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  • HISTORIA DE LATELEGRAFA PTICA

    EN ESPAA

  • Historia de la telegrafa pticaen Espaa

    Sebastin Oliv Roig

    MADRID, 1990

    SECRETARA GENERAL DE COMUNICACIONESMINISTERIO DE TRANSPORTE, TURISMO Y COMUNICACIONES

  • Para la Secretara General de Comunicaciones, es motivo de satisfacci npresentar esta publicacin, por cuanto supone poner de manifiesto un asuperacin en la actividad tcnica, tanto por lo que significa d esensibilidad de los profesionales hacia aquello que constituy el pasad ode su especialidad, como de homenaje, por nuestra parte, a las persona sque nos precedieron en la responsabilidad de una parcela de l aAdministracin espaola, con tan importante contenido de serviciopblico y de incuestionable inters para el desarrollo socioeconmic odel pas .

    En estos momentos, y en esta actividad de las cmunicaciones ,parece que, de da en da, se transforman sus contenidos y se tiene l asensacin de una desenfrenada carrera especulativa sobre lo que latecnologa puede ofrecernos . Creo que puede ser un buen ejercicio d ehumildad volver la mirada al pasado y descubrir que, otrosprofesionales, en otros tiempos y con otros elementos tcnicos, tambi nrevolucionaron la sociedad con los medios de comunicacin que fuero ncapaces de desarrollar .

    Pero esta reflexin tambin es un reconocimiento de la aportaci nhumana a la evolucin de esos medios de comunicacin . Con teorasincipientes y con medios tcnicos elementales, aquellos primero stelegrafistas pusieron, unos su ingenio para desarrollar mtodos d ecodificacin y dispositivos de transmisin, y otros su espritu desacrifici y de servicio, para hacerlos operativos en medio de un aorografa y una climatologa tan adversas como las de la Pennsul aIbrica . No deja de ser significativo que una comisin internacional qu evisit nuestras lneas telegrficas de postes y alambres, como entonce sse deca, a los pocos aos de ser instaladas, concluyera su informe co nla frase Las lneas telegrficas en Espaa son un milagro .

    Sin embargo no puede ocultarse que el establecimiento en Espa ade la telegrafa, de forma definitiva, se produjo con casi cincuenta ao sde retraso sobre otros pases europeos . A pesar de que Agustn deBetancourt compiti en la seleccin del primer sistema telegrfico s einici su instalacin en Espaa al mismo tiempo que se haca en Francia,

  • los acontecimientos polticos, de los primeros aos del siglo xix l e

    obligaron al exilio, lo que impidi, como tantas otras veces, el progres o

    tcnico espaol .

    Ahora bien, una vez iniciada la construccin de la infraestructur a

    correspondiente, la actuacin de Jos Mara Math, primer Directo r

    General de Telgrafos, fue tan eficaz que, en menos de ocho aos, se

    consigu una red tan extensa como la francesa y, sobre todo, bajo s u

    direccin fue posible que la adopcin de la telegrafa elctrica se llevar a

    a cabo al mismo tiempo que en los pases europeos ms avanzados .

    Esta documentada obra sobre la telegrafa ptica se public a

    coincidiendo, prcticamente, con el segundo centenario de la iniciacin

    de la actividad . Motivo por el cual, me gustara poner de manifiesto qu e

    el sistema de telegrafa supone ms de la cuarta parte de dos siglos d e

    historia de las telecomunicaciones . Efectivamente, la telegrafa se inici a

    durante la Revolucin Francesa y permanece en servicio regular hast a

    1955 y en otras aplicaciones durante muchos ms aos .

    El inicio de los servicios de telegrafa es otro motivo de reflexin ,

    por su coincidencia con un acontecimiento que marca una nueva era e n

    la divisin de la historia. Esta relacin entre telegrafa y evolucin de l a

    sociedad hacia nuevas formas de convivencia y de libertad, pued e

    constituir una caracterstica de las tecnologas de la comunicacin, qu e

    a lo largo de su historia han permitido la difusin de la cultura y la

    informacin a los ciudadanos .

    Jos Luis Martn Palacn

    SECRETARIO GENERAL DE COMUNICACIONES

  • NDICE

    Presentacin

    I Los antecedentes

    II Intentos prematurosUN PIONERO : BETANCOIJI

    UN PRCTICO : HUR"I'AD O

    UN DECEPCIONADO : LEREN A

    UN MILITAR : SANTA CRU Z

    III El telgrafo ptic oEL TRABAJOSO NACIMIENTO INSTI"I'UCIONAI ,

    MANUEL VARELA / JOS M .' ' MATH I

    EL SISTEM A

    LA ORGANIZACI N

    LAS TORRES Y LAS LNEA S

    IV Los torrero sSI"1'[ TACIN ECONMIC A

    FATIGAS Y PRIVACIONE S

    LOS FALLECIDOS Y LOS AUXILIOS MUTUO S

    VIDA DE ANACORETA S

    MOVILIDAD EN LOS DESTINOS

    DISCIPLINA Y PATERNALISM O

    LOS OFICIALES DE SECCI N

    V La sociedad y el telgrafo

    9

    1 1

    1 71 7

    2 4

    2 6

    3 3

    3 73 7

    4 1

    4 4

    5 7

    6 2

    7 77 8

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    VI Soluciones anacrnicas

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  • Presentacin

    La historia de la telegrafa ptica es un tema menor, no ya dentro de laHistoria con mayscula, sino, incluso, dentro de la historia de l atelegrafa .

    En lo que a Espaa se refiere, la telegrafa ptica no ha dejado m shuella en los manuales de historia (que yo haya podido encontrar), queuna nota a pie de pgina en La burguesa revolucionaria (1808-1869),de Miguel Artola: En 1846 se estableci la primera lnea de telgrafospticos entre Madrid e Irn extendida cuatro aos despus hasta Cdiz .La introduccin del telgrafo elctrico provoc su sustitucin cuand oapenas se haban concluido las torres que an pueden verse en mucho slugares .

    Sin embargo, una probable deformacin profesional me ha llevadodesde hace muchos aos, a querer identificar todas las ruinas situada sen las cimas de las colinas y alcores que bordean las carreteras del pa scon torres de aquellos antiguos telgrafos .

    La misma deformacin me ha obligado a seguirles la pista po rhemerotecas y archivos .

    Estos apuntes recogen lo que he podido averiguar, por ahora, sobr eel tema, apuntes que van dedicados a las personas que tambin siente ncuriosidad por aquellas ruinosas torres .

    SEBAS77N OLIV ROIG

    9

  • 1 . Los antecedentes

    INSTRUCCIONES DEL REY ENRIQUE III PARA QUE LASAHUMADAS LE DIERAN NOTICIAS DEL NACIMIENTO DE S UHIJO .

    ' La fecha de 22 de abril fue propuesta por A. Su-rez Saavedra, de entre las muchas posibles, pararecordar anualmente la fundacin del Cuerpo d eTelgrafos, por ser la Ley de 22 de abril de 1855 l adisposicin ms importante entre las fundaciona-les .

    2 Entre las varias historias de la telegrafa, puedencitarse :Ignacio Chappe : Historie de la tlgraphie, Par s1824 .A . Surez Saavedra : Tratado de Telegrafa, Barce-lona 1880 .Louis Naud: Histoire de la tlgraphie en Franc edepuis ses origines jusqu' nos jours, Pars 1890.A . L . Ternant: Les tlgraphes, Pars 1884 .Alexis Belloc : La tlgraphie historique, Pars,1888 .

    Jeremas, 4, 1 .

    El 22 de abril de 1855 es la fecha que se ha considerado, tradicionalmente, como la de l

    nacimiento del telgrafo espaol . Pero el nacimiento real del telgrafo, aunque a efecto s

    conmemorativos puede concretarse en un determinado momento, requiri una larg a

    gestacin . En realidad el 22 de abril es la fecha de la Ley por la que se cre un cuerpo

    de funcionarios que se encargaron de gestionar los servicios telegrficos' .

    Podra decirse que la concepcin del telgrafo, cuyo nacimiento se fecha en 1855 ,

    ocurri en 1844, cuando se puso en marcha el sistema de las torres pticas . Su gesta-cin, por tanto, dur ms de diez aos .

    Pero tampoco el acto de la puesta en marcha del sistema telegrfico de las torre s

    pticas es algo aislado en el tiempo, sino que es un paso ms en la larga serie de antece-

    dentes, no ya de la historia de Espaa, sino de la historia de los hombres .

    En efecto, parece que la necesidad de comunicarse a distancia debe ser consustan-

    cial a la propia existencia de los grupos humanos y, cuando se intenta hacer una histori a

    de la telegrafa, se empieza rastreando los procedimientos de envo de seales a distan-

    cia que han empleado las diferentes sociedades humanas, en distintas pocas y diferen-

    tes lugares geogrficos .

    As, algunos consideran la Torre de Babel como uno de los primeros hitos telegrfi-

    cos y la mayora incluye entre los iniciadores a figuras mitolgicas : Eneas se presenta co-

    mo el inventor de un complicado procedimiento hidrulico de envo de seales ; Agame-

    nn parece que tuvo diez aos preparada la lea para las hogueras que, de monte e n

    monte, iban a llevar a Clitemnestra noticias de la cada de Troya ; incluso se seala a Te -

    seo como el poco afortunado autor del primer error telegrfico, al olvidarse de cambiar

    las velas negras de su nave por velas blancas (error que ocasion la muerte de su padre ,

    Egeo, que se suicid arrojndose al mar) . Y con ellos muchos ms : moros, cristianos,

    chinos o indios, todos con algn sistema para comunicar sus noticias a distancia .

    Sin embargo, despus de repasar los procedimientos que los hombres de todos lo s

    tiempos, semidioses o no, han empleado para tal menester, se llega a la conclusin de

    que stos se pueden dividir en dos grupos : acsticos (tambores, trompetas, campanas ,

    silbidos, etc .) y visuales (hogueras, banderas, humos, espejos, etc .) . En funcin de los

    condicionamientos geogrficos ambientales (llanuras despejadas, bosques o montaas) ,

    uno de los dos procedimientos consegua salvar mayores distancias y se impona .

    Algunas sociedades emplearon, simultneamente, ambos sistemas, acstico y vi-

    sual, para difundir sus alarmas y avisos . El profeta Jeremas pide trompetas y banderas

    para avisar a los judos :

    Huid hijos de Benjamn, lejos de Jerusaln !

    Tocad la trompeta en Tecua

    Sobre Betquerem izad una seal!

    Porque del Norte avanza una desgracia 3 .

    11

  • Gngora : Romance.

    J . Balite : L'electricit, Pars 1874 .

    Estudio histrico del Cuerpo de Ingenieros de lEjrcito-, Madrid 1911 (Captulo III del Tomo 2 ." ) .

    En la Escuela Universitaria de Ingeniera Tcnic ade Telecomunicacin de Madrid existe un diagra-ma preparado por Jos M .a Romeo, sobre la lne ade ahumadas Segovia-Toro, en el que se incluye l acarta de las instrucciones de Enrique III . El herede -ro esperado era Juan II, que naci en Toro el 4 demarzo de 1405 .

    Mucho ms tarde, Gngora nos recordar que en el Mediterrneo del siglo XVI s e

    seguan las mismas tcnicas para avisar de un peligro, al describir bellamente el mensaj e

    que anuncia la llegada a las puertas de Orn de trescientos Zenetes bien armados :

    Las adargas avisaro n

    a las mudas atalaya s

    las atalayas a los fuegoslos fuegos a las campanas4 .

