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EL ROBLEHISTORIA DE BARRIO
CRÉDITOS
Gobierno de ChileMinisterio de Vivienda y UrbanismoSecretaría Regional Ministerial Región del BiobíoPrograma de Recuperación de BarriosIlustre Municipalidad de ChillánRegistro de Propiedad Intelectual Nº……………..Tiraje: 350 ejemplaresChillán, mayo de 2012
Redacción: Pamela Conejeros GuajardoEntrevistas: Pamela Conejeros y Erwin Brevis Diseño y diagramación: Erwin Brevis VergaraFotografía y digitalización: Erwin Brevis, Pamela Conejeros Edición: Unidad de Comunicaciones Seremi MINVU Biobío
EL ROBLEHISTORIA DE BARRIO
Fotografía archivo portadaGentileza de Edita Martínez“Vecinos y amigos de El Roble”Década del ´80Papel brillante color10 x 15 cm.
SALUDO ALCALDE SALUDO SEREMI
Estimados vecinos y vecinas del Barrio Irene Frei:
Hoy ha llegado a sus manos un libro que, esperamos, logre situarlos en los orígenes de este emblemático sector de Chillán. Busca a través de sus pági-nas rescatar la identidad de una comunidad cuya historia esconde grandes pasajes de gente esforzada, que ha luchado generación tras generación por construir un buen lugar para sus familias.
El Programa de Recuperación de Barrios del Ministerio de Vivienda y Urba-nismo se ha trazado el desafío de contribuir a mejorar la calidad de vida de quienes habitan en Irene Frei impulsando, junto a los vecinos y vecinas, obras urbanas y sociales mediante un proceso participativo que busca pro-yectar el barrio en el que quieren vivir.
El proceso de recuperación de un barrio, sobre todo desde el punto de vis-ta social, significa paciencia y esfuerzo de todos sus habitantes, ya que es un largo recorrido que deben realizar varias generaciones. Hoy es un buen momento para contribuir a esto, apropiándose de los espacios, mantenién-dolos y cuidándolos para el bien de la comunidad. En definitiva querer el barrio y a su gente.
Cada proyecto que desarrolla el Programa de Recuperación de Barrios en Irene Frei, es gracias al apoyo y la confianza de los vecinos y vecinas que participan en este desafío. Este libro contiene el pasado del barrio, pero en sus manos están las páginas en blanco donde se escribirá lo que vendrá.
Rodrigo Saavedra BurgosSeremi de Vivienda y Urbanismo
Región del Biobío
Estimados vecinos y vecinas del Barrio El Roble:
Durante más de 40 años vieron cómo el progreso de nuestra ciudad dejaba a un lado al barrio. Las calles del centro se pavimentaban y grandes edifi-caciones se construían mientras ustedes seguían luchando día a día por salir adelante. Con el Programa de Recuperación de Barrios del Ministerio de Vivienda y Urbanismo en convenio con la Ilustre Municipalidad de Chillán se ha hecho justicia social. Chillán puede ser conocida por su emblemática catedral, héroes y artistas; pero son los vecinos y vecinas como ustedes el verdadero motor de la ciu-dad. Por eso mejorar su calidad de vida era y sigue siendo tan importante. Hoy cuentan con hermosas plazas y con una comunidad mucho más unida, pero aún queda mucho por hacer.
Tenemos tareas pendientes. Gestionar infraestructura para el desarrollo de la cultura y la pavimentación del 100% de las calles y pasajes es una tarea que debemos asumir unidos. Seguiremos trabajando para que las páginas de este libro se sigan escribiendo y para que ustedes se sientan cada día más orgullosos de vivir en El Roble
Sergio Zarzar Andonie Alcalde de Chillán
Prólogo pág. 11 1 Datos Generales del Barrio 13 2 Proceso de Reconstrucción Histórica 19
3 Historia de Barrio 27 Breve Historia de Chillán 29 Falta de vivienda durante el siglo XX en Chillán 31 Comite de los Sin Casa 32 La madrugada del 21 de diciembre 36 En medio de la galega, una bandera 39 Primeros años de la vida en comunidad 42 La segunda toma 43 Conformación del barrio y la vivienda 44 Decada de los ‘70 50 Adiós al barro y al polvo 51 Lugares de la memoria 53 Tradiciones 56
4 Organizaciones Sociales e Instituciones 59 Club Deportivo 21 de Diciembre: el corazón del barrio 61 Junta de Vecinos Los Laureles y 22 de Agosto 67 Iglesias: cabida para todos los credos 69 Jardines Infantiles 71 Cecof El Roble 74 Otras organizaciones sociales a lo largo de la historia 75 5 Llegada del Programa de Recuperación de Barrios 79 Consejo Vecinal de Desarrollo 82 Plan de Gestión de Obras 85 Plan de Gestión Social 86 Nuevas organizaciones sociales al alero del PRB 90
6 Los avances de El Roble en la voz de los vecinos 93 Cronología del barrio 97 Bibliografía 99
INDICE
Escribir un libro de historia no es tarea fácil. Muchos esperarán que sea un texto que relate grandes hechos que hayan marcado y guiado el rumbo de una sociedad, pero la historia no siempre está en las grandes instituciones ni en los reconocidos personajes. La historia está en nuestros hogares.
En un álbum de fotografías, en una esquina, en una conversación de viejos amigos encontramos los hechos cotidianos que ha marcado la vida de los vecinos de un sector. Esa realidad está lejos de las grandes decisiones de un país, pero que se encuentra cerca de lo más humano que podemos ser. Esos hechos forman parte del diario de vida de un niño y de los recuerdos que los abuelos cuentan una y otra vez como si fuera la primera.
El Programa de Recuperación de Barrios del Ministerio de Vivienda y Urba-nismo, a través del eje transversal de Identidad y Patrimonio, ha querido rescatar la historia de los barrios en los que ha intervenido y con ello digni-ficar a esos dirigentes, vecinos y vecinas que día a día trabajan para que sus familias tengan una mejor calidad de vida.
PRÓLOGO
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DATOS GENERALESDEL BARRIO
Nombre : Barrio El Roble, nombre puesto por el gobierno militar. Anteriormente se llamó Mireya Baltra, 21 de diciembre y Huambalí.
Comuna : Chillán, Región del Biobío.
Año de Construcción : Las familias llegaron el 21 de diciembre de 1969 mediante una toma de terreno. A partir de 1972, la Corvi comienza la construcción de las viviendas.
Nº de Habitantes : 4004 habitantes, el 54% corresponde a mujeres y el 46 % a hombres. Dicha población corresponde al 1.80% del total comunal.1
Nº de Viviendas : 989 unidades, representando el 2,47 % del total de la comuna de Chillán.2
Ubicación : El barrio se encuentra localizado en el sector sur del centro histórico de Chillán, aproximadamente a 1.800 metros de distancia de la Plaza de Armas de la ciudad.
Los límites del barrio El Roble son: por el Norte con la calle Alonso de Ercilla separándola de la pobla-ción Rosita O’Higgins, por el Sur, con Población Jardines del Sur y con población Villa Alcalde Navas que pertenece a la comuna de Chillán Viejo. Por el Este, limita con la calle Barros Arana que la separa de la población Mardones y por el Oeste con la calle Huambalí que la separa de la población Villa Ma-drid
1 Instituto Nacional de Estadísticas, Censo 2002,2 Programa de Recuperación de Barrios MINVU, Estudio Técnico de Base, Barrio El Roble, 2008.
DATOS GENERALES DEL BARRIO
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Mural calle 2 poniente“A los pobladores de la toma. 40 años”Fotografía digitalErwin Brevis
Plano de ubicaciónBarrio El Roble, ChillánSin escala
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PROCESO DE RECONSTRUCCIÓN
HISTÓRICA
Cada barrio intervenido no sólo necesitaba mejoras urbanas y de espacios
públicos, muchos tenían grandes historias que contar. Es por eso que uno
de los ejes del Programa de Recuperación de Barrios del Ministerio de Vi-
vienda y Urbanismo era el de Patrimonio e Identidad y el principal producto
es este Libro de Historia del Barrio.
No fue fácil recopilar los antecedentes sobre la historia de El Roble. Sus ini-
cios estuvieron marcados por una toma de terreno que fue la portada de
los medios de comunicación de la época; pero, luego , el barrio quedó su-
mergido en el olvido de los historiadores y, peor aún, de las autoridades. No
por eso ha dejado de ser protagonista de los grandes procesos y cambios
sociales de nuestro país. Había que recurrir a los recuerdos de los adultos
mayores, a los dirigentes históricos, a los álbumes familiares, es decir, a la
memoria colectiva. Y ello con todas las ventajas y desventajas que significa:
muchas fechas inexactas, pero recuerdos cargados de exquisitos detalles.
Fue así como se utilizaron diversas metodologías para escudriñar en los re-
cuerdos de los propios vecinos sobre los inicios del barrio y su desarrollo a
lo largo de 42 años de historia:
Jornadas de Conversación: Los integrantes de los siete clubes de adul-•to mayor del barrio se reunieron en la sede social 22 de agosto para
potenciar sus memorias y relatar cómo fueron los primeros años del
barrio, los hitos de su historia y las anécdotas que han quedado en la
retina de los vecinos.
Entrevistas en profundidad: el equipo de barrio y el Consejo Vecinal de •Desarrollo identificaron a los vecinos que son reconocidos como “fun-
dadores” del barrio, a alguno dirigentes sociales y a los líderes de opi-
nión con mayor trayectoria. A ellos se les visitó en sus hogares y junto a
un café se reunieron muchos de los antecedentes de este libro
Recorrido por el barrio para identificar los lugares de la memoriaSeptiembre de 2011Fotografía digital:Pamela Conejeros
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RECONSTRUCCIÓN HISTÓRICA
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Lugares de la Memoria: Un recorrido a pie por el barrio fue la forma •para identificar aquellos espacios tangibles que evocan algún hecho o
edificación desaparecida de significancia para los vecinos.
Archivo fotográfico: en una jornada de invitación masiva y también con •la realización de visitas casa a casa se digitalizó aquellas fotografías que
los propios vecinos identificaron como valiosas para la historia del ba-
rrio. Cada foto escaneada fue identificada con una ficha y relatadas por
sus dueños. Muchas de ellas forman parte de este libro.
