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Documento 1. Bloque teórico 25 de junio de 2009 Hacia un nuevo modelo de atención residencial

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Page 1: Hacia un nuevo modelo de atención residencialHacia un nuevo modelo de atención residencial 4 algún grado de dependencia, sigue siendo el proporcionado por la red familiar y los

Documento 1. Bloque teórico

25 de junio de 2009

Hacia un nuevo modelo de atención

residencial

Page 2: Hacia un nuevo modelo de atención residencialHacia un nuevo modelo de atención residencial 4 algún grado de dependencia, sigue siendo el proporcionado por la red familiar y los

Hacia un nuevo modelo de atención residencial 2

1. Introducción 3

2. Objetivos 5

3. Metodología 6

4. El caso de España 7

4.1. Situación actual 7

4.2. Características de los centros residenciales 11

4.3. Marco normativo actual 14

5. Experiencias internacionales 18

5.1. Terminología referente a alojamientos residenciales 18

5.2. Suecia 22

5.3. Dinamarca 26

5.4. Francia 28

5.5. Alemania 30

5.6. Gran Bretaña 33

6. Propuesta de adaptación en relación a las experiencias

internacionales al modelo español 36

7. La transición del domicilio habitual al centro residencial 40

8. La calidad de vida en las residencias 43

INDICE

Page 3: Hacia un nuevo modelo de atención residencialHacia un nuevo modelo de atención residencial 4 algún grado de dependencia, sigue siendo el proporcionado por la red familiar y los

Hacia un nuevo modelo de atención residencial 3

9. Bibliografía 50

1 En los países desarrollados las tendencias demográficas se han

traducido en un aumento progresivo de la esperanza de vida y una

reducción de la mortalidad, por lo que ha aumentado el número de

personas mayores. En algunos países, este proceso asociado a un

descenso de la natalidad provoca un progresivo envejecimiento de la

población. De este modo, según algunas proyecciones de población

como la realizada por el Observatorio de Personas mayores en el año

2008, se calcula que en un plazo de veinte años las personas mayores

de 65 años representarán casi una cuarta parte del conjunto de la

población, suponiendo el 23,0% del total de la población española en el

año 2030.

A pesar de la mejora de las condiciones de vida y los avances

médicos, es innegable que la vejez se asocia a procesos biológicos que

pueden ocasionar disminución de las capacidades física y/o cognitivas.

El aumento de personas mayores ha supuesto una mayor relevancia

pública de estos procesos y las cuestiones relativas a la pérdida de

autonomía han generado nuevos debates.

El modelo de atención a las personas mayores en España está en

estos momentos en proceso de cambio y adaptación tanto

cuantitativamente como cualitativamente para adaptarse a la nueva

Ley 39/2006, de 14 de diciembre, de Promoción a la Autonomía Personal

y Atención a las personas en situación de dependencia. El sistema de

apoyo a las personas mayores, especialmente de aquellas que tienen

INTRODUCCIÓN

Page 4: Hacia un nuevo modelo de atención residencialHacia un nuevo modelo de atención residencial 4 algún grado de dependencia, sigue siendo el proporcionado por la red familiar y los

Hacia un nuevo modelo de atención residencial 4

algún grado de dependencia, sigue siendo el proporcionado por la red

familiar y los cuidados familiares no profesionales, al mismo tiempo la

demanda de servicios profesionales aumenta.

Las residencias constituyen el servicio tradicional, y más

importante, destinado a las personas mayores en España. Aunque en

los últimos años se han desarrollado otros servicios –ayudas a domicilio,

prestaciones económicas, programas de soporte a las personas

cuidadoras, etc.-, los centros residenciales siguen liderando la oferta de

servicios de atención a las personas mayores. El perfil de los usuarios y

usuarias de estos servicios ha evolucionado y se ha diversificado, por lo

que la oferta residencial debería ser capaz de responder a los nuevos

requerimientos. Lo que hace necesario definir un modelo residencial

más adaptado a las diversas necesidades de las personas mayores,

con criterios de calidad actualizados y en una línea de optimización de

recursos que permita satisfacer una demanda creciente.

Hay que destacar que el debate de redefinición del modelo

residencial hace años que se inició en otros países. Por este motivo se ha

creído necesaria la inclusión de experiencias internacionales en este

documento y determinar qué particularidades de otros países pueden

ser aplicables y útiles en el contexto español.

En este documento se describe el sistema residencial español

actual, subrayando sus características principales. Como se ha

comentado con anterioridad, las experiencias internacionales pueden

proporcionar pistas en la construcción del nuevo modelo. A partir de la

descripción de estas experiencias, se analizan sus puntos fuertes en la

atención residencial, valorando su viabilidad en el contexto social y

económico español. El tercer bloque de información (en un

documento aparte; ver documento 2) proviene del análisis cualitativo

de los discursos y propuestas realizado por el grupo de expertos y

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Hacia un nuevo modelo de atención residencial 5

expertas seleccionado por el IMSERSO (Instituto de Mayores y Servicios

Sociales). Este conjunto de datos nos proporciona un primer elemento

de debate en la difícil tarea de definir un modelo de atención

residencial para nuestro país.

2

- Definir un nuevo modelo de atención residencial que tenga como eje

principal, la calidad de vida y la calidad de atención a las personas.

- Elaboración de un documento de consenso sobre este nuevo modelo

de atención residencial con la participación de un grupo de expertos-

as.

