TEXTOS JUVENILES

RESOLUCIÓN DEL CONSEJO NACIONAL DE LA JUENTUD POPULAR SOCIALISTA SOBRE ALGUNAS MEDIDAS DISCIPLINARIAS. (Sábado 31 de Julio de 1976).

El Consejo Nacional conoció el informe de la Dirección Nacional de la Juventud Popular Socialista, leído por conducto de su secretario General, compañero Héctor Ramírez Cuellar y especialmente el aspecto relativo a distintos hechos, actitudes o declaraciones políticas de carácter público de algunos miembros de nuestra organización juvenil que configuran graves violaciones a la disciplina interna, al ejercicio del centralismo democrático y que son totalmente ajenas y contrarias a los principios, el programa y la acción política permanente del Partido y de la Juventud. Igualmente ha conocido las medidas de tipo disciplinario dictadas por la Dirección Nacional de la Juventud Popular Socialista en su reunión del 22 de julio y considera que éstas se apegan a las normas orgánicas internas y tienen la finalidad de preservar la unidad ideológica y política de nuestra organización juvenil así como asegurar una mayor eficacia en nuestra actividad entre las masas juveniles.

El Consejo Nacional considera que los compañeros aludidos en el informe de la Dirección Nacional han incurrido en una actitud de agresión y enfrentamiento

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contra el Partido en su conjunto, sus órganos y de dirección y en consecuencia, contra la Juventud Popular Socialista; han trasladado a la prensa burguesa una discusión que debió ventilarse en los órganos regulares del Partido y la Juventud; han; han formulado apreciaciones erróneas, falsas o francamente calumnias contra el Partido, sus métodos internos de trabajo y sus organismos dirigentes en el afán de demeritar la lucha de nuestro Partido y en consecuencia de la Juventud, tratando de sembrar la desconfianza y el rechazo del pueblo y la juventud hacia sus instrumentos de lucha más esclarecidos.

Los miembros de la Juventud a que se hace referencia han hecho caso omiso de los constantes llamados a precisar el verdadero carácter del grupo político que encabeza Alejandro Gascón Mercado, asumiendo actitudes sentimentalistas y de regionalismo estrecho y en reiteradas ocasiones formularon declaraciones a diversos órganos de la prensa nacional olvidándose que están los conductos regulares para presentar cualquier inconformidad en el seno del Partido y de la Juventud.

El Consejo Nacional hace un llamado, nuevamente, a los miembros de la Juventud Popular Socialista que de buena fé o engañados, secundad la política de aventura del grupo de Alejandro Gascón Mercado, a que rectifique ese camino equivocado, que tanto estimulan los enemigos de nuestro partido, a que cumplan y hagan cumplir las resoluciones de los órganos superiores del Partido y la Juventud y a que perfeccionen su militancia política para luchar más eficazmente por las mejores causas del pueblo y la juventud. Aún es tiempo de corregir y de retomar la ruta señalada por el Maestro Vicente Lombardo Toledano a los revolucionarios de nuestro país. Las nuevas tareas que aprueba el Consejo Nacional requieren el esfuerzo, la responsabilidad y la vigilancia revolucionaria de sus miembros, militantes y órganos de dirección y no admiten actitudes o prácticas que lesionan su unidad ideológica y política o que pretenden menoscabar nuestra lucha a favor del pueblo y la juventud.

El Consejo Nacional, como autoridad máxima de la Juventud Popular Socialista cuando no está reunido el Consejo Nacional y en función de los artículos 29, 31 y 32 de los Estatutos, RESUELVE:

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1.- Excluir de la Dirección Nacional de la Juventud Popular Socialista a los compañeros SERGIO ALMAGUER COSSIO, HILARIO MARQUEZ ÁLVAREZ y CÉSAR NAVARRO GALLEGOS.

2.- Excluir del Consejo Nacional de la Juventud Popular Socialista a los compañeros SERGIO ALMAGUER COSSIO, HILARIO MARQUEZ ÁLVAREZ, JULIO MATOS AYORA, JUAN MANUEL ENRIQUEZ RIOS, CÉSAR NAVARRO GALLEGOS y FELIX CABRERA RAMÍREZ.

3.- Poner a disposición de los órganos del Partido las infracciones cometidas por los compañeros antes citados para que, en su calidad de miembros del Partido, se dicten las medidas que a su juicio, procedan.

4.- Desconocer al Comité Estatal de la JPS en el estado de Jalisco y convocar en un plazo no mayor de tres meses a un congreso estatal extraordinario,

5.- Convocar a un congreso estatal extraordinario en el estado de Durango, también en un plano no mayor de tres meses.

6.- Hacen un nuevo llamado a los compañeros de la Juventud Popular Socialista que de buena fé o engañados, secundan la política del grupo de Alejandro Gascón Mercado a que rectifiquen inmediatamente esa conducta política equivocada y observen la más estricta disciplina acaten y hagan acatar las resoluciones de los órganos del Partido y la Juventud.

Sala de Reuniones “AUDITORIO SALVADOR ALLENDE”.

POR UN MÉXICO SOCIALISTA.

México, D. F., a 31 de julio de 1976.

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RESOLUCION DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO POPULAR SOCIALISTA ACERCA DE LA ACTIVIDAD FACCIONAL CONTRA LA UNIDAD ORGANICA E IDEOLÓGICA DEL PARTIDO.

El Comité Central, en su reunión del 22 de mayo próximo pasado, a través del informe rendido por su Secretario General conoció ampliamente de las violaciones a los Estatutos del Partido, a su línea estratégica y táctica y a las resoluciones de la VI Asamblea Nacional Ordinaria, por los integrantes de una fracción cuya dirección política tenía su base en el Comité Directivo Estatal de Nayarit, encabezados por Alejandro Gascón Mercado, Manuel Stephens García, Salvador Castañeda O’Conor y Pedro Bonilla Díaz de la Vega.

Con motivo de estos hechos y con base en otros elementos de juicio que conocimos los componentes del Comité Central, este alto cuerpo da dirección del Partido tomó algunas resoluciones disciplinarias con el propósito de mantener su unidad ideológica y orgánica: cancelación del registro del candidato a diputado del PPS por el distrito de Papantla, Ver., y los candidatos a senadores y diputados por el Estado de Nayarit; desconocer al Comité Directivo Estatal del Partido Popular Socialista de Nayarit; excluir del Comité Central a Alejandro Gascón Mercado,

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Manuel Stephens García y Salvador Castañeda O’Conor, conceder un plano de treinta días a los demás miembros del propio Comité Directivo Estatal para que, por escrito, ratificaran su disciplina a los acuerdos del Comité Central; de lo contrario también serían acreedores a la misma sanción disciplinaria de exclusión del Comité Central. A todos los sancionados por violar las normas estatutarias se les conminaba a continuar incorporados en sus organismos de base.

Solo el compañero Ernesto Rivera Herrera ratificó por escrito su disciplina a los acuerdos de los organismos superiores del Partido y no así los compañeros Sabino Hernández Téllez, Raúl Rea Carbajal y José Santos González Gallo.

Pero los integrantes de esta fracción lejos de inconformarse contra estas resoluciones a través de los órganos regulares del Partido, siguiendo los pasos que los propios Estatutos señalan para dirimir cuestiones internas, utilizaron todos los recursos de la prensa nacional y regional y otros medios de comunicación que están en poder de los enemigos históricos y de clase del Partido, para calumniar, insultar, deformar los hechos y falsear la verdad, con el propósito de cuestionar la validez de los acuerdos del Comité Central del Partido y la autoridad de su Dirección Nacional.

Ante esta actitud, la Dirección Nacional consideró necesario enviar a los miembros de dirección y de base del Partido, un documento hecho público el pasado 24 de junio, que puso de manifiesto, sobre la base de los Estatutos (en particular en sus artículos 25, 36 y 40) y de datos concretos, la falta de funcionamiento de los virulentos ataques lanzados al Partido por el grupo fraccional, en el sentido de que:

1º.- La Dirección Nacional no está facultada para llevar a cabo coaliciones o alianzas.

2º.- El PPS no puede sostener en coalición, candidaturas a diputados o senadores de miembros de otros partidos, porque éstos no defenderían nuestros principios y programa, y de que,

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3º. Las resoluciones del Comité Central fueron aprobadas por 22 miembros (éstos fueron aprobados por 36 en la reunión del Comité Central y posteriormente se adhirieron otros 6 miembros que no pudieron asistir a la reunión); que de esta manera se sumaba concreta y objetivamente, de la manera más condenable, en los precisos momentos en que el Partido estaba empeñado en una lucha electoral de enorme trascendencia para nuestro pueblo y se presentaban amplias perspectivas para aumentar su influencia política y electoral, al coro de las fuerzas de la derecha, pro imperialistas, sinarquistas, conservadoras, anticomunistas, trotskistas y de la llamada izquierda, que han venido atacando a nuestro Partido desde su nacimiento con el afán de destruirlo o minimizarlo como fuerza de vanguardia y de obstaculizar, sin éxito, la aplicación de su línea estratégica y táctica.

La conducta de los integrantes de esta fracción, a partir del 22 de mayo, es de total indisciplina hacia nuestras normas partidarias, de abandono de la línea del Partido y, en consecuencia, a sus Principios de franca lucha contra los acuerdos del Comité Central y de su Dirección Nacional. A estas acciones se sumaron ya de manera abierta los comités estatales del Partido en Nuevo León, Durango, los miembros del Comité Central Santiago Fierro, Armando Prieto García, Samuel Santoyo León, y el candidato a miembro del Comité Central, Héctor Rodríguez Valdez, quienes al pedir la cancelación de su registro como candidatos a diputados y senadores del Partido y alentar a otros compañeros a tomar la misma decisión, sin haber renunciado previamente a su calidad de miembros del PPS, propiciaron la intervención de altos funcionarios de la Comisión Federal Electoral en la vida interna del Partido, quienes extrañamente dieron trámite inmediato a la cancelación de los registros, cuando este derecho sólo corresponde al Partido y no a sus miembros en lo individual (Artículo 108 de la Ley Federal Electoral). En su desesperación, han llegado a posiciones antipartido, al grado de negar toda la obra del Maestro Vicente Lombardo Toledano, calificando la etapa de su lucha como una en la que se manejó exclusivamente la demagogia y la palabrería, y de pedir la intervención del gobierno en nuestra vida interna para que se les entregue oficialmente la dirección del Partido.

Con base en las consideraciones anteriores, en las en las resoluciones del Comité Central aprobadas en su reunión del 22 de mayo, e la Dirección Nacional emitida el 24 de junio y en el informe rendido a este Comité Central para la Dirección Nacional y que ha sido suficientemente discutido en esta reunión, se resuelve:

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PRIMERO.- Expulsar del Partido Popular Socialista a Alejandro Gascón Mercado, Manuel Stephens García, Salvador Castañeda O’Conor y Pedro Bonilla Díaz de la Vega, por su trabajo fraccional ; por su indisciplina a los acuerdos de la VI Asamblea Nacional y del Comité Central, por violación a los Estatutos y Principios del Partido por su abierta conducta de traición al Partido y a su línea estratégica y táctica.

SEGUNDO.- Excluir del Comité Central a los miembros Santiago Fierro Fierro, Armando Prieto García y Samuel Santoyo León, y al candidato a miembro Héctor Rodríguez Valdez, por no acatar los acuerdos de los organismos superiores del Partido y adoptar actitudes de facción en el seno del Partido. A estos compañeros se les ordena circunscribirse en su militancia partidaria a la que realicen sus organismos de base..

TERCERO.- Desconocer a los Comités directivos estatales del Partido Popular Socialista de Nuevo León y Durango; reafiliar a todos los miembros del Partido de ambas entidades federativas, en un plazo no mayor de tres meses, así como designar en estos Estados, comités directivos provisionales, mientras no crean las condiciones propicias para convocar a las asambleas respectivas.

Cuarto.- Exhortar a todos los compañeros sancionados que quedan dentro del Partido, a observar una estricta disciplina partidaria, ya que en caso de persistir en posiciones de facción, públicas o privadas, se harán acreedores de inmediato a las máximas sanciones estatutarias, a efecto de preservar la más firme unidad de nuestro Partido.

Sala de Sesiones del Comité Central, “Compañero Presidente Salvador Allende”.

¡ V I V A M É X I C O ¡

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México, D. F., a 17 de julio de 1976.

EL COMITÉ CENTRAL.

ALGUNAS CONSIDERACIONES SOBRE EL MOVIMIENTO ESTUDIANTIL.

POR: HÉCTOR RAMÍREZ CUELLAR.

Ahora que se cumplen 15 años del movimiento estudiantil de 1968 de nuevo algunas voces cada vez más débiles y aisladas incurren en graves errores políticos al examinar esos sucesos. En primer lugar, se hace tabla rasa de la etapa anterior a ese conflicto, se le califica como popular aunque no participaron los obreros ni los campesinos y se exageran sus repercusiones políticas y sociales, menospreciando la trascendencia de otros acontecimientos.

Es necesario precisar el alcance de algunos rasgos políticos que tenía el movimiento estudiantil en la etapa de los sesentas para ubicar, con exactitud, que fue lo que en verdad ocurrió entre los estudiantes de las escuelas superiores que tenían una cierta organización política y social. Conviene tener una visión más completa, hacer un balance de lo que sucedió a raíz y después de 1968, para

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llegar a la conclusión de que es más de un aspecto se retrocedió y se han generado y consolidado fenómenos profundamente contrarios a los propios estudiantes y al pueblo en general. Este último aspecto no lo abordaremos, pero nuestras opiniones se traslucen, derivados de la primera parte.

Durante el período de los años sesentas, el movimiento estudiantil se caracterizó, básicamente, por un auge en sus actividades gremiales, un robustecimiento de la solidaridad antiimperialista y una acentuación de la alianza y colaboración, en torno a distingos objetivos políticos y sociales, de diferentes organizaciones. El triunfo de la Revolución Cubana en 1959 se convirtió en un catalizador que hizo que miles y miles de estudiantes se expresaran en las calles y en las instituciones de educación superior.

En el campo político, actuaba la Juventud Popular Socialista y la Juventud Comunista de México, agrupaciones del PPS y del PCM, respectivamente. El PAN tenía una Comisión Juvenil pero no una agrupación estructurada; más bien participaba a través de la Acción Católica de la Juventud Mexicana. En la Universidad, el Movimiento Universitario de Renovadora Orientación (MURO) era una filial de la alta jerarquía eclesiástica. El PRI contaba también con una Dirección Nacional pero tampoco tenía estructura; más bien era una Secretaría del Comité Ejecutivo Nacional, que una entidad autónoma.

Entre la Juventud Popular Socialista y la Juventud Comunista, en realidad las dos organizaciones políticas más importantes y representativas, hubo muchas acciones conjuntas, sobre asuntos de carácter nacional y referentes a la reforma educativa. En efecto, coincidieron en la necesidad de democratizar la educación nacional superior impulsando para ello un acceso mayor de los hijos de obreros y campesinos, facilidades para su formación y vinculación de los planes y programas de estudio a los requerimientos del desarrollo económico nacional.

Aunque entre los partidos había discrepancias políticas, e incluso fricciones violentas, esas organizaciones juveniles encontraron y generaron una disposición mutua para luchar por la organización revolucionaria y combativa de los estudiantes, por el establecimiento de un sistema nacional de becas y por la formación de un frente en contra de los grupos estudiantiles derechistas.

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Es seguro que en donde más se estrechó esta unidad en la acción fue en la necesidad de fortalecer la presencia del programa de la Federación Mundial de la Juventud Democrática, fomentar la solidaridad multifacética hacia Cuba socialista. La agresión norteamericana a Vietnam despertó una enérgica respuesta también conjunta.

En torno a la política de la Organización Continental Latinoamericana de Estudiantes (OCLAE) surgió primero un apuntalamiento común, pero después afloraron algunas diferencias, sobre todo impulsadas por quienes hicieron del folleto de Ernesto Che Guevara, “La Guerra de Guerrillas” un recetario aplicable para todas los países de nuestro hemisferio y que se atrevieron, en un alarde de prepotencia y pedantería, a dictar la línea a todos los partidos revolucionarios.

El infantilismo de izquierda, que se expresaba por la adopción emocional del método de la guerrilla rural, que exaltaba los textos de Regis Debray y como si fuese la última verdad revelada, se extendió en las filas de la Juventud Comunista, sobre todo a raíz de la llegada a la dirección del Partido del grupo de Arnoldo Martínez Verdugo. En la medida en que el sectarismo resurgía con fuerza en esa organización, se agotaron las posibilidades de un mayor acercamiento con la Juventud Popular Socialista. Y pasamos a una etapa de hostilidad, enfrentamiento y exclusivismos que, en cierta forma, facilitó el camino de los neo anarquistas maltusianos de 1968, que tenía como apóstol a José Revueltas, que habiendo renegado del marxismo, desconfiaba y hacia que desconfiaran sus jóvenes discípulos de todos los partidos marxistas.

La tesis equivocada del “vanguardismo estudiantil”, de la sobrevaloración del papel de los intelectuales y otras minorías fue impulsada por el grupo de Enrique Gonzáles Pedrero. Organizaron un ciclo de conferencias en el que el exponente fundamental fue Herbert Marcuse. Los salones de exposición estuvieron repletos de estudiantes que pensaban que esos intelectuales realmente estaban enriqueciendo al marxismo, cuando era todo lo contrario.

Tanto la Juventud Popular Socialista, como la Juventud Comunista tenían una importante influencia en el caso de las organizaciones estudiantiles, tales

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como la Federación Nacional de Estudiantes Técnicos (FNET) que realmente representaba a los estudiantes de IPN y de los Tecnológicos y que tenía una vida orgánica regular, aunque, desde luego, no exenta de vicios; en la Federación de Estudiantes campesinos Socialistas (FECSUM) que agrupaba a los estudiantes de la normales rurales, que vivían becados en internados sostenidos por el Estado. En una primera etapa, la Confederación de Jóvenes Mexicanos (CJM) era una central que aglutinaba y coordinaba a la FNET y a la FECSM y mientras esta situación perduró la CJM fue una organización muy poderosa. En la dirección de la CJM participaban miembros de la JPS, la JCM y por supuesto, del PRI, que siempre ostentaban los cargos más importantes.

Es cierto que en la FNET, FECSM y CJM se habían entronizado la corrupción y la manipulación que de ellas hacían políticos oficialistas y funcionarios gubernamentales; pero tenían una vida orgánica más o menos regular: se efectuaban Congresos Nacionales y estatales, se elaboraron programas de reivindicaciones culturales y políticas y se discutía en torno a ellos, a veces con apasionamiento y se elegían dirigentes que cumplían, aunque en forma limitada, sus obligaciones.

La debilidad de las organizaciones estudiantiles se produjo en la medida en que la JPS y la CJM fueron perdiendo posiciones e influencia política; ese vacío que se fue dejando lo ocuparon elementos que no solo desconocían la trayectoria revolucionaria y el programa histórico avanzado de sus organizaciones sino que habían entablado compromisos deshonestos con autoridades educativas y funcionarios públicos. Pero, a pesar de todo, existían y luchaban las organizaciones estudiantiles y éstas tenían un verdadero carácter nacional. Tanto la FNET como la FECSM paralizaban las actividades educativas cuando así se acordaba, lo que demostraba su indiscutible fuerza social y política.

