la ciencia, el engaæo y el deseo de ser maravillados · 2016-06-07 · tras semana, les confiere...

54
U sted podría dar clases a Aristóteles. Y enseæarle cosas que harían tam- balear sus mÆs profundas conviccio- nes. Aristóteles fue un sabio enciclopØdico. Y no sólo sabe usted mÆs que Aristóteles sobre el mundo, incluso puede que tenga un conocimiento mÆs profundo sobre el funcionamiento de las cosas. Son las ven- tajas de vivir despuØs que Newton, Darwin, Einstein, Plank, Watson, Crick y sus cole- gas. Con esto, no quiero decir que usted sea mÆs inteligente o mÆs culto que Aristó- teles. Aristóteles es, desde mi punto de vis- ta, la persona mÆs inteligente de la Histo- ria. Esto no es lo importante. Lo relevante es que la ciencia es una tarea acumulativa y nosotros he- mos nacido mÆs tarde. Aristóteles te- nía mucho que decir sobre as- tronomía, biolo- gía y física. Sin embargo, sus puntos de vista resultan hoy de- masiado inge- nuos. Pero si nos apartamos de las ciencias, la cosa cambia. Hoy, Aristóteles podría asistir, e incluso partici- par activamente, en un seminario sobre Øtica, teología, filosofía política o filosofía moral. Si Aristóteles asistiera a una clase de ciencias de las actuales, seguro que estaría muy perdido y no por la terminolo- gía que se utiliza, sino porque la ciencia avanza y lo hace acumulativamente. He aquí una pequeæa muestra de lo que usted podría decir a Aristóteles -o a cual- quier otro de los grandes filósofos griegos- para sorprenderle y maravillarle, y no sólo por los hechos en sí, sino tambiØn por la elegancia con que encajan. La Tierra no es el centro del Universo; gi- ra en torno al Sol, que no es mÆs que otra estrella. No hay mœsica de las esferas, pero los elementos químicos, los componentes œltimos de la materia, estÆn ordenados pe- riódicamente de manera parecida a las oc- tavas musicales. No hay cuatro elementos; hay unos cien. Ni la Tierra ni el Aire ni el Fuego ni el Agua estÆn entre ellos. Las especies vivas no son tipos aislados que permanecen inalterados. Si utilizamos una escala de tiempo mucho mayor que la de la vida humana, una escala difícil de imaginar, las especies se separan y diver- gen, dando lugar a nuevas especies, que si- guen diferenciÆndose cada vez mÆs. Du- rante la primera mitad de ese tiempo, nues- tros antepasados eran bacterias. La mayo- ría de los seres vivos son bacterias y cada una de nuestro trillón largo de cØlulas es una colonia de bacterias. Aristóteles era primo lejano de un calamar, primo algo mÆs cercano de un gorila y primo algo mÆs cerca- no aœn de un si- mio: sensu stric- tu, Aristóteles era un simio, un simio africano, mÆs próximo al chimpancØ de lo que Øste lo estÆ al orangutÆn. El cerebro no sirve para refri- gerar la sangre. Es lo que utiliza usted para ela- borar su metafí- sica y su lógica. Es un laberinto tridimensional de millones y millones de cØlulas nerviosas diseæadas para transmitir mensajes mediante pulsos. Todas sus neuronas, colocadas en fila, darían la vuelta al mundo unas veinticinco veces. En el diminuto cerebro de un pin- zón, hay unos cuatro billones de conexio- nes, proporcionalmente, mÆs que en el de un humano. Si usted opina como yo, tras esta enu- meración, tendrÆ sentimientos encontra- dos: orgullo, por lo que nuestra especie sa- be y que, en Øpoca de Aristóteles, se desco- nocía; por otra parte, un preocupante sen- timiento de ¿no es esto demasiado compla- ciente?, ¿hemos dejado algo para nuestros hijos?, ¿podrÆn enseæarnos algo nuevo? Por supuesto. El proceso de acumula- ción no se detendrÆ con nosotros. Dentro 10 (Verano 1999) el escØptico La ciencia, el engaæo y el deseo de ser maravillados La gama de sensaciones que nos puede proporcionar la ciencia es muy amplia y va desde la más emocionante sorpresa hasta el mayor de los desconciertos. Puede satisfacer perfectamente nuestra humana necesidad de misterio y maravilla RICHARD DAWKINS Isaac Newton y Albert Einstein. Iutta Waloschek.

Upload: others

Post on 08-Apr-2020

2 views

Category:

Documents


0 download

TRANSCRIPT

Usted podría dar clases a Aristóteles.Y enseñarle cosas que harían tam-balear sus más profundas conviccio-

nes. Aristóteles fue un sabio enciclopédico.Y no sólo sabe usted más que Aristótelessobre el mundo, incluso puede que tengaun conocimiento más profundo sobre elfuncionamiento de las cosas. Son las ven-tajas de vivir después que Newton, Darwin,Einstein, Plank, Watson, Crick y sus cole-gas. Con esto, no quiero decir que ustedsea más inteligente o más culto que Aristó-teles. Aristóteles es, desde mi punto de vis-ta, la persona más inteligente de la Histo-ria. Esto no es lo importante. Lo relevantees que la ciencia es una tarea acumulativay nosotros he-mos nacido mástarde.

Aristóteles te-nía mucho quedecir sobre as-tronomía, biolo-gía y física. Sinembargo, suspuntos de vistaresultan hoy de-masiado inge-nuos. Pero sinos apartamosde las ciencias,la cosa cambia.Hoy, Aristótelespodría asistir, eincluso partici-par activamente, en un seminario sobreética, teología, filosofía política o filosofíamoral. Si Aristóteles asistiera a una clasede ciencias de las actuales, seguro queestaría muy perdido y no por la terminolo-gía que se utiliza, sino porque la cienciaavanza y lo hace acumulativamente.

He aquí una pequeña muestra de lo queusted podría decir a Aristóteles −o a cual-quier otro de los grandes filósofos griegos−para sorprenderle y maravillarle, y no sólopor los hechos en sí, sino también por laelegancia con que encajan.

La Tierra no es el centro del Universo; gi-ra en torno al Sol, que no es más que otraestrella. No hay música de las esferas, perolos elementos químicos, los componentesúltimos de la materia, están ordenados pe-riódicamente de manera parecida a las oc-

tavas musicales. No hay cuatro elementos;hay unos cien. Ni la Tierra ni el Aire ni elFuego ni el Agua están entre ellos.

Las especies vivas no son tipos aisladosque permanecen inalterados. Si utilizamosuna escala de tiempo mucho mayor que lade la vida humana, una escala difícil deimaginar, las especies se separan y diver-gen, dando lugar a nuevas especies, que si-guen diferenciándose cada vez más. Du-rante la primera mitad de ese tiempo, nues-tros antepasados eran bacterias. La mayo-ría de los seres vivos son bacterias y cadauna de nuestro trillón largo de células esuna colonia de bacterias. Aristóteles eraprimo lejano de un calamar, primo algo

más cercano deun gorila y primoalgo más cerca-no aún de un si-mio: sensu stric-tu, Aristótelesera un simio, unsimio africano,más próximo alchimpancé de loque éste lo estáal orangután.

El cerebro nosirve para refri-gerar la sangre.Es lo que utilizausted para ela-borar su metafí-sica y su lógica.

Es un laberinto tridimensional de millonesy millones de células nerviosas diseñadaspara transmitir mensajes mediante pulsos.Todas sus neuronas, colocadas en fila,darían la vuelta al mundo unas veinticincoveces. En el diminuto cerebro de un pin-zón, hay unos cuatro billones de conexio-nes, proporcionalmente, más que en el deun humano.

Si usted opina como yo, tras esta enu-meración, tendrá sentimientos encontra-dos: orgullo, por lo que nuestra especie sa-be y que, en época de Aristóteles, se desco-nocía; por otra parte, un preocupante sen-timiento de �¿no es esto demasiado compla-ciente?, ¿hemos dejado algo para nuestroshijos?, ¿podrán enseñarnos algo nuevo?�

Por supuesto. El proceso de acumula-ción no se detendrá con nosotros. Dentro

10 (Verano 1999) el escéptico

La ciencia, el engaño y el deseo de ser maravillados

La gama de sensaciones que nos puede proporcionar la ciencia es muy amplia y va desde la más emocionante sorpresa hasta

el mayor de los desconciertos. Puede satisfacer perfectamente nuestra humana necesidad de misterio y maravilla

RICHARD DAWKINS

Isaac Newton y Albert Einstein.Iutta Waloschek.

de dos mil años, la gente corriente que ha-ya leído un par de libros podrá dar clases alos Aristóteles de hoy, por ejemplo, a Fran-cis Crick o Stephen Hawking. ¿Significaesto que la visión actual del mundo seráconsiderada errónea?

¡No perdamos la perspectiva! Hay mu-chísimas cosas que no sabemos, pero, contoda seguridad, nuestra creencia de que laTierra es redonda y no plana, y que giraalrededor del Sol, no será reemplazada. Só-lo esto sería suficiente para inquietar aquienes, con escaso bagaje filosófico, nie-gan la posibilidad de una verdad objetiva:son los llamados relativistas, para quienesno existe ningún argumento para preferiruna explicación científica frente a una ex-plicación mítica del mundo.

Que tengamos antepasados comunescon los chimpancés y otros algo más leja-nos con los monos es algo que no va a serrechazado, aunque puedan variar detallessobre la cronología.1 Por otra parte, mu-chas de las ideas actuales se comprendenmejor si son entendidas como modelos oteorías que hasta el momento han sobrevi-vido a la experimentación. Los físicos no seponen de acuerdo sobre si están condena-dos a cavar cada vez más hondo para des-velar misterios cada vez más escondidos osi la propia física se acabará un día cuan-do elabore una última teoría sobre el todo,una especie de nirvana del conocimiento.Mientras tanto, y como quedan muchas co-sas que comprender, no deberíamos hablartan alto de lo que ya sabemos, sino centrarnuestra atención en los problemas en losque tendríamos que estar trabajando.

Lejos de ser autocomplacientes, muchoscientíficos opinan que la ciencia avanza só-lo refutando hipótesis. Konrad Lorenz decíaque, cada día, quería refutar al menos unahipótesis suya antes de desayunar. Estoera absurdo, sobre todo, viniendo de unagran figura de la etología, pero sí es ciertoque los científicos, más que otros colecti-vos, ganan respetabilidad ante sus colegasadmitiendo sus errores.

Una de las situaciones más instructivasque viví en mi etapa de estudiante fue larespuesta que un respetado profesor delDepartamento de Zoología de Oxford dio aun profesor visitante americano que acaba-ba de rebatir públicamente su teoría másquerida. El viejo profesor se dirigió rápida-mente al centro de la sala de conferencias,estrechó calurosamente la mano del confe-renciante y dijo con emoción: �Mi queridocolega, quiero darle las gracias porque heestado equivocado estos últimos quinceaños�. Y todos aplaudimos entusiasmados.¿Podríamos imaginar a un ministro delGobierno aclamado en el Parlamento poruna rectificación similar? La respuesta más

probable sería: �¡Dimisión, Dimisión!�.

Hostilidad hacia la cienciaTodavía existe una cierta hostilidad haciala ciencia, procedente de columnistas deprensa y de novelistas. Las columnas de losperiódicos son muy efímeras, pero su conti-nuo goteo, repetido día tras día, semanatras semana, les confiere poder e influenciay sus autores tienen que ser conscientes deello. Una característica de la prensa britá-nica es la regularidad con la que alguno delos columnistas más famosos vuelve a ata-car a la ciencia −y no siempre desde el co-nocimiento−. El 11 de octubre de 1996, eldesahogo de Bernard Levin en The Times(Londres) se titulaba �Dios, yo y el doctorDawkins�, y tenía como subtítulo: �Loscientíficos no saben y yo tampoco, pero, almenos, yo sé que no sé�.

No es cuestión de sondear las profundi-dades de lo que Bernard Levin no sabe,baste una muestra del gusto con que pre-sume de ello:

A pesar de disponer de importantespresupuestos para investigación, loscientíficos aún no han demostrado queun quark sea algo más que un puñadode rayos. ¡Que vienen los quarks! ¡Quevienen los quarks! ¡Sálvese quien pue-da! ¡...! Sé que no debería burlarme dela ciencia, de la ciencia noble que des-pués de todo hace que tengamos teléfo-nos móviles, paraguas plegables y cre-ma de dientes con rayas de colores, pe-ro la ciencia, realmente, nos lo está pi-diendo... Ahora en serio, ¿puede ustedcomer quarks?, ¿puede extenderlos en-cima de su cama y abrigarse con ellosen invierno?

No merece la pena contestar, pero el res-petado científico de Cambridge, sir AlanCottrell escribió una breve carta al director�Señor director: El señor Bernard Levin sepreguntaba: ¿podemos comer quarks?Calculo que él comerá cada día unos500.000.000.000.000.000.000�.

Hoy en día, resulta normal que nadie seenorgullezca de su ignorancia en literatura,pero está aceptado socialmente hacer alar-de de la ignorancia en ciencias y proclamarcon orgullo la incompetencia en matemáti-cas. Esto, al menos, es lo que sucede en elReino Unido, aunque creo que no será asíen nuestros más directos −y exitosos− riva-les económicos: Alemania, EE UU o Japón.

La gente responsabiliza a la ciencia de

el escéptico (Verano 1999) 11

Dentro de dos mil años, la gentecorriente que haya leído un par de

libros podrá dar clases a los Aristóteles de hoy, por ejemplo,

a Francis Crick o Stephen Hawking

1 En castellano, simio y mono son sinónimos, pe-ro, en inglés, no tanto. Los apes (simios) −gori-la, chimpancé, orangután−, están más cerca denosotros que los monkeys (monos) −macaco,babuino, tití...−. (N. del T.)

las armas nucleares y de otros horrores si-milares. Aunque ya se ha dicho antes, hayque repetirlo: si alguien quiere hacer elmal, la ciencia le proporciona armas muypoderosas para hacer el mal; pero no esmenos cierto que si uno quiere hacer elbien, la ciencia también pone a su alcancearmas muy poderosas para hacer el bien.La cuestíón es querer hacer lo correcto;entonces la ciencia le proporcionará losmétodos más efectivos para conseguirlo.

Otra acusación frecuente es que la cien-cia va más allá de sus límites. Se la acusade invadir un territorio que depende deotras disciplinas como la teología. Por otraparte −ellos llevan siempre las de ganar−presten atención al himno de odio contralos científicos que la novelista Fay Weldonpublicó en The Daily Telegraph:

No esperes que nos gustes. Nos prome-tiste mucho y nos defraudaste. Ni si-quiera intentaste responder las pregun-tas que te hacíamos cuando teníamosseis años. ¿Dónde se fue tía Maudcuando murió? ¿Dónde estaba antes denacer...? ¿Quién se encargaba de todoesto medio segundo antes del BigBang? ¿Y un segundo después? ¿Quénos dices de los círculos misteriosos enlos campos de trigo?

No tendría inconveniente −no así algu-nos colegas míos− en dar una respuestasimple y directa a las dos preguntas sobrela tía Maud. Pero, probablemente, me ta-charían de arrogante y presuntuoso por irmás allá de los límites de la ciencia.

Existe la opinión de que la ciencia es re-petitivamente monótona y pesada, y la ima-gen de los científicos como personas algochifladas y con el bolsillo de la bata lleno debolígrafos. He aquí otro columnista, A.A.Gill, que escribía sobre ciencia el 8 de sep-tiembre de 1996 en The Sunday Times, deLondres:

La ciencia está constreñida por los re-sultados experimentales y por el tedio-so y pesado caminar por la senda delempirismo... Lo que aparece en televi-sión es más excitante que lo que suce-de detrás... Esto es arte: teatro, magia,polvos mágicos, imaginación, luces,música, aplausos, mi público. Hayestrellas y estrellas, querido. Unas sonaburridos, monótonos garabatos sobreun papel, y otras son fabulosas, inge-niosas y provocativas, increíblementepopulares...

Lo de �aburridos, repetitivos garabatos�es una referencia al descubrimiento de lospúlsares de Jocelyn Bell y Anthony Hewishen 1967. Jocelyn Bell Burnell ha contadovarias veces en televisión el momento estre-mecedor en el que una joven investigadoraen los inicios de su carrera se dio cuenta deque estaba ante algo que nadie había vistoen el Universo. No algo nuevo bajo el Sol,sino una nueva clase de sol que gira tan rá-

pido que, en lugar de tardar veinticuatrohoras como nuestro planeta en completarun giro, tarda sólo un cuarto de segundo.Querido, ¡qué monótono, qué rabiosamenteempírico, querido!

¿Puede ser amenazadora la ciencia paraquienes la encuentran demasiado difícil?No me atrevería a afirmarlo, pero, aunqueparezca contradictorio, voy a citar a un dis-tinguido profesor universitario, John Ca-rey, que actualmente ostenta la cátedraMerton de Inglés en Oxford:

La riada de estudiantes que compitenen las universidades británicas paraconseguir plaza en los estudios huma-nísticos y el hilillo de aspirantes a ca-rreras científicas testimonian el aban-dono de las ciencias por parte de la ju-ventud. Aunque la mayoría de los uni-versitarios se cuida mucho de recono-cerlo en público, de decirlo claramente,todos parecen estar de acuerdo en quelos cursos de letras son más popularesporque son más fáciles y la mayoría delos estudiantes no llega a alcanzar lasexigencias intelectuales que planteauna carrera de ciencias [The Faber bookof science, 1995].

Creo que las carreras científicas puedenser intelectualmente exigentes, pero tam-bién lo son la filología clásica, la historia, lafilosofía. Por otra parte, nadie debería tenerproblemas para comprender cosas como lacirculación de la sangre o el papel del cora-zón como la bomba que impulsa a la san-gre. Carey preguntó a los treinta alumnosde su clase de último curso de inglés enOxford utilizando una cita de Donne:

¿Sabes cómo la sangre, que fluye por elcorazón, de un ventrículo al otro va?2

Les preguntaba sobre la circulación dela sangre. Ninguno de los treinta supo larespuesta, pero uno se aventuró a sugerirque debía ser �por ósmosis�. La respuestacorrecta −que la sangre se bombea de unventrículo a otro a través de, por lo menos,quince millas de intrincados vasos capila-res− debería fascinar a cualquier auténticoestudiante de literatura y no es difícil deentender; no ocurre lo mismo con la teoríacuántica o la relatividad. Por tanto, yomantengo un punto de vista más indul-gente que el del profesor Carey. Me pregun-to si algunos de esos jóvenes han sido des-motivados hacia la ciencia.

La utilidad del saberEl mes pasado, recibí de un espectador unaemotiva carta que empezaba: �Soy profesorde clarinete y el único recuerdo que tengo

12 (Verano 1999) el escéptico

2 Formuló la pregunta en inglés antiguo:�Knows�t thou how blood, which to the heartdoth flow, doth from one ventricle to the othergo?� (N. del T.)

de las asignaturas de ciencias es el de cla-ses y clases sobre el mechero Bunsen�.Bien, usted puede disfrutar de un concier-to de Mozart, aunque no sepa tocar el cla-rinete. Puede ser un competente críticomusical sin necesidad de saber tocar niuna nota. Si todo el mundo acabara la en-señanza secundaria pensando que hacíafalta saber tocar un instrumento para po-der disfrutar con la música, nos perdería-mos muchas cosas de la vida.

¿No podemos tratar igual a la ciencia?Sí, necesitamos mecheros Bunsen y bistu-ríes para los que se especialicen en el tra-bajo científico. Pero, quizás, el resto de no-sotros podría tener clases aparte sobre lacomprensión de la ciencia, los logros de laciencia, los modos de pensamiento científi-co o la historia de la ciencia, más que sobreprácticas de laboratorio.

Y, en este punto, buscaría la complici-dad de otro enemigo −aparentemente− de laciencia, Simon Jenkins, ex director de TheTimes y un contrincante mejor que los an-teriores que he citado, porque él sabe dequé habla. Está resentido por cursos conasignaturas científicas obligatorias y sos-tiene que fueron totalmente inútiles. Aun-que está de acuerdo con algunos aspectosedificantes de la ciencia. En una entrevistagrabada, me dijo:

Me cuesta recordar algún libro de cien-cia que haya leído que pueda decir quefuera útil. No eran útiles, eran mara-villosos. Ahora, me hacen sentir que elmundo a mi alrededor está más lleno...un lugar mucho más interesante de loque imaginaba... Creo que la cienciatiene una bonita historia que contar.Pero una historia inútil. No es útil comolo es un curso de empresariales o dere-cho o incluso un curso de economía ypolítica.

Mi principal preocupación no es que laciencia sea o no útil, sino que su utilidadsea tan grande como para hacer sombra asu faceta como valor cultural o como fuen-te de inspiración. Incluso los más ácidosentre los críticos admiten la utilidad de laciencia, aunque ignoran la capacidad desorprendernos. Se suele decir que la cien-cia aniquila nuestra humanidad o destruyelos misterios de los que se nutre la poesía.Keats acusaba a Newton de destruir la poe-sía del arco iris.

La Filosofía sujetará las alas del Ángel,/ resolverá todos los misterios median-te la norma y la línea, / vaciará el airecautivo, y la mina subterránea /deste-jerá el arco iris.

Claro que Keats era muy joven. TambiénBlake se lamentaba:

Para Bacon y Newton, ocultaron conlúgubre acero, colgaron sus terrores/como férreo azote sobre Albión: razo-nando como enormes serpientes que se

enroscaran en torno a mis extremida-des...

Me hubiera gustado conocer a Keats o aBlake y haberles dicho que los misterios nopierden su poesía cuando se desvelan. Másbien al contrario, a menudo, la solución seconvierte en algo más maravilloso que elenigma y, en cualquier caso, la soluciónnos descubre un misterio más profundo. Elanálisis del arco iris como la dispersión deluces de diferente longitud de onda lleva alas ecuaciones de Maxwell e incluso a la re-latividad especial.

El mismo Einstein estaba claramenteinspirado por una musa estética de la cien-cia: �Lo más bonito que podemos experi-mentar es el misterio. Es la fuente del ver-dadero arte y de la verdadera ciencia�, de-cía. Es difícil encontrar un físico teórico ac-tual que no comparta alguna motivaciónestética similar. John Wheeler, uno de losmás reconocidos físicos de Estados Unidos,es un ejemplo:

... comprenderemos que la idea centralde todo esto es tan simple, tan bella,tan convincente que nos diremos unosa otros: ¿cómo podría ser de otra mane-ra?, ¿cómo hemos podido estar tan cie-gos tanto tiempo?

Wordsworth debería haber comprendidoesto mejor que sus colegas románticos. An-helaba un tiempo en el que los descubri-mientos científicos se convirtieran en�apropiados objetos para el arte del poeta�.Y, en la cena del pintor Benjamin Haydonen 1817, se ganaba la simpatía de los cien-tíficos mientras soportaba los sarcasmos deKeats y Charles Lamby se negaba a brindarcon ellos: �Al diablo con Newton y con lasmatemáticas�.

Ahora bien, hay una aparente contradic-ción. Thomas Henry Huxley veía la cienciacomo �sentido común entrenado y organi-zado� mientras que el profesor Lewis Wol-

el escéptico (Verano 1999) 13

Vista de la galaxia NGC 4414.

pert insiste en que es pro-fundamente paradójica ysorprendente; más un des-afío al sentido común queuna extensión del mismo.Cada vez que bebes un vasode agua, estás bebiendo almenos un átomo que pasópor la vejiga de Aristóteles.Un resultado seductoramen-te sorprendente, pero tam-bién una manifestación del�sentido común organizado�de Huxley a partir de laobservación de Wolpert deque �hay más moléculas deagua en un vaso que vasosde agua en el mar�.

La gama de sensacionesque nos puede proporcionarla ciencia es muy amplia y vadesde la más emocionante sorpresa hastael mayor de los desconciertos, y las ideaspueden llegar a ser tan extrañas como lamecánica cuántica. Más de un físico hadicho algo parecido a esto: �Si crees quecomprendes la teoría cuántica, puedesestar seguro de que no la comprendes�.

En el Universo, hay un misterio seduc-tor, pero esto no significa que sea antojadi-zo, caprichoso o frívolo. El Universo es unlugar ordenado y, en un nivel profundo,unas regiones se comportan como otras re-giones, los tiempos se comportan comootros tiempos. Si colocamos un ladrillo so-bre una mesa, se quedará ahí, aunque seolvide del ladrillo, hasta que algo lo mueva.Los fantasmas y los espíritus no interven-drán tirándolo al suelo por capricho o porhacer una travesura. Hay misterio, pero nomagia; extrañeza que puede ir más allá dela más atrevida de las imaginaciones, perono hay maleficios o brujería; no hay mila-gros arbitrarios.

Incluso la ciencia ficción, que quiere en-tretener utilizando teorías científicas, nopuede pretender ser buena ciencia ficciónsi ignora estos principios.Un programa reciente detelevisión se convirtiómás en un cuento de ha-das que en ciencia ficciónporque las jóvenes no sequitan de repente la ropay se transforman espon-táneamente en lobas.Porque viola una prohibi-ción teórica más profunda que el razona-miento inductivo de los filósofos de que�todos los cisnes son blancos hasta queaparece uno negro�. No, no conocemos anadie que pueda transformarse en lobo, yno porque este fenómeno no haya sido ob-servado nunca −muchas cosas suceden al-guna vez por primera vez−, sino porque laexistencia de hombres-lobo violaría elequivalente al segundo principio de latermodinámica. Sobre esto, sir ArthurEdington dijo:

Si alguien le dice que su teoría favorita

sobre el Universo contradice las ecua-ciones de Maxwell, entonces... peor pa-ra las ecuaciones de Maxwell. Si con-tradice los hechos observados, bueno,pues los experimentadores a veces ha-cen chapuzas. Pero si su teoría contra-dice la segunda ley de la termodinámi-ca, no puedo darle ninguna esperanzasalvo la de acabar en la más profundade las humillaciones. [The nature of thephysical world, 1928, Cap.14]

La epidemia paranormalPara seguir con la relación entre el hombre-lobo y la entropía, voy a pasar a otro campomuy alejado. Pero, puesto que esta confe-rencia está dedicada a la memoria de unhombre, Richard Dimbleby, cuya integri-dad y honradez como comunicador sigueaún viva treinta años después de su muer-te, me centraré ahora en la epidemia actualde propaganda paranormal en televisión.

Las programaciones generalistas inclu-yen espacios a los que acuden los magos yhacen sus trucos. Pero, en lugar de admitir

que son ilusionistas,estos actores de televi-sión proclaman que tie-nen realmente poderessobrenaturales. Cuentancon la complicidad deilustres y prestigiosospresentadores, gente enquien nos hemosacostumbrado a confiar,

comunicadores que se han convertido enreferente. Es un abuso de lo que podríamosllamar el efecto Richard Dimbleby.

En otros programas, algunos perturba-dos cuentan sus fantasías sobre fantas-mas. Pero los productores de televisión, enlugar de mandarles de manera educada ala consulta de un psiquiatra, corren a con-tratar actores para recrear sus delirios, conlos predecibles efectos sobre las grandesaudiencias.

Recientemente, la televisión dedicó me-dia hora en horario de máxima audiencia aun sanador y le dio la oportunidad de plan-

14 (Verano 1999) el escéptico

Aunque parezca mentira, la popularidad

de lo paranormal debería ser motivo

de optimismo

La existencia de hombres-lobo violaría el equivalente al segundoprincipio de la termodinámica.

tear su peregrina teoría según la cual él eraun médico, Pablo de Judea, que murió hacemás de dos mil años. Es hora de que al-guien llame a esto entretenimiento o inclu-so comedia, aunque haya personas quecrean que como entretenimiento es tan dis-cutible como un humano deforme en unabarraca de feria.

Debo volver al problema de la arrogan-cia. ¿Cómo puedo estar seguro de que esapersona con un inverosímil acento extran-jero no fuera Pablo de Judea? ¿Cómo séque la astrología no funciona? ¿Cómo pue-do estar tan seguro que los seres con po-deres sobrenaturales que aparecen en losprogramas son farsantes sólo porque cual-quier ilusionista puede repetir sus trucos?(Por ejemplo, doblar cucharas es algo tansencillo que los ilusionistas americanosPenn y Teller han divulgado las instruc-ciones del truco en Internet en la web la laFundación Educativa James Randi:http:www.randi.org/jr/ptspoon.html)

Las respuestas las ofrece el principio deparquedad o navaja de Occam, de máximasimplicidad o economía de explicación. Esposible que el motor de su coche funcionecon energía psicocinética, pero si parece unmotor de gasolina, huele como los motoresde gasolina y se comporta exactamenteigual que otros motores de gasolina, lahipótesis mas razonable es que sea unmotor de gasolina. La telepatía y la pose-sión por los espíritus de los muertos no sehan aceptado como válidas. Es cierto queno hay nada imposible sobre la abducciónpor extraterrestres que viajan en ovnis;puede que un día suceda. Pero si nos basa-mos en las probabilidades, habría quereservar esta explicación como último argu-mento. Siguiendo con este principio demáxima simplicidad, antes de creer en es-to, necesitamos algo más que una débil yrutinaria evidencia. Si oímos los cascos deun animal golpeando contra el pavimentode una calle de Londres, podría tratarse deuna cebra o incluso de un unicornio, pero,antes de aceptar otra explicación que nosea la de que se trata de un caballo, ten-dríamos que pedir cuando menos algunaevidencia.

Algunos objetan que si quienes se arro-gan poderes sobrenaturales los tuvieranrealmente, ganarían a la lotería todas lassemanas. Yo prefiero señalar que tambiénpodrían ganar un premio Nobel al descu-brir las fuerzas fundamentales que hastaahora no ha podido determinar la ciencia.Si fuera tal como dicen, ¿por qué malgas-tan sus dotes haciendo programas de en-tretenimiento en televisión?

En cualquier caso, tenemos que serabiertos de mente, pero no tanto como paraperder la cabeza. No pido que se dejen deemitir ese tipo de programas, sólo pido quese anime a la audiencia a que sea crítica.Un programa concurso entretenido podríaconsistir en invitar a los que dicen leer elpensamiento o poseer poderes psicocinéti-cos y proponerles pruebas que sólo pudie-ran resolver quienes realmente tuvieran po-deres, y no los ilusionistas. Sería un pro-grama-concurso entretenido.

¿Cómo se explica la moda de lo paranor-mal en los programas populares? Quizátenga que ver con el final del milenio (eneste caso, sería desmoralizante porque aúnfalta un año y medio). Menos preocupantesería que la causa de este auge se debieraa un intento de aprovecharse del éxito deExpediente X. Esta serie es ficción y, portanto, respetable como puro entretenimien-to.

Un buen argumento para la defensa,puede pensar usted. Pero las comedias, lasseries de policías y otras similares merecenuna crítica si semana tras semana bom-bardean nuestros hogares con el mismoprejuicio o la misma visión sesgada. Cadasemana, Expediente X plantea un misterio

el escéptico (Verano1999) 15

Evolución humana desde los prehomínidos hasta el �hombre digital�.