    Algunas veces los procedimientos eran mucho ms directos, sin cdigos ni smbo-

    los . As, en las Galias del tiempo de Julio Csar, cuando queran enviar una noticia im-

    portante, hacan que un galo de buena voz se subiera a una colina y desde all gritara el

    mensaje a los cuatro vientos . A lo lejos otra voz le responda y, de boca en boca, el men-

    saje poda recorrer todo el pas . Csar dice que en tres das llegaba de los bosques de

    Bretaa a los pantanos del Rhin 5 . Claro que los mensajes transmitidos de esta guisa n o

    podran mantenerse muy secretos !

    En Espaa, salvo en algn punto de caractersticas fsicas muy especiales (po r

    ejemplo, en la isla de la Gomera, donde todava se conserva como reliquia un lenguaje a

    base de silbidos), el procedimiento ms extendido para el envo de seales fue el uso de

    fuegos y de humos .

    En el diccionario se lee que ahumada es la seal que se hace en las atalayas o lu-

    gares altos para dar algn aviso, quemando paja u otra cosa . En muchos lugares se pue-

    den detectar algunos de los emplazamientos de tales ahumadas, que, a veces, mantie-

    nen nombres evocadores, como torredehumos, pea ahumada o el ms genrico de

    atalaya . Tambin la palabra almenara tiene una significacin parecida y se puede en-

    contrar en diferentes puntos de nuestra geografa .

    Pueden intuirse emplazamientos sistemticos de atalayas para fines militares qu e

    permitan a las seales recorrer grandes distancias . Por ejemplo, los castillos de Gata ,

    Coria, Portezuelo y Alconetar, en Extremadura, constituan una lnea ptica orientada de

    Norte a Sur, desde la Sierra de Gata al Tajo, seguramente destinada a prevenir los movi-

    mientos de los moros andaluces a los cristianos castellanoleoneses 6 . El sistema no era

    exclusivo y parece ser que desde tierras de Soria, frontera musulmana de Almanzor, s e

    enviaban noticias a Crdoba con fines similares .

    Los reyes de Castilla se servan de las ahumadas para enviar las noticias importante s

    y, por ejemplo, Enrique III dio rdenes expresas para que se hiciera llegar desde Toro a

    Segovia la noticia del nacimiento del heredero que esperaba, indicando cmo deba n

    avisar si era varn o hembra . Este enlace, del que el profesor don Jos Mara Romeo ha

    localizado el emplazamiento de ocho estaciones repetidoras intermedias, era ya una ver-

    dadera lnea de telecomunicacin concebida como tal' . Tambin en Aragn, Pedro I V

    dio normas , para la instalacin de puestos de seales para prevenir, tanto movimiento s

    de tropas en las fronteras, como de naves en sus costas . Incluso los ganaderos de l a

    Mesta parece que disponan de una red propia de ahumadas .

    12

  • PUNTO DE REPETICIN ADYACENTE AL DE RAMIRO AL QU ESE ACCEDE A TRAVS DEL CAMINO DE LAS AHUMADAS Y E NEL QUE TAMBIN SE SITU UNA TORRE DEL TELGRAF OPTICO EN EL SIGLO XIX.

    Se puede pensar, por ello, que existan, en algunas sociedades, individuos profesio-

    nales en el envo de las seales . Por ejemplo, en la Biblia se lee que Jeremas dice : Yo

    os haba dado ATALAYADORES atencin a la voz de la trompeta!, sin embargo el dicciona-

    rio castellano no recoge la voz atalayador para nombrar al que transmite una seal, sinopara definir al que vigila, que atisba o procura inquirir y averiguar todo lo que sucede .

    Entre los griegos, en cambio, exista el frictoros (4pvxtwpoo. ) que era el observador delos fuegos de seales, y el verbo frictoreo (4pvxtwpcw) significaba sealar por medi ode fuegos .

    Pero, en cualquier caso, no puede decirse que el envo de seales fuera el telgra-fo, puesto que las seales indicaban siempre cosas muy simples y concretas, conveni-das previamente : la llegada del enemigo, la victoria, la derrota, el nacimiento del here-

    dero del trono, etc . Eran avisos, jbilo o alarma, de acontecimientos esperados . Pero

    ni los fuegos, ni las campanas o las trompetas, podan decir frases no convenidas d e

    antemano, y cuando los mensajes deban informar de asuntos complejos y de cosa s

    inesperadas, no haba ms remedio que enviar un correo . El aviso de que algo, buen o

    o malo, estaba ocurriendo poda circular deprisa, pero los detalles iran despus, m s

    despacio .

    Este sistema puede considerarse como el procedimiento adoptado hasta finales de l

    siglo XVIII, por las sociedades de un grado de civilizacin razonable, no slo en el m-

    bito europeo, sino tambin en otras culturas, y puede leerse cmo el Inca Garcilaso d e

    la Vega describe la manera de enviar noticias rpidas en el Per precolombino : . . . Te-

    nan otra manera de dar aviso por estos correos (los chasquis) y era haciendo ahumadas

    13

  • LA PARTE SUPERIOR DEL DIFUNDIDO TELGRAFO OP 'IIC ODISEADO POR CLAUDIO CHAPPE EN EL QUE. SE APRECIANLOS BRAZOS MVILES Y LAS MANIVELAS QUE LOS OPERAN .CHAPPE PROPUSO ESTE MODELO A LA ASAMBLEA NACIONAL .FRANCESA EN 1793.

    Garcilaso de la Vega : Comentarios reales, cap.XVII . Coleccin Austral, Buenos Aires 1964 .

    9 I .E .E .E . Comunications Magazine, Vol . 21 n ." 1 ,enero 1983, The early history of the binary code,Volker Aschoff .Enviar un cohete sin explosin equivala a un ce -ro y un cohete con petardo a un una . La idea es-t contenida en una obra de Bergstrsser, publica -da en Francfort, en 1795 .

    10 En Histoire de la tlgraphie en Frunce depui sses origines jusqu'd nos jours, Louis Naud dice qu eClaudio Chappe llam a su invento taqugrafo (escribir rpido), pero que un tal M . Miot le con-venci para que sustituyera dicho nombre por te-lgrafo (escribir lejos), ms acorde con la funcindel aparato . Dice tambin que el cambio de deno-minacin se realiz en 1798, cuatro aos despusde que funcionaran las primeras torres . Sin embar-go, La Gaceta de Madrid emplea, ya en 1794, l apalabra telgrafo para denominar el invento deChappe .

    de da, de uno en otro, y llamaradas de noche . Esta manera de aviso por los fuegos era

    solamente cuando haba algn levantamiento y rebelin de reino o provincia grande, y

    hacase para que el Inca lo supiese dentro de dos o tres horas, cuando mucho (aunqu e

    fuese de quinientas o seiscientas leguas de la corte), y mandase apercibir lo necesario

    para que cuando llegase (por correo) la nueva cierta de cual provincia o reino era el le-

    vantamiento>' .

    A los usuarios de tales sistemas, siempre reyes o seores poderosos, les pareca su-

    ficiente la rapidez de la circulacin de las noticias e, incluso, se maravillaban de ella, ya

    que la dimensin del mundo se meda por jornadas a caballo y las buenas o malas nue-

    vas no tenan porqu correr ms . No se trataba de falta de tcnica, sino de ausencia de

    necesidad .

    Pero ya en la Europa de finales del siglo XVIII haban aparecido inquietudes de di-

    ferentes signos : intelectuales, sociales, econmicas, cuya influencia aceleraba el ritmo d e

    la vida de la sociedad . Este aumento de la velocidad de los acontecimientos sociales iba

    creando, poco a poco, la necesidad de comunicaciones ms rpidas . Pero solamente

    cuando apareci el ferrocarril se hizo patente este cambio de ritmo .

    Mientras tanto, la investigacin terica se interesaba por la combinacin de signo s

    en la construccin de lenguajes, y aparecieron algunos trabajos acadmicos sobre esta s

    cuestiones . El ms conocido e influyente de ellos se public en Alemania en 1785, po r

    Bergstrsser, lleva por ttulo Synthematographik y recopila una gran cantidad de infor-

    macin sobre el tema . Incluso en su elaboracin llega a proponer un cdigo binari o

    para enviar noticias a distancia por medio de cohetes . Y, aunque en la Synthemato-

    graphik todava no se relacionaba directamente las combinaciones de signos con el en-

    vo fctico de seales a distancia, el hngaro Josef Chudy lleg a describir, en 1787, un

    procedimiento ptico y dos procedimientos acsticos (uno con tambores y otro co n

    campanas) capaces de enviar mensajes usando un moderno cdigo binario de cinco

    elementos`'.

    Otros sistemas, ms o menos fantsticos, se describieron sobre el papel, o inclus o

    con maquetas, pero todo quedaba en el terreno de la especulacin terica, llegando ni-

    camente a realizarse exhibiciones, a medio camino entre la diversin cortesana y la rare-

    za cientfica .

    Finalmente, fue la necesidad que sintieron los dirigentes de la Revolucin frances a

    de tener noticias de lo que ocurra en sus acosadas fronteras, lo que forz el paso defini-

    tivo entre la teora y la prctica, y su Asamblea Nacional aprob, en 1793, la construc-

    cin de una lnea de torres pticas para enviar mensajes entre Pars, Lille y Estrasburgo .

    Este fue el paso que marc la diferencia entre los que hacan seales y los que telegra-

    fiaban . Significativamente, la propia palabra telgrafo fue usada por primera vez para

    denominar el envo de seales a distancia por Claudio Chappe 10 .

    No es, pues, de extraar que unnimemente se acepte como origen del telgrafo la

    experiencia francesa del telgrafo ptico de Chappe .

    Claudio Chappe, despus de probar, con sus hermanos, varios modelos de telgra-

    fos present el que haba de ser definitivo a la Asamblea Nacional francesa, en 1793, y

    14

  • LOS PRIMEROS EXPERIMENTOS DE CHAPPE CON U NTELGRAFO PTICO EL 2 DE MARZO DE 1791, NO TUVIERONXITO .

    FRANCIA DISPUSO DE UNA EXTENSA RED DE TORRES . LALTIMA LNEA SE ESTABLECI HASTA IRN PARA CUBRIR L AEXPEDICIN DE LOS COGE MIL HIJOS DE SAN LUIS EN 1823.

    consigui que se lo aprobaran y que le encargaran de su puesta en funcionamiento . La

    primera lnea, entre Pars y Lille, de 230 kilmetros, estuvo dispuesta en 1794 . Su sistema

    ha quedado como el prototipo de la telegrafa ptica, aunque, como veremos, no fue e l

    nico ni, probablemente, el mejor .

    El aparato, como puede verse en la figura, consista en un mstil colocado en un lu-

    gar preeminente (en Pars se coloc en el propio palacio del Louvre) y en su parte supe-

    rior tena un travesao que poda girar sobre su eje central, debidamente gobernado po r

    una polea . El travesao (que se denominaba regulador) tena, a su vez, en cada uno de

    sus extremos sendos travesaos menores, que tambin podan girar sobre sus ejes, go-

    bernados cada uno por su respectiva polea . Estos travesaos menores se denominaba n

    indicadores.

    Cada polea poda hacer que regulador e indicadores tomaran posiciones diferentes ,

    a cada una de las cuales se les asignaba un significado . Pero tales posiciones deban se r

    lo suficientemente diferentes para que no pudieran confundirse unas con otras . Por ell o

    Chappe las redujo a las diferenciadas por ngulos de 45 .

    En realidad slo utilizaba dos posiciones del regulador para confeccionar el cdigo ,

    de forma que ste se form pasndose en las combinaciones que proporcionaban los in-

    dicadores . Corno stos podan tomar ocho posiciones, separada cada una 45, incluso

    prescindiendo de aquella en la que el indicador se solapaba con el regulador, quedaba n

    7 x 7 = 49 combinaciones tiles, que con las dos posiciones del regulador se converta n

    en 49 x 2 = 98 combinaciones .

