juego y tecnología

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Juegos tradicionales vs juegos tecnológicos Publicado el 2 diciembre 2013 por abremundos Llama mucho la atención ver como la tecnología ha entrado en nuestras vidas y cómo tristemente está cambiando nuestras tradiciones. En éste caso se presenta el tema de los juegos, sobre cómo han ido irrumpiendo incluso en la vida de los niños más pequeños. Ya no nos sorprende ver a un bebé jugando con el celular de su papá. Los niños a edades más tempranas están demandando juguetes tecnológicos; ¿Cómo es el caso de los videojuegos? ¿Dónde quedaron los trompos, las canicas o las escondidas? Las formas de jugar están cambiando y se está transformando la educación de los niños con la innovación de éstos juguetes electrónicos. La principal diferencia entre ambas clases de juegos es el tipo de actividad que requieren de la persona, de manera que, con cada tipo de juguete estamos estimulando y favoreciendo aprendizajes diferentes. Las consolas, videojuegos, ordenadores infantiles, televisión, etc., en sí, no hay niño que no los conozca y la mayoría los utiliza en un momento de ocio, y hasta los llegan a convertir en sus juguetes favoritos. Jugar de esa forma no implica desechar lo tradicional como los trompos, las cuerdas; porque cada actividad complementa a la otra y aporta ciertos beneficios. Los mismos pedagogos aseguran que la era virtual ayuda al desarrollo de la parte motora fina, es decir, los dedos, la vista y el cerebro, pero deja de lado la socialización, lo que hace a la persona que los juega más individualista y pasiva, pero no existe mayor aporte. Juegos tecnológicos vs juegos tradicionales Diferencias entre los diferentes tipos de juguetes:

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Juegos tradicionales vs juegos

tecnológicos

Publicado el 2 diciembre 2013 por abremundos

Llama mucho la atención ver como la tecnología ha entrado en nuestras vidas y

cómo tristemente está cambiando nuestras tradiciones. En éste caso se

presenta el tema de los juegos, sobre cómo han ido irrumpiendo incluso en la

vida de los niños más pequeños. Ya no nos sorprende ver a un bebé jugando con

el celular de su papá. Los niños a edades más tempranas están demandando

juguetes tecnológicos; ¿Cómo es el caso de los videojuegos? ¿Dónde quedaron

los trompos, las canicas o las escondidas?

Las formas de jugar están cambiando y se está transformando la educación de

los niños con la innovación de éstos juguetes electrónicos.

La principal diferencia entre ambas clases de juegos es el tipo de actividad

que requieren de la persona, de manera que, con cada tipo de juguete estamos

estimulando y favoreciendo aprendizajes diferentes. Las consolas, videojuegos,

ordenadores infantiles, televisión, etc., en sí, no hay niño que no los conozca y

la mayoría los utiliza en un momento de ocio, y hasta los llegan a convertir en

sus juguetes favoritos. Jugar de esa forma no implica desechar lo tradicional

como los trompos, las cuerdas; porque cada actividad complementa a la otra y

aporta ciertos beneficios. Los mismos pedagogos aseguran que la era virtual

ayuda al desarrollo de la parte motora fina, es decir, los dedos, la vista y el

cerebro, pero deja de lado la socialización, lo que hace a la persona que los

juega más individualista y pasiva, pero no existe mayor aporte.

Juegos tecnológicos vs juegos tradicionales

Diferencias entre los diferentes tipos de juguetes:

En el caso de un videojuego, el niño debe escoger de entre una serie de

respuestas y acciones preestablecidas, cerradas. La imaginación del niño es

estimulada, sí, pero su creatividad se reduce al descubrimiento de las

relaciones causales que existen entre las posibilidades que ofrece el juego.

Por el contrario, el juguete tradicional, una muñeca de peluche, una caja de

plastilinas, ofrece más preguntas que respuestas. La imaginación y la

creatividad del niño tienen que completar todas las soluciones que no ofrece el

juguete: ¿dónde vivirá la muñeca?, ¿cómo se llamará?, ¿le gustarán los

espaguetis?, ¿se llevará bien con el osito?…

Los beneficios de los juegos tecnológicos:

Algunos estudios han demostrado que, por ejemplo, los videojuegos estimulan la

coordinación psicomotora del niño, sus estrategias para la resolución de

problemas bajo determinadas condiciones, la capacidad para perseverar en una

tarea…

Además, le aportan algunas experiencias que no pueden vivir a través de los

juegos tradicionales, incluso existen juegos específicos para tratar algunas

discapacidades o problemas de aprendizaje….

