historia personales de dlos docentes.pdf

26
Revista Mexicana de Investigación Educativa 733 APORTE DE DISCUSIÓN TEMÁTICO Revista Mexicana de Investigación Educativa septiembre-diciembre 2003, vol. 8, núm. 19 pp. 733-758 Hacia un desarrollo de las historias personales y profesionales de los docentes* IVOR F. GOODSON** unque durante el siglo pasado se han podido rastrear mues- tras intermitentes de interés, los estudios sobre las historias de vida de los docentes han sido hasta hace poco un género tristemente dejado en el abandono más completo. Claro está que siempre ha habido excepciones y, en algunas culturas, como es el caso de Japón, una larga tradición de biografías de docentes ha proporcio- nado datos muy valiosos para los que están metidos en el trabajo con historias de vida. El estado de abandono en el que se encuentra el docente dentro de los estudios sobre educación ha sido resumido de forma convincente por Lortie (1975). Aunque cuando lo expresó eran otras las condiciones económicas y sociales, su juicio sigue vigente: La enseñanza tiene mucho de prescripción y poco de descripción. Donde más se evidencia este precepto es en el caso de los dos millones de individuos que enseñan en escuelas públicas. Es amplia- mente reconocido que las operaciones más importantes de la educación formal tienen lugar donde interactúan profesores y estudiantes […]. Pero si bien son muchos los libros y los artículos en los que se dice a los docentes cómo deben comportarse, los estudios empíricos sobre el trabajo docente —así como sobre los puntos de vista de quienes hacen funcionar las escuelas— siguen siendo excepcionales. 1 * Tomado de I. Goodson (2003) Professional Knowledge, Professional Lives: Studies of Education and Teaching, Open University Press: Buckingham. ** Professor of Education. School of Education & Professional Development.University of East Anglia. Norwich NR4 7TJ Norfolk, Inglaterra, CE: [email protected] A

Upload: bernardo-salinas-matus

Post on 20-Nov-2015

217 views

Category:

Documents


0 download

TRANSCRIPT

  • Revista Mexicana de Investigacin Educativa 733

    APORTE DE DISCUSIN TEMTICO

    Revista Mexicana de Investigacin Educativaseptiembre-diciembre 2003, vol. 8, nm. 19

    pp. 733-758

    Hacia un desarrollo de las historiaspersonales y profesionales

    de los docentes*IVOR F. GOODSON**

    unque durante el siglo pasado se han podido rastrear mues-tras intermitentes de inters, los estudios sobre las historias devida de los docentes han sido hasta hace poco un gnero

    tristemente dejado en el abandono ms completo. Claro est quesiempre ha habido excepciones y, en algunas culturas, como es el casode Japn, una larga tradicin de biografas de docentes ha proporcio-nado datos muy valiosos para los que estn metidos en el trabajo conhistorias de vida. El estado de abandono en el que se encuentra eldocente dentro de los estudios sobre educacin ha sido resumido deforma convincente por Lortie (1975). Aunque cuando lo expres eranotras las condiciones econmicas y sociales, su juicio sigue vigente:

    La enseanza tiene mucho de prescripcin y poco de descripcin.Donde ms se evidencia este precepto es en el caso de los dosmillones de individuos que ensean en escuelas pblicas. Es amplia-mente reconocido que las operaciones ms importantes de laeducacin formal tienen lugar donde interactan profesores yestudiantes []. Pero si bien son muchos los libros y los artculosen los que se dice a los docentes cmo deben comportarse, losestudios empricos sobre el trabajo docente as como sobre lospuntos de vista de quienes hacen funcionar las escuelas siguensiendo excepcionales.1

    * Tomado de I. Goodson (2003) Professional Knowledge, Professional Lives: Studies of Educationand Teaching, Open University Press: Buckingham.

    ** Professor of Education. School of Education & Professional Development.Universityof East Anglia. Norwich NR4 7TJ Norfolk, Inglaterra, CE: [email protected]

    A

  • Consejo Mexicano de Investigacin Educativa

    GOODSON I

    734

    A principios de los ochenta se llev a cabo en Saint Hilda, Oxford, uncongreso relacionado con el tema de la vida de los docentes al queasistieron algunos de los investigadores ms destacados de Amrica yde Europa. En el libro que result de dicha conferencia, tituladoTeachers Lives and Careers (La vida y la carrera de los docentes), Stephen Balle Ivor Goodson (1985) sostenan que la investigacin britnica sobrelos docentes haba pasado por una serie de etapas contemporneasdurante los ltimos cuarenta aos. Al inicio de dicho periodo, en 1960:

    Los profesores no eran ms que siluetas indistintas en el panoramaeducativo, por lo general conocidos o des-conocidos a travsde encuestas a gran escala o de anlisis histricos de su posicin enla sociedad; el concepto clave para abordar la prctica de la ensean-za era la de la funcin (ibdem:5).

    Por lo tanto, durante esa dcada, en la mayor parte de los estudios sevislumbraba a los profesores como un conjunto definido por estads-ticas imprecisas, cuando no eran vistos como individuos definidos porsu papel formal, respondiendo de forma mecnica y sin cuestionar alas grandes expectativas creadas por su papel frente al grupo.

    Un poco ms tarde, a finales de los aos sesenta y principios de lossetenta, fueron ganando lugar nuevos enfoques capaces de enfrentarlas limitaciones de los paradigmas anteriores. Los investigadoresespecializados en estudios de caso empezaron a analizar detenidamen-te la enseanza como un proceso social, centrando sus investigacionesen la forma en la que los alumnos eran procesados.

    En primer lugar, los investigadores se interesaron en los alumnos,sobre todo del sexo femenino y provenientes de la clase obrera, queeran los desamparados del aula; los profesores, en cambio, eran losmalos de la historia (ibdem:7).

    A principios de los aos ochenta asistimos a un nuevo giro en lainvestigacin sobre los docentes, tras el cual se empez a prestar atencina las condiciones adversas en las que trabajan los docentes []. Devillanos, los profesores pasaron a ser vctimas en general, y en algunoscasos incluso vctimas del sistema en el que tenan que operar (dem).

  • Revista Mexicana de Investigacin Educativa 735

    Hacia un desarrollo de las historias personales y profesionales de los docentes

    Esta ltima caracterizacin de los profesores dio pie a que se empezaraa preguntar cmo los profesores ven su trabajo y su vida. En aquelentonces estaba elaborando un documento sobre el posible uso delmtodo de la historia de vida para llevar a cabo estudios sobre losdocentes. En 1981 afirmaba que los investigadores no haban antomado conciencia de la complejidad del docente como agente activodel desarrollo de su propia historia. Los investigadores, si bien habandejado de ver en el docente un nmero ms en las estadsticas, una notahistrica a pie de pgina o el poseedor de una funcin bien definida queno plantea problema alguno, seguan tratando a los profesores comocategoras intercambiables que no cambiaban bajo ninguna circuns-tancia y para los cuales el tiempo pareca no pasar. Se necesitabanurgentemente nuevos mtodos para abordar el problema:

    La bsqueda de datos personales y biogrficos podra desafiarrpidamente el presupuesto de intercambiabilidad. Del mismo modo,seguir la vida del docente en su evolucin cronolgica durantetoda su carrera y a travs de distintas generaciones puede ayudara combatir la falsa idea previa de su intemporalidad. Si trabajamos conalgo tan personal como la enseanza, es de vital importancia conocer qu tipo depersona es el docente . La escasez de nuestro conocimiento en esta reaes una muestra clara de los lmites de nuestra imaginacin sociol-gica. El investigador que estudia historias de vida trabaja segn supropio punto de vista, en el que se enfatiza el valor de la historiapersonal de los individuos (Goodson, 1981:69).