    Durante los cincuenta aos que dur el uso del telgrafo de Chappe, se emplearo n

    diversos sistemas de codificacin, desde un primitivo alfabtico, desechado rpidament e

    por su lentitud, hasta varios compendiados en diccionarios que permitan cifrar un n -

    15

  • EL TELGRAFO INGLS DE GEORGE MURRAY SLO S EMANTUVO MIENTRAS DUR El. PELIGRO Ql EREPRESENTABA NAPOLEN.

    mero finito de expresiones . El que tuvo mayor xito parece que fue el que se compona

    de 92 pginas, de 92 palabras por pgina, es decir 92 x 92 = 8 .464 expresiones, que s e

    seleccionaban con slo dos signos (uno para indicar la pgina y otro para la expresin) .

    Las seis expresiones que no se utilizaban en el cdigo (98 92 = 6) se empleaban como

    complementos en la confeccin de los textos .

    Los ingleses, en guerra con los franceses, se sintieron espoleados por las noticia s

    del telgrafo de Chappe a establecer sus telgrafos entre Londres y los puertos del cana l

    de la Mancha (necesidad que ya venan denunciando los responsables de su Marina des -

    de unos aos antes) y en 1794, es decir, en las mismas fechas que Chappe lo haca e n

    Pars y Lille, ponan en servicio su propio modelo .

    Como puede verse en la figura, el sistema ingls, debido a George Murray, no tien e

    ninguna semejanza con el francs y presenta un aire ms esttico que aqul . En la figura

    se representan varias de las posibles combinaciones que pueden obtenerse .

    Consiste en un gran panel, dividido en seis sectores, que pueden moverse de forma

    que se presenten de plano o de perfil a la vista del observador lejano . El nmero posibl e

    de combinaciones que permite el panel es de 26 = 64, y se utilizaban en forma alfabtica

    y tambin mediante diccionarios de expresiones cifradas'' .

    La primera lnea fue la establecida entre Londres y Deal y, ms adelante, fueron es -

    tablecindose otras desde Londres a Portsmouth, Plymouth y otros puertos . Algunas d e

    estas lneas se mantuvieron hasta 1814 .

    Los dems pases de Europa y los Estados Unidos de Amrica tuvieron rpida noti -

    cia de estos experimentos franceses y muchos de ellos fueron poniendo en servicio su s

    propios sistemas telegrficos .

    " U.I .T. : Del semforo al satlite, Ginebra, 1965.

    16

  • AGUSTIN DE BEIANCOIR 11 V MOLINA U - 58-182 0 ,CIENTFICO QUE TRIUNF EN VARIOS CAMPOS, SI NEMBARGO CON SU TELGRAFO NO CONSIGUI EL XITOQUE MERECA .

    TAMBIN EN MADRID SE HICIERON ALGUNOS ENSAYO SSOBRE TELGRAFOS. LA GACETA /)E MADRID DEL 4 DENOVIEMBRE DE 1 - 9-4 LES DEDIC UN SUPLEMENTO .

    1 Los datos sobre Betancourt que se manejan est ntomados de :Alejandro Cioranescu : Agustn de Betancourt, S uobra tcnica y cientfica, La Laguna 1965 .Romeo de Armas : Ciencia y Tecnologa en la Es-paa ilustrada, Madrid 1980.S . Padrn Acosta : El Ingeniero Agustn de Betan-court y Molina, La Laguna 1958 .

    II . Intentos prematurosUN PIONERO : BETANCOURT

    La Espaa de 1794 no era un pas en auge, sino todo lo contrario, pero las noticias de l a

    aparicin del telgrafo en Francia hicieron que algunas personas se interesaran por el te -

    ma, incluso se puso de relieve que ya se haban realizado aqu algunos intentos con pro-

    cedimientos propios .

    Aunque la primera noticia de la existencia del telgrafo la daba La Gaceta de Ma-drid el 14 de octubre de aquel ao, sin ms relevancia que escribir la palabra telgra/con letra bastardilla, la misma Gaceta dedicaba todo un suplemento, el da 4 de noviem-bre, a explicar los experimentos que un espaol haba llevado a cabo con xito en Ma-

    drid un ao antes .

    Se trataba de las pruebas que haba realizado el profesor del Observatorio astron-

    mico del Retiro, don Salvador Ximnez Colorado, que, con sus colaboradores, tambi n

    profesores all, haba intercambiado mensajes, incluso de noche, entre varios puntos cer -canos a Madrid .

    En realidad los experimentos consistieron en comprobar la utilidad de los anteojo s

    acromticos para percibir seales a gran distancia, con idea, efectivamente, de constitui r

    un sistema de envo de noticias, pero sin que los intentos pasaran de una fase muy rudi -mentaria .

    Curiosamente, este primer ensayo conocido de la telegrafa ptica en Espaa utiliz

    como puntos de prueba los que, andando el tiempo, seran los emplazamientos de la storres pticas del servicio telegrfico : el propio Observatorio del Retiro, el cerro de losngeles y la cuesta del Arenal (cerca de Valdemoro) .

    Todo ello, que tuvo carcter oficial, fue realizado con la aprobacin y la ayuda eco-

    nmica del Gobierno y sucedi un ao antes de que se instalara en Pars el aparato d e

    Chappe . No obstante, todo qued en ancdota, sin que despus tuviera continuidad e n

    una realizacin prctica concreta .

    Sin embargo, adems de estos tmidos intentos, hubo un espaol, Agustn de Be-

    tancourt, excepcionalmente situado y con una preparacin cientfica de primera fila, qu e

    hizo que Espaa tuviera una presencia destacada en los ensayos de los primeros paso sde la telegrafa' .

    Betancourt era, probablemente, el espaol de mayor nivel cientfico de su poca, y

    en 1794 estaba en Inglaterra comisionado por Carlos IV para adquirir aparatos para e l

    Gabinete de Mquinas del Retiro, del que era director . Hombre abierto a cualquier nove-

    dad, registr la fiebre del telgrafo que, l mismo lo dice, invadi Londres en diciembr e

    de aquel ao, como consecuencia de las noticias del xito de la primera lnea de Chap-

    pe y de la rplica, tambin eficaz, de los propios ingleses .

    Con este motivo se inform de las caractersticas de funcionamiento del invento de l

    SPLEI .NTO

    A LA CALETA DE AIADR .

    17

  • LA MLMOR/A PRESENTADA POR BETANCOURT Y BREGUE TOBTUVO UN BRILLANTE XITO ACADMICO Y UN FRACASOPRCTICO DEBIDO A LA OPOSICIN CERRADA DE CHAPPE.

    elnl ,lpor el ciudadano Eymard (que, como un ao antes, se constitua en valedor de los in -

    ,

    P1VZ W

  • A BETA\COI ST, ADE\IAS 1)1; LA MAQUINA DEI . TELEGRAFO .LE INTERESABAN LOS DETALLES DEL ENGRANAJE QU EPERMI'T'A SINCRONIZAR LA FLECHA Y LOS ANTEOJOS .

    2 Acta de la sesin de la .Acadmie des Sciences del Instituto de Francia, del 6 de Frimario del a oVI .

    Ignacio Chappe : Histoire de la tlgraphie, Pars1824 .

    terrestre ; Louis de Lagrange, astrnomo y matemtico, autor de teoras sobre los movi-

    mientos lunares, los mtodos matemticos y tambin colaborador en el establecimiento

    del sistema mtrico ; Pierre Simon, marqus de Laplace, matemtico, fsico y astrnomo ,

    clebre por su teora cosmolgica y por sus trabajos sobre mecnica celeste, y Marie Ri-

    che, barn de Prony, ingeniero inventor del freno dinamomtrico y del flotador a nive l

    constante, que ya haba emitido varios informes sobre el invento, y que en aquellos mo-

    mentos era director del Catastro .

    La prueba, que inicialmente se haba pensado, porque as lo haba pedido el Minis-

    tro del Interior, como una comparacin entre los sistemas de Betancourt y Chappe, que-

    d reducida a una exhibicin del primero porque Chappe se neg a participar en ella .

    El xito del aparato de Breguet y Betancourt fue total y el informe, que fue ledo a l a

    Academia por Delambre el 21 de Germinal del ao VI, lo refleja sin regatear elogios : El

    nuevo telgrafo sobre el que estamos encargados de informar es una mquina tan simpl e

    como ingeniosa . La nueva mquina parece, pues, tener al ms alto grado el mrito de la

    facilidad de la maniobra . Sin ningn estudio preparatorio, hicimos pasar despachos qu e

    nos fueron devueltos enseguida con la mayor fidelidad y hemos hecho preguntas qu e

    nos han contestado exactamente . No es intil aadir que una de las frases que transmiti-

    mos estaba en latn, y que nos volvi con la misma exactitud que las dems, a pesar d e

    que el colateral no tena ningn conocimiento de esta lengua . ste sera el momento de

    comparar el nuevo telgrafo con los telgrafos ya existentes, pero no hemos tenido a

    nuestro alcance el hacer los experimentos necesarios para establecer la comparacin . To-

    do lo que nosotros podemos decir es que el telgrafo de los ciudadanos Breguet y Betan-

    court se distingue esencialmente de todas las dems mquinas de este tipo que conozca-

    mos ; que este telgrafo rene en un grado que parece difcil de rebasar, y an de alcan-

    zar, todas las cualidades que pueden asegurar facilidad, rapidez y precisin en l a

    comunicacin, economa en el establecimiento y reparacin de las mquinas, etc .2 .

    Pero, como se ha dicho, a pesar de tan estupendos respaldos, el telgrafo de Betan-

    court no se implant en Francia . Claudio Chappe, que estaba ya slidamente asentado

    en la Jefatura de los telgrafos, rechaz cualquier comparacin entre los dos sistemas y

    descalific el procedimiento de su rival sin conocerlo . Incluso aos despus, ya en 1824 ,

    su hermano Ignacio, al escribir una Historia de la telegrafa, segua rechazndolo comouna impostura, sin haberse enterado, a juzgar por lo que dice, ni del sistema ni de la s

    pruebas a que fue sometido3 .

    En la polmica que Chappe mantuvo con el siempre presente Eymar, escribi una

    mezcla de insultos personales y de incongruencias sobre el aparato y sobre los cdigos,

    pero no pudo aportar ninguna razn que demostrara defectos o inconvenientes del nue-

    vo sistema ; sin embargo, como el responsable de los telgrafos de Francia era el propi o

    Chappe, no consinti que el sistema rival se estableciera .

    Mientras tanto Betancourt regres a Madrid en diciembre de 1798, donde Godo y

    haba sido reemplazado por Urquijo en el papel de Primer Ministro, y esta circunstan-

    cia, acompaada de los informes que el Embajador en Pars dio de las pruebas del te-

    lgrafo por la Academia francesa, de los que haba sido testigo, parece que influy e n

    19

  • ANTEOJO A

    ESQI EMA DEL APARATO DE l3F:TAN000RT, NUNCACOMPRENDIDO POR CHAPPE. QUE. SLO LO JUZG POR LAFORMA DEL MSTIL Y LA FLECHA .

    ' A . Romeo de Armas : La lnea telegrfica Madrid-Cdiz (1800), primera de Espaa y segunda de Eu-ropa. (Tirada aparte del Tomo XLII de Hispania) ,Madrid 1982 .

    dem, nota 2 .

    la decisin de Carlos IV de promover la instalacin de una lnea telegrfica en Espaa .