El juego como proceso de socialización:

Mediante el juego el niño ensaya y practica muchas de las actividades a las que

se enfrentará en la vida adulta. Por eso, a partir de los cuatro años gran parte

de la actividad lúdica del niño se invierte en la imitación de modelos. Y

normalmente estos modelos son tomados de los adultos que rodean al niño.

Luego jugar con juguetes electrónicos que requieran el manejo de joysticks,

ratones, botones y teclas, pantallas o interfaces… asegurará la posterior

adaptación del niño al mundo tecnológico en el cual vivimos.

El problema es el de la insensibilización. Igual que el niño adopta modelos de

conducta mediante el juego, adquiere también valores y actitudes. Y en muchos

de estos juegos, por muy virtuales que sean, se normaliza la violencia como

medio para resolver conflictos, o se justifican conductas discriminatorias.

Los riesgos de los juegos tecnológicos:

Varias cosas suceden si los niños están pegados a las pantallas mucho tiempo:

No interactúan con la familia, o lo hacen mucho menos.

No conocen a otras personas, otros niños y mayores

No hablan.

No se mueven del asiento, y como sabemos el sedentarismo es enemigo

de la salud.

La vista se cansa al estar centrada continuamente en mirar tan de cerca.

Lo habitual es que el ojo vaya alternando la visión de cerca y lejos. Sobre

los cambios de color y brillo de la pantalla hay opiniones diversas en

cuanto al efecto sobre la vista; en cualquier caso, se desaconseja el

abuso y alternar los videojuegos con otras actividades.

No aprenden juegos nuevos (o como mucho conocen videojuegos nuevos,

pero suelen “engancharse” al mismo juego). Entonces la imaginación vuele

menos.

No aprenden sobre el medio a través del contacto directo, a través de

experiencias reales, mucho más ricas que si son a través de las pantallas.

Los videojuegos pueden ser un recurso para entretenerse y aprender

distintas habilidades y conceptos, siempre que se usen de una manera

adecuada y sepamos escoger los juegos idóneos para su edad e

intereses. Mantener a los hijos lejos de las pantallas no sólo resultará un

tarea infructuosa en cuestión de tiempo, sino que puede ser

contraproducente y limitaríamos un espacio cultural emergente en el que

van a desenvolverse durante toda su vida, del mismo modo que lo

hacemos ya nosotros. La clave para que los video-juegos no acaparen a

nuestros hijos está en controlar el juego, el tiempo y la compañía.

Unos sencillos consejos para que jugar con las máquinas sea una actividad

placentera y beneficiosa:

Fijar un horario para el uso de los videojuegos.

Ofrecer alternativas a las maquinitas. Aunque jugar puede ser muy

educativo, hay que compaginarlo con otras actividades diferentes,

juegos al aire libre, juegos tradicionales, lecturas…

Evitar que jueguen solos. Afortunadamente cada vez hay más oferta de

máquinas para jugar en compañía. Pero si son juegos individuales los

padres pueden estar junto a ellos para ver cómo se desenvuelven,

comentar las jugadas, pedirles si comparten el juego…

Jugar con la familia, con los amigos y en un lugar común de la casa (no

encerrado solo en la habitación) sería lo mejor para evitar el aislamiento

al que conducen en ocasiones los videojuegos.

Explotar los juegos que invitan al movimiento. Las empresas han

empezado a lanzar videojuegos y plataformas que fomentan el ejercicio,

para luchar contra el sedentarismo y jugar en familia, para evitar

problemas como la obesidad y el sedentarismo de los jugadores.

Los padres deben ponerse al día en lo relativo a los videojuegos, saber

de qué hablan sus hijos, probar los juegos para descubrir los contenidos

más apropiados y los gustos e intereses de sus hijos.

Para comprar el videojuego adecuado conviene saber qué significan los

símbolos que aparecen en las carátulas para clasificarlos y escoger así el

adecuado a la edad de los niños.

Procurar variedad para que no todos los juegos sean del mismo tipo,

estructura, contenidos, formato…

Con estos sencillos consejos lograremos que los videojuegos sean un

recurso educativo y divertido sin convertirse en un elemento de riesgo

que afecte a la salud visual de nuestros hijos, a su masa corporal o a su

comportamiento ni a sus relaciones sociales

Tomado de: <https://abremundos.wordpress.com/2013/12/02/juegos-tradicionales-vs-juegos-

tecnologicos/>. Citado el 18 de febrero de 2015.