    Pero aunque la vida y la carrera de los docentes empezaron a gozar deuna aceptacin cada vez mayor en la comunidad de la investigacineducativa llegaron, por desgracia, cambios polticos y econmicos conintereses completamente opuestos, revirtiendo, por lo menos duranteun tiempo, ese movimiento hacia una mayor relevancia del estudio delas historias de vida. La aplicacin de pautas de control poltico yadministrativo sobre los docentes se generaliz e intensific entre losaos ochenta y el principio del presente milenio. En trminos de podery de presencia en el campo, esto representa en muchos sentidos unregreso a las tinieblas para los profesores que se enfrentan a lasnuevas directrices curriculares (en algunos pases como Nueva Zelanday Reino Unido, estamos frente a la operacin de un currculo nacional

  • Consejo Mexicano de Investigacin Educativa

    GOODSON I

    736

    todo incluido); la necesidad de evaluacin y de cierta toma deresponsabilidad para los docentes; y un diluvio de nuevos edictos quecontienen nuevas polticas y nuevas pautas para la administracin deescuelas.

    En la introduccin de su artculo The teacher research movement:A decade later (El movimiento de investigacin docente: diez aosdespus), Cochran-Smith y Lytle retratan el ambiente educativode estndares y rendicin de cuenta. Afirman que los movimientos deestandarizacin quitan relevancia a la construccin de un conoci-miento local en y por la comunidad escolar, as como al papel deldocente como persona capaz de tomar decisiones y como agente delcambio (Cochran-Smith y Lytle 1999:22). Un enfoque particularacerca de la prctica y del saber prctico acompaa estos cambiosen las directrices de la administracin educativa. Se trata, evidente-mente, de movimientos que tienden a restar importancia a la media-cin de los profesores, al mismo tiempo de que desvan la atencin delos investigadores del inters hacia la vida de los profesores.

    Nuevos rumbos en el estudio de la vida y el desempeoprofesional en la enseanza

    A pesar de las constantes embestidas contra la mediacin de losdocentes, investigadores especializados en investigacin cualitativapublicaron recientemente una serie de nuevos estudios que sugierencaminos innovadores e interesantes para llegar a la meta de entenderel conocimiento personal del docente (vanse Kridel, 1998; Denzin yLincoln, 2000; Goodson y Sikes, 2001; Roberts, 2002). El hecho deagregar el aspecto persona a esta formulacin es un factor positivo quehace alusin a la importancia de las perspectivas biogrfica y personal.

    Otras tradiciones se han centrado en la reflexin del practicante, en eldocente como investigador de su propia prctica y en enfoquesfenomenolgicos hacia la prctica. En ese tipo de trabajos, experien-cias personales se mezclan irrevocablemente con la prctica. Es como siel profesor fuera su propia prctica. El enfoque del docente comoinvestigador plantea ciertos problemas. Poner el nfasis sobre el hecho

  • Revista Mexicana de Investigacin Educativa 737

    Hacia un desarrollo de las historias personales y profesionales de los docentes

    de que el profesor se vuelve investigador de su propia prctica pareceliberar al investigador acadmico de cualquier tipo de responsabilidaden este proceso. En mi opinin, stos tienen la responsabilidad principal,aunque muchas veces insuficientemente reconocida, de respaldar yapoyar a los docentes investigadores.

    De all el desarrollo de nuevas tradiciones que se oponen a la idea deque el inters principal del docente como investigador estriba en laprctica. Para los docentes educadores, se entiende la naturalezaimprescindible de este enfoque pero, partir de perspectivas msamplias podran dar mejores resultados, no slo por lo que respecta ala comprensin cabal del fenmeno, sino tambin porque se puedetraducir en cambios en el saber prctico, en las polticas pblicas y eninterpretaciones tericas de mucho mayor alcance.

    El problema al centrar la atencin exclusivamente en el conocimientopersonal y prctico es que existe el riesgo de que se rompan losvnculos entre ste y el conocimiento terico y contextual. El saber delos docentes slo estar al cien por ciento eficiente en el plano socialy poltico si los nuevos enfoques de los que hablbamos logranvincularse con historias ms generales relacionadas con el cambiosocial y la globalizacin. Como bien afirmaba Hargreaves, el reto parala investigacin educativa de la posmodernidad consiste en:

    Vincular las narraciones locales de los estudiantes, docentes y padresdentro de su propia escuela con las imgenes que caracterizan lasnarrativas ms amplias de los cambios educativos y sociales quetienen lugar all afuera, ms all de las paredes del aula, de tal formaque incluso desde all afectan directamente su propia vida (Hargreaves,1999: 34).

    El trabajo diario de los docentes se construye poltica y socialmente.Los parmetros, biogrficos o polticos, de lo que constituye laprctica, se extraen de una amplia gama de posibilidades. De hecho,reducir el planteamiento a la prctica como tal es hacer del objetoinvestigado una vctima de las circunstancias histricas y, particular-mente, de las fuerzas polticas. En muchos sentidos, hablar de lasfuerzas del mercado, como lo hacen varios polticos, tiene como

  • Consejo Mexicano de Investigacin Educativa

    GOODSON I

    738

    efecto convertir la prctica docente en una entrega rutinizada ytrivializada de contenidos preempacados. Aceptar dichas definicionesy centrarse exclusivamente en ese tipo de prctica equivale a aceptaresta ideologa.

    Si nos centramos en la prctica, en sentido estricto, hacemos que lainiciativa para las decisiones relativas a la agenda de la investigacin sequede en manos de los polticos y burcratas. Se lograr una investi-gacin mucho ms autnoma y crtica si la comunidad investigadorainsiste en un enfoque ms amplio, ms contextual. Lo que necesita-mos es rebasar los lmites impuestos por los fundamentalistas de laprctica (Goodson, 1995a: 145); pero vemos al mismo tiempo quetambin pueden resultar peligrosos algunos discursos ms amiga-bles que han intentado apoyar la investigacin docente.

    Las nuevas tradiciones que se dan a la tarea de ampliar el planteamientoinicial del trabajo con docentes van desde la historia de vida y losestudios biogrficos (Goodson, 1981, 1992, 1995b; Goodson y Walker,1991; Tierney, 1998, 2000; Roberts, 2002), hasta la biografa colaborativa(Butt et al., 1992; Fine, 1994), pasando por el conocimiento profesionaly micro-poltico de los docentes (Russell y Munby, 1992; Goodson yCole, 1993; Goodson y Hargreaves, 1996) y un amplio abanico detrabajos de corte feministas innovadores e interesantes (Acker, 1989,1994; Smith, 1990; Dehli, 1994; Munro, 1998). En este trabajointentaremos ampliar el enfoque hacia la educacin y el desarrollo delos profesores incluyendo los factores sociales y polticos, lo contextualy lo colectivo.

    Una de las mayores aspiraciones del estudio de historias de vida esampliar el enfoque del trabajo con los docentes; para ello, mtodoscomo la investigacin docente y la investigacin por medio deacciones podran funcionar como puntos de partida valiosos, peroesto implica extender el centro de inters inmediato a la prctica y acada aula especfica. El estudio con historia de vida es cualitativo porexcelencia. La obra pionera de Thomas y Znaniecki (1918-1920) yotros defensores de la escuela de Chicago en los aos veinte y treintaforman parte de este legado cualitativo. Investigaciones posteriores, yen particular las de Dollard (1949) y Klockars (1975) han seguido con

  • Revista Mexicana de Investigacin Educativa 739

    Hacia un desarrollo de las historias personales y profesionales de los docentes

    esta tradicin estadounidense. En el Reino Unido, el trabajo de PaulThompson (1988) y el empleo que hace de las historias de vida paraindagar el proceso de envejecimiento ha contribuido a rehabilitar y aseguir desarrollando esta tradicin de estudio (Thompson et al., 1991),as como Ken Plummer (2001).

