kenneth boa - el lider perfecto

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P R CT I C  ND O  L  S  CU LID D E S  D EL  LI D ER ZG O  DE D i o s

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  • P RACTICANDO LAS CUALIDADES DEL LIDERAZGO DE D ios

  • (_/ / .../i desea ser un lder ex

    celente, quin mejor que Dios mismo para que sea su mentor?

    T anto si usted es un lder en los negocios, la educacin o el minis-terio, siempre querr serlo del mejor modo posible. Y no puede haber un modelo ms grandioso del liderazgo de calidad qu.e el del Creador del universo. En El lder petfecto, el exitoso autor Kenneth Boa lo lleva en un viaje a travs de las Escrituras, presentndole un estilo de direccin basado en el carcter, las acciones y los atributos de Dios. Mientras otros libros cristianos sobre liderazgo tienden a agregar una capa de barniz bblico al consejo del mundo, este libro presenta las mejores estrategias que empiezan y terminan con Dios. A travs de aplicaciones prcticas, pasajes de las Escrituras y relevantes puntos de vistas dados por expertos, entender que Dios es el lder supre-mo .. . y que usted puede ser su poderoso aprendiz .

    El Dr. Kenneth Boa es el presidente de Refiections Ministries, una organizacin que anima, ensea y equipa a la gente para segui r a Cristo. Es el autor de 20 evidencias irrefwab/es de que Dios existe~ Conformados a s11 imagen; Cara a cara: Crecimiento espiritual a travs de la Palabra y Cara a cara: Adoracin ntima con Dios a trals de s11 Palabra.

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  • Ken Boa nunca escribe un libro predecible. Todo lo que le me sorpren-de, me toma desprevenido, y ayuda a tener conciencia sobre nuevas cosas. El liderazgo es un tema casi agotado pero cuando el Dr. Boa lo trata, vuelve a la vida.

    Dr. Larry Crabb Consejero cristiano, New Way Ministries and Soul Care Ministries

    Tuve el privilegio de conocer a Ken Boa durante bastante tiempo. Es uno de los seguidores de Jesucristo ms consistentes que conozco. Tanto es as que es una de las pocas personas capaces de escribir sobre El lder perfecto, Dios. Este libro desafiar a cualquier lder a que examine su vida para ver si est o no esforzndose para alcanzar el carcter de Dios. Ser de alien-to a cualquiera que quiera convertirse en un lder ms efectivo. Lo reco-miendo sin reservas, con entusiasmo y de todo corazn.

    Ron Blue CPA, Fundador de Ron Blue and Co., LLC

    En este libro hay una profunda sabidura ya sea para nuevos como para viejos lderes. Ken Boa define los rasgos del liderazgo desde la base de todas las cosas buenas y verdaderas: la naturaleza y el carcter de Dios. Desde ese punto de partida llama al arrepentimiento y a la fe del lector y a la gran aventura de guiar a otros.

    Chuck Colson Fundador y presidente, Prison Fellowship

    Muchos de los libros en el mercado cristiano tratan de tomar los prin-cipios de negocios reconocidos para encontrar sus correlaciones con las Escrituras. El lder perfecto comienza con el mismsimo Dios como el modelo del lder supremo. La premisa subyacente aqu es que a travs de la Biblia Dios ha demostrado los principios de liderazgo que pueden ser usados de manera provechosa por cualquiera que est en posicin de liderar a otro u otros, ya sea en los negocios o ministerios, en la escue-la o en el hogar.

    Howard Hendricks Dallas Theological Seminary/ Biblical Discernment Ministries

    Amo los libros de Ken Boa, y este no es la excepcin. El lder perfec-to maximiza la gran potencia y conocimiento bblico de Ken, aclara la

  • mente, refresca el humor, y especifica la aplicacin. En un paisaje repleto de material para el liderazgo, cun refrescante e inspiradora es la idea de utilizar a Dios como modelo de liderazgo! Le recomiendo de corazn que lea este libro y luego utilice las preguntas ofrecidas al final de cada captulo para desarrollar lderes a su alrededor.

    Chip Ingram Presidente de Walk Thru the Bible

    Pastor de enseanza, Living on the Edge

    El carcter es realmente definitorio en la espera del liderazgo; no se tra-ta solo de ser obediente a lo que Dios proclame en su vida, sino de exa-minar cules son sus motivos y cul es su estmulo para servir y actuar. Hacindose eco de este tema, Ken Boa examina el corazn de Dios, su pasin y propsitos, y revela cmo Dios mismo es el mejor modelo de liderazgo. Cual habilidoso gua, Ken Boa tambin presenta casos de estu-dio de fieles lderes humanos bblicos y sus variadas respuestas hacia Dios para que podamos nosotros mismos integrar estas crticas lecciones a nuestras vidas.

    Ravi Zacharias Ravi Zacharias Ministries

    Conozco al Dr. Boa hace ya algunos aos como hombre profundamente comprometido con las cosas de Cristo. Combina una mente de prime-ra clase con un firme conocimiento de las Escrituras, filtrados a travs de un corazn receptivo y entregado a Dios. Lo recomiendo con toda con-viccin.

    Walter A. Henrichsen Presidente, Leadership Foundation

    Kenneth D. Boa es fiel en su exposicin de la Palabra y habilidoso en su defensa de la fe entregada a los santos. Su ministerio demostrar ser luminoso y alentador. Es completamente fiel manejando las Escrituras y encontrando su aplicacin a la vida.

    J. Dwight Pentecost Profesor emrito, Dallas Theological Seminary

  • Las slidas y estimulantes representaciones de las verdades espirituales del Dr. Boa beneficiarn a todo aquel que se siente bajo su ministerio.

    Charles C. Ryrie Profesor emrito, Dallas Theological Seminary

    Editor del xito de librera Ryrie Study Bible

    Conozco a Ken Boa desde 1968. Durante todo este tiempo ha exhibi-do un carcter cristiano constante y una excelencia en servir a Dios. Su excepcional habilidad al explicar la Palabra de Dios es evidente en sus enseanzas y escrituras.

    Harold W. Hoehner Presidente, Nuevo Testamento, Dallas Theological Seminary

    Ken Boa tiene mucho para decir. Su conversin personal a Cristo es notable, un testimonio de la gracia de Dios, y su mensaje es tanto bbli-co como relevante. Ken es un erudito y a la vez un hombre que habla a la gente de una manera muy prctica y personal, la cual se refleja en su literatura. Sus obras ayudarn a cualquier cristiano a desarrollar una rela-cin ms ntima con Jesucristo.

    Gene A. Getz Fundador de la Fellowship Bible Church North,

    Autor y presentador de radio

    El Seor le ha obsequiado a Ken Boa una mezcla nica de intelecto y dones relacionales para llevar la Palabra de Dios a la gente con hambre espiritual. El profundo deseo de Ken de conocer al Seor y darlo a cono-cer es evidente a travs de sus escritos y enseanzas. Recomiendo a todos que conozcan a Ken y su ministerio, porque s que sern bendecidos y alentados.

    Joseph M. Stowell Actual presidente de Moody Bible Institute

    Pastor de la Harvest Bible Chapel, en Illinois

  • EL LDER PERFECTO EDICIN EN ESPAOL PUBLICADA POR EDITORIAL VIDA - 2007 2007 Editorial Vida Miami, Florida

    Publicado originalmente en ingls con el ttulo: The Perfect Leader Publicado por Cook Communications Ministries Copyright 2006 por Kenneth Boa

    Traduccin: Grupo Nivel Uno, Inc. Edicin: Grupo Nivel Uno, Inc. Diseo interior: Grupo Nivel Uno, Inc. Diseo de cubierta: Cathy Spee

    Reservados todos los derechos. A menos que se indique lo contrario, el texto bblico se tom de la Santa Biblia Nueva Versin Internacional. 1999 por la Sociedad Bblica Internacional.

    ISBN 10: 0-8297-5037-1 ISBN 13: 978-0-8297-5037-9

    Categora: RELIGIN / Iglesia cristiana / Liderazgo

    Impreso en Estados Unidos de Amrica Printed in the United States of America

    07 08 09 10 6 5 4 3 2 1

    La misin de Editorial Vida es proporcionar los recursos necesarios a fin de alcanzar a las personas para Jesucristo

    y ayudarlas a crecer en su fe.

  • Dedicatoria

    Para Steve y Elyse Harvey Lawson, amados amigos de Karen y mos durante muchos aos.

  • Reconocimiento

    Con gran gratitud a John y jill Turner por su importante aporte a este proyecto, y a Sid Buzzell y Bill Perkins por su contribucin y

    compaa para crear The Leadership Bible.

  • Contenido

    Introduccin 13

    PARTE 1:

    LOS ATRIBUTOS DEL LDER PERFECTO

    1. Integridad 17 2. Carcter 29 3. Valores 43 4. Propsito y pasin 55 5. Humildad 67 6. Compromiso 79

    PARTE 2:

    LAS HABILIDADES OBSERVABLES EN EL LDER PERFECTO

    7. Visin compartida 95 8. Innovacin 111 9. La toma de decisiones 127 10. La resolucin de problemas 143 11. La formacin de un equipo 157

  • PARTE 3: LAS RELACIONES DEL LDER PERFECTO

    12. Comunicacin 173 13. Aliento 185 14. Exhortacin 199 15. Edificacin de relaciones 211 16. Liderazgo de servicio 223

    Gua del lector 241

    Notas 255

  • Introduccin

    Hablando en trminos generales, los lectores son lderes. La mayora de los lderes han ledo bastante sobre el tema del liderazgo efectivo. Los libros escritos por los lderes efectivos no son pocos. La verdad es que el mercado editorial est bien abastecido de libros, revistas y otros mate-riales de incontables expertos que ofrecen sus propias filosofas y prin-cipios sobre cmo tratar con los retos y oportunidades que enfrentar cualquiera que se atreva a apartarse del montn para asumir una posi-cin de liderazgo.

    Muchos de los libros en el mercado cristiano tratan de tomar prin-cipios ya aceptados en el mundo de los negocios, encontrando su corre-latividad con las Escrituras. El lder perfecto comienza con Dios mismo como el ms grande modelo de liderazgo. La premisa subyacente es que a travs de la Biblia, Dios ha demostrado principios de liderazgo que pue-den ser usados de manera provechosa por todo aquel que se encuentre en una posicin de liderar a otros... ya sea en los negocios o ministerios, en la escuela o en el hogar.

    En resumen, este libro lo ayudar a desarrollar un corazn para un liderazgo efectivo al desarrollar un corazn para Dios. Lo alentar a desa-rrollar un estilo de liderazgo que est basado en el carcter y la naturale-za de Dios y la eterna y atemporal verdad encontrada en su Palabra, todo esto mientras su amor y admiracin por l sigue creciendo.

    Cada captulo del libro hace cuatro cosas: (1) presenta el principio a ser discutido, proveyndole una nueva mirada interior a un bien conoci-do principio; (2) se concentra en un atributo de Dios en particular como base para el principio de liderazgo; (3) provoca el autoanlisis al ir guin-donos a explorar nuestra propia posicin en relacin con los principios

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  • EL LDER PERFECTO

    del liderazgo que trata; y (4) provee una mirada profunda al interior sobre cmo funciona el principio de liderazgo cuando es ejecutado en una direccin bblica. Cada captulo se nutre de los puntos de vista de numerosos lderes expertos y, por supuesto, de las enseanzas bblicas.

