exista la

    plurivocidad de la palabra. Adn tampoco era

    Dios. Con una direncia: no exista miedo res-

    pecto a la plurivocidad haba fe en ella verso

  • 7/23/2019 La Metfora y Lo Sagrado (H. Murena)

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    lejano. Hacer de tal lejana la proximidad erahacer de Aquiles un len, aceptar la vida meta

    frica: no creer en que lo ms lejano era lo ms

    prximo fue caer.

    Solemos ser los ms. Cada uno de nosotros prefiere creer que es l mismo. Nos deja

    mos poseer por el lenguaje tardo, cado. An

    es posible un movimiento, llegar a un saber.

    Este saber legitimo slo puede ser uno: saber

    que no sabemos nada. No sabemos nada del

    sentido final de cada acontecimiento de los que

    componen nuestra vida. Aceptamos de tal suerte

    que nuestras existencias son misteriosas, estn

  • 7/23/2019 La Metfora y Lo Sagrado (H. Murena)

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    que es el ms all de las cosas, lo ultramunda-

    no? Muchos estilos de lectura nos son propuestos

    para leer nuestras vidas: el de las ciencias

    naturales, el de la psicologa, el de la economa,

    el de la sociologa, etctera. Fuera de ser exter-

    nos y, en consecuencia, arbitrarios, estos estilos

    tienen hoy en comn el rasgo de que son

    enemigos de la metfora: niegan el otro sentido

    de las cosas, pretenden que la lectura debe

    consistir en desechar lo escrito.As, para cada criatura queda un solo

    valor preciso pai a valorar lo invalorable: el valor

    que ella misma le adjudica al experimentarlo.

    Determinar la figura general y las figuras parti-

    culares del propio destino no podr ser nunca

    arbitrario, responder a lo que cada cual es:

    aquel que come un manjar como si fuera pan

    comn es uno que necesita y merece nicamen-

    te jian comn, aquel que come pan comn como

    si fuese un manjar es quien necesita y merece

    manjar.

    La poesa es el solitario vuelo de la fe

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    L b d l id d

  • 7/23/2019 La Metfora y Lo Sagrado (H. Murena)

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    La sombra de la unidad

    El arte de traducir

    A qu traduccin nos referimos? A la

    que se cumple al verter las palabras

    de una lengua a otra? Sin embargo,

    cuando saludo, repruebo, acaricio, rezo, tam-

    bin traduzco estados de nimo. Si comercio,

    traduzco unos bienes en otros. Si enfermo,traduzco en sntomas psicofsicos un desorden

    hasta entonces no notado. Ms: los otros reinos,

    animal, vegetal, mineral, traducen con sonidos,

    movimientos, consistencias, colores, sus estados

    diversos, el alma del mundo. Existir, todo lo

    71

  • 7/23/2019 La Metfora y Lo Sagrado (H. Murena)

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    Cuando convertimos papel moneda en oro, la

    riqueza potencial alcanza de tal suerte unaexistencia ms real. El oro, a su vez, puede

    cobrar un grado superior de intensidad si lo

    cambiamos por algo que ansibamos vivamente.

    Pero su valor es capaz de crecer todava si, porejemplo, decidimos que donar a otro eso que

    ansibamos nos deparar mayor felicidad. Y as.

    La posibilidad y la realidad de traducir son en

    cualquier orden infinitas. Jams existir la ver-

    sin definitiva de un libro a ningn idioma.

    Nunca se termin, se terminar de traducir libro

    alguno. Esto exige preguntar: qu es lo absolu-tamente intraducibie que permite y reclama la

    portador nico del recuerdo ntegro de la perdi

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    portador nico del recuerdo ntegro de la perdi

    da Unidad. La palabra es riesgosa porque, repre

    sentando aquello con lo que el hombre debe

    cumplir la traduccin de su vida, es va en straduccin. La palabra es promesa. Con ella

    duplicamos la Creacin nominndola. Pero con

    ella podemos anular la Creacin sustituyndola

    por un signo vacuo. La palabra puede prometer

    una manzana, un amor, una paz. Se le cree

    porque es la embajadora de la realidad. Pero

    puede actuar -de buena o mala fe- comopsima traductora: puede esconder un veneno,

    un odio, una guerra o nada. Con la palabra

    termin la certidumbre de los otros reinos, se

    instaur la posibilidad del engao radical.

