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Edición: Consejo de Ciencia y Tecnología del Estado de Tabasco Diseño e Ilustraciones: Ricardo Torres Baños Las opiniones contenidas en los discursos y artículos de la presente edición, no reflejan necesariamente las del Consejo de Ciencia y Tecnología del Estado de Tabasco y del Gobierno del Estado. Toda correspondencia deberá dirigirse al Consejo de Ciencia y Tecnología del Estado de Tabasco Av. Carlos Pellicer Cámara 502 Esq. Rullán Ferrer, Col. Mayito, C.P. 86090 Villahermosa, Tabasco, México. Tels.: (993) 312-8116, 314-5409 Fax: Ext. 100 e-mail: [email protected] Diciembre de 2002 ISSN 1665-3505 Tiraje: 1,000 ejemplares Directorio Manuel Andrade Díaz Gobernador del Estado Walter Ramírez Izquierdo Secretario de Educación y Presidente de la Junta Directiva del CCYTET Miguel O. Chávez Lomelí Director General del Consejo de Ciencia y Tecnología del Estado de Tabasco ÍNDICE 25 Ciencia, Investigadores y Vivencias La primatología de campo: Estudio, aventura y suerte Juan Carlos Serio Silva 11 7 3 El papel de la ciencia en el desarrollo sostenible Angela Merkel Cultura, la cuarta dimensión Raoul Weiler y Friedrich Schmidt-Bleek Economía y desarrollo sustentable Sebastián Rodríguez Rodríguez 16 Manifiesto por la Vida: Por una ética para la sustentabilidad 29 Instrucciones a los autores y normas editoriales 31 Aviso importante para suscriptores

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Edición:Consejo de Ciencia y Tecnología

del Estado de Tabasco

Diseño e Ilustraciones:Ricardo Torres Baños

Las opiniones contenidas en losdiscursos y artículos de la presenteedición, no reflejan necesariamente

las del Consejo de Ciencia yTecnología del Estado de Tabasco

y del Gobierno del Estado.

Toda correspondencia deberádirigirse al Consejo de Ciencia y

Tecnología del Estadode Tabasco

•Av. Carlos Pellicer Cámara 502Esq. Rullán Ferrer, Col. Mayito,

C.P. 86090Villahermosa, Tabasco, México.

Tels.: (993) 312-8116, 314-5409Fax: Ext. 100

e-mail: [email protected]

Diciembre de 2002

ISSN 1665-3505

Tiraje: 1,000 ejemplares

Directorio

Manuel Andrade DíazGobernador del Estado

Walter Ramírez IzquierdoSecretario de Educación

y Presidente de la Junta Directivadel CCYTET

Miguel O. Chávez LomelíDirector General del Consejo de Ciencia

y Tecnología del Estado de Tabasco

Í N D I C E

25 Ciencia, Investigadores y VivenciasLa primatología de campo:Estudio, aventura y suerteJuan Carlos Serio Silva

11

7

3 El papel de la ciencia en el desarrollosostenibleAngela Merkel

Cultura, la cuarta dimensión

Raoul Weiler y Friedrich Schmidt-Bleek

Economía y desarrollo sustentable

Sebastián Rodríguez Rodríguez

16 Manifiesto por la Vida:Por una ética para la sustentabilidad

29 Instrucciones a los autoresy normas editoriales

31 Aviso importante para suscriptores

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P r e s e n t a c i ó n

Miguel O. Chávez Lomelí

Cada día es más evidente que los patrones actuales de consumo y producciónno permitirán el aprovechamiento indefinido de los recursos naturales. El incre-mento de la población y, consecuentemente, de las necesidades productivas,que se ha registrado a nivel mundial en las últimas décadas, se encuentra en elcentro de las discusiones sobre las causas de impactos que amenazan la salud yel bienestar.

La habilidad del hombre para modificar la naturaleza está fuera de discusión. Loque no es tan evidente es la capacidad humana para aprovecharla racionalmente,a fin de que mantenga su vitalidad y el beneficio económico perdurable. Dehecho, el término sustentabilidad, que se ha convertido en el concepto central ala hora de estudiar la compleja relación entre el entorno y la economía, plantea eldesafío de mantener ese delicado equilibrio entre la capacidad de destruir y lade crear.

Con la invitación a reflexionar sobre el tema, en esta décima edición de “Diálo-gos” que hoy tiene Usted en sus manos, presentamos cuatro artículos que abor-dan el desarrollo sustentable desde distintos ángulos.

En primer término, Angela Merkel analiza El Papel de la Ciencia en el Desarro-llo Sostenible, planteándolo como un importante desafío que habrán de com-partir políticos y científicos en este naciente Siglo XXI.

Inmediatamente, Raoul Weiler y Friedrich Schmidt-Bleek, proponen en Cultura,la Cuarta Dimensión, el reconocimiento de una componente cultural en el esque-ma del desarrollo sustentable.

Desde la óptica de la Sociología, en Economía y Desarrollo Sustentable,Sebastián Rodríguez Rodríguez aborda los aspectos de economía y política eco-nómica y puntualiza el papel de la iniciativa privada en la planificación del pro-greso de Tabasco, sobre bases de sustentabilidad.

Para redondear el tema con una visión muy amplia, con un enfoque ético, sereproduce el Manifiesto por la Vida: Por una Ética para la Sustentabilidad,documento surgido del Simposio sobre Ética y Desarrollo Sustentable, celebra-do en Bogotá, Colombia, del 2 al 4 de mayo de este año.

Completando el contenido de este número, abrimos la ventana Ciencia,Investigadores y Vivencias, que esperamos se nutra con aportaciones originalessobre experiencias propias del trabajo de investigación en las diferentes disciplinascientíficas. En esta ocasión, es Juan Carlos Serio Silva quien comparte sus vivenciasen La Primatología de Campo: Estudio, Aventura y Suerte.

Con este ejemplar de “Diálogos”, reiteramos la invitación para que Usted nosaporte sus comentarios y sugerencias o, mejor aún, para que someta a considera-ción del Comité Editorial colaboraciones originales, que puedan enriquecer cadavez más este espacio, que es suyo.

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El papel de la ciencia enel desarrollo sostenible*****

Angela Merkel**

*Tomado del sit io electrónico de Science Magazine(www.sciencemag.org/cgi/content/full/281/5375/336), publicadoen las páginas 336-337 del No. 5375, Volumen 281, del 17 de juliode 1998. Reproducido con autorización de la AsociaciónNorteamericana para el Avance de la Ciencia (AAAS). Traduccióndel CCYTET. En casos cruciales, favor de remitirse a la versiónoficial (en inglés), originalmente impresa en SCIENCE.

**Angela Merkel recibió su grado en Física por la Universidadde Leipzig, y su Doctorado por el Instituto Central de Física Química,de la Academia de Ciencias, en Berlín Oriental. Desde 1990, hasido miembro del Parlamento Alemán, y desde 1994, ha sido Ministradel Ambiente, la conservación de la Naturaleza y la SeguridadNuclear.

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La autorización otorgada por la Asociación Norteamericanapara el Avance de la Ciencia (AAAS) para la reproducciónde este artículo no ampara su publicación en la Internet, por loque, para la consulta del texto original, en inglés, deberá remi-tirse a la versión impresa o la electrónica de la Revista SCIENCE,como se indica al pie de esta página.

Para obtener una copia de la traducción al español, puedesolicitarla directamente, dirigiéndose a nuestro correo electró-nico: [email protected].

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La autorización otorgada por la Asociación Norteamericana para el Avance de laCiencia (AAAS) para la reproducción de este artículo no ampara su publicaciónen la Internet, por lo que, para la consulta del texto original, en inglés, deberáremitirse a la versión impresa o la electrónica de la Revista SCIENCE, como seindica al pie de la página 3.

Para obtener una copia de la traducción al español, puede solicitarla directamenteen nuestro correo electrónico: [email protected].

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La autorización otorgada por la Asociación Norteamericana para el Avance de laCiencia (AAAS) para la reproducción de este artículo no ampara su publicaciónen la Internet, por lo que, para la consulta del texto original, en inglés, deberáremitirse a la versión impresa o la electrónica de la Revista SCIENCE, como seindica al pie de la página 3.

Para obtener una copia de la traducción al español, puede solicitarla directamenteen nuestro correo electrónico: [email protected].

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La autorización otorgada por la Asociación Norteamericana para el Avance de laCiencia (AAAS) para la reproducción de este artículo no ampara su publicaciónen la Internet, por lo que, para la consulta del texto original, en inglés, deberáremitirse a la versión impresa o la electrónica de la Revista SCIENCE, como seindica al pie de la página 3.

Para obtener una copia de la traducción al español, puede solicitarla directamenteen nuestro correo electrónico: [email protected].

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Cultura,la cuarta dimensión*

Raoul Weiler**Friedrich Schmidt-Bleek***

Traducción: Virginia Sánchez Arca

El desarrollo tecnológico y el crecimiento econó-mico, aunque han aportado prosperidad, aumen-tan las desigualdades, el consumo de recursos, lasmigraciones y el terrorismo. Las medidas correcto-ras no han reducido las tensiones sociales, porquefalta una perspectiva global que integre la diversi-dad cultural, que es la cuarta dimensión del desa-rrollo sostenible.

El concepto de desarrollo sostenible emana princi-palmente de la preocupación por la capacidad delsistema ecológico mundial para soportar la crecientepoblación mundial y el aumento de la utilización desus recursos.

La velocidad y orientación del crecimiento económi-co e industrial no pueden mantenerse sin que la aten-c ión se cen t re en l a pobreza y e l de te r io romedioambiental. Hoy, el 20 por ciento de la pobla-ción mundial consume el 80 por ciento de los recur-sos naturales, mientras que la mitad de la poblaciónvive en la pobreza.

La realidad es que el desarrollo tecnológico y el cre-cimiento económico han aumentado la separación en-tre ricos y pobres, así como la desigualdad entre lagente, las naciones y las regiones.

La cultura, cuarta dimensión

El aumento creciente del consumo de recursos, lastensiones sociales, la migración económica y el terro-rismo, suponen una carga económica y medioambientalque pesa cada vez más sobre la sociedad mundial.

El costo de las medidas de protección de las dife-rentes sociedades seguirá acrecentándose si las ten-siones y desigualdades se amplían. La solución a lar-go plazo debe apoyarse en la solidaridad y la tole-rancia de las diferencias culturales, lo que implicauna nueva alianza para el desarrollo internacional.