    El lder perfecto usa algunas de las categoras que Sid Buzzell, Bill Perkins y yo mismo desarrollamos cuando creamos The Leadership Bible [La Biblia de Liderazgo] (Zondervan, 1998). Estamos convencidos de que estos principios y categoras lo ayudarn a aprender a ser un lder a la imagen de Dios.

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  • Parte 1:

    LOS ATRIBUTOS DEL LDER PERFECTO

  • CAPTULO 1

    Integridad

    SOY EL QUE SOY

    Luego de encuestar a miles de personas de todo el mundo, y de pre-parar ms de cuatrocientos casos de estudio, James Kouzes y Barry Posner identificaron las caractersticas ms deseadas en un lder. En casi todas las encuestas, la honestidad o la integridad fueron identificadas ms veces que cualquier otro rasgo.1

    Tiene sentido. Si las personas seguirn a alguien, ya sea en batallas, negocios o ministerios, quieren tener la seguridad de que su lder es con-fiable. Quieren saber que esa persona mantendr sus promesas y cumpli-r sus compromisos.

    Las promesas y los compromisos son significativos, a pesar de que en nuestros das de ticas maquiavlicas parezcan ser opcionales. A menu-do parecemos ms preocupados por la convivencia y el rendimiento. De palabra le damos importancia al carcter, pero tenemos la idea de que cuando las cosas se ponen difciles, las reglas se pueden cambiar y los compromisos y pactos pueden ser descartados como nos plazca.

    Sin embargo, la Biblia aclara lo importantes que son los pactos. A travs de las Escrituras, Dios se centra en el hecho de que l es un Dios que hace y mantiene sus pactos, que podemos confiar en l (1 Crnicas 16:15; Salmo 105:8). Se puede confiar en Dios porque es digno de ser confiable. Ese es el punto: el asunto siempre recae en el problema del carcter, no solo en las palabras. La integridad bblica no es solo cuestin de hacer lo correcto; es cuestin de tener el corazn correcto y permitir

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  • EL LDER PERFECTO

    a la persona en nuestro interior que armonice con la persona en el exte-rior. As es Dios. As es como su pueblo debera ser.

    Consistencia sera tal vez una buena palabra para describir este ras-go de integridad. Debe haber consistencia entre lo que est en el interior y lo que est en el exterior. Dios es totalmente consistente. Sus acciones y comportamiento siempre armonizan con su carcter y naturaleza. Su meta para sus hijos e hijas es siempre la misma. El deseo de Cristo para sus discpulos es que sean gente disciplinada. En las palabras de John Ortberg: La gente disciplinada puede hacer lo correcto en el momento correcto de la forma correcta por la razn correcta.2 Al igual que Dios.

    EL DIOS QUE NUNCA CAMBIA

    Hay alguien en quien podamos confiar? La gente nos decepcio-na una y otra vez porque hay una discrepancia entre lo que pro-claman vivir y la forma en que realmente viven. Pero Dios nunca nos decepcionar, porque l nunca cambia. Sus promesas son idnticas a su inmutable carcter: Jesucristo es el mismo ayer y hoy y por los siglos (Hebreos 13:8).

    Jess no cambia. El Dios viviente no cambia. Tampoco lo hace su amor, ni su fe, ni tampoco su bondad est gobernada por circunstancias o condiciones externas, estas cosas nunca vacilan. Asimismo, el carcter de Dios y las promesas que l hace son supremamente dignos de con-fianza y compromiso. l hace lo que dice, y siempre se puede depender de su amor de pacto.

    Esta consistencia y confiabilidad es fundamental. Sobre qu ms podemos apoyarnos? En qu ms podemos confiar? Qu ms pode-mos perseguir con abandonado frenes? Muchos hemos sido lastimados, por relaciones, por gente que se retracta de sus palabras alegando haber dicho algo cuando no lo dijeron, o que no han dicho algo cuando s lo dijeron. Esto nos puede convertir en cnicos si no tenemos cuidado. Pero cuando acudimos al carcter de Dios, nos damos cuenta de que l es el inmutable estndar.

    Porque es imposible para Dios mentir (Hebreos 6:18; Tito 1:2), l es la fuente de esperanza ms confiable. Su carcter inmutable es el cimien-to de todas las promesas. Lo que sea que l diga que har es como si

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  • INTEGRIDAD

    ya estuviera hecho, y cuando tenemos esperanzas en sus promesas, esta esperanza se convierte en un ancla para el alma, tan firme como segu-ra (Hebreos 6:19). A diferencia de muchos ejecutivos, el s de Dios sig-nifica s, y se mantiene siendo s; cuando dice no, seguir siendo no. Esta confiabilidad tiene ramificaciones positivas y negativas. En cuanto a la negativa, no hay forma de cambiar el pensamiento de Dios a travs de sobornos o quejidos. En cuanto a lo positivo, cuando Dios hace una pro-mesa se puede contar con su palabra y confiar ciegamente en l.

    Las heridas de las promesas incumplidas por parte de nuestros jefes permanecen: los aumentos que nunca nos dieron, los ascensos que jams se concretaron, los beneficios que nunca llegaron. El escritor de Proverbios diagnostica con certeza muchos de nuestros malestares actua-les cuando dice: La esperanza frustrada aflige al corazn (Proverbios 13:12). Muchas de las aflicciones en nuestros corazones estn directa-mente relacionadas con la falta de confiabilidad de las personas.

    Pero las acciones de Dios fluyen perfectamente desde su carcter: En verdad, el que es la Gloria de Israel no miente ni cambia de pare-cer, pues no es hombre para que se arrepienta (1 Samuel 15:29). No hay posibilidad de manipular a Dios o regatear con l, porque jams com-prometer su perfecta integridad. Dios mismo ha dado testimonio de esto: Yo, el SEOR, no cambio (Malaquas 3:6). El carcter perfecto y constante de Dios nos permite confiar en sus promesas y tiempos.

    Dios es integridad. Y no es que solo acte con integridad; la inte-gridad es su carcter. Pero, qu hay de nosotros? La virtud bblica de la integridad apunta a una consistencia entre lo que est adentro y lo que est afuera, entre creencia y comportamiento, entre nuestras palabras y nuestros modos, nuestras actitudes y acciones, nuestros valores y nues-tras prcticas.

    EL PROCESO DE INTEGRACIN

    Es algo evidente ya de por s que un hipcrita no est calificado para guiar a otros a lograr un carcter ms elevado. Nadie respeta a una persona que habla de buena manera pero no juega siguiendo las reglas. Lo que un lder haga ser de mayor impacto que lo que diga, en aquellos que desea liderar. Una persona puede olvidar el noventa por ciento de lo

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  • EL LDER PERFECTO

    que un lder diga, pero jams olvidar cmo vive el lder. Esto es lo que le dijo Pablo a Timoteo:

    S diligente en estos asuntos; entrgate de lleno a ellos, de modo que todos puedan ver que ests progresando. Ten cuidado de tu conducta y de tu enseanza. Persevera en todo ello, porque as te salvars a ti mismo y a los que te escuchen.

    (1 Timoteo 4:15-16)

    En esta vida jams lograremos la perfeccin. Sin embargo, debera-mos seguir avanzando hacia la meta para ganar el premio que Dios ofrece mediante su llamado en Cristo Jess (Filipenses 3:14). Jams lo lograre-mos de este lado de la eternidad, pero debera de haber progresos visibles, evidentes para otras personas. Note las dos cosas que Pablo con nfasis le recomend a Timoteo que observara: su vida y su doctrina. En otras palabras, Pablo le estaba diciendo a Timoteo: Presta atencin y cuida-do a tu comportamiento y a tus creencias. Asegrate de que combinen. Examnate a ti mismo todo el tiempo, para asegurarte de que tu hablar combine con tu caminar.

    Bill Hendricks se encontr con una ilustracin de este principio en los das de apogeo del mercado inmobiliario en la dcada de 1980. Conoci a un promotor que clamaba haber entretejido lo que daba en llamar principios bblicos de negocios en sus tratos. Pero cuando el mercado comenz a caer, dej la ciudad y a sus inversores para que jun-taran los pedazos... y pagaran sus deudas.

    Otro de los amigos de Bill mostr un claro contraste con el primero. l tambin era un desarrollista inmobiliario. l tambin hablaba de inte-grar los principios bblicos en los negocios. Y cuando el mercado cay, tambin lo hizo su imperio. Pero a diferencia del hombre que escap, este desarrollista por cuestin de conciencia se esforz en formar un plan para pagarles a sus inversores.3

    El dinero tiende a traer a la luz lo que hay dentro en realidad. Cuando se trata de cuestiones financieras, descubrimos de qu est hecha la per-sona. A cul de estos dos hombres seguira? Cul de ellos demostr integridad? David escribi sobre el hombre que cumple lo prometido

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  • INTEGRIDAD

    aunque salga perjudicado (Salmo 15:4). Este es el hombre que no cae-r jams (v. 5). Simplemente no hay sustituto para una persona con un carcter consistente con el de Cristo.

    Eso no significa que ninguno de nosotros ser libre de pecado en esta vida. En realidad, el Nuevo Testamento no clama por lderes perfec-tos; clama por aquellos que son modelos de progreso en su fe. Entonces por qu en el Sermn del Monte llam Jess a sus seguidores dicien-do: Por tanto, sean perfectos, as como su Padre celestial es perfecto (Mateo 5:48)? Es claro que en esta existencia fsica no podemos aspirar a no tener pecados (ver Juan 1:8).

    Lo que Jess nos est pidiendo es el proceso de perfeccionarnos, y no el de completar nuestra perfeccin (de este lado de la eternidad). Es la obra de santificacin del Espritu Santo de Dios en la vida del lder creyente lo que da lugar al proceso por el que vamos perfeccionndonos. Continuaremos tropezando, cayndonos de muchas maneras, pero nues-tro deseo debera ser el de cooperar con Dios para ver un progreso hacia la integracin de nuestras palabras y nuestras prcticas. Porque solo el proceso de perfeccin de Dios (el verdadero y perfecto lder) obrando en nosotros puede lograr cualquier progreso.

    Secretos y cosas pequeas La mejor manera de discernir si estamos o no progresando es pregun-tndonos: Cmo vivo cuando nadie me est mirando? Es fcil verse como una persona ntegra cuando la gente nos est mirando, pero vivi-mos nuestras vidas privadas con el mismo nivel de consistencia con el que vivimos nuestras vidas pblicas? Gran parte de nuestra vida se consu-me en lo que podramos llamar mantenimiento de imagen. Gastamos enormes cantidades de energa tratando de hacer que la gente piense de nosotros de la manera en que queremos que piensen. John Ortberg comenta: La conversacin humana es una larga e interminable inten-cin de convencer a otros de que somos mas enrgicos, inteligentes, gen-tiles o exitosos de lo que creeran si no los educramos.4 Es difcil dejarse persuadir por las palabras de Jess en Mateo 6:1: Cudense de no hacer sus obras de justicia delante de la gente para llamar la atencin. Si actan as, su Padre que est en el cielo no les dar ninguna recompensa.

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  • EL LDER PERFECTO

    Es posible vivir una vida pblica y otra vida privada. Eso no es ser ntegro; es invitar a la disciplina de Dios. Debemos vivir de manera con-sistente tanto en pblico como en privado, porque nuestro Padre ve lo que se hace en secreto (Mateo 6:4). Siendo este el caso, ser fiel en lo secreto y en lo pequeo es muy importante. A Dios le interesa menos nuestra persona pblica que nuestro carcter privado. Le importa ms cmo manejamos nuestras cuentas personales que cmo administra-mos los libros de un gran negocio. Es en las cosas y lugares pequeos y secretos que la gracia de Dios nos cambia y forma a la imagen de su Hijo (2 Corintios 3:18).