    Cmo responder a este equvoco don?

    Traducir es insoslayable, es nuestra vida. Cules el camino para redimir en nosotros lo que

    forma parte de nuestra naturaleza? Se puede

    traducir casi con entera fidelidad un libro de

    pura informacin, se puede ser literal en ese

    caso: no es difcil cuidar de nuestra salud fsica,

    d i i t l i bi t

  • 7/23/2019 La Metfora y Lo Sagrado (H. Murena)

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    La decadencia del Tao

    La prosperidad de las distinciones entre

    el es y el no es -dice el canon de Chuang

    tse-vino de la decadencia del Tao. Decadencia

    debida a la gnesis del amor o simpata. Hanexistido en efecto tal gnesis, tal decadencia? O

    no? Existen. Por eso Chao tocaba su lad,

    prefera ciertas notas. Si gnesis y decadencia no

    existieran, Chao Wen no tocara el lad. No

    existiran ni la msica de lad de Chao ni la

    batuta de Shih Kuang. Tampoco existira Hui

    Tsu recostado en su divn, hilvanando sofismas.

    El arte de estos tres maestros haba llegado a

    ilusiones que stas son se limita a usarlas tal

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    ilusiones que stas son-, se limita a usarlas tal

    como aparecen -i. e.,a aceptarlas y descubrirlas

    en su irrealidad-. Por otra parte, los artistas. El

    arte como smbolo de la vida en la diversidad.Diversidad insuperable, puesto que cada una de

    las diferencias contendientes que trata de alzarse

    como Absoluto se ve derrotada por la Unidad.

    En este mbito, en el que vivimos los ms, todo

    es confusin, pasiones efmeras, arbitrariedad,

    vanidades: fracaso. Se habla de los mejoresartistas de los tiempos, se habla de los hombres

    que se han forjado las vidas humanas ms altas:

    en la diversidad, fracaso.

    Es cierto que la historia del arte, la que

    narran las grandes obras, muestra la historia de

    un fracaso. Por qu? El arte, en su operacin

    esencial -cualesquiera, la forma, el conteni

    do de la obra-, es traduccin. Meta-fero, met

    fora, es sinnimo griego del latino trans-ducere,

    traducir: llevar ms all. Se sabe que la metfora

    consiste en cambiar de contexto a los elementos

    del mundo a fin de que rotas las asociaciones

  • 7/23/2019 La Metfora y Lo Sagrado (H. Murena)

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    que en su verdad un objeto aparezca en la obra,

    siempre recordar, har recordar -esto es condicin de la obra- su lugar originario. Todos los

    elementos de la obra de arte sealan distancia:

    junto con el movimiento que la engendra, la

    distancia es el fundamento de la obra.La distancia es fundamento de la obra.

    Pero la meta de la obra es expresar. Qu es

    expresar? Toda traduccin, mediante una nueva

    expresin, acerca hacia otra lengua. Toda expre

    sin implica comunicacin acercamiento. O

    sea:en la obra de arte el fin se opone a la

    esencia. Nunca la distancia lograr presentarse

    en su entera pureza, vencer la raz de necesidad

    identificar: atraviesan la entera historia del arte,

  • 7/23/2019 La Metfora y Lo Sagrado (H. Murena)

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    en combinaciones infinitas, como los dos polos

    que constelan el fracaso del arte.