Por eso consideramos que la cultura es la cuarta di-mensión del desarrollo sostenible. Las culturas huma-nas se caracterizan por su enorme diversidad, que es

*Texto extractado del documento de trabajo “Visions and Roadmapsfor Sustainable Development in a Networked Knowledge Society”,elaborado por Raoul Weiler y Friederich Schmidt-Bleek, a instanciasde la Comisión Europea, en el marco de los preparativos de la segun-da Cumbre de la Tierra, que se celebró en Johannesburgo, Sudáfrica,en agosto y septiembre de este año. Tomado del sitio electrónico:h t t p : / / w w w . w e b z i n e m a k e r . c o m / a d m i / e x e c /print.php3?ident=tendencias&rubr=1&id=34197

**Presidente del Capítulo de Bruselas del Club de Roma.

***Presidente del Instituto Factor 10.

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un reflejo de la riqueza de la actividad humana. Cadacultura es portadora de una visión distinta del mun-do, a través de una variedad de costumbres, lenguas,artes y conocimiento específico.

Una sociedad multicultural debe basarse en el respe-to mutuo, la tolerancia y el reconocimiento de dife-rencias, para la correcta aplicación de los respecti-vos sistemas de valores.

No obstante, la cultura es la más vulnerable en lainteracción con las demás dimensiones de la capaci-dad de sustentación. Por ello requiere un reconoci-miento específico y ser considerada separadamenteen los objetivos del desarrollo sostenible.

Nuevas oportunidades

La rápida emergencia de las tecnologías de la infor-mación, concretamente las comunicaciones globalesrápidas y baratas, sobre todo Internet en los años90, ha ampliado de forma considerable las posibili-dades de cambio social.

La sociedad del futuro sufrirá importantes modifica-ciones debido al surgimiento de las tecnologías de lainformación y la comunicación, y a la aparición deuna sociedad mundial de conocimiento en red.

Estas tecnologías nos brindan en este momento laoportunidad de potenciar e integrar a miles de millo-nes de personas, incluso en los países más pobres, y,mediante esto, de propagar la prosperidad y la edu-cación de forma mucho más amplia que antes.

La combinación del “saber hacer ” (“know-how”) ydel “saber por qué” (“know-why”) puede romper elcírculo vicioso de la pobreza y la desolación queconviven en medio de la riqueza.

Además, las nuevas tecnologías ofrecen una vía dedesarrollo que lleva hacia una sociedad global en red,comunicativa, en la que el valor económico y la crea-tividad se centran en dar un servicio no material, enlugar de la producción industrial de bienes.

Diferentes vías

Estas tecnologías proponen, en consecuencia, nuevasmaneras de satisfacer la necesidad de acceder a laeducación, al cuidado de la salud, a los mercados ya la innovación; no como alternativas a los métodostradicionales, sino como un complemento que puedepermitir que las competencias y los recursos sean uti-lizados de forma mucho más eficaz, donde y cuandosean necesarias.

Por lo tanto, estas tecnologías ofrecen diferentes víasde desarrollo económico y social. De un lado, unavía por la que los países pobres puedan acceder másrápido a una mejor calidad de vida, sin las enormesinversiones y el daño medioambiental que produce laindustrialización centralizada.

De ot ro lado, una v ía por la que los pa í sesindustrializados puedan seguir aumentando su calidadde vida, reduciendo al mismo tiempo el uso de re-cursos y el impacto medioambiental.

Esta oportunidad ha surgido a través de la innova-ción, tanto en el desarrollo de la tecnología como ensu uso. Nos encontramos tan sólo al principio de estecambio hacia una “sociedad de conocimiento en red”,y parte de nuestro reto consiste en canalizar el ímpe-tu de este cambio.

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A medida que las oportunidades para alcanzar undesarrollo sostenible se hagan más obvias, sin dudaalguna sabremos cómo optimizar los desarrollos tec-nológicos en beneficio de todos.

Enfoque global

El desarrollo industrial de los dos últimos siglos fueposible gracias a la disponibilidad de unos recursosaparentemente ilimitados y de abundante capital fi-nanciero.

Sin embargo, la complejidad creciente de la socie-dad moderna ha puesto de manifiesto que hay queprestar mayor atención a los aspectos complementa-rios del capital: al capital natural, al capital humanoy social, al capital cultural.

Eso quiere decir que el crecimiento de la actividadeconómica es necesario para aumentar el bienestar yreducir las desigualdades, pero que también ha deser compatible con el sistema ecológico del planeta.

La utilización de la energía, el agua corriente, la tie-rra y los recursos, debe tener en cuenta, a su vez, elperjuicio ecológico a largo plazo y el cambio climático.Las huellas ecológicas de la actividad industrial, don-dequiera que aparezcan, deben ser reduc idasdrásticamente.

Por otro lado, si se aplicaran las pautas de consumode los países desarrollados a la población mundialen su conjunto, que hoy es de 6 mil millones de habi-tantes, se necesitarían más de dos planetas como laTierra para conseguirlo.

Sin embargo, el crecimiento debe orientarse hacia lasatisfacción de las necesidades fundamentales de todala población, en lugar de atender sólo las necesida-des de un reducido porcentaje de personas, comoocurre ahora.

A medida que nuestras sociedades se vuelven máscomplejas e interdependientes, todas las dimensio-nes del desarrollo sostenible se plantean al mismotiempo. Las mejoras paso a paso, aisladas, en la pro-

tección del medioambiente y en la eficacia de losprocesos de producción, no han llevado a una socie-dad global sostenible.

Cada dimensión de la capacidad de sustentaciónposee unas propiedades y metodologías específicas,y e s t á n a l m i smo t i empo p ro f u ndamen t einterrelacionadas. Cada una de ellas puede ser des-crita, hasta cierto punto, a través de sus propios co-rrespondientes indicadores, permitiendo así la medi-da del progreso.

A pesar de ello, este enfoque fundamentalmentereduccionista no ha conducido al objetivo deseado.Nos encontramos con la necesidad acuciante de unaap ro x ima c i ón má s g l oba l , que s e o cupes i s temát icamente de cada dimens ión y de susinteracciones.

Valores respetados e integrados

Esta aproximación global requiere la creación y defi-nición de un conjunto de valores que refleje las aspi-raciones individuales y de grupo en las cuatro dimen-siones de una sociedad sostenible.

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Este conjunto de valores debe guiar e inspirar a loslíderes políticos, a los gerentes de industrias y nego-cios, y a los líderes locales en la sociedad civil, paraque puedan colmarse estas aspiraciones.

Así destacamos cuatro dimensiones diferentes deldesarrollo sostenible, que ponen de manifiesto lasfuertes relaciones entre ellas. Por ejemplo, la estre-cha relación entre la reducción de las desigualdadesy el crecimiento futuro; entre el acceso a la educa-ción y al conocimiento y las nuevas tecnologías; entreeducación y cultura; entre la utilización de recursos ylas estructuras de mercado; y entre la capacidad desustentación económica y el cambio demográfico.

Desde esta perspectiva, el nuevo “acuerdo global”que se persigue no ha de ser una simple mezcla deprosperidad, igualdad y medio ambiente, sino queha de suponer una alianza para el desarrollo sosteni-ble en un nuevo contexto de solidaridad y diversi-dad cultural, basada en un desarrollo tecnológico einnovación continuados, que sean beneficiosos paratodos.

El “acuerdo global” debe reunir, por ello, las cuatrodimensiones del desarrollo sostenible en un marcocoherente. El desarrollo sostenible deberá ser intro-ducido, por lo tanto, en la cultura del pensamientoactual orientando el crecimiento en un nuevo contex-to en el cual las fuerzas de mercado aumenten al máxi-mo la prosperidad y la calidad de vida para todo elmundo.

Raoul Weiler y colaboradores / Mayo 5 de 2002.

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Economíay desarrollo sustentable

Sebastián Rodríguez Rodríguez*

* Licenciado en Sociología por la Universidad Juárez Autóno-ma de Tabasco; Profesor-Investigador “A” de la División Aca-démica de Ciencias Sociales y Humanidades de la UJAT.

El desarrollo sustentable ha sido concebido como aquelfundamento teórico o metodológico que hoy día dalugar a estudios académicos, proyectos económicos,programas y planes de gobierno, etc., para impulsarel desarrollo. Sin embargo, hay que tener bien claroque no es aún un concepto o un paradigma acabado.

El concepto de sustentabilidad proviene de las cien-cias biológicas; la forma de evaluar la conservacióno depredación de un recurso consiste en incorporarcriterios de trabajo a los patrones y característicasn a t u r a l e s de un r e c u r s o . E s t e e n f oque desustentabilidad se hace más complejo, ya que se su-man criterios de trabajo que inciden en el manejo yuso de los recursos como participación ciudadana,políticas y de instituciones; se analizan a nivel macro,y a que depende de f a c t o r e s s e c t o r i a l e s ymacroeconómicos, por eso es que la carga de deudaexterna contribuye a que sea menor el apoyo a losprogramas ambientales de largo plazo, en razón dela escasez de recursos fiscales.

La definición de Desar rollo Sustentable1 ha sidoadoptada por diversas naciones y representa la vi-sión de futuro de muchos pueblos en la actualidad.Alrededor del concepto se proponen misiones y es-trategias como base de trabajo para distintas institu-ciones, tanto gubernamentales como no gubernamen-tales. El concepto del desarrollo sustentable no esnuevo en realidad. Otras ideas conservacionistas,por citar un caso, al igual que posturas desarrollistas,han visualizado la necesidad de utilizar de maneraracional, equitativa y de largo plazo, el uso de losrecursos naturales, desde Marx hasta nuestros días.Por ejemplo, Malthus2 estableció dos postulados bá-sicos sobre población y recursos; el primero decíaque: “el alimento es necesario para la existencia delhombre”, y el segundo, que “la pasión entre lossexos es necesario y se mantendrá como hasta el pre-sente estado”. Además, apuntaba que la pobla-ción, cuando no se controla, se incrementa en unradio geométrico. La subsistencia se incrementa sóloen un radio aritmético. Con un simple análisis denúmeros mostrará la intensidad del primer poder encomparación sobre el segundo.

“Desarrollo sustentable es aquel desarrollo que satisface lasnecesidades del presente, sin comprometer la habilidad de lasfuturas generaciones para satisfacer sus propias necesidades”.

Informe de la Comisión Mundialde Ambiente y Desarrollo,

Informe Brundtland (1987).

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Po r o t r o l ado , e x i s t e n do s s i g n i f i c ado s des u s t e n t ab i l i d ad : e l p r ime ro s e r e f i e r e a l asustentabilidad de la naturaleza y de los pueblos, enel que es necesario reconocer que la naturaleza es elsoporte de nuestras vidas. Sustentar la naturalezaimplica mantener la integridad de sus procesos, ci-clos y ritmos. En segundo lugar señala el tipo desustentabilidad referido al mercado, que implica man-tener un abastecimiento de materias primas para laproducción industrial. En el primer caso, la conser-vación es la base de la producción; en el segundo,es sólo un agregado.