OBJETIVOS

Page 6: Hacia un nuevo modelo de atención residencialHacia un nuevo modelo de atención residencial 4 algún grado de dependencia, sigue siendo el proporcionado por la red familiar y los

Hacia un nuevo modelo de atención residencial 6

3 La metodología utilizada para la elaboración de este documento se

basa en primer lugar, en la revisión bibliográfica de los documentos

propuestos por el IMSERSO, el grupo de expertos/as, así como otros

documentos que nos han parecido relevantes para la discusión. La

temática de los artículos analizados se centra en la descripción de los

modelos residenciales o en el análisis de las dimensiones del concepto

de “calidad de vida”.

La búsqueda bibliográfica se ha acotado con los siguientes

criterios:

1. Idioma de publicación: documentos en castellano, catalán, inglés

y francés.

2. Zona geográfica: principalmente documentos en los que se

hiciera referencia a los países objeto de análisis en este estudio:

Suecia, Dinamarca, Alemania, Francia y Gran Bretaña. Aún así,

cabe destacar que se han incluido documentos externos a estos

contextos, al considerar que podían aportar conocimientos sobre

la definición de distintos modelos residenciales o que serían útiles

para esclarecer ciertos conceptos.

3. Temát ica del documento: ámbito residencial o bien que haga

referencia a dimensiones de calidad de vida.

En segundo lugar, hemos sistematizado la información aportada por los

expertos en base a las dimensiones propuestas por el IMSERSO y a las

surgidas durante la primera reunión de trabajo.

METODOLOGÍA

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Hacia un nuevo modelo de atención residencial 7

4 4.1. Situación actual

El número de personas mayores de 65 años ha alcanzado en el 2008

una cifra de 7.632.925 personas, representando el 16,7% de la

población total española.1 Paralelamente a este crecimiento, la

esperanza de vida en los últimos años ha aumentado

considerablemente. De este modo, en el año 2006, la esperanza de

vida al nacer en España era de 84,09 años para las mujeres y de 77,59

años para los hombres2. Por otro lado, las bajas tasas de natalidad, han

alcanzado en el año 2008 los 11,38 nacimientos por cada 1000

habitantes3.

Las proyecciones de población de la tabla 1 muestran un

aumento sustancial de personas mayores, tanto en términos numéricos

absolutos, como en representación sobre el conjunto de la sociedad.

1 INE. INEBASE: Sociedad. Análisis Sociales. Indicadores Sociales. Edición 2006. Cohesión y participación social Equipo Portal Mayores (2009). “Indicadores estadísticos básicos 2008”. Madrid, Portal Mayores, Informes Portal Mayores, nº 89. [Fecha de publicación: 04/02/2009]. <http://www.imsersomayores.csic.es/documentos/documentos/pm-indicadoresbasicos08.pdf> 2 Instituto Nacional de Estadística. Indicadores sociales 2008. Salud. Tablas por comunidades autónomas y provincias. 3 Instituto Nacional de Estadística. Indicadores demográficos básicos. Madrid: INE, 2006.

EL CASO DE ESPAÑA

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Hacia un nuevo modelo de atención residencial 8

Tabla 1

Evolución de la población mayor de 65 años y proyecciones de futuro

Fuente: Observatorio de personas mayores 2008.

Como se puede observar en la tabla anterior, el porcentaje de personas

mayores ha ido aumentando considerablemente en los últimos años. De

hecho, en 10 años este porcentaje se ha visto aumentado en más de 4

puntos, pasando de representar el 13,8% del total de la población en el

año 2001, al 17,0% en el 2001. En este punto cabe señalar que los datos

de envejecimiento para el 2008 mostrados con anterioridad muestran

un porcentaje del 16,7, tres décimas por debajo del 2001. Este hecho no

es casual dado que la generación actual más joven de las personas

mayores corresponde completamente al período de nacimientos

comprendidos entre 1928 y 1941, época en que dos acontecimientos

históricos condicionaron la disminución de la natalidad: el período

Absoluto % Absoluto % Absoluto %

1991 38.872.268 5.370.252 13,8 4.222.384 10,9 1.147.868 3,0

2001 40.847.371 6.958.516 17,0 5.378.194 13,2 1.580.322 3,9

2010 45.311.954 7.785.480 17,2 5.490.621 12,1 2.294.859 5,1

2020 48.664.658 9.345.955 19,2 6.338.532 13,0 3.007.423 6,2

2030 50.878.142 11.684.570 23,0 8.025.109 15,8 3.659.461 7,2

2040 52.540.936 14.569.813 27,7 9.886.602 18,8 4.683.211 8,9

2050 53.159.991 16.387.874 30,8 10.464.876 19,7 5.923.000 11,1

2060 52.511.518 15.679.878 29,9 8.788.288 16,7 6.891.590 13,1

Años65 y más 65-79 80 y más

Total

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Hacia un nuevo modelo de atención residencial 9

posterior a la Gran Depresión, la Guerra Civil española y los años iniciales

de la posguerra.

En cuanto a las proyecciones de población, se puede observar un

aumento progresivo de personas mayores en ambos grupos de edad,

aunque experimenta un crecimiento mayor el segmento poblacional

más envejecido, que casi dobla su presencia en el intervalo del 2001 al

2020, pasando de un 3,9% a un 6,2%. Así pues, tanto el crecimiento que

se está dando en la actualidad como el que se prevé para las próximas

décadas, pone de manifiesto la importancia de tener una red sólida de

recursos de atención a las personas mayores para poder cubrir sus

necesidades.

A los cambios anteriores se suman los producidos en la familia,

caracterizados por la aparición de un proceso definido por el “drástico

planteamiento de la organización de la vida privada familiar que ha

impuesto la organización del trabajo en la gran ciudad” (Barenys, 1990).

