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LA FILOSOFÍA DE LOS MAESTROS (F 14). Publicado en fascículos en el blog: Mis Herejías Siglo 21,

sección: De Otros Autores. Tema recomendado en el blog: Jesús y los Esenios -33- (Google) Pág. 1

LA FILOSOFÍA DE LOS MAESTROS.

(Abreviado)

POR: HUZUR MAHARAJ SAWAN SINGH JI. (1858-1948. India).

(F: 14)

Existen unos libros que se leen y luego se descartan. Otros, sin

embargo, deben asimilarse a fondo. Tales libros hacen de faro para

el viajero en su sendero moral, social y espiritual.

La filosofía de los Maestros se sitúa muy alta en la segunda

categoría de libros, y contiene gran abundancia de material para la

guía de los buscadores de la Verdad. Con precisión científica, trata

la disciplina espiritual que lleva a la última Comunión con Dios. Se

apoya esto con citas de Sabios, Profetas y Místicos de todas las

épocas.



FASCÍCULO 14

La obra completa consta de dos volúmenes de más de mil (1.000) páginas cada uno.

EL MAESTRO ES LA MANIFESTACIÓN DEL SEÑOR

El Señor es inescrutable e incognoscible, pero Él se manifiesta en el Maestro. El Maestro manifiesta Su gloria. El Señor ha cerrado la puerta interior de

nuestro cuerpo y se ha sentado detrás de ella. Él Mismo ha tocado la forma de un hombre y lleva la llave para abrir la puerta. La forma que Él asume es

particularmente amada por nosotros y debemos adorarla. Al tener un cuerpo como el nuestro, sufre penas y alegrías al igual que nosotros. Por lo tanto,

vista con nuestros ojos, la forma visible del Señor es más querida por nosotros que Su forma original e invisible. El Maestro es indistinguible del Señor. Es uno con Él. Entonces, ¿Cómo puede uno ser más grande que el

otro? De hecho, los Santos y el Señor no son diferentes.

Maulvi Rum dice: Cuando aceptas al Maestro, comprende que en su persona están incluidos el Señor y el Profeta. No los consideres diferentes. No los mires como seres diferentes y no hables de ellos como entes separados. Considera al Maestro como a alguien que está sumergido en el Señor. Si tienes algún defecto en tu ojo, el Maestro y el Señor parecerán ser diferentes y te perderás tanto a ti mismo como la realidad de la espiritualidad. Aquel que mira al Maestro y al Señor como separados, es un cadáver y no un discípulo. En la Biblia está escrito lo siguiente: Felipe le dijo: Señor, muéstranos el Padre, y nos basta. Jesús le dijo: ¿Tanto tiempo hace que estoy con vosotros, y no me has conocido, Felipe? El que me ha visto a mí, ha visto al Padre. ¿Cómo, pues, dices tú: Muéstrame el Padre? ¿No crees que yo soy en el Padre, y el Padre en mí? (Juan 14:8-10). Jesús dice también: «Yo y el Padre uno somos» (Juan, 10:30). «El que me ha visto a mí, ha visto al Padre. Las palabras que yo os hablo, no las hablo por mi propia cuenta, sino que el Padre que mora en mí, él hace las obras. Creedme que yo soy en el Padre, y el Padre en mí (Juan 14: 9-10-11). El cuerpo de un Maestro camina por esta tierra, pero su alma se remonta a los siete cielos. Es humano en la forma externa, pero Dios habla a través de él. Es Dios en realidad. Es Dios más hombre, es decir: un hombre Dios. Él es el hilo que nos conecta con Dios. El Maestro es el Shabd personificado, pero ha de adoptar una forma humana a fin de que pueda capacitamos para entenderle. Se dice que el rey de Rusia, Pedro el Grande, fue a Holanda a aprender el arte de la construcción naval. Se hizo pasar por un trabajador. Allí había muchos rusos que habían huido de su tiranía y él les habló de Rusia y les aconsejó volver a sus hogares. Ellos también sentían deseos de volver. Dijeron, sin embargo, que el rey los había expulsado y que, por tanto, no podían volver. Pedro les dijo que el rey era su amigo, que los recomendaría a él y que el rey estaría de acuerdo. Cuando Pedro estaba preparándose para regresar a casa, después de haber aprendido el arte de la construcción naval, le acompañaron aquellos que creyeron en sus palabras. Cuando Pedro entró en el país, todo el mundo lo reverenciaba y le mostraba un gran respeto. Esto alentó a sus acompañantes a creer que él podría predisponer favorablemente al rey hacia ellos y



les daría permiso para vivir en Rusia. Cuando alcanzaron la capital, Pedro dejó a sus acompañantes y les pidió que fuesen a ver al rey en su corte. Cuando fueron allí se quedaron pasmados al verle sentado en el trono del rey. Habían supuesto que él era un trabajador como ellos y no sabían que era el rey. Le agradecieron el que el rey los hubiera conducido a casa bajo la apariencia de un trabajador. La condición de un Maestro es similar; asume la forma humana para llevar a los seres humanos a su morada original. Exteriormente, parece ser un prisionero entre otros prisioneros, pero en realidad es el rey de todas las regiones y universos. Él no es un prisionero. Se halla, sin duda, bajo el aspecto de un prisionero, pero está aquí para redimir a los prisioneros y ha venido aquí para liberarlos de su cautiverio. Cuando se enseña a hablar a un mirlo, se coloca un espejo delante, un hombre se esconde detrás y habla. El mirlo contempla su propia imagen en el espejo y piensa que otro de su especie está delante de él hablando. Similarmente, el Señor está escondido detrás de la apariencia de los Santos y habla a través de ellos. El Señor es indescriptible y maravilloso. Ha de tomar una apariencia humana para manifestarse a Sí mismo a los seres humanos. ¿Cómo puede Él comunicarse con los seres humanos sin un cuerpo? Kabir Sahib dice que Dios habla bajo la cubierta del cuerpo y no puede hablar sin ella. ¿Cómo se puede contemplar una personalidad que no tiene atributos, a menos que adopte una forma como la nuestra? Él pertenece a un país determinado, debido a que tiene una forma determinada, pero está libre del cautiverio del cuerpo. Él puede viajar a las regiones más elevadas a su antojo. Es un Maestro y una manifestación del Shabd. Él pertenece a todos. Es uno con el Señor. Está presente en todas partes. Permanece constantemente con el discípulo y le ayuda. Él se revela a sí mismo en el interior del discípulo. El Gurú Perfecto no revela toda su capacidad el primer día. A medida que se incrementa la habilidad del discípulo, el Gurú también se revela cada vez más. Al principio, solamente aparece como una persona mayor pero, gradualmente, se revela a sí mismo como un Gurú Perfecto. Él no se detiene aquí. Enseña al discípulo que él está sumergido en el Señor y que no existe diferencia entre él y el Señor. San Juan describe en la Biblia la forma luminosa de este modo: «Yo estaba en el Espíritu en el día del Señor, y oí detrás de mí una gran voz como de trompeta» (Apocalipsis 1: 10). «Y me volví para ver la voz que hablaba conmigo, y vuelto, vi siete candeleros de oro, y en medio de los siete candeleros, a uno semejante al Hijo del Hombre, vestido de una ropa que llegaba hasta los pies, y ceñido por el pecho con un cinto de oro. Su cabeza y sus cabellos eran blancos como blanca lana, como nieve; sus ojos como llama de fuego; y sus pies semejantes al bronce bruñido, refulgente como en un horno; y su voz como estruendo de muchas aguas» (Apocalipsis, 1: 12-15). «Después de esto miré, y he aquí una puerta abierta en el cielo; y la primera voz que oí, como de trompeta, dijo: Sube acá, y yo te mostraré las cosas que sucederán después de éstas» (Apocalipsis 4: 1). El Shabd o Música divina es el Maestro Perfecto. El Shabd no es distinguible del Señor Supremo. Es una corriente consciente de ese gran poder que creó el universo y que lo satura completamente. Todo el universo emanó de este Shabd. «Reconoce que el Shabd es el Gurú; Tu Gurú esto lo revelará. Conviértete en el discípulo amado. El alma seguirá la Melodía». Solamente es un Santo o Maestro Perfecto quien puede iniciar a otro. El Shabd es una manifestación del Señor Supremo y es revelado a los Santos o Maestros Perfectos. Ellos son indistinguibles del Señor. «Yo agité el mar del cuerpo, y contemplé una escena maravillosa. El Maestro o Sat Gurú El Señor es el Gurú y el Gurú es el Señor; ¡Oh, Nanak! no existe