Las políticas económicas3 no son neutrales con refe-rencia a los recursos naturales; el avance tecnológicodinamiza las economías con el fin de reducir los efec-tos negativos y cambiarlos a positivos para el capitalnatural. El impacto de las políticas económicas causaefectos primarios y secundarios sobre el medio am-biente, como los cambios en las tasas de interés (pe-ríodo de maduración de inversiones), reasignacióndel presupuesto fiscal (estructura de incentivos), lasdevaluaciones de la moneda (tasa de extracción delos recursos naturales no renovables). “Una concep-ción poco amplia de sustentabilidad económica de-termina que la eficiencia económica será garantizadaapenas si el stock de capital fuera mantenido intac-to, donde el stock de bienes corresponde a todoslos bienes existentes en manos de sus propietarios.Esta rigidez probablemente reduciría a una cantidadinsignificante las actividades que podrían clasificarsecomo económicamente sustentables”.4

La relación entre las políticas económicas y el medioambiente se manifiesta a través de: la disponibilidadde un recurso, beneficios del recurso, distribuciónde actividades económicas y sociales, asignación yuso de tierra, ventajas del comercio internacional,redistribución del problema ambiental, eficacia deinstrumentos económicas y ambientales, disponibili-dad de recursos internos, incentivos para invertir yreinvertir en un recurso (la mayoría de los enfoquesconciben los recursos naturales y ambientales comobienes de consumo y no de inversión).

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La eficacia de los instrumentos de política ambientaly económica es mínima en zonas de ingresos mínimos,por lo que se necesitan políticas de intervención comolas de ingreso, redistribución e intervención directade la tierra. Las políticas económicas afectan el cau-dal de recursos y flujo explotable, debido a quemodifican las ventajas comparativas de explotación;así, en las exportaciones se estimula la explotaciónde recursos minerales.

Las políticas económicas provocan efectos que notienen nada qué ver con los objetivos originales; aesto se le llama externalidades, que son imperfec-ciones de los mercados y valoración, que profundi-zan los problemas ambientales, provocando, comoejemplo: inestabilidades cambiarias y tasa de interésen los mercados internacionales, que, a su vez, afec-tan los subsidios agrícolas, restricciones comercia-les, generación y utilización de energía. Lo anteriorsucede en América Latina y el Caribe con la pesca ylos bosques.

Los agentes económicos contaminan y depredan losrecursos ante la carencia de mecanismos económicoseficientes y rentables para regular su uso. Ejemplosde exter nal idades son: deforestación, eros ión,desertificación, salinización, mal manejo de tierrasaltamente productivas, contaminación urbana. Paraplanificar se requieren pocos recursos económicospero un gran convencimiento político y la capacidadde articular la participación de la población. Llevaradelante la planificación es mucho más difícil ya querequiere inicialmente el convencimiento de todo el

cuerpo de funcionarios de que se está en el caminocorrecto y, posteriormente, conseguir el apoyo de lasempresas privadas, sin las cuales, en la actualidad,el desarrollo sustentable no es posible. Las empresasprivadas deberán comprender, a su vez, que si losrecursos no se mantienen, cualquier tipo de explota-ción será temporalmente limitada, y que si no invier-ten en la protección de esos recursos, el empobreci-miento de la población generará un mayor deteriorode los recursos, así como una menor adquisición deproductos.

En diciembre de 1994, el H. Congreso de la Uniónaprobó la creación de la Semarnap (hoy Semarnat),cuya misión consiste en impulsar la transición al de-sarrollo sustentable y frenar los procesos de dete-rioro ambiental y de los recursos naturales, agrupan-do para ello en una sola dependencia federal, lassiguientes atribuciones:

El fomento a la protección, restauración y con-servación de los ecosistemas, recursos naturales,bienes y servicios ambientales para propiciar suaprovechamiento más racional.

La regulación ambiental de las actividades pro-ductivas, que permita nuevas formas de aprove-chamiento de los recursos hidráulicos, forestales,de los suelos, pesqueros y de la zona federal ma-rítimo terrestre.

El establecimiento y la vigilancia coordinados ycorresponsables de las normas oficiales mexicanaspara la explotación, protección, restauración yconservación de los ecosistemas y el ambiente

Refiriéndonos al entorno tabasqueño, los retos sepresentan en dos grandes vertientes: recuperar y res-taurar el ambiente degradado y contaminado; y fre-nar las tendencias de deterioro. Existe una correla-ción entre los efectos ambientales y económicos, yaque existe escasez progresiva de recursos naturales ylos bienes y servicios que provee el medio ambiente.Los recursos naturales se explotan como bienes deconsumo y no de inversión; debe existir un equilibrioentre todas las formas de capital que forman el desa-

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r r o l l o e conóm i co y s o c i a l . L a po l í t i c a desustentabilidad debe tener límites de explotación delos sistemas ecológicos; se requiere estimular la in-vestigación científica y tecnológica en todos los cam-pos pertinentes. Dentro de este marco de probabi-lidades podemos destacar las siguientes característi-cas, que son un gran campo de estudios desde elenfoque social:

La difusión de información en materia ambientalhacia los diferentes grupos sociales, sobre todo anivel local, es insuficiente.

Aún son insuficientes los espacios de participa-ción de los jóvenes en las políticas de desarrollosustentable.

Los programas de ordenamiento ecológico delterritorio deben delimitar el crecimiento urbano yestablecer una relación equilibrada entre el cam-po y la ciudad.

Los espacios de difusión masiva para los temasambientales deben ampliarse, por lo que se re-quiere definir y elaborar un análisis de accionesconcretas y fundamentadas para, con la partici-pación social, enfatizar y priorizar sobre patro-nes de consumo.

Los canales institucionales que apoyan los pro-yectos de autogestión deben considerar sistemaspara el control de la degradación del suelo quehan desarrollado las comunidades y organizacio-nes no gubernamentales.

Ciudades como la nuestra (Villahermosa) tienen unfuturo incierto: poco a poco los recursos ecológicosnecesarios para la vida se agotan, y con ello se iniciala búsqueda de otros que no han sido explotados,llamados de reserva, los cuales también se terminan.Ante esto surge la pregunta: ¿los futuros habitantesde esta ciudad y de todo el mundo cambiarían co-modidades y tecnología por oxígeno puro y agua debuena calidad?

Conclusión

El Desarrollo Sustentable es un proceso dinámico,en permanente desequilibrio, que tiende al incre-mento de las condiciones de vida de toda la pobla-ción del mundo, en los términos que las personasdeben definir disponiendo de la información necesa-ria para analizar las consecuencias de la definicióna co rdada . As im i smo , debe s e r e ndógeno ,autogestionado y sustentable, sin agredir a otros gru-pos humanos para lograr los objetivos propios; debeser un compromiso que exija el máximo esfuerzo degobiernos y sociedades para transformar la gestióndel ambiente y de los recursos naturales, medido yvalorado desde ese reconocimiento de las asimetríaseconómicas, sociales y culturales en cada país y en-tre países. Es por ello que son necesarias sólidasestrategias para el uso y conservación de los recur-sos naturales, como la única forma de asegurar eldesarrollo sustentable. Estas estrategias deben con-tar con un claro apoyo político e institucional y unaparticipación efectiva de las autoridades económicasdel país en la planificación a largo plazo, y sin duda,la participación de la sociedad civil, en particular deaquellos interesados directos.

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Pipitone, Ugo. “Crecimiento y distribución del ingreso en Amé-rica latina: Un nudo irresuelto”. Revista Comercio Exterior. Ju-lio de 1996.

Informe CEPAL. “Distribución del ingreso, pobreza y gasto socialen América Latina”. Presentación en la Primera Conferencia delas Américas, Marzo 6 de 1998.

Giorgi, Adonis. ¿Es posible alcanzar un desarrollo sustenta-ble? - El manejo del agua como ejemplo. 2000. México.http://www.ingenieroambiental.com/informes/manejoagua.htm

Quadri de la Torre, Gabriel. Infraestructura, medio ambiente ydesarrollo económico en Revista Electrónica, Alternativa Ciu-dadana 21. México 2002h t t p : / / w w w . a l t e r n a t i v a 2 1 . o r g . m x / r e v i s t a s /articulos.asp?art=28&rev=16

Gutman, Pablo. Por una nueva Economía. Revista electrónicaTie r r amér i ca , h t tp: / /www.t ie r r amer i ca .o rg /c incoder io /nuevaeconomia.shtml

Tres escenarios para el desarrollo sustentable.http://www.clai.org.ec/Docs/ASI/DesSostenible.htm

Negrão Cavalcanti, Rachel. Crisis del modelo de civilización.ROSA DOS TEMPOS/Inst i tuto de Geociencias de laUNICAMP. 2000, RIO DE JANEIRO

Bibliografía

1 El Concepto de Desarrollo Sustentable adquirió relevancia a partir de undocumento denominado «Informe Brundtland» (1987), el cual es una pro-puesta que fundamentó, a su vez, la realización de la Conferencia de lasNaciones Unidas sobre Medio Ambiente y Desarrollo (Cumbre de la Tie-r ra) celebrada en Río de Janeiro, Brasil en 1992.

2 Roberto Malthus señala que mientras los recursos de la naturaleza –a dis-posición del hombre– crecían en progresión aritmética, las necesidades dela población lo hacían a escala geométrica, lo que generaba a mediano olargo plazo un agotamiento que se traducía en una enorme miseria para lahumanidad

3 Gabriel Quadri de la Tor re. Las tendencias de crecimiento de la economíay variables asociadas, niveles de tasas de interés, inflación y certidumbre,que determinan la demanda de proyectos y fortalecen las preferencias so-ciales en favor del medio ambiente. 2002. México.

4 Rachel Negrão Cavalcanti. Crisis del modelo de civilización. ROSADOS TEMPOS/Instituto de Geociencias de la UNICAMP. 2000. Ríode Janeiro.

Citas

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Manifiesto por la vida:Por una ética parala sustentabilidad* **

*****Tomado de la revista Formación Ambiental, Vol. 14, Núm. 30, 2002.

**********La idea de elaborar un Manifiesto para la Sustentabilidad surgió delSimposio sobre Ética y Desarrollo Sustentable, celebrado en Bogotá,Colombia, los días 2-4 de mayo de 2002, en el cual participaronrepresentantes de Argentina, Bolivia, Brasil, Colombia, Costa Rica,Cuba, Chile, Ecuador, Guatemala, México (Luis Manuel Guerra, Bea-triz Paredes y Gabriel Quadri), Panamá, Perú, CEPAL, PNUD, Consejode la Tierra y PNUMA (Ricardo Sánchez y Enrique Leff).

