jorge coelho ceo mota engil portugal

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ENCUENTRO EMPRESARIAL DE INFRAESTRUCTURAS DE TRANSPORTE EN LOS PAÍSES IBEROAMERICANOS Madrid, 28 de mayo de 2012 Señor Secretario General, Don Enrique Iglesias, Señoras y señores: En primer lugar quería agradecer a Don Enrique Iglesias la invitación que me ha hecho para hablar en esta sesión de cierre y, desde ya, felicitarlo por el gran éxito de este importante Encuentro Empresarial. Hoy, durante el día, hemos hablado sobre los planes de desarrollo y sobre las necesidades de inversión para llevarlos a cabo. La primera cuestión que se plantea, en el tema que estamos tratando, son las alianzas públicoprivadas: ¿Por qué hoy en día, por todo el mundo, se están implementando o se está reflexionando sobre la implementación de las alianzas públicoprivadas? En mi opinión, existen tres principales razones: En primer lugar porque una de las principales funciones de los Estados es dotar a las sociedades de bienes y servicios que satisfagan las necesidades colectivas de sus conciudadanos; En segundo lugar, como la mayoría de los Estados no tienen hoy los medios financieros necesarios que les permitan alcanzar ese objetivo, se refuerza la necesidad de encontrar un modelo de inversión que les permita lograr dicho objetivo; En tercer lugar, esta incapacidad financiera de los Estados se alió a una política liberal de desintervención de los mismos en las economías, dejando así, de ser un promotor de bienes y servicios, para asumirse como un regulador, lo que le dio la oportunidad a los privados de que, con el modelo de alianza públicoprivadas, substituyeran al Estado en dichas funciones. Como sabemos, el historial de alianzas ya es grande, sobre todo en el área de las infraestructuras de transporte. Sin embargo, es a partir de los años 90 que la denominación y el modelo empezaron a tener más notoriedad. Pero, sin querer menospreciar el papel que han tenido las alianzas públicoprivadas en el desarrollo de muchos países, debemos prestar atención a dos cuestiones importantes:

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Page 1: Jorge Coelho CEO Mota Engil Portugal

ENCUENTRO EMPRESARIAL DE INFRAESTRUCTURAS DE TRANSPORTE     

EN LOS PAÍSES IBEROAMERICANOS 

 

Madrid, 28 de mayo de 2012 

 

Señor Secretario General, Don Enrique Iglesias, 

Señoras y señores: 

En primer  lugar quería agradecer a Don Enrique  Iglesias  la  invitación que me ha hecho para 

hablar en esta  sesión de  cierre  y, desde  ya,  felicitarlo por el  gran éxito de  este  importante 

Encuentro Empresarial. 

Hoy, durante el día, hemos hablado sobre los planes de desarrollo y sobre las necesidades de 

inversión para llevarlos a cabo. 

La primera cuestión que se plantea, en el tema que estamos tratando, son las alianzas público‐ 

privadas:   

¿Por qué hoy  en día, por  todo  el mundo,  se  están  implementando o  se  está  reflexionando 

sobre la implementación de las alianzas público‐ privadas? 

En mi opinión, existen tres principales razones: 

En  primer  lugar  porque  una  de  las  principales  funciones  de  los  Estados  es  dotar  a  las 

sociedades  de  bienes  y  servicios  que  satisfagan  las  necesidades  colectivas  de  sus 

conciudadanos; 

En  segundo  lugar,  como  la mayoría  de  los  Estados  no  tienen  hoy  los medios  financieros 

necesarios que  les permitan alcanzar ese objetivo, se   refuerza  la necesidad de encontrar un 

modelo de inversión que les permita lograr dicho objetivo; 

En  tercer  lugar,  esta  incapacidad  financiera  de  los  Estados  se  alió  a  una  política  liberal  de 

desintervención de los mismos en las economías, dejando así, de ser un promotor de bienes y 

servicios, para asumirse como un regulador, lo que le dio la oportunidad a los privados de que, 

con el modelo de alianza público‐ privadas, substituyeran al Estado en dichas funciones.   

