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FACULTAD DE HUMANIDADES Y CIENCIAS DE LA EDUCACIÓN UNIVERSIDAD DE JAÉN Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación Trabajo Fin de Grado Intervención cognitivo- conductual en población infantil y adolescentes con Trastorno obsesivo- compulsivo: una revisión sistemática. Alumno/a: Carazo Maza, Concepción Tutor/a: García López, D. Luis Joaquín Dpto.: Departamento de Psicología Mayo, 2019

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UNIVERSIDAD DE JAÉN Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación

Trabajo Fin de Grado

Intervención cognitivo-conductual en población

infantil y adolescentes con Trastorno obsesivo-

compulsivo: una revisión

sistemática.

Alumno/a: Carazo Maza, Concepción Tutor/a: García López, D. Luis Joaquín

Dpto.: Departamento de Psicología

Mayo, 2019

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Índice

Resumen………………………………………………………………………...3

1. Introducción………………………………………………………………….....4

2. Metodología……………………………………………………………………..8

2.1. Estrategia de búsqueda…………………………………………………......8

2.2. Criterios de selección de artículos……………………………………….....9

3. Resultados……………………………………………………………………...12

4. Discusión……………………………………………………………………….21

5. Conclusión……………………………………………………………………..27

6. Referencias bibliográficas..................................................................................28

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RESUMEN

Esta revisión sistemática hace una búsqueda de intervenciones con TCC en niños y

adolescentes con TOC a través de tres bases de datos: Psycinfo, Medline EBSCOhost y

Pubmed. Los diez estudios seleccionados analizaron: las diferencias entre la TCC y la TCC

junto a d-cicloserina, sin encontrar diferencias significativas en la gravedad de los síntomas;

la administración de la TCC a través de la web/ teléfono, sin observar disparidad en la mejora

del TOC; la introducción en la TCC de técnicas cognitivas o de intervención familiar,

encontrando mejoras durante la terapia y en la gravedad del TOC; y los moderadores de la

TCC (edad de inicio de los síntomas, la angustia, y la responsabilidad) encontrando

diferencias en la respuesta a la TCC y la remisión de los síntomas. La revisión señala la

efectividad de la TCC y la necesidad de una mayor indagación en los moderadores de esta.

PALABRAS CLAVE: Trastorno obsesivo-compulsivo, terapia cognitivo-conductual, niños,

adolescentes.

ABSTRACT

This systematic review searches for CBT’s interventions in children and teenagers

with OCD through three databases: Psycinfo, Medline EBSCOhost and Pubmed. The ten

selected studies analysed: the differences between the CBT and the CBT with the d-

cicloserina, without finding significant differences in the severity of the symptoms; the

application of the CBT through the telephone or via Internet, without observing disparity in

the improvement of the OCD; the introduction of cognitive techniques or techniques based on

family intervention, in the CBT, finding improvements during therapy and in the severity of

the OCD; and the moderators of the CBT (age of onset of symptoms, anguish and

responsibility) finding differences in the response to CBT and the remission of symptoms.

The review indicates the effectiveness of CBT and the need for more research in the

moderators of it.

KEY WORDS: Obsessive-compulsive disorder, cognitive-behavioral therapy, children,

adolescents.

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1. INTRODUCCIÓN.

El Trastorno obsesivo-compulsivo (TOC) es un trastorno psiquiátrico que, según la

Clasificación internacional de enfermedades, 11.ª edición (CIE-11, 2018), tiene como

característica “la presencia de obsesiones o compulsiones persistentes, o más comúnmente

ambos” (párr. 1). También señala que las obsesiones son: “pensamientos recurrentes y

persistentes, imágenes o impulsos/urgencias que son molestos, no deseados y se asocian

comúnmente con ansiedad” (párr. 1). Hace hincapié en la idea de que la persona con TOC

realiza intentos de neutralizar estas obsesiones mediante la puesta en marcha de

compulsiones, o trata de ignorarlas u omitirlas. Las compulsiones, tal y como se explican en

la CIE-11, son: “comportamientos repetitivos como los actos mentales repetitivos que la

persona se siente impulsada a realizar en respuesta a una obsesión, de acuerdo con normas

rígidas, o para lograr una sensación de ‘integridad’” (párr. 1). Por último, en esta

clasificación, se hace un inciso en la necesidad de prolongar durante un periodo de tiempo

amplio estos síntomas (obsesiones y compulsiones) para el diagnóstico del trastorno obsesivo-

compulsivo, como puede ser, tal y como lo ejemplifica la CIE-11, el que estas compulsiones

y/o obsesiones se prolonguen durante más de una hora al día. Además, para el diagnóstico,

añade la importancia de experimentar, a causa de estos síntomas, malestar o deterioro

clínicamente significativos en distintas áreas del funcionamiento como pueden ser el área

personal, social, familiar, laboral, educativa u otras.

La 5ª edición del Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (DSM-

5, 2013), además de lo expuesto por la CIE-11, señala que las compulsiones no están

conectadas de forma realista con el objeto de la neutralización, incluso destaca que en

ocasiones son excesivas. Siguiendo esta línea comparativa, es importante resaltar la

introducción en esta edición de tres niveles de conciencia de la enfermedad: "con

introspección buena o aceptable (...), con poca introspección (...) y con ausencia de

introspección/con creencias delirantes (...)" (p.146). Esto puede deberse a que no todos los

sujetos con TOC son capaces de detectar que las creencias y pensamientos obsesivos son

probablemente inciertas. Obviamente, tal y como se ha señalado, hay distintos grados, desde

el pensamiento acerca de que las creencias del trastorno son probablemente inciertas, hasta el

convencimiento pleno de que son ciertas.

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Además de arrojar luz sobre qué caracteriza al trastorno obsesivo-compulsivo, estas

últimas ediciones, tanto el DSM-5 como la CIE-11, han renovado la idea acerca de cuál es el

núcleo del trastorno. Lozano-Vargas (2017), hizo una revisión acerca de estas últimas dos

ediciones de los manuales de clasificación, comparándolos con sus versiones anteriores, el

DSM-IV y la CIE-10. En esta revisión señala la compulsión como lo nuclear del trastorno

obsesivo-compulsivo, a diferencia de las ediciones más antiguas en las que se estimaba como

lo principal la ansiedad.

Para aclarar esta diferencia nuclear, es conveniente señalar que el trastorno que nos

atañe se encontraba integrado en los Trastornos de ansiedad tanto en el DSM-IV como en la

CIE-10, pues se consideraba que ahí residía su característica esencial y, por tanto, común a

estos otros trastornos. El cambio producido en las clasificaciones del TOC, lo impulsó como

un trastorno con sus propias características clínicas ajeno al compuesto anteriormente

señalado. De esta manera, tanto en el DSM-5 como en la CIE-11, se conformó como un

trastorno con distintas tipologías y trastornos relacionados.

Para introducir más aún el tema, es importante referir la prevalencia y la incidencia del

TOC. En cuanto a la prevalencia, cabe destacar el estudio realizado por Voltas, Hernández-

Martínez, Arija, Aparicio y Canals (2014). De los datos de este estudio se extrae la

inexistencia de relación entre la prevalencia de síntomas del TOC con las diferencias

socioculturales, edad y sexo de pacientes con TOC. Sin embargo, si observan diferencias

relativas a síntomas clínicos determinados, como por ejemplo, la prevalencia en mujeres de

síntomas de orden, contaminación o comprobación, mientras que en hombres se encuentra

una mayor prevalencia de síntomas como compulsión o superstición. Además, sugiere el

haberse relacionado la superstición con el diagnóstico de TOC. En consonancia con esto,

Gavino, Nogueira y Godoy (2014), señalan que las compulsiones más frecuentes en población

pediátrica son: la simetría, el lavado de manos y evitación, acciones repetidas (o un número

de veces repetidas), rituales mentales, releer o reescribir tareas escolares y just right (arreglar,

contar o tocar reiteradamente hasta tener sensación de estar bien). Por otro lado, el estudio de

Voltas et al. (2014), señala la relación entre la ansiedad y el TOC, señalando que los casos de

ansiedad por separación presentan síntomas parecidos al TOC, por lo que pueden confundirse.