    Tambin se han publicado muchos trabajos sobre la educacin y eldesarrollo de los docentes. Los libros de Sikes et al. (1985) y Goodsony Sikes (2001) ayudan a entender mejor el funcionamiento de la carreramagisterial. Asimismo, el estudio Teachers Lives and Careers (La vida y lacarrera de los docentes) (Ball y Goodson, 1985) es un comentariocontextual valioso para entender los grandes cambios globales queafectan la vida y la labor de los docentes; del mismo modo, lasinvestigaciones recientes de Hargreaves se centran en las dimensionesemocionales de la enseanza (1998, 2001). Sandra Acker, por su parte,ilustra los problemas de ndole genrica relacionados con las vidas y lascarreras de los docentes (Acker 1989, 1999).

    Martin Law (1990) ha publicado artculos convincentes sobre lasbiografas en los que explica cmo el trabajo de los docentes se hareestructurado rpidamente en Inglaterra y Gales. Bullough, por suparte, ha empezado a tratar el tema de cmo uno se convierte endocente (Bullough, 1989, 1998; Bullough et al., 1991). MichaelHuberman (1993) le da un matiz social y psicolgico a las historias devida de los docentes; en su ltima publicacin ofrece una nuevapercepcin metodolgica que alumbra bajo nueva luz el campo deestudio.

    Del mismo modo, Susan Robertson (1994, 1996, 1997) se ha dado ala tarea de analizar la labor de los docentes en el contexto econmicoque sigui la poca de auge propiciada por John Ford. En su opinin,un profesionalismo completamente nuevo ha reconstruido y reempla-zado el de los docentes.

    Tal reestructuracin del campo de estudio relacionado con la vida y eltrabajo pone de manifiesto los lmites de los mtodos que se centranen los entornos prcticos y personales y se limitan a historias y a modosnarrativos. Las reminiscencias personales y prcticas de los profesores,

  • Consejo Mexicano de Investigacin Educativa

    GOODSON I

    740

    as como sus comentarios, estn directamente vinculados con su labory su prctica diaria. De tal modo que dicha informacin, en el nuevocampo descrito por Lawn y Robertson, estar relacionada principal-mente con trabajos en los que la capacidad de juicio moral y profesio-nal desempea un papel ms o menos importante. Al centrarse en lopersonal y lo prctico se fomenta la produccin por parte de losdocentes de informacin y de historias; y preocupados, por eso,dejan pasar su oportunidad de hablar de otros modos, otra gente, otrostiempos y otras maneras de ser maestro.

    Limitarse a enfocar los mtodos de investigacin en lo personal y loprctico equivaldra, por lo tanto, a un acto de renuncia metodolgicaal derecho de hablar de cuestiones relacionadas con la construccinsocial y poltica. Si slo hablan en ese tono de los asuntos personalesy prcticos, los investigadores pierden una posibilidad de expresar suopinin al momento de hablar. En efecto, la opinin que ha sidoalentada y que se ha ganado un espacio en el dominio pblico, en elmbito de lo personal y prctico, es la voz de la competencia tcnica,la del practicante en el aula, las de los trabajadores cuya labor ha sidoreestructurada y reconstruida.

    La intencin al emplear mtodos relacionados con la historia de vidapara estudiar la vida y el trabajo de los docentes en un contexto socialms amplio consiste claramente en desarrollar, en colaboracin,nuevas perspectivas bien fundamentadas para la construccin socialde la enseanza. De ese modo, las historias de la accin de los docentespueden reconectarse con las historias del contexto. De all que lasde los profesores, ms que celebrar pasivamente la reconstruccinpermanente de la enseanza, podrn servir para desarrollar interpre-taciones de la construccin social y poltica. Se trata de un desplaza-miento del simple comentario a la conciencia de lo que representa opodra representar para la cognicin o, para emplear las palabras deShotter, de una voluntad de ordenar lo imaginario con base en elmodelo aclarador de lo racional (Shotter, 1993:199).

    Los estudios de historia de vida que la analizan como construccinsocial ofrecen un excelente punto de observacin para la indagacinde los movimientos contemporneos destinados a reestructurar y

  • Revista Mexicana de Investigacin Educativa 741

    Hacia un desarrollo de las historias personales y profesionales de los docentes

    modificar la enseanza. Butt y otros han hablado de una crisis de lareforma, cuando vemos que muchas de las iniciativas de reestructu-racin y de reforma dependen de prescripciones que se importan talcual a las aulas, aunque fueron desarrolladas en otro lugar completa-mente distinto por autoridades polticas. Estas pautas de intervencinse desarrollan a partir de un modo particular de considerar al docente,punto de vista que los estudios de corte prctico tienden a confirmar:

    Durante toda su vida, los profesores se han visto confrontados conciertos estereotipos negativos el maestro como robot, demonio,ngel, bola de nervios que les fueron impuestos por la culturaestadounidense. Las descripciones de la enseanza como una pro-fesin floja y sin estructura, de carrera, mal pagada, con aumentossalariales que no toman en cuenta los mritos han ido de la manocon representaciones de la enseanza como un gran punto muer-to donde resulta que el ciclo escolar anual instala a los docentes enun ciclo profesional semi-letrgico y repetitivo.

    Dentro de la comunidad educativa, la imagen de los profesorescomo profesionales a medias que carecen de control y de autonomasobre su propio trabajo y como personas que no contribuyen a lacreacin de conocimientos ha permeado, e incluso se podra decirque ha petrificado, toda la empresa educativa. Los investigadoreshan sacado al maestro de su entorno profesional, el aula, lo hanllenado de efectos insidiosos (Hawthorne, novedad; Rosenthal,aureola), han fragmentado las aptitudes que conforman en suconjunto la unidad de intencin y de accin presente en toda prcticadocente (Butt et al., 1992: 55).

    De algn modo, la crisis de la reforma es ms bien una crisis de optimismoprescriptivo, una fe ciega en el hecho de que lo que se dicta desde la cpulapoltica y que se escuda tras pruebas de responsabilidad y eficiencia tendrconsecuencias reales en la prctica. Pero los datos que desafiarn estassimplificaciones, datos que se encuentran profundamente arraigados enla vida y el trabajo de los profesores, tendrn que buscarse mucho ms allde las perspectivas prcticas comunes para desarrollar una contraculturaque rebasa los lmites del comentario, basada en la vida y el trabajocotidianos del docente, del estudiante y de la escuela.

