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Katia & Marielle Labèque 17 OCT. 20:00 H CONCIERTO_05 I 2019

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Page 1: Katia & Marielle Labèquey que recupera, por un lado, justamente aquella veta melódica, y por otro el placer de dos personas de tocar juntas. La obra es profundamente bella y melancólica,

Katia & Marielle Labèque

17 OCT. 20:00 H

CONCIERTO_05 I 2019

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KATIA & MARIELLE LABÈQUEPIANISTASKatia LabèqueMarielle Labèque

PERCUSIONISTASGonzalo GrauRaphaël Séguinier

AUDIENCIA+8

DURACIÓN106 min.

Maurice RavelMa mère l’Oye (Mi madre, la oca). Versión original para cuatro manos y un piano.-Pavane de la Belle au bois dormant (Pavana de la Bella Durmiente)-Petit Poucet (Pulgarcito)-Laideronnette, Imperatrice des Pagodes (Feúcha, emperatriz de las pagodas)-Les entretiens de la belle et de la bête (Conversación de la Bella y la Bestia)-Le jardin féerique (El jardín de las hadas)

Philip GlassCuatro movimientos para dos pianos

INTERMEDIO (20 MIN.)

Leonard BernsteinWest Side Story (arreglo para dos pianos y percusión de Irwing Kostal)-Prologue-Jet Song-Something’s Coming-Rock Blues-Mambo-Cha Cha-Maria-America-Cool-One Hand, One Heart-I Feel Pretty-Tonight-Somewhere-A boy like that-I Have a Love-The Rumble-Finale

MEDIOS ASOCIADOS

COLABORAN

PRESENTAN

PATROCINA

Katia & Marielle Labèque son presentadas en disposición junto a Elisa Wagner/ICP Corp.

[email protected]

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“Cada año, como Fundación buscamos presentar una programación de excelencia, que pueda atraer a un público cada vez más amplio y diverso. Con este concierto buscamos que más personas se encanten con la música, especialmente con el piano, y puedan ver por primera vez en Chile a las destacadas solistas Katia y Marielle Labèque, quienes se han presentado con reconocidas orquestas y directores de todo el mundo, entre ellos la Filarmónica de Berlín y Sir Simon Rattle. Además, y con nuestro objetivo de profundizar en las experiencias artísticas, ofrecemos un ensayo abierto para que muchas más personas puedan presenciar el trabajo de estas pianistas y conversar con ellas, conociendo más sobre sus respectivas trayectorias y experiencia en el piano”.

Francisca Florenzano, Directora Ejecutiva de Fundación CorpArtes.

EL PIANO A CUATRO MANOS

El compositor y pianista estadounidense Louis Moreau Gottschalk viajó por América Latina en la década de 1860, organizando conciertos masivos con hasta doce pianos y decenas de pianistas. ¿Cuántas manos pueden caber en un piano? Esa era la pregunta clave de la prensa. Las combinaciones múltiples eran impensadas: ¿dos pianos a un mismo tiempo? ¿Dos pianistas en un piano? ¿Cuatro manos, ocho manos, dieciséis manos? Hay algo en el piano, como enorme máquina de música, que converge a un tiempo, intimidad y espectáculo, y es allí donde comenzó a instalarse el extraño

género de las múltiples manos y múltiples pianos. Y es que hay tantas posibilidades: desde la duplicación inesperada de sonidos en dos pianos, hasta el cruce de manos, pies y miradas en cuatro manos ante un mismo piano.