diferencia entre los dos». «En sus propias esferas, todos son grandes hombres santos. Pero aquel que ha realizado el Shabd, es el más grande de todos. Hay diversos Gurús, y existen diferencias en sus métodos. Adorad a ese Gurú solamente, Él que nos conecta al Shabd». El Maestro Perfecto o Gurú es descrito similarmente en el Sar Bachan: «El Gurú es solamente Aquel que ama al Shabd. El que no lo conoce no es un Gurú Perfecto. Aquel que practica el Shabd es un Gurú Perfecto. Inclinaos ante tal Gurú. Convertíos en el polvo de Sus pies». El Maestro Perfecto o Sat Gurú es el verdadero médico, ya que El tiene la hierba vivificante del Nombre o Shabd. Todos los seres humanos cometen errores. Esto forma parte de su naturaleza. Pero el Maestro solamente es humano en su forma externa. Interiormente El es uno con el Señor. Como el Señor, carece de defectos. En realidad, el Gurú no es el nombre de un hombre. Él es un poder que se manifiesta en este cuerpo temporalmente. Él es nuestro ideal verdadero, con el cual se efectúa el verdadero progreso espiritual. Está lleno de luz radiante, al igual que una bombilla eléctrica. Mientras Él brilla, el pensamiento de la estructura de la bombilla no tiene cabida en la mente. Como las mariposas, los buscadores de espiritualidad se auto-sacrifican a esta Luz Divina. El Maestro no es un ser de este mundo y no está aprisionado en este cuerpo. Él va más allá de todos los mundos y regiones inferiores, de la mente y del intelecto, y vive y se mueve en las regiones espirituales. Y Él, en su misericordia, proporciona ojos a miles de personas para contemplar las visiones interiores y cruzar estas regiones. El Maestro viviente es uno con el Señor. El es la verdadera manifestación del Señor en este

mundo. Se le ha impuesto el deber de trabajar por la salvación de sus criaturas. Él es el manantial de amor. Es la encarnación de felicidad y paz. Solamente el hombre puede guiar al hombre. Ésta es la ley de la naturaleza. El Maestro adopta la forma humana de acuerdo con esta ley, con el fin de influir en la gente y unificarlas con Dios a través de su propia

fuerza. Cada día, o cuando quiera, puede saborear la felicidad de las más elevadas regiones interiores de luz y de vida. «Poderosa es la mano del Maestro; No es menos fuerte que la del Señor; Su mano es el poder de Dios. Se debe creer en su grandeza ya que alcanza el cielo más alto. En su palma fluye la corriente eterna; El Señor no tiene rival ni compañero en Su grandeza. Él ha escondido un sol en el hombre. Conoces al Maestro tal como es». El Señor Supremo viene a nosotros bajo la forma de un Maestro. Él conoce y siente nuestros sufrimientos y nos ama. ¿Dónde está el Señor? Podemos verle en la radiante y gloriosa forma del Maestro y en ningún sitio más. A menos que alcancemos las regiones de conciencia pura más allá del alcance de la mente, de los sentidos y del intelecto, no podremos ver al Señor. En este mundo, el Señor es solamente una idea para nosotros; nos aferramos únicamente a una idea mental de Él. Pero ésta se vuelve real y se manifiesta en el Maestro. El vive ante nosotros y podemos verle. En este universo físico, los Santos son los redimidores de los seres humanos. El Gurú viviente es la esperanza de la gente, la luz del mundo y el salvador del género humano. Debido a la gracia del Shabd, el Santo o Maestro está libre de todas las limitaciones del cautiverio. Saca a las almas del mar tormentoso de nacimientos y muertes, y las lleva a las



regiones inmortales. El Shabd y el Maestro Perfecto son indistinguibles. El Gurú posee un cuerpo humano en su forma externa. Él enseña y persuade a aquellos que vienen a oírle. Pero cuando nos elevamos a las regiones sutiles, Él asume una forma sutil y nos acompaña en esa forma. Si alcanzamos la región causal, Él asume una forma causal y nos ayuda en esa forma allí. El ha viajado a través de todas las etapas del camino hasta las más altas regiones y puede ayudarnos también en esas regiones. No descansa hasta que no nos sumerja en Su forma real, el Shabd.

CAPITULO IV

LA PROTECCIÓN DEL MAESTRO

Ampararse en el Maestro significa subordinar la voluntad propia a la voluntad del Maestro y entregarse a Él sin reserva. Éste es un medio fácil de obtener la liberación del ciclo de nacimientos y muertes. El discípulo habría de confiar en el Maestro de forma implícita y abandonarse a Él, de la misma manera que se fía de un cirujano y confía su vida en sus manos. Similarmente, seguimos las instrucciones de un guía cuando nos perdemos en un desierto y estamos enfermos y cansados, y no podemos encontrar el camino por nosotros mismos. La tarea del Maestro no es solamente la de enseñar, sino también la de ayudar al discípulo a superar las dificultades. Sólo Él es el verdadero amigo que, no solamente nos aconseja en lo concerniente a qué hacer en las dificultades, sino que también nos ayuda a liberarnos de ellas. Postrarnos a los pies del Maestro quiere decir simplemente encontrarle y refugiarnos en Él. De igual forma, se sugiere a menudo inclinarse a los pies de un sirviente del Señor o de un hombre sagrado o Maestro, y pensar en Sus pies o sacrificarse a ellos. «Nos aconsejan inclinarnos a los pies de un Maestro viviente. Un Gurú viviente es muy necesario para el progreso espiritual. Nadie puede encontrar al Señor sin un Maestro, aun cuando sigan haciéndose millones de intentos». «Conviértete en el polvo de los pies de los hombres sagrados. Renuncia al egotismo. Renuncia a todo conocimiento y póstrate a los pies del Maestro». El objeto de mantener al Gurú como un ideal es un asunto puramente espiritual. No es una doctrina de adoración al hombre. Por el Gurú no solamente nos referimos al Maestro en forma humana, sino también en la forma del Shabd. El cuerpo es como un traje que ha de ser desechado tanto por el discípulo como por el Maestro. Mas…¡Bendito sea el cuerpo en el que Él trabaja!...Respetamos ese cuerpo y debe ser adorado. También a éste se le llama Gurú. Nosotros tenemos un cuerpo y únicamente podemos ser enseñados por uno que tenga un cuerpo. Aquellos que describen el acto de sentarse a los pies del Maestro como adoración a un hombre no conocen la Realidad. Incluso si esta opinión se admitiera como acertada, sería muchísimo mejor que la adoración de los libros o la idolatría. El hombre es un ser consciente, y solamente un ser consciente puede enseñar a otro ser consciente. Cuando se renace en la casa del Maestro, esto es, cuando se ampara en Él, es deber del discípulo seguir el sendero que le ha sido enseñado por el Maestro. Cualquier cosa que haga obedeciendo los deseos del Maestro es ofrecerle devoción. Si un pasajero sigue las instrucciones del barquero mientras está en la barca, cruzará el río. Por lo tanto, debería obedecer las instrucciones sin objeción alguna. Su bienestar depende de hacerlo así. El Maestro es responsable del discípulo en todos los sentidos. Consiguientemente, el discípulo debería



ejecutar amorosamente las órdenes del Maestro y no dejar que interfieran en ellas sus propios caprichos, aun cuando las órdenes del Maestro, a primera vista, puedan parecer a veces un tanto extrañas. Maestro es Todopoderoso, puede haber algo que no entendamos. Refugiarnos significa mostrar confianza plena en el Maestro y ser guiados por Él. Deberíamos seguir sus órdenes sin considerar si son o no correctas. Cualquier cosa que nos prescriba el Maestro es por nuestro bien, aunque en ese momento pueda parecer que no sea apropiada o beneficiosa para nosotros. El discípulo debería obedecerle en palabra, acción y espíritu. Es absolutamente imprescindible obedecer al Maestro y actuar de acuerdo con su voluntad. La salvación del discípulo depende de ello. Todos pueden ver al Maestro, pero es de lo más necesario obedecer sus palabras y practicar el Shabd impartido por él. «Todo el mundo puede ver al Maestro, pero esto no conducirá a la salvación a menos que se practique el Shabd». Es más fácil practicar la meditación que entregarse incondicionalmente al Maestro. Cuando nos amparemos en el Maestro, debemos ser como niños. Debemos renunciar a nuestra propia voluntad y someternos a la voluntad del Maestro. Debemos entregarnos al Maestro en palabra, acción y espíritu. Esto es difícil, pero si, debido a la buena suerte, alcanzamos la protección, entonces todos nuestros deseos serán colmados. Nos fundiremos en la forma del Gurú. Las palabras del Maestro producen fruto en la medida que actuamos de acuerdo con ellas. «El Maestro es siempre misericordioso. No obtenemos nada sino lo que nos merecemos. Él nos cuida a todos con el mismo cariño; y recibimos su gracia según el alcance y la medida de nuestro amor». Cuando el discípulo se entregue al Maestro definitivamente, el Maestro lo cuidará en todos los sentidos. Lo mismo que una madre educa a su hijo, de igual forma el Maestro cuida de su discípulo. A medida que el discípulo se purifica, el Maestro le da la riqueza espiritual. El niño que se sienta en el regazo de su madre no necesita preocuparse, ya que ella carga con todas sus inquietudes. Él está libre de preocupaciones y feliz. Del mismo modo, el discípulo, tras refugiarse en el Maestro, se libera de las preocupaciones y encuentra la felicidad. La relación entre el discípulo y el Maestro es muy abstrusa y no puede describirse plena o adecuadamente. No obstante, los Santos han tratado de explicarla, a fin de que pueda entenderse en alguna medida. Todas las relaciones mundanas, puntualizan, se basan en el egoísmo. La relación entre el Maestro y el discípulo, sin embargo, es pura. Es desinteresada. Podemos entenderla hasta cierto punto comparándola con la relación entre la madre y su hijo. La madre quiere profundamente a su hijo recién nacido. Comparte sus dolores y placeres. El hijo no tiene la facultad de discernimiento. No puede, por ejemplo, distinguir la limpieza de la suciedad. Si el hijo es infeliz, la madre se inquieta y trata de alejar la causa de su sufrimiento e incluso pasa la noche sin dormir. Cuando el niño es feliz y sonríe, la madre es feliz tanto física como mentalmente. Cuando el hijo es pequeño, desconoce el idioma del hogar. La madre mira al hijo y el hijo a la madre. Parlotea con el hijo y le enseña a hablar. Cuida del hijo en todos los sentidos. Vigila que no ponga las manos en el fuego, lo alimenta y lo mantiene limpio. Instruye cuidadosamente al hijo hasta que se transforma en adulto. De manera similar, cuando un discípulo nace de nuevo, por decirlo así, en la familia del Maestro, desconoce por completo los asuntos espirituales. Sus pensamientos e inquietudes están siempre enmarañados en bajos deseos. Pero el Maestro inmoviliza la mente y los sentidos del discípulo y lo purifica. Para el progreso espiritual es preciso controlar la mente y los sentidos