Visita al Departamento de Archivos y Loteos Municipalidad de ChillánDiciembre de 2011Fotografía digital:Pamela Conejeros
Reconstrucción histórica y digitalización de fotografías junto al Club Deportivo 21 de Diciembre de 2011
Jornadas de conversación con adultos mayores:Septiembre de 2011
Fotografía digital:Erwin Brevis
(Páginas siguientes)Jornada de Conversación con adultos mayoresSeptiembre de 2011Fotografía dígital:Erwin Brevis
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RECONSTRUCCIÓN HISTÓRICA
RECONSTRUCCIÓN HISTÓRICA 25
Recorrido por el barrio para identificar lugares de la memoriaSeptiembre de 2011
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HISTORIA DE BARRIO
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HISTORIA DE BARRIO
Breve Historia de Chillán
Chillán es conocida como la “cuna de héroes y artistas”. En lo artístico sobre-
salen el virtuoso pianista Claudio Arrau, Ramón Vinay (lírico), Marta Colvin
(escultora), Marta Brunet (escritora), Arturo Pacheco Altamirano y Baltasar
Hernández (pintores). Dentro de los héroes está el padre de la patria, Ber-
nardo O’Higgins, el prócer de la Fuerza Aérea, comodoro Arturo Merino Be-
nítez y el recordado Sargento Aldea, entre otros.
La comuna de Chillán fue fundada el 26 de junio de 1580 por el Capitán
General y Gobernador de Chile, Martín Ruiz de Gamboa, quien la nombró
inicialmente como “San Bartolomé de Gamboa” debido a la ubicación del
Fuerte San Bartolomé en la ribera norte del río Chillán. Poco después pasó
a llamarse San Bartolomé de Gamboa de Chillán, San Bartolomé de Chillán,
para finalmente quedar universalmente como Chillán, vocablo que en ma-
pudungun significa “Silla del Sol”. 1
En 1751, un violento terremoto destruyó por completo la ciudad, provo-
cando que el río cambiara su curso en aproximadamente 15 cuadras. Esto
implicó que sus habitantes debieran trasladarse al sector conocido como
“Alto de la Horca” y que el Gobernador, Domingo Ortiz de Rozas, decretara
el 25 de mayo de 1741, el traslado oficial de la ciudad a dicho lugar, donde
actualmente se levanta la comuna de Chillán Viejo.
El 20 de febrero de 1835, un nuevo terremoto asola la ciudad de Chillán y
sus habitantes son trasladados a terrenos ubicados al noreste de la ciudad
por orden del Presidente José Joaquín Prieto. Terrenos donde actualmente
se encuentra situada la comuna.
En 1887, tras la promulgación de la Ley que permitía la formación de muni-
1 Muñoz Olave, Reinaldo; 1921: “Chillán: sus fundaciones y distribución. 1580-1835”; Imprenta San José; Santiago de Chile.
Gentileza Maximo BeltránColegio SeminarioCalle 5 de AbrilChillán 1925
cipios, es que Chillán se conforma como municipio independiente, bajo el
gobierno de don José Manuel Balmaceda. Dicho título fue revocado en el
año 1927 debido a una crisis administrativa que experimentó la comuna.
En 1939, nuevamente Chillán es asolada por un violento terremoto que aca-
bó casi con la totalidad de la comuna, siendo éste el que ha provocado la
mayor cantidad de víctimas mortales en la historia de Chile y el que deter-
minó un cambio total en la arquitectura de la cuidad, reconstruida en base
a las ideas del modernismo.
En 1995, bajo el gobierno de Eduardo Frei Ruiz-Tagle, se promulga la Ley
que da origen a la comuna de Chillán Viejo, determinando nuevos límites
a la Comuna de Chillán: al norte comunas de San Nicolás y San Carlos; al
sur comuna de Chillán Viejo; al oriente comunas de Pinto y Coihueco; al
poniente comunas de Quillón, Portezuelo y Ránquil. 2
2 Programa de Recuperación de Barrios, Estudio Técnico de Base, Barrio Irene Frei , 2008.
Falta de vivienda durante el siglo XX en Chillán
Durante el siglo XX, Chillán inició un proceso de expansión urbana gatillado
por el crecimiento de la población y migraciones rural-urbanas, impactan-
do sobre la actividad residencial y de servicios. Para el historiador y decano
de la Facultad de Educación y Humanidades de la Universidad del Bío Bío,
Marco Aurelio Reyes Coca, “la falta de vivienda es uno de los problemas
endémicos de Chillán. Hubo un crecimiento de la población, ya que no es-
taban las epidemias del siglo XIX donde morían cientos de personas”.
Entre 1900 y 1920 se producen los loteos y así surgen poblaciones como
Santa Elvira y Chillancito, incluso antes del terremoto de 1939 ya hay pobla-
ciones como la Witker y la Mardones al sur de las cuatro avenidas, mientras
que al poniente existía la Villa Alegre, hoy Ultraestación. Además, por la Ave-
nida Brasil y la Avenida Argentina había innumerables conventillos. “Con la
crisis económica mundial del ‘29, mucha gente que había ido a buscar al
norte la riqueza del salitre volvió y aquí tuvieron que vivir hacinados, a eso
hay que sumarle el terremoto del ‘39, donde Chillán cayó en un 90% y la
ciudad quedó en ruinas”, explica el historiador Reyes Coca. La década del
‘40 en Chillán es crítica y las condiciones de vida eran pobrísimas. Con la
post guerra había escasez de combustibles y alimentos. La recuperación es
lentísima.
El primer barrio de casas más modernas aparece por primera vez en la déca-
da de los ‘50 con la población Rosita O’Higgins, la primera solución habita-
cional nacida desde el gobierno y que en un principio se llamó Graciela Le-
telier. “No había política de vivienda como hoy día, ésta aparece por primera
vez en el gobierno de Jorge Alessandri Rodríguez, quien copia el modelo de
la construcción de vivienda del modelo alemán post guerra: un sistema de
ahorros previos para luego acceder a subsidios. Así aparecen poblaciones
como la Pedro Lagos y la Kennedy que eran para clase media y de buena
Gentileza Hilda Cares“Trillas de porotos”Marzo de 1969Papel perla,Blanco y negro (borde blanco)11,2 x 8,5 cm.
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HISTORIA DE BARRIO
Marco Aurelio Reyes CocaHistoriadorAño 2011Fotografía digital:Erwin Brevis
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calidad”, detalla Marco Aurelio Reyes.
El crecimiento demográfico se acentuó a partir de la década del 70 con
el reemplazo de viviendas de emergencia a viviendas básicas. Pero había
gente que ni siquiera tenía los recursos para tener el ahorro previo, lo que
dio origen a las tomas. Un proceso que se aceleró en el gobierno de Eduar-
do Frei Montalva, surgiendo poblaciones como la Vicente Pérez, la Arturo
Prat y El Roble. El Decano de Educación y Humanidades de la UBB recuerda
que “la década de los ‘60 fue de mucha explosión social en el mundo y en
América Latina, sobre todo, porque había mucha pobreza y una desigual-
dad horrible. Ni pensar en una cocina a gas o una lavadora, la gente vivía
en ranchas”.
Comité de Los Sin Casa
“Mi situación como mujer y madre de seis hijos era compleja ya que que-
dé viuda en el año 1962. En ese entonces tenía algunos bienes materiales,
así que me instalé con una fuente de soda, pero tenía poca experiencia, y
por la mala administración, quebré. No era propietaria, tenía que arrendar
siempre. Vivía en Avenida Collín y sus inmediaciones”. Así apuntaba Adelai-
da Álvarez su historia de vida, la contaría luego en uno de los programas de
la radio comunitaria “Evolución”.
En el documento escrito de puño y letra por una de las principales dirigen-
tas históricas del barrio, se relata la realidad que vivían las miles de familias
que sin posibilidad de optar a una vivienda propia se agruparon en los Co-
mité de los Sin Casa. Un nombre que se apoyaba en la literalidad para mos-
trar una de las necesidades básicas de una familia. “Mientras, yo trabajaba
en un taller de modas para subsistir y recibía una remesa de dinero que me
enviaban mis padres. En un intertanto se formó un Comité de los Sin Casa
para postular un sitio, me inscribí como socia en un comité de Collín…”,
sigue contando Adelaida.
Guacolda Fuentealba era integrante del mismo comité de Adelaida y re-
cuerda que “íbamos a las reuniones todas las semanas. Un día hicimos un
grupo de 25 personas y nos juntamos a las siete de la tarde y nos pusimos
de acuerdo para entrar a las cuatro de la mañana. Nos juntamos en la Ave-
nida Collín y de ahí marchamos para acá”.
Paralelamente en lo que hoy es la comuna de Chillán Viejo, Dominga San
Martín también participaba en un Comité de los Sin Casa. Con la garganta
apretada relata: “del momento que tuvimos la ultima reunión, nos dijeron
¡ya! prepárense porque vamos a salir a las seis de la tarde de aquí, tienen
que llevar ropa, algo pa’ comer y su bandera. Llegué a la casa y le dije a mi
marido “voy a tener que irme con la junta porque vamos a viajar”.
Gentileza Patricia Reyes“Adelaida Alvarez, dirigente”
Década del 80Papel brillante, blanco y negro
18 x 12 cm.
HISTORIA DE BARRIO
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Gentileza Hilda Monsalve“Matrimonio Hernandez Monsalve”
1970Papel Mate9 x 8,5 cm.
Gentileza María Bravo“Famila y sobrinos”
Año 1983Papel Mate , bordes redondeados
9 x 8,5 cm
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Gentileza Patricia Reyes“Carnet Comité de Aspitante a Sitio”
1969Cartón
13,3 x 9,5 cm, extendido
HISTORIA DE BARRIO
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21 de diciembre de 1969
“A las 4 de la madrugada de ayer, 200 pobladores del comité “Los Sin Casa”
se tomaron 5 hectáreas del Fundo Huambalí, con el propósito de levan-
tar allí sus viviendas. Otros 1800 no pudieron entrar debido a la acción de
la fuerza policial. La situación fue resuelta en las últimas horas de la tarde
cuando funcionarios de la CORHABIT iniciaron la inscripción de los grupos
familiares para adjudicarles los terrenos. Debido a los sucesos fueron dete-
nidos el alcalde Dr. Nicolás García y el Secretario Provincial de la CUT, Augus-
to Jiménez, más cuatro dirigentes”3.