I de marzo de I969

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PROYECTO DE RESOLUCIONES DEL PRIMER CONGRESO NACIONAL DE LA JUVENTUD POPULAR. 1948

1º.- ESTRUCTURA, OBJETIVA Y TAREAS DE LA JUVENTUD POPULAR.

La Juventud Popular es un Organismo Político de los jóvenes mexicanos -hombres y mujeres que no siendo ciudadanos aceptan el programa y los objetivos del Partido Popular, aplicándolos a las necesidades y a las reivindicaciones de las nuevas generaciones de México.

Partiendo de la definición anterior, formulada desde la campaña inicial para constituir el Partido Popular y la Juventud Popular, y tomando en cuenta la experiencia de los últimos 8 años desde que el Partido fue constituido, es necesario precisar la forma en que la Juventud Popular desde desarrollarse y realizar sus propósitos.

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La Juventud Popular no es un partido político Porque un partido, no solo de acuerdo con la Ley, sino también con la concepción que el Partido Popular tiene de lo que un partido representa debe estar constituido por ciudadanos y ciudadanas para alcanzar el Poder dentro de las normas de la vida democrática de México. La Juventud Popular no aspira al Poder, trata solo de agrupar en su seno al mayor número posible de jóvenes de todas las clases y sectores sociales que estén de acuerdo en luchar juntos para obtener el reconocimiento de los derechos que corresponden a cada nueva generación para lograr sus reivindicaciones inmediatas y para influir como generación nueva en la solución de los problemas del pueblo y de la Nación Mexicana, aportando para ello sus puntos de vista.

El hecho de que la Juventud Popular no sea ni pueda ser un partido político, no disminuye la importancia de su misión ni la trascendencia de sus luchas. Por el contrario, si cada nueva generación lograra influir con su pensamiento y con su esfuerzo en el desarrollo del programa de las fuerzas revolucionarias para acelerar el tránsito de México, de un país atrasado, basado principalmente en la agricultura, a la condición del pais altamente industrializado, dentro del marco de una vida democrática cada vez más representativa del Pueblo, tendrá el alto valor de constituir la reserva viva de los partidos políticos que, como el Partido Popular, constituyen las fuerzas que encabezan la transformación histórica de México.

Si un partido político no renueva sus cuadros, está condenado a declinar irremediablemente. La Juventud Popular tiene esa misión, junto al Partido Popular: La de constituir potencialmente los nuevos cuadros del Partido. Pero, para que este objetivo se logre, es indispensable que la Juventud Popular realice el máximo de sus propias tareas como organismo independiente y, a la vez, sujeto a la orientación del Partido.

Dos son, en consecuencia, las tareas esenciales de la Juventud Popular, una en la de organizar y defender a la nueva generación mexicana para que ésta pueda desarrollarse en su carácter de nueva generación, y la otra, es la tarea de proporcionar al Partido Popular los nuevos cuadros en la medida en que los miembros de la Juventud Popular alcancen la ciudadanía y estén dispuestos a ingresar voluntaria y libremente al Partido.

2º.- LA NUEVA GENERACIÓN.

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El Partido Popular ha afirmado, desde su origen, que una generación nueva no es solo el conjunto de los Jóvenes, hombres y mujeres, que no han alcanzado la ciudadanía, sino que la Nueva Generación se caracteriza por un pensamiento colectivo que, nutrido en el conocimiento de la evolución histórica de México y en la obra realizada por la generación adulta, aporte como generación, como conjunto humano, nuevas aspiraciones, nuevas metas para las luchas del Pueblo. Esto significa que una Nueva Generación necesita precisar sus ideas y significa también que para formularlas, es indispensable que examine el pasado histórico y el panorama nacional e internacional, dentro del cual le ha tocado vivir.

La teoría de que los jóvenes pueden, individualmente o en grupos formados por razones de ocupación, exponer el punto de vista de la generación a la que pertenecen, es falsa. Solo asociados en un organismo político que, no siendo un partido, se proponga el estudio colectivo del pasado, del presente y del porvenir, puede una nueva generación defender sus derechos y colaborar en la renovación de los ideales del pueblo y del programa de los partidos.

La política es la suma y la valoración de la experiencia, de las necesidades y de los ideales de un Pueblo. El Partido Popular, en contraste con la absoluta mayoría de los partidos que antes que él existieron en México, nació a la vida cívica reivindicando la actividad política como la tarea más alta, de todas las posibles, en el seno de la sociedad humana.

La política es una ciencia. Es la ciencia de organizar al Pueblo, de interpretarlo y de conducirlo por el camino del progreso a etapas cada vez más avanzadas, hasta lograr el advenimiento de un régimen social en el que hayan desapareciendo la miseria, la ignorancia, la opresión, la explotación del hombre por el hombre.

La nueva generación mexicana es la reserva que tiene nuestro Pueblo para alcanzar sus objetivos inmediatos y futuros. La Juventud Popular nació para facilitar esta tarea de importancia incalculable.

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3º.- LA EXPERIENCIA DE LA JUVENTUD POPULAR

¿Ha cumplido la Juventud Popular hasta hoy con sus objetivos?- La respuesta es negativa. No ha cumplido con sus propósitos La Juventud Popular por muchas razones que es necesario exponer honrada y valientemente.

Se han creado numerosos clubes de la Juventud Popular en diversas regiones del País. Se pueden afirmar que son centenares y centenares de jóvenes los que se han agrupado en esos clubes. Pero éstos no actúan de una manera sistemática. No estudian los problemas de la nueva generación dentro de la región en que viven, no formulan las demandas ni defienden sus derechos como jóvenes. La Juventud Popular no ha conseguido todavía que exista entre los miembros de éstos clubes la conciencia de la nueva generación

Junto a éstas circunstancias existe el hecho de que los miembros de la Juventud Popular han desarrollado una actividad digna de elogio en todas las luchas que el Partido Popular ha emprendido, particularmente en las batallas electorales. Pero este hecho tiene su aspecto negativo porque revela que los miembros de la Juventud Popular, desatendiendo sus tareas propias, sus deberes y sus derechos específicos, han participado en las luchas del Partido Popular como si fuesen miembros suyos y que el incentivo de la lucha misma los haya alejado de su propia misión.

En la medida de que exista una inclinación natural entre los miembros de la Juventud a participar en las luchas políticas que corresponden a los ciudadanos, y que esta inclinación fomentada, consciente o inconscientemente, por el Partido Popular, en lugar de que éste ayude a la formación definitiva de la Juventud Popular, está contribuyendo a aplazar las verdaderas tareas de la nueva generación.

Hay también una confusión que ha llegado el momento de liquidar para siempre. Respecto de quienes deben ser miembros de la Juventud Popular y quienes miembros del Partido. Esta confusión no proviene ni del Estatuto del Partido ni del Estatuto de la Juventud Popular, ni del régimen jurídico de nuestro país, sino de la incomprensión que todavía prevalece entre los mismos jóvenes y

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entre los miembros del Partido Popular, respecto de las características y de las funciones de la Juventud Popular.

Muchos jóvenes son miembros de la Juventud Popular y actúan, al mismo tiempo, con miembros del Partido. ¿Cómo solucionar éste problema? ¿Pueden los jóvenes que estudian ser miembros de la Juventud Popular, aun cuando muchos de ellos hayan llegado ya a la ciudadanía? ¿Por el hecho de ser ciudadanos, deben dejar de sentirse jóvenes o ajenos a los deberes y a los derechos de la generación de la que forman parte, considerada en su conjunto. Estas y otras preguntas se plantean constantemente en el seno de la Juventud Popular.

Tan confusión proviene principalmente de que los órganos de la Dirección del Partido, especialmente los órganos estatales y municipales, no han prestado la atención debida a la organización de la Juventud Popular. Muchos de los miembros del Partido siguen creyendo que no hay derechos de la nueva generación como tal, sino que los jóvenes no tienen otra tarea que la ingresar, muchas veces prematuramente, en el Partido. Por otro lado, entre la Juventud Popular existe la creencia de que siendo la nueva generación un factor de renovación de los cuadros del Partido, la Juventud Popular debe participar en la vida del Partido Popular llevando a él el impulso y las ideas de sus elementos. Estas ideas son completamente equivocadas.

El 1er. Congreso Nacional Ordinario de la Juventud Popular, bajo la Dirección del Partido Popular, debe terminar para siempre, tanto en el seno de la Juventud cuanto en el seno del Partido con esta confusión, porque sin liquidarla la Juventud Popular no podrá cumplir fielmente los propósitos para los cuales fue creada.

4º.- LAS TAREAS DE LA JUVENTUD POPULAR.

Desde un principio quedaron definidas las tareas de la Juventud Popular. Organizar a la Nueva Generación y defender su Derecho al Trabajo, su Derecho a la Cultura, su Derecho a la Salud y su Derecho a participar en la Construcción de México Nuevo.

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El Derecho al Trabajo es la reivindicación fundamental de la Nueva Generación Mexicana. Si se observa, aun cuando sea superficialmente, el panorama que presenta, desde este punto de vista la juventud de nuestro país, se tiene que llegar a la conclusión de que nunca ha estado tan abandonada la Juventud como hoy.

La mayoría de los jóvenes corresponden al gran sector campesino que constituye la mayoría de la población no solo desde el punto de vista demográfico, sino también desde el punto de vista de la población económicamente activa. ¿Cuáles son las perspectivas de los Jóvenes del campo por haberse detenido la marcha de la Reforma Agraria, hace ya cerca de 15 años, tanto en el aspecto de la dotación de tierras cuando en el del Crédito Agrícola?. Los hijos de los campesinos y de los pequeños propietarios emigran a las ciudades donde no encuentran trabajo, en parte, porque el desarrollo de la industria no los puede absorber porque todavía es muy débil. La mayoría se ve impulsada a emigrar al extranjero. Desde que estalló la Segunda Guerra Mundial, hasta hoy han salido de nuestro país cerca de dos millones de campesinos que constituyen la parte más valiosa de la población rural. Muchos de ellos han regresado a la Patria, pero muchos también se han quedado en los Estados Unidos para siempre. Los rancheros y agricultores norteamericanos solo admiten Jóvenes en buenas condiciones de salud, con algunas experiencias en el trabajo de la tierra. Como todos sabemos, los examinan desde el punto de vista biológico, como el que compra ganado. Rechazan a los que no se hallan en buenas condiciones para prestar servicios eficaces y se quedan con los mejor dotados, a quienes rodean después de pequeños privilegios con el fin de que se incorporen definitivamente al pueblo de los Estados Unidos.

¿Qué se ha hecho para impedir esta sangría humana, que debilita cada vez más la principal fuerza productiva de nuestro país?. Aceptar el hecho como inevitable y negociar solo con el gobierno de los Estados Unidos que nuestros campesinos tengan un trato humano. Nada se ha pensado siguiera en serio para retener a la juventud campesina en nuestro territorio. No se ha formulado ningún plan que evite la pérdida de la riqueza humana, mucho más valiosa que la riqueza del subsuelo y la que representa la tierra o las fábricas de las ciudades. La Juventud Popular tiene como una de sus tareas principales la de estudiar, no desde el punto de vista de los principios ni de las normas generales, sino de una manera concreta estando por estado, región por región, las causas que motivan el

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éxodo de los Jóvenes campesinos hacia el extranjero y la manera de remediar este problema dramático que coloca a México como un país de excepción en el mundo entero. Porque siendo México un país todavía despoblado, pierde la flor de sus fuerzas humanas por falta de trabajo para ellos.

Es indispensable que la Juventud Popular emprenda la tarea ya inaplazable, de estudiar las condiciones objetivas y subjetivas en que vive la nueva generación rural, para que después de hecha la investigación en una reunión de mesa redonda, con la ayuda del Partido Popular, se llegue a conclusiones válidas, a una serie de medidas programáticas que la Juventud Popular debe ofrecer al pueblo mexicano y al gobierno de la República.

La Juventud Obrera se encuentra también en grave situación. El desarrollo industrial iniciado hace un cuarto de siglo como sociedad en otros países semejantes al nuestro, no es un desarrollo que haya mantenido el mismo ritmo ascensional, con los recursos propios de México, sino que se ha caracterizado por un desarrollo industrial sin programa y a causa de la intervención de los capitales extranjeros se ha convertido en un proceso industrial anárquico, influido por todos los métodos del exterior, particularmente de los que se emplean en la industria de los Estados Unidos. A esta circunstancia se debe que en la medida en que se aumenta el número de establecimientos industriales, no aumenta de manera paralela la ocupación de los obreros. En los últimos años, los constantes llamados del aumento de la productividad, de la modernización de la maquinaria, del ritmo de trabajo etc., han puesto en la calle a millares de trabajadores que finalmente tienen que agregarse al ejército de los que huyen de México por falta de trabajo.

La Juventud Popular debe estudiar también grave problema, porque si los desocupados son adultos, que han perdido el único patrimonio de que disponían, su trabajo en las fábricas, es fácil pensar que la nueva generación obrera se encuentra en peores condiciones que la adulta.

La modernización de las fábricas, la introducción de métodos para aumentar la productividad, no han sido previstos por el estado, ni en cuanto a la forma de realizarse, ni en cuanto a sus consecuencias sociales. La modernización de la maquinaria comenzó en nuestro país cuando, después de la Segunda

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Guerra Mundial, las exportaciones de productos elaborados descendió, es decir, cuando dejaron de obtener las ganancias enormes que lograron los industriales ante las urgencias de la guerra. Este problema ha continuado como un derecho propio de los propietarios de las fábricas y de los talleres, limitándose el gobierno, como tratándose de un conflicto cualquiera, a intervenir ante las partes para llegar a un convenio para despedir a los trabajadores que deben salir de las fábricas.

La Juventud Popular debe examinar cuidadosamente la situación de los Jóvenes obreros, de los hijos de los obreros, rama por rama de la industria para saber en qué condiciones se encuentra la nueva generación y para proceder en la misma forma que tratándose de los problemas de la nueva generación campesina.

La Juventud Popular deberá estudiar también, bajo la Dirección del Partido, la creación de fuentes de trabajo especialidades para los Jóvenes. Hace ya años que el actual Secretario General del Partido Popular, previendo las consecuencias de la terminación de la guerra, sugirió una serie de actividades propias para los jóvenes, tanto en el campo como en las ciudades de nuestro país, que la Juventud Popular debe estudiar con atención para proponer que las actividades se organicen y se les encomienden a los Jóvenes que carecen de empleo.

Otro aspecto importante en relación con el trabajo de los Jóvenes, es el de su formación profesional. A este respecto, se necesita revisar la Ley Federal del Trabajo y todas las normas jurídicas que se refieren a la formación y aprendizaje de obreros calificados. También en este sentido el estado tiene programas. Simplemente ignora la cuestión.

Los Jóvenes que provienen de los sectores de las clases medias, se hallan también en condiciones difíciles. Los hijos de los profesionistas, de los burócratas, de los maestros de escuelas, de los miembros de las fuerzas armadas, aspiran en su mayoría a adquirir una profesión, especialmente una profesión de las llamadas liberales. Otros aspiran a adquirir una profesión de carácter técnico. Pero la gran mayoría de los Jóvenes de ésta procedencia, no ingresan ni a los establecimientos universitarios ni a los de Enseñanza Técnica, porque el cupo es limitado, porque muchos tienen que trabajar para ayudar al sostenimiento de la familia y porque ante las urgencias de carácter económico, necesitan trabajo retribuido para emprender o para continuar sus estudios.

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Y cuando se piensa en el trabajo para los Jóvenes procedentes de la clase media se piensa casi siempre en un empleo en alguna oficina del gobierno. ¡Se sabe siquiera cuántos son los Jóvenes que han logrado un empleo en las oficias del estado los que aspiran a ingresar en la burocracia?. Estos Jóvenes necesitan también un trabajo asegurado, por lo menos necesitan la perspectiva de nuevas fuentes de trabajo que hasta hoy no existen fuera de los órganos normales del gobierno federal y del gobierno de los estados. La Juventud Popular debe estudiar eta situación y llegar, tratándose de los Jóvenes campesinos y obreros a proposiciones constructivas y al señalamiento de nuevas formas de trabajo.

El derecho a la cultura es otra de las grandes reivindicaciones de la nueva generación mexicana. Es verdad que se ha ampliado en los últimos años la posibilidad de la educación, pero está muy lejos todavía de satisfacer las necesidades de la mayoría de los Jóvenes que aspiran a una preparación cultural.

La Enseñanza Técnica que depende del estado no tiene siquiera una ley que defina sus funciones, sus objetivos y que prevea la formación de los técnicos en relación con el desarrollo industrial del país. Siguen caminos diferentes: la formación técnica y el desarrollo industrial. En los últimos años se han creado algunos establecimientos para formar obreros calificados y técnicos supriores de algunas de las actividades industriales, pero también sin ver el panorama general del desarrollo económico de México. En este terreno sigue prevaleciendo la iniciativa privada espontánea o la rutina, tratándose de la educación técnica.

La reciente huelga de los estudiantes del Instituto Politécnico Nacional demuestra hasta qué punto se halla abandonada la verdadera función de la educación técnica en nuestro país. Autoridades del Instituto que durante largos años consagraron una hora diaria o dos a lo sumo a dirigir las labores, hecho que significa la ausencia completa de la dirección del Instituto Politécnico. La ausencia de un verdadero estatuto para ese gran centro educativo que coordine actividades, que planee la investigación científica, que cuantifique la formación profesional y aumente su calidad, que prevea las necesidades futuras del desarrollo económico del país, etc., dieron como resultado la inconformidad estudiantil que ha estallado varias veces en los últimos tiempos. Pero en lugar que las autoridades responsables de la enseñanza técnica hicieran frente a la crisis, para estudiar sus

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verdaderas causas, se limitaron, como siempre, a hablar de disturbios artificiales creados por agitadores y arrojar la culpa, como siempre también, de su falta de previsión, al Partido Popular y a otros elementos.

¡Cómo garantizar el acceso a la educación técnica al mayor número de Jóvenes que aspiran recibirla y cómo hacer que la educación técnica cumpla con su alta misión social e histórica que tiene encomendada!. Esta es otra tarea de la Juventud Popular.

Por lo que se refiere a la educación universitaria, también la Juventud Popular debe enfrentarse al estudio de la crisis por la cual atraviesa. A pesar de las enormes sumas de dinero gastadas por el poder público en los últimos años, en la Ciudad Universitaria, en el aumento del presupuesto destinado a la Universidad Nacional Autónoma y de la creación de numerosas universidades, hay una crisis universitaria que todos ven y de la que muy poco se habla. La crisis consiste en la falta de orientación y en la enseñanza superior que, partiendo del bachillerato, llegue a la formación de los profesionales universitarios o a la preparación cultural de los que no aspiran a tener una profesión determinada y que mantiene a la generación universitaria dentro de un ambiente de confusión, no solo desde el punto de vista del pensamiento filosófico, sino de la propia preparación científica de los estudiantes y de la concepción de su visión en la vida como mexicanos y como universitarios.

El bachillerato único adoptado hace poco tiempo para todas las escuelas preparatorias de la República y que fue adoptado después de reuniones que no llegaron siquiera a interesar a la masa de profesores y de estudiantes, es un síntoma claro de que ha bajado la calidad de la enseñanza universitaria. Ese bachillerato único es un bachillerato sin ciencia y sin humanidades. Lo fundamental no es obligatorio. Lo accesorio es fundamental en esa enseñanza.