La combinación de múltiples instrumentos o manos, al menos hasta el siglo XVIII, era una total rareza: es casi imposible encontrar algo antes de los conciertos para varios clavecines (dos, tres y cuatro) de Johann Sebastian Bach. Pero hacia 1800, con el auge de un mercado para el piano en el hogar, comenzaron a aparecer cada vez más obras para cuatro manos, así como para dos pianos. Mozart, por ejemplo, tocó así con su hermana (dejando varias piezas) y ya Schubert hace de este repertorio una parte clave de su obra musical. El deseo de tocar música sinfónica en el hogar, antes de la grabación, llevó a versiones para cuatro manos de muchas obras originalmente compuestas para orquesta. Liszt, por ejemplo, hizo varios de estos arreglos populares (incluyendo uno del Ave Verum de Mozart), que siguieron siendo clave de la música de salón por muchas décadas.

Mozart y su hermana Maria Anna interpretando el piano a cuatro manos, en un retrato familiar de 1780.

25 OCTJOYCE DIDONATO: IN WAR & PEACEMezzosoprano

15 NOVSIR JOHN ELIOT GARDINERLos Solistas Barrocos Ingleses & el Coro de Monteverdi

26 OCTORQUESTA IL POMO D’OROConcierto familiar barroco

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MA MÈRE L’OYE

Una de las obras más importantes escritas y concebidas originalmente para dos pianos, es la suite de la Mamá ganso, en cinco movimientos, compuesta y publicada en 1910. Para entonces, Ravel había ya alcanzado bastan-te reputación en Francia, con obras como su Cuarteto de cuerdas, la popular Pavana, y la profunda expresión de Miroirs y Gaspard de la nuit. El grueso de su obra, hasta entonces, estaba enfocada en el piano, pero había comenzado a explorar también versiones orquestales de su música de piano. Es en ese contexto en que aparece Ma mère, donde el piano a cuatro manos prácticamente parece un boceto de lo que sería un sonido orquestal (un año más tarde, Ravel orquestaría la obra y luego la convertiría en ballet).

Mucha música para cuatro manos tiene un enfoque pe-dagógico y este también es el caso. Escrita para los hijos de la familia Godebski, entonces de seis y siete años de edad, la obra mezcla una cierta facilidad técnica (pieza “infantil” dice el título), con una abundante complejidad melódica y armónica. Los títulos hacen referencias a dis-tintos cuentos populares de la época, incluyendo La bella durmiente (piezas 1 y 4), Pulgarcito (pieza 2), La empe-ratriz de las Pagodas (pieza 3) y finalmente un cierre llamado El jardín de hadas, que parece más bien retomar la idea general de los cuentos y ese universo de fantasía, tan central para la infancia, pero con tantas posibilidades para la expresión de un artista como Ravel.

Traje de Drésa para el ballet Ma mère l’Oye, adaptado por Ravel a partir de su versión para dos pianos

Ma mère l’Oye (Mi madre, la oca). Versión original para cuatro manos y un piano.

Maurice Ravel

Francia

PHILIP GLASS: CUATRO MOVIMIENTOS PARA DOS PIANOS

Philip Glass es, sin lugar a dudas, uno de los compositores claves de la segunda mitad del siglo XX, clave en la definición de lo que se llegó a llamar “minimalismo musical” o la tendencia a escribir música con estructuras evidentemente repetitivas. Lo que separa a Glass de otros artistas de este movimiento, en parte, es su interés tanto en otras formas de arte (la ópera, el cine, la danza, el teatro, las artes visuales), como también por conservar modalidades melódicas y armónicas que se acercan tanto a la música popular como a la música clásica del pasado. Como pianista y tecladista, la obra para piano ha tenido siempre un lugar importante en su música: el piano cumple un rol clave tanto en sus primeras composiciones, como también en su música para cine (por ejemplo, en The Truman Show). Mucha de su música también ha sido adaptada desde otras formaciones para piano solo.

En las últimas dos décadas Glass ha dialogado con fuerza con el pasado y, en particular -como el mismo señala-, con la música de Franz Schubert. De hecho, ya hay bastante de Schubert en una de sus obras más importantes del último periodo, Songs and Poems for Solo Cello (2007), pero quizás aún más en la obra que abre una nueva etapa de su creación: Four movements for Two Pianos (2008), escrita para el Klavier-Festival Ruhr, y que recupera, por un lado, justamente aquella veta melódica, y por otro el placer de dos personas de tocar juntas. La obra es profundamente bella y melancólica, y la intensa repetición que era central a su música anterior tiene aquí aristas insospechadas, de construcción íntima y, muchas veces, claramente romántica.

