La luz Mentirosa

¡Armando! ¡Armando!- Gritaba la madre de este pequeño que se encontraba jugando por el jardín de aquella humilde casa.Armando al escuchar a su madre se puso muy nervioso, ya que al jugar había roto sus pantalones, el estaba demasiado preocupado porque sabia que su madre lo regañaría porque haber roto sus pantalones de las rodillas al jugar.Su madre era demasiada especial con el aspecto de su hijo, ella siempre quería que él estuviera siempre bien presentable.La familia sufría económicamente, y si sobrevivían era gracias a la magia que los dos padres tenían.Su madre fácil arreglaba los pantalones, pero Armando sabia que lo regañaría de todas formas entonces decidió decirle mentiras.Pero Armando mira nada mas como has roto tus pantalones- le decía la madre muy furiosa. Y armando le contestó- Mamá pero yo no quise, salí a la calle y un muchacho me empujó por atrás e hizo que me cayera de rodillas y se rompieran mis pantalones- Armando comenzó a llorar y su madre en seguida le creyó- No te preocupes hijo yo te entiendo- Y su madre saco su varita, hizo unos giros con la muñeca y los pantalones se cocieron.

Armando le encantaba mentir, decía mentiras para todo. Y un día cuando sus padres se dieron cuenta que mentía. Su padre fue en busca de un objeto que había visto un día por un callejón de artículos mágicos tenebrosos.Era un brazalete con una pequeña esfera de cristal como del tamaño de una canica muggle.Su padre estratégicamente hizo que su hijo lo encontrara y que supiera como funcionara.Aquella bola de cristal te podía decir los estados de las mentiras, cuando el decía una mentira y la pequeña luz que estaba adentro se convertía de color azul, significaba que la mentira que el decía se la habían creído, si la luz era amarilla quería decir que la mentira que él decía, no había sido creída que tenia que decir mas cosas hasta que fuera creída la mentira y si la luz era verde es que alguien le estaba mintiendo.Y así fue por mucho tiempo, aquel brazalete hacia que el pequeño Armando fuera por la vida saliéndose con la suya mintiendo.Hasta que un día al decirle una mentira a su madre la luz de la bola que estaba en el brazalete se convirtió en rojo.El desperado no sabia que hacer, su madre se ponía furiosa porque el tenia que haber recogido su cuarto.En eso llega su padre con un jarrón roto, que algún día el había roto. Su vecina entraba llorando con su gato muerto en las manos, y así seguía la gente entrando con las cosas

rotas, destruidas, perdidas que le pertenecían y que algún día Armando había tenido relación con ellas.Sus padres acordándose cada ves que veían los objetos de los magos que entraban a la casa que Armando les había dicho alguna vez que había sido un accidente.¿Nos tienes algo que decir Armando?-Dijo el padre desconcertado y triste.-Pero, pero, pero yo no quise papá tu bien sabes que yo soy bueno…- su padre lo interrumpe.- Hijo este brazalete que llevas en tu muñeca- le toma la mano y la levanta- Es un objeto mágico que puede ser de gran ayuda, para decir una mentirita piadosa, pero cuando abusas de su poder, esta luz se convierte en amarillo y todas las mentiras que alguna vez dijiste hace como si nunca las hubieras dicho y todos tus problemas se te juntan como un puñado de semillas-.-Creo que has aprendido la lección al respecto de decir mentiras, ¿Quieres decir algo enfrente de todos tus conocidos? -Dijo el papá con un tono de voz mas tranquilo.- Si papá, primero, pues perdonene todos ustedes por haber causado perdidas para ustedes, y esque fue muy divertido, lo siento, y prometo no volver a decir mentiras.Todos los conocidos de Armando lo perdonaron y Armando jamás volvió a decir mentiras aunque las consecuencias fueran peores a la de sus actos.