Además, la ansiedad es predictora de una mayor gravedad en el TOC, tal y como refiere la

investigación.

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En relación a la tasa de incidencia del TOC, el estudio de Rintala et al. (2017), señala

la relación de incidencia del TOC pediátrico y el aumento de casos tratados en atención

médica. Por otro lado, también observaron la incidencia del trastorno con otros trastornos

comórbidos, señalando que en muchas ocasiones, los pacientes son diagnosticados de otros

trastornos psiquiátricos antes de poder deslumbrar los síntomas del TOC. En atención a otros

trastornos comórbidos, el estudio encuentra diferencias entre hombres y mujeres.

Concretamente señala que los hombres presentaban una mayor incidencia de comorbilidad del

TOC con TDAH, mientras que las mujeres tenían mayor incidencia en cuanto al TOC y

trastornos depresivos o de ansiedad.

Una vez expuesta la definición del TOC, sus características y criterios diagnósticos, y

la prevalencia e incidencia, es necesario introducir todo lo comentado en la población

pediátrica. Gavino et al. (2014), señalan la falta de detección del problema en esta población

debido al silencio guardado por los niños. Esto se debe, según estos autores, al desconcierto o

sentimientos de culpabilidad de los mismos, los cuales ocultan sus síntomas por temor a la

reacción de los demás, ya que lo interpretan como algo propio que no se puede cambiar. Esto

provoca que, en muchas ocasiones, los niños con este trastorno no sean llevados por sus

padres a un profesional hasta que la afectación funcional es notoria.

De acuerdo con lo anterior, en un estudio realizado por Weidle, Jozefiak, Ivarsson y

Thomsen (2014), se hizo evidente lo perjudicial del trastorno en la calidad de vida de los

niños y adolescentes con TOC. De hecho, en esta investigación participaron tanto los niños y

adolescentes con TOC como sus padres. Esto permitió analizar los informes realizados por

unos y por otros, y contrastar la información para una mayor objetividad de la afectación.

Además, hicieron una comparativa de calidad de vida entre los niños y adolescentes con TOC

con una muestra de niños y adolescentes ajustados en edad y en sexo con los primeros, pero

sin el trastorno. Demostraron que el funcionamiento, principalmente las competencias

sociales, estaba muy afectado en este sector de la población.

Uno de los tratamientos para el trastorno obsesivo-compulsivo que busca solapar o

reducir los síntomas y mejorar así la calidad de vida de los pacientes, es la terapia cognitivo-

conductual (TCC). Según describen Rapoport e Inoff-Germain (2000) en su revisión, la TCC

es una terapia psicológica que engloba tres tipos de intervención: la terapia cognitiva (TC), la

exposición y prevención de respuesta (EPR) y la relajación. Esta misma revisión destaca la

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segunda, EPR, como tratamiento de primera elección debido a la eficacia que ha demostrado.

Afirmación realizada también por Gavino et al. (2014), quienes comentan que la EPR ha sido

adaptada a la edad de los niños y adolescentes introduciendo medios como los dibujos o las

metáforas para ajustarla a la población pediátrica. La TC no se utiliza como tratamiento único,

pues no ha demostrado la misma efectividad que la EPR (Rapoport e Inoff-Germain, 2000).

Sin embargo, a pesar de la eficacia mostrada por la EPR, ésta suele emplearse unida a

psicoeducación y otras técnicas, formando así la TCC, aunque siendo la EPR el centro de la

misma (Gavino et al., 2014).

Muchos factores han demostrado ser moderadores y predictores de la respuesta al

tratamiento de TCC. Algunos de ellos fueron revisados por Turner, O'Gorman, Nair y

O'Kearney (2018) en su revisión sistemática. Uno de los moderadores analizados con mayor

impacto negativo sobre los efectos de la TCC, es el tener antecedentes familiares de TOC de

primer grado. Otro moderador, que además puede ser predictor de una respuesta baja al

tratamiento cognitivo-conductual en comparación con tratamiento farmacológico, es la

comorbilidad con tics. En cuanto a los predictores de mayor significación, esta revisión

también halló los siguientes: la edad avanzada del paciente, el presentar una mayor gravedad

de los síntomas y deterioro inicial relacionado con el TOC, la existencia de comorbilidad con

otro trastorno, síntomas depresivos y un alojamiento familiar respecto a los síntomas del

trastorno mayor. Estos factores predicen un nivel de síntomas mayor después del tratamiento

con TCC, en comparación a aquellos que no los presentaban. Por tanto, toda esta información

aportada por Turner et al. (2018), demuestra que la TCC puede verse moderada y afectada en

lo que a respuesta al tratamiento se refiere, por factores como los nombrados.

Un factor clave a tener en cuenta, y que está integrándose cada vez más en el

tratamiento cognitivo-conductual pediátrico (Turner et al., 2018), es la acomodación familiar.

La acomodación familiar es, valga la redundancia, la acomodación de la familia a los rituales

del TOC, lo que conlleva una conducta activa ante estos rituales, favoreciéndolos de tal modo

que redunda en una agravación de los síntomas del TOC y un mayor deterioro funcional

(Steketee y Van Noppen, 2004). La participación familiar en el comportamiento del TOC

evita que el niño sea consciente de las repercusiones que, de forma natural, derivan de ese

comportamiento. Así mismo, dificulta la consecución de los objetivos fijados en la terapia

(Storch et al., 2007). Además, la acomodación familiar no es únicamente perjudicial para el

niño, puesto que los familiares, al tratar de evitar el sentimiento de angustia del niño por el

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comportamiento obsesivo-compulsivo (Steketee y Van Noppen, 2004), consiguen un

incremento de su propia angustia, existiendo así una relación entre el incremento de la

angustia en estos y su mayor o menor participación en los síntomas del TOC (Storch et al.,

2007).

Teniendo en cuenta qué es la terapia cognitivo-conductual, esta revisión sistemática

pretende revisar las investigaciones realizadas, siguiendo los criterios de selección

especificados más adelante, acerca de la TCC en población pediátrica con TOC. El objetivo es

determinar si los estudios realizados hasta la fecha demuestran o no la efectividad de este

tratamiento.

2. METODOLOGÍA.

2.1. ESTRATEGIA DE BÚSQUEDA.

Para la realización de esta revisión, se ha utilizado la metodología propia de la revisión

sistemática (PRISMA-P) (Shamseer et al., 2015).

Las bases de datos empleadas para la realización de la búsqueda de estudios sobre los

que realizar la revisión sistemática han sido: Psycinfo, Medline EBSCOhost y Pubmed.

En el buscador de las tres bases de datos, se insertaron las palabras clave expuestas a

continuación. Por un lado se introdujo entre paréntesis el nombre del trastorno, “Obsessive-

compulsive disorder”, incluyendo sus siglas “OCD” tras el conector “OR”, con el fin de

contemplar en la búsqueda tanto los estudios que tienen el nombre del trastorno completo

como aquellos que tienen las siglas del mismo. Detrás se agregó el conector “AND” tras el

cual se abrió paréntesis y se introdujeron los términos referidos a la población concreta, los

cuales son: “adolescent”, “youth” y “children”, entre los que se puso el conector “OR”. Por

último, puesto que esta revisión trata la intervención cognitivo-conductual, se añadió el

conector “AND”, se abrió paréntesis y se agregaron los nombres correspondientes:

“treatment”, “intervention”, “cognitive behaviour therapy”, “cognitive behavioral therapy” y

“CBT”, enlazados unos con otros mediante el conector “OR”. Puesto que la búsqueda se

acotó con el filtro del título, es decir, que al menos una de las palabras clave ingresadas en el

buscador debían aparecer en el título, y a fin de no excluir aquellos estudios que utilizan la

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terapia cognitivo-conductual, se agregaron las palabras indicadas anteriormente: “cognitive

behaviour therapy”, “cognitive behavioral therapy” y “CBT”, teniendo en cuenta que en

algunos estudios aparece la palabra “behaviour”, en otros “behavioral” y en otros las siglas

“CBT”.