Un programa concurso de televisiónentretenido podría consistir en invitar a

los que dicen poseer poderes y proponerles pruebas que sólo

pudieran resolver quienes realmentetuvieran poderes, y no los ilusionistas

y ofrece dos explicaciones rivales: la racio-nal y la paranormal. Y, semana tras sema-na, pierde la explicación racional. Pero sisólo es ficción, entretenimiento, ¿por quéresulta indignante?

Imagínese una serie sobre crímenes enla que cada semana hay un sospechoso ne-gro y otro blanco, y todas las semanas −¡oh,casualidad!− el culpable es el negro. Seríaimperdonable, por supuesto. Y creo que us-ted no podría defender esta serie diciendo:�¡Pero si sólo es un programa de ficción!�.

No volvamos a una edad oscura de su-perstición e irracionalidad, un mundo en elque cada vez que perdamos las llaves sos-pechemos de fantasmas, demonios oabducciones extraterrestres.

El hambre de misterioBueno, cambiemos a temas más alegres.Aunque parezca mentira, la popularidad delo paranormal debería ser motivo de opti-mismo. El hambre de misterio, el entusias-mo por lo desconocido, es algo saludable yque hay que favorecer. Es el mismo hambreque dirige la mejor ciencia y es el hambreque mejor puede saciar la ciencia auténti-ca. Quizá sea esta misma hambre la queexplica el éxito de audiencia de los paranor-malistas.

Creo que, por ejemplo, los astrólogos es-tán jugando con −abusando de y manipu-lando− nuestra capacidad de maravillar-nos. Quiero decir que, cuando ellos seapropian de las constelaciones, utilizan unlenguaje subpoético como �la Luna se estámoviendo en la quinta morada de Acuario�.La auténtica astronomía es la legítima pro-pietaria de las estrellas y del misterio queencierran. La astrología se entromete eincluso pervierte y destroza el misterio.

Para mostrar la verdadera capacidad deasombrar que posee la astronomía, tomaréprestado el ejemplo de un libro tituladoEarthsearch, de John Cassidy, que compréen Estados Unidos para enseñárselo a mihija Juliet. Busca un amplio espacio abier-to y coloca un balón de fútbol para repre-sentar al sol. Aléjate en línea recta diezpasos del balón. Clava un alfiler en elsuelo: la cabeza del alfiler representa alplaneta Mercurio. Camina ocho pasos másy coloca un grano de pimienta: es Venus.Siete pasos más y otro grano de pimienta:la Tierra. Una pulgada más y otro alfiler: sucabeza representa la Luna, recuerda que esel lugar más lejano al que ha llegado elhombre. Catorce pasos hasta el pequeñoMarte; después, 95 pasos hasta el giganteJúpiter −una pelota de ping-pong−; 112pasos más lejos y está Saturno, una cani-ca. No vamos a dedicar más tiempo al restode los planetas, salvo para decir que ahora

las distancias son mucho mayores. Pero¿cuánto tendríamos que andar hasta en-contrar la estrella más cercana, ProximaCentauri? Coge otro balón de fútbol pararepresentar a la estrella y colócalo a 4.200millas de distancia. Y, para la siguientegalaxia, Andrómeda, ¡no vale la pena nipensarlo!

¿Quién podría volver a la astrología des-pués de haber probado la auténtica ciencia,la astronomía, los �caminos estrellados� deYeats, su �lejana y majestuosa multitud�?Ese delicioso poema también nos anima a�recordar la sabiduría de los viejos tiem-pos�. Y quisiera acabar con un pequeñoejemplo sorprendente que procede de mipropia especialidad, la evolución.

Usted tiene un trillón de copias de undocumento en forma de texto que está es-crito mediante un código digital muy preci-so. Cada copia tiene tanta información co-mo un libro de gran tamaño. Por supuesto,hablo del ADN de sus células. Los libros detexto definen el ADN como el proyecto deun cuerpo. Quizá sea más exacto decir quees como una receta −o libro de instruccio-nes− para fabricar su cuerpo, porque esimborrable. Pero hoy quisiera presentarlocomo algo diferente, e incluso más intri-gante. El ADN es una descripción codifica-da de mundos anteriores en los que vivie-ron sus antepasados. El ADN es la sabidu-ría de la antigüedad, de una antigüedadmuy remota.

Archivos vivientesEl documento humano más antiguo tieneunos pocos miles de años y se representóen forma de pinturas. Parece que el alfabe-to se inventó hace unos 35 siglos enOriente Medio y ha evolucionado transfor-mándose y dando lugar a variedades dife-rentes. El alfabeto del ADN surgió hace, almenos, unos 35 millones de siglos. Desdeentonces, no ha cambiado ni una letra. Yno sólo el alfabeto, sino también el diccio-nario de 64 palabras básicas y sus signifi-cados es el mismo en una bacteria que ennosotros; incluso en el antepasado comúndel que todos hemos heredado este diccio-nario exacto y preciso vivió hace unos 35millones de siglos.

Lo que sí ha cambiado han sido los lar-gos programas que la selección natural haido escribiendo utilizando nuestras 64 pa-labras básicas. Los mensajes que han lle-gado hasta nosotros son los que han podi-do sobrevivir durante millones −y, en algu-nos casos, cientos de millones− de genera-ciones. Por cada mensaje que ha llegadohasta nosotros, ha habido montones de fa-llos que se han ido cayendo como las es-quirlas de un escultor en el suelo de su es-tudio. Esto es lo que significa la selecciónnatural de Darwin. Somos los descendien-tes de una selecta elite de antepasados vic-toriosos. Nuestro ADN ha demostrado serútil, por eso está aquí. El tiempo geológicoha esculpido y grabado nuestro ADN parapoder sobrevivir hasta nuestros días.

16 (Verano 1999) el escéptico

Somos seres afortunados porquevamos a morir. La mayoría de la gente

nunca morirá porque no va a nacer

Hoy, existen unos 30 millones de espe-cies diferentes. Es lo mismo que decir quehay 30 millones de maneras diferentes deconstruir un ser vivo; 30 millones de modosde conseguir que el ADN se perpetúe en elfuturo. Algunos en el mar, otros en la tie-rra. Algunos en grandes árboles, otros bajotierra. Unos son vegetales que usan pane-les solares −los llamamos hojas− para cap-tar la energía. Algunos comen plantas.Otros comen herbívoros. Algunos son gran-des carnívoros quecomen pequeñoscarnívoros. Algunosviven en fuentes ter-males. Se dice quehay una especie degusanos pequeñosque sólo vive en elinterior de los posa-vasos de cerveza ale-manes. Todos estosmodos de vida diver-sos no son más quediferentes tácticaspara transmitir elADN; se diferenciansólo en los detalles.

El ADN del came-llo estuvo una vez enel mar, pero, haceunos 300 millonesde años, salió a tie-rra firme. Ha pasadola mayoría de su re-ciente historia en los desiertos, programan-do cuerpos para resistir el polvo y retener elagua. Como los riscos de arena modeladospor el viento del desierto con maravillosasformas, el ADN del camello se ha esculpidopara la supervivencia en antiguos desiertospara dar los camellos actuales.

En cualquier estadio de su aprendizaje alo largo del tiempo, el ADN de una especiese ha afilado y tallado, esculpido y cribadopor selección en una sucesión de ambien-tes diferentes. Si pudiéramos leer el ADNde un atún y el de una estrella de mar, enambos figuraría la palabra mar. En el ADNde topos y gusanos, pondría: bajo tierra.Por supuesto que, en el ADN, podríamosleer muchas más cosas. En el ADN del tibu-rón y en el del leopardo pondría cazar ytambién mensajes diferentes sobre la tierray sobre el mar.

Aún no podemos leer esos mensajes yquizá no podamos leerlos nunca, porque sulenguaje es indirecto y se corresponde másal mensaje acabado de una receta que almensaje provisional y modificable de unproyecto. Pero también es cierto que el ADNes una descripción codificada de los mun-dos en los que nuestros antepasados sobre-vivieron. Somos archivos vivientes del Plio-ceno africano, incluso de los mares devóni-cos, depósitos andantes de sabiduría desdelos primeros tiempos. Podríamos dedicartoda una vida a leer estos mensajes y nodejar nunca de maravillarnos.

Somos seres afortunados porque vamosa morir. La mayoría de la gente nunca mo-

rirá porque no va a nacer. La cantidad degente que potencialmente podría estarahora ocupando mi lugar, pero que nuncallegó a ver la luz del día, es mucho mayorque el número de granos de arena del Sá-hara, más que los átomos del Universo. En-tre todos los no nacidos, seguro que haypoetas más grandes que Donne, científicosmejores que Newton y mejores músicos queBeethoven. Sabemos esto porque el conjun-to de todas las posibles personas permiti-

das por nuestroADN es infinitamen-te mayor que el detodos los seres hu-manos vivos. En me-dio de esa asombro-sa probabilidad, es-tamos usted y yo,seres privilegiadospor poder estar aquí,privilegiados por te-ner ojos para ver ycerebro para poderpreguntarnos porqué.

Tenemos necesi-dad de maravillar-nos, pero ¿acaso nopuede saciarla laciencia, la verdaderaciencia?

Se dice a menudoque la gente necesitaalgo más que el

mundo material. Hay un vacío que hay quellenar. La gente necesita encontrar un sen-tido, una finalidad a su vida. Pues bien, nosería un mal propósito encontrar qué es loque ya hay aquí, en nuestro mundo mate-rial, antes de concluir que necesitamos algomás ¿Qué más quiere? Basta con que estu-die qué es y usted verá que es más edifi-cante que cualquier cosa que pueda imagi-nar. No hace falta que sea un científico −notiene por qué manejar un mechero Bun-sen− para poder comprender lo suficientede la ciencia como para colmar la necesi-dad que usted siente y llenar ese vacío. Hayque liberar a la ciencia de su laboratorio yllevarla a la cultura.

Richard Dawkins es profesor de la cátedraCharles Simonyi de Comprensión Publica de laCiencia en la Universidad de Oxford. Este artí-culo es el texto de la conferencia en homenaje aRichard Dimbleby emitida por la BBC el 12 denoviembre de 1996. Su libro −aún no traducidoal castellano− Unweaving the rainbow. Science,delusion and the appetite for wonder, publicadopor Houghton-Mifflin en Estados Unidos y porPenguin en el Reino Unido, profundiza en algu-nos de los temas de esta conferencia.

Este artículo fue publicado por el Comité para laInvestigación Científica de los Supuestos He-chos Paranormales (CSICOP) en The SkepticalInquirer, y se reproduce con autorización

Versión española de José Luis Cebollada.

el escéptico (Verano 1999) 17

Representación de la molécula de ADN.

R ecuerda a Chuck Tanemeski? Fue ellíder de un culto fundado en 1983siguiendo las enseñanzas espiritua-

les de Vic Tayback, el tipo que interpretabaa Mel en la serie de televisión Alice. Si sesorprende a sí mismo rascándose la cabe-za, probablemente sea por una buena ra-zón. En su momento de gloria, la secta tuvosólo cuatro miembros, y dos de ellos admi-tieron posteriormente que se habían unidoa ella porque Tanemeski les había ofrecidocomprarles cerveza. El grupo se disolviótras sólo dos meses de vida.

Tanemeski realmente estaba en lo cierto−la humanidad, definitivamente, necesitamás control mentala base de cultos−,pero su método eraclaramente erróneo.Este artículo le pro-porcionará a ustedlas herramientasnecesarias para evi-tar incurrir en losmismos errores queTanemeski y crearun culto que lepueda proporcionardinero, fama e in-cluso sexo en tansólo unas semanas.

Preparación¿A quién adorar?En primer lugar,déjeme decirle quelo mejor es ir direc-tamente a por elmás grande: Dios.Prácticamente todoel mundo ha oídohablar de él, y estole proporciona deentrada cierta cre-dibilidad. Tiene, además, algunas ventajas,como por ejemplo la omnisciencia −ayudacon la culpabilidad−, eso de la vida eterna yel hecho de que nadie le ha visto −añade untoque de misterio−. Por si fuera poco, haytoneladas de canciones disponibles sobreél, lo que le ahorrará el trabajo de compo-ner las suyas propias −Tanemeski trabajómás de un mes tratando de encontrar unalínea que siguiera a �Bésame el culo...�−.

Si es usted de los que gustan de afron-tar riesgos, puede probar con un ídolo hu-mano, ¡pero asegúrese de que él o ella seacomo un dios! El dependiente del turno de7 a 11 o el viejo del parque que se mea enci-ma no tienen precisamente el tipo de espí-ritu que impulsaría a cualquiera a adorar-les. Y tenga siempre en cuenta que, si esa

persona es demasiado accesible, él o ellapuede arrebatarle su papel de líder. Re-cuerde: éste es su culto. Usted lo creó y us-ted disfrutará de los beneficios. Por lo tan-to, si debe adorar humanos, asegúrese deencontrar a alguien que nunca tendríanada que ver con usted −básicamente, al-guien realmente rico−.

Si es usted realmente atractivo, inteli-gente o puede soltar rollos crípticos, peroaparentemente sabios, quizá pueda tratarde ser el centro del culto. Los beneficios deser una figura divina son enormes, peropueden suponer un esfuerzo mental y físi-co también enorme. Asegúrese de conse-

guir una receta deViagra.

¿Cuál es milínea? Ahora, debepensar en la histo-ria de la religión desu culto. Una vezmás, lo más fácil essimplemente tomarprestado algo dematerial de la Bi-blia, pero si se sien-te aventurero, po-dría añadir algo ex-tra sobre cómo quesus seguidores sonlos elegidos que so-brevivirán al efecto2000, la invasiónextraterrestre, y laterrible hambrunade chuletas del año2009 tal y como fueprofetizada, más omenos, en una Re-velación.

No repita loserrores de L. RonHubbard. De todaslas historias absur-

das, la suya está en la cumbre, y su gentegana toneladas de dinero, pero le llevó de-masiado tiempo conseguirlo. En el momen-to en el que consiguió verdadera fama y for-tuna, estaba demasiado muerto para dis-frutarlas. Trate de ser sencillo y atemori-zante.

Dinero. Contrate a un contable moral-mente ambivalente −algunos estudios dederecho son deseables−. Todos los líderesreligiosos competentes saben cómo mante-ner a Hacienda lejos de su bolsillo, y elsuyo necesitará protección también.

Poniendo el plan en acciónEncuentre su rebaño. Nuestra principalpreocupación aquí es localizar un grupo

18 (Verano 1999) el escéptico

Cómo crear un culto (rentable)DAVID GAVISK

grande de potenciales borregos. Podría in-vertir toda una vida recorriendo las callesmirando a los ojos a todos los viandantes enbusca de esa mirada bovina que dice cré-dulo, y lo que aquí se necesita es una formade aproximarse al mayor número de ino-centes en el tiempo más corto. El lugar alque tiene que ir de pesca es, sin duda, uncampus universitario, aunque debería tra-tar de evitar instituciones religiosas, ya quela mayoría de los estudiantes que asisten aellas ya habrán sido captados. La investiga-ción sugiere que la gente que con más fre-cuencia se suma a una religión está en unafase de transición en su vida y la Uni-versidad es una de las transiciones másdramáticas en nuestras vidas. Por esto, ha-brá montones de jóvenes atribulados bus-cando las respuestas que usted les propor-cionará. Una ventaja adicional es que, si po-ne en marcha algún tipo de actividad −di-gamos, fabricación de hábitos o recipientesde agua bendita para vender por la calle−,dispondrá de un buen suministro de manode obra joven, saludable y entusiasta.

De pesca. Una vez que su fuente deseguidores ha sido identificada, ha llegadoel momento de salir a la calle a por ellos.Robert B. Chialdini, profesor de Psicologíade la Universidad del Estado de Arizona, haidentificado una serie de reglas mediantelas cuales puede persuadirse a la gente, yque son de conocimiento capital para cual-quier aspirante a líder de un culto.

La primera es la regla de reciprocidad.La naturaleza humana dicta que, cuandoalguien nos hace un favor, correspondemosamablemente. Esta regla es válida inclusocuando el favor no ha sido solicitado. Paraaplicar esta regla a su búsqueda, simple-mente quédese en alguna parte de un cam-pus y espere la oportunidad de hacer algobueno por alguien. A veces, puede ser tansimple como sujetar la puerta para quealguien recoja algo que se le ha caído. Yesto también es válido para la adulación.Dígale a una muchacha fea cuánto se pare-ce a Claudia Schiffer. Pregúntele a un chicogordo si liga mucho. Dígale a un chico aquien parece que le ha vestido su abuelaciega cuánto le gusta su camisa. Lo impor-tante aquí es iniciar la conversación. A me-nudo, si la persona es una perdedora, elsimple hecho de hablar con ella será toma-do como un favor. Una de las tácticas favo-ritas de la Iglesia Internacional de Cristo esencontrar a una persona con un logotipo enla camiseta y hacer un comentario al res-pecto; es un modo muy efectivo de iniciaruna conversación.

La segunda regla es conectar. La genteserá mucho más receptiva a sus lunáticasideas y será mucho más fácil que haga suvoluntad si usted les gusta. Será de granayuda que usted sea razonablemente atrac-tivo, ya que la gente con frecuencia asignaatributos como inteligente, con talento yamable a quien le resulta atractivo. Si no esmuy agraciado, necesitará sonreír más −ce-píllese bien esos dientes−. Asimismo, re-cuerde dirigirse a la víctima por su nombre

de pila a menudo, y toque su brazo deforma amistosa de vez en cuando.

Parecido a conectar es la autoridad.Existen, de acuerdo con las investigacionesrealizadas, tres buenas formas de estable-cer la autoridad. Una consiste en tener unbuen coche. Usted no tiene aún a nadiehurtando dinero para dárselo, por lo quequizá no pueda permitirse un coche real-mente bueno. Si dispone solamente de unpar de miles de dólares para un coche, nopierda el tiempo. Compre una bicicleta co-chambrosa y cuente a la gente que evitaconducir por razones espirituales. Otrosímbolo de autoridad es el atuendo. Nocompre ropa de segunda mano, pero tam-poco gaste todo su dinero en un trapito deúltima moda que, en unos seis meses, pa-recerá una chaqueta de sport de colornaranja. Decídase por algo más conserva-dor, con un aspecto tipo Cortefiel o algo pa-recido. No supone ningún compromiso, eselegante, y, si el culto completo le estalla enlas narices, no parecerá que compra suropa en Pryca.

Finalmente, el apoyo social puede sernecesario para convencer a sus potencialesseguidores de su legitimidad. Lance losnombres de algunos famosos,1 y hableacerca del enorme gozo que estos famososhan logrado gracias a las enseñanzas de suculto. Puede también sacar citas de intelec-tuales famosos completamente fuera decontexto con el objeto de apoyar sus afir-maciones, y tenga en mente que la mayoría

el escéptico (Verano 1999) 19

1 No trate de utilizar a John Travolta, KirstieAlley o Tom Cruise. Ya son abanderados de otroculto.

A Hubbard le llevó demasiado tiempo conseguir toneladas de dine-ro con su culto de la Cienciología. No repita el error.

de las cosas que dicen conocidos líderesreligiosos como Jerry Falwell o Pat Robert-son se pueden tomar prestadas y ser utili-zadas sin ningún juego de manos para quesean pertinentes, especialmente si trata deridiculizar a un grupo determinado siguien-do sus malévolos métodos.

La estrategia. Una vez que haya conse-guido la atención y la gratitud de los candi-datos, comience a contarles la historia quepensó durante la fase de preparación.Asegúrese de hacerles saber −con muchotacto− que usted es el camino a seguir en labúsqueda de la verdad, la felicidad y la vidaeterna, y que cualquiera que no crea enusted sufrirá no sólo en esta vida, sinotambién en la futura. Prepare algo de mate-rial sobre lo estremecedora que es su ver-sión particular del infierno −si lee algo aDante durante la fase de preparación, aho-rrará tiempo diseñando un infierno real-mente infernal−. Asimismo, cuente al can-didato que tiene un montón de amigosguays y radicales, y que realmente deseaque les conozca. Quizá vaya por una soda oalgo parecido.

MantenimientoEl mantenimiento de la buena actitud y laobediencia incondicional sin límites de losmiembros de un culto puede, a menudo,ser la parte más difícil del trabajo de unlíder. Para tener un culto con éxito, debecontar con seguidores capaces de darle sudinero, trabajar sin descanso para conse-guirle más e incluso morir por usted cuan-do el Gobierno trate de cerrarle el chirin-guito. Unas cuantas recomendaciones:

1) Evite en todo lo posible que sus fielesse comuniquen con sus familiares yamigos. Un progenitor con la menteclara es algo terrorífico, y nada destrui-rá un culto más rápidamente que unpadre iracundo con contactos en elGobierno. Con este fin, asigne a cadamiembro un compañero con quienpasará la mayor parte del tiempo.Estas parejas −los tríos pueden funcio-nar también− asistirán juntas a las cla-ses si es posible, estudiarán juntas,conseguirán dinero para usted juntas ypredicarán juntas. Lo más importante:manténgales ocupados.

2) Recuerde a sus fieles constantementeque usted es un instrumento de Dios oDios mismo −dependiendo de su elec-ción− y que el castigo por desobedien-cia es terriblemente severo. Estimule asus seguidores para que inviertan eltiempo libre comentando los horroresde la vida fuera del grupo y haga saberque una persona que no denuncie unacto de desobediencia comete un delitomás grave que el autor del hecho. Deesta forma, conseguirá una red deespionaje gratis.

Opcional: .Almacene tantas armas como sea posi-ble. Incluso si no las utiliza para nada,resulta intimidatorio para la gente sa-

ber que están ahí. Si alguna vez seenfrenta a un motín, unos cuantos lu-gartenientes armados con M16 puedentransformar una revuelta potencial-mente peligrosa en un incidente aisla-do sin importancia. .Establezca un pacto de suicidio. Puedeser difícil convencer a todos de que esuna buena idea, pero si es usted afor-tunado, ellos pensarán: �De acuerdo,mantengamos contento al líder. Noquerrá destruirnos a todos�. Entonces,tratarán de hacerle feliz en todo mo-mento. Aliménteles con comida poconutritiva y muy azucarada. Digo queesto es opcional porque no estoy muyseguro al respecto. Creo recordar quealguien me dijo que algunos cultos ali-mentan a sus miembros con comidamuy azucarada porque, de alguna ma-nera, elimina su capacidad de racioci-nio y el ejercicio de su voluntad. Pero,de todas formas, soy un individuo quecena dulces la mayoría de las noches,así que utilice esta sugerencia a suconveniencia.

Tenga presente que éstas son solamenteunas pocas de las muchas técnicas quepueden utilizarse para iniciar un culto. Hayuna serie de libros disponibles, que propor-cionan un estudio mucho más profundo delproceso completo y hojear unos cuantos deellos durante la fase de preparación estáaltamente recomendado. Y, aunque partedel proceso necesitará de algún esfuerzo devoluntad y, por momentos, parecerá unaprueba, trate de no verlo como un trabajo.El objetivo principal es pasarlo bien y,eventualmente, controlar las creencias, ac-tos, y finanzas de otros para su beneficio.

Referencias

Para más información sobre cultos consulte: �Cult� (�New religious movements�) de la web de

Tolerancia Religiosa: http://www. religious-tolerance.org/cultmenu.htm.

Carroll, Robert Todd: �Cultos�. The Skeptic�sDictionary. http://www.skepdic.com/cults.html.

Shermer, Michael [1993]: �The unlikeliest cultin history�. Skeptic Magazine. Vol. 2, Nº 2,74-81. Puede leerse en: http://www.skep-tic.com/02.2.shermer-unlikely-cult.html.

David Gavisk es el responsable de la web de laSociedad Sagan, doctorando de Psicología Edu-cacional y dirige una investigación experimentalsobre procesamiento de lenguaje natural. Estácontratado por el Departamento de Sociología dela Universidad como especialista en manteni-miento de sistemas informáticos.

Este artículo apareció originalmente en Doub-ting Thomas, revista de la Sociedad Sagan de laUniversidad de Georgia (Estados Unidos), y sereproduce con autorización.

Versión española de Borja Marcos.

20 (Verano 1999) el escéptico

Auno, permítanme el soliloquio, leasaltan a menudo dudas. Dudassobre lo que estamos haciendo,

sobre nuestra capacidad de promover unareflexión crítica fuera de nuestro entorno(aquí más o menos todos coincidimos en lofundamental, pero nuestra vocación es lle-gar un poco más alla...). En estos momen-tos dubitativos, me reconforta pensar queal menos queda esta publicación, que hasalido con un paso fuerte, que la asocia-ción que la sustenta, a trompicones, eso sí,va afianzándose y consiguiendo poco apoco darse a conocer, mejor dicho, dar aconocer sus datos, sus opiniones. En efec-to, uno se reconforta con muy poquitacosa, porque lo cierto es que cuando unosale al mundo real, las cosas van demos-trándonos que nada de nada. Que siguelloviendo... a cántaros.

Este veranillo en que se debió acabar elmundo ha demostrado a las claras que lapasión aparentemente irrefrenable de losmedios de comunicación por acoger acuanto charlatán llama a sus puertas esalgo que goza de demasiada buena salud.Si el modisto que seapellidaba Rabaneratuvo el honor de darel primer paso entrelos cientos de aprove-chados que hanhecho su agosto conel eclipse de agosto, locierto es que él sólofue uno de tantos, yes de ley reconocerque se lo montó feno-menal para mayorgloria de los beneficios de sus empresas.

No me he parado a echar cuentas, perofácilmente al menos la mitad de las cosasque se publicaron en torno al EuroEclipsefueron estupideces relacionadas con el findel mundo, o con las nefandas consecuen-cias que tal �fenómeno astrológico� (sic:que lo he leído así en EL MUNDO, lo he oídoen las radios, en las teles...) podría acarre-ar. Entre eso y las tonterías de tanta auto-ridad competente pero completamenteignorante de lo que es un eclipse (¡ay! sisólo fueran burros en estos temas...) aúnnos tienen asustados. Seamos pragmáti-cos: al menos se habló algo de ciencia, ytodo esto obligó a muchos científicos amojarse descalificando este tipo de preten-didos efectos de los eclipses. A otros, claroestá, que ya se nos conoce, nos permitiómeter una puyita de vez en cuando...

Dentro de lo malo, algo nos reímos con todo el circo mon-tado.

Pero luego hemos tenido otro asunto notable, sin dudapunta de lanza de un movimiento que no es de hoy, peroque está dispuesto a conseguirlo todo en nuestro país. Merefiero al asunto de las llamadas medicinas alternativas,cuyos promotores, avalados no sólo por potentes indus-trias de la pseudofarmacopea, sino por presuntamenteprestigiosos colegios oficiales de médicos e incluso algunaque otra universidad, están además ahora consiguiendoel apoyo de esos partidos políticos que buscan un res-tyling dentro de la modernidad. Que todo ello nos puedellevar dentro de nada a ver el enorme absurdo, la perver-sa injusticia, de que estas pseudoterapias sean pagadascon el dinero de todos dentro de la sanidad pública.¿Estamos en este caso, como en el de los profetillas delcataclismo eclíptico, ante una panda de charlatanes? Nome cabe la menor duda: pero hay una diferencia funda-mental, no llevan túnicas coloridas ni se refugian en latelebasura. Ostentan sus títulos oficiales de licenciatura,de los que abjuran en la práctica aunque sigan colocán-dolos en sus consultas, evaden con el silencio o con refe-rencias de muy escasa calidad científica la abrumadorarealidad de que carecen de argumentos evidenciales paravendernos las maravillas de sus tratamientos, maravillasque por otro lado sólo lo son en sentido económico: no

podemos olvidar quehablamos de unnegociete muy ren-table.

Evidentemente,no es lo mismoAramis Fuster quepuede acabar can-tando un bolero (esun decir, esto es,más bien una ejecu-ción sumaria, queyo lo sufrí en direc-

to) por salir en un programa de televisión que un repre-sentante del (Ilustre) Colegio Oficial de Médicos de Sevillaque comparece en rueda de prensa al lado de unos políti-cos del PSOE para pedir que el parlamento andaluz acojaen su sistema sanitario cosas como la homeopatía, laacupuntura, la moxibustión y así, terapias hasta ciento.Por poner dos ejemplos, conste. Pero no porque el segun-do sea menos charlatán que la primera, sino porque esinfinitamente más peligroso; si me apuran, más inmoralincluso. Todo el mundo tenemos la libertad de equivocar-nos, el intocable derecho de creernos cualquier cosa. Peroel engaño que vendemos a los demás puede tener conse-cuencias terribles, más aún al hablar de salud y enfer-medad, y de dinero público. No dudo que haya pseudo-médicos o sus fans que actúen de buena fe, pero creo quea lo más son tontos útiles metidos a promocionar uno delos más rentables e inmorales negocios de estos tiempos.Curiosamente, en esto de la pseudomedicina casi nadielevanta la voz, y demasiada gente, de manera equivoca-damente educada, les está dejando hacer. ¡Qué peligro!

cuaderno de bitácora

el escéptico (Verano 1999) 21

Charlatanes, embaucadores... ¿O no?JAVIER E. ARMENTIA

Al menos la mitad de las cosas que se publicaron en torno al EuroEclipse

fueron estupideces relacionadas con el fin del mundo, o con las nefandas consecuencias de tal

“fenómeno astrológico”

Escribo esto desde la ventanilla de unavión que me lleva de París a Marsella,en lo que será el segundo de mis

numerosos viajes a la zona de St. Rémy deProvence y Salon, buscando la verdad acercade Michel de Notredame y sus profecías.Según miro el suelo desde estos 11.000metros de altitud veo, en medio de un áreaaparentemente salvaje, un cuadrado de bos-que denso, como de medio kilómetro de lado,que resalta con su color verdeamarillento. Noveo caminos ni pistas que se internen en esazona y, por alguna razón que no puedo ima-ginar, esos árboles parecen haber resistidolas primeras heladas, el cada vez menosintenso Sol otoñal que ha tornado el resto delpaisaje en un tono rojo, amarillo o marrón.

¿Por qué? ¿Acaso ese pequeño terreno

provenzal fue cultivado hace tiempo, y ahorasu vegetación se nutre mejor? ¿Se habráplantado allá por alguna razón especial untipo de árbol que resiste mejor el otoño?Quizá el gobierno francés está llevando acabo un experimento agrícola, o incluso hadecidido de manera perversa confundir a los

extraños que pasan por encima volando... Notengo ni idea, ni creo que pudiera llegar asaber nunca la razón de esta maravilla.

En cualquier caso, el avión sigue su cursoy pierdo de vista ese misterio que permane-cerá, para mí, sin resolver.

Es la naturaleza de nuestra especie mara-villarse sobre cuestiones como ésta.Buscamos soluciones a cada pregunta quepodemos inventar, y buscamos regularida-des y orden en la información que se nos pre-senta. Misterios sin resolver, preguntas sinrespuesta, orden dentro del caos, bucles enel tejido de nuestro universo... todo ello nosda que pensar.