El 22 de diciembre de 1969, el Diario La Discusión de Chillán titulaba con la
toma de terreno ocurrida al sur de la ciudad. Información que daba cuenta
de la decisión que habían tomado distintos comités de Chillán. El de Ave-
nida Collín, el de Santa Elvira, el de El Roble, el de Chillán Viejo y otros se
organizaron para entrar por distintos sectores del fundo privado. Todos al
mismo tiempo.
“Llegamos aquí y recuerdo que cuando pasamos pa’ acá, había un carabi-
nero curaíto y la carabina botada por allá. Querían robar el arma, pero yo les
dije que no porque íbamos a tener problemas”, relata Raúl Arroyo, quien a
sus 75 años y después de una trombosis recuerda con detalle aquel 21 de
diciembre.
A las 5 de la mañana, las autoridades de la ciudad, incluido el alcalde y los re-
gidores, ya se habían enterado de la nueva toma de terreno. Las de Vicente
Pérez Rosales y Luis Cruz Martínez precedían a una que tendría mucho más
revuelo y que amenazaba con ser más violenta. En la ciudad también se
encontraba la candidata a diputada por el Partido Comunista, Mireya Baltra.
“Yo no sabía de la toma cuando Ricardo Lagos (quién después sería alcalde
3 Portada del Diario La Discusión de Chillán; “200 pobladores se tomaron ayer el Fundo Huambali”; 22 de diciembre de 1969.
Archivo Diario La DiscusiónPortada
22 de diciembre de 1969
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de Chillán) me comunicó que el Partido Socialista estaba apoyando a los
pobladores y que teníamos que ir (…) Estábamos reunidos en el centro del
fundo cuando como a las 9 y media de la mañana nos avisaron que venía el
Grupo Móvil de Carabineros desde Concepción a desalojar a todos”, relata
Mireya con claridad a sus 80 años.
Eduardo Contreras, abogado y regidor de Chillán en ese entonces recuerda
que “no pudimos ayudar mucho, al chico García le pegaron un palo en la
cabeza en la entrada y hubo que llevarlo a la posta y Mireya Baltra se agarró
a carterazos con los carabineros”. Tenso episodio que al otro año sería re-
creado con humor para celebrar el aniversario del barrio.
La dirigente comunista recuerda que “le pedí al capitán que no procediera,
que me diera media hora, que yo iba a la Intendencia y volvía (…) Le dije al
intendente, Rodrigo Saavedra, que los pobladores estaban decididos a no
moverse y que no queríamos otra masacre como la de Puerto Montt. Que
usara el teléfono directo con el Presiente Frei Montalva, que para eso lo
tenía. El intendente se atrevió e hizo la gestión”.
De nada había servido el inserto de la Intendencia en el Diario La Discusión
que invitaba “a las personas de buena fe” a “inscribirse en la Secretaría de
la Operación Sitio” y a no “seguir el camino de la aventura”. Finalmente, el
gobierno de Frei Montalva aceptó la toma, ordenó que se empadronara a
todos los que habían logrado entrar y que no ingresara nadie más. Pero las
noticias de la radio habían alertado incluso a los que no participaban en co-
mités y el 22 de diciembre ya había 4 mil personas en el Fundo Huambalí.
En medio de la galega, una bandera
Tal como lo hiciera Neil Armstrong cinco meses antes en la Luna, una ban-
dera fue la forma de reclamar la tierra. Tres colores y una estrella fueron el
arma que utilizaron hombres y mujeres para pelear por el derecho a tener
una vivienda. Casi 43 años después de aquel 21 de diciembre, Dominga
San Martín guarda como su máximo tesoro aquel rectángulo tricolor. “Los
Carabineros dijeron ‘con libreta (de ahorro) en mano’ y yo justo había traído
la mía. Después de que nos empadronaron nos dijeron ¡Ya, al potrero, allá a
correr! Cuando nos dejaron entrar corríamos y corríamos y veníamos bor-
deando el canal. Cuando llegué, instalé aquí mi bandera y dije de aquí no
me van a sacar”, recuerda Dominga.
Muchas de las personas que participaron en la toma eran mujeres. Durante
los primeros días de encierro ellas fueron las que tuvieron que asumir la
responsabilidad de cuidar los terrenos, sus esposos debían salir a trabajar en
busca del sustento para sus familias, las que estaban compuestas por gran
cantidad de hijos.
“Él (su esposo) tenía que cuidar las cosas y los hijos que quedaron chicos
donde estábamos arrendando. Porque cuando entré aquí no podíamos salir
para nada y si salíamos pa’ afuera después no podíamos volver a entrar. La
guagua tenía un mes recién y no podía traerla a vivir entre medio de la ga-
lega que media como dos metros”, relata Dominga San Martín.
Guacolda Fuentealba cuenta como vivió los primeros días de la toma. “Venía
con una guagüita de un mes. Durante 15 días no pude ir a buscar pañales ni
leche y sin poder lavar, porque no podíamos sacar agua del canal que pasa-
ba por aquí, porque los carabineros nos echaban los caballos y nos tiraban
bombas lacrimógenas. A la una de la mañana salíamos a gatear para poder
llegar al canal y sacar agua. Entré sola, yo y mi guagua”.
Eduardo ContrerasProcurador de Chillán en 1969Año 2011
Mireya BaltraMinistra del Trabajo 1972Año 2011Fotografía: Alvar Herrera Z.
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HISTORIA DE BARRIO
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Patricia Reyes Álvarez, hija de la dirigenta Adelaida Álvarez, recuerda como
“nosotros podíamos ver desde afuera porque el fundo se acordonó y veía-
mos como trataban de echar a la gente y ellos se defendían con sus ban-
deras”. Edita Martínez también cuenta como veía con ojos de niña la toma,
“yo tenia 10 años. Mi papá y mi hermano mayor se quedaron aquí y los
carabineros no nos dejaban entrar y nosotros nos poníamos a llorar y ahí
nos dejaban entrar a verlos. Me acuerdo de la abuelita Ana que les iba a
dejar comida a mi familia”.
Durante las primeras semanas después de la toma los nuevos vecinos se or-
ganizaban para resguardar que nadie más entrara al terreno que ya estaba
lleno de gente. Un rol clave jugaron los dirigentes, el primero fue Gregorio
Soto. Sólo por nombrar a los más mencionados durante el proceso de re-
construcción histórica de este libro también se puede recordar a Adelaida
Álvarez, Edelmira Jara, Teresa Acuña, María Navarrete, Juana Ulloa, Juan Cid,
Verónica Pacheco, Santiago Martínez, Raúl Arroyo, Ramón Castro. José Ale-
gría, Alejandro Muñoz y tantos otros. “Recuerdo que mi mamá perdió toda
su piel con el sol y llegó a parar al hospital”, cuenta Patricia Reyes.
Si bien gran parte de la gente entró al Fundo Huambalí durante la prime-
ra semana, hubo otros que pudieron entrar meses después en busca de
un terreno. Flor Valdebenito recuerda como llegó al lugar donde vive hoy:
“eran los primeros días de enero y mi suegro vino en la noche, entró por el
retén y dijo que venía a visitar a un amigo. Venía afirmándose en un palo y
entre medio de la camisa traía escondida la bandera”. Por su parte, Zulema
Márquez, dice que tuvo suerte “me avisaron que un carabinero que se había
tomado el terreno lo había tenido que dejar, porque ellos no podían andar
metidos en estas cosas, así que me vine al tiro para acá”.
El primer nombre que tuvo el barrio fue en homenaje a la dirigenta comu-
nista Mireya Baltra. “Yo no quise que le pusieran mi nombre porque eso se
Dominga San Martín“La Bandera”
Año 2011Fotografía digital
Erwin Brevis
hace cuando las personas están muertas”, recuerda la ex Ministra del Traba-
jo. De nombre de mujer a la fecha de la toma. Así la población fue conocida
por varios años como “21 de Diciembre”.
Primeros años de vida en comunidad
Todo era un galegal. Los vecinos recuerdan que con suerte había un sauce
en medio del fundo y que el resto estaba cubierto de maleza. La primera
tarea fue comenzar a limpiar los terrenos que se trazaron de 10 por 20 me-
tros y armar las “ruquitas” en las que vivieron cerca de tres años hasta que
se construyeron sus casas. “Dimos la orden de construir sus viviendas a la
medida del bolsillo antes de que llegara el invierno. Las banderas flamearon
siempre altivas enseñándonos a perseverar en este objetivo tan noble para
miles de familias que hoy cuentan con su casa propia”, se lee en el manus-
crito que Adelaida Álvarez preparó para una entrevista radial. “Me regalaron
unos postes y unas latas pa’ que hiciera mi ranchita, algunos hicieron las
suyas con la misma galega que había”, recuerda Raúl Arroyo.
Sin agua potable, los vecinos tuvieron que abastecerse gracias al camión
aljibe que dispuso la municipalidad y a los pilones que gestionaron los di-
rigentes. La luz llegó gracias a los trabajadores de la Central el Toro. “Como
presidenta encabezaba un grupo de tres personas. El 15 de marzo de 1970
en asamblea del sindicato expuse nuestra situación precaria y nos donaron
un día de sueldo”, escribe Adelaida. El dinero se invirtió en los primeros pos-
tes de luz eléctrica para el barrio.
De a poco el fundo se fue transformando en población y los “sin casa” en
vecinos. Una nueva vida que no estuvo libre de problemas de adaptación.
Zulema Márquez cuenta que “yo venía de pleno centro de la ciudad de calle
Constitución con Lumaco. Tenía una vecina que veía cómo me levantaba a
seis de la mañana a dejar mi balde y llegaba otro y me lo sacaba, ella me
defendía mientras yo tiritaba aquí adentro. Aquí yo era momia y llegaba al
centro y me decían que era comunista, total que yo ya no sabía que lo que
era. Estuve varias veces por irme, pero no podía ser cobarde”.
Entre peleas por quién llegaba más temprano al pilón para sacar agua y por
delimitar correctamente los sitios esperaron una solución habitacional. Ra-
món Castro recuerda que los dos primeros inviernos fueron los más duros
que haya vivido “ uno tan cruel que nos levantó la ranchita y nos tuvieron
que llevar a la Escuela de Huambalí, la Nº 47”.
Pero mientras los adultos trabajaban por construir una vida digna para
sus hijos, los más pequeños disfrutaban de una vida simple. Héctor Castro
recuerda su infancia como “pobre, pero digna. Nosotros mismos inventá-
bamos nuestros juegos. Éramos felices con una rueda, un palo y el fútbol.