inmovilizándolos. Mientras el Maestro, en su misericordia, presta ayuda para detener la mente del discípulo, al mismo tiempo, lo habilita para entender y hablar ese idioma que, sin embargo, no es hablado. El Maestro está siempre atento al progreso del discípulo. Hace todo lo posible para limpiarlo, quitarle toda suciedad y purificarlo. Hace desaparecer todos sus defectos. «No tengo otro amigo más que ¡Tú, Oh Señor! Me amparo en el Maestro. Encuentro ahí al Señor. ¡Oh, compañero de viaje! comerciante de pequeñas mercancías mundanas, ven, busca a un Maestro y recoge la riqueza eterna». Este universo es un océano. El Maestro es un barco y Él Mismo es su capitán. Nadie puede efectuar la travesía sin el Maestro. Solamente mediante Su gracia podemos encontrar al Señor. Nadie obtiene la liberación sin ella. «El Gurú es el barco, el Gurú es el capitán. Nadie ha cruzado sin un Gurú. Al Señor se le encuentra a través de la gracia del Gurú. No puede obtenerse la liberación sin un Gurú». «El Maestro concedió el regalo incomparable. Hizo morar en mi corazón el Nombre del Señor. Cuando el Misericordioso es bondadoso, Nos da la protección del Maestro». Maulvi Rum dice que deberíamos sentarnos a los pies de una persona que conociera nuestro corazón, que pudiera entender nuestras dificultades y sufrimientos, que pudiera compartir nuestra tristeza y alejarla. Deberíamos sentarnos a la sombra de un árbol cargado de flores y frutos frescos, que refrescaran nuestra mente y nuestro corazón, del que obtendremos, para nutrirnos, el fruto de la vida espiritual. No deberíamos errar sin rumbo fijo por las calles de este mundo como vagabundos, sino sentarnos en algún lugar donde pudiéramos obtener el néctar del Señor. Los Maestros son los guardianes de este néctar y pueden compartir esta riqueza con todos. Son representantes del Señor, a través de los cuales se distribuye su riqueza.

«Si Dios es benevolente, eso es bueno; si no, no importa. Pero si el Maestro no es benevolente ni benigno, mi mente estará completamente perdida». «Renunciaría a Rama,

pero no al Maestro. No considero a Dios igual al Maestro. Dios me envió a este mundo, pero el Maestro me liberó del nacimiento y de la muerte. Dios envió a cinco ladrones tras de mí, pero el Maestro salvó a mi alma solitaria. Dios me enredó en ataduras familiares, pero el

Maestro hizo desaparecer mi apego. Dios me envolvió en la enfermedad y en el sufrimiento; el Maestro me hizo un yogui y me liberó de ellos. Dios me envolvió en hechos y acciones

meritorios; el Maestro me mostró mi auténtico ser. Dios se ocultó a Sí mismo de mí; el Maestro me dio una lámpara y me mostró a Dios. Dios me envolvió en el cautiverio y en la

liberación; el Maestro hizo desaparecer todas mis dudas con respecto a ellos. Me sacrificaré a Charandas; renunciaré al Señor, pero no al Maestro».

EL AMOR POR EL MAESTRO Y SUS BENEFICIOS

¿Cómo puede hacerse uno receptor de este maravilloso regalo de amor al Señor? Es imposible obtenerlo sin seguir las instrucciones de un Maestro. Solamente puede ser conferido a aquel que posea un corazón noble, y a través de la gracia especial de Dios. No hemos visto al Señor y no sabemos cómo amarle. Pero un Maestro es la manifestación de Su Amor y amar al Maestro es disipar completamente la propia identidad en el Maestro y, de este modo, sumergirse en el Señor. El artífice de un amante es el Amado, y es la atracción interna del Amado la que crea el amor. Es a través de Su gracia como el amor permanece vivo. De otra forma, es enteramente inútil. Un amante habría de considerar siempre a su Amado como el Emperador de los Emperadores. Si el Amado cede a la obstinación del amante, se debe a Su gracia. La grandeza



del Amado no sufre por ello. Sus mandatos son órdenes de un Emperador y los mandatos de Dios. Debemos obedecerle constantemente. No hemos de pronunciar nunca palabras de irreverencia bajo la influencia de la arrogancia o el orgullo de nuestro intelecto o fuerza. Nunca debería entrar en la mente idea alguna de igualdad o irreverencia. Los Santos son encrespados océanos del Amor de Dios y actúan como farolas en nuestro viaje vital en este mundo. Cristo, Gurú Nanak, Gurú Amar Das, Gurú Ram Das, Kabir Sahib, Swami Ji, Ram Krishna, Shamas Tabriz, Flafiz y muchos otros Santos han dejado sus huellas en las arenas del tiempo para guía nuestra. Sus vidas fueron océanos de Amor. Estudiando sus escritos se despertará en nuestras mentes el amor por la espiritualidad. Pero por encima de todo, deberíamos encontrar a un Maestro que sea la manifestación de Dios, a fin de que podamos recibir orientación y ser capaces de alcanzar en nuestro interior el néctar del amor. Dios es infinito. No tiene ni forma ni nombre. Está libre de todas las limitaciones y cualidades. Pero nosotros tenemos una forma física, y el corazón de un amante pide, naturalmente, que su Amado aparezca también de forma similar ante sus ojos, a fin de poderlo contemplar. Los ojos del amante anhelan verle, sus manos anhelan tocarle, sus oídos anhelan oír Su dulce voz y él desea abrazar a su Amado. Ansía expresar su amor y, por lo tanto, desea vestir lo espiritual con una forma material. Amamos a las personas santas porque están sumergidas en Su Amor. Encontrarlas y estar ante su presencia es encontrar a Dios y estar en Su presencia. Jesucristo dice: «El que me ha visto a mí, ha visto al Padre». (Juan 14: 9). Los Santos son un océano de Amor, porque ya están sumergidos en el Señor, y el Señor es Amor. Las corrientes de amor que emanan de los Santos se esparcen e influencian cada rincón del mundo. Al recibir tales corrientes, el corazón de la gente se inclina a encontrar al Señor. Los Santos enseñan siempre únicamente amor, porque el amor y Dios son uno. Dios es Amor, y el reflejo de Dios es Amor. La única diferencia entre los Santos y otras personas está en la excelencia de su amor. Los Santos son el Amor encarnado y confieren el regalo del amor a los demás. Aman tanto a las personas malas como a las buenas y su amor es del grado más elevado. El amor es la religión verdadera y la guía auténtica. Al amar al Maestro, inculcamos el amor al Señor en nuestro interior, y se crea en nosotros un deseo de encontrarle. Esto crea un sentimiento de satisfacción interior y, al mismo tiempo, la mente se controla manteniéndola ocupada en la repetición de Su Nombre. Gurú Arjun dice: «No puede obtenerse el Amor sin un Maestro. Deberías recordar que Dios es Amor y se manifiesta en el Maestro, y es el Maestro quien nos capacha para encontrar al Señor». Una persona a cuyo corazón le haya sido impartido por Dios el amor al Maestro es realmente afortunada porque el amor al Maestro es el método por el cual llegamos a amar a Dios. Amar al Sat Gurú solamente por sí mismo está por encima de cualquier otro tipo de amor, porque en él la belleza interior es indestructible. La belleza de Dios es eterna, y Él brilla a través de un Sat Gurú; por consiguiente, el amor al Maestro está libre de todo defecto. Pero debe recordarse que, a fin de amar, a Dios o al Maestro, es necesario crear un anhelo auténtico. Mientras una persona esté absorbida por el gozo de los placeres sensuales, no llegará el anhelo auténtico de Dios. Los Santos nos han enseñado a evitar, por tanto, la expresión del amor físico y nos han encaminado a amar a nuestro Sat Gurú, en lugar de amar a las formas mundanas, dado que los Maestros están libres de toda escoria del mundo y el amor a ellos no



