la convergencia de estilos en el gran duo …

66
LA CONVERGENCIA DE ESTILOS EN EL GRAN DUO CONCERTANTE PARA CLARINETE Y PIANO OP. 48 ANALISIS ESTILISTICO DE LA OBRA DE CARL MARIA VON WEBER Y SU INFLUENCIA EN LA INTERPRETACIÓN SARA AMANECER MARTELO TORRES PONTIFICIA UNIVERSIDAD JAVERIANA FACULTAD DE ARTES CARRERA DE ESTUDIOS MUSICALES BOGOTÁ, D.C. 2012

Upload: others

Post on 18-Dec-2021

8 views

Category:

Documents


0 download

TRANSCRIPT

LA CONVERGENCIA DE ESTILOS

EN EL GRAN DUO CONCERTANTE PARA CLARINETE Y PIANO OP. 48

ANALISIS ESTILISTICO DE LA OBRA DE CARL MARIA VON WEBER Y SU

INFLUENCIA EN LA INTERPRETACIÓN

SARA AMANECER MARTELO TORRES

PONTIFICIA UNIVERSIDAD JAVERIANA

FACULTAD DE ARTES

CARRERA DE ESTUDIOS MUSICALES

BOGOTÁ, D.C.

2012

LA CONVERGENCIA DE ESTILOS

EN EL GRAN DUO CONCERTANTE PARA CLARINETE Y PIANO OP. 48

ANALISIS ESTILISTICO DE LA OBRA DE CARL MARIA VON WEBER Y SU

INFLUENCIA EN LA INTERPRETACIÓN

SARA AMANECER MARTELO TORRES

TRABAJO DE GRADO PARA OPTAR AL TITULO

MAESTRA EN MÚSICA CON ÉNFASIS EN INTERPRETACIÓN DE

CLARINETE

PONTIFICIA UNIVERSIDAD JAVERIANA

FACULTAD DE ARTES

CARRERA DE ESTUDIOS MUSICALES

BOGOTÁ, D.C.

2012

1

Para la historia de la música el estilo de Carl Maria von Weber se encuentra

enmarcado en el periodo Romántico, pero en el presente trabajo

demostraremos que, particularmente en la obra Gran Duo Concertante para

Clarinete y Piano Op. 48, Weber puede catalogarse como una figura de

transición entre el clasicismo y el romanticismo.

La convergencia de estilos planteada hace necesario establecer, en primer

lugar, el significado de estilo.

El compositor Ruso Igor Stravinsky en su Poética Musical señala sobre esto, “el

estilo es la forma característica en que un compositor organiza sus ideas y

habla el lenguaje de su arte. Siendo este lenguaje musical el elemento común

entre los compositores de una escuela o época determinada” (Stravinsky, 1942:

70 T. del A). Por otra parte, en la entrevista hecha al maestro Karol Bermúdez,

el afirma que el estilo como tal no existe, pero la noción de estilo tiene sentido

en la medida en “que te sirve de orientación para la interpretación, pero no es

definitiva”. (Bermúdez, 2012:5). De modo tal que el lenguaje musical de la obra

de Weber podrá ser descifrado, para efectos de las decisiones a tomar en la

interpretación, empezando por reconocer en ella los elementos que

historiadores y críticos han señalado como principios filosóficos y culturales de

la época en la que el artista produjo su obra.

Así, entre los siglos XVIII y XIX se vivió una de las épocas más ricas en

acontecimientos sociales, artísticos, estéticos y estilísticos. La ilustración y el

descubrimiento de la razón humana -en contra de la fe, como principal motor

del destino- animó la reflexión musical del llamado siglo de las luces,

respondiendo a una toma de conciencia sobre el individuo, que produjo una

música a la par de la producción intelectual de la época, tanto filosófica como

literaria. Adicionalmente, la oposición a una monarquía absoluta en Europa por

parte de la clase burguesa desencadenó unos cambios políticos y económicos

que generaron un espacio de libertad para la creación artística.

En el periodo que transcurrido entre 1750 y 1775, en Alemania se llega a la

madurez de un particular aporte estético que afecta todas las formas de

2

expresión; una obra dramática de F. M. von Klinger, representada en 1776,

dará su nombre a este movimiento: Strum und Drang, tempestad e ímpetu.

Strum und Drang, representa la subjetividad del alma, enmarcada dentro del

racionalismo de la ilustración, este movimiento nace de la constante crisis que

existe entre la reflexión, ante el instinto y el impulso, y la razón, ante la intuición

y la imaginación. Durante este periodo se desdibuja lo que fue el barroco y se

sobrepone el clasicismo, a la par del desarrollo social; la burguesía se

enriquece gracias al comercio, y la monarquía pierde poder. La música que era

reservada para la elite monárquica, es ahora también apreciada por la

burguesía que impone sus gustos y favorece la difusión del concierto público.

Paralelamente a esto la clase social ignorada, el pueblo, cobra importancia en

las obras de arte; Goethe lo expresa en un dialogo de uno de sus personajes,

Werther:

Se bien que no somos iguales, que no podemos serlo; pero sostengo que aquel que cree que para ser respetado debe mantenerse alejado de lo que llamamos el pueblo es tan digno de desprecio como el cobarde que se esconde al ver al enemigo por miedo a salir mal parado. (Goëthe, 1803:9)

Es ese “descubrimiento” del pueblo el que favorecerá una estética basada en la

importancia de los valores, los sentimientos y los placeres sencillos, así pues,

el clasicismo impone un goce estético menos sofisticado, espontáneo y directo;

pero esta estética dominada por los sentimientos, a la que se le denomina

empfinsamkeit, sensibilidad, es un aspecto común de la estética de un periodo

en el se ubican los estilos Clásico y Romántico.

Los historiadores de la música ubican el clasicismo en el periodo comprendido

entre 1750 y 1800, dentro de este movimiento sobresalen tres compositores

que logran sintetizar en su obra la evolución técnica musical y la evolución

filosófica, cultural y social del momento, Haydn, Mozart y Beethoven. El

periodo que sigue, Romanticismo, empieza para muchos en las obras tardías

de Mozart y Haydn y en el tercer y último periodo compositivo de Beethoven,

pero que ya se esbozaba en su segundo periodo de composición llamado

heroico.

3

Para comprender el desarrollo musical en esta transición estilística es

necesario anotar que “en el clasicismo el desarrollo musical estuvo ligado al

rechazo de lo que fue el barroco y el gótico” (Alsina, 2006:61), a pesar de ello

la música vocal, tan importante en el barroco, sigue teniendo ventaja frente al

repertorio instrumental, ya que “Sin un texto, la música instrumental solamente

podría hacer referencia a las emociones, o por así decirlo, al lenguaje del

corazón; pero la música vocal podía abarcar al corazón y a la mente a la vez,

gracias a la palabra.” (Mesa, 2010: 105); esto tiene coherencia con la filosofía

de una época que da importancia al equilibrio entre sentimiento y razón.

Ahora bien, Mozart (1756-1791), como creador de la ópera alemana, es quien

antecede e inspira la producción operística de Weber. Mozart sintetizó en una

sola ópera el estilo bufo y serio, creando personajes que gozan de

personalidades complejas en su ópera Don Giovanni; además, El Rapto en el

Serrallo, lo ubica como el primero en escribir en lengua alemana una ópera (a

las operas escritas en alemán se les denomina singspiel). Por otro lado, en

1782 Mozart también revolucionó en la conformación organológica de la

orquesta, por ejemplo, en su opera singspiel, la Flauta Mágica (1791), introdujo

el corno de basset - clarinete tenor- que tenia connotaciones rituales y

funerarias; descubriendo así sonoridades que lo motivaron a componer obras

para grupos de cámara como por ejemplo la Gran Serenata K361 para dos

oboes, dos clarinetes, dos cornos bajos, dos fagotes, cuatro trompas y bajo de

cuerda, así como conciertos para cada uno de estos instrumentos.