El Manifiesto fue elaborado a partir de las ponencias y debates delSimposio. Una primera versión fue presentada ante la Séptima Re-unión del Comité Intersesional del Foro de Ministros del Medio Am-biente de América Latina y el Caribe, celebrada en Sao Paulo, Brasil,los días 15-17 de mayo de 2002. La presente versión es unareelaboración de ese texto, basada en las consultas realizadas con losparticipantes del Simposio, así como en los comentarios de un grupode personas de Brasil y México.

Introducción

1. La crisis ambiental es una crisis de civilización. Es lacrisis de un modelo económico, tecnológico y cultural,que ha depredado a la naturaleza y subyugado a lasculturas alternas. El modelo civilizatorio dominante de-grada al ambiente, menosprecia la diversidad cultural ydiscrimina al Otro (al indígena, al pobre, a la mujer, alnegro, al Sur), mientras privilegia el modo de produc-ción explotador y un estilo de vida consumista que sehan vuelto hegemónicos en el proceso de globalización.

2. La crisis ambiental es la crisis de nuestro tiempo. Noes una crisis ecológica, sino social. Es el resultado deuna visión mecanicista del mundo que, ignorando loslímites biofísicos de la naturaleza y los estilos de vidade las diferentes culturas, está acelerando el calenta-miento global del planeta. Éste es un hecho antrópicoy no natural. La crisis ambiental es una crisis moral deinstituciones políticas, de aparatos jurídicos de domi-nación, de relaciones sociales injustas y de una raciona-lidad instrumental en conflicto con la trama de la vida.

3. El discurso del “desarrollo sostenible” parte de unaidea equívoca. Las políticas del desarrollo sosteniblebuscan armonizar el proceso económico con la conser-vación de la naturaleza, favoreciendo un balance entrela satisfacción de las necesidades actuales y las de lasgeneraciones futuras. Sin embargo, pretende realizar susobjetivos revitalizando el viejo mito desarrollista, pro-moviendo la falacia de un crecimiento económico sos-tenible sobre la naturaleza limitada del planeta. Masla crítica a esta noción del desarrollo sostenible noinva l ida la ve rdad y e l sent ido de l concepto desustentabilidad, para orientar la construcción de unanueva racionalidad social y productiva.

4. El concepto de sustentabilidad se funda en el reco-nocimiento de los límites y potenciales de la naturale-za, así como la complejidad ambiental, inspirando unanueva comprensión del mundo para enfrentar los desa-fíos de la humanidad en el tercer milenio. El conceptode sustentabilidad promueve una nueva alianza natura-leza-cultura, fundando una nueva economía, reorientan-do los potenciales de la ciencia y la tecnología, y cons-truyendo una nueva cultura política fundada en una éti-ca de la sustentabilidad –en valores, creencias, senti-m i e n t o s y s abe r e s - que r e n u e v a n l o s s e n t i do sexistenciales, los mundos de vida y las formas de habi-tar el planeta Tierra.

5. Las políticas ambientales y del desarrollo sosteniblehan estado basadas en un conjunto de principios y enuna conciencia ecológica que han servido como los cri-terios para orientar las acciones de los gobiernos, lasinstituciones internacionales y la ciudadanía. A partirdel primer Día de la Tierra en 1970 y de la Conferen-cia de las Naciones Unidas sobre Medio AmbienteHumano (Estocolmo, 1972), y hasta la conferenciade las Naciones Unidas sobre Medio Ambiente y De-

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sarrollo (Río 92) y el proceso de Río+10; desde LaPrimavera Silenciosa, La Bomba Poblacional y Los Lí-mites del Crecimiento, hasta Nuestro Futuro Común,los Principios de Río y la Carta de la Tierra, un cuerpode preceptos ha acompañado a las estrategias delecodesarrollo y las políticas del desarrollo sostenible.Los principios del desarrollo sostenible parten de lapercepción del mundo como “una sola tierra” con un“futuro común” para la humanidad; orientan una nuevageopolítica fundada en “pensar globalmente y actuarlocalmente”; establecen un “principio precautorio” paraconservar la vida ante la falta de certezas del conoci-miento científico y el exceso de imperativos tecnológi-cos y económicos; promueven la responsabilidad colec-tiva, la equidad social, la justicia ambiental y la cali-dad de vida de las generaciones presentes y futuras.Sin embargo, estos preceptos del “desarrollo sosteni-ble” no se han traducido en una ética como un cuerpode normas de conducta que reoriente los procesos eco-nómicos y políticos hacia una nueva racionalidad socialy hacia formas sustentables de producción y de vida.

6. En la década que va de la cumbre de Río (1992) ala cumbre de Johannesburgo (2002), la economía sevolvió economía ecológica, la ecología se convirtió enecología política, y la diversidad cultural condujo a unapolítica de la diferencia. La ética se está transmutandoen una ética política. De la dicotomía entre la razónpura y la razón práctica, de la disyuntiva entre el inte-rés y los valores, la sociedad se desplaza hacia una eco-nomía moral y una racionalidad ética que inspira la so-lidaridad entre los seres humanos y con la naturaleza.La ética para la sustentabilidad promueve la gestiónparticipativa de los bienes y servicios ambientales de lahumanidad para el bien común; la coexistencia de de-rechos colectivos e individuales; la satisfacción de ne-cesidades básicas, realizaciones personales y aspiracio-nes culturales de los diferentes grupos sociales. La éticaambiental orienta los procesos y comportamientos so-ciales hacia un futuro justo y sustentable para toda lahumanidad.

7. La ética para la sustentabilidad plantea la necesariareconciliación entre la razón y la moral, de manera quelos seres humanos alcancen un nuevo estadio de con-ciencia, autonomía y control sobre sus mundos de vida,haciéndose responsables de sus actos hacia sí mismos,hacia los demás y hacia la naturaleza en la deliberaciónde lo justo y lo bueno. La ética ambiental se convier-te, así, en un soporte existencial de la conducta huma-na hacia la naturaleza y de la sustentabilidad de la vida.

8. La ética para la sustentabilidad es una ética de ladiversidad donde se conjuga el ethos de diversas cultu-ras. Esta ética alimenta una política de la diferencia. Esuna ética radical porque va hasta la raíz de la crisisambiental para remover todos los cimientos filosóficos,cultura les, pol í t icos y socia les de esta c iv i l izac iónh egemón i c a , homogene i z a n t e , j e r á r q u i c a ,despilfarradora, sojuzgadora y excluyente. La ética dela sustentabilidad es la ética de la vida y para la vida.

Es una ética para el reencantamiento y la reerotizacióndel mundo, la creatividad y la capacidad del ser huma-no para transgredir irracionalidades represivas, para in-dagar por lo desconocido, para pensar lo impensado,para construir el por-venir de una sociedad convivencialy sustentable, y para avanzar hacia estilos de vida ins-pirados en la frugalidad, el pluralismo y la armonía enla diversidad.

9. La ética de la sustentabilidad entraña un nuevo sa-ber capaz de comprender las complejas interaccionesentre la sociedad y la naturaleza. El saber ambientalr e en l a z a l o s v í n cu lo s i nd i so l ub l e s de un mundointerconectado de procesos ecológicos, culturales, tec-nológicos, económicos y sociales. El saber ambientalcambia la percepción del mundo basada en un pensa-miento único y unidimensional, que se encuentra en laraíz de la crisis ambiental, por un pensamiento de lacomplejidad. Esta ética promueve la construcción deuna racionalidad ambiental fundada en una nueva eco-nomía –moral, ecológica y cultural– como condiciónpara establecer un nuevo modo de producción que hagaviables esti los de vida ecológicamente sostenibles ysocialmente justos.

10. La ética para la sustentabilidad se nutre de un con-junto de preceptos, principios y propuestas para reorien-tar los comportamientos individuales y colectivos, asícomo las lecciones públicas y privadas orientadas haciala sustentabilidad. Entre ellos se identifican los siguien-tes:

Ética de una producción para la vida

11. La pobreza y la injusticia social son los signos máselocuentes del malestar de nuestra cultura, y están aso-ciadas directa o indirectamente con el entorno ecológicoa escala planetaria y son el resultado de procesos histó-ricos de exclusión económica, política, social y cultu-ral. La división creciente entre países ricos y pobres, degrupos de poder y mayorías desposeídas, sigue siendoe l mayor r i e sgo ambienta l y e l mayor re to de lasustentabilidad. La ética para la sustentabilidad enfrentala creciente contradicción en el mundo entre la opulen-cia y la miseria, alta tecnología y hambruna, explota-ción creciente de los recursos y depauperización y des-esperanza de mi les de mi l lones de seres humanos,mundialización de los mercados y marginación social.La justicia social es condición sine qua non de lasustentabilidad. Sin equidad en la distribución de losbienes y servicios ambientales no será posible construirsociedades ecológicamente sostenibles y socialmente jus-tas.

12. La construcción de sociedades sustentables pasapor el cambio hacia una civilización basada en el apro-vechamiento de fuentes de energía renovables, econó-micamente eficientes y ambientalmente amigables, comola energía solar. El viraje del paradigma mecanicista seestá dando en la ciencia, en los valores y actitudes in-dividuales y colectivas, así como en los patrones de

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organización social y en nuevas estrategias productivas,como la agroecología y la agroforestería. Tanto los co-nocimientos científicos actuales como los movimientossociales emergentes que pugnan por nuevas formassustentables de producción están abriendo posibilida-des para la construcción de una nueva racionalidad pro-ductiva, fundada en la productividad ecotecnológicade cada región y ecosistema, a partir de los potencialesde la naturaleza y los valores de la cultura. Esta nuevaracionalidad productiva abre las perspectivas a un pro-ceso económico que rompe con el modelo unificador,hegemónico y homogeneizante del mercado como leysuprema de la economía.

13. La ética para la sustentabilidad va más allá delpropósito de otorgar a la naturaleza un valor intrínsecouniversal, económico o instrumental. Los bienes ambien-t a l e s son va lo r i z ados po r l a cu l t u r a a t r avé s decosmovisiones, sentimientos y creencias que son resul-tado de prác t i cas m i lena r i a s de t rans fo rmac ión ycoevolución con la naturaleza. El reconocimiento de loslímites de la intervención cultural en la naturaleza signi-fica también aceptar los límites de la tecnología que hallegado a suplantar los valores humanos por la eficien-cia de su razón utilitarista. La bioética debe moderar laintervención tecnológica en el orden biológico. La téc-nica debe ser gobernada por un sentido ético de supotencia transformadora de vida.