Jugábamos en la calle a la hora que fuera. Por aquí pasaba el Estero Las
Lechuzas y jugábamos cazando alelíes”.
La segunda toma
Ocho meses y un día después de ese 21 de diciembre, una segunda toma
remecería el sector. Los que no habían alcanzado un terreno en el nuevo
barrio seguían luchando por tener una vivienda digna. También de madru-
gada, con banderas y frazadas y apoyados por los mismos dirigentes políti-
cos un grupo de pobladores se tomó el fundo vecino. Así, el 22 de agosto
de 1970 se dio origen a la población Elías Lafertte.
“Llegaron los carabineros, pero se portaron muy bien. Sólo pidieron los nom-
bres de los dirigentes y nos dijeron que estuviéramos tranquilos”, recuerda
Samuel Andía. “Comenzamos a construir nuestras ruquitas y teníamos que
ir a buscar agua a la Población Mardones”, agrega.
Las hermanas Riquelme, David Lagos y Sergio Durán, entre otros, son algu-
nos de los dirigentes más recordados de los primeros años de este sector.
Zulema MárquezVecina de El RobleAño 2011Fotografía digital:Erwin Brevis
Ramón CastroVecino de El RobleAño 2012Fotografía digital:Erwin Brevis
Raúl ArroyoVecino de El RobleAño 2012Fotografía digital:Pamela Conejeros
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HISTORIA DE BARRIO
Conformación del barrio y la vivienda
La regularización urbana del barrio se formalizó en 1971. La tarea fue encar-
gada al equipo a cargo de Roberto Goycoolea Infante, quien años después
sería Premio Nacional de Arquitectura, primer asesor urbanístico de la Mu-
nicipalidad de Concepción y Rector de la Universidad del Bío-Bío. “Se dise-
ñó como un barrio completo, de acuerdo a lo que nosotros creíamos que
debía ser un barrio”, recuerda el arquitecto. Bajo ese principio, en el plano
del anteproyecto se observa una variedad de equipamientos que incluye
comercio, educación escolar y preescolar, sede social y un gran área depor-
tiva, además de un conjunto importante de espacios públicos distribuidos
en los distintos sectores del área total. Muchas de estas definiciones iniciales
tardarían décadas en materializarse. “Me alegro que después de 40 años se
haya mantenido el trazado y sobre todo que los espacios libres y de equipa-
miento se hayan respetado, es para felicitarlos”, enfatiza Goycolea.
Desde la conformación urbana, el barrio representa la noción de unidad
vecinal (“neighbourhood unit” de Clarence Perry) donde se prioriza la esca-
la humana, se privilegia los pequeños espacios públicos y el concepto de
corazón del barrio, que en la actualidad concentra una variedad de equi-
pamientos y usos. Es así como en este barrio, el concepto de manzana de
100 por 100 presente en la trama de la ciudad de Chillán no existe, sino
que es reemplazado por una cantidad importante de micro manzanas, lo
que entrega protagonismo al pasaje, a la calle corta y a la calle ciega en el
diseño del barrio.
Desde el punto de vista del patrimonio moderno existente en la ciudad,
el barrio El Roble cobra protagonismo, ya que, según el arquitecto Pablo
Fuentes, “representa los últimos deseos reales por manejar los conceptos
modernistas, cerrando una etapa heroica de la arquitectura moderna en el
país”. Posterior a la construcción de El Roble se desarrollarán proyectos en
otra línea, con un planteamiento urbano diferente, donde el desarrollo de
la unidad vecinal ya no prevalecerá en la políticas públicas.
La construcción de las casas fue por ejecución directa del Ministerio de
Vivienda y Urbanismo. En el manuscrito de la dirigenta Adelaida Álvarez
se detalla parte del proceso: “En mi casa en construcción se firmó el com-
promiso de Serviu (…) quienes asumieron los requisitos exigidos: respetar
medidas de sitios de 10 x 20 metros, no demoler las casas construidas con
esfuerzo que estuvieran en condiciones sólidas, considerar las calles prin-
cipales como ya estaban trazadas de este a oeste y las viviendas serían de
construcción sólida. Se llevó a asamblea esta proposición, la que fue apro-
bada por unanimidad”.
Hasta el día de hoy, los habitantes del barrio se sienten orgullosos de la
calidad de la construcción de sus viviendas. Muchos maestros vivían en el
sector. Ramón Castro recuerda con claridad esos días. “Me dijeron Usted va
Gentiliza Patricia Reyes“Manuscrito Adelaida Álvarez”
Año 2002Papel Bond
Tamaño Oficio
Certificado de recepción definitivaBarrio El RobleEnero de 1976
Archivo I. Municipalidad de Chillán
Pablo Fuentes y Roberto GoycooleaArquitectosAño 2012Fografía digital:Erwin Brevis
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HISTORIA DE BARRIO
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a hacer la casa piloto. Fui el que pegó el primer ladrillo en la población. Des-
pués, el jefe mayor me agarró buena y me dijo ‘vaya a hacer su casa, usted
que tiene niños chicos’. Y me vine a hacer mi casa y estábamos muy bien
viviendo en nuestra casa”. Mientras se construían las nuevas viviendas, las
familias trasladaron las de material ligero al fondo de los sitios.
Después del 11 de septiembre de 1973, el barrio cambió de configuración
y de nombre. La población Elías Lafertte se sumó a la 21 de Diciembre y
juntas pasaron a llamarse El Roble. Algunas calles también fueron rebautiza-
das así por ejemplo: la calle Agustín Jiménez pasó a llamarse 1 Sur; Alonso
Figueroa fue Avenida Caupolicán; Manuel González, 2 Sur; Lonquimay hoy
se llama 3 Sur; Salomón Corvalán es 4 Sur; San Gregorio se llama Los Boldos;
Hernán Meri se transformó en 5 Sur; Puerto Montt, en 6 Sur; Ramona Parra
se llama 7 Sur y Yuri Gagarin es Avenida Los Alerces. Las poblaciones 21 de
Diciembre y Elías Lafertte desaparecieron de mapas y planos, pero no del
recuerdo de sus habitantes.
Aunque la mayoría de las casas se construyeron entre 1971 y 1973, hubo un
conjunto de viviendas que se edificaron posteriormente. En 1986, se levan-
taron 56 casas más y en 1996 otras 33. Estos son de un piso y medio y se en-
cuentran ubicadas entre las calles Los Boldos y Los Alerces y entre 6 Ponien-
te y Huambalí. “Ahí habían mediaguas, pero a esas personas se las llevaron
para la Vicente Pérez Rosales. Yo postulé por el Serviu y me entregaron mi
casa”, cuenta María Barriga. “En las características urbanas y sociales no hay
diferencias, es un solo barrio”, afirma René Troncoso, presidente de Consejo
Vecinal de Desarrollo y ex presidente de la Junta de Vecinos Los Laureles.
Si bien los inicios del barrio fueron resultado de tomas de terreno, los veci-
nos debieron pagar para adquirir sus casas. 420 cuotas fue el monto pac-
tado. Dado el alto valor de los dividendos, para el año 1990 las viviendas
sociales estaban sobrevaloradas. “Llevábamos 20 años pagando dividendo,
así que las casas estaban ‘requete pagadas’. Nos organizamos y le pedimos
a las autoridades de la época que nos condonaran la deuda”, relata Andrés
Altamirano. La ley 19003 fue la herramienta para que las familias del El Roble
recibieran sus títulos de dominio recién en 1994.
Gentileza Flor Valdebenito“Con mi hija Elvira”Año 1978Papel mate con borde redondeados9 x 12 cm
Gentileza Filomena Bustos“El huasito”Año 2000Papel brillante 10 x 15 cm
Planimetría Casa TipoBarrio El Roble
Diciembre 1985Archivo Municipal
Páginas siguientesPlano de trazado y loteo
Barrio El RobleAño 1971
Archivo Municipal
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HISTORIA DE BARRIO
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HISTORIA DE BARRIO
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Década de los ’70
Para muchos de los habitantes del barrio El Roble, los acontecimientos po-
líticos de 1973 marcaron un antes y un después en sus vidas. “Para el Gol-
pe, la señora Adelaida, nos avisó que había que poner la bandera a media
hasta”, recuerda Guacolda Fuentealba y agrega que “las casas no estaban
terminadas, todavía les faltaba el estuco, pero nuestra presidenta nos dijo
que entráramos”.
Algunos vecinos, como Ramón Castro, relatan episodios de tensión pos-
teriores al 11 de septiembre de ese año: “Una vez me vinieron a buscar los
carabineros y me llevaron a la Intendencia(…) El teniente dijo váyanse y
nosotros sabemos cuando los vamos a ir a buscar. Un día, llegan a buscar-
me para llevarme al regimiento. Me dijeron ‘usted va a quedar a cargo y le
vamos a dar este carné para que nadie le haga nada’. Me vine contento y así
fue, no me pasó nada.”
En 1972, el padre Raúl Manríquez llegó al Obispado de Chillán. Su relación
con la gente de El Roble estuvo marcada por la ayuda asistencial y jurídica
que la Iglesia podía prestar a quienes eran detenidos temporal o permanen-
temente por ser dirigentes vecinales o sindicales. “Conocí a Adelaida Álvarez
y en torno a ella varias otras personas detenidas en la cárcel de Mujeres
Buen Pastor. Entre los hombres detenidos estaba Raúl Arroyo, recuerda el
sacerdote.
En palabras de su gente, hasta 1990, el desarrollo del barrio fue menor en
comparación a los años transcurridos. “En la década de los 80 sufrimos, ve
que no había trabajo. Yo trabajé en el mínimo y un día, el pastor de la iglesia
de nosotros, me vio que andaba barriendo al lado del Teatro O’Higgins y
me dijo ‘váyase a trabajar con nosotros que estamos construyendo la Iglesia
Pentecostal que está en la calle Purén, yo le pago’. Dejé la escoba y ahí tenía
plata todas las semanas pa’ mi hijos”, cuenta Ramón Castro.
Adiós al barro y al polvo
Uno de los hitos que ha marcado la historia de El Roble es la pavimentación
de sus calles y pasajes. El Programa de Pavimentación Participativa volvió a
encantar a los que por años se guardaron en sus hogares viendo como el
progreso pasaba por fuera del barrio. La organización de los vecinos volvió a
tener sentido en pos de conseguir una mejor calidad de vida. Fue así como
surgieron los Comités de Pavimentación, cuyo objetivo era reunir el dinero
con el que los vecinos debían aportar, el resto correspondía al Ministerio de
Vivienda y Urbanismo y a la Municipalidad de Chillán.