    Tomemos tres artistas magistrales.El Greco. Esas audaces deformaciones,

    la pesadez untuosa de la materia, lo muestran

    como un experto en la sensacin, un esteticista,

    denodado partidario de la expresividad. S: en

    los murales etruscos hay caballos de tonalidad

    celeste, deformacin colorstica, refinado grito

    de la libertad de lo expresivo. Pero el genio del

    Greco consiste en sacrificar todo en nombre de

    la exaltacin de unode los constitutivos del arte,

    en cegarse, enloquecerse exquisitamente por ese

    constitutivo, la expresin, lo sensible, lo impre-

    sionante-psquico del arte. El arte es metafsico:

    lo es -est vivo- en cuanto recuerda la distanciaque constituye el recuerdo de la Unidad perdida.

    En l la expresin -lo psquico-estrangula la

    vida. El Greco restaura la distancia gracias a su

    excelsitud pictrica, pero la restaura infundien

    do al aladro un estatismo de decorado, restaura

  • 7/23/2019 La Metfora y Lo Sagrado (H. Murena)

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    tanda y por razones de destino -personal, hist

    rico- se halla condenado a la expresin. Se sienteacorralado. Su salida es la pasin, colrica:

    clera contra el inalcanzable fundamento, la

    distanda. No hay clera en el Greco, que ignora

    y se satisface. Goya dar testimonio de ladistancia procurando eliminarla, mostrar su au

    sencia, no buscando restaurarla jams: cualquie

    ra de sus obras muestra la imposible derrota

    de la distancia como tragedia inminente o consu

    mada. No nos referimos siquiera a Las pinturas

    negras ni a Los desastres de la guerra ni a

    Los caprichos, de temas y tratamiento crueles y

    perturbadores Incluso en sus obras ms apad-

    Velzquez. Se dice que Th. Gautier, pa

  • 7/23/2019 La Metfora y Lo Sagrado (H. Murena)

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    rado ante Las Meninas, pregunt: Pero dn

    de est el cuadro? Tena razn, aunque lo

    preguntara en sentido trivial, equivocado. Velz

    quez es de otra raza. Se podr pensar incluso

    que no es pintor. El color no existe para l: no

    cae en el fcil recurso de la monocroma, pero

    amortigua, anula casi todo color. Lo mismo

    ocurre con el dibujo, la composicin- sobre todo

    la composicin-, la perspectiva. No pintor, Ve

    lzquez se desentiende de la expresin. Cree enla traduccin de la fidelidad: por lo que se lo

    ha tomado por realista. Sin embargo, ese pasar

    a travs de los recursos artsticos lo seala como

    gran maestro de la distancia: lo contrario del

    realismo, trmino con el que en realidad se

    quiere hablar de naturalismo, lo idntico alesteticismo pese al signo contrario. Habra que 79

    reflexionar sobre el autorretrato que aparece en

    Las Meninas. Todo autorretrato cifra la mayor

    esperanza de conciliacin de la inmediatez de

    lo personal con la distancia de lo re-presentado.

  • 7/23/2019 La Metfora y Lo Sagrado (H. Murena)

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    movimiento que hagan quedarn destruidas. Y

    el espectador siente tambin la precariedad de

    su vida, acentuada. En Goya la realidad est

    destrozada por la expresividad. En el Greco,

    embalsamada. En Velzquez las criaturas, la

    realidad, se han liberado de la necesidad delibertad expresiva: estn prisioneras del cuidado

    de s, del pavor al movimiento que las aniquila-

    r. Porque les fa lta la obra que las sustente.

    Ella es ineludible en el arte. La operacin de

    Velzquez se cumple en otra zona, esa vida que

    respeta queda amenazada, slo hay un instante

    de postergacin en cuanto a la catstrofe.

    Tres pintores magistrales tres fracasos

    haz de toda la tierra y cesaron de construir la

  • 7/23/2019 La Metfora y Lo Sagrado (H. Murena)

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    y

    ciudad. Por ello se la denomin Babel, porque

    all Yahveh confundi (balal) el habla de toda

    la tierra.El episodio de Babel ha sido, es considera-

    do de ndole negativa. Si se adjudica a la accin

    de Yahveh el carcter de castigo, la castigada

    accin de los hombres brilla como culpable.