Ética del conocimiento y diálogo de saberes

14. La ciencia ha constituido el instrumento más pode-roso de conocimiento y transformación de la naturale-za, con capacidad para resolver problemas críticos comola escasez de recursos, el hambre en el mundo y deprocurar mejores condiciones de bienestar para la hu-manidad. La búsqueda del conocimiento a través de laracionalidad científica ha sido uno de los valores sobre-salientes del espíritu humano. Sin embargo, se ha lle-gado a un dilema: al mismo tiempo que el pensamiento

científico ha abierto las posibilidades para una “inteli-gencia colectiva” asentada en los avances de la ciber-nética y las tecnologías de la información, la sumisiónde la ciencia y la tecnología al interés económico y alpoder político comprometen seriamente la superviven-cia del ser humano; a su vez, la inequidad social aso-ciada a la privatización y al acceso desigual al conoci-miento y la información resultan moralmente injustos.La capacidad humana para trascender su entorno inme-diato e intervenir los sistemas naturales está modifican-do, a menudo de manera irreversible, procesos natura-les cuya evolución ha tomado millones de años, desen-cadenando riesgos ecológicos fuera de todo control cien-tífico.

15. El avance científico ha acompañado a una ideolo-gía del progreso económico y del dominio de la natura-leza, privilegiando modelos mecanicistas y cuantitati-vos de la realidad que ignoran las dimensiones cualita-tivas, subjetivas y sistémicas que alimentan otras formasdel conocimiento. El fraccionamiento del pensamientocientífico lo ha inhabilitado para comprender y abordarlos problemas socio-ambientales complejos. Si bien lasciencias y la economía han sido efectivas para interve-nir sistemas naturales y ampliar las fronteras de la infor-mación, paradójicamente no se han traducido en unamejoría en la calidad de vida de la mayoría de la po-blación mundial; muchos de sus efectos más perversosestán profundamente enraizados en los presupuestos,axiomas, categorías y procedimientos de la economía yde las ciencias.

16. La ciencia se debate hoy entre dos políticas alter-nativas. Por una parte, seguir siendo la principal herra-mienta de la economía mundial de mercado orientadapor la búsqueda de la ganancia individual y el creci-miento sostenible. Por otra parte, está llamada a pro-ducir conocimientos y tecnologías que promuevan lacalidad ambiental, el manejo sustentable de los recur-sos naturales y el bienestar de los pueblos. Para ello

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será necesario conjugar las aportaciones racionales delconocimiento científico con las reflexiones morales dela tradición humanística, abriendo la posibilidad de unnuevo conocimiento donde puedan convivir la razón yla pasión, lo objetivo y lo subjetivo, la verdad y lobueno.

17. La ef icacia de la c iencia le ha confer ido unaleg i t im idad dent ro de l a cu l tu r a hegemón ica de lOcc iden te como pa rad igma “por exce lenc i a” deconocimiento, negando y excluyendo los saberes nocientíficos, los saberes populares, los saberes indígenas,tanto en el diseño de est rategias de conservaciónecológica y en los proyectos de desarrollo sostenible,así como en la resolución de conflictos ambientales. Hoy,los asuntos cruc ia les de la sustentabi l idad no soncomp r e n s i b l e s n i r e s o l ub l e s s ó l o med i a n t e l o sconocimientos de la ciencia, incluso con el concurso deun cuerpo científico interdisciplinario, debido en parteal carácter complejo de los asuntos ambientales y enparte porque las decisiones sobre la sustentabilidadecológica y la just ic ia ambiental ponen en juego adiversos saberes y actores sociales. Los juicios de verdadimplican la intervención de visiones, intereses y valoresque son irreductibles al juicio “objetivo” de las ciencias.

18. La toma de decisiones en asuntos ambientalesdemanda la cont r ibuc ión de la c ienc ia para tenerinformación más precisa sobre fenómenos naturales. Esel caso del calentamiento global del planeta, dondelas predicc iones c ient í f icas sobre la vulnerabi l idadecológica y los riesgos socio-ambientales, a pesar de suinevitable grado de incertidumbre, deben predominarsobre las decisiones basadas en el interés económico yen las creencias infundadas en las virtudes del mercadopara resolver los problemas ambientales.

19. La ética de la sustentabilidad remite a la ética deun conocimiento orientada hacia una nueva visión de laeconomía, de la sociedad y del ser humano. Ello impli-

ca promover estrategias de conocimiento abiertas a lahibridación de las ciencias y la tecnología moderna conlos saberes populares y locales en una política de lainterculturalidad y el diálogo de saberes. La ética im-plícita en el saber ambiental recupera el “conocimientovalorativo” y coloca el conocimiento dentro de la tra-ma de relaciones de poder en el saber. El conocimientovalorativo implica la recuperación del valor de la viday el reencuentro de nosotros mismos, como seres huma-nos sociales y naturales, en un mundo donde prevalecela codicia, la ganancia, la prepotencia, la indiferenciay la agresión, sobre los sentimientos de solidaridad, com-pasión y comprensión.

20. La ética de la sustentabilidad induce un cambio deconcepción del conocimiento de una realidad hecha deobjetos por un saber orientado hacia el mundo del ser.La comprensión de la complejidad ambiental demandaromper el cerco de la lógica y abrir el círculo de laciencia que ha generado una visión unidimensional yfragmentada del mundo. Reconociendo el valor y el po-tencial de la ciencia para alcanzar estadios de mayorb i e n e s t a r p a r a l a h uman i d ad , l a é t i c a de l asustentabilidad conlleva un proceso de reapropiaciónsocial del conocimiento y la orientación de los esfuer-zos científicos hacia la solución de los problemas másacuciantes de la humanidad y los pr incipios de lasustentabilidad: una economía ecológica, fuentes reno-vables de energía, salud y calidad de vida para todos,erradicación de la pobreza y seguridad alimentaria. Elcírculo de las ciencias debe abrirse hacia un campoepistémico que influya y favorezca el florecimiento dediferentes formas culturales de conocimiento. El saberambiental es la apertura de la ciencia interdisciplinariay sistémica hacia un diálogo de saberes.

21. La ética de la sustentabilidad implica revertir elprincipio de “pensar globalmente y actuar localmente”.Este precepto lleva a una colonización del conocimien-to, a través de una geopolítica del saber que legitima

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el pensamiento y las estrategias de poder de los países“en desarrollo” o “en transición”, en cada localidad yen todos los poros de la sensibilidad humana. Sin des-conocer los aportes de la ciencia para transitar hacia lasustentabilidad, es necesario repensar la globalidad des-de la localidad del saber, arraigado en un territorio yuna cultura, desde la riqueza de su heterogeneidad, di-versidad y singularidad; y desde allí reconstruir el mun-do, a través del diálogo intercultural de saberes y lahibridación de los conocimientos científ icos con lossaberes locales.

22. La educación para la sustentabilidad debe enten-derse en este contexto como una pedagogía basada enel diálogo de saberes, y orientada hacia la construcciónde una racionalidad ambiental. Esta pedagogía incor-pora una visión holística del mundo y un pensamientode la complejidad. Pero va más allá, al fundarse en unaética y una ontología de la otredad, que del mundocerrado de las interrelaciones sistémicas del mundoobjetivado de lo ya dado, se abre hacia lo infinito delmundo de lo posible y a la creación de “lo que aún noes”. Es la educación para la construcción de un futurosustentable, equilibrado, justo y diverso. Es una edu-cación para la participación, la autodeterminación y latransformación; una educación que permita recuperar elvalor de lo sencillo en la complejidad; de lo local antelo global; de lo diverso ante lo único; de lo singularante lo universal.

Ética de la ciudadanía global, el espacio público y losmovimientos sociales

23. La global ización económica está l levando a laprivatización de los espacios públicos. El destino delas naciones y de la gente está cada vez más conducidopor procesos económicos y políticos que se deciden fuerade sus esferas de autonomía y responsabilidad. El mo-vimiento ambiental ha generado la emergencia de unaciudadanía global que expresa los derechos de todoslos pueblos y todas las personas a participar de maneraindividual y colectiva en la toma de decisiones que afec-tan su existencia, emancipándose del poder del Estadoy del mercado como organizadores de sus mundos devida.

24. El sistema parlamentario de las democracias mo-dernas se encuentra en crisis porque la esfera pública,entendida como el espacio de interrelación dialógicade aspiraciones, voluntades e intereses, ha sido despla-zada por la negociación y el cálculo de interés de lospartidos que, convertidos en grupos de presión, nego-cian sus respectivas oportunidades de ocupar el poder.Para resolver las paradojas del efecto mayoría es nece-sario propiciar una política de tolerancia y participa-ción de las disidencias y las diferencias. Asimismo, de-ben alentarse los valores democráticos para practicar unademocracia directa.

25. La democracia directa se funda en un principio departicipación colectiva en los procesos de toma de de-cisiones sobre los asuntos de interés común. Frente alproyecto de democracia liberal que legitima el dominiode la racionalidad del mercado, la democracia ambien-t a l r e conoce l o s de r e c ho s de l a s c omun id ade sautogestionarias fundadas en el respeto a la soberaníay dignidad de la persona humana, la responsabilidadambiental y el ejercicio de procesos para la toma dedecisiones a partir del ideal de una organización basa-da en los vínculos personales, las relaciones de trabajocreativo, los grupos de afinidad, y los cabildos comu-nales y vecinales.

26. El ambientalismo es un movimiento social que, na-cido de esta época de crisis civilizatoria marcada por ladegradación ambiental, el individualismo, la fragmen-tación del mundo y la exclusión social, nos convoca apensar sobre el futuro de la vida, a cuestionar el mode-lo de desarrollo prevaleciente y el concepto mismo dedesarrollo, para enfrentar los límites de la relación del a h uman i d ad con e l p l a n e t a . L a é t i c a de l asustentabilidad nos confronta con el vínculo de la so-ciedad con la naturaleza, con la condición humana y elsentido de la vida.

27. La ética para la construcción de una sociedad sus-tentable conduce hacia un proceso de emancipación quereconoce, como enseñaba Paulo Freire, que nadie libe-ra a nadie y nadie se libera solo; los seres humanos sólose liberan en comunión. De esta manera es posible su-perar la perspectiva “progresista” que pretende salvar

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al Otro (al indígena, al marginado, al pobre), dejan-do de ser él mismo para integrarlo a un ser ideal univer-sal, al mercado global o al Estado nacional, forzándoloa abandonar su ser, sus tradiciones y sus estilos de vidapara convertirse en un ser “moderno” y “desarrollado”.