“El 2006 nos aprobaron 11 proyectos. La primera calle en pavimentarse fue
Los Espinos, ya que ahí estaba el Cecof (Centro de Salud Familiar) ”, recuerda
el presidente de la Junta de Vecinos Los Laureles de ese entonces, René
Troncoso. Sólo una parte de los proyectos sería con participación de los
vecinos, ya que en poco tiempo llegaría el Programa de Recuperación de
Barrios que permitiría acelerar el proceso sin necesidad de ahorro y que le
cambiaría el rostro al sector.
Padre Raúl ManríquezAño 2012Fotografía digital:Pamela Conejeros
Gentileza Flor Valdebenito“Con mi hijo SamuelAño 1980Papel Mate9 x 13 cm.
Gentileza Zulema MarquezInauguración de pavimentación
Calle Los PinosAño 2006
Papel brillante 10 x 15 cm
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HISTORIA DE BARRIO
Lugares de la memoria
Los hechos y personajes de la historia tienen un lugar en el cual se desarro-
llan y actúan. Espacios físicos que cobran significancia, ya que se convierten
en un protagonista más. Éstos pueden desaparecer o transformarse física-
mente; sin embargo, no se borran de los recuerdos de las personas, sólo
pasan a ser lugares de la memoria.
Canal Las Lechuzas: el antiguo caudal sirvió para que, durante la toma,
los pobladores se escondieran de las fuerzas policiales y, luego, para que los
niños disfrutaran de sus aguas y de las sorpresas que traía. Hoy el canal está
entubado y pasa por debajo de la Avenida Alonso de Ercilla.
Retén Huambalí: la unidad policial existe antes de la toma y ha acompa-
ñado a la comunidad de El Roble desde sus inicios. En la esquina de Barros
Arana con Alonso de Ercilla se estableció el ingreso de las personas que
habrían logrado entrar a la toma, con carnet en mano los vecinos se identi-
ficaban como parte de las personas que habían sido empadronadas por el
Gobierno con apoyo de Carabineros. Hoy, el retén es una subcomisaría.
Cancha del 21: es el centro de reunión de los vecinos por derecho pro-
pio. Desde eventos deportivos hasta manifestaciones políticas han utilizado
este espacio ubicado en el corazón del barrio. En su origen, el Club Depor-
tivo 21 de Diciembre estableció la ubicación de la cancha de norte a sur,
pero en los ’90 la autoridad comunal decidió reubicarla de Este a Oeste. Para
muchos la cancha del 21 perdió su esencia con este cambio.
Paradero de la Línea 2: al oriente de la Cancha del 21, aún se observa el
radier que acogió la garita de la primera línea de micros que entró al barrio.
Ese mismo lugar sirvió como centro de reunión para los vecinos que debían
organizarse en la toma, lo conocían como “el comando”. Luego, el espacio
albergó las bodegas de la constructora que levantó las viviendas.
Lugares de la Memoria1. Canal Las Lechuzas2. Retén Huambalí3. Paradero de la Línea 24. Cancha del 215. Ex sede social y camarines6. Lugar de Camarones7. Álamos8. Pilones
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HISTORIA DE BARRIO
Ex sede social y camarines: durante la administración municipal de Pedro
Guzmán se construyó la primera sede social. Luego, la infraestructura de
madera acogió a los jugadores del Club Deportivo 21 de Diciembre, hasta
que en 2005 fue destinado como Centro de Salud Familiar (Cecof ) donde
funciona hasta el día de hoy.
Álamos: los primeros años de la toma, las improvisadas viviendas ocupa-
ban espacios que después fueron definidos como áreas verdes. Uno de los
vecinos, que se ubicó a un costado de donde hoy se levanta el Telecentro,
plantó dos álamos que crecieron para entregar sombra a los vecinos que
deciden pasar un rato al aire libre.
Pilones: en distintos puntos del barrio fueron ubicados pilones para que
las familias se pudieran abastecer de agua antes que se urbanizara el sec-
tor. Uno de ellos estaba ubicado detrás de donde hoy se levanta el Jardín
Infantil El Caracol.
Lugar de camarones: al sur de la Cancha del 21 pasaba un canal que pro-
piciaba un hábitat para los apetecidos camarones. Los constantes rellenos
terminaron por desaparecer el humedal y transformarlo en un constante
foco de basura.
Matadero: antes de ser un barrio, el Fundo Huambalí fue utilizado como
lugar de sacrificio de animales para su posterior procesamiento.
Gentileza Hilda Cares“El tata ordeña junto a los sobrinos”
Marzo del 1969Papel perla,
Blanco y negro borde blanco12 x 9 cm
Gentileza Patricia ReyesEx sede social Barrio El RoblePapel brillante 13 x 9 cm
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HISTORIA DE BARRIO
Tradiciones
Como parte de la identidad de cada barrio, una de las características que lo
definen son sus tradiciones. En El Roble hay algunas que se celebran desde
el primer día.
Aniversario del barrio: los primeros años posteriores a la toma, el 21 di-
ciembre se celebra con ramadas y elecciones de reina por cada uno de los
sectores. Durante el Régimen Militar esa tradición se perdió y fue retomada
recién en 2009 para la celebración de los 40 años de la población. Las reinas,
esta vez, fueron las mismas jovencitas de los ’70, pero con unos cuantos
años más.
Cruz de Mayo: “para la cruz de mayo hacíamos las tremendas fiestas, co-
míamos, tomábamos y bailábamos. Los vecinos ponían cuotas y hacíamos
longanizas y papas asadas. A veces repartíamos chicha” recuerda Zulema
Márquez. Con ojos de niño, Héctor Castro también recuerda esta tradicional
fiesta “juntábamos ramas y ruedas para jugar, pero no sabía de qué se trata-
ba. Íbamos a buscar castañas y las tirábamos al fuego”.
Navidad y año nuevo: dependiendo de la organización de cada pasaje, los
vecinos cerraban las calles y realizaban una fiesta para los niños. “Hacíamos
papas fritas y vendíamos, después inscribíamos a los niños y les dábamos
los regalos. Después los niños crecieron y se dejó de hacer la fiesta”, cuenta
Zulema Márquez.
René TroncosoPresidente CVD
Celebración Aniversario Nº 42 del barrioAño 2011
Fotografía digitalErwin Brevis
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ORGANIZACIONES SOCIALES E INSTITUCIONES
Gentileza Francisco Figueroa“La bandera del 21”Diciembre de 1990Papel brillante 10 x 15 cm
ORGANIZACIONES SOCIALES E INSTITUCIONES
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Club Deportivo 21 de Diciembre: el corazón del barrio
Muchas de las personas que llegaron a la toma eran jóvenes y adolescen-
tes que se sacrificaron junto a sus padres. En medio de la humildad de sus
viviendas y lo polvoriento de las calles, el deporte abría una ventana de
distracción para los nuevos vecinos que comenzaban a conocerse. El fútbol
sería la excusa perfecta para que la comunidad comenzara a crear lazos que
se mantendrían generación tras generación. “Nos reunimos un grupo de jó-
venes e hicimos la cancha a pala y picota. Teníamos 15, 16 años. Colocamos
palos de madera y cada vez empezó a llegar mas gente”, recuerda Francisco
Figueroa.
El 26 de septiembre de 1970 se constituyó oficialmente el Club Deportivo
del barrio llamado “Sol de Diciembre”. Las primeras camisetas las confeccio-
nó Vilma Correa, esposa de Francisco. Los colores: azul por el cielo y amarillo
por el caluroso sol que acompañó los primeros meses de la toma. “Logra-
mos tener una sede en Huambalí con 5 Sur donde todos los años hacíamos
candidaturas a reina. Nos valíamos de los puros beneficios. Se llenaban y
todos querían ir a los eventos, éramos más jóvenes y teníamos más energía.
“Venían de todos lados”, recuerda Orlando Henríquez, dirigente conocido
como “el pollito” y agrega que “el club fue el lazo que tuvo la gente para ir co-
nociéndose y eso fue importante porque se empezaron a hacer amistades y
formar familias. Se fueron haciendo ahijados y eso fue uniendo a la gente”.
Durante el gobierno militar, la administración municipal de ese entonces
quiso cambiar el nombre del Club por el de Club Deportivo El Roble. Pero,
en asamblea, los integrantes de la organización decidieron que el club aho-
ra se llamaría 21 de Diciembre. “Paralelamente, el alcalde Pedro Guzmán
formó el Grupo Juvenil 11 de Septiembre y nos pasó la sede que mandó a
construir. Pero después los del grupo juvenil pasamos a ser del Deportivo y
al final el 21 igual terminó ocupando la sede”, relata Orlando.
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Gentileza Orlando Henríquez“Despues de un clásico”
Año 2001Papel brillante
10 x 15 cm
“Empezamos a jugar amistosos en los campos y de a poco dejamos de ser
sólo amigos que se juntaban a jugar a la pelota. Comenzamos a tener cuer-
po y en 1974 entramos a la liga Andaba”, agrega “el pollito”. Desde ese mo-
mento los triunfos no pararon. Haber salido campeones en todas las series,
tener buena disciplina y contar con una gran hinchada, les valió ingresar al
la liga de fútbol Anfa al poco tiempo. En 1987, el Club pudo alzar por prime-
ra vez la Copa de Campeón en la Serie de Honor en la liga amateur.
La historia del Club 21 de Diciembre ha tenido altos y bajos. Sin duda los
triunfos han dejado mejores sabores, sobre todo cuando han sido sobre su
archirival el Deportivo Cóndor. Es el clásico del fútbol amateur chillanejo.
Pero también han habido problemas. “Los castigos han sido lo peor. En un
partido en 2002, íbamos ganando dos a uno, el árbitro alargó el partido y
se produjo el empate. La hinchada nuestra salió a la siga del árbitro, quien
recibió un par de golpes. Lo impresionante fue ver a tanto público”, recuerda
el director técnico, Renán Franco.
Otro de los hechos que han marcado la historia reciente del Club, es la pre-
sencia del árbitro profesional Carlos Chandía en su propia cancha en 2005.