Soy un individuo singularmente curioso,quizá me atraigan más las anomalías que alresto de la gente. Un trozo de bosque verde essin duda uno de los misterios menores queme he ido encontrando en los últimos sesen-ta años, y apenas se puede comparar con loque me trae a Francia. Pero me he dadocuenta de que los misterios más grandes sereducen, durante su proceso de solución, auna serie de preguntas menores, menospoderosas, y eso parece que sucede con loque me propongo estudiar. El misterio quelleva el nombre propio de Nostradamus.

La búsqueda comienza...El hombre, su educación, su medio, la cul-

tura en que nació y vivió, los miedos y espe-ranzas de sus días... Estos y otros aspectosdeberán ser resueltos para, al menos parcial-mente, poderle quitar la máscara aNostradamus.

Y sospecho que cuando lo hagamos, lacara del Adivino de la Provence estará son-riéndonos...

Hay una inscripción en latín en mármol,colocada en la pared de una iglesia de Salonde Provence, que dice:

�Aquí descansan los restos mortales delilustre Michel Nostradamus, único entre losmortales juzgado capaz de registrar con sucasi divino lápiz, bajo la influencia de lasestrellas, los sucesos futuros de todo elmundo. Vivió 62 años, 6 meses y 17 días.Murió en Salon en el año de 1566. Que laposteridad no disturbe la paz de sus restos.

22 (Verano 1999) el escéptico

La máscara de Nostradamus

La gama de sensaciones que nos puede proporcionar la ciencia es muy amplia y va desde la más emocionante sorpresa hasta

el mayor de los desconciertos. Puede satisfacer perfectamente nuestra humana necesidad de misterio y maravilla

JAMES RANDI

informe especial

Anne Pons Gemelle desea a su marido la ver-dadera felicidad�.

Bien... quizá en nuestra búsqueda debere-mos disturbarlos un poco.

�De noche, sentado y en secreto estudio.Tranquilo y solo, en la silla de bronce: Exigua llama saliendo de la soledad, Hace prosperar lo que no debe creerse en vano.

La vara en la mano entre los sacerdotes deApolo

Por la onda bañada la orla y el pie: Un miedo y una voz vibran por las mangas:Esplendor divino. El divino se sienta a mi lado.�

Con estos versos comenzó este notablefrancés del siglo XVI su obra maestra, lasCenturias, novecientas cuarenta cuartetasextrañas que pretendidamente profetizansucesos importantes de la historia del mundohasta el completo fin del mismo, que losestudiosos de sus escritos han fechado entreel 1999 y el año 7000. Lo cierto es que lainterpretación de Nostradamus no es unaciencia exacta.

Escribir un libro que apoye la idea de queNostradamus fue un profeta requiere pocaexperiencia o trabajo. Tantos expertos inge-nuos, a lo largo de estos siglos, han ojeadosus versos para expurgar cualquier posibleoscuridad que cualquiera se encuentra ahoracon miles de páginas sobre las que copiar,refundir, o hiperbolizar. Analizar este temabajo un punto de vista racional es algo dife-rente...

Resulta demasiado sencillo explicar cier-tos aspectos de la fama de una persona afir-mando que �vivió en una época prodigiosa�.Todas lo son, normalmente por los hombres ylas mujeres que en ellas vivieron. Haber naci-do en un tiempo ventajoso no es una distin-ción reservada por Fortuna a los grandesartistas, filósofos, académicos y hombres deestado. En el caso de Nostradamus, aunqueno creo que se trata de una excepción a mianterior observación, es cierto que algunascircunstancias de su tiempo simplificaron suexistencia, favorecieron su éxito y le permitie-ron sobrevivir hasta hoy como una leyenda,un enigma y un héroe de proporcionesinusuales.

El decía que había escrito su obra princi-pal, las Centurias, como una colección decuartetos proféticos sin orden cronológico.Junto con otros textos, almanaques proféti-cos de gran extensión, cartas, �presagios�,sextetos y notas, los versos han fascinado atodos aquellos que los han ido leyendo o sabi-do de ellos, junto con Homero, Shakespeare,los autores de la Biblia y unos pocos más. ElProfeta de Provence, tras cuatrocientos años,sigue siendo reeditado. Desde su muerte en1566 se han publicado más de cuatrocientoslibros y ensayos sobre sus profecías realiza-dos por casi otros tantos autores, junto conun buen número de comentarios, artículos yotros textos en casi todos los idiomas. Unrecord notable, que nos hace preguntarnospor la razón de tan persistente popularidad.

El siglo XVI comenzó con una revolución

intelectual. En lo académico, la excitaciónque produjeron los nuevos conocimientos lle-garon a dar vuelta con lo que se sabía demedicina, astronomía, matemáticas o filoso-fía, algo que intoxicó a la generación deNostradamus. La misma visión del Universoestaba comenzando a cambiar, y con ellatambién la del papel del Hombre en su des-

arrollo y en su propia existencia. Tales cam-bios en el mundo intelectual rompieron laestabilidad emocional de las personas cultas,hasta entonces acostumbradas a dependerde autoridades que, de repente, comenzabana parecer mucho menos divinas que hastaentonces.

En lo político, Nostradamus existió en untiempo violento, peligroso, en el que cualquie-ra podía ser acusado por intentar escapar dela mediocridad. Las penas por tales transgre-siones eran bárbaras como pocas en otrasépocas: los héroes de entonces bien se gana-ban su nombre. Francia e Italia estaban enconflicto permanente, en un estado de guerrade baja intensidad, lo que provocó una seve-ra depresión económica en Francia. Nuestrohombre vivió en un periodo histórico bien difí-cil.

Aparte de estas influencias obvias en lavida de Nostradamus, hay otro aspecto fun-damental: el medio social -la atmósfera per-sonal diaria- en el que se movió, algo que heintentado investigar, queriendo saber másacerca de una persona tan ilustre, que bienpodría haber sobrevivido en la historia de supaís sin el añadido de su búsqueda de losconocimientos arcanos. Aunque gran partede la información de que disponemos sobresu vida es como mucho fragmentaria y lo quees peor normalmente ficcionaliza en granparte, debemos intentar ordenarla, paraalcanzar un perfil razonablemente correcto.

Las fechas de los sucesos de la vida tem-prana de Nostradamus son desconocidas.Muchos recuentos milagrosos, gestas fabulo-sas que le han atribuido sus admiradores a lolargo de los siglos tienen escasa o ningunabase documental, por lo que debemos obviar-los. Aunque existen numerosas copias impre-sas de sus escritos, comenzando con un tra-tado sobre cosmética en 1552, no se conser-va copia manuscrita alguna. Incluso las pri-meras ediciones de sus textos proféticos sehan perdido, por lo que tenemos que confiaren la exactitud e integridad de quienes le hantranscrito. Se han publicado numerosas falsi-ficaciones, algunas para probar asuntos nooriginalmente previstos por el Profeta, y otrassencillamente para aprovecharse de un públi-co hambriento de cualquier cosa que lleve elmarchamo nostradamiano.

El secreto del éxitoNo es difícil descubrir los secretos de los

profetas. El escritor Eugene Parker lo hizo

el escéptico (Verano 1999) 23

Escribir un libro que apoye la idea deque Nostradamus fue un profeta

requiere poca experiencia o trabajo

bastante bien en un ensayo publicado en1920, en el que resume los métodos genéri-cos de nuestro vidente:

�El método profético [de Nostradamus] estripartito. En primer lugar, toma sucesospasados y los colorea a su aire, de maneraque queden irreconocibles, colocándolosdespués en tiempo futuro. En segundolugar, describe una serie de posibilidadesbien elegidas, basadas en las condicionescontemporáneas, Y en tercer lugar, haceuna serie de tiros al azar que son improba-bles, pero aún así posibles�.

Hay una serie de reglas bien asentadasque pueden permitirle a uno ganarse famade profeta.

Regla Número Uno: Haz muchas predic-ciones, esperando que alguna se cumpla. Sies así, hazlo notar con orgullo. E ignora lasotras.

A lo largo de cuatro años, un grupo deinvest igadoresexaminó las pre-dicciones publi-cadas de los prin-cipales videntesque escribían enel tabloideN a t i o n a lEnquirer. Había364 predicciones,de las cuales sólocuatro erancorrectas. Estoquiere decir quelos psíquicos (todos ellos profesionales muyfamosos) estaban equivocados en un 98,9%de las veces. Sin embargo, siguen con susnegocios, todos excepto uno que falleció... Ajuzgar por sus estadísticas, seguro que fueincapaz de predecir tampoco esto.

Incluso el editor de Nostradamus, JeanBrotot, que le pedía material nuevo, selamentaba de lo prolijo del trabajo que reci-bía. A finales de 1557, con las Centuriascomenzando a crear una gran demandasobre el autor, Brotot le escribía:

�Acabo de recibir, el 9 de septiembre, dospronósticos. Estoy estupefacto por su verbo-sidad. Hoy es moda usar menos palabras.Por ello he decidido publicar sólo uno deellos -elija cuál- aunque añadiendo algunoselementos del otro�

Regla Número Dos: Sé muy vago y ambi-guo. Afirmaciones definidas pueden demos-trarse erróneas, pero cosas �posibles� siem-pre se pueden reinterpretar. Usa modifica-dores como éstos allí donde sea posible:Siento que... Tengo la imagen de... Podríaser que... Acaso... Busco... Percibo...

El escritor inglés William Fulke escribióen 1560 sobre los graves efectos políticosque podían tener las profecías deNostradamus sobre el nuevo gobierno deIsabel I. El público británico estaba leyendolos almanaques de Nostradamus que, tradu-cidos, se conseguían fácilmente. La adminis-tración de la reina Isabel, comenzandoentonces a salir del bache que se había vivi-do con el desastroso reinado de María laSangrienta, necesitaba cualquier cosa por

pequeña que fuera para conseguir el apoyopopular, y las predicciones de Nostradamus,entre otras calamidades como terremotos yasesinatos, presentaban un reinado muycorto para la nueva reina. Fulke hacía notarla ambigüedad del trabajo del vidente fran-cés:

�¿Qué? ¿Debemos permanecer en silen-cio viendo como lenta y fríamente la gente,durante el año pasado, seducida por laslocas profecías de Nostradamus llegaban aolvidarse de la verdadera adoración que hande tener a Dios y a Su religión? Buen Señor,¿qué agitaciones hubo? ¿Qué miedos? ¿Quéexpectaciones? ¿Qué horrores? [...] Peronuestro hacendoso Nostradamus, arropósus profecías en tal manto de oscuridad quehombre alguno podría desvelarlas, y obtenerconocimiento cierto. Sin duda oyó hablar deloráculo de Apolo, ese ídolo diabólico deDelfos a quien se pedía consejo, pero que

siempre contestabade manera oscura ydoble, de forma quesiempre se podíainterpretar devarias maneras�.

Fulke arremetiócontra más de seis-cientos videntesque según él usa-ban las mismastécnicas para suengaño, aunqueNostradamus era a

quien más atención dedicó. Los nostrada-mianos, como Charles Ward, suelen acudirrápidamente con la clásica excusa para estaambigüedad de su profeta. Piensan que asíse elimina la crítica:

�Respecto a su oscuridad, el propioNostradamus admite que es algo que se hade cultivar tanto en sus tiempos como en losfuturos. Nadie puede realmente negar queoscuridad y profecía son casi términos simi-lares e intercambiables. Las profecías de lasEscrituras también son ambiguas [...] Hayquienes mantienen que las profecías soninútiles, sólo porque no pueden ser plena-mente comprendidas hasta que se han cum-plido.�

Ward procede posteriormente a explicar asus lectores una de las paradojas clásicas:

�Es obvio que muchas profecías son detal naturaleza que, si se comprendieran cla-ramente con anterioridad al suceso, podríanprevenir de su propio cumplimiento, y asídejar de ser profecías: lo que se había pre-visto nunca habría sucedido�.

Debemos hacer notar que Nostradamus,en un texto en prosa contenido en suEpístola al rey Enrique II, que aparece justoantes de la Octava Centuria de su obra, pro-porciona uno de los pocos momentos dondeprofetiza de forma bastante específica algu-nos sucesos que pueden ser ahora cotejadoscon lo que sucedió. No hay ambigüedad porlo tanto en estas afirmaciones, y los nostra-damianos suelen evitar cuidadosamente dis-cutir esta parte del trabajo del vidente.Como observa Leoni:

24 (Verano 1999) el escéptico

“Nostradamus arropósus profecías en tal manto de

oscuridad que hombre algunopodría desvelarlas, y obtenerconocimiento cierto”, escribió

William Fulke el 1560

�Se comprueba que en la gran cantidadde predicciones que se hacen en esa texto enprosa no hay ni una sola que se haya cum-plido. La datación de dos calamidades sirvepara desacreditar por completo su obra�.

Las dos catástrofes a que se refiere Leonison las predicciones de Nostradamus de lavirtual desaparición de la raza humana en1732 y la culminación de una persecuciónreligiosa larga y violenta para 1792. Y hemosde notar que ambos sucesos están fechadospara haber sucedido mucho después de queel vidente estuviera tranquilo en su tumba.

La oscuridad de Nostradamus se ganó aveces la crítica de sus clientes. En una cartaque se conserva de uno de ellos, llamadoFrançois Bérard, de 1562, la queja es clara:

�He leído cuanto ha escrito en torno alanillo, pero no he comprendido nada.¿Podría ser más claro?�

Regla Número Tres: Usa mucho simbo-lismo. Sé metafórico, utilizando imágenes deanimales, nombres e iniciales. Pueden enca-jar con muchas cosas a los ojos de los cre-yentes.

El escritor John Hogue sugiere, por ejem-plo, que una clarísima referencia deNostradamus a Neptuno significa realmenteInglaterra. Por supuesto, hace notar, unleón también puede simbolizar a Inglaterra,o bien a la monarquía en general. Aunquetambién se puede referir a la ciudad de Lyonen Francia. Un lobo puede referirse tanto aRoma como a Italia, pues Rómulo y Remo,los mitológicos fundadores de Roma fueronamamantados por una loba. Pero invasorescomo los Nazis actuaban como lobos, asíque uno podría aplicarles la metáfora tam-bién. El nostradamiano James Lever dice asus lectores que �el leopardo, por supuesto,significa Inglaterra�. Y así hasta ciento...

Regla Número Cuatro: Cubre cadasituación en ambos sentidos y selecciona laopción ganadora como la intención �real� detu afirmación.

Jeane Dixon, (una de las videntes másfamosas de nuestra época, a quien podemosemplear como ejemplo de estos mecanismosde los videntes que también usaraNostradamus), tras más de diez años depublicar profecías fallidas, predijo en 1953la muerte de un presidente del PartidoDemócrata de los Estados Unidos que se ele-giría en el año 60 y que tendría los ojos azu-les. En 1956 reiteraba que ganara quienganara las elecciones presidenciales del 60,fuera o no Demócrata, �sería asesinado, obien moriría durante el cargo�, aunque nonecesariamente en su primer periodo.Posteriormente, a finales de 1960 predijoque veía a un joven de ojos azules y cabelloscastaños como el próximo presidente, y queJohn Kennedy no iba a ganar las elecciones.Obviamente, en contra de lo que se sueledecir, ella no predijo el asesinato deKennedy, sino de otro candidato que tendríaéxito. En un cierto momento, predijo que esepuesto iba a ser para Richard Nixon.

La predicción de Dixon �ser asesinado omorir� no menciona el nombre de Kennedy,ni siquiera sus iniciales, ni la ciudad de

Dallas, ni épocas o fechas. Es probable quesu predicción se basara en esa idea de lamaldición presidencial de que los presiden-tes electos cada 20 años (a partir deHarrison) morirían en el cargo. RonaldReagan confundió a los �expertos� sobrevi-viendo a un atentado...

Regla Número Cinco: Da crédito a Diospor los aciertos y acúsate de cualquier inco-rrecta interpreta-ción de Sus divi-nos mensajes. Así,tus detractorestendrán queluchar contraDios.

Algo quemuchos videnteshacen, incluyendoa Jeane Dixon,que se prepara asíen caso de equivo-cación.

Regla NúmeroSeis: No importasi te equivocas fre-c u e n t e m e n t e ,sigue como sinada. LosCreyentes ni sedarán cuenta detus errores, y con-tinuarán siguién-dote palabra porpalabra.

Jeane Dixondijo, entre dece-nas y decenas depredicciones erró-neas, que el presi-dente de los EEUURichard Nixonsobreviviría alescándalo Watergate, haciendo su vueltapolítica en 1976; que Rusia pondría el pri-mer hombre en la Luna, e invadiría Irán en1953 y Palestina en 1957; que la China rojacomenzaría la III Guerra Mundial en 1958,aunque sería admitida en las NacionesUnidas en 1959; que Jackie Kennedy no secasaría (primero), y tras haberse casado conOnassis, y muerto su marido, que sí se casa-ría; que Rusia invadiría Irán de nuevo en1960; que Fidel Castro caería en 1961 y queposiblemente moriría en 1966; queEisenhower no gobernaría en 1956; queSpiro Agnew �aumentaría de estatura�; oque la guerra del Vietnam acabaría el 5 deagosto de 1966... La lista es muy larga, y essólo una selección. Pero la Dixon continúacon su reputación de una profetisa queacierta.

Regla Número Siete: Predice catástrofes;se recuerdan más fácilmente y son, sinduda, mucho más populares.

Jeane Dixon se ha especializado en gue-rras, revoluciones, asesinatos, terremotos ydemás tragedias, asustando a sus lectores.En 1970 predijo que en los 80 un cometachocaría contra la Tierra causando grandescataclismos: enormes terremotos y ondas de

el escéptico (Verano 1999) 25

Portada del libro de James Randi dedicadoa Nostradamus.

marea. De manera similar, las profecías deNostradamus, allí donde pueden ser desci-fradas, se dedican casi exclusivamente ahablar de guerras, líderes, enfermedades,inundaciones, hambrunas, caballeros, sol-dados y realeza, copiando, en algunosaspectos, el estilo cataclísmico de la Biblia.

Predecir terremotos, como ha hechonotar el escritor Charles Cazeau, es de lomás seguro, salvo que tengas que especificarcuándo y dónde. La corteza terrestres estáconstantemente en movimiento, originandomiles de sismos de mayor o menor gradocada año, con uno importante cada dos otres semanas en algún lugar del mundo. En1989, por ejemplo, se registraron ochenta degran magnitud.

La astrología enseña que aunque hay sig-nos y aspectos catastróficos y benéficos, losprimeros suelen tomar precedencia sobre losotros. En un análisis sobre la técnica de�desastres� de Nostradamus, Edgar leroy haobservado:

�Es fácil ver, incluso en una lectura rápi-da y superficial de las Centurias, que debenmucho de su increíble reputación a su con-tenido un tanto catastrófico. Solemos recor-dar muy poco de los tiempos felices delpasado; pero conservamos memorias exqui-sitas y poderosas de las antiguas desgra-cias... [Los lectores] perciben claramente -muy claramente, si tenemos en cuenta lajerga empleada- que se anuncian inclusomás miserias y cataclismos. Así son las pro-fecías de Nostradamus: cuantas más trage-dias predicen, más probables parecen.�

Regla Número Ocho: Cuando se haceuna predicción después de los hechos, peroaparentando que la profecía precedió aaquellos, sé erróneo lo bastante para parecerinexacto en los detalles concretos; una pro-fecía demasiado buena es sospechosa...

Tenemos un ejemplo reciente de esta téc-nica que resulta excelente: el 30 de marzo de1981 los medios de comunicación estabanllenos de datos acerca del intento de asesi-nato del presidente estadounidense RonaldReagan por un hombre llamado JohnHinckley. Y gran parte de la atención se cen-traba en una psíquica profesional de LosAngeles, Tamara Rand, que supuestamentehabía profetizado el suceso dos meses antesdurante una entrevista de televisión en LasVegas. Rand había predicho que el intentode asesinato tendría lugar durante la últimasemana de marzo y que el nombre del asesi-no fallido sería �algo parecido a JackHumley�, según las noticias.

La fecha y el nombre estaban muy próxi-mos a la realidad, aunque no eran perfectos.La técnica de Rand era la clásica. Como sepudo descubrir posteriormente, la profecíaera un completo engaño: había hecho lacinta de vídeo de su predicción el díasiguiente al atentado, y había puesto espe-cial cuidado en equivocarse en algunos deta-lles justo para conseguir el sabor exacto deuna profecía. Nostradamus empleó a menu-do esta misma técnica.

Una regla que también usó JohnatanSwift, el escritor satírico inglés autor de los

Viajes de Gulliver, quien protagonizó unasonora bofetada a la astrología al publicar laobra titulada �Predicción para el año de1708, por Isaac Bickerstaff, Caballero�. Bajoel pseudónimo, pretendidamente creía en suarte astrológico, pero a la vez ponía de mani-fiesto los absurdos que implica. Y lanzabaun dardo a un conocido astrólogo londinen-se de la época, llamado Partridge, en formade predicción astrológica:

�Mi predicción no es sino una bagatela,aunque debo mencionarlo para mostrarcuán ignorantes son esos pretenciososastrólogos incluso en sus propios asuntos:me refiero a Partridge, el hacedor de alma-naques. He consultado las estrellas de sunacimiento con mis propias técnicas y heencontrado que de manera infalible moriráel 29 de marzo próximo hacia las 11 de lanoche de una terrible fiebre. Lo que digopúblicamente para que arregle todo para lafecha�.

En el �ensayo� de Swift, aparecía unacarta de un caballero anónimo que describíala muerte del astrólogo Partridge en esafecha y casi a la hora prevista, es decir, cum-pliendo la regla octava.

En vano, el astrólogo Partridge protestóen la prensa a su público diciendo que esta-ba vivo, incluso adjuntando un acta notarialcomo prueba. Como respuesta, Swift regañópúblicamente al que decía que era un men-tiroso, y se permitió contestar los argumen-tos de Partridge, probando que realmenteestaba muerto. La repercusión de tan deli-cioso fraude siguió durante bastante tiem-po... aunque la astrología, claro está, sobre-vivió al ataque.

Hay muchos otros métodos para teneréxito en el negocio de la profecía, pero losque he resumido son los principales que unodebe saber. Si se comparan los métodos deNostradamus con los que los videntes dehoy en día usan para dar la impresión deque tienen poderes pronosticatorios nosdamos cuenta de que están aplicando lasmismas fórmulas del Vidente de Provenza,de hace más de cuatrocientos años. Métodosque incluso eran antiguos ya en época deNostradamus.

Pero reconozcamos que independiente-mente de los métodos, hay que conseguir laatmósfera adecuada para tener éxito comoprofeta, y en eso Nostradamus sí que essobresaliente...

26 (Verano 1999) el escéptico

James Randi, conocido como El AsombrosoRandi, es ilusionista, showman, conferenciante,uno de los más prestigiosos estudiosos de lo pa-ranormal, presidente de la FundaciónEducativa James Randi y autor, entre otroslibros, de Fenómenos paranormales, The truthabout Uri Geller y The faith healers.

Este artículo es un extracto de su libro Themask of Nostradamus, publicado por la editori-al Prometheus (1990), y se reproduce con auto-rización del autor, a quien agradecemos sugenerosidad.

Versión española de Javier E. Armentia.

Siempre ha sido un tema favorito de losprofetas el del fin de la humanidad y/ola desaparición de nuestro planeta y/o

el colapso de todo el Universo. Hay veces queel truco está en colocar la fecha lo suficiente-mente lejos en el futuro que cuando el Fin nollegue, el oráculo ya no esté por aquí paratener que explicar por qué. Otros, a menudopara conseguir que los Creyentes entreguensus propiedades y demás cosas mundanas,preparan ya de antemano excusas, y consi-guen sobrevivir a la grandecepción que normal-mente sigue a una predic-ción fallida.

He aquí una lista dealgunos pronósticos delFin del Mundo bastanteinteresantes, comenzandopor referencias bíblicas yacabando con algunosoráculos contemporáneos.A juzgar por el éxito quehan tenido estos y otrosprofetas, podemos asegu-rar tranquilamente quenuestro planeta continua-rá más o menos igualcomo está durante bas-tante tiempo. Por miparte, yo no estoy nadapreocupado.

A.C-D.C. Según elNuevo Testamento, el Findebería haber acontecidoantes de la muerte delúltimo apóstol. En Mateo16, 28 se afirma: �En ver-dad os digo, hay algunosque estáis aquí que no probará la muerte, yverán al Hijo del Hombre llegando a SuReino.� Uno a uno fueron muriendo los após-toles. Y el mundo siguió gira que gira...

992 D.C. En el año 960, el sabio Bernardode Turingia causó gran alarma en Europacuando anunció convencido que su cálculodaba al mundo sólo 32 años más antes delfin. Su propio fin, afortunadamente para él,ocurrió antes de ese suceso que nunca tuvolugar.

31 de diciembre de 999. Los Apócrifosbíblicos dicen que el Juicio Final -y conse-cuentemente, cabe suponer, el fin del mundo-ocurriría mil años después del nacimiento deJesucristo. Cuando llegó ese día, aunque esmuy dudoso que hubiera tanto pánico comose ha dicho posteriormente, se pudo haberexperimentado cierto grado de aprensión. Seha dicho que las tierras no se cultivaron eseúltimo año, pues no iba a haber nadie pararecoger las cosechas. Según la Enciclopediade las Supersticiones, numerosos documen-

tos públicos de esa época comienzan dicien-do: �Ahora que el mundo se acerca a su fin...�.Expertos actuales sospechan que autorescomo Voltarie o Gibbon crearon, o al menosretocaron, esta historia para probar la natu-raleza crédula de los cristianos medievales.

Septiembre de 1186. Un astrólogo cono-cido como Juan de Toledo, a finales de 1179hizo circular panfletos anunciando el fin delmundo cuando todos los planetas se coloca-ran en Libra. (Si se incluía al Sol entre ellos,

se puede calcular que esohabría ocurrido el 23 deseptiembre a las 16:15GMT, o a la misma hora del3 de octubre en nuestrocalendario). EnConstantinopla, el empera-dor bizantino tapió susventanas, y en Inglaterra elarzobispo de Canterburyconvocó un día de peniten-cia. Aunque el alineamien-to tuvo lugar, el Fin, no.

1 de febrero de 1524.Se trata de una de las pre-dicciones del fin del mundopor inundación que máspopularidad alcanzaron.En junio de 1523, astrólo-gos londinenses predijeronque el Fin llegaría aLondres como un diluvio.Unas 20.000 personasabandonaron sus casas, yel prior de St. Bartholomewllegó a construir una forta-leza en la que almacenósuficiente comida y agua

como para sobrevivir a dos meses de espera.Cuando llegando la fecha ni siquiera llegó allover en una ciudad donde esto es bastantenormal, los astrólogos recalcularon todo des-cubriendo que se habían equivocado en cienaños. (Un siglo después, otros astrólogos sequedarían decepcionados, secos y vivos, alver que tampoco llegaba ese diluvio).

El año de 1524 estuvo lleno de desastrespredichos. La creencia en esa fecha se hizomuy fuerte en toda Europa. Un astrólogo lla-mativamente apodado Nicolaus Peranzonusde Monte Sancte Marie, encontró que se ave-cinaba una conjunción de planetas en Pisces,lo que popularizó, siendo un signo de agua, lacreencia en un nuevo Diluvio.

George Tannstetter, otro matemático yastrólogo de la Universidad de Viena, fue unode los pocos en su época que negó el Fin delMundo para esa fecha. Su horóscopo decíaque viviría después de 1524, y mostró que loscálculos de los demás eran erróneos. Lo cier-to es que casi nadie le hizo caso.

el escéptico (Verano1999) 27

Algunas profecías del fin del mundo... que fallaron

JAMES RANDI

James Randi.

Para el 20 de febrero de ese año (algunosdecían que para el 2) se había profetizado lagigantesca inundación. Las predicciones delastrólogo Johannes Stoeffler, muy afamado,que había establecido la fecha en 1499, llega-ron a comentarse y repetirse en más de uncentenar de obras posteriores.

Esa conjunción se produjo en Pisces porlos planetas Mercurio, Venus, Marte, Júpitery Saturno, junto con el Sol. Neptuno, desco-nocido en aquella época, también estaba enesa zona del cielo. Pero según los cálculos quehe podido hacer, la fecha de tal conjunciónera el 23 de febrero según el calendario anti-guo, no el 20. Por otro lado, tampoco anda-ban por allá ni la Luna, ni Neptuno ni Plutón(estos dos últimos también desconocidos porentonces).

Es interesante saber que esta conjunciónfue, de largo, mucho más notable que otraque no hace muchos años se describía en unlibro bastante tonto titulado El efecto Júpiter,escrito por dos astrónomos que por otro ladoparecían normales, quienes, en 1974, predije-ron funestas consecuencias para nuestro pla-neta como consecuencia de un alineamiento

de planetas el 10 demarzo de 1982.Otros astrónomos,obviamente, nega-ron que hubieraningún efecto y,cuando llegó lafecha, como segura-mente esperaban,nada sucedió. Unode los autores infor-mó, en cualquiercaso, algunos terre-motos acontecidosen 1980 habían sidoel �resultado prema-turo del EfectoJúpiter�... El públi-co bostezó de emo-ción.

En respuesta alas profecías de1524, en Alemania,la gente se planteóconstruir embarca-ciones, y un Condede Iggleheim, obvia-mente un devoto deStoeffler, llegó afabricar un arca detres pisos. En

Toulouse, un hombre llamado Aurial tambiénrealizó por su cuenta un arca. En algunasciudades portuarias europeas, la gente serefugió en barcos. Cuando comenzó a lloverdébilmente donde Von Iggleheim tenía el arca,el día predicho, la muchedumbre enloqueció ysin otra cosa que hacer, decidió apedrear alconde hasta la muerte. Cientos de personasmurieron en el alboroto. Stoeffler, que habíasobrevivido a todo eso, rehizo sus cálculos yobtuvo una segunda fecha, en 1528. Esta vezya no hubo reacciones. A veces, la gente sevuelve inteligente.

Curiosamente, la Encyclopaedia Britan-nica de 1878 describe 1524 como �un año,

según se vió, destinguido por la sequía�.1532. Un obispo vienés, Frederick

Nausea, decidió que un desastre inmensoestaba cerca, cuando tuvo noticia de diversossucesos extraños. Le contaron que se habíanvisto cruces de sangre en los cielos junto a uncometa, que había llovido pan negro desde elcielo, que se habían visto tres soles y un cas-tillo de llamas flotando en lo alto. La historiade que una niña de ocho años, en Roma, ver-tía agua caliente de sus pechos, le convencióde que el fin del mundo se acercaba. Y así locomunicó públicamente.

3 de octubre de 1533, a las 8 de lamañana. El matemático y experto bíblicoMichael Stifel (conocido como Stifelius) habíacalculado la fecha y hora exacta del día delJuicio Final a partir del análisis delApocalipsis de San Juan. Cuando llegado eldía nada se vaporizó, los curiosamente ingra-tos habitantes de la ciudad alemana deLochau, donde Stifel había hecho el anuncio,le recompensaron con una gran paliza. Paracolmo, perdió su plaza eclesiástica.

