hermana maría inés del agnus dei nos ha dejado para … · los hijos de su hermano, fallecido...

4
Hermana María Inés del Agnus Dei nos ha dejado para la Casa del Padre Muy amados hermanos, Hermanas, amigos míos, “Yo soy la Resurrección y la Vida” dijo Nuestro Señor Jesucristo, “quien cree en Mí, aunque hubiese muerto, vivirá.” Hermanos, hermanas, amigos míos, Hermana María Inés del Agnus Dei se fue hacia la Casa del Padre de las Misericordias, después de haber recibido los últimos sacramentos, este 22 de mayo, a la edad de noventa años, en la fiesta de Santa Rita, apaciblemente, cerca de Hermana Marie Elisabeth que la cuidó tan bien durante estos últimos años. Hermanos, Hermanas, amigos míos, Hermana María Inés del Agnus Dei, Sierva de Nuestra Señora, siempre tuvo un gran amor por esta Buena Madre y una devoción particular por el Santo Niño Jesús. Era la undécima y última hija de su familia y sus padres habían acogido además a seis niños po- bres, lo que hacía 17 niños en esta pequeña casa! Su familia vivía cerca de un convento, y ya muy pequeña, estaba siempre con las Religiosas. Sin embargo, su familia negará dejarla entrar al convento! Y muy pequeña, Hermana María Inés cantaba en la iglesia; le gustaba mucho cantar. Desde la Isla Mauricio donde vivía, había oído hablar de las Aparicio- nes de Nuestra Señora de Frechou y ya se sentía atraída por el Bosque bendito de las Apariciones. Hay que decir que desde su juventud, ella se sacrificó para educar a los hijos de su hermano, fallecido prematuramente, y fue solamente después que entró en religión a la Fraternite Notre Dame, después de haber decidido de dejar su país para venir a Francia. Desde el comienzo de su entrada a la Fraternite Notre Dame, Página 1 sobre 4

Upload: vuthien

Post on 12-Oct-2018

222 views

Category:

Documents


0 download

TRANSCRIPT

Hermana María Inés del Agnus Deinos ha dejado para la Casa del Padre

Muy amados hermanos, Hermanas, amigos míos,

“Yo soy la Resurrección y la Vida” dijo Nuestro Señor Jesucristo, “quien cree en Mí, aunque hubiese muerto, vivirá.”

Hermanos, hermanas, amigos míos, Hermana María Inés del Agnus Dei se fue hacia la Casa del Padre de las Misericordias, después de haber recibido los últimos sacramentos, este 22 de mayo, a la edad de noventa años, en la fiesta de Santa Rita, apaciblemente, cerca de Hermana Marie Elisabeth que la cuidó tan bien durante estos últimos años.

Hermanos, Hermanas, amigos míos, Hermana María Inés del Agnus Dei, Sierva de Nuestra Señora, siempre tuvo un gran amor por esta Buena Madre y una devoción particular por el Santo Niño Jesús.

Era la undécima y última hija de su familia y sus padres habían acogido además a seis niños po-bres, lo que hacía 17 niños en esta pequeña casa!

Su familia vivía cerca de un convento, y ya muy pequeña, estaba siempre con las Religiosas.

Sin embargo, su familia negará dejarla entrar al convento!

Y muy pequeña, Hermana María Inés cantaba en la iglesia; le gustaba mucho cantar.

Desde la Isla Mauricio donde vivía, había oído hablar de las Aparicio-nes de Nuestra Señora de Frechou y ya se sentía atraída por el Bosque bendito de las Apariciones.

Hay que decir que desde su juventud, ella se sacrificó para educar a los hijos de su hermano, fallecido prematuramente, y fue solamente después que entró en religión a la Fraternite Notre Dame, después de haber decidido de dejar su país para venir a Francia.

Desde el comienzo de su entrada a la Fraternite Notre Dame,

Página 1 sobre 4

Hermana Maria Inés se dedicó con mucho cuidado a la confección y al mantenimiento de la ropa de iglesia mientras que cantaba cánticos a la Santísima Virgen María.

Ella decía: “Plancho esta ropa de iglesia para los sacerdotes, para que sirvan bien a Él que es el amor de mi corazón.”

Y años más tardes, cuando ya no pudo planchar por la sacristía, dijo: “Oh Jesús, suave Jesús mío, tu pequeño cordero ya no puede planchar para tus sacerdotes; esto me cuesta mucho!”