    Existira sin embargo la posibilidad de

    otra lectura.Los hombres de Babel se distinguen ]>or

    gozar de la unidad de la lengua. Y la unidad de

    la lengua exige compulsivamente que se la

    traduzca en la unidad de la vida, no sea que

    nos dispersemos . Hay un ansia acaso inconteni-

    ble de esa eternidad (pie yace en el hombre

    como recuerdo, ansia de retomo a la Lenidad

    originaria. Esa Unidad se encuentra ahora en la

    lejana del Cielo. Para recuperarla, para volver

    a ella, es menester construir la Torre.

    No habra en los hombres de Babel nada

    impo Ningn propsito de rebelarse contra

  • 7/23/2019 La Metfora y Lo Sagrado (H. Murena)

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    vida sera por completo cognoscible incluso

    antes de que naciera: ese saber, ese discurso-del que surge la lengua nica de Babel- es

    locura. Locura: que alguien vivo imagine que la

    energa y la libertad de la vida son totalmente

    previsibles, o sea que dictamine la esclavitud,debilidad y muerte de la vida. La locura cuyo

    precio es la muerte, la expulsin. Puesto que el

    hombre conoca en el Paraso la Creacin por

    haberla nombrado, el Arbol del Juicio se alzaba(se alza) como la irona de aquello que, probado

    por falta de fe, quitara a Adn todo el saber

    que posea sustituyndolo por un simulacro. La

    lengua nica de Babel era una lengua nuda: con

    ( ahora ya no les ser difcil cuanto proyecten

  • 7/23/2019 La Metfora y Lo Sagrado (H. Murena)

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    ( y p y

    hacer , irona que es un eco de la irona de que

    junto al saber total exista el Arbol de la Ciencia),

    tal es la caridad de Yahveh. La dispersin porla tierra, la confusin de la lengua, tienen por

    fin indicar otra vez al hombre cul es su

    naturaleza, cul es su destino: la diversidad, el

    reino de las diferencias. El gesto de Yahveh

    libera al hombre de la locura del discurso nico,

    de la obsesin del regreso: le indica que elcamino de retorno est para l slo a travs de

    la aceptacin de la diversidad.

    La Torre de Babel es sin embargo un

    constitutivo permanente del hombre. As como,

    segn la tradicin cabalstica, el alma de Adn

    en el momento de comer el fruto ofrecido por

    la serpiente encerraba en s las almas de todos

    los hombres venideros hasta el fin de los eones,

    todos los hombres posteriores a los hombres de

    Babel albergamos para siempre en nosotros el

    impulso de los constructores de la Torre. La

    Torre reclama un anlisis ms minucioso Consi-

  • 7/23/2019 La Metfora y Lo Sagrado (H. Murena)

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    lgica, como deducir un pensamiento de otro.

    Por su carcter lgico, la Torre es obra annima,

    carente de sujeto, no hay en ella nada psquico,

    personal. Annima, humilde, da testimonio en

    forma impersonal del don ms alto que Yahveh

    haya otorgado a cualquiera de sus criaturas, elpensar. As es monumento de fe en la lgica y

    en la realidad tal como est dada: en los

    ladrillos, en el hecho de que el Paraso debe

    hallarse arriba, en el cielo, porque el cielo esfsicamente lejano, y en la capacidad del hombre

    para alcanzarlo.

    La Torre de Babel es una obra de arte

    l i

    altura no dejemos de advertir en especial que

  • 7/23/2019 La Metfora y Lo Sagrado (H. Murena)