    Al final nos convertimos en lo que nuestros deseos nos convierten. Aquello en lo que nos convertimos revela lo que deseamos en verdad. Si deseamos el elogio de otros, entonces nos convertiremos en una cierta clase de persona. Pero si lo que deseamos son los elogios de Dios, enton-ces necesitamos hacer de la integridad una prioridad en nuestras vidas. Al sentir la sobrecogedora santidad de nuestro Creador, entenderemos cun imperfectos somos. Pero al concentrarnos en la gracia de nuestro Seor y Salvador Jesucristo, reconoceremos que a pesar de que nos poda-mos sentir incompletos no lo estamos, porque l nos ha hecho plenos. Su gracia es suficiente, pues su poder se perfecciona en nuestra debilidad (2 Corintios 12:9).

    La des-integracin de Isaas Cuando el profeta Isaas tuvo una visin del glorioso y grandioso Creador del universo, se sinti abrumado por la santidad de Dios:

    El ao de la muerte del rey Uzas, vi al SEOR excelso y subli-me, sentado en un trono; las orlas de su manto llenaban el tem-plo. Por encima de l haba serafines, cada uno de los cuales tena seis alas: con dos de ellas se cubran el rostro, con dos se cubran los pies, y con dos volaban. Y se decan el uno al otro:

    Santo, santo, santo es el SEOR Todopoderoso; toda la tierra est llena de su gloria.

    Al sonido de sus voces, se estremecieron los umbrales de las puertas y el templo se llen de humo.

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  • I N T E G R I D A D

    Entonces grit: Ay de m, que estoy perdido! Soy un hombre de labios impuros y vivo en medio de un pueblo de labios blasfemos, y no obstante mis ojos han visto al Rey, al SEOR Todopoderoso!.

    En ese momento vol hacia m uno de los serafines. Traa en la mano una brasa que, con unas tenazas, haba tomado del altar. Con ella me toc los labios y me dijo: Mira, esto ha toca-do tus labios; tu maldad ha sido borrada, y tu pecado, perdo-nado. (Isaas 6:1-7)

    R. C. Sproul comenta sobre el encuentro de Isaas con el santsimo Dios:

    El estar perdido es como estar desarmado, descosido, al descubierto. Lo que Isaas estaba expresando es lo que los psi-clogos modernos describen como la experiencia de la desin-tegracin personal. El desintegrar significa exactamente lo que la palabra sugiere, des-integrar. El integrar algo es poner las piezas juntas en un todo unificado ... La palabra integridad ... (indica) una persona cuya vida es entera, plena y sana. En la conversacin de todos los das lo decimos as: Un tipo com-pleto.5

    Isaas dijo: Estoy incompleto. Estoy destrozado, lo cual es exacta-mente lo contrario a la integridad. El tener integridad es ser ntegro, es estar entero, en un sentido es entender todo con claridad, ser consisten-te. Isaas se encontr despojado, desarmado, deshecho, y esta condicin lo forz a ver su propia deficiencia. Cuando se encontr con la sublime santidad de Dios, Isaas se dio cuenta de su propia bajeza.

    Cuando vivimos nuestras vidas enteras delante del rostro de Dios (coren deo) y practicamos una constante permanencia en su presencia, nos damos cuenta de que el no manifestar integridad es inconsistente con la dignidad y el destino al cual se nos ha llamado. Como creyentes debemos vivir de una manera digna del llamamiento que hemos recibi-do (Efesios 4:1), porque ahora Cristo est en nosotros. l quiere vivir su

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  • EL LDER PERFECTO

    vida a travs de nosotros (Glatas 2:20); no solo somos sus representan-tes (2 Corintios 5:20) sino que como miembros de su iglesia formamos, de alguna forma misteriosa, su propio cuerpo (Efesios 1:23, Colosenses 1:24).

    Ahora, eso es imposible a menos que l habite en nosotros, pero dentro de esto yace la solucin. En realidad, esta es la idea de la vida cris-tiana. El ser cristiano no es una religin; es una relacin. El cristianismo no es una lista de reglas y regulaciones. En cambio, es la presencia y el poder de una persona que nos habita, que prometi que nunca nos deja-r o abandonar (Hebreos 13:5).

    Como hombres o mujeres cados, nos damos cuenta de cun des-integrados estamos cuando nos encontramos cara a cara con la perfecta integridad de Dios. Y, como Isaas, esa confrontacin nos fuerza a reco-nocer nuestra profunda necesidad personal de reconstruirnos. Isaas se dio cuenta de la profundidad de su pecado en el proceso de vislumbrar apenas la perfecta santidad de Dios, y vio las reas en las cuales se haba apartado de sus compromisos como sacerdote y profeta. Pero sus com-promisos y su vida como profeta fiel nos demuestran la posibilidad de formar y vivir una vida de integridad con la ayuda de Dios.

    La hipocresa de los fariseos Si no vemos lo imperfectos que somos, caeremos en la trampa de los fariseos: la hipocresa. La hipocresa es lo contrario a la integridad. En Mateo 23, Jess acus varias veces a los fariseos y a los maestros de la ley de ser hipcritas. Seis veces en este captulo us el flagelante trmino hipcritas (vv. 13, 15, 23, 25, 27, 29). En sus orgenes, el hipcrita era el actor que se pona una mscara para asumir una identidad falsa mien-tras actuaba frente al pblico. Esta acusacin habr ofendido sobremane-ra a los fariseos, que detestaban toda forma de helenizacin (la influencia y cultura griega), la cual inclua el teatro griego. En esencia Jess estaba llamndolos por un nombre que identificaba aquello que detestaban.

    Todo el que haya tenido la falsa idea de que Jess era un hombre callado y simptico, encontrar que estos versculos le impactan:

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  • INTEGRIDAD

    Ay de ustedes, maestros de la ley y fariseos, hipcritas! Recorren tierra y mar para ganar un solo adepto, y cuando lo han logrado lo hacen dos veces ms merecedor del infierno que ustedes ...

    Ay de ustedes, maestros de la ley y fariseos, hipcritas!, que son como sepulcros blanqueados. Por fuera lucen hermo-sos pero por dentro estn llenos de huesos de muertos y de podredumbre. As tambin ustedes, por fuera dan la impresin de ser justos pero por dentro estn llenos de hipocresa y de maldad...

    Serpientes! Carnada de vboras! Cmo escaparn ustedes de la condenacin del infierno? (Mateo 23:15, 27-28, 33).

    Este Jess no es, como dice Philip Yancey: Mr. Rogers con barba. El lenguaje de Jess revela la profundidad de su justa ira. Observe que cada uno de los versculos que incluyen la palabra hipcritas comien-zan con Ay de ustedes! Esta palabra, Ay (en griego ouai), puede con-tener ira, tono de advertencia, tragedia y burla al mismo tiempo. En este pasaje Jess defenestr a los fariseos porque decan una cosa y hacan otra. No solo fallaban por su falta de integridad como potenciales segui-dores de Cristo, sino que como lderes religiosos eran culpables de dar una mala imagen de Dios Padre.

    Ya hemos visto que la integridad, lo contrario a la hipocresa, es la cualidad que ms buscan las personas en un lder. Es claro que los fari-seos y maestros de la ley en los tiempos de Jess no vivan de mane-ra ntegra. Cuando hoy hablamos de la integridad tambin utilizamos por lo general otros trminos que tienen relacin estrecha con esta: tica y moral. Sin embargo, un claro entendimiento del concepto de la inte-gridad requiere que pensemos en las tres palabras con mucha claridad. Porque cada una tiene un significado que le es propio. Al utilizarlas de manera adecuada nos sealan de modo pertinente algo esencial del lide-razgo que sin embargo no siempre se entiende como debiera:

    La tica se refiere al parmetro de lo que est bien y lo que est mal. Al bien y al mal. Es lo que los fariseos decan que crean correcto.

    La moral es un parmetro prctico de lo que est bien y lo que est mal. Lo bueno y lo malo. Es lo que, en efecto, hacan los fariseos.

    25

  • EL LDER PERFECTO

    Tener integridad significa estar sano, completo, integrado. En la medida en que se integren la tica y la moral de una persona, podemos decir que es ntegra. Y si estas dos cosas, la tica y la moral, no estn inte-gradas, diremos que la persona carece de integridad.

    Vemoslo de otro modo. Si uno de nuestros amigos nos dice que mentir, engaar y robar, tiene poca tica. Y si en sus negocios se con-duce de esa manera, su moral es baja. No es tico y es inmoral, pero tie-ne integridad por retorcida que sea porque su moral es consistente con su tica. Si dice que robar y engaar pero no lo hace, ser moral en la prctica pero carece de integridad porque su moral no est de acuer-do con su tica.

    La Biblia ensea una tica elevada y santa. Si afirmamos ser cristianos y vivir segn los estndares de la Biblia, estamos efectuando una decla-racin de tica. Nos estamos comprometiendo con determinada moral. Para que tengamos integridad, por lo tanto, tenemos que vivir segn la tica bblica. Jess deja bien en claro y de manera inequvoca que la peor decisin es la de ser hipcritas. Es un asunto serio. Cuando encontramos que nuestro andar no est de acuerdo con nuestro hablar, la pregunta esencial de Jess debe resonar en nuestros corazones: Por qu me lla-man ustedes "Seor, Seor", y no hacen lo que les digo? (Lucas 6:46).

    Si imaginamos los ojos de Jesucristo, Seor del universo, en el momento en que formula esta pregunta, debemos sentir al menos un poco de temor.

    LA INTEGRIDAD DE SAMUEL

    Ala luz de esta definicin de lo que es la integridad, no debiera sor-prendernos la alta estima que Israel tena hacia el profeta Samuel. Samuel era un hombre que exudaba integridad. En ningn otro lugar se ilustra tan acabadamente este hecho como en 1 Samuel 12:1-4:

    Samuel le habl a todo Israel: Prstenme atencin! Yo les he hecho caso en todo lo que me han pedido, y les he dado un rey que los gobierne. Ya tienen al rey que va a dirigirlos. En cuan-to a m, ya estoy viejo y lleno de canas, y mis hijos son parte

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  • INTEGRIDAD

    del pueblo. Yo los he guiado a ustedes desde mi juventud has-ta la fecha. Aqu me tienen. Pueden acusarme en la presen-cia del SEOR y de su ungido. A quin le he robado un buey o un asno? A quin he defraudado? A quin he oprimido? Por quin me he dejado sobornar? Acsenme, y pagar lo que corresponda. No nos has defraudado, respondieron; tam-poco nos has oprimido ni le has robado nada a nadie.

    Durante su discurso de despedida despus de haber liderado a Israel durante dcadas, Samuel estaba prometiendo pagar a quien le hubie-se quitado algo de manera injusta. Qu promesa! Y ms impresionante aun fue la respuesta del pueblo. No hubo ni una sola persona que pudie-ra acusar a Samuel de nada.

    La honestidad e integridad de Samuel eran caractersticas en cada una de las reas de su vida. Estas dos cualidades gobernaban el modo en que administraba sus posesiones, haca sus negocios y trataba a los que eran ms dbiles que l. Samuel se present para rendir cuentas ante el pueblo que lideraba. Se expuso al escrutinio de todo aquel al que hubie-ra tratado. Como resultado de esta prctica el liderazgo de Samuel se ha convertido en legendario, y su historia se ha relatado una y otra vez a lo largo de los siglos.