  • Consejo Mexicano de Investigacin Educativa

    GOODSON I

    742

    El (los) valor (es) de los estudios sobre vida y trabajo

    Una de las plusvalas que respalda a los estudios sobre el trabajo y lavida de los docentes es que ese tipo de trabajos hace ms visible y, porlo tanto ms til, la visin que tienen los docentes sobre su propiaactividad. En muchas de las transformaciones y reformas educativasque se estn dando actualmente de manera muy rpida en todo elmundo, el punto de vista de los docentes suele, por desgracia, estarausente. Las investigaciones que tienen como inters principal elestudio del trabajo y de la vida de los profesores funcionan, por lotanto, como un poderoso antdoto para este olvido voluntario. Alcentrarse en el trabajo y en las historias de los docentes, se puedeobtener un amplio abanico de opiniones acerca de nuevas posibilida-des para reformar, reestructurar y repensar la enseanza. No es raroque las nuevas prescripciones y los cambios educativos que se legislanvayan a contrapelo de la historia y del entorno de trabajo y de vida delos profesores. Si se dejan a un lado estos puntos de vista de losdocentes, lo ms probable es que se genere una nueva crisis para elcambio y la reforma. En efecto, si los profesores no se toman enconsideracin para las nuevas iniciativa, el lugar central que ocupan en elproceso reaccionar en contra de la esencia misma de las reformas.

    Un excelente ejemplo de lo anterior se puede encontrar en el estudiopublicado por Casey en 1992. Su trabajo ilustra cmo el estudio de lasvidas de los docentes puede ayudar a entender los problemas prcticosde la reforma: en este caso, el problema de la desercin de losdocentes. Muestra cmo cierto cuadro de presupuestos que se danpor sentados se ha apoderado de las definiciones habituales de laamortizacin de puestos docentes. Estas definiciones se basan ensoluciones de corte empresarial, lo que se ve confirmado por lapresencia en el discurso acadmico de frases que provienen del mbitode la administracin de empresas, como la desercin de los docen-tes, la oferta y demanda o la rotacin del personal.

    El enfoque administrativo deja a un lado el problema de la desercinde los docentes. Casey muestra cmo en la mayor parte de los estudiosanteriores este problema ha sido analizado, generalmente, con base enestadsticas sin mirar a las personas, y que la informacin ha sido

  • Revista Mexicana de Investigacin Educativa 743

    Hacia un desarrollo de las historias personales y profesionales de los docentes

    sacada de fuentes como las secretaras de educacin pblica o losarchivos oficiales, regionales o por encuestas ideadas y dirigidaspor los investigadores. Como lo seala Casey, estas estrategias suelen,por desgracia, ir de la mano con la mancuerna poder/saber, tal y comola ven las lites administrativas y burocrticas del sistema educativo.Casey sostiene que:

    La configuracin particular de las inclusiones y omisiones que se haconformado en ese tipo de investigaciones determina, en granmedida, los resultados que stas arrojan. Al omitir sistemticamentedar cuenta de las opiniones de los profesores normales y corrientes,la bibliografa sobre la carrera de los educadores los silencia.Metodolgicamente, esto significa que, incluso cuando se trata de unainvestigacin previa sobre un asunto en el que la toma de decisioneses de suma importancia, los investigadores suelen hacer conjeturassobre las motivaciones de los docentes o, en el mejor de los casos,entrevistarlos con base en un conjunto de preguntas de opcinmltiple. Tericamente, lo que se obtiene es una visin meramenteinstrumental de ellos, en la que se ven reducidos al estatuto deobjetos que pueden ser manipulados para propsitos especficos.Polticamente, los resultados consisten en polticas educativas ela-boradas con base en sistemas de recompensa y castigo, muy conve-nientes para las instituciones, en vez de construirse en congruenciacon los deseos de los docentes de darle un sentido a su vida (Casey,1992:88).

    La crucial importancia de los testimonios acerca de la vida y el trabajode los docentes estriba en el hecho de que ponen al descubierto lasuperficialidad, por no decir la falta de precisin, de la visin empre-sarial y prescriptiva sobre el cambio escolar. Otra ventaja de estosestudios es que ofrecen nuevas perspectivas sobre la socializacin deldocente. Una creencia bien arraigada en la mayor parte de lo que se haescrito sobre la socializacin del docente ha llevado a definir superiodo de formacin antes de su contratacin y las primeras etapasde su adiestramiento en el aula como el momento en el que secondensan las principales influencias formativas de socializacin quetienen repercusin en sus modos de ensear. Sin embargo, existe enla investigacin una tradicin alterna que proviene del estudio sobre

  • Consejo Mexicano de Investigacin Educativa

    GOODSON I

    744

    la vida y el trabajo, en la que se pone de manifiesto que el progreso desocializacin es mucho ms complejo. Varios estudios de los aossesenta a la fecha se han centrado en las experiencias de los docentescomo alumnos: s, la propia experiencia del docente como alumno. Ensu estudio titulado Schoolteacher (El maestro) (1975), Dan Lortie se refiria este periodo en el que el futuro profesor estudiaba como unaprendizaje por medio de la observacin en el que internalizamuchos papeles posibles para el futuro. La socializacin del docente,segn esta tradicin, se da por medio de la observacin y lainternalizacin de modelos de enseanza. Lortie los llama modeloslatentes y sostiene que no se implantan sino que se activan durante elperiodo de formacin puesto que, a menudo, fueron conservados demanera latente durante el periodo intermedio.

    Para llevar a cabo esta definicin alternativa de la socializacin de losdocentes se requiere un trabajo de historia de vida mucho msprofundo, que permita descubrir las pautas de socializacin durantetodo su trabajo y su vida en la enseanza. Las historias permiten, as,avances sustanciales en la perspectiva de gnero. Ese tipo de indaga-cin ha sido llevada a cabo con resultados interesantes por parte deinvestigadoras feministas como Sandra Acker (1989, 1994, 1999), SueMiddleton (1992, 1993, 1997) y Munro (1998). Estos y otros trabajosde corte feminista, ofrecen nuevas perspectivas fundamentales queabren el horizonte para estudiar la enseanza como una profesin,genricamente marcada. Margaret Nelson, por ejemplo, se ha dado ala tarea de reconstruir las experiencias de mujeres docentes enVermont a principios del siglo XX. Y observa al respecto:

    Numerosos estudios han mostrado que existe una brecha entre loque podemos descubrir si confiamos exclusivamente en los datosque se publicaron acerca de un acontecimiento histrico particulary lo que encontraremos si preguntamos a los participantes queatestiguaron en persona dichos acontecimientos. Esta brecha crecean ms si estudiamos la historia de algunas mujeres, por la natura-leza privada de la mayor parte de esas vidas (Nelson, 1992:168).

    Por lo general, los estudios de historia de vida contribuyen a laproduccin de una variedad ms amplia de conocimientos profesio-

  • Revista Mexicana de Investigacin Educativa 745

    Hacia un desarrollo de las historias personales y profesionales de los docentes

    nales enfocados hacia el mbito docente. Para llevar los estudioseducativos en esa direccin se requiere primero, una revolucin demayor alcance, as como una reconceptualizacin de los paradigmasexistentes para la investigacin educativa. Sin embargo, los trabajosque vemos surgir de una gran variedad de gneros desde los apuntesdiarios en los que los docentes anotan sus vivencias hasta las reflexio-nes que llevan a cabo por medio del trabajo con el saber prctico yprofesional, as como los nuevos estudios realizados por practicantesque reflexionan sobre su propia labor o investigadores que se basan enacciones conforman una base slida para ese modo reconceptua-lizado de la investigacin educativa. En ese sentido, esos nuevosestudios de historia de vida hacen hincapi en el hecho de que entenderlos alcances de la mediacin de los docentes es una parte esencial dela investigacin educativa, parte que hemos ignorado por nuestracuenta y riesgo.