Fiel al legado de Mozart, Carl María Von Weber (1786-18262), también

compuso operas en alemán y enriqueció aún más este género operístico

dándole un mayor protagonismo a los vientos; un claro ejemplo de ello es la

obertura de la opera El cazador furtivo (1821), en la que en su introducción hay

un coral ejecutado por cuatro cornos, además del solo de clarinete,

importantísimo en la sección de exposición de la pieza.

Carl Maria von Weber fue un compositor que pasó a la historia por haber sido

un virtuoso pianista, gran director y pionero de la ópera romántica alemana. Su

trabajo para piano fue del repertorio más interpretado en el siglo XIX; además

4

de ser un orquestador innovador fue el primero en hacer que los trombones

fueran integrantes de tiempo completo en la orquesta; como director fue el

primero en ejercer total control en la administración y gestión orquestal. Pero al

igual que Mozart, es en el campo de la ópera donde la obra de Weber adquiere

importancia por dos innovaciones introducidas: las temáticas nacionalistas

(historias medievales típicas alemanas y la utilización de la mitología nórdica,

cargada de elementos sobrenaturales, de lucha entre los personajes del bien y

el mal y paisajes nacionales) y el uso del leitmotiv, un “tema melódico o

armónico generalmente corto, destinado a caracterizar un personaje o una

situación”. (Beltrando-Patier, 1997:867).

Weber trabajó en función del ideal operístico que inspiraría décadas después a

Wagner y su perfecta ópera romántica, gesamtkunstwerk, la ópera como obra

de arte total. En 1817, Weber escribió acerca de la opera:

…una obra de arte totalmente redondeada y autónoma en la que todos los ingredientes proporcionados por las artes desaparezcan en un proceso de fusión, y por lo tanto al perderse, ayuden a formar un universo completamente nuevo. (Samuels, 2002:6 T. del A.)

Además de su aporte al desarrollo de la ópera romántica, Weber se destaca en

la historia de la música por sus obras para clarinete. En 1811 en la orquesta de

Múnich, Weber conoció al virtuoso clarinetista Heinrich Bäerman (1784-1847),

que había perfeccionado el instrumento y desarrollado la técnica del mismo.

Inspirado en su virtuosismo Weber compuso una serie de piezas escritas por él

para el instrumento en progreso, el primero de ellos el Concertino en Mi bemol

mayor para clarinete y orquesta Op. 26, con el que emprendió una gira por

Europa llena de éxitos. Dentro de las obras que compuso para el instrumento

se encuentran, Concierto para clarinete nº 1 opus 73 (1811), Concierto para

clarinete nº 2, opus 74 (1811), Tema y Variaciones para clarinete y piano opus

33 (1811), el Quinteto para clarinete y cuarteto de cuerdas opus 34 (1815) y el

Gran Duo Concertante para clarinete y piano, Op. 48 (1816), esta sería la

última obra que compuso para el instrumento. Fue interpretada por primera vez

por el clarinetista Johann Hermstedt (1778-1846); se discute si fue inspirada

por él o por él clarinetista Johann Kotte (1797-1857). Esta obra fue compuesta

5

empezando por el tercer movimiento, en 1815, y finalizando con el primer

movimiento, en noviembre de 1816. (Chuan Chen, 1999:23)

Precisamente es en la obra - el Gran Duo Concertante para clarinete y piano,

Op. 48- en la que podemos observar cómo convergen características tanto

clásicas como románticas; teniendo como marco orientador el hecho de que

tanto el strum und drang como el empfinsamkeit, son principios estéticos que

caracterizan tanto al clasicismo como al romanticismo, cuyas diferencias están

dadas por la perspectiva o el énfasis.

Abordamos, en primer lugar el clasicismo. No obstante la discusión, ya

planteada a partir del testimonio del maestro Bermúdez, sobre el estilo y que es

expresada también por autores como Henri Peyre y F. Antal, en particular

sobre el estilo clásico y la imposibilidad de definirlo, los rasgos fundamentales

del clasicismo, según el mismo Peyre, serían los siguientes: racionalismo,

intelectualidad, naturaleza y verdad, las reglas (balance y proporción) y la

simplicidad (selección y orden), dentro de estos rasgos también se encuentra la

ilusión de orden, con elementos de asimetría e irregularidad.

Por otro lado, en el clasicismo instrumental podemos establecer, según

Beltrando- Patier, el tema clásico como el aspecto que mejor distingue al

clasismo del barroco. En el barroco el tema principal no se deja captar

fácilmente, y no se impone claramente en la conciencia del oyente, mientras

que el tema clásico, es breve, periódico y claramente delimitado, grabándose

fácilmente en la conciencia del oyente. Según Caplin en su libro “Classical

Form” el tema está constituido por una o varias “ideas básicas que

frecuentemente contiene varios motivos distintos, que a menudo, se desarrollan

en el transcurso del tema” (Caplin, 1998:9 T.del A.)

Tema y forma hacen la obra clásica. La expansión de la forma sonata, que en

el barroco está sin esquematizar - es otro de los rasgos característicos del

clasismo. Esta forma aparece en el primer allegro de las sinfonías, los

conciertos y las sonatas clásicas, además de todas las piezas de música de

cámara. La forma sonata junto con la forma rondo hace parte de las formas

6

sintácticas, que se vieron favorecidas en el clasicismo, la característica

principal de estas formas es la manipulación de los distintos temas dentro de

un movimiento entero. Básicamente esta forma se basa en el movimiento de la

tensión que opera del paso de la tónica a la dominante en la exposición, luego

esta tensión se amplía a través del desarrollo creando conflictos tonales y se

resuelve en la re-exposición donde se vuelve al tono inicial y se reafirma. Es en

la forma sonata donde se evidencia la ilusión de orden, ya que a pesar de la

simetría de la forma, el desarrollo se basa en un conflicto tonal.

Además de tema y forma, una tercera característica permite señalar una obra

como perteneciente al clasicismo instrumental y es la imposibilidad de

improvisación en su interpretación, tan estimada en el barroco, así pues, la

iniciativa del intérprete queda limitada por lo escrito en la composición, donde

está tomada la decisión sobre el tipo de protagonismo de los elementos propios

de la obra.

Adicional a estas tres características, podríamos agregar el surgimiento de la

homofonía genuina - en la cual una o varias voces se subordinan a apoyar una

melodía, a diferencia de la homofonía del continuo del barroco- y la

disminución del ritmo armónico, que en el clasicismo suele ser una o dos veces

por compás a diferencia del barroco donde es común que la armonía cambie

de pulso a pulso.

Intentar definir romanticismo es igualmente una tarea compleja, partiendo de la

multiplicidad de significados dados al término; se ha definido desde una

perspectiva ideológica, en la que se respeta la razón, pero por encima de ella y

contradiciéndola está lo que caracteriza lo romántico: “lo subjetivo sobre lo

universal y lo espiritual y emocional sobre lo racional” (Mesa, 2010:105). A

diferencia del clasicismo que se encontraba en conflicto con lo subjetivo y lo

emocional y desde ese lugar pretendía exaltar la simplicidad y la transparencia,

- considerándose por ello el músico clásico fiel a los códigos establecidos por la

tradición musical para emitir el mensaje - el músico romántico se resiste al

lenguaje establecido y busca medios de expresión propios, buscando

constantemente la expresión de su originalidad.