De esta manera la búsqueda concreta fue: ((obsessive-compulsive disorder OR OCD)

AND (adolescent OR youth OR children) AND (treatment OR intervention OR cognitive

behaviour therapy OR cognitive behavioral therapy OR CBT)).

El proceso de selección se realizó introduciendo los artículos de las tres bases de datos

en un software informático. En dicho software se añadió, tras la revisión individual de cada

estudio, la información correspondiente en cuanto a las bases de datos en las que aparecía, y si

ha sido aceptado o rechazado, y, en este último caso, por qué criterio. A través del programa

se buscaron los artículos duplicados para su exclusión, y se realizaron posteriormente los

cálculos oportunos que indicarían los artículos aceptados y los rechazados según cada criterio.

2.2. CRITERIOS DE SELECCIÓN DE ARTÍCULOS.

Se establecieron unos criterios de inclusión y de exclusión para llevar a cabo la

selección de los artículos a incluir en la revisión.

Los criterios de inclusión fijados fueron los siguientes:

1. Los artículos han de estar escritos en inglés y/o en español.

2. En el título y/o resumen del artículo debe constar al menos una de las palabras clave.

3. El artículo debe ser de carácter experimental.

4. Evitar duplicados.

5. El artículo ha de tratar el tema en cuestión, siendo el trastorno obsesivo-compulsivo el

principal trastorno, no secundario.

6. El rango de edad establecido es entre 8 y 18 años.

7. Se incluyen aquellos artículos que tratan un tipo concreto de TOC siguiendo lo

establecido por el DSM-5.

8. El acceso al artículo ha de estar disponible.

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Teniendo en cuenta la decisión de acotar la búsqueda utilizando el filtro del título, el

criterio de inclusión 2 deja de discernir entre incluidos y excluidos.

De esta manera, todos aquellos artículos que no cumplen los criterios expuestos

anteriormente quedan descartados de la revisión.

El total de estudios encontrados tras la búsqueda anteriormente especificada fue de

471 (155 de Pubmed, 139 de Medline EBSCOhost y 217 de Psycinfo). Siguiendo los criterios

de selección y reuniendo los artículos excluidos por los criterios 1,2 y 3, se descartaron 340

(30 del criterio 1, 0 del criterio 2 y 310 del criterio 3). Del restante, 131 estudios, se

eliminaron 76 duplicados según el criterio 4. Tras este paso quedaron 55, pero debido a la

falta de cumplimiento del criterio 5 se redujo el número a 18 artículos. Al no cumplir el

criterio 6, de estos 18 se descartaron 6, quedando así 12 estudios, de los cuales 0 fueron

eliminados por el criterio 7. Finalmente, 2 fueron descartados por la falta de acceso a los

mismos (criterio 8), quedando así 10 estudios. Para una mayor clarificación de esta búsqueda

sistemática se plasmó el diagrama en la figura 1, contemplado debajo.

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Estudios encontrados relacionados con la búsqueda

Intervención cognitivo-conductual en población

infantil y adolescentes con TOC:

PUBMED: 115

MEDLINE EBSCOHOST: 139

PSYCINFO: 217

Estudios que cumplen los

criterios de inclusión:

N: 131

Estudios que no cumplen el

criterio de inclusión 2:

N: 0

Estudios que no cumplen el

criterio de inclusión 3:

N: 310

Estudios que no cumplen el

criterio de inclusión 1:

N: 30

Estudios que no cumplen el

criterio de inclusión 4:

N: 76

Estudios que no cumplen el

criterio de inclusión 5:

N: 37

Estudios que no cumplen el

criterio de inclusión 6:

N: 6

Estudios que no cumplen el

criterio de inclusión 7:

N: 0

Estudios que no cumplen el

criterio de inclusión 8:

N: 2

Estudios no duplicados:

N: 55

Estudios que cumplen el

criterio 5:

N: 18

Estudios que cumplen el

criterio 6:

N: 12

Estudios útiles para la

revisión:

N: 12

Estudios finales:

N: 10

Figura 1. Diagrama del número de artículos encontrados, descartados y seleccionados en el proceso

de búsqueda bibliográfica.

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3. RESULTADOS.

Tal y como se ha señalado en el apartado anterior, los estudios aceptados por cumplir

todos los criterios de inclusión son 10. Los resultados hallados en cada uno de ellos se

encuentran detallados en la tabla 1.

Tabla 1. Resumen de los estudios seleccionados para la revisión.

Nombre

primer

autor/año

Muestra Variables

analizadas

Trastorno Resultados Conclusiones

Williams,

T. I. (2010)

N= 21

Rango de

edad= 9-

18 años.

M= 13.7

Se analizó la

gravedad de los

síntomas del

TOC. La

variable objeto

de estudio fue

la

responsabilidad

.

La variable que

se manipuló fue

el tiempo de

TCC

administrado a

cada grupo.

Formaron dos

grupos: uno

recibió TCC

primero y otro

recibió la TCC

tres meses

después.

Trastorno

obsesivo-

compulsivo

El análisis de

covarianza de las

puntuaciones de

CY-BOCS, mostró

tras los 3 meses de

línea de base, un

efecto de grupo

significativo

(p=0.016) y tamaño

del efecto del

tratamiento grande

en el grupo de TCC

primero (d de Cohen

de 1.07). A los 6

meses no hubo

diferencias

significativas.

El análisis de los

datos secundarios a

los 6 meses mostró

un efecto

significativo de

tiempo.

La TCC mostró una

reducción

significativa en los

síntomas del TOC.

Se demuestra la

eficacia de la TCC

para tratar el TOC

en jóvenes.

Storch, E.

A. (2011)

N= 31

Rango de

edad= 7-

16 años.

M= 11.10

Se analizaron la

gravedad de los

síntomas del

TOC, el

alojamiento

familiar, los

posibles

síntomas de

ansiedad y

depresión, y la

gravedad

clínica global.

Se manipuló la

Trastorno

obsesivo-

compulsivo

En puntuaciones de

CY-BOCS, el grupo

TCC-W obtuvo una

reducción de un

56.1% versus 12.9%

en el grupo lista de

espera. En

puntuaciones de

CGI hubo

diferencias después

TCC-W al que la

recibió primero

respecto al de lista

La TCC-W supera

las barreras

geográficas y

promueve la

interacción en vivo

con el terapeuta. En

sus resultados se

observa una

reducción de la

gravedad de los

síntomas, remisión

en más de la mitad

de los casos y una

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13

administración

de la TCC-W al

inicio del

tratamiento o al

final (grupo de

lista de espera).

de espera, pero no

hubo diferencias

postratamiento y

durante seguimiento

de 3 meses. La

media de

satisfacción para los

dos grupos fue de

18.3.

tasa de respuesta

similar a la TCC

estándar,

permaneciendo las

ganancias. Favorece

la reducción del

deterioro y una

mayor acomodación

familiar al TOC.

Nakatani,

E. (2011)

N=365

Rango de

edad= 6-

18 años

M= 13.8

años.

Se analiza la

edad de inicio

del TOC

(variable

continua) y su

repercusión

sobre el

tratamiento

(TCC y

medicación). Se

evaluó la

frecuencia de

las obsesiones y

las

compulsiones.

Se analizaron

también los

antecedentes

familiares de

TOC, la

gravedad de los

síntomas del

TOC, la

depresión y la

discapacidad

psicosocial de

los sujetos.

Trastorno

obsesivo-

compulsivo

Respecto a la

gravedad de los

síntomas, no hubo

diferencias

significativas entre

grupos, salvo,

mayores dificultades

psicosociales en el

grupo de inicio

temprano. En la

respuesta al

tratamiento según la

CY-BOCS, resulta

una remisión de

58.4% (grupo de

inicio temprano)

versus al 51.5%

(grupo de inicio

tardío), aunque

ambos respondieron

bien al tratamiento.

Además, se asocia

una mayor gravedad

de los síntomas de

TOC después de la

TCC, en los tratados

con ISRS y TCC.