    ELIJA ESTE DA

    Nuestra tica puede ser mucha o poca. Nuestra moral tambin. Podemos elegir. Decidir. Aunque si elegimos ser ntegros, tenemos que decidir que nuestra tica y nuestra conducta coincidan. Si quere-mos liderar a otros al menos tenemos hacia ellos la obligacin de hacerles saber en qu se estarn metiendo cuando nos elijan como lderes.

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  • CAPTULO 2

    Carcter

    SABIDURA PARA TONTOS

    Anadie le gusta que le llamen tonto. Sin embargo, cmo explicar la cantidad de libros que se venden con tanto xito, escritos segn indican sus ttulos para tontos? Comenzando con la publicacin de DOS para tontos, en noviembre de 1991, la serie tiene hoy ms de cien millones de copias impresas sobre temas que abarcan desde el ejercicio fsico hasta la nutricin y desde la administracin de las finanzas hasta la organizacin de las vacaciones en Europa.

    Desde el comienzo el concepto fue sencillo pero potente: relacio-nar la ansiedad y la frustracin que siente la gente frente a la tecnologa, presentndola de manera divertida en libros que buscan ensear y entre-tener, mostrando el material difcil como algo fcil, que cualquiera pue-de aprender. Esto, junto al ingrediente de la personalidad y algunas tiras cmicas, dan como resultado un exitoso libro, escrito para tontos!

    El libro de Proverbios, en el Antiguo Testamento, hace algo simi-lar (aunque no incluye tiras cmicas). Toma la eterna sabidura de Dios y la presenta de manera fcil de entender a la gente comn, sin entrena-miento teolgico. Entonces podramos llamarle a Proverbios: Sabidura para tontos.

    Los proverbios del Antiguo Testamento se recopilaron y escribieron para ayudarnos a tomar una de las decisiones ms bsicas y vitales en la vida: elegir entre la sabidura y la necedad, entre andar con Dios y andar sin l. En el libro de Proverbios se describe, la sabidura y la necedad

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  • EL LDER PERFECTO

    como personas que caminan por las calles de la ciudad pregonando sus mercaderas y dndonos a probar lo que ofrecen (Proverbios 1:10-33).

    Salomn, a quien se le atribuye la autora del libro de Proverbios, nos brinda un excelente punto de partida para desarrollar las cualidades de carcter que son esenciales para el buen liderazgo:

    Hijo mo, si haces tuyas mis palabras y atesoras mis manda-mientos; si tu odo inclinas hacia la sabidura y de corazn te entregas a la inteligencia; si llamas a la inteligencia y pides dis-cernimiento; si la buscas como a la plata, como a un tesoro escondido, entonces comprenders el temor del SEOR y halla-rs el conocimiento de Dios. Porque el SEOR da la sabidura; conocimiento y ciencia brotan de sus labios. l reserva su ayu-da para la gente ntegra y protege a los de conducta intacha-ble. l cuida el sendero de los justos y protege el camino de sus fieles. Entonces comprenders la justicia y el derecho, la equi-dad y todo buen camino; la sabidura vendr a tu corazn, y el conocimiento te endulzar la vida. La discrecin te cuidar, la inteligencia te proteger. (Proverbios 2:1-11)

    Los lderes cultivan su carcter adquiriendo sabidura y entendi-miento. Por supuesto, estas cualidades no se consiguen sin pagar un pre-cio. Requieren del tipo de esfuerzo dedicado y paciente, como el que se ejerce en la minera al buscar oro y plata. Los lderes tienen que buscar con diligencia la sabidura enterrada dentro de la Palabra de Dios, como buscaran un tesoro cubierto por capas de tierra y roca. Esto significa que hay que usar las herramientas adecuadas y ejercer la paciencia y la dili-gencia, pasando tiempo sumergidos en este libro transformador de vida. Como escribi Marjorie Thompson: Sera bueno que pudiramos solo "poner en prctica la presencia de Dios" en todas las reas de la vida sin gastar energas en algunos ejercicios en particular. Pero la capacidad de recordar y permanecer en la presencia de Dios solamente se consigue a travs del entrenamiento constante.1 No podemos pagarle a alguien para que desarrolle la fuerza de nuestro carcter, como no podemos pagarle a

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  • CARCTER

    otro para que desarrolle nuestros msculos fsicos. Si queremos ser ms fuertes, somos nosotros los que tenemos que levantar pesas.

    Tampoco podemos esperar que de la noche a la maana nos vea-mos musculosos. Todo toma tiempo y esfuerzo. Douglas J. Rumford dice: El carcter es como el ejercicio fsico, o como cualquier proceso de aprendizaje. Uno no puede "atiborrarse" para lograr un progreso en das en lugar de pasar por el perodo de meses o aos de prctica constante.2

    Por eso el escritor de Proverbios usa palabras que convocan al lector a la accin enrgica y apasionada.

    A medida que cavamos tenemos que pedirle a Dios que nos brinde comprensin y entendimiento. En ltima instancia es solo Dios quien puede abrir nuestros ojos para ver la verdad espiritual y luego darnos la capacidad de aplicar esa verdad en nuestra vida (Efesios 1:18). A medi-da que Dios llena nuestra mente con sabidura, nuestro carcter se desa-rrollar para que poseamos la capacidad de tomar las decisiones correctas siempre, decisiones justas y morales. Como observan Henry Blackaby y Claude King en su libro Mi experiencia con Dios:

    Cuando uno cree en Dios demuestra su fe por las cosas que hace. Se requiere cierta accin ... Uno no puede seguir vivien-do como siempre, o quedarse en el mismo lugar y al mismo tiempo caminar con Dios ... Apartarnos de nuestros caminos, ideas y propsitos para vivir segn los de Dios siempre requiere de un gran ajuste. Dios puede requerir ajustes en nuestras cir-cunstancias, relaciones, pensamiento, compromisos, acciones y creencias. Una vez que hacemos los ajustes necesarios, podemos seguir a Dios en obediencia. Mantenga en mente esto: que el Dios que nos llama es tambin aquel que nos dar la capacidad de hacer su voluntad.3

    Cuando buscamos poseer la sabidura de Dios, podremos avanzar expresando sencillamente la visin y los valores de los lderes. Poseeremos el tipo de carcter desde el cual fluyen las visiones y valores elevados, el tipo de carcter que no se deja llevar por la opinin pblica o por el mie-do sino que busca la verdadera grandeza y sabe quin es la verdadera

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  • EL LDER PERFECTO

    audiencia. Nuestro carcter ser cristiano de verdad, y otras personas se deleitarn al seguirnos.

    Dios, UN CARCTER DE VERDAD!

    Piense en las personas que conoce y admira. Conoce padres y madres sabios que demuestran tener un criterio sano para conducir sus vidas y criar a sus hijos? Conoce abuelos o abuelas que saben cundo alentar, cundo reprender, cundo ser tiernos y cundo usar la fuerza? Ha teni-do algn maestro o maestra que saban cundo dar consejos y cundo solo escuchar, cundo instruir y cundo dejar que las consecuencias de la vida le ensearan? Ahora intente darle un valor a esa sabidura. Cun-to vale?

    Todos estimamos a las personas que en su carcter exhiben la sabi-dura. Y si admiramos a estas personas de tan alta calidad, cunto ms hemos de valorar la perfeccin del Dios vivo, de quien se deriva la sabi-dura, la paciencia y el discernimiento?

    Cuando Moiss le pidi a Dios que le revelara su gloria, el Seor dijo: Yo har pasar todo mi bien delante de tu rostro, y proclamar el nombre de Jehov delante de ti (xodo 33:18-19, RVR 1960). Dios tuvo que escudar a Moiss para protegerlo de su gloria, ocultndole en la grieta de una roca. Al pasar frente a Moiss, Dios acompa este des-pliegue de grandeza con la proclamacin de la perfeccin de su propio carcter:

    Pasando delante de l, proclam: El SEOR, el SEOR, Dios cle-mente y compasivo, lento para la ira y grande en amor y fide-lidad, que mantiene su amor hasta mil generaciones despus, y que perdona la iniquidad, la rebelin y el pecado; pero que no deja sin castigo al culpable, sino que castiga la maldad de los padres en los hijos y en los nietos, hasta la tercera y la cuarta generacin. (xodo 34:6-7)

    Cuando Dios se revel como un Dios compasivo y lleno de gracia, lento para la ira, abundante en amor y fidelidad, el cual brinda su amor

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  • CARCTER

    a miles y perdona la maldad, la rebelin y el pecado, dej bien en claro que su carcter personal es el estndar absoluto mediante el cual se defi-nen todas esas cualidades. Dios no rinde cuentas ante nadie, y no hay estndar ms elevado al cual deba conformar su accionar. C o m o dijo en el siglo once el gran pensador Anselmo: Dios es aquello con respecto a quien no podemos comparar nada que le sea superior.

    Anselmo efectu esta declaracin originalmente en un intento por probar la existencia de Dios. Pero como seala Michael Witmer:

    El verdadero legado del argumento de Anselmo no es su intento de probar la existencia de Dios sino cmo nos ensea a hablar de Dios. Si Dios es aquello Con respecto a quien no podemos comparar nada que le sea superior, entonces sabemos que hay ciertas cosas que debemos decir de l. Para empezar solamente podemos usar nuestras mejores palabras para describirle. Dios tiene que ser justo, poderoso, amoroso y bueno; todas las cosas que son mejor ser que no ser. Podemos estar en desacuerdo con respecto a qu cosas debieran ir en la lista ... pero todos concor-damos en que la lista debe incluir todas las cualidades de gran-deza que podamos imaginar...

    Dios es en lo cualitativo superior a cualquier cosa en su creacin. No hay nada que pueda compararse con el ser ms grandioso posible. l pertenece a una clase que le es nica, en trminos literales de ese adjetivo.4

    El carcter de Dios, eterno e intransigente, es el estndar inmuta-ble que le da significado al amor, la gracia, la fidelidad y la paciencia. Sin embargo, el increble llamado del evangelio es para que las criaturas per-didas como nosotros podamos empezar a reflejar el carcter de nuestro Padre celestial en nuestra propia vida. Aquel que es la bondad en su esen-cia, que define la virtud por su propia existencia, promete dar poder a quienes confiemos en l lo suficiente como para vivir segn su voluntad.

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  • EL LDER PERFECTO

    EL CARCTER DE ADENTRO HACIA FUERA

    Alas personas no les causa impresin alguna la manipulacin o las fachadas, sino la autenticidad y el desinters sincero, despojado de egocentrismo. El carcter no es cuestin de tcnicas externas, sino de rea-lidades internas. A Dios le importa ms lo que somos en realidad cuando nadie nos est mirando. Douglas Rumford, al hablar de la triste situa-cin de un lder cristiano que perdi su ministerio debido a un escnda-lo sexual, explica que este tipo de cosas sucede siempre que permitimos que se forme un hueco de carcter en nuestras vidas. l:

    El hueco de carcter es una debilidad que en algn momento se hace visible, cuando las circunstancias o tensiones de la vida se conjugan y llegan a un punto de quiebre. Podemos quiz ocul-tarlo durante un tiempo y hasta sentirnos bastante a salvo. Pero el talento, la personalidad y las circunstancias favorables no son sustitutos de la santidad interior, la persistencia en esta y las convicciones que conforman la integridad de carcter.5

    En 2 Pedro 1:5-8 el apstol enumera las cualidades de vida y del cris-tianismo que Dios quiere para cada uno de sus hijos:

    Precisamente por eso, esfurcense por aadir a su fe, virtud; a su virtud, entendimiento; al entendimiento, dominio pro-pio; al dominio propio, constancia; a la constancia, devocin a Dios; a la devocin a Dios, afecto fraternal; y al afecto fraternal, amor. Porque estas cualidades, si abundan en ustedes, les harn crecer en el conocimiento de nuestro Seor Jesucristo, y evita-rn que sean intiles e improductivos.