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    el clasicismo, al imponerse el orden que la razn

    impone al mundo, al moverse con suma razona-

    bilidad, ejecuta acaso el movimiento de suprema osada, subversin, que le quefja al arte: el

    autorretrato de Velzquez en Las Meninas nos

    da la mayor garanta de que es el verdadero

    Velzquez quien est all, pero es el que nos

    engaa en la forma ms aguda porque acuer

    da a lo pintado la misma entidad ontolgica quea lo real, borra la dualidad, es el arte que, al

    buscar negarse a s, osa ser como Dios, volver

    al Paraso de la Unidad. Sin embargo, esa

    realidad en la que el arte clsico deposita su

    fe, esa lgica a la que acepta por gua, nacen en

    forma directa del Arbol de la Ciencia del Bien

    y del Mal. El arte clsico -con su lgica, con su

    fe- hace que prolifere la temporalidad, la irreali

    dad de los objetos de sta, la diversidad, lo

    contrario de la Unidad que anhela. L obra

    clsica quiere representar al mundo tal como

    es segn las estructuras racionales que la razn

  • 7/23/2019 La Metfora y Lo Sagrado (H. Murena)

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    como de golpe de viento, que llen la entera

    casa en que se hallaban. Vieron aparecer lenguas

    de fuego, que se dividieron para posarse sobre

    cada uno de ellos. Todos se llenaron entonces

    del Espritu Santo y comenzaron a hablar en

    lenguas diferentes, de acuerdo con las que elEspritu Santo les daba para expresarse.

    Acudi la multitud y qued desconcerta-

    da porque cada uno los oa hablar en su propia

    lengua. En su estupor y maravilla, decan: Esosque hablan no son acaso galileos? Cmo es

    entonces que cada uno de nosotros los entiende

    en su lengua materna? Partos, medas y elamitas,

    de los apstoles no slo constituye la presencia

    d l U id d did i

  • 7/23/2019 La Metfora y Lo Sagrado (H. Murena)

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    de la Unidad perdida, sino que es supremamen

    te annimo, el Espritu Santo, el espritu por

    excelencia sin determinaciones particulares.(Nos apartamos en cierta medida del

    tema, pero tal vez no haya que dejar de sealar

    aqu una leccin que se desprende del fragmen

    to citado de los Hechos de los Apstoles: la

    leccin respecto a la esencia del orar e, implcita

    mente, respecto a la diferencia entre oracin y

    plegaria. Los apstoles no hacan ms que enun

    ciar las magnificencias de Dios . Eran simples

    conductos sonoros, musicales, a travs de los

    cuales el soplo del Espritu Santo arrancaba el

    enunciado de los atributos de Dios: exceptuando

    el tono -lengua- de cada una de las voces, nada

    personal, psquico, de ellos se incorporaba a laemisin sonora. Oracin, de orado, que a su

    vez proviene de os, oris,boca. Quien pronuncia

    la orado se convierte en pura boca, se anula

    para concentrarse en ser el limpio conducto a

    travs del cual pasa el soplo divino para sonar

  • 7/23/2019 La Metfora y Lo Sagrado (H. Murena)

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    Creador, tal como ocurre en la oracin pura.)

    Pentecosts es paralelo a Babel: pero es

    sobre todo lo contrario. En la persona de los

    apstoles se cumple la epifana de la Unidad

    recuperada. Tal Unidad, a la cual se llega slo

    a travs del completo abandono a Dios, restablece la unidad de la lengua: la comunicacin total

    entre quienes desde Babel hasta entonces se

    hallaban separados. Aqu vuelve a descubrirse

    que el don ms alto otorgado por Yahveh a las

    criaturas no es el pensar, como supona el

    hombre de Babel, sino esa pobreza de espritu

    que permite que el Espritu Santo penetre en la

    criatura y que se llama fe: pobreza de espritu

    dispersin del gnero humano acontecida a

    d l l l d b l d

  • 7/23/2019 La Metfora y Lo Sagrado (H. Murena)

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    causa de la lengua mala de Babel. Advirtamos

    an: quin es el pastor de estas ovejas. La piedra

    sobre la que se asienta esta iglesia es Pedro: elque neg a su maestro tres veces y acaso el

    menos iluminado de los discpulos. Se nos ad-

    vierte as respecto a la iglesia, a la reunin de

    gentes: est fundada sobre la ms extrema

    debilidad humana, puede ser nido ptimo para

    el renacimiento de Babel. Las gentes reunidasen la ecclesici, al suponerse en la Unidad por la

    supresin de la distancia que distingue a la

    diversidad, pueden dar por descontado el hecho

    espiritual de unirse en nombre del hecho mate-

    rial de estar juntos y engendrar de tal suerte

    mayor distancia, mayor diversidad, por encu-

    biertas, que las que nacieron de Babel.