En edad de inicio

temprano se

observó: una

duración mayor de

la enfermedad, tasas

más altas de tic

comórbido, mayores

compulsiones y

problemas

psicosociales,

aunque sin relación

en la gravedad de

síntomas entre los

grupos. Hubo una

reducción de

síntomas en ambos

grupos después de

TCC. Respecto a la

medicación, como

ISRS, para casos

complejos puede ser

una barrera en la

terapia cognitivo-

conductual.

Piacentini,

J. (2011)

N= 71

Rango de

edad= 8-

17 años

M= 12.2

Se analizaron la

respuesta a dos

tratamientos

distintos de

TOC. Formaron

dos grupos:

TCC junto a

intervención

familiar y

psicoeducación-

relajación.

Se midió la

gravedad de los

síntomas del

Trastorno

obsesivo-

compulsivo

Los resultados

muestran una

mejora en la

respuesta de 57.1%

en TCC junto

intervención

familiar y 27.3% en

el otro grupo. Se

encontró una mejora

en la gravedad de

los síntomas y

deterioro funcional

en el grupo de TCC

con intervención

No existe una

relación probada

entre la reducción de

la gravedad de los

síntomas y la TCC

de intervención

familiar. Aunque

estos resultados

determinan la

evidencia de esta

intervención, son

necesarios más

estudios acerca de la

misma.

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TOC y el

deterioro.

familiar versus el

otro grupo. La

mejora en la tasa de

remisión dentro del

grupo intervención

familiar fue de un

42.5% frente a un

17.6% al otro.

Turner, C.

M. (2014)

N= 72

Rango de

edad= 11

-18 años.

M= 14.35

Se analizan la

gravedad de los

síntomas del

TOC, síntomas

depresivos,

funcionamiento

global y salud

psicológica

general de los

niños y

adolescentes,

además de los

síntomas de

salud mental de

los padres.

Son analizadas

y manipuladas

las variables de

tratamiento,

formando dos

grupos: TCC

cara a cara con

el terapeuta y

TCC vía

telefónica.

Trastorno

obsesivo-

compulsivo

En puntuaciones de

CY-BOCS no se

observan diferencias

significativas hasta

el seguimiento de 12

meses. El CGAS

confirma la no

inferioridad de TCC

por teléfono. No hay

diferencias de

mejora global

conforme a la escala

CGI-I. Tampoco hay

diferencias en las

clasificaciones de

credibilidad. En

satisfacción del

tratamiento no hay

diferencias

significativas,

aunque se observa

mayor grado de

satisfacción en TCC

por teléfono 77,8%

que TCC 40,7%.

No diferencias en la

eficacia de la TCC y

la TCC por teléfono

hasta el seguimiento

de 6 meses. Los

resultados señalan

un aumento de

accesibilidad al

tratamiento, lo que

resulta en una mayor

adherencia, y una

alta satisfacción de

los pacientes.

Kircanski,

K. (2015)

N= 35

Rango de

edad= 8-

17 años.

M= 12.86

años.

Variables

predictivas:

variables clave

del proceso de

exposición

(angustia

inicial,

disminución de

la angustia en la

EPR durante la

sesión y entre

sesiones,

variabilidad de

la angustia, la

angustia

esperada versus

la real, angustia

Trastorno

obsesivo-

compulsivo

Las medidas durante

el tratamiento y

postratamiento,

mostraron una

significación alta (p

s<.001) en la prueba

t, en angustia inicial,

disminución de la

angustia en las

tareas dentro de la

sesión, variabilidad

en la angustia y

angustia final. Con

mayor número de

exposiciones

combinadas y mayor

variabilidad de la

Los resultados

apoyan la hipótesis,

con algunas

excepciones: la

angustia inicial no

predijo los

resultados en ningún

momento y una

mayor angustia

determinó una leve

mejoría a mitad del

tratamiento. Este

estudio enfatiza el

valor de la

variabilidad de la

angustia para

predecir la mejora

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15

final, número

de tareas de

EPR por sesión,

tiempo gastado

en cada sesión

de EPR y

proporción de

exposiciones

combinadas por

sesión).

angustia durante la

sesión predijo una

mejoría, aunque una

disminución de la

angustia dentro de la

sesión predijo una

mejoría moderada

postratamiento.

Mientras, que mayor

angustia al final del

tratamiento predijo

peores resultados.

en el tratamiento y

ayudar a los jóvenes

en el control de

emociones durante

EPR.

Olatunji,

B. O.

(2015)

N= 27

Rango de

edad= 12-

18 años.

M= 15.

Variable

manipulada: d-

cicloserina

(DCS). A un

grupo

experimental se

le administró 10

sesiones de

TCC y 50mg

de DCS, y a un

grupo control se

le administró 10

sesiones de

TCC y un

placebo.

Se midió la

gravedad de los

síntomas del

TOC.

También se

evaluó la

adherencia al

tratamiento.

Trastorno

obsesivo-

compulsivo

Según los resultados

hubo relación entre

cumplimiento de la

tarea (PEAS) y el

resultado de ERP

con las puntuaciones

de CY-BOCS. En el

grupo DCS se

observa que hay un

incremento de

PEAS y

puntuaciones más

bajas en CY-BOCS

a diferencia del

grupo placebo con

puntuaciones más

elevadas en CY-

BOCS. No hubo

relación con las

puntuaciones de

CY-BOCS y el

cumplimiento

posterior de la tarea

entre los grupos.

De acuerdo a las

hipótesis, el

cumplimiento de la

tarea de EPR se

asoció de manera

directa al resultado

del tratamiento en el

grupo experimental.

En el grupo control

(placebo) no se

asoció este

cumplimiento con el

resultado del

tratamiento.

Después de este

estudio se plantea la

posibilidad de que el

aumento de DCS

puede contribuir al

incremento del

cumplimiento de la

tarea.

Salemink,

E. (2015)

N= 16

Rango de

edad= 12-

19 años.

M= 15.4

Mide la eficacia

de la MSC-I

(Modificación

de la

Interpretación

del Sesgo

Cognitivo

computarizado)

junto TCC

frente a TCC

solamente.

Analiza las

interpretaciones

relevantes/

Trastorno

obsesivo

compulsivo

No hubo diferencias

entre grupos en la

medida de errores al

completar palabras.

El grupo placebo

tuvo una respuesta

más rápida en el

tiempo de respuesta

en identificar

interpretaciones

relevantes/

irrelevantes en el

TOC. El grupo

MSC-I era más lento

Este estudio

demuestra la

eficacia de la

introducción de la

MSC-I pues el

grupo que recibió

este entrenamiento

tuvo una respuesta

más lenta a las

interpretaciones

relevantes de TOC.

Así, este

entrenamiento puede

ser clínicamente

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irrelevantes de

TOC, el tiempo

de respuesta en

identificar

palabras

relevantes/

irrelevantes en

el TOC.

También mide

resultados

secundarios:

ansiedad y

depresión.

en las relevantes. Se

observa mejora en

los síntomas en el

grupo MSC-I en

relación a las

obsesiones, pero en

las compulsiones

hubo disminución

en ambos grupos.

En los resultados

secundarios: mejora

la ansiedad en el

grupo MSC-I, pero

sin diferencias en

depresión.

efectivo junto con el

tratamiento

estándar, además es

fácil de introducir y

productivo.

Lenhard, F

(2017)

N= 67

Rango de

edad= 12-

17 años

M= 14,60

Se analizó la

gravedad de los

síntomas del

TOC.

La variable

manipulada fue

la TCC-I.

Diseño de dos

grupos: un

grupo inicia la

TCC-I y el otro

lo hace después.

Se analizan la

depresión ,

ansiedad y

deterioro

funcional.

Trastorno

obsesivo-

compulsivo

El grupo TCC-I tuvo

puntuaciones

postratamiento (CY-

BOCS) más bajas,

con un moderado

efecto dentro del

grupo de 0.69, a

diferencia del grupo

control cuyo efecto

fue de 1.14 (d de

Cohen). En el

seguimiento de 3

meses se observa

mejora en ambos

grupos tras recibir la

TCC. También se

observan mejoras en

el grupo TCC-I

respecto a la

gravedad de los

síntomas de TOC,

aunque no hay

diferencias respecto

a los demás

síntomas evaluados.