7

El romanticismo acepta el caos y el conflicto humano y lo hace evidente,

cambia la relación que existe entre el músico y su obra, además de la relación

que existe con el público, dando comienzo de esta manera a la era del poeta

musical, un artista que crea poesía con notas y no con palabras; Así el publico

empieza a percibir a los músicos como sacerdotes del arte inspirados por la

divinidad.

Entonces en el romanticismo la música instrumental empieza a ganar terreno,

ya que favorece el poder transmitir pasiones, emociones e ideas, sin necesidad

de las palabras, ya que como actitud estética el romanticismo hace énfasis en

la espiritualidad del contenido, centra el objetivo de la obra de arte más en la

persona del creador que en la creación misma y aspira a una composición más

intima sin pretensiones de perfección o exuberancia. Así pues el romanticismo

se presenta no como una contraparte del clasismo, pues no lo niega, sino que

cambia la perspectiva. Lo que escribiera el filósofo romántico Schopenhauer

ilustra con claridad esta nueva perspectiva de la música:

En la música ya no encontramos una copia, una reproducción de una idea de la esencia intima del mundo. Pero es un arte tan excelso y admirable, obra tan poderosamente sobre lo más intimo del hombre y es tan completa y profundamente comprendida como una lengua universal, cuya claridad supera incluso la intuición, que, por todas estas razones, tenemos que ver en ella, sin duda, algo más que un exercitium arithmeticae occultum nescientis se numerare animi… (Schopenhauer, 1998:154)

Así, el análisis morfológico y armónico de la obra Gran Duo Concertante para

clarinete y piano, Op. 48, permitirá observar las características clásicas y

románticas ya mencionadas.

El análisis se hará en el orden en que fue compuesta la obra. El tercer

movimiento del Gran Duo Concertante corresponde a una forma clásica

denominada Rondo ABACA.

Todas las formas rondó en la música del arte occidental muestran un patrón básico de la organización formal. Una tema es la idea principal "es el tema del Rondo" o "refrán" – este se alterna regularmente con dos o más pasajes contrastantes, llamados "estrofas" episodios "o “digresiones”. (Caplin, 1998:231 T. del A.)

8

Por lo general el rondo debe tener un carácter de danza y sus temas deben ser

sencillos y joviales, en el rondo del Gran Duo Concertante esto se consigue

por medio de la métrica 6/8, que es característica de las danzas y le da aire de

ligereza.

Así en el cuadro de forma No. 1 observamos el esquema tonal y la delimitación

de las secciones del tercer movimiento:

Cuadro de forma No.1

El Rondo del tercer movimiento del Gran Duo Concertante para clarinete y

piano, Op. 48, tiene una forma clara, delimita sus secciones por medio de

cadencias y cambios de textura; como característica particular este Rondo

tiene una coda bastante extensa que da oportunidad de desarrollar materiales

utilizados en los episodios y en las transiciones (ver anexo No. 2). Caplin

acerca de de este tipo de coda:

Después del cierre del estribillo 3, el rondó puede terminar con una sección nueva de cierre o incluso una completa coda. (Si el estribillo es incompleto, la coda habitualmente se sigue sin interrupción en la textura o el ritmo). La coda, que puede ser bastante extensa a menudo tiene fuertes cualidades de desarrollo, presenta el nuevo material, hace referencia a los primeros episodios, o incluso utiliza materiales adicionales a los del estribillo. (Caplin, 1998:235 T. del A).

Adicional a esta función de desarrollo, podemos agregar otras características

de esta coda ya que está destinada a demostrar el virtuosismo de los

intérpretes; al no contar la obra con una sección de improvisación o de

cadencia, propia de la forma concierto, es esta la oportunidad para a ello. La

Coda tiene una extensión considerable y se espera con ello hacer un cierre

conclusivo para el total de la obra adicionando una sección basada en los

9

materiales del episodio B, que le brinda a la pieza proporción, pues da balance

a la forma.

Podemos observar también el tipo de desarrollo tonal que hace en torno a la

tonalidad original Mi bemol mayor y la dominante Si bemol mayor. A pesar de

esto resulta interesante ver que la mayoría del episodio C no se encuentra en

tonalidad menor, por tratarse de una forma clásica se esperaría fuese así, pero

en cambio lo presenta en la tonalidad de Re bemol mayor -Séptimo bemol

mayor o enarmónicamente Sexto aumentado- luego hace un pequeño énfasis

a Si bemol menor, regresa a Re bemol mayor y en la re-transición modula

inesperadamente por medios tonos (Re bemol mayor, Re menor, Mi bemol

mayor) a la tonalidad original Mi bemol Mayor. Es decir únicamente en la

sección C el manejo armónico no tiene un comportamiento propio del

clasicismo.

La manera como se presenta la forma del tercer movimiento es evidente para

el oyente, responde a las características clásicas ya descritas anteriormente de

racionalismo, intelectualidad, sencillez y claridad, además respeta las reglas de

balance y proporción ya que el primer estribillo es de 26 compases y el

segundo y tercero de 22 y cada una de las secciones contrastantes, B y C de

39 compases, La sección contrastante del episodio C, nos brinda la ilusión de

orden, pues es allí donde surge el conflicto tonal de la pieza, “disimulada” en el

orden tonal que le antecede y le precede.

Debemos agregar a esto la utilización del tema en el refrán, como se observa

en la gráfica No. 1, se trata de un tema breve, periódico y claramente

delimitado, que además se repite varias veces grabándose en la conciencia del

oyente.

10

Gráfica No. 1

Tema refrán Rondo, Gran Dúo Concertante Op 48. Edition Peters 3317.

En la gráfica No. 1 también podemos notar también la aclaración de carácter

con grazia, y a lo largo de la partitura encontramos otras como: con anima, en

el compás 60 ó delicadamente en el compás 75; este tipo de aclaraciones de

carácter son muy propias del estilo romántico, y crean un mayor efecto

expresivo.

El segundo movimiento Andante con moto del Gran Duo Concertante para

clarinete y piano, Op. 48, es una pieza de forma sintáctica A-B-A´, llamada

forma ternaria continua (ver cuadro de forma No.2); para Iván Beltrán en su

blog sobre apreciación de la música, A comprende un movimiento armónico

progresivo que por lo general se dirige al V ó al III si la tonalidad original es

menor; la parte B es una prolongación al V que conecta con la recapitulación,

A´; a pesar de la relación armónica entre la parte A y la B, la parte B suele

tener un diseño contrastante, dividiendo la pieza definitivamente en 3

secciones. El esquema formal resultante es: ABIIA´. Teniendo en cuenta la

cadencia de la parte A y la estructura armónica de la parte B se pueden

agrupar en un solo período.

10

Cuadro de forma No. 2

Así en el segundo movimiento en los compases 1 al 24 el clarinete es el

protagonista, hace la exposición del primer tema; en los compases 24 al 37 el

piano es el protagonista y presenta un segundo tema de carácter contrastante,

esto conforma la exposición (A). En los compases 37-66 (B) se hace un

desarrollo armónico y motívico de lo expuesto en A, los dos instrumentos se

turnan el protagonismo y finalmente, de los compases 67 a 85 (A´) se re-

expone el primer tema con una variación rítmica en el acompañamiento del

piano además de un evidente cambio de textura; los compases 85 a 90 son

una pequeña coda que tiene la función de hacer aún más conclusivo el cierre

del movimiento además de balancear la sección, ya que cada sección tiene una

duración similar en compases.

