implementaciÓn del protocolo de fin de vida en el …

85
1 IMPLEMENTACIÓN DEL PROTOCOLO DE FIN DE VIDA EN EL HOSPITAL UNIVERSITARIO SAN IGNACIO DESDE LA PERSPECTIVA DE LA ÉTICA DEL CUIDADO DIANA CAROLINA MORENO ORMAZA PONTIFICIA UNIVERSIDAD JAVERIANA INSTITUTO DE BIOÉTICA MAESTRÍA DE BIOÉTICA BOGOTÁ D.C. 2021

Upload: others

Post on 17-Apr-2022

1 views

Category:

Documents


0 download

TRANSCRIPT

Page 1: IMPLEMENTACIÓN DEL PROTOCOLO DE FIN DE VIDA EN EL …

1

IMPLEMENTACIÓN DEL PROTOCOLO DE FIN DE VIDA EN EL HOSPITAL

UNIVERSITARIO SAN IGNACIO DESDE LA PERSPECTIVA DE LA ÉTICA DEL

CUIDADO

DIANA CAROLINA MORENO ORMAZA

PONTIFICIA UNIVERSIDAD JAVERIANA

INSTITUTO DE BIOÉTICA

MAESTRÍA DE BIOÉTICA

BOGOTÁ D.C. 2021

Page 2: IMPLEMENTACIÓN DEL PROTOCOLO DE FIN DE VIDA EN EL …

2

Implementación del protocolo de fin de vida en el hospital Universitario San Ignacio

desde la perspectiva de la ética del cuidado

Diana Carolina Moreno Ormaza

Trabajo presentado como requisito de grado para optar al título de Magister en Bioética

Director:

Efraín Méndez Catillo

Codirector:

Fritz E Gempeler R

PONTIFICIA UNIVERSIDAD JAVERIANA

INSTITUTO DE BIOÉTICA

MAESTRÍA DE BIOÉTICA

BOGOTÁ D.C. 2020

Page 3: IMPLEMENTACIÓN DEL PROTOCOLO DE FIN DE VIDA EN EL …

3

La realización de mi trabajo de grado y este logro ha sido posible gracias a la

colaboración y el apoyo de personas muy importantes en mi vida que, con su amabilidad y

ayuda, me guiaron en el aprendizaje y culminación de mi maestría en bioética.

Page 4: IMPLEMENTACIÓN DEL PROTOCOLO DE FIN DE VIDA EN EL …

4

Tabla de contenido

Capítulo 1: Introducción ................................................................................................... 6

Justificación .................................................................................................................... 12

Pregunta de Investigación ............................................................................................... 13

Objetivos .......................................................................................................................... 13

Objetivo general. ............................................................................................................. 13

Objetivos específicos. ....................................................................................................... 13

Metodología ..................................................................................................................... 14

Capítulo 2: Descripción asunto clínico ........................................................................... 15

Prácticas clínicas y caracterización de los pacientes ingresados al protocolo de fin de vida

en el hospital universitario san Ignacio de enero de 2016 a diciembre 2019................... 15

Recolección de datos ....................................................................................................... 17

Presentación de los resultados ........................................................................................ 20

Capítulo 3: Marco teórico ............................................................................................... 30

Tres enfoques teóricos ..................................................................................................... 30

Teoría del reconocimiento del otro de Axel Honneth. ..................................................... 30

La ética de compasión. .................................................................................................... 33

La ética del cuidado de Carol Gilligan. ........................................................................... 35

Criticas de Carol Gilligan a la teoría del desarrollo moral de Lawrence Kohlberg ......... 36

Desarrollo moral de Carol Gilligan Ética del Cuidado ................................................... 41

El daño moral .................................................................................................................. 47

La resistencia a la Injusticia ........................................................................................... 50

Naturaleza del patriarcado .............................................................................................. 55

Comparación de la ética del Cuidado con la ética de la justicia ...................................... 59

Capítulo 4: Deliberación ................................................................................................. 63

Análisis del protocolo fin de vida del Hospital San Ignacio de acuerdo con la ética del

cuidado de Carol Gilligan ............................................................................................... 63

Aplicación de las medidas especiales recomendados por la ética del cuidado en los pacientes

que ingresaron al protocolo fin de vida en el HUSI. ....................................................... 66

Lugar adecuado............................................................................................................... 66

Page 5: IMPLEMENTACIÓN DEL PROTOCOLO DE FIN DE VIDA EN EL …

5

Suspensión de intervenciones innecesarias. .................................................................... 67

Cuidados paliativos. ........................................................................................................ 69

Abordaje integral. ............................................................................................................ 70

Comprensión de los dilemas morales desde la ética del cuidado. .................................... 72

Daño moral en pacientes al final de la vida. ................................................................... 73

CONSIDERACIONES FINALES .................................................................................. 77

Referencias ...................................................................................................................... 82

Page 6: IMPLEMENTACIÓN DEL PROTOCOLO DE FIN DE VIDA EN EL …

6

Capítulo 1: Introducción

Gracias a los avances de la medicina actual se ha logrado prolongar la vida y cambiar el

curso de muchas enfermedades que anteriormente eran incompatibles con la vida. Sin

embargo, también se ha transformado la atención médica, con la introducción de la tecnología

ahora se tiene poco contacto con el paciente, lo que ha llevado a que se despersonifique la

atención y que el paciente sea observado como un objeto al punto de referirse a ellos como “el

paciente de la cama 503”, “el paciente del apéndice”, “el paciente del tumor”, entre otros.

Asimismo, se enseña ahora a los médicos a salvar vidas a toda costa más que cuidar a la

persona y esto ha llevado a que se utilice la tecnología de una manera desproporcionada con el

fin de prolongar la vida, con lo que en muchos casos solo se consigue diferir la llegada de la

muerte y prolongar el sufrimiento. A este hecho en el área de salud se conoce como la

“obstinación terapéutica”, que es una forma de deshumanización que vulnera la dignidad del

paciente (Gempeler, 2015).

Kant señala al respecto del concepto de dignidad que

el ser humano es un ser que representa un fin en sí mismo, es algo valioso en sí mismo.

Lo que inspira respeto absoluto en nosotros es nuestra condición de ser agentes

racionales, o sea, la capacidad de dirigir nuestra vida de acuerdo a principios (Taylor,

1996).

Las Naciones Unidas definen el concepto de dignidad al señalar que “todos los seres

humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos y, dotados como están de razón y

conciencia, deben comportarse fraternalmente los unos con los otros” (Asamblea General de

Page 7: IMPLEMENTACIÓN DEL PROTOCOLO DE FIN DE VIDA EN EL …

7

la ONU, 1948). En consecuencia, la dignidad es un derecho fundamental propio de todas las

personas. El reconocimiento de la dignidad humana cobra especial relevancia al final de la

vida. Por ello, el respeto a la autonomía juega un papel importante para dignificar a las

personas, en especial al final de la vida, porque todos los seres humanos, sin importar su

condición o situación, son merecedores de igual respeto y de ser escuchados hasta el último

momento de la vida. En esta etapa es importante tener en cuenta al paciente y su familia para

conocer cuáles son sus deseos y comprender qué es lo que lo dignifica al final de su propia

vida. Asimismo, el personal de salud debe velar por que esta decisión sea respetada.

Contexto Local

Para mejorar la atención de los pacientes en la fase final de su vida, el Ministerio de Salud de

Colombia introdujo Lineamientos Para la Atención Integral en Cuidados Paliativos que los

define como

los cuidados apropiados para la persona con una enfermedad altamente amenazante y/o

incapacitante, terminal, crónica, degenerativa e irreversible donde el control del dolor

y otros síntomas, requieren no solo el apoyo médico, sino también el apoyo social,

espiritual, psicológico y familiar, durante la enfermedad y el duelo; logrando la mejor

calidad de vida posible para el paciente y su familia. (Ministerio de Salud, 2018)

Debido a la naturaleza altamente individualizada de la experiencia de morir, se debe

garantizar un enfoque de atención multidisciplinario, con una evaluación que incluya el

aspecto físico, psicológico, social y espiritual. Este análisis debe guiar a los médicos en la

formulación de los objetivos que garanticen un buen morir (Della Santina y Bernstein, 2004).

Page 8: IMPLEMENTACIÓN DEL PROTOCOLO DE FIN DE VIDA EN EL …

8

En la actualidad, con frecuencia se presentan situaciones complejas en relación con el

manejo de pacientes al final de la vida, pues cada persona tiene una percepción diferente de lo

que lo dignifica, así como también sus deseos en esta etapa de la vida. En consecuencia, las

instituciones prestadoras de cuidados paliativos han diseñado e implementado Protocolos de

Fin de Vida los cuales tienen como objetivo brindar un trato digno al final de la vida. Sin

embargo, surge la pregunta si son realmente efectivos para brindar un trato digno.

Por tal motivo, en enero de 2016 se implementó el protocolo de fin de vida institucional en

el Hospital Universitario de San Ignacio. Desde entonces la percepción general es que los

pacientes que han entrado a dicho protocolo han recibido un manejo adecuado al final de la

vida, disminuyendo las intervenciones desproporcionadas y manteniendo un manejo

sintomático adecuado. Sin embargo, no se conoce con exactitud el manejo específico que se

recibe al final de la vida (qué se suspende, qué se adiciona al manejo), ni las características

clínicas comunes e individuales de dichos pacientes.

Estado del arte

Importancia de los cuidados paliativos y en particular de los protocolos de fin de vida.

El origen de los cuidados paliativos y el de los centros de enfermedades terminales se sitúa

en Inglaterra con los aportes pioneros de la doctora Cicely Saunders, quien trabajo como

enfermera, trabajadora social y médica. Ella observó las carencias de los cuidados

hospitalarios hacia los pacientes que padecían enfermedades incurables en fase terminal. De

este modo, creó en Gran Bretaña el Movimiento “Hospice” para brindar un abordaje global

con el objetivo de saber cómo enfrentar una gran variedad de síntomas y el sufrimiento que

experimentan los enfermos terminales (Lopera, 2015; Vidal y Torres, 2006).

Page 9: IMPLEMENTACIÓN DEL PROTOCOLO DE FIN DE VIDA EN EL …

9

La Doctora Cicely Saunders fue defensora de la muerte con dignidad. Argumentaba que el

hecho de que no haya nada qué hacer para curar una enfermedad no significa que no exista la

posibilidad de tomar medidas de cuidado para el paciente enfermo. Una de las afirmaciones

que hacía la doctora Cicely era la siguiente:

usted importa por lo que usted es. Usted importa hasta el último momento de su vida y

haremos todo lo que esté a nuestro alcance, no sólo para que muera de manera pacífica,

sino también para que, mientras viva, lo haga con dignidad (Vidal y Torres, 2006).

En la actualidad, la Organización Mundial de la Salud reconoce la importancia de los

cuidados paliativos:

Los cuidados paliativos constituyen un planteamiento que mejora la calidad de vida de

los pacientes (adultos y niños) y sus allegados cuando afrontan problemas inherentes a

una enfermedad potencialmente mortal. Previenen y alivian el sufrimiento a través de

la identificación temprana, la evaluación y el tratamiento correctos del dolor y otros

problemas, sean estos de orden físico, psicosocial o espiritual (Organización Mundial

de la Salud, 2020).

En Colombia la Ley 1733 de 2014, también conocida como ley Devis Consuelo Saavedra,

reglamenta los derechos a la atención integral en cuidados paliativos que tienen las personas

con enfermedades en fase terminal, crónicas, degenerativas e irreversibles y que permiten

mejorar la calidad de vida de los pacientes y de sus familias. Esta Ley contempla derechos

como tener la información adecuada y oportuna, a tener una segunda opinión médica, a

suscribir el documento de Voluntad Anticipada y a participar de forma activa en el proceso de

atención y la toma de decisiones en el cuidado paliativo (Congreso de Colombia, 2014).

Page 10: IMPLEMENTACIÓN DEL PROTOCOLO DE FIN DE VIDA EN EL …

10

El protocolo de fin de vida

A nivel mundial, anualmente aproximadamente 20 millones de personas reciben cuidados

al final de la vida con el objetivo principal de mejorar su calidad de vida. Steinhauser et al.

(2000) encontraron en un estudio, basado en perspectivas de pacientes, médicos y otros

cuidadores, que una muerte ideal incluye no sólo factores físicos si no psicosociales y

espirituales. Sin embargo, definieron que una buena muerte depende de cada experiencia de

vida individual y no se puede tomar una definición universal. Zhang et al. (2012) realizaron un

estudio en pacientes oncológicos terminales hospitalizados en la última semana de vida,

evaluando como se podía mejorar la calidad de vida en estos pacientes. Encontraron que, la

calidad de vida era mayor cuando se evitaba la hospitalización, existían menores

preocupaciones, se brindaba apoyo espiritual y cuando sentían adecuada relación médico-

paciente. También encontraron otros factores que influyen de forma negativa en la calidad de

vida de los pacientes al final de la vida como; la alta carga sintomática, los tratamientos

innecesarios, necesidades no satisfechas y el estrés familiar asociado al cuidado del paciente.

Se ha intentado instaurar guías de manejo para el cuidado del paciente al final de la vida,

sin embargo, se considera que aún hay escasez de recursos para su aplicación en la práctica

clínica y una necesidad de mayor orientación para lograr disminuir el sufrimiento innecesario

y optimizar el uso de los recursos. Es por esto que Zadeh et al. (2017) realizó un estudio

analizando estrategias para mejorar la calidad de vida en esta etapa final, y encontraron que es

necesario entender el contexto social, cultural y religioso para un cuidado ideal. Además, se

enfatiza en que se debe priorizar el confort del paciente con una política que restrinja las

intervenciones médicas que no estén dirigidas a esto, con cuidados especiales que no

sobrepase el buen cuidado. Dentro de los métodos que se describen en búsqueda de la mejoría

Page 11: IMPLEMENTACIÓN DEL PROTOCOLO DE FIN DE VIDA EN EL …

11

de la calidad de vida se encuentran actividades de bienestar como masajes, aromaterapia,

musicoterapia, servicios de comida personalizados, rutinas de bajo ruido y baja iluminación,

cuidados del cuidador, liberación de visitas, acceso de mascotas, entre otras. La compañía por

parte de seres queridos aporta mayor tranquilidad y aceptación de su condición de salud.

Por otra parte, se resalta la necesidad de un equipo de salud que cuente con virtudes tales

como la empatía, compasión, amabilidad, facilitando así la liberación emocional y entiendo

las necesidades y los deseos del paciente y su familia. La comunicación es otro factor

fundamental porque permite crear un ambiente de confianza en el que se sienta cómodo. El

control de los síntomas tanto de manera farmacológica como no farmacológica es un esencial

para el paciente moribundo, controlando dolor, náuseas, disnea y cuidado de heridas. Además,

resaltan el respeto de los tiempos de descanso tanto nocturno como durante el día (Zadeh et al.

2017).

Partiendo de lo expuesto anteriormente, cuando se brinda un manejo integral al final de la

vida, se realiza un plan multidisciplinario en el cual están incluidos los cuidados paliativos. Su

importancia radica en que son un derecho que tienen todas las personas que padecen una

enfermedad terminal, intratable e irreversible. Tienen como objetivo hacer un abordaje

integral de la persona enferma, por lo cual incluye su parte física, emocional, espiritual y

cultural. Adicionalmente, es un soporte normativo que permite a la familia y al paciente

conocer sobre su estado de salud; además, busca dignificar a la persona y brindar los mejores

cuidados que garanticen bienestar y, en la medida de lo posible, una mejor calidad de vida.

Page 12: IMPLEMENTACIÓN DEL PROTOCOLO DE FIN DE VIDA EN EL …

12

Justificación

En el campo de la salud, a diario se encuentran pacientes que están en sus últimos días de

vida. En consecuencia, existen protocolos instaurados para brindar un manejo médico

específico al final de la vida. No obstante, surgen cuestionamientos como, en realidad el

manejo que se le brinda a estos pacientes es el adecuado para garantizar un buen morir, si en

realidad hay un trato digno, si los profesionales de salud están capacitados para brindar los

cuidados necesarios al final de la vida.

Los cuidados necesarios para un paciente al final de la vida van más allá de lo meramente

técnico-científico propio del campo médico. Se requiere del profesional de enfermería para

que brinde los cuidados individuales, en donde se tenga en cuenta al paciente y a su familia.

Se requiere información sobre si los pacientes al final de la vida reciben un manejo

adecuado, manteniendo su dignidad como persona. Por ello, este trabajo tiene como objetivo

analizar las practicas del protocolo de fin de vida en el Hospital Universitario San Ignacio de

enero de 2016 a diciembre 2019 en la perspectiva de la ética del cuidado de Carol Gilligan.

Este trabajo busca ofrecer a los profesionales dedicados al cuidado de los pacientes al final

de la vida una visión completa sobre el manejo brindado a los pacientes en fase terminal y las

diferentes corrientes teóricas que abordan el cuidado de la persona de manera que obtengan

herramientas para poder brindar los cuidados adecuados al final de vida siempre dignificando

a la persona. Además, se describirán las modificaciones medicas determinadas por el

Protocolo, en particular las surtidas en el HUSI, y luego, se analizarán éticamente y se

realizará un contraste del manejo médico que se brindó al incluirlos en este Protocolo.