    Romeu de Armas, en el opsculo titulado La lnea telegrfica Madrid-Cdi z

    (1800), primera de Espaa y segunda de Europa, cita una Real Orden de 17 de febrer o

    de 1799 como la que aprob el Proyecto para la instalacin de dicha lnea . El trayect o

    Madrid-Cdiz deba cubrirse con 60 70 estaciones intermedias, y se le asignaba un pre -

    supuesto de 1 .500 .000 reales y un plazo de ejecucin de 20 meses . Segn los datos apor-

    tados en el folleto en cuestin, en agosto de 1800 la lnea estaba en pleno funcionamien-

    to y haba costado 968.000 reales . La direccin de las obras se encarg a Betancourt, as

    como la fabricacin de los aparatos telegrficos necesarios . Para ello estableci unos ta-

    lleres en unas dependencias de la antigua fbrica de porcelanas del Buen Retiro .

    No consta que el sistema que se emple en la lnea Madrid-Cdiz fuera el que tan -

    tos elogios recibi de la Academia francesa, pero parece lgico que as fuera, con l o

    que, por una vez, se habra invertido el proverbio y Betancourt habra conseguido se r

    profeta en su tierra, mientras era rechazado en la ajena .

    El sistema de Betancourt ha tenido poca fortuna, ya que Chappe consigui silen-

    ciarlo en su tiempo y aun, con ayuda de su hermano, devaluarlo dentro de la historia d e

    la telegrafa, y de su implantacin en Espaa, que podra haber reivindicado, se ha per-

    dido toda huella . Las escasas referencias generales que del mismo se encuentran son

    confusas .

    Para no contribuir a este injusto tratamiento, se incluye a continuacin una descrip-

    cin del sistema utilizando la que hizo la docta comisin del Instituto de Francia, seg n

    la cual el telgrafo de Breguet y Betancourt : Se compone de un mstil o poste vertical ,

    en lo alto del que hay una pieza mvil que los autores llaman flecha y que se pued e

    nombrar perfectamente aguja, puesto que son las diferentes posiciones de esta pieza ,

    los diferentes ngulos que forma con el horizonte, los que expresan todo lo que se l e

    quiere hacer decir al telgrafo .

    Esta aguja recibe su movimiento de un torno, situado cerca de la base del poste y a

    mano del observador. Adems de la polea, que comunica el movimiento a la aguja, el

    torno mueve a otras dos, cuyo destino es comunicar un movimiento parecido a los tu-

    bos de los oculares de dos catalejos, dirigidos hacia las dos estaciones vecinas . En el

    centro de las lentes de los catalejos hay un hilo que divide diametralmente el campo vi-

    sual en dos partes iguales . El hilo, una vez colocado paralelamente a la aguja del telgra-

    fo, conserva necesariamente su paralelismo en todas las posiciones que se den a la agu-

    ja, ya que todos los movimientos que se corresponden se realizan por medio de cadena s

    sin fin, que se enrollan sobre poleas de dimetros iguales . La aguja puede describir un a

    circunferencia completa . Los elementos de la correspondencia son ngulos desde cero a

    400 grados . Para distinguir las dos mitades del crculo hace falta que la punta y la cola d e

    la aguja terminen en forma diferente, y se aade a la cola un pequeo travesao que l e

    da la forma de una T . No es menos necesario el distinguir las dos extremidades del hilo ,

    y en vista de ello, se coloca en la lente, pero excntricamente, otro hilo que corta al pri-

    mero en ngulo recto, y que, en cualquier movimiento que realice la mquina, debe en-

    contrarse siempre en el mismo lado que la cola de la flecha que se observe .

    POLEA QUE

    20

  • "El invento de Chappe pas pronto a Espaa, pe -ro hizo aqu pocos proslitos, contribuyendo a ell oen primer trmino la desgraciada aplicacin del se -or Bettancourt en la lnea Madrid-Aranjuez . Pre-tender, como lo hizo, con los aparatos de aquell apoca transmitir literalmente los despachos, sinemplear diccionarios, era verdaderamente decreta rel olvido del invento ; porque no era posible conse-guir la rapidez en la comunicacin, fin primordia ldel telgrafo, tanto menos, cuanto no se contab acon personal competente, del Estudio Histric odel Cuerpo de Ingenieros del Ejrcito, Madrid 1911 .

    La polea principal que est fijada al torno tiene su circunferencia dividida por tan-

    tas ranuras como ngulos diferentes se quiera formar. Un resorte, que lleva en su extre-

    mo una rueda (o punta), se apoya contra la circunferencia, y en el instante en que el ob-

    servador interrumpe el movimiento, la rueda entra en una de las muescas, la mquina s e

    para y la aguja queda fija sobre el punto al que ha sido llevada . Cada muesca lleva una

    letra y una cifra, y llevar igualmente cualquier otro carcter que se juzgue a propsit o

    para sustituir las letras o las cifras en la correspondencia .

    Los inventores presentaban dos posibles modelos . Uno tena la polea dividida e n

    24 divisiones y otro en 36 . Es decir, que podan obtenerse 24 36 posiciones diferentes

    de la flecha . La Comisin crea que con ngulos de 10 grados (centgrados seran 11-1/9 )

    sera difcil discriminar entre signos contiguos, y por ello hicieron las pruebas, precisa -

    mente, con la divisin de 36 posiciones y los resultados, como se ha dicho, les satisfacie-

    ron plenamente . Ellos lo explican as : A primera vista, el modo de funcionar de la m-

    quina haca temer que las posiciones de la aguja no podran distinguirse con suficient e

    seguridad, y fue para despejar esta duda por lo que nos empeamos preferentemente a

    la divisin que procede por ngulos de 11-1/9 o de 10 grados . La experiencia nos h a

    tranquilizado a este respecto, nunca encontramos prueba de la menor incertidumbre . E l

    ojo juzga con una precisin singular la exactitud del paralelismo, y el menor movimiento

    que haga el telgrafo para pasar de un signo a otro es percibido, la desviacin es ya sen-

    sible aunque no sea sino de dos o tres grados, y se la distingue muy bien a pesar de l a

    bruma, as lo hemos comprobado, de manera que se puede observar y corresponder ,

    siempre que el aire sea suficiente transparente para dejar ver la aguja del telgrafo .

    Las 36 posiciones permitan transmitir 26 letras y 10 cifras, por lo que el sistema era

    alfabtico . Esta caracterstica le permita transmitir frases en latn, como hemos visto des -

    tacar en el Informe de la Academia, pero, probablemente hara lenta la operacin d e

    transmisin . Los autores insisten en que el sistema alfabtico es el mejor, empleando s u

    aparato, dada la rapidez con que puede operar (la Comisin dice que se tardaba un pro -

    medio de 8 segundos por signo, y estiman que con operadores entrenados podra reba-

    jarse el tiempo a 6 segundos) . Sin embargo, el autor del Estudio Histrico del Cuerpo de

    Ingenieros del Ejrcito, escrito en 1911, achacaba, quiz temerariamente, a esta caracte-

    rstica alfabtica del telgrafo de Betancourt su fracaso en la lnea Madrid-Cdiz ' .

    Parece aventurada esta suposicin porque el doctor Salv, que estaba interesado e n

    la codificacin de las seales para simplificar un telgrafo elctrico de su invencin, dic e

    (en el mismo ao de 1800) que el telgrafo que se va armando de Madrid hasta Cdi z

    no tiene ms de nueve seales, lo que significara un abandono del sistema alfabtico y

    la adopcin de un tipo de codificacin . Por supuesto, los autores no renunciaban a l a

    codificacin, pero recomendaban el sistema alfabtico .

    La Comisin describe as el funcionamiento del telgrafo : El observador que quier e

    transmitir un despacho se coloca al pie de la mquina y coge con la mano la manivel a

    del torno, que hace girar de forma que coloque debajo de la rueda el carcter que l

    quiere escribir, y enseguida mira en el anteojo que tiene a su lado, para examinar si e l

    telgrafo siguiente repite exactamente el mismo signo, y est seguro de ello si ve al otr o

    21

  • ~

    IANTEOJO "4"

    I\ANTEOJO " B "

    /

    I

    EL JUEGO DE POLEAS ERA EL FUNDAMENTO DE L AMQUINA TELEGRAFICA CREADA POR BETANCOURT.

    telgrafo paralelo al hilo de la lente . Entonces da una segunda seal, que se reproduce y

    se verifica de la misma forma, y as hasta el fin del despacho .

    En el segundo telgrafo, as como en todas las estaciones siguientes, el observado r

    situado igualmente al pie de la mquina y entre los dos catalejos, teniendo tambin en l a

    mano las manivelas del torno, pone el ojo en uno de los catalejos para ver el signo qu e

    le hace el telgrafo precedente . En el instante en que ve temblar la aguja, da la vuelta a

    su torno de forma que el hilo de su catalejo siga todos los movimientos de la aguja qu e

    percibe . En cuanto observa que la aguja se para, el observador fija su hilo en una posi-

    cin paralela y anota, si es necesario, el carcter que ve inmediatamente debajo de l a

    rueda ; despus mira por el otro catalejo para ver si el telgrafo siguiente repite exacta -

    mente el mismo signo .

    Esta operacin es extremadamente sencilla, y no exige, por as decirlo, ningn apren -

    dizaje . Un hombre de una inteligencia ordinaria la comprender y la ejecutar al instante, y

    el hombre de inteligencia escasa se capacitar en pocas lecciones . Basta que conozca lo s

    caracteres del alfabeto y las cifras, o que aprenda a distinguir los caracteres nuevos que s e

    juzgue necesario emplear en su lugar, pero este tipo de cambio ser ms incmodo qu e

    til, puesto que se perder la ventaja de tener signos con los que se est familiarizado des-

    de antiguo, y a los que se puede, por supuesto, variar a voluntad el significado .

    En las descripciones de otros autores sobre el aparato de Betancourt se admite s u

    funcionamiento mediante cdigos, aunque hay diferencias de apreciacin en cuanto a l

    nmero de seales que finalmente adoptaba, que alguno fija en ocho, con desplaza -

    miento de 45 . Pero parece que ninguno ha ledo la Memoria original y que todos se

    han fiado de la figura y han especulado sobre ella . Por eso todos dicen que el aparato de

    Betancourt era sumamente sencillo, que se trata de un brazo colocado en el extremo su-

    perior de un mstil que poda adoptar varias posiciones . Sin embargo, la apariencia en-

    gaa y el pararse slo en esta parte visible de la mquina fue, probablemente, lo qu e

    equivoc a la mayora de los que vieron el aparato de Betancourt pero no lo estudiaron .

    La verdadera aportacin de Betancourt es la combinacin del movimiento del bra-

    zo (o flecha) del mstil con el de los oculares de los catalejos complementarios . Ello su -

    pone un sincronismo entre emisor y receptor, que es una idea absolutamente nueva y

    que, hasta ahora, se supona que haba sido incorporada a la telegrafa por un Breguet ,

    nieto de su socio, quien, en realidad, no tuvo ms que sustituir el movimiento mecnic o

    del torrero por impulsos elctricos para conseguir su telgrafo .

    Para que se vea que el proyecto de Betancourt y Breguet era mucho ms avanzad o

    que los sistemas pticos al uso, basta considerar que tena previsto, incluso, un procedi-

    miento de impresin automtica de los signos recibidos . Un telgrafo ptico con impre-

    sin automtica parece un dislate pero, en su Memoria, los autores indican que podra n

    adaptar fcilmente un dispositivo, de manera que los signos correspondientes a cada ra-

    nura de la polea se imprimieran, mediante tipos, en una franja de papel en el mismo or-

    den y a medida que se fueran transmitiendo .