“Era un clásico con el cóndor y esta cancha estaba repleta. Nadie quería
arbitrar el partido por lo peligroso que podía ser y justo en el público estaba
Carlitos”, recuerda Orlando. Efectivamente el árbitro internacional venía de
dirigir nada menos que el Mundial de Clubes en Alemania. “Para mi ha sido
un honor dirigir ese clásico. Recuerdo que el sábado estaba dirigiendo un
partido para la televisión y el domingo en una cancha de barrio”, cuenta el
ex árbitro profesional. Los jugadores se comportaron a la altura y el empate
a uno terminó con sólo una tarjeta amarilla.
No sólo la amistad define al Deportivo del barrio El Roble, la calidad de sus
jugadores también ha hecho eco en el fútbol profesional en más de algu-
na oportunidad. Jugadores como Juan Aquiles Soto o Hugo Bello han sido
algunos de los embajadores que el Club 21 de Diciembre ha tenido en el
fútbol profesional nacional e internacional. “Algunos jugadores se han per-
dido en los vicios que existen en la tertulia. O no han sabido aprovechar las
oportunidades”, explica Orlando Henríquez.
Gentileza Renán Franco“Campeón por primera vez serie de honor”Año 1987Papel brillante 10 x 15 cm
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ORGANIZACIONES SOCIALES E INSTITUCIONES
64 6565
Gentileza Orlando HenríquezCena de camaraderíaEnero de 1997Papel brillante10 x 15 cm
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En 2005 la sede social, que el Club ocupaba como camarines, se convir-
tió en un Centro de Salud Familiar. El Club 21 de Diciembre se quedaría
sin vestidores, pero a cambio de una mejora sustancial que se concretaría
gracias al Programa de Recuperación de Barrios del Ministerio de Vivienda
y Urbanismo.
En 2012, finalmente los integrantes del Club tendrían la infraestuctura por la
que habían trabajado por más de 40 años. Hoy, los camarines no sólo aco-
gen a los deportistas del barrio, también son el refugio para las visitas que
cada fin de semana llegan a la cancha del 21 a disfrutar del fútbol amateur.
Las conmovedoras escenas de los niños vistiendose bajo los árboles han
quedado atrás para dar paso a la comodidad de la tan esperada inversión.
Juntas de Vecinos: Los Laureles y 22 de Agosto
Una vez consolidada la toma de terreno, los vecinos tuvieron que organi-
zarse formalmente para poder gestionar ayuda para nuevo barrio. Fue así
como la Junta de Vecinos Los Laureles nació para resolver principalmente
problemas de tipo doméstico. “La gente estaba acostumbrada a que los
dirigentes les solucionaran todas las cosas. Ellos habrían las canaletas, re-
solvían divisiones entre los sitios, ayudaban a la gente que se anegaba, si
alguien no tenia como hacer almuerzo la Junta de Vecinos reunía cosas para
ir en ayuda de ellos, si fallecía alguien, etcétera”, recuerda Patricia Reyes, hija
de la recordada presidenta Adelaida Álvarez.
La Junta de Vecinos se dividía en 5 sectores, dos en el bajo y dos en el alto, el
último correspondía al sector de la toma del 22 de agosto de 1970. Hasta el
día de hoy, cada uno de los sectores tiene a sus propios delegados los que
representan a sus vecinos frente a los dirigentes elegidos.
Directiva JJ.VV. Los LaurelesAño 2012
Fotografía digital:Pamela Conejeros
ORGANIZACIONES SOCIALES E INSTITUCIONES
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Directiva JJ.VV. 22 de AgostoAño 2012Fotografía digital:Pamela Conejeros
Aunque el sector 5 fue incorporado al barrio El Roble, los vecinos de la Jun-
ta de Vecinos 22 de Agosto nunca han llegado a sentirse 100% parte del
sector. “Mi madre siempre quiso mantener la unidad y nunca quiso dividir al
barrio, pero cuando ella falleció al poco tiempo decidimos formar nuestra
propia junta de vecinos”, cuenta Patricia Reyes, actual presidenta de la Junta
de Vecinos 22 de Agosto. Para esta mujer, la dirigencia se lleva en la sangre.
“Como sector siempre tuvimos la intención de apartarnos para lograr cosas
mas rápido, porque veíamos que como era tan grande el barrio era muy
difícil gestionar algo para todos. Ha sido súper buena experiencia. Las calles
y el cambio de luminarias salieron mucho antes que en El Roble grande”,
agrega Patricia.
Dirigentes como René León, María Montanares y Juanita Fuentealba han
sido algunos de los líderes de este sector. En particular, Juanita Fuentealba
es recordada como una persona muy trabajadora desde la toma, muy hu-
manitaria, “no vamos a encontrar a otra como ella”, dicen los vecinos. En vida
se le homenajeó con la plaza que lleva su nombre.
Iglesias: cabida para todos los credos
Entre las personas que llegaron a vivir a la toma, Pedro Sepúlveda Godoy
traía una misión menos terrenal a la de conseguir una vivienda: se transfor-
maría en el primer pastor de la Iglesia Evangélica de Dios Pentecostal. En
su casa de la calle 4 Sur se dio origen a la primera comunidad cristiana del
barrio. “Era difícil entrar con el Evangelio, porque había mucha gente comu-
nista y esa ideología va contra el cristianismo”, explica Jonathan Henríquez,
oficial del templo.
Juan González Torres, actual pastor de la misión Pentecostal en El Roble afir-
ma que “la Iglesia siempre se ha insertado en lugares periféricos donde co-
mienza a sumir ciertas responsabilidades como el alcoholismo o la droga-
dicción, porque con la predicación a la calle, el Señor cambia a la gente y las
hace personas de bien. La iglesia apoya ese crecimiento y el cambio social.
Este era un barrio marginal, pero hoy es totalmente diferente a lo que fue”.
Iglesia Evangélica de Dios PentecostalAño 2012
Fotografía digital:Pamela Conejeros
ORGANIZACIONES SOCIALES E INSTITUCIONES
Iglesia Evangélica de Dios PentecostalAño 2012Fotografía digital:Pamela Conejeros
Capilla San AntonioAño 2012Fotografía digitalPamela Conejeros
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La menor burocracia para que surjan grandes y pequeños templos, ha per-
mitido que en El Roble existan numerosas comunidades como la Iglesia
Evangélica Ejército de Salvación, la Iglesia Evangélica Reino del Cielo, la Igle-
sia Adventista, entre otras. Por el contrario, la Iglesia Católica tardó quince
años en tener presencia en el barrio.
En 1984, los católicos de El Roble dejaron de utilizar la sede social para la
realización de algunas fiestas religiosas. La Capilla San Antonio fue gestio-
nada gracias al padre José Antonio Ortega, quien viajó a su país de origen,
España, para conseguir los recursos que permitieran construir la iglesia. “Éra-
mos muchos jóvenes los que trabajamos para equipar la capilla, hicimos
pescado frito y empanadas para juntar dinero”, recuerda Zulema Márquez.
En 1993, la Capilla San Antonio fue cerrada por problemas entre la coordi-
nación y el párroco de ese entonces, sólo con la llegada de las Hermanas
del Prado la comunidad renació. “Llegamos el 24 de enero de 1994, nos
recibió el Padre Chango que en ese entonces era diácono. La comunidad
no nos esperaba así que junto a las hermanas Teresa y María Elena salimos
casa a casa a presentarnos”, cuenta la hermana Magaly Orellana. “Nos en-
contramos con una comunidad que había sufrido mucho y que estaba en
decadencia.”, agrega la religiosa.
Desde la llegada de las Hermanas del Prado, la Capilla San Antonio se con-
virtió en el centro neurálgico del desarrollo de las actividades de diversas
organizaciones sociales del barrio. En ella funcionan la Acción Fraterna, el
Grupo Folklórico las Tortolitas, el Grupo Bíblico, las Amigas del Prado y, hasta
2010, el Comedor San Antonio para adultos mayores. Incluso, antes de la
construcción de la nueva sede social, también albergó a la Junta de Veci-
nos Los Laureles, el Grupo de Adultos Mayores San Antonio, los Comités de
Pavimentación, el Comité de Allegados, y el comedor para niños “Manitos
Unidas”, éste último sería el antecesor del Jardín Infantil Mi Casita.
Jardines Infantiles
A pesar de que hoy, la población de El Roble es mayoritariamente adulta,
existen tres jardines infantiles. Una institución fundamental que apoya a las
madres trabajadora y que entrega educación preescolar de calidad en base
a programas educativos.
Mi Casita: una practica habitual durante la década de los ’80 en los barrios
del país, fueron los comedores comunitarios que entregaban alimentación
a los niños más vulnerables. En El Roble el comedor “Manitos Unidas” dio
origen un jardín infantil que en un principio estaba a cargo de un grupo de
católicos altruistas. Una técnico en educación de párvulos trabajaba junto a
madres colaboradoras desde el 5 de agosto de 1988 hasta octubre de 1995
cuando el jardín pasó a manos de la Fundación Integra.
Capilla San Antonio Año 2011
Fotografía digital:Erwin Brevis
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ORGANIZACIONES SOCIALES E INSTITUCIONES
Jardín Infantil Mi CasitaAño 2012Fotografía digital:Pamela Conejeros
Jardín Infantil El CaracolAño 2012
Fotografía digital:Pamela Conejeros
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“Yo creo que el principal aporte es la cercanía que tenemos con las familias,
el trabajo en redes y la educación de calidad que se entrega, a pesar de lo
pequeño que es el establecimiento. Las mamás lo valoran porque aunque
se vayan del barrio vuelven a este jardín”, cuenta la directora del estable-
ciendo, Jenny Márquez. Hoy el Jardín Infantil Mi Casita atiende a 33 niños y
cuenta atención extendida hasta las 20:00 horas.
El Caracol: la vida de este establecimiento comenzó en calle Caupolicán
a cargo de mujeres que eran parte de los Programas de Empleo Mínimos
durante los ’80. En 1996, el establecimiento pasa a estar a cargo de la Fun-
dación Integra y dada la alta demanda pasa de contar con 5 funcionarios a
13. Hoy atiende a más de 80 niños, principalmente hijos de madres traba-
jadoras.
Nancy Ortiz, directora de El Caracol recalca que “nosotros somos parte de
ellos y ellos parte de nosotros. Que las personas de la comunidad siempre
sepan que estamos al servicio de ellos para puedan salir adelante y para que
los niños tengan nuevas oportunidades”.
El Roblín: es el único que pertenece a la Junta Nacional de Jardines Infanti-
les (Junji) y su radio de acción abarca más allá de los límites del barrio, dada
la alta demanda de salas cunas a lo largo del país. Este jardín se inauguró el
8 de octubre de 2010 y significó una inversión de 206 millones de pesos.