Y si el bachillerato se parte hacia el examen de cómo se realiza la formación profesional en las facultades y escuelas, se llega también a advertir una crisis evidente en el seno de la Universidad, tanto en la Universidad Nacional Autónoma, como tiene que ser por la importancia que esta Institución posee, cuanto en las universidades de los estados.

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La Juventud Popular debe estudiar seriamente esta cuestión, sin prejuicios, sin examen superficial de las cosas, sino con un alto sentido de responsabilidad, con un ánimo constructivo de ayudar a que tanto la enseñanza universitaria cuanto las actividades culturales en general, estén a la altura nuestra época y contribuyan al proceso histórico de nuestro país.

Múltiples problemas requieren el examen del derecho a la cultura para la nueva generación mexicana. No solo se trata de la educación, ya sea técnica o universitaria, sino del derecho a la cultura en el sentido estricto de esta palabra, es decir, el derecho a tener acceso a las instituciones y establecimientos que puedan proporcionar a los Jóvenes la posibilidad de la valoración del mundo y de la vida para ser factores de progreso en los diferentes aspectos de la vida del pueblo y de la nación mexicana.

El derecho a la salud es otra de las reivindicaciones importantes de la nueva generación. Extender los servicios que protejan la salud física al máximo posible. Multiplicar los que se refieran a la salud mental. Ampliar los concernientes a los que podría llamarse a la salud social, a la participación de la nueva generación, con limpieza, con entusiasmo y con fe, en la Patria, en la vida del pueblo, es uno de los deberes esenciales del estado, un derecho de la juventud y también una de sus obligaciones fundamentales. En este campo tampoco hay problemas. Todo está por hacerse. La Juventud Popular debe estudiar seriamente este gran problema del cual depende que se lleve en promedio de la vida biológica, que el desarrollo de las nuevas generaciones sea un desarrollo sano en el sentido intelectual y psicológico y del cual depende, fundamentalmente la formación de una verdadera conciencia nacional, todavía en formación y hoy más amenazada que nunca por fuerzas internas de la reacción tradicional y por las fuerzas del imperialismo extranjero.

Por lo que toca al derecho de la nueva generación a participar en la construcción de un México nuevo -reivindicación importante también- solo hay un medio para lograrlo: el de que la Juventud demuestre que tiene una noción clara, por lo menos del presente y del porvenir. Los estímulos que los jóvenes reciben en esta materia son esporádicos y a veces simplemente demagógicos. Los concursos de oratoria, por ejemplo, que organizan los periódicos comerciales o el Partido del gobierno, pueden tener todo el valor de la propaganda comercial o el de la propaganda política que se quiera, pero no son factores que puedan contribuir

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seriamente a la expresión de la juventud respecto del México del futuro, porque cada uno de los participantes en esos concursos habla libremente de las cosas que improvisa o de los que ha oído. No se trata de eso. El problema es bien profundo. Se trata de estudiar de una manera colectiva, organizada, las características actuales de nuestro país, sus aspectos positivos y negativos, y tener muy clara la imagen del México el futuro, saber con precisión que se quiere que sea el México del mañana, para poder dar una opinión válida respecto del presente y del porvenir.

La Juventud Popular, de una manera humilde, sistemática, debe estudiar la historia de México, debe formar sus grupos que se dediquen a esta actividad tan importante. Debe estudiar también los problemas actuales y cuando ya tengan algunas ideas claras, precisas, válidas, sobre el pasado y sobre el presente, hasta entonces puede atreverse a hablar un poco sobre el porvenir, aportando su propia concepción de las cosas, bajo la guía de quienes han estudiado estos asuntos. Así la Juventud Popular interesará no solo a sus miembros sino a todos los jóvenes que sin ser afiliados a ella, tienen un deseo indudable de contribuir, sin saber cómo, concretamente, a la construcción de un México que aloja a un pueblo bien alimentado, bien vestido, sano y con la preparación necesaria para poder defender sus derechos y hacer de nuestro país una nación importante en el mundo.

Estas son tareas fundamentales de la juventud. Hay otras también. Pero estas pueden ser señaladas por la propia lucha de la Juventud Popular, por el estudio por la práctica, por los hallazgos que logre la acción de la Juventud Popular dentro de la nueva generación y dentro de nuestro pueblo.

Si la Juventud Popular emprende estas tareas y el logro de las reivindicaciones que se desprende de ellas, no solo estará a la altura de sus objetivos, sino que será un ejemplo para todos los organismos políticos o sociales que quienes la elevación constante de nuestro pueblo y la liberación de nuestra Patria.

5º.-.LA ORGANIZACIÓN DE LA JUVENTUD POPULAR.

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El sistema de clubes como organismos de base en la Juventud Popular, con la cooperación de los comités estatales del Partido, debe reforzarse para que haya el mayor número de ellos en todos los estados y territorios de la República, especialmente en aquellos centros caracterizados por la importancia de su población, ya sean urbanos o rurales.

Debe prestarse atención particular a la creación de clubes de la Juventud en las zonas en donde el Partido Popular está ya organizado y en aquellas en donde los problemas de la Juventud campesina obrera o estudiantil, son más agudos.

Esa labor necesita ser programada al detalle y presentada a la Dirección Nacional del Partido, para que ésta pueda intervenir y obtener cooperación de los comités estatales y municipales del propio partid

Cuando los clubes pasen de diez, es necesario hacer Comités regionales de la Juventud Popular, que sirvan de enlace entre los clubes locales y la Dirección Nacional de la Juventud. Porque no es menester que exista solo un Comité Estatal de la Juventud, a semejanza de los Comités Estatales del Partido. La estructura de éste obedece a otras razones, tanto de carácter legal como funcional y es obligatorio mantener los Comités Municipales un Comité Estatal.

6º.- LA DIRECCIÓN DE LA JUVENTUD POPULAR.

Aun cuando la Juventud Popular no tiene como atribuciones la Dirección de los organismos de los estudiantes, de los sindicatos obreros o de las comunidades agrarias, porque su misión no es la de reemplazar a los líderes de esas agrupaciones que tiene fines propios y específicos, es necesario escoger a los cuadros que trabajen con las masas Juveniles para que formen parte de la Dirección de la Juventud Popular, tanto de la Dirección Nacional cuanto de las Direcciones regionales.

Independientemente de esa medida de previsión que garantizará la influencia de la Juventud Popular en la organización de las masas Juveniles, la experiencia aconseja que junto al Comité Nacional de la Juventud Popular debe

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crearse un Consejo Consultivo integrado por los mejores elementos de la Juventud Popular que actúen en los organismos de las masas Juveniles. De esta manera se conseguirá mantener un vínculo estrecho entre la Juventud Popular y las masas Juveniles, sin la cual será difícil para la Dirección de la Juventud, Nacional y regionalmente considerada, influir en los conjuntos Juveniles que trabajan o estudian.

7º.- CONCIENCIA COLECTIVA DE LA JUVENTUD POPULAR.

Lo anteriormente expuesto lleva a la conclusión de que la Juventud Popular no logrará su organización definitiva, ni podrá realizar sus grandes tareas, si no logra, ante todo, formar entre sus miembros una conciencia común de lo que la Juventud Popular representa de sus funciones, de sus responsabilidades y de sus derechos.

Deslindados los campos así, el del Partido y el de la Juventud Popular, la madurez a la que han llegado muchos de los cuadros actuales, constituye una garantía de su desarrollo y del éxito de sus futuras luchas.

8º.- EL PARTIDO Y LA JUVENTUD POPULAR.

Éste análisis de las características y del proceso evolutivo de la Juventud Popular, lleva también a la conclusión de que solo pueden ser miembros de la Juventud, los jóvenes que no sean ciudadanos como regla general. Sin embargo, tanto por su capacidad como por el apoyo que tenga en las masas y por su experiencia probada, hay elementos juveniles que siendo miembros del Partido deben seguir actuando en el seno de la Juventud Popular, para que ésta se desarrolle y pueda consolidarse definitivamente. Estos elementos no permanecerán en la Juventud Popular por voluntad propia, sino que serán comisionados por el Partido para actuar en la Juventud Popular. Con este carácter, deberán inscribirse en las unidades respectivas y actuarán al mismo tiempo, en los organismos de la Juventud Popular prestándole su concurso.

Por otra parte, cuando los Jóvenes hayan alcanzado los derechos de ciudadanos, no es obligatorio que sean miembros del Partido, porque la afiliación

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de la Juventud Popular tiene finalidades distintas a la admisión del Partido Popular.

El ingreso al Partido, tiene que ser individual, espontánea y solicitada por cada uno de los que deseen incorporarse a él.

La Juventud Popular debe organizar su estadística, para poder impulsar los clubes de la Juventud y para aconsejar tareas especiales, según la composición social de los propios clubes y su ubicación geográfica.

El Partido Popular por su lado, tiene deberes hacia la Juventud Popular. No solo los de Dirección y de consejo respecto de las formas de trabajo, sino también por lo que toda a la organización de la Juventud. El primer deber de los organismos de la Dirección del Partido, Nacional y estatales, es de contribuir a la organización de los clubes de la Juventud. Si se piensa en que miembros del Partido pueden aconsejar a sus hijos su ingreso en la Juventud Popular, este simple hechos bastaría para que la Juventud Popular contara de inmediato con miles y miles de nuevos miembros. Si esto no se ha hecho es porque los miembros del Partido, no acaban todavía de captar la importancia de la Juventud Popular, su carácter especial y sus objetivos inmediatos y futuros. Esta deficiencia debe ser tomada en cuenta por la Dirección Nacional del Partido para que éste intervenga ante los Comités Estatales y Regionales del Partido Popular y se logre la cooperación de todos ellos en la organización de los clubes Juveniles.

9º.- REVISIÓN DEL PROGRAMA Y DEL ESTATUTO DE LA JUVENTUD POPULAR.

No sería posible en un Congreso de la Juventud Popular llegara a la formulación del Estatuto y del Programa detallado de la Juventud Popular, recogiendo las experiencias tenidas hasta hoy y el alcance de las reivindicaciones y de las áreas concretas de la Juventud Popular. El Congreso puede facultar tanto a la Dirección Nacional cuanto al Consejo Consultivo de la Juventud Popular, la tarea de formular el estatuto y el Programa con la cooperación de la Dirección Nacional del Partido. Pero el Congreso debe discutir a fondo el carácter de la

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Juventud Popular, su estructura, sus funciones, sus métodos de trabajo, sus objetivos, sus responsabilidades y sus derechos.

Estudiar y servir, afirmó la Dirección del Partido Popular en una de las asambleas nacionales de la Juventud Popular. Servir a la nueva generación y servir al pueblo, ayudarlos en la defensa de sus derechos cotidianos por mínimos que parezcan. Prestar su cooperación desinteresada para la realización de las obras positivas de las autoridades nacionales, estatales o locales. Servir siempre al interés común del pueblo y de la nación. Destacarse como un conjunto que tiene la alta tarea de contribuir a aliviar las penas y los sufrimientos del pueblo y de los Jóvenes. Y estudiar constantemente, porque sin el estudio de los problemas, la acción es siempre una lucha improvisada que solo por accidente puede identificarse con la lucha que se deriva del análisis profundo y justo de la cosas.

Ese estudio no debe confundirse con el que realizan los Jóvenes inscritos en las escuelas. Estos han de estudiar y han de ser los mejores estudiantes si quieren ser miembros de la Juventud Popular. Esa es su tarea concreta, como es también tarea concreta la de trabajar en la fábrica, en un taller, en la oficina o en el campo, tratándose de los Jóvenes obreros o campesinos. El estudio que deben realizar los Jóvenes de la Juventud Popular es el estudio en común de los problemas y de las tareas que a la Juventud Popular corresponden. Porque solo el estudio colectivo puede dar buenos frutos, ya se trate de los miembros de la Dirección o de los que integran los clubes.

10º.- LA PRENSA Y LA JUVENTUD POPULAR.

Uno de los medios más eficaces para lograr la organización de la Juventud Popular es la publicación de sus periódicos. Por lo menos debe haber un órgano general de la Juventud Popular. Esta es una de las tareas urgentes que debe, llevar a cabo.

Existe la tendencia, cuando se habla de los órganos de prensa de cualquier organismo, a pensar siempre en periódicos de importancia por su presentación, por el número de sus páginas, por la cantidad de los escritos que contengan. Esta idea debe desecharse porque es falsa. La importancia de un periódico no estriba en su valor cuantitativo, sino en su valor cualitativo. Un periódico puede lograr una

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influencia enorme siempre pequeño. De la misma manera, un periódico que tiene un gran formato y cuente con numerosas páginas puede ser un periódico sin ningún valor, porque carece de contenido, porque no cumple su función de la información, de orientación de educación de las personas a las cuales está destinado.

El órgano periodístico de la Juventud Popular debe comenzar siendo modesto. Pero esta modestia debe referirse solo a su valor cuantitativo. Respecto de su contenido, el periódico debe ser un órgano lleno de substancia, nutrido de ideas, de juicios críticos y de informaciones realmente importantes.

Creado el órgano central de la Juventud Popular, es por lo menos aconsejable que los comités regionales de la Juventud Popular publiquen también sus órganos de prensa, con la ayuda y la cooperación ideológica de la Dirección Nacional de la Juventud Popular.

11º.- EL PORVENIR.

El futuro de la Juventud Popular es parte del futuro de la nueva generación mexicana. No se puede pensar en una Juventud Popular vigorosa, bien organizada, bien orientada, si se olvida que la Juventud Popular debe aspirar a ser vanguardia de todos los jóvenes mexicanos.

El panorama actual, ya recordado, está lleno de sombras y de obstáculos; pero puede transformarse en un panorama lleno de luz y de perspectivas ilimitadas.

Si el Partido Popular y la Juventud Popular trabajan con energía, con entusiasmo, con amor a la causa del pueblo y de la Patria, como lo han hecho hasta hoy: si logran atraer a la causa del pueblo y de la independencia verdadera de la nación mexicana a las otras fuerzas democráticas y a las personalidades

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progresistas de nuestro país, la política económica del estado se transformará en un sentido positivo, lo mismo que la política social, la política cultural y la política internacional del gobierno. Esta transformación tiene mayores posibilidades que en todo el pasado para el trabajo, la preparación, la educación, la cultura y la vida misma de las nuevas generaciones.

No existe hoy la amenaza de una nueva guerra mundial, que todavía hace algunos años constituía un peligro inminente para todos los hombres y mujeres que habitan en la tierra, pero particularmente para los Jóvenes, porque estos son los llamados siempre a integrar las fuerzas armadas que han de pelear y destruir la vida y los bienes materiales y culturales de todos los pueblos.

El peligro de una guerra mundial se ha alejado, aunque no ha desaparecido, gracias a diversos factores que han contribuido a hacer fracasar a los planes de los incendiarios de la guerra.

La distensión internacional es el fruto de enormes esfuerzos, de la propaganda intensa, de las resoluciones enérgicas de centenares de millones de seres humanos de todas las razas, creencias y opiniones políticas, que han decidido oponerse a una nueva conflagración.

Pero los que se benefician con las guerras no han renunciado a sus propósitos criminales. Hay que vigilarlos. La vigilancia no ha de consistir solo en observar con atención lo que ocurra, sino en contribuir resueltamente a impedir que los siniestros planes de los belicistas puedan cumplirse.

La Juventud Popular debe luchar, como lo ha hecho el Partido Popular, por la Paz del Mundo, por la solución pacífica de los conflictos internacionales, por el desarme, por el intercambio comercial y cultural entre todos los pueblos sin excepción. Pero, al mismo tiempo, debe aprovechar la Paz de que disfrutamos para alcanzar, lo más pronto posible, sus metas. De esto dependerá en buena parte la purificación de la atmósfera política de nuestro país, la vuelta de la fe en la vida de nuestro pueblo y la nueva marcha de la Revolución Mexicana.

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INTRODUCCIÓN.

El materialismo dialéctico es el fundamento filosófico del marxismo-leninismo. El marxismo-leninismo y sus partes fundamentales, el materialismo dialéctico e histórico, representa, como como dice Engels, una concepción del mundo, la vida y la sociedad, comprendidos en un todo coherente, sistemático e interrelacionado.

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El materialismo delictivo no considera a los fenómenos del mundo, d la vida y de la sociedad, en forma aislada o separada del contexto general. Por lo contrario, estudia a los procesos y fenómenos en relación recíproca entre sí.

El trabajo se inicia (Capítulo I) con la definición que de materialismo dialéctico dan F. V. Konstantinov y M. N. Rosental, presidente y miembro de la Academia de Ciencias de la Unión Soviética, respectivamente. El capítulo II comprende la concepción materialista de la materia formulada brillantemente por Lenin en su libro “Materialismo y Empiriocriticismo”. El concepto nuevo de materia es fundamental porque representa el sostén filosófico de la construcción materialista. En este mismo apartado se asienta una idea importantísima que el movimiento es intrínseco a la materia, en contraposición con la postura idealista que considera que el movimiento fue otorgado a la materia por un ser ajeno a ella. Enseguida se enumeran, someramente, las distintas clases de movimiento.

En el capítulo III se desarrolla la concepción materialista del mundo; la cosmogonía de la nebulosa torbellinesca de Kant y Laplace.

En el capítulo IV aparece la concepción genética de la vida. El enfriamiento paulatino de la corteza terrestre creo condiciones especiales y necesarias que provocaron y permitieron la aparición y pervivencia de la primera forma de albúmina, como la forma más rudimentaria y a la vez esencial de la vida orgánica, producto de un complicado proceso químico de interacción de substancias. Es decir, de la evolución de la materia inorgánica surgió la vida orgánica. Estos conceptos fundamentales fueron tomados de la “Dialéctica de la Naturaleza,” de Engels.

En el capítulo V formuló la aparición del hombre como el ente corpóreo y psíquico que se ha producido en virtud de un largo proceso de diferenciación celular y cuyos antepasados más remotos fueron los monos antropoides.

La categoría del materialismo dialéctico aparecidas en el capítulo VI, fueron extractadas de los libros “Categorías de Materialismo Dialéctico” de M: M. Rosentel y “Fundamentos de Filosofía Marxista” de F: V: Konstantinov. Las categorías son: la causa y el efecto; la lay, lo singular, lo universal, lo particular la posibilidad y la realidad: la necesidad y la casualidad.

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En el último capítulo, el número VII, se señalan las tres leyes fundamentales de la dialécticas: ley de los cambios cuantitativos en cualitativos: ley de la lucha y unidad de los contarios; y la ley de la negación de la negación.

El trabajo pretende abarcar los aspectos importantes del materialismo dialéctico, como corresponde a una concepción del mundo, la vida y la sociedad, unitaria y coherente.

“El marxismo forma una doctrina total y armónica en la que se distinguen tres partes fundamentales: La filosofía, la economía política y la teoría del socialismo científico. Las tres se hallan interna e inseparablemente ligadas entre sí. La teoría general que sirve se basa filosófica, al marxismo, a su economía política, a la línea estratégica y táctica de los partidos marxistas, es el materialismo dialéctico e histórico. (I).

“La falla de las viejas escuelas materialistas estriba en que su manera de pensar era predominantemente metafísica: no se hallaban pertrechados de un método certero, dialéctico, del conocimiento”.

(I) F. V. Konstantinov, Los Fundamentos de la Filosofía Marxista, versión directa del ruso por Adolfo Sánchez Vázquez y Wenceslao Roces, Editorial Grijalbo, México, 1960. 638 p.p. 15

“Es el método que considera las cosas, los fenómenos y sus reflejos mentales, los conceptos en sus mutuas relaciones y en movimiento, en su nacimiento, desarrollo contradictorio”, (2).