nos enredará en las ataduras de éste. Y el amor al Maestro es necesario, porque su amor nos recuerda a Dios. Tal estado ha sido descrito por los Santos como fundirse a sí mismo en el Sat Gurú. Lo mismo que el Sat Gurú está sumergido en el Señor, aquel que se sumerge en el Sat Gurú realizará inmediatamente el siguiente paso, que es sumergirse a sí mismo en el Señor. Así es como se logra la Realización de Dios. La proximidad a Dios se alcanza de dos formas diferentes: exterior e interiormente. Exteriormente se consigue permaneciendo en la compañía de los Santos; pero interiormente, no puede alcanzarse, a menos que el corazón esté conectado con el corazón. Y para crear el sendero de contacto de un corazón a otro es necesario inculcar en uno mismo la más elevada forma de amor. Cuando el amor y el afecto estén establecidos firmemente en el corazón, entonces la contemplación del Amado se alcanzará fácilmente, porque en los corazones de los amantes la forma de su Amado está siempre presente. Es fácil jactarse del amor que se dice tener al Maestro, pero es extremadamente difícil ser un amante verdadero. Un discípulo debería incrementar gradualmente su amor por el Maestro. Como resultado de ello, ese amor se transformará finalmente en un éxtasis auténtico y Su Forma se imprimirá entonces en la mente del discípulo. Sin el Dhyan no resulta posible fortalecer el vínculo de amor al Maestro, ni el Dhyan será completo: esto es, no le será posible al discípulo mantener en su interior la forma del Maestro. Por lo tanto, los amantes de Dios le recuerdan con la repetición de Su Nombre y con la contemplación de la forma de su Maestro. Son capaces, entonces, de beneficiarse con la contemplación, tanto exterior como interiormente. Un Maestro es un amante de Dios. En Él hay corrientes ilimitadas de amor verdadero. Es la forma física de ese amor. Amarle es encontrar el medio más importante para desarrollar el amor a Dios, porque es una manifestación de Dios y su corazón está lleno de amor a Él. Su cara brilla con la luz y energía de Dios. Viéndole, se incrementan el amor y el anhelo de Dios. Amar a una persona así es amar a Dios Mismo, porque amándole siempre recordaremos a nuestro Señor. Algunas veces, el Maestro parece indiferente y por otros medios parecidos intenta eliminar el ego y la arrogancia de la mente de su devoto. En algunas ocasiones el amor del Maestro por el discípulo es manifiesto y, de este modo, fortalece el amor en el discípulo, como resultado de lo cual el alma asciende más hacia arriba. «El que Dios esté enojado con un devoto auténtico no produce pena ni desazón, ya que tiene el apoyo de su Maestro; pero si el Maestro está enojado con él, entonces no hay lugar, ni en este mundo ni en el más allá, al que pueda ir». Un Maestro posee el singular poder magnético de amor que atrae a un devoto hacia él y crea en su interior un sentimiento de indiferencia hacia los atractivos mundanos. Este poder magnético es una cualidad intrínseca del Maestro y emana de cada acción y movimiento suyos. Todo lo que se difunde del Maestro -la luz de su bella faz, las líneas de su frente, incluso su indiferencia cuando está enojado con el devoto, el esplendor que hay alrededor de Él cuando habla sonrientemente- todo penetra en el corazón del devoto y así lo atrae hacia su Maestro. A través del esplendor de la cara del Maestro brilla el esplendor de Dios, y se ve a Dios en el Maestro. Cada vez que un Maestro aparece en este mundo, los buscadores de la verdad auténtica son atraídos hacia él como mariposas y, como las abejas, revolotean alrededor de la flor viviente de la espiritualidad y gozan de su sabor. No pueden soportar la separación de él siquiera por un instante.



Debido al Poder Divino del Maestro, las almas son atraídas hacia él, y el fuego del amor y de la devoción inmutable se despierta en ellas. Este amor y esta devoción son los medios de hacer al discípulo receptor de la gracia del Señor y de llevarle a su Hogar Original. El Maestro ve únicamente la condición interior y no la condición externa, religión o nacionalidad de los discípulos. Al que considera apto, lo inicia en el sendero interior, y rechaza a los otros que no se encuentran preparados. Solamente él conoce qué criterio utiliza para tal propósito. Pero puede ver los sanskaras (efectos de karmas pasados) de los buscadores tan claramente como puedan verse encurtidos o mermeladas en un tarro de vidrio El Maestro, mediante sus poderes divinos, imparte las enseñanzas a los buscadores de la verdad, ya estén cerca o lejos, y puede revelarse a ellos sin escribirles ni hablarles. Quienquiera que los Santos tomen bajo su protección queda marcado con el sello de la gracia del Señor. Es salvado de Kal y de su despiadado ajuste de cuentas. Queda libre de las exigencias de Kal en su viaje ascendente. «El Maestro es la piedra filosofal, La mente férrica, enmohecida, Queda transmutada en oro después de encontrarle». Los Gurús han mencionado varios beneficios que resultan de ampararse en los pies del Maestro. Los dolores, abatimientos y calamidades son alejados. Desaparecen la lujuria, la avaricia y otros defectos. Tanto el cuerpo como la mente se hacen puros y se alcanza la paz. Se olvidan todos los problemas y se destierra el miedo a la muerte. El devoto cruza el océano de la existencia mundana. Tiene devoción constante al Nombre. El loto del corazón florece en frescura plena. El discípulo se despierta. El Señor mora en su mente y se le ve por doquier. El devoto obtiene la paz y la dicha, y alcanza la Morada Suprema. Hay muchos himnos repletos de ruegos de poder alcanzar los pies del Maestro, a fin de obtener estos beneficios. El Maestro viviente no está limitado a su cuerpo. Tiene acceso asimismo a las regiones más elevadas del universo. La contemplación de Su forma interior es el segundo paso en el progreso espiritual. Cuando el alma, por medio de la repetición, se eleve a las regiones superiores, únicamente podrá permanecer allí con ayuda de la contemplación de la forma interior del Maestro. Los Gurús, por consiguiente, dicen con gran énfasis que los pies del Maestro deberían morar en nuestros «corazones». «Que moren en tu corazón los pies del Maestro. Entonces, las aspiraciones más profundas

de la mente serán colmadas». «Que moren en tu corazón los pies del Maestro; todos tus sufrimientos concluirán entonces». «Que moren en tu corazón los pies del Maestro;

meditando en Él, cruza el mar de fuego». El Maestro es el médico que nos da la vista. El Señor está dentro de nosotros. Todo el mundo está ciego y obra en la oscuridad. Si encontramos a un Maestro, podremos ver al Señor en nuestro interior, con nuestros propios ojos. «Aquel que medita sobre su ser, reconoce el brillante. El Maestro echa una simple mirada, y con ella redime al discípulo. El discípulo acepta al Maestro, y su mente se inmoviliza, Así es

nuestro Maestro, de condición regia, y un conocedor perfecto de las joyas, que, con una simple mirada amorosa, distingue la joya en nuestro interior y la rescata».

Un Maestro es la manifestación de Dios. Pedirle beneficios mundanos es lo mismo que pedirle unas pocas monedas a un Emperador. Un amante de un Maestro ni siquiera pide la salvación o



poder alcanzar Sat Nam. Su amor es por el amor mismo y lo obtiene todo sin pedirlo. Por encima de todo, confiere el más elevado tesoro de amor, a través del cual se engendran la paz, la concentración, la vida de buenaventura y el despertar interior. La devoción del amante es únicamente por Él. Todos los devotos verdaderos alcanzan el Shabd -que es la vida auténtica- del Gurú Perfecto. Él, en sí mismo, es la vida del Señor, que obra a través del Sonido, y él mismo puede dar la vida o el despertar espiritual a los discípulos. Cuando una persona tenga auténtico amor por el Maestro estará ante Su presencia; su situación es única y, debido al fuego ardiente de amor producido por el Darshan del Maestro, da la impresión de ser una persona enteramente distinta. Al mirar al Maestro se produce de manera automática en la mente la evocación del Señor y, absorbiéndose en ella, el alma se remonta a las regiones superiores y se halla en un estado de bendición indescriptible. Los secretos interiores no pueden expresarse con palabras, sean habladas o escritas. Únicamente pueden ser explicados por el Maestro Perfecto de ese tiempo. Él acompaña al discípulo en su ascensión espiritual y lo lleva a través de todas las etapas difíciles del viaje. Esta forma permanece con el alma en todas las regiones y universos. Toma la forma del Shabd en la región de Brahm. Lleva al alma al Hogar Último o Sach Khand. Cuando esta forma aparezca internamente, se destruirán todas las dudas, se aprobará el servicio del devoto y se habrá llevado a cabo la mitad de la tarea del discípulo. De ahí en adelante, el devoto no tiene que hacer nada. La forma luminosa es la responsable de llevar al alma al último Hogar. La actitud del discípulo hacia su Maestro y hacia Dios habría de ser como la de una polilla revoloteando alrededor de una llama, y debería consumirse en el fuego de su amor por Él, ya que con tal inmolación no se muere, sino que se obtiene la vida eterna. Los amantes que se olvidan completamente de sí mismos en el amor a su Maestro beben de la fuente del Elixir de la Vida y alcanzan la bendición eterna. Esto no significa que es sólo el amante el que sufre. El Amado sufre mucho más a causa del amante. LA POLILLA ARDE SOLAMENTE UNA VEZ, LIBERÁNDOSE DE TODO DOLOR, PERO LA LLAMA ARDE TODO EL TIEMPO.