Actualmente, el jardín infantil tiene cuatro niveles desde Sala Cuna hasta
Kinder y tiene una matrícula de 104 niños. “Nosotros no sólo trabajamos
con los niños. También tenemos talleres de artesanía y chocolatería para las
mamás, porque ellas también necesitan nuestro apoyo, ya que muchas de
ellas son muy jóvenes”, cuenta Marisol Valenzuela, directora de El Roblín.
ORGANIZACIONES SOCIALES E INSTITUCIONES
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Cecof El Roble
Los altos índices de vulnerabilidad que presentaba El Roble lo hicieron can-
didato a tener un nuevo Centro de Salud Familiar (Cecof ) en 2006. A regaña-
dientes de algunos, el Cecof se ubicó en la antigua sede social que también
acogía al Club Deportivo 21 de Diciembre, “al principio nos dijeron que íba-
mos a durar poco. Además, no cumplíamos con todas las expectativas de la
gente, ya que no se podía retirar leche ni había atención dental”, recuerda la
directora, Erika Aravena.
Pero pronto la cercanía que el equipo del Cecof comenzó a tener con la
gente, logró que la comunidad valorara la presencia del centro de salud en
el sector. “En cuatro ocasiones nos entraron a robar y todos reaccionaron
indignados porque sentían que les estaban robando a ellos también”, relata
Erika. Estos lamentables acontecimientos motivaron que los vecinos deci-
dieran que parte de los recursos que llegaron gracias al Programa de Recu-
peración de Barrios del Minvu se invirtieran en la construcción del actual
cierre perimetral del establecimiento, terminando así con las panderetas
que ocultaban el accionar de los delincuentes.
Hoy, el Cecof El Roble es parte del corazón del barrio. No sólo se trabaja en
atención preventiva de salud, también aglutina el funcionamiento de algu-
nas organizaciones sociales como el Grupo Climaterio Años Dorados. “Este
enfoque de salud familiar es mejor para prevenir, porque se crean lazos, los
visitamos y conocemos su entorno”, cuenta su directora. Uno de los desafíos
que aún tiene pendiente el Centro de Salud Familiar y los dirigentes de El
Roble es la implementación del box dental.
Otras organizaciones sociales a lo largo de la historia.
Además del Club Deportivo 21 de Diciembre y las Juntas de Vecinos, en
el barrio existe una diversidad de organizaciones sociales. En la actualidad,
las más representativas son los Clubes de Adulto Mayor dado el envejeci-
miento de la población del sector. Algunas de los grupos que existen o han
existido son:
Grupo de Adultos Mayores San Antonio•
Grupo Folklórico Las Tortolitas •
Cecof Barrio El RobleEquipo de profesionalesAño 2011Fotografía digital:Erwin Brevis
Grupo Folklórico Las TortolitasAño 2011
Fotografía digital:Erwin Brevis
ORGANIZACIONES SOCIALES E INSTITUCIONES
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Grupo Climaterio Años Dorados•
Grupo Bíblico Luz y Esperanza •
Grupo Las Amigas del Prado•
Agrupación de enfermos crónicos Claudia Figueroa Carrasco•
Pastoral de Enfermos•
Club de Rayuela Buenos Amigos•
Comité de Mujeres Proyección •
Comité de Allegados•
Centro de Padres y Apoderados Jardín Infantil Caracol•
Centro de Padres y Apoderados Jardín Infantil Mi Casita•
Club del Adulto Mayor Isidoro Tohá•
Grupo Juvenil Shalom•
Hogar de Ancianos Santa Emilia •
Club de Adultos Mayores Esperanza•
Radio Comunitaria Proyección•
Gentileza Hilda CaresAniversario Club Esperanza
Década de los ´80Recorte de diario
12 x 11 cm.
ORGANIZACIONES SOCIALES E INSTITUCIONES
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EL PROGRAMA DE RECUPERACIÓN DE BARRIOS
Area Verde 6 PonienteAño 2012Fotografía digital:Erwin Brevis
PROGRAMA DE RECUPERACIÓN DE BARRIOS
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Llegada del Programa de Recuperación de Barrios
El Programa de Recuperación de Barrios del Ministerio de Vivienda y Urba-
nismo nace en 2006, definiendo a nivel nacional, 200 barrios que presenta-
ban problemas de deterioro urbano y vulnerabilidad social. Con el objetivo
de revertir esta situación y mejorar la calidad de vida de los habitantes de
estos barrios, se desarrolló un proceso participativo de recuperación de los
espacios públicos y de los entornos urbanos de las familias. Uno de los ele-
gidos fue el barrio El Roble de Chillán, el que junto a Irene Frei y Martín Ruiz
de Gamboa, componen los sectores más vulnerables de la comuna, por no
contar con espacios adecuados para la vida en comunidad, pero sobre todo
por la falta de un tejido social que sustente el barrio.
El objetivo del Programa de Recuperación de Barrios es contribuir a mejorar
las condiciones en las cuales se desarrolla la vida de barrio. Para ello, plan-
tea, en primer lugar, un plan intensivo de acciones sobre las condiciones
físicas del entorno, y en segundo lugar, contribuir a la cohesión social del
barrio mediante un plan de fortalecimiento de las organizaciones sociales
y la convivencia comunitaria. Para el Ministerio de Vivienda y Urbanismo, la
recuperación de los barrios significa enfrentar las carencias o problemas del
espacio físico, como impulso detonante de los procesos sociales que reacti-
van la vida comunitaria y apropiación vecinal del espacio público.
Los objetivos propuestos específicos del Programa son:
Recuperar espacios públicos deteriorados •
Mejorar las condiciones del entorno •
Fortalecer las relaciones sociales •
Propiciar barrios integrados socialmente•
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PROGRAMA DE RECUPERACIÓN DE BARRIOS
Para enfrentar este desafío, el Ministerio de Vivienda y Urbanismo asume una condición multidisciplinaria y una mirada a largo plazo, que reconoce la complejidad de producir cambios en las tendencias de las dinámicas so-ciales y la relación simbólica de los habitantes con su territorio, además de la transformación del espacio físico de los barrios.
Ello significó también entender el urbanismo como parte del ejercicio ciu-dadano y como una acción descentralizada, e incorporar a las comunidades y a los gobiernos locales como actores claves en todas las etapas del pro-ceso. En este sentido, la articulación de los distintos actores involucrados en la recuperación y la participación ciudadana se transforman tanto en instrumento para la recuperación como en un fin en sí mismo.
Lo anterior supone, por un lado, concebir los procesos participativos como experiencias vivenciales, donde los actores sociales son autocríticos de su realidad y capaces de coproducir, en conjunto con los actores instituciona-les, el futuro de su barrio. Además, supone reconocer que embarcarse en procesos participativos significa también la posibilidad de adquirir nuevas herramientas y desarrollar formas de trabajo más dialogantes y colaborati
vas entre los distintos actores, avanzando en el fortalecimiento social y de los valores cívicos de los vecinos y vecinas.
Para lograr el propósito se establecieron dos grandes ejes de acción: el Plan
de Gestión de Obras (PGO), que se encargó de ejecutar obras de mejora-
miento urbano y el Plan de Gestión Social (PGS), que fortaleció la participa-
ción ciudadana.
En la etapa de diagnóstico, se realizó el Estudio Técnico de Base, el que te-
nia por finalidad detectar las necesidades mas urgentes de intervención y
que identificaba al barrio como un sector con presencia de “sitios eriazos,
que son utilizados como juntas de grupos que viven aledaños a la pobla-
ción, los ex camarines como foco de prostitución, delincuencia, consumo
de alcohol y drogas. Baja iluminación, iluminación más antigua de Chillán,
falta de áreas de recreación y juegos infantiles” y continuaba argumentando
que “los vecinos perciben a su Barrio, como una población abandonada por
la autoridad, respecto a adelantos, como pavimentación, mejoramiento de
sitios eriazos”. Una realidad que hoy ha cambiado gracias al Programa de
Recuperación de Barrios.
Telecentro El RobleAño 2012Fotografía digital:Erwin Brevis
Visita de ObrasAño 2012
Fotografía digital:Erwin Brevis
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PROGRAMA DE RECUPERACIÓN DE BARRIOS
Consejo Vecinal de Desarrollo (CVD)
Es la organización comunitaria integrada por representantes de organiza-
ciones sociales, actores locales relevantes y entidades públicas o privadas
involucradas en el barrio, más un representante de la SEREMI de Vivienda y
Urbanismo como secretario técnico del Consejo. El CVD es quien suscribe
el Contrato de Barrio elemento o instrumento vital para el desarrollo del
programa, ya que el contiene cada una de las obras y actividades que se
ejecutarán en el marco de programa, por lo que este Consejo deberá velar
por el buen cumplimiento de cada una de las iniciativas a desarrollar.
En 2012, la directiva está formada por René Troncoso, presidente; Silvia
Acuña, tesorera; Patricia Reyes, secretaria, Cristina Isla, primera directora y
Francisco Moreno, segundo director. Además, es importante destacar el in-
condicional apoyo de las vecinas Eliana Romero y Carmen Bustos en cada
una de las actividades organizadas por el CVD.
CVD Barrio El Roble(De izquierda a derecha)
Patricia Reyes, René Troncoso, Cristina Isla, Francisco Moreno, Silvia Acuña.
Año 2012Fotografía digital:
Pamela Conejeros
René Troncoso, presidente del CVD, hace un balance de la ejecución del
Programa: “Todas las cosas nuevas cuestan y como era un plan piloto costó
aceptarlo. Teníamos que decidir cómo íbamos a invertir el dinero para el
barrio. Los objetivos de construcción urbana se cumplieron, en lo social aún
falta mucho por hacer”.
En 2010 la ejecución del programa sufrió un traspié al quebrar la consulto-
ra que llevaba a cabo la tarea, es por eso que durante el 2011 se firma un
nuevo convenio, en donde la Municipalidad asume la tarea de continuar y
concluir el proceso de mejor forma.