Page 13: IMPLEMENTACIÓN DEL PROTOCOLO DE FIN DE VIDA EN EL …

13

Pregunta de Investigación

¿El protocolo fin de vida del Hospital Universitario San Ignacio brinda los cuidados

necesarios para los pacientes en fase terminal teniendo en cuenta la perspectiva de la

ética del cuidado?

Objetivos

Objetivo general.

Analizar las practicas del protocolo de fin de vida en el Hospital Universitario San Ignacio

de enero de 2016 a diciembre 2019 en la perspectiva de la ética del cuidado, especialmente la

de Carol Gilligan.

Objetivos específicos.

Caracterizar las prácticas clínicas realizadas a los pacientes ingresados al

protocolo de fin de vida en el Hospital Universitario San Ignacio de enero de 2016 a

diciembre 2019.

Describir el concepto de la ética del cuidado de Carol Gilligan.

Contrastar la perspectiva tradicional de la ética de la justicia con la ética de

cuidado de Carol Gilligan en el caso de los pacientes terminales.

Page 14: IMPLEMENTACIÓN DEL PROTOCOLO DE FIN DE VIDA EN EL …

14

Metodología

Se realizará un estudio cualitativo en dos fases:

1-Observacional descriptivo de la implementación del protocolo de Fin de Vida (PFV) en

el Hospital Universitario San Ignacio (HUSI), y posteriormente:

2-Un análisis crítico de los efectos de esta implementación, de acuerdo a las categorías

éticas del Marco teórico.

Así, inicialmente se realizará un estudio observacional descriptivo que se basó en la

revisión de historias clínicas a partir de la base de datos de los pacientes que ingresaron en el

protocolo fin de vida en el hospital universitario San Ignacio en los años 2016 al 2019. En la

revisión se analizó el manejo terapéutico que recibieron los pacientes al final de la vida y se

categorizaron por las características generales para analizar el resultado del plan de manejo

establecido para control de síntomas y confort.

Posteriormente se analizará críticamente estos resultados desde la perspectiva de la ética

del cuidado propuesta por Carol Gilligan, para realizar una deliberación sobre las ganancias

obtenidas en el plan instaurado y los cuidados ofrecidos al paciente ingresados al protocolo de

fin de vida.

Page 15: IMPLEMENTACIÓN DEL PROTOCOLO DE FIN DE VIDA EN EL …

15

Capítulo 2: Descripción asunto clínico

Prácticas clínicas y caracterización de los pacientes ingresados al protocolo de fin de vida

en el hospital universitario san Ignacio de enero de 2016 a diciembre 2019

Un Protocolo de Fin de Vida (PFV) tiene como propósito mejorar la atención de los

pacientes en el tiempo que precede la muerte teniendo en cuenta su deseos y preferencias en

sus últimos días de vida (Schlick y Bentrem, 2019; Toevs, 2019).

Los médicos que tratan con poca frecuencia problemas relacionados con el final de la vida

pueden sentirse incómodos al reorientar la atención del paciente de un enfoque curativo a un

énfasis de bienestar, especialmente si la institución no tiene pautas claras para guiar y facilitar

dicha atención (Boyle, 2004).

En el Hospital Universitario San Ignacio, observaciones no controladas sugirieron

deficiencias en los conocimientos y actitudes del personal de salud frente a pacientes en el

final de la vida. En 2016, estas observaciones llevaron al desarrollo e implementación de un

protocolo de atención para los pacientes adultos al final de vida con el objetivo de brindar

soporte a los grupos y médicos tratantes dentro del hospital para la adecuada planeación del

cuidado en este periodo. El PFV desarrollado propone considerar la mejor evidencia científica

disponible para integrarla con un trato humanizado en el que la compasión y la empatía con el

enfermo juegan un rol fundamental y el manejo se ajusta a las necesidades de cada paciente y

sus allegados, con un apoyo permanente por parte de los miembros del equipo médico.

Este protocolo fue desarrollado por un grupo de expertos clínicos especialistas en medicina

interna, cuidados paliativos, geriatría y psiquiatría, entre otros, bajo el liderazgo del Servicio

de Ética Clínica de la institución y con la aprobación del Comité de Ética Hospitalaria. El

protocolo se basó en la experiencia previa de numerosas instituciones de todo el mundo y

Page 16: IMPLEMENTACIÓN DEL PROTOCOLO DE FIN DE VIDA EN EL …

16

empleó la estrategia conocida como “The Liverpool Care Pathway” vigente en el Reino Unido

desde 1990 (Schmidt y Moss, 2014).

El protocolo de fin de vida se estructuró a partir de cinco “prioridades de cuidado”,

directamente orientadas al beneficio del paciente que se encuentra al final de la vida y

comprende diversos aspectos del cuidado que van desde las medidas de confort, la

prescripción de medicamentos para alivio de síntomas, la suspensión de intervenciones

innecesarias, apoyo psicológico y espiritual, tanto para el enfermo como para sus seres

queridos. Estas prioridades se describen a continuación:

La posibilidad de que una persona pueda morir en los próximos días u horas se debe

reconocer, declarar y comunicar con claridad. Las decisiones terapéuticas deben ser

tomadas de conformidad con las necesidades y deseos de la persona y deben ser

revisadas regularmente.

Se debe establecer una comunicación adecuada entre el equipo médico, el paciente y

sus familiares.

La persona que está muriendo y sus familiares deben involucrarse en las decisiones

relativas al tratamiento y la atención en la medida en que lo deseen.

Las necesidades de los familiares deben explorarse de forma activa, respetarse y

cumplirse en la medida de lo posible.

Acordar y coordinar un plan individual de atención, que incluya medidas de confort,

hidratación, alimentación, control de síntomas, apoyo psicológico, social y espiritual.

A partir de estas prioridades se plantearon unos cuidados especiales en el manejo de los

pacientes al final de la vida. Algunos de estos cuidados son llamados Anti ordenes:

Page 17: IMPLEMENTACIÓN DEL PROTOCOLO DE FIN DE VIDA EN EL …

17

Si el paciente se encuentra en el servicio de urgencias, en la medida de lo posible debe

ser trasladado a una habitación en hospitalización.

Liberar visitas (para permitir la compañía de la familia).

Recibir apoyo del servicio de Cuidados paliativos para un adecuado control de

síntomas.

Ofrecer apoyo espiritual y psicológico.

Antiorden: No se aplica ninguna restricción en la dieta, el paciente puede comer lo que

desea.

Antiorden: Suspender medicamentos e intervenciones que en el contexto clínico del

paciente son fútiles.

Antiorden: Suspender la toma de signos vitales.

La intervención educativa para la implementación del protocolo consistió en la

promulgación del protocolo a todo el personal médico y paramédico del hospital por medio de

conferencias participativas. Adicionalmente, el protocolo se incluyó en el sistema de

información del hospital.

Recolección de datos

En este estudio se definieron variables para caracterizar los pacientes y evaluar las

intervenciones y cuidados realizados.

Page 18: IMPLEMENTACIÓN DEL PROTOCOLO DE FIN DE VIDA EN EL …

18

Tabla 1

Definición y operacionalización de variables

Nombre Definición Naturaleza Nivel de

medición

Categoría

Edad Tiempo de vida de cada

sujeto, en años

Cuantitativa Continua Años

Sexo Características

biológicas, físicas,

fisiológicas y anatómicas

que definen a los seres

humanos como hombre y

mujer

Cualitativa Nominal 1=Masculino

2=Femenino

Tiempo en

protocolo fin

de vida

Número de días entre el

ingreso al PFV y la

muerte

Cuantitativa Continua Días

Diagnóstico

principal

Patología principal Cualitativa Nominal

Diagnósticos

definitivos

1=Oncológico

2=Neurológico

3=Infeccioso

4=Cardiovascular

5=Renal

6=Falla hepática

7=Insuficiencia

respiratoria

8= Otros

Diagnóstico

Oncológico

1=Gastrointestinal

2=Linfoproliferativo

3=Ginecológico

4=Mama

5=Pulmonar

6=Genitourinario

7=Piel

8=Neurológico

9=Tiroides

10=Hepático

11=Óseo

12=Renal

Page 19: IMPLEMENTACIÓN DEL PROTOCOLO DE FIN DE VIDA EN EL …

19

Diagnóstico

Neurológico

1=ACV

2=Neurológico

3=Infeccioso

4=Trauma

craneoencefálico

5=Encefalopatía

hipóxico pos RCP

6=Epilepsia

7=Sección medular

Diagnóstico

Cardiovascular

1=ICC

2=Enfermedad

coronaria

3=Vascular

periférica

Diagnóstico

Infeccioso

1=Neumonía

2=VIH

3=Sepsis

4=Genitourinario

Servicio donde

muere

Servicio del hospital

donde muere el paciente

Cualitativa Nominal 1=Medicina

urgencias

2=Medicina interna

3=Unida de cuidado

intensivo

4=Ginecología

5=Neurociencias

6=Aislamiento

7=Servicios

especiales

8=Ortopedia

9=Hematología

10=Hospitalización

de cirugía

Anti ordenes Intervenciones que se

retiraron al iniciar el PFV

Cualitativa Nominal 1=Nada

2=Diálisis

Page 20: IMPLEMENTACIÓN DEL PROTOCOLO DE FIN DE VIDA EN EL …

20

3=Quimioterapia/

Radioterapia

4=Ventilación

mecánica

5=Inotrópicos

6=Antibióticos

6=Signos vitales

7=Otros

Sedación y/o

analgesia

Medicamentos sedantes

y/o analgésicos

administrados al ingresar

al PFV hasta la muerte

Cualitativa Nominal 1=Morfina

2=Hidromorfona

3=Midazolam

4=Fentanyl

5=Oxicodona

6=Tramadol

7=Otros

8=Nada

Toma de

Laboratorios

Se toman o no exámenes

de laboratorio,

incluyendo glucometrías

Cualitativa Nominal 1= Sí

2=No

Toma de

Imágenes

diagnósticas

Se toman o no imágenes

diagnósticas, incluyendo

ecografías.

Cualitativa Nominal 1= Sí

2=No

Manejo del

dolor

Se formula

medicamentos para el

manejo del dolor

Cualitativa Nominal 1= Sí

2=No

Reorientación

terapéutica

Se indicó en la historia

clínica realiza una

reorientación terapéutica

Cualitativa Nominal 1= Sí

2=No

Presentación de los resultados

Para identificar el manejo médico específico de los pacientes ingresados al protocolo de fin

de vida del Hospital Universitario San Ignacio entre enero de 2016 y diciembre de 2019 se

realizó una revisión de la base de datos del Servicio de Ética Clínica. Se reportó un total de

339 pacientes ingresados al protocolo, de los cuales el 65,8% ingresaron en el año 2019, el

19,2% en el año 2018 y 14,9% en los años 2016 y 2017. Igualmente, se revisaron las historias

Page 21: IMPLEMENTACIÓN DEL PROTOCOLO DE FIN DE VIDA EN EL …

21

clínicas de dichos pacientes, los datos del paciente y las variables descritas en la tabla 1. Estos

datos se incluyeron, registraron y analizaron en una base de datos de Excel v16.16.

Al caracterizar demográficamente a los pacientes que ingresaron al protocolo de fin de vida

del Hospital Universitario San Ignacio entre enero de 2016 y diciembre de 2019, los hallazgos

mostraron que la edad promedio que los pacientes tenían en el momento de su muerte estaba

en un promedio de 66,3 años (rango entre 19 y 100 años, desviación estándar de 17,51), en el

que el 51,9% (176 pacientes) eran de sexo masculino y el 48% (163 pacientes) femenino.

En cuanto al tiempo transcurrido desde el ingreso al protocolo de fin de vida y la muerte de

los pacientes, se encontró que el tiempo transcurrido promedio fue de 4,05 días (rango entre 0

y 40 días, desviación estándar de 4,5). Los pacientes que tuvieron egreso para continuar el

protocolo de fin de vida en la casa con las respectivas indicaciones de manejo sintomático y

de bienestar fue el 7,3% (25 pacientes). Los principales diagnósticos definitivos de los 339

pacientes fallecidos se pueden ver en la Tabla 2, en el que se evidencia que el diagnóstico

prevalente es el oncológico 60% (205 pacientes), seguido por patologías neurológicas y

patologías infecciosas como VIH.

Tabla 2

Diagnósticos definitivos de los pacientes ingresados al PFV

Diagnósticos Numero Porcentaje

Oncológico 205 60%

Neurológico 69 20,3%

Infeccioso 21 6,1%

Cardiovascular 20 5,8%

Falla renal 13 3,8%

Falla hepática 5 1,4%

Page 22: IMPLEMENTACIÓN DEL PROTOCOLO DE FIN DE VIDA EN EL …

22

Gráfica 1

Diagnósticos oncológicos de los pacientes ingresados al PFV

De los diagnósticos oncológicos, el 29,3% (60 pacientes) presentaban patologías

oncológicas a nivel gastrointestinal, el 13,2% (27 pacientes) síndromes linfoproliferativos

como mielomas, leucemias entre otras, seguido por patologías ginecológicas en el 10,7% (22

pacientes).

60

2722 22 21 19

12 105 3 3 1

0

10

20

30

40

50

60

70

1

Diagnósticos oncológicos

Gastrointestinal Linfoproliferativo Ginecologico Mama

Pulmonar Genitourinario Piel Neurologico

Tiroides Hepatico Oseo Renal

Total:205

Insuficiencia

respiratoria

4 1,7%

Otros 2 0,5%

Total 339 100%

Page 23: IMPLEMENTACIÓN DEL PROTOCOLO DE FIN DE VIDA EN EL …

23

Gráfica 2

Diagnósticos neurológicos de los pacientes ingresados al PFV

En los diagnósticos neurológicos se encontró que el 46,4% (32 pacientes) presentaron

accidentes cerebro vasculares, seguido de patologías neurodegenerativas como alzheimer,

esclerosis múltiple, parkinson, entre otras, en un 39% (27 pacientes).

Page 24: IMPLEMENTACIÓN DEL PROTOCOLO DE FIN DE VIDA EN EL …

24

Gráfica 3

Diagnósticos infecciosos de los pacientes ingresados al PFV

Dentro de los diagnósticos infecciosos, se encontró que el 47,6 % (10 pacientes)

presentaron neumonía como patología principal, seguido del 33,3% (7 pacientes) con

diagnóstico de VIH en proceso terminal, el 14% (3 pacientes) cursaron por procesos sépticos

en los cuales, pese al tratamiento de antibiótico, no se logró cambiar el curso de su

enfermedad. Por último, se evidenció que el 4.7% (1 paciente) presentó proceso infeccioso a

nivel genitourinario.

10

7

3

1

0

2

4

6

8

10

12

mer

o d

e p

acie

nte

sDiagnostico infeccioso

Neumonia HIV Sepsis Genitourinario

Total: 21

Page 25: IMPLEMENTACIÓN DEL PROTOCOLO DE FIN DE VIDA EN EL …

25

Gráfica 4

Diagnósticos cardiovasculares de los pacientes ingresados al PFV

En los diagnósticos cardiovasculares se evidenció que el 55% (11 pacientes) presentaron

insuficiencia cardiaca congestiva como patología terminal, el 25% (5 pacientes) enfermedad

coronaria y el 20% (4 pacientes) patología vascular periférica.

Posteriormente, se realizó un análisis evidenciando en qué servicio se encontraba el

paciente hospitalizado. Dentro de los hallazgos se encontró que más de la mitad de los

pacientes, el 54,8% (186 pacientes) se encontraban hospitalizados en el servicio de Medicina

Interna, seguido por el servicio de la Unidad de Cuidados Intensivo con un 12,6% (43

pacientes) y de manejo ambulatorio al 7,3% (25 pacientes). El servicio en donde muere el

paciente puede estar relacionado con su diagnóstico de base.

11

5

4

0

2

4

6

8

10

12

mer

o d

e p

acie

nte

s

Diagnostico cardiovascular

ICC Enfermedad Coronaria Vascular Periferico

Total: 20

Page 26: IMPLEMENTACIÓN DEL PROTOCOLO DE FIN DE VIDA EN EL …

26

Tabla 3

Servicio en el que muere el paciente ingresado al PFV

Servicio Número Porcentaje

Medicina interna 186 54,8

Unida de cuidado intensivo 43 12,6

Manejo ambulatorio 25 7,3

Neurociencias 17 5

Aislamiento 16 4,7

Ginecología 13 3,8

Hospitalización de cirugía 13 3,8

Servicios especiales 12 3,5

Medicina urgencias 8 2,3

Hematología 4 1,1

Ortopedia 2 0,5

En cuanto a procedimientos realizados al final de la vida, al 33,6 % (114 pacientes) se les

solicitaron y tomaron laboratorios en las últimas horas de vida y al 21,5 % (73 pacientes) se

les tomaron imágenes diagnosticas como radiografías, ecografías, resonancias, entre otras.

En la Tabla 4 se pueden observar los procedimientos e intervenciones médicas suspendidas

al ingresar al PFV con el objetivo de reorientar el manejo a medidas de bienestar y confort.

