investigacion desarrollo de emprendedores maria magdalena cabrera garcete
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Desarrollo de Emprendedores
TRABAJO DE INVESTIGA C
IÓN
INTRODUCCIÓN
A continuación, presento un trabajo, en el cual el tema principal a tratar será
el tema del espíritu emprendedor en el empresario; el empresario, que ve el
cambio de las condiciones como una oportunidad, usa los factores de
producción para fabricar nuevos bienes y prestar servicios. El espíritu
emprendedor es diferente del administrativo porque se enfoca a iniciar el
cambio, aunque el empresario debe a veces asumir las funciones tanto de
administrador como de capitalista. El espíritu emprendedor puede darse
cuando un individuo o grupo de individuos inician un nuevo negocio o
dentro de una corporación existente en un proceso llamado actitud
emprendedora.
El espíritu emprendedor es ahora una importante área de estudio y
contribuye al crecimiento de la sociedad, a su productividad y a
proporcionarle tecnologías, productos y servicios. El nivel emprendedor de
una sociedad depende tanto de los factores económicos (la oferta y
disponibilidad de capital) y de los factores no económicos (especialmente
las diferencias culturales y sociales que afectan los negocios).
Joseph Alois Schumpeter
Schumpeter, que caracteriza la evolución misma del capitalismo: "Sin
desarrollo no hay ganancia y sin ésta no hay desarrollo. Debemos añadir,
además, que para el sistema capitalista sin ganancia no habría acumulación
de riqueza. Al menos no existiría el gran fenómeno social que tenemos a la
vista; éste es indudablemente una consecuencia del desarrollo y sobre todo
de la ganancia.
Los emprendedores
La posibilidad de generar ganancias, que pueden llegar a ser
excepcionalmente grandes, es el señuelo que atrae a la actividad económica
a un tipo particular de individuos. La acción de estos individuos está regida
por lo que Schumpeter llamó “espíritu emprendedor” (Unternehmergeist), es
decir, por la voluntad de transformar las condiciones existentes, de superar
obstáculos y romper con las rutinas, de ir contra la corriente y crear cosas
nuevas. Estos individuos que se atreven a lanzarse a lo desconocido, estos
héroes de la era capitalista, son los famosos emprendedores (entrepreneurs)
Schumpeterianos.
Los emprendedores no son en sí mismos capitalistas ni gerentes —en el
sentido de administradores rutinarios de una empresa— ni tampoco
técnicos, sino hombres que actuando intuitivamente —lo hacen en una típica
situación de incertidumbre, sin todas las cartas en la mano— llevan a la
práctica nuevas posibilidades económicas: “... la función de los
emprendedores es la de reformar o revolucionar las formas de producir
poniendo en uso una invención o, más en general, una posibilidad
tecnológica aún no probada de producir una mercancía nueva o de producir
una ya conocida en una forma nueva: abriendo una nueva fuente de
abastecimiento de materias primas o un nuevo mercado, reorganizando la
empresa, etcétera. Actuar con confianza más allá del horizonte de lo
conocido y vencer la resistencia del medio requiere aptitudes que solo están
presentes en una pequeña fracción de la población y que definen tanto el
tipo como la función del emprendedor.
El empresario schumpeteriano es, desde el punto de vista de la racionalidad
económico-capitalista, una figura escasamente racional. Este personaje, que
se acerca mucho más a la figura de un caballero andante medieval que a la
de un gerente moderno, es concebido, empero, como la fuerza motriz del
surgimiento de la "civilización capitalista". Es el impulso fundamental para
su surgimiento, pero no pertenece en verdad a esa civilización. Schumpeter,
influido por Max Weber, define la civilización capitalista como "racionalista
y antiheroica", poco compatible por lo tanto con un personaje tan romántico
como el que el empresario representa.
ESPÍRITU EMPRENDEDOR Y PENSAMIENTO POSITIVO
Parece que ciertas frases están bastante gastadas en estos tiempos, como que
se pretendiera que con ciertos discursos baratos la situación cambiará. Las
personas están cada día menos optimistas respecto del futuro y a pesar de las
campañas para pensar positivo, la situación nacional y mundial, parecen
empeorar.
Nos falta creatividad y espíritu emprendedor para salir del atolladero en el
que estamos. Digo como individuos y como sociedad entera.
La creatividad no es un privilegio de algunos. De hecho todos los seres
humanos nacemos con esta potencialidad. Viene con el envase. Nuestros
juegos infantiles son un ejemplo de esto. Cómo nos arreglamos para jugar e
inventar entretenciones con todo tipo de objetos y sin reglas establecidas.
Cuando somos niños absorbemos todo lo que se nos atraviesa por delante y
estamos ansiosos por aprender y descubrir a cada instante lo maravilloso
que es este mundo.
Con el tiempo nos vamos “educando” . La formación escolar, los ritos
familiares, los juegos electrónicos, la televisión, etc. contribuyen a
encuadrarnos en la sociedad de cosas resueltas por otros y disminuyen
nuestro afán de inventar y descubrir. Nos volvemos muy eficientes en esto
de ser creativos. No es necesario para sobrevivir. Es menos costoso copiar,
comprar, adaptarse y ser “masa”.
Ser emprendedor por naturaleza requiere de inconformismo y de rebeldía,
de disgusto por lo “normal”, de una insaciable sed de búsqueda, de mucha
curiosidad. Entonces de allí viene la creatividad.