El análisis formal nos permite señalar en el segundo movimiento características

del clasicismo: el uso de una forma sintáctica, forma ternaria continua, además,

en la secciones de exposición, A y A´, hay disminución del ritmo armónico, y

en las secciones de desarrollo, B, aumento del mismo, esto ocasiona una

ilusión de orden, pero a pesar de la simetría de la pieza hay una inestabilidad

tonal en la sección B, donde la pieza alcanza el clímax, por medio de la

complejidad armónica (compases 53-62), la sección está en Re bemol mayor

(IIb), una tonalidad lejana de Do menor, y el ritmo armónico aumenta

haciéndose más complicado, además la subdivisión melódica se hace más

11

pequeña dando sensación de aceleración. Así el segundo movimiento tiene

algunas características propias del romanticismo.

También es una característica romántica la naturaleza de la línea melódica del

primer tema en la exposición; ya que es una melodía sencilla en la que el

principal protagonista es la aclaración de carácter, con duolo, introducido en

una textura homofonica sencilla, con una figuración constante de la armonía

que busca acompañar una melodía principal; además la sección B, si bien

empieza en la tonalidad de Sol mayor, que es la tonalidad en la que se espera

se encuentre esta sección, modula a Re bemol mayor, segundo bemol mayor

de la tonalidad original (Do menor) y quinto bemol de la tonalidad en la que se

encuentra, es una modulación a una tonalidad muy lejana.

Los cambios dinámicos son variados y contrastantes, como por ejemplo el que

ocurre entre los compases 80 y 81, de un fortísimo pasa a un súbito piano

apoyado por un intervalo muy amplio, del Fa 6 al La 3, generando una

ambiente de estabilidad para finalizar la pieza, además enfatizado por el

registro que usa el clarinete en esta sección y la aclaración de carácter

morendo en el compás 84.

El primer movimiento Allegro con fuoco se trata de una forma sonata, pero no

es una sonata clásica, Weber se sale del esquema tradicional y se toma

libertades en la composición de la forma.

Para demostrar lo anterior es preciso especificar que es la sonata clásica;

según Caplin se constituye de la siguiente manera:

La forma sonata se compone de tres grandes secciones-exposición, desarrollo y recapitulación. En ocasiones se incluyen dos secciones adicionales: la exposición puede ser precedida por una introducción (en tempo lento), y la recapitulación puede ser seguida por una coda, así como funciones constitutivas de la Exposición (tema principal, la transición, y segundo tema), (Caplin, 1998:195)

Los cuadros de forma No. 3, 4 y 5 ilustran un análisis de la forma y el

esquema tonal que se desarrolla en cada uno de los tres movimientos.

13

Cuadro de forma No. 3

Si bien esta exposición tiene una introducción, un tema principal (P) y

transiciones (T), tiene dos segundos temas (S1-S2); de tal modo que Weber

amplia la forma para presentar un segundo segundo tema (S2); esta

característica hace que se salga de la forma clásica tradicional y haga de esta

estructura algo más propio del estilo romántico. Después de presentar los

segundos temas hace el tradicional tema de cierre (K) propio de la exposición

de la forma sonata. Obsérvese que el cuadro de forma No. 3 el criterio para

agrupar las secciones es por frases y por áreas tonales.

El desarrollo de la pieza transcurre como es de esperarse en la forma clásica,

explora los materiales expuestos en la primera parte, sigue utilizando las

tonalidades expuestas en las transiciones de la exposición, tonalidades

cercanas entre sí. Además algunas de las modulaciones las hace de manera

directa, como la modulación a Do menor en el compás 162, donde hace un

cambio de armadura para abordar la nueva tonalidad de forma sencilla. (Ver

cuadro de forma No.4)

Cuadro de forma No. 4

14

Es curioso notar que el desarrollo sea la sección más clara estructuralmente,

ya que se espera se “conflictiva” y que la exposición y la re-exposición den

ilusión de orden a la forma, sin embargo en la re-exposición (cuadro de forma

No. 5) aunque hay utilización consiente de los temas de la exposición no los

presentan en el mismo orden, dando la sensación de que es continuación del

desarrollo: la misma frase de la exposición del compás 13 al 25 se presenta en

la re-exposición del compás 208 al 222 la misma frase de la exposición y

añade 2 compases que conectan con el segundo segundo tema, en Si bemol,

que fue expuesto inicialmente en Mi bemol, luego hace una transición basada

en el material usado en el tema de cierre de la exposición y re- expone el

primer tema, que se esperaba estuviera al comienzo de la re-exposición.

Cuadro de forma No. 5

Evidentemente la forma del primer movimiento no responde a la forma sonata

clásica, ya que esta forma no está estructurada bajo la importancia de la

estructura tonal, está respondiendo a la intención discursiva del compositor,

que es dramática y expresiva, esta característica es romántica.

En el Gran Duo Concertante se ven reflejadas cualidades de la opera siguiendo

la influencia de Mozart. En Mozart existen motivos con ciertos caracteres

particulares que los teóricos denominan motivos femeninos y motivos

masculinos que dan más dramatismo a la música, otros ven esto evidenciado

en la misma forma sonata, donde el primer tema por lo general tiene un

carácter masculino y el segundo tema uno femenino, por lo general estos

motivos son determinados por el tipo de línea melódica, el registro que se

utiliza, caracterizando así el registro femenino o masculino, y por la

15

construcción de frases con semifrases de pregunta y respuesta; esta

característica la podemos apreciar en el primer y en el segundo movimiento en

varias ocasiones. Este aspecto adquiere importancia en el análisis

interpretativo que abordaremos a continuación.

Distinguir las características clásicas y románticas es importante para hacer la

interpretación de esta obra, pero no es suficiente, por lo tanto resulta valioso

recurrir a la experiencia de dos maestros con trayectoria como interpretes y

directores de agrupaciones, porque son ellos quienes constantemente están

haciendo el ejercicio de hacer el transito del análisis a la interpretación y

pueden ofrecer sugerencias de cómo hacer uso del análisis a quien pretenda

hacer una interpretación correcta y original. En el preámbulo de las entrevistas,

anexo No. 1, está el currículo del maestro Karol Bermúdez y el maestro

Guillermo Vicaria.

El maestro Karol Bermúdez afirma, que una buena interpretación debe ser

elocuente, y para ser elocuente debe ser convincente; “… la interpretación debe

tener un algo que lo seduzca a uno, que le enfoque la atención, eso es lo que

yo llamo la elocuencia”. (Bermúdez, 2012:2); agrega que para conseguir esa

elocuencia el interprete debe descubrir la obra desde la partitura, tener ciertas

consideraciones estilísticas y técnicas que alimentan su apreciación subjetiva y

así estimular que la interpretación produzca, según sus palabras, “ese milagrito

de llamar mi atención”, desde la perspectiva del público (Bermúdez, 2012:2).

Para el maestro Karol Bermúdez la percepción o apreciación subjetiva, es otra

inteligencia que corresponde a lo que muchos llaman “sensibilidad” o “instinto

musical”; aunque ese instinto se alimenta del entendimiento, el análisis previo

que se haga desde la partitura no es suficiente; en la interpretación el ideal es

una fusión del análisis y la subjetividad.

