kantor lo joven[2]

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1 Divinos Tesoros / por Débora Kantor “LO JOVEN”… afueradentro de la escuela (1) La escuela media busca otros rostros para ella misma y busca encontrar a los alumnos encontrando a los jóvenes. La búsqueda se traduce en oferta, la oferta en dispositivo: tiempos y espacios extraescolares que brindan a los alumnos otras alternativas de actividad y de socialidad. Espacios para jóvenes, que se proponen complementar, atenuar, discutir o transformar la propuesta escolar prevista para aquello que tienen -o se espera que tengan- en tanto alumnos, que se revela incapaz de atrapar lo joven. Son pensados como lugares para dar lugar, para que algo tenga lugar en ellos y a partir de ellos. A través de estos dispositivos (clubes, centros, talleres, etc.) la escuela se interpela a si misma, o es interpelada desde diversas instancias del gobierno del sistema, respecto de un asunto en que se reconoce y se la reconoce ineficaz o insuficiente: considerar lo joven, darle entrada, dejar que se exprese. El movimiento genera una particular dinámica interioridad – exterioridad: los dispositivos constituyen una suerte de afuera (de la escuela) que se genera adentro (de ella misma). Una zona protegida diseñada para el aterrizaje y el despegue de lo(s) joven(es). Un gesto de albergue y de control mediante el cual la escuela los protege y/o se protege. De acuerdo a ello, ¿cómo y dónde tiene lugar lo joven en la escuela? Afuera pero adentro, adentro pero afuera. Adoptamos por ello la expresión afueradentro para designar a estos espacios o dispositivos extraescolares que se instalan dentro la escuela. Es auspicioso que la escuela pueda revisar sus propios límites y ampliar su oferta. Sin embargo, parece necesario indagar acerca de los significados que adquieren los dispositivos o mejor dicho: los significados que conlleva cierto modo de pensar la escuela en relación con sus alumnos -que son jóvenes- y con lo joven de los alumnos. Una primera connotación inquietante: el refuerzo de la idea de que la escuela está para otra cosa, pero sabe que sin convocar lo juvenil está perdida. Gracias a ciertos dispositivos, lo joven, que según suele reconocerse está afuera (en la calle, en la vida, pero a duras penas en la escuela) puede desplegarse ahora en esa suerte de afuera que se genera adentro. Entonces… adentro: alumnos; afueradentro: jóvenes. Adentro: los jóvenes en tanto alumnos, y un dispositivo (escolar) que suele omitir lo juvenil o que no puede con ello/s; afueradentro: los alumnos en tanto jóvenes, y un dispositivo (extraescolar) que a menudo requiere omitir la “alumnidad” para desarrollarse. Adentro: el derecho a la educación; una reivindicación o un logro histórico. Afueradentro: el derecho a expresarse, a elegir, a divertirse, a participar; una innovación.

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Divinos Tesoros / por Dbora Kantor

LO JOVEN afueradentro de la escuela (1)

La escuela media busca otros rostros para ella misma y busca encontrar a los alumnos encontrando a los jvenes. La bsqueda se traduce en oferta, la oferta en dispositivo: tiempos y espacios extraescolares que brindan a los alumnos otras alternativas de actividad y de socialidad. Espacios para jvenes, que se proponen complementar, atenuar, discutir o transformar la propuesta escolar prevista para aquello que tienen -o se espera que tengan- en tanto alumnos, que se revela incapaz de atrapar lo joven. Son pensados como lugares para dar lugar, para que algo tenga lugar en ellos y a partir de ellos.

A travs de estos dispositivos (clubes, centros, talleres, etc.) la escuela se interpela a si misma, o es interpelada desde diversas instancias del gobierno del sistema, respecto de un asunto en que se reconoce y se la reconoce ineficaz o insuficiente: considerar lo joven, darle entrada, dejar que se exprese.

El movimiento genera una particular dinmica interioridad exterioridad: los dispositivos constituyen una suerte de afuera (de la escuela) que se genera adentro (de ella misma). Una zona protegida diseada para el aterrizaje y el despegue de lo(s) joven(es). Un gesto de albergue y de control mediante el cual la escuela los protege y/o se protege.

De acuerdo a ello, cmo y dnde tiene lugar lo joven en la escuela? Afuera pero adentro, adentro pero afuera. Adoptamos por ello la expresin afueradentro para designar a estos espacios o dispositivos extraescolares que se instalan dentro la escuela.

Es auspicioso que la escuela pueda revisar sus propios lmites y ampliar su oferta. Sin embargo, parece necesario indagar acerca de los significados que adquieren los dispositivos o mejor dicho: los significados que conlleva cierto modo de pensar la escuela en relacin con sus alumnos -que son jvenes- y con lo joven de los alumnos.