    Estudiar la vida y la carrera de los docentes

    Este tiempo presente es un momento difcil y, de algn modo,peligroso para promover el estudio de la vida y el trabajo de losdocentes. En efecto, estos trabajaos puede ser un gran aliado paramejorar nuestro conocimiento pero, al mismo tiempo, se puede prestarcon una gran facilidad al uso incorrecto que ciertas fuerzas partidariasde la reestructuracin de la enseanza quieran hacer de ellos. Afavor aduciremos la creencia de que, al construir nuestro conocimien-to a partir de las perspectivas de los docentes, podemos cuestionar deforma til la experiencia y la reforma de la enseanza. El profesor esun agente fundamental en cualquiera de las vertientes de la enseanza,y la renuncia cabal a su punto de vista es uno de los elementos mspreocupantes de gran parte de los cambios y reformas actuales. De allque el estudio de la vida y el trabajo del docente se plantee como unmedio para reequilibrar la balanza.

    Al contrario, como argumento en contra se yergue el potencial abusoque pueden hacer de l los que manejan e intentan reestructurar laenseanza. La comprensin y, por lo tanto, la posible vigilancia dela vida y el trabajo de los docentes podra ser extremadamente til para

  • Consejo Mexicano de Investigacin Educativa

    GOODSON I

    746

    definir y promover reformas que son, en muchos sentidos, anti-ticasdesde el punto de vista de los docentes. Por ejemplo, algunas de lasnuevas series de pruebas y de mecanismos de rendicin de cuentaspueden ser vistas en esa ptica. As, el hecho de saber ms sobre su viday su trabajo e integrar esos elementos en las reformas puede serconsiderado como el desarrollo de una nueva relacin de pertenen-cia para el docente o, en trminos menos sutiles, como estrategiasde desarrollo profesional o de recursos humanos. El nuevo discurso desensibilidad hacia las identidades del docente, como el comunicadorde las intenciones de otras personas, forma parte de la comercializaciny de la co-modificacin de las profesiones.

    Estas dos caras que presenta el estudio de las vidas de los docentes nosobligan a reflexionar, con la debida cautela, acerca de los procedimien-tos y las directrices relacionados con la apertura al pblico de lainformacin (o, al contrario, con el anonimato) que se asocian con esetipo de trabajo. Por mi parte, pienso que estas cuestiones de tica y depertenencia de los datos ocupan siempre un lugar central en el trabajocon historias de vida y con perspectivas personales. Si bien es ciertoque la poca actual experimenta una sensibilidad extrema al respecto,no podemos perder de vista que los datos personales siempre puedenser empleados de forma incorrecta por los intereses polticos yadministrativos, por lo cual podemos afirmar que se trata de un asuntoa la vez intemporal y contemporneo.

    Gran parte de los trabajos posmodernos y feministas han reflexionadocon gran profundidad sobre esos problemas y han empezado a buscarmodos tiles para seguir adelante. Sin embargo, cabe destacar el hechode que el aspecto colonizador de cualquier tipo de trabajo con la vidade los docentes no se limita a elementos administrativos y polticos,sino que alcanza tambin nuestro trabajo como investigadores. Comodijimos anteriormente, esto ha llevado a la realizacin de algunosestudios sobre el conocimiento personal y prctico del docente en losque el investigador se encierra en su papel de escriba , tomando notade forma fiel y exacta de lo que dice el profesor y reduciendo al mnimosus propios comentarios. Mientras no perdamos de vista los peligrosque encierra una mayor presencia del investigador, es importantebuscar una interpretacin temtica y contextual de los datos persona-

  • Revista Mexicana de Investigacin Educativa 747

    Hacia un desarrollo de las historias personales y profesionales de los docentes

    les que se obtienen del estudio de las historias de vida y trabajo de losdocentes.

    En otros captulos se definen algunos de esos temas y conceptos quepueden parecer demasiado lgicos, incluso excesivamente linealespara algunas posturas posmodernas. Se puede pensar, por ejemplo,que presentan un deseo de clausura y coherencia demasiado precisopara lo desigual y disperso que resultan ser los aspectos de la vidapresentes en la enseanza.

    Aunque encontramos sin duda algunos aspectos de clausura, en-tindase de encierro en categoras hermticas, en la forma en la quese llevan a cabo los informes y las representaciones de la vida y eltrabajo de los docentes, no es ste el sitio principal en el que se cierrael campo de estudio. Aunque muchos de los acadmicos, incluyndo-nos, queremos creer en el carcter central de nuestro trabajo, ningunavida de docente est sujeta a cualquier nivel de clausura, en granparte porque tiene lugar en uno de los espacios polticos y sociales msmarcados por los acontecimientos histricos. Cada vez ms, comohemos visto, las escuelas se tienen que subordinar a una serie denormas gubernamentales, edictos, pruebas, currcula, evaluaciones yrendicin de cuentas. Es justamente en ese mbito donde se vigilan ycontrolan los espacios para la mediacin de los docentes; justamenteah donde la voluntad de clausura es ms evidente y tiene que sercontrolada con el mayor cuidado.

    Al mismo tiempo, tomando en cuenta esa circunscripcin histrica,nos encontramos ante la imposibilidad de seguir los ltimos avancesde la moda en investigacin para ver a los docentes como poseedoresde personalidades mltiples y dispares que flotan libremente, sujetosa cambios y flujos constantes. Tal visin de las posibilidades de lamediacin ignoran los espacios y las trayectorias, socializadas ydefinidas, de la vida y el trabajo y, al centrar nuestro estudio en esteescenario institucional estrechamente vigilado, la intencin, lejos debuscar la clausura acadmica, estriba en crear espacios fundamen-tales para la reflexin y el comentario. El trabajo tiene como propsitodesarrollar nuestras estrategias para que los profesores analicen yreflexionen sobre la influencia de su vida y su trabajo en la docencia,

  • Consejo Mexicano de Investigacin Educativa

    GOODSON I

    748

    de modo tal que se logre una respuesta ms profunda y convincenteal mundo socialmente construido de la enseanza.

    Despus de analizar un amplio abanico de estudios sobre historias devida y de trabajo de los docentes, hice una lista de algunos de losenfoques conceptuales para ese tipo de trabajos (Goodson, 1991).

    Las experiencias de vida y los antecedentes son, obviamente, ingredientesclave del individuo que somos o de lo que pensamos acerca denosotros mismos; el grado hasta el que invertimos nuestro yo en elmodo de ensear, nuestra experiencia y antecedentes son, por lo tanto,los que configuran nuestra prctica.

    Una de las caractersticas ms comunes en los informes que hacen losdocentes sobre sus antecedentes es la presencia de un profesorfavorito que influy considerablemente en ellos como jvenes alum-nos. A menudo cuentan que era esa persona la que me hizo elegir ladocencia; fue sentado en su clase cuando supe por primera vez quequera ser maestro. En resumen, este tipo de personas ofrecen unmodelo a imitar, y lo ms seguro es que tambin influyan en la visinsubsiguiente de lo que es bueno pedaggicamente y, posiblemente, enla eleccin de la materia de especializacin.

    Pero otros muchos ingredientes formativos son importantes para lavida y la prctica docentes. El haberse criado en una familia de claseobrera, por ejemplo, proporciona perspectivas muy valiosas cuando seensea a alumnos que provienen del mismo entorno social. Me tocuna vez observar a un profesor que provena de una familia detrabajadores mientras daba clase a un grupo de alumnos de secundariadel barrio obrero londinense de East End. Empleaba el dialecto cockneytpico de esa zona y esa afinidad con el entorno era uno de loselementos fundamentales de su xito como docente. En mi entrevista,mencion esa afinidad y me contest que era porque era de por ac,o no?2 Los antecedentes y la experiencia vital fueron uno de losaspectos ms importantes de su prctica, pero tambin hubiera sido asen el caso de un profesor oriundo de una familia de clase mediaenseando a nios de familias obreras o de quienes provienen defamilias de clase trabajadora con nios de clase media. Los anteceden-

  • Revista Mexicana de Investigacin Educativa 749

    Hacia un desarrollo de las historias personales y profesionales de los docentes

    tes representan, sin duda, uno de los elementos ms relevantes en ladinmica de la prctica (vase Lortie, 1975; Munro, 1998).