Dice Federico Engels en el “Anti-Dubring” que la concepción marxista no es una filosofía, sino una simple concepción del mundo que tiene que sostenerse y actuarse no en una sustantiva ciencia de las ciencias, sino en las ciencias reales. (3).

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“El materialismo dialéctico constituye la única filosofía científica que descansa sobre los sólidos fundamentos de toda la ciencia moderna” (4). “Considera al mundo tal y como es; es decir, en constante cambio y desarrollo; y si todos los objetos se desarrollan, no puede suceder otra cosa con las categorías y los conceptos que los reflejan” (5). “Los conceptos, las categorías son el resultado de la actividad abstrayente y generalizadora del hombre; son el resultado de la trayectoria del pensamiento que va de lo concreto a lo abstracto” (6).

“El conocimiento es un proceso complejo que arranca de la percepción simple, de la observación de la realidad, de una percepción no pasiva sino activa que se realiza sobre la base de la actividad práctica. La percepción sensible constituye una premisa importante del verdadero conocimiento científico, pero por sí sola no es todavía una captación profunda de la realidad” (7).

Dice V: I: Lenin que “en la teoría del conocimiento científico como en todos los demás dominios de la ciencia, hay que razonar dialécticamente o sea no suponer que nuestro conocimiento es acabado e invariable, sino analizar el proceso gracias al cual el conocimiento nace de la ignorancia o en virtud del cual el conocimiento incompleto e inexacto llega a ser más completo y exacto”.

(2) Ibidem, p 25.

(3) Federico Engels, Anti-Duhring (la subversión de la ciencia por el señor Duhring, versión española de Manuel Sacristán Luzón, Editorial Grijalbo, México, 1964, 341 p. p. 22.

(4) op, cit Konstantinov. P. 26,

“La capacidad cognoscitivo del hombre reviste un carácter histórico: depende de su propio desarrollo y del órgano de su propio pensamiento; el cerebro. En el desarrollo de esta capacidad, en cuanto es específicamente humana, desempeña un papel decisivo la sociedad. El proceso cognoscitivo es un proceso histórico social que discurre a tono con las exigencias del desarrollo de la sociedad”. (9).

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Concepción materialista de materia y movimiento.- La materia como categoría filosófica enriquece nuestro conocimiento sobre ella. En cualquier caso definimos a la materia como la realidad que se nos da en las condiciones en que esta se desarrolla; esto es de gran importancia para no apartarse de las posiciones del materialismo. Hoy sabemos que la materia se presenta bajo dos formas fundamentales, la materia y el campo y que puede transformarse la una en el otro, como acontece con la transformación del fotón en el positrón y en el electrón y viceversa”. (10).

“En su obra “Materialismo e Impirio-criticismo”, Lenin da esta definición del concepto de materia” la categoría filosófica que sirve para designar la realidad objetiva dada el hombre en sus sensaciones, copiada, fotografiada, reflejada por nuestras sensaciones y que existe independientemente de ella” (II). “La idea, desentrañada y formulada por Lenin, de la inagotabilidad interna de la materia, de su infinitud, es uno de los rasgos más esenciales de la teoría materialista dialéctica de la materia”.

(5) Ibidem, p. 31.

(6) M: M: Rosental y G. M. Straks. Categorías del Materialismo Dialéctico. Traducción directa del ruso por Adolfo Sánchez Vázquez y Wenceslao Roces, Editorial Grijalbo, México, 1958 p. p. 3

(7) Ibiden, p. 2

(8) Op. Cit. Konstantinov, p. 286.

(9) Ibidem, p. 287.

(10) Op. Cit. Rosental, p. 53.

(11) Konstantinov, apud, Lenin p. 116.

(12) Ibidem. P. 120.

“El movimiento no es un estado accidental de la materia sino una propiedad universal, eterna e inseparable de ella; es su modo de existir, su atributo” (13) “El movimiento es el modo de existencia de la materia” (14).

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“Jamás y en ningún lugar ha existido materia sin movimiento, ni puede haberla. Movimiento en el espacio cósmico, movimiento mecánico de masas menores en cada cuerpo celeste, atracciones y vibraciones moleculares como el calor, o como la corriente eléctrica; descomposición y composición química: todo átomo de materia del mundo y en cada momento dado se encuentra en una u otra de esas formas de movimiento, o en varias a la vez. Todo reposo, todo equilibrio es estructuralmente relativo y no tiene sentido más que respecto de tal o cual forma de movimiento. El movimiento es, por ejemplo, tan increable e indestructible como la materia misma. El movimiento no puede pues, crearse sino solo transformarse y transportarse…

“El reposo y el equilibrio no son solamente relativos sino también temporales, tarde o temprano el movimiento universal acaba por perturbar, suprimir, o eliminar a dichos estados. Pero, tarde o temprano, también este mismo movimiento universal engendra ineludiblemente los estados de reposo y equilibrio en una u otra forma en distintas condiciones”. (15.

“Como es sabido, según esta concepción, todo el sistema solar nació de una masa gaseosa extraordinariamente enrarecida y en rotación, mediante su gradual condensación de tal modo que, como es natural, el movimiento de rotación de esa bola de gas cobró mayor fuerza en el Ecuador y de allí se desprendieron anillos de gas que luego se condensaron para formar los planetas, planetoides, etc., girando en torno del cuerpo central, en el sentido de la rotación originaria. En cuanto a otra rotación, se le explica generalmente por el movimiento propio de las distintas partículas de gas, movimiento operado en las más densas y diversas direcciones, pero de manera que acaba siempre imponiéndose el movimiento de una determinada dirección, lo que determina el movimiento giratorio el cual va necesariamente intensificándose a medida que se contrae la nebulosa”. 16) p.

(13) Ibidem, p. 126

(14) op. Cit. Anti-Duhring, p. 47

(15) Ibidem, p. 126,

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“Si la tierra era el resultado de un proceso de transformación también tenía que serlo necesariamente su actual estado geológico, geográfico y climático, sus plantas y sus animales, esto quiere decir que la tierra debían necesariamente tener una historia no solo en el aspecto, de la extensión, sino también en el tiempo, en orden de sucesión”. (17).

Hubieron de pasar necesariamente miles de años antes de que se presentaran las condiciones en que, dándose el siguiente paso de avance, pudo esta albúmina informe crear la primera célula mediante la formación del núcleo y la membrana. Pero al aparecer la primera célula se sentó al mismo tiempo, la base para la formación de todo el mundo orgánico, primeramente se desarrollaron, según podemos conjeturar a base de toda la analogía del archivo paleontológico, innumerables especies de protistas a celulares y celulares, de las que solo ha llegado a nosotros el “Eoceno canadiense” partiendo de las cuales algunas se diferenciaron gradualmente para formar las primeras plantas, y otras para dar vida a los primeros animales. Y partiendo de estos animales primarios se desarrollaron por un proceso de ulterior diferenciación las innumerables clases, ordenes, familias, géneros y especies animales y por último, la forma en que el sistema nervioso alcanzó su grado más alto de desarrollo, la de los animales invertebrados entre éstos finalmente, el animal vertebrado en el que la naturaleza cobra conciencia de sí misma: el hombre” (18).

(16) Federico, Engels, Dialéctica de la Naturaleza, traducción de Wenceslao Roces, Editorial Grijalbo, México, 1961, 310 p. p. 51.

(17) Ibidem, p. 9

/18) Ibidem, p. 25

“La vida es el modo de esencial de los cuerpos albuminoideos cuya nota esencial consiste en un intercambio permanente de substancias con la naturaleza externa que los rodea y que, al cesar este intercambio dejan también de existir entrando la albumina en un estado de desintegración” (19)

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“También el hombre surge por un proceso de diferenciación cuando, al cabo de una lucha que dura miles de años la mano se diferencia por fin del pie y surge la locomoción erecta, el hombre se separa definitivamente del mono y se sientan las bases para el proceso del lenguaje articulado y para el formidable desarrollo del cerebro, que a partir de ahora, hace infranqueable el abismo entre el hombre y el mono. La especialización de la mano significa la herencia y ésta presupone la actividad específicamente humana. El hombre pone su impronta en la naturaleza, no solo trasplantando no solo los hombres y los animales sino haciendo cambiar, además, todo el aspecto el clima de su medio…. Y todo esto lo ha llevado a cabo el hombre esencial y primordialmente por medio de la mano. Con la mano fue desarrollando paulatinamente la cabeza; surgió la conciencia, primeramente la de las condiciones necesarias para alcanzar los diferentes resultados útiles de orden práctico y con el conocimiento cada vez más rápido de las leyes naturales, se multiplicaron los medios para actuar de rechazo sobre la naturaleza. (20)

“El hombre es el único animal capaz de sustraerse por su trabajo al estado puramente animal; su estado animal es el estado que el mismo crea con arreglo a su conciencia” (21). “El trabajo en primer lugar, y después de él, y enseguida a la par con el lenguaje son los dos incentivos bajo cuya influencia se ha transformado paulatinamente el cerebro del mono en el cerebro del hombre, que aun siendo semejante a él, es mucho mayor y más perfecto. Y al desarrollarse el cerebro se desarrollaron también paralelamente sus instrumentos inmediatos, los órganos de los sentidos a la manera como el lenguaje en su gradual desarrollo va necesariamente acompañado por el correspondiente perfeccionamiento del órgano del oído, así también el desarrollo del cerebro en general lleva aparejado el de todos los sentidos”. (22)

“La categoría de causa y efecto relejan una determinada forma de conexión mutua entre los fenómenos de la naturaleza y los de la sociedad, formas que poseen todos sus rasgos específicos y abarca sin excepción todos los fenómenos de la realidad. La relación causal entre los fenómenos como forma específica del condicionamiento de los fenómenos de la naturaleza y de la sociedad se expresa en el hecho de que todo fenómeno aislado o conjunto de fenómenos

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independientes en la naturaleza y en la sociedad produce otro fenómeno, y a la inversa todo fenómeno aislado ha sido provocado o producido por otro o por un conjunto de fenómenos” (23)

“La ley, en su forma general, es una determinada relación necesaria entre cosas, fenómenos y procesos; relación que responde a su naturaleza interna, a su ausencia. La ley expresa los nexos que tienen carácter esencial”.

“Lo universal es lo común a los fenómenos reales dotados de existencia objetiva. Este algo común se expresa en la unidad de sus propiedades, signos y rasgos característicos. A la par de las categorías de lo universal y lo singular, la ciencia ha creado el concepto de lo particular, a manera de eslabón intermedio entre lo singular y lo universal” (24).

“Necesario es lo que se desprende de la esencia, de la conexión interna de las cosas, lo que inevitablemente tiene que ocurrir. Lo contrario a la necesidad es la casualidad. Lo casual es inestable, no se halla directamente relacionado con la esencia del proceso de que se trata”.

(19) Ibidem, p. 259

(20) Ibidem, p. 15 – 16

(21) Ibidem, p. 165

(22) Ibidem, p. 166

(23) op. Cit. Rosental, p. 83

(24) op. Cit, Konstantinov, p. 197

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“Las leyes fundamentales de la dialéctica son: la ley del tránsito de los cambios cuantitativos a los cualitativos; la de la unidad y lucha de los contrarios; y la ley de la negación de la negación” (25)

“La ley del tránsito de los cambios cuantitativos a los cualitativos es la ley por virtud de la cual los pequeños y al principio imperceptibles cambios cuantitativos acumulándose gradualmente rebasan al llegar a cierta fase, la medida del objeto y proceso radicales cambios cualitativos a consecuencia de lo cual cambian los objetos, desaparece la vieja cualidad y surge una nueva” (26).

“La ley de la unidad y la lucha de los contrarios es la ley conforme a la cual todas las cosas, los fenómenos y procesos que poseen internamente lados y tendencias opuestos luchan entre sí; la lucha de contrarios de un impulso interior al desarrollo y conduce a una agudización de las contradicciones, que al llegar a cierta fase, se resuelven mediante la extinción de lo viejo y el nacimiento de lo nuevo” (27)

“La ley de la negación de la negación es la ley cuya acción determina el nexo y la continuidad entre lo negado y lo que niega. En virtud de ella, la negación dialéctica no es una negación pura gratuita, que rechaza todo el desenvolvimiento anterior, sino la condición misma del desarrollo que mantiene y conserva todo lo positivo de las fases anteriores, que reproduce a un nivel superior algunos rasgos de las fases iniciales, y por último que tiene en conjunto un carácter progresivo” (28).

(25) Ibidem, p. 200

(26) Ibidem, p. 231

(27) Ibidem, p. 252

(28) Ibidem, p. 284

CONCLUSIONES.-

El materialismo dialéctico e histórico fue formulado por Carlos Marx y Federico Engels, a mediados del siglo pasado. Representó esta formulación teórico-práctica, la culminación dialéctica de todo el pensamiento científico anterior.

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El materialismo dialéctico es una concepción del mundo, de la vida y de la sociedad que hace acopio de los resultados del progreso de las ciencias naturales. Consecuente con la respuesta que da el materialismo al problema fundamental de la filosofía, al considerar a la materia o naturaleza con primacía sobre el espíritu o pensamiento, concibe que la materia es la realidad objetiva, fuera de nosotros, independientemente de que la conozcamos o no. La teoría del conocimiento del materialismo es esencialmente positiva y experimental, enemiga de las abstracciones o generalizaciones desligadas de la realidad. El método dialéctico es el más acertado porque es el más real.

La concepción de la unidad material del mundo no tiene tan solo consecuencias puramente doctrinales, sino que, también, tiene su proyección actuante en el proceso histórico de la humanidad. Problemas tan discutidos como el movimiento, el espacio y el tiempo, son analizados, como todos los fenómenos y procesos, en forma unitaria e interrelacionada. Esta forma de concebir a la realidad es una característica valedera del materialismo. Parece haberse desterrado la vieja concepción de pensar que los procesos y fenómenos son eternos, inmutables y aislados.

Los conceptos del mundo, de la vida y del hombre están tomados de las ciencias naturales. Kant y Laplace aportaron su teoría de la nebulosa incandescente y Carlos Darwin ha sido el pensador científico que aportó a la filosofía del materialismo dialéctico, su teoría de la evolución del hombre.

Este esfuerzo por fundamentar la filosofía en la ciencia de la naturaleza, nos da una imagen más certera de estos problemas, aun discutidos, que se ha planteado el hombre. El conocimiento del proceso dialéctico que se encuentre tanto en el mundo físico como en el mundo histórico, proceso que se debe reflejar la mente del hombre para que discurra con tino, nos permite conocer el desarrollo, siempre ascendente dialécticamente, de la realidad total y actuar, por consiguiente, conforme a las leyes de la dialéctica, que nos permiten deducir la desaparición de lo caduca y el surgimiento de lo nuevo, como sujetos transformadores de realidades envejecidas.

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EDMUNDO BURKE (crítico implacable de la Revolución Francesa).

I.- INTRODUCCIÓN.

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Edmundo Burke, político práctico y pensador inglés, nacido en Dublin, en 1729, se ha caracterizado por sus furibundos ataques a las posicione ideológicas del racionalismo francés del siglo XVIII a las consecuencias políticas, sociales y económicas surgidas de la Revolución Francesa de 1789.

La Revolución Francesa significó para el mundo entero una positiva avanzada antimonárquica, anti feudal, democrático-burguesa, popular y de aspiraciones universalistas. Implicó, en términos generales, la destrucción de un orden anacrónico de cosas, lleno de privilegios , de restricciones al desarrollo de las fuerzas productivas, de desigualdad e injusticia para con el Tercer Estado.

Edmundo Burke representa precisamente la posición contraria. Al movimiento revolucionario francés, con todas sus implicaciones de destrucción y de creación sobre bases democráticas, Burke opone la tesis del conservadurismo, de la no transformación violenta.

Por lo demás, debemos adelantar un juicio sobre la formación ideológica de Burke. En su contacto con los enciclopedistas franceses había manifestado un profundo desagrado por el extremo racionalismo de sus formulaciones filosófico-políticas.

Representa Burke el espíritu conservador de Inglaterra. Y con ello se convierte en apologista de la tradición, los prejuicios de los antepasados, el espíritu profundamente monarquista, la conservación de un orden de cosas acorde con la naturaleza, su repudio por las transformaciones sociales radicales y su confianza en la inspiración noble del rey para con sus súbditos.

Es, no obstante, un pensador realista que no considera importante sino necio, hablar de libertades o de política en abstracto. Es necesario que las libertades y las prerrogativas de los súbditos se conquisten con el esfuerzo personal, heredado por la nobleza de los antepasados. Enemigo de lo abstracto, fue partidario del movimiento independiente de las colonias inglesas en América del Norte. “Las libertades de los colonos americanos deben ser reales, porque

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representan una extensión de las propias libertades de que gozan los súbditos ingleses”, opinaba

Dijo con Chevallier que Edmundo Burke representa al espíritu contrarrevolucionario de la época. Es el caso del político reaccionario que más que sostener sus críticas acerbas con fundamentos sólidamente racionales, a veces se encuentran impregnados de una dosis fuerte de sentimentalismo e irracionalidad.

La propia formación literaria de sus “Reflexiones” acusa su temperamento de político enérgico y furibundo que se opone enérgicamente a toda la tradición racionalista del siglo XVIII. Chevallier dice respecto a este punto” el libro de Burke es condenatorio, sin disciplina interior en la formación y no premeditado”. Diría: producto de una mente agitada que pretende destruir una avalancha de cosas y sucesos que parecen incontenibles.

“Las Reflexiones sobre la Revolución Francesa” están divididas en dos grandes partes: en la primera Burke analiza con excesivo celo conservador, las diferencias entre la Revolución Inglesa de 1688 y la Revolución Francesa de 1789; en la segunda parte censura las disposiciones políticas, judiciales, financieras, militares, etc., de la Asamblea Nacional Constituyente Francesa”. (I).

El pensamiento político ha recogido a la obra de Edmundo Burke por ser significativa en dos aspectos: refleja la tendencia conservadurista de los ingleses en toda su historia; y representa al típico político reaccionario.

(I) J. Jacques, Chevallier. Los Grandes Textos Políticos, (desde Maquiavelo a nuestros días). Traducción del francés por Antonio Rodríguez Hescar, Editorial Aguilar, 1955, 382, p. 178.

II.- DESARROLLO.

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Edmundo Burke es un miembro distinguido del partido “whigs” de Inglaterra. Al igual que Hegel, que considera al estado prusiano como cúspide del pensamiento racional objetivo, es el apologista del sistema monárquico-parlamentario de su país. Burke es un individuo impetuoso, intratable, colérico y poco sistemático. Su pensamiento político está comprendido en cartas, discursos y panfletos. Utiliza en su lenguaje político aforismos, expresiones líricas y términos violentos y polémicos.

“Al triunfo de la Revolución Francesa la reputación de Burke está en decadencia y su propia psicología, persona violenta e intratable, le hace que quede relegado de las actividades políticas de su país” (2),

El 14 de Julio de 1789 cae el bastión del absolutismo: la fortaleza de la Bastilla. Burke, se indigna y con él, todo el mundo monárquico europeo. El pensamiento republicado y democrático se cubre de alentadoras perspectivas revolucionarias; sólo no parece inmutarse ante el grandioso acontecimiento. “El hecho de que la Revolución Francesa cambiara la faz del orden universal le desagradaba y le alarmaba profundamente, porque siempre ha sentido una repulsa instintiva a todos los cambios violentos, pero la califica de “lo más asombroso que ha ocurrido hasta ahora en el mundo” (3)

El contacto intelectual que había tenido Burke con los filósofos, economistas y políticos de la Enciclopedia francesa!, le había provocado un completo repudio al racionalismo imperante en todos los órdenes del conocimiento (filosofía, religión, política, economía) que habían abarcado los pensadores franceses del siglo XVIII.