Sin duda alguna el reto del músico instrumentista es hacer una interpretación

inteligente de la obra y dejar algo de si, de su particular subjetividad, en ella.

16

Para tomar decisiones para la interpretación se tiene en cuenta el análisis

morfológico que nos permite establecer las características estilísticas de cada

movimiento.

Para la interpretación del tercer movimiento conocemos sus características

clásicas: la forma clara, el uso del tema y la coda extensa que hace aun más

conclusivo el movimiento y la obra en general. El tema, por su naturaleza

clásica siempre estará en la conciencia del oyente, por lo tanto es necesario

brindar una interpretación que provoque emoción, como el tema es siempre

igual hacer lo inesperado trasmite emoción, por eso el compositor agregó

indicaciones de carácter: en la primera aparición del tema (compás 1) dice

piano y con grazia, en la segunda (compás 89) dolce, y la tercera (compás 187)

aparece con un fortísimo. Para hacer distinción clara entre las tres apariciones

del estribillo o tema, se hacen cambios de color en el sonido: La grazia se

puede obtener con un sonido más ligero, más liviano, no tan oscuro, en cambio

el dolce se puede relacionar con un tipo de sonido más cálido un poco más

oscuro, siempre manteniendo el matiz de piano, y la tercera aparición del

estribillo será contrastante al hacerla en un fortísimo.

Para este movimiento hay que cuidar sobre todo dos aspectos propios del

estilo clásico: pulso constante, y articulación clara. Obviamente estos aspectos

son importantes para la interpretación de cualquier obra, pero el cuidado

especial que se haga de ellos en este caso es determinante, pues la prioridad

de este movimiento es transmitir transparencia y claridad.

Uno de estos aspectos técnicos los señala el Maestro Guillermo Vicaria en la

entrevista realizada:

El discurso clásico está basado en la articulación, en las vocales. Por eso en el

clasicismo, se necesita mucho detalle en la articulación, desde células muy

pequeñas que se vuelven frases y que así se convierten en movimientos completos.

La articulación clara refleja una transparencia. (Vicaria, 2012:9)

Por lo tanto en la interpretación del tercer movimiento que ya se ha

demostrado tiene características del estilo clásico, hay que tener un cuidado

17

especial en la articulación. Hay dos pasajes en estacato, en los que el

cuidado de este es evidente, debe ser trabajado con atención junto con el

piano para unificar el tipo de articulación, ya que además de existir una

homorritmia entre la voz del clarinete y el piano es un acople por terceras en

el primer caso, y un unísono en el segundo; esto es en el pasaje del compás

21 al 23 (gráfica No. 2) y en su re-exposición del compás 109 a 111(gráfica

No.3).

Gráfica No. 2

Gráfica No. 3

La gran coda, con la que finaliza el tercer movimiento, es la oportunidad para

mostrar el virtuosismo del intérprete, esta apreciación de virtuosismo es un

efecto logrado por la claridad con la que se toquen los pasajes.

El segundo movimiento se caracteriza por el lirismo de su melodía, es

importante lograr una óptima conducción de estas frases; Weber fue muy

minucioso en el empleo de reguladores, el obedecer estos reguladores

18

favorecen la conducción de las frases largas. Es importante hacer énfasis en la

línea de la frase y el color de esas líneas. Este movimiento tiene un uso del

registro del clarinete bastante particular, pues constantemente está haciendo

cambios de registro e intervalos amplios. Los cambios de registro en muchos

casos son utilizados como medio expresivo, además de personificar las frases,

como ya habíamos mencionado, evidencia la influencia operística en la obra.

Por lo general esos cambio de registro van acompañados de un aclaración de

matiz o de carácter. Uno de estos pasajes es el de la segunda frase de la

exposición, compases 5-8, en el compás 5 tiene una aclaración de carácter,

con duolo, además de la indicación de matiz forte, en el compás 6 hace un

salto de octava y seguidamente una línea descendente acompañada de una

regulador de diminuendo, en la re-exposición de esta frase en los compases 71

a 74, no hay aclaración de carácter y la aclaración de matiz es mezzoforte,

además de esto tiene un regulador de crescendo en el compás 72 y conserva

el decrescendo como el de la exposición. Es evidente que el compositor en

este caso quiere hacer una distinción entre la frase de la exposición (gráfica

No.4) y la re-exposición (gráfica No. 5). Con el fin de hacer evidente la

aclaración de carácter se puede hacer una interpretación distinta de la primera

frase (gráfica No. 6), conservando el contraste que el compositor quiere que

tenga con la segunda. Esto con el fin de hacer más expresivo el carácter de

dolor o duelo que sugiere el compositor y para evidenciar el cambio de registro

y generar un contraste tímbrico se hace el Re 6 en mezzoforte. Algo importante

para el carácter de la frase y en general del movimiento es procurar hacer el

valor total de las notas esto influencia directamente la interpretación de la línea

melódica.

Gráfica No. 4

19

Gráfica No. 5

Propuesta interpretativa para la primera frase

Gráfica No. 6

Otro lugar donde encontramos un cambio de registro importante es en la frase

que va del compás 41 al 45, en contraste con la frase anterior, compás 37 a 40,

en esta ocasión hay una indicación de carácter dolce, esta indicación está

ligada al color del sonido que podría relacionarse con un sonido más cálido,

adicional a esto podría hacerse un énfasis especial en la primera nota

haciendo un pequeño diminuendo como se muestra en la gráfica No. 7

Gráfica No. 7

20

Estos cambios de registro y de personificación de las frases se pueden ver

también en el primer movimiento, allegro con fuoco, por ejemplo en la frase del

compás 47-51 (gráfica No. 8), es especialmente evidente la presencia de

semifrases con carácter de pregunta y respuesta que tienen cualidades

femeninas y masculinas. En la partitura se están presentes anotaciones de

matices, forte para la frase del registro agudo y piano para la frase del registro

grave. En total son cuatro semifrases las que componen la frase, la primera y la

tercera son iguales, por lo tanto es necesario hacer una distinción entre ellas; la

primera puede hacerse en matiz mezzoforte y la reiteración en forte, además,

en la tercera semifrase puede hacerse un énfasis en la primera nota con el

propósito de ser realmente reiterativo y así hacer énfasis en lo femenino o

masculino de la semifrase.

Gráfica No. 8

Para la interpretación del primer movimiento se hace necesario la delimitación

clara de las seccione, para evidenciar la forma propia del estilo romántico. Por

ejemplo, es bastante particular la aparición de dos segundos temas, así que es

importante hacer contraste entre ellos, esto puede conseguirse por medio de la

utilización del rubato en el segundo segundo tema, esto de paso le da una

cualidad más romántica a la interpretación, El manejo del rubato debe ser muy

consciente, como los sugiere Vicaria:

…el rubato es el robar algo para poner en otro lado, el rubato debe ser compensado,

y debe ser estudiado, la música debe conservar eso que es tan de la vida, y es la

constancia rítmica. Por eso el rubato se estudia con metrónomo. (Vicaria, 2012:9)

21

En la partitura está la aclaración de lusingando (ver anexo No. 2) que significa

persuasivamente, o seductoramente, este carácter puede conseguirse con la

manipulación del tempo Con respecto a esto Vicaria comenta:

…en el romanticismo hay un manejo especial del ritmo; el manejo del ritmo es uno de

esos aspectos que hacen que una interpretación genere impacto. El tipo de escritura

de los románticos hace que el manejo del tempo esté implícito en la partitura, incluso

está en si mismo” (Vicaria, 2012:9)

Otro aspecto particular del primer movimiento es la manera en que se presenta

la re-exposición, pues los temas no se presentan de la misma manera que en

la exposición, para dar claridad en la audición de los temas en la re-exposición

es importante que sean presentados con las mismas características que fueron

interpretados en la exposición, pues como se presentan en otro orden el oyente

no estaría persuadido a predecir lo que va a suceder, en cambio el re-exponer

los temas literalmente como fueron interpretados en la exposición se da orden

a la audición.