    Las cualidades de carcter enumeradas en estos versculos son admi-rables, pero tambin abrumadoras. Podramos aspirar a alcanzarlas, pero, es realmente posible lograrlo? La respuesta, tanto de las Escrituras como a partir de la experiencia humana es un rotundo: No! Por nuestras propias fuerzas este tipo de carcter no solo es difcil de formar. Es imposible.

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  • CARCTER

    Si fuera solo cuestin de esfuerzo humano, el intento sera intil. Qu hemos de hacer, entonces? Tenemos que bajar los brazos y apar-tarnos del texto, sintiendo que exige lo imposible? Eso sera tonto. Lo que tenemos que hacer es prestarle atencin al contexto en el que Pedro escribi esas palabras.

    Las frases que preceden a este pasaje (2 Pedro 1:3-4) nos brindan la clave que precisamos: En Cristo se nos ha permitido acceso al divi-no poder de Dios, y se nos ha otorgado el incomprensible privilegio de participar en la naturaleza divina (v. 4). Hay una sola persona que puede vivir la vida cristiana: Jesucristo mismo. Sin l no podemos vivir la vida que se nos llama a vivir (Juan 15:5). Solo cuando mantenemos nuestra conexin con l puede Jess vivir esta vida a travs de nosotros. Como dijo Martn Lutero: No es la imitacin lo que da como resulta-do que seamos hijos de Dios, sino nuestra condicin de hijos de Dios lo que hace posible la imitacin.6 Es que no solo hemos recibido una nue-va naturaleza en Cristo (Romanos 6:6-13), sino que tambin ahora nos habla el Espritu Santo, cuyo poder dentro de nosotros hace que nos sea posible manifestar estas cualidades del carcter de Cristo.

    La verdadera transformacin espiritual y de carcter se da desde adentro hacia fuera, y no al revs. Los atributos de la fe, la bondad, el conocimiento, el dominio propio, la perseverancia, la vida cristiana, el amor fraternal y el amor fluyen de la vida de Cristo que ha sido implan-tada dentro de nosotros.

    PEDRO: UN CASO DE ESTUDIO SOBRE EL CARCTER

    Es fcil leer las palabras de inspiracin de Pedro y preguntarse: Quin piensa todo esto? De dnde toma alguien estos ideales, esta com-prensin? Bueno, es que el hombre que escribi esas palabras tan ins-piradoras, el hombre que nos exhorta a alcanzar esa fuerza en nuestro carcter, no siempre vivi segn esos ideales.

    El hombre que se llam a s mismo testigo de los sufrimientos de Cristo (1 Pedro 5:1) no estaba all cuando Jess mora colgado en la cruz. Junto con la mayora de los dems discpulos, estaba escondido a causa del miedo (Mateo 26:69-75). El hombre que nos llama al afn de servir (1 Pedro 5:2), permaneci sentado mientras Jess les lavaba

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  • EL LDER PERFECTO

    los pies a los discpulos, entre los que se contaba l (Juan 13:1-10). El hombre que nos dice: Para orar bien, mantnganse sobrios y con la mente despejada (1 Pedro 4:7), se durmi mientras Jess oraba con tal intensidad que su sudor era como gotas de sangre (Lucas 22:39-46). El hombre que nos dice con tal coraje: Somtanse por causa del Seor a toda autoridad humana (1 Pedro 2:13), tom una espada y le cort la oreja a uno de los oficiales de los sumos sacerdotes y los fariseos (Juan 18:10-11).

    No hay en este examen de las contrastantes diferencias entre las pala-bras y las acciones de Pedro nimo alguno de disminuirlo, sino todo lo contrario. Es para que tengamos esperanzas. Este hombre, Pedro, tan impulsivo e inmaduro, lleg a ser un gran lder de la iglesia. El Pedro de quien leemos en los cuatro Evangelios fue luego el Pedro de quien lee-mos en el libro de los Hechos, el Pedro que escribi dos epstolas. Llev tiempo y esfuerzo, pero Dios lo transform. Y el mismo Espritu Santo que obr esta transformacin en la vida de Pedro est obrando de mane-ra activa para transfrmanos a aquellos que hemos puesto nuestra fe en el Hijo, Jesucristo.

    Los Evangelios nos dejan cuatro impresiones acerca de Pedro. La pri-mera es que a veces era un personaje impulsivo, casi cmico. Dos veces salt vestido al agua. Desafi a Jess, hablaba cuando no era su turno y a veces pareca demostrar ms energa y creatividad de la que mereca el momento en cuestin. Aunque es esta energa y creatividad las que sub-yacen a la segunda impresin que deja Pedro.

    Pedro era el lder no oficial de los discpulos. Muchas veces fue su vocero. Junto con Santiago y Juan, era uno de los tres discpulos del cr-culo ntimo de Jess. Por cierto, despus de la partida de Jess los disc-pulos buscaron a Pedro para que les diera direccin. El registro de Lucas de los primeros aos de la iglesia (el libro de los Hechos), no deja dudas acerca del liderazgo de Pedro.

    Esta combinacin de cualidades en aparente conflicto existe en muchos lderes jvenes y puede identificarse como alta energa mental. Pedro siempre estaba pensando, y siempre pensaba con vistas a la accin. Cuando oa la palabra pregunta, de inmediato pensaba en respues-ta. Cuando observaba un problema, enseguida pensaba en solucin. Cuando encontraba opciones, pensaba en decisin. Pero tambin

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  • CARCTER

    demostr el lado menos afortunado de esa misma caracterstica, porque al or silencio pensaba en hablar. Cuando encontraba desacuerdo pensaba en desafo. El error (al menos en la concepcin de Pedro) instaba a la correccin. Sea cual fuere la situacin, al menos lo bueno es que pensaba, y que sus pensamientos le llevaban a la accin de mane-ra ineludible.

    En sus aos de juventud Pedro no tena mucho dominio de s mis-mo y sus respuestas, soluciones, decisiones y discursos a veces parecan fuera de lugar, casi motivo de risa. A veces su conducta se perciba como falta de sensibilidad, carente de consideracin y madurez. Pero a diferen-cia de muchos grandes lderes, Pedro sobrevivi a s mismo. Con la gua de Jess, la mente frtil y activa de Pedro madur. A travs de todas sus experiencias desarroll un carcter ms conforme a la voluntad de Dios, al carcter de Cristo. Esta madurez gui su proceso de pensamiento por canales ms productivos. Recopil, tom y conect datos e informacin. Afin su capacidad de razonamiento. Pedro se convirti en lder porque no tema tomar decisiones. Y su carcter conforme al de Cristo le mos-traba qu decisiones tomar.

    Cualquiera que est sirviendo bajo un lder aquejado por la parli-sis del anlisis, podr apreciar la rapidez de Pedro para responder. Quien trabaje en una organizacin donde se toman decisiones basadas en la indecisin, entender por qu la gente se senta atrada hacia Pedro. Al seguir la vida de Pedro en los Evangelios y escuchar luego su voz madura resonando en sus dos epstolas, podemos apreciar a este hombre optimista, lleno de energa, inteligente, de profundo carcter, un hombre de accin. De hecho, el Evangelio de Marcos, que muchos creen le fue-ra dictado a este autor por Pedro, es el evangelio que retrata a Jess como hombre de accin, que ofrece una respuesta ante la urgencia. La palabra griega para inmediatamente aparece cuarenta y dos veces a lo largo de los diecisis captulos de Marcos.

    Cuando la iglesia avanzaba, cuando tanto los lderes romanos como los judos se oponan a ella, cuando los cristianos eran martirizados por su fe, alguien tena que tomar decisiones guiadas por el Espritu en for-ma rpida. Y solo podemos imaginar los tipos de problemas que han de haber astillado a esta frgil organizacin cuando la iglesia pas por encima de sus fronteras culturales para incluir a los judos que hablaban griego,

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  • EL LDER PERFECTO

    luego a los samaritanos, a los gentiles locales, y ms tarde a los asiticos, griegos y romanos. Como Pedro era un lder cuyo ego poda soportar la amenaza del desacuerdo, los retos y hasta una mala decisin, no tema actuar. No era falto de cautela, y tampoco trataba asuntos importantes con frivolidad. Su carcter cristiano no se lo permitira, por supuesto. Sin embargo, no tema avanzar, y bajo su liderazgo la iglesia lograba mucho. Pedro era un lder que tomaba decisiones importantes.

    El camino hacia el buen carcter por medio del amor Es asombroso lo que Dios puede hacer con las personas que quieren cre-cer en lo personal y desarrollar su carcter. La buena noticia es que Dios quiere esto igual que nosotros. Nos redimi para eso. Para descubrir has-ta dnde extender su mano para forjar nuestro carcter en acero, cami-nemos junto con Pedro hasta el horno de fundicin.

    Este hombre haba negado a Jess en un momento crtico, y aun as aos despus sufri azotes, la prisin y hasta la muerte con tal de no vol-ver a negarlo. Todos sabemos que un carcter como ese no se forma de un momento a otro, ni a partir de una nica experiencia. Sabemos que la resurreccin de Jess tuvo una profunda influencia en la transformacin del carcter de Pedro. La forma en que Jess ayud a Pedro a recuperar-se del peor fracaso de su vida debiera darnos gran aliento para pedirle al mismo Seor Jess que nos ayude a desarrollar fuerza de carcter tam-bin a nosotros.

    Mientras tanto, Pedro estaba sentado afuera, en el patio, y una criada se le acerc.

    T tambin estabas con Jess de Galilea le dijo. Pero l lo neg delante de todos, diciendo: No s de qu ests hablando. Luego sali a la puerta, donde otra criada lo vio y dijo a

    los que estaban all: ste estaba con Jess de Nazaret. l lo volvi a negar, jurndoles: A ese hombre ni lo conozco! Poco despus se acercaron

    a Pedro los que estaban all y le dijeron:

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  • CARCTER

    Seguro que eres uno de ellos; se te nota por tu acento. Y comenz a echarse maldiciones, y les jur:

    A ese hombre ni lo conozco! En ese instante cant un gallo. Entonces Pedro se acord

    de lo que Jess haba dicho: Antes que cante el gallo, me nega-rs tres veces. Y saliendo de all, llor amargamente. (Mateo 26:69-75)

    Para poder descubrir qu represent este suceso en la vida de Pedro, quiz debemos ir ms atrs, a un pasaje anterior en el mismo captulo:

    Esta misma noche les dijo Jess todos ustedes me aban-donarn, porque est escrito: Herir al pastor, y se dispersarn las ovejas del rebao ...

    Aunque todos te abandonen declar Pedro, yo jams lo har.

    Te aseguro le contest Jess que esta misma noche, antes que cante el gallo, me negars tres veces.

    Aunque tenga que morir contigo insisti Pedro, jams te negar. Y los dems discpulos dijeron lo mismo. (Mateo 26:31, 33-35)

    En este momento la fuerza de carcter de Pedro casi no puede cues-tionarse. Dijo que estara dispuesto a morir con Jess si era necesario. Pero el Hijo de Dios era quien tena razn. Esa misma noche Pedro neg conocerlo siquiera.