“Conociendo esto, se sorprende uno menos de ver a Burke seguir los primeros trabajos de Asamblea Nacional Constituyente Francesa, con espíritu desconfiado, hermético, lleno de dudas sobre el porvenir”. (4)

(2) Ibidem, p. 177

(4) Ibidem, p. 178

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Los racionalistas franceses del siglo XVIII habían destruido el pasado monárquico, los prejuicios ancestrales que encarcelaban la libertad de la razón humana a los prejuicios religiosos, el injusto trato y sumisión del tercer estado. La Revolución Francesa, había significado el paso evolutivo que experimenta la historia de la humanidad y su progreso ascendente, a la manera de Condorcet y Turgot.

Burke representa en sus “Reflexiones sobre la Revolución Francesa” el sentimiento contrarrevolucionario, la reacción conservadora del pensamiento inglés; la permanencia y mejoramiento de un estado de cosas monárquico; la conservación de los privilegios del clero, la nobleza y toda la tradición monárquica hereditaria; el vigoriza miento de la “santa religión” y el fomento de la guerra contra la razón y el conocimiento del mundo natural. “Postula el gobierno de una “aristocracia natural” hondamente penetrado por la práctica de una disciplina personal y de virtudes severas y destructivas. De aquí proviene la exaltación de las sujeciones del matrimonio, la frugalidad y la religión”. (5)

“El horror a lo abstracto; una noción inédita de la naturaleza; una noción original de la razón general o política: bajo estas tres rúbricas se puede clasificar, sin exceso de artificio, la argumentación virulenta y torrencial, en sus “Reflexiones” sobre el espíritu del siglo” (6); Burke no desea discutir los problemas sociales en lo abstracto y en sus implicaciones políticas se refiere siempre a acciones reales, humanas y concretas de los hombres. Las circunstancias, la realidad, condiciona la dirección de la política.

(3) Edmundo, Burke, Los Textos Políticos, versión española de Vicente Herrero, Fondo de Cultura Económica, México, 1942 360 p. p. 25

(5) Jean, Touchard, Historia de las Ideas Políticas, traducción de J. Pradera, Editorial Tecnos, Madrid, 1961, 645 p. p. 375

(6) op. Cit., Chevallier, p. 185

Considera Burke que las instituciones políticas en la monarquía tiene un carácter personal y que los teóricos franceses han destruido ese carácter. Se lamenta que se haya perdido el respeto al poder amable del rey, que según, Burke, se “lleno de

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dulzura…. Y suaviza la vida privada. Se ha perdido la veneración, el amar y la admiración, sentimientos nobles del hombre.

Burke coincide a la naturaleza como el resultado de un largo desarrollo histórico, naturaleza es igual a historia. Es menester que los hombres no intervengan en el proceso natural, pues las cosas tienen la virtud de acomodarse en el lugar que les corresponde.

Elogia el sentimiento tradicionalista de su país. Se convierte en defensor de los prejuicios. “,,,, tenemos una corona hereditaria,,,,, pares y cámara de los comunes hereditaria….. un pueblo que mantiene su libertad y sus privilegios…. Esta política es el feliz efecto de esa imitación de la naturaleza, que muy por encima de la reflexión, es la sabiduría por esencia”. (7)

“El depositario del poder quien sea monarca, asamblea, ministros debe estar imbuido de la idea de que es responsable de su ejercicio ante Dios, de quien deriva su autoridad”. (8)

Respecto a Rousseau, Burke se expresa en términos insolentes y nada académicos. Dios de él, “Gran profesor y fundador de la filosofía de la vanidad” Sin embargo es también un contractualita. “La sociedad es ciertamente un contrato. Es una sociedad de toda ciencia y de todo arte, de toda virtud y perfección…. Cada contrato de cada estado particular no es sino una cláusula del gran contrato primarios de la sociedad eterna….” (9)

(7) op. Cit. Chevallier, p. 188

(8) op. Cit. Burke . p. 35

(9) Ibidem, Burke. P. 35 – 125

Burke considera que la sociedad civil se inicia con un pacto social que representa el fin del estado de naturaleza del hombre (tesis contractualista), sin embargo, la sociedad civil es para él la auténtica sociedad humana, conforme con

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la naturaleza. “La sociedad civil tiene, sin duda, el fin de proteger los derechos de los hombres, pero estos derechos son exclusivamente el derecho de alcanzar la felicidad mediante la victoria de la virtud sobre las pasiones”. (19) El gobierno ha sido instituido para crear satisfacciones a las necesidades de los ciudadanos; pero recordamos que también tiene fines éticos profundos, cuando dice Burke que es su finalidad crear un estado “toda virtud y toda perfección”

La finalidad utilitarista y ética del estado en está sujeta a la subjetividad de los funcionarios del estado, de ellos depende todo poder y toda eficacia. Sus juicios políticos deben contrastarse con la realidad social para que no pierda el contacto con ella, con el proceso natural de la evolución de la humanidad “Lo que checa con la naturaleza en general y con la humana en especial es políticamente absurdo”. (II).

III.- CONCLUSIONES.

El concepto naturalista que tiene Burke de la evolución de la humanidad, es decir, el afianzamiento de una formación político-social, antes que la de su destrucción por otra fuerza superior y nueva, es el punto importante de sus tesis conservadoras,

Los cambios lentos y graduales que experimenta el desarrollo histórico permiten que una sociedad determinada impulse hasta sus últimas consecuencias todas las fuerzas económicas, políticas y sociales que se encuentran en su seno. La monarquía para Burke no debe desaparecer, al menos violentamente, sino que sus imperfecciones presentes serán sustituidas por sus encumbramientos futuros que la afinen y la presenten como la mejor forma de gobierno. Muchas ideas se pueden agregar a este supuesto de Burke, pero su explicación histórica fue determinada, en general, por el pensamiento conservador inglés representado por Tomás Hobbes, teórico del absolutismo monárquico y pensador de extraordinaria influencia aun fuera de su país y además, por las implicaciones políticas, sociales, y económicas de la Revolución Inglesa de 1688, de la cual fue uno de sus más grandes apologistas. Huelga decir que representó el sentimiento general de su pueblo no tan solo de esa época, sino quizá de toda la historia del pueblo inglés.

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Su defensa de la monarquía hereditaria, de los prejuicios, su conservadurismo, su repudio a las trasformaciones violentas de la historia, representan también, una postura política e ideológica desprestigiada en su tiempo y ahora también. Las ideas democráticas, republicanas y liberales han triunfado plenamente. El racionalismo de los pensadores franceses del siglo XVIII, que tanto alarmaba a Burke, ha representado la característica esencial del movimiento filosófico-político. Las viejas formas de gobierno, las concepciones sobre el desarrollo histórico, y en general el concepto de la vida, el mundo y la sociedad han superado a las anacrónicas ideas sociales de Burke.

Sin embargo, la influencia del pensamiento de Burke no se ha extinguido por completo. Pervive como el representante de la reacción y la contrarrevolución y en parte, sintetiza el sentimiento conservador que ha caracterizado al pueblo inglés. Laski afirma: “Por lo menos hasta ahora poca filosofía hay en este país. (Inglaterra) que no lleve sobre su faz la marca consciente e inconsciente de su mentalidad.

(10) op. Cit, Touchard, p. 375.

(11) op. Cit, Burke, p. 25

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HISTORIA INDIGENA.

El llamado imperio azteca era una confederación de tribus. México, Texcoco y Tlacopan no eran las ciudades capitales de tres reinos, sino sencillamente, el asiento de tres tribus cuyos tecuhtlis no eran monarcas, sino simplemente, jefes militares electos por un consejo de jefes.

El “calpulli” está determinado por la conexión entre el grupo consanguíneo y el territorio ocupado. Los españoles lo definen como “barrio de gente conocida o linaje antiguo, que tiene por muy antiguo sus tierras y términos conocidos, que son de aquella cepa, barrio o linaje”. En suma, eran grupos consanguíneos descendientes de un mismo antepasado. Manuel M. Moreno (1) dice sobre el calpulli, “podemos decir también que tomando en consideración que también puede adoptar los clanes, los indicios que nos muestran su existencia nos los configuran como a bilaterales, con tendencia endogámica…” y sobre la organización interna del calpulli, Moreno asienta “entre ellos se tenía como principal forma la cercanía del parentesco con los ascendientes se presentaba también una fuerte diferenciación interna, una verdadera pirámide de rangos y de posiciones económicas, estando en la posición más alta los jefes del calpulli.

El gobierno del calpulli era ejercido por un Consejo de Ancianos sobre quienes recaía la autoridad suprema. (2). Eran los jefes de las familias más importantes, con mayor edad y sabiduría quienes lo integraban. El consejo de ancianos elegía a los funcionarios de la tribu, siendo el más importante el teachcauh, pariente mayor. Este funcionario tenía a su cargo la administración comunista del calpulli, el producto de la tierra, el trabajo de los hombres, la justicia y el culto a los antepasados.

Otro funcionario importante, paralelo al teschcuh, era el tecuhtli quien era elegido (3) por hazañas hechas en la guerra y duraba en su cargo.

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(1) Gonzalo Aguirre Beltrán, Formas de Gobierno Indígena, ilustraciones de Alberto Beltrán, Imprenta Universitaria, México, 1953, 207 p.78

Toda la vida. También tenía a su cuidado todo lo concerniente a la guerra y era fundamentalmente el jefe militar del calpulli.

Otros funcionarios importantes del calpulli, eran:

tequitlatos.- encargado de dirigir el trabajo comunal.

Calpizques.- recaudadores del tributo.

Trayacanes.- cuadrilleros.

Topiles.- granaderos

Tlacuilo.- escribanos.

Los funcionarios del calpulli duraban en su encargo toda la vida pero no heredaban las funciones a sus hijos y podían ser depuestos por causas graves. Como rasgo fundamental diremos que no podían ser elegidos funcionarios del calpulli si eran de otro y tenían que ser indios cabezas.

La reunión de varios calpullis, unidos por la sangre y el lenguaje, integraban la tribu. “Los parientes mayores y los jefes militares de cada calpulli constituían el consejo tribal y era éste consejo el que elegía el tlatoani en quien delegaban la ejecución de sus resoluciones. (4) Al lado del tlatoani se encontraba el tlacatecuhtli, quien se encargaba de los asuntos militares.

Existía una incipiente estratificación de clases como las de los principales, la de los macehuales y un tercer estrato, la de los mayeques. La evolución política de la tribu estaba condicionada por su tipo de economía; así, las que se dedicaban a la recolección y la caza eran tribus atrasadas y las que se dedicaban a la economía hortícola y a la agricultura, el sometimiento de otras tribus para obtener tributo, eran más adelantadas.

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La imposición de las formas de gobierno occidentales, traídas por los conquistadores a la Nueva España como reino dependiente de Castilla se inspiraba en la premisa de considerar a los indios como menores de edad y seres sin religión a quienes debía cristianizar. A los indios se les impidió toda injerencia en la administración colonial pero se les permitió la existencia de un gobierno local semiautónomo dirigido por un alcalde que duraba en su encargo un año, a este modelo de gobierno típicamente occidental se le llamó ayuntamiento.

Esta intervención extranjera en la organización indígena vino a acelerar el proceso de desintegración en que se encontraban los mexicas a la llegada de los españoles, tal y como lo advierte Arturo Monzón, al afirmar que “en México se inició un rompimiento de los clanes y de la estratificación hereditaria asociada a ellos por imposición de un modo brusco y se fue generalizando la nueva organización social de un modo paulatino y regular con la introducción de las nuevas formas de producción”. (5)

“El Ayuntamiento era una institución que había gozado de grandes privilegios y su recurso arraigaba celosamente en el alma de los racistas españoles. A los centros poblados por éstos se les dio el nombre de ayuntamientos; pero a los lugares indígenas que nunca pudieron ni podían pasar a la categoría de pueblo, se les dotó únicamente de un remedo de ayuntamiento que fue llamado el común, la república; de aquí que el conjunto de naturales de un pueblo de indios recibiese la denominación de el común”. (6)

La república estaba constituida por un cacique o gobernador, varios regidores y un número de funcionarios menores. El cargo de “cacique” se dio, en términos generales, a los antiguos tecuhtlis. La voz castellana “señor” se atribuyó al cacique quien tenía atribuciones comparables a las de los señores feudales. Sin embargo, el cacique o señor no era independiente sino que estaba supeditado al corregidor o al encomendero.

“La institución del señorío, con la feudalización de la antigua función del tecuhtli y la aristocratización de los indios principales, destruyeron las antiguas formas democráticas en que se fundaba el viejo sistema.

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(2) Apuntes: El profesor García Ruíz dice al respecto que el tecuhtli no era elegido en forma democrática, sino que era nombrado a igual que el Cihuacoátl, quien era como su segundo, por el grupo de dominación

(3) Formas de gobierno… op. Cit. P. 25(4) Apuntes.

Los establecimientos dedicados a la enseñanza superior y a la cultura no formaban un servicio abierto a todos los habitantes del país. La Real y Pontificia Universidad, creada en el año de 1551, por decreto del emperador Carlos V fue una institución para nuevos cuadros del poder eclesiástico y civil de la Nueva España. Los religiosos que se formarían más tarde tendrían ese mismo objeto, como la Escuela de Minería.

Solo la labor humanitaria de los misioneros y de algunos frailes ilustres imbuidos por las ideas renovadoras del Renacimiento, ayudaban a los indígenas pero era muy reducida y no contaban con el apoyo franco y decidido del gobierno virreinal.

El régimen de la esclavitud y el trabajo forzoso en las haciendas y en las minas y la división de la población en castas representaban barreras infranqueables entre los diversos sectores y clases de la sociedad a la manera de cortes longitudinales, unidos a los otros aspectos de la Nueva España, detenían la formación de la nación mexicana como una comunidad de bienes materiales y espirituales.

En las postrimerías del siglo XVIII, la prolongada depresión económica que padecía el país a causa de escaso desarrollo de las fuerzas productivas frente al crecimiento demográfico, dio origen a la Revolución de Independencia. Los 11 años de la lucha armada e ideológica entre los mexicanos y los extranjeros representantes de la Corona de España, fueron el primer factor de trascendencia para la formación de una conciencia nacional clara y vigorosa.

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Las prohibiciones establecidas por el gobierno español para ciertas ramas de la producción económica fueron anuladas. También los estancos y las ordenanzas de los gremios (no todos). Surgieron las primeras iniciativas de carácter nacional para el fomento de la agricultura y la industria así como para la creación de instituciones de crédito que contribuyeron a ese propósito. Al suprimirse las trabas interiores y exteriores para la producción y las transacciones mercantiles, empezó a configurarse la economía nacional como una unidad que iba en aumento.

Al manifestarse las viejas provincias en estados de la República, el territorio de México fijó sus límites y las autoridades advirtieron pronto conciencia de su labor dentro de sus respectivas jurisdicciones.

La Guerra de Independencia fue realizada por las grandes masas del pueblo integradas por los indígenas, los mestizos y las castas, dirigida por los más esclarecidos representantes de estos sectores sociales y por los criollos. Lo común a todos era su sentimiento de mexicanos, su manera común de apreciar a su país y su decisión colectiva de levantarlo con nuevos principios de la vida social y nuevas metas para el futuro ¿Así aumento la unidad de pensamiento y de cultura?.

¿A qué tipo de estructura jurídica y política debía darse a la nación ya liberada? ¿Cuál debía ser la fisonomía del estado mexicano?

Los insurgentes pensaban en una república representativa y democrática de acuerdo con las ideas revolucionarias de los filósofos franceses del siglo XVIII y de los creadores de la unión de colonias anglosajonas en la América del Norte que en Europa y en el nuevo mundo contribuían a demoler el orden feudal. Pero el Plan de Iguala redactado por Agustín de Iturbide, con el cual concluyó la guerra de independencia, no recogió las demandas del pueblo. Se establecería un gobierno monárgico y el clero conservaría todos sus privilegios.

El gobierno monárquico de Iturbide fue efímero porque representaba una contradicción con la realidad mexicana y las aspiraciones de sus fuerzas sociales decisivas. El debate se suscitó entonces entre los partidarios de organizar el estado de acuerdo con los principios de la democracia representativa como única

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autoridad de la nación otorgando iguales derechos a los habitantes y a los ciudadanos, sin fuero ni privilegios para nadie y desconociendo los que existían y la facción conservadora que habiendo luchado hasta el último momento por evitar la independencia respecto de España; pero convencida de que ya no era posible mantenerla, se plegó a la situación. Quiso ésta, entonces del nuevo estado un poder subordinado, en la práctica, el poder eclesiástico, como había sido la Nueva España a semejanza del estado iglesia español, o puesto a las ideas renovadoras de la época.

A partir de entonces, cada vez que los conservadores asumían el poder, su principal preocupación era la de mencionar la supremacía de lo iglesia sobre la autoridad civil. Dirigida desde el siglo XVI por peninsulares, la iglesia era una fuerza económica, política y social decisiva: La principal propietaria territorial, la más importante institución de crédito, la única autoridad educativa y la interventora en los principales actos de la vida de las personas.

Durante más de 30 años, a partir del Plan de Iguala de febrero de 1821, el combate entre liberales y conservadores fue violento, hasta que la vigorosa movilización popular iniciada en Ayutla en marzo de 1854, derrotó a la facción conservadora, convocando a un Congreso Constituyente del cual surgió la carta Magna de 1857.

El estado surgió de la Constitución de 1857 y de las Leyes de Reforma, liquidó la intervención de la iglesia en los asuntos públicos, pero no para prohibirles así mismo esa tarea. Por el contrario, en un país con fuertes supervivencias semifeudales y esclavistas, el estado tenía que intervenir en todos los aspectos de la vida nacional ante todo para hacer posible el desarrollo de las fuerzas productivas. A ese estado liberal que se levantaba sobre los escombros humeantes de un sistema que tenía más de tres siglos de existir, no podía exigírsele que liquidara la miseria, la ignorancia y el feudalismo en que vivían las grandes masas del pueblo. Se propuso también constituir definitivamente una comunidad de territorio, de vida económica y de cultura.

Al consumirse la independencia política del país, los centros educativos superiores empezaron a recibir con mayor intensidad que antes las

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ideas renovadoras europeas. Se establecieron cursos de Derecho Público y Economía Política que pronto encontraron la oposición de los profesores clericales.

En 1844 don Manuel Baranda publica un documento en el que afirma que el aprendizaje de memoria de los textos es el principal procedimiento pedagógico que las ciencias naturales no se estudien ni siquiera en los laboratorios.

La economía heredada por la Colonia estaba dedicada exclusivamente a la industria extractiva (de ahí que una de las primeras escuelas superiores que se formaron fue la Escuela de Minería). La agricultura no se estimaba como una importante rama de la economía nacional sino como una actividad complementaria de la minería. Todo producto importante no podía producirse en virtud del control ejercido por la Metrópoli. El comercio estaba monopolizado.

La Nueva España no podía comerciar incluso con las colonias vecinas.