Las ideas surgen de motivaciones por buscarlas. No aparecen solas como un
milagro ni por un sueño mágico. Provienen de distintos impulsos y por
distintas corrientes . Se siembran y crecen en lugares fértiles para ello.
Hay personas que aparecen como muy ocurrentes e ingeniosas, pero son
incapaces de llevar adelante un proyecto, entonces no son verdaderamente
emprendedoras, porque para ser emprendedor no basta con ser creativos.
Necesariamente se deben llevar adelante los proyectos, tomando riesgos,
transformando las simples o complejas ideas en nuevas ofertas para la
humanidad, por sencillas que estas sean.
Las personas que tienen una mirada pesimista acerca de su situación actual o
futura, difícilmente se sintonizarán con ideas creativas para cambiar su
realidad. En cambio aquellos que, sin estar conformes, no se limitan a
renegar por sus circunstancias sino que precisamente buscan afanosamente
la forma de modificarla, con mayor probabilidad emprenderán en
actividades más edificantes para su espíritu creativo y surgirán nuevas ideas
para transformar su futuro.
Por cierto, la rebeldía tiene su origen en la insatisfacción, lo que revela
carencias y necesidades, por lo tanto si todo estuviera bien....habrían menos
ideas creativas y menos emprendedores...Por lo tanto, es posible concluir
que donde hay problemas...hay oportunidades para emprender y ofrecer
soluciones.
Fred Smith, es el fundador, presidente y CEO de FedEx, originalmente
conocido como Federal Express, la primera compañía de correo urgente en
el mundo, y la más grande del Reino Estados. La compañía tiene su
sede en Memphis, Tennessee.
Smith nació en Marks, Mississippi, hijo de James Frederick Smith, y antes
de los 20 años dejó
de usar su nombre original, expresando una marcada preferencia por ser
conocido como Fred o Frederick - el fundador de la cadena del restaurante
Casa Toddle y el motor Smith Coach Company, en la que en 1931 la
Corporación Greyhound compró una participación mayoritaria, y que
cambia su nombre por el Greyhound Greyhound Lines Dixie.
Smith tenía un gran interés en volar, y se convirtió en un piloto amateur. En
1962, Smith entró en la Universidad de Yale. Mientras asistía a la
Universidad de Yale, escribió un artículo para una clase de economía,
destacando la prestación de servicios durante la noche en una era de la
información de ordenador. Folclore (un historiador) sugiere que recibió
una C para este papel, aunque en una entrevista posterior que afirma que
le dijo a un reportero, "no sé en qué grado, probablemente hizo que mi
habitual C", mientras que otros cuentos sugieren que su profesor le
dijo que para conseguir una C, la idea tiene que ser factible. El
documento se convirtió en la idea de FedEx (durante años se mostró el
trabajo académico de Smith en los anuncios de FedEx con la dirección de
Yale). Recibió su licenciatura en economía en 1966. En sus años
universitarios, fue amigo de George W. Bush, también fue amigo de John
Kerry con quien ha compartido el entusiasmo por la aviación y fue además
compañero de vuelo.
Después de graduarse, Smith se unió en el Cuerpo de Marines de EE.UU., y
sirvió cuatro años, de 1966 a 1969, como líder de pelotón y
controlador aéreo en el OV-10. Se han creado muchos mitos acerca de
esta parte de su vida, Smith fue nombrado "Gran oficial" del Cuerpo de
Marines por su actitud en servicio. Fue especialmente entrenado para
volar aviones, observar y controlar la acción en tierra. Completó su
formación de vuelo de la Marina y fue designado piloto aviador naval,
obligado a cumplir seis años de servicio como mínimo.
Como un infante de marina, Smith tuvo la oportunidad de observar de
primera mano la logística del sistema militar. Se desempeñó durante dos
períodos de servicio en Vietnam, voló en más de 200 misiones de
combate.
Smith también sirvió durante su servicio en Vietnam con el legendario
héroe de las Fuerzas Especiales de Inteligencia de Marina, teniente
coronel William V. "Bill" Cowan, de quien se convirtió en amigo
personal. Cowan se volvió famoso por rescatar rehenes y prisioneros de
guerra, y luego ayudó a Smith en la expansión de FedEx en el Oriente
Medio.
En 1970, Smith compró la participación mayoritaria de una compañía
de mantenimiento de aeronaves y en 1971 cambió su enfoque ampliando el
servicio utilizando jets comerciales. El 18 de junio de 1971, Smith fundó
Federal Express con US $ 4 millones utilizado como capital de
riesgo. En 1973, la compañía comenzó a ofrecer servicio a 25
ciudades, y comenzó con
pequeños paquetes y documentos, y una flota de 14 aviones Falcon 20 (DA-
20).
Se centró en el desarrollo de un sistema integrado de logística de aire y
tierra, que nunca se
había hecho antes. Smith desarrolló su idea de negocio FedEx a partir de
una versión de la
expedición de una cámara de compensación bancaria, que utilizan los
bancos para sus
transacciones bancarias a la cual sumó su experiencia logística en el
cuerpo de Marines de
EUA.
Conclusión
En conclusión, el espíritu emprendedor presenta una doble faceta. Por
un lado, el espíritu emprendedor supone saber lanzar nuevos proyectos
con autonomía, capacidad de asumir riesgo, con responsabilidad, con
intuición, con capacidad de proyección al exterior y con capacidad de
reaccionar y resolver los problemas. Por otro lado, también supone saber
llevar a cabo proyectos de otros con el mismo espíritu de
Innovación, responsabilidad y autonomía.