1533. El anabaptista Melchior Hoffmananunció en Estrasburgo, una ciudad que élconsideraba la Nueva Jerusalén, que elmundo se consumiría en llamas en 1533.Creía que en esa Nueva Jerusalén exacta-mente 144.000 personas sobrevivirían mien-tras Enoch y Elías expelerían por su boca lla-mas que arrasarían el resto del mundo. Lospíos y acaudalados fieles que esperaban estarincluidos en ese número de elegidos dejaronsus tierras, perdonaron a sus deudores, y die-ron su dinero y posesiones a los pobres.Cómo se iban a usar todos estos bienes enmedio de las llamas no quedaba claro, ninadie comentó que tales sacrificios tan cercadel Fin eran apenas meritorios.

La fecha del cataclismo llegó y pasó, y unnuevo apóstol llamado Matthysz apareciópara calmar a quienes ya empezaban a expre-sar ciertas dudas. En febrero de 1534 se bau-tizaron más de cien personas en Amsterdamen anticipación del aún esperado fin. Resultaque los años 1533 y 1534 se han hecho notarfrente a otros cercanos por la relativa ausen-cia de conflagraciones, lo que uno podría lle-gar a explicar por aquello del repentino inte-rés del público en preocuparse del fuego y node otras cosas...

1537. (También en 1544, 1801 y 1814).En Dijon se publicaron una serie de profecíaspóstumas del astrólogo Pierre Turel. Sus pre-dicciones del Fin se extendían durante 227años, pero todas ellas fueron afortunadamen-te erróneas. Había usado cuatro métodosdiferentes de cálculo para llegar a las cuatrofechas, y aseguraba a sus lectores que teníacreencias religiosas estrictamente ortodoxas,algo muy conveniente en aquella época.

1584. El astrólogo Cyprian Leowitz, quienrecibió la distinción de ser incluido en 1559en el índice oficial de libros prohibidos por elpapa Pablo IV, predijo el fin del mundo para1584. A pesar de todo, o por si acaso, publicódespués unas tablas astronómicas con suce-sos del cielo hasta 1614, en el improbablecaso de que el mundo sobreviviera. Lo hizo,por supuesto.

1588. El sabio Regiomontano (Johann

28 (Verano 1999) el escéptico

Edición de las �Centurias�

Mueller, 1436-1476), quien de manera póstu-ma fue víctima de los iluminados que le atri-buían poderes mágicos y ocultos, predijo elfin del mundo para 1588 en una oscura cuar-teta, pero en 1587 el médico de Norfolk JohnHarveu aseguró a sus lectores que los cálcu-los atribuidos a su maestro eran falsos, con loque la profecía resultante también era falsa.Acertó.

1648. El rabino Sabbati Zevi, en Esmirna,interpretó la Cábala para mostrar que él erael Mesías prometido y que su llegada, acom-pañada por milagros espectaculares, se espe-raba para 1648. En 1665, a pesar de quetales maravillas no habían aparecido, Zevitenía una gran cantidad de seguidores. Losciudadanos de Esmirna abandonaron sustrabajos y prepararon su retorno a Jerusalén,basándose en la fuerza de los pretendidosmilagros de Zevi. Tuvo un serio revés cuandofue arrestado por el Sultán, y fue llevado aConstantinopla encadenado: el nuevo Mesíasse quedó en la cárcel mientras seguidoressuyos de lugares tan alejados como Holanda,Alemania o Hungría comenzaron a preparar-se con anticipación al Armagedón.Desafortunadamente para ellos, el Sultánconvirtió al caprichoso Zevi al islam, y elmovimiento desapa-reció.

1 6 5 4 .Consultando susefemérides y tenien-do en cuenta unanova aparecida en1572, el médicoHelisaeus Roeslinde Alsacia decidióen 1578 que elmundo seguramen-te acabaría en lla-mas setenta y seisaños después. No sobrevivió para ver cómofallaba su profecía.

Ese debió ser un mal año, de todas for-mas. Se había predicho un eclipse de sol parael 12 de agosto (que realmente ocurrió el 11)y que se anunció también como el anunciodel Fin del Mundo. Se produjeron muchasconversiones a la Fe Verdadera, los médicosprescribían permanecer en casa, y las iglesiasse llenaron.

1665. Con la Peste Negra en pleno auge, elcurandero Solomon Eccles aterrorizó a lapoblación londinense aún más con su decla-ración de que la pestilencia era tan sólo elcomienzo del Fin. Fue arrestado y encarcela-do cuando la plaga comenzó a disminuir envez de aumentar. Eccles, tras su puesta enlibertad, se fue a las Indias Occidentales,donde siguió ejercitando su celo por la agita-ción incitando a los esclavos a la revuelta. LaCorona le volvió a encarcelar por causar tan-tos problemas, y murió poco después.

1704. El cardenal Nicolás de Cusa, sin elapoyo vaticano, declaró que el Fin iba a llegarese año.

19 de mayo de 1719. Jacques Bernouilli,el primero de una famosa saga de matemáti-cos que tuvieron su casa en Berna, predijo elretorno del cometa de 1680 y sus catastrófi-cas consecuencias. El cometa no volvió, quizá

por razones astronómicas, pero Bernouillicontinuó, afortunadamente, y descubrió unasseries matemáticas que ahora llevan su nom-bre. Todo el mundo reconoce su labor y las desus descendientes, grandes matemáticosdurante tres generaciones, pero no por suspredicciones del Fin ni por sus cálculos astro-nómicos.

13 de octubre de 1736. Una vez másLondres fue el blanco del �comienzo del fin�,esta vez a cargo de William Whiston en 1736.

1757. El místico/teólogo/espiritista, yegocéntrico supremo, Emanuel Swedenborg,siempre deseando ser el centro de atenciónpor una razón u otra, decidió tras una de susfrecuentes consultas con los ángeles que eseaño era la fecha de terminación del mundo.Para su mortificación, nadie le tomó en serio.

1774. La líder sectaria Joanna Southcotttuvo la idea de estar embarazada del NuevoMesías, para quien se le ocurrió el nombre deShiloh. Según los registros históricos �suembarazo no llegó a nada�, como tampocollegó el fin del mundo. Dejó para el futuro unacaja llena de notas místicas para ser abiertassólo tras su muerte con la presencia de vein-ticuatro obispos. Quizá por la imposibilidadde interesar a tantos eclesiásticos de alto

rango para talocasión, la cajanunca se abrió yse perdió poralgún sitio. (Unacaja presunta-mente genuina seabrió reciente-mente. No apare-ció en ella nadasalvo unos pocostextos de escasointerés). Fue suce-dida de varios

conatos de profetas, que intentaron nuevasprofecías para el Fin del Mundo, con idénticoresultado. A uno de sus sucesores, JohnTurner, nos lo encontraremos de nuevo...

5 de abril de 1761. Cuando el fanáticoreligioso y soldado William Bell se dio cuentade que habían transcurrido exactamenteveintiocho días entre dos terremotos el 8 defebrero y el 8 de marzo en 1761, no pudo sinoconcluir que todo el mundo se iría al gareteen veintiocho días más. Bastantes londinen-ses crédulos le creyeron y huyeron en cual-quier embarcación que encontraron en lasriberas del Támesis, o bien se fueron de laciudad. Los registros históricos no cuentannada de Bell después del 6 de abril, cuandofue encerrado en el manicomio londinense deBedham, por un público un tanto disgusta-do...

14 de octubre de 1829. El profeta JohnTurner era líder del movimiento �southcotia-no� en Bradford, Inglaterra. La especialidadde su secta era precisamente las profecías delFin del Mundo, la primera de ellas hecha porla fundadora, Joanna Southcott, en 1744.Falló su predicción, lo que hizo que su con-gregación se le enfrentara y John Wroe (véasealgo sobre él en 1977) tomó las riendas delmovimiento.

3 de abril de 1843. (También 7 de julio de

el escéptico (Verano 1999) 29

Una antigua predicción arábicadel Juicio Final especificaba

que cuando los planetasSaturno y Jupiter se situaran en conjunción en el signo de Libra nos podríamos

despedir de todo.

ese año y 21 de marzo y 22 de octubre de1844). William Miller, fundador de la IglesiaMillerita, empleó quince años en el estudiocuidadoso de las escrituras y concluyó que elmundo finalizaría durante el 1843. Anuncióel descubrimiento de lo que llamaba �el gritode medianoche� en 1831. Cuando se vio unmeteoro espectacular en 1833, a sus seguido-res les pareció que su profecía estaba cercanaa cumplirse, por lo que celebraron la prontapartida. Luego, según iban pasando lasfechas que había mencionado para elArmagedón, Miller decidió adelantarse, con-vocando a sus fieles a lo largo deNorteamérica en cimas de montañas paracada una de las fechas previstas, en nochesde oración hasta el amanecer. Finalmente, el22 de octubre de 1844, la última fecha anun-ciada para el Fin, los milleritas empezaron arelajar sus vigilias. Miller murió cinco añosdespués, aún reverenciado por sus fieles y sinpreocuparse en absoluto por sus profecías

fallidas.El movimiento final-

mente cambió su nom-bre, y se fragmentó enuna serie de iglesias queaún perduran, entre lascuales está la IglesiaAdventista del SéptimoDía, que actualmentetiene más de tres millo-nes de miembros.

1881. Algunos de losque se entretenían enmedir diversas dimen-siones de la pirámide deGhiza, pretendidamentela tumba de Keops, cal-cularon que todo se ibaa acabar en 1881. Connuevos cálculos más�precisos� y algo de ima-ginación, llegaron a unanueva fecha para 1936.No sólo eso, todavía sellegaron a nuevasfechas, esta vez toman-do al 1953 como el añoterminal. Me consta quese siguen haciendo nue-vos cálculos más refina-dos. Si llega una nuevafecha, se lo haré saber...

1881. La Madre Shipton pretendidamenteescribió: �Llegará a su fin el mundo / en milochocientos ochenta y uno�1. La predicción,igual que la rima, son erróneas. Un libro titu-lado Vida y Muerte de la Madre Shipton,escrito en 1864 por Richard Head, se reimpri-mió en una versión un tanto libre y �mejora-da� en 1862 por Charles Hindley. En 1873Hindley admitió haber falseado ése y otrospoemas, aunque su confesión no calmó lagran alarma que se produjo en la Inglaterra

rural por aquellas fechas.Dado que el mundo no acabó en ese año,

en posteriores ediciones de ese texto se susti-tuyó la fecha por 1991. Pero ni siquiera losperiódicos sensacionalistas se dieron cuenta2.

1947. En 1889, el �principal profeta nor-teamericano�, John Ballou Newbroguh, dijoque sin duda en 1947:

�todos los gobiernos actuales, religiones ymonopolios serán abolidos y desaparecerán...Nuestra forma presente de religión católica seirá de América, la bandera se echará abajo, yserá pisoteada... Cientos de miles de perso-nas perecerán... Todas las naciones desapa-recerán y la Tierra quedará libre para quecualquiera vaya o venga como le plazca�.

Bueno, no fue un buen año, pero desdeluego no tan malo.

1977. John Wroe, descrito por el historia-dor más amable que he conocido nunca comoun �libertino sucio, feo y bocazas�, heredó en1823 el liderazgo del culto �Southcottiano� enInglaterra, cuando una profecía cataclísmicadel anterior gurú, John Turner, falló.Aprendiendo del ejemplo, Wroe no se arriesgótanto, e hizo su profecía para el Armagedónen 1977. Un libro de 1971 titulado Profetassin Honor comenta de él:

�En la época en que las potencias termo-nucleares se enfrentan a través de los telonesde Acero y Bambú, conviene recordar que -taly como podemos juzgar a partir de los esca-sos testimonios- John Wroe fue realmente ungran profeta.�

1980. Una antigua predicción arábica delJuicio Final especificaba que cuando los pla-netas Saturno y Júpiter se situaran en con-junción en el signo de Libra a 9 grados y 22minutos de tal signo, nos podríamos despedirde todo: camellos, arena, mezquitas... todo,vaya. Tal configuración astronómica casi tuvolugar el 31 de diciembre de 1980, una fechacalculada por los astrólogos mucho antescomo la del fin del mundo... Júpiter estaba en9º24� y Saturno en 9º42�, bastante cerca de locomentado. Pero por lo que sabemos, acaso niun camello llegó a pestañear.

1996. Se ha razonado por expertos bíbli-cos que puesto que un día divino equivale amil años humanos, y que Dios trabajó en lacreación seis días, el Hombre debería trabajaren el mundo seis mil años, y luego descansar.Así, usando otros cálculos bíblicos, el mundodebería acabar durante 1996. En fin...3

Julio de 1999. En la Cuarteta 10-72,Nostradamus declaraba:

�El año mil novecientos noventa y nueve sietemeses,

Del cielo vendrá un gran Rey de terror: Resucitar el gran Rey de los Mongoles, Antes y después de Marte reinar por dicha.�

Sin comentarios.

1 En el original: �The world to an end will come/ in eighteen hundred and eighty-one� (N. delT.)2 El texto original es anterior a 1991. En él,Randi predice que en ese año algunos periódi-cos rescatarán la predicción para asustar a suslectores... (N. del T.)

3 Se refiere a los cálculos que sitúan la creaciónen el año 4004 a.C. muy populares en el mundoanglosajón por estar introducidos en la popularBiblia del Rey Jorge. Una vez más, tengamos encuenta que el texto original es anterior a estapredicción. Randi comenta que �con un poco demala suerte, ya veremos...� (N.del T.)

El delirio periodístico fruto de la inter-pretación de las profecías de Nostra-damus por Paco Rabanne fue acom-

pañado por la proliferación en Internet dewebs que a más de un aficionado a la razóny la ciencia le provocaron un serio dolor decabeza. En las semanas previas al 11 deagosto, la avalancha de este tipo de páginasllegó a ser alarmante. Pareciera que el pú-blico, y los medios de comunicación, hubie-ran estado esperando con ansiedad a queefectivamente el mundo llegara a su final.Como todo el mundo sabe, Nostradamusanunció que en el mes siete del año 1999del cielo llegaría una sorpresa, sorpresa.

Pues, hala, a buscarla. Aquí, en Españael calor y la falta de partidos de fútbol tele-visados parece que atontaron incluso a losperiodistas pseudocientíficos, que no estu-vieron por la labor de ser muy imaginati-vos. Al menos, en comparación con sus ho-mólogos estadounidenses. Éstos ya no secontentan con especular sobre la paranor-malidad de insectos de ocho metros ni depinturas abstractas en un pueblo perdido.Lo último en investigación y periodismo pa-ranormal es el científico paranormal. Y esque podríamos esperar que la sorpresa lle-gara sin más, como por arte de magia; pero

no, ese tipo de fenómenos paranormalesestá pasado de moda, ya nadie tiene fe enél. Ahora, lo que se lleva es la teoría cientí-fica o, al menos, que lo parezca.

¿Está el calentamiento global producidopor los humanos? ¿Tenemos que creer enla teoría del Big Bang? ¿Está el espaciorealmente vacío? ¿Fue el Universo creadode la nada? ¿Cómo trabaja el Sol? ¿A quienpertenece realmente la NASA? ¿Qué haceen realidad con los dólares de los contribu-yentes? Si los cometas no son bolas denieve sucia, ¿qué son?, ¿pueden convertir-se en planetas?, ¿lo son ahora?

Éstas y otras preguntas son respondidaspor el Grupo Millenium con meticulosidaden The Repository, el lugar más científicodel ciberespacio pseudocientífico. Llegué aesta web por indicación de un colega aus-traliano que se dedica al seguimiento decometas y asteroides cercanos a la Tierra.Tenía un buen cabreo, porque este grupode investigadores le había copiado una desus imágenes sin permiso. Yo le había pre-guntado por un comentario aparecido en lapágina de cometas de Charles Morris, delLaboratorio de Propulsión a Chorro, en elque se intentaba dejar claro que el C 1999H1 (Lee) no era ningún cometa de compor-tamiento extraño.

Antes de entrar en detalles, recapitule-mos sobre lo que sabemos de los cometas.A mediados de los años 50, Fredd Whipplepropuso la teoría de la bola de nieve suciapara explicar su composición y naturaleza.Gracias a la descomposición de la luz de loscometas y al estudio de las estrellas fuga-ces, sabemos que dicha hipótesis es co-rrecta y que estos cuerpos son ricos encompuestos orgánicos, lo que ha llevado aalgunos a suponer que son los portadoresde los elementos precursores de la vida.

El núcleo de un cometa permanece inac-tivo hasta que se aproxima a unos pocoscientos de millones de kilómetros del Sol.Entonces, el carbono de la superficie se ac-tiva y el núcleo comienza a mostrar activi-dad, creando una especie de atmósfera lla-mada coma. Cuando se acerca un pocomás, el viento solar arrastra el materialeyectado por el cometa y crea la cola. Sillega a aproximarse al Sol a una distanciasimilar a la de Marte, la temperatura per-mite que sea el agua la que controle la acti-vidad del cometa. Debido a esta propulsióna chorro, la órbita del cometa se ve sujeta alo que los astrónomos denominan fuerzasno gravitacionales, que impiden calcular losparámetros orbitales con exquisita preci-

el escéptico (Verano 1999) 31

�Pacocalipsis� cometariaPor si alguien no lo tenía claro, nos queda pseudociencia

para rato mientras no se nos acaben los cometas

VÍCTOR R. RUIZ

Imagen del cometa Hale-Bopp.

sión, lo que se traduce en errores de algu-nos cientos o miles de kilómetros, no demillones o decenas de millones.

En la actualidad, se cree que todos losnúcleos cometarios que observamos sonrestos de la formación del Sistema Solar.Los cometas poseen trayectorias elípticas oparabólicas. Los que muestren una trayec-toria hiperbólica no son de este sistemasolar; llegan del exterior y, después deacercarse al Sol, poseen la suficiente ener-gía cinética como para escapar del pozosolar. Los cometas se ven en cualquier par-

te del cielo y no parecen tener ninguna di-rección predilecta. Observando estadística-mente sus órbitas, una buena parte pare-cía proceder de los confines del SistemaSolar, con periodos de varios miles de años,lo que llevo a Jan Oort, en su día, a propo-ner la existencia de una despensa cometa-ria en forma de esfera, hoy conocida comola Nube de Oort. Posteriormente, se tuvoque añadir otra despensa en forma dedonut, situada más allá de Neptuno, paraexplicar la procedencia de aquéllos quevemos más asiduamente, con periodos deunas pocas decenas o cientos de años. ¿Es-tá claro? Pues, borrón y cuenta nueva, quehan llegado los del Grupo Millenium.

El cometa de las profecías

El asunto comenzó con las divagaciones deun tal coronel James B. Ervin, quien habíaleído un libro de Stefan Paulus sobre lasprofecías de Nostradamus, en el que seadvierte que la señal del cielo esperada de-bería ser el eclipse de Sol del 11 de agosto.El coronel, sin embargo, lo piensa deteni-damente y plantea una hipótesis diferente:¿Existe un cometa que cumpla los criteriosespecificados por las interpretaciones dePaulus de las profecías de Nostradamus?.Ervin visita varias páginas dedicadas a loscometas y topa con el C 1999 H1 (Lee), des-cubierto por un astrónomo aficionado aus-traliano durante la celebración de una fies-ta de las estrellas.

Este cometa llevaría escondido un aste-roide o fragmento de meteorito en su cola y,al pasar cerca de nuestro planeta, se des-prendería de él, impactaría con la Tierra ycrearía tsunamis devastadores. Las eviden-cias se apoyan en que, según predijo Nos-tradamus, la sorpresa llegaría del Sur ypasaría cerca de la constelación de Cáncer,y este cometa pasa cerca de esa constela-ción y con esa dirección. Además, duranteel eclipse solar del 11 de agosto, el cometaestaría detrás −oculto− y el Sol, que está ensu máxima actividad del ciclo, podría pro-ducir perturbaciones inesperadas en él,que a su vez provocarían llamaradas sola-res y otro tipo de fenómenos eruptivos.Conclusión: �Las profecías parecen indicarque el cometa en cuestión debe venir delSur del plano de la eclíptica y subir hacia el

32 (Verano 1999) el escéptico

Vista de la zona siberiana de Tunguska tras la explosión de 1908, que algunos investigadores atribuyena un fragmento de cometa.

¿Recuerdan la historia del suicidiomasivo de los miembros de la secta

Puerta del Cielo y el Hale-Bopp?

Norte alrededor del Sol durante su perihe-lio, donde su órbita es invisble debido a laocultación y brillo del Sol hasta agosto de1999. C 1999 H1 (Lee) está haciendo exac-tamente eso�.

Algunos astrónomos, tanto profesiona-les como aficionados, que se dedican a laobservación y seguimiento de cometas sealertaron. ¿Recuerdan la historia del suici-dio masivo de los miembros de la sectaPuerta del Cielo y el Hale-Bopp? Pues, esofue lo que llevó a los científicos a aprestar-se a responder a Ervin de forma indirecta.Charles Morris, que posee un página donderecoge fotografías, efemérides y observacio-nes de los cometas visibles con medios mo-destos colocó en su web, a mediados dejunio, un texto indicando que las afirmacio-nes de Ervin sobre el C 1999 H1 (Lee) no te-nían ni pies ni cabeza. Los muchachos deThe Repository y sus seguidores se mostra-ron excitados con tanto honor. ¡Un tipo dela NASA mostrando interés por nuestras in-vestigaciones! La teoría de la conspiraciónse puso en marcha e intentaron desacredi-tar a Morris, acusándole de desinformador.

Para finales de junio, a los del GrupoMillenium ya les había quedado claro quelos cometas no son cometas y que el Leeviene del espacio exterior, no pertenecien-do al Sistema Solar, aunque su órbita seaelíptica. Publicaron, entonces, una actua-lización de sus noticias. Jim McCanneycompletó las afirmaciones del coronel, teo-rizando sobre la naturaleza de los cometasy tirando por tierra las observaciones rea-lizadas durante la última década sobreestos cuerpos celestes: �Son de origeneléctrico, vaciando plasma y otros mate-riales mientras se mueven alrededor delcapacitador solar�. Además, a los cometas,cuando cruzan el plano de la eclíptica, lessobreviene algún tipo de reacción con elSol. ¿El lector se muestra incrédulo? ¿Noha comprendido absolutamente nada,como yo? Bueno, pues, para demostrarnossus hipótesis, no hay más que observar elgráfico realizado por Jan Alvestad toman-do el índice de actividad solar: justo cuan-do el cometa Lee pasa por el plano de tras-lación de la Tierra −eclíptica−, el Sol incre-menta el número de manchas en susuperficie de forma espectacular. Porcasualidad −sólo por casualidad−, su gráfi-ca de manchas solares no coincide con ladel Centro de Datos de Manchas Solaresde Bélgica, que aglutina a 37 estaciones deseguimiento.

Llegados aquí, la historia parece alcan-zar grandes cotas de popularidad, pues ArtBell invita a su programa de radio −elMundo Misterioso estadounidense− a losinvestigadores. Comienza entonces unaferoz réplica de los astrónomos aficionadosy profesionales en varios foros de Internet,incluyendo, cómo no, la página de CharlesMorris. El 4 de julio, el coronel y su ejérci-to −firma el artículo con casi una decena depesonas− responden a este ataque frontal asus hipótesis. Y se toman mucha pacienciapara explicar que no podemos conocer la

órbita de los cometas con ninguna preci-sión porque, cuando se acercan al Sol,según su teoría del núcleo eléctrico, cam-bian de trayectoria de tal forma que sólocon la atenta vigilancia de las sondas espa-ciales podremos saber si chocarán o no conla Tierra. Entre sus más aireadas afirma-ciones, están las que tachan a la UniónAstronómica Internacional, el Laboratoriode Propulsión a Chorro y otras organizacio-nes astronómicas de tratar de monopolizarla ciencia e incluso los observatorios espa-ciales y las sondas.

Ni la Mir ha caído en París, ni el cometaLee cambió su trayectoria, ni ningún otrocuerpo extraño hizo su aparición durante eleclipse del pasado 11 de agosto. Y menosmal que lo vieron millones de personas,porque si no, todavía alguno se atrevería aafirmar lo contrario. Éste es un caso típicode mezcla de imposturas de los que se que-ja Sockal −usar las palabras de la ciencia,pero, a su vez, descalificar a los propioscientíficos−, pero más sofisticado de lo ha-bitual y, por ello, más peligroso. Afortuna-damente, el eclipse no trajo consigo ningúnsuicidio colectivo, aunque suponemos queno acabarán aquí las predicciones pacoca-lípticas, como no acabaron en el año 1000.

Además, la cuestión realmente impor-tantes sigue sin respuesta: ¿es PacoRabanne el modisto de Rappel?

Víctor R. Ruiz es director de Astronomía Digitaly miembro de la Sociedad de Observadores deMeteoros y Cometas de España (Somyce).

el escéptico (Verano 1999) 33

La estación espacial �Mir� orbitando la Tierra.

Michel de Nostredame −nombre quedespués latinizó a Nostradamus−nació en Saint-Remy, en la Proven-

za francesa, el 14 de diciembre de 1503 ymurió en Salon el 2 de julio de 1566. Per-teneciente a una familia judeo-conversaacomodada, a imitación de su abuelomaterno, decidió dedicarse a la medicina.Así que, en 1521, se matriculó en la Fa-cultad de Montpellier, aunque, cinco añosdespués, abandonó temporalmente susestudios para dedicarse al cuidado de en-fermos afectados por una gran epidemia depeste, no regresando a la universidad hasta1529, cuando coincidió con el futuro escri-tor Rabelais. En 1531, se casó y, dos añosmás tarde, obtuvo el doctorado.

La vida de Nostredame parecía discurrirpor cauces tranquilos, pero, en 1534, su-frió una gran tragedia: su mujer y sus doshijos fallecieron víctimas de la peste. Elmédico inició entonces una serie de frenéti-cas investigaciones sobre esta enfermedad:estudió las obras de Galeno y Paracelso, re-corrió toda Francia en busca de informa-ción y desarrolló un remedio contra la pestea base de hierbas que experimentó en1.546 en Aix durante una nueva epidemia.A partir de ese momento, su fama comomédico creció hasta el punto de que le lla-maban desde cualquier rincón del país.

Volvió a casarse en 1547, esta vez conAnne Ponsard, con la que tuvo tres hijos.Publicó un recetario médico, Traité des con-fitures et fardements, en 1552 y, tres añosdespués, las famosas Centurias.

Las ‘Centurias’La primera edición de las Centurias −asídenominadas por estar formadas por ciencuartetas− incluía un prólogo en forma decarta dirigida a su hijo menor, César, lastres primeras centurias y 53 cuartetas de lacuarta. En la edición de 1557, completó lacuarta centuria e incluyó la quinta, lasexta y 42 cuartetas de la séptima. Fi-nalmente, en 1568, se añadieron póstuma-mente algunas cuartetas a la séptima cen-turia y la octava, novena y décima, asícomo una carta a Enrique II.

El éxito del libro fue arrollador. Co-nocemos ediciones de 1556, 1557, 1558,

1560... Hasta finales del siglo XVII, secuentan, al menos, dieciséis reimpresiones.Este entusiasmo inicial cesó en el sigloXVIII para resurgir con más fuerza en elXIX, cuando tienen gran éxito las edicionescomentadas −se consideran clásicas las deLaisné de 1816, Barestre de 1840 y AnatoleLe Pelletier de 1867− y las populares entrelas que se ha hecho tristemente célebre lade 1802 por los errores y falsificaciones quecontiene. Por ejemplo:

�Los habitantes de las dos orillas delSenaEn la estación que madura la uvaSerán muertos a centenares y yugula-dosY el vecino temerá por su vecino.�

�Dentro de un siglo o dos se verá cosaextrañaDisputas intestinas y trono derrocadoRey muerto, más digno de alabanzaQue de expirar bajo el ancho machete.�

�De Arcole y Lodi en país itálicoEn épocas futuras los gallos al águilarechazaránTudescos húngaros lombardos ejércitogermánicoAnte los galos vencedores bagajesdoblarán.�

Impresionantes predicciones de la Re-volución Francesa, la ejecución de Luis XVIy el comienzo de las guerras napoleónicas...que buscaríamos en vano en las edicionesanteriores a 1802. Este anónimo émulo deNostradamus, además de profetizar el pa-sado también quiso probar suerte como fu-turólogo:

�El negro que tendrá de todos los san-tos el nombreConquistará la isla de Santo DomingoEl blanco que acude al ruido de sufamaLo someterá a la gran República.�

Una clara referencia a la historia deToussaints −literalmente, Todos los San-tos− Louverture, héroe de la independenciade Haití. Para derrotarlo, se envió al gene-

34 (Verano 1999) el escéptico

Michel de Notredame, realidad y leyenda

El 4 de mayo de 1555, se puso a la venta ‘Centurias’, de MichelNostradamus, en la librería de Macé Bonhomme de Lyon. Desde entonces, esta obra profética es famosa, aunque,

paradójicamente, su autor es un gran desconocido

JOSÉ LUIS CALVO BUEY

ral Leclerc con un ejército expedicionario.El autor de las cuartetas apostó por laderrota de los insurrectos... y perdió. En1803, lo que quedaba de las tropas galastuvo que regresar a Francia y los colonosfueron pasados a cuchillo. Extraña manerade estar sometidos a la gran República.

Estas falsificaciones no eran nada nue-vo. Ya en la época de Mazarino se habíanintroducido dos cuartetas laudatorias parael cardenal. Se ignora quién fue el pelota deturno.

Pero estos añadidos espurios, si bien ensu época cimentaron la fama de Nostra-damus, no explican la popularidad de quegoza hoy en día su obra. Mientras otroslibros proféticos no sobrevivieron a suépoca y sólo son patrimonio de bibliófilos ehistoriadores −dudo que muchas personashayan oído hablar de Las profecías de M.De Saint-Cesaire, obispo de Arles" o de Laprofecía de Orval−, las ediciones de lasCenturias se multiplican, así como sus co-mentaristas, empeñados en dilucidar quiénhace coincidir más cuartetas con cualquierhecho histórico −siempre a posteriori, claroestá−, aunque para ello haya que tergiver-sar la Historia o la predicción.

La palma en esta particular competiciónse la lleva Las maravillosas cuartetas deNostradamus interpretadas por Colin deLarmor, abogado, doctor en ciencias hermé-ticas, obra publicada en 1925. Más queinterpretadas, las cuartetas son ejecutadaspor Larmor, para quien si Nostradamusescribió Rapis, hay que entender que serefiere a París, le noir −el negro− se trans-forma por arte de birlibirloque en le roy −elrey−, Norlaris en Lorrains... Por este proce-dimiento, las páginas amarillas puedenmetamorfosearse en un hermoso poemabucólico.

Evidentemente, no podemos responsabili-zar a Nostradamus de los excesos cometidospor editores sin escrúpulos y comentaristascon más entusiasmo que conocimiento. Asípues, una vez eliminada la morralla acumu-lada en torno a las Centurias ya podemosplantearnos la pregunta fundamental: ¿Nos-tradamus predijo el futuro o no?