    Pentecosts es sin embargo un constituti-

    vo permanente del hombre. Cuando nos enamo-

    ramos, cuando consolamos, cuando confiamos,

    somos Pentecosts. Pentecosts reclama un anli-

    sis ms minucioso Considermoslo Consider

  • 7/23/2019 La Metfora y Lo Sagrado (H. Murena)

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    El arte romntico es la re-presentacin

    del mundo que procura restablecer la Unidad

    anulando la distancia. Para ello acenta en

    forma decisiva la expresividad de la obra, que

    empieza por llamar la atencin, se funda en

    la particular deformacin con que son presentados en la obra los elementos del mundo. Las

    manzanas, los montes de un cuadro de Czanne

    son manzanas, montes, y a la vez no lo son: en

    esas telas ocurre lo inconcebible, la naturalezaes naturaleza, pero la naturaleza de Czanne. Al

    desfigurar el mundo, el artista romntico impo

    ne la fantasa por sobre la lgica, trae al Otro

    M d t N it i l t

    hay entre la obra de Czanne y la obra por

    completo abstracta que rechaza este mundo no

  • 7/23/2019 La Metfora y Lo Sagrado (H. Murena)

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    completo abstracta que rechaza este mundo no

    para recrearlo sino para sustituirlo por un signo

    hueco. El romanticismo, por su atan absoluto

    de anular el espacio y el tiempo en nombre de

    la Unidad, presta una paradjica servidumbre

    al inexorable materialismo de esa ecclesia que

    es la historia. La obra romntica -que encierra

    en s los discursos ntegros de la prctica de la

    filosofa, de la ciencia y de la tcnica- puede

    concluir modificando este mundo para dejar en

    l slo la nada.

    Palabras de un rab

    Romanticismo o clasicismo? Arte o santidad? Babel o Pentecosts?

    El gran rab jasdico Mosh Loeb de

    Sassof dijo:

    El hombre no posee nada creado en

    vano, ninguna facultad, ninguna fuerza. Nada

  • 7/23/2019 La Metfora y Lo Sagrado (H. Murena)

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    Clasicismo y romanticismo. Santidad y

    arte. Pentecosts y Babel.Todos los caminos conducen, dependen

    de cmo vuela sobre ellos el itinerante.

    Indice

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    Prlogo..................................................

    9

    Una palabra previa .............................. 15

    Ser msica ............................................... 19

    El arte como mediador entre este mundo v

    el otro ............................................. 25

    La metfora y lo sagrado ....................... 51

    La sombra de la unidad ......................... 71

    En esta obra se tratan los problemas

    fundamentales del arte, la msica, la lite-

    ratura, la pintura, pero encarados en rela-

    cin con sus fuentes, con sus orgenes re-

    ligiosos. De ese modo se logra la claridad

    acaso mxima no slo sobre la cuestin

  • 7/23/2019 La Metfora y Lo Sagrado (H. Murena)

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    acaso mxima no slo sobre la cuestin

    central y perenne del arte, sino tambin

    sobre las causas por las que en nuestro

    tiempo le ocurre al arte lo que le ocurre.

    Sin embargo, por ser el esfuerzo para

    crear una obra de arte equiparable al es-fuerzo para vivir una vida humana, lo que

    fundamentalmente hallamos en estas p-

    ginas es una continua meditacin sobre el

    riesgoso y potico ejercicio de existir.

    Escrito en form a serena y tersa, este pe-

    queo libro representa empero un enrgi-

    co esfuerzo para superar los falsos, prepo-

    tentes pensares que esclavizan, destruyen

    la vida del ho mb re actual.

    Editorial Alfa