Este cambio ha supuesto una reducción considerable de las

posibilidades de cuidado no profesional en el domicilio. No sólo la

industrialización ha influido en este proceso, sino que la incorporación

masiva de la mujer al mercado laboral ha disminuido el tiempo que

dedica al cuidado de la familia. Teniendo en cuenta que el sistema de

cuidado familiar tradicional, se construye principalmente alrededor de

la mujer, la reestructuración del tiempo de éstas y su inclusión en el

mercado laboral, ha supuesto la necesidad de buscar alternativas a los

cuidados tradicionales en el domicilio habitual de la persona mayor.

Este proceso, en España, no ha conseguido modificar la realidad del

cuidado en el domicilio, de tal manera que éste se sustenta en la

provisión de cuidados por parte de las mujeres de la familia. Es

demasiado pronto para valorar los efectos sobre esta situación

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derivados de la aplicación de la ley de Promoción a la Autonomía

Personal y Atención a las Personas en situación de dependencia.

Otra consecuencia de estos cambios familiares es el aumento del

número de personas mayores de 65 años que viven solas a causa de la

desaparición de la familia extensa y el tamaño reducido de las

viviendas4, favoreciendo así la convivencia exclusiva de la familia

nuclear en la vivienda. En el año 2006, el 18,4% del total de población

mayor de 65 años vivía sola, de los cuales el 28,55% eran personas de 90

años y más5.

Por otro lado, otro proceso destacable son las relaciones

generacionales verticales que se han establecido como consecuencia

del aumento de la esperanza de vida, creando grupos familiares de tres

o cuatro generaciones (Bazo, 2000). La coexistencia prolongada de

distintas generaciones ofrece un potencial de solidaridad familiar que

puede manifestarse de manera cotidiana y esencialmente, en

momentos de crisis (Pérez Ortiz, 2006). El contenido de esta ayuda

puede ser muy diverso, ya que a pesar de sostenerse principalmente en

aspectos afectivos y emocionales, también pueden tener carácter

económico y financiero.

En este contexto, los recursos de atención a las personas mayores

han sufrido una evolución considerable. A lo largo de estos años, el

modelo de asistencia que se ha desarrollado para personas mayores se

ha basado, en mayor medida, en el ámbito residencial. Aún así, se han

creado otro tipo de recursos alternativos tales como los servicios de

ayuda a domicilio y los servicios de alojamiento alternativos a los centros 4 IMSERSO. Atención a las personas en situación de dependencia en España. Libro blanco. Madrid: Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales, 2004. 3 INE. INEBASE: Sociedad. Análisis Sociales. Indicadores Sociales. Edición 2006. Cohesión y participación social Equipo Portal Mayores (2009). “Indicadores estadísticos básicos 2008”. Madrid, Portal Mayores, Informes Portal Mayores, nº 89. [Fecha de publicación: 04/02/2009]. <http://www.imsersomayores.csic.es/documentos/documentos/pm-indicadoresbasicos08.pdf>

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residenciales (viviendas tuteladas, servicios de acogimiento familiar,

viviendas con servicios de apoyo). Además, la visión paternalista de los

recursos asistenciales en los años de la transición, ha dejado paso al

debate de un modelo de atención social basado en la rehabilitación,

reintegración, la capacidad de autogestión y la calidad de vida de los

usuarios.

Antes de empezar con el análisis situacional de los centros residenciales

en el territorio español, sería conveniente recordar la definición de

residencia. Así pues, por residencia se entiende el “centro gerontológico

abierto de desarrollo personal y atención sociosanitaria multiprofesional

en el que viven temporal o permanentemente personas mayores con

algún grado de dependencia” (IMSERSO, 2004). De esta definición,

cabe destacar 6 puntos6:

• Centro gerontológico “abierto”. Se incluye la residencia en los

servicios sociales comunitarios, de manera que el centro tiene que

estar ubicado en el entorno urbano, fomentando así una

permanente interrelación con todos los recursos de la zona y con

los diferentes colectivos locales.

• Lugar de desarrollo personal y de vida. Tiene que existir un

“proyecto vital”. Este proyecto representa la manera en que la

persona es acogida globalmente en el centro y las actividades

organizadas alrededor de ella. La aplicación de este proyecto

fomenta el desarrollo y el crecimiento personal.

• Atención sociosanitaria. La atención que necesitan las personas

residentes en el centro no es exclusivamente sanitaria, ni

solamente social. Así pues, debe ofrecerse una atención integral,

que contemple ambas esferas. 6 Rodríguez, Pilar. Residencias y otros alojamientos para personas mayores. Madrid: IMSERSO, 2007.

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Hacia un nuevo modelo de atención residencial 12

• Atención multiprofesional. Las causas que provocan dependencia

tienen múltiples factores, provocando que la intervención tenga

un carácter complejo. Por eso es importante que, para ofrecer

una buena atención, se cuente con profesionales adecuados,

con formación específica y que trabajen en equipo,

desarrollando cada una de las especialidades, pero de manera

integrada y en torno a un plan general de intervención.

• Estancias temporales o permanentes. Es importante que la

residencia se conciba como un lugar para estancias temporales,

con posibilidad de regresar al domicilio habitual.

• Destinada a personas mayores con algún grado de dependencia.