La polémicaDesde un primer momento, se planteó lacuestión de si Nostradamus fue un profetao un estafador. En 1558, se publicó De-claración de los errores, ignorancias y sedi-ciones de Michel Nostradamus; en 1.560,Desmentidos a las falsas y abusivas profe-cías de Nostradamus, y, en esa misma épo-ca, circularon cientos de panfletos ridiculi-zándole. Incluso alguno de sus antiguos co-nocidos le volvió la espalda, como fue el ca-so de Julio César Scalígero, quien le tachóde inmundo tunante y charlatán malévolo.

¿Cuáles fueron las causas para esta crí-tica? Pues, curiosamente, las mismas quemanejamos hoy. Se le reprochó la oscuridaddel lenguaje −las cuartetas están redactadasen una confusa jerigonza mezcla de proven-zal, francés, latín y griego, salpicada de

palabras inventadas como pempotam−, eldesorden interno de la obra −las cuartetasno guardan ningún orden pre-establecido,nadie sabe qué cuarteta va después y antesde otra−, y, en especial se le acusó de quelas supuestas profecías no profetizabannada en concreto. Además, uno de losaspectos que más nos sorprenden hoy endía, el que estén redactadas en verso, nosuponía ninguna novedad en su época. YaRabelais −que, como ya hemos dicho, com-partió facultad con Nostradamus− se burlóen su Gargantúa de las predicciones rima-das, incluyendo en la obra una de ellas quees interpretada de manera diferente por dosde los personajes. Veamos un ejemplo:

�Antes del conflicto el grande caerá,El grande ha muerto, muerto, demasia-do súbita y lamentablemente,Nave imperfecta la mayor parte nadaráDetrás del río de sangre la tierra tinta.�(Cuarteta 42, Centuria 2)1

Esta cuarteta se ha interpretado comopresagio de la toma de La Rochelle en 1628,de la toma de la bolsa alemana de Nantesen 1944, de la caída de Dunkerke en 1940,del asedio de Tolón por Bonaparte... La fal-ta de referencias geográficas y temporalesconcretas −especialmente, de las segun-das− es una constante en la obra de Nos-tradamus. No llegan a la decena las cuarte-tas fechadas; pero estas pocas permitenasegurar que el futurólogo se equivoca.

Los errores�...que desde el presente en que estoescribo [la carta está fechada el 1 demarzo de 1.555] antes de cientosetenta y siete años, tres meses yonce días, por pestilencia, larga ham-bruna y guerras y más aún por lasinundaciones, el mundo entre estemomento y el término prefijado, antesy ahora, por numerosas veces, serádisminuido y quedará tan pocapoblación que no se encontrará quienquiera cultivar los campos.�(Carta a su hijo César Nostradamus.)2

¿Se registró entre 1555 y 1732 el des-censo en la población mundial que Nostra-damus profetizó? La respuesta es un no ro-tundo. La población aumentó hasta el pun-

el escéptico (Verano 1999) 35

1 �Avant conflict la grand tumbera,/ Le grand àmort, mort, trop subite et plainte,/ Nay mipar-faict la plus part nagera, Aupres du fleuue desang la terre teinte.�

2 �...que de present que cecy i´escrits cuât centseptante sept ans trois mois unze iour par pes-tilence, longue famine, et guerres et plus par lesinondations le monde entre cy et ce terme pre-fix, auant et apres par plusieurs fois, sera dimi-nué, et si peu de monde sera, que l´on ne trou-vera qui vueille prendre les champs.�(Ad Caesarem Nostradamus filium.)

to de que algunos años después de la con-clusión de ese plazo −en 1798, concreta-mente−, Malthus expresó el temor de que lahumanidad se viera abocada a no poder ali-mentar a todos sus miembros.

�Mucho antes tales intrigasLos de Oriente por la virtud lunar:El año mil setecientos harán grandescambios,Subyugando casi el rincón Aquilinario.�(Cuarteta 49, Centuria 1)3

El Aquilón es el viento que sopla delNorte. Por lo tanto, podemos pensar que es-ta predicción se refiere a esa zona. ¿Su-cedió allí algún acontecimiento históricoque implicara también a pueblos orienta-les? Sí. En la batalla de Narva, se enfrenta-ron los ejércitos sueco y ruso. ¿Estos últi-mos subyugaron el rincón Aquilonario?Pues, más bien, no... Fueron completamen-te derrotados por los suecos, que, evidente-mente, no habían leído a Nostradamuspara saber que debían perder la batalla.

�El tercer clima bajo Aries comprendidoEl año mil setecientos veintisiete enOctubreEl rey de Persia por los de Egipto cap-turadoConflicto muerte, pérdida: a la cruzgran oprobio.�(Cuarteta 77, Centuria 3)4

Vale, en octubre de 1727, el rey dePersia fue capturado por el de Egipto ynadie se enteró. ¡Estos historiadores...!

Podríamos seguir analizando las demáscuartetas fechadas (Cuarteta 2, Centuria,6; Cuarteta 54, Centuria, 6; Cuarteta 71,Centuria 8, Cuarteta 91, Centuria, 10),pero el resultado sería siempre el mismo:no existe correspondencia entre la profecíay los hechos históricos.

Los supuestos aciertos¿Nostradamus nunca acertó en sus predic-ciones? ¿Por qué entonces hay listas deprofecías cumplidas? Dentro de éstas pode-mos establecer dos categorías, las cuarte-tas que son lo bastante vagas como parapoder relacionarlas con algún aconteci-miento histórico y las que se hacen cuadrara martillazos

Dentro del primer grupo, ya hemos vistola cuarteta que comienza: �Antes del con-flicto un gran muro caerá...�. Hemos dichoque podía atribuirse a varios hechos histó-

ricos; pero no es la profecía la que precedeal acontecimiento, son los lectores de Nos-tradamus los que asignan los versos a unhecho pasado −para ellos− y, por consi-guiente, ya conocido. Dado que el auguriono contiene ninguna referencia espacio-temporal, ¿cómo sabemos que Nostrada-mus no quiso predecir la (inexistente) con-quista por los árabes de Granada en 1889?Otro tanto puede decirse de la famosacuarteta napoleónica:

�Un Emperador nacerá cerca de Italia,Que el Imperio será vendido muy caro:Dirán con que gentes se reúne,Que se le encontrará menos príncipeque carnicero.�(Cuarteta 60, Centuria 1)5

¿Cómo podemos saber que estos versosno predicen, en realidad, el nacimiento enNiza del emperador Canuto I de Suiza?Parece que esto es un disparate, pero sóloporque sabemos, a posteriori, que NapoleónI existió mientras que Canuto I de Suiza esuna invención. Son profecías de lo sé cuan-do lo he visto. Ésa es la trampa que ocultanlas profecías de este grupo.

Las razones aducidas por los comenta-ristas de Nostradamus para las profecíasde la segunda categoría van de lo trágico alo cómico. Veamos un ejemplo que nosatañe, la predicción de la Guerra Civilespañola:

�De castillo Franco saldrá la asamblea,El embajador no grato hará cisma:Los de Ribiere estarán en la lucha,Y en el gran abismo han denegado laentrada.�(Cuarteta 16, Centuria 9)6

Franco y de Ribiere juntos en una cuar-teta, ¿puede haber otra explicación? Lahay. La traducción −hemos empleado laque utilizan los defensores de estaprofecía− es incorrecta. La traduccióncorrecta sería: �De castel Franco saldrá laasamblea...�. Porque la palabra castel no esfrancesa −cuando Nostradamus habla decastillo utiliza la palabra francesa chateau,como en la Cuarteta 93, Centuria 2−, sinoitaliana. ¿Por qué ese italianismo? Sencilla-mente, porque castel Franco es un lugar delnorte de Italia, una fortaleza de gran impor-tancia estratégica que, en 1861, se convir-tió en municipio con el nombre de CastelFranco dell´Emilia y que, desde 1929, pasóa denominarse Castelfranco Emilia, nom-bre que aún hoy en día conserva. Como

36 (Verano 1999) el escéptico

3 �Baucoup avant telles menees/Ceux d´Orientpar la vertu lunaire:/L´an mil sept cens ferontgrands emmenees,/Subiungant presques lecoing Aquilonaire.�

4 �Le tiers climat sous Aries comprins/L´an milsept cens vingt et sept en Octobre,/Le roy dePerse par d´Egypte prins/Conflict mort, peste: àla croux grand opprobre.�

5 �Vn Empereur naistra pres d´Italie/Qui àl´Empire sera vendu bien cher:/Diront auecquels gens il se rabie,/Qu´on trouuera moinsprince que boucher.�

6 �De castel Franco sortira l´assemblee,/L´ambassadeur non plaisant fera scisme:/ Ceuxde Ribiere seront en la meslee,/ Et au grandgoulfre desnie ont l´entree.�

podemos ver, esta predicción nada tieneque ver con España, y sí con Italia.

Nostradamus y el fin del mundoCon mucha irresponsabilidad y un profun-do desconocimiento de la obra de Nostra-damus −�En cuanto a las profecías las heoscurecido voluntariamente un poco por lamanera en que las he ordenado: constitu-yen un perpetuo vaticinio de aquí al año3797�, declara el propio autor en la carta asu hijo César−, algunos agoreros de vía es-trecha se lanzaron a pronosticar el fin delmundo para el pasado 11 de agosto. Lle-garon a esta conclusión por la combinaciónde dos cuartetas:

�Cuando la falta del sol seasobre el pleno día el monstruo será visto:De otra manera se le interpretará,La carestía no importa, nadie lo habráprevisto.�(Cuarteta 34, Centura 3)7

�En el mes siete del año mil novecientosnoventa y nueve,Del cielo vendrá un gran rey de terror:Resucitar el gran Rey de Angolmois,Antes después Marte reinar por dicha.�(Cuarteta 72, Centuria 10)8

Obviamente, el eclipse del 11 de agostoya ha pasado y el fin del mundo debe haberquedado aparcado para mejor ocasión. Oeso o el Apocalipsis ya ha sucedido y nin-guno nos hemos enterado.

Vigencia actual de las ‘Centurias’

¿Son, pues, las famosas Centurias deMichel de Notredame una obra estéril con-denada al olvido? Espero que no. Si bienson inútiles como profecía, poseen otrosvalores por los que es recomendable su lec-tura.

Los escritos augurales son un magnífi-co documento sobre el tiempo en que fue-ron redactados. Nada nos dicen sobre elfuturo pero sí y mucho −para quien sepaleerlos− sobre la sociedad en la que sur-gieron. Nos revelan los anhelos y los terro-res de aquellas gentes. Las continúas alu-siones de Nostradamus a la peste nosdicen bien a las claras lo que representa-ba esta enfermedad en aquellos años, lafigura del gran rey que unirá y pacificaráel mundo es un reflejo de la esperanza deuna Europa desgarrada por las guerrasintestinas.

Junto al valor histórico, las Centuriasposeen un gran valor literario. La influenciade Rabelais planea sobre la obra de Nostra-damus. El lenguaje voluntariamente oscu-recido, las palabras inventadas, la búsque-da de sonoridades insospechadas, la des-mesura, el conflicto entre orden y desor-den... nos recuerdan el Gargantúa o el Pan-tagruel. Como dice Bechtel: �Por esto espreciso también leerlo sin preocuparse de-masiado de lo que es verdadero o falso,para placer del oído y por la belleza de lapoesía�.

el escéptico (Verano 1999) 37

7 �Quand le deffaut du Soleil lors sera/ Sur leplein iour le monstre sera veu:/ Tout autrementon l´interpretera,/ Cherté n´a garde nul n´yaura pourueu.�

8 �L´an mil neuf cens nonante neuf sept mois,/Du ciel viendra vn grand Roy d´effrayeur:/Resusciter le grand Roy d´Angolmois/ Auantapres Mars regner par bon-heur.�

NASA

Elos últimos años, han cobrado augelos exégetas de las Centurias de Nos-tradamus, en las que, según esos

intérpretes, se describen detalladamentevarios sucesos históricos, algunos de loscuales han sucedido ya −o eso dicen− yotros están por venir. Sin embargo, un gru-po de miembros de ARP - Sociedad para elAvance del Pensamiento Crítico ha descu-bierto la verdadera naturaleza de las cuar-tetas de tan famoso personaje. Y el resulta-do no ha dejado de sorprender a propios yextraños: contrariamente a lo que se pien-sa, Michel de Notredame fue un visionario,pero no histórico; fue el primer cronistadeportivo de la Historia. Fíjense en la mag-nitud premonitoria de este hombre quepredijo eventos futbolísticos ¡tres siglos an-tes de inventarse tan noble deporte! Sinmás dilación, pasamos a describir losasombrosos descubrimientos realizados.

Una de las profecías más claras la en-contramos en la Cuarteta 74, Centuria 10:

�En la revuelta del gran número sépti-mo, Aparecerá en tiempo juegos de Heca-tombe, No alejado de la gran edad milenaria, Que los entrados saldrán de su tumba.�

La primera línea se refiere a la séptimacopa de Europa ganada recientemente porel Real Madrid CF, que fue acompañadapor una gran celebración y los ya famososincidentes ocurridos en la plaza de Cibeles.La temporada siguiente a dicha copa nopudo ser peor para el club blanco, teniendoun papel bastante modesto en las diferen-tes competiciones en las participó. La se-gunda parte de la cuarteta habla de unpersonaje que parece resucitar. Está clarí-simo: el capitán merengue, Sanchís, conmás de mil partidos vistiendo la camisetablanca −�No alejado de la gran edad milena-ria"−, cuando todos le daban por acabadoha realizado una gran temporada, siendotitular y relegando al banquillo a incorpo-raciones realizadas ese año.

En esta misma centuria, que, ya no noscabe duda, está dedicada a la liga españo-la, podemos encontrar esta profecía sobreJulio Salinas:

�Tan esperado no volverá jamás, En Europa, en Asia aparecerá, Uno de la liga salida del gran Hermes, Y sobre todos Reyes de Oriente crecerá.�(Cuarteta 75, Centuria 10)

Después de su periplo por Japón, quefue un infierno para él −el �gran Hermes�−fue fichado por el Alavés, equipo necesitabaun delantero centro con urgencia: �Tanesperado no volverá jamás�. Además, reali-zó una temporada 1998-99 bastante acep-table, destacando el partido contra elValencia, en el que le cubrió el serbioDjuckic: �y sobre todos Reyes de Orientecrecerá�.

Para acabar esta fehaciente demostra-ción de la afición futbolera del genial profe-ta, podemos encontrar esta otra profecía:

�Urnel Vaucille sin consejo de sí mis-mos Osado tímido, por temor tomado, venci-do. Acompañado de varias putas pálidas En Barcelona a los cartujos vencidos.�(Cuarteta 14, Centuria 10)

El ‘caso Ronaldo’De todos es conocida la afición de Nos-tradamus por hacer juegos de letras con losnombres. Así, podemos cambiar la u por lar de Urnel, quedándonos, Runel. Si en elapellido cambiamos la v por la b y lo escri-bimos tal y como se pronuncia en francés,nos queda Runel Basil que es como unhabitante de Sao Paolo pronunciaría Ro-naldo de Brasil −¡hay que ver la capacidadprofética de nuestro protagonista!−. Por sialguien tiene dudas de la clara referenciaque consulte, la segunda línea. ¿AcasoRonaldo no es un futbolista osado ante laportería contraria, tímido fuera del campo,al que temen todas las defensas rivales? Esmás, cuando dice putas pálidas, ¿no hansido rubias todas las novias de tan grandefutbolista? Pues bien, después de ganar alBetis, Ronaldo decidió irse del Barça, encontra de los que le aconsejaban quedarse,es decir, �sin consejo de sí mismos�, paraacabar en el Milan, donde, hasta ahora, suactuación ha sido mediocre, en contra delas expectativas creadas −�por temor toma-do, vencido�−.

Con este increíble descubrimiento, espe-ramos que, a partir de ahora, la gente tomemás en serio a tan ilustre personaje.Nuestro equipo multidisciplinar de exper-tos ha obtenido unas conclusiones devas-tadoras sobre la próxima temporada ligue-ra, las cuales no hemos incluido en estaslíneas reportaje para que no nos puedanacusar de alterar el curso de la competicióndeportiva.

Nostradamus, ¿historiadoro cronista deportivo?

JULIO NEGUERUELA

38 (Verano 1999) el escéptico

el escéptico (Verano 1999) 39

Lo primero fue una enci-clopedia ufológica convirus informático inclui-do; lo último, de momen-to, unas gafas para ver eleclipse del 11 de agostoque no eran seguras, se-gún las autoridades sani-tarias. Vamos, que su uti-lización para observar laestrella eclipsada podríatraducirse en graves le-siones oculares. Desdeluego, los lectores de MásAllá ya pueden andarsecon ojo: cada pocos me-ses, JC Ediciones pone enlos quioscos un regalo en-venenado, aunque, claro,la dirección revista siem-pre elude toda responsa-bilidad en el asunto. Estáclaro que no hace faltaninguna conspiración gu-bernamental para minarla credibilidad de esta re-vista: Javier Sierra se bas-ta y se sobra.

A principios de año,Más Allá regaló a sus víc-timas, perdón, lectores,una enciclopedia ufológi-ca en cederrón. Un mesdespués, la revista anun-ció que el disco en cues-tión tenía un virus, que los téc-nicos que habían hecho el pro-grama −los mismos que habíanpuesto en circulación el virus−aseguraban que no era muy no-civo, pero que advertían, a la vez,que nunca se abriera el archivoque contenía al intruso.

Uno, que ya sabe que de loque dicen ciertas revistas no hayque creerse nada, nunca ha con-sultado la dichosa enciclopediaen su ordenador por si las mos-cas. Como nunca había pensadoen ponerse las gafitas especialesque Más Allá obsequió a sus lec-tores en julio. Supongo que a losmenos suspicaces también lesbastó con saber que las gafas ca-ducaban en �Agosto 12 de 1999�y leer la siguiente advertencia enel interior de la patilla derecha:�Inspeccione cuidadosamente es-

tos visores antes de usarlos, bote-los (sic) si presentan perforacio-nes. No los utilice continuamentepor más de tres minutos�. Lo sien-to, pero la leyenda hace que sedesvanezca la escasa fe en quefuera cierto, que, como se indica-ba, las gafas hubieran pasado loscontroles pertinentes. Así que mebusqué visores por otro lado yguardé los de Más Allá en el cajónde curiosidades. Con el tiempo, hetenido que trasladarlos al de rega-los peligrosos, junto con una fol-clórica de plástico que me obse-quieron unos amigos para reírseen mi vigesimoquinto cumpleaños.En fin, volvamos a lo que importa.

La noticia saltó bastantes díasdespués de que llegaran a las tien-das las gafas, que se regalabanjunto a un número especial de larevista dedicado al eclipse. En

concreto, fue el 5 de agostocuando casi todas lasagencias de prensa espa-ñolas emitieron un despa-cho titulado más o menosasí: �Consumo no garanti-za que las gafas que regalala revista Más Allá seanseguras para ver el eclip-se�. Lo que seguía confir-maba la chapuza: se ha-bían detectado irregulari-dades en el etiquetado ylas gafas podrían coincidircon las que ya se habíanretirado en otros países dela Unión Europea. JC Edi-ciones paralizó la comer-cialización de la revista, dela que se habían vendidomuchos ejemplares, segu-ro. Así que, por si acaso, laempresa indicó a la prensaque los posibles fallos dede las gafas no eran impu-tables a la revista, sino a lafirma colombiana que lashabía fabricado. ¿Quiénserá la próxima vez el cul-pable?

Este expediente X dejaalgunas preguntas en elaire: ¿Quieren los respon-sables de Más Allá hacer-se un hueco en el merca-

do de los invidentes? ¿Será queSierra ha elegido unas gafas ba-sadas en tecnología extraterres-tre del platillo volante estrelladoen Roswell? ¿Serán los propieta-rios de la editora alienígenas quequieren apoderarse de la Tierra yque, una vez destrozada la inte-ligencia artificial de los lectoresde Más Allá −de la natural esmejor no hablar−, tienen ahoracomo objetivo dejarles ciegos?Espero que alguna de las publi-caciones de la competencia noslo aclare y que, si ha sido sim-plemente un error, a partir deahora, Sierra incluya en losregalos envenenados que hace asus lectores una recomendacióndel estilo de las que figuran enlas cajetillas de tabaco.

L.A.G.

el circo paranormal

‘Más Allá’ vuelve a la carga con sus ‘regalos envenenados’

Portada del especial de �Más Allá� con las gafas deregalo.

el circo paranormal

40 (Verano 1999) el escéptico

Fantasmas sepias El número de febrero de la revis-ta Año Cero presentaba comoartículo principal un extensotrabajo sobre los fantasmas. Enel editorial, Enrique de Vicentese lamentaba del escepticismode la mayoría de la población devarios países hacia la existenciade espíritus.

La justificación es realmenteobvia y razonable: ya que �contí-nuamente estamos siendo atra-vesados por una multitud incon-mensurable de ondas portadorasde información, entre ellas, lasque sirven como soporte a loscientos de miles de emisiones deradio y televisión o de conversa-ciones realizadas con teléfonosportátiles. Por ello no consideroirracional admitir que existanotras entidades −las cuales se-rían, de manera semejante acomo lo somos nosotros− porta-doras de información�. Ob-sérvese que el autor del editorialse considera �portador de infor-mación�. Vamos, que si las on-das de radio sirven para comu-nicarse, ¿por qué no van a exis-

tir los fantasmas? Y comienza el rosario de

anécdotas de fantasmas. Aun-que parece increíble, el fenóme-no ha sido estudiado de manerasistemática, y las apariciones sedividen en dos clases: aparicio-nes excepcionales y espectrospersistentes. Tenemos persona-jes de todos los tipos y colores:desde un operario de una fábricade automóviles de Detroit, pa-

sando por Anaxágoras,hasta un piloto de cazade la Primera GuerraMundial que, al serderribado sobre Francia,se apareció en Calcuta yen Inglaterra simultáne-amente.

Pero lo que me parecesorprendente, y no habíaleído nunca, es que pare-ce ser que existen fan-tasmas de animales ¡eincluso de objetos! En laTorre de Londres, porejemplo, se materializóun misterioso frasquitodelante de las narices deun vigilante y su asusta-da esposa. Tenemos ade-más, por supuesto, losclásicos trenes, barcos, yaviones fantasma. Mepregunto cuánto tardaráen aparecer por ahí unordenador fantasma....

Para que no nos des-pistemos, en el artículo,firmado por JavierArriés, incluyen unassugerencias sobre elequipo del perfecto caza-fantasmas y unas nor-mas de comportamientomuy interesantes, a

saber −citado textualmente; eltexto entre paréntesis es delautor del presente artículo−:

− �Mantenga la calma y per-manezca quieto� (no vaya aasustarse el presunto fan-tasma).

− �No lance objetos hacia lafigura� (si no es un fantas-ma, podría ser denunciadopor agresión).

− �No se acerque; procureobservar y fijarse en losdetalles�.

− �Compruebe que en reali-dad está viendo lo quecree; una buena forma dehacerlo es presionarse unojo; si la visión permaneceinalterada, usted sufreuna alucinación� (bueno,

pero si, como dicen algu-nos, el fantasma es unaproyección telepática, de-bería ser como una aluci-nación).Aunque, sin duda, el broche

de oro es una foto prodigiosa: sesupone que retrata al mediuminglés Jack Webber en los años30, en plena sesión regurgitandoectoplasma. Pues bien, ¿alguientendría la bondad de explicarmepor qué la foto entera está encolor sepia −se supone que porser una foto vetusta− y el ecto-plasma de marras en color blan-co nuclear? Si es que no apren-den...

BORJA MARCOS

Aguas ásperas Es increíble la cantidad de cosasnuevas que uno puede aprenderpor el simple hecho de abrir unarevista; y, como muestra, un bo-tón. Resulta que beber agua con-taminada con sales minerales esperjudicial para la salud. Paraasegurar la pureza del agua quebebemos, es necesario destilarla.

Realmente, nunca me lo ha-bía planteado. El anuncio, publi-cado en el número de julio de larevista Más Allá, explica las ra-zones por las que es preferiblebeber agua destilada. Para em-pezar, quien crea que beberagua destilada es perjudicial pa-ra la salud, no puede estar máslejos de la verdad: �Los minera-les que el agua transporta noson más que piedras trituradas.Igual que no podemos alimentar-nos de arena, no podemos ali-mentarnos de agua. Nuestrocuerpo sólo puede obtener salesminerales de fuentes orgá-nicas...� Desde luego, esto es ca-paz de aterrorizar a cualquiera;sólo de pensar en mi pobre esó-fago torturado por los trozos depiedras que bebo junto con elagua, me pongo a temblar. Conlos tres litros de agua comúnque ingiero al día, debo darle untratamiento equivalente a unapasadita con lija del cero. Y, pa-ra colmo, esas sales no me sir-ven para nada.

La sarta de despropósitos con-tinúa con una aclaración ne-cesaria y de una rotundidad abru-madora: ¿a que nadie se habíapreguntado por qué los fabrican-

Presunta manifestación ectoplásmica produci-da por el médium Jack Webber.

el circo paranormal

el escéptico (Verano 1999) 41

tes de pequeños electrodomés-ticos, como por ejemplo planchas,indican que se use solamenteagua destilada? Obviamente, por-que �los minerales y las sustan-cias que contiene el agua comúnembotan y corroen el interior delaparato�. Y, claro, la siguientepregunta resulta evidente: ¿qué esmás digno de cuidado, nuestrocuerpo o la plancha?

Después de esto, no puedosentirme más avergonzado porhaberme reído despiadadamentede la obsesión del general Jack D.Ripper, de Teléfono rojo: volamoshacia Moscú, por mantener purose intactos sus preciados fluidoscorporales. Aunque, bien mirado,su método parece más natural deacuerdo con el espíritu de lostiempos, y en un sitio donde llue-ve tanto... sale más económicoque comprar la maquinilla.

B.M.

Un enigma ovni inflado

¡Qué cosas! Resulta que fui pri-vilegiado testigo, según Iker Ji-ménez y Lorenzo Fernández, deuno de los �macroavistamientos[de ovnis] de la década y, posi-blemente, de los cincuenta añosde era ovni en nuestro país� y yosin saberlo. Me enteré de labuena nueva leyendo, en el nú-mero de agosto de la revistaEnigmas, lo que las manos dere-cha e izquierda de Jiménez delOso escribían en su sección �50años de ovnis en España�. Sobradecir que me embargó el gozo: yotambién era un elegido de losmarcianos. Eso pensé al princi-pio, porque claro, al final, mi go-zo acabó en un pozo cuya pro-fundidad es sólo equiparable a lafalta de rigor de los escuderos

del psiquia-tra de lo pa-ranormal.

Hace casicinco años,el 1 de di-ciembre de1994, milesde cánta-bros, vascosy navarross i g u i e r o ndesde las 17horas hastael anochecerlas evolucio-nes de unobjeto que, agran altura,se desplaza-ba en senti-do Oeste-Este. Fue-ron numero-sísimas lasllamadas ala comisa-rías de Poli-cía y a losmedios decomunica-ción, en losque los pe-riodistas in-t e n t a r o n ,contra el re-loj, ver quéhabía demister iosoen el asun-to. Al día si-guiente, to-

dos los periódicos, citando fuen-tes diversas, coincidían en quese había tratado de un globo es-tratosférico. Por mi parte, tuveconfirmación directa, y así sepublicó, en el diario El Correo el2 de diciembre, que el ingeniohabía sido lanzado por el Insti-tuto Nacional de Técnica Aeroes-pacial (INTA). Dado lo avanzadode la tarde, hubo que esperarveinticuatro horas antes de con-tar con la información concretasobre el lugar de lanzamiento, elobjetivo del mismo, etcétera, quese publicó con pelos y señales enEl Correo el 3 de diciembre.

Pues bien, ahora vuelven so-bre la historia los ufólogos deEnigmas y, en un alarde de pro-fesionalidad, sólo citan la infor-mación errónea que pudierondar otros medios, ignoran la faci-litada por el principal diario vas-co y afirman falsamente que el 2de diciembre �nadie había dadouna explicación y el enigma seextendía por el País Vasco yCantabria�. Sólo a quien no co-nozca el mundillo de las revistasesotéricas puede sorprender taldesfachatez, tanta manipula-ción, y que los autores de estafantasía y otros �jóvenes investi-gadores que hoy desempeñansus cargos y labores en las revis-tas nacionales de periodismo delo insólito� argumenten que esemismo día hubo avistamientosque, en ningún caso, podían te-ner que ver con el citado globoestratosférico. Conviene recor-dar que Bruno Cardeñosa, unode esos investigadores, dedujo lafecha de la segunda venida deJesucristo tras la estudiar la ob-servación de un bólido en febre-ro de 1988, y que otro, JosepGuijarro, actual director de Kar-ma.7, habló en su día de un�avistamiento masivo ocurrido el2 de diciembre� para referirse alque estamos comentado en estaslíneas. Y es que estos profesio-nales de la pseudociencia ni si-quiera saben que el diario de hoypublica lo que ayer fue noticia.

�¿Ovni o globo?�, se pregun-tan Iker Jiménez y Lorenzo Fer-nández en Enigmas. La respues-ta es clara: un globo inflado has-ta dimensiones cósmicas porquienes han hecho de la crea-ción y el engorde de misteriosinexistentes su modus vivendi.Ni más ni menos.

L.A.G.

ERNESTO J. CARMENA

A brazar la religión de los hechos. Éstafue la política científica de SantiagoRamón y Cajal, su sistema para

acercarse al conocimiento. Con frecuencia,decía que había que doblar las ideas antelos hechos y no al revés. Esto le permitiócambiar el paradigma científico existentehasta el momento sobre la estructura delcerebro. Y, para cambiar un paradigma es-tablecido, hay que demostrar los hechoscon mucha claridad, mucha más que paraaportar doctrina al conocimiento estableci-do. De esto se habla, por cierto, en el muyrecomendable libro El golem, de TrevorPinch y Harry Collins [Collins y Pinch,1996].

Las células fueron descritas por primeravez en 1665 por el científico inglés RobertHooke (1635-1703), quien estudió las decorcho con un microscopio muy rudimen-tario. El científico holandés Anton vanLeeuwenhoek (1632-1723) fue el primeroen describir bacterias y protozoos −losllamó animálculos−, entre otras cosas, y cé-lulas de glóbulos rojos en el decenio de1670. Estas descripciones tempranas nofueron superadas hasta comienzos del sigloXIX, cuando mejoró la calidad de las lentesde los microscopios. En 1839, el botánicoMatthias Schleiden (1804-1881) y el zoólo-go Theodor Schwann (1810-1882), ambosalemanes, formularon la teoría celular. En1858, el patólogo alemán Rudolf Virchowexpuso su teoría, según la cual todas lascélulas proceden de otras células, en con-tra de la doctrina vitalista. Su frase �sola-mente hay vida por sucesión directa� su-pone una importante ruptura con el pasa-do [Terrado y López Piñero, 1974]. Hastaese momento, la vida era un ánima que seinsuflaba en los seres de alguna raramanera.