CAPÍTULO V

LA VOLUNTAD DEL SEÑOR Y EL LIBRE ALBEDRÍO

Hemos de realizar las acciones que le complazcan al Señor, y los hechos de los que guste. Lo que le agrade a Él. Entregarse a Su Voluntad, significa que debemos ser felices acatando Su Voluntad. Los Santos musulmanes esto lo describen como «la sumisión a Su Voluntad». Una persona que obra de tal forma siempre dice, «Oh, Señor, es bueno lo que a Ti te agrade». Dijo un Santo persa: «La tarea que no se llevó a cabo según nuestro deseo fue una suerte que no se Ilavara a cabo». Todo lo que hagamos debemos hacerlo para complacer al Señor, a fin de que podamos ser amados por Él. El método de lograr agradarle consiste en actuar de acuerdo con Su Voluntad. «Me inclino ante los deseos del Amado». Es preciso que consideremos qué hemos de hacer si queremos complacerle a alguien. Lo principal sería obedecerle implícitamente. Ni en lo más mínimo debemos transgredir sus instrucciones. Consideremos los animales; un perro que comprenda las órdenes de su amo y no las transgreda en absoluto será querido y mimado por él. Un hijo obediente les proporciona gran satisfacción y placer a sus padres, y a una esposa obediente la ama su marido. Un sirviente obediente a su amo le agrada. Los ciudadanos buenos y



observantes de la ley suponen un deleite para su Gobierno. Dondequiera que miremos, encontraremos este mismo principio en funcionamiento. Es decir, si queremos complacer a alguien, deberemos cumplir sus órdenes. Contentémonos con lo que desee. Es esta la forma de seguir felices y acatar su voluntad. Deben analizarse todas las acciones y deberes con vistas a complacer al Señor. Gurú Nanak ha examinado los diferentes métodos comúnmente utilizados para realizar al Señor. Dice que Él no se encuentra dentro del alcance del intelecto ni del raciocinio; no puede realizarse practicando austeridades, ayunando, observando silencio, etc. A Él no se le puede encontrar mediante la sabiduría o la astucia. Entonces, ¿Cómo hemos de actuar para ganar acceso a Su puerta y verle, tras rasgar el velo de Maya? Gurú Nanak dice que no puede realizarse al Señor por otro método sino el de obedecer y acatar Su Voluntad. Es éste el primer principio fundamental. Por mucho que pensemos, no podrá percibirse. No se le puede alcanzar por mucho tiempo que se guarde silencio. Tampoco puede comprarse el contento con todas las riquezas del mundo. De incontables habilidades, no funciona ni siquiera una; ¿Cómo podemos convertirnos en la Verdad? ¿Cómo puede rasgarse el velo de la falsedad? Acatando la Voluntad Divina. Así está escrito en nuestro destino, Oh, Nanak. El designio divino, la ley divina y la Voluntad divina, son éstos tres aspectos distintos de la misma realidad, a saber, la Voluntad del Señor. El resultado de Su Voluntad es el designio del Señor, así como lo son la felicidad y el placer. Es a través de aquél como funciona Su Ley, y ésta es la forma materializada del designio divino, que es el Shabd, Nombre o Verbo. Aquel que se somete a la Voluntad del Señor se fundirá en Él. La más elevada alabanza de la Voluntad es esta. «El que acepte Tu Voluntad Se unificará contigo. El que esté contento con Tu voluntad, Se

fundirá en Ti. Es gloriosa la sumisión a la Voluntad de Dios. Mas poco comunes son los que se someten a ella».

Un hombre puede idear miles de planes y algunos de ellos los lleva a cabo, pero el destino se encuentra a su lado riéndose de él. El esfuerzo es el producto de la Voluntad del Señor. ¿Qué podría hacer la voluntad del hombre si se opusiera a la de Él? No tiene posibilidad alguna de conseguir nada. «Por mucho que nos esforcemos, de nada nos servirá. Ocurre tan sólo aquello que decrete el Señor». Nos juntamos o separamos según nuestros karmas del destino y de acuerdo con Su Voluntad. Sucederá todo lo que Él desee; nadie puede entrometerse es Su Voluntad Suprema. Una vez, Rabia Basri se encontró con dos hombres piadosos, y les pidió que le contaran algo sobre la Voluntad de Dios. Uno de ellos dijo: «Es preciso soportar cualquier dolor y sufrimiento que se reciba del Señor». Contestóle Rabia Basri: «En esa idea hay egotismo». El otro dijo: «Hay que aceptar alegremente todos los sufrimientos que envíe el Señor». Dijo Rabia: «También esto huele a egotismo». Rabia luego añadió: «Hace falta perder la facultad de distinguir entre el placer y el dolor que vienen del Señor, y considerar a ambos como dones Suyos». Puede ser que seamos ricos o pobres, sanos o enfermos, felices o infelices -todos estos estados son dones de Él, resultado de nuestros propios karmas-. Hemos de aceptarlos alegremente, y ser felices acatando Su Voluntad; debemos obrar tal como nos manda hacerlo el Maestro, y de esta forma liberarnos de los grilletes de los karmas y de la muerte, por mediación del Nombre del



Señor. Es Su mayor don Su Voluntad; no existe nada que la supere. Podremos obedecerle tan sólo si Él lo desea. Podremos encontrar a un Maestro si así lo dispone. Únicamente si Él lo quiere es como podremos armonizarnos con la Verdad y luego participar en la dicha. Sin embargo, solamente podrán obtenerla aquellos para los que esté destinada.

«Obedezco lo que Él disponga. Consigo la dicha en la medida en que Él quiera. Él así lo dispone y encuentro a un Maestro. Si así lo ordena, contemplaré la Verdad. No existe don

mayor que Su Voluntad. De cierto, es ésta la Verdad. Y yo me amparo en el Creador». «Cuando Tú te encuentras conmigo, Oh, Señor, todo lo consigo. Cuando Tú moras dentro

de mí, estoy en paz. Cuando Tú habitas en mí, Bienaventurado soy yo. Con Tu Voluntad me conviertes en rey, con Tu Voluntad, en mendigo. Con Tu Voluntad fluyen ríos en el desierto. Con Tu Voluntad brotan flores en el cielo. Con Tu Voluntad cruzamos el océano de la vida;

Con Tu Voluntad amamos al Señor, y nos teñirnos de Su Color». La señal de estar unidos al Señor consiste en que reconocemos Su Ley. El auténtico devoto se encuentra siempre en el mismo estado; siempre está satisfecho y siempre disfruta gozosamente de Su Voluntad. «Es ésta la señal de la unión con el Señor: Que la mente reconoce la única y verdadera Ley Divina. Tal persona ama de acuerdo con la Voluntad del Señor, y siempre disfruta del contento y de la satisfacción». Como sea que no resulta posible evitar la flecha del destino, el hombre lo único que puede hacer es someterse a su karma. Forma parte de nuestra experiencia cotidiana el que, por mucho que lo intentemos, no está en nuestras manos ni el éxito ni el fracaso. Por supuesto, es nuestro deber hacer un esfuerzo; el Señor Krishna dio este mismo consejo a su discípulo Arjun, que cumpliera con sus obligaciones, pero que dejara el resultado en manos del Señor, pues no tenía control alguno sobre el fruto de sus acciones. Una vieja historia relata que un día, un árabe le dijo al Profeta Mahoma: «¡Oh, Profeta de Dios! Él nos está vigilando constantemente. ¿Qué pasaría si no atara las patas de mi camello de noche, dejándole así a Él los vagabundeos de mi camello?». Maulana Rum ha escrito la contestación del Profeta en las siguientes palabras: «En voz alta dijo el Profeta: Ata las patas del camello, y luego confía en Dios». Dijo el Profeta tajantemente que la obligación del hombre consistía en atar las patas de su camello. Hemos de cumplir con nuestro deber, y luego quedarnos satisfechos con la voluntad de Dios, dejándole a Él el resultado. Es preciso que hagamos todo lo que podamos y dejar lo demás a Dios. Aquellos que obran de acuerdo con la Ley o Voluntad Divina trabajan juntos, de forma consciente con Ella y actúan según sus disposiciones. Ello no significa que hay que holgazanear sin hacer nada. Tan sólo Él es quien obra y realiza acciones. Muy intrincado es el problema de la relación entre el destino y el esfuerzo que pueda hacer uno mismo. Existe un dicho persa que afirma: «El hombre propone y Dios dispone». Hasta cierto punto es libre el hombre, pero solamente hasta cierto punto; más allá de ese punto se encuentra atado. Esto lo podemos aclarar con un ejemplo. Un niño echa a volar una cometa; su padre le ha dado cien o dos cientos metros de cuerda. El niño puede echar a volar la cometa con la cuerda que tiene, pero no más. De igual forma, nosotros debemos tratar de actuar lo mejor que podamos según nuestra fuerza y posibilidades y luego dejarle el resto al Señor. Tenemos que utilizar nuestros esfuerzos e inteligencia en la medida que nos resulte posible; y, después, inclinarnos ante la Voluntad de Dios, aceptándola como dulce y grata.