Page 27: IMPLEMENTACIÓN DEL PROTOCOLO DE FIN DE VIDA EN EL …

27

Tabla 4

Procedimientos e intervenciones médicas suspendidas de los pacientes ingresados al PFV

Numero Porcentaje

Toma de signos vitales 116 34,3%

Otros 83 24,4%

Antibióticos 43 12,6%

Ventilación mecánica 37 10,9%

Diálisis 16 4,7%

Inotrópicos 15 4,4%

Quimioterapia/

Radioterapia

10 2,9%

Se suspendió la toma de signos vitales al 34.3% (116 pacientes), seguido de otras medidas

terapéuticas suspendidas en el 24,4% (83 pacientes), en las que se encuentran retiro de

medicamentos vía oral, heparinas, insulinas, nutrición, suspensión de procedimientos

quirúrgicos e inserción de catéteres, terapia ECMO y transfusiones. Al 12,6% (43 pacientes)

se les suspendió el manejo de antibiótico, pues los médicos tratantes consideraron que el

continuarlos no generaría mayor beneficio, ni control de síntomas. En los servicios de

Reanimación y Cuidado Intensivo se suspendió la ventilación mecánica al 10,9% (37

pacientes) donde se consideró que continuar con esta medida únicamente generaría prolongar

la agonía. Asimismo, se suspendieron los medicamentos inotrópicos al 4,4% (15 pacientes).

En conjunto con el servicio de Nefrología, se suspendió la terapia dialítica al 4.7% (16

pacientes) y al 2.9% (10 pacientes) se le suspendió la quimioterapia y radioterapia con

intensión curativa y paliativa al estimar que, en el contexto clínico de los pacientes, dichas

terapias se consideraron fútiles y extraordinarias y que no generarían mayor beneficio, sino

Page 28: IMPLEMENTACIÓN DEL PROTOCOLO DE FIN DE VIDA EN EL …

28

que, por lo contrario, empeoraría la calidad de vida de los pacientes. La mayoría de los

pacientes (98,2%) recibieron medicamentos como analgesia y sedación para el control de los

síntomas. En la gráfica 5 se pueden ver los diferentes medicamentos utilizados.

Gráfica 5

Sedación/ Analgesia que recibieron los pacientes ingresados al PFV

En cuanto a la sedación / analgesia instaurada a los pacientes al final de la vida, de los 339

pacientes ingresados al PFV, al 48% (163 pacientes) se les administró sedación con

hidromorfona, al 29,2% (99 pacientes) sedación con morfina, al 14% (48 pacientes)

midazolam en infusión o intermitente, al 4,4% (15 pacientes) se les administró fentanyl y al

1,4% (5 pacientes) oxicodona. En un 0.2% (1 paciente) recibió tramadol y acetaminofén al

0.5% (2 pacientes).

163

99

48

155 2 1

0

20

40

60

80

100

120

140

160

180

mer

o d

e p

acie

nte

s

Sedacion / Analgesia

Hidromorfona Mofina Midazolam Fentanyl Oxicodona Otros Tramadol

Page 29: IMPLEMENTACIÓN DEL PROTOCOLO DE FIN DE VIDA EN EL …

29

En cuanto a procedimientos realizados al final de la vida, al 33,6 % (114 pacientes) se les

solicitaron y tomaron laboratorios en las últimas horas de vida y al 21,5 % (73 pacientes) se

les tomaron imágenes diagnosticas como radiografías, ecografías, resonancias, entre otras.

Como era de esperarse por la guía del protocolo de fin de vida, al 99,7% (338 pacientes) de

los pacientes se les realizó una reorientación terapéutica para el control de síntomas y confort.

Debido a que la concepción de la buena muerte es individualizada, se debe garantizar un

enfoque de atención multidisciplinario. Por tanto, en el protocolo fin de vida se incluye un

abordaje psicológico y espiritual para el enfermo y sus seres queridos. La decisión de recibir

apoyo psicológico o espiritual es tomada de forma autónoma por el paciente y la familia.

Page 30: IMPLEMENTACIÓN DEL PROTOCOLO DE FIN DE VIDA EN EL …

30

Capítulo 3: Marco teórico

Tres enfoques teóricos

Existen diferentes perspectivas éticas que soportan los cuidados paliativos y motivan la

necesidad de implantar protocolos de atención medica al final de la vida, voy a mencionar

brevemente algunos antes de presentar la Ética del cuidado.

Teoría del reconocimiento del otro de Axel Honneth.

Los cuidados paliativos son la asistencia al final de la vida de pacientes que padecen

enfermedades intratables con mal pronóstico vital a corto plazo. Se trata de programas de

atención integral que incluyen medicación, tratamiento de los síntomas, cuidados diarios,

apoyo psicológico, social y espiritual, tanto para el paciente como a sus familiares. En

definitiva, los cuidados paliativos están orientados a la noción de “morir con dignidad”. La

dimensión ética de estos cuidados está vinculada a una noción sobre el trato que nos debemos

unos a otros, o si se quiere, a una interpretación más amplia de tal dignidad. Todo esto implica

la idea de la ética del reconocimiento del otro en toda su amplitud:

Mi acercamiento al tema de los cuidados paliativos me hace sospechar que la

interpretación más clásica de dignidad –vinculada al ejercicio de la autonomía del

paciente- puede ser insuficiente para captar el verdadero núcleo ético de un “buen

morir”. Creo que puede encontrarse hoy un concepto ético más abarcativo, rico y

ajustado a lo que proponen los programas de cuidados paliativos: se trata de “morir

con reconocimiento”. (Fascioli, 2016)

Page 31: IMPLEMENTACIÓN DEL PROTOCOLO DE FIN DE VIDA EN EL …

31

El concepto de reconocimiento implica que el sujeto necesita del otro para poder construir

una identidad estable y plena. La comunicación es indispensable porque nos permite conocer

lo que nos hace ser personas íntegras y dignas en la experiencia humana del reconocimiento

intersubjetivo (Aparicio, 2016). Un ejemplo puede verse cuando un paciente le expresa a su

médico que en caso de presentar una parada cardiaca no desea recibir ningún procedimiento

invasivo como reanimación cardiopulmonar, intubación orotraqueal o traslado a una unidad de

cuidado intensivo. El ser autónomos depende de nuestra comunicación y relación con otros.

En contraste con lo anterior, las formas de menosprecio como el maltrato, la exclusión o la

deshonra se acompañan de daño y sentimientos negativos. Como consecuencia, cuando una

persona es tratada de esta manera, se tiende a generar un daño en su autopercepción y en la

relación con la sociedad. De modo que la interrelación se daña, se lesiona y se destruye

(Aparicio, 2016).

Por otro lado, la posibilidad de ser íntegros, de contar con una integridad no dañada,

permite construir relaciones positivas con nosotros mismos. Para Honneth, la dignidad tiene

que ver con ciertos modos como las personas se relacionan con ellas mismas, la confianza, el

autorespeto y la autoestima necesitan ser reconocidos en tres modos básicamente distintos

(Anderson y Honneth, 2005).

Los siguientes son los tres modos de reconocimiento intersubjetivo: el amor, el derecho y

la solidaridad

1. El Amor: se relaciona con la ética del cuidado y está presente en las relaciones

primarias como las que se dan en la familia, en la pareja o entre amigos. El amor es un

modo de reconocimiento que implica procurar el bienestar del otro en sus necesidades

individuales (Fascioli, 2016).

Page 32: IMPLEMENTACIÓN DEL PROTOCOLO DE FIN DE VIDA EN EL …

32

Si podemos experimentar esta forma de reconocimiento contenida en el amor,

podemos construir la primera forma de autorelación positiva de autoconfianza, que

consiste en una confianza básica en el valor de nuestras propias necesidades y deseos

concretos y la búsqueda por satisfacerlos (Fascioli, 2016).

2. El Derecho: está constituida por las relaciones jurídicas en un marco de derecho que

nos vincula como ciudadanos de una comunidad y por las cuales nos reconocemos

como libres e iguales (Fascioli, 2016). Esta forma de reconocernos se sustenta en el

ideal kantiano de que todo sujeto humano es igualmente digno y debe valer como un

fin en sí mismo. Por ello, esta forma de reconocimiento se basa en el respeto que se

merece cualquier ser humano. Sobre esta esfera se establece el autorespeto, una forma

de relacionarnos con nosotros mismo sintiéndonos igual que todos, responsables y

escuchados en la toma de decisiones colectivas y por tanto en la capacidad de reclamar

nuestros derechos y reconocer los de los demás (Fascioli, 2016).

3. La Solidaridad: que merece un individuo o un grupo por la forma de su

autorrealización o de su identidad particular y por las particulares cualidades asociadas

a ésta. Esta valoración permite construir la autoestima, un sentirse seguro de poder

hacer cosas o de tener capacidades que son reconocidas por los demás miembros de la

sociedad como valiosas (Fascioli, 2016).

Por lo anterior, con cada modo de reconocimiento la persona puede obtener una

corroboración cada vez más amplia en su autonomía y su identidad personal. Con este

reconocimiento la persona expresa sus necesidades y deseos. Además, también se siente

identificado como una persona única y valiosa.

Page 33: IMPLEMENTACIÓN DEL PROTOCOLO DE FIN DE VIDA EN EL …

33

La ética de compasión.

La esencia de la enfermería es el cuidado que va acompañado de la compasión. Por medio

de este se reconoce el sufrimiento de un paciente que genera una respuesta interna que nos

mueve a ayudar, aliviar, confortar y proporcionar mayor bienestar. No puede haber cuidado

sin compasión y tampoco puede haber compasión sin cuidado, pues este último exalta el

cuidado de la enfermería (García, 2020).

Por medio del trato compasivo, el profesional de enfermería no se limita a aliviar el

sufrimiento, sino que conoce la experiencia del paciente como ser único e independiente, lo

que permite dignificar a la persona y ver su valor en sí misma. Este significado de la

compasión es multidimensional, por lo que puede ser visto como un elemento emocional, una

virtud moral, una dimensión ética del cuidado (Martínez, 2020).

La compasión se origina como una respuesta empática al sufrimiento, un proceso racional

que persigue el mayor bienestar de los pacientes por medio de acciones éticas que permitan

encontrar solución a su sufrimiento. La enfermera debe tener sensibilidad para comprender el

sufrimiento de otra persona, así como la voluntad de ayudar y promover el bienestar de esa

persona con el objetivo de encontrar una solución a su situación (Martínez, 2020).

En la misma línea de la ética de la compasión realizaremos una aproximación del cuidado

con los protocolos de atención en salud. García señala que “los protocolos de cuidado y

atención de pacientes y códigos deontológicos o normativos, de antemano dan la respuesta a la

pregunta ¿Qué debo hacer?” (2020). Sin embargo, los protocolos generan una

deshumanización en la atención porque hay un acto de clasificación y en consecuencia se

determina cómo se debe actuar, pero lo que interesa no es la persona, sino la categorización y

la categoría.

Page 34: IMPLEMENTACIÓN DEL PROTOCOLO DE FIN DE VIDA EN EL …

34

Los protocolos clínicos o de cuidado contienen una serie de actividades que deben

desarrollarse a un grupo de pacientes. Estos protocolos tienen unos estándares que guían la

atención de los pacientes; por ejemplo, cada cuánto necesitan ser valorados por un

especialista, cómo evaluarlos y los tipos de tratamientos. Al ser sistematizados, son rígidos en

su aplicación. También se encuentran protocolos de seguridad del paciente, control de

infecciones, control de ulceras por presión. Estos protocolos generan un plan de atención en el

cual se restringen las visitas, el número de visitantes, las comidas, el tipo de comidas, la

movilidad por otras salas del hospital, entre otros; pero a su vez, obvian especificar algunas

sencillas acciones que no se encuentran dentro de los protocolos, como saludar, escuchar,

acompañar, mirar y sonreír (García, 2020).

Los protocolos de manejo de pacientes son insuficientes para un adecuado plan de atención

que dignifique a la persona. La ética de la compasión permite un cuidado más integro, un

verdadero cuidado que surge del otro y para el otro. Dentro del cuidado de enfermería, es

fundamental la relación con el paciente para conocer sus necesidades. No se puede concebir

un cuidado ni una relación enfermero - paciente ceñidos estrictamente a un protocolo, que en

muchos casos se aplica de manera automática, puesto que se perderían dos grandes pilares del

cuidado: la compasión y el conocimiento (García, 2020).

Este trabajo es importante para reconocer si los pacientes en realidad están recibiendo un

trato digno al final de la vida. Al hacer el análisis de algunas corrientes teóricas sobre el

cuidado desde una visión ética, es posible contar con las herramientas para que los

profesionales de la salud conozcan sobre las pautas necesarias para mejorar la atención de los

pacientes en fase terminal.

Page 35: IMPLEMENTACIÓN DEL PROTOCOLO DE FIN DE VIDA EN EL …

35

La ética del cuidado de Carol Gilligan.

La ética del cuidado se basa en toda acción humana que busca brindar ayuda y atender la

necesidad del otro. En ella juega un papel fundamental el reconocimiento, la responsabilidad y

el compromiso hacia los demás (Alvarado, 2004; García, 2015). Por ejemplo, si una persona

tiene dependencia total en sus actividades de la vida diaria y se encuentra postrada en una

cama, necesita ayuda para cumplir sus necesidades básicas como la higiene, comer, hidratarse,

entre otras. Estas condiciones hacen que se requiera de un apoyo que les permita suplir esas

necesidades:

Cuidar es encargarse de la protección, el bienestar o mantenimiento de algo o de

alguien. Por otra parte, el cuidado ético involucra la interacción y el contacto moral

entre dos personas, en el que media una solicitud, en el que hay unión entre las

personas, como parte de la relación humana. De lo anterior podemos deducir que la

ética del cuidado es la disciplina que se ocupa de las acciones responsables y de las

relaciones morales entre las personas, motivadas por una solicitud, y que tienen como

fin último lograr el cuidado de sus semejantes o el suyo propio. (Alvarado, 2004)

Justamente esta es la razón de ser de los profesionales de enfermería: el cuidado. Sus

acciones van encaminadas a ayudar, aliviar, confortar, proporcionar mayor bienestar, ya sea

físico, psíquico o psicosocial. La enfermería brinda cuidados integrales a la persona sana o

enferma, la familia y la comunidad. Algunos teóricos de la enfermería han incluido el cuidado

como un valor central en las dimensiones éticas de la práctica de la profesión. Por ejemplo,

Gadow en el año1985, afirma que el valor de los cuidados apoya una ética de enfermería

dirigida a proteger y promover la dignidad humana de los pacientes que reciben atención en

Page 36: IMPLEMENTACIÓN DEL PROTOCOLO DE FIN DE VIDA EN EL …

36

salud. Asimismo, Watson en 1985 sugiere que los cuidados constituyen el fundamento de la

ciencia humana en la enfermería. Esta disciplina tiene como eje central el cuidado, entendido

como el gran interés de proteger, promover la vida y la dignidad. Se basa en satisfacer las

necesidades del otro, generando así grandes sentimientos de bienestar, tanto para quien recibe

los cuidados como para quien los brinda (Alvarado, 2004)

Carol Gilligan nació el 28 noviembre de 1936 en Nueva York (Estados Unidos). Es

psicóloga, filósofa, feminista y escritora. Sus principales áreas de investigación son el

feminismo y los estudios de género. En 1997 se convirtió en la primera profesora de estudios

de género de la UMSNH Universidad de Harvard. Ha impulsado la Ética del Cuidado en

contraste con la ética de la justicia.

Carol Gilligan es conocida por su libro In a different voice: psychological theory and

women's development publicado en el año 1982. En este manifiesta su inconformidad en la

interpretación brindada por su maestro Lawrence Kohlberg en los resultados de la

investigación sobre el desarrollo moral en el campo de la psicología experimental (Grífols,

2013).

Criticas de Carol Gilligan a la teoría del desarrollo moral de Lawrence Kohlberg

Carol Gilligan hizo una serie de cuestionamientos alrededor de los estudios realizados por

Lawrence Kohlberg. Observó que en estos estudios se presentaban algunos sesgos. A partir de

esto, Gilligan planteó la teoría de la ética del cuidado, la cual configuró uno de los ejes

centrales de la crítica feminista contemporánea a la teoría del desarrollo moral universalista

que había elaborado Kohlberg (Grífols, 2013).

Page 37: IMPLEMENTACIÓN DEL PROTOCOLO DE FIN DE VIDA EN EL …

37

Dentro de las críticas hechas al modelo del desarrollo moral una ética de la justicia se

encuentra:

La universalidad del modelo

Kolhlberg en sus investigaciones no tenía en cuenta factores situacionales, culturales,

sociales e históricos. En esta línea, su modelo se considera común e igual a todas las personas,

independientemente de su etnia, nacionalidad, sexo, cultura, entre otros. Sin embargo,

apuntaba que su modelo de desarrollo moral pudiera ser universal (Alonso y Fombuena, 2006;

Medina, 2016).

Investigaciones sólo en personas del sexo masculino

Se ha considerado que las investigaciones se encuentran sesgadas para las mujeres.