Ética de la gobernabilidad global y la democraciaparticipativa

28. La ética para la sustentabilidad apela a la respon-sabilidad moral de los sujetos, los grupos sociales y elEstado, para garantizar la continuidad de la vida ymejorar la calidad de la vida. Esta responsabilidad sefunda en principios de solidaridad entre esferas políti-cas y sociales, de manera que sean los actores socialesquienes definan y legitimen el orden social, las formasde vida, las prácticas de la sustentabilidad, a travésdel establecimiento de un nuevo pacto ciudadano y deun debate democrático, basado en el respeto mutuo, elpluralismo político y la diversidad cultural, con la pri-macía de una opinión pública crítica actuando con au-tonomía ante los poderes del Estado.

29. La ética de la sustentabilidad cuestiona las formasvigentes de dominación establecidas por las diferenciasde género, etnia, clase social y opción sexual, para es-tablecer una diversidad y pluralidad de derechos de laciudadanía y la comunidad. Ello implica reconocer laimposibilidad de consolidar una sociedad democráticadentro de las grandes inequidades económicas y socia-les en el mundo y en un escenario político en el cual losactores sociales entran al juego democrático en condi-ciones de desigualdad y donde las mayorías tienen nu-las o muy limitadas posibilidades de participación.

30. La ética para la sustentabilidad demanda un nuevopacto social. Éste debe fundarse en un marco de acuer-dos bá s i co s pa r a l a cons t r ucc ión de soc i edadessustentables, que incluya nuevas relaciones sociales,modos de producción y patrones de consumo. Estosacuerdos deben incorporar la diversidad de estilos cul-turales de producción y de vida; reconocer los disensos,asumir los conflictos, identificar a los ausentes del diá-logo e incluir a los excluidos del juego democrático.Estos principios éticos conducen hacia la construcción

de una racionalidad alternativa que genere sociedadessustentables para los millones de pobres y excluidos deeste mundo globalizado, reduciendo la brecha entre cre-c im i e n t o y d i s t r i b u c i ó n , e n t r e p a r t i c i p a c i ó n ymarginación, entre lo deseable y lo posible.

31. Una ética para la sustentabilidad debe inspirar nue-vos marcos jurídico-institucionales que reflejen, respon-dan y se adapten al carácter tanto global y regional,como nacional y local de las dinámicas ecológicas, asícomo a la revitalización de las culturas y sus conoci-mientos asociados. Esta nueva institucionalidad debecontar con el mandato y los medios para hacer frente alas inequidades en la distribución económica y ecológica,l a concen t r ac ión de pode r de l a s co rpo rac ionestransnacionales, la corrupción e ineficacia de los dife-rentes órganos de gobierno y gestión, y para avanzarhacia formas de gobernabil idad más democráticas yparticipativas de la sociedad en su conjunto.

Ética de los derechos, la justicia y la democracia

32. El derecho no es la justicia. La racionalidad jurídi-ca ha llevado a privilegiar los procesos legales por en-cima de normas sustantivas, desatendiendo así el esta-blecimiento de un vínculo social fundado en principioséticos, así como la aplicación de principios esencialespara garantizar el ejercicio de los derechos humanos fun-damentales, ambientales y colectivos. Apoyados en laDeclaración Universal de los Derechos Humanos, to-dos tenemos derecho a las mismas oportunidades, a tenerderechos comunes y diferenciados. El proyecto para avan-zar hacia la nueva alianza solidaria con una civilizaciónde la diversidad y una cultura de baja entropía, presu-pone el primado de una ética implicada en una nuevavisión del mundo que nos disponga para una transmuta-ción de los valores que funden un nuevo contrato so-cial. En las circunstancias actuales de bancarrota moral,ecológica y política, este cambio de valores es un im-perativo de supervivencia.

33. La concepción moral de la modernidad ha tendidoa favorecer las acciones regidas por la racionalidad ins-trumental y el interés económico, al tiempo que ha di-luido la sensibilidad que permite diferenciar un com-

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portamiento uti l i tar ista de otro fundado en valoressustantivos e intrínsecos. La complejidad creciente delmundo moderno ha erradicado una visión universal delbien o un principio trascendental de lo justo, que sir-van de cimiento para el vínculo social solidario. La éti-ca de la sustentabilidad debe ser una ética aplicadaque asegure la coexistencia entre visiones rivales en unmundo constituido por una diversidad de culturas ymatrices de racionalidad, centradas en diferentes ideasdel bien.

34. Si lo que caracteriza a las sociedades contemporá-neas es el poder científico sobre la naturaleza y el po-der político sobre los seres humanos, la ética para lasustentabilidad debe formular los principios para pre-venir que cualquier bien social sirva como medio dedominación. Existiendo diferentes bienes sociales, su dis-tribución configura distintas esferas de justicia, cada unade las cuales debe ser autónoma y dotada de reglaspropias. De esta complejidad de los bienes sociales nacela noción de equidad compleja resultante de la inter-sección entre el proyecto de combatir la dominación yel programa de diferenciación de esferas de la justicia.

35. Si la dominación es una de las formas esencialesdel mal, abolirla es el fin supremo. Ello significa des-atar los nudos del pensamiento y las estrategias de po-der en el saber que nos someten a los distintos disposi-tivos de sojuzgamiento activados en ideologías e insti-tuciones sociales. La lucha contra la dominación es unproyecto moral cuyo núcleo consiste en cultivar una éti-ca de las virtudes, que nos permita renunciar a los valo-res morales, los sistemas de organización política y losartefactos tecnológicos que han servido como mediosde dominación. Es, al mismo tiempo, un proyecto cul-tural para avanzar hacia la reivindicación ética y estéti-ca de la mente, los modelos económico-sociales y lasrelaciones naturaleza-cultura que configuran el estilo devida dominante en esta civilización. Se trata de unaética de las virtudes personales y cívicas que garanticeel respeto de una base mínima de deberes positivos ynegativos, que asegure las normas básicas de conviven-cia para la sustentabilidad.

36. La ética para la sustentabilidad es una ética de losderechos fundamentales predicables que promueve ladignidad humana como el valor más alto y condiciónfundamental para reconstruir las relaciones del ser hu-mano con la naturaleza. Es una ética de la solidaridadque rebasa el individualismo para fundarse en el reco-nocimiento de la otredad y de la diferencia; una éticademocrática participativa que promueve el pluralismo,que reconoce los derechos de las minorías y las protegede los abusos que les pueden causar los diferentes gru-pos de poder. El bien común es asegurar la produccióny procuración de justicia para todos, respetando lo pro-pio de cada quien y dando a cada cual lo suyo.

Ética de los bienes comunes y del Bien Común

37. Los actuales procesos de intervención tecnológica,de revalorización económica y de reapropiación socialde la naturaleza están planteando la necesidad de es-tablecer los principios de una bioética junto con unaética de los bienes y servicios ambientales. Los bienescomunales no son bienes libres, sino que han sido signi-ficados y transformados por valores comunes de dife-rentes culturas. Los bienes públicos no son bienes delibre acceso, pues deben ser aprovechados para el biencomún. Hoy, los “bienes comunes” están sujetos a lasformas de propiedad y normas de uso donde confluyende manera conflictiva los intereses del Estado, de lasempresas t r ansnac iona le s y de los pueb los en l aredefinición de lo propio y lo ajeno; de lo público y loprivado; del patrimonio de los pueblos, del Estado yde la humanidad. Los bienes ambientales son una in-trincada red de bienes comunales y bienes públicosdonde se confrontan los principios de la libertad delmercado, la soberanía de los Estados y la autonomíade los pueblos.

38. La ética del bien común se plantea como una éticapara la resolución del conflicto de intereses entre locomún y lo universal, lo público y lo privado. La éticadel orden público y los derechos colectivos confrontana la ética del derecho privado como mayor baluarte dela civilización moderna, cuestionando al mercado y laprivatización del conocimiento –la mercantilización dela naturaleza y la privatización de los derechos de pro-piedad intelectual- como principios para definir y legi-timar las formas de posesión, valorización y usufructode la naturaleza, y como el medio privilegiado paraalcanzar el bien común. Frente a los derechos de pro-piedad privada y la idea de un mercado neutro en elcual se expresan preferencias individuales como funda-mento para regular la oferta de bienes públicos, hoyemergen los derechos colectivos de los pueblos, losvalores culturales de la naturaleza y las formas colecti-vas de propiedad y manejo de los bienes comunales,definiendo una ética del bien común y confrontando lasestrategias de apropiación de la biodiversidad por par-t e de l a s co rpo r a c i o n e s de l a i ndu s t r i a d e l abiotecnología.

39. La ética de la sustentabilidad implica cambiar elprincipio del egoísmo individual como generador debien común, por un altruismo fundado en relaciones dereciprocidad y cooperación. Esta ética está arraigandomovimientos sociales ascendentes, en grupos culturalescrecientes, que hoy en día comienzan a enlazarse entorno a redes ciudadanas y de foros sociales mundialesen la nueva cultura de solidaridad.

Ética de la diversidad cultural y de una política de ladiferencia

40. El discurso del “desarrollo sostenible” preconizaun futuro común para la humanidad, mas no incluye ade-cuadamente las visiones diferenciadas de los diferentes

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grupos sociales involucrados y, en particular, de las po-blaciones indígenas que a lo largo de la historia hanconvivido material y espiritualmente en armonía con lanaturaleza. La sustentabilidad debe estar basada en unprincipio de integridad de los valores humanos y lasidentidades culturales, con las condiciones de produc-tividad y regeneración de la naturaleza, principios queemanan de la relación material y simbólica que tienenlas poblaciones con sus territorios, con los recursos na-turales y el ambiente. Las cosmovisiones de los pue-b los ances t ra les es tán asentadas en y son fuenteinspiradora de prácticas culturales de uso sustentablede la naturaleza.

41. La ética para la sustentabilidad acoge esta diversi-dad de visiones y saberes, y contesta todas las formasde dominación, discriminación y exclusión de sus iden-tidades culturales. Una ética de la diversidad culturalimplica una pedagogía de la otredad para aprender aescuchar otros razonamientos y otros sentimientos. Esaotredad incluye la espiritualidad de las poblaciones in-dígenas, sus conocimientos ancestrales y sus prácticastradicionales, como una contribución fundamental de ladiversidad cultural a la sustentabilidad human global.

42. Para los pueblos indígenas y afrodescendientes, asícomo para muchas sociedades campesinas y organiza-ciones populares, la ética de la sustentabilidad se tra-duce en una ética del respeto a los estilos de vida y asus espacios territoriales, a sus hábitos y a su hábitat,tanto en el ámbito rural como en el urbano. La ética setraduce en prácticas sociales para la protección de lanaturaleza, la garantía de la vida y la sustentabilidadhumana. Los conocimientos ancestrales, por su carácterco l e c t i v o , s e de f i n e n a t r a v é s de s u s p r op i a scosmovisiones y racionalidades culturales, y contribu-yen al bien común del pueblo al que pertenecen. Porello, sus saberes, su naturaleza y su cultura no debenser sometidos al uso y a la propiedad privados.