    Luego de todos estos sucesos Jess fue crucificado y sepultado. Tres das ms tarde resucit de entre los muertos y los discpulos le vieron por unos momentos (Juan 20). Pero la primera conversacin entre Jess y Pedro, registrada en Juan 21 muestra de qu modo Jess se ocup de la debilidad de Pedro:

    Cuando terminaron de desayunar, Jess le pregunt a Simn Pedro:

    Simn, hijo de Juan, me amas ms que stos?

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  • EL LDER PERFECTO

    S, Seor, t sabes que te quiero contest Pedro. Apacienta mis corderos le dijo Jess. Y volvi a preguntarle: Simn, hijo de Juan, me amas? S, Seor, t sabes que te quiero. Cuida de mis ovejas. Por tercera vez Jess le pregunt: Simn, hijo de Juan, me quieres? A Pedro le doli que por tercera vez Jess le hubiera pre-

    guntado: Me quieres? As que le dijo: Seor, t lo sabes todo; t sabes que te quiero. Apacienta mis ovejas le dijo Jess. De veras te ase-

    guro que cuando eras ms joven te vestas t mismo e ibas a donde queras; pero cuando seas viejo, extenders las manos y otro te vestir y te llevar a donde no quieras ir. (Juan 21:15-18)

    Observe la slida afirmacin teolgica de Pedro en el versculo 17: Seor, t sabes que te quiero. Pedro tena razn. Jess no le estaba pre-guntando esto a Pedro porque necesitaba conocer esa respuesta, sino por-que Pedro necesitaba conocerla. Por qu era tan importante que Pedro pudiera entender su propia respuesta a esa pregunta? Es importante para nosotros tambin decidir si nuestro amor por Jesucristo es tan fuerte como para permitirnos desarrollar las cualidades de carcter que su pala-bra alienta y exige que tengamos. Estas son las cualidades que Pedro enu-mera en 2 Pedro 1:5-8.

    En los primeros doce captulos del libro de los Hechos vemos a Pedro como lder prominente de la incipiente iglesia. Su fuerza de carcter y su conviccin son fuente de inspiracin, desafo y nimo para muchos. Nuestro Seor sigue buscando hombres y mujeres que respondan: S, Seor, t sabes que te quiero, y que entonces desarrollen las cualidades de carcter necesarias para ser lderes cristianos.

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  • CARCTER

    FORJEMOS EL CARCTER

    El carcter se forja en las pequeas cosas de la vida. Los grandes acon-tecimientos de la vida pueden verse como exmenes finales que reve-lan la verdadera naturaleza de nuestro ser interior. Es en las decisiones que parecen no tener importancia que nuestro carcter se fortalece poco a poco. C. S. Lewis utiliz la imagen del centro del ser en cada uno de nosotros, que se forma y moldea segn nuestras decisiones:

    La gente muchas veces piensa en la moral cristiana como una transaccin en la que Dios dice: Si cumples con un montn de reglas te recompensar, y si no lo haces har lo contrario. No pienso que sea la mejor forma de verlo. Preferira decir que cada vez que uno toma una decisin est convirtiendo su centro, la parte de nosotros que decide, en algo un poco distinto de lo que era antes. Y tomando tu vida como un todo, con todas tus incontables decisiones, durante toda la vida vamos convirtien-do este centro en una criatura celestial o en una infernal: una criatura que est en armona con Dios y otras criaturas y con-sigo misma, o una que prevalece en estado de combate y odio hacia Dios y sus congneres, incluyndose a s misma. Ser de este primer tipo de criatura es un placer celestial, es decir, repre-senta gozo, paz, conocimiento y poder. Ser del otro tipo de criatura implica locura, horror, idiotez, ira, impotencia y eterna soledad. Cada uno de nosotros, en todo momento, va progre-sando hacia uno u otro de estos estados.7

    Las decisiones que tomamos hoy definen nuestro carcter. Y nues-tro carcter ir con nosotros a la eternidad. Por eso, tenemos que deci-dir con sabidura!

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  • CAPTULO 3

    Valores

    LA IMPORTANCIA DE LOS VALORES CONSISTENTES

    Los valores son esenciales para el liderazgo efectivo. Son verdades que no se negocian ni se debaten, y que motivan y dirigen nuestra con-ducta. Nos explican por qu hacemos las cosas y son elementos que eri-gen lmites alrededor de nuestra conducta. Los valores son aquellas cosas que consideramos importantes y que nos dan gua y direccin a pesar de nuestras emociones.

    Los autores que escriben sobre liderazgo prestan cada vez ms aten-cin a la importancia de los valores consistentes en la efectividad a largo plazo que pueda tener un lder.1 Las empresas, las organizaciones polti-cas y educativas, las iglesias, familias y personas se benefician al conocer y vivir segn sus valores centrales. En los negocios los valores centrales son los principios esenciales y perdurables de la organizacin, como conjun-to una gua conductora que no ha de confundirse con prcticas cultura-les u operativas especficas; y no han de negociarse o comprometerse en pos de la ganancia econmica o el provecho a corto plazo.2

    Jim Colins y Jerry Porras observan que todas las compaas visiona-rias que perduran en el tiempo tienen un conjunto de valores centrales que determinan la conducta del grupo.3

    El rey David describi la conducta motivada por los valores en el Salmo 15:1-5:

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  • EL LDER PERFECTO

    Quin, SEOR, puede habitar en tu santuario? Quin puede vivir en tu santo monte? Slo el de conducta intachable, que practica la justicia y de corazn dice la verdad; que no calum-nia con la lengua, que no le hace mal a su prjimo ni le acarrea desgracias a su vecino; que desprecia al que Dios reprueba, pero honra al que teme al SEOR; que cumple lo prometido aun-que salga perjudicado; que presta dinero sin nimo de lucro, y no acepta sobornos que afecten al inocente. El que as acta no caer jams.

    Observe que David dijo que quien disfruta de la presencia de Dios y vive una vida limpia es el que de corazn dice la verdad (v. 2). Como esta persona valora la verdad en su corazn, sus palabras expresan verdad. Porque valora la bondad no le hace mal a su prjimo (v. 3). Porque valora la sinceridad y la honestidad, cumple lo prometido aunque salga perjudicado (v. 4). Y porque valora la justicia no acepta sobornos que afecten al inocente (v. 5).

    Los lderes motivados por los valores cosechan un gran beneficio de parte del Seor. David dijo que no caer jams (v. 5) quien viva de este modo. No importa qu suceda alrededor de ellos, pueden vivir con ple-na confianza de que los principios correctos han dado forma a sus valo-res y guan sus decisiones. Esa confianza les dar estabilidad emocional y espiritual. Les dar la capacidad de ser lderes a los que Dios puede uti-lizar para su gloria.

    Piense qu valores motivan la conducta de la persona que descri-be el salmista. Al examinar su propia vida, qu valores ve que motivan su conducta? Muchos sostenemos determinados valores pero nuestras acciones no se ven gobernadas por aquello que decimos tener en alta estima. Quiz debemos empezar a preguntarnos qu valores queremos que motiven nuestra conducta. A menos que tengamos la intencin de hacerlo, nos conformaremos a los valores de los dems. No podemos tener un conjunto de valores para la oficina, otro para el hogar y otro dis-tinto para las actividades de la iglesia. Nuestro objetivo tiene que ser el de integrar por completo los valores cristianos a todas las esferas de nues-tra vida cotidiana.

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  • VALORES

    DIOS, FUENTE DE TODOS LOS VALORES

    Dios no rinde cuentas ante nadie y no hay autoridad superior a quien deba conformar su obrar. l mismo es el absoluto de toda verdad, belleza, bondad, amor y justicia. Su perfecto carcter es la esencia de lo que la Biblia llama justicia. En un universo sin Dios, lo que llamamos bueno no tendra referente supremo.

    Las estructuras y valores morales de Dios son parte del orden crea-do. La Biblia afirma que incluso quienes no han sido expuestos a la ley de Dios tienen dentro de s una conciencia, una ley moral (Romanos 2:14-16). Dios se revela no solo en la naturaleza sino tambin en el corazn humano. Nuestros corazones y conciencias revelan las huellas digitales de un Dios moral. C. S. Lewis utiliz la idea de una ley omnipresente y auto evidente como punto de partida para su clsico Mero cristianismo, algo que dio en llamar la Ley de la naturaleza o la Ley moral. Aos ms tarde, en La abolicin del hombre, lo llam simplemente el Tao que exis-te en todas las culturas y sociedades. Hay una moral sorprendentemente absoluta en la mayora de las culturas: la babilonia, la egipcia, la persa y la china. Ninguna de ellas, por ejemplo, honra la traicin o el egosmo, la cobarda o el engao. Estos estndares estn all porque Dios ha ubica-do su ley natural, su ley moral, en los corazones humanos. Y por mucho que lo intentemos, sencillamente no podemos negarlo.

    Lewis tambin dijo: A menos que permitamos que la realidad suprema sea moral, no podemos condenarla en lo moral.4 Con esto quiso decir que a menos que haya un parmetro pre acordado para lo verdadero, lo bello y lo bueno, no puede haber un parmetro absoluto para que pueda condenarse la mala conducta. Es decir, quienes utilizan la presencia del mal y el sufrimiento para denunciar a Dios en realidad apelan a Dios para condenar a Dios. De hecho, cuando la gente habla del mal en este mundo, est afirmando de manera implcita la existen-cia del Dios de la Biblia, porque si no hay Dios entonces la idea del mal es arbitraria. Lo que para una persona es comida, para otra sera vene-no, de modo figurativo. Aun nuestra idea del bien y el mal existe porque tenemos en mente la imagen de aquel que desde el principio determin cada categora.

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  • EL LDER PERFECTO

    Si nuestro mundo sigue rechazando la idea de los absolutos mora-les, no puede al mismo tiempo seguir denunciando la mala apropiacin del poder y la mala conducta de las personas ricas y poderosas. En un mundo que no reconoce a Dios como absoluto supremo, reinar el prag-matismo del propio provecho. El hecho de que la gente se sienta seduci-da por el poder y la riqueza no debiera sorprendernos. Lo que s debiera causar sorpresa en nosotros es que tal seduccin no sea ms generalizada de lo que vemos ya. El consejero cristiano Larry Hall dice:

    Mientras nuestra moral siga basada en nuestro orgullo huma-nstico, nos eludir la consistencia moral. Seguiremos siendo enredados ovillos de auto contradiccin, juzgando a otros de manera salvaje mientras exigimos con vehemencia que nadie nos juzgue. Olvidemos ese asunto de llegar a un consenso ti-co. No hay, prcticamente, consenso en una sociedad tan plura-lista como la nuestra. Quiz lo mximo que podamos alcanzar sea cierto sentido de lo polticamente correcto, pero, quin en su sano juicio podra querer algo as? Porque aun si el verdade-ro consenso fuera posible, la historia ha demostrado reiteradas veces que tal consenso puede ser muy inmoral. Cuando la tica se basa en el propio yo y en el orgullo, se pierde toda objetivi-dad. Las cosas ya no estarn bien o mal. En cambio, sern fac-tibles o poco prcticas, deseables o poco atractivas, posibles de llegar a un acuerdo o no negociables ... De hecho, los conceptos mismos de la virtud y el vicio pierden todo su significado.5

    Valores cristianos para personas cristianas Como seres humanos, corona de la creacin de Dios, debemos saber que Dios puso en la mente humana el sentido del tiempo (Eclesiasts 3:11). Como lderes cristianos hemos de buscar vivir segn los eternos valores de Dios de la verdad, la belleza, la bondad, el amor y la jus-ticia segn los presentan los registros bblicos. Si miramos al mundo para encontrar nuestros valores morales, nos confundirn los intereses del egocentrismo, el condicionamiento social y la tica que depende de

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  • VALORES

    las situaciones. Los valores de nuestra cultura son chatos y subjetivos, pero los estndares morales de las Escrituras reflejan el carcter absoluto e inmutable de Dios. xodo 20:1-17 nos brinda el ms claro resumen de los valores de Dios para su pueblo:

    Dios habl, y dio a conocer todos estos mandamientos: Yo soy el SEOR tu Dios. Yo te saqu de Egipto, del pas

    donde eras esclavo. No tengas otros dioses adems de m. No te hagas ningn dolo, ni nada que guarde semejanza

    con lo que hay arriba en el cielo, ni con lo que hay abajo en la tierra, ni con lo que hay en las aguas debajo de la tierra. No te inclines delante de ellos ni los adores. Yo, el SEOR tu Dios, soy un Dios celoso. Cuando los padres son malvados y me odian, yo castigo a sus hijos hasta la tercera y cuarta generacin. Por el contrario, cuando me aman y cumplen mis mandamientos, les muestro mi amor por mil generaciones.