Como  sabemos,  el  historial  de  alianzas  ya  es  grande,  sobre  todo  en  el  área  de  las 

infraestructuras de transporte. Sin embargo, es a partir de los años 90 que la denominación y 

el modelo empezaron a tener más notoriedad.   

Pero,  sin  querer menospreciar  el  papel  que  han  tenido  las  alianzas  público‐  privadas  en  el 

desarrollo de muchos países, debemos prestar atención a dos cuestiones importantes:   

Page 2: Jorge Coelho CEO Mota Engil Portugal

En primer  lugar, el hecho de que el modelo de  las alianzas público‐ privadas genere deuda, 

diferida en el tiempo, y como tal en los modelos que se desarrollen tendrá que existir  un gran 

rigor y control. 

Pero, en segundo lugar, esta premisa también se deberá contrabalancear con el hecho de que 

la inversión en infraestructuras origina: 

Crecimiento económico; 

Desarrollo sostenible; 

Eficiencia; 

Promoción de la equidad social. 

Así que, un plan de alianzas público‐ privadas, en cualquier país, deberá corresponder a una 

visión  prospectiva  de  la  evolución  de  esa misma  sociedad,  a  la  aplicación  de  criterios  de 

eficiencia económica en su análisis y a la evaluación de las externalidades y de las necesidades 

sociales que las infraestructuras pretenden eliminar.   

Y es aquí que surge la primera cuestión central que debemos observar: Este modelo financiero 

‐  las  alianzas público‐ privadas  – nunca podrá poner  en  causa  la  sostenibilidad,  sobre  todo 

financiera, de los países implicados. 

Es  necesario  tener  siempre  en  cuenta  el  equilibrio  generacional.  Es  necesario  asegurar  la 

sostenibilidad  del  crecimiento  económico  del  país  para  permitir  el  cumplimiento  de  los 

compromisos asumidos sin poner en causa la salud de las finanzas públicas. 

En  este  sentido,  porque  el  rigor  es  central  en  dicho  proyecto,  la  promoción  de  la  alianza 

público‐ privada requiere el cumplimiento de un conjunto de reglas distintas, en línea con las 

reglas de contratación pública, en concreto la exigencia de procesos de concurso para asegurar 

una contratación competitiva y con las mejores condiciones de mercado.   

Además de estas condiciones, también es determinante la demostración del interés público de 

la  inversión  y  la  demostración  de  la  asequibilidad  de  costes  para  el  Estado  ante  toda  la 

exigencia financiera, así como es fundamental concebir una garantía de riesgo compartido. 

El socio privado asume el papel del Estado, pero el Estado no se puede alejar del proceso, ya 

que  está  presente  en  todas  sus  fases  (preparación,  concurso,  fiscalización  del  proyecto  y 

construcción  y monitorización  permanente  en  la  fase  de  explotación).  Asume  el  papel  de 

regulador. 

Un instrumento fundamental para evaluar la opción es el coste público comparable que tiene 

como objetivo evaluar si  la opción   por  la alianza público‐ privada presenta una plusvalía real 

respecto a las opciones de contratación pública alternativas. 

Así, podemos identificar 4 ítems para la buena contratación de una alianza público‐ privada:  

1. Estabilidad y sostenibilidad económica del país;  

2. Marco legal y normativo claro;      

3. Plena integración del proyecto en el Programa Nacional de Infraestructuras;   

4. Rentabilidad socioeconómica. 

Page 3: Jorge Coelho CEO Mota Engil Portugal

 

 

Para  que  estos  principios  se  materialicen,  permítanme  dejar  aquí  un  conjunto  de 

recomendaciones:   

Preparación  adecuada  de  los  proyectos  de  alianza  público‐  privada;  incluyendo  una 

clara definición de los resultados a alcanzar, la búsqueda de soluciones innovadoras y 

cuantificación de costes; previsión de  las necesidades de estudios previos, como por 

ejemplo, ambientales y urbanísticos;   