Las características de la enseñanza durante la Colonia fueron: selección de los alumnos y de los maestros con el propósito de que los unos y los otros pudieran contribuir el mantenimiento del sistema colonial: control riguroso de las asignaturas, de su contexto y de su orientación; métodos inflexibles de enseñanza; educación ortodoxa sin transacciones; persecución implacable de las ideas conservadoras y de la declaración de que el estado en la Nueva España no podía admitir la tolerancia religiosa por sustentar un credo determinado.

En el siglo XVI no obstante que en Italia ya se había presentado el Renacimiento, España seguía siendo no sólo un país feudal sino representó el instrumento principal de lucha contra aquel y la Reforma.

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Lograda la Independencia, el liberalismo empieza a proclamar libertad de producción y comercio, libertad de investigación y de expresión del pensamiento, libertad de creencias y en lugar del estado-iglesia español del siglo XVI, el estado laico y civil como la única autoridad.

En las últimas décadas de la segunda mitad del siglo XIX, el país entra en el franco período del capitalismo mercantil, se inicia la industria de transformación, se construyen los primeros ferrocarriles, las inversiones extranjeras aparecen para explotar los recursos naturales y entonces la educación tiene corresponder, de una manera lógica, al desarrollo de las fuerzas productivas. En esta etapa surgen dos grandes instituciones: la escuela primera obligatoria y la Escuela Nacional Preparatoria.

Al asumir la Presidencia de la República, el doctor Valentín Gómez Farías, por un retiro temporal del general Santa Ana que era el titular, llamó a colaborar al doctor Mora quien había señalado la necesidad de una reforma educativa.

El primer objetivo de esta comisión fue el de rescatar la educación del control del clero y de adecuarla a las necesidades del nuevo estado social y político. Se planteó la necesidad de proporcionarle a las masas populares los medios educativos necesarios para su preparación.

Se afirmaba que los conocimientos que impartía el clero eran por naturaleza dogmáticos y estacionarios. Los educadores de la iglesia -decía la comisión- tienen el hábito de subordinar todas las cuestiones a los principios teológicos. En lugar de que se ejercite en los jóvenes el espíritu crítico y de investigación se les induce a marchar por la senda del dogmatismo. El joven aprende los conocimientos sin antes poner en duda su validez.

El 19 de octubre de 1833 se expidió un decreto creando la Dirección de Instrucción Pública en el Distrito Federal. Además, se autorizaba la expedición de una ley de Instrucción Pública, la que se promulgó unos cuantos días después, el 23 de octubre de 1833.

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Esta medida suprimió la Real y Pontifica Universidad creando en su lugar 6 departamentos:

1.- de Estudios Preparatorios,.

2.- de Estudios Ideológicos y Humanidades,

3.- de Ciencias Físicas y Matemáticas,

4.- de Ciencias Médicas,

5.- de Jurisprudencia y

6.- de Ciencias Eclesiásticas.

También se establecieron la Academia de Historia, la Academia de la Lengua, la Sociedad Mexicana de Geografía y Estadística y la Biblioteca Nacional.

Los conservadores no permitieron que se consolidara este cambio y por medio del Plan de Cuernavaca, llamaron nuevamente a Santa Ana a la Presidencia quien de inmediato derogó las disposiciones dl gobierno de Gómez Farías

Con pequeñas variaciones la situación se conservó inalterable hasta el estallido de la Revolución de Ayutla.

Por considerar lo necesario, en 1856 el Presidente Comonfort ordenó la clausura de la Real y Pontificia Universidad, la cual fue restablecida en 1858 por el régimen conservador de Zuloaga.

Reunido el Congreso Constituyente de 1856-1857, los liberales progresistas lucharon porque se incluyera la libertad de enseñanza. Estando todos de acuerdo en establecer esa libertad, algunos señalaron la conveniencia de poner limitaciones a la injerencia del clero en la educación.

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Antes de salir Benito Juárez para Veracruz el conjunto de decretos reformistas, agrega la Ley sobre Libertad de Cultos. Al regresar el gobierno a México uno de sus primeros pasos fue ratificar, el 23 de enero de 1861, la clausura de la universidad, pero considerando que era necesario abordar el problema de la educación se inicia el estudio de la legislación adecuada. Mientras tanto responsabiliza al Ministerio de Justicia e Instrucción Pública de la atención de todos los negocios de la instrucción pública, primaria, secundaria y profesional.

No obstante la difícil situación política del país, Juárez, en uso de sus facultades expide el 15 de abril de 1861 una Ley de Instrucción Pública que se ocupó de la instrucción primaria, secundaria, estudios preparatorios y profesionales, llamando a los establecimientos que atenderían estas “escuelas especiales” y fueron de Jurisprudencia, Medicina, Minas, Bellas Artes, Agricultura y Comercio.

De las asignaturas que figuran en los distintos planes de estudio ninguna se refiere a temas religiosos y sólo una a la moral. Salvo la adopción del laicismo, no se observa un cambio fundamental en la estructura educativa que continua orientándose por la tendencia escolástica. Es reducido el número de asignaturas y poco amplia la visión de las respectivas profesiones.

Sin embargo, cabe destacar una novedad importante: el estado declara que asume el financiamiento de la educación.

El 16 de septiembre de 1867 en Guanajuato, Gabino Barrera pronuncia una Oración Cívica en la que realiza un análisis crítico de la evolución del pueblo mexicano, señala la necesidad de consolidar el triunfo alcanzado por los liberales y formula todo un progreso educativo y político. La Oración Cívica pondría resumirse como una tendencia hacia la emancipación científica, religiosa y política.

Barreda encuentra en el liberalismo una expresión del espíritu positivo. Consideró que la ciencia, el desarrollo progresivamente, va entrando en contradicción con las “supersticiones religiosas”.

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Tan pronto se establece el gobierno en la capital, Juárez reestructura el gabinete y establece el Ministerio de justicia instrucción pública confiándosele a Antonio Martínez de Castro. Este Ministerio formó una comisión en la cual figuró Gabino Barreda.

La nueva legislación educativa enfatiza en la orientación científica y establece un método. El conocimiento servirá de base para perfeccionar la conducta individual. La instrucción primeria queda a cargo de los ayuntamientos y por primera vez se habla de la educación a las mujeres. Se establezca la obligatoriedad de la escuela primaria desde los 5 años. Respecto a la enseñanza media se crea la Escuela Nacional Preparatoria con un plan de estudios que jerarquiza las ciencias de las más simples a las más completas. Partiendo de las matemáticas, se continúa con la física, cosmográfica, historia, geografía y química para rematar con la lógica.

Fue una escuela que tendía hacia la cultura general se proporcionó un gran impulso a los estudios de orden científico.

El Presidente Lerdo de Tejada incorporó esta legislación a la Constitución el 25 de septiembre de 1873.

Para Gabino Barreda la historia no es un conjunto de hechos incoherentes ni fortuitos accidentes sino parte de una ciencia sujeta como todas a la previsión. Examina la historia de México desde la independencia a la luz de la razón y de la filosofía.

Para la inteligencia y la filosofía, nada es heterogéneo sino todo solidario. Sin apoyarse en la ciencia no puede comprenderse el dominio de la política. Después de tres siglos de dominación existen fuerzas que tratan de que permanezcan estacionadas la educación, las ciencias religiosas y la administración.

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El clero parecía tenerla en sus menos todas las posibilidades de desarrollo en la sociedad pero para exterminar estás potencialidades.

La verdadera ciencia filosófica, al explicar los fenómenos sociales, tiene que hacer a un lado cualquier explicación sobrenatural. Paulatinamente, se presentó en el pueblo mexicano una emancipación mental, científica, religiosa y política que constituyó el motor del movimiento independentista. La ciencia poco a poco empezó a salir triunfante. Logró abrazar la política y someterla a ciertas leyes.

El espíritu de demostración ha prevalecido sobre el espíritu de autoridad. La fe cayó estrepitosamente ante los embates de la razón. La soberanía popular es contraria al derecho divino de la autoridad regla y el derecho de conquistarse quebrantó frente a la igualdad social.

Los conservadores han interpretado un tipo de orden social sin progreso. El clero y el ejército se mantuvieron en el gobierno de manera alternativa. Al separar la iglesia del estado, al emancipar el poder espiritual y de la presión demandante del poder temporal, el país dio un paso avanzado por el camino de la verdadera civilización.

Nuestra divisa será: libertad, orden y progreso; la libertad como medio; el orden como base y el progreso como fin. Que en lo sucesivo impere una plena libertad de conciencia, de expresión y de discusión.

Las escuelas del Distrito Federal serán costeadas por los fondos municipales. Se establecen las siguientes escuelas de instrucción secundaria de personas de sexo femenino, de estudios, preparatorios, de Jurisprudencia, de medicina, cirugía y farmacia, de agricultura y veterinaria, de ingenieros, naturalistas, de bellas artes, de música y declamación, de comercio, normal, de artes y oficios, para la enseñanza de sordomudos, un observatorio astronómico, una academia nacional de ciencias y literatura y su jardín botánico.

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La instrucción primaria es gratuita y obligatoria. Se reconocen profesores de primera, segunda y tercera clase. Funcionará una junta directiva de instrucción primaria y secundaria del Distrito Federal. La educación debe ser uniforme de modo que no haya contradicción de doctrinas sociales por parte de los profesores.

La instrucción primaria es obligatoria desde la edad de 5 años. En la escuela de sordomudos se enseñará el catecismo y principios religiosos.

La diversidad de cultos religiosos constituye la causa de las inquietudes sociales por lo que piensa que de las inquietudes sociales, por lo que piensa que imponiendo un culto único de la ciencia de las verdades demostrables, se logrará la paz permanente.

El plan de estatutos formulado por Barreda no funcionó sino unos cuantos años pero su influencia continúo en forma permanente.

El ideal de Barreda era que ningún rasgo de las ciencias fundamentales llegará a constituir en ministerio para los educados.

José María Luis Mora afirma que el entendimiento humano es una potencia tan necesaria como la vista. No se puede exigir al pueblo que cumpla las leyes sino tiene asegurada o reía y plenamente la libertad. Los actos del pensamiento deben ser libres de toda coacción y de toda violencia por parte del sistema político.

El conocimiento es susceptible de un constante perfeccionamiento. Los hombres serían muy felices si los actos de su entendimiento fueran completamente libres. Siempre que se pretende conseguir un fin la razón implementa los medios adecuados para conseguirla. La violencia y la opresión sobre las opiniones aunque pretenden extinguirlas no lo logran.

. Los hábitos y las costumbres que nos transmite la educación contribuyen a nuestra formación individual.

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No todos los hombres tienen las mismas facultades intelectuales. Pretender convencer a otro de un juicio ajeno equivale a llevarlo a clases por el camino de la irracionalidad. Las facultades educativas del gobierno son o deben ser resultados del convenio que tiene establecido con los gobernados.

Los hombres tienen derecho a formular leyes pero no a pretender imponer creencias y dogmas a los otros. El gobierno no debe proporcionar protección alguna a determinada tesis filosófica o educativa o creencia religiosa.

Mora enfatizó en los principios de la libertad absoluta de opinión; la abolición de los privilegios del clero y de la militancia; la suspensión de las instituciones monásticas y de la intervención del clero en los negocios civiles, medidas para hacer cesar y reparar la bancarrota de la propiedad territorial y aumentar el número de propietarios; la mejora del estado moral de las clases populares mediante la destrucción del monopolio del clero en la educación política; la difusión de la cultura y a la inculcación de los deberes cívicos y sociales.

Fue un enérgico opositor el dominio encomiástico y el caudillaje militar. Estaba convencido de que la persistencia del dominio del clero era invencible obstante a la instauración de un régimen republicano, representativo popular.

Defendió apasionadamente la propiedad privada, particularmente la propiedad territorial, aunque llegó a reconocer efectos perniciosos del latifundismo. Fue partidario de la libertad de comercio o industria afirmando que la competencia es el único medio para mantener el precio natural de las mercancías. Con mucha frecuencia se manifestó contrario a cualquier política proteccionista.

Consideró a la propiedad privada como una institución de utilidad social. Afirmó que la calidad ciudadana debería quedar reservada exclusivamente a los propietarios. Se pronunció por la abolición de los diezmos y por el fomento de la agricultura.

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En el sistema republicano es necesario fomentar la educación para mejorar y depurar las costumbres sociales. El interés general, la calidad moral de los ciudadanos, exigen la protección del gobierno para propiciar la circulación de las luces de la inteligencia.

La ignorancia de los derechos cívicos por parte de los ciudadanos es un impedimento para el avance de las ciencias sociales. Para conocer las leyes y la Constitución es necesario enseñar al pueblo a leer. De otra manera no podrían los legisladores producir los resultados de sus altas funciones.

Hombres capaces de juzgar las cosas son necesarios para frenar las actividades de los deportes. Un pueblo compuesto por ignorantes será manipulado por conjuntos de políticos mediocres. Es fácil extraviar el rubro de un pueblo cuando esta carece de ilustración.

Cuando los habitantes de un país viven bajo la opresión la opinión pública no se manifiesta libremente. Para superar el despotismo se necesita tener un vasto conocimiento de la ciencia social y realizar una regeneración del espíritu público. Con la ignorancia jamás se extiende la vista hacia el futuro. El amor a la ciencia debe ser una pasión de la juventud.

La cultura del espíritu suaviza el carácter reforma las costumbres; la razón ilustrada frena las pasiones. La ciencia es útil durante toda la vida del hombre. El elemento más necesario para la prosperidad de un pueblo es el buen uso y ejercicio de la razón la cual se logra por medio de la educación de las masas. La oligarquía es el régimen político inevitable para un pueblo ignorante.

La educación de los colegios religiosos es más bien monacal que civil. Al educando se les inculcan insistentemente sus deberes religiosos: Pero no se le instruye sobre sus deberes para con la patria. Los conocimientos prácticos sólo le sirven de mero ordenamiento. Consideran la práctica como no susceptible de cambios y mejoras.

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La reforma liberal consideró que la educación es una profesión libre como todas las demás y que debe estar bajo la supervisión de las autoridades. Los conocimientos del clero propenden siempre hacia una situación estacionaria y dogmática. En lugar de fomentar el espíritu crítico hacen adoptar a los educandos principios y conocimientos de manera irreflexiva.

Si se mejora la condición de las masas éstas formularán leyes más sabias y eficaces. La educación popular debe extenderse sin detenimiento enfatizado en la educación primaria de los niños. España creyó que manteniendo en la ignorancia a la Nueva España se perdería toda posibilidad de emancipación.

Un individuo dotado de un talento regular al llegar al gobierno, se convertirá en un déspota. Se aleará a un puñado de hombres que no tienen capacidad para juzgarse a sí mismo. Los hombres grandes se conocen por sus escritos y por sus acciones. Siendo tan reducido el número de ciudadanos que saben leer y escribir, no es posible que puedan elegir representantes sabios y con virtudes.

El cuerpo legislativo se integraría por personas ignorantes e incapaces. El orden ejecutivo funcionaría conforme a criterios particulares. Para reemplazar el régimen de despotismo se requiere un amplio conocimiento de la ciencia social.

Nada es tan importante para un estado como la instrucción de la juventud. Los niños que son educados en el dogmatismo, en la adolescencia y maduros sostienen las mismas convicciones de manera obstinada.

Uno de los males sociales que Mora criticó con mayor vigor fue la empleomanía. Esta muchedumbre de empleos innecesarios exigía cuantiosas dotaciones que el prejuicio de destruir los capitales porque retirar éstos de la circulación y destinarlos al consumo, era secar en su origen las fuentes de la riqueza nacional. La implementaría altera profundamente las facultades activas destruyendo su carácter inventivo y creado y apagar la emulación.

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El 21 de octubre de 1833, Valentín Gómez Farías suprime la Universidad Real y Pontificia y establece la Dirección General de Instrucción Pública para el Distrito y Territorios Federales. Por vez primera establece la libertad de enseñanza. En el Distrito Federal se establecen o establecimientos de instrucción pública. Estos centros educativos estaban dirigidos por un director y un vicedirector.

Los profesores se sujetarán a las instrucciones y los principios doctrinarios contenidos en los libros elementales. Para que se pueda abrir una escuela por una entidad privada, se necesita dar previo aviso a la autoridad correspondiente y sujetarse a las doctrinas reconocidas oficialmente.

Constituye la Biblioteca Pública Nacional y la Escuela Normal destinada a la enseñanza primaria.

Para Melchor Ocampo, el criterio de los conservadores se basaba esencialmente en el principio de la autoridad. El criterio de los liberales, decía, se fundamenta en la mutua glosa de los sentidos o en las inducciones rigurosamente lógicas estén de acuerdo con la experiencia.

A los liberales se les explica el cómo y el porqué de los fenómenos para mostrarse contentos mientras que los conservadores les ocurren una situación contraria. El desarrollo de las ciencias y de las artes conduce a mejorar la agricultura y la ganadería.

Para la educación de la juventud se requieren profesores de dotes de moralidad e instrucción. La preparación de la base de la prosperidad de un pueblo.

El gobierno debe publicar y hacer circular manuales sencillos y claros para inculcar al pueblo sus derechos y sus obligaciones. También debe fomentarse el estudio de las ciencias que más directamente estén ligadas con la concurrencia del bienestar individual.

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En los planteles de educación media y superior debe mejorarse, la calidad de los profesores. En cualquiera de los grados de la educación deberá imponer el principio de la plena libertad.

Jóvenes capacitados salen de las escuelas sin conocer una palabra de la vida práctica. No es dañino la abundancia de abogados y sacerdotes pero es necesario que muchos jóvenes se ocupen de otras profesiones.

Cada ciudadano desarrolla los primeros rendimientos de educación religiosa y política que después forma parte de su personalidad.

Para Ignacio Ramírez la enseñanza tiene tres ramas: el primero consiste en ejercicios que forman ´hábitos de ciertos órganos humanos; el segundo en conocimientos históricos y el tercer ramo se compone en las ciencias donde dominan estos dos elementos: la observación y el cálculo.

Deben enseñarse primero las lenguas vivas que las muertas. El canto debe acompañarse de la música y el manejo de las armas se parte de los ejercicios y gimnásticos. El estudio de signos matemáticos y de literatura debe ser simultáneo. Es contraproducente fatigar al niño.

En los estudios históricos es necesario enfatizar en el examen del pasado del país clasificando hechos históricos utilizando distintas teorías.

Los hechos no tienen más razón de su existencia que la utilidad que reportan. Estos hechos individuales y sociales pueden clasificarse sobre la base de los criterios de la verdad, la belleza y la necesidad. Se debe proceder de lo conocido a lo desconocido, de lo propio a lo ajeno.

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Es necesario multiplicar los estudios de historia natural, física y química. Las necesidades que resulten del funcionamiento de la sociedad obligan a obtener más de dos profesiones. Necesitamos hombres de entendimiento y voluntad y no máquinas de memoria. La enseñanza profesional no debe comprender idiomas muertos ni estudios metafísicos.

Todos los niños deben aprender un oficio. La instrucción llamada “operaria” no sólo debe tender a formar buenos oficiales y aprendices sino también maestros y directores. A la clase pobre se le considera que vive en la constante miseria, si no fuera de esta manera la educación.

A los estudiantes debe dejárseles en plena libertad para que escojan la profesión de su preferencia. El gobierno debe asegurar alimentos y vestidos a los educandos. Los conocimientos que se imparten deberán tener una aplicación inmediata y enseñárseles 2 o 3 idiomas vivos.