Se evalúa la eficacia

de TCC-I guiado por

terapeuta señalando

la mejoría de los

síntomas. Se

observa una

reducción similar en

ambos grupos

después de la TCC-

I. Los médicos

gastaron un

promedio de 17.5

minutos por familia,

inferior a la TCC

estándar. Se observa

alta satisfacción,

aunque algunos

participantes

pidieron tener más

contacto con el

médico. TCC-I es

una intervención

eficaz, viable y

segura.

Storch, E.

A. (2019).

N=136

Rango de

edad=7-

17 años.

M= 12.46

Se evaluó las

ganancias

repentinas en

distintas

ocasiones (pre y

postratamiento,

y durante la

intervención)

como

predictoras de

Trastorno

obsesivo-

compulsivo

Los jóvenes que

obtuvieron una

ganancia repentina

junto con reversión,

mostraron una

mejoría respecto de

los que solo

obtuvieron

ganancias

repentinas. Los que

La existencia de

ganancias repentinas

a lo largo del

tratamiento es algo

usual, así como la

reversión de las

mismas lo que no

indica la ineficacia

del tratamiento.

Señalar que los

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17

la gravedad de

los síntomas del

TOC.

Además, se

analizaron los

posibles

síntomas

depresivos y

mejoras del

tratamiento.

Se manipuló la

DCS: a un

grupo se le

administró DCS

y al otro un

placebo.

obtuvieron

aumentos repentinos

eran en general

caucásicos. No se

observan otras

diferencias

significativas, salvo

la existentes entre

grupos después del

tratamiento (grupo

DCS M=10.73 y

grupo placebo

M=16.14). También,

se aprecian

diferencias

significativas

después del

tratamiento en la

gravedad del TOC

(puntuaciones CGI).

jóvenes que

presentan depresión,

hacen uso de ISRS o

tienen visión

reducida, presentan

una reversión de las

ganancias, por lo

que sufren riesgo de

de pérdidas durante

el tratamiento. La

TCC varía en niños

que tienen ganancias

repentinas en el

tratamiento debido a

su visión reducida.

En general, según los resultados obtenidos por la mayoría de los estudios incluidos en

esta revisión, la terapia cognitivo- conductual (TCC) en la intervención del trastorno

obsesivo-compulsivo en adolescentes y niños, es efectiva para reducir la gravedad de los

síntomas del trastorno.

Sin embargo, iniciando la recapitulación de los resultados, la terapia cognitivo-

conductual junto con otros tratamientos, como por ejemplo es el tratamiento de la d-

cicloserina estudiado por Olatunji et al. (2015) y Storch et al. (2019), no parece mejorar los

resultados que se pueden obtener con la TCC sola. Ambas investigaciones tratan de estudiar si

existen diferencias entre el tratamiento consistente únicamente en terapia cognitivo-

conductual o tratamientos conjuntos de TCC y d-cicloserina. En ambos estudios se realizaron

dos grupos: un grupo al que se le administró TCC junto d-cicloserina y otro grupo que recibió

TCC junto con placebo. Concretamente, el estudio de Olatunji et al. (2015) halló que el grupo

al que se le administró d-cicloserina reportó una mayor adherencia al tratamiento y una

disminución de las compulsiones en relación con el grupo placebo. Sin embargo, en cuanto a

la mejora en el cumplimiento de la tarea no se observaron diferencias entre ambos grupos, lo

que indica que el hecho de administrar d-cicloserina no implica una mejora en el rendimiento

de la tarea de EPR. Por otro lado, el estudio realizado por Storch et al. (2019), trata de

examinar las diferencias entre los grupos en cuanto a ganancias repentinas. Según los

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resultados de esta investigación no se aprecian diferencias entre ambos grupos. Esto indica

que con independencia de la administración o no de d-cicloserina se pueden obtener ganancias

repentinas a lo largo del tratamiento. De esta manera, y de conformidad a los resultados de

estos estudios podemos concluir que a pesar de unas leves diferencias, no mejoraron de

manera notoria los resultados de la TCC por la administración conjunta de d-cicloserina.

También se han incluido estudios que introducen la TCC de manera no estándar, es

decir, a través de otros medios como son la web o el teléfono. Entre estos estudios se

encuentran el realizado por Storch et al. (2011) y Lenhard et al. (2017), los cuales utilizaron

internet para administrar la terapia cognitiva-conductual. La única investigación en esta

revisión que empleó la vía telefónica para la administración de TCC, fue llevada a cabo por

Turner et al. (2014). Por motivos tecnológicos estos tres estudios se relacionan y serán

tratados de manera conjunta, pues utilizan medios propios del campo de aplicación de la

tecnología para llevar la terapia a los pacientes. Comparten, además, la inquietud por facilitar

el acceso a este tratamiento pues, tal y como señalan, no todos tienen las facilidades para

someterse al mismo. Empezando por el primero de los tres, Storch et al. (2011) encontraron,

gracias a la división aleatoria de la muestra en dos grupos (un grupo al que se le administró la

TCC a través de la web y un grupo de lista de espera al que también se evaluó), que el

tratamiento era eficaz, pues reducía los síntomas del TOC según las puntuaciones obtenidas

en la Children's Yale-Brown OC Scale (CY-BOCS). La mejoría del grupo de tratamiento

resultó ser de un promedio de 56.1% en contraposición al del grupo de lista de espera, que

resultó ser de 12.9%. Además, aseguraron la medida de mejora clínica mediante la Clinical

Global Impression Scale (CGI), la cual reflejó una gravedad mayor al inicio del estudio en el

grupo de TCC a través de la web, y un promedio de respuesta mayor, en lo que a mejora se

refiere, en este mismo grupo tras el tratamiento, con respecto al otro grupo. El estudio de

Lenhard et al. (2017), haciendo la misma división que el estudio anterior pero con distinta

muestra, encontró, según las puntuaciones obtenidas en la CY-BOCS, una mayor mejora y

remisión de los síntomas del TOC en el grupo que recibió TCC a través de internet, que en del

grupo de lista de espera. Estos estudios demuestran, por tanto, que la TCC a través de internet

es efectiva.

Para finalizar con los estudios que aplicaron las tecnologías al ámbito clínico, tal y

como se ha señalado anteriormente, cabe destacar los resultados obtenidos en la investigación

de Turner et al. (2014). Para una mejor comprensión, cabe describir cómo son los grupos

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establecidos aleatoriamente por los experimentadores: un grupo que recibió TCC cara a cara y

un grupo al que se le administró por vía telefónica. En los resultados obtenidos a través de las

puntuaciones medias de ambos grupos en la CY-BOCS, se puede observar que no hay

diferencias significativas en la respuesta al tratamiento. Del mismo modo, los resultados

secundarios, evaluación del funcionamiento global, credibilidad/expectativa y satisfacción, no

mostraron diferencias notables entre ambos grupos. Estos resultados demuestran la

efectividad de la TCC administrada por teléfono.

Además de la introducción de la TCC a través de medios tecnológicos, encontramos

que hay otros estudios que incorporan nuevas técnicas en la TCC con la finalidad de mejorar

su eficacia y obtener mayores resultados. Entre esos estudios podemos destacar dos de

carácter experimental que tratan de abordar la incorporación de nuevas técnicas como son la

intervención familiar en el estudio realizado por Piacentini et al. (2011) o el entrenamiento en

las interpretaciones del TOC, estudiado por la investigación desarrollada por Salemink,