    No pronuncies el nombre del SEOR tu Dios a la ligera. Yo, el SEOR, no tendr por inocente a quien se atreva a pro-nunciar mi nombre a la ligera.

    Acurdate del sbado, para consagrarlo. Trabaja seis das, y haz en ellos todo lo que tengas que hacer, pero el da sptimo ser un da de reposo para honrar al SEOR tu Dios. No hagas en ese da ningn trabajo, ni tampoco tu hijo, ni tu hija, ni tu esclavo, ni tu esclava, ni tus animales, ni tampoco los extran-jeros que vivan en tus ciudades. Acurdate de que en seis das hizo el SEOR los cielos y la tierra, el mar y todo lo que hay en ellos, y que descans el sptimo da. Por eso el SEOR bendijo y consagr el da de reposo.

    Honra a tu padre y a tu madre, para que disfrutes de una larga vida en la tierra que te da el SEOR tu Dios.

    No mates. No cometas adulterio. No robes. No des falso testimonio en contra de tu prjimo.

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  • EL LDER PERFECTO

    No codicies la casa de tu prjimo: No codicies su espo-sa, ni su esclavo, ni su esclava, ni su buey, ni su burro, ni nada que le pertenezca.

    La ley moral de Dios para su pueblo es una expresin de su propia perfeccin inmutable. En los Diez Mandamientos, Dios en realidad lla-ma al pueblo de su pacto a ser como l. Yo soy el SEOR, que los sac de la tierra de Egipto, para ser su Dios. Sean, pues, santos, porque yo soy santo (Levtico 11:45).

    Los Diez Mandamientos comienzan con una demostrada relacin con Dios y terminan refirindose a las relaciones entre las personas. En las Escrituras la justicia siempre se cumple dentro del contexto de las relaciones. De manera consistente se relaciona con la conducta de amor hacia Dios y el prjimo: El amor no perjudica al prjimo (Romanos 13:10). En efecto, toda la ley se resume en un solo mandamiento: "Ama a tu prjimo como a ti mismo" (Glatas 5:14).

    DE LA TEORA A LA PRCTICA

    Saber lo que hay que hacer es una cosa. Hacerlo de manera consistente es otra. Jess nos llam a ser perfectos as como nuestro Padre celes-tial es perfecto (Mateo 5:48), pero esto no puede lograrse separados del poder del Espritu Santo que nos habita. Larry Hall afirma: De hecho, lograr la virtud trascendental en tanto se niegue la trascendencia es tan absurdo e imposible como ahorcarse uno mismo tirando del cuello de la camisa que se lleva puesta.6 Solamente cuando vivimos por el Espritu tenemos poder para encarnar los valores bblicos y hacerlos realidad en nuestra propia vida. Los valores son algo interesante para discutir en el plano abstracto, pero muchas veces se presentan como obstculos cuan-do tenemos que tomar decisiones valiosas. Mantener los valores puede significar para un lder un precio muy alto que pagar. Entonces, cmo decidimos qu es lo que ms importa cuando sopesamos el costo y nues-tras convicciones en uno y otro plato de la balanza?

    El primer paso en el liderazgo efectivo implica la definicin de los valores centrales. Solo cuando se ha logrado esto tendr timn el barco

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  • V A L O R E S

    que hemos de dirigir. La visin, la misin, la estrategia y el resultado son difciles (si no imposibles) de definir si no estn claros los valores. Jess conoca esa verdad. En los inicios del proceso de formacin de su equipo de discpulos los oblig a confrontar este tema fundamental.

    Los prepar como lo registra Mateo 6:1-34. Jess concentr su lec-cin en los versculos 19-21:

    No acumulen para s tesoros en la tierra, donde la polilla y el xido destruyen, y donde los ladrones se meten a robar. Ms bien, acumulen para s tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el xido carcomen, ni los ladrones se meten a robar. Porque donde est tu tesoro, all estar tambin tu corazn.

    Jess urga a sus discpulos a concentrar sus valores en cosas que tuvieran beneficios eternos. Pero, cmo hacerlo mientras hay que ganar-se la vida, o dirigir una empresa con responsabilidad, dando empleo, ofreciendo productos, servicios y ganancias aqu en la tierra? Cmo acu-mular tesoros en el cielo al tiempo de hacer todo esto? Este pasaje pre-senta la esencia de la cuestin de los valores. Jess comienza esta porcin del Sermn del Monte diciendo: Cudense de no hacer sus obras de jus-ticia delante de la gente para llamar la atencin. Si actan as, su Padre que est en el cielo no les dar ninguna recompensa (Mateo 6:1). Esa es la idea, para quin trabajamos en realidad? De quin valoramos ms esa palmadita de aprobacin en la espalda? Quin define lo que de veras importa en nuestras vidas?

    En esencia, Jess les estaba diciendo a sus discpulos (y a nosotros) que el valor central, el valor primordial y eterno, se resume en una ni-ca pregunta: Agrada a Dios esto que estoy haciendo?Todos los dems valores estarn supeditados a este valor primordial. Cuando este valor es el que rige, los dems se alinearn con l. Mateo 6 se cuenta entre los captulos de la Biblia que ms obran para definir y dar forma a nuestra filosofa de vida y liderazgo. La meditacin y el tiempo dedicado al estu-dio de las palabras de Jess en este captulo tendrn un valor incalculable para nuestro rol de lderes.

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  • EL LDER PERFECTO

    PABLO, LUCHA ENTRE DOS ALTERNATIVAS

    Muchas veces sentimos la tentacin de racionalizar nuestras vidas de modo que sin importar qu hagamos, podamos convencernos de que todo est bien. Es como la historia de cuando se convoc al FBI a un pequeo pueblo para que investigaran el accionar de lo que pareca ser un francotirador. Se asombraron al encontrar que en diversos lugares del pueblo haba discos de tiro al blanco, con balas que haban impactado en el centro. Cuando por fin encontraron al que haba estado practicando su puntera le preguntaron cmo haba logrado tal precisin. La respues-ta fue sencilla: primero disparaba su bala y luego dibujaba alrededor los crculos concntricos para que quedara en el centro.7 Aunque fue bueno que este francotirador no hubiese causado dao real al disparar al azar no se honra a Dios con una perspectiva de vida tan al descuido. Dios nos ha llamado a vivir nuestras vidas con precisin y claridad de enfoque.

    El apstol Pablo se enfrentaba con dos deseos. Al buscar los valores centrales de lo que anhelaba, encontr una resolucin:

    Porque para m el vivir es Cristo y el morir es ganancia. Ahora bien, si seguir viviendo en este mundo representa para m un trabajo fructfero, qu escoger? No lo s! Me siento presiona-do por dos posibilidades: deseo partir y estar con Cristo, que es muchsimo mejor, pero por el bien de ustedes es preferible que yo permanezca en este mundo. (Filipenses 1:21-24)

    Es interesante ver que Pablo tiene una visin y filosofa correcta de la muerte, que da lugar a una filosofa correcta sobre la vida. Como Jess, l saba hacia dnde iba (ver Juan 13:1). Al conocer su destino ulterior era libre de comprender para quin y para qu viva. Y es que nuestras vidas son valiosas solo a la luz de nuestro destino ulterior. Estos aos bre-ves, efmeros, pueden ser aprovechados en pos de la eternidad. As que Pablo, escribiendo desde la prisin, entenda que no poda perder en la situacin en que estaba. Tanto si era ejecutado como si lo absolvan, sal-dra ganando.

    Fue con esto en mente que escribi: Convencido de esto, s que permanecer y continuar con todos ustedes para contribuir a su jubiloso

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  • VALORES

    avance en la fe. As, cuando yo vuelva, su satisfaccin en Cristo Jess abundar por causa ma (Filipenses 1:25-26). Al poder vincular sus deseos con sus valores, consigui tremenda fuerza de resolucin.

    La mayora de los lderes hoy tambin se enfrentan con la tensin creada por sistemas de valores y estructuras que compiten entre s. Ante la dificultad de las decisiones diarias, puede ser frustrante la tarea de dis-cernir entre los valores primarios y los secundarios. Hackman y Johnson, en su libro Leadership [Liderazgo], nos dan algunos detalles ms que pueden ayudarnos en este dilema.

    Ante todo hablan sobre lo que son los valores:

    Los valores estn en el centro de la identidad de una perso-na, grupo u organizacin. Los valores son conceptos o criterios relativamente perdurables sobre lo que consideramos impor-tante. [Muchos estudios de investigacin sugieren] que una cantidad de efectos positivos se derivan del acuerdo entre los valores personales y los valores ms preciados de la organizacin para la que trabajamos. El acuerdo entre los valores personales y los pertenecientes a la organizacin dan como resultado mayor identificacin personal con la organizacin, niveles superiores de satisfaccin en el empleo, mayor efectividad del equipo y tasas ms bajas de rotacin de empleados.8

    Luego los autores identifican dos tipos de valores: los terminales, aquellos que tratan con las metas de toda nuestra vida; y los instrumen-tales, aquellos que gobiernan las conductas que parten de los valores ter-minales. Entre su lista de dieciocho valores terminales figuran la libertad, el respeto por uno mismo, el amor maduro, la seguridad de la familia, la verdadera amistad, la sabidura, la igualdad y la salvacin. Algunos de los dieciocho valores instrumentales que enumeran incluyen amar a los dems, ser independiente, capaz, de mente abierta, sincero, responsable, ambicioso, dispuesto a perdonar, con dominio propio y coraje.

    Pablo inicia el pasaje de Filipenses 1 que mencionamos antes con una breve declaracin de visin: Porque para m el vivir es Cristo y el morir es ganancia (v. 21). Todos podramos beneficiarnos al escribir

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  • EL LDER PERFECTO

    una breve declaracin de visin para nuestras vidas. Esto puede hacerse sin dificultad. Sencillamente, aada sus valores personales a las listas que figuran aqu y luego ordene los valores en orden de importancia, segn sus prioridades. Los autores luego sugieren que examinemos con cui-dado la lista de nuestros valores terminales e instrumentales ms impor-tantes, buscando semejanzas, patrones y temas.9 Para concluir, declare su breve declaracin de visin a partir de lo que sus valores le presenten con claridad.