El niño indígena tiende a desertar de sus estudios por falta de recursos económicos por lo que el estado debe encargarse de su sostenimiento. Pertenece al estado la obligación de educar a la población indígena.

En la instrucción primaria deben proporcionarse conocimientos científicos elementales y nociones de artes y oficios.

Luego que el hombre piensa debe estudiar su propia persona y todo lo que le rodea; este conocimiento personal es la condición del progreso. Tiene que estudiarse así mismo y las relaciones que tiene con el mejor ambiente. En el sistema educativo actual desconocemos las leyes de la naturaleza y las del cuerpo humano. A los niños se les enseñan leyendas maternales que se planean siempre como meras hipótesis.

La educación y los indígenas es la base de la instrucción pública. Fuera de los conocimientos elementales a los indígenas debe proporcionarse las nociones sobre la realidad en que viven.

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Se opondría que hicieran falta recursos para financiar estos planes educativos. El dinero sería deducible de los propios fines públicos. Podrían crearse colonias agrícolas prosperas para que con base a sus utilidades se pudieran obtener recursos.

También es necesario modificar el sistema educativo que impera en las prisiones. A los reclusos deben proporcionárseles conocimientos científicos de carácter elemental. Necesitamos también la instrucción escrita de los profesores.

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LA APARICIÓN DEL CAPITALISMO MANUFACTURERO.

“Con la aparición de la ciudad, aparece, al mismo tiempo, la necesidad de la administración, de la policía, de los impuestos en una palabra del régimen colectivo, de la política en general”. (1). La ciudad es obra de la concentración de la publicación, de los instrumentos de la producción, del capital y de las necesidades.

La competencia de los siervos fugitivos que constantemente afluían a las ciudades de la Edad Media, la guerra continua entre las ciudades y el campo, el antagonismo entre unos oficios y otros fueron algunas de las cusas más importantes que movieron a los trabajadores a agruparse en gremios.

Estas asociaciones pretendían la defensa de la propiedad, la multiplicación de los medios de producción y la defensa de las agresiones de los vecinos.

En los gremios no había precisamente división del trabajo sino que cada uno de ellos estaba versando una serie de trabajos bajos. (2). El capital era natural, es decir lo componía la vivienda, las herramientas y la clientela tradicional.

En la Edad Media, los vecinos de cada ciudad se agrupaban para defenderse de las agresiones de la nobleza rural

La división del trabajo entre las diferentes ciudades trajo consecuencias como el nacimiento de las manufacturas como razas de la producción que se salían de los marcos del régimen gremial.

“De los siervos de la Edad Media surgieron los villanos, libres de las primeras ciudades; de este estamento urbano salieron los primeros elementos de la burguesía”. (3). El descubrimiento de América, la circunnavegación de África, los mercados de la India y China, el intercambio comercial entre las colonias fueron factores que aceleraron la descomposición de la sociedad feudal. La

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antigua organización feudal o gremial no pudo satisfacer la demanda creciente de los nuevos mercados.

El mercado mundial aceleró notablemente el desarrollo del comercio, de la navegación y de todos los medios de transporte. A su vez, provocó un auge en la industria y en la multiplicación de capitales. Mediante la explotación del mercado mundial la burguesía adquiere un carácter cosmopolita. (4).

Las antiguas industrias son suplantadas por nuevas industrias; en lugar de las antiguas necesidades satisfechas, surgen nuevas que reclaman también satisfactores nuevos. En lugar del aislamiento de las regiones, que se bastaban a sí mismas, aparece un intercambio universal. Merced a perfeccionamiento de los instrumentos de producción, los medios de comunicación llegan hasta regiones muy apartadas y atrasadas.

La burguesía crea urbes inmensas, centraliza los medios de producción y concentra la propiedad en pocas manos. El obrero se convierte en un simple aprendiz de la máquina. “La industria moderna ha transformado el pequeño taller del maestro patriarcal en la gran fábrica del capitalista industrial”, (5). Pequeños industriales, pequeños comerciantes, rentistas, artesanos y campesinos pasan a formar parte de las filas del proletariado.

El trabajador cae en la miseria y el pauperismo crece rápidamente entre la población. En la producción de la Edad Media existía la base de la base de la propiedad de los instrumentos en manos del trabajador. La función de la burguesía concentró estos instrumentos en pocas manos.

“En lugar de la rueca, del telar a mano y del martillo del herrero aparecieron la máquina de hilar, el telar mecánico y el martillo pilón del vapor; en lugar del taller industrial, la fábrica que impone la colaboración de cientos y miles de personas”. (6).

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La producción pasó a ser de una sucesión de hechos individuales, una sucesión de hechos sociales. El campesino vendió productos agrícolas al artesano y compraban a cambio productos artesanales. La propiedad de los productos descansa en el propio trabajo. El pequeño productos individual no tuvo más remedio que convertirse en asalariado del capitalista.

En la sociedad medieval la producción se orientaba hacia la satisfacción de las necesidades del productor y su familia así como de los señores feudales. (7). Con todo esto, no había pues, intercambio. Sólo cuando había un excedente en la producción, esta se destinaba al intercambio comercial.

El modo de producción capitalista reflejó las viejas asociaciones gremiales, se destruyen las viejas fronteras de las comunidades y se transformaron progresivamente los productos individuales en productos sociales. Las luchas locales se convirtieron en guerras regionales comerciales.

La introducción de la maquinaría supone el desplazamiento de millones de trabajadores manuales.

La acumulación de la riqueza, produce, a su vez, la acumulación de la minería. (8). La capacidad de perfeccionamiento de las máquinas se convierte en una necesidad apremiante para los productores. La industria manufacturera empieza a experimentar un proceso de expansión acelerada.

La expansión de los mercados no corresponde exactamente al crecimiento de la producción manufacturera. El tráfico comercial se bloquea, los mercados se saturan, los productos se almacenan, las masas trabajadoras carecen de empleo y se paralizan las fábricas, es decir estamos frente a un choque entre la expansión del mercado y el aumento de la producción. “El modo de producción se rebela contra el intercambio y las fuerzas productivas se rebelan contra el modo de producción del que ha nacido y el que ya rebasan”. (9).

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El nuevo modo de producción que empieza a desplazar a sus trabajadores, realiza lo mismo con los propios capitalistas productores que no están en capacidad de resistir la competencia. La nueva clase social emergente – la burguesía manufacturera – se manifiesta incapaz y controla las fuerzas productivas que ha perfeccionado.

“Con la producción mercantil, producción no ya para el consumo personal, sino para el cambio, los productos pasan necesariamente de unas manos a otras. El productos se separa de su producto en el cambio y ya no se sabe qué hace el. Tan pronto como el dinero surge y con él el mercader, interviene como intermediario entre los productores, se complica más el sistema de cambio y se vuelve todavía más incierto el destino final de los productos”. (11). El producto domina al productor, la producción social empieza a regirse por un conjunto de leyes que escapan al control de los propios productores.

En este estadio de la producción aparece en forma importante la moneda metálica y con ello el capital en dinero, el interés y la usura, surgen los mercaderes como clase intermediaria entre los productores y las hipotecas. Se enfatiza aún más la oposición entre la ciudad y el campo y entre el trabajo manual e intelectual.

Los derechos políticos de los ciudadanos se formulan sobre la base de sus fortunas individuales. (11) Cada progreso en la producción supone un retroceso en la clase trabajadora. Por medio del derecho de herencia la riqueza individual pasa de unos individuos a otros. La familia se erige como la unidad económica de la sociedad. (12).

Los innumerables adelantos técnicos experimentados por los medios de producción metalúrgica, la manufactura textil, la navegación, los armamentos, la relojería, los instrumentos astronómicos, la inversión de la imprenta y el progreso de las investigaciones científicas todo vino a imprimir un poderoso impulso a las fuerzas productivas, alentando a los hombres de carácter emprendedor a asumir la iniciativa.

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El descubrimiento y explotación de las minas de oro y plata de Bolivia y México, contribuyeron a engrosar las reservas de oro y plata de los países europeos. “Históricamente hablando de manufactura se desarrolló la pequeña producción artesanal”. (13). El capitalista manufacturero reunió a los artesanos independientemente para producir un solo producto. Eliminaba así gastos superfluos y elevaba considerablemente la producción. Paulatinamente se va formando la especialización y el trabajo armónico.

La producción manufacturera empieza con la aplicación de una serie d invenciones y descubrimientos en la agricultura, minería, ganadería, producción textil y medios de transporte. Las máquinas de trabajo invaden la esfera de trabajo de los artesanos. El impulso se presenta en las industrias textil y minera las cuales logran importantes volúmenes de producción. Después se introdujo la máquina de vapor en los transportes hasta universarla.

“El espíritu del traficante invade todo el lenguaje. No hay relación que no se exprese en términos de categorías económicas”. (14). La libre concurrencia invade todos los campos de la actividad humana. Además de las diferentes clases de materiales primas se presenta un acelerado proceso de división del trabajo y de especialización. Por medio de la introducción de las máquinas cambian las funciones de los trabajadores. Se desplazan masas de capital y de trabajo de unas ramas de la producción a otras.

El ascetismo privativo de la Edad Media se transforma en la utilización de los placeres mundanos.

El artesano fabrica, una tras otra, todas las piezas del artículo con él que luego, una vez completo, acude al mercado. Ahora en la manufactura y en virtud de la división del trabajo el obrero no maneja un instrumento sino que se pone al servicio de una máquina. La producción mecánica conduce a la creación de nuevas ramas industriales y de divisiones y subdivisiones de procedimientos técnicos.

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La nueva legislación fabril tiende a disfrazar el látigo empleado por el capataz de esclavos por el reglamento del inspector. La supeditación del obrero a los procesos técnicos y a las normas disciplinarias integra en su totalidad una estructura.

Bajo el capitalismo manufacturero no sólo trabaja la cabeza de la familia sino toda la familia entera. (15). La clase trabajadora va engrosadas sus filas por la presencia de elementos de las capas de la burguesía que sucumben por la competencia. El pequeño rentista si no quiere sucumbir como tal tiene que constituirse como pequeño productor. El obrero vive de la indigencia y una de sus formas primitivas de protesta es la destrucción de las máquinas.

Un primer intento organizativo de los núcleos obreros son las tradeuniones que cumplen funciones de resistencia social frente al capitalista manufacturero. A la apelación al derecho de huelga y a la creación de las tradeuniones siguen las organizaciones obreras como el cartismo en Inglaterra.

En el seno de los productores manufactureros aparecen luchas y fricciones internas entre los propietarios rurales y los industriales o ante los intereses financieros y los fabriles. “La hora de la propiedad primada ha sonado”. (16).

NOTAS BIBLIOGRAFICAS

(1) Marx, Carlos; Engels, Federico: Escritos Económicos Varios, recopilación y traducción de Wenceslao Roces. Editorial Grijalbo, México, 1966; 425 pp.. p. 126,

(2) Ibidem; Escritos Económicos Varios; p. 128.

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(3) Marx, Carlos; Engels, Federico: Manifiesto Comunista. Obras Escogidas, Tomo I. Ediciones de Lenguas Extranjeras, Moseu P. 23.

(4) Ibidem; Manifiesto Comunista. P. 25.(5) Ibidem; Manifiesto Comunista. P. 29.(6) Engels, Federico; Antiduhring. Versión Española de Manuel Sacristan.

Editorial Grijalbo, México, 1968; 335 pp. P. 266.

Ibidem Antiduhring. P. 269.

Ibidem Antiduhring. P. 273.

Ibidem Antiduhring. P. 275.

a. Engels, Federico: El Origen de la Familia, La Propiedad Privada y el Estado. Obras escogidas, Tomo II. Ediciones de Lenguas Extranjeras Moscú. P. 341.

(7) Ibidem El Origen de … p. 339.(8) Ibidem El Origen De La … p. 343.

Marx, Carlos; Engels, Federico: Bibliografía del Manifiesto Comunista. Notas, recopilaciones y Traducciones de Wenceslao Roces. Edición de la Compañía de Ediciones Generales, México, 1970 510 pp. P. 116,

(9) Ibidem Bibliografía del … p. 125(10) Ibidem Bibliografía del … p. 150.(11) Ibidem Bibliografía del… . p. 160

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Acerca de la Cuestión Judía

A pesar de estar consiente en el hecho de que este trabajo debería ser una mera reseña del contenido de los tomos sobre la Cuestión Judía me he tomado la libertad de exponer mi opinión sobre el asunto, ya que considero que el tema que escogí no se puede resumir o reseñar sin aportar algo personal, tomando en cuenta que es un tema que personalmente me apasiona. A mi modo de ver y sentir, pienso que si Bruno Bauer hubiera vivido en la época de Hitler hubiera sido uno de sus más fieles colaboradores, pues aunque ataca por igual a cristianos como a judíos, se puede dejar de traslucir su marcado antisemitismo.

La palabra antisemitismo no es más que un eufemismo para designar simplemente la hostilidad contra los judíos y su historia es muy antiguo. En realidad, sólo la persistencia histórica del pueblo judío nos autoriza a agrupar expresiones de hostilidad de muy variada índole bajo un concepto común. Esas

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expresiones hostiles raras veces adquirían carácter que se pudiera clasificar claramente como antisemita. Generalmente existían otros grupos étnicos, religiosos y sociales que corrían la misma suerte que los judíos y que tenían que sufrir las mismas tentativas de degradación social o política que la indefensa minoría judía. Solamente esos grupos desaparecieron, mientras que los judíos siguieron figurando en la historia europeos como víctimas principales de toda clase de actos bárbaros. Si examinamos las erupciones de odio antisemita en el curso de la historia, vemos que sus causas radican generalmente en tensiones sociales, que buscan escapa en la lucha contra la indefensa minoría étnica, religiosa o social. Se trata a veces de malestares que resultan de superpoblación, de crisis económicas, de competencia comercial, industrial y profesional, o de luchas políticas, como en el caso de la lucha del feudalismo y de la iglesia contra las tendencias burguesas y reformistas a fines de la Edad Media. Simultáneamente con la puesta en marcha del aparato de opresión y de persecución se provoca el odio de las muchedumbres por medio de la propaganda y se buscan justificaciones de odio. Las persecuciones antijudías se producen siempre a raíz de crisis económicas y sociales no en épocas de prosperidad económica y de equilibro social. Esa característica del antisemitismo basta para revelar que no son el judío ni el judaísmo.

Las diferentes formas de antisemitismo en la historia, como la religiosa de la Edad Media, la económica a fines del siglo XIX y la racista de 1933, son una prueba más de que las razón o racionalizaciones del odio antijudío no son sino fruto del espíritu de la época y en nada depende de la actitud de los judíos mismos. La agitación antisemita sirve sólo para encubrir los verdaderos fines que se persiguen. El arte de fanatizar al pueblo y de pronosticarle la cura de todos sus males por medio de la persecución contra los judíos lo llevaron a su máximo desarrollo los nazis en Alemania, cuya actitud es un caso típico de agitación antisemita en todas sus formas.

Para que la propaganda antisemita encuentre alimento en tantos países del mundo, deben existir ciertas condiciones especiales que la favorezcan.

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BRUNO BAUER.

Bruno Bauer, teólogo, protestante y filósofo alemán formo parte de la escuela de los jóvenes neohegelianos, que aspiro en forma muy diversa a la emancipación de la sociedad moderna de las supervivencias del feudalismo. Bauer contribuyó a esa meta con una crítica radical de la Biblia y especialmente del judaísmo pontateuquico. Afirmó, que la obediencia a la ley mosaica impidió que los judíos se elevaran hacia las alturas de una ética absoluta y universal y que el cristianismo derivó sus conceptos universales, no de Israel sino de la antigüedad pagana.

En lo político, rechazó la reivindicación de la igualdad para los judíos, cuya opresión a manos del Estado cristiano aprobaba alegando que su doctrina, fuera la mosaica o la talmúdica, los condenaba a la segregación perpetua del seno de la humanidad.

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La posición de Bauer, que le llevó al extremo de asignar a los judíos como “negros blancos”, provocó polémicas por parte de Gabriel Rionsar, Carlos Marx, Abraham Geiger, Samuel Hirach, Karl Gruan y otros autores judíos y cristianos.

Para poder entender el escrito de Bruno Bauer sobre la emancipación de los judíos en Alemania en el año de 1843, hay que tomar en cuenta que en la Alemania de ese tiempo ninguna clase de la sociedad burguesa sienta la necesidad ni tiene la capacidad de la emancipación general hasta que se ve obligada a ello por su situación inmediata, por la necesidad material, la emancipación alemana reside en una disolución de la sociedad como una clase especial que es el proletariado.

En Alemania, no puede abatirse un tipo de servidumbre sin abatir a todo tipo de servidumbre, la emancipación del alemán es la emancipación del comprendiendo a la palabra “emancipación” como libertad y tomando como deseo de los judíos la “libertad” cívica o política en Alemania, yo considero que en primer lugar se debe diferenciar al judío como ciudadano de un país en el cual reside y en el que debería tener todos los derechos de ciudadano y en segundo lugar el judío como perteneciente a una religión, credo, tradiciones y costumbres.

Bruno Bauer ataca abiertamente a los judíos alemanes de egoístas por pretender una emancipación como judíos, diciendo que no les interesa la emancipación alguna y en general la humana. Dice que al judío le agrada el yugo general y se queja del propio, con lo cual no estoy de acuerdo, pues es natural que les moleste el propio pero no acepto que les agrade el ajeno. Agregó que mientras el Estado sea cristiano y el judío sea judío (como si tuvieran una relación equiparable) tanto el Estado como el judío serán incapaces de otorgar la emancipación (el Estado) y de recibirla (el judío). Bauer resuelva la cuestión judía diciendo que antes de poder emancipar a los judíos, se debe empezar por emanciparse a sí mismos(los alemanes).

Para Bauer, dice Marx, la cuestión judía tiene un alcance general independiente de las condiciones alemanas; se trata del problema de las

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relaciones de la religión con el Estado, de la contradicción de las ataduras religiosas y la emancipación política.

Dice Bauer que en Francia, tampoco ha sido resuelta aun la cuestión judía porque la libertad legal se va dominando por los privilegiados religiosos y ésta falta de libertad de la vida repercute sobre la ley.

Bauer exige por una parte, que el judío abandonó el judaísmo y que el hombre en general abandonó la religión para ser emancipado como ciudadano. Por otra parte, consideró la abolición política de la religión como como abolición de la religión en general.

Marx opina que la crítica de Bauer tiene que explicar de qué clase de emancipación se trata y esta era la crítica final de la cuestión judía y su verdadera disolución; pero Bauer entra en contradicciones; pone condiciones que no tienen su fundamento en la emancipación política misma, formula preguntas que su problema no contiene y resuelve problemas que dejan su pregunta sin contestar. No investiga la relación entre la emancipación política y la emancipación humana.

En Alemania, donde no existe un estado político, la cuestión judía es una cuestión puramente teológica. El judío se encuentra en contraposición religiosa con el Estado, que profesa como su fundamento el cristianismo.

Marx opina, tomando en cuenta la crítica de Bauer, que solamente donde existe el Estado político plenamente desarrollado puede manifestarse en su pureza, el problema de la actitud del judío, y en general del hombre religioso, ante el Estado político.

Por lo que la criticó de esta actitud deja de ser una teológica tan pronto como el Estado deja de comportarse de un modo teológico hacia la religión como Estado, o sea, políticamente.