    Por supuesto, mientras que la clase de la que uno proviene es slo unode los aspectos, a los que hay siempre que aadir el sexo, los orgenestnicos y otros aspectos ms generales, los antecedentes de losdocentes y las experiencias vitales son idiosincrsicos y nicos y, porello, es de suma importancia explorarlos en su complejidad cabal. Eltratamiento de las cuestiones de gnero ha sido a menudo histrica ysocialmente inadecuado (Sikes et al., 1985). Afortunadamente, unconjunto cada vez ms importante de trabajos intentan remediar eseerror (Smith, 1990; Casey, 1992; Middleton, 1992; Nelson, 1992).

    Tambin el estilo de vida del docente, tanto en la escuela como fuera deella sus identidades y culturas latentes tiene cierta influencia ensu visin sobre la enseanza y en su prctica. El trabajo de Becker yGeer (1971) sobre las identidades y las culturas latentes ofrece unabase terica valiosa. El estilo de vida es, por supuesto, muchas vecesun elemento caracterstico en algunos grupos: as, trabajar con lageneracin de profesores formados en los aos sesenta sera muy tilpara un estudio sobre profesionales que se incorporaron al mbitoeducativo con un compromiso particular hacia la educacin comovehculo para el cambio y la justicia sociales. En un estudio de casosobre un profesor en el que el estilo de vida era nuestro intersprincipal, Walker y yo afirmbamos:

    Las relaciones entre la cultura joven y el movimiento de reformacurricular de los aos sesenta son mucho ms complejas que lo quepensbamos inicialmente. Segn Ron Fisher, existe un vnculoinnegable, pues l se identifica profundamente con la cultura joveny siente que eso es muy importante para su manera de ensear. Peroa pesar de su atraccin por la msica rock y el estilo de vida de losadolescentes, la escuela es su mayor compromiso en la vida, casi encontra de su propio sentido de la orientacin. Para Ron, participaren el cambio es mucho ms que un involucramiento tcnico, puesafecta facetas significativas de su identidad personal. Esto planteapreguntas para el desarrollador de currcula: qu aspecto tendra unproyecto si tuviera como propsito transformar a los docentes en

  • Consejo Mexicano de Investigacin Educativa

    GOODSON I

    750

    vez de cambiar el currculum? Cmo se podra elaborar un proyectocapaz de apelar al docente como persona ms que al docente comoeducador? Cules seran los efectos y las consecuencias de la puestaen prctica de un proyecto como se? (Goodson y Walker, 1991: 45).

    Me parece que esto es una clara muestra de cmo el trabajo que se estllevando a cabo en esta rea empieza a hacer cada vez ms necesariauna reconceptualizacin de los modelos de desarrollo docentes.Nuestro punto de partida se desplaza, en resumen, del profesor comopracticante hacia l como persona.

    El ciclo de vida es otro aspecto relevante. Se trata de una caractersticanica de la docencia. En efecto, el profesor suele enfrentarse concohortes eternas. Esto incrementa an ms la importancia del ciclode vida en las percepciones y las prcticas.

    El centrarse en el ciclo de vida generar nuevas perspectivas haciamuchos de los elementos que hacen nica la docencia. En efecto, unanaturaleza tan nica podra parecer un punto de partida evidente parala reflexin sobre el mundo del profesor. Pero es tan divergente lamirada que suelen arrojar nuestros paradigmas de investigacin que esmuy poco lo que se ha hecho en este campo (vase Huberman, 1993).

    Afortunadamente, algunos trabajos producidos en otras reas ofrecenun marco de referencia valioso al respecto. Algunos de los libros algopopulistas de Gail Sheehy como Passages (Travesas) (1976), Pathfinders(Exploradores) (1981) y New Passages (Nuevas travesas) (1995) son, a miparecer, de gran importancia, as como el trabajo de investigacinrealizado por Levinson (1979) en el que se basan algunas de laspublicaciones de Sheehy. Su trabajo, aunque lamentablemente centra-do exclusivamente en la parte masculina de la poblacin, ofrecealgunas ideas muy enriquecedoras acerca de cmo nuestros puntos devista, en etapas particulares de nuestras vidas, influyen de formacrucial en nuestro desempeo profesional (para la vida de las mujeres,vase el trabajo publicado despus por Levinson y Levinson, 1996).

    Tomemos, por ejemplo, el estudio de caso de John Barnes, un bilogoque trabajaba en la universidad. Levinson escribe acerca de un sueo

  • Revista Mexicana de Investigacin Educativa 751

    Hacia un desarrollo de las historias personales y profesionales de los docentes

    de Barnes en el que se ve como un investigador de primera categoraganador de premios importantes:

    El sueo de Barnes se volvi ms apremiante cuando se acerc a loscuarenta aos. Crea en aquel entonces que la mayor parte del trabajocreativo en la ciencia ya se haba hecho. Una conversacin que tuvoen aquella poca con un amigo de toda la vida le dej un recuerdoduradero. Aquel hombre, ya mayor, le confes que haba aceptadosu fracaso en la empresa de volverse una estrella en el mundo delas leyes y que estaba satisfecho con ser un abogado fiscal com-petente y respetado. Haba llegado a la conclusin de que estrellatono siempre rima con buena vida y de que estaba conforme conla idea de ser el segundo. Pero en ese momento Barnes no estabaan listo para revisar a la baja sus propias ambiciones. En vez de eso,decidi abandonar la ctedra y dedicarse exclusivamente a susinvestigaciones.

    Abandon la enseanza cuando estaba por cumplir cuarenta y unaos, y su proyecto entr en su fase final. Estaba viviendo unmomento crucial, la culminacin de aos de esfuerzos constantes.Durante algunos meses, numerosas distracciones se sucedieron,acrecentando el suspenso. Tuvo a su primer hijo, y la misma semanarecibi la oferta de una prestigiosa ctedra en Yale. Halagado yemocionado a la vez, sinti que sa era su ltima oportunidad parauna oferta tan importante. Pero al final Barnes rechaz la oferta.Pens que no poda dar un giro tan importante en esa etapa de sutrabajo. Adems, sus vnculos con la familia y los amigos, y el amorque sentan por el lugar donde vivan, eran ahora mucho msimportantes para l y para su esposa Ann. Ella dijo: el prestigio casilo atrap, pero ahora ambos estamos felices donde nos quedamos(Levinson 1979: 267).

    Esta cita muestra, creo, cmo slo se puede llegar a una comprensincabal de las definiciones de nuestra ubicacin profesional y de lasorientaciones que toma nuestra carrera por medio de un estudio sobrela vida de las personas. Estos estudios y las pautas de desarrolloprofesional deben tomar en cuenta la dimensin personal.

  • Consejo Mexicano de Investigacin Educativa

    GOODSON I

    752

    Asimismo, las distintas etapas y decisiones profesionales merecen unainvestigacin aparte. Trabajar con la vida y la carrera de los docentesexige que se preste atencin a los talleres y cursos por medio de loscuales se logra el desarrollo profesional. En Inglaterra, la UniversidadAbierta (Open University) ha optado por poner nuestro libro TeachersLives and Careers (La vida y la carrera de los docentes) (Ball y Goodson, 1985)como uno de sus manuales. Esto es una seal tenue, pero sin dudasintomtica, de los cambios importantes que se estn dando en lareorganizacin de las materias de formacin profesional, la cualparece centrarse ms en la perspectiva de la carrera de los docentes.