    A pesar de lo que afirma Romeu de Armas, la implantacin real de la lnea telegrfi-

    ca de Cdiz es bastante dudosa . El doctor Salv que, como se ha dicho, estaba en el te -

    22

  • El Galvanismo aplicado a la Telegrafa . Memo-ria leda por D . Francisco Salv, en la Academia deCiencias Naturales y Artes de Barcelona, el 22 defebrero de 1804 .

    ma de los telgrafos (ya que haba hecho una demostracin de uno elctrico ante la Cor-

    te en 1797) escribi, en febrero de 1804 : As pues, desde Madrid a Aranjuez, que sl o

    distan siete leguas y que apenas se necesitaran ms de un telgrafo (de los suyos) e n

    cada uno de estos puntos, tuvieron que armarse cuatro, y as destinar y mantener cuatr o

    familias para el servicio de l . Considrese los que a este respecto deberan estar emplea -

    dos desde Madrid a Cdiz ; y aunque en todas partes no mediasen iguales circunstancias ,

    no bajaran de treinta torres las que tuvieran que armarse . Cuando en mayo de 1799 y o

    sal de Madrid, calculaban a dos millones de reales el coste de dicho telgrafo, sin conta r

    lo que costara su manutencin : . De lo cual puede deducirse que el telgrafo de Betan-

    court estuvo realmente implantado desde Madrid hasta Aranjuez, y que deba estarlo ya

    en mayo de 1799 .

    Sin embargo, en el momento de escribir Salv su Memoria, es decir, cuatro ao s

    despus de que, segn Romeu de Armas, estuviera ya funcionando la lnea completa, n o

    dispona de noticias de dicho funcionamiento . Viene a confirmar los dos extremos de l a

    informacin de Salv lo que escribi Jean Francois Bourgoing en Tableau de 1' Espagn e

    Moderne, tambin citado por Cioranescu y Romeu de Armas, en la que se dice que Be-

    tancourt haba iniciado la construccin de un telgrafo que desde el Buen Retiro se ex -

    tiende hasta Aranjuez, y que debe continuar hasta Cdiz . La obra se public en 1803 y

    no parece que el autor, bien relacionado con Espaa y amigo personal de Betancourt ,

    tuviera noticias de que la construccin se hubiera llegado a completar en dicha fecha .

    Alejandro Cioranescu, estudiando el tema, aporta el testimonio de Napolen quie n

    parece que, hacia 1808, deca a sus ministros que prefera los telgrafos de Cdiz a lo s

    franceses . Pero esto no puede considerarse como prueba de la existencia all del telgra-

    fo de Betancourt (sino, quiz de todo lo contrario), porque, como se ver ms adelante ,

    existe constancia documental de que entre 1805 y 1820 estuvo funcionando en la baha

    de Cdiz un sistema telegrfico con apariencia muy sencilla lo que poda satisfacer a

    Napolen y muy a la vista de la escuadra francesa, inmovilizada ante Cdiz durant e

    muchos meses y que no tena ninguna relacin con aqul . Precisamente la necesidad de

    crear, en 1805, un sistema telegrfico autctono, que lleg a extenderse hasta Sevilla, ha -

    ce dudar de la pervivencia e, incluso, de la propia existencia, de una lnea telegrfica en-

    tre Cdiz y Madrid, cuya implantacin hubiera debido ser reciente (finales de 1800) .

    Por otra parte, Napolen poda utilizar perfectamente el sistema de Breguet y Be-

    tancourt, de haberlo deseado, puesto que tena informacin, planos y prototipos deposi-

    tados en la Escuela de Puentes y Calzadas de Pars, y el propio autor estaba en aquell a

    ciudad en 1807 y 1808 . Salv cita la cantidad de dos millones de reales como estimad a

    para el coste de la lnea (aunque la Real Orden citada anteriormente la fija en 1 .500 .000 )

    y Betancourt la dej en menos de un milln en la rendicin de cuentas . Esta cantida d

    parece muy baja, teniendo en cuenta que : primero, parte de ella se emple en prepara r

    los talleres en los que se construan los aparatos, en el Buen Retiro ; segundo, el presu-

    puesto de cada torre treinta aos despus se estim en 45 .000 reales ; tercero, los ante -

    ojos, de los que se necesitaran, por lo menos, 120 (dos por torre), costaron, en 1830 ,

    ms de mil reales cada uno .

    23

  • e/an :y' ery r,ereviYiz /a' 24 ceyi rr 4.eAaerc%rrj.'ja co7n gzzaun ale lar c e~'fa.jl9 nei

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    EL ALFABETO ERA 1 N SIt CIA QUF : PODIA EMPLEARSE CONEL TELGRAFO DE HURTADO, AUNQUE TAMBIN S EUTILIZABA LA CODIFICACIN .

    EL TITULO DEI. PERIODICO P120BABI .FMENTE BUSCABA L ARESONANCIA MODERNA DE LA PALABRA TELGRAFO.

    Adems de esto, el mantenimiento de una lnea de 60 torres necesitara, por lo me -

    nos, 120 torreros y 60 auxiliares y sostener la organizacin requerira un grupo de tcni -

    cos y oficiales no menor de 30 personas, lo que significara una partida presupuestari a

    notable, posiblemente superior a los 600 .000 reales anuales, que no hay constancia d e

    que se librara .

    A la luz de lo que sucedi cincuenta aos despus, al establecerse las lneas ptica s

    regulares, la preparacin del personal y su entrenamiento, as como la fijacin de lo s

    puntos en los que situar las torres, presentara dificultades tcnicas notables, que parec e

    imposible que pudieran solventarse en un tiempo tan corto como el que se deduce d e

    las fechas admitidas por el profesor Romeu de Armas .

    Por todo ello, creo que puede aceptarse que el telgrafo de Betancourt estuvo real -

    mente funcionando entre Madrid y Aranjuez, pero no formalmente, sino en plan de en -

    sayo . Y que no lleg a extenderse ms all de Aranjuez . Esto explicara la total ausencia

    de huellas, tanto fsicas como documentales, de la lnea Madrid-Cdiz, as como la per-

    sistencia de una noticia vaga de su existencia, alimentada por testimonios de extranjero s

    que visitaban Madrid .

    En La Gaceta de Madrid de la poca aparecen frecuentes referencias a noticia s

    proporcionadas por los telgrafos, en las crnicas de Pars y, a veces, alguna noticia so -

    bre inventos telegrficos, sin embargo no hay ningn rastro de la lnea propia de Madri d

    a Cdiz .

    En cambio, por la propia Gaceta puede saberse que, en 1799, el Teniente Corone l

    don Luis Rancao del Cancio present a la familia real un modelo de telgrafo que, u n

    ao despus, perfeccion . La descripcin que hace La Gaceta del invento no es muy de -

    tallada, solamente dice que se compone de dos piezas principales colgadas de dos hor-

    quillas, y otra accesoria', sin que aclare ms . Aade que el dialecto y la paleografa tele -

    grfica, que acompaan al invento son tambin ingeniosas y originales .

    Toda la noticia tiene cierto aire mgico, y se afirma que el nmero de seales cla-

    ras y distintas que con ella se pueden hacer pronta y expeditamente asciende a ms d e

    32 .000 .000", sin que pueda saberse si tan elevado nmero de seales se debe a la imagi -

    nacin del inventor o del periodista que lo transcribi.

    Una noticia de este tipo no tendra inters si, en las mismas fechas, estuviera fun-

    cionando regularmente un sistema cuya perfeccin tcnica tena que ser, sin duda, mu y

    superior.

    UN PRCTICO : HURTAD O

    As como no se han podido encontrar testimonios grficos del telgrafo de Betan-

    court, s existen grabados de un telgrafo que estuvo funcionando en la baha de Cdi z

    en 1805 y que, al parecer, se mantuvo hasta 18209 .

    Debido a una iniciativa personal del Capitn General de Andaluca, General Sola -

    no, el Teniente Coronel de Ingenieros don Francisco Hurtado ide un sistema telegrfi -

    e La Gaceta de Madrid, n." 82, de 10 de octubre de1800.

    Los datos sobre el telgrafo del Teniente Corone lHurtado estn tomados del Estudio Histrico delCuerpo de Ingenieros de Ejrcito . Madrid 1911 .

    24

  • DL PALLE: DE LA :MQl - INA TEI.ECRAFICA DEI. TENIEN I ECORONEL HURTADO.

    1' Grabado de Elevacin de Torre Gorda, segn sehalla .fortificada por los ingleses. (Servicio Histri-co Militar, Madrid) .

    co con el que se establecieron, en 1805, cuatro lneas que, partiendo de Cdiz, termina -han en Sanlcar de Barrameda, Medina Sidonia, Chiclana y Jerez . Incluso, durante algn

    tiempo, la lnea de Jerez se prolong hasta Sevilla .

    Durante la guerra de la Independencia, sitiado Cdiz, se mantuvo, sin embargo, e n

    funcionamiento la lnea Cdiz-Torregorda-Santi Petri 10 .

    El sistema ideado por el Teniente Coronel Hurtado era original, del tipo semafrico ,

    y consegua, mediante 24 combinaciones, obtener las cinco vocales, quince consonantes

    y cuatro combinaciones de servicio . Adems, mediante una de las combinaciones d e

    servicio poda cambiar el significado de las veinte letras en nmeros (anticipndose a l o

    que, casi un siglo despus, se denominara la inversin telegrfica y se empleara en los

    teleimpresores) .

    La mquina del telgrafo era, simplemente, un asta y dos paletas que podan gira r

    en un plano vertical, movidas por medio de poleas, para adoptar las combinaciones del

    cdigo . La figura adjunta corresponde al dibujo hecho muy posteriormente para incluir -

    lo en un Estudio Histrico del Cuerpo de Ingenieros del Ejrcito publicado en 1911 .

    Como en los dems sistemas pticos, el procedimiento alfabtico resultaba dema-

    siado lento y, tambin aqu, se adopt un cdigo o repertorio cifrado de frases y expre-

    siones ms usuales . El diccionario correspondiente contena predominantemente expre-

    siones militares, pero, si era necesario, se poda construir cualquier frase pasando al pro -

    cedimiento de letra a letra .

    El cdigo se compona de grupos de tres seales, pero en ellas no se admita la re -

    peticin de ninguna seal, ni podan intervenir las cuatro combinaciones de servicio . El

    total de grupos tiles de tres seales era de 812 .El material de cada estacin se reduca a la mquina, un anteojo, un reloj y los c-

    digos . El personal necesario era militar, del Cuerpo de Ingenieros, y se reduca a dos tc-

    nicos o vigas y tres auxiliares o sirvientes . Los vigas eran los encargados de la prepara-

    cin de los avisos, cifrndolos de acuerdo con los diccionarios, variando su redaccin ,

    sin alterar el concepto, si era necesario para el cifrado . Los sirvientes se encargaban de

    manejar la mquina uno de ellos, otro de correr los avisos al punto inmediato, cuando la

    niebla o alguna avera impeda la transmisin, y el tercero era el ranchero .

    Este sistema telegrfico de la baha de Cdiz se mantuvo, en alguna de sus lneas ,

    hasta 1820 . Su incidencia en la vida civil no fue muy grande, aun cuando debi presta rservicios militares importantes, si ' se tiene en cuenta que su vida cubre la poca en l a

    que tuvieron lugar en la zona acontecimientos tan resonantes como la batalla de Trafal-

    gar, el sitio de Cdiz por las tropas napolenicas y los levantamientos constitucionalista s

    de Riego .