Además de contemplar estos aspectos en la definición conceptual de

las residencias, en la actualidad se está replanteando esta definición

con la inclusión de otras tres dimensiones: la dimensión ambiental o

ecológica, con un ambiente estimulante; dimensión asistencial, con

recursos humanos y técnicos que atienden adecuadamente las

necesidades de los usuarios; y la dimensión bioética, que garantice los

derechos y deberes fundamentales de las personas usuarias. 7

4.2. Características de los centros residenciales

La atención residencial para personas mayores en España inicia su

expansión con la transición democrática, a partir del 1978. Los recursos

asistenciales existentes durante la dictadura franquista para atender a

las personas mayores en centros residenciales, denominados asilos, se 7 Ramos, P., Larios, O., Martínez, SR., López, M., Pinto, JA. Prevención y promoción de la salud en el anciano institucionalizado. La residencia como espacio de convivencia y de salud. Madrid: Instituto de Salud Pública de Madrid, Consejería de Sanidad, 2003

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Hacia un nuevo modelo de atención residencial 13

basaban en una visión paternalista de la asistencia y con un perfil de

usuario autónomo. La falta de una estructura de recursos de ayuda en

el domicilio convirtieron las residencias-asilos en los únicos

equipamientos para atender la demanda de asistencia en el ámbito de

las personas mayores.

Actualmente las residencias en España han diversificado sus

servicios, así como el perfil de la población atendida. Paralelamente, se

ha producido un aumento considerable de este tipo de centros a lo

largo de las últimas décadas. En enero de 2008 el número total de

plazas residenciales (plazas en centros residenciales + plazas en sistemas

alternativos de alojamiento) en el territorio español, se sitúa en las

333.714, de las cuales 324.138 son plazas en centros residenciales

distribuidos en 5.128 centros, y las 9.576 restantes, en sistemas

alternativos de alojamiento. El índice de cobertura alcanzado con el

total de plazas en relación al número de personas mayores es de 4,37. Si

solamente se tiene en cuenta la cobertura de los centros residenciales,

ésta desciende hasta el 4,25, siendo la cobertura de las plazas privadas

(2,23) superior a la de las plazas públicas y concertadas (2,02). Estos

índices, sin embargo, muestran desequilibrios territoriales notables según

las Comunidades Autónomas, siendo Ceuta y Galicia las que presentan

una menor cobertura (de un 2,18 y un 2,47 respectivamente), mientras

que Castilla-León y Castilla-La Mancha muestran los mayores índices

(6,80 y 6,39).

En cuanto a su distribución por titularidad, más de la mitad de las plazas

son privadas (el 52%), las públicas representan el 24% y las concertadas

representan el 24% restante8. Con respecto a la estructura de la oferta

del sector privado, destaca por la existencia de un gran número de

pequeñas empresas, cerca de 3.000, la mayor parte de las cuales

8 Datos Servicios Sociales. Centros residenciales, 2008. Observatorio de Personas Mayores.

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Hacia un nuevo modelo de atención residencial 14

explotan una única residencia. Aún así, se observa una progresiva

agrupación de los principales grupos del sector, dado que las 20

mayores empresas concentran el 15,7% de las plazas totales9.

Una característica destacada de la tipología de los centros

residenciales en España son las dimensiones de las residencia, ya que la

mayoría de centros residenciales (más del 82%) tienen menos de 100

plazas. Concretamente, el 56% de los centros residenciales tienen una

capacidad inferior a 50 unidades, seguido del 28% que representan los

centros con capacidad de atención a entre 50 y 100 personas. Es

importante señalar la existencia de macro-centros, con capacidad

superior a 150 plazas, aunque solamente representan un 7% sobre el

total de centros10.

El porcentaje de plazas destinadas a personas en situación de

dependencia es muy heterogéneo en función de la Comunidad

Autónoma, situándose la media española en el 72% de plazas para

personas dependientes. Aún así, las diferencias entre Comunidades

Autónomas son significativas; Ceuta y Canarias, por ejemplo, disponen

del 100% de sus plazas para personas en situación de dependencia,

Baleares, en cambio, destina el 28% de su capacidad residencial para

este tipo de usuarios11.

En conclusión, las residencias en el Estado español se caracterizan

por ser un sistema mixto en cuanto a titularidad, aunque predominan los

centros privados (con y sin ánimo de lucro), muchos de los cuales tienen

un número importante de plazas concertadas. Otro dato destacado es

el predominio de residencias de dimensiones reducidas –especialmente

las de menos de 50 plazas- . 9 Factores de éxito de los servicios en residencias para personas mayores. CUIDA 10 Observatorio de Personas Mayores. Centros Residenciales. Datos servicios Sociales. Madrid: Observ atorio de Personas Mayores. Enero 2008. 11 Observatorio de Personas Mayores. Centros Residenciales. Datos servicios Sociales. Madrid: Observatorio de Personas Mayores. Enero 2008.

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Hacia un nuevo modelo de atención residencial 15

En referencia a los sistemas alternativos de alojamiento (viviendas

tuteladas, hogares y apartamentos) no se tienen datos totales para

conocer el número exacto de plazas en los hogares y apartamentos.

Aún así, a principios del 2008, el número de plazas en viviendas

tuteladas alcanza las 7.185, repartidas en 750 centros12. Hay que

precisar que el total de plazas calculadas para este tipo de viviendas

se ha realizado sin tener datos e información sobre ello de algunas de

las comunidades autónomas. Esta observación también es válida para

los hogares y los apartamentos. Así, en enero de 2008, se calculan un

total de 672 hogares, con disponibilidad de 715 plazas, mientras que el

número de apartamentos para personas mayores se sitúa en los 322,

con una disponibilidad de 2095 plazas13. Insistimos en que el acceso a

datos e información sobre los sistemas alternativos de alojamiento es

difícil, de modo que los datos presentados sólo corresponden a algunas

comunidades autónomas.