Cuatro movimientos para dos pianos

Philip Glass

Estados Unidos

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WEST SIDE STORY

West Side Story debe ser la más célebre de las obras escritas por Leonard Bernstein. En su centenario, es po-sible discutir si realmente es la más importante o la más personal, pero lo cierto es que ninguna alcanzó el nivel de sofisticación y popularidad transversal, gusto de críti-cos, profesionales y el público. Lo cierto, también, es que en buena parte el éxito de la obra está dada no solo por el indiscutible talento de Bernstein, quien dio forma a esa moderna relectura de Romeo y Julieta, sino también por el de Irwin Kostal. Menos conocido, Kostal fue orquesta-dor fundamental para muchos musicales, incluyendo The Sound of Music y West Side Story, además de la música para el filme Mary Poppins.

Por su cercanía con la partitura original, así como su talento innegable para hacer arreglos de todo tipo, es que Leonard Bernstein le pidió a Kostal trabajar una versión para las hermanas Labèque, la única autorizada y aprobada por el compositor mismo. En 17 movimientos es una condensación de aquella magna obra, pero con varias singularidades. Por un lado, sin voces ni letras, y centrada en el sonido del piano, esta versión nos permite oír cuán moderno es realmente el lenguaje de Bernstein, la osadía detrás de muchas decisiones musicales. Por otro, la inclusión radical de percusiones permite también escuchar esta obra sin perder lo que la volvió un éxito desde un principio: su incuestionable color y ritmo.

Primer elenco del musical West Side Story en Broadway, el cual luego sería adaptado para las hermanas Labèque a su versión para dos pianos y percusión.

West Side Story

Leonard Bernstein

Estados Unidos

Leonard Bernstein, uno de los más destacados

e influyentes músicos del siglo XX nació en

Massachusetts; era hijo de ucranianos asentados

allí. Judío – su mentor Serguéi Kusevitski le

sugirió que cambiara su nombre para ayudar

a suavizar su carrera -, casado con la chilena

Felicia Cohn Montealegre, padre de tres hijos, fue

el primer director de orquesta nacido en Estados

Unidos en ocupar el podio en la Filarmónica de

Nueva York y el primer director de orquesta

formado en Estados Unidos que tuvo una

carrera internacional. Bernstein fue un músico

abrumadoramente dotado, versátil y definidor

de la Era, un experto pianista, educador, autor y

compositor de partituras que incluyen entre varias

otras su famosa West Side Story, que desafían el

género. Entre las numerosas actividades creativas

de Bernstein está su serie televisiva, sus Norton

Lectures en Harvard y su tutoría de directores

en Tanglewood. Sin abandonar su minuciosa

recuperación de Gustav Mahler, puso a dialogar

la herencia clásica europea con las músicas

intrínsecamente americanas, como el jazz de

los afroamericano y el folklore de los hispanos.

Arthur Rubinstein lo definió como “el mejor

pianista entre los directores, el mejor director

entre los compositores y el mejor compositor

entre los pianistas”.

Pero también Lenny era un activista de

“radicalismo chic” bastando recordar la fiesta que

con Felicia realizaron en su dúplex de la Cuarta

Avenida, para recaudar fondos para Los Panteras

Negras a la que acudieron representantes de la

Organización Revolucionaria Afroamericana y la

flora y nata de la sociedad neoyorkina.

Bernstein era amado por el público y odiado por

los críticos, habiéndose desvanecido esto último

después de su fallecimiento. El año 1957 el Times

escribía: “a los 38 años Berstein debe decirse que

sus talentos hasta ahora han producido una gran

emoción, pero no grandes obras” y el año 1960 el

crítico Harold C. Shemberg, en el New York Times,

lo calificaba de “ligero y diletante”.