    No obstante, su escaso relieve civil, parece que su sistema haba sido identificad o

    por muchos espaoles de la poca como el telgrafo, como lo prueba el haberlo utiliza -

    do como smbolo en su cabecera el peridico del mismo ttulo que se publicaba en Ma-

    drid en 1822 .En las historias de los telgrafos militares se recoge un informe, de una fuent e

    francesa contempornea de la guerra de la Independencia, que dice que el ejrcito es -

    25

  • 1IAQI E' I'A DEI. CARRO DE CAMPANA CON 'I 'ELECRAE OPTICO MILITAR, 1829 .

    paol tambin empleaba en ella los telgrafos . Pero la referencia es lo suficientemente

    ambigua para que pueda aplicarse, tanto a un sistema telegrfico formal, como a la s

    simples seales de hogueras y humos, por ejemplo . Lo probable, dado el estado de l

    ejrcito de la poca y la total falta de referencias, es que no existieran otros medios d e

    comunicacin formalmente organizados que los tradicionales (es decir, los correo s

    a caballo) . No obstante, ya se ha citado que hubo intentos individuales de militare s

    que, aportando su iniciativa personal, disearon sistemas telegrficos de modern a

    concepcin y no puede descartarse que se emplearan espordicamente algunos de

    ellos .

    Curiosamente, aunque no se tienen noticias de que existiera ningn sistema tele -

    grfico funcionando en el Madrid de 1808, en un grabado titulado Entrada en Madrid

    por la Puerta de Fuencarral, realizado para exaltar la entrada de Napolen en la capital ,

    se aprecia un telgrafo de Chappe adosado a un campanario . Lo que puede significar, o

    que el paisaje es ideal y fue pintado, por ejemplo, en Pars, donde el telgrafo era u n

    elemento que destacaba sobre el Louvre, o que el ejrcito de Napolon haba instalad o

    telgrafos porttiles para su servicio "

    Este segundo supuesto viene avalado por lo ocurrido unos aos despus . En efec-

    to, existe constancia documental de que la expedicin de los Cien Mil hijos de San Luis

    tenan una brigada telegrfica militar, con telgrafs porttiles y, en agosto de 1823 ,

    quisieron establecer una lnea ptica Madrid-Aranjuez instalando dos de sus estacione s

    en el Observatorio Astronmico del Retiro y en el Cerro de los ngeles, respectivamen -

    te 12 .

    Por estas mismas fechas tambin la Marina de guerra tena su servicio telegrfico, y

    en 1819 se public Telgrafo marino, del Capitn de Navo don Antonio Martnez Ta-

    cn. Se trataba de un sistema de ocho banderas numeradas y del correspodiente cdigo .

    Aunque la Marina tena ya cdigos de seales con banderas desde la Edad Media, la no -

    vedad consista en la adopcin de un diccionario telegrfico, que codificaba, no slo los

    trminos marineros, sino tambin las expresiones del lenguaje corriente 1 3

    Hubo en esa poca, otros intentos menores de sistematizar los telgrafos militares ,

    basados en el modelo del Teniente Coronel Hurtado, incluso otro Teniente Coronel de l

    mismo apellido ide un telgrafo porttil en 1829, que era prcticamente el mismo d e

    las lneas de Cdiz en 1805 y, quiz, tiene alguna relacin con el que mencionaba La

    Gaceta de Madrid de 1800 .

    " Grabado Entrada a Madrid por la puerta deFuencarral. David Roberts (Biblioteca Nacional ,Madrid) .

    '2 Escrito del Director de la brigada de los telgra-fos del ejrcito francs en Espaa, Antonio Saint -Haouen, solicitando permiso al Mayordomo Mayo rde Palacio para instalar el telgrafo en el Retir odonde est el observatorio astronmico (11 d eagosto de 1823) . Documento Ref. C . ' 11773/16 . Ar-chivo del Palacio Real .

    13 Telgrafo Marino, por don Antonio Martnez yTacn, Capitn de Navo retirado de la Armada Na-cional . Segunda edicin, Madrid 1852 .

    UN DECEPCIONADO: LERENA

    Si el desarrollo de la vida nacional al finalizar la guerra de la Independencia no er a

    el marco ms propicio para que surgiera la necesidad de un servicio telegrfico civil, l a

    dcada de 1820 a 1830 fue tambin desastrosa para cualquier iniciativa que supusier a

    una novedad .

    26

  • ENTRADA DE NAPOLEN EN MADRID POR LA PUERTA DEFUF.'.NCAREAL, POR DAVID ROBERTS . EN LA IMAGEN S EAPRECIA LA TORRE DEL TELGRAFO DE CHAPPE, QUE SLOEL AUTOR PUDO VER CON LA IMAGINACIN.

    14 Los datos sobre los telgrafos de Lerena est ntomados de la Exposicin que dirigi, al Consej ode Ministros, el 28 de marzo de 1836, el propi odon Juan Jos Lerena, y que, impresa, forma part ede la Coleccin Quadrado y Roo, de la Real Acade-mia Espaola de la Historia .

    Sin embargo, hacia finales del reinado de Fernando VII, las cosas comenzaban acambiar, aunque no demasiado . Buena prueba de ello lo constituye la peripecia telegr-

    fica del Teniente de navo don Juan Jos Lerena 14 .

    Lerena era oficial de Marina y, despus de servir en los mares de Europa y Amric a

    desde 1809, particip activamente en la defensa de Cdiz, en 1823, contra los Cien Mil

    hijos de San Luis y, como consecuencia de la derrota y de la nueva implantacin del ab-

    solutismo, se exili, marchando a los pocos das de la cada de Cdiz a los Estados Uni-

    dos de Norteamrica .

    Permaneci exiliado hasta el ao 1829, ao en que pas a Cuba y, en La Habana ,

    present a varios oficiales de Marina, sus antiguos compaeros, un telgrafo de da y de

    noche, para mar y tierra con el propsito de interesarles en el tema .

    Es de suponer que su procedimiento telegrfico tendra algn elemento nuevo qu e

    ofrecer, puesto que, como sabemos, la Marina tena ya su sistema de combinar bandera s

    27

  • PLANO QUE MANII'IE3TA LA SITVACION DE LA LINEA TELEGBAFICA DE MADRID A ARANJUEZ :

    .11: .s,

    1 .117 1

    PLANO QUE :1,IANIFIES7A LA SITUACIN DE LA LINE A7ELEGRF'ICA DE MADRID A ARANJUEZ DEDICADO AL RE YN.S.Q .D.G . POR EL 7.VIE:\7E DE .\AVO DON.J( A .V JOS DELERE:\A . ENCARGADO DE SU E:S7ABLECLtIIIO,7O . CASA D EMARINOS, ARANJUEZ .

    N En la Casa de Marinos, de Aranjuez, existe u ncuadro en el que puede verse, sobre un plano to-pogrfico, la lnea telegrfica . EL cuadro lleva porttulo Plano que manifiesta la situacin de la l-nea telegrfica de Madrid a Aranjuez, dedicadoal Rey N.S.Q .D .G . por el Teniente de Navo donJuan Jos de Lerena encargado de su estableci-miento. En l puede verse el dibujo de dos torre s(una en la ermita del cerro de los ngeles, as co-mo el detalle de los puntos ms importantes .

    La torre de Madrid deba estar en la llamada "To-rre de Lujanes', puesto que la leyenda dice : Torrede la casa particular frente al Ayuntamiento en l aplaza de la Villa, adoptada como punto de dond eparte en esta corte la lnea telegrfica .. .

    En Aranjuez el terminal estaba en el Monte Par-naso y no en el propio Palacio .

    y faroles, incluso hemos visto que se haba publicado un diccionario de claves telegrfi-

    cas en 1819, y, sin embargo, como consecuencia de aquella presentacin en La Habana ,

    y de los informes favorables que obtuvo, se le encarg la puesta en marcha de su siste-

    ma telegrfico .

    En efecto, cuando Lerena regres a Espaa, en julio de 1830, despus de pasar po r

    la purificacin correspondiente, fue repuesto en su, empleo y se dedic de lleno a efec-

    tuar demostraciones de su aparato, que presenciaron incluso los reyes, y de resultas d e

    ello, en febrero de 1831, se le encarg la direccin de las lneas telegrficas que l

    mismo deba construir.

    El sistema de Juan Jos Lerena tena dos partes : un mstil, que permita elevar un a

    bola y situarla en distintas posiciones ; y un panel que cambiaba de color. El autor sl o

    dice que su sistema empleaba cuatro signos, pero no revela ms detalles, incluso tiene

    inters en no darlos.

    En cambio, gracias a un informe elevado por el propio autor al Consejo de Minis-

    tros, pueden conocerse exhaustivamente no slo las torres que construy y su coste, si -

    no el nmero de despachos que por ellas se cursaron y el ahorro que ello supuso par a

    el Estado . As, podemos saber que :

    A finales de 1830 consigui hacer una demostracin de su telgrafo a los reyes ,

    comunicando el palacio con Vista Alegre .

    En mayo de 1831 estableci la lnea Madrid-Aranjuez, con torres intermedias si-

    tuadas en la ermita del cerro de los ngeles y en el cerro de Espartinas, cerca de Valde-

    moro (es decir, en los puntos que podran considerarse como los clsicos para est a

    ruta)' .

    El xito parece que fue total, pero la Corte no saba qu hacer con el telgrafo y s-

    lo se curs un telegrama, eso s, bastante largo, ya que estaba compuesto de 92 palabras ,

    dirigido por el Rey al Ministro de la Guerra .

    La instalacin de las cuatro estaciones cost 170 .901 reales, incluyendo las mqui-

    nas ; los gastos de entretenimiento fueron 36 .510 reales y los sueldos del persona l

    184 .137 reales .

    28

  • Verdaderamente el telegrama, aun siendo largo y del propio Rey, result muy caro .

    En julio de 1832, se estableci la lnea Madrid-San Idelfonso, con torres interme-

    dias situadas en Siete Picos (en lo alto del Puerto de Navacerrada) y en la Sierra de Col-

    menar, cerca de Hoyo de Manzanares, en el lugar denominado El Hoyo .

    Durante 1832 se cursaron 335 despachos entre Madrid y Aranjuez, y 361 entre Ma-

    drid y San Ildefonso (de los cuales 71 y 45, respectivamente, eran avisos del propio ser-

    vicio telegrfico) . Entre ambas lneas cursaron, pues, 580 telegramas, la mayora puesto s

    por la Capitana General de Madrid . El Rey puso diez telegramas .

    Las torres de la nueva lnea costaron 282 .149 reales, en el entretenimiento de amba s

    lneas se gastaron 48 .160 reales y los sueldos del personal importaron 241 .052 reales .

    El dinero para las instalaciones, gastos de mantenimiento y sueldos del personal d e

    los aos 1831 y 1832 fue proporcionado, ntegramente, por la Direccin General de las

    Reales Loteras (que, por otra parte, utiliz el telgrafo para enviar 22 telegramas) .

    En 1833 no se curs ningn despacho . Este hecho demuestra el desconocimient o

    que tenan, la Corte y los gobernantes, de la utilidad que poda tener el telgrafo y expli-

    ca, tambin, el poco apoyo que su implantacin obtena .

    Hay que recordar que en 1833 tuvo lugar la ltima etapa de la enfermedad real ,

    que se desarroll en buena parte en San Ildefonso, y que acab con la muerte de Fer-

    nando VII, con toda la secuela de intrigas y maniobras de palacio a que ello dio lugar y

    cuya trascendencia condicionara la historia de Espaa de los treinta aos siguientes . Y,

    sin embargo, los protagonistas de la misma no sintieron ninguna necesidad de envia r

    mensajes para alertar a sus amigos de Madrid, movilizndoles o calmndoles . Ni a los

    partidarios de Isabel ni a los de Don Carlos, todos ellos con acceso al telgrafo, se le s

    ocurri servirse de este sistema para conseguir alguna ventaja .

    Sin embargo, el telgrafo estaba dispuesto, pues durante ese ao se gastaron, ya s e

    ve que intilmente, 151 .219 reales en sueldos del personal y en gastos de mantenimien-

    to de las torres .