Teniendo en cuenta que las mujeres fundamentan los juicios morales y la resolución de los

dilemas éticos en una ética del cuidado y en relaciones interpersonales. Por ende, en la escala

del desarrollo moral de Kohlberg las mujeres se encontrarían en la etapa 3 (expectativas

interpersonales mutuas, relaciones y conformidad interpersonal). En pocas palabras, los

hombres serían los únicos que alcanzarían la etapa más elevada (Medina, 2016).

Carol Gilligan en su trabajo clínico con mujeres y hombres encontró que los juicios

morales son diferentes. Por un lado, los hombres piensan de manera formal y abstracta. De ahí

que exista una tendencia a que enfaticen en el respeto de los derechos formales de los demás,

en el ámbito individual y en las reglas. En definitiva, conciben la moral en términos de

jerarquía de valores. En cambio, las mujeres tienen una visión diferente, pues tienden a

desenvolverse más en lo contextual, en la responsabilidad por los demás, en las relaciones y

en una concepción global, lo que ella denominó la lógica de red (Medina, 2016).

Page 38: IMPLEMENTACIÓN DEL PROTOCOLO DE FIN DE VIDA EN EL …

38

Dilemas morales hipotéticos

Los dilemas morales de las investigaciones de Kohlberg eran relatos de situaciones

hipotéticas que presentaban un conflicto de valores y la necesidad de tomar una decisión ante

este. El instrumento aplicado por Kohlberg se hizo a través de entrevistas semiestructuradas

(Moral Judgement Interview). Incluían cuestionarios cualitativos y de producción, en las que

el entrevistado debía crear sus juicios y argumentos. Igualmente, utilizó un formulario de

reconocimiento (Defining Issues Test), pues la persona entrevistada se limitaba a entender y

ordenar una serie de ítems con juicios y argumentos que se presentaban estructurados y

redactados (Linde, 2009).

Los dilemas hipotéticos tenían un personaje principal que se encontraba en la disyuntiva de

tomar una decisión compleja y debía escoger entre dos valores igualmente valiosos; por

ejemplo, el respeto a la vida o el acatamiento de la ley. Un ejemplo es el “Dilema de Heinz”:

se exponía un caso ubicado en Europa en el que una mujer estaba a punto de morir de un

extraño cáncer. Había una medicina que los médicos creyeron que podría salvarla, una forma

de radio que un farmacéutico de la misma ciudad había descubierto recientemente. El

farmacéutico cobraba 2.000 dólares, diez veces más de lo que le había costado prepararla. El

marido de la enferma, Heinz, acudió a todo el que conocía para pedir dinero prestado, pero

sólo pudo conseguir la mitad de lo que la medicina costaba. Dijo al farmacéutico que su

esposa estaba muriendo y le rogó que se la vendiera más barata o que se la dejara pagar más

tarde, pero el farmacéutico dijo que no. Así que Heinz desesperado robó la medicina de la

farmacia para dársela a su mujer. ¿Tenía el marido que haber hecho eso?, ¿Por qué?

(Kohlberg, 1992).

Page 39: IMPLEMENTACIÓN DEL PROTOCOLO DE FIN DE VIDA EN EL …

39

Con este ejemplo se puede evidenciar que el dilema de Heinz no refleja problemas morales

de interés universal; al contrario, son el reflejo de las situaciones de una cultura etnocéntrica

norteamericana de la época. De esta manera, el estudio que Kohlberg presenta el análisis de un

contexto particular de los años cincuenta a los setenta, razón por la cual no podrían generalizar

estas decisiones morales. De ahí el poco impacto que tiene en las personas entrevistadas al

perder su condición conflictiva. (Linde, 2010) Adicionalmente, Gilligan evidenció sesgos en

el planteamiento de la situación problemática presentada. En primer lugar, encontró la

presencia y comunicación de dos hombres: el esposo de la mujer enferma de cáncer y el

farmaceuta. En segundo lugar, se evidencia la destacada presencia pasiva de la mujer. Esto

hace que no sea posible evaluar equitativamente el desarrollo moral de hombres y mujeres

(Durán, 2015).

Adicionalmente, el dilema de Heinz representa los roles tradicionales del hombre y de la

mujer, donde el hombre es visto como una persona activa en la toma de decisiones racionales

y en la resolución de problemas. En cambio, la participación de la mujer es débil e invisible.

También este dilema es expuesto con una configuración que impide una resolución no

violenta del mismo. (Durán, 2015). Por esa razón, se genera una serie de críticas alrededor de

los dilemas morales planteados por Kohlberg dado que presentan sesgos en su planteamiento e

inducen a desviaciones de las respuestas por parte de los entrevistados.

Partiendo de lo expuesto anteriormente, Gilligan realizó una investigación que tiene tres

estudios de cohortes que exploraron dimensiones distintas de la identidad y el desarrollo

moral, para lo cual incluyó muestras distintas en cada estudio.

Primer estudio: se propuso indagar la visión del yo y el pensamiento acerca de la

moral. Seleccionó a veinticinco estudiantes, entre hombres y mujeres, que seguían un

Page 40: IMPLEMENTACIÓN DEL PROTOCOLO DE FIN DE VIDA EN EL …

40

curso sobre moral y elección política. Los estudiantes fueron entrevistados durante el

segundo año de universidad y luego cinco años después de graduarse (Durán, 2015).

Segundo estudio: consideró la relación entre experiencia y pensamiento y el papel del

conflicto en el desarrollo. En esta ocasión, seleccionó a veintinueve mujeres de quince

a treinta años de distintas clases sociales y antecedentes étnicos, que tenían la

intención de abortar. Fueron entrevistadas en el primer trimestre de su embarazo y

luego un año después de haber tomado su decisión (Durán, 2015).

Tercer estudio: quiso ampliar la comprensión del desarrollo humano abordando la

relación entre derechos y responsabilidades. La muestra escogida estaba conformada

por ciento cuarenta y cuatro (144) personas de diferentes edades: seis (6), nueve (9),

once (11), quince (15), diecinueve (19), veintidós (22), veintisiete (27), treinta y cinco

(35), cuarenta y cinco (45) y sesenta (60) años, agrupadas en ocho mujeres y ocho

hombres de cada edad (Durán, 2015).

Como resultado de su investigación, obtuvo que los conceptos que definían la etapa

postconvencional del razonamiento moral son básicamente masculinos, con pensamientos

abstractos, asociados a la ética de la justicia, pero alejados de la perspectiva que define la ética

del cuidado y la responsabilidad. Por otro lado, las mujeres desarrollaban un tipo de

razonamiento moral diferente, pero no inferior al de los hombres. Las mujeres describen los

problemas morales prácticos más en términos de relaciones interpersonales y de

responsabilidad que de derechos y reglas. Asimismo, relativizan el contexto normativo con

sus principios, privilegiando la compasión, el cuidado, la responsabilidad y la obligación

frente al otro concreto. La moralidad femenina se corresponde mejor con la preocupación y la

responsabilidad por los demás (Alonso y Fombuena, 2006; Durán, 2015).

Page 41: IMPLEMENTACIÓN DEL PROTOCOLO DE FIN DE VIDA EN EL …

41

Gilligan (1982) concluyó que para entender realmente cómo reacciona la mujer ante el tipo

de dilema ético como el de Heinz habría que cambiar de modelo dilemático. De esta manera,

se propone que la mujer tenga una posición activa en la situación para así poder comprender

su postura.

Desarrollo moral de Carol Gilligan Ética del Cuidado

El trabajo realizado por Carol Gilligan es fundamental para la filosofía feminista ya que

consiguió darle un giro al marco conceptual del patriarcado para así proponer un nuevo

paradigma que amplía el horizonte de la ética y de la democracia. Esto genera un cambio en el

modelo jerárquico y binario de género que durante siglos ha venido señalando el sentido y las

funciones de la masculinidad y la feminidad. Para la autora “las mujeres no son menos

maduras moralmente que los hombres, simplemente tienen una voz diferente”, razón por la

cual deben ser escuchadas (Burgos, 2017; Gilligan, 2005; Grífols, 2013).

Para Gilligan, cuidar es el compromiso hacia alguien, brindarle protección, bienestar y

ayuda. Por otra parte, el cuidado ético involucra la interacción y el contacto moral entre dos

personas en el que media una solicitud y se genera unión entre las personas como parte de la

relación humana. En consecuencia, podemos deducir que la ética del cuidado es la disciplina

que se ocupa de las acciones responsables y de las relaciones morales entre las personas,

motivadas por una solicitud y que tienen como fin último lograr el cuidado de sus semejantes

o el suyo propio (Alvarado, 2004).

La ética del cuidado se fundamenta en la comprensión del mundo como una red de

relaciones en la que estamos sumergidos todo el tiempo. De esta forma surge un

reconocimiento de la responsabilidad hacia las otras personas. Gilligan afirma que el

Page 42: IMPLEMENTACIÓN DEL PROTOCOLO DE FIN DE VIDA EN EL …

42

compromiso hacia los demás se entiende como una acción en forma de ayuda; así, se puede

afirmar que una persona desarrolla la sensación del deber de ayudar a los demás. Si vemos una

necesidad, nos sentimos obligados a procurar que se resuelva (Alvarado, 2004).

Partiendo de lo anterior, la ética del cuidado tiene que ver con situaciones tan reales como

las necesidades ajenas, el deseo de evitar el daño, la circunstancia de ser responsable del otro,

de la protección y atención de alguien. La moralidad como compromiso deriva precisamente

de la certeza de que el bienestar, e incluso la supervivencia, requieren algo más que autonomía

y justicia: el reconocimiento y cumplimiento de derechos y deberes (Friedman, 2020).

De modo que Gilligan, a través de su investigación y en el análisis directo del sentir y el

razonar de las niñas, encuentra el gran valor y el alcance del cuidado. Afirmaba que este debe

ser tan importante como la justicia, pero no lo era porque se investigaba sólo en la vida

privada y doméstica protagonizada por las mujeres. Sus verdaderas voces se encontraban

reprimidas, pero gracias a los aportes del desarrollo moral de Carol Gilligan se da la necesidad

de escuchar a las mujeres que son capaces de tener una voz libre (Friedman, 2020; Grifols,

2013).

De esta manera, se encontró que las mujeres tienden a presentar diferencias en la forma

como se interpretan moralmente los detalles, la capacidad de respuesta a las necesidades de

los demás y la importancia de sentir preocupación por las otras personas. Insistió en que esta

perspectiva sobre moral denominada "ética del cuidado" era diferente al enfoque tradicional

denominado “ética de la justicia”, pero no por ello deficiente. Por el contrario, enfatiza en que

la "ética del cuidado" representa una orientación alternativa para el mundo moral, cuyo valor

históricamente ha sido subestimado (Friedman, 2020; Little, 1998).

Page 43: IMPLEMENTACIÓN DEL PROTOCOLO DE FIN DE VIDA EN EL …

43

Su trabajo obtuvo importancia, no solo por su desafío a la posición dominante de desarrollo

moral de Kohlberg, sino también para las preguntas sobre las filosofías universales de la

época. Ella señala que el cuidado, la relación y la conexión como parte integral para la vida

humana y el florecimiento requiere que las historias de las mujeres sean aceptadas como

distintas, pero comparables, equitativas, semejantes y equiparables con las ideas morales

basadas en principios abstractos (Adams, 2015; Burgos , 2017; Kincade, 2013; Grífols ,

2013).

Por otra parte, si se hace un mayor acercamiento al desarrollo individual de la ética del

cuidado en los seres humanos, se encuentran datos que muestran que se inicia desde edades

tempranas. En la década de 1980 algunos investigadores comenzaron a observar a bebes

lactantes en compañía de su madres y cuidadores, en sus trabajos descubrieron que el niño de

forma activa buscaba y participaba en relaciones receptivas. Desde una edad muy temprana,

casi desde el nacimiento, el bebé busca y examina los rostros estableciendo contacto visual y

así captan la atención de otros. Poniendo en manifiesto que la relación y conexión con los

demás empieza desde muy temprana edad (Andes, 2017; Grífols, 2013).

Por lo anterior, se genera una serie de cuestionamientos entorno a las relaciones receptivas

como, por ejemplo: ¿cómo perdemos la capacidad de cuidar de otros?, ¿qué inhibe nuestra

facultad de empatía?, ¿qué anula nuestra sensibilidad hacia el clima emocional de nuestro

entorno?, ¿por qué somos incapaces de percibir la diferencia entre estar o no estar en

contacto? y, lo que resulta aún más lamentable, ¿cómo perdemos la capacidad de amar?

(Andes, 2017; Grífols, 2013).

Estos cuestionamientos nos llevan a reconocer la importancia de la ética del cuidado, ya

que esta ayuda a reconocer que estamos sumergidos en una red de relaciones. Con esto, vemos

que desde muy pequeños estamos inmersos en relaciones interpersonales y de ahí la

Page 44: IMPLEMENTACIÓN DEL PROTOCOLO DE FIN DE VIDA EN EL …

44

importancia de la conexión emocional, que surge de la inclinación afectiva hacia la otra

persona y también de la reciprocidad. De esta forma surge un reconocimiento de la

responsabilidad hacia los otros y hacia sí mismo.

Gilligan escribió In a different voice con la intención de demostrar que los problemas que

los psicólogos identificaban en sus investigaciones frente a las mujeres lo eran únicamente en

el marco de su interpretación. La preocupación por los sentimientos, las relaciones y la

inteligencia emocional, además de racional, no eran limitaciones en el desarrollo de las

mujeres; por el contrario, son ventajas humanas. Por ende, las mujeres tienen la habilidad de

tener mayor conexión y empatía hacia las demás personas. La voz diferente de las mujeres

comenzó a reconocerse como una voz humana (Grífols, 2013).

Etapas del desarrollo moral desde la ética del cuidado según Carol Gilligan

Page 45: IMPLEMENTACIÓN DEL PROTOCOLO DE FIN DE VIDA EN EL …

45

1) Primer nivel: atención al yo para asegurar la supervivencia (el cuidado de sí misma).

Fase de transición:

Del egoísmo a la responsabilidad: aparecen los conceptos de egoísmo y responsabilidad,

con una conexión entre el yo y los otros que se ve expresada en la noción de responsabilidad

(Gilligan, 1985), razón por la cual aparece el yo con una actitud egoísta como una forma de

asegurar la supervivencia. Esto quiere decir que la transición de la niñez a la adultez es

comprendida como un paso del egoísmo a la responsabilidad y representa el inicio de la

participación social.

2) Segundo nivel: conexión entre el yo y los otros por medio del concepto de

responsabilidad: la atención de los demás y la relegación de sí misma a un segundo

plano. En este punto, lo bueno está en un contexto de la atención a los demás (Gilligan,

1985).

Fase de transición:

De la bondad a la verdad: se establece una conexión entre el yo y los otros; en otras

palabras, existe una atención y cuidado a los demás, de manera que se pone en segundo plano

al yo. Simultáneamente, atraviesa un conflicto entre el autosacrificio y cuidado. De esta

manera nace la transición de la bondad a la verdad; en este, la mujer separa su voz de las

voces de los demás y trata de conciliar tanto el ser responsable ante sí misma como hacia los

demás (Cotés y Úriz, 2011).

3) Tercer nivel: inclusión del yo y de los otros en la responsabilidad del cuidado.

Necesidad de equilibrio entre el poder y el cuidado de sí misma, por una parte, y el

cuidado a los demás por la otra. Se brinda una respuesta universal en contra de la

explotación y el daño (Cotés y Úriz, 2011; Friedman, 2020).

Page 46: IMPLEMENTACIÓN DEL PROTOCOLO DE FIN DE VIDA EN EL …

46

Con todo lo anterior, se puede ver que la ética del cuidado define la moral desde las

relaciones interpersonales y no desde principios abstractos como el de justicia. Considera

fundamental y primordial los sentimientos de benevolencia, compasión, empatía y solidaridad

y, en un segundo plano los deberes. Por el contrario, la ética universalista se sustenta en los

principios de igualdad, equidad y autonomía (Cotés y Úriz, 2011; Friedman, 2020; Adams,

2015).

El aporte de la ética del cuidado es un cambio de paradigma que busca reconocer y exponer

las voces invisibilizadas de las mujeres para mostrar la importancia que tienen en la sociedad.

Las experiencias y valores considerados femeninos se sitúan en el centro de unas teorías éticas

que se definen por ser de carácter no androcéntrico. Las éticas del cuidado consideran que el

impulso moral no obedece a principios prescriptivos, sino al sentimiento ético. Las éticas del

cuidado se distinguen por interpretar e intervenir en el mundo con un corazón diferente que

busca definir un nuevo paradigma de carácter más intuitivo, complejo, circular y

contextualizado y menos jerárquico, homogeneizador y lineal (Grífols, 2013).

El cuidado se encuentra en el compromiso personal con los otros; así pues, el amor, la

compasión y la empatía se conectan con el cuidado, en especial en situaciones específicas en

que una persona necesita ayuda. La ética del cuidado es una acción relacional en la que

importa no tanto el deber ser y hacer, sino la experiencia de vivir con lo demás (Cotés & Úriz,

2011). Por ejemplo, la señora Ana María de 85 años tiene como diagnóstico una enfermedad

degenerativa tipo Alzheimer, por lo que presenta dependencia total para sus actividades

básicas de la vida diaria. Debido a su pronóstico se encuentra en una fase terminal, por lo que

le quedan pocos días de vida. Por su condición clínica y funcional, requiere ayuda para suplir

sus necesidades básicas como la higiene, comer, hidratarse, entre otras. Al respecto, el

Page 47: IMPLEMENTACIÓN DEL PROTOCOLO DE FIN DE VIDA EN EL …

47

personal de salud, su familia y toda persona tiene el deber de ayudarla y brindarle los cuidados

necesarios para que tenga una buena muerte.