Una primera connotacin inquietante: el refuerzo de la idea de que la escuela est para otra cosa, pero sabe que sin convocar lo juvenil est perdida.

Gracias a ciertos dispositivos, lo joven, que segn suele reconocerse est afuera (en la calle, en la vida, pero a duras penas en la escuela) puede desplegarse ahora en esa suerte de afuera que se genera adentro. Entonces adentro: alumnos; afueradentro: jvenes. Adentro: los jvenes en tanto alumnos, y un dispositivo (escolar) que suele omitir lo juvenil o que no puede con ello/s; afueradentro: los alumnos en tanto jvenes, y un dispositivo (extraescolar) que a menudo requiere omitir la alumnidad para desarrollarse. Adentro: el derecho a la educacin; una reivindicacin o un logro histrico. Afueradentro: el derecho a expresarse, a elegir, a divertirse, a participar; una innovacin.

Una segunda nota inquietante: la imagen del afueradentro como reducto de escucha y de respeto, ajeno para y respecto de un adentro cuyas caractersticas tornan necesaria la existencia de ese espacio y, por eso mismo, lo mantienen externo.

Por lo general, la consideracin y la inclusin de lo joven ocurre va programas especiales. Reparemos en esto: aquello que define la condicin de los sujetos / alumnos se aborda a travs de programas, proyectos, lneas de accin. Pareciera que no se trata de algo que son, sino de algo que les pasa. Tal vez por eso, de manera general, los dispositivos jvenes no logran alterar la relacin de extranjeridad que la escuela establece con ellos/as.

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La escuela y los adultos seremos hospitalarios para los alumnos en la medida en que se nos haga posible dejar de percibir a los jvenes como extraos, enemigos o extranjeros a albergar (por motivos estratgicos, por gracia concedida o por necesidad de autopreservacin), para definir nuestro sentido y nuestra funcin asumiendo que lo joven es el dato y la condicin, no una fatalidad epocal ni una variable a controlar. De otro modo, la pretendida hospitalidad de los nuevos dispositivos escolares podra quedar diluida o asociada a la gestin y la burocratizacin de la presencia de lo joven en la escuela. En ese caso, centros, clubes y talleres contribuiran paradjicamente a afirmar la dicotoma: afueradentro, hospitalidad; adentro, hostilidad.

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Los nuevos dispositivos juveniles a menudo transforman el contraturno, abren las puertas de la escuela el fin de semana, promueven algunos cambios en los climas y los vnculos, fortalecen sentimientos de pertenencia, ponen de manifiesto que bajo ciertas condiciones los alumnos se involucran y se interesan, y los docentes tambin; pero difcilmente conmueven lo que ocurre en las aulas, en la escuela de todos los das.

Es que no puede permear lo que no se halla implicado, y lo que se adosa no necesariamente se incorpora. Ms all de lo que postulemos como propsito (de los programas, de las actividades), si la operacin que prevalece es la de adosar no podemos esperar que de ella surja la necesidad y la oportunidad para repensar integralmente la escuela. La escuela podr engordar pero no por ello estar mejor alimentada; asigna tiempos, resigna espacios, designa docentes, pero no necesariamente se resignifica. Queda claro que el afueradentro permite ensayos y construcciones que el adentro desconoce, subestima u obtura. Algo indudablemente cambia y algo permanece intacto, el problema es si lo que permanece intacto es lo que se pretende cambiar.

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El valor que estos espacios tienen para adolescentes y jvenes, sobre todo para aquellos que no tienen otras oportunidades de acceso a ciertas actividades y experiencias, no impide sealar el riesgo de terminar legitimando que sus intereses caben afueradentro y siguen sin ser considerados adentro. O que la escuela los contempla ofreciendo para ello espacios ad hoc y tiempos optativos; que la participacin, el protagonismo, los nuevos horizontes y la expresin genuina se ofrecen, se deben buscar y se pueden encontrar por fuera de la enseanza y el aprendizaje de las materias. Legitimar, en definitiva, que aquello que se considera lo joven permanezca escindido de lo estrictamente escolar, lo obligatorio, lo que desde siempre y tambin ahora se ofrece y se exige todos los das a todos los alumnos, se evala, se califica y define la promocin.

(1) Algunos de estos fragmentos han sido extrados de KANTOR, Debora (2008), Variaciones para educar adolescentes y jvenes, captulo 5, Buenos Aires, Del estante editorial. Consulte el sitio del CEM: http://www.cemfundacion.org.ar/home.asp