Coste público comparable; límite máximo de los compromisos a asumir por el Estado, 

con vista a validar la consistencia del proyecto;   

Inscripción del   presupuesto previo de  los  gastos  con  cada  alianza público‐ privada, 

garantizando  la  disponibilidad  de  recursos  compatibles  a  los  gastos,  reduciendo  los 

riesgos de  lanzamiento precipitado de concursos  fundados apenas en  la oportunidad 

política y sin la preparación adecuada de la documentación previa necesaria;   

La  opción  alianza  público‐  privada  deberá  justificar  el  value  for  money,  esto  es, 

destacar las ventajas añadidas respecto a la opción tradicional de financiación directa y 

no ser basada en motivaciones presupuestarias relacionadas apenas con el cálculo off‐

balance sheet de la deuda pública;   

En  las  cláusulas  contractuales,  asegurar  que  se  compartan  los  riesgos: 

   a través de un análisis juicioso y limitar, en el ámbito de los procesos de “Reposición 

del  equilibrio  financiero”,  las  imposiciones del  sistema  financiero  (los  “efectos Caso 

Base”), así como todos los demás costes indirectos; 

En  los sectores de  la administración pública que pretendan  implementar una alianza 

público‐privada, con poca experiencia en dicha implementación, realizar el diagnóstico 

y  la planificación  formal  y participada de  las  capacidades de  implementación de  los 

organismos sectoriales involucrados, teniendo en cuenta las respectivas funciones, así 

como la necesidad de articulación, a lo largo del ciclo de gestión pública asociado a la 

alianza público‐ privada;   

En dichos casos, en la implementación de modelos innovadores y complejos de alianza 

público‐  privada,  o  cuando  se  pretenda  implementar  los  trámites  procesales  de 

contratación  no  probados  anteriormente,  se  deberá  ajustar  la  gestión  del  flujo  de 

proyectos de alianza público‐ privada, comenzando, preferentemente, por recurrir a la 

implementación de un proyecto‐piloto; 

Probar previamente en el terreno las capacidades de gestión de las entidades públicas 

involucradas; 

Captación  del  interés  y  de  la  colaboración del  sector privado,  gestionadas  sin  crear 

falsas expectativas, que impliquen costes innecesarios y menor credibilidad del Estado, 

como socio de las alianza público‐ privada; 

 

 

 

Page 4: Jorge Coelho CEO Mota Engil Portugal

Si se cumplen con rigor los ítems referidos, si la salud económica y financiera de cada país es 

buena,  no  tengo  ninguna  duda  al  afirmar  que  estamos  ante  un modelo  de  inversión  que 

anticipa  la concreción de un proyecto, dotando así a  las sociedades de bienes y servicios que 

satisfacen sus necesidades colectivas, muchos años antes de lo que le permitiría el desarrollo 

económico normal.   

Añadiéndolo a esta realidad, el modelo de alianza público‐ privada es, por sí mismo, un claro 

inductor de crecimiento económico y de inversión sostenible.   

Pero, como es obvio, el  resultado global sólo será  totalmente positivo si el marco  legal y su 

implementación resguardan  las capacidades financieras de  los países y defienden  la salud del  

presupuesto durante todos los años que dure el modelo. 

Existe así, en el modelo de alianzas público‐ privadas, un gran deseo: 

Si  aplicar  este  modelo  significa,  por  un  lado,  anticipar  la  concreción  de  infraestructuras, 

creando así mejores condiciones de vida a  los ciudadanos de cada país, este modelo deberá 

cumplir  totalmente  con  los  principios  enunciados,  de  forma  a  que  se  asegure  el  equilibrio 

generacional a medio y  largo plazo y por ello nunca  implique  la hipoteca de  las generaciones 

futuras.   

Muchas gracias. 

Jorge Coelho 

Presidente de la Comisión Ejecutiva de Mota‐Engil