4.3. Marco normativo actual

A pesar de la definición del modelo general estructural y organizativo

de los centros residenciales, una de las grandes particularidades de este

tipo de atención en el estado español, ha sido la falta de definición de

un modelo residencial concreto. En la Ley 39/2006, de 14 de diciembre,

de Promoción de la Autonomía Personal y Atención a las personas en

situación de dependencia, se establecen las bases para la creación de

un modelo homogéneo de atención a las personas en situación de

dependencia en todo el territorio español.

En esta ley se contempla la configuración de un derecho subjetivo de la

persona, que se basa en los principios de universalidad, equidad y

12 Observatorio de Personas Mayores. Centros Residenciales. Datos servicios S ociales. Madrid: Observatorio de Personas Mayores. Enero 2008 13 Observatorio de Personas Mayores. Centros Residenciales. Datos servicios Sociales. Madrid: Observatorio de Personas Mayores. Enero 2008.

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Hacia un nuevo modelo de atención residencial 16

accesibilidad, desarrollando un modelo de atención integral al

ciudadano. Así, se contempla la creación de un Sistema para la

Autonomía y Atención a la Dependencia (SAAD) para garantizar la

igualdad en el ejercicio del derecho subjetivo. Además, se contemplan

un conjunto principios alrededor de los cuales se debe articular el

sistema: valoración de las necesidades de las personas en criterios de

equidad, personalización de la atención, promoción de la autonomía,

permanencia de las personas en el entorno habitual el mayor tiempo

posible, la calidad, sostenibilidad y accesibilidad de los servicios, la

participación, coordinación y cooperación interadministrativa, entre

otros. Asimismo, se establece una carta de derechos y obligaciones de

las personas en situación de dependencia, que se presentan a

continuación. El cumplimiento de estos derechos y deberes debe ser

garantizado por los poderes públicos, mediante la adopción de las

medidas necesarias para ello. Las personas mayores tienen derecho:

a) A acceder en condiciones de igualdad a las prestaciones y

servicios previstos en la ley

b) A disfrutar de los derechos humanos y libertades

fundamentales, respetando su dignidad e intimidad

c) A respetar la confidencialidad en la recogida y tratamiento de

los datos

d) A participar en la formulación y aplicación de las políticas que

afecten a su bienestar

e) A decidir sobre la tutela de su persona y bienes

f) A decidir libremente sobre el ingreso en centro residencial

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Hacia un nuevo modelo de atención residencial 17

g) A ejercer de pleno sus derechos jurisdiccionales

h) A ejercer plenamente sus derechos patrimoniales

i) A la igualdad de oportunidades, no discriminación y

accesibilidad universal a cualquiera de los ámbitos de desarrollo

contemplados en la ley

j) A no sufrir discriminación por razón de orientación o identidad

sexual

Por otro lado, la creación del SAAD supone el establecimiento de

un catálogo de servicios homogéneo para todas las Comunidades

Autónomas. En este catálogo de servicios, además de los servicios de

prevención y promoción, de teleasistencia y servicio de ayuda a

domicilio, se contempla el servicio de atención residencial. Éste ha de

ofrecer un enfoque biopsicosocial y servicios continuados de carácter

personal y sanitario, así como prestarse en los centros residenciales

habilitados para ello.

Basándose en el principio de la personalización de la atención, la

ley contempla también el establecimiento de un Programa Individual de

Atención (PIA), realizado por los servicios sociales pertinentes, en el que

se determinen las modalidades de intervención más adecuadas a las

necesidades de entre los servicios y prestaciones económicas previstos

en la resolución del grado y nivel de dependencia, con la participación

previa consulta y con la posterior elección entre las alternativas

propuestas al beneficiario.

En el Título II de la Ley, se contempla la calidad y la eficacia del

SAAD. Este capítulo se presenta de manera muy resumida, de manera

que en la Resolución de 2 de diciembre de 2008, sobre criterios

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Hacia un nuevo modelo de atención residencial 18

comunes de acreditación para garantizar la calidad de los centros y

servicios del Sistema para la Autonomía y Atención a la Dependencia,

se presenta este apartado de manera más detallada como

consecuencia del Acuerdo del Consejo Territorial del Sistema para la

Autonomía y Atención a la Dependencia. El acuerdo recoge tres

ámbitos de acreditación en el cual se establecen requisitos y estándares

de calidad, teniendo en cuenta el número de plazas, la intensidad en la

prestación, la tipología de recursos y los servicios que se deben ofrecer.

• Recursos materiales y equipamientos. Deben garantizar una

prestación del servicio adaptada a las necesidades de la persona

en situación de dependencia, a las intensidades, a la seguridad y

a la accesibilidad.

• Recursos humanos. Éstos tienen que garantizar una adecuada

prestación del servicio, tanto en número de profesionales, como

en su formación y actualización de ésta. La formación tiene que

adecuarse a los puestos de trabajo así como el número de

profesionales en función de la tipología, a la intensidad de la

prestación de cada recurso y a los servicios que prestan.

Las ratios de profesionales se adecuan a la media entre las ratios

medias y máximas exigidas actualmente en las Comunidades

Autónomas. Así pues, actualmente, una residencia de mayores

dependientes obtiene una media de 0,41, mientras que en el

2011, se espera que para el Grado II de dependencia se obtenga

una ratio de 0,46 y de 0,47 en el caso del Grado III. Estas ratios se

aplicaran en cada centro en proporción al número de usuarios

valorados con el respectivo Grado de dependencia.