En conclusión, un acercamiento a la obra desde la partitura, ha permitido

formular y demostrar una hipótesis acerca del estilo de Weber en la obra Gran

Duo Concertante para clarinete y piano Op. 48, apoyada en aspectos históricos

y estéticos, con el propósito de hacer una interpretación informada y original

de la misma, porque los aspectos objetivos hallados en la partitura alimentan la

subjetividad del intérprete, quien tiene la tarea de descubrir y asimilar el estilo

de la obra, replanteándolo cada vez que se enfrenta a una nueva puesta en

escena.

Conjugando los elementos de análisis, que permiten demostrar la hipótesis

planteada, con la experiencia de maestros de la música con destacada

trayectoria, se han presentado algunas sugerencias técnicas a tener en cuenta

en la interpretación de la obra Duo concertante para clarinete y piano Op. 48.

Hemos demostrado que el estilo evoluciona en el proceso de composición de la

obra ya que en el tercer movimiento hay más características clásicas que

románticas y en el primero más románticas (ver anexo No. 3); como el proceso

22

compositivo es reflejo de la creatividad y situación socio cultural del compositor,

el Gran Duo concertante para clarinete y piano Op. 48 puede catalogarse

como un ejemplo de transición entre dos periodos; obviamente teniendo en

cuenta que los cambios estilísticos e ideológicos de cualquier compositor o

época surgen de forma paulatina y compleja.

A pesar de la dificultad de clasificación de las obras, este análisis también

permite vislumbrar que la producción musical a partir de esta época se irá

transformando y enriqueciendo más y más con nuevos elementos de estilo

romántico y esos nuevos elementos llegarán a su expresión máxima en las

composiciones de Wagner, Mendelssohn y Brahms, entre otros, a los que el

estilo de Weber les fue de inspiración.

BIBLIOGRAFIA

Pep Alsina, Frederic Sesé. 2006. La música y su evolución. Barcelona: Graó

ediciones.

Antal, Evelyn. 1978. Clasicismo y Romanticismo. Madrid: A. Corazón Editor,

talleres gráficos Montaña.

Beltrando-Patier. Marie-Claire. 1997. Historia de la Música Occidental desde la

Edad Media hasta nuestros días. España: Espasa.

Caplin, William E. 1998. Classical Form. New York: Oxford University Press

Chuan Chen, Mei. 1999. “The clarinet music of Carl Maria von Weber”.

Dissertation submitted to the faculty of the Graduate School of the University of

Maryland. College Park in partial fulfillment of the requirements for the degree

of Doctor of music arts.

Goëthe, Johann Wolfgang von. 1803. Werther. Paris: Imprenta de Guilleminet.

Mesa, Luis Gabriel. 2010. Historia de la Música Occidental. Bogotá: Material de

apoyo en la clase de Historia de la Música.

Peyre, Henri. 1953. ¿Qué es el Clasicismo?. México: Fondo de Cultura

Económica

Rushton, Julian. 1998. Música Clásica. Barcelona: Ediciones destino.

Samuels, Ron. 2002. “Weber, Concerto No.1 in F, Op. 73 (Movement I,

Allegro)”. The Clarinet. Vol. 29: No.4.

Schopenhauer, Arthur. 1998. Pensamiento, palabras y música. Madrid: Editorial

Edaf.

Stravinsky Igor. 1942. Poetics of Music. Cambridge: Harvad University Press

Weber, Carl Maria von. Gran Duo Concertant Opus 48, Fur klavier un klarinette.

New Herausgegeben von Hofmann Richard. Leipzig: Edition Peters. No. 3317.

RECURSOS EN LINEA

Beltrán, Iván. 2008. “Apreciación de la Música-Pequeño sumario sobre

pequeñas formas”. Blogspot.com.

http://apreciaciondelamusica.blogspot.com/2008/03/pequeo-sumario-sobre-

pequeas-formas.html [Consulta: 20 de Junio de 2012].

Spitta, Philipp. 2007-2009. “Carl Maria von Weber”. The New Grove Dictionary

of Music and Musicians. Laura Macy http://www.grovemusic.com [Consulta: 20

de Junio de 2012].

REFERENCIA DE ENTREVISTAS

Bermúdez, Karol. Vicaria, Guillermo. Entrevista realizada por Sara Martelo a

los maestros Karol Bermúdez y Luis Guillermo Vicaría. Bogotá: 28 y 29 de junio

de 2012.

1

ANEXO No. 1

ENTREVISTA REALIZADA POR SARA MARTELO A LOS MAESTRO

KAROL BERMUDEZ Y LUIS GUILLERMO VICARIA

ENTREVISTA AL MAESTRO KAROL BERMUDEZ

La siguiente entrevista se hizo con el fin de comprender cuestiones sobre la

interpretación de una obra, aspectos sobre el estilo y la calidad de una

interpretación, que nadie mejor que intérpretes experimentados pueden aclarar.

La experiencia se constituye en fuente importante de información a tener en

cuenta en el proceso de estudio de una obra a interpretar.

Esta entrevista se realizó al Maestro Karol Bermúdez, pianista destacado y

director notable; como pianista, en el año de 1959 obtuvo el diploma de

Concertista Laude otorgado en Suiza, el primer premio en Piano y Música de

Cámara lo obtuvo en 1963 en el Conservatorio de Paris, así como la Medalla

de Lectura. Actualmente es maestro en la facultad de música de la Universidad

Pedagógica Nacional.

Desde su perspectiva de versado intérprete y pedagogo de la música, ¿qué es

lo que usted escucha en una interpretación? ¿Cuáles son las características

que debe tener dicha interpretación para que sea catalogada como buena o

mala?

Yo para eso uso dos palabras que yo considero mi abra kadabra. Considero

que para que haya una interpretación convincente tiene que ser primero

locuente, es decir, tiene que hablar para poder ser escuchada, es decir, tiene

que ser locuente para poder ser elocuente; si es elocuente, persuade,

convence. La interpretación debe tener un algo que lo seduzca a uno, que le

enfoque la atención. Escucho ese algo que seduce, que hace que la

interpretación tenga lo que llamo la elocuencia.

2

O sea que para usted ¿es más importante al escuchar una interpretación, ese

toque de “originalidad” que le brinda el interprete a la obra, por encima de que

la obra esté sujeta a un estilo o que “suene” lo más parecido a lo que de pronto

fue en su época o lo más fiel a lo que el compositor quiso?

Claro que sí. Porque evidentemente todas las consideraciones de estilo están

hechas por algunos teóricos, cuya validez objetiva hay que saber poner en

duda, porque el punto de vista de cualquier teórico siempre será subjetivo. De

alguna manera la última palabra la tiene el intérprete que lucha horas, en

primer lugar, para sabérsela, para aprendérsela de memoria y para ver qué

puede hacer con una obra que la han tocado en este momento un millón

quinientos mil chinos. Por eso digo a mis estudiantes, no escuchen nada en

youtube, porque se coarta la iniciativa, ustedes deben aprender desde la

partitura y descubrir la obra. El valor agregado a la obra, por el interprete, es su

subjetividad, en el buen sentido de subjetividad que es lo que le da a la obra

“el qué se yo”; a pesar de que evidentemente aunque mayor información

estilística, mayor entendimiento de la cuestión estructural y todo esto,

evidentemente enriquece la apreciación subjetiva, pero definitivamente la

última palabra la tiene el interprete y esa cuestión subjetiva es la que tiene el

valor agregado, que produce ese milagrito de que yo diga, “ey, ¿qué paso ahí,

que es eso?” y llame mi atención.