Sede Vecinal JJ.VV. 22 de AgostoAño 2012Fotografía digital:Pamela Conejeros
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PROGRAMA DE RECUPERACIÓN DE BARRIOS
Sede JJ.VV. Los LaurelesNiñas del Barrio Año 2011Fotografía digital:Erwin Brevis
Plan de Gestión de Obras
Cada uno de los espacios intervenidos y los diseños de las obras que luego
se ejecutaron, fueron definidos en conjunto con los vecinos. Cada una de
ellas quedó establecida en el documento que firmaron los representantes
de la Seremi de Vivienda y Urbanismo, la Municipalidad de Chillán y el Con-
sejo Vecinal de Desarrollo. Las obras ejecutadas, por un total de 444 millo-
nes de pesos, son:
Sede Social Los Laureles (Obra de Confianza) ($ 46.761.025) •
Telecentro ($17.289.673)•
Cierre Perimetral Cecof El Roble ($ 9.156.098)•
Señalética Vial ($ 7.946.761) •
Pozo de Regadío Área Verde 22 de Agosto ($ 8.227.814) •
Mejoramiento y ampliación sede social 22 de Agosto ($ 28.668.652) •
Multicancha 6 Poniente y Mejoramiento entorno Iglesia San Antonio •($ 28.095.212)
Área Verde 6 Poniente ($ 19.510.913)•
Diseño de pavimentos participativos diversos sectores ($4.200.000) •
Remodelación Complejo Deportivo Los Espinos ($44.453.363) •
Construcción de 9 miniplazas, entre ellas áreas verdes en Avenida Los •Espinos y en Avenida Barros Arana ($230.181.190)
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Área verde 6 ponienteAño 2012Fotografía digital:Erwin Brevis
Plan de Gestión Social
Cada una de las obras ejecutadas en el barrio debe ser cuidada y mantenida
por una comunidad organizada y comprometida con su barrio, es por eso
que dentro del PGS se desarrollaron diversas actividades que buscaban ma-
yor participación ciudadana que permitiera generar lazos más fuertes entre
cada uno de los vecinos y de las organizaciones sociales.
El modelo operativo del Programa de Recuperación de Barrios incorporó
el desarrollo de cinco componentes transversales que formaron parte del
plan de trabajo en el barrio en todas sus fases:
a) Participación Ciudadana
b) Identidad de Barrio y Patrimonio Cultural
c) Medio Ambiente
d) Seguridad Ciudadana
e) Conectividad Digital
Es así como dentro de las actividades que se desarrollaron estuvieron:
Escuela de Formulación de Proyectos Sociales•
Concurso de Iniciativas Comunitarias•
Talleres de Sensibilización Medioambiental•
Taller de Alfabetización Digital•
Taller de Mosaicos•
Actividades PGS ( de arriba a abajo):Vacunación de mascotasCelebración día del niño
Celebración de Fiestas PatriasAño 2011
Obra camarines Año 2012Fotografía digital:Erwin Brevis
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Exposición Fotográfica de la Historia del Barrio•
Celebración de fiestas importantes como Fiestas Patrias, •Aniversario del Barrio y Navidad
Visita a Boca Sur para conocer la experiencia del comité •medioambiental, entre otras.
Taller de Iniciativas Periodísticas.•
Celebración día del niño•
Campaña “Yo cuido la casa de mi vecino”•
Campaña “Yo cuido mi barrio en invierno”•
Festival de Talentos•
Taller de Iniciativas PeriodísticasAño 2012
Fotografía digital:Erwin Brevis
Visita a Bocar Sur Año 2012Fotografía digital:Erwin Brevis
Celebración de Aniversario 42º del Barrio
Año 2012Fotografía digital:
Erwin Brevis
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PROGRAMA DE RECUPERACIÓN DE BARRIOS
Comite MedioambientalAño 2012
Fotografía digital:Pamela Conejeros
Comite MedioambientalVisita al CET, Yungay
Año 2012Fotografía digital:
Erwin Brevis
Nuevas organizaciones sociales al alero del PRBUna de las tareas del Programa de Recuperación de Barrios era fortalecer el
tejido social, es así como apoyados por los profesionales que ejecutaron el
Programa se constituyeron nuevas organizaciones sociales.
Taller Laboral Cultural El Roble: esta organización nace del Taller de Mo-
saicos, una iniciativa que buscaba confeccionar las nueves placas que da-
rían el nombre a cada una de las áreas verdes que ejecutaría el Programa de
Recuperación de Barrios, gracias a la hermosa y duradera técnica. Tal fue el
éxito del taller, que las 30 mujeres que participaron en él, decidieron seguir
aportando a su barrio creando nuevas obras de arte que permitan hermo-
sear y reforzar la identidad del sector.
Comité Medioambiental: otro de los talleres que convocó a una gran
cantidad de vecinos fue el de Sensibilidad Medioambiental, en el cuidado
de las áreas verdes existentes y las que se construirían gracias al Programa
de Recuperación de Barrios, dio pie a que los vecinos se organizaran para
mantenerlas. El comité también está a cargo de la arborización del barrio y
del control de las distintas plagas que puedan existir.
Taller Laboral Cultural El RobleAño 2012Fotografía digital:Erwin Brevis
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LOS AVANCES DE EL ROBLE
De arriba a abajo:Rene Troncoso, Patricia Reyes, Rosa Rivas y Carmen Bustos.Año 2011 y 2012Fotografías digitales:Erwin Brevis
LOS AVANCES DE EL ROBLE
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René Troncoso
“El desafío del barrio, tiene que ver con la mayor participación social. En la
agenda 2 del Programa de Recuperación de Barrios existe un salón multiu-
so, dedicado especialmente para la cultura, y una radio comunitaria”.
Patricia Reyes
“Después de estar postergados tantos años ahora se nota a diferencia, sobre
todo en las veredas, pavimentos, el Cecof y los jardines infantiles. Antes na-
die se había preocupado de nosotros. Para el futuro esperaría que hubiera
mejor iluminación, un hogar de ancianos, un anfiteatro para los jóvenes y
canchas deportivas en buenas condiciones. Me gustaría tener un barrio de
lujo”.
Eliana Romero
“Encuentro muy bueno todos los adelantos que se han concretado, porque
se trabajó mucho para eso. Mi sueño es que esto fuera un barrio bonito y
limpio, para que se vea todo lo que se ha hecho. También me gustaría que
hubiesen más columpios para los niños y que todos los grupos puedan
trabajar en buena onda”.
Rosa Rivas
“El barrio ha cambiado de un cero a un 10. Las calles están más bonitas, más
limpias y hay mayor comunicación con los vecinos. Llevo mas de 40 años
viviendo aquí y primera vez que nos ayudan”.
Carmen Bustos
“Yo creo que de aquí a unos cinco años más estará mucho mejor. Esperamos
que ya exista el salón multiuso. También pediría señalética y contenedores
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Cronología del barrio
1969 : Se organizan “Los Sin Casa”
1969 : Toma del Fundo Huambalí
1970 : Dirigentes consiguen luz eléctrica para el barrio
1970 : Toma que da origen al barrio Elías Lafertte
1970 : Club Deportivo 21 de Diciembre
1970 : Nace Junta de Vecinos Los Laureles
1971 : Comienza construcción de viviendas
1973 : Finaliza construcción de vivienda
1974 : Club Deportivo 21 de Diciembre ingresa a liga Andaba
1984 : Nace Capilla San Antonio
1986 : Se levantaron 56 casas más
1987 : Deportivo 21 de Diciembre es Campeón en la Serie de
Honor en Anfa
1994 : Familias reciben títulos de dominio de sus viviendas.
1995 : Jardín Infantil Mi Casita pasa a Fundación Integra
1996 : Jardín Infantil El Caracol pasa a Fundación Integra
1996 : Se construyen las últimas 33 viviendas
2003 : Nace Junta de Vecinos 22 de Agosto
LOS AVANCES DE EL ROBLE100
para la basura en algunas esquinas para que cuando jueguen a la pelota el
fin de semana no quede tan sucio”.
Nora Aguilera
“Cuando yo llegué las calles era puro barro, todavía faltan algunas que pa-
vimentar, pero es poco. Me gustaría que los adultos mayores tuviéramos
máquinas para hacer ejercicio y una sede en el alto”.
Héctor Castro
“El barrio ha cambiado. Estuvimos casi 40 años en el barro. Ahora me gus-
taría que se aprovecharan más los espacios y que finalmente llegara un co-
legio al sector”.
Fabiola Rivera
“Ahora el barrio es mucho mejor, han plantado muchos árboles y han hecho
mosaicos y eso es bueno. Me gustaría que volviera el Programa Recupera-
ción de Barrios para que se sigan haciendo estas cosas. También me espero
que los vecinos sean mas unidos y no se enojen por cualquier cosa”.
De arriba a abajo:Nora Aguilera, Héctor Castro y Fabiola Rivera.Año 2011 y 2012Fotografías digitales:Erwin Brevis y Pamela Conejeros
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Bibliografía
Anabalón Pinto, Nelson; “Chillán una ciudad morfológica y socialmen-•te fragmentada en busca del desarrollo sustentable”; Revista Urbano; UBB; 2006.
Instituto Nacional de Estadísticas; Censo 2002.•
Municipalidad de Chillán: Archivo de Loteos y Subdivisiones.•
Muñoz Olave, Reinaldo; “Chillán: sus fundaciones y distribución. 1580-•1835”; Santiago de Chile; Imprenta San José; 1921.
Programa de Recuperación de Barrios, Estudio Técnico de Base Barrio •El Roble, 2008.
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2006 : Inauguración Centro de Salud Familiar (Cecof ) El Roble
2006 : Aprueban 11 proyectos de Pavimentación Participativa
2008 : Firma Contrato de Barrio Programa de Recuperación de Barrios.
2010 : Inauguración Jardín Infantil El Roblín de la Junji
2012 : Finaliza Plan de Gestión Social Programa de Recupera-
ción de Barrios.
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Agradecimientos:
A los vecinos que facilitaron sus fotografías:
Patricia Reyes, Flor Valdebenito, Ilda Cares ,
Francisco Figueroa, Orlando Henríquez, Renán
Franco, Edita Martínez, Dominga San Martín,
Zulema Márquez, Ilda González, Andrés Alta-
mirano, Cristina Isla, Filomena Bascuñan, María
Bravo, María Barriga, Inés Monsalve e Inés Espi-
noza.
Al Programa de Recuperación de Barrios del
Ministerio de Vivienda y Urbanismo
A la Ilustre Municipalidad de Chillán
A todos los vecinos y vecinas de El Roble
que apoyaron y creyeron en el Programa de
Recuperación de Barrios.
Vecinos del Barrio El RobleMulticanchaAño 2012Fotografía digital:Erwin Brevis