Wolters y de Haan (2015). Concretamente, el estudio elaborado por Piacentini et al. (2011)

trata de estudiar las diferencias existentes entre el tratamiento cognitivo-conductual con

intervención familiar y el tratamiento psicoeducación-respiración, basado en psicoeducación y

relajación. La TCC con intervención familiar está diseñada con la finalidad de mejorar la

acomodación familiar y por tanto, la mejora de respuesta al tratamiento de exposición. Según

los resultados, el grupo de intervención familiar obtuvo un porcentaje de respuesta al

tratamiento de un 57.1% en comparación con el otro grupo con un 27.3%., también el grupo

de tratamiento familiar resultó tener mejor tasa de remisión con un 42.5% frente a un 17.6%

en el otro. También señalar que el grupo de adaptación familiar reportó una mejoría en la

gravedad de los síntomas así como en el deterioro funcional. De esta manera, en el estudio

resultó, que la TCC con intervención familiar tuvo mejores resultados, si bien, no pueden ser

comparables con a TCC estándar dado que en este estudio no se realizó una comparativa con

la misma. Por el contrario, el estudio de Salemink et al. (2015), en el cual, se incorpora el

entrenamiento en Modificación de la Interpretación del Sesgo Cognitivo (MSC-I) combinada

con TCC, se estudian las diferencias entre ese tratamiento combinado y TCC solamente. Para

ello, el estudio experimental asignó a cada grupo un tratamiento distinto. En orden a los

resultados, se observó, la inexistencia de diferencias en el conjunto de errores al interpretar

palabras, así, como en las disminución de creencias. Ahora bien, se encontraron diferencias en

el tiempo de respuesta al identificar las interpretaciones relevantes o irrelevantes de

obsesiones-compulsiones, concretamente, el grupo de MSC-I tuvo una respuesta más lenta

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20

que el grupo placebo, sobre todo, la diferencia fue mayor en la identificación de

interpretaciones relevantes de TOC. Estos resultados, arrojan una eficacia del entrenamiento

en la modificación de las interpretaciones en el trastorno obsesivo-compulsivo en

comparación con la TCC solamente, por lo que, pudiera resultar una técnica a emplear en el

tratamiento del TOC.

Por último, se encuentran aquellos estudios en los que distintas variables han

moderado la mejoría del trastorno mediante la administración de la TCC. Entre estos estudios

encontramos el realizado por Nakatani et al. (2011), en el cual se estudió cómo la edad de

aparición de los síntomas del TOC influye en la respuesta al tratamiento. Para ello dividieron

la muestra en dos: un grupo se compuso por todos aquellos participantes que mostraron

indicios antes de los 9 años, denominándose así grupo de inicio temprano, y un segundo

grupo de inicio tardío, formado por todos aquellos participantes que informaron del inicio del

TOC a partir de los 10 o más años. Además, realizaron una subdivisión dentro de cada uno de

manera proporcional en ambos grupos, de forma que a unos se les administró TCC, y de estos

otro subconjunto recibió TCC junto con ISRS (inhibidores selectivos de la recaptación de

serotonina). Compararon las puntuaciones obtenidas en los cuestionarios y escalas siguientes:

CY-BOCS, ChOCI, BDI, SDQ y GAPD. Atendiendo a la gravedad de los síntomas, no se

observaron diferencias significativas entre grupos, aunque sí se apreciaron mayores

dificultades psicosociales en el grupo de inicio temprano. A su vez, la remisión de los

síntomas fue mayor en el grupo de inicio temprano, aunque ambos grupos respondieron bien

al tratamiento. Por último, y según los resultados obtenidos de aquellos que fueron tratados

con TCC junto con ISRS, se encontró una mayor gravedad de los síntomas de TOC después

de la TCC. Considerándose así, que los ISRS pueden actuar como una barrera en la TCC.

En esta misma línea, está el estudio realizado por Kircanski y Peris (2015), en el cual

se evaluó como variable moderadora de la respuesta al tratamiento, la angustia, a través de

pruebas t acerca de la angustia. Compusieron los grupos en base a dos tipos de tratamiento:

uno de ensayos no controlado (n=5) y otro de ensayo clínico controlado (n=30) . Los

resultados obtenidos tras la evaluación realizada a mitad del tratamiento, mostraron que la

angustia se incrementó ligeramente durante la intervención. Además, a lo largo de la

intervención se observó que la disminución de la angustia entre sesiones, el realizar más

exposiciones combinadas (con más de un síntoma a trabajar simultáneamente) y una mayor

variabilidad de la angustia durante la EPR, predijeron una mejoría. Medidas realizadas en el

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21

postratamiento demostraron que una mayor proporción de tareas de EPR estaba ligada a una

mejora, al contrario que la presencia de una mayor angustia al final del tratamiento,

pronóstico de una mejoría menor. Finalmente, en la evaluación de seguimiento tras tres

meses, se encontró que una mayor disminución de la angustia a través de tareas dentro de la

sesión y una mayor variabilidad de la misma predecían una moderada mejoría. Tras una

medición de poder centrada en las hipótesis planteadas, se observó una mejora de los

resultados del tratamiento. Por lo que se puede observar que la variabilidad de la angustia

durante el tratamiento y postratamiento modera el efecto de la TCC.

Williams et al. (2010), realizaron un estudio acerca de las atribuciones de

responsabilidad de 21 niños y adolescentes con TOC de entre 9-18 años de edad. Este proceso

cognitivo de responsabilidad fue investigado mediante un tratamiento de TCC centrando en

eso. Las condiciones experimentales fueron: un grupo al que se le administró la TCC

inmediatamente y otro grupo que la recibió 12 semanas después. Los resultados de esta

investigación reflejaron diferencias significativas de grupo a los tres meses de intervención

entre el grupo que sí la había recibido y el que aún no había comenzado. Sin embargo, tras 12

semanas de intervención para el grupo que no había accedido a la TCC, no se encontraron

diferencias entre ambos grupos. El único efecto significativo encontrado tras los 6 meses de la

aplicación total de TCC, fue el causado por el tiempo.

4. DISCUSIÓN.

La terapia cognitivo-conductual ha resultado ser eficaz para el tratamiento del TOC

pediátrico según se ha demostrado en los estudios expuestos. Esta afirmación tiene el apoyo

de muchos estudios, revisiones y meta-análisis, como es la revisión realizada por Krebs y

Heyman (2015), en la cual señalan los logros de las investigaciones con ensayos clínicos

aleatorios (ECA) realizadas para el TOC pediátrico. En los estudios evaluados en esta revisión

se demuestra la efectividad de la TCC en la reducción de los síntomas, reducción que puede

llegar a rondar los porcentajes del 40%-65% (Watson y Rees, 2008). Esta efectividad, tal y

como se concreta en el meta-análisis de 127 artículos de Watson y Rees (2008), se demostró

al encontrar una heterogeneidad significativa en la comparación de la TCC y el grupo control,

además de una superioridad en cuanto a efecto de tratamiento con respecto a la intervención

con ISRS, intervención escogida en numerosos casos para el TOC pediátrico. Otros meta-

análisis, como el de Öst, Riise, Wergeland, Hansen y Kvale (2016), respaldan esta

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superioridad de la TCC, encontrando tamaños del efecto del tratamiento (g = 0.53) mayores

que los resultantes de los ISRS (g = 0.48), y tasas de respuesta al tratamiento y remisión de

los síntomas también mayores (TCC con un 69.6% y ISRS con un 48.9%), recomendando así

la TCC como tratamiento de primera línea para el TOC pediátrico. En cuanto a la eficacia de

un tratamiento compuesto, es decir, TCC junto a ISRS, el estudio de Nakatani et al. (2011)

encontró, tal y como se ha señalado en el apartado anterior, que los ISRS parecen bloquear los

efectos de la TCC cuando se administran ambos tratamientos de manera conjunta. El estudio

de Storch et al. (2019), al estudiar las ganancias repentinas, observó que el uso de ISRS da

lugar a reversiones en la TCC. Sin embargo, el meta-análisis de Öst et al. (2016), no encontró

ninguna ganancia adicional en el tratamiento combinado en comparación al monotratamiento

con TCC en niños con TOC moderado-grave, pero tampoco encontraron lo contrario como

parece indicar el estudio de Nakatani et al. (2011). Es más, en este meta-análisis se observó

que la intervención combinada tiene mejores resultados que los ISRS solos. A esto, la revisión

sistemática de Turner et al. (2018), destaca que el tratamiento combinado es efectivo.