    En 1834, en cambio, se establecieron, de manera provisional, pero demostrand o

    gran eficacia operativa, tres enlaces : uno con Carabanchel, donde haba un lazareto e n

    el que se reclua los enfermos del clera que atacaba a la capital ; otro con el palacio del

    Pardo, al que se haba trasladado la familia real con motivo del mismo clera y el tercer o

    desde San Ildefonso al palacio de Riofro, con una estacin intermedia en el cerro d e

    Matabueyes . Las tres fueron instalaciones provisionales para cubrir necesidades del mo-

    mento, y su instalacin y funcionamiento demuestran el sentido profesional que daba

    Lerena al servicio y lo preparado que estaba para atenderlo .

    Adems de estos nuevos enlaces, continuaron funcionando las lneas de Aranjuez y

    San Ildefonso con Madrid . El total de comunicaciones causadas durante 1834 fuero n

    1 .159, de las que 83 las puso la Reina Gobernadora . El incremento del servicio, frente a

    1832, es del 100 por ciento, lo que parece probar la aceptacin creciente del sistema .

    Los gastos ya se cubrieron con aportaciones directas del Tesoro, lo que origin la prdi-

    da de operatividad y deudas que tardaron dos aos en saldarse .

    En conjunto, el costo de las torres, incluyendo tanto la instalacin de todas ellas co -

    29

  • ' 6 Varios nmeros de la Revista Espaola . Mensa-jero de las Cortes, en diciembre de 1835, recogenuna comunicacin de Lerena, la rplica del Minis-terio y varias contrarrplicas de Lerena .

    mo la maquinaria y los enseres, fue de 458 .283 reales . Los gastos de oficina, reparacio-

    nes, mejoras en los caminos de acceso y, en general, los gastos de mantenimiento, im-

    portaron 146 .159 reales, mientras que los sueldos del personal supusieron 662 .334 rea -

    les, durante los cuatro aos en los que el telgrafo estuvo disponible .

    Lerena se senta, sin duda, satisfecho del comportamiento de su telgrafo y pensa-

    ba en una red extensa que cubriera el territorio nacional . Ello le movi, como primer pa -

    so, a hacer una propuesta para el establecimiento de una lnea telegrfica entre Madrid y

    Burgos, pasando por Valladolid, para la que estimaba que se necesitaran 17 torres inter -

    medias. Su propuesta fue aceptada y, el 20 de marzo de 1835, se orden el comienzo de

    las obras de dicha lnea .

    Los trabajos se iniciaron aceleradamente, puesto que a los ocho das ya se encarga -

    ron los anteojos necesarios para toda la lnea (36 de primera clase y 18 de segunda) y al

    mes se nombr a un arquitecto y un ingeniero para las obras de las torres (cuyo cost o

    unitario se estim en 45 .000 reales) .

    El primero de mayo, Lerena le pidi al Ministro del Interior, del que dependa el te-

    lgrafo, que se le entregaran 3 .000 duros semanales para proseguir las obras, y a parti r

    de ah empezaron las dificultades burocrticas . El Ministerio de Hacienda no tena la

    misma agilidad que la Direccin de Loteras y los fondos tardaban en llegar o no llega-

    ban, los obreros no cobraban puntualmente y, adems, los funcionarios recelaban de la

    forma empresarial de pagar los trabajos al contado, sin los papeles acostumbrados . E n

    julio le pidieron un estado de las obras, en agosto le enviaron un supervisor para qu e

    evaluara la obra hecha, en septiembre present un estado de cuentas y en octubre s e

    suspendieron las obras .

    En el momento de la suspensin estaban construyndose las torres de Las Roza s

    (casi acabada), Torrelodones, Casa de la Parada (en el pueblo de Guadarrama), Puerto

    de los Leones y Cristo del Caloco, siguiendo el trazado del camino real . Se llevaban gas-

    tados en las obras 183 .560 reales y 19 maravedes .

    Los ltimos meses de 1835 y parte de 1836 los pas Lerena polemizando con el Go-

    bierno . Escribi una Exposicin al Excmo . Sr. Presidente y dems miembros que compo-

    nen el Consejo de Ministros, envi cartas al peridico Revista Espaola . Mensajero de

    las Cortes', y trat de defenderse de las acusaciones de que sus telgrafos eran costoso s

    y de que haba gastado dineros pblicos sin control .

    Curiosamente, en su defensa plante un tema que sigue siendo actual, cual es l a

    contabilizacin de los ingresos no obtenidos por los servicios oficiales prestados . Calcu-

    l lo que el Estado hubiera debido gastar, pagando correos de gabinete y postillones, pa-

    ra el envo de los mensajes cursados por sus telgrafos y, aun considerando el escas o

    tiempo que se haban empleado, obtuvo que se haban ahorrado 26 .288 reales, y ,

    adems, al Estado le haban salido de balde las torres y sus mquinas .

    En cuanto al dinero gastado sin control, despus de fiscalizados los gastos por el Tri -

    bunal de Cuentas, result que se le adeudaban al propio Lerena 25 .694 reales y

    14 maravedes, por su actuacin al frente de los telgrafos de los Reales Sitios, y 243 reales

    y 25 maravedes, por su intervencin en las obras suspendidas de la lnea Madrid-Burgos .

    30

  • A pesar de tan satisfactorio balance, las obras de la lnea de Burgos no se reanuda -

    ron y Lerena desapareci del escenario justamente cuando en Logroo, Navarra y lav a

    se estaban estableciendo lneas telegrficas estables para fines militares .

    Juan Jos Lerena tuvo mala suerte al iniciar sus obras en una etapa muy convuls a

    de la historia de Espaa : en enero de 1835 el Capitn General de Madrid muri por lo s

    disparos de los soldados de un regimiento sublevado que ocupaba la casa del correo ; en

    mayo, el Gobierno solicitaba que un ejrcito francs invadiera Espaa y ocupara Navarr a

    y el Pas Vasco ; en junio caa el Gobierno y Martnez de la Rosa era sustituido por el con -

    de de Toreno ; en agosto se amotinaba la Milicia urbana de Madrid ; en septiembre el

    conde de Toreno era sustituido en la jefatura del Gobierno por Mendizbal ; en mayo de

    1836 Mendizbal era sustituido por Istriz ; en agosto se produca el llamado motn de

    los sargentos de La Granja en el que se exiga la destitucin del Gobierno y la proclama-cin de la Constitucin de 1812 . Los Reales Sitios fueron abandonados . Un viajero ingls

    SITUACIN DE. LAS TRES LNEAS OPERATIVAS DE LOSTELGRAFOS DE JUAN JOS DE LERENA : ARANJUEZ, E LPARDO Y SAN ILDEFONSO; EXISTA OTRA LNEA, E NCONSTRUCCIN, A BURGOS .

    31

  • G . I3orrow : La Biblia en Esparza. Alianza Edito-rial, Madrid 1970 .

    que los visita en 1838 queda impresionado : Encontramos en La Granja mayor desola-

    cin an que en Aranjuez . Ambos sitios han padecido mucho con la ausencia de los re -

    yes; pero el primero hasta un grado en extremo aterrador . Los nueve dcimos de la po-

    blacin han abandonado el lugar, residencia favorita de Cristina hasta el ltimo pronun-

    ciamiento' 7 . Las expediciones carlistas llegaban a las mismas puertas de Madrid, lo s

    gobiernos se sucedan . . . y l peda la entrega regular de dinero .

    Su actuacin fue, sin embargo, la de un empresario capaz . Estableci y puso en

    funcionamiento cuantas lneas le pidieron y slo la falta de fondos le detuvo . Su estancia

    en Estados Unidos debi influir en los planteamientos que traa para poner en march a

    su invento, porque desde el primer momento contempl el telgrafo como un negocio ,

    y no slo como un servicio militar o de polica del que no se puede evaluar su rendi-

    miento econmico. As puede verse que en las primeras conversaciones busc ya u n

    patrocinador en la persona del Director de las Reales Loteras, el cual, an administran -

    do una renta del Estado, manejaba los fondos con cierta autonoma . Al mismo tiempo

    firm un contrato con un misterioso D .N .T. (probablemente un extranjero) para la intro-

    duccin de su telgrafo en otras naciones .

    En su planteamiento de la lnea Madrid-Burgos se mostr como un tcnico en la

    materia . Sugiri el cambio de trayecto para cruzar la sierra de Guadarrama, evitando e l

    alto de Siete Picos y optando por el puerto de los Leones ; opt por una Lnea Madrid-Va-

    lladolid-Burgos, y no Madrid-Burgos con una derivacin a Valladolid, y aconsej tam-

    bin la construccin de torres fortificadas, requiriendo la intervencin de los ingeniero s

    militares .

    Haba proyectado 17 torres (ms o menos) desde Madrid a Burgos . (Aos despu s

    tuvieron que construirse 27 .) Pero su previsin fue hecha antes de que se realizara nin-

    gn replanteo .

    Para las 17 torres de la lnea haba previsto la necesidad de disponer de 78 perso-

    nas, con un sueldo total mensual de 21 .220 reales :

    Cuatro oficiales a 500 reales mensuales .

    Diecisiete cabos de torre a 400 reales .

    Diecisiete vigas a 300 reales .

    Treinta y ocho mozos a 180 reales .

    Dos escribientes a 240 reales .

    La manera de resolver la dificultad de compaginar el funcionamiento de una em-

    presa (con la agilidad necesaria para disponer de fondos en forma inmediata) y las for-

    malidades burocrticas de los gastos presupuestarios, acudiendo a un organismo aut-

    nomo, aunque sujeto a la fiscalizacin a posteriori del Tribunal de Cuentas, es una solu-

    cin que se contempla como la idnea 150 aos despus de que Lerena la ensayara . El

    abandono de este planteamiento fue, sin duda, lo que hizo fracasar su red telegrfica y

    retras ms de diez aos la implantacin del telgrafo en Espaa .

    Lerena tena confianza en su aparato, que consideraba que haba demostrado sufi-

    cientemente su eficacia, y se senta decepcionado porque el Gobierno, mientras le rega-

    teaba el dinero para proseguir su obra, lo gastaba en experimentos telegrficos realiza -

    32

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    I)I(.( ./().\.IKIO

    ,k A/-/( .Y)( 18.4 11, I'( )R MA NI H. SANTACRIIZ . MUSEO POSTAL Y DE TELECOMUNICACIN ,MADRID.

    ' Los datos sobre los telgrafos de Santa Cruz es-tn tomados del Diccionario telegrfico, ejempla rmanuscrito, firmado por el propio General, exis-tente en el Museo Postal y de Telecomunicacin d eMadrid y del artculo ,Telgrafos espaoles publi-cado en el Semanario pintoresco espaol, en 1841 ,por F. Navarro Villoslada .

    dos por extranjeros sin la menor garanta, como si su sistema no estuviera prestando ser-

    vicio desde haca cuatro aos .

    Su decepcin como inventor se una a su amargura como persona honrada, y am-

    bas le hicieron pedir al Consejo de Ministros justicia y reparacin . Consideraba injusto

    y vejatorio el trato que le haban dado . Vea impotente cmo se olvidaban y oscurecan

    sus verdaderos rnritos y se abusaba de su integridad .

    El Tribunal de Cuentas le dio, al fin, satisfaccin en el terreno del manejo de fon-

    dos, pero no en el terreno telegrfico, que era el que Lerena reivindicaba con ms ilu-

    sin. El fundador de un ramo no puede querer la destruccin de su obra, exclamab a

    cuando vea sus torres camino del olvido, pero ni su tesn ni sus luchas pudieron evitar-

    lo y sus telgrafos ni siquiera sirvieron para que su amigo, el entonces Teniente de navo

    Jos Mara Math, los empleara para establecer las lneas pticas, diez aos despus .