• Documentación e información. Los centros deben disponer de un

mínimo de documentación e información referida tanto a la

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Hacia un nuevo modelo de atención residencial 19

propia organización como a los usuarios y trabajadores. A

continuación se detallan los más importantes:

o Reglamento de Régimen interior, que incluya

derechos y deberes de los usuarios y su participación.

o Plan de Gestión de Calidad, con mapa de procesos,

procedimientos y protocoles de actuación, referidos

al usuario y a la familia, a los servicios, a los recursos

humanos e indicadores mínimos.

o Carta de servicios

o Documentación referida al usuario, donde se recojan

los objetivos, plan de trabajo interdisciplinar e

intervenciones, así como la evaluación de los

resultados

o Documentación referida al propio centro

o Protocolos de actuación

Otro aspecto que se contempla es la mejora progresiva de la

calidad, hasta que los requisitos y estándares de calidad exigidos sean

homogéneos en las distintas Comunidades Autónomas, mejorando así el

derecho reconocido a las personas en situación de dependencia a

acceder, en condiciones de igualdad, al catálogo de servicios provistos

en la Ley, con independencia del lugar donde resida.

Por otra parte se espera que la nueva ley favorezca el mantenimiento

de las personas mayores en su domicilio y el acceso a los centros

Page 20: Hacia un nuevo modelo de atención residencialHacia un nuevo modelo de atención residencial 4 algún grado de dependencia, sigue siendo el proporcionado por la red familiar y los

Hacia un nuevo modelo de atención residencial 20

residenciales de personas con mayores grados de dependencia. Ello

comportará un incremento de la complejidad asistencial sociosanitaria.

A ello va a contribuir la progresiva demanda de cuidados de larga

duración para personas con enfermedades crónicas y discapacidad

que no pueden ser atendidos en su domicilio y que requieren cuidados

especializados.

5 En este apartado se analizan las características más relevantes de los

diferentes alojamientos para las personas mayores, así como las líneas

de trabajo que se están aplicando en el ámbito residencial en diversos

países europeos. Hemos elegido Francia, Alemania y Gran Bretaña

dado que son países con un gran peso en las políticas y decisiones

tomadas en el conjunto de la Unión Europea. Hemos incluido a

Dinamarca y Suecia, ya que constituyen dos referentes en la

profundización del Estado del Bienestar.

EXPERIENCIAS INTERNACIONALES

Page 21: Hacia un nuevo modelo de atención residencialHacia un nuevo modelo de atención residencial 4 algún grado de dependencia, sigue siendo el proporcionado por la red familiar y los

Hacia un nuevo modelo de atención residencial 21

La situación española no difiere de la europea por lo que se

refiere a cambios demográficos. El aumento de la esperanza de vida y

de la presencia de personas mayores son características comunes en las

sociedades desarrolladas. Alemania es el país que muestra un mayor

índice de envejecimiento, el 19,5%, mientras que Dinamarca es el país

con el índice de envejecimiento más bajo (15,2%). España, como ya

hemos señalado anteriormente, se sitúa en un estadio intermedio, en

que las personas mayores constituyen el 16,7% sobre la población

total14.

5.1. Terminología referente a alojamientos residenciales

Este apartado tiene como objetivo exponer la diversidad terminológica

y conceptual de los distintos tipos de recursos residenciales utilizados en

Europa. La dificultad estriba tanto en la ausencia de equivalentes

específicos como de literatura en castellano que haya definido las

correspondencias entre estos modelos europeos y los conocidos en

nuestro país. Analizaremos pues, los términos “nursing homes”, “extra

care housing”, “very sheltered housing”, “assisted living”, “sheltered

housing”, “retirement housing”, “co-housing”, “retirement villages” y

“community houses”.

A) Dentro de un nivel de asistencia y control elevado, uno de los

conceptos más extendidos entre los países anglosajones y noreuropeos

es el referente a las “nursing homes” (NH). Estos equipamientos se

definen en términos generales como una “institución que proporciona

cuidados de enfermería, Actividades de Vida Diaria (ADL), asistencia y

movilidad, cuidados personales y psicosociales, psicoterapia y terapia

14 EUROSTAT. Population and social conditions. Average population by sex and five-year age

groups.2006. Eurostat, 2006.

Page 22: Hacia un nuevo modelo de atención residencialHacia un nuevo modelo de atención residencial 4 algún grado de dependencia, sigue siendo el proporcionado por la red familiar y los

Hacia un nuevo modelo de atención residencial 22

ocupacional, alojamiento en habitación y pensión “ (Meijer et al., 2000).

El término NH tiene diferentes formas de aplicación según los países,

pero mantiene una característica en común: su alto componente de

cuidados, especialmente de enfermería –disponible en muchos casos

las 24h y con una ratio superior a otros alojamientos residenciales-,

motivo por el que son centros destinados a personas mayores con un

cierto grado de dependencia. Las “nursing homes” corresponden a la

forma más tradicional de alojamiento comunitario residencial y que, en

contexto español actual, se podría entender bajo la denominación de

“residencias asistidas”.