En la línea de los anterior, hay estudios que han realizado una comparación entre la

TCC y la TCC combinada con d-cicloserina (DCS). La DCS es un medicamento, que mejora

el trabajo del receptor NMDA que interviene a nivel neuronal (Olatunji et al., 2015). Se ha

visto, que el empleo de la DCS puede incrementar los resultados de la TCC. Concretamente,

el estudio realizado por Olatunji et al. (2015), emplea la DCS estudiando su eficacia en la

mejora dentro de la EPR, aunque no encontraron inicialmente diferencias significativas con

respecto al grupo que no recibió DCS. Sin embargo, un examen posterior determinó que los

resultados en el cumplimiento de la tarea fueron mayores en el grupo de DCS, señalando así

la necesidad de arrojar más luz a través de nuevas investigaciones. En este estudio, también se

remarca la posibilidad de emplear la DCS en tratamientos concretos. Storch et al. (2019) , que

también introduce la DCS en su estudio, observaron que la presencia de DCS no resultó

incrementar las ganancias repentinas durante el tratamiento. De esta forma, con independencia

de la administración de DCS, se obtenían ganancias repentinas a lo largo del tratamiento más

relacionadas con las actividades de exposición y respuesta, y con el procedimiento

terapéutico. Tal y como se ha mostrado evidencia suficiente para afirmar que la DCS junto

con TCC resulta más efectiva que la TCC sola.

Otros estudios han realizado una investigación de los factores previos a la intervención

que moderan o predicen la respuesta a la TCC. Concretamente, encontramos factores como

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las ganancias repentinas, historia familiar de TOC, la edad de inicio del TOC, la angustia, la

acomodación familiar, o la responsabilidad entre otros, que han sido objeto de estudio en la

terapia cognitivo-conductual del TOC.

Comenzando por el primero, las ganancias repentinas, es importante señalar su

carácter predictor del resultado del tratamiento. Las ganancias repentinas son aquellas que se

obtienen durante, después o entre sesiones de tratamiento, y que pueden ser indicativas de una

mejora de respuesta a la TCC. Un estudio realizado por Storch et al. (2019), llevó a cabo una

medición de las ganancias repentinas. En esta investigación, se alude a que estas ganancias

repentinas pueden surgir después o al final del tratamiento en las actividades de exposición y

respuesta. Estos investigadores señalan que, normalmente, la aparición de una ganancia

repentina está asociada a una posterior remisión de esa ganancia, lo cual, no es impeditivo de

la mejora en el tratamiento. De hecho, en este estudio, resultó que aquellos pacientes con

ganancia y reversión mejoraron, disminuyendo los síntomas del TOC respecto de los que solo

presentaron ganancias. También, se estudia la respuesta al tratamiento entre aquellos jóvenes

que tuvieron alguna/s ganancia/s repentina/s, respecto de los que no tuvieron ninguna. Esto

mostró que la obtención de ganancia repentina versus no ganancia repentina, predecía una

mejor respuesta al tratamiento en el primer caso. Si bien, a pesar de estos resultados, no se

pudo llevar a cabo una predicción de la presencia de las ganancias repentinas, entendiéndose

que se pueden asociar tanto al proceso de tratamiento, como a las actividades de EPR, lo que

requiere nuevas investigaciones al respecto. Además, no existe relación, entre la gravedad del

TOC y la obtención o no de ganancias repentinas, lo cual resulta en la posibilidad de que,

independientemente de la gravedad de los síntomas que se presenten, pueden obtenerse

ganancias repentinas durante la TCC.

Los antecedentes familiares de primer grado de TOC, son otro moderador a

considerar. La revisión de Turner et al. (2018), sugiere que los niños que tienen historia

familiar de TOC pueden no verse beneficiados por la TCC si no es en combinación con

farmacoterapia, ya que parece que el tratamiento combinado es efectivo en estos niños,

aunque en menor medida que en aquellos que no tienen estos antecedentes.

Otro moderador a tener en cuenta durante el proceso de TCC es el comienzo del TOC,

esto es, si el trastorno tuvo su aparición en una edad temprana o edad tardía. En el estudio

realizado por Nakatani et al. (2011), se definió la edad temprana de aparición de los síntomas

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del TOC a los 9 o menos años de edad, mientras que, a partir de los 10 años en adelante, se

consideraba edad tardía. Nakatani et al. (2011), señalan las diferencias clínicas entre los niños

de edad temprana respecto de los de edad tardía, discrepancias que resultaron en una mayor

duración de la enfermedad y mayor número de compulsiones en los niños con edad temprana

de aparición. A pesar de estas diferencias, no se hayan distinciones en cuanto a la gravedad de

los síntomas del TOC. Ahora bien, se ha señalado la existencia de discrepancias en cuanto al

género, aunque no concretamente en este estudio de Nakatani et al. (2011), en el que la

muestra fue equilibrada, sino en otros a los que este estudio refiere, como por ejemplo, el de

Geller et al. (2001), el cual alude a una preponderancia masculina en la presencia del TOC.

Por otro lado, los padres de los niños de inicio temprano informan de mayores dificultades

psicosociales. Esto puede deberse a la falta de percepción del trastorno a edades tempranas,

lo que impide que se solicite la ayuda necesaria (Nakatani et al., 2011). Para concluir, la

aplicación de TCC para tratar el TOC, tanto en edades de inicio temprano como tardío, ha

demostrado ser totalmente eficaz, pues en los resultados del estudio de Nakatani et al. (2011),

tanto la población de inicio temprano como los de inicio tardío resultaron responder al

tratamiento.

Dentro de los moderadores, encontramos también la medición de la angustia, a lo

largo del tratamiento y al finalizar el mismo, como predictora de la respuesta a la

intervención. El estudio realizado por Kircanski y Peris (2015), trató de establecer una

relación entre la angustia inicial y los resultados del tratamiento sin encontrar vínculo alguno.

Se encontró que la variación de la angustia durante las sesiones, así como entre sesiones, si

era predictora de una mejora en los resultados de la TCC. Por otro lado, la variación de la

angustia y la mejora de esta, en la EPR de la TCC, puede facilitar a los pacientes el control de

sus emociones. De esta manera, se resalta la importancia de la medición de la angustia durante

el tratamiento y la variación que sufre durante y entre sesiones. La revisión realizada por

Turner et al. (2018), confirmó que la introducción de estrategias de afrontamiento destinadas a

mejorar la autorregulación de la angustia en los niños y el manejo de la ansiedad en los

padres y de las conductas desadaptativas de sus hijos, son beneficiosas para la TCC.

Continuando con la línea argumental referente a los moderadores, se señala la

acomodación familiar como factor que puede fortalecer los comportamientos de evitación y

sabotear las actividades de exposición y respuesta. En esta línea, hay estudios que han

remarcado la necesidad de incorporar en el tratamiento pediátrico del TOC el tratamiento

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familiar (Piacentini et al., 2011). El objetivo de este tratamiento no es otro que el de incluir

sesiones familiares para intervenir en la dinámica de funcionamiento de la familia (Barrett,

Farrell, Pina, Peris, y Piacentini, 2008). Interviniendo en este ámbito, se puede mejorar la

eficacia y la remisión de los síntomas del TOC. Piacentini et al. (2011), realizan una

investigación comparativa entre la TCC con intervención familiar y el tratamiento de

psicoeducación y respiración. En la misma, señalan las mejoras que tuvo la intervención

familiar en la terapia cognitivo-conductual, las cuales dieron lugar a una remisión de los

síntomas del TOC y del deterioro funcional. Storch et al. (2007) también aluden a la mejora

de la TCC mediante la incorporación de una intervención familiar, de forma que los padres

aprenden herramientas para afrontar los comportamientos del TOC de sus hijos y otras

conductas disruptivas. De esta manera se reduce la acomodación. Aunque estos estudios se

inclinan hacia la evidencia del empleo de una intervención familiar en el tratamiento del TOC

pediátrico como medio para poder mejorar la respuesta a la TCC, disminuir la gravedad de los

síntomas y las conductas obsesivas-compulsivas, es necesaria una mayor investigación, pues

no está clara la relación. Por el contrario, encontramos el estudio de Öst et al. (2016), en el

que se realizó una comparativa entre TCC basada en la familia y TCC individual, tras la cual

no se hallaron diferencias significativas. Por último, destacar dentro de los estudios de

alojamiento familiar, la revisión realizada por Turner et al. (2018), la cual cuenta como un

reforzador más de la idea de que a mayor acomodación familiar de los síntomas del TOC,

mayor es la predicción de una respuesta más baja al tratamiento.