Entonces, ¿el análisis es fundamental en el momento de enfrentarse a una

correcta interpretación o, como intérprete, deja que la música le hable a su

instinto, a su experiencia, a su oído?

El análisis entre más evolucionado y sofisticado sea es mejor. Pues, el instinto

se alimenta del entendimiento; por esto prohíbo a mis alumnos la palabra

sensibilidad, pues el arte no es un asunto de sensibilidad, el arte es un asunto

de otra inteligencia, diferente a la del derecho, la matemática, la pintura. Hay

múltiples inteligencias, lo que pasa es que cada inteligencia enfoca la

sensibilidad que cada uno tiene; para mí, la sensibilidad es un enfoque de la

atención que tenemos dependiendo del tipo de inteligencia que nos caracterice.

En este sentido el código tiene mucho que ver para potenciar el instinto. Ningún

3

análisis sobra pero el análisis está lejos de resolver el asunto de la

interpretación. El ideal es la fusión de análisis y subjetividad.

Desde su experiencia como pianista, ¿cuáles son los rasgos distintivos del

clasicismo?

Cuando yo hablo de clasicismo hablo de un Mozart o un Beethoven. En el caso

de Mozart la subjetividad juega muy poco papel, porque la subjetividad de

nuestro tiempo es… ha pasado mucho tiempo y es muy diferente a la

subjetividad de aquel momento. El clasicismo tiene eso que los alemanes

llaman unas esquinas incomodas. La apreciación estética inteligente debe

decodificar los códigos del estilo, leer los códigos del estilo clásico es muy

complicado, con el perdón de Charles Rosen, pero yo no entiendo eso, por eso

me voy mejor con la última etapa de Beethoven. Me siento mejor con

Beethoven Schubert y Brahms y el impresionismo francés.

Cuando interpreta una obra del periodo Romántico, ¿qué aporta a dicha

interpretación, fuera de lo escrito en la partitura?

Yo trato de ser consecuente y fiel a la imagen que la música me da. A mi

ciertas obras me dan una cierta imagen, por ejemplo para mi Schumman es la

universidad en Suiza cuando llegué por primera vez, yo no puedo salir de ahí,

esas imágenes son el punto de partida; sitúo la sonata Passionata de

Beethoven en un parque del barrio Palermo, acá de Bogotá. Son imágenes

acústicas, no sé por qué sitúo la sonata allí, no me lo pregunten.

¿Con la música clásica, con la que no tienes tanta afinidad, le sucede eso?

Pues las imágenes que me provocan las obras clásicas no me seducen lo

suficiente, yo sufro mucho con eso.

Desde su perspectiva ¿cuáles son las características distintivas de la música

del periodo romántico?

El romanticismo toma distancia del clasicismo en la medida que por ejemplo la

forma sonata ya no le conviene; Debussy decía de la forma sonata, que era

4

una vieja maquinaria muy gastada. Las sonatas de Chopin no tienen la

majestad arquitectónica de una sonata de Beethoven, en el romanticismo hay

una predilección por las formas pequeñas. La forma sonata del clasicismo es

un poco pretenciosa, el desarrollo tiene pretensiones discursivas, en el sentido

de la dialéctica, pretende hablarle más a la inteligencia que a la emoción, el

romántico pertenece al mundo emocional. Hay compositores que están más

cerca de ser unos arquitectos.

Maestro, ¿cómo hace usted para enseñar un estilo?

Primero hay que decodificar lo que me dice la obra misma sobre el estilo y el

compositor, pues puede haber mucha diferencia entre una obra y otra del

mismo compositor. Pero para mí la gran lección fue la que nos dio Alfredo

Cortó; cuando él tenia 14 años, su maestro le presentó a Arthur Rubinstein,

quien fue padrino de Tchaikovsky, entonces Alfredo tocó, para él, el primer

movimiento de la sonata Passionata, o algo así y cuando terminó de tocar

Rubinstein le dijo “ala me pasas otro trago de coñac?”, Alfredo estaba ardido y

se levantó del piano, entonces Rubistein le dijo, -jovencito, venga para acá,

usted tiene que comprender una cosa, uno siempre tiene que encontrar y

reencontrar a Beethoven de nuevo; lo que se hace sobre estilo hoy, tocando

Beethoven, toca replanteárselo en seis meses y si no se hace estamos

haciendo es el oso. Alguno de mis profesores lo explicaba mejor; todo

escenógrafo, siempre tienen que inventar una nueva manera de poner en

escena una escenografía que ya había estado en escena, pues repetirse es la

gran enemiga de la creatividad. El aprender cualquier estilo es aprender a

replantearse la cosa.

O sea, que para usted, ¿el estilo en realidad no existe, el estilo se descubre?

El estilo es una metáfora, pueden haber consideraciones objetivas desde el

punto de vista musicológico y eso puede ser muy alimentador para uno, pero

yo creo que la noción de estilo tiene sentido en la medida de que te sirve de

orientación, pero no es definitiva en la interpretación.

5

Es decir que ¿es tarea del intérprete encontrar el estilo y dar su propio estilo a

la obra?

Si. Porque muchas veces dos obras de un solo compositor no corresponden

en nada a lo que se dice que es el estilo de él.

Según su apreciación ¿por qué Weber escribió de para atrás el Duo

Concertante?

Los compositores antes hacían sus obras de retazos; además, son

grafómanos, es increíble la cantidad de estupideces que pudo escribir un

Mozart un Liszt o un Villalobos. Dejémonos de tonterías pero solo diez obras de

Mozart valen la pena. Ese es un síntoma del artista. Alguien debe hacer una

investigación sobre eso de la grafomanía.

Eso responde a un entorno socio-cultural de la época.

Si, ese es el asunto era un entorno para nosotros completamente

incomprensible. Por eso me gusto la película Amadeus, porque se esforzó por

recrear el rococó. Vea, nosotros creemos poder entender el siglo XIX, porque

esta tan cerca, pero es muy difícil de comprender… como semejante

decadencia pudo producir un Berlioz y luego un Debussy.

Maestro Karol, ¿ha interpretado obras de Weber?

La primera obra que toqué como pianista fue el concertino de Weber, criticaron

mucho a mi maestro porque supuestamente yo estaba para tocar cosas

mejores, tuve éxito con eso, y aún me produce nostalgia, pues tenía 16 años.

Y en este momento, ¿cuál es su concepto de las obras de Weber?

Que son terriblemente banales. Cuando toqué esa obra pude imprimirle algo de

magia, una magia que francamente no creo que pueda imprimirle en este

momento. A ningún alumno le pongo una obra de Weber. En esa época

estaban obsesionados con el virtuosismo de Paganini, usted no se imagina la

cantidad de estupideces que escribió Liszt con el fin del virtuosismo, eso a

propósito de la grafomanía.

32

Considera usted que ¿quizás Weber es una figura de transición entre

periodos?