Un día que estaba planchando, en Le Frechou, vio a un hermoso pequeño niño, vestido con un vestido azul celeste, con peque-ñas flores blancas.

Hermana María Inés le pregunto “¿Pero qué haces aquí? ¿dónde está tu mamá?”

Después, fue su llegada a Nueva York donde se dedicó cerca de los más pobres, particularmente en la distribución a domicilio de las comidas para los enfermos alcanzados por el SIDA en el bar-rio de Harlem.

Estos enfermos la esperaban impacientemente, porque a menudo ya no tenían la fuerza de mo-ver y esto permitía que se quedasen en su casa.

Hermana María Inés les quería mucho y esto era recíproco porque representaba para ellos la mano de Dios que da y esto les daba la esperanza de la Vida Eterna porque ningún de ellos sobrevivió!

Los pobres del barrio de Harlem, en Nueva York la llamaban la Hermana “Bip-Bip”, porque cuando pasaba, con su carrito llena-do con las comidas para sus enfermos, ella hacía “Bip-Bip” para que la dejasen pasar.

Hermana María Inés del Agnus Dei siempre tenía la sonrisa en los labios y estaba muy alegre; el menor chiste la hacía reír a car-cajadas; siempre con su rosario en la mano, en las calles.

Si queríamos encontrarla, sin falta estaba delante de la estatua de Nuestra Señora del Monte Carmelo, que estaba expuesta cerca de nuestro inmueble en Nueva York, pasando las cuentas de sus Avemarías; el tiempo ya no contaba para ella. Página 2 sobre 4

Algunos años más tarde, después de Nueva York, fue Chicago.

Allá tambien, Hermana María Inés se dedicó cerca de los más pobres.

En nuestro restaurante gratuito, siempre quería ayudar a los más pobres y a los más ancianos.

Iba a tomar la bandeja para ellos para que pudiesen quedarse sentados.

Hermana María Inés quería mucho a los niños, siempre les daba galletas, dulces.

Los pobres la querían mucho porque reía de buenas ganas con ellos.

Los días de fiesta, a la mesa, le gustaba hacer reír a las reli-giosas con sus pequeños chistes.

Hermana María Inés del Agnus Dei tenía un amor particu-lar por las jóvenes postulantes y siempre tenía la palabra para animarles en su comienzo de vida religiosa. Lo que les sentaba bien a estas jóvenes Hermanas.

Podríamos decir aún muchas cosas sobre Hermana María Inés del Agnus Dei que la Hermanas llamaban “el pequeño cordero”.

A Pascua, este año, como ella guardaba la cama, en la incapacidad de moverse,vine a mostrarle el pequeño cordero que tenía en mis hombros y que representaba al Cordero de Dios, el Cristo Resucitado.

Hermana María Inés del Agnus Dei esbozó una sonrisa porque ya no hablaba, sino su sonrisa decía mucho!

Hay que decirles que, además de sus votos de religión, -pobreza, -castidad, -obedienza, -abandono total de su vida entre las manos de María Inmaculada, -estabilidad,Hermana María Inés del Agnus Dei hizo la consagración especial de las vírgenes.

Esto muestra cuanto su alma estaba unida con su Esposo Divino, Página 3 sobre 4

el Cristo Resucitado, que llamamos Agnus Dei, el Cordero de Dios.

Su amor por la Santísima Virgen María es un ejemplo para todos.

Hermana María Inés vivía verdaderamente con esta Buena Madre que quería tanto y cerca de La Cual ella vive en adelante en la Beatitud eterna del Cielo.

Hermanos, hermanas, amigos míos, es de desear que muchas vocaciones se levanten, vocacio-nes jóvenes, y vocaciones menos jóvenes para ponerse al servicio de Cristo, de los pobres, de los jóvenes, de los enfermos y de la Iglesia.

Recemos todos juntos a Hermana María Inés del Agnus Dei que, en este mo- mento, de lo alto del Cielo, nos mira, toda lista para escuchar nuestras oraciones y para sucitar vocaciones nuevas para la Fraternite Notre Dame.

Hermanos, Hermanas, Amigos míos, permanezcamos todos en la paz y la alegría porque no-sotros también, un día, iremos cerca de nuestra Buena Madre del Cielo, cerca de Jesús nuestro Redentor, para cantar eternamente las alabanzas de Dios. Amen

Sermón de Monseñor Jean Marie + snd.Fundador de la Fraternité Notre Dame

Página 4 sobre 4