«Vive haciendo unos esfuerzos horrendos. Y así gana la felicidad y permanece en ella. Contemplando al Señor, encuéntrale, y elimina toda preocupación y ansiedad».

Se mencionan muchas veces en los escritos de los Gurús la Voluntad de Dios y el libre albedrío del hombre. Si con la primera se quiere decir que todo lo que sucede no tiene más remedio que ocurrir, y que los esfuerzos del hombre de nada sirven en absoluto, entonces ¿Para qué se encarnaron los Gurús vez tras vez, impartiendo sus enseñanzas, molestándose en dar discursos espirituales y escribiendo escrituras? Ellos dicen que hace falta que nosotros hagamos nuestros propios esfuerzos, pero que éstos deben realizarse de acuerdo con la Voluntad del Señor.

LA VOLUNTAD DEL MAESTRO ES LA VOLUNTAD DEL SEÑOR

Al Señor no le podemos ver y no estamos, por tanto, en condiciones de comprender Su Voluntad. Sin embargo, el Gurú es la forma manifestada del Señor; consiguientemente, es preciso actuar de acuerdo con Su Voluntad, ya que él acata la del Señor y es Su encarnación. «Las virtudes queridas por el Señor, nos las enseña el Maestro. Sométete a la Voluntad del Maestro, y serás bienaventurado. Adora al Maestro». Su voluntad es la del Señor. Al Maestro sí le podemos ver, y también podemos hacerle preguntas acerca del Verdadero Sendero. Todo el que acate la Voluntad del Maestro, recibirá la gracia del Señor. «Es bondadoso con aquellos que acatan la voluntad del Maestro. El Señor conoce el secreto de sus corazones, y actúan según Sus deseos». Aquel que acepta la Voluntad del Maestro acepta también la del Señor. Obtiene con facilidad los frutos que se logran al vivir de acuerdo con la Voluntad de Dios. En Esta se encuentra néctar. La Voluntad del Gurú penetra la del Señor y también hay, por lo tanto, néctar en la Voluntad del Maestro. Cuando el Señor así lo desee el devoto, al contemplar el Nombre, podrá beber ese néctar. Entonces, estará capacitado para alcanzar la Verdad. La voluntad y el intelecto del hombre, siendo finitos, son débiles, deficientes e incompletos. Si los unificamos con la Voluntad Eterna y la Perfecta Sabiduría del Señor, ellos también se volverán infinitos. Puesto que la ley de la armonía está sintonizada con Su Voluntad, se percibe dentro del hombre el eco de la Divina Melodía. Entonces se despertará la voluntad deficiente del hombre a la perfecta Voluntad del Señor, y tomará su forma. Comenzará a comprender la verdad y acatar Su Voluntad. Ya no se verá obligado a andar a tientas en la oscuridad, todo lo verá de forma clara, y quedará libre de toda ilusión. Las virtudes divinas queridas del Señor se conocerán y alcanzarán a través del Maestro. El Verdadero Maestro no puede distinguirse del Señor, y la voluntad de Éste la quiere Él. «Es tan sólo un devoto del Maestro aquel que está satisfecho con la Voluntad del Señor. Dentro de él resuenan melodías no tocadas de dicha, Y lo abraza el Mismo Señor». Es el Maestro la Voluntad del Señor personificada o encarnada. Acatando la voluntad del Maestro es como se conoce la del Señor, mas este conocimiento únicamente puede conseguirse de un Maestro Perfecto. «Oh, Señor, mantenme siempre dentro de Tu Voluntad, y bendíceme con la gloria de Tu Nombre. Es a través del Maestro Perfecto como se conoce Tu Voluntad, y como se funde uno en el Equilibrio». Se hace mención de estos asuntos en



muchas escrituras religiosas. Hemos de reflexionar sobre ellos estando en compañía de un alma realizada. Lo más importante es ampararse en un Maestro Perfecto, y luego seguir sin titubeo el sendero que enseña. Son sus palabras las del Mismo Dios y sus órdenes las de Él. Aquel que sirva al Maestro y una su luz con la suya, será aceptado a la puerta del Señor. Aquel que conserve siempre la Voluntad del Señor en su conciencia interior es semejante al Mismo Señor, y asumirá Su forma. De ello no puede haber duda alguna. «Los que sirven al verdadero Maestro tienen la aprobación de Dios. Unen su luz a la Llama. Tan sólo es el siervo de Dios aquel que se somete a Su Voluntad». Los que se mantienen dentro de la Voluntad del Señor son de lo más afortunados; se suben fácilmente a la nave del Nombre. «El Maestro es el barquero; la barca es el Nombre del Señor. ¿Cómo podemos subirnos a ella? Sometiéndonos a la Voluntad del Maestro, se nos transportará al otro lado. Verdaderamente bienaventurado es aquel a quien el Maestro unifica con el Señor». Shamasi Tabriz se ha referido de forma enfática al asunto del discípulo y la Voluntad del Maestro. Dice: «Le pregunté a mi Maestro: ¡Oh, mi querido Señor! ¿Cuánto tiempo vas a tenerme enredado en este mundo, haciéndome desgraciado? Contestó el Maestro: «Te llevaré adonde yo quiera; te tendré donde yo quiera. Tienes que callarte y obedecer». Al final dice: «¡Oh Maestro! Lo que Tú desees es lo único que sé. Lo que Tú me hagas ver es lo único que veo. Si así me mantienes, así me quedaré. Si me colocas en unas circunstancias diferentes, así viviré». En esta respuesta del discípulo hay una falta total de egoísmo y una completa resignación a Su Voluntad. «Aparte de lo que Tú quieras que yo sepa ¿Qué es lo que sé? Aparte de lo que Tú me enseñas ¿Qué es lo que veo? Viviré de esta forma, si así lo deseas Tú. Si me pones en otra situación, así viviré». ¿El Maestro deja solo al discípulo en esta lucha? No, nunca jamás. Ayuda desde dentro y castiga desde fuera, a fin de que el discípulo quede libre de toda impureza. De esta forma, la vasija queda completamente preparada para poder llenarse del inmortal y eterno tesoro. «Únicamente cuando lo desee el Señor Verdadero, podremos adorarle, Con Su Voluntad conservada para siempre en nuestros corazones. Es tan sólo un auténtico devoto, el que sabe que la adoración consiste en Vivir exclusivamente dentro de Su Voluntad. Oh, Santos, aquel que acata la Voluntad de Dios Vive en la dicha. Al final, es solamente Su Nombre Lo que nos acompaña». «Si me das felicidad, te alabo. Si me das sufrimientos, te contemplo. Si me das hambre, estaré satisfecho. En el dolor, siento placer. Si me mantienes cerca de Ti; medito en Ti. Si me pegas y me echas, te llamaré. Si la gente me alaba, es por Tu gloria, Si me calumnia, no te abandonaré». Al practicar el Nombre proporcionado por el Maestro, se desterrará el egotismo, y el devoto empezará a comprender el funcionamiento de la Ley Divina; se inclinará ante ella y la verá obrando en todo; la observará constantemente y por fin se fundirá en el Señor. Observar la Ley es lo más noble de todas las acciones. Una persona que lo haga no encontrará obstáculo alguno en el viaje a Sach Khand. «Aquel que observe la Ley entrará en Su corte. Teniendo el santo y seña de la Verdad, no se verá impedido». En los escritos de los Gurús se mencionan varios beneficios que resultan de vivir de acuerdo con esta ley; quedan eliminadas las dudas y las preocupaciones, nos purificamos



y conseguimos la salvación. Se realiza el Shabd, Nombre o la Verdad y se destruye el egotismo. Se acaban las muertes y nacimientos, y nos unimos al Señor.

ASI MELE SAT GURÚ JI.

Estamos sucios…Oh Sat Gurú…Límpianos, límpianos.

Estamos sucios, Tú nos limpias. Carecemos de buenas cualidades. Tú eres el Dador. Límpianos, límpianos.

Somos unos necios. Tú eres sabio y conocedor. Tú eres el Maestro con todas las aptitudes. Límpianos, límpianos.

Somos de esta manera, Tú eres de aquella.

…¡Oh Dios!...Somos de esta manera. Límpianos, límpianos. Somos pecadores, Tú perdonas los pecados.

Tú morada es hermosa. Límpianos, límpianos.

Tú has creado y sostenido el mundo: a los cuerpos, a los pranas y a todo cuanto existe. Límpianos, límpianos.

Carecemos de buenas cualidades…Oh Dios Misericordioso. Danos el Don de la Virtud. Límpianos, límpianos.