El año 1989, en sus últimos días y a pesar de

su delicada salud, viajó a Berlín inmediatamente

después de la caída del muro para dirigir en la

Puerta de Brandenburgo la emblemática Novena

sinfonía de Ludwig van Beethoven, célebre por la

Oda a la alegría, poema de Schiller que aparece

en el último movimiento y en el que el director

decidió cambiar la palabra alegría (Freude) por

libertad (Freiheit), considerando que la hermandad

sólo se puede dar en libertad y “a Beethoven no le

hubiera importado”.

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KATIA Y MARIELLE LABÈQUE

Las hermanas Labèque son reconocidas por la sincronía y energía de su conjunto. Comenzaron a tocar piano a temprana edad y lograron la fama internacional con su interpretación contemporánea de Rapsodia en azul, de George Gershwin. Desde entonces han desarrollado una carrera impresionante con actuaciones en todo el mundo, tocando junto a prestigiosas orquestas, como la Sinfónica de Londres y las Filarmónicas de Berlín, Los Ángeles, Viena, entre otras. Además, se han presentado en importantes salas internacionales, como el Carnegie Hall y La Scala de Milán, y han tocado bajo la batuta de destacados directores de orquesta como Gustavo Dudamel, Sir Colin Davis, Zubin Mehta, Sir Simon Rattle, entre otros.

También se han presentado con destacados conjuntos de música barroca

como Los Solistas Barrocos Ingleses, junto a Sir John Eliot Gardiner, Il Giardino Armónico junto a Giovanni Antonini, Musica Antica con Reinchard Goebel, Venice Baroque con Andrea Marcon e Il Pomo d’Oro junto a Maxim Emelyanichev. Además, realizaron giras con la agrupación The Age of Enlightenment y Sir Simon Rattle.

Katia y Marielle han tenido el privilegio de trabajar con muchos compositores, incluidos Thomas Adès, Louis Andriessen, Luciano Berio, Pierre Boulez, Bryce Dessner, Philip Glass, Osvaldo Golijov, György Ligeti, Nico Muhly y Olivier Messiaen. En el Walt Disney Concert Hall en Los Ángeles presentaron el estreno mundial del nuevo Concierto de Philip Glass con la Orquesta Filarmónica de Los Ángeles bajo la dirección de Gustavo Dudamel.

Piano“El mejor dúo de piano frente a una audiencia de hoy”(The New York Times)

GONZALO GRAU

Comenzó sus estudios musicales a los tres años en Caracas, adquiriendo habilidades en variados instrumentos, desde la viola da gamba y el violonchelo hasta el cajón flamenco y el piano.

Durante su carrera se ha presentado con proyectos musicales venezolanos como Maroa, Schola Cantorum de Venezuela, Camerata de Caracas y la Orquesta Juvenil Nacional Simón Bolívar, y también junto al ícono del jazz Maria Schneider. Como director musical lidera dos proyectos propios: Plural y La clave secreta, este último nominado a los Grammy 2008 en la categoría Mejor Álbum Tropical.

PERCUSIONISTAS

RAPHAËL SÉGUINIER

A lo largo de su carrera internacional, Raphaël Séguinier ha desarrollado un estilo personal que lo ha llevado a tocar junto a músicos y agrupaciones como Rufus Wainwright, Saul Williams, Micky Green, Hindi Zahra, Chocolate Genius, Matt Elliott, Émilie Simon, Katia y Marielle Labèque, Justin Vernon (Bon Iver), y Aaron y Bryce Dessner (The National). También se ha presentado junto a reconocidas orquestas y directores de todo el mundo, entre ellas la Filarmónica de Berlín con Sir Simon Rattle, Brucner Orchester Linz con Dennis Russel Davis y la Orquesta Sinfónica de Sídney.

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