La vida celular llamó entonces poderosa-mente la atención de Cajal, que se hace ecode ello en sus escritos de divulgación cien-tífica firmados como El Doctor Bacteria, porla similitud subyacente entre las célulasbotánicas y las animales. Así, un organis-mo entero podría entenderse mediante elestudio de sus partes celulares. Cajal, porcierto, se convierte de esta manera en unode los primeros periodistas científicos espa-

ñoles de los que tenemos noticia, o, al me-nos, en divulgador. Se llamaba a sí mismopublicista científico por dar a la imprentaestos artículos que publicó primero en Za-ragoza y después en La Crónica de lasCiencias Médicas de Valencia, en 1885.

Desde mediados el siglo XIX, pues, la cé-lula era una entidad independiente, un al-go que existía por sí mismo, relacionadocon sus equivalentes, pero único, indepen-diente. Sin embargo, esta regla tenía unaexcepción: el cerebro. Las células nerviosasestaban, aparentemente, unidas en unared, y eso dio origen a la teoría reticular,defendida por todos los investigadores delmomento, especialmente por Camilo Golgi.Cajal supo ver que las neuronas, como lasbautizó posteriormente Waldayer, erantambién células independientes y, final-mente, la teoría neuronal se impuso. A esteempeño, demostrar la verdad científicafrente a la apariencia sólidamente estable-cida, dedicó el histólogo español sus mayo-res esfuerzos durante toda su vida, dadoque, por muchas demostraciones que sehicieran, no había manera de apear de suburro a algunos de quienes seguían soste-niendo que las neuronas formaban unared.

Si, según una definición especialmenteatractiva, el trabajo de los científicos con-siste en dejar atrasado su propio trabajo,Cajal supo dar un paso importante. Pero nofue un milagro, maravilloso e irrepetible, si-no un científico, un trabajador incansable,un escrutador atento a lo que veía. El méri-to de Cajal fue ver lo que otros no veían. Pa-ra ello, tuvo que ser capaz de pensar fueradel paradigma, lo que siempre es difícil. Y,desde luego, no inventar nada, seguir confidelidad el dictado de su mirada.

(De tomas formas, sería muy interesan-te un estudio del caso. Desde Heisenberg,sabemos que no vemos las cosas tal y comoson, sino que las vemos después de haberactuado sobre ellas para verlas. Esto es es-pecialmente cierto en el caso de la histolo-gía, donde es necesario teñir y manipularlas células para poder verlas. ¿Hasta quépunto las reacciones de oxidación-reduc-ción introducen cambios que alteran lo quese ve?)

42 (Verano 1999) el escéptico

Cajal y la ciencia(verdadera y falsa)

El Nobel español, cuya figura ha sido objeto de una mistificación que lo ha presentado como un sabio que luchó contra el mundo,

se acercó a las falsas ciencias. Y, como en todo lo que hacía, se aproximó a ellas con el método científico en la mano

ANTONIO CALVO ROY

En todo caso, Cajal consigue su éxitoapoyándose en varias columnas. Por su-puesto, su inteligencia y su tesón. Perotambién sus maestros, quienes le enseña-ron a usar el microscopio, como AurelianoMaestre de San Juan, o las técnicas parateñir tejidos, como Luis Simarro. Y, desdeluego, en las ayudas oficiales, como el mi-croscopio que le regaló la Diputación de Za-ragoza y que �me equiparó técnicamentecon los micrógrafos extranjeros mejor ins-talados� [Ramón y Cajal, 1905]. Pero, porotra parte, Cajal se sirvió de sus destrezas,adquiridas a lo largo de su vida, para llegara ser lo que fue: en primer lugar, su habili-dad para pintar; en segundo, su afición a lafotografía, que le proporcionó conocimien-tos de química que le fueron de gran utili-dad para hacer sus tinciones.

La primera cátedra que Cajal consiguiófue en la Universidad de Valencia en 1883,a los 31 años. Allí, montó un laboratorio deinvestigación, dio clases a alumnos parti-culares, además de a los de la universidad,hizo tertulia, como siempre, y practicó elturismo gastronómico, para lo que organizóy redactó los estatutos del Gaster-Club,una reunión de señores con chistera queiban los domingos a preparar paellas a laalbufera. Pero, además de todo ello, seacercó a las falsas ciencias. Y, como en to-do lo que hacía, se aproximó a ellas con elmétodo científico en la mano.

La hipnosis y los espíritusLa hipnosis fue una de sus primeros cam-pos de experimentación, en el que, por cier-to, cosechó notables éxitos. Llegó a montarun gabinete, para curar enfermedades

mediante la hipnosis, que tuvo tanto éxitoque se le amontonaban los pacientes en lasescaleras de su casa. Sus reflexiones fina-les, en sus propias palabras, aseguran que:�Preciso es convenir que, a despecho detres siglos de ciencia positiva, la afición a lomaravilloso posee todavía honda raigambreen el espíritu humano. Somos aún dema-siado supersticiosos. Miles de años de feciega en lo sobrenatural parecen habercreado en el cerebro algo así como un gan-glio religioso. Desaparecido casi entera-mente en algunas personas, y caído en laatrofia en otras, persiste pujante en lasmás� [Ramón y Cajal, 1905].

Por su casa, el centro de experimenta-ción, desfilaron �especies notabilísimas dehistéricas, neurasténicos, maníacos yhasta acreditados mediums espiritistas�. Sibien mediante hipnosis consiguió algunosresultados llamativos, nunca logró entraren el mundo de los espíritus, dado que,�bastaba que yo asistiera a una sesión deadivinación, de sugestión mental, doblevista, comunicación con los espíritus, pose-sión demoníaca, etcétera, para que, a la luzde la más sencilla crítica, se disiparan cualhumo todas las propiedades maravillosasde los mediums o de las histéricas zahoríes.Lo admirable de aquellas sesiones no eranlos sujetos, sino la increíble ingenuidad delos asistentes� [Ramón y cajal, 1934].

Cuando nos acercamos al final del sigloXX, Cajal se sorprendería del auge que hoytienen todo tipo de supercherías del mundo−submundo− de las falsas ciencias. Pareceque ese ganglio religioso sigue presente enlos más. Sus reflexiones sobre éstas cues-tiones, escritas al final de su vida, tienen,lamentablemente, plena actualidad: �En el

el escéptico (Verano 1999) 43

Santiago Ramón y Cajal trabajando en su laboratorio.

Santuario de Epidauro, no había sacerdo-tes ni médicos. El enfermo se dormía y es-peraba confiado durante el sueño el mila-gro de Dios. Los curados debieron ser nu-merosos, como lo persuaden los exvotos delos enfermos salvados. ¿No curan lo mismohoy los homeópatas, la Ciencia Cristiana deBaker-Eddy y el psicoanálisis de Freud? Elhombre dispone de reservas inagotables defe en lo sobrenatural, o simplemente en elabsurdo, al cual se aviene, reverente y su-miso, con tal que lo defiendan elocuente-mente personas prestigiosas, radiantes devoluntad dominadora y nada negligentes dela escenografía. Recuérdense los casos re-presentativos de Meismer [por Mesmer] yde la señora Baker, la de la Ciencia Cris-tiana� [Cannon, 1951].

Ya en Barcelona, en 1889, publicó Cajalun trabajo sobre la atenuación de los dolo-res del parto, investigación hecha con Sil-veria Fañanás, su mujer, durante el alum-bramiento de su quinta hija, Enriqueta, na-cida dos años antes.

Cajal, pues, se dio cuenta de cómo fun-cionaban estas experiencias. Se trata de lasugestión, del efecto placebo, que, por otraparte, está suficientemente acreditado en laciencia. Lo llamativo, como deja claro, es laingenuidad de los asistentes, la capacidadde creer.

En este momento de su vida, se produjoen España una epidemia de cólera queafectó de manera especialmente cruel a Va-lencia. Cajal, aunque no tomó parte direc-tamente en el equipo que trató de atajar laenfermedad, se vio inmerso, como todos losmédicos y como cualquier habitante de Va-lencia, en ella. Como otros en su tiempo,comprendió que el bacilo del cólera, reciéndescubierto por Robert Koch (1843-1910),era el agente causal de la enfermedad. Tra-tó, de hecho, de investigar en esta cuestión

y fue el primero en descubrir que la inocu-lación de Bacillus comma muertos preveníala enfermedad, en contra de la opinión es-tablecida hasta la fecha. Aunque este des-cubrimiento se atribuye generalmente a losbacteriólogos estadounidenses D.E. Sal-mon y T. Smith, que lo publicaron en 1886[López Piñero, 1985], el haber descubiertoque bacilos muertos estimulan la produc-ción de anticuerpos corresponde, sin duda,a Cajal.

En este escenario, hace su apariciónuna importante personalidad científica,Jaime Ferrán y Clúa (1852-1929), bacte-riólogo experto en cólera que el año ante-rior había trabajado en Marsella, donde sehabía desatado otra epidemia. Ferrán yCajal, primero amigos cercanos, chocaronmás tarde hasta el punto de que Cajal, enposteriores trabajos, no citaba las impor-tantes investigaciones de Ferrán, aunquesí lo hiciera con los trabajos de otros cien-tíficos sobre la misma cuestión, pese a sermenos importantes. En las últimas edicio-nes de sus libros, sin embargo, reconocióla importancia de Ferrán, aunque nuncacompletamente [Ramón y Cajal, 1905].Ferrán, por su parte, vetó a Cajal en sulaboratorio cuando, pocos años después,los dos coincidieron en la Universidad deBarcelona.

Ferrán realizó, por primera vez en elmundo, una vacunación masiva contra laepidemia. Cajal, sin embargo, no confiabaen el sistema, por considerar que no ofrecíalos resultados necesarios. Una vez más, lareligión de los hechos se impuso, aunqueen esta ocasión la intuición acertada co-rrespondió a Ferrán. La idea era buena,pero la práctica aún no lo demostraba conclaridad.

Santiago Ramón y Cajal, por cierto, deci-dió entonces no dedicarse a la bacteriolo-gía, y las razones que da son, básicamente,económicas, ya que �adquirido el microsco-pio, redúcese el gasto [para un histólogo] areponer algunos reactivos poco dispendio-sos, y a procurarse, de vez en cuando, talcual rana, salamandra o conejo. Pero labacteriología es ciencia de lujo�, porqueexige muchos animales de laboratorio ytodo tipo de conejillos de indias a los que irsacrificando y, sobre todo, alimentandohasta que les llegue su hora. �Tal fue laconsideración, harto prosaica y terrena,que me obligó a guardar fidelidad a la reli-gión de la célula y a despedirme con penadel microbio� [Ramón y Cajal, 1905].

De aquel episodio, obtuvo Cajal un be-neficio muy considerable que ayuda, porcierto, a desmentir la imagen del sabio quelucha contra el mundo, despreciado por to-dos, sin ayudas ni estímulos. La Diputa-ción de Zaragoza le había encargado unainvestigación sobre la epidemia, que fuepublicada con ocho grabados en septiem-bre de 1885. Como agradecimiento a su�celo y desinterés�, regaló a Cajal un mi-croscopio de la marca Zeiss dotado de losobjetivos más modernos del mercado mun-dial y que, como señala él mismo y he rese-

44 (Verano 1999) el escéptico

Autorretrato del científico español.

ñado antes, �me equiparó técnicamente conlos micrógrafos extranjeros mejor instala-dos� [Ramón y Cajal, 1905]. Lo que noqueda claro es cómo supo la Diputaciónaragonesa que ése era el mejor regalo posi-ble para Cajal, llegado muy a tiempo y, enbuena medida, responsable de sus hallaz-gos. En todo caso, es evidente que contabacon muy buen material para sus investiga-ciones.

Y es que, como decía, la leyenda de Ca-jal, como las falsas ciencias, ha tomadocuerpo en la sociedad y ha hecho que laimagen que se tiene de este científico sea lade una estatua de mármol. Todo lo apren-dió solo, nadie le apoyó, le enseñó, le ayu-dó. En buena medida, debe de ser, comoexplica Laín Entralgo, para no padecer lavergüenza de que haya habido un solo Ca-jal. En la medida en que se trata de un mi-lagro, es irrepetible. Y, sin embargo, Cajaltuvo maestros y tuvo ayudas. Y, para com-probarlo, basta con leer la autobiografía,donde lo cuenta con bastante detalle. Claroque esto tampoco es tarea sencilla, ya queestán agotados los dos tomos, prueba, qui-zá, de que el mármol está bien para tenerlocolgado en la esquina de una calle o ador-nando una plaza, pero no para acercarse deverdad a su pensamiento, a su trabajo. Ylas personas que se han convertido en már-mol es mejor verlas allí colgadas y evitarprofundizar y ver qué hay debajo del már-mol, no vaya a ser que nos salgan los colo-res al descubrir que, después de todo, sonde carne y hueso.

Cajal practicó la ciencia con el convenci-miento de estar buscando la verdad. Conintuición y tesón, dejando que las teoríasfueran siempre después de los descubri-mientos, abrió el mundo del cerebro, unade las últimas fronteras del conocimiento, ala ciencia.

Referencias

Cannon Dorothy F. [1951]: Vida de SantiagoRamón y Cajal, explorador del cerebro huma-no. Prólogo de Charles Sherrington. Gan-desa. México.

Collins, Harry; y Pinch, Trevor [1996]: El golem.Editorial Crítica. Barcelona.

López Piñero, José María [1985]: Cajal. EditorialSalvat. Barcelona

Ramón y Cajal, Santiago [1905]: Historia de milabor científica. Prólogo de Alberto Sols. In-troducción de Fernando Reinoso Suárez.Alianza Editorial. Madrid 1984. P.59

Ramón y Cajal, Santiago [1934]: El mundo vistoa los ochenta años. Impresiones de un arterio-esclerótico. Tipografía Artística. Madrid.

Terrada y López Piñero [1974]: �La citología y lahistoria�. En Laín Entralgo, Pedro: Historiauniversal de la medicina. Tomo 6. EditorialSalvat. Barcelona.

Antonio Calvo Roy es periodista científico yautor del libro Cajal. Triunfar a toda costa(Alianza Editorial, 1999).

el escéptico (Verano 1999) 45

Complete su colección de

elescéptico ®

Nº 1. La �Mars Global Surveyor� le borra la cara aMarte; La verdad oculta tras el código de la Biblia;La cruzada de la sábana santa; Orce: ¿falta de rigoro fraude? (Agotado. Pendiente de reimpresión.)Nº 2. El arca de Noé de los seres extraordinarios;De Condon a Sturrock: los ovnis se estrellan con laciencia; Ascenso de lo irracional; La Academia deLagado; El misterio de Rennes-le Château.Nº 3. El relativismo cultural y otros relativismos; Laparanoia conspiracionista; ¡Busque a ET en su orde-nador!; Potenciar la razón; La necesidad de creer;Medicinas alternativas y bioética; ¿Qué garantía nos da la ciencia?Nº 4. Feynman contra la superchería; Astrología enclase; 5 de mayo del 2000: el día del Juicio Final;Abusos infantiles y recuerdos inducidos; La chicacon rayos X en los ojos.

5,4 euros/900 Pts.por ejemplar + Gastos de envío

Escriba a:

EL ESCÉPTICOApartado de Correos 310

08860 Castelldefels (Barcelona)Correo electrónico: [email protected]

El mundo maya ha ejercido desdesiempre una notable atracción sobrelas mentes imaginativas. Frente a las

duras culturas azteca o inca, este puebloque habitó la zona del Yucatán y su perife-ria se nos muestra como una civilizacióndelicada, artística, con grandes conoci-mientos astronómicos −por otra parte, per-fectamente alcanzables con los medios a sudisposición−, que se ha visto rodeada deuna romántica y oscura penumbra ante ladificultad de conocer las razones concretasde su colapso final.

Pese a que el misterio continúa en mu-chas cuestiones, tras las excavaciones quediferentes grupos de especialistas han rea-lizado en los últimos treinta años y el des-cubrimiento por investigadores rusos −co-mo Knorosov o Proskouriakoff− de que lossímbolos jeroglíficos de esta cultura no sólorepresentan ideas, conceptos, palabras, si-

no que también muchos hacen referencia asílabas, se tiene un mejor conocimiento desu mundo, cultura e historia, en la cual noaparece ningún tipo de testimonio sobre vi-sitantes alienígenas o naves tripuladas ninada similar; únicamente, historias de dio-ses y hombres, como mucho −lo que, porotro lado, tampoco es poco−. Es más, eldesciframiento de los textos jeroglíficos nospermite actualmente entender mejor cues-tiones fundamentales referentes a su reli-gión, así como a la manera en que la clasegobernante ejercía el poder.

Una cierta neblina sigue tapando ciertosaspectos de la cultura maya, pero no pare-ce que las teorías fantasiosas, no basadasen evidencias, puedan ayudar a avanzar.Quizás es por ello por lo que, cuando ungrupo de empresarios se decidió a crear elparque temático de Port Aventura y a dedi-car al mundo maya una de sus partes, no

46 (Verano 1999) el escéptico

¿Un astronauta en Palenque?Las interpretaciones fantasiosas de la losa sepulcral del templo de lasInscripciones son una demostración de cómo algunas casualidades y falsas analogías provocan el extravío de mentes no muy preparadas

ALFONSO LÓPEZ BORGOÑOZ

Fotografía y dibujo de la losa que cubría el sarcófago de Pacal, en Palenque (según Fiedel).

pudo menos que incluir en dicha zona unareconstrucción de un templo con un pesa-do sarcófago en su interior, medio tapadopor una losa gigantesca. La tumba elegidafue la del rey Pacal. El bajorrelieve de sulosa, que representa una figura de un hom-bre −y que, según algunos, es un astronau-ta−, será el protagonista de estas líneas.

¿Quién fue Pacal?Pacal el Grande −el calificativo sirve paradiferenciarle de uno de sus tíos, que noreinó− nació el 6 de marzo del año 603 denuestra era y murió el 30 de agosto del año684 −la exactitud de las fechas es normalen un mundo tan concienzudo astronó-micamente como el maya−, siendo el rey oseñor de la ciudad de Palenque −ubicadaen la región mexicana de Chiapas− y de unamplio territorio a su alrededor desde elaño 615 hasta su muerte. Era hijo de la rei-na Zac Kuk, que ocupó el trono entre 612 y640, y nieto del fundador de la dinastía.

Según revela la propia losa sepulcral deltemplo de las Inscripciones, de la que se ex-traen muchos datos de su historia, Pacalfue muy querido por su pueblo −lo cualpuede querer decir, simplemente, que fuerespetado por su sucesor, cuya divinizaciónrequería para legitimar mejor su propio ac-ceso al trono− e hizo muchas obras públi-cas. Los reinados de Pacal y de su hijoK'inich Kan Balam −Serpiente jaguar orien-tada al Sol−, que gobernó entre 683 y 702 yconstruyó muchos de los grandes edificiospúblicos de Palenque, representan el mejormomento del reino, sellando ambos man-datarios alianzas con señores de ciudadesvecinas por vía matrimonial.

Palenque es conocida desde finales delsiglo XVIII, cuando el gobernador españolJosé de Estachería promovió varias expedi-ciones a la ciudad entre los años 1784 y1787 para explorar sus ruinas, descubier-tas poco antes. Estas primeras investiga-ciones, apoyadas por el cronista de IndiasJuan Bautista Muñoz, se dieron en unaépoca en la que se podía encontrar un cier-to despostismo ilustrado en las coloniashispanas y en la que el interés del mismoCarlos III había llevado a iniciar años antesalgunas de las primeras excavaciones enPompeya y Herculano, cerca del Vesubio,entonces parte de sus dominios.

La losa en la que está esculpida la figurade Pacal el Grande no fue descubierta, sinembargo, hasta mediados del siglo XX. En1948, el arqueólogo mexicano Alberto RuzLhuillier encontró, en el interior de una pi-rámide escalonada de unos veinte metrosde altura conocida como el templo de lasInscripciones, unas escaleras abovedadasdescendentes. Y tardó casi cuatro años enllegar desde la entrada de las mismas hastala tumba, situada dos metros por debajodel nivel del suelo, ya que tuvo que limpiarantes veinticinco metros de escalera relle-nada, intencionadamente, con mamposte-ría. Finalmente, alcanzó en 1952 una ante-cámara funeraria, donde halló los esque-

letos de cinco o seis jóvenes, aparentemen-te sacrificados en honor del difunto allíinhumado. Una enorme laja de piedratriangular bloqueaba la puerta de acceso ala cámara sepulcral, una cavidad de diezpor siete metros cuyas paredes estabandecoradas con relieves de estuco. En laparte central, un sarcófago monolítico con-tenía un esqueleto −caso no muy habitualen el mundo maya− de un ser humanonormal −no un extraterrestre−, aunque algoalto para la estatura media de los mayas.

El esqueleto fue encontrado estirado yboca arriba, con el rostro cubierto por unamáscara de mosaicos de jade y con unasorejeras. Sobre el cuerpo, medio tapándolo,multitud de joyas de jade y madreperlas.También se hallaron, en el interior del sar-cófago, semillas, así como dos figuras de ja-de que ocupaban un lugar cerca del esque-leto, representando una de ellas al dios Sol.El cuerpo y las ofrendas habían sido cu-biertos con cinabrio rojo. Bajo el sarcófago,había dos cabezas de terracota, tambiéncon motivos en rojo. Y, encima, una losarectangular de 3,8 metros, con motivosesculpidos en bajorrelieve y con una largainscripción alrededor, que hace referencia alas gestas del muerto, así como a la fechasde nacimiento y muerte, y a las de sus pre-decesores. Nada especialmente raro desdeuna perspectiva histórica. En la cámara, sehalló también una gran serpiente de terra-cota, símbolo del enlace entre los vivos y elmás allá, que iba desde el sarcófago hastala puerta.

El Palenque de la épocaProbablemente, el periodo de mayor augede la ciudad maya de Palenque se situó du-rante los mandatos de Pacal y de su here-dero, destacando entre las característicaspropias de la época la decoración con estu-cos, uno de los motivos que más reconoci-miento han proporcionado a esta antiguaciudad centroamericana. La fama de Palen-que, sin embargo, está más ligada a los im-presionantes templos escalonados del Sol,de la Cruz y de la Cruz Enramada, así comoal de las Inscripciones −en el que se encon-tró la tumba de Pacal−, que es, seguramen-te, el más antiguo y, tal vez, el que muestraunas líneas y una arquitectura más im-presionantes.

La mayoría de los templos fue levantadahacia el 692 por K'inich Kan Balam. El hijoy heredero de Pacal hizo aparecer a su pa-dre en bajorrelieves en los templos de laCruz, del Sol y de la Cruz Enramada, en los

el escéptico (Verano 1999) 47

El templo de las Inscripciones es, seguramente, el más antiguo de

Palenque y, tal vez, el que muestra una arquitectura y unas líneas

más impresionantes

que se observa el proceso de divinizaciónpostmortem. Precisamente, muchos de esosbajorrelieves son llamados de la cruz por-que se asocia a Pacal con el árbol de la vida−en forma de cruz en amplias zonas de Me-soamérica−. En el templo de la Cruz En-ramada, además, el árbol sagrado tiene dosbrazos que terminan también, como vere-mos, con mazorcas de maíz antropomorfas.Este árbol de la vida, según señala HenriBroch, �es el árbol del origen, que los ma-nuscritos nos muestran atravesando laTierra desde los mundos inferiores hastalos mundos superiores�.

El templo de las Inscripciones, donde sehalla la losa, fue mandado construir por elmismo Pacal o por su hijo, para que fuerasu tumba, la más importante nunca halla-da en el mundo maya por la calidad de losrestos y de las ofrendas allí depositadas,siendo, para los investigadores de esta cul-tura, similar en importancia a la tumba delfaraón egipcio Tutankhamon.

Hipótesis para un bajorrelieveHa habido a lo largo del tiempo diversas hi-pótesis que han tratado de explicar lo querepresenta la figura del bajorrelieve de Pa-lenque desde una perspectiva racional. To-das han coincidido en atribuir la figurahumana central y el esqueleto a Pacal y, engeneral, han sido coincidentes, exceptuan-do cuestiones de detalle.

Según Alberto Ruz1, su descubridor,tanto el esqueleto como la figura humanacorresponden, sin duda, al rey Pacal dePalenque. Para este autor mexicano, la fi-gura epigráfica le representa con todos losrasgos mayas posibles en el rostro, apoya-do de espaldas sobre el esqueleto del demo-nio de los cuatro puntos cardinales y bajoel árbol sagrado que corona el pájaro Quet-zal, uno de los símbolos del dios Sol.

Otra hipótesis sugiere que la losa noshabla de tres mundos, el inferior −de losinfiernos−, el central −de la Tierra− y elsuperior −del cielo−. En los infiernos, sepuede observar la cara de un monstruo quemira de frente, enseñando los dientes. Enla parte central, estaría, básicamente, elárbol de la vida −con forma de cruz− con

una serpiente bicéfala en sus ramas clara-mente visible, de cuyas fauces surge undiosecillo, y con un pájaro en su rama su-perior.

Para Fiedel, la figura de la losa represen-ta a Pacal engullido por un monstruo delmundo subterráneo, del mismo modo queel Sol se pone al atardecer devorado porotro monstruo de dicho mundo. Según estainterpretación, tras la noche −muerte−, elrey volvería, como el Sol, a brillar en elcielo. Esto se ve más claro por la asociaciónque su hijo hizo de Pacal con nuestro astrorey en numerosos templos.

El significado actualHouston y Stuart creen que los gobernan-tes mayas no eran considerados en vidacomo dioses. Como mucho, según los tex-tos, eran sagrados. La fusión de estosgobernantes −y de sus cónyuges− con losdioses tenía lugar tras la muerte, cuandomuchos de ellos empezaban a ser venera-dos juntamente con los héroes ancestraleso fundadores de cada ciudad. Un ejemplode este tipo de política sería la romana, enla que los primeros emperadores, pese a noser entendidos como dioses en vida, sufríanun proceso de divinización tras la celebra-ción de las ceremonias funerarias, especial-mente la de la apotheosis −que viene a sig-nificar en griego algo así como paso a ladivinidad−.

Es por ello que, en el mundo maya, em-pezaron a desarrollarse una serie de imáge-nes que representaban el paso del gober-nante muerto a la divinidad, asumiendo, endicho tránsito, los atributos de alguna dei-dad. En general, los reyes se asociaban aldios Sol y las reinas a la diosa Luna. Sinembargo, algunos miembros de esta clasegobernante también aparecían asociados aldios del Maíz, un símbolo de la juventud yde la renovación vegetal que vinculaba a losgobernantes con los primeros seres huma-

48 (Verano 1999) el escéptico

El templo de las Inscripciones

1 Mi conocimiento de esta primera hipótesis, enparte, se basa en un comentario −sumamenteescéptico y de muy recomendable lectura− de J.A. Goytisolo (El Periódico de Catalunya, 27 dediciembre de 1993) sobre un texto de un tal M.Duverger −espero que no se trate de MauriceDuverger, el muy conocido filósofo del derecho−, en el cual este autor francés afirma que era unastronauta. Otro conocido autor que reciente-mente ha reflexionado sobre el tema es TerenciMoix (�La Atenas del arte maya�, La Vanguardia,20 de septiembre de 1998), en un artículo en elque, hablando de Palenque, se ríe de las hipóte-sis ufológicas respecto a la tumba: inclusocomenta que hay gente que considera la figura,por la posición de la mano al mundo del Zen, unBuda en trance.

nos, quienes eran representados como unaespecie de pasta de maíz. De nuevo encon-tramos un buen ejemplo para estudiar estefenómeno cultural maya, de unión de mitoscelestes con terrestres, en el mundo roma-no tardío, en el que una serie de antiguoscultos en honor de la renovación de la na-turaleza y de la Tierra quedaron incluidosen un proceso de sincretismo, asumiendoen el ritual símbolos basados en una reli-giosidad astral.

En la losa de Palenque, se representaríaa Pacal, además de con todos los símbolosantes mencionados −el pájaro Quetzal, laserpiente...−, sufriendo un proceso detransformación −metamorfosis− y emer-giendo con los atributos del dios del Maíz ode las plantas. Es decir, hallamos en la lo-sa, de forma normal, toda la simbología clá-sica de la muerte y resurrección, según lascreencias mayas. Parece claro, pues, porlos datos que hemos ido examinando y porlos restos hallados, que de lo que se trataen esta losa es de mostrar el cumplimientode un rito de paso, de un rito de transiciónde la vida a la muerte, por parte de unseñor maya, Pacal, rey de Palenque, altiempo que se inicia un proceso de divini-zación del mismo.

Creemos que lo esculpido en la losa nosmuestra, en todos sus símbolos, el procesode divinización de Pacal tras su triunfo so-bre la muerte. Y de ello nos habla la ma-yoría de sus elementos identificables, comola presencia del dios Sol −a través de susímbolo en el pájaro Quetzal− en su doblevertiente, por un lado, de dios más podero-so del panteón maya y, por otro, de diosque se hunde en las tinieblas cada nochepara renacer al día siguiente; o la de hallar-se la figura bajo una serpiente, símbolo deltránsito al otro mundo −no sólo aquí, enmuchas otras culturas, como la moche,que se desarrolló en ese mismo tiempo yque también la usa normalmente en susrepresentaciones funerarias−. Tambiénapunta en ese sentido que Pacal esté reves-tido de los atributos del dios del Maíz, quetiene un marcado simbolismo funerario enla cultura maya, y que esté todo enmarca-do por el árbol de la vida, lo que hace queno podamos dudar mucho de que, muyprobablemente, ésta es la hipótesis inter-pretativa más correcta: Pacal, en su ascen-sión, escapa de un demonio infernal, quehabita en el mundo subterráneo −parteinferior−, que le ha devorado ritualmenteen el momento de la muerte.

¿Y cómo sabemos que es un demonio delmundo subterráneo? Porque en él hundesus raíces el árbol de la vida y porque esteárbol está coronado por el Quetzal, el sím-bolo del dios principal del panteón maya. Elárbol marca un camino desde la muertehacia el cielo maya, todo lo cual se asociaal resto de símbolos hallados alrededor ydentro del sarcófago de Pacal, un rey que,por otra parte, por lo que ve en los restoshumanos encontrados y en la figura centralde la lápida, tiene los rasgos típicos de losindígenas precolombinos de la región.

El problema, además, para los parar-queólogos −nunca hablan de ello− es que esposible ver una escena muy semejante enotros bajorrelieves mayas de la misma épo-ca y de la misma ciudad de Palenque, ha-llados, por ejemplo, en el templo de la CruzEnramada o en el de la Cruz, tal comomuestra William Stiebing. En éstos, apare-cen los mismos símbolos, pero sin la figurade Pacal en el medio −sí, a un lado−, advir-tiéndose claramente el árbol de la vida enforma de cruz, el pájaro Quetzal arriba, laserpiente bicéfala, cabezas en forma demazorcas de maíz en las ramas del árbol,así como un demonio en su base. Así,Broch compara en un dibujo las similitu-des entre el relieve de la losa de Palenque yel de la Cruz Enramada.