El daño moral

El daño moral se basa en la pérdida de la confianza después de una traición a lo que está

bien. El médico psiquiatra Jonathan Shay en su libro En Achilles in Vietnam escribe sobre el

daño moral. Para esto, realizó investigaciones con veteranos de la guerra de Vietnam. En

consecuencia, en su trabajo encontró que los veteranos de guerra presentaban una pérdida de

la confianza después de un estrés postraumático (Andes, 2017; Grífols, 2013).

Shay relataba una de las experiencias vividas por un excombatiente, miembro de una

patrulla de reconocimiento de largo alcance que, por un error de inteligencia, llevó a la muerte

de personas inocentes, dentro de las víctimas se encontraban niños. El excombatiente lo narra

así:

lo que nos dejó con la cabeza hecha un puto lío es que, en ese momento te vuelves al

equipo y les dices: «No pasa nada. Todo va del carajo». Porque eso que lo que te llega

de arriba. El hijoputa del coronel dice: «No pasa nada. Ya nos ocupamos nosotros».

¿Sabes lo que te digo?, «¡Tenemos el número de bajas!» «¡Tenemos el número de

bajas!». Y empiezas a darle vueltas a la cabeza. En el fondo sabes que está mal, pero

en ese momento tus superiores te están diciendo que no pasa nada. Así que, pues no

pasa nada, ¿no? Así es la guerra, ¿no?... Nos querían dar una puta mención honoraria,

los mierdas esos. Repartieron un montón de medallas. A los tenientes les dieron

medallas y sé que el coronel se llevó su puta medalla. Y con sus ceremonias de entrega

y todo, ¿sabes? Y yo allí de pie como un gilipollas mientras repartían las putas

medallas por matar a civiles. (Grífols, 2013)

Page 48: IMPLEMENTACIÓN DEL PROTOCOLO DE FIN DE VIDA EN EL …

48

¿Qué es o qué significa lo que está bien?, es la expresión que usa Shay como equivalente

de la Themis en la mitología griega que significa la ley de la naturaleza la cual, más que

autoridad humana, representa la justicia y la equidad. En otras palabras, este término

representaría el «orden moral» o la «ética», la idea de que tenemos una brújula interior que

nos avisa cuando hemos perdido el rumbo en nuestra vida o decisiones, actuamos y hacemos

cosas que en lo más íntimo de nuestro ser sabemos que está mal (Andes, 2017; Grífols, 2013).

Shay observa que la superación del trauma depende de la comunalización del trauma, poder

contar la historia a alguien que escucha con la seguridad de que puedes confiar en que vuelva

a relatarla fielmente a otros en la comunidad. En las intervenciones médicas de los psiquiatras

con los veteranos de guerra, estos últimos proclamaban ¡Escúchame!, escucha la historia antes

de intentar entenderla. Los veteranos se sentían confusos, ya que en el fondo sabían que sus

acciones habían estado mal y lo que más les generaba indignación era que sus superiores

decían que no pasaba nada y al final pueden recibir un premio con una medalla de honor

(Andes, 2017; Grífols, 2013).

En las situaciones donde hay un daño moral, la recuperación se logra a través de la escucha

en el que antes de comprender, analizar, clasificar, discurrir o reflexionar, deberíamos

escuchar, tal como lo afirma Shay. Los profesionales de salud al intervenir y al escuchar a los

veteranos se dedican a encajar palabras en conceptos mentales, dando por hecho que ya se

conoce lo que está narrando el paciente, que en realidad no es necesario escuchar. De esta

forma, se degenera y pierde importancia lo que nos cuentan y lo que oímos, lo que produce

una perdida y destrucción de la confianza (Andes, 2017; Grífols, 2013).

La comunicación con las personas enfermas en etapa terminal es uno de los problemas

cotidianos que aparecen para quienes las acompañan, incluyendo a los familiares, amigos y los

Page 49: IMPLEMENTACIÓN DEL PROTOCOLO DE FIN DE VIDA EN EL …

49

profesionales tratantes. En una época se polarizó el cuestionamiento entre informar o no

informar la verdad sobre la gravedad de la situación. Esto es comprendido como

“conspiración del silencio”, que se traduce en un pacto de no informar al paciente sobre su

diagnóstico y pronóstico sellado entre el profesional y la familia sin consentimiento de aquel.

Este actuar genera más problemas que beneficios, tanto para el paciente como para el personal

médico, porque no se puede conocer si el paciente tiene alguna voluntad de no querer recibir

algún tratamiento o conocer sus deseos; en consecuencia, esto rompe la confianza y la relación

médico-paciente (De Simone, 2000).

Otra forma de daño moral hacia el paciente es la indiferencia o la falta de atención.

Sabemos que en nuestra sociedad la muerte es evitada y no fácilmente incorporada como parte

de la vida. Muchas veces el médico tiende a hablar con los familiares que acompañan y no

directamente al paciente, mientras éste aún se encuentra en condiciones de escuchar, contestar

y decidir. A esto se le llama invisibilidad, que es lo opuesto al reconocimiento. Al conocer y

escuchar a la persona se puede brindar unas medidas terapéuticas acordes con su buen morir y

proporcionar el sentido de la dignidad del paciente (Fascioli, 2016).

Los pacientes necesitan de un plan de cuidado, que es relacional entre el paciente y el

profesional de salud en el que se brindan cuidados y actividades tales como la escucha, prestar

atención a sus necesidades, brindarles un trato íntegro, empático, compasivo y respetuoso. De

la misma forma, es reconocer la voz diferente de los pacientes que necesitan de nuestra ayuda.

En conclusión, la ética del cuidado nos guía para actuar y ayudar al otro.

Page 50: IMPLEMENTACIÓN DEL PROTOCOLO DE FIN DE VIDA EN EL …

50

La resistencia a la Injusticia

Cuando Carol Gilligan daba clases sobre las teorías de la identidad y del desarrollo moral,

empezó observar el modo en que las personas comprenden e interpretan los conflictos y las

alternativas éticas a las que se enfrentan. Evidenció dos situaciones en particular: el silencio

que existía entre los hombres y la ausencia de resonancia cuando las mujeres decían lo que

sentían y pensaban verdaderamente. Al averiguar sobre aquello que los hombres no decían y

al procurar una cierta resonancia para las mujeres, escuchó una voz que se había guardado en

silencio que anteriormente no se había escuchado (Andes, 2017; Kincade, 2013; Grífols,

2013).

Carol Gilligan pone de manifiesto:

Me di cuenta de los silencios que había en las teorías del desarrollo psicológico y

moral —lo que no se decía, a quien no se escuchaba, lo que no se consideraba un

problema ético— y comprendí por qué las voces de las mujeres sonaban a menudo

confusas o irrelevantes. Los filósofos morales discuten sobre si la ética se basa en la

razón o en la emoción. Los psicólogos hablan del Yo como de un ente separado, y del

desarrollo como de un paso de la dependencia a la independencia. La voz «diferente»

—aquella que oí por primera vez al escuchar a mujeres— unía la razón con la

emoción, y al Yo con las relaciones. En su narrativa, las vidas de la gente estaban

conectadas y eran interdependientes. Desde este punto de vista, lo contrario de la

dependencia era el aislamiento. (Andes, 2017; Grífols, 2013)

La voz diferente era la voz de las mujeres que no encajaban en los cajones mentales

dominantes de las teorías del desarrollo psicológico y moral. Anteriormente las perspectivas

eran diferentes; los filósofos morales discutían sobre si la ética se basaba en la razón o en la

emoción, mientras que algunas posturas psicológicas hablaban del Yo como de un ente

Page 51: IMPLEMENTACIÓN DEL PROTOCOLO DE FIN DE VIDA EN EL …

51

separado y del desarrollo como de un paso de la dependencia a la independencia. Los dilemas

éticos eran vistos como problemas de matemáticas que tenían una serie de pasos para su

resolución, pero esa voz de las mujeres unía la razón con la emoción y al Yo con las

relaciones, reconociendo el valor de la inteligencia emocional. Gracias a esto, existe una unión

entre el sentimiento y el pensamiento, demostrando que todas las personas viven

continuamente en relaciones interpersonales y por esto necesitan ser escuchadas y

comprendidas. Las teorías del desarrollo moral habían calificado que las mujeres tenían

debilidades y una limitación en su desarrollo; sin embargo, esa limitación posteriormente

empezó a ser comprendida y explicada como una virtud humana.

En 1973 la Corte Suprema de Estados Unidos informó su decisión en el caso Roe contra

Wade, en el que se realizó un cuestionamiento a una ley de Texas que determinaba que

el aborto era un delito; sin embargo, hubo una excepción, que era cuando la vida de la mujer

se estaba en riesgo. Después de esta situación, Gilligan empezó hacer entrevistas a mujeres

embarazadas que se planteaban la posibilidad de abortar. En sus entrevistas plantaba

preguntas, por ejemplo: ¿cómo enmarcaban el dilema moral?, ¿cómo veían las alternativas

entre las que habían de elegir?, entre otras. Una de las mujeres entrevistadas fue Sharon, de

treinta años, quien respondió de la siguiente forma a la pregunta ¿cuál era la mejor formar de

tomar decisiones morales?:

Sólo conozco una manera y es esforzándote por mantenerte todo lo despierta que

puedas, por conocer los distintos sentimientos que te provoca; intentar tener en cuenta

todo lo que entra en juego, estar al tanto de lo que pasa, ser todo lo consciente que

puedes de dónde estás pisando. (Andes, 2017; Grífols, 2013)

Posteriormente, se le preguntó qué principios le servían de guía y así respondió:

Page 52: IMPLEMENTACIÓN DEL PROTOCOLO DE FIN DE VIDA EN EL …

52

El principio estaría relacionado con la responsabilidad; la responsabilidad y el cuidado

de mí misma y de los demás. Pero no se trata de elegir entre ser responsable o ser

irresponsable. De las dos maneras puedes ser responsable. Por eso no hay un solo

principio al cual te aferras y ya está todo resuelto. El principio que pones en práctica

en este caso no hace que desaparezca el conflicto. (Andes, 2017; Grífols, 2013)

Sharon en su entrevista rompe los esquemas al salirse del marco impuesto por el

patriarcado, pues ella no habló a partir de los derechos. Cuando se analiza el dilema, ella no

separó el sentimiento del pensamiento, no lo interpretó como una elección entre ella y los

otros; tampoco buscaba justificarse. Por el contrario, mencionó que de las dos maneras se

podría ser responsable. Al cuidar de ella misma y de los demás, sabía que un principio no le

iba a resolver todo el conflicto; sin embargo, podía servirle de guía a la hora de tomar la

decisión. Su dilema radicaba en cómo proceder frente al conflicto, sobre cómo actuar de un

modo responsable y cuidadoso (Andes, 2017; Grífols, 2013).

Al preguntarle a una estudiante de medicina ¿Cómo te describirías si tuvieras que

presentarte a ti misma?, ella respondió:

Esto suena un poco raro, pero creo que de un modo maternal, con todas sus

connotaciones. Yo me veo en un papel de cuidadora y educadora, quizá no ahora, pero

en el futuro, como médica, como madre... Me cuesta pensar en mí misma sin pensar en

otras personas a mi alrededor a quienes aportar algo(Andes, 2017; Grífols, 2013).

Esta misma pregunta se le realizó a otra mujer que respondió: “Me describiría como una

persona entusiasta, apasionada y ligeramente arrogante. Soy una persona con preocupaciones,

Page 53: IMPLEMENTACIÓN DEL PROTOCOLO DE FIN DE VIDA EN EL …

53

comprometida, pero ahora mismo estoy muy cansada porque anoche no dormí lo suficiente.”

(Andes, 2017; Grífols, 2013)

En estos dos ejemplos se puede ver que la estudiante de medicina no carecía de un sentido

de su propia persona, pero le sonaba raro describirse a sí misma como una persona conectada

a otras, en vez de separada de las demás. Esta voz contrasta con la de la otra mujer; pues

mientras una de ellas hablaba de relaciones cuando se describía a sí misma, la otra no lo hizo y

se describió de una manera más individual y con una perspectiva más cercana a características

de la personalidad y no de su forma de relacionarse con los demás (Andes, 2017; Grífols,

2013).

Con esto podemos darnos cuenta de que estamos inmersos en una cultura que supone que

el Yo es una entidad separada de las relaciones con los demás, así como su voz. Los

estereotipos, esquemas o marcos impuestos no son fáciles de romper, siempre regresan para

imponerse. Los estereotipos nos hacen pensar que todos los hombres son individualistas y las

mujeres viven en relaciones, que los hombres son racionales y las mujeres sentimentales, que

los hombres son justos y las mujeres bondadosas. Estos marcos que encasillan al hombre y la

mujer fueron impuestos por una cultura patriarcal, con el cambio de paradigma se evidencia

que todas las personas vivimos en relación con los demás y con sí mismo (Andes, 2017;

Grífols, 2013).

Si se busca una comprensión del mundo como una red de conexión y de relaciones en la

que todas las personas son participes, y en donde surge el reconocimiento de la

responsabilidad hacia los demás, nace una serie de cuestionamientos como: ¿por qué sigue

amenazada la ética del cuidado?, ¿realmente cuál es el debate entre justicia y cuidado? ¿qué

relación tiene todo esto con las mujeres y, de manera más general, con la vida de la gente?

(Andes, 2017; Grífols, 2013).

Page 54: IMPLEMENTACIÓN DEL PROTOCOLO DE FIN DE VIDA EN EL …

54

En contraparte, Carol Gilligan en sus investigaciones evidenció que las niñas generaban

una resistencia a la disociación, pues mostraban una desconexión y falta de continuidad entre

los pensamientos, los recuerdos, el entorno, las acciones y la identidad. Al transformarse en

mujeres, las chicas eran conscientes de las presiones que existían para que se ajustaran a

maneras de ver y de hablar que exigían suprimir y eliminar sus propias percepciones y

desconfiar de su propia experiencia, pero también las resistían. Al explorar la resistencia de

estas chicas, Gilligan suponía un desafío a un proceso de iniciación sancionado por la cultura

e impuesto por la sociedad (Kincade, 2013).

Según Gilligan, el fundamento de la humanidad consiste en ganar, recuperar y mantener la

capacidad de empatía mutua y comprensión relacional, así como la capacidad de

transformarnos y cambiarnos a nosotros mismos y a nuestra sociedad. Se trata de recuperar

nuestra humanidad y fortalecer las relaciones de nuestra sociedad. Ella escribe que el amor y

la ciudadanía en una sociedad democrática son uno y el mismo. Lo anterior se basa en que

tanto la voz como el deseo de vivir en relaciones es inherente a nuestra naturaleza humana

junto con la capacidad de resistir falsa autoridad (Kincade, 2013).

La ética del cuidado ha tenido gran impacto en el mundo, es fundamental para encontrar las

respuestas a dilemas éticos de la sociedad actual. El presidente Obama, en su primera

aparición ante el Congreso, planteó la necesidad de sustituir la ética del beneficio propio por

una ética del cuidado y de la responsabilidad colectiva. Si toda la sociedad acepta y aplica la

ética del cuidado, viviremos en una sociedad democrática (Andes, 2017; Grífols, 2013).

Page 55: IMPLEMENTACIÓN DEL PROTOCOLO DE FIN DE VIDA EN EL …

55

Naturaleza del patriarcado

Las teorías del desarrollo moral habían sido enmarcadas desde un punto de vista de lo

masculino; la investigación sobre hombres y niños fue la base para la construcción de la teoría

del desarrollo moral de la ética de la justica. Todas las personas, mujeres y hombres fueron

evaluados de acuerdo con las categorías y estándares derivados de estudios realizados

exclusivamente a hombres. Por tal razón, lo que pasaba por objetividad era una lectura de la

cultura como naturaleza en la que algunas posturas psicólogas y filosóficas habían

generalizado al hombre como la medida de todos los seres humanos. Así, gracias al estudio de

Gilligan, se evidenció que fue un gran error metodológico y también una demostración de

cómo la cultura puede cegarnos e imponernos su pensamiento (Gilligan, 2005).

El patriarcado es la oposición a la democracia y este ha sido impuesto desde la antigüedad.

Un claro ejemplo es el del pasaje bíblico, Génesis 3:22-23 en la expulsión del paraíso. En este

Eva comió del fruto prohibido y se lo ofreció a Adán, el fruto del árbol de la ciencia, del bien

y del mal. Se trata de una historia sobre el saber moral. Dios expulsó a Adán y a Eva del

Paraíso. Desde entonces, Dios mencionó que se ganarán el pan con el sudor de la frente, pero

Dios también ató el deseo de Eva al de Adán, de modo que, a partir de entonces, sólo querría

lo que él quisiera y sólo sabría lo que él supiera: desearás a tu marido y él te dominará. Dios

está por encima de Adán; Adán, a su vez, por encima de Eva, y la serpiente se encuentra abajo

del todo (Andes, 2017; Grífols, 2013).