43. En las cosmovisiones de los pueblos indígenas yafrodescendientes, así como de muchas comunidadescampesinas, la naturaleza y la sociedad están integra-das dentro de un sistema biocultural, donde la organi-zación social, las prácticas productivas, la religión, laespiritualidad y la palabra integran un ethos que definesus estilos propios de vida. La ética remite a un con-cepto de bienestar que incluye a la “gran familia” y noúnicamente a las personas. Este vivir bien de la comuni-dad se refiere al logro de su bienestar, fundado en susvalores culturales e identidades propias. Las dinámicasdemográficas, de movilidad y ocupación territorial, asícomo las prácticas de uso y manejo de la biodiversidad,se definen dentro de una concepción de la trilogía te-rritorio-cultura-biodiversidad como un todo íntegro eindivisible. El territorio se define como el espacio paraser y la biodiversidad como un patrimonio cultural quepermite al ser permanecer; por tanto, la existencia cul-tural es condición para la conservación y uso sustenta-ble de la biodiversidad. Estas concepciones del mundo

están generando nuevas alternativas de vida para mu-chas comunidades rurales y urbanas.

44. El derecho inalienable de los pueblos a su ser cul-tural debe llevar a una nueva ética de los derechos del o s pueb l o s f r e n t e a l E s t ado . L a é t i c a p a r a l asustentabilidad abre así los cauces para recuperar iden-tidades, para volver a preguntarnos quiénes somos yquiénes queremos ser. Es una ética para mirar y volver anuestras raíces. Una ética para reconocernos y regenerarlazos de comunicación y solidaridad desde nuestras di-ferencias y para no seguir atropellando al otro. Unaética para reestablecer la confianza entre los seres hu-manos y entre los pueblos sojuzgados, haciendo reali-dad los preceptos de la Declaración Universal de losDerechos Humanos.

Ética de la paz y el diálogo para la resolución deconflictos

45. El peor mal de la humanidad es la guerra que ani-quila la vida y aplasta a la naturaleza, así como la vio-lencia física y simbólica que desconoce la dignidad hu-man a y e l d e r e c ho de l o t r o . L a é t i c a p a r a l asustentabilidad es la ética de una cultura de paz y de lano-violencia; de una sociedad que resuelve sus conflic-tos a través del diálogo. Esta cultura de diálogo y pazsólo puede darse dentro de una sociedad de personaslibres donde se construyan acuerdos y consensos en pro-cesos en los cuales también haya lugar para los disensos.

46. La capacidad argumentativa ha permitido a los se-res humanos usar el juicio racional y la retórica paramantener y defender posiciones e intereses individualesy de grupo frente al bien común y de las mayorías. Sóloun juicio moral puede dirimir y superar las controversiasentre juicios racionales igualmente legítimos. La funciónde la inteligencia no es sólo la de razonar lógicamente,conocer y crear productivamente, sino la de orientarsabiamente el comportamiento y dar sentido a la exis-

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tencia. Éstas son funciones éticas del bien vivir. En estesentido, la ética enaltece a la razón. La dignidad, laidentidad y la autonomía de las personas aparecen comoderechos fundamentales del ser a existir y a ser respeta-do.

47. Si todo orden social –incluso el democrático– su-pone formas de exclusión, en cada escenario de nego-ciación se debe incluir a todos los grupos afectados einteresados. Esta transparencia es fundamental en losprocesos de resolución de conflictos ambientales por lavía del diálogo y la negociación, sobre todo si consi-deramos que las comunidades e individuos más afecta-dos por la crisis ambiental en todas sus manifestacionesson justamente los más pobres, los subalternos y losexcluidos del esquema de la democracia liberal.

48. Para que la ética se convierta en un criterio opera-tivo que permita dirimir conflictos entre actores en di-ferentes escalas y poderes desiguales, será necesario unacuerdo de principios de igualdad que sea asumido ypracticado por todos los actores de la sustentabilidad.Ello implica reconocer la especificidad de los diferen-tes ac to res y sec to res soc ia le s con sus impactosecológicos, responsabilidades, intereses y demandas, yen sus diferentes escalas de intervención: local, nacio-nal, internacional. Para ello es necesario superar lasdicotomías entre países ricos y pobres, así como lasoposiciones convencionales entre Norte/Sur, Estado/sociedad civil, esfera pública/esfera privada, de mane-ra que se identifiquen los valores, intereses y responsa-bilidades de actores concretos dentro de las controver-sias puestas en juego por grupos sociales, corporacio-nes, empresas y Estados específicos. Este ejercicio esfundamental para que las políticas, las decisiones y loscompromisos adoptados corresponden con las respon-sabilidades diferenciadas y con las condiciones especí-ficas de los actores involucrados.

La ética del ser y el tiempo de la sustentabilidad

49. La ética de la sustentabilidad es una ética del sery del tiempo. Es el reconocimiento de los tiempos di-ferenciados de los procesos naturales, económicos, po-líticos, sociales y culturales: del tiempo de la vida y de

los ciclos ecológicos, del tiempo que se incorpora al serde las cosas y el tiempo que encarna en la vida de losseres humanos; del tiempo que marca los ritmos de lahistoria natural y la historia social; del tiempo que forjaprocesos, acuña identidades y desencadena tendencias;del encuentro de los tiempos culturales diferenciadosde diversos actores sociales para generar consultas, con-sensos y decisiones dentro de sus propios códigos deética, de sus usos y costumbres.

50. La vida de una especie, de la humanidad y de lasculturas no concluye en una generación. La vida indivi-dual es transitoria, pero la aventura del sistema vivo yde las identidades colectivas trasciende en el tiempo.El valor fundamental de todo ser vivo es la perpetua-ción de la vida. El mayor valor de la cultura es su aper-tura hacia la diversidad cultural. La construcción de lasustentabilidad está suspendida en el tiempo, es unaética transgeneracional. El futuro sustentable sólo seráposible en un mundo en el que la naturaleza y la cultu-ra continúen coevolucionando.

51. La ética de la sustentabilidad coloca a la vida porencima del interés económico-político o práctico-ins-trumental. La sustentabilidad sólo será posible si rege-neramos el deseo de vida que sostiene los sentidos dela existencia humana. La ética de la sustentabilidad esuna ética para la renovación permanente de la vida,donde todo nace, crece, enferma, muere y renace. Lapreservación del ciclo permanente de la vida implicasaber manejar el tiempo para que la tierra se renueve yla vida florezca en todas sus formas, conviviendo enarmonía en los mundos de vida de las personas y lasculturas.

52. La ética de la sustentabilidad se nutre del ser cul-tural de los pueblos, de sus formas de saber, del ar raigode sus saberes en sus identidades y de la circulación desaberes en el tiempo. Estos legados culturales son losque hoy abren la historia y permiten la emergencia del o n u e vo a t r a v é s de l d i á l o go i n t e r c u l t u r a l ytransgeneracional de saberes, fertilizando los caminoshacia un futuro sustentable.

Epílogo

53. La ética para la sustentabilidad es una ética delbien común. Este Manifiesto ha sido producido en co-mún para convertirse en un bien común; en este senti-do, busca inspirar principios y valores, promover razo-nes y sentimientos, y orientar procedimientos, accionesy conductas, hac ia la const rucc ión de soc iedadessustentables.

54. Este Manifiesto no es un texto definitivo y acaba-do. La ONU, los gobiernos, las organizaciones ciuda-danas, los centros educativos y los medios de comuni-cación de todo el mundo deberán contribuir a difundireste Manifiesto para propiciar un amplio diálogo y de-bate que conduzcan a establecer y practicar una éticapara la sustentabilidad.

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* Profesor-Investigador de la División Académica de Ciencias Biológicas,Universidad Juárez Autónoma de Tabasco. Doctor en Ecología y Manejode Recursos Naturales. Miembro del Sistema Nacional de Investigadores,nivel 1.

Ciencia, Investigadores y V

ivencias

En nuestro país, estudiar a los primates silvestres no es unaprofesión común. Este tipo de fauna mexicana, catalogadacomo en peligro de extinción, es habitante casi exclusiva dezonas abruptas y con dificultades de acceso que no motivana cualquiera, por lo que las investigaciones sobre su ecología,comportamiento, manejo y/o conservación, son escasos.Es precisamente en las selvas mexicanas donde habitannuestros monos y, específicamente, en la Península deYucatán es donde localizamos a dos de las especies queinvolucran nuestros estudios: el mono araña o tucha y elmono aullador o saraguato (conocidos con los nombrescientíficos de Ateles geoffroyi yucatanensis y Alouatta pigra,respectivamente).

Curiosamente, en los últimos años, la mayoría de losestudiantes interesados en los primates silvestres son mujeres.Algún investigador norteamericano comentaba que lasintegrantes del llamado “sexo débil” tienen una mayorpaciencia, dedicación y fortaleza para las condicionesadversas de este tipo de estudios, y vaya que esto quedódemostrado durante nuestra ultima salida de campo, queanima el siguiente relato.

Cuando les propuse a mis estudiantes Ariadna y a Mónicala salida de campo del mes de Junio, acordamos los detallespara ir a visitar varias áreas de selva donde aún persistenestos monos. El primer sitio visitado se ubica muy cerca dela frontera con Belice, en una excelente reserva ejidal en laque los lugareños mantienen intacta su flora y su fauna, a finde conservar el monte para sus hijos y aprovechar sólo lonecesario. En este sitio es posible encontrar con relativafacilidad huellas y rastros de animales tan majestuosos comoel jaguar, el tapir, el faisán, el venado y, por supuesto,nuestros parientes cercanos: el mono araña y el monoaullador.

Quien estudia estos monos, sabe muy bien que para tenersuerte en localizarlos se debe madrugar, pues si no se acudea la cita muy temprano, podría correrse el riesgo de buscarlostodo el día y encontrarlos hasta ya entrada la tarde. Así queiniciamos nuestro recorrido hacia el sitio de estudio al filode las cuatro de la mañana, lo cual, créanme que muchasveces cuesta trabajo, pues las sabanas lo siguen jalando auno a su territorio.

La primatologíade campo:

Estudio, aventuray suerte

Juan Carlos Serio Silva*

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Equipo de investigación después de detectar poblaciones silvestresde primates en la península de Yucatán.