Tras la explicación en hipótesis y estaspruebas de qué significan los diseños, creoque el factor duda debería desvanecerse,aunque es poco probable, lo sé, que ellosuceda.

Los astronautas de la antigüedadA finales de los años 60, se hizo muy popu-lar la losa del templo de las Inscripcionesentre el público en general −que no entre elespecializado, ya que era archiconocidaantes dada su importancia−, debido a queErich von Däniken y otros autores, comoCharles Berlitz, publicaron su fotografía enlibros de pararqueología de gran éxito deventas, indicando que la misma era una

el escéptico (Verano 1999) 49

Bajorrelieve del templo de la Cruz Enramada, según Stiebing. Ob-sérvese el árbol en forma de cruz, coronado por un pájaro Quetzal,unas panochas de maíz en las ramas, el demonio en las raíces...Pacal es la figura que está de pie a la izquierda: sus rasgos y ves-tiduras son similares a los de la figura de la losa.

Un problema para los ‘pararqueólogos’es que es posible ver una escena muy

similar a la de la lápida de Pacal enotros bajorrelieves mayas de la misma

época y de la misma ciudad

muestra evidente de que nos encontramosante la tumba de un astronauta extrate-rrestre al que se ve pilotando su nave espa-cial. La principal revista pseudocientíficaespañola de la época, Mundo Desconocido,llegó a regalar un póster de dicha imagenpara incentivar las suscripciones.

Esta teoría se atribuye originalmente alruso Alexander Kazantsev, quien sugirióque el personaje representado en la losa dePalenque accionaba los mandos de una na-ve espacial que despegaba lanzando fuegopor sus motores, mientras accionaba susmandos. Según Broch, en realidad, Kazan-tsev copió la idea de dos artículos de losfranceses Guy Tarade y A. Millou publica-dos en agosto de 1966.

Para Von Däniken y Berlitz, el diseñoera similar al de los cohetes de los años 70−hoy en día, desfasados− y a la posiciónque en ellos adoptaban los astronautas −locual no es muy correcto, dado que si el co-hete no está aún en el espacio, el astro-nauta está medio comprimido contra la si-lla y si está en el espacio, en las toberas nohay fuego−. Quien quiera profundizar en lacrítica del vestuario de pseudoastronautade Pacal, puede hacerlo en el magnífico li-bro de Stiebing Astronautas en la antigüe-dad.

ConclusionesLa lápida de Palenque nos habla de la divi-nización de un máximo mandatario de unaciudad maya, un proceso bien conocido enésta y otras culturas que sirve como ele-mento legitimador de los gobernantes quele suceden. Ha habido muchas hipótesissobre su significado, pero las investigacio-nes llevadas a cabo en los últimos diez añoshan aclarado algo el tema. No obstante,antes de que esta visión de la losa se fueraextendiendo, surgieron otras hipótesis,más o menos razonables. Las erradas nohan representado un grave problema, yaque el equivocarse es normal en ciencia.

Lo que no es correcto es tratar los obje-

tos del pasado de forma aislada, sin teneren cuenta el contexto cultural en el quesurgen y sin buscar paralelismos ni otrasevidencias que apoyen las hipótesis. Ése hasido el grave error de los planteamientos delos estudiosos de lo paranormal: su escasoánimo crítico para dar con la mejor res-puesta posible de una manera racional.

El estudio sistemático de este bajorrelie-ve posibilita rechazar lo imposible paraquedarse con lo probable, dentro de lasabundantes dudas que la interpretación deuna lápida siempre ofrece acerca de lo quesignifican sus símbolos. No creemos razo-nable que se trate de un astronauta, pero,en cualquier caso, si algún autor pretendedefender esa posibilidad, deberá hacerlocon muchas más evidencias que las aporta-das hasta ahora y con estudios mucho másserios.

Estamos, en lo que a las teorías parar-queológicas se refiere, ante un típico casoen el que algunas casualidades y falsasanalogías han provocado el extravío dementes no muy preparadas. Como indicaStephen Jay Gould, �la mente humana sedeleita al encontrar esquemas subyacen-tes, hasta tal punto que a menudo confun-dimos las coincidencias o las analogías for-zadas con significados profundos�.

Y todo esto nos lleva a tratar de ver quéhay detrás de su aceptación por la gente engeneral.

La dificultad de establecer nexos con elpasado, por culpa de una historia cada vezmás alejada de los grandes mitos, que no secentra en cosas usuales ni comprensibles −en vez de amores y odios entre humanos,generalmente movidos por los mismos inte-reses que nos mueven a nosotros, se hablade macrociclos económicos−, lleva a muchagente a dejar de creer en los historiadores ycaer en las garras de autores que divulgansupuestos misterios transcendentes enépocas pretéritas, y que, además, dicen queocultan los investigadores.

Por otra parte, caídas muchas divinida-des, se puede advertir cómo la esperanzaen mitos cósmicos vuelve a renacer de lamano de los mitos astronáuticos. Un nuevoparadigma celeste, una vez que han entra-do en quiebra en muchas sociedades desa-rrolladas −y especialmente entre ciertas ca-pas de la sociedad− las antiguas creenciasreligiosas, trata de abrirse camino apelan-do a los sentimientos más irracionales y alos miedos de una parte de la población. Elhombre sale al espacio y no encuentra undios físico. La explicación es que éste es ex-traterrestre y que, tras un largo viaje ymiles de años de ausencia, está a punto devolver con un nuevo mensaje redentor parasus elegidos, investido con todas las carac-terísticas racionales, éticas, científicas y es-pirituales que se suponen a una civilizaciónmucho más avanzada, que, además, ya nosayudó a dar nuestros primeros pasos. Esun mito típico que se genera en todas lassociedades: el del retorno de los dioses.

Frente a una vida humana de trabajo, elmito cósmico nos lleva a una creencia y es-

50 (Verano 1999) el escéptico

Comparación de Broch entre los bajorrelieves de la losa del sarcó-fago de Pacal y del templo de la Cruz.

peranza en algún tipo de salvación denuestro cuerpo y alma. De ahí su vigenciay el querer ver en esta losa misterios sóloaptos para ser, supuestamente, entendidospor iniciados, cuando lo cierto es que el en-tendimiento que de los mismos hacen lospararqueólogos es el más sencillo de los po-sibles y está al alcance de todo el mundo:sólo requiere fantasía.

¿Dónde mejor encuadrar dichos mitoscósmicos que entre pueblos, como el maya,que aún hoy ven envuelta en la bruma unagran parte de su historia? Su capacidadastronómica, fruto de un agudo sentido dela observación, pero plenamente circuns-crita a los medios de los que disponían, hahecho, sin duda, que la hipótesis astronáu-tica acerca de la losa de Palenque haya ga-nado fuerza. La ignorancia de las enormesposibilidades y precisión alcanzables por laastronomía sin telescopio, basada sólo enla contemplación rigurosa del movimientosde los cuerpos celestes durante muchosaños, hace que la gente se sorprenda de re-sultados científicos maravillosos, pero noimposibles, alcanzados en el pasado porculturas megalíticas, precolombinas o decualquier parte del mundo, tal como la ar-queoastronomía nos enseña hoy en día.

Probablemente, habrá que hablar en fu-turos artículos acerca de los procesos sin-créticos que se observan en la mayor partede las sectas ufológicas de nuevo cuño. Sinembargo, he creído conveniente remarcarla importancia que tiene en todo este pro-ceso de espiritualización de los extraterres-tres, que mucha gente desarrolla en la ac-tualidad, la lectura errónea de restos ar-queológicos, así como la búsqueda de pasa-das visitas de astronautas de otros mundosa nuestro planeta, para justificar mejorciertas doctrinas religiosas que, ante el finde milenio que se avecina, hacen del men-saje agorero, milenarista y apocalíptico sucarta de presentación habitual.

Por cierto, J. A. Goytisolo acaba con unabella frase un breve texto que escribió so-bre el tema: �No me gusta la ciencia-ficción.Es más apasionante la vida�. Alterando

algo la sentencia, yo diría que frente a laciencia-basura, prefiero o bien la ciencia-ficción −quedando claro que es ficción− o lavida misma.

Agradecimientos

Agradezco a Juan Soler Enfedaque por ladocumentación que me ha proporcionadosobre este tema.

Bibliografía

Berlitz, Charles [1974]: El triángulo de las Ber-mudas. Trad. de José Cayuela. Editorial Pla-za & Janés (Col. "Los Jet", Nº 7). Barcelona1982.

Broch, Henri [1985]: Los fenómenos paranorma-les. Una reflexión crítica. Trad. de Juana Big-nozzi. Editorial Crítica (Serie �General� (Col.�Estudios y Ensayos�), Nº 107). Barcelona1987.

Däniken, Erich von [1968]: Recuerdos del futuro.Trad. de... Editorial Plaza & Janés. Barcelo-na 1974.

Fiedel, Stuart J. [1987]: Prehistoria de América.Trad. de M. Ríos. Editorial Crítica. Barcelona1996.

Gould, Stephen Jay [1985]: La sonrisa del fla-menco. Reflexiones sobre historia natural.Trad. de A. Resines. Editorial Crítica. Barce-lona 1995.

Houston, Stephen y Stuart, David [1996]: �Ofgods, glyphs and kings: divinity and ruler-ship among the classic maya�. Antiquity. Vol.70, Nº 268 (junio). 289-312.

Millou, A. y Tarade, G. [1966]: �L'enigma diPalenque�. Clypeus. Nº 4/5 (octubre). 19.

Rocchi, Carla [1989]: �Palenque: La capital delestuco�. En Arqueología de las ciudades per-didas. Salvat Editores. Barcelona. Vol. VIII.2113-2119.

Stiebing, William H. [1984]: Astronautas de laantigüedad. Colisiones cósmicas y otras teo-rías populares sobre el pasado del hombreTrad. de Alberto Coscarelli. Tikal Ediciones(Col. �Eleusis�). Gerona 1994.

el escéptico (Verano 1999) 51

Suscríbase a

The Skeptical InquirerLa revista bismestral del Comité para la Investigación Científica de los Supuestos

Hechos Paranormales (CSICOP).

Un año: US$45 Dos años: US$78 Tres años: US$111

Escriba a:

The Skeptical InquirerPO Box 707

Amherst, NY 14226-0703Estados Unidos

El sesgo y tendenciosidad de esta �Guía Digital� hanquedado patentes en las pasadas entregas, lo queempezaba a producirnos remordimientos de con-

ciencia. Pero ¿cómo ser imparcial cuando, a cambio decolaborar en el ocultamiento de la Verdad, uno tiene elprivilegio de cobrar enormes sumas de dinero de mano dela CIA, la NASA...? Esta vez, sin embargo, vamos a haceruna excepción y mostrar aquí el punto de vista contrarioa nuestros intereses. Uno es escéptico, pero tiene susprincipios morales.

No hace mucho apareció en Internet un modestísimofanzine de lo misterioso que llegó a hacer estragos en unimportante foro de discusión paleontológica. La revista, ti-tulada MundoMag, denuncia una conspiración de la Uni-versidad Carlos V de Madrid para ocultar las pruebas dela existencia de dinosaurios vivos en África Central. La fo-tografía de una de las bestias más buscadas por los crip-tozoólogos, el Mokele-Mbembe, había sido robada por ungrupo de estudiantes. Tras entrevistar a los avispadoschicos, los reporteros de MundoMag consiguieron poneren evidencia al mayor experto oficial español en animalesantediluvianos. �Judga por tí mismo si te alineas con losnegativistas profesionales dominados por su cerebro iz-quierdo racionalista, o con nosotros, la open minded peo-ple�, dice el editorial del número 1 del fanzine −http://www.geocities.com/CollegePark/Square/5099−.1

Más reciente todavía es la intromisión de Psicología As-tral en La red escéptica −el anillo de webs en castellano si-tuado en http://oldfield.webjump.com/redscptc−. Nos re-

ferimos a la página no oficial del doctorG.P. Johnson. Especializado en tratar apacientes aficionados a los juegos de rol,este psicólogo alternativo tiene una pro-puesta nada desdeñable. Afirma que la as-trología debe combinarse con el psicoanáli-sis para, de ese modo, proporcionarle ca-pacidad predictiva y convertirlo en unaauténtica ciencia. El resultado de esta sín-tesis es la psicología astral, �destinada aocupar los estudios de los futuros investi-gadores del inconsciente en el siglo XXI�. Eldoctor Johnson cobra tanto por consultaque se ha hecho asquerosamente rico y,quizá por ello, no necesita gastar demasia-das energías en blasfemias contra la cien-cia oficial. Es especialmente recomendablela explicación del concepto de histeria delKarma en la sección titulada �Fragmentosejemplares�. Psicología Astral se encuentraen http://www.geocities.com/Athens/Rhodes/6488.

Bomba contra el ‘establishment’

Sin embargo, la auténtica bomba que soca-varía los cimientos del establishment, fue lapublicación de Valientes Platillos −http://www.geocities.com/Area51/Comet/6574−.¿Por qué valientes? Basta echar una ojea-da al editorial y los contenidos de esta re-vista cibernética para darse cuenta del se-rio peligro que corren los responsables.Descubrir el rostro de Benito Pérez Galdósen los ojos del ayate de la Virgen de Gua-dalupe puede, como mínimo, forzar un ten-so debate en el Vaticano sobre la conve-niencia de santificar a este escritor, �miticoautor de exitos teatrales como La Regentade Clarín�. Pero la divulgación de otrossecretos y tabúes puede conllevar un ries-go mucho mayor.

Por ejemplo, Valientes Platillos denunciala existencia de un complot de la NASA y laCIA para que las figuras extraterrestres dela superficie de Marte fueran tomadas abroma cuando les llegase el momento desalir a la luz. La noticia fue divulgada por�un grupo de importantes ufólogos y cienti-ficos heterodosos�, gracias a �un antiguoempleado de la NASA que por causas natu-rales, no ha querido rebelar su identidad�.Fue la CIA la que creó aquel programa detelevisión que todos conocemos. Lo hizo no

52 (Verano 1999) el escéptico

guía digital

ERNESTO J. CARMENA

‘Valientes Platillos’ y otros lugares ‘heterodosos’

1 Todas las citas incluidas en estas líneas han sido transcri-tas literalmente de los originales, sin ninguna modificaciónortográfica.

sólo para convertir las figuras marcianasen ridículos muñecos como Blas y la ranaGustavo, sino también para manipular lasmentes de los niños, enviando desde esaserie �una serie de mensajes racionalistashasta lo tendencioso�. No se pierdan laescalofriante imagen de Blas manifestán-dose de forma paranormal en un campo detrigo.

(Y, por cierto, el origen alienígena deeste personaje ha sido propuesto tambiénpor otro sitio web, la página americanatitulada Bert is evil o Blas es malvado:http://www.zeal.net/~phoxxy/bert/bert.htm. Las pruebas son contundentes: el mu-ñeco cejudo con cabeza de plátano es unalienígena procedente del sistema Zeta-Berticuli.)

Como escépticos racionalistas, nos sabemal decirlo, pero los responsables de Va-lientes Platillos han destapado la vergonzo-sa incapacidad de la ciencia oficial para daruna respuesta a los enigmas de la humani-dad y el cosmos. Un colaborador de la re-vista virtual cubre la ponencia del doctorOrestes Peñaloza en un importante simpo-

sio internacional. En dicha intervención, Peñaloza desafióal establishment científico con diez preguntas del siguien-te estilo y calibre: �¿Cómo se explica que el gran escritorholandés Jonathan Swift, en su extraordinaria novela Lasaventuras de Robinson Crusoe, dé una descripción abso-lutamente exacta de las dos lunas de Marte, Deimos yGanímenes, incluyendo sus diámetros, sus masas, laexcentricidad de sus órbitas y en especial sus nombrescorrectos, si para esa época Galileo ni siquiera había naci-do? ¿O es que acaso Swift conocía la tradición de los anti-quísimos pueblos mayas de Zimbawe?�. Lecturas comoésta hacen que uno se pregunte si no estará perdiendo eltiempo con publicaciones negativistas como la que tieneusted en sus manos.

Valientes Platillos consta de una larga lista de artículos-bombazo escritos en un estilo directo y sin utilizar laobsoleta ortografía oficial. Hemos meditado mucho, perofinalmente hemos calificado los recursos de este sitio conuna nota de 10. Sencillamente, porque cada artículo esuna revelación. Muchos están aderezados con portento-sas fotografías, como la que demuestra que Kennedy eraen realidad un extraterrestre o esa otra en la que un bebécon superdotez psíquica hace levitar un jarrón −o algoasí− mediante la técnica consistente en fruncir el ceño. Oaquella otra de un enorme boquete en ese planeta huecoque es la Tierra; un agujero �correspondiente en el campogravimetrico, lo que nos lleva a preciar un alo rojo que seestiende al espacio igual que si fuera el campo magneti-co�. �¿Estuvo la Atlántida en Soria?�; �Saddam oculta losrestos de una nave extraterrestre en Bagdad�; �Fotogra-fiados dos MIB� (Hombres de Negro); �Descubiertos códi-gos secretos en los libros de Corin Tellado�; �Obtenemospsicofonías en el Palacio de la Moncloa�... son algunos delos títulos que los colaboradores de Valientes Platillos dana sus reportajes de investigación. Puro estilo magufo.

Pero, además, estos valientes tienen dos secciones deobligada visita. En primer lugar, la página del estaff. Allípodremos comprobar a qué clase de hombres −y a quéclase de mujer− nos enfrentamos los escépticos oficialis-tas. Un investigador autodidacta, consultor para elMinisterio de Defensa y el Ejército del Aire de EstadosUnidos, es el director de esta revista �adaliz de la verdadsea la que sea�.

En segundo lugar, debemos leer el �Libro de visitas�,donde los lectores dejan sus comentarios y críticas. Loque más abundan son las alabanzas, pero también hayamenazas, insultos, desconcierto en estado puro −�¿Estoes de coña? No ¿verdad?�− o aquel lector que, víctima delos engaños de la literatura oficial, protesta negando queGaldós escribiera Laregenta. La opinión deeste lector es respetable,por supuesto, pero tanválida como cualquierotra. ¿O no?

guía digital

el escéptico (Verano 1999) 53

- Recursos: 10- Enlaces: 1- Presentación: 5,6- Velocidad de carga: media

‘Valientes Platillos’ consta de una larga lista de

‘artículos-bombazo’ escritosen un estilo directo

y sin utilizar la obsoleta ‘ortografía oficial’

A l amanecer del 19de agosto de 1936,por orden del go-

bernador civil de Grana-da, el comandante Valdés,Federico García Lorca fuefusilado por la espalda,junto a un maestro de es-

cuela y dos banderilleros, en el barranco deVíznar. Los cuatro cuerpos cayeron junto aun olivar, donde, horas más tarde, fueronenterrados.

Ahora bien, según ha desvelado la revis-ta Enigmas, Lorca no murió ni en Víznar nien esa fecha. En el ejemplar de agosto de1999 de la publicación dirigida por Fer-nando Jiménez del Oso, aparece un artícu-lo titulado �Lorca, el dos veces muerto�, fir-mado por Juan Jesús Vallejo, quien relatacómo Lorca sobrevivió a su fusilamiento y,además, informa sobre presuntas cosasraras en la Huerta de San Vicente, unaantigua residencia del poeta.

Según Vallejo, en 1976, un panadero deCalicasas (Granada) llamado Rogelio Ber-mejo vio en el cine un documental realiza-

do con motivo del aniversario de la muertedel poeta. Su sorpresa fue mayúsculacuando se dio cuenta de que él conocía aaquel hombre. Era un individuo al quehabían dado el paseíllo cuarenta años an-tes, cuyo cuerpo, que él creía sin vida, ha-bía visto mientras repartía el pan y que, alvolver a pasar por el lugar, notó que se ha-bía movido. ¡Estaba vivo! Entonces, le ha-bía trasladado hasta el convento de SanBartolomé, donde las monjas le cuidaron.El hombre no se recuperó totalmente de lasheridas, ya que había recibido un impactoen la cabeza: su mente quedó inútil y sufrióuna amnesia irreversible. Como ni Rogelioni las monjas sabían quién era el desgra-ciado, le habían dado el nombre de Manolo.Manolo vivió en el convento, ayudando alas monjas en tareas sencillas, hasta quefalleció en 1954.

Al darse cuenta de que el hombre deldocumental −el mismísimo Federico GarcíaLorca− era el mismo a quien había salvadode la muerte en 1936, Rogelio intentó dar aconocer su historia, pensando en mejoraralgo su vida. Sin embargo, sólo una joven

54 (Verano 1999) el escéptico

Una revista esotéricaremata a García Lorca

‘Enigmas’ afirma que el poeta granadino no murió en 1936 y, para respaldarlo, presenta como reales datos, personajes e imágenes inventados por Fernando Marías y Juan Bas para

la serie de ficción ‘Páginas ocultas de la historia’

EDUARDO GIMÉNEZ GONZÁLEZ

Trucaje con lasfalsas monjas,Rogelio y Ma-nolo publicadoen la prensa.En el recua-dro, la foto quepublicó �Enig-mas�, una am-pliación de laimagen deLorca inserta-da en la otra.

�Hermanos, esto que acabamos de escuchar

no solamente es verídico... ,sino que además es cierto�.

Les LuthiersEl sendero de Warren Sánchez

periodista, Rocío Pérez Sanz, dio algunacredibilidad al sorprendente relato. PeroRogelio aportó una prueba: una fotografíaen la que aparecía él junto a tres monjas ya Manolo. Ciertamente, Manolo se parecíaa Lorca de forma extraordinaria. Dicha fo-tografía, según afirma Vallejo en Enigmas,fue analizada y se descartó cualqquier tru-caje fotográfico. La periodista publicó en-tonces, en el diario granadino Ideal, un ar-tículo titulado �La otra muerte de Lorca�,que no tuvo continuación.

Pasados los años, se intentó confirmarla información facilitada en ese artículo,pero su autora había abandonado el perio-dismo y apenas podía aportar más datos. YRogelio Bermejo ya había fallecido. Sin em-bargo, Vallejo nos informa de que en el con-vento fue hallada una muestra de la escri-tura de Manolo con una única palabra:agua. Y eso es un problema, porque unasola palabra no basta para realizar unaidentificación con la letra del poeta, y másteniendo en cuenta el daño cerebral que, alparecer, habría sufrido y el hecho de que eltexto fue escrito con la mano izquierda poralguien diestro.

¿Y el cadáver? Hoy, disponemos de téc-nicas genéticas para confirmar si Manoloera Lorca o no. Por desgracia, la exhuma-ción del cuerpo es imposible, pues el lugardonde fue enterrado se encuentra en laactualidad bajo el pantano de Cubillas.

¿Es cierta esta historia o no? Según Va-llejo, hay �demasiadas casualidades paraque todo sea una invención�.

¿Es cierta esta historia o no? No. No esque Rogelio Bermejo mintiera, o que Ma-nolo fuera otra persona, o que la periodistase inventara el artículo. Lorca fue fusiladoy salvo eso, todo, absolutamente todo, enesta historia es ficticio y ninguno de lospersonajes ha existido.

El origen televisivo de una falsa historia

Desgraciadamente para Enigmas, sabemosde dónde ha salido esta historia. El domin-go 7 de marzo de 1999, se emitió por el se-gundo canal de Televisión Española unprograma titulado �La otra muerte de Fe-derico García Lorca�, en el cual se narrabaexactamente lo que cuenta Vallejo. Todoslos datos que el autor presenta como frutode su investigación −incluida una fotografíade Manolo que reproduce Enigmas− estánsacados del tercer episodio de Páginas ocul-tas de la historia, serie televisiva presenta-da por Felipe Mellizo de la que, en el repor-taje de la revista de Jiménez del Oso, noaparece mención alguna.

Con formato de documental, la seriedescubrió una corporación que ocultabaobras artísticas, unas experiencias de re-gresión a vidas pasadas con Rudolf Hess,una tercera bomba atómica hundida en elocéano que no llegó a lanzarse sobre Ja-pón, a un inventor del cine sonoro que re-nunció a la gloria por amor, un atentadoexitoso contra Mola y otro fallido contra

Franco, un medicamento contra la obesi-dad que creó la anorexia, a unos aventure-ros que provocaron el 2 de Mayo para ocul-tar un robo... Historias, todas ellas, absolu-tamente ficticias. Al final de cada capítulo,aparecía un aviso advirtiendo de que se tra-taba de ficciones ideadas por los escritoresbilbaínos Fernando Marías y Juan Bas.

Para el director de Páginas ocultas de lahistoria, Javier Díaz Moro, la pretensión deestas invenciones era �conseguir que lagente reflexione sobre la veracidad de loque se cuenta y las ambigüedades que tie-ne la historia que conocemos�. Y, a pesarde esto, Vallejo nos lo presenta comoauténtico.

Vale, reconozco que el programa estabarealizado con un formato que induce a laconfusión, el aviso final era breve y era fácilpasarlo por alto. De hecho, en la lista decorreo escéptica de Internet, hubo algunosmensajes sorprendidos ante una de esashistorias −dudando de ella, por cierto−. Pe-ro la verdad es que bastaba un mínimo deinterés para enterarse de que esta serie erade ficción. Ni siguiera era necesario llamara TVE para confirmarlo: tal extremo seanunciaba claramente en la prensa. Y, porsi eso fuera poco, posteriormente, los guio-

el escéptico (Verano 1999) 55

Portada de �Páginas ocultas de la historia�, libro deFernando Marías y Juan Bas.

No es auténtico ni uno de los datos quepresenta Juan Jesús Vallejo en ‘Enigmas’

para demostrar que Lorca no murió en 1936

nistas de la serie han publicado estas inte-resantes ficciones en un libro, en el que nosadvierten, por si hubiera dudas, que �lascatorce historias son una mezcla en dife-rentes grados de datos históricos reales conpuras invenciones, y son por lo tanto fic-ciones. La otra muerte de Federico GarcíaLorca y La Corporación se inspiran de unmodo muy libre en La luz prodigiosa y enun fragmento de Esta noche moriré, novelasambas de Fernando Marías. Los otros docecuentos son originales y fueron escritos pa-ra la serie de televisión y este libro. De igualmodo, todos los personajes entrevistadosson ficticios, salvo nuestros amigos el doc-tor Josetxu Fombellida y el periodista Txe-ma Soria�. Es decir, se podía comprobarque la segunda muerte de Lorca es imagi-naria por tres fuentes: la novela de Marías(premio Ciudad de Barbastro), la serie detelevisión y el libro de Bas y Marías.

¿Demasiada bulla por un simple despis-te? Bueno, si en un punto tan fácilmentecomprobable se obvia confirmar la noticia,¿cómo podemos confiar en lo demás que sepublique en Enigmas? Tengamos en cuentaque un artículo, antes de su publicación,ha de ser leído y revisado. ¿Es que nadie enla redacción de Enigmas se dio cuenta deque ni uno de los datos de la historia deJuan Jesús Vallejo es auténtico, de quenunca han existido ni Rogelio Bermejo, niRocío Pérez Sanz, ni el convento de SanBartolomé, ni el artículo del Ideal...? Por nohablar de la foto que presentan como �laúnica existente del personaje que bajo elnombre de Manolo vivió refugiado en elconvento de San Bartolomé hasta su muer-te en 1954-. ¿Se trataba de Lorca�. Sí. Laimagen es una ampliación de una auténti-ca foto del poeta insertada en un trucajefotográfico realizado ex profeso para la seriey que se presentó como tal en la prensa ensu día. Siendo malpensados, se podría ar-güir que no les importa su falsedad.

Enigmas se distribuye en Sudamérica yallí únicamente dispondrán de la versión dela revista, por lo que un sector de públicohispano podría tomar esta disparatada his-toria como real al no tener acceso a lasfuentes originales. En fin, para colmo, en elmismo número de la revista, topamos conun artículo de Santiago Camacho −jefe deredacción y, por lo tanto, responsable enparte de la metedura de pata lorquiana−sobre la manipulación de los medios de co-municación por parte de los gobiernos paraocultar la realidad de los ovnis. Uno de losobjetivos de lo que el autor denomina pro-yecto Mindshift es hacer circular datos fal-sos. ¡No sé por qué se molestan!

Referencias

Marías, Fernando; y Bas, Juan [1999]: Páginasocultas de la historia. Ediciones Destino.Barcelona.

Vallejo, Juan Jesús [1999]: �Lorca, el dos vecesmuerto�. Enigmas (Madrid), Año V - Nº 8(agosto), 60-65.

56 (Verano 1999) el escéptico

Mentiras impunesLUIS ALFONSO GÁMEZ

Si hay algo que me sorprendería es que a alguien lesorprendiera la última demostración de falta derigor de Fernando Jiménez del Oso y sus colabo-

radores. El caso de la segunda muerte inventada deGarcía Lorca no es sino otra muestra más del paño porel que está cortado el periodismo esotérico: una mezclade sensacionalismo y nulo respeto a la realidad. La his-toria increíble, el amarillismo, siempre ha de prevalecersobre la realidad. Si un testigo advierte al final de sunarración sobre un contacto con extraterrestres quetodo puede haber sido un sueño, se corta la apostilla ala hora de emitir la grabación. Si una película como Al-ternativa 3, en la que se desvela una conspiración pla-netaria ante el riesgo del fin del mundo por catástrofeecológica, no es más que una broma, no se avisa de elloa los telespectadores y se rodea su emisión de un halode misterio. Si, en el extremo de una fotografía de uncadáver de un presunto alienígena, aparecen los restosde unas gafas de manufactura humana, se mete un tajoa la foto y ya tenemos marciano calcinado. Y es que larealidad nunca debe estropearnos una buena historia.

Luego, una vez explotado el misterio, es posible quese reconozca en letra pequeña la metedura de pata. Sehará, claro, por obligación, y así se calificará de �cues-tión puramente semántica, sin trascendencia�, el haberdicho hasta la saciedad que la NASA investigó la sába-na santa o se mentirá descaradamente durante una en-trevista televisiva cuando a uno le recuerdan cómo hizoel ridículo hace veinte años persiguiendo platillos volan-tes donde sólo había faros de automóviles. El negocioestará ya hecho y si se rectifica, siempre con la boca pe-queña, será como réplica a críticas demoledoras o paraevitar demandas de plagio, como hace años hizo un co-nocido editor español saliendo en defensa de un autorde su cuadra que había bebido demasiado literalmentede algunas fuentes.

El negocio es lo único que importa. Y la verdad es in-cómoda porque el engaño está en la misma esencia deun mundo como el de lo paranormal, en el que las prue-bas objetivas se deshacen en las manos cuando seexponen a una mínima investigación. Que nadie crea,por ser Enigmas la revista a la que Eduardo Giménez hapillado in fraganti, que el resto de las publicaciones eso-téricas se conduce con mayor rigor que la que tiene ensu cúpula a Fernando Jiménez del Oso, flanqueado porIker Jiménez y Lorenzo Fernández. No es así; ni lo hasido nunca. Ninguna revista esotérica española se haconducido con un mínimo de respeto a la verdad, comotampoco lo ha hecho ningún programa de la televisiónmisteriosa o de la radio misteriosa. España es diferentey décadas de fraudes no han ido en menoscabo de lacredibilidad de los charlatanes de lo paranormal; peroya es hora de que eso cambie y que a todos los PacoRabanne se les meta en el mismo saco.