Tú nos haces el bien pero no lo tenemos en cuenta.

Tú eres misericordioso siempre. Límpianos, límpianos. Tú eres Quien nos da alegría, por favor concédenos

Tú protección. Límpianos, límpianos.

Tú eres grandioso…¡Oh Emperador!...Tú le das vida a los insectos y a todas las demás criaturas. Límpianos, límpianos.

Nanak dice: Esta es mi situación, protégeme por el bien de los Santos.

Límpianos, límpianos.

Bayan del Gurú Arjan Dev Ji. Algunos Bayanes pueden escucharse en el Blog: Mis Herejías

Siglo 21, sección: Audio.



INDICE DE MATERIAS DE TODO EL LIBRO:

(NOTA ACLARATORIA: La numeración de este Índice, corresponde a la numeración que aparece en el

libro original. Por obvias razones, la numeración que aparezca al pié de las páginas de los diferentes fascículos que en el Blog se vayan publicando, será totalmente diferente. Todos los fascículos se podrán

leer, descargar y compartir totalmente gratis). En Google buscar así: La Filosofía de los Maestros, Fascículos.

Libro Primero: UNA PANORÁMICA.

El objetivo de un buscador (página 1). La estructura de la creación (página 6). Karma y transmigración (página 11). La necesidad de espiritualidad (página 19). La necesidad de un Maestro Viviente (página 24). El Maestro es el Señor (página 24). La necesidad de un Guía (página 27). Las Escrituras y los hombres eruditos (página 31). Santos del pasado (pagina35). El Maestro es amor (página 38). Sant Mat. La Ciencia Espiritual (página 41). Iniciación (página 44). Práctica (página 46).

Libro Segundo: RELACIONES CON EL MUNDO.

El mundo no es nuestro hogar (página 53). La devoción (página 54). El desprendimiento (página 57). Acción sin deseo (página 60). No injuriar los sentimientos de los demás (página 67). La indulgencia (página 68). Dulzura (página 70). Continencia o castidad (página 72). La caridad (página 75). La humanidad (página 77). Amor (página 78). Amor por lo espiritual y amor por lo físico (página 79). Amor y lujuria (página 83). Amor y apego (página 83). Amor y belleza (página 84). Amor y conocimiento (página 85). Amor y desprendimiento (página 89). El Amor Divino es Dios (página 90).

Libro Tercero: LA AUTOCOMPRENSIÓN.

Las virtudes (página 95). Austeridades o mortificaciones (página 97). La higiene (página 99). La humildad (página 100). La veracidad (página 106). El contento (página110). La meditación (página 111). La hora del elixir (página 114). La postura (página 117). Simran diario (página 118). El Simran en la meditación (página 124). La contemplación (página 127). El Bhajan (página 130). La muerte y el morir en vida (página 133). Qué sucede a la hora de la muerte y después de ella (página 134). Las etapas del amor (página 140). Cuatro cosas son necesarias en el amor (página 142). Un amante (página 145).

Libro Cuarto: VÍNCULOS HASTA EL INFINITO. El Señor (página 153). Dios está más allá de la mente y del intelecto (página 153). ¿Dónde está Dios? (página 156). ¿Qué es Dios? (página 157). Sat Nam: El Verdadero Nombre de Dios (página 160). Realización de Dios (página 162). El amor a Dios (página 163). La Corriente del Sonido o Shabd (página 167). El Shabd es el Creador (página 168). Sonido y luz (página 171). ¿Qué es la devoción al Shabd? (página 182). ¿Cómo se realiza al Shabd? (página 183). Beneficios de la práctica del Shabd (página 185).

El Maestro o Sat Gurú (página 188). ¿Existe un Gurú o existen muchos? (página 190). Su modo de vida (página 192). El carácter de un Maestro Perfecto y la influencia de su compañía (página 193). El trabajo del Gurú (página 198). El Maestro es la manifestación del Señor (página 203). La protección del Maestro (página 210). La voluntad del Señor y el libre albedrío (página 222). La voluntad del Maestro es la voluntad del Señor (página 227). La oración (página 232). ¿Es necesario orar al Señor? (página 237). Los frutos de la oración (página 240). La oración y el esfuerzo (página 242). El lugar de adoración (página 242). Tres métodos de oración (página 243). Ejemplos de oración (página 251). Una oración del Sar Bachan (página 253). Satsang (página 255).



El servicio (página 259). ¿Quién puede servir al Maestro y al Señor? (página 261). Método de servicio al Maestro físico (página 262). El servicio a través de las riquezas y de la mente (página 263). El servicio con el alma (página 264). La devoción (página 266). Los principios de la devoción (página 268). Clases de devotos (página 270). Obstáculos en el sendero de la devoción (página 272). Requisitos para la devoción (página 273).

LA DEVOCIÓN AL MAESTRO ES EL SENDERO DE LA ENTREGA DE LA PROPIA PERSONALIDAD O EGO.

Los frutos de la devoción (página 276). Temor, afecto y adoración (página 280). Anhelo intenso (página 286). Los resultados del amor (página 293). Índice de fuentes (página 301). Glosario de términos orientales (página 303).

NUTRITIVA CARNE DE LENTEJAS AAAS. Google.

Receta publicada en el blog: Mis Herejías Siglo 21. Esta receta no pertenece al libro LA FILOSOFÍA DE

LOS MAESTROS. Tema recomendado: Jesús y los Esenios -33-

Un regalo de la naturaleza al alcance de todos. Lea, practique y comparta. Con el dinero equivalente a lo que cuesta media libra (250 gramos) de carne de regular calidad en las carnicerías, se pueden producir hasta tres libras (1500 gramos) de la muy saludable y apetitosa Carne de Lentejas (Proteína Vegetal). Esta práctica y económica receta para producir este muy saludable alimento, puede descargarse, sin costo alguno, del blog: Mis Herejías Siglo 21, y puede prepararse en la casa o apartamento de cualquier persona. Con esta carne, o mejor, con esta saludable y nutritiva Proteína Vegetal, pueden elaborarse: albóndigas, hamburguesas, tortas como si fuesen de carne, pasa bocas, rollos rellenos con verduras, croquetas, carne molida o carne en polvo, ricas cremas y nutritivas sopas etc. etc. Con la ventaja que casi nadie descubre que lo que come son lentejas, especialmente los niños. Los ingredientes se consiguen en cualquier supermercado o en la tienda de la esquina. Las lentejas son uno de los alimentos más antiguos, económicos y más benéficos para la salud y la nutrición de los seres humanos. Son ricas en proteínas, calorías, minerales e hidratos de carbono. Por razones de salud o de fe muchas personas ya no consumen carnes ni grasas de origen animal. Para estas personas esta opción es maravillosa porque les brinda la posibilidad de volver a degustarse una apetitosa, jugosa y, ante todo, muy saludable hamburguesa, pues este alimento resulta especial para prepararlas; con la garantía que las hamburguesas no pierden sabor ni jugosidad…Realmente son más sabrosas y mil veces más saludables que las hamburguesas tradicionales hechas con carnes de origen animal; carnes que en estos tiempos de masivo consumismo y poca ética comercial, generalmente gozan de poca higiene y dudosa procedencia. En la receta que se encuentra disponible pues, en el blog (Mis Herejías Siglo 21) y que se llama: Nutritiva Carne de Lentejas AAAS, están todos los truquitos de cocina muy claramente detallados, para elaborar la carne y las diferentes preparaciones antes mencionadas. Y para más claridad sobre alimentos, salud y nutrición, y de donde provienen las enfermedades más dolorosas, traumáticas, y de costosos tratamientos, se recomienda leer: Vitamina B 12 AAA el Mito. Y si a usted, Amable Lector, le interesa el tema y es entusiasta, pero no tiene tiempo de elaborar este alimento, pero quisiera aprovechar sus múltiples bondades, entonces propóngale a



un familiar, amigo, vecino o compañero de estudio o de trabajo, que lo preparen en compañía para que ambos se beneficien. Es más, usted mismo, en Google, busque el blog: Mis herejías Siglo 21, y descargue la receta y ojalá la lea antes de entregarla, para que así esté seguro de lo que va a proponer ¡solo son tres páginas! Incluso, si al entrar al blog hace clic en la pestaña: Para Compartir, parte superior de la pantalla, allí encontrará dos copias de este volante en una página tamaño oficio, para que lo imprima, lo fotocopie y lo reparta a varias personas. Compartir ideas sanas es una forma muy sencilla de expandir nuestro ser ayudando a muchas personas y ayudando al planeta…¡Ánimo!...En verdad, para muchas familias esta es una maravillosa oportunidad de hacer rendir sus escasos recursos económicos y alimentarse sanamente. (La salud depende básicamente de una sana y correcta alimentación). Si nosotros los adultos ya estamos condenados a sufrir dolorosas enfermedades, no es justo que, por no investigar un poco, condenemos también a nuestros hijos a vivir la misma suerte.