El Patriarcado es un término antropológico que significa culturas o familias gobernadas por

padres en el que un padre o los padres constituyen un sacerdocio, una jerarquía que controla el

acceso a la verdad, el poder, la salvación y el conocimiento. Asimismo, el patriarcado

significa predominio o mayor autoridad del varón en una sociedad o grupo social y

Page 56: IMPLEMENTACIÓN DEL PROTOCOLO DE FIN DE VIDA EN EL …

56

subordinando a la mujer, de manera que el patriarcado es un orden de dominación (Gilligan,

2005).

Gilligan situó sus estudios del desarrollo moral en un marco histórico y cultural más

amplio. El patriarcado había generado control, uso, sumisión, opresión de las mujeres,

callando y suprimiendo sus pensamientos y voces. Al escuchar la voz de las mujeres, ellas

podían decir lo que veían, escuchar lo que oían, ser conscientes de lo que sabían y vivir en

relación con lo demás. Ahora bien, si las mujeres siguen bajo el dominio del patriarcado, sus

voces estarán en silencio y oprimidas. Por ende, no tendrían la oportunidad de estar en la red

de relaciones (Andes, 2017; Grífols, 2013).

Por esta razón, Carol Gilligan se incorporó en el debate alrededor de las mujeres y la

moralidad. Para esto, entrevistó a mujeres embarazadas que planteaban abortar. Una de las

mujeres entrevistadas era Nina, quien refería que iba a abortar porque su novio quería terminar

la carrera de derecho y dependía del apoyo que ella le daba. Le preguntaron ¿qué quería ella?,

a lo que contesto, ¿Qué tiene de malo hacer algo por alguien a quien quieres? Después de esta

entrevista, Gilligan empieza a incluir otras preguntas en sus entrevistadas, como ¿Si es bueno

sentir empatía hacia los otros y responder a sus deseos y preocupaciones?, ¿por qué es egoísta

responder a ti misma? Luego de realizar estas preguntas, cada una de las mujeres respondía

“buena pregunta” (Andes, 2017; Gilligan, 2005; Grífols, 2013).

Partiendo de lo anterior, las mujeres estaban sometiendo a escrutinio la moralidad que les

había ordenado volverse abnegadas en nombre de la bondad, teniendo en cuenta que esa

abnegación implicaba la renuncia de su propia voz y la evasión de la responsabilidad con ellas

mismas y con los demás. Si bien, estar en relación significa estar presente, no es equivalente a

Page 57: IMPLEMENTACIÓN DEL PROTOCOLO DE FIN DE VIDA EN EL …

57

decir que es lo mismo que estar ausente de si mismo, de modo que el sacrificio de la voz era

de igual forma el sacrificio de la relación con los otros (Andes, 2017; Grífols, 2013).

Después de escuchar a estas mujeres, Gilligan estableció una distinción crucial e

importante para comprender la ética del cuidado. Por un lado, en un contexto patriarcal, el

cuidado es una ética femenina. Cuidar es lo que hacen las mujeres buenas y las personas que

cuidan realizan una labor femenina. Están consagradas al prójimo, pendientes de sus deseos y

necesidades, atentas a sus preocupaciones; son abnegadas. Por otro lado, en un marco

democrático, el cuidado es una ética humana. Cuidar es lo que hacen los seres humanos,

cuidar de uno mismo y de los demás es una capacidad humana natural. La diferencia no estaba

entre el cuidado y la justicia, entre las mujeres y los hombres, sino entre la democracia y el

patriarcado. En su libro In a different voice describió el desarrollo moral de las mujeres en

forma de progresión de un interés por el Yo a una preocupación por el prójimo y de ahí a una

ética del cuidado que abarcaba al Yo y al prójimo (Kincade, 2013).

Cuando Gilligan publicó su investigación sobre el desarrollo moral surgió una polémica,

porque desafiaba las conclusiones de Lawrence Kohlberg sobre las diferencias entre enfoques

masculinos y femeninos de la moral. Cabe resaltar que ella enfatizaba que el cuidado y la

asistencia no son asuntos de mujeres, son intereses humanos. Para entender esta discusión, hay

que mirar la óptica del género, en la que se observa a la justicia junto a la razón, la mente y el

Yo, los atributos propios del hombre racional. En cambio, el cuidado se encuentra junto a las

emociones, el cuerpo y las relaciones, las cualidades que son de las mujeres. Así, las

características de las mujeres que se idealizan a la vez que se menosprecian en el patriarcado.

En la misma línea, con la división de la moralidad por razón de género, puede ocurrir que

en la masculinidad se tenga fácilmente un descuido y desatención, defendidos en nombre de

los derechos y la libertad. Sin embargo, en la feminidad se puede originar una disposición a

Page 58: IMPLEMENTACIÓN DEL PROTOCOLO DE FIN DE VIDA EN EL …

58

renunciar a los derechos con el fin de preservar las relaciones y mantener la paz. Es sesgado

sustentar que los hombres no se interesan en los demás y que las mujeres no tienen sentido de

la justicia (Friedman, 2020; Grífols, 2013).

La voz democrática expresa normas y valores que defienden la soberanía de todas las

personas. Esta perspectiva radica en la importancia de que todos tengamos una voz y que esa

voz sea escuchada por derecho propio y en sus propios términos, atendida con integridad y

respeto. Las voces diferentes, en lugar de poner en peligro la igualdad, son imprescindibles

para la vitalidad de una sociedad democrática.

La teoría del cuidado debe ser reconocida, escuchada y aplicada en nuestra sociedad.

Porque todas personas tienen voz y vivimos en una red de relaciones constantemente, en un

mundo en donde el prójimo necesita de ayuda y del reconocimiento de sus necesidades. Esta

ética nos permite tener empatía, amor, compresión, responsabilidad y compromiso hacia los

demás, en especial hacia las personas que más lo necesitan, que es primordial para la

supervivencia humana.

Carol Gilligan comenzó a trabajar en la ética del cuidado con el objetivo de descifrar las

voces de las mujeres cuando sus conceptos del Yo y de la moralidad no se ajustaban con los

cajones mentales dominantes impuestos por el patriarcado. Quería demostrar que lo que se

había calificado de debilidad propia de mujeres o se había percibido como una limitación a su

desarrollo, en realidad se podía interpretar como una virtud humana. Gracias a sus hallazgos

se reconoce el valor de la inteligencia emocional, que une el sentimiento con el pensamiento y

que procura estar alerta de lo que sucede, consciente de donde pisa, siempre estando receptiva

y responsable, con capacidad de cuidar de sí misma y de los demás (Andes, 2017; Grífols,

2013).

Page 59: IMPLEMENTACIÓN DEL PROTOCOLO DE FIN DE VIDA EN EL …

59

Las voces de las mujeres siguen abriendo debates éticos que, de no haber sido confrontadas

con las perspectivas previamente establecidas, muchos temas seguirían guardados y en

silencio. Las mujeres fueron las primeras en hablar de abuso sexual y de violación, facilitando

que los hombres también denunciaran sus propias experiencias de abuso. Como resultado, hoy

en día conocemos la magnitud de las violaciones sexuales de niños por parte de sus agresores.

Las mujeres han contribuido en el cambio de la estructura del mercado laboral para permitir

que las personas puedan trabajar y al mismo tiempo cuidar a sus familias. También han puesto

en marcha muchísimos proyectos con el objetivo de salvar vidas y transformar la sociedad

(Gilligan, 2005).

Las investigaciones sobre el desarrollo moral que se realizaron sobre los hombres y

generalizaron sus hallazgos a todos los humanos definieron sus teorías desde una perspectiva

masculina, de tal modo que confundieron el patriarcado con la naturaleza. Es importante que

todas las voces sean escuchadas y que el cambio de paradigma se desarrolle en toda la

sociedad. Cuando se habla de cuidado, se debe contrastar la ética de la justicia con la ética del

cuidado. Mientras que el primero despliega objetividad, el segundo sostiene que los

individuos están relacionados. Existe el peligro de que el cuidado sea ignorado por el

paradigma del patriarcado que se encuentra en el desarrollo moral de la ética de la justicia. Lo

anterior es una invitación a que el cuidado sea visto como el complemento de la justicia

(Kincade, 2013).

Comparación de la ética del Cuidado con la ética de la justicia

En 1958 Lawrence Kohlberg realizó una investigación sobre el desarrollo moral en

hombres. Mostró que este se daba de manera secuencial por etapas y en la última etapa,

Page 60: IMPLEMENTACIÓN DEL PROTOCOLO DE FIN DE VIDA EN EL …

60

llamada la etapa de los principios éticos universales, se alcanzaba la madurez moral. En su

investigación, los dilemas morales eran relatos de situaciones hipotéticas en las que se

presentaban conflictos de valores y la necesidad de tomar una decisión ante estos. Los aportes

investigativos permitieron que se construyera el concepto de la ética de la justicia (Elorrieta,

2012; Linde, 2009, Alonso y Fombuena, 2006; Montuschi, 2005)

Al respecto, Carol Gilligan hizo una serie de cuestionamientos y criticas alrededor de los

estudios realizados por Lawrence Kohlberg. Dentro de estas, una de las principales críticas fue

la existencia de sesgo de género. Gilligan desarrolló un trabajo de investigación con ambos

sexos en el que encontró que los juicios morales se generan de manera diferente en hombres y

mujeres, por un lado, los primeros suelen pensar de manera formal y abstracta. De ahí que

exista una tendencia a que enfaticen en el respeto de los derechos formales de los demás, en el

ámbito individual y en las reglas. En definitiva, conciben la moral en términos de jerarquía de

valores. En cambio, las mujeres tienen una visión diferente, pues tienden a desenvolverse más

en lo contextual, en la responsabilidad por los demás, en las relaciones y en una concepción

global, lo que ella denominó la lógica de red (Medina, 2016).

De esta manera, debido a sus investigaciones sobre el desarrollo moral nace la ética del

cuidado, que trae un cambio de paradigma que busca reconocer y exponer las voces

invisibilizadas de las mujeres para mostrar la importancia que tienen en la sociedad. Las

experiencias y valores considerados femeninos se sitúan en el centro de unas teorías éticas que

se definen por ser de carácter no androcéntrico. La ética del cuidado considera que el impulso

moral no obedece a principios prescriptivos, sino al sentimiento ético. (Grífols, 2013).

Page 61: IMPLEMENTACIÓN DEL PROTOCOLO DE FIN DE VIDA EN EL …

61

Finalmente, se debe tener en cuenta que tanto la ética de la justicia como la ética del

cuidado son fundamentales en nuestra sociedad. Su importancia radica en que, por un lado, la

ética de la justicia busca la equidad, la igualdad, la autonomía, los derechos, la aplicación de

normas que regulan los comportamientos sociales e individuales de todos y todas bajo el

supuesto de un ideal de justicia. Por otro lado, La ética del cuidado se centra en la confianza,

los vínculos sociales, la cooperación, la relación de cuidado como respuesta a las necesidades

humanas. En consecuencia, las dos éticas son complementarias para lograr conseguir una

sociedad con igualdad y equidad (Kincade, 2013).

Ahora bien, lo mostrado en el caso del Protocolo de fin de vida en HUSI nos ha permitido

hacer una aproximación más detallada de la pertinencia y el modo de la articulación entre la

ética del cuidado y de la justicia en los pacientes que se encuentran al final de su vida.

Page 62: IMPLEMENTACIÓN DEL PROTOCOLO DE FIN DE VIDA EN EL …

62

Ética del cuidado: tiene como objetivo hacer un abordaje integral de la persona

enferma, incluyendo su parte física, emocional, espiritual y cultural. Este abordaje

ayuda a conocer al paciente y su familia, busca dignificar a la persona y brindar los

mejores cuidados que garanticen bienestar y, en la medida de lo posible, calidad de

vida (Fascioli, 2016).

La ética del cuidado se basa en toda acción humana que contribuye a la ayuda y solicitud

ante la necesidad del otro. La familia, el cuidador y el personal de salud están involucrados en

los cuidados que implican bienestar para el paciente y sus necesidades individuales como

ayudar a comer, la higiene, vestirse, a dar apoyo emocional, entre otras. De esta forma, toda

persona tiene el deber de ayudar y buscar la mejor manera de suplir sus necesidades (Fascioli,

2016).

Ética de la justicia: está en la esfera que busca la equidad, la igualdad, la autonomía,

los derechos, la aplicación de normas que regulan los comportamientos sociales e

individuales de todos bajo el supuesto de un ideal de justicia. Esta ética acoge los

derechos y normas de los pacientes en fase terminal, por ejemplo; el derecho a una

muerte digna, a recibir cuidados paliativos, a recibir un trato digno (Fascioli, 2016).

En conclusión, las dos éticas son indispensables para los pacientes que se encuentra en una

condición de fin vida porque ayudan al reconocimiento de los derechos y las necesidades

insatisfechas del enfermo. La familia y el personal de salud deben ofrecer los cuidados

necesarios para lograr brindar una muerte digna.

Page 63: IMPLEMENTACIÓN DEL PROTOCOLO DE FIN DE VIDA EN EL …

63

Capítulo 4: Deliberación

Análisis del protocolo fin de vida del Hospital San Ignacio de acuerdo con la ética del

cuidado de Carol Gilligan

El cuidado se encuentra en el compromiso personal con los otros; así pues, el amor, la

compasión y la empatía se conectan con el cuidado, en especial en situaciones específicas en

que una persona necesita ayuda (Cotés & Úriz, 2011). Con base en esto, en el 2016 se

desarrolló e implementó el protocolo de atención para los pacientes adultos en la etapa final de

vida. Su objetivo es brindar soporte a los grupos y médicos tratantes dentro del hospital para

así ofrecer una adecuada planeación del cuidado en este periodo. El PFV propone considerar

la mejor evidencia científica disponible para integrarla con un trato humanizado de tal forma

que el manejo se ajuste a las necesidades de cada paciente y sus allegados.

En este trabajo vamos a mostrar cómo en el protocolo de fin de vida se aplica la ética del

cuidado para los pacientes en fase terminal. Para Carol Gilligan, cuidar es el compromiso

hacia alguien, brindarle protección, bienestar y ayuda. También habla sobre el cuidado ético,

el cual involucra la interacción y el contacto moral entre dos personas en el que media una

solicitud y de esta manera se genera una unión entre ellas como parte de la relación humana

(Alvarado, 2004).

En concordancia con lo anterior, el protocolo de fin de vida se estructuró a partir de cinco

prioridades de cuidado directamente orientadas al beneficio del paciente que se encuentran al

final de la vida. Este comprende diversos aspectos del cuidado que van desde las medidas de

confort, la prescripción de medicamentos para alivio de síntomas, la suspensión de

intervenciones innecesarias, así como el apoyo psicológico y espiritual, tanto para el enfermo

como a sus seres queridos. A continuación, se presenta el resumen de este protocolo:

Page 64: IMPLEMENTACIÓN DEL PROTOCOLO DE FIN DE VIDA EN EL …

64

A partir de estas prioridades se plantearon unos cuidados especiales en el manejo de los

pacientes al final de la vida. Algunos de estos cuidados son llamados Anti ordenes:

Page 65: IMPLEMENTACIÓN DEL PROTOCOLO DE FIN DE VIDA EN EL …

65

Con estos cuidados específicos se busca el reconocimiento de la dignidad de las personas

que se encuentran al final de la vida. En esta etapa es de vital importancia reconocer cuáles

son las preferencias de cada individuo, buscando el mayor bienestar y confort, tratando de

evitar la deshumanización en la atención. El cuidado para que sea cuidado tiene que ser

humanizado; es decir, que surja de la relación con el otro. (García et al., 2014; García, 2015).

De manera que el cuidado ético involucra la interacción y el contacto moral entre dos

personas en el que media una solicitud y se genera unión entre las personas como parte de la

relación humana (Alvarado, 2004; García, 2015). A continuación observaremos en el PFV la

manera como los profesionales de la salud en su relación moral con los pacientes brindan una

serie de cuidados que están enfocados hacia la ayuda, protección y el bienestar.

Page 66: IMPLEMENTACIÓN DEL PROTOCOLO DE FIN DE VIDA EN EL …

66

Aplicación de las medidas especiales recomendados por la ética del cuidado en los

pacientes que ingresaron al protocolo fin de vida en el HUSI.

Lugar adecuado.

Cuando los médicos reconocen que una persona puede morir en los próximos días u horas

instauran un plan de fin de vida que orienta el manejo hacia cuidados básicos, el alivio y

confort. En los datos analizados en este trabajo, se encontró que el tiempo transcurrido desde

el ingreso al protocolo de fin de vida y la muerte tiene un promedio de 4 días, entre un rango

de 0 y 40 días. En consecuencia, los pacientes recibieron en sus últimos días los cuidados

necesarios centrados a un final de vida digno.

Gracias al PFV se establece si el paciente se encuentra en el servicio de urgencias. Con

esto, se logra trasladar al paciente a una habitación en hospitalización para garantizar mayor

privacidad y comodidad al paciente y su familia.