Como ha escrito Julián Marías, �la mentira debe pro-ducir el desprestigio, la descalificación inmediata e ina-pelable. Para ello, es menester que conste, que seapuesta de manifiesto; que el que miente sea enfrentadocon su mentira, actual o pretérita. De ella se puede ydebe pedir cuentas. Esto, por supuesto, no se hace, y anadie se le obliga a justificar lo dicho o aceptar las con-secuencias. Nada perjudica más a la salud de una so-ciedad que la impunidad de la mentira�.

elescéptico ®

La revista para el fomento de la razón y la ciencia

SUSCRIPCIÓN POR CUATRO NÚMEROS:

· España, Portugal y Andorra: 18 euros/3.000 pts.· Resto del mundo: 43 euros

(Giro Postal Internacional o Cheque)

Nombre y apellidos: ............................................................................................Dirección: .........................................................................................................Ciudad:.................................................... Provincia: ..........................................Código postal: ..................... País:.......................... Teléfono: ..............................Fax: ............................... Correo electrónico: ......................................................

MODALIDADES DE PAGO:

· Transferencia a la cuenta:ARP-Sociedad para el Avance del Pensamiento CríticoCaixa de CatalunyaPlaza Pere San, s/n08190 Sant Cugat del Vallés (Barcelona)Cuenta corriente:2013-0141-94-0200931440

· En caso de optar por la domiciliación bancaria, rellene y envíenos por correo el siguienteformulario:

Sr. director:Le ruego que, a partir de este momento y hasta nueva orden, carguen a mi cuenta losrecibos que les sean presentados por ARP - Sociedad para el Avance del PensamientoCrítico.

Sin otro particular, reciba un cordial saludo de

(Firma del titular)

En _________________, a ___ de ________ de 199_

Entidad bancaria: ...........................................................................................Dirección de la sucursal: ..................................................................................Ciudad:.................................................... Provincia: ......................................Titular de la cuenta: ........................................................................................Código de cuenta: ..........................................................................................(Consta de 20 dígitos: 4 de la entidad, 4 de la sucursal, 2 de control y 10 de la cuenta bancaria)

Enviar copia de este formulario a:

ARP-Sociedad para el Avance del Pensamiento CríticoApartado de Correos 310

08860 Castelldefels (Barcelona); España.

La respuesta a este formulario es voluntaria; los datos facilitados serán incorporados a nuestro archi-vo de suscriptores, que tiene como objetivo mantenerle informado de nuestros productos. Si no desearecibir información, comuníquenoslo. Tiene derecho a acceder a su información personal, cancelarla orectificarla en caso de ser errónea (Ley Orgánica 5/92 de 29 de octubre).

No figura todavía en ningún dicciona-rio; pero ya se codea con el mons-truo del lago Ness, el Pies Grandes o

el Yeti. Debutó en Orocovis, en pleno cora-zón de Puerto Rico, en marzo de 1995. Susprimeras víctimas fueron ocho ovejas, unavaca y un toro. Y, aunque la Policía y lasautoridades concluyeron que las bajas enla cabaña local habían sido causadas porperros realengos, ya que así lo demostra-ban las mordeduras que presentaba el ga-nado en cuello y patas [Matos, 1995], hubolugareños que las atribuyeron a seres ex-traterrestres.

Los reporteros de lo paranormal relacio-nan todavía hoy en día el episodio de Oro-covis con el monstruo que en agosto delmismo año volvió a las andadas en la loca-lidad portorriqueña de Canovanas, dondemurieron 150 animales degranja. Una matanza cuyaspeculiaridades y dimensionestraspasaron pronto los lími-tes de la pequeña isla caribe-ña. No era para menos. Loscadáveres estaban, segúnsus propietarios, totalmentesecos: no tenían ni una gotade sangre. Aparentemente, elhumor vital había escapadopor unos pequeños orificiospracticados, a juicio de loscampesinos, por un animaldesconocido de comporta-miento vampírico. Un ser es-quivo que eludió el ojo huma-no hasta septiembre de 1995, cuando loslugareños lo bautizaron como chupacabras,vista su predilección por estos mamíferos, yempezaron a dar las primeras descripcio-nes del predador que supuestamente diez-maba sus rebaños.

¿Cuál es la apariencia del chupacabras?A pesar de lo mucho que se ha escrito, dedecenas de artículos en revistas esotéricasy cerca de tres mil referencias en Internet,todavía no existe consenso sobre su fisono-mía: ha sido descrito como un ser de alre-dedor de un metro de altura, bípedo, �conla piel como de un dinosaurio�, los ojos �deltamaño de huevos de gallina� y crestasespinosas en el cráneo y la espalda; como

un monstruo �de apariencia extraterrestre�−ignoro qué apariencia tienen los extrate-rrestres, si es que existen− y canguroide,con poderosas patas traseras y que despideun �fuerte olor sulfuroso�; como una cria-tura con �cráneo de mono�, grandes ojosrojos, boca sin labios, lengua de serpiente,manos palmeadas y terminadas en tres ga-rras curvas, y con espinas dorsales iridis-centes; como un �murciélago gigante, pelu-do y de ojos muy brillantes�; como un hu-manoide de 60 centímetros de altura, sinun solo pelo en el cuerpo y de tacto gelati-noso. En fin, que, si hay algo claro, es quees un monstruo.

Pero la fisonomía del supuesto predadorera algo secundario, y así lo entendió el al-calde de Canovanas, José Soto Rivera, queorganizó varias batidas en busca del ani-

mal, infructuosas, aunque enalgunas llegaron a participarhasta doscientos cazadores.Todo hay que decirlo: al al-calde los ataques del chupa-cabras y la histeria latente lefueron de perlas para, a po-cos meses de las eleccioneslocales, desviar la atenciónde la opinión pública de losgraves problemas del munici-pio, con varias zonas sinagua desde semanas antes.

Al igual que en Orocovis,los científicos achacaron losataques de Canovanas a pe-rros asilvestrados o animales

exóticos, como panteras, introducidos ile-galmente en la isla. Y es que los exámenesde los cuerpos revelaron que las muertes deganado no seguían un único patrón, sinoque se debían a mordeduras, traumatis-mos, infecciones... Héctor García, directorde la división de Veterinaria del Depar-tamento de Agricultura de Puerto Rico,consideraba que no había nada extraordi-nario tras las muertes de los animales degranja [Carroll, fecha desconocida]; pero,una vez más, la realidad quedó relegadapor la ficción gracias a Jorge Martín, hastanoviembre de 1995 un oscuro ufólogo por-torriqueño y desde entonces el principalabanderado del chupacabras, la autoridad

58 (Verano 1999) el escéptico

El viaje trasatlánticodel �chupacabras�

Un monstruo cuya principal característica es que habla castellano, aunque, paradójicamente, no haya entrado todavía en

el diccionario de la Real Academia Española

LUIS ALFONSO GÁMEZ

mundial sobre el misterioso ser. Martín fue el primero en hablar del chu-

pacabras como una mascota de los tripu-lantes de los ovnis o un producto de experi-mentos genéticos terrestres o extraterres-tres. Sus exóticas teorías −mantiene quelos alienígenas visitan Puerto Rico atraídospor el radiotelescopio de Arecibo− incluyen,¡cómo no!, una conspiración gubernamen-tal, la captura de varios ejemplares de chu-pacabras y las consiguientes autopsias.Unos exámenes post mortem cuyos resulta-dos serían secretos, pero, curiosamente, co-noce Martín, que mantiene que los análisisde la sangre del misterioso animal arrojanunos resultados incompatibles con todo loconocido. ¡Lástima que nadie más tengaconstancia de lo que sostiene el ufólogo!

De monstruo a negocioLa entrada en escena de este imaginativoautor marcó un punto de inflexión en lahistoria del chupacabras: pasó de productomás del pensamiento supersticioso campe-sino a negocio para fabricantes de miste-rios, prensa, vendedores de camisetas y lla-veros, y organizadores de visitas a los luga-res donde la mascota de ET −como la llama-ron en Miami− había perpetrado sus mássangrientos ataques. El chupacabras mul-tiplicó su actividad a partir de noviembrede 1995, y sus fechorías ocuparon páginasenteras en los diarios portorriqueños y de-cenas de horas de radio y televisión. Un ca-mino hacia el estrellato para el que la islacaribeña se quedó pronto pequeña, y así, aprincipios de 1996, el fenómeno saltó a Mé-xico, Miami y Costa Rica. Y en agosto, trasentrar a España por el País Vasco, llegóhasta Yocavén, una pequeña localidad si-tuada a 140 kilómetros al sudoeste de San-tiago de Chile.

El alcalde de Canovanas había justifica-do sus batidas diciendo del chupacabras:�Hoy ataca animales, pero mañana podríaatacar a la gente�. Una vez en México, la fa-ma del monstruo se disparó tras cumplirseel vaticinio de Soto Rivera. Teodora AyalaReyes aseguró haber sido víctima de lacriatura en el estado de Sinaloa y mostró atodo el país a través de la televisión unasmarcas en la piel que parecían, más quemordiscos de un misterioso ser, desgarro-nes de la piel o quemaduras. Como otroscampesinos de la región, la mujer creíaque, tras las muertes de ganado que ha-bían comenzado a registrarse, se ocultabael chupacabras. Y la histeria se adueñó deMéxico hasta tal punto que algunos auto-res han comparado las escenas vividas enel país norteamericano con las de las ma-sas enfervorecidas en busca del monstruode películas como Frankenstein y Drácula.A pesar de que también en México el De-partamento de Agricultura achacó los ata-ques a coyotes o felinos, la psicosis llegó alímites preocupantes y la UniversidadAutónoma Metropolitana reunió a veterina-rios, biólogos y antropólogos para que estu-diaran el asunto. Los científicos, en un

extenso informe de 113 páginas, quitarontodo el misterio a los ataques a ganado, alrecordar que en las zonas rurales afectadashabía muchos perros abandonados.

Veraneo en Euskadi

Pero eso no impidió la expansión del chu-pacabras, que llegó a España en el veranode 1996, según Bruno Cardeñosa y JavierSierra, que escribieron sendos artículos so-bre ataques del extraño ser registrados enel País Vasco en Año Cero y Más Allá, dosrevistas que dan pábulo a todo tipo de dis-parates. Para que se hagan una idea, lasegunda de ellas ha tenido durante más deun año como colaborador a un presuntoextraterrestre llamado Geenom, que, cualseñorita Francis intergaláctica, respondía alas más delirantes consultas de los lecto-res. Cardeñosa publicó en Año Cero unartículo titulado �El chupacabras ataca enel País Vasco�. Tres páginas dedicadas a laodisea vasca de un extraño ser que, segúnel autor, había acabado con �cien ovejas,desangradas a través de un orificio en elcuello�. �Las primeras noticias sobre el ca-so llegaron a la redacción de Año Cero el 21de agosto�, explicaba el ufólogo aragonésantes de preguntarse si estábamos ante�un nuevo ataque� del monstruo surgido enlo más profundo de Puerto Rico a principiosde 1995 [Cardeñosa, 1996].

Los periodistas esotéricos basaban susreportajes en dos pilares: la información fa-cilitada por la Policía autónoma vasca y los,para ellos, mucho más fiables testimoniosde los afectados. �La Ertzaintza −escribíaCardeñosa− aseguró que, desde el pasado13 de junio, se habían formalizado cincodenuncias en sus dependencias, confir-mando oficialmente la muerte de 16 ovejas

el escéptico (Verano 1999) 59

Retrato-robot del �chupacabras�, según algunos testigos.

y la desaparición de otras 22. Sin embargo,las cifras reales rondan el centenar dereses�. Seguidamente, advertía que �éste noha sido el único punto oscuro en las inves-tigaciones orquestadas por el Departamen-to de Interior del Gobierno vasco. El infor-me que la Ertzaintza ha facilitado a esta re-vista está plagado de errores y, en algunosaspectos, falta a la verdad�. ¿Qué llevaba aCardeñosa a hacer tan graves acusaciones?

El propio autor desvelaba las causas desu despecho. El parte de la Ertzaintza nosólo hablaba de un número de ovejasmuertas muy inferior al centenar, sino queapuntaba la presencia de �cánidos asilves-trados o no controlados�, y de dos tipos deheridas en las ovejas, �mordeduras de cáni-dos en cuello y patas, y heridas punzantesen cuello, según las manifestaciones de lospropietarios, ya que al presentar las de-nuncias los animales ya habían sido co-midos por los buitres�. El informe oficialañadía, asimismo, que un ganadero habíavisto �un perro grande y oscuro�, y que losveterinarios que habían examinado algu-nos cuerpos no habían podido precisar lascausas de las heridas.

Inquieto y desconfiado, Cardeñosa habíaviajado hasta Las Encartaciones para ha-blar con Ricardo Bárcena, uno de los gana-deros afectados. �Desde junio −apuntaba−ya ha perdido a una veintena de ovejas y auna yegua. Una mañana encontró a algu-

nas de sus ovejas muertas y a otras heri-das. Según las declaraciones del ganadero,las ovejas «tenían un pinchazo en el cuello,limpio y de unos cinco centímetros de pro-fundidad, sin sangre apenas, pero las ha-bía destrozado por dentro»�. Y, lo que esparticularmente grave, �al contrario de loque asegura la Ertzaintza, en ninguna deestas muertes se han detectado mordedu-ras de cánidos. Ni las heridas del cuello−siempre un orificio perfecto y profundo− nilas de las piernas -cortes limpios y superfi-ciales− responden a las características delas producidas por ningún animal�. Es de-cir, que de perros, nada.

Por si fuera poco, el misterioso escenariose completaba con la muerte de una yegua,hecho que el reportero calificaba de �in-quietante�. �En su vientre −señalaba− sedistinguía un corte limpio, meticuloso yprofundo, cuya trayectoria de entrada teníaforma triangular�. Que la Policía autónomahubiera considerado el fallecimiento delequino �un hecho aislado�, un posible acci-dente, poco importaba al colaborador deAño Cero, que dedicaba la parte final de sureportaje a señalar que el análisis veterina-rio de uno de los cuerpos no había servidopara precisar la causa de las heridas. Sinembargo, él había conseguido hablar con elveterinario que había examinado el cuerpoy descartaba el origen animal de la lesión,que, en su opinión, �tampoco tenía lascaracterísticas de un arma blanca�.

�Estas declaraciones eliminaban cual-quier atisbo de duda: las autoridades poli-ciales habían mentido� concluía Cardeño-sa, que anunciaba que el misterio conti-nuaba. �El 5 de septiembre −decía−, unaveintena de ovejas era atacada en la aldeaportuguesa de Touloes, cerca de la fronteraespañola por la zona de Beira Baja�. Y has-ta allí fue, ¡cómo no!, Javier Sierra por en-cargo de Más Allá, que también le costeóunos días en Las Encartaciones para queescribiera el reportaje de rigor.

La conspiraciónSierra habló con las mismas perso-nas que Cardeñosa y llegó a diferen-tes conclusiones; aunque tambiénmisteriosas. �Según pude comprobardurante mi rastreo a lo largo de la sie-rra de Las Encartaciones −escenarionatural entre Burgos y Vizcaya dondese ha concentrado el mayor númerode agresiones−, durante estos mesesse han mezclado al menos dos clasesbien diferentes de agresiones: las yatradicionales atribuibles a perrosasilvestrados y las muertes con aguje-ros. En estas últimas −reconocía elenviado especial de la revista dirigidaentonces por José Antonio Campoy−,y a diferencia de lo que sucede con elchupacabras caribeño, el agresor nodesangra totalmente a sus víctimas�[Sierra, 1996]. Es decir, que la va-riante vasca del chupacabras no chu-paba la sangre. Sierra añadía que un

60 (Verano 1999) el escéptico

En el caso vasco, los ‘periodistas especializados’ en lo paranormal recurrrieron a misteriosos seres y

conspiraciones a pesar de la concluyente investigación

de la Policía autónoma

A pesar del título, este reportaje de �Enigmas�, publicado en noviembre de1996 como respuesta a las exclusivas de la competencia sobre el �chu-pacabras� en España, alimenta más el mito de las �criaturas asesinas�.

portavoz de la Ertzaintza le había informa-do que la mayoría de los casos se referían a�mordeduras de perros�, que sólo uno delos animales había fallecido por un pincha-zo en el cuello y que, en ningún caso, habíaaparecido el cuerpo seco, sin sangre. Lomás curioso no era esto, sino que esteautor asumiera como propias las tesis poli-ciales, las mismas que Cardeñosa tildabade falsas. ¿A qué se debía?

No dudaba Sierra en su reportaje de quecien ovejas hubieran aparecido muertas enLas Encartaciones, pero llegaba a diferentepuerto que su colega. �A diferencia del chu-pacabras americano no hay testigos quedescriban ningún ser bípedo con caracte-rísticas extrañas −concluía−, ni sus vícti-mas han sido desangradas por completo. Elúnico nexo de unión sólido entre el chupa-cabras americano y el pretendido espéci-men ibérico es el método empleado en susagresiones... que, más que hacernos sospe-char de alguna extraña clase de animal,nos obliga a pensar en actividades huma-nas que se desarrollan al margen de la leyy de la ciencia�. Como siempre, este perio-dista −para quien el invento del transistorse basa en tecnología alienígena de un ovniestrellado en Roswell en 1947− rechazabauna fantasiosa hipótesis para asirse consensacionalista desesperación a otra aúnmás rocambolesca.

Nada más leer ambos artículos, recordéhaber visto en agosto una noticia acerca demuertes de ovejas en la zona de la que ha-blaban Cardeñosa y Sierra, así que llamé aldelegado del periódico El Correo en Las En-cartaciones para preguntarle por los he-chos. �Me parece recordar que se dijo quelas muertes podían deberse a rencillas en-tre ganaderos�, me advirtió. Tras pedirleuna copia de la información publicada en laedición de la comarca, telefoneé al gabinetede prensa del Departamento de Interior pa-ra que me dieran su versión de los hechos.El agente de la Ertzaintza que me atendióme prometió que tendría la informaciónsolicitada en unos días; pero mis sospechasse empezaron a hacer realidad en cuantollegó a mis manos una copia de la noticiapublicada en el periódico en el que trabajoel 25 de agosto.

El título hablaba de �medio centenar deataques al ganado�, la mitad que los censa-dos por Sierra y Cardeñosa; el subtítulo lla-maba la atención sobre un importantedetalle: �Los afectados atribuyen las muer-tes a rencillas con ganaderos de otras pro-vincias� [Domínguez, 1996]. José AntonioBárcena, hermano del ganadero citado porCardeñosa en Año Cero, decía haber perdi-do de mayo a agosto �más de 50 ejempla-res�, a los que sumaba 30 de su hermano yotras 12 de los demás vecinos. El autor dela información, José Domínguez, no toma-ba el testimonio del campesino como pala-bra de Dios, sino que lo ponía en cuarente-na y prefería llevar al titular no las especu-laciones numéricas de uno de los afecta-dos, sino los casos denunciados ante la Po-licía vasca. El afectado, por su parte, esta-

ba convencido de que las muertes de ovejastenían su origen en �rencillas con los gana-deros de Burgos�. �El problema −apuntabael periodista− radica en la ausencia de lími-tes claros que marquen la frontera entre lospastizales de Burgos, Álava y Vizcaya�.

Cosas de perrosCada vez más seguro de que estaba persi-guiendo fantasmas, aproveché un rato librepara rebuscar en la biblioteca, entre losperiódicos de la segunda quincena de agos-to, la noticia que había alertado a Carde-ñosa y Sierra. Cuando di con la informa-

el escéptico (Verano 1999) 61

La investigaciónpolicial

El 25 de octubre de 1996, el autor recibió la siguienterespuesta del Departamento de Interior del Gobiernovasco respecto a los presuntos ataques del chupacabrasen Vizcaya:

�En relación a la muerte de ganado registrada en lademarcación de la comisaría de Balmaseda, pasamos afacilitarle los siguientes datos:

Denuncias recogidas por la Ertzaintza: 5.Balance de esas denuncias:Ovejas muertas: 16Ovejas heridas: 4Ovejas desaparecidas: 22Periodo en el que se registraron los hechos: entre el

1 de junio y el 24 de julio de 1996.Nada más tenerse conocimiento de los hechos, regis-

trados entre los montes Arbalitza e Ilso, la Ertzaintzarealizó las siguientes gestiones:

−estudios de las denuncias e inspecciones oculares;−entrevistas con los denunciantes para ampliar

información;−entrevistas con ganaderos de la zona en busca de

pistas sobre cánidos incontrolados;−inspección sobre el terreno en busca de huellas e

indicios; y−vigilancia de la zona.Las pistas encontradas apuntaban desde el principio

a la presencia de cánidos asilvestrados o no controladosentre los montes Arbalitza a Ilso.

Se observaban dos tipos de heridas diferentes en lasovejas:

−en todos los casos menos en uno, mordeduras decánidos en cuello y patas.

−en un caso, herida punzante en el cuello.En el momento de recoger la denuncia, algunos de

los animales ya habían sido comidos por los buitres.Conclusiones: Todos los casos, menos el de la herida

punzante, han quedado aclarados. Los causantes de lasmuertes son perros asilvestrados y domésticos. En al-gunos casos los dueños de estos últimos han llegado aacuerdos sobre indemnizaciones.

Existe un caso aislado de una yegua muerta, quepresentaba una herida de 20 centímetros en el abdo-men, en su parte trasera derecha, no pudiendo determi-narse si la herida se había producido de forma volunta-ria o casual. Se cree que alguien pudo causar la lesióncon un objeto cortante, aunque no se descarta la posi-bilidad de un accidente�.

ción de El Mundo que les había atraídohasta Vizcaya, lo entendí todo: �Cien ovejasaparecen muertas en Vizcaya con un pin-chazo en el cuello�. Allí estaba la mágicacifra, el número que ambos ufólogos habíandado por bueno, a pesar de que la Ertzain-tza tenía constancia de menos de la mitadde casos, entre fallecimientos y desapari-ciones. �La gran parte de los pinchazos pa-recen ser de un animal con un solo colmi-

llo, pero lo queestá claro esque tiene queestar mandadopor algunapersona queactúa por lanoche�, indica-ba RicardoBárcena al ro-tativo madrile-ño [Zaballa,1996]. En lainformación,los afectadosachacaban loshechos a unp s i c ó p a t aacompañadode un animal,y se hablabade que mediocentenar deovejas de JoséAntonio Bár-

cena habían �resultado muertas de un pin-chazo en el cuello y una de ellas degolladacon un cuchillo�, y la yegua de su hermano−cuyo fallecimiento tanto había inquietadoa Cardeñosa− �había aparecido muerta deun hachazo en el vientre�.

Lo que parecía evidente, según iba com-pletando el rompecabezas, es que las mis-teriosas muertes −que no eran cien− esta-ban causadas tanto por mordeduras de cá-nidos como por pinchazos en el cuello. ¿Enqué proporción? Tuve que esperar al infor-me policial para saber si los sensacionalis-tas titulares de Más Allá y Año Cero se co-rrespondían a la realidad (ver recuadro). Yocurrió lo previsible: toda la historia deCardeñosa y Sierra se fue abajo. No habíamisterio por ningún lado. Las muertes sedebían, en su mayoría, a la acción de pe-rros incontrolados −algunos de los dueñosde los canes habían reconocido su respon-sabilidad−; sólo unahabía sido causadapor un pinchazo enel cuello, y los perio-distas esotéricos lahabían multiplicadopor cien.

Ni Cardeñosa niSierra destacabanen sus reportajesdel carácter emi-nentemente rural de la comarca de LasEncartaciones, que linda con Burgos,Cantabria y Alava, y del problema quesuponen el lobo y los canes asilvestrados

para los ganaderos de la zona. De hecho, aprincipios de octubre de 1996, el entoncesdiputado de Agricultura de Vizcaya, PatxiSierra-Sesumaga anunció un plan especialpara acabar con los ataques del lobo a losrebaños en la zona occidental de la pro-vincia y, en el último año y medio, los ata-ques del lobo en la comarca se han cobra-do la vida de más de una veintena de ove-jas, tres carneros y varios potros. De todoesto, obviamente, no se ha dicho nada ni enAño Cero ni en Más Allá, revistas para lasque el único problema de Las En-cartaciones es el chupacabras, un ser delque los ganaderos no sabían nada hastaque los expertos de turno llegaron a la zo-na dispuestos a convertir la muerte de unaoveja en un ataque con cien lanudas vícti-mas y del que nunca después han vuelto ahablar. ¡Pura filfa, vamos!

Sierra iba más allá en su artículo y,basándose en las especulaciones de un talRamón Oroz, a quien presenta como inves-tigador −en realidad, se trata de un aficio-nado a lo paranormal−, extendía los su-puestos ataques del chupacabras hasta lalocalidad navarra de Falces, aunque adver-tía que �los casos de muertes por agujerono se han prodigado demasiado en Nava-rra, donde incluso han surgido testigos quecreen haber visto merodear a lobos por sustierras�. Fíjense en la sutileza de la cons-trucción sintáctica: el fenómeno extraordi-nario en Navarra es el lobo. Una tergiversa-ción más, como puede comprobar cualquie-ra que esté al corriente de la realidad de lacomunidad foral, donde el lobo dista de serun desconocido. Pero es que, además, enabril de 1997 se constató la existencia deesporádicos ataques de buitres leonados aganado vivo; un oso diezmó algunos reba-ños en el Valle de Roncal durante la pri-mavera de 1998; y los lobos multiplicaronmeses después sus ataques a ovejas en lazona de Lerín. Algo que, cuando ocurrió enel Valle de Arán en 1997, se atribuyó a laosa Giva, reintroducida en el Pirineo por laGeneralitat de Cataluña.

Un ‘asesino’ hispanoLo que está claro, tras este somero re-corrido por la vida y milagros del chupaca-bras, es que este ser existe en la imagina-ción popular y en las revistas pseudocientí-ficas, pero no en la realidad. �El chupaca-

bras −según el ve-terinario RamiroRamírez, directordel estudio realiza-do por la Uni-versidad AutónomaMetropolitana deMéxico− no es másque otro digno pro-ducto del pensa-miento populache-

ro� [Bazán, 1996]. �Desde que apareció lafiebre del chupacabras −apuntó en 1996 elsociólogo Roger Bartra−, los sufridos mexi-canos tuvieron otro tema de plática diaria,

62 (Verano 1999) el escéptico

El ‘comecogollos’ y el ‘comepanties’ son versiones

anteriores, también exclusivamente hispanas, del

mismo monstruo

y luego, cuando se le restó gravedad, lotransformaron en un factor x, un recursopara el albur facilón y el chiste bobo, comorepresentar a Carlos Salinas, que absorbemucho del descontento popular�. En laactualidad, el mito ha remitido en Méxicohasta tal extremo que la mayor parte de laciudadanía cree que el vampiro extraterres-tre es un invento del Gobierno o de Televisapara desviar la atención de los graves pro-blemas del país. Todo esto, obviamente, hasido sistemáticamente silenciado por lasrevistas esotéricas españolas, que, sinembargo, importaron el chupacabras encuanto tuvieron la mínima oportunidad.

Que el salto trasatlántico del chupaca-bras haya sido uno de tantos engaños ur-didos por los espabilados de turno, a partirde hechos más o menos ciertos y más omenos tergiversados, es totalmente compa-tible con la corta historia de este ser indu-dablemente hispano. Porque el chupaca-bras es un monstruo muy singular: actúeen Puerto Rico, México, Estados Unidos oEspaña, sólo ataca a animales de ganade-ros hispanos. Curioso, ¿no? Marvette Pé-rez, conservadora del Museo de HistoriaAmericana de la Institución Smithsoniana,y de origen portorriqueño, no duda de queel chupacabras �parece ser un fenómenocaribeño, especialmente de las islas hispa-nas. Es parte de nuestro folclore. Es intere-sante que el chupacabras no se encuentreen las islas angloparlantes, y que sólo mi-gre a lugares donde la población hable es-pañol� [Friedman, 1996].

Sus preferencias idiomáticas. Ése es elverdadero atractivo de esta nueva leyendanacida en Puerto Rico y cuya expansiónhay que atribuir a la superstición campesi-na, los intereses políticos por desviar laatención de asuntos realmente graves, loslucrativos de los negociantes de lo oculto eInternet. Por primera vez, nos encontramoscon un monstruo hispanoparlante, aun-que, paradójicamente, no haya entrado to-davía en el diccionario de la Real AcademiaEspañola.

El chupacabras, no obstante, no es el

primer ser que surge en lo más profundo dePuerto Rico, sino que es el último −y el másfamoso gracias a Internet− eslabón de unaya larga dinastía, que comenzó con el vam-piro de Moca, que en los años 70 hizo de lassuyas en el extremo oriental de la isla. Añosdespués, el abuelo del chupacabras −al queel pueblo bautizó como comecogollos− sededicó a devorar y dejar totalmente agos-tados los plataneros, mientras que su hijo−comepanties lo llamaron− fue conocido co-mo un insaciable consumidor de las me-dias que las mujeres ponían a secar en loscolgadores. Con el chupacabras ya en laEspaña de la posmodernidad, sólo nos que-da una esperanza, que la especie continúesu evolución hasta el chupacaraduras y seextienda rápidamente por todo el mundohispano.

Referencias

Bazán, Mercedes G. [1996]: �La fiebre del chupa-cabras�. El Correo (Bilbao), 8 de septiembre.

Cardeñosa, Bruno [1996]: �El chupacabrasataca en el País Vasco�. Año Cero (Madrid),Nº 75 (octubre), 40-42.

Carroll, Robert Todd [Fecha desconocida]:�Chupacabra�. En Carroll, Robert Todd: Theskeptic's dictionary. http://wheel.dcn.davis.ca.us/go/btcarrol/skeptic/chupa.html

Domínguez, José [1996]: �La Ertzaintza investi-ga medio centenar de ataques al ganado enLas Encartaciones�. El Correo (Bilbao), 25 deagosto.

Friedman, Robert [1996]: �The chupacabrabecomes a recurring legend�. The San JuanStar (San Juan), 6 de mayo. htttp//www.princeton/~accion/ chupa27.html.

Matos, Claudio [1995]: �Descartan seres extra-ños sean autores muerte de ganado�. Efe(Puerto Rico), 31 de marzo.

Sierra, Javier [1996]: �¿Ha llegado el chupaca-bras a la península ibérica?�. Más Allá (Ma-drid), Nº 92 (octubre), 50-56.

Zaballa, Carlos [1996]: �Cien ovejas aparecenmuertas en Vizcaya con un pinchazo en elcuello�. El Mundo (Madrid), 21 de agosto.

el escéptico (Verano1999) 63

Suscríbase a

THE SKEPTICAL INTELLIGENCERLa revista trimestral de 70 páginas editada por la británica

Asociación para la Investigación Escéptica (Aske).

Suscripción anual: £15

Escriba a:

Aske15 Ramsden Wood Road

Walsden, Todmorden, Lancs, OL14 7UD,

Reino Unido