B) Algunos términos más recientes como Extra care housing, very

sheltered housing o assisted living tienen la característica común que la

persona se desplaza a vivir a “otro” domicilio que por la vía de la

compra o del arrendamiento es “su domicilio” que le ofrece

determinados servicios de soporte. “Extra care housing” es un término

especialmente recurrente en los países anglosajones y de origen más

reciente que las residencias asistidas. Según el “Care Services

Improvement Partnership (CSIP)15”, éste se debe entender como un

concepto más que como una tipología de alojamiento, ya que es

usado como una noción amplia dentro de una variedad de servicios

residenciales que se agrupan bajo esta etiqueta. Así, están dirigidos a

personas de distintos ingresos y aspiraciones; algunos se destinan

solamente al alquiler de propiedad “social” –rentas bajas-, mientras que

otros se dirigen a personas que pueden pagar rentas a precio de

mercado. Hay complejos que solo se destinan a la venta, mientras que

otros son mixtos, combinando alquiler y arrendamiento (shared

ownership o propiedad compartida). Evidentemente, esta distribución

15 Care Services Improvement Partnership (CSIP), Extra Care Housing. What Is it? Factshhet no.1 Care Services Improvement Partnership, Department of Health, 2008.

Page 23: Hacia un nuevo modelo de atención residencialHacia un nuevo modelo de atención residencial 4 algún grado de dependencia, sigue siendo el proporcionado por la red familiar y los

Hacia un nuevo modelo de atención residencial 23

varía según el contexto económico y las perspectivas de distribución

social de los recursos del país.

Así pues, para clarificar este concepto, cabe destacar que el nivel

de intensidad de este tipo de alojamiento es similar al que se ofrece en

los “nursing homes” pero con la diferencia que el perfil de personas

puede cambiar. Si las “nursing homes” atienden básicamente a

personas dependientes, en los “extra care housing” el perfil se amplía,

ya que el número de personas autónomas que viven en este tipo de

alojamiento es mayor que en las residencias asistidas. La principal

diferencia entre estas dos tipologías de alojamiento no se encuentra,

pues, en el nivel de intensidad de la atención sino en el tipo de relación

establecida entre alojamiento-persona, es decir, ésta compra o alquila

uno de estos alojamientos con el añadido de poder acceder a unos

servicios y asistencia determinada.

El término “extra care housing” es equiparable a “very sheltered

housing” –concepto más recurrente en países europeos como

Dinamarca u Holanda- o bien a “assisted living”, éste último frecuente

en la literatura norteamericana. La característica más importante de

estos tres conceptos es el formato del alojamiento. Las personas

residentes tienen su propia casa, teniendo derechos legales de

ocuparlos, respaldados por las leyes correspondientes al derecho de

vivienda, hecho que las diferencia de las residencias asistidas. Por el

contrario con éstas comparte el perfil de anciano frágil, al definirse

como “…un programa de atención y curas residenciales que

proporciona vivienda, supervisión y servicios relacionados con la salud

de las personas mayores que necesitan asistencia y soporte en las

actividades de la vida diaria”16.

16 www.housingcare.org

Page 24: Hacia un nuevo modelo de atención residencialHacia un nuevo modelo de atención residencial 4 algún grado de dependencia, sigue siendo el proporcionado por la red familiar y los

Hacia un nuevo modelo de atención residencial 24

C) En un nivel menos intenso en cuanto a los cuidados,

encontramos una variedad de conceptos referidos a la idea genérica

de “pisos con servicios”. De este modo, “sheltered housing17” y

“retirement housing” son equiparables al referirse ambos a complejos

para personas mayores con pisos –en algunos casos bungalows- donde

los residentes tienen su hogar independiente, pero existiendo

instalaciones comunes que pueden ser utilizadas por todos los

residentes. Bajo esta definición se puede acoger también el término

“house for the elderly”, a pesar de ser menos recurrente, mientras que el

equivalente en francés se recoge como “logements-foyers”. Por otro

lado, dentro de los pisos con servicios destaca el denominado como

modelo “co-housing”. Éste es frecuente hallarlo en literatura de los

países nórdicos, así como de Holanda. A pesar de mantener la misma

estructura que las nociones anteriores, parece que la distinción es el

énfasis en el compromiso social común de las personas usuarias, ya que

se mantiene un espacio privado para garantizar la vida independiente

de la persona, pero se promueve el compromiso activo alrededor de

intereses comunes. Son equipamientos que mantienen un objetivo de

contrato social y participación del residente en el proceso de desarrollo

del centro residencial y, paralelamente, se derivan ciertas decisiones al

individuo, como por ejemplo la estructuración de ciertas rutinas y su

administración. Esta agrupación tiene como perfil a personas

autónomas o bien con un grado de dependencia que no requiera

cuidados de enfermería o médicos intensos y continuos.

D) Un cuarto grupo de alojamientos residenciales para personas

mayores es el referente a los equipamientos donde el acento son los

servicios comunitarios. Suelen ser grandes comunidades –similar a un

gueto residencial- donde se dispone de todo tipo de facilidades y

17 Cabe enfatizar que “sheltered housing” no es el mismo concepto que “very sheltered housing”, comentado anteriormente

Page 25: Hacia un nuevo modelo de atención residencialHacia un nuevo modelo de atención residencial 4 algún grado de dependencia, sigue siendo el proporcionado por la red familiar y los

Hacia un nuevo modelo de atención residencial 25

servicios. Aunque el soporte asistencial puede variar según el caso, son

complejos orientados generalmente a personas independientes o con

niveles escasos de dependencia. Estas comunidades son originarias de

EEUU aunque también se están aplicando en el Reino Unido. La

terminología anglosajona es también variada, utilizando

denominaciones para estos recursos como “retirement villages” o

“continuing care facilities”. “Community houses” responde a la misma

etiqueta, aunque a menudo se distingue por ofrecer dichos servicios en

bloques de habitáculos. Cabe señalar que algunos documentos

equiparan los servicios prestados a los de un complejo hotelero, hecho

por el cual su oferta se deriva, en su mayoría, del sector privado –el cual

tiene un peso destacado en los países anglosajones- y, en

consecuencia, son equipamientos orientados a una población con un

poder económico relativamente elevado.