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Para Marx, la existencia de la religión es la existencia de un defecto, por lo que no se puede seguir buscando la fuente de este defecto solamente en la esencia del Estado mismo. La religión no constituye ya el fundamento, sino simplemente el fenómeno de la limitación secular. Dice Marx que no convertimos los problemas seculares en problemas teológicos. Y sigue diciendo “El problema de las relaciones de la emancipación política con la religión se convierte, para nosotros, en el problema de las relaciones de la emancipación política con la emancipación humana”.

La emancipación política del judío, del cristiano y del hombre religioso en general, es la emancipación del Estado del judaísmo, del cristianismo y de la religión en general. El estado se emancipa de la religión cuando el Estado como tal, no profesa ninguna religión.

Donde el Estado político ha alcanzado su verdadero desarrollo, el hombre lleva tanto en el pensamiento, en la conciencia y en la realidad, en la vida una doble vida, una celestial y otra terrenal; la vida en la comunidad política en la que se considera como ser colectiva, la vida en la sociedad civil, en la que actúa como particular.

El conflicto entre el hombre, como fiel de una religión especial, y su ciudadanía, y los demás hombres en cuanto miembros de la comunidad, se reduce al divorcio secular entre el Estado político y la sociedad civil. El hombre se emancipa políticamente de la religión, el al desterrarla del derecho político al derecho privado.

Según Marx, el Estado puede y debe avanzar hasta la abolición de la religión y el Estado que sigue profesando el cristianismo en forma de religión no lo profesa en forma de Estado, pues se comporta todavía religiosamente ante la religión. Dice Marx que el llamado Estado cristiano se comporta políticamente hacia la religión y religiosamente hacia la política.

Marx sigue opinando como la emancipación política con respecto a la religión deja en pie la religión, aunque no una religión privilegiada. La

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contradicción de que el fiel de una religión especial se halla con su ciudadanía no es más que una parte de la general contradicción secular entre el Estado político y la sociedad burguesa.

Por eso, dice Marx, nosotros decimos a los judíos con Bauer: no podéis emanciparos políticamente si no os emancipáis radicalmente del judaísmo. Les decimos, más bien, porque podéis emanciparon políticamente sin llegar a desentenderos radical y absolutamente del judaísmo, es por lo que la misma emancipación política no es la emancipación humana. Así como el Estado evangeliza cuando, a pesar de ser ya Estado, se comporta cristianamente hacia los judíos, así también, al judío pontifica cuando, a pesar de ser ya judío, adquiere derechos de ciudadanía dentro del Estado.

Bauer niega que el judío pueda reclamar y obtener los llamados “Derechos Humanos”, y del mismo modo, no puede el cristiano, como tal, conceder ninguna clase de derechos humanos. Según Bauer, el hombre tiene que sacrificar el “privilegio de la fé”, si quiere poder obtener los derechos generales del hombre. Según él, estos derechos son derechos políticos, su contenido es la participación en la comunidad política, en el Estado.

Ahora bien, queda por considerar la otra parte de los derechos de ciudadano: figura entre ellos la libertad de conciencia, el derecho de practicar cualquier culto; deja claro que no debe perseguirse a nadie por sus opiniones incluso las religiosas; dar a todos la libertad de practicar el culto religioso al que se halla adscrito; el libre ejercicio de los cultos. En la Constitución de Pensilvania, art. 93 dice: “Todos los hombres han recibido de la naturaleza el derecho imprescriptible de adorar al Todopoderoso con arreglo a las inspiraciones de su conciencia, y nadie puede: legalmente, ser obligado a practicar, instituir o sostener en contra de su voluntad ningún culto o misterio religioso. Ninguna autoridad humana puede, en ningún caso, intervenir en materias de conciencia ni fiscalizar las potencias del alma”.

La Constitución de 1793 proclamas la “Declaración de los Derechos del Hombre” y estos son; la igualdad, la libertad, la seguridad y la propiedad.

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a).- La igualdad consiste en que la aplicación de la misma ley a todos, tanto cuando protege como cuando castiga.

b).- La libertad es el poder propio del hombre de hacer todo lo que no lesione los derechos del otro y consiste en poder hacer todo lo que no perjudique a otro.

c).- La seguridad consiste en la protección por la sociedad a cada uno de sus miembros para la conservación de su persona, de sus derechos y de sus propiedades.

d).- El derecho de propiedad es el derecho de todo ciudadano de gozar y disponer a su antojo de sus bienes, de sus rentas, de los frutos de su trabajo y de su industria.

Ahora bien, desde el punto de vista de Marx, ninguno de los llamados derechos humanos va más allá del hombre egoísta, del hombre como miembro de la sociedad burguesa, del individuo replegado en sí mismo, en su interés privado y desconocido de la comunidad. El único nexo que mantiene a los individuos en cohesión es la necesidad natural, la necesidad y el interés privado, la conservación de su propiedad y de su persona egoísta.

La emancipación política es, al mismo tiempo, la disolución de la vieja sociedad, sobre la que descansa el Estado que se ha manejado al pueblo, el poder señorial. La revolución política es la revolución de la sociedad civil, y el carácter de la vieja sociedad era el feudalismo. Las funciones y condiciones de vida de la sociedad civil seguían siendo políticas, aunque políticas en el sentido del feudalismo, o sea que excluían al individuo del semejante del Estado.

La revolución política elevó los asuntos del Estado a asuntos del pueblo, destruyó los estamentos, corporaciones, gremios y privilegios, que eran otras tantas expresiones de la separación entre el pueblo y su comunidad. La revolución política suprimió el carácter político de la sociedad civil.

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El hombre, dice Marx, no se vio liberado de la religión sino que observó la libertad religiosa. No se vio liberado de la propiedad, obtuvo la libertad, de la propiedad. No se vio liberado del egoísmo de la industria, sino que obtuvo la libertad industrial.

La emancipación política es la reducción del hombre de una patria, a miembro de la sociedad burguesa, el individuo egoísta independiente, y, de otra parte, al ciudadano del Estado, a la persona moral. Sólo cuando el hombre individual real recobra en sí al ciudadano abstracto y se convierte, como hombre individual, en ser genérico, en su trabajo individual y en sus relaciones individuales; sólo cuando el hombre ha reconocido y organizado sus fuerzas propias como fuerzas sociales y cuando, por tanto, se desglosa ya de sí la fuerza social bajo la forma de fuerza política, sólo entonces se lleva a cabo la emancipación humana.

LA CUESTIÓN JUDÍA I.- PLANTEAMIENTO DE LOS PROBLEMAS.

En la primera obra La “Cuestión Judía” de Bruno Bauer, su autor no comprende sus muchos defectos, sino que sigue afirmando haber desarrollado en ella la verdadera significación de la cuestión judía; en posteriores réplicas se ve obligado a conformar sus “descuidos”.

En cuanto a los “Derechos Humanos” se le ha demostrado al señor Bauer que no son los portavoces de la masa quienes desconocen y maltratan dogmáticamente su naturaleza, sino que es él mismo. Bauer, que confundía el Estado con la humanidad, los derechos humanos con el hombre, la emancipación política con la emancipación humana tenía que figurarse en Estado de tipo especial, un ideal filosófico de Estado.

Contra la tesis del Bauer de que “los judíos han provocado la contra opresión mediante la opresión contra los resortes de la Historia”, contesta acertadamente Hirech: “Ello quiere decir que tuvieron que ser algo para la formación de la Historia, y si el mismo Bauer afirma esto, no tendrá razón al

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afirmar, de otra parte, que no contribuyeron en nada a la formación de la época moderna”.

Y a propósito de la afirmación de otro diputado, quien dice que “la equiparación civil de los judíos sólo puede llevarse a cabo allí donde no existe ya el judaísmo”, observa Bauer: “Cierto, pero siempre y cuando no se pierda de vista el otro giro de la crítica que yo he desarrollado en mi obra”, refiriéndose al giro según el cual también el cristianismo tiene que haber dejado de existir.

En su réplica núm. 1 a los ataques contra la cuestión judía, Bauer sigue considerando la abolición de la religión, el ateísmo, como condición de la equiparación civil, lo que quiere decir que, en esta primera fase, se penetra todavía más a fondo en la esencia del Estado ni en el descuido de su obra.

Su modo de plasmar la “Cuestiones del día”, consiste en desfigurarlas y reformarlas; y así, ha retorcido también de tal modo la cuestión judía, que se ha necesitado entrar a investigar la emancipación política, de que en esta cuestión se trata, sino contentarse más bien con una crítica de la religión judaica y con una descripción del Estado cristiano germánico.

LA CUESTIÓN JUDÍA NÚMERO II.

Riesser afirma, frente a Bauer, que su Estado crítico debe necesariamente excluir a judíos y cristianos y Riesser tiene razón puesto que Bauer confunde la emancipación política con la humana y puesto que el Estado sólo sabe reaccionar contra los elementos rebeldes, y en la Cuestión Judía se califica al cristianismo y al judaísmo como elementos que caen en la alta traición, mediante la exclusión violenta de las personas que representan, en su “Estado crítico”, el señor Bauer debería hacer colgar a judíos y cristianos.

Bauer quiere demostrar a Riesser su humanidad diciendo: “Si en aquel trabajo (la “Cuestión Judía”) hubiera querido o podido transcender sobre la crítica, habría debido hablar, no del Estado, sino de la “sociedad”, que no excluyen

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quienes no quieren tomar parte en su desarrollo”. Esto es lo que Bauer dice; pero ¿qué habría hecho, ¿si hubiera querido o podido? Habría dado una definición dogmática.

La sociedad procede tan exclusivamente como el Estado. El Estado no excluye a nadie que se ajuste a todos sus mandatos y exigencias, que se acomode a su desarrollo.

La crítica absoluta, partiendo del afán de emancipación de los judíos y de la tendencia de los Estados cristianos a incluirla en su esquema de gobierno, viene a parar a las profecías sobre la decadencia de las nacionalidades. “El futuro de todas las nacionalidades es un futuro muy oscuro”.

LA CUESTIÓN JUDÍA NÚMERO III.

La “Crítica absoluta” formula ahora a terceras personas, al resto del mundo profano la tarea que ahora más bien interesa; la apología de las hazañas y las obras de Bauer.

En ella, se pone de relieve el error fundamental de Bauer, consistente en confundir la emancipación política con la emancipación humana. “Lo que importa es más bien explicar por qué la crítica se vio obligada a hacer política”.

Si vemos en el crítico un individuo finito, si no lo separamos del límite de su tiempo, tenemos la necesidad de contestar por qué incluso él tenía necesariamente que desarrollarse dentro del mundo, ya que la misma pregunta no existe.

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En los Anales Franco – Alemanes se declara que el modo cómo Bauer trata la cuestión judía es realmente teológico y fantásticamente político. “La cuestión judía es una cuestión religiosa”. Marx dice que el llegar a la parte política de la cuestión judía, veremos cómo el teólogo, Bauer, también en el terreno de la política, no se ocupa de política, sino de teología.

El ensayo de Bauer titulado “La capacidad de los judíos y cristianos actuales para llegar a ser libres”, no tiene ya nada que ver con la vieja “ilustración”, Se contiene en el punto de vista positivo del señor Bauer sobre la capacidad de los judíos actuales para emanciparse y, por tanto sobre la posibilidad de su emancipación.

“La crítica” dice: “La cuestión judía es una cuestión religiosa”. El teólogo juzgará por las apariciones y verá en una cuestión religiosa una cuestión religiosa: el señor Bauer sólo comprende la esencia religiosa del judaísmo, pero no el fundamento real, de esta esencia religiosa, Bauer sólo entiende al judío en cuanto que es objeto directo de la teología o teólogo. Para Bauer, como teólogo cristiano creyente, la significación histórica universal del judaísmo debía necesariamente terminar a la hora de nacer el cristianismo, Marx sigue diciendo que se ha demostrado que la tarea de superar la esencia judaica es la tarea de superar el judaísmo de la sociedad burguesa, el carácter inhumano de la práctica de la vida actual, cuya culminación es el sistema monetario.

Pasando a hablar de la parte política de la cuestión judía Marx, dice que los judíos (como los cristianos) se hallan políticamente emancipados por completo en distintos Estados. Pero judíos y cristianos distan mucho de estar humanamente emancipados.

Se ha demostrado a Bauer que el judío, cuando reclama la libertad y no se presta, a cambio de ello, a abandonar su religión, “hace política” y no pone ninguna condición contradictoria con la libertad política. Se le ha demostrado cómo la desintegración del hombre en el ciudadano no religioso y el particular religioso no contradice en modo alguno a la emancipación política; se le ha demostrado que, así como el Estado se emancipa de la religión al emanciparse de la religión de Estado, pero quedando la religión confiada a sí misma en el seno de la sociedad burguesa, así también el individuo se emancipa políticamente de la

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religión al comportarse hacia ella, no ya como hacia un asunto público, sino como hacia un asunto privado;y se ha demostrado, finalmente, que el comportamiento terrorista de la revolución francesa ante la religión, lejos de contradecir esta concepción, lo que hace es confirmarla.

El señor Riesser, dice Marx, expresa acertadamente el sentido que encierra la aspiración de los judíos al reconocimiento de la libre humanidad, cuando postula, entre otras cosas, la libertad de movimiento y de residencia, la libertad de viajar, de ejercer el comercio y la industria etc. Estas manifestaciones de la “libre personalidad humana” fueron reconocidas expresamente como tales en la proclamación francesa de los derechos del hombre. Y el judío tiene todavía más derecho a este reconocimiento de la “libre personalidad humana”, puesto que la “libre sociedad burguesa” encierra una esencia absolutamente comercial y judaica y él es de antemano parte necesaria de ella.

El Estado moderno declara que la religión, al igual que los demás elementos burgueses de vida, sólo ha comenzado a existir en toda su extensión tan pronto como aquél los ha declarado apolíticos y los deja, por tanto, confiados a sí mismos. A la supresión de su existencia política, como por ejemplo, a la supresión de la propiedad mediante la abolición del censo electoral de fortuna o a la supresión de la religión mediante la abolición de la iglesia de Estado, a esta proclamación de su muerte civil dentro del Estado, corresponde su vida más poderosa, que ahora obedece ya a sus propias leyes sin que nadie la entorpezca, y puede desplegar su propia existencia, en toda su extensión.

En el terreno de la “Cuestión judía”, la crítica ha sido ganada indiscutiblemente, cada vez más campo al enemigo. En el núm. I de la “Cuestión Judía”, el escrito de la Critica defendida por el señor Bauer no era más absoluto y había revelada la “verdadera” y “general” significación de la “Cuestión judía”. En el núm. 2, la Crítica no “quería si podía” transcender por encima de la Crítica. En el núm. 3, habría debido dar todavía “un paso”, pero este paso era imposible… porque era… “imposible”. No era su “querer” y poder”, sino el entrelazamiento con su “antítesis” lo que le impedía dar este “un paso”. Mucho le habría gustado saltar por sobre la última barrera, pero, desgraciadamente, a sus botas críticas de gigante había quedado adherido un último residuo de la Nación.

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DISCURSO. 24 de diciembre de 1966, Rio Grande. ZACATECAS

Señoras y Señores:

Antes de que Carlos Marx y Federico Engels formularan su concepción materialista de la sociedad, la historia era estudiada como una sucesión de hechos inconexos. Era un tipo de historia anecdótica, individualista, superficial. Las personalidades históricas eran consideradas como factores históricos reales, autónomos y se menospreciaba el análisis de las consideraciones reales en las que actuaban y a las transformaciones.

Afirmamos hoy que es la historia política y social de los pueblos, los personajes históricos individuales no tienen importancia en sí mismos sino aprovechan el estado de las fuerzas sociales favorable, que requieran su

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intervención. La historia, en síntesis, no es la de los grandes líderes o militares sino la del esfuerzo consiente y dirigido de las masas. El hombre no es un ser movido por fuerzas extrañas a él; no busquemos las causas del proceso histórico fuera de este mundo, es aquí, en la realidad terrenal, donde se encuentran y es también aquí donde el hombre ha de construir su reino definitivo.

Carlos Marx afirma que lo que llamamos la historia del hombre hasta este momento no ha sido sino su prehistoria. El hombre, desde el régimen del comunismo primitivo, ha vivido doblegado y supeditado a seres y procesos que le han nulificado gran parte de su poder creador, espiritual y material.

La Revolución Mexicana de 1910 fue la primera revolución del siglo XX. La revolución Mexicana obedeció a un proceso de estancamiento de las fuerzas productivas del país. La economía se basaba principalmente en la agricultura rudimentaria porque los terratenientes, con mentalidad atrasada, no perfeccionaban los instrumentos agrícolas. El principal problema del campo era el latifundismo y el latifundio en sí mismo y en cualquier país, engendra relaciones de estancamiento integral. México era un país que entraba en una etapa de agudización de las contradicciones entre la clase en el poder, integrada principalmente por latifundistas, y los campesinos, obreros y clase media.

La lucha de contrarios no podía resolverse por medio de un cambio lento y gradual como lo demuestra el intento de conciliación que contribuye las negociaciones de Ciudad Juárez. Se imponía un cambio radical, violento, que expulsara del poder al grupo porfirista incapaz por sus intereses creados como grupo en el poder, de hacer avanzar al país hacia nuevas situaciones sociales nacionales más avanzadas como las prometidas en el Plano de San Luis.

Don Alfonso Medina vivió en una época que México se encontraba en crisis permanentes. La carta de 1917 ordenaba la división de los latifundios y la entrega de la tierra a los campesinos. Estas disposiciones constitucionales modificaban el régimen de la tendencia de la tierra para hacer de los campesinos pobres, sujetos activos en el mercado nacional. La entrega del poder de la tierra al campesino le estimuló sus sentimientos individualistas y liberales. Don Alfonso Medina, primero

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como diputado local y después como Gobernador del Estado, luchó porque el problema agrario se resolviese, aplicando la Constitución.

Como Gobernador del Estado es importante el reparto de tierras que llevó a cabo en esta región y que representó la base de su posterior desarrollo y florecimiento.

En 1918 se fundó la Confederación Regional Obrera Mexicana (CROM) que aglutinó en su seno a los todavía escasos obreros del país. La CROM es la primera gran central obrera mexicana revolucionaria socialista. Fue, en su tiempo, la vanguardia del proletariado mexicano.

Don Alfonso Medina, en unión con otros distinguidos revolucionarios, formó la Confederación Sindicalista de Obreros y Campesinos de Zacatecas, filial de la CROM.

Sin embargo, don Alfonso Medina fue fundamentalmente un luchador agrario. El problema de la tierra fue su principal preocupación porque consideraba que dicho problema era de vital importancia, de cuya solución dependía el futuro desarrollo del país. La reforma agraria, la aplicación consecuente del artículo 27 constitucional, permitiría que México abandonara su antigua naturaleza de país agrario, exportador de cereales, y se convirtiera paulatinamente, en un país industrial, requisito básico para mecanizar los implementos de la agricultura.

Hoy hace 32 años que murió asesinado don Alfonso Medina, cuando la política se conciba como una maniobra y no como la ciencia que estudia las leyes de la sociedad y los fenómenos relativos al poder, se utilizó la eliminación violenta del enemigo político.

La mejor manera de honrar su recuerdo de la luchas permanentemente porque los ideales que inspiraron a don Alfonso Medina, se cumplan en la realidad, no parcialmente sino totalmente, es decir, pugnar porque la reforma agraria se lleve hacia sus últimas consecuencias, para bien de México.

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Río Grande, Zac., a 24 de diciembre de 1966.

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