(Foto: el autor)

Con la gran experiencia de Marcos,nuestro guía, empezamos a caminar porel bosque aún en penumbra. Sinembargo, parecía que en esa ocasiónno íbamos a tener mucha suerte; losmonos no estaban en donde pensábamosy tuvimos que emprender la búsquedaentre espectaculares ruinas mayas y laexuberante selva que hace a unohundirse en la sensación de ser vistospor miles de ojos vigilantes.

Después de habernos dividido en dosequipos para facilitar la búsqueda,repentinamente escuchamos en nuestroradio la voz agitada de nuestrasprimatólogas diciendo: “Tenemos frentea nosotros una serpiente de cascabel,

¡¡vengan a ayudarnos...!!” Al escuchar lo anterior, corrimosa su encuentro. Al llegar al lugar, vimos que, efectivamente,ante ellas estaba un fantástico ejemplar de este ofidio (1.62m), el cual movía su cascabel y levantaba la cabeza,desafiando a quien importunaba su sueño.

En cuestión de segundos, Marcos cortó una rama muy larga;tres certeros golpes en la cabeza del reptil acabaron con laposibilidad de peligro. Las chicas, impávidas, comentabanla situación, mientras que nuestro guía obtenía la piel delanimal que tan grande susto nos causó. Estoy seguro quemis estudiantes van a recordar por mucho tiempo queestuvieron a menos de 40 centímetros de cambiar su vidapara siempre.

Sin embargo, mientras que nos salvamos de tener problemascon este reptil, no fue así con los pinolillos o coloradillas(fase larvaria de las garrapatas). Localizamos a los monos yempezamos a colectar las muestras necesarias para nuestrainvestigación. Ésta consistía, básicamente, en obtener hecesde mono araña, para evaluar, posteriormente en el laboratorioy bajo la supervisión de la Dra. Martha Romano y el Dr.Ricardo Valdez (CINVESTAV-IPN), las concentracionesde una hormona llamada cortisol, la cual se ha señaladoque tiene una relación directa con los niveles del estrés. Laidea era determinar si los monos que vivían en selvasconservadas poseían menor concentración de cortisol (y,

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por ende, más bajo nivel de estrés) que los que se localizabanen selvas perturbadas. Es decir, que los monos nos “hablaran”de su estado fisiológico y de qué tan “a gusto” seencontraban, a partir de estas muestras de materia fecal.

Con gran asombro, además de recoger nuestras muestras,también “colectamos” en nuestros cuerpos a cientos de estospequeños “bichos” pegados en nuestra piel y provocándonosuna comezón que cada vez se hacía mas intensa. En el siguientesitio de muestreo, todos parecíamos sacados de undiagnóstico grave de varicela, excepto que ahora éramosnosotros los que parecían monos rascándose.

Esto se manifestó con mas notoriedad cuando, para llegar anuestro siguiente sitio de estudio, tuvimos que caminar pocomás de 20 kilómetros (los dos días anteriores habíamosacumulado 16 kilómetros) entre las siete de la mañana a lassiete de la tarde. La rascadera se puso en su apogeo cuandoveníamos de regreso, además de que poseíamos un lookde espantapájaros con los pies hinchados y la lengua defuera.

Después de encontrar a los monitos que nos surtirían delmaterial para nuestro experimento (las ya comentadas heces),fuimos refrescados por una lluvia torrencial que nos indicócon claridad por qué les llaman a estos ambientes selvastropicales lluviosas.

Completamente mojados, seguimos caminando hasta que,con mucha suerte (especialmente para las chicas), pasarondos cazadores en bicicleta, los cuales se ofrecieronamablemente (como era lógico) a transportar a Ari y aMónica al sitio donde se encontraba nuestro vehículo,mientras que el rollizo guía que nos acompañó y quienescribe tendríamos que seguir a caminando... hasta que elcuerpo aguantara.

Ya casi para terminar nuestro recorrido de campo (y, porconsiguiente, las desveladas y mal comidas), llegamos a unárea de reserva localizada en los límites entre los Estadosde Yucatán y Quintana Roo. Después de atravesar en canoauna hermosa laguna de aguas cristalinas, empezamos arecorrer este lugar y, como para seguir teniendo presenteesta salida, encontramos, bajo una palma de “guano”, ungran panal de avispas que corretearon y picaron a nuestrasprimatólogas en muchas partes del cuerpo.

Mónica, con la serpiente de cascabel que pudo habercambiado su futuro en la primatología mexicana.(Foto: el autor)

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Mono aullador o saraguato (Alouatta pigra), especie de primatenativa de las selvas del sur de México.

(Fotografía: Tania Urquiza Haas)

A pesar de todo lo sucedido en esos días, mis compañerasnunca perdieron la sonrisa, el profesionalismo y la atencióna los objetivos por los que venían. Conozco a varios demis colegas hombres que hubieran desistido con la mitadde lo sucedido.

Después de esta incursión regresamos satisfechos. Elconsenso entre nosotros es que no cambiaríamos por nadaesta forma tan especial de convivir con la naturaleza,defendiendo el deseo irreverente de comprenderla cadadía un poquito más con nuestras investigaciones sobre losmonos silvestres mexicanos y proponer, en su momento,alternativas para su conservación y la de nuestras selvastropicales.

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INSTRUCCIONESINSTRUCCIONESINSTRUCCIONESINSTRUCCIONESINSTRUCCIONESA LA LA LA LA LOS AOS AOS AOS AOS AUTORESUTORESUTORESUTORESUTORES

Los textos publicados en “Diálogos” deberán estar orienta-dos hacia el análisis y la reflexión en torno a los diversosaspectos que caracterizan la relación ciencia-tecnología-so-ciedad, tales como: educación, ética, desarrollo, bienes-tar, género, divulgación, etc.

Se sugiere ubicar los análisis y reflexiones preferentementeen el contexto local, aunque también se aceptan los decarácter nacional y general.

Las colaboraciones serán evaluadas, invariablemente, porel Comité Editorial de “Diálogos”, órgano de arbitraje quedeterminará la publicación de las mismas, bajo los siguien-tes criterios preponderantes: calidad, precisión de la infor-mación, interés general y lenguaje claro y comprensible.

Los textos sometidos a la consideración del Comité Edito-rial de “Diálogos” deberán ser originales y no estar siendoconsiderados para publicarse en ningún otro medio, bajo elentendido de que los derechos de autor sobre la publica-ción se transfieren a la revista.

En caso de considerarlo conveniente, el Comité Editorialde “Diálogos” podrá incluir en cada número textos aporta-dos por invitación y/o la reproducción autorizada de artí-culos anteriormente publicados en otro medio, impreso oelectrónico.

El Comité Editorial de “Diálogos” determinará la temáticade cada número, por lo que la publicación de los trabajosno seguirá, necesariamente, el orden de su aceptación.

Tema Central del próximo número:CIENCIA Y ALIMENTACIÓN

Fecha límite para la recepción de artículos: Marzo 14 de 2003

NORMAS EDITORIALESNORMAS EDITORIALESNORMAS EDITORIALESNORMAS EDITORIALESNORMAS EDITORIALES

Los escritos sometidos a consideración del Comité Edito-rial de “Diálogos”, deberán remitirse impresos en impreso-ra laser o de inyección de tinta (original y dos copias), ydeberán estar redactados en español, con letra Arial a 12puntos y doble espacio, utilizando mayúsculas y minúscu-las, en papel tamaño carta, con márgenes superior, inferiore izquierdo de 2.5 centímetros, y derecho de 4 centíme-tros.

Los trabajos deberán incluir una portada, en la que se seña-le con claridad el título de la colaboración (preferiblementeno más de 15 palabras); el nombre completo del autor,incluyendo su grado académico; la institución en la cuallabora y el cargo que ocupa; sus direcciones postal y elec-trónica; números de teléfono y fax; y un resumen de nomás de 200 palabras.

Los textos sometidos a consideración del Comité Editorialde “Diálogos” no deberán tener una extensión menor de 2cuartillas ni mayor de 8, y todas las páginas deberán estarnumeradas, en la parte inferior derecha.

El texto impreso deberá acompañarse de su correspon-diente archivo electrónico, en un disco de 3.5 pulgadas,utilizando un procesador de palabras WORD (Office2000, de preferencia).

En caso necesario, podrá utilizarse un número reducido defiguras para ilustrar el texto. En todo caso, deberán enviarsedibujos o fotografías de buena calidad, los cuales serán eva-luados por el Comité Editorial de “Diálogos”.

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Los dibujos y fotografías (preferiblemen-te en color, aunque se impriman en blan-co y negro) deberán enviarse montadossobre cartulina ilustración y correctamen-te identificadas al reverso. Las dimen-siones no excederán el tamaño carta.Todas las ilustraciones y sus textos de-berán ser capaces de soportar reduc-ciones al 50-66 por ciento, sin perderclaridad.

El autor deberá incluir, al final del tex-to, la descripción de cada dibujo o fo-tografía que envíe, y el Comité Edito-rial de “Diálogos” se reserva el dere-cho de determinar si se publican conpie o no.

Las tablas habrán de escribirse a dobleespacio, sin líneas verticales y contenernumeración consecutiva dentro del en-cabezado. No deberán duplicar infor-mación contenida en el texto o las ilus-traciones. Si la información contenidaen las tablas ha sido publicada ante-riormente, deberá citarse la fuente o re-ferencia.

Las citas se señalarán mediantesuperíndices numerados consecutiva-mente, y se describirán al final del tex-to, en el mismo orden.

Cuando se trate de referencias a libros, éstas deberán ajus-tarse a los siguientes ejemplos:

Fierro Gossman, Julieta. 1999. Las Estrellas. Tercer Milenio.México. Pp. 42-43. (Si la cita corresponde a una parteespecífica del libro.)

o

López R., M. 1995. Normas Técnicas y de Estilo para elTrabajo Académico. Universidad Nacional Autónoma deMéxico. México. 148 p. (Cuando se trata de una referenciahecha sobre el contenido de todo el libro.)

Las referencias a artículos en revistas periódicas deberán incluirel nombre del autor, o de los autores, si se trata de más deuno, de acuerdo con el siguiente modelo. El título de la revistase escribirá completo en la primera cita y abreviado en lassubsecuentes en que aparezca.

Torres Martínez Emanuel S., “Matemáticas y letras”, ¿Cómoves?, Revista de divulgación de la Universidad NacionalAutónoma de México. 2001. 27, p. 31.

Rodríguez B. Myrna Olivia. “Los ácaros: compañeros anó-nimos”, ¿Cómo ves? 2001. 27, p. 18.

En todos los casos, y en la medida de lo posible, se trataráde mencionar los nombres completos de los autores.

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Se imprimió en la ciudad de villahermosa, Tabasco, México, el 15 de diciem-bre de 2002, en los talleres de Morari Formas Continuas, S.A. de C.V.