Tabla 3

Servicio en el que muere el paciente ingresado al PFV

Servicio Número Porcentaje

Medicina interna 186 54,8

Unida de cuidado intensivo 43 12,6

Manejo ambulatorio 25 7,3

Neurociencias 17 5

Aislamiento 16 4,7

Ginecología 13 3,8

Hospitalización de cirugía 13 3,8

Servicios especiales 12 3,5

Page 67: IMPLEMENTACIÓN DEL PROTOCOLO DE FIN DE VIDA EN EL …

67

Medicina urgencias 8 2,3

Hematología 4 1,1

Ortopedia 2 0,5

Dentro de los hallazgos se evidenció que más de la mitad de los pacientes, el 54,8%

(186 pacientes), se encontraban hospitalizados en el servicio de Medicina Interna;

seguido por Unidad de Cuidados Intensivo con un 12,6% (43 pacientes); con manejo

ambulatorio al 7,3% (25 pacientes), debido a que manifestaron que querían morir en su

casa. Estos datos son relevantes porque cuando un paciente se encuentra en PFV, se

busca trasladarlo a una habitación en hospitalización, teniendo en cuenta que estos

servicios son más adecuados y confortables para los pacientes y sus familias.

Suspensión de intervenciones innecesarias.

Desde la perspectiva de la ética del cuidado las acciones responsables y de las relaciones

morales entre las personas, deben estar motivadas por una solicitud y que tienen como fin

último lograr el cuidado de sus semejantes (Alvarado, 2004). Se puede ver aplicada cuando el

personal de salud frente a sus acciones responsables, realizan un análisis individual de cada

paciente, estimando si las medidas terapéuticas instauradas le generan un bien o por lo

contario están causando sufrimiento. Por ende, al considerar que estas terapias son fútiles y

extraordinarias se suspenden para lograr encaminar los cuidados hacia el mayor bienestar

posible.

Dentro del PFV se establece la suspensión de medicamentos e intervenciones que en el

contexto clínico del paciente son fútiles.

Page 68: IMPLEMENTACIÓN DEL PROTOCOLO DE FIN DE VIDA EN EL …

68

Tabla 4

Procedimientos e intervenciones médicas suspendidas de los pacientes ingresados al

PFV

Numero Porcentaje

Toma de signos vitales 116 34,3%

Otros 83 24,4%

Antibióticos 43 12,6%

Ventilación mecánica 37 10,9%

Diálisis 16 4,7%

Inotrópicos 15 4,4%

Quimioterapia/

Radioterapia

10 2,9%

La anterior tabla nos muestra que se suspendió la toma de signos vitales al 34.3%

(116 pacientes), seguido de otras medidas terapéuticas en el 24,4% (83 pacientes), en

las que se encuentran retiro de medicamentos vía oral, heparinas, insulinas, nutrición,

suspensión de procedimientos quirúrgicos e inserción de catéteres, terapia ECMO y

transfusiones sanguíneas. Al 12,6% (43 pacientes) se les suspendió el manejo de

antibiótico, puesto que los médicos consideraron que el continuarlos no generaría

mayor beneficio, ni control de síntomas. En los servicios de Reanimación y Cuidado

Intensivo se suspendió la ventilación mecánica al 10,9% (37 pacientes) donde se

consideró que continuar con esta medida de sostén, lo único que generaría era

prolongar la agonía. Asimismo, se suspendieron los medicamentos inotrópicos al 4,4%

(15 pacientes). En conjunto con el servicio de Nefrología, se suspendió la terapia

Page 69: IMPLEMENTACIÓN DEL PROTOCOLO DE FIN DE VIDA EN EL …

69

dialítica al 4.7% (16 pacientes) y al 2.9% (10 pacientes) se le suspendió la

quimioterapia y radioterapia con intención curativa y paliativa.

Cuidados paliativos.

La relevancia que tiene la ética del cuidado en cuanto a la sedación y analgesia es que, la

ética del cuidado se fundamenta en la comprensión del mundo como una red de relaciones en

la que estamos sumergidos todo el tiempo (Alvarado, 2004; Cotés & Úriz, 2011). En la

atención del enfermo existe una red de relación interpersonal entre el paciente y equipo de

salud. Por esta razón, es tan necesaria la comunicación empática con el enfermo para lograr

conocer que es lo que le está generando sufrimiento físico o cuales son los síntomas que le

causan molestia, a fin de instaurar los cuidados y medicamentos que ayuden a eliminar la

incomodidad. Cuando nos preocupamos por las necesidades de la otra persona, surge el

reconocimiento de la responsabilidad hacia el otro. Al brindar ayuda y los cuidados

necesarios, podemos contribuir a que el enfermo tenga una buena muerte.

Al iniciar el PFV se requiere apoyo del servicio de Cuidados paliativos para un adecuado

control de síntomas.

Page 70: IMPLEMENTACIÓN DEL PROTOCOLO DE FIN DE VIDA EN EL …

70

Gráfica 5

Sedación/ Analgesia que recibieron los pacientes ingresados al PFV

Una forma de ayuda para los pacientes que están sufriendo es disminuir o eliminar los

síntomas, observamos el inicio de sedación o analgesia que se instaura a los pacientes

que se encuentran en PFV. De los 339 pacientes, al 48% (163 pacientes) se les

administró sedación con hidromorfona, al 29,2% (99 pacientes) sedación con morfina,

al 14% (48 pacientes) con midazolam en infusión o intermitente, al 4,4% (15

pacientes) se les administró fentanyl y al 1,4% (5 pacientes) oxicodona. En un 0.2% (1

paciente) recibió tramadol y acetaminofén al 0.5% (2 pacientes).

Abordaje integral.

Desde la perspectiva dela ética del cuidado la buena muerte es entendida como aquella que

está libre de angustia y sufrimiento evitables para pacientes, familias y cuidadores. En este se

brinda un plan de atención que tenga en cuenta los deseos de los pacientes y sus familias.

163

99

48

155 2 1

0

20

40

60

80

100

120

140

160

180

mer

o d

e p

acie

nte

s

Sedacion / Analgesia

Hidromorfona Mofina Midazolam Fentanyl Oxicodona Otros Tramadol

Page 71: IMPLEMENTACIÓN DEL PROTOCOLO DE FIN DE VIDA EN EL …

71

Además, se espera que sea razonablemente consistente con los estándares clínicos, culturales

y éticos, considerando que la experiencia de morir es individualizada (Della Santina y

Bernstein, 2004). Por lo tanto, en el protocolo fin de vida se incluye un abordaje psicológico y

espiritual para el enfermo y sus seres queridos. La decisión de recibir apoyo psicológico o

espiritual es tomada de forma autónoma por el paciente y la familia.

Dado que el cuidar es toda acción humana en la que impera un interés reflexivo para

ayudar ante la solicitud de la necesidad del otro vulnerable. El cuidado profesional, como

labor propia, tiene dos dimensiones frente al compromiso de cuidar: la técnica y la humana. El

cuidar de manera profesional comprende tanto la parte instrumental como la trascendental.

Esta última tiene que ver con las habilidades blandas, por lo que es difícil de cuantificar, pues

se trata de una aptitud, de una vocación y, en definitiva, de la expresión de una actitud

inherente al ser humano (García et al., 2014; García, 2015).

El cuidar implica ante todo conocer la realidad del otro, estar abierto al otro, para luego en

un acto reflexivo movilizarse por el otro. Se establece una relación terapéutica que conlleva

acciones no registrables o no cuantificables, como por ejemplo la preocupación, el

compromiso, el amor, la empatía, la educación sanitaria, la motivación, la escucha, entre otras,

que también hacen parte de los cuidados necesarios para los pacientes terminales (García et

al., 2014; García, 2015).

Se podría decir que todas las personas tienen unas necesidades diferentes, por lo que el plan

de atención y cuidados debe ser individualizado. No hay una manera única de cuidar, al igual

que con las personas, cada relación y cada contexto situacional es también único (García et al.,

2014; García, 2015).

Page 72: IMPLEMENTACIÓN DEL PROTOCOLO DE FIN DE VIDA EN EL …

72

En el PFV se incluye un abordaje integral, por lo tanto, se ofrece apoyo espiritual y

psicológico. El PFV determina que debido a que existe la necesidad de brindar un cuidado que

va más allá de lo físico, es necesario un enfoque de atención multidisciplinario,

multidimensional y centrado en el paciente. Es vital no olvidar la profunda apreciación por la

compleja interacción entre los aspectos físicos, psicológicos, sociales y espirituales de la

experiencia humana de morir. Este enfoque engloba la concepción de la buena muerte.

Comprensión de los dilemas morales desde la ética del cuidado.

Cuando un paciente que se encuentra en fase terminal, por ejemplo, tiene un diagnostico

oncológico avanzado, con deterioro clínico, sin posibilidad de cambiar el curso de la

enfermedad, surge una serie de cuestionamientos alrededor de los cuidados y del plan de

manejo como ¿se debe suspender los antibióticos?, ¿se debe continuar con las transfusiones?,

¿se deben restringir las visitas?, en caso de parada cardiaca ¿se beneficia de reanimación?, ¿el

paciente está en condiciones de solicitar eutanasia?, ¿Cómo dignifico al paciente?, ¿Cómo

suplo sus necesidades?. En ocasiones los dilemas éticos son vistos como problemas de

matemáticas que tienen una serie de pasos para su resolución, pero desde la perspectiva de la

ética del cuidado, se procede frente al conflicto de una manera responsable y cuidadosa.

La ética del cuidado es una acción relacional en la que importa no tanto el deber ser y

hacer, sino la experiencia de vivir con los demás (Cotés & Úriz, 2011). Cuando un médico

reconoce que el paciente se encuentra en una fase final e inicia el protocolo de fin de vida, se

establece una adecuada comunicación para determinar un plan de cuidados individual. Con un

canal abierto de comunicación se crea la posibilidad de preguntarle al paciente que es lo que

desea, cuáles son sus preferencias, lo que permite dignificar a la persona al mismo tiempo que

Page 73: IMPLEMENTACIÓN DEL PROTOCOLO DE FIN DE VIDA EN EL …

73

se respeta su voluntad. En consecuencia, se instauran los cuidados necesarios que van

dirigidos hacia el alivio de síntomas, bienestar y confort del paciente.

De manera que la ética del cuidado no es tanto una manera o un protocolo de cómo ejercer

el cuidado, sino una actitud para llevarla a cabo. Dicho de otro modo, en la práctica clínica la

ética del cuidado se concreta en la relación terapéutica (paciente, médico, enfermera), en la

cual es fundamental el desarrollo de las virtudes y valores propias de los seres humanos, así

como las competencias técnicas. También, es importante personalizar y singularizar las

decisiones y situaciones sin equipararlos con casos anteriormente vividos (García, 2015).

Teniendo en cuenta lo anterior, no se trata de tomar decisiones éticas según utilidad; por el

contrario, se debe analizar el contexto de cada situación, siendo necesario para individualizar

las respuestas a los dilemas éticos. Se trata de tener en cuenta la preocupación moral hacia la

otra persona, por su sufrimiento y su dolor (García, 2015).

Daño moral en pacientes al final de la vida.

En la perspectiva de la ética del cuidado el daño moral se basa en la pérdida de la confianza

después de una traición de lo que está bien (Andes, 2017; Grífols, 2013). El paciente terminal

puede sufrir un daño moral, pero desde la perspectiva de la ética del cuidado se puede

percibir, atender y evitar. Como profesionales de la salud tenemos la responsabilidad de

comprender las causas de sufrimiento humano para así conocer las necesidades de los

pacientes y establecer la relación de ayuda. Por esta razón, es fundamental la comunicación

directa, honesta, empática y la escucha activa. De ahí surge la necesidad de evaluar diferentes

situaciones en las que se requiere que se establezcan acciones contundentes por parte del

personal médico, todas encaminadas a la búsqueda del beneficio máximo de los pacientes.

Page 74: IMPLEMENTACIÓN DEL PROTOCOLO DE FIN DE VIDA EN EL …

74

Al respecto, se encuentra que durante una época se polarizó el cuestionamiento entre

informar o no informar la verdad sobre la gravedad de la condición clínica del paciente. Esta

situación fue conocida como la conspiración del silencio, que se traduce en un pacto de no

informar al paciente sobre su diagnóstico y pronóstico, sellado entre el profesional y la familia

sin su consentimiento (De Simone, 2000). Si se compara esto con la ética del cuidado, es

posible ver que este actuar transgrede y vulnera los derechos del paciente, lo que genera un

daño moral. Para evitar este tipo de daño moral en los pacientes, el PFV dentro de sus

prioridades de cuidado determina que se debe establecer una comunicación adecuada entre el

equipo médico y el paciente.

Otra forma de daño moral hacia el paciente al final de la vida es la indiferencia o la falta de

atención. En nuestra sociedad, la muerte es evitada y difícilmente incorporada como parte de

la vida. Muchas veces el médico, las enfermeras y el personal de la salud tiende a hablar con

los familiares que acompañan y no directamente al paciente, mientras éste aún se encuentra en

condiciones de escuchar, contestar y decidir. A esto se le llama invisibilidad, que es lo opuesto

al reconocimiento (Fascioli, 2016). Por su parte, el protocolo de fin de vida dentro de sus

prioridades determina que si un paciente tiene la probabilidad de morir en los próximos días u

horas, se debe reconocer, declarar y comunicar con claridad. Las decisiones terapéuticas

deben ser tomadas en conformidad con las necesidades y deseos del paciente. Al conocer y

escuchar a la persona se evita la invisibilización y se pueden ofrecer las medidas terapéuticas

acordes al buen morir.

Partiendo de lo anterior, es importante resaltar que una forma de humanizar la atención del

paciente que se encuentra al final de la vida es a través de la escucha, pues esto permite

conocer cuáles son sus deseos y necesidades. De la misma forma, la comunicación es

Page 75: IMPLEMENTACIÓN DEL PROTOCOLO DE FIN DE VIDA EN EL …

75

indispensable porque nos permite conocer que es lo que dignifica a cada paciente (Della

Santina y Bernstein, 2004). En el protocolo de fin de vida se establece una comunicación

directa con el paciente para conocer qué es lo quiere comer, si desea recibir apoyo espiritual,

psicológico y si desea continuar los cuidados en casa o continuar en el hospital. Al establecer

una óptima comunicación con el paciente, se fortalece la confianza con el personal médico.

Los pacientes necesitan de un plan de cuidado individual y humanizado, que es relacional

entre el paciente y el profesional de salud. Para realizar la planeación del cuidado es

fundamental escuchar, prestar atención a sus necesidades, brindarles un trato íntegro,

empático, compasivo y respetuoso. De la misma forma, es importante reconocer la voz

diferente de los pacientes que necesitan de nuestra ayuda. De esta manera, observamos que la

ética del cuidado nos guía para actuar y ayudar al otro.

Los retos que se han presentado frente al Protocolo de fin de vida del Hospital

Universitario San Ignacio.

Los retos que se han presentado frente al Protocolo de fin de vida, en cuanto a su

implementación. Ha sido un trabajo arduo de educación al personal del hospital, mostrando el

objetivo, el nuevo plan de manejo y los cuidados necesarios de los pacientes que se

encuentran al final de la vida. Asimismo se ha mostrado como se pasa de manejo curativo y a

un manejo que se centrada en el cuidado, brindando paliación de síntomas, disminuyendo el

sufrimiento y ofreciendo el mayor confort posible.

Por otro lado, frente a su aplicación, es un reto que todo paciente que ingresan al Protocolo

Page 76: IMPLEMENTACIÓN DEL PROTOCOLO DE FIN DE VIDA EN EL …

76

de fin de vida cuenten con una cama individual, sin embargo en todos los casos no es posible

cumplir con esta medida, pero se logra ubicar al pacientes y a su familia en un servicio de

hospitalización con habitaciones compartidas, logrando que los pacientes no fallezcan en el

servicio de Urgencias.

Un desafío es que todos los médicos del hospital identifiquen de manera temprana el final

de la vida de sus pacientes, al mismo tiempo implementar el protocolo de fin de vida, para

ofrecer los cuidados necesarios y brindar un buen morir humanizando.

Page 77: IMPLEMENTACIÓN DEL PROTOCOLO DE FIN DE VIDA EN EL …

77

CONSIDERACIONES FINALES

Esta investigación ha permitido mostrar la conveniencia de articular la perspectiva

tradicional de la ética de la justicia, con la Ética del cuidado en los pacientes terminales,

particularmente en el caso de los Protocolos de fin de vida. Su importancia radica en que, si

bien por un lado, la ética de la justicia, en la que tradicionalmente se ha basado el desarrollo

de estos protocolos, se centra en la búsqueda de la equidad, la igualdad, la autonomía, los

derechos, la aplicación de normas que regulan los comportamientos sociales e individuales de

todos y todas bajo el supuesto de un ideal de justicia, por otro lado, la ética del cuidado, que

llega a complementar la anterior perspectiva, se centra en la confianza, los vínculos sociales,

la cooperación, la relación de cuidado como respuesta a las necesidades humanas. De ahí, se

concluye que las dos éticas son relevantes y se complementan para lograr conseguir una

atención con igualdad y equidad (Kincade, 2013).