En cuanto a la responsabilidad, como factor moderador de la respuesta a la TCC, fue

estudiada por Williams (2010). Lo destacable de esta investigación es que señalan la

posibilidad de que la terapia centrada en las cogniciones de responsabilidad, no sea suficiente

para cambiar el comportamiento sino que estén implicados otros factores como el afectivo,

pues los niños y adolescentes pueden verse apoyados por otra persona y esto beneficiar el

cambio.

Todos estos moderadores y predictores hacen notoria, no solo la gravedad del TOC

sino el deterioro en la calidad de vida que este produce. El funcionamiento escolar y

competencias sociales, se ven afectados por el TOC, tal y como informan los padres de estos

pacientes, lo que resulta en un funcionamiento social muy deficiente de la población con TOC

en comparación a la población que no tiene este trastorno. Además, se hace evidente el alto

impacto negativo del TOC a nivel social en estos niños y adolescentes. Aunque el

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rendimiento escolar no parece estar tan afectado como el funcionamiento social, también se

puede ver que se encuentra dañado aunque en menor nivel (Weidle et al., 2014).

Los resultados recabados por Weidle et al. (2014), casan con los obtenidos en otro

estudio realizado por Lack et al. (2009) con pacientes, niños y adolescentes con TOC, y sus

padres, en comparación con población sana. Por lo que investigaciones como estas hacen

evidente el deterioro y la afectación del trastorno obsesivo- compulsivo en la población

infantil y en los adolescentes. Además, en el estudio de Weidle et al. (2014) se observa, que la

comorbilidad del TOC con otros trastornos, reduce en mayor grado la calidad de vida de la

persona, que el TOC solo. Lo cual nos lleva a otro posible moderador; la comorbilidad. Según

la revisión sistemática realizada por Turner et al. (2018), se encuentran significativos efectos

en cuanto a la existencia de comorbilidad con otros trastornos, como pueden ser tics, en la

respuesta a la TCC, resultando ser más baja. A esto, se suma la afirmación realizada por

Nakatani et al. (2011) en su estudio, acerca de la relación de la edad temprana de inicio del

TOC y la comorbilidad, ya que a menor edad de inicio, mayor predisposición a desarrollar

otros trastornos comórbidos. Esto demuestra que la comorbilidad puede ser un moderador de

la respuesta al tratamiento, pudiendo repercutir negativamente en la misma.

También, es interesante resaltar, en relación al estudio realizado por Salemink et al.

(2015), la incorporación de entrenamiento en la modificación de sesgo cognitivo

computarizado (MSC-I) en la TCC como herramienta. La MSC-I actúa directamente en el

sesgo interpretativo con el fin de generar poco a poco, mediante entrenamiento, una

interpretación más positiva. Siguiendo este estudio, se resaltan las diferencias existentes entre

los grupos de tratamiento en cuanto a la interpretación de fragmentos relevantes para el TOC,

siendo más lenta la respuesta en el grupo de TCC junto con MSC-I, lo cual es indicativo de un

aumento de interpretaciones positivas y un incremento del control sobre la información

relativa al TOC, o lo que es lo mismo, una mayor inhibición de las amenazas. Hay otros

estudios, como el realizado por Salemink, Van den Hout y Kindt (2009) y el efectuado por

Salemink, Kindt, Rienties y Van Den Hout (2014), los cuales, al igual que el de Salemink et

al. (2015), se observaron respuestas lentas a las amenazas. Sin embargo, en otros estudios,

como los realizados por Beadel, Smyth y Teachman (2014) o Williams y Grisham (2013), no

se observó esa diferencia. En todo caso, los resultados obtenidos en el estudio de Salemink et

al. (2015), auguran la eficacia clínica de introducir la MSC-I en la TCC como herramienta

efectiva para modificar el sesgo cognitivo.

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Por último, se ha recabado información acerca de la administración de la TCC de una

manera no habitual; a través de las nuevas tecnologías, más concretamente la web/internet y el

teléfono. Los resultados de los distintos estudios expuestos en el apartado anterior, que han

analizado la TCC a través de estos medios tecnológicos, han demostrado que hay diferencias

en efectividad entre este tratamiento y la lista de espera, evidenciando la eficacia de la TCC a

través de la web/internet (Storch et al., 2011; Lenhard et al., 2017). De hecho, la reducción de

los síntomas del TOC fueron evidentes a pesar de que al inicio del experimento, de manera

aleatoria, los pacientes más graves fueron asignados al grupo de TCC a través de la web. La

TCC en la web, además de traspasar las barreras geográficas, mejora la acomodación familiar,

permite la interacción en vivo entre paciente y terapeuta, y mantiene las ganancias de la TCC

clínica (Storch et al., 2011). Parece ser que la TCC por internet reduce el tiempo de consulta

en comparación al tratamiento estándar, y aunque algunos pacientes señalaron su necesidad de

tener más contacto con el médico, la satisfacción con la intervención era mayoritaria (Lenhard

et al., 2017). Además, comparando la TCC estándar, es decir, cara a cara, con la TCC a través

del teléfono, no se observan diferencias notables en cuanto a respuesta al tratamiento,

encontrándose asimismo altas tasas de adherencia (Turner et al., 2014). Esto evidencia la

eficacia de este medio para administrar la TCC.

En consonancia con lo anterior, es importante destacar, dentro de esta evolución

clínica a través de los medios, la aparición de protocolos de intervención autoguiada y

automatizada de TCC. Una de estas propuestas, se ha basado en la EPR y está enfocada a los

adolescentes de entre 12-18 años. Esta propuesta toma el nombre de “TOC? ¡Yo no!” (Rees,

Anderson y Finlay-Jones, 2015). El programa aspira a reducir los niveles de angustia y la

acomodación familiar, aportando recursos de apoyo y psicoeducación.

5. CONCLUSIÓN.

Tras lo expuesto a lo largo de toda la revisión se concluyen varios aspectos

importantes. Por un lado, se reconoce la eficacia de la TCC en población pediátrica con TOC,

demostrada en los distintos estudios comentados. Esta efectividad es señalada incluso en

comparación con otros tratamientos. Sin embargo, se ve necesario destacar el impacto de

aquellos factores potencialmente moderadores y predictores de los resultados de la TCC.

Todos ellos, se ha comprobado que pueden perjudicar al tratamiento y, por tanto, a la

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gravedad y deterioro del TOC. Al igual que lo comentado anteriormente, se señala la

necesidad de una mayor investigación en este campo, porque, no solo consiste en buscar un

tratamiento eficaz para reducir la afectación que esta enfermedad produce en el paciente, sino

en poder controlar o al menos tener en consideración, los determinantes que pueden producir

una respuesta más baja a la intervención, y por ende, una menor mejora en la persona.

Por otro lado, es pertinente remarcar la necesidad de introducir la acomodación

familiar en la TCC, pues como se ha visto, el alojamiento familiar de los síntomas del TOC

puede reducir su eficacia y mantener o agravar el problema. Aunque, visto desde una

perspectiva solícita y aplicada, tal vez la psicoeducación a la familia junto a la TCC sea

enriquecedor para los resultados del tratamiento.

Por último, parece oportuno destacar la necesidad, cada vez mayor, de facilitar una

mayor accesibilidad a la terapia, pues no todas las personas con TOC tienen la facilidad de

disponer de la misma. Además, al igual que evolucionan las nuevas tecnologías y las

generaciones más recientes crecen en un mundo altamente tecnológico, debe de haber, en

consonancia, una evolución clínica en la aplicación del tratamiento. Aunque también es

importante determinar cautelosamente, de qué manera facilitar el acceso a programas

autoguiados teniendo en cuenta las necesidades individuales del paciente. Por tanto, se ha de

marcar adecuadamente el nivel directivo del programa, pues cada paciente con sus

características individuales responde de una manera particular a cada escalón del tratamiento,

y es imprescindible ver hasta dónde deben llegar sin supervisión directa de un profesional.

Por tanto, es un campo abierto a la investigación, que aún hay que explorar.

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