Yo no puedo responder eso. No sé qué presidió a Weber y que continuó

después. En ese momento hubo un aprecio especial por la música operática,

pues los instrumentos seguramente no estaban tan evolucionados y sonaban

horrible. No sé exactamente la situación musical, no sé exactamente que

superó Weber, lo único que sé es que vivía peleando con Beethoven.

7

ENTREVISTA AL MAESTRO LUIS GUILLERMO VICARIA

La siguiente entrevista se hizo con el fin de comprender cuestiones sobre la

interpretación de una obra, aspectos sobre el estilo y la calidad de una

interpretación, que nadie mejor que intérpretes experimentados pueden aclarar.

La experiencia se constituye en fuente importante de información a tener en

cuenta en el proceso de estudio de una obra a interpretar.

Luis Guillermo Vicaria estudió en el Conservatorio de la Universidad Nacional y

en la Universidad Javeriana, realizó estudios de posgrado en contrabajo en el

Royal College of Music de Londres como becario de la Fundación Mazda, y de

dirección de orquesta en Texas Christian University y en University of Northern

Colorado en Estados Unidos. Ha formado parte de distintas agrupaciones

orquestales en Colombia, Inglaterra, Italia y Estados Unidos. Actualmente es

maestro en la Carrera de Estudios Musicales de la Universidad Javeriana.

Desde su perspectiva de intérprete y director ¿qué es lo que usted escucha en

una interpretación? ¿Cuáles son las características que debe tener dicha

interpretación para que sea catalogada como buena o mala?

Yo creo que en primer lugar, una interpretación debe tener impacto, una

interpretación así no hace que el oyente tenga preguntas con respecto a la

interpretación; es una situación espontanea, como oyente. Pero si uno se

pregunta qué características tienen esas interpretaciones que tienen un gran

impacto, entonces uno empieza por lo básico, una interpretación correcta,

notas, ritmo afinación y expresión, que sea coherente con el estilo; de éste se

pueden hacer varias interpretaciones, de las que depende que la obra sea de

mayor o menor impacto, en este caso se llega a la cuestión del gusto. Así que

lo primero es que tenga un impacto expresivo, lo que hace que ese impacto

esté es que, obviamente, todo lo técnico debe ser correcto, pero hay algo más

que es indecible y es indescifrable, que provoca el impacto de una

interpretación.

8

¿Para usted es importante que una interpretación intente hacerse lo más

cercana a lo que se interpretó en la época de su composición?

Lo que yo valoro, sobre todo en obras que están lejanas de esta época, es que

sea una interpretación informada, que se hayan tomado decisiones basadas en

un acercamiento al estilo, que es donde uno puede considerar las decisiones.

La interpretación debe ser correcta.

Es decir que para usted ¿es fundamental el análisis que se haga de la obra

para una correcta interpretación?

Desde el punto de vista de la dirección, el análisis es parte fundamental de la

lectura de la obra, la manera de aprenderse una obra es a partir del análisis.

Como instrumentista aprehender la obra es tocarla. A mi manera de ver el

intérprete puede nutrirse mucho de ese análisis y contestar preguntas que

puede hacerse con respecto a la interpretación. El análisis es una herramienta

de conocimiento de la partitura, no se debe basar la interpretación en el

análisis, el análisis se hace para tener un mayor conocimiento de la partitura y

de ese análisis salen preguntas y respuestas con respecto a la obra. El análisis

es un proceso reflexivo sobre los eventos escritos y sobre lo que está sonando.

Esto puede llevar a una interpretación ideal, que está basada en la reflexión, y

la reflexión tiene mucho del conocimiento de la música.

Para usted ¿qué es un análisis de estilo?, ¿cuál es la diferencia entre ese

análisis y un análisis morfológico y armónico de la obra?

Mas que un análisis de estilo es pensar en cómo se deben tocar ciertas cosas

para que estén de acuerdo a determinada estética. El estilo está determinado

por todo un entorno estético, dado por un entorno geográfico, un entorno

cultural, un entorno político.

¿La interpretación debe ser coherente con el contexto en el que se escribió?

Creo debe ser coherente con la obra misma. Que fue compuesta en un

contexto, ese es el orden. No es recrear una época, es poner al servicio de la

9

expresión musical un conocimiento previo, es hacer una interpretación

informada.

Desde su experiencia, ¿cómo define clasicismo?

Optimismo. Y el romanticismo pesimismo, con una visión más nostálgica. Por

ejemplo, la quinta sinfonía de Beethoven llamada El Destino está en do menor

y cuál es el destino del hombre, la muerte, pero cómo termina la sinfonía, con

un gran do mayor, una victoria sobre la muerte, un destino. En el romanticismo

no terminaría así.

¿Cómo transmite, desde el aspecto técnico, ese optimismo?

Creo que se debe entender en qué está basado el discurso en el clasicismo.

Muchas veces el discurso clásico está basado en la articulación, en las

vocales. Por eso en el clasicismo, se necesita mucho detalle en la articulación,

desde células muy pequeñas que se vuelven frases y que así se convierten en

movimientos completos. La articulación clara refleja una transparencia.

¿Cómo transmite, desde el aspecto técnico, el pesimismo del romanticismo?

El concepto romántico, en contraste con el clasicismo, hace un énfasis en la

línea y el color de esa línea. Énfasis en las sonoridades, eso no significa que

no haya líneas en el clasicismo.

¿El cliché de que el romanticismo es más rubateado y el clasicismo más

cuadrado es cierto?

Es cierto que en el romanticismo hay un manejo especial del ritmo; el manejo

que hace Chopin es muy diferente al que hace Mozart. El manejo del ritmo es

uno de esos aspectos que hacen que una interpretación genere impacto. El tipo

de escritura de los románticos hace que el manejo del tempo este implícito en

la partitura, incluso está en si mismo, hay obras del romanticismo en las que si

tocas el tiempo muy rígido suenan muy mal. En el clasicismo la expresión está

en lo que se dice con claridad, entonces lo que sería absurdo seria tocar un

preludio Chopin en el estilo de Mozart y viceversa. Hay que tener en cuenta

10

que el rubato es el robarle a algo para poner en otro lado; el rubato debe ser

compensado, y debe ser estudiado, la música debe conservar eso que es tan

de la vida, y es la constancia rítmica. El rubato se estudia con metrónomo.

¿Has interpretado a Weber?

Una obertura, la estudié en dirección. La verdad no recuerdo bien.

Sé que Weber en su época fue de los compositores más prolíferos, además

innovó en muchas cosas con respecto a la orquesta, a pesar de eso Weber ya

no es tan interpretado. ¿Por qué cree que ya no se interprete a Weber?

Pues en opera es uno de los grandes. De pronto su obra operística trascendió

más que el resto.

¿Te gusta la música de Weber?

No he tenido una gran cercanía… cuando empecé a estudiar a Weber encontré

cosas importantes para la historia de la música. Recuerdo las sensaciones de

saber su importancia.

¿En qué periodo ubicas a Weber?

En el romanticismo. Porque su expresión de la opera es una expresión de la

ópera romántica y no de la clásica. Yo creo que por eso, por el tipo de orquesta

que usa, la expresión, es propia del romanticismo. Eso no significa que toda su

obra sea del estilo romántico, a veces los compositores hacen muchos intentos

y pasan por muchos estilos para lograr definirse.

ANEXO No. 2

ANALISIS EN LA PARTITURA

CIFRADO Y FORMA

GRAN DUO CONCERTANTE PARA CLARINETE Y PIANO OP.48 DE

CARL MARIA VON WEBER