La perspectiva de la ética de la justicia, establece un plan de manejo organizado como el

protocolo de fin de vida, basado en la equidad con los pacientes, los deberes profesionales, el

cumplimiento de la normatividad vigente y el respeto por los derechos de los pacientes. La

ética del cuidado por su parte ofrece una atención al paciente terminal con amor, compasión y

empatía, escuchando y supliendo las necesidades del enfermo que necesita ayuda,

independiente de los marcos normativos o la búsqueda de la Justicia.

Se ha visto a lo largo de la implementación del PFV en el Hospital san Ignacio que estos

pacientes en general necesitan tanto del respeto a sus derechos como del reconocimiento del

otro. La persona en esta condición terminal, con mayor razón, además del respeto a sus

derechos, y de que evidentemente se benefician del marco normativo que brinda la ética de la

Justicia, necesita ayuda de sus seres queridos y del personal de salud para lograr suplir sus

Page 78: IMPLEMENTACIÓN DEL PROTOCOLO DE FIN DE VIDA EN EL …

78

necesidades más personales y subjetivas. De esta forma, se busca brindar el mejor bienestar

posible y dignificación.

Por otra parte, y quizá una de las conclusiones más importantes de este trabajo, se muestra

el importante papel de la enfermería para llevar a cabo el protocolo de fin de vida articulando

estas dos perspectivas éticas en la atención del paciente terminal, como hemos visto

respondiendo a la necesidad de individualizar los cuidados a cada uno de los pacientes

basados en la ética de la justicia, para así poder identificar y aplicar derechos y deberes

morales a todos los actores intervinientes en el cuidado y exigir protocolos que cuenten con la

mejor evidencia científica. Al mismo tiempo, con el apoyo de la ética del cuidado brindar una

atención empática, amorosa y comprensiva. Entendiendo el valor y el alcance de ambas para

ofrecer una atención humana, segura y eficiente a los pacientes que se encuentran en sus

últimas etapas de vida.

La ética del reconocimiento es fundamental para el paciente que se encuentra al final de la

vida, debido a que el reconocimiento implica que la persona necesita del otro para poder

construir una identidad estable y plena. Por tanto, la comunicación es de vital importancia

porque nos permite conocer lo que nos hace ser personas íntegras y dignas en la experiencia

humana del reconocimiento intersubjetivo. Un ejemplo de reconocimiento del otro, puede

verse cuando un paciente le expresa a su médico que en caso de presentar una parada cardiaca

no desea recibir ningún procedimiento invasivo como reanimación cardiopulmonar,

intubación orotraqueal o traslado a una unidad de cuidado intensivo. El reconocimiento

depende de nuestra comunicación y relación con otros.

Page 79: IMPLEMENTACIÓN DEL PROTOCOLO DE FIN DE VIDA EN EL …

79

La ética del cuidado significo un giro al marco conceptual tradicional de una ética

patriarcal

Carol Guilligan a través de sus investigaciones evidencio que las mujeres y los hombres se

desarrollan moralmente de forma diferente. Por un lado, los hombres lo hacen mediante el

raciocinio de manera abstracta, pensando que es lo justo, mediante principios y normas. Por

otro lado, las mujeres construyen la moral por medio de las relaciones interpersonales y

atienden sus preocupaciones morales partiendo de relaciones humanas en las que juegan un

papel fundamental los sentimientos como la empatía, el amor, la comprensión entre otros.

Las implicaciones que tiene el desarrollo moral de los hombres y de las mujeres en el PFV,

es que, mediante el desarrollo moral de los hombres se realizan pautas como el PFV buscando

lo justo en los pacientes terminales. Y las mujeres mediante los sentimientos y la sensibilidad

del sufrimiento del paciente terminal, buscan lo apropiado para brindar una atención

humanizada al final de la vida.

Aporte de la ética de cuidado a la comprensión de un Dilema moral:

La diferencia que aporta la ética del cuidado a la comprensión del dilema moral es que,

cuando se aborda un dilema a partir de la ética del cuidado se realiza de manera integral,

analizando cada dilema de forma particular, teniendo en cuenta al paciente, buscando un

actuar de manera responsable. Al mismo tiempo, evitando clasificarlo, estandarizarlo o

compararlo con un dilema ya visto o vivido.

La ética de cuidado nos permite tener una compresión integral del dilema ético, analizando

no solo aspectos biológicos, sino aspectos subjetivos del paciente lo cual nos ayuda a conocer

sus deseos y preferencias. Asimismo, en una adecuada comunicación se conoce sobre su

Page 80: IMPLEMENTACIÓN DEL PROTOCOLO DE FIN DE VIDA EN EL …

80

contexto social y psicológico lo cual nos garantiza dar un óptimo manejo al final de la vida.

En consecuencia, la ética del cuidado analiza cada persona como única e irrepetible.

Como la ética del cuidado atiende el daño moral en el paciente terminal

El paciente terminal puede sufrir daño moral con la indiferencia, la falta de atención y la

invisibilidad por parte del personal de salud. Sin embargo, desde la ética del cuidado se puede

prevenir comprendiendo el sufrimiento del enfermo, atendiendo sus necesidades,

reconociendo que tiene voz y que, mediante esta, puede expresar que es lo que necesita o que

le está generando sufrimiento. La ética del cuidado de Honneth como la de Gilligan reclaman

como punto de partida el reconocimiento del otro, así al logara una adecuada comunicación

empática con el enfermo se puede brindar una atención humanizada.

Articulación entre la ética del cuidado y la ética de la Justicia en el manejo del enfermo

terminal

Gracias a los resultados empíricos presentados en este trabajo, observamos que las medidas

y los cuidados especiales que se ofrecieron a los pacientes que ingresaron al protocolo de fin

de vida en el HUSI desde la perspectiva de la ética del cuidado cumplen con el manejo

apropiado aportando bienestar, confort, acompañamiento y una muerte digna, y se articulan

convenientemente con los presupuestos de la Ética de la Justicia

La ética del cuidado, en la relación con el paciente terminal busca atender las necesidades

y comprender el sufrimiento del enfermo, mediante la validación de las emociones, la

sensibilidad, el amor, la empatía, la compasión, la paciencia y la comunicación. Así mismo, al

ser intuitiva brinda los cuidados necesarios de manera inmediata sin necesidad de esperar a un

análisis racional desde la ética de la justicia. Esta última, en cambio mediante las normas,

Page 81: IMPLEMENTACIÓN DEL PROTOCOLO DE FIN DE VIDA EN EL …

81

derechos, aporta protocolos que buscan alinearse con lo justo y apropiado para el paciente

terminal. Estas dos éticas se articulan y se complementan en el manejo del paciente porque

ambas buscan el bienestar del enfermo que se encuentra en sus últimos días de vida.

Recomendaciones para quienes deseen implementar un protocolo de fin de vida,

1. Inicialmente hacer una revisión la literatura donde se abarquen las diferentes posturas

éticas que puedan fundamentar, de manera adecuada, los cuidados necesarios para los

pacientes que se encuentran al final de la vida y que ayuden a humanizar la muerte.

2. Realizar una referenciación con los hospitales que cuenten con Protocolos de fin de

vida.

3. Previo a su implementación, hacer una adecuada pedagogía de las ventajas tiene un

Protocolo de fin de vida, para que en su aplicación, tenga mayor adherencia y

apropiada respuesta por parte del paciente, familias y del personal de salud.

4. Lograr el apoyo de las directivas del hospital, porque se necesita un programa idóneo y

completo, con un equipo de salud multidimensional para abordar las diferentes

necesidades de los pacientes.

Page 82: IMPLEMENTACIÓN DEL PROTOCOLO DE FIN DE VIDA EN EL …

82

Referencias

Adams, P. (2015). In defence of care: Gilligan’s relevance for primary education. Pedagogy,

Culture and Society, 23(2), 281–300. https://doi.org/10.1080/14681366.2014.994662

Alonso, R. y Fombuena, J. (2006). La ética de la justicia y la ética de los cuidados. Portulia,

6(1), 95–107.

Alvarado, A., (2004). La ética del cuidado. Revista Aquichan, 4, 30-39. Recuperado de:

http://www.scielo.org.co/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1657-

59972004000100005

Anderson, J. y Honneth, A. (2005). Autonomy, Vulnerability, Recognition and Justice. En

Anderaon, J. & Christman (Eds.). Autonomy and the challenges to liberalism (pp. 127-

129). Cambridge: Cambridge University Press.

Andes, L. (2017). Perspectivas en la Educación. Revista Académica y Científica Del Gimnasio

de Los Andes, 10, 1-88. Recuperado de: https://gimandes.edu.co/wp-

content/uploads/2017/12/revista-perspectivas-ed-10.pdf

Aparicio, M. (2016). El cuidado en la teoría del reconocimiento de Honneth. Repercusiones en

las personas con diversidad funcional. Oxímora: Revista Internacional d’Ètica i Política,

0(8), 36–52.

Asamblea General de la ONU. (1948). Declaración Universal de los Derechos Humanos.

Recuperado de: http://www.un.org/en/universal-declaration-human-rights/

Boyle, J. (2004). Medical Ethics and Double Effect: The Case of Terminal Sedation.

Theoretical Medicine and Bioethics, 25(60), 51–60. Recuperado de:

https://link.springer.com/article/10.1023/B:META.0000025096.25317.22

Burgos, A.S. (2017). La violencia de género desde una perspectiva de la ética del cuidado.

Recuperado de: https://1library.co/document/yr399lpy-violencia-genero-perspectiva-

etica-cuidado.html

Congreso de Colombia. (8 de septiembre de 2014). Ley Consuelo Devis Saavedra, mediante la

cual se regulan los servicios de cuidados paliativos para el manejo integral de pacientes con

enfermedades terminales, crónicas, degenerativas e irreversibles en cualquier fase de la

enfermedad de alto impacto en la calidad de vida.

[Ley 1733 de 2014]. DO: 49268.

Cortés, S. y Úriz, M. (2011). La ética del cuidado: una voz diferente para el trabajo social (tesis

de maestría). Recuperada de:

https://www.academia.edu/37391764/La_e_tica_del_cuidado_una_voz_diferente_p

Page 83: IMPLEMENTACIÓN DEL PROTOCOLO DE FIN DE VIDA EN EL …

83

Della Santina, C. y Bernstein, R. (2004). Whole-patient assessment, goal planning, and

inflection points: Their role in achieving quality end-of-life care. Clinics in Geriatric

Medicine, 20(4), 595–620. https://doi.org/10.1016/j.cger.2004.07.010

De Simone, G. G. (2000). El Final De La Vida: Situaciones Clínicas Y Cuestionamientos Éticos.

Acta Bioethica, 6(1). https://doi.org/10.4067/s1726-569x2000000100004

Durán Palacio, N. M. (2015). La Ética Del Cuidado: Una Voz Diferente. Revista Fundación

Universitaria Luis Amigó, 2(1), 12-21. https://doi.org/10.21501/23823410.1476

Elorrieta, M. (2012). A Critical Analysis of Moral Education According to Lawrence Kohlberg.

Educación y Educadores, 15(3), 497–512. https://doi.org/10.5294/edu.2012.15.3.9

Fascioli, A. (2016). Los Cuidados Paliativos Al Final De La Vida: Expresión Del

Reconocimiento Del Otro. Enfermería: Cuidados Humanizados, 5(2), 46.

https://doi.org/10.22235/ech.v5i2.1288

Friedman, H. J. (2020). Carol Gilligan: An Introduction. Journal of the American

Psychoanalytic Association, 68(4), 670–674.

https://doi.org/10.1177/0003065120950446

García, M., Carvajal, A., Errasto, B. y Arantzamendi, M. (2014). Modelos de dignidad en el

cuidado. Contrinuciones para el fin de la vida. Cuadernos de bioética, 25(2), 243-256.

Recuperado de: https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=4866902

García, L. (2015). La Ética Del Cuidado Y Su Aplicación En La Profesión Enfermera. Acta

Bioethica, 21(2), 311–317. http://www.scielo.cl/pdf/abioeth/v21n2/art17.pdf

García, J. (2020). Cuidar del cuidado: Ética de la compasión, más allá de la protocolización

del cuidado de enfermería. Cultura de Los Cuidados, 24(57), 52.

https://doi.org/10.14198/cuid.2020.57.05

Gempeler, F. (2015). Derecho a morir dignamente. Universitas Médica, 56(2), 178–185.

Gilligan, C. (1985). La moral y la teoría: Psicología del desarrollo femenino. México D. F.:

fondo cultural económico de México.

Gilligan, C. (2003). In a Different Voice. Psychological Theory and Women’s Development

(38th ed). Cambridge: Harvard University Press.

Gilligan, C. (2005). From “In a Different Voice” to “The Birth of Pleasure”: An Intellectual

Journey. North Dakota Law Review, 81(4), 729–737.

Grifols, V. (2013). La ética del cuidado Carol Gilligan. Barcelona: Cuadernos de la Fundació

Victor Grifols i Lucas.

Page 84: IMPLEMENTACIÓN DEL PROTOCOLO DE FIN DE VIDA EN EL …

84

Kincade, E. A. (2013). Resistance Refined, Patriarchy Defined: Carol Gilligan Reflects on Her

Journey from Difference to Resistance. Sex Roles, 68(3–4), 275–278.

https://doi.org/10.1007/s11199-012-0204-9

Kohlberg, L. (1992). Psicología del desarrollo moral. Bilbao: Desclée de Brouwer.

Linde, A., (2009). The moral education according to Lawrence Kohlberg: an attainable utopía.

Praxis Filosófica, 28, 7–22.

Linde, A. (2010). Síntesis y valoración de la teoría sobre el desarrollo moral de Lawrence

Kohlberg. Ágora Papeles de Filosofía (Universidad de Santiago de Compostela), 29(2),

31-54.

Little, M. O. (1998). Introduction. Journal of Medicine and Philosophy, 23(2), 127–130.

Lopera, M. (2015). Cuidados al final de la vida: una oportunidad para fortalecer el patrón

emancipatorio de enfermería. Avances En Enfermería, 33(1), 124–132.

https://doi.org/10.15446/av.enferm.v33n1.37514

Martínez, Á. (2020). Ética De La Compasión En El Cuidado De Otros. Ética De Los

Cuidados. January, 12–15.

Medina, M., (2016). La ética del cuidado y Carol Gilligan: una crítica a la teoría del desarrollo

moral de Kohlberg para la definición de un nivel moral postconvencional contextualista.

Revista Internacional de Filosofía Daimon, 67, 83–98.

Ministerio de Salud, C. (2018). Lineamientos para la atención integral en cuidados paliativos.

Recuperado de:

https://www.minsalud.gov.co/sites/rid/Lists/BibliotecaDigital/RIDE/VS/PP/ENT/lineam

nts-cuids-paliatvs-gral-pediatrc.pdf

Montuschi, L., (2005). El aprendizaje moral de los individuos y de las corporaciones: las etapas

de Kohlberg, la cultura organizacional y los códigos de ética. Recuperado de:

https://www.econstor.eu/bitstream/10419/84232/1/519287975.pdf

Organización Mundial de la Salud. (20 de agosto de 2020). Cuidados paliativos. [Entrada de

blog]. Recuperado de https://www.who.int/es/news-room/fact-sheets/detail/palliative-care

Schlick, C. J. R. y Bentrem, D. J. (2019). Timing of palliative care: When to call for a

palliative care consult. Journal of Surgical Oncology, 120(1), 30–34.

https://doi.org/10.1002/jso.25499

Schmidt, R. J. y Moss, A. H. (2014). Dying on dialysis: The case for a dignified withdrawal.

Clinical Journal of the American Society of Nephrology, 9(1), 174–180.

Page 85: IMPLEMENTACIÓN DEL PROTOCOLO DE FIN DE VIDA EN EL …

85

https://doi.org/10.2215/CJN.05730513

Steinhauser, K., Christakis, N., Clipp, E., McNeilly, M., McIntyre, L. y Tulsky, A. (2000).

Factors considered important at the end of life by patients, family, physicians, and other

care providers. JAMA,284(19), 2476-2482. doi: 10.1001/jama.284.19.2476

Taylor, C. (1996). La política del reconocimiento. En argumentos filosóficos. Barcelona:

Paidós.

Toevs, C. C. (2019). Transitioning to Comfort-Focused Care at the End of Life. Surgical

Clinics of North America, 99(5), 1019–1027.https://doi.org/10.1016/j.suc.2019.06.014

Vidal, M. y Torres, L. (2006). In memoriam Cicely Saunders, fundadora de los Cuidados

Paliativos. Revista de La Sociedad Española Del Dolor, 13(3), 143–144.

Zadeh, R., Eshelman, P., Setla, J. y Sadatsafavi, H. (2017). Strategies to Improve Quality of

Life at the End of Life: Interdisciplinary Team Perspectives. American Journal of

Hospice & Palliative Medicine, 35(3) 411-416. doi: 10.1177/1049909117711997

Zhang, B., Nilsson, M. y Prigerson, H. (2012). Factors important to patients’ quality of life at

the end of life. Arch Intern Med, 172(15), 133-142.

doi:10.1001/archinternmed.2012.2364