    Pablo luch con sus deseos hasta que logr clarificar qu era lo que valoraba. Hackman y Johnson respaldan el proceso de toma de decisin de Pablo al decirnos que las personas trabajamos mejor cuando enten-demos los valores acabadamente. Los lderes que quieren ser efectivos descubrirn que es esencial poder aclarar y comunicar los valores. Al organizar los valores terminales e instrumentales por orden de importan-cia y formar una breve declaracin de visin se puede evitar la perspecti-va de vida basada en el azar, similar a la tcnica de puntera que utilizaba el francotirador del ejemplo.

    VIVAMOS EN LA TIERRA DE NUESTRO PERIPLO

    Somos mortales. Todos lo somos. Nadie sabe cuntos das vivir en esta tierra. De hecho, este es uno de los temas ms comunes en las Escrituras: el peregrino, el forastero, el que est de viaje. El fallecido can-tante y compositor Rich Mullins entenda estas imgenes. Las letras de sus canciones mencionan con frecuencia el anhelo por el hogar, que tantas veces le mova a las lgrimas. En la cancin Tierra de mi peri-plo, escribi:

    Nadie te dice cuando naces aqu cunto llegars a amar este lugar, y cmo nunca pertenecers aqu. Te llamo entonces mi pas, y sentir soledad, anhelando mi hogar. Deseara poder llevarte all conmigo.10

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  • VALORES

    La tierra es un lugar al que no pertenecemos. Es meramente un lugar por el que viajamos, de camino a nuestro destino final. Nuestra ciudada-na es la del cielo. Por eso, nuestras aspiraciones ms altas debern tras-cender a cualquier cosa que pueda brindarnos este mundo. Claro que hay momentos agradables, pero tambin los hay dolorosos. Debemos cambiar nuestra forma de pensar para que, como el apstol Pablo, poda-mos afirmar que nuestros placeres temporales y nuestro sufrimiento pre-sente en nada se comparan ... con la gloria que habr de revelarse en nosotros (Romanos 8:18). Estas cosas solamente nos preparan para lo que ha de venir.

    Mientras crecemos y maduramos en las cosas de Dios podemos llegar al lugar en que nuestro anhelo por nuestro verdadero hogar gobierne la forma en que vivimos aqu, en nuestro hogar temporal. Es posible sopor-tar grandes pruebas y sufrimientos, cuando sabemos que son solo tem-porarios y que nos estn llevando a algo mucho ms grande. Tambin, es de este modo que llegamos a ver lo precioso que es nuestro tiempo aqu, y lo tonto que es desperdiciarlo matndonos trabajando o pasn-donos el da cambiando canales de televisin! Qu terrible sera llegar al final de la vida y darnos cuenta de que estuvimos demasiado ocupados o preocupados como para vivir de verdad! Mientras estamos aqu tenemos oportunidad de cultivar relaciones y catalogar experiencias y compar-tir el evangelio y servir a las personas necesitadas. Nuestro aburrimiento seguro revela ms de nosotros que del Dios que pone tantas y tan mara-villosas oportunidades en nuestro camino.

    El tema central de los valores se resume en lo que Jess llam el pri-mer y ms grande mandamiento: Ama al Seor tu Dios con todo tu corazn, con toda tu alma y con toda tu mente (Mateo 22:37). Este es el valor de valores. Es el prisma a travs del cual han de brillar todos los dems valores, el filtro para todas las decisiones de la vida, de donde pro-vienen las soluciones a los problemas. Hasta tanto aprendamos a amar a Dios como debemos, todo lo que hayamos aprendido ser solo un ejer-cicio acadmico.

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  • CAPTULO 4

    Propsito y pasin

    NO PUEDE DEJAR DE VERLO!

    Doble a la derecha despus de las vas del ferrocarril. No puede dejar de verlo. Los habitantes de cada localidad suelen dar instrucciones un tan-

    to extraas a los conductores perdidos. Es porque suponen muchas cosas de antemano. Pase por la granja de Johnson donde antes haba un alma-cn. Olvidan que hay un cruce en la ruta, o que hay un cartel con sea-les de trnsito. No podr dejar de verlo, insisten. El problema es que aunque ellos no puedan dejar de verlo, nosotros muchas veces pasamos por alto los hitos que les son tan familiares. Y despus de desviarnos unos treinta o cuarenta kilmetros, tenemos que volver atrs, llegar de nuevo a la interseccin, y preguntarle a alguien ms.

    A veces vamos por la vida pensando que no podremos pasar por alto las cosas. Ser muy obvio el lugar donde tengamos que girar. No habr duda de hacia dnde ir en el prximo cruce. Pero, cuntas veces descu-brimos, con desazn, que nos perdimos y que debiramos haber girado hace ya unos treinta kilmetros?

    Hay una vieja historia sobre un piloto comercial que se dirigi por altavoz a los pasajeros, diciendo: Seores y seoras, tengo noticias bue-nas y noticias malas. La noticia buena es que tenemos viento de cola y llegaremos antes de lo previsto. La noticia mala es que se ha descompues-to nuestro sistema de navegacin, por lo cual no tenemos idea de dn-de estamos ahora. Quiz esta sea una analoga adecuada para muchos.

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  • EL LDER PERFECTO

    Porque vamos rpido, a buena velocidad, por un camino que no nos lleva a ninguna parte. Vamos por el carril rpido pero no sabemos bien a dnde nos llevar. Cuando por fin llegamos al lugar al que durante tantos aos venamos dirigindonos, vemos que no es en realidad don-de queramos estar. Entonces saltamos de all, y nos ubicamos en otra de esas cintas caminadoras, que tambin con el tiempo nos llevar a la des-ilusin. Hasta dnde tendremos que avanzar antes de dar la vuelta, vol-ver a la interseccin y pedir instrucciones otra vez?

    Un conocido poema de Thomas S. Jones Jr. lo dice as:

    Cruzando los campos del ayer, a veces l viene a m, un nio que vuelve de jugar. El nio que sola ser.

    Que sonre con tristeza, al entrar de cuclillas en mi interior. Me pregunto si espera poder ver, al hombre que podra haber llegado ser.1

    Es interesante volver a los das de la juventud idealista, recordando aquellas cosas que esperbamos con ansias, como el tipo de persona que queramos llegar a ser. Aunque tambin estos recuerdos pueden causar depresin. Porque nos preguntamos adnde se han ido los aos, y qu pas con todos nuestros sueos y metas. Habremos tomado el camino equivocado al llegar a alguna de las intersecciones? Es demasiado tarde como para rectificar un error de criterio?

    Como seguidores de Jess, decimos que la respuesta es: No! Nunca es demasiado tarde. Siempre tenemos la oportunidad de dar la vuelta y tomar el camino correcto. Nuestra fuente de direccin es mucho ms grande que la de las personas que dicen: No puede dejar de verlo. Hay una fuente que s puede decirnos de qu trata la vida en realidad. Est en las pginas de las Escrituras, en particular en la literatura sapiencial, don-de encontramos instrucciones, no para que vivamos y aprendamos, sino para que aprendamos y vivamos.

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  • PROPSITO Y PASIN

    La promesa de la vida vivida con plena capacidad se presenta a todo quien atiende al consejo y acepta la correccin (Proverbios 19:20). En su Manual del Propietario, Dios ha revelado verdades acerca de la vida. La Biblia es un manual, un plano de vida, el cimiento para una vida bien construida, el mapa para transitar el laberinto de confusiones que a veces parecemos encontrar da a da ante nuestros ojos. Hay propsito y significado, claridad y plenitud en esta vida. Pero solamente podremos encontrar esto si navegamos segn la sabidura que contiene la palabra de Dios.

    EL GRAN PROPSITO DE UN GRAN DIOS

    Revelan las Escrituras la intencin de Dios cuando cre a los seres humanos a su imagen y semejanza? Si es as, cmo podemos des-cubrir la profunda pasin de Dios y ser partcipes de ella? Antes de pro-

    fundizar, reconozcamos que aunque Dios expresara de manera explcita por qu hace lo que hace, no podramos entenderlo de todos modos.

    En El libro de las coincidencias su autor John Martineau, especialis-ta en geometra, revela los exquisitos patrones de las rbitas de los plane-tas y la relacin matemtica que los rige. A travs del movimiento de la luna, Venus, Marte y Mercurio, se evidencia que la Tierra es especial en mucho ms que su distancia correcta del sol.2 Al observar los cielos nos damos cuenta de que ni siquiera tenemos idea de lo complejo que ha de ser el diseador de todo esto. No hay nada en el universo que est libra-do al azar.

    Entonces, no ha de extraarnos que este magnfico diseador nos diga: Porque mis pensamientos no son los de ustedes, ni sus caminos son los mos ... Mis caminos y mis pensamientos son ms altos que los de ustedes; ms altos que los cielos sobre la tierra! (Isaas 55:8-9). Otro de los pasajes de las Escrituras que debemos tener presente siempre es 1 Corintios 13:12: Ahora vemos de manera indirecta y velada, como en un espejo; pero entonces veremos cara a cara. Ahora conozco de manera imperfecta, pero entonces conocer tal y como soy conocido.

    Estos pasajes destacan la inmensa brecha de conocimiento que hay entre las intenciones de Dios y lo que nosotros conocemos acerca de

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  • EL LDER PERFECTO

    ellas. La diferencia bsica entre Dios y los seres humanos es mucho ms grande que aquella que hay entre los ngeles y los insectos.

    No tenemos, sencillamente, capacidad para comprender los prop-sitos de Dios al crear y sostener el cosmos. Las Escrituras, sin embargo, nos revelan fragmentos de los propsitos de Dios que tienen relacin con nuestras vidas en este mundo . Uno de esos fragmentos se halla en las palabras del apstol Pablo en Efesios 3:2-11. Aqu obtenemos una pers-pectiva del propsito y la pasin del Dios de la creacin:

    Sin duda se han enterado del plan de la gracia de Dios que l me encomend para ustedes, es decir, el misterio que me dio a conocer por revelacin, como ya les escrib brevemente. Al leer esto, podrn darse cuenta de que comprendo el miste-rio de Cristo. Ese misterio, que en otras generaciones no se les dio a conocer a los seres humanos, ahora se les ha revelado por el Espritu a los santos apstoles y profetas de Dios; es decir, que los gentiles son, junto con Israel, beneficiarios de la misma herencia, miembros de un mismo cuerpo y participantes igual-mente de la promesa en Cristo Jess mediante el evangelio. De este evangelio llegu a ser servidor como regalo que Dios, por su gracia, me dio conforme a su poder eficaz. Aunque soy el ms insignificante de todos los santos, recib esta gracia de pre-dicar a las naciones las incalculables riquezas de Cristo, y de hacer entender a todos la realizacin del plan de Dios, el miste-rio que desde los tiempos eternos se mantuvo oculto en Dios, Creador de todas las cosas. El fin de todo esto es que la sabidu-ra de Dios, en toda su diversidad, se d a conocer ahora, por medio de la iglesia, a los poderes y autoridades en las regiones celestiales, conforme a su eterno propsito realizado en Cristo Jess nuestro Seor.

    Los eternos propsitos de Dios reflejan su perfecta y eterna sabidu-ra, y l ha diseado el m u n d o de modo que estemos ms felices cuando l es glorificado en nuestras vidas. Por razones que nos son incompren-sibles, Dios tiene pasin por la intimidad con su pueblo y participamos

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  • PROPSITO Y PASIN

    en sus eternos propsitos cuando le buscamos con todo el corazn. A veces leemos apenas una afirmacin como esta que acabo de mencio-nar, y no llegamos a sentir el impacto, la fuerza: Dios tiene pasin por la intimidad con su pueblo. Michael Card, cantante y compositor, lo dijo en trminos fundamentales al cantar: Puede ser que prefirieras morir en lugar de vivir