    Pascual Madoz certifica la defuncin del sistema de Lerena (en el epgrafe Telgra-

    fos de Madrid", de su Diccionario Geogrfico) con estas palabras : Este sistema no care-

    ca de ingenio en su combinacin ; pero como slo estaban en ejercicio las lneas duran-

    te la residencia de la corte en dichos sitios, y casi se empleaban exclusivamente en trans-

    mitir comunicaciones relativas al servicio particular de palacio, ni pudo organizarse con

    la debida perfeccin, ni prestar la utilidad de que acaso hubiera sido susceptible, resul-

    tando de ah el que las enunciadas lneas fuesen suprimidas por real orden de 18 de ma-

    yo de 1838" .

    UN MILITAR : SANTA CRUZ .

    Al mismo tiempo que en Madrid Lerena trataba, sin xito, de convencer al gobierno d e

    lo til que podra ser el telgrafo, el ejrcito, que estaba empeado en la guerra carlista ,

    organizaba sus propios telgrafos .

    El Director de Telgrafos del Ejrcito de Operaciones del Norte era, en 1836, el Gene-

    ral don Manuel Santa Cruz y a l se debe la organizacin de dos lneas estables de comuni -

    caciones, un sistema original de telgrafo y el correspondiente diccionario de claves' .

    Las dos lneas se unan en Logroo y proporcionaban un enlace entre Vitoria y

    Pamplona, mediante 13 estaciones intermedias .

    Las torres, fortificadas y guarnecidas permanentemente, trazaban un semicrculo al -

    rededor de Estella, punto fuerte de los carlistas, su capital y corte, y el objetivo supuesta -

    mente final de la guerra .

    La lnea de Logroo a Pamplona estaba compuesta por las siguientes torres :

    n . 1 .Logroo . / n ." 2 .Agoncillo . / n ." 3 .Alcanadre . / n ." 4 .Lern . / n ." 5 .Larraga .

    n ." 6 .Puente la Reina . / n ." 7 .Venta del Perdn . / n ." 8 .Pamplona .

    La lnea Logroo-Vitoria tena seis torres intermedias . Las ms importantes cubra n

    el trayecto Logroo-Miranda, protegiendo el curso del Ebro . Eran :

    n ." 9 .Vitoria . / n ." 10 .Ariez . / n ." 11 .La Puebla de Arganzn . / n ." 12 .Miranda de

    Ebro . / n . 13 .Sierra de Herrera . / n ." 14 .-Briones . / n . 17 .Laguardia .

    33

  • Exista tambin una torre en Viana (la n . 18), que permita rodear Logroo, enla-

    zando Laguardia con Agoncillo .

    El sistema ideado porel General Santa Cruz consista en un mstil, con dos travesa-

    os fijos a diferentes alturas y dos indicadores (dos discos), uno a cada lado del mstil ,

    que podan variar su posicin respecto a los travesaos fijos . Los dos indicadores y lo s

    travesaos de referencia' podan iluminarse mediante faroles y ello permita manda r

    mensajes nocturnos .

    Cada indicador poda tomar siete posiciones diferentes, mediante la polea corres-

    pondiente, de forma que los signos se codificaban empleando un sistema ce numera-

    cin de siete dgitos .

    Existen en el Museo Postal y de telecomunicacin varios ejemplares manuscrito s

    del Diccionario telegrfico, encabezado por una Instruccin para el rgimen interio r

    de los telgrafos del Ejrcito . Recibo y transmisin de las comunicaciones . Uno de eso s

    ejemplares est firmado por el propio General Santa Cruz .

    El Diccionario comprende varias secciones, en cada una de las cuales se va aumen-

    tando la complejidad de los signos . Los ms sencillos constan de un solo dgito y los m s

    complejos de ocho . La notacin se hace asignando a uno de los indicadores una cifra y

    al otro la cifra en forma de ndice .

    Las frases codificadas son eminentemente militares, por ejemplo, 1 1 7 significaba

    que: El seor Comandante General previene a ese Sr . Gobernador Comandante Militar

    que maana a las . . . saldr el comboy (sic) por . . . a donde concurrir la fuerza posibl e

    de esa guarnicin para protegerlo . Algunas estn en el Diccionario, aunque se poda su -

    poner que slo se transmitiran una vez, como, por ejemplo, 6 3 2 : se ha rendido a dis-

    crecin Estella .

    LNEA DE TORRES IDEADA POR EL GENERAL MANUEL SANT ACRUZ, QUE DIBUJABA UN CERCO SOBRE EMULA, LACAPITAL CARLISTA.

    34

  • LNEA DE FUER/7 S ENTRE MIRANDA DE EBRO Y VITORIA .MUSEO DE SAN TELMO . SAN SEBASTIN.

    Existen, tambin, palabras y voces sueltas, as 4' 4 ' 5 ' significa abdican>, y 2 ' 3' 6 3

    antdoto, etc . ; frases o, incluso, medias frases con variantes prolijas, por ejemplo :

    5 4 2 6 2 1 3 significa mas observe tanta

    5 4 2 6 2 2 3 significa mas observe todas

    5 4 2 6 2 3 3 significa mas observe una

    5 4 2 6 2 4 3 significa mas observe nicamente, etc .

    Tiene expresiones para varios pesos, medidas, monedas, meses, estaciones, viento s

    y nombres propios . Incluso, a veces, tiene ribetes literarios : 4' 4 2 5 2 3 3 significa no pue-

    do dejar de hacer mencin a la bizarra de aquellos que . . .

    Probablemente se intent, inicialmente, el funcionamiento por un sistema alfabti-

    co, lo que poda realizarse fcilmente ya que los dos indicadores proporcionaban 7 x 7 =

    49 signos, ms que suficientes para las letras, cifras y signos complementarios . Corrobora

    esta suposicin el que las combinaciones ms simples del Diccionario correspondan a la s

    letras : a = 1, b = 2, . . . z = 6 . Pero la lentitud que este procedimiento impona, obligara a

    cambiar el sistema (como se ha visto que les ocurri a los dems telgrafos pticos) .

    Del sistema telegrfico de Santa Cruz, que estuvo implantado cuatro aos, se con-

    servan testimonios grficos y literarios que ayudan a su mejor comprensin . En el Muse o

    de San Telmo de San Sebastin, figura un cuadro que representa la lnea de fuertes entre

    Miranda de Ebro y Vitoria, en la que pueden verse las mquinas del telgrafo en lo alt o

    de las torres, y en la revista Semanario pintoresco espaol de 1841 apareci un artcul odescribindolo . Se titula Telgrafos espaoles, est firmado por F. Navarro Villoslada y

    es un panegrico del General Santa Cruz como inventor.

    El autor del artculo est orgulloso del invento, que considera muy superior a cual-

    quier otro telgrafo, lo que le hace feliz . >

  • ciadamente, se nos presentan tan pocas ocasiones en materia de artes para lisonjea r

    nuestro amor propio nacional .

    El tono laudatorio en el que est escrito todo el artculo hace pensar en un escaso

    rigor crtico al dar algunos datos y, por tanto, deben recogerse con cautela . Por ejemplo ,

    dice que una sola persona puede hacer dos signos diversos, y a un mismo tiempo, e n

    dos segundos, lo que probablemente es una exageracin. Pero parece que tuvo acces o

    a informacin de primera mano, por las observaciones que hace sobre la organizacin y

    los problemas de instalacin de algunas torres .

    Dice que durante los cuatro aos de existencia el telgrafo de Santa Cruz transmiti

    2 .136 partes, es decir, menos de dos partes diarios . Realmente parece que un trfico as

    slo puede justificar la existencia de una lnea de quince torres, si est servida por per-

    sonal militar en campaa . Quiz por ello, despus de acabada la guerra, aquellas torre s

    estaban en un estado deplorable, como dice el mismo artculo : Parece que la prosperi-

    dad del arte telegrfico est como vinculada en las revoluciones y transtornos, aunqu e

    el articulista no est de acuerdo con ello y clama pidiendo que se establezca un servici o

    civil .

    No est muy seguro de que el gobierno sepa darse cuenta de las excelencias del in-

    vento de Santa Cruz y esto le hace exclamar : Vergonzoso fuera que poseyendo un siste-

    ma telegrfico, que tanto honra a la nacin espaola, le dejemos hundir en la anchuros a

    tumba, donde yacen tantos inventos tiles, que despus resucitan al soplo de los extran-

    jeros! . Lamento, en cierto modo, proftico, porque este telgrafo no se utiliz ms, ni si-

    quiera en las siguientes guerras carlistas, en las que se emplearon otros procedimiento s

    pticos .

    36

  • FIG . 44 .

    APARATO ' T'ELEGRF' ICO INGLES .

    III . El telgrafo pticoEL TRABAJOSO NACIMIENTO INSTITUCIONA L

    Durante medio siglo, todos los intentos de crear una red telegrfica (Betancourt, Hurta -

    do, Lerena y Santa Cruz) haban sido nicamente ensayos . Algunos con xito demostra-

    do e, incluso, con buena prensa, como hemos visto, pero ninguno haba calado en e l

    nimo de los dirigentes de la nacin con fuerza suficiente para hacer que los considera-

    ran como asunto de Estado, en una poca polticamente turbulenta .

    No obstante, cuando surgi algn tipo de normalidad, despus de los ms de

    treinta aos de situaciones sucesivamente calamitosas, el convenio de Vergara y la pro-

    clamacin de la mayora de edad de Isabel II dieron un poco de sosiego al pas ; dentro

    del conjunto de medidas que, a partir de 1843, se acometieron por los Gobiernos par a

    modernizar la Administracin, est la definitiva puesta en marcha de un servicio telegr-

    fico de mbito nacional .

    Esta poca de la historia de Espaa tiene, para los historiadores, un carcter d e

    transicin entre el antiguo rgimen, donde la Administracin del Estado estaba en ma-

    nos del Rey y de sus secretarios, y el concepto del moderno Estado, en el que la Admi-

    nistracin se organiza por departamentos en manos de funcionarios profesionales, baj o

    la direccin del Poder Ejecutivo . Es todava un paso previo, durante el que se van crean-

    do los principios del entramado burocrtico de un Estado moderno .

    Los historiadores denominan a esta poca la dcada moderada y precisan su dura-

    cin desde la destitucin de Salustiano Olzaga como Jefe de Gobierno, en diciembr e

    de 1843, hasta la cada, despus de una revolucin, del conde de San Luis, en julio d e

    1854 .

    Probablemente no es una coincidencia casual, sino un producto de las mismas cir-

    cunstancias, que la telegrafa ptica en Espaa dure como servicio instituido el mismo y

    exacto perodo . Se inici por un Real Decreto de primero de marzo de 1844 y finaliz en

    agosto de 1857, cuando se orden el abandono de las ltimas torres .

    Para el servicio telegrfico, el funcionamiento por procedimientos pticos signific

    un perodo de transicin, durante el cual se prepar tanto la organizacin de una verda-

    dera red telegrfica como la propia mentalidad de los usuarios .

    Probablemente, desde el primer momento ofreci dudas la naturaleza del sistem a

    telegrfico a implantar, ya que en 1844 el telgrafo ptico tradicional, el que se saba

    que tenan en servicio la vecina Francia y otros pases desde haca ms de cincuenta

    aos, estaba siendo desplazado por el moderno procedimiento elctrico .

    En Espaa no se desconocan los inventos que en este terreno se iban producien-

    do . Por ejemplo, el Boletn Oficial de Caminos, Canales y Puertos inclua, en el mism o

    ao de 1844, un artculo dando cuenta de los pasos de los france