    Adems de la seleccin de estudios profesionales que ofrecamos enLa vida y la carrera de los docentes, toda una serie de investigacionescomienza a examinar este aspecto por lo general olvidado de la vidaprofesional. Los trabajos de Sikes et al., (1985) y de Goodson y Sikes(2001) ofrecen nuevas perspectivas valiosas para entender cmo losdocentes construyen y perciben su carrera en la enseanza. Trabajosms recientes sobre el estilo de vida de las mujeres, que complementanlos estudios sobre las etapas de la vida de los hombres, ofrecen unaexcelente base para el desarrollo de nuevos trabajos en esta rea (vaseLevinson y Levinson, 1996; Middleton, 1997).

    Adems, la investigacin sobre las carreras de los docentes sirve parasealar que existen acontecimientos crticos en la vida de ellos y, msparticularmente, en su trabajo, que pueden afectar de manera crucialsu percepcin y su prctica. Sin duda alguna, los estudios que se hanemprendido sobre los profesores principiantes ha puesto de relievela importancia de algunos acontecimientos en la configuracin de losestilos y prcticas de los mismos (vase, al respecto, Lorti, 1975).

    Otra forma de analizar los acontecimientos crticos en las vidas de losdocentes puede ser confrontando temas importantes, contextua-lizndolos en una perspectiva vital completa. El trabajo reciente de DavidTripp (1994) ofrece una serie de ejemplos pertinentes de estudios deacontecimientos crticos. Kathleen Casey tambin ha empleado lasnarrativas de historias de vida para entender el fenmeno de ladesercin de los docentes y, ms particularmente, de las profesorasque son a la vez mujeres y activistas (Casey, 1988, 1992; Casey y Apple,

  • Revista Mexicana de Investigacin Educativa 753

    Hacia un desarrollo de las historias personales y profesionales de los docentes

    1989). Su trabajo es extremadamente esclarecedor para el estudio deeste fenmeno, al cual slo se le presta hoy una atencin superficial ycarente de sentido crtico; esto resulta incomprensible si tomamos encuenta el problema de la escasez de personal docente. Sin embargo,entre los pases ms afectados por la falta de profesores son muy pocoslos que se han preocupado por financiar un estudio serio acerca de lavida de los docentes, con el cual se podra ampliar nuestra compren-sin del fenmeno de la desercin. Insisto sobre el hecho de que sloun enfoque sistemtico como se permitira una comprensin msprofunda, y ello cobra una relevancia particular en este momento enel que nuevas iniciativas, como las que propone el Partido Laborista enel Reino Unido, buscan reincorporar en el gremio a los profesores dems de cincuenta aos.

    Asimismo, entre muchos otros temas importantes relacionados con eltrabajo de los docentes, la cuestin del estrs y del desgaste deberatambin, en mi opinin, estudiarse con base en las perspectivas queofrece el estudio de las historias de vida adems de temas como ladocencia eficaz o los problemas que plantean las innovaciones conmayor demanda y las nuevas iniciativas de corte empresarial. Esteenfoque puede aportar mucho sobre todo para el estudio de lascondiciones en las que trabajan los docentes.

    El estudio de la vida de los docentes tambin nos permitira observarmejor al individuo en relacin con su contexto histrico; al poner demanifiesto la interseccin entre su historia y la de la sociedad, y ver bajouna nueva luz el abanico de elecciones, contingencias y opciones quese abren para el individuo. Las historias de vida de las escuelas, de lossujetos y de la profesin docente nos ofreceran una base contextual muyimportante al respecto. Por ello, si empezamos concentrndonos enlas vidas de los docentes podremos redefinir, desde su planteamientoinicial, nuestros estudios sobre la enseanza (Goodson, 1991; Goodsony Sikes, 2001).

    Si bien estos enfoques propuestos no son exhaustivos, sirven paraindicar cun sustanciales podran ser las nuevas perspectivas ofrecidaspor esos trabajos. Como hemos visto, la realizacin de estos trabajosno est exenta de peligros en un momento en el que la reestructuracin

  • Consejo Mexicano de Investigacin Educativa

    GOODSON I

    754

    se da de forma rpida, pero renunciar a esos enfoques sera mspeligroso an. Los puntos de vista de los docentes sobre el cambio sonfundamentales y es de vital importancia para nuestra comprensin dela transformacin actual de la enseanza, que desarrollemos la capa-cidad de entendimiento longitudinal sobre cmo la prctica de losdocentes se transforma bajo la influencia de los cambios que vivimosactualmente.

    La misma importancia reviste el hecho de que nos demos cuenta de larelacin tan estrecha que existe entre, por un lado, las creencias y lamisin personal del docente y, por el otro, los esfuerzos dirigidos haciala reforma. En efecto, las reformas que ignoran esos temas estndestinadas a no ser xitos rotundos, sino fracasos muy caros.

    Notas

    1 Para no entorpecer la lectura, opt por traducir todas las citas extradasde originales en ingls (nota de la traductora).

    2 En el original se transcribe fonticamente el dialecto cockney: coz I comefrom round ere dont I?

    Bibliografa

    Acker, S. (ed.) (1989). Teachers, Gender and Careers, Londres: Falmer Press.

    Acker, S. (1994). Gendered Experience, Buckingham: Open University Press.

    Acker, S. (1999). The Realities of Teachers Work, Londres: Cassell.

    Ball, S. y I. Goodson (eds.) (1985). Teachers Lives and Careers, Londres: FalmerPress.

    Becker, H. y B. Geer (1971.). Latent culture: A note on the theory of latentsocial roles, en B. Cosin et al. (eds.) School and Society: A Sociological Reader, pp.56-60, Londres: Routledge & Kegan Paul.

    Bullough, R. (1989). First Year Teacher: A Case Stud, Nueva York: TeachersCollege Press.

  • Revista Mexicana de Investigacin Educativa 755

    Hacia un desarrollo de las historias personales y profesionales de los docentes

    Bullough, R. (1998). Musings on life writing: biography and case study inteacher education, en C. Kridel (ed.) Writing Educational Biography: Explorationsin Qualitative Research, Nueva York: Garland, pp. 19-32.

    Bullough, R.; G. Knowles y N. Crow (1991). Emerging as a Teacher, Londres:Routledge.

    Butt, R.; D. Raymond; G. McCue y L. Yamagishi (1992). Collaborativeautobiography and the teachers voice, en I. Goodson (ed.) Studying TeachersLives, Londres: Routledge, pp. 51-98.

    Casey, K. (1988). Teacher as author: Life history narratives of contemporary womenteachers working for social change, tesis doctoral, University of Wisconsin.

    Casey, K. (1992). Why do progressive women activists leave teaching?Theory, methodology and politics in life-history research, en I. Goodson(ed.) Studying Teachers Lives, Londres: Routledge, pp. 187-208.

    Casey, K. y M. Apple (1989). Gender and the conditions of teachers work:The development of understanding in America, en S. Acker (ed.) Teachers,Gender and Careers, Londres: Falmer Press, pp. 171-186.

    Cochran-Smith, M. y S. Lytle (1999). The teacher research movement: Adecade later, en Educational Researcher, 28(7): 15-25.