No esperemos a enfermarnos para cambiar la dieta alimentaria. Es mucho más sabio, más inteligente, y mucho más sensato, alimentarnos

correctamente hoy con alimentos propios para el organismo de los seres humanos, que pagar un costoso seguro que, supuestamente, nos garantice, en el futuro, el tratamiento de las múltiples enfermedades que sufriremos por

no alimentarnos hoy correctamente. Realmente, la salud es un asunto de honestidad. Comer sanamente es practicar la mejor medicina preventiva.

El mejor regalo que les podemos hacer a nuestros jóvenes, niños y

adolescentes es la salud; y esa salud se obtiene por medio de una sana y correcta alimentación. Como adultos y como padres de familia debemos ser responsables y honestos. Es nuestro deber y nuestra obligación asegurarnos

de alimentarlos correctamente. Si los adultos, por ignorancia o por irresponsabilidad nos hemos alimentado mal y ya estamos condenados a sufrir mil enfermedades, no por eso debemos condenar a nuestros niños,

jóvenes y adolescentes a la misma suerte ¡no, eso no debe ser así! Por medio de una correcta y sana alimentación asegurémonos de dejarles la mejor

herencia: LA SALUD.

JESÚS Y LOS ESENIOS -33-….(RECARGADO)

Por: Aldemar Guzmán Castaño. Medellín-Colombia. Blog: Mis Herejías Siglo 21. (Google)

¡Ánimo!...No te avergüences.

NNoo ssiieennttaass ppeennaa ppoorr aammaarr llaa VVeerrddaadd.. NNoo ttee aavveerrggüüeenncceess ssii eenn ttuu iinntteerriioorr hhaayy iimmppuullssooss ddee rreeccttiittuudd yy

hhoonneessttiiddaadd;; uurrggeennttee llaa nnaattuurraalleezzaa nneecceessiittaa ddee sseerreess ccoommoo ttúú.. LLaa hhuummaanniiddaadd eessttáá áávviiddaa ddee

ppeerrssoonnaass qquuee hhaaggaann ddee llaa VVeerrddaadd ssuu rreelliiggiióónn;; yy ddee llaa rreeccttiittuudd yy llaa hhoonneessttiiddaadd,, uunnaa ffiilloossooffííaa pprrááccttiiccaa

ddee vviiddaa..



Si amas la verdad, entonces desearás alimentarte espiritualmente con verdades, porque si no lo haces, serás deshonesto contigo mismo. Si amas la verdad y la honestidad, no aceptarás que tu alimento espiritual sean las creencias, los dogmas, las tradiciones ni la fe ciega…¡buscarás la sabiduría!...porque la verdad es el fruto de la sabiduría. Por edades nos hemos alimentado con creencias, fe ciega, dogmas, falsas verdades, ritos e idolatría. Hemos aceptado todo sin reflexionar…¡simplemente creemos y aceptamos lo que nos imponen!...En las creencias no hay sabiduría; eso no es ser honestos con nosotros mismos…¡Las creencias son el fruto de la ignorancia!... Nos engañamos espiritualmente, si creemos que con las tradiciones, los dogmas, la idolatría y las creencias que por imposición heredamos de nuestros antepasados, más la fe ciega que predican las religiones, estamos alimentando nuestro natural sentir religioso. El alma o espíritu, se alimenta de amor y sabiduría. Las religiones, la mente, el intelecto y los sentimientos, se alimentan de creencias, dogmas, idolatría, tradiciones, rituales y altas dosis de fe ciega. Este estudio nos brinda la oportunidad de reflexionar con sinceridad y sin presiones, para que por nosotros mismos veamos: si realmente amamos la verdad, y si en nuestro interior hay sentimientos auténticos de rectitud y honestidad con la vida y, especialmente, con nuestra alma-espíritu.

Estamos en pleno Siglo 21, era postmodernista y de incomparables avances tecnológicos, científicos, astrológicos, antropológicos y filosóficos. Era en que el pensamiento y la inteligencia de los hombres, han penetrado en zonas de la mente, del razonamiento y la sabiduría humana, inexploradas por miles de años debido a la imposición de modelos “religiosos”, teológicos y filosóficos basados en leyendas, creencias, mitos, tradiciones, dogmas, hipótesis, falsas verdades, supersticiones, especulación e idolatría.

Estos modelos, especialmente el modelo “religioso” han permanecido por tantos siglos

guiando la vida de millones y millones de seres humanos, no solo debido a su violenta y sangrienta imposición entre los pueblos, sino, porque los creyentes han sido condicionados mentalmente para que no razonen con inteligencia y sabiduría y vivan felices en la oscuridad de la ignorancia, las dudas y la superstición, iluminados con la tenue luz de una fe no razonada, o sea, de esa fe ciega; de una fe que adormece la conciencia y castra mentalmente a los individuos, impidiéndoles pues, pensar con inteligencia y razonar con sabiduría.

Este pasivo comportamiento por parte de los creyentes, y este sometimiento a vivir en

medio de las creencias, las mentiras, el engaño y la fe ciega, ha dado como resultado que las almas de esos creyentes prácticamente no hayan estrenado su conciencia, y menos que hayan despertado su Consciencia Espiritual; por lo tanto, no solo viven sumergidos en la oscuridad de la ignorancia, las creencias, las dudas, los mitos, las leyendas y la superstición, sino que son víctimas de un constante y degradante embrutecimiento espiritual progresivo.

Millones y millones de esas almas, retozan somnolientas por edades, sobre un

ensombrecido y gaseoso mar de incoherentes expectativas, de falsas verdades, incumplidas profecías y supersticioso misticismo, respirando confiadas la atmosfera cargada de creencias, dogmas y altas dosis de fe; de esa pasmosa fe ciega que las atonta y las adormece, mientras ilusas esperan una mítica salvación tan falta de realismo y de lógica como su fe, sus creencias y su religión. Las almas, necesitan subir su frecuencia energética a estados vibratorios más elevados, para poder liberarse de las entidades que, por edades, las han mantenido esclavas y prisioneras en las zonas más densas, burdas y caóticas de la creación.



En el tema religioso, por generaciones nos han enseñado a creer y a aceptar, no nos han enseñado a saber y a razonar; aunque la gran verdad es que no nos han enseñado a creer, ¡nos han obligado a creer! Nos han obligado a aceptar como sagrado, divino y espiritual, cosas irracionales y absurdas, enseñanzas y doctrinas que son desde todo punto de vista una auténtica ofensa a la Sabiduría Divina, un atentado a la razón y un vulgar insulto a la inteligencia humana. Por generaciones nos han obligado a llevar una gruesa venda sobre los ojos de creencias, dogmas, ritos, idolatría y fe ciega que nos ha impedido ver la Luz de la Verdad y de la Sabiduría Divina, Luz que es totalmente indispensable para alimentar el alma, y así expandir nuestra consciencia y fortalecer nuestra voluntad para poder que nuestro Divino Ser (Alma o Espíritu) alcance la, tan anhelada, liberación espiritual. (Continúa)

Al espíritu lo satisface más un gramo de Sabiduría, que toneladas de creencias.

A la mente, a la fe y a las religiones, las satisface mas toneladas de creencias, así en

estas no haya ni un gramo de Sabiduría. (Tema completo: 233 páginas). (Google)

SI HACEMOS LAS COSAS BIEN

Si hacemos las cosas bien buscando los aplausos del mundo, entonces el

mundo nos aplaudirá, nuestro ego se hinchará y hasta nos volveremos soberbios, arrogantes y prepotentes.

Pero si hacemos las cosas bien, por el simple placer de hacerlas bien, entonces, en silencio, todo nuestro ser se recreará, nuestra consciencia se

expandirá, y, allá, en lo más intimo de nuestro ser, sentiremos los amorosos y paternales aplausos de Dios, de DIOS TODOPODEROSO, y un solo aplauso del

TODOPODEROSO SEÑOR vale más que todos los aplausos y todos los tesoros del mundo…¡esto es para vivirlo!... (agc

(Este mensaje –a color- puede tomarse y compartirse de Facebook: Aldemar Guzmán Castaño.

BAYAN: O MANE MURAKE ABE TO YAGUE. (APARTES)

¡Oh mente necia, por lo menos ahora despierta! La noche está oscura, el camino es desconocido y sobre tu cabeza llevas el peso de los pecados. El

rio es profundo, el bote ya está viejo y además tiene miles de agujeros. Han pasado edades enteras mientras dormías.

¡Oh hombre perezoso, deja ya de dormir! Los padres, la esposa, el hijo y el hermano, a quienes más amas; todos ellos te

abandonarán tan pronto como el pájaro de la vida salga volando. Cada quien tiene su propia pandereta y cada quien toca su propia melodía…

Abandona cientos de trabajos y dirígete al Satsang. ¡Oh hombre! Abandona miles de trabajos y medita. Así como el cuerpo necesita el alimento, así también el alma necesita el alimento del

Simram. ¡Oh Ajaib! recuerda las palabras de Kirpal. Tú has estado vagando de un sitio a otro por mucho tiempo. ¡Es hora de despertar!

Algunos Bayanes pueden escucharse en el Blog: Mis Herejías Siglo 21, sección: Audio.

la filosofÍa de los maestros. - mis … · 2017-07-01 · ... de otros autores. ... es un cadáver...

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