    Dehli, K. (1994). Subject to the new global economy: Power and positioningin Ontario labour market policy formation, en R. Priegert Coulter y I.Goodson (eds.) Rethinking Vocationalism: Whose work/life is it?, Toronto: OurSchools/Ourselves, pp. 113-141.

    Denzin, N. y Y. Lincoln (eds.) (2000). Handbook of Qualitative Research, 2a ed.Thousand Oaks, CA: Sage.

    Dollard, J. (1949). Criteria for the Life History, Magnolia, MA: Peter Smith.

    Fine, M. (1994). Working the hyphens: Reinventing self and others inqualitative research, en N. Denzin y Y. Lincoln (eds.) Handbook of QualitativeResearch, Londres: Sage, pp. 70-82.

    Goodson, I. (1981). Life histories and the study of schooling, en Interchange,11(4): 62-76.

    Goodson, I. (1991). Sponsoring the teachers voice: Teachers lives andteacher development, en Cambridge Journal of Education, 21(1): 35-45.

  • Consejo Mexicano de Investigacin Educativa

    GOODSON I

    756

    Goodson, I. (ed.) (1992). Studying Teachers Lives, Londres: Routledge.

    Goodson, I. (1995a). Education as a practical matter: Some issues andconcerns, en Cambridge Journal of Education, 25(2): 137-48.

    Goodson, I. (1995b). Teachers life histories and studies of curriculum andschooling, en I. Goodson (ed.) The Making of Curriculum: Collected Essays,2da. edicin, Londres: Falmer Press, pp. 71-92.

    Goodson, I. y A. Cole (1993). Exploring the teachers professionalknowledge, en D. McLaughlin y B. Tierney (eds.) Naming Silenced Lives,Londres: Routledge, pp. 71-94.

    Goodson, I. y A. Hargreaves (eds.) (1996). Teachers Professional Lives, Lon-dres: Falmer Press.

    Goodson, I. y P. Sikes (2001). Life History Research in Educational Settings:Learning from Lives, Buckingham: Open University Press.

    Goodson, I. y R. Walker (1991). Biography, Identity and Schooling: Episodes inEducational Research, Londres: Falmer Press.

    Hargreaves, A. (1994). Changing Teachers, Changing Times: Teachers Work andCulture in the Postmodern Age, Nueva York: Teachers College Press.

    Hargreaves, A. (1998). The emotional practice of teaching, en Teaching andTeacher Education, 14(8): 835-854.

    Hargreaves, A. (1999). Schooling in the new Millennium: Educationalresearch for the post-modern age, en Discourse: Studies in the Cultural Politicsof Education, 20(3): 333-355.

    Hargreaves, A. (2001). The emotional geographies of teaching, en TeachersCollege Record, 103(6): 1056-1080.

    Huberman, M. (1993). The Lives of Teachers, trad. J. Neufeld. Londres: Cassell.

    Huberman, M., C. Thompson y S. Weiland (1997). Perspectives on theteaching career, en B. Biddle, T. Good, I. Goodson (eds.) InternationalHandbook of Teachers and Teaching, 1: 11-78, Londres: Kluwer.

    Klockars, C. (1975). The Professional Fence, Londres: Tavistock.

    Kridel, C. (ed.) (1998). Writing Educational Biography: Explorations in QualitativeResearch, Nueva York: Garland.

  • Revista Mexicana de Investigacin Educativa 757

    Hacia un desarrollo de las historias personales y profesionales de los docentes

    Lawn, M. (1990). From responsibility to competency: A new context forcurriculum studies in England and Wales,en Journal of Curriculum Studies,22(4): 388-392.

    Levinson, D. (1979). The Seasons of a Mans Life, NuevaYork: Ballantine Books.

    Levinson, D. y Levinson, J. (1996). The Seasons of a Womans Life, Nueva York:Alfred A. Knopf.

    Lortie, D. (1975). Schoolteacher : A Sociological Study, Chicago: University ofChicago Press.

    Middleton, S. (1992). Developing a radical pedagogy: Autobiography of aNew Zealand sociologist of womens education, en I. Goodson (ed.)Studying Teachers Lives, Londres: Routledge, pp. 18-50.

    Middleton, S. (1993). Educating Feminists: Life Histories and Pedagogy, NuevaYork: Teachers College Press/Londres: Sage.

    Middleton, S. (1997). Disciplining Sexuality: Foucault Life Histories andEducation.,Nueva York: Teachers College Press.

    Munro, P. (1998). Subject to Fiction: Women Teachers Life History Narratives andthe Cultural Politics of Resistance,. Buckingham: Open University Press.

    Nelson, M. (1992). Using oral histories to reconstruct the experiences ofwomen teachers in Vermont, 1900-50, en I. Goodson (ed.) Studying TeachersLives, Londres: Routledge, pp. 167-186.

    Plummer, K. (2001). Documents of Life 2: An Invitation to a Critical Humanism,2a ed., Londres: Sage.

    Roberts, B. (2002). Biographical Research, Buckingham: Open University Press.

    Robertson, S. (1994). An exploratory analysis of post-Fordism and teacherslabour, en J. Kenway (ed.) Economising Education: Post-Fordist Directions,Geelong: Deakin University Press, pp. 105-152.

    Robertson, S. (1996). Teachers work, restructuring and post-Fordism:Constructing the new professionalism, en I. Goodson y A. Hargreaves(eds.) Teachers Professional Lives, Londres: Falmer Press, pp. 28-55.

    Robertson, S. (1997). Restructuring teachers labor: Troubling post-Fordism, en B. Biddle, T. Good e I. Goodson (eds.) International Handbookof Teachers and Teaching, 1: 621-670, Londres: Kluwer.

  • Consejo Mexicano de Investigacin Educativa

    GOODSON I

    758

    Russell, T. y H. Munby (1992). Teachers and Teaching from Classroom to Reflection,Londres: Falmer Press.

    Sheehy, G. (1976). Passages: Predictable Crises in Adult Life, Nueva York:Dutton.

    Sheehy, G. (1981). Pathfinders: How to Achieve Happiness by Conquering LifesCrises, Londres: Sidgwick & Jackson.

    Sheehy, G. (1995). New Passages: Mapping Your Life Across Time, Toronto:Random House.

    Shotter, J. (l993). Cultural Politics of Everyday Life: Social Constructionism, Rhetoricand Knowing of the Third Kind, Toronto: University of Toronto Press.

    Sikes, P.; L. Measor y P. Woods (1985). Teachers Careers: Crises and Continuities,Londres: Falmer Press.

    Smith, D. (1990). Conceptual Practices of Power: A Feminist Sociology of Knowledge,Toronto: University of Toronto Press.

    Thomas, W. y F. Znaniecki (1918-1920). The Polish Peasant in Europe andAmerica, Chicago: University of Chicago Press.

    Thompson, P. (1988). The Voices of the Past: Oral History, 2a ed., Oxford:Oxford University Press.

    Thompson, P., C. Itzin y M. Abendstern (1991). I Dont Feel Old: The Experienceof Later Life, 2a ed., Oxford: Oxford University Press.

    Tierney, W. (1998). Life historys history: Subjects foretold, en QualitativeInquiry, 4(1): 49-70.

    Tierney, W. (2000). Undaunted courage: Life history and the postmodernchallenge, en N. Denzin e Y. Lincoln (eds.) Handbook of Qualitative Research,2a ed., pp. 537-554, Thousand Oaks, CA: Sage.

    Tripp, D. (1994). Teachers lives, critical incidents, and professional practice,en International Journal of Qualitative Studies in Education, 7(1): 65-76.

    Traduccin: Laurette Godinas