En algunos países como Francia, Gran Bretaña o en España,

particularmente en Catalunya, existen hospitales de larga estancia o

centros sociosanitarios de larga estancia que están orientados a la

atención de personas con dependencia y enfermedades crónicas que

necesitan un nivel de atención sanitario más alto y más complejo. Estas

unidades no hay que confundirlas con los centros de media estancia o

convalecencia (“intermediate care”), que también disponen de

servicios con alto nivel de cuidados aunque se distingue del resto de

establecimientos por ser de estancia transitoria, derivada de alguna

situación de salud que requiera de cuidados específicos, y no

permanente y muy orientados a la rehabilitación integral. La

financiación de estas unidades o centros suele ser del sistema sanitario y

están ubicadas en hospitales generales o de rehabilitación o en centros

sociosanitarios.

Page 26: Hacia un nuevo modelo de atención residencialHacia un nuevo modelo de atención residencial 4 algún grado de dependencia, sigue siendo el proporcionado por la red familiar y los

Hacia un nuevo modelo de atención residencial 26

Como se puede observar, los términos utilizados en los

alojamientos residenciales son diversos y, a menudo, no corresponden a

diferencias destacadas entre ellos. Más que el modelo residencial en sí,

pues, lo que se debe tener en cuenta es la idea existente en cada uno

de ellos, su característica principal definida a partir del objetivo que se

persigue, y no tanto la especificidad en su aplicación o las diferencias

contextuales de cada uno de los países.

5.2. Suecia

En los últimos años, el gasto público social de Suecia se ha mantenido

como el más elevado de la UE, además del mayor gasto público en

atención a las personas mayores –el 2,8 del PIB-. Pero aparte de la

cantidad invertida, es importante tener en cuenta el modo, los recursos

y criterios utilizados en su aplicación, así como los destinatarios de estas

inversiones. Como se ha citado en la introducción, en el “Estado de

Servicios” que representa Suecia, sectores como la sanidad, la

educación y la atención a los mayores son responsabilidad pública. Así,

en el Decreto de Servicios Sociales de 1982, se determina que las

personas mayores t ienen el derecho de recibir servicios públicos y

ayudas en todas las etapas de su vida. Por otro lado, la política de vejez

aprobada por el Parlamento el año 1998 destaca las siguientes

condiciones como principios inspiradores18:

• La política de vejez debe ser dirigida por órganos políticos

elegidos democráticamente.

18 Lindström, A. Suècia. Cent passos cap a la política de la vellesa de futur. Barcelona:

Benest@r,núm. 10. Diputació de Barcelona, 2004.

Page 27: Hacia un nuevo modelo de atención residencialHacia un nuevo modelo de atención residencial 4 algún grado de dependencia, sigue siendo el proporcionado por la red familiar y los

Hacia un nuevo modelo de atención residencial 27

• La atención debe ser financiada solidariamente

mediante impuestos.

• El acceso se debe garantizar en función de las

necesidades de las personas mayores, no en función de

su capacidad adquisitiva.

De este modo, los principios de equidad y de equilibrio son

características diferenciales de calidad de los países escandinavos

representadas por el sistema distributivo de la riqueza generada y por

una fuerte inversión pública, decidiendo los poderes públicos las

directrices a seguir.

Dos de las particularidades más significantes del modelo sueco

son la distribución de las competencias en distintas instituciones. La

atención a las personas mayores se distribuye en tres niveles. A nivel

nacional, el Parlamento y el Gobierno fijan los objetivos políticos y las

directrices a seguir mediante medidas económicas y legislativas. Por

otro lado, las 21 regiones en que se divide el territorio sueco son las

responsables de la provisión de la atención sanitaria y médica. En el

último nivel se sitúan los municipios, encargados de la planificación y la

financiación de los servicios sociales y de las necesidades residenciales

de las personas mayores. Con este sistema de organización se consigue

un alto grado de autonomía y de responsabilidad que recae en las

instituciones locales, encargadas de ofrecer todos los servicios sociales.

Esta distribución de competencias tiene su origen en el año 1992,

con la aprobación de la Reforma Adel, basada en informes de una

comisión de investigación sobre la situación de las personas mayores. En

este plan se determina la responsabilidad de los municipios en materia

Page 28: Hacia un nuevo modelo de atención residencialHacia un nuevo modelo de atención residencial 4 algún grado de dependencia, sigue siendo el proporcionado por la red familiar y los

Hacia un nuevo modelo de atención residencial 28

de servicios sociales y sanitarios19 para las personas mayores. Desde

entonces, la balanza económica ha mejorado, ya que se detecta un

uso de los recursos más eficiente y una mayor optimización de los

servicios. En materia de servicios de larga duración destaca el aumento

de las transferencias de personas mayores de hospitales agudos a

camas de residencias asistidas. Estos centros, pues, han experimentado

un incremento de admisiones de personas con enfermedades crónicas

y terminales, así como de pacientes con demencias. Ante esta nueva

situación, algunas residencias han ampliado sus servicios, entre los que

destacan los destinados al apoyo familiar y de los cuidadores –

“respiros”- (respite care), rehabilitación de corta duración y cuidados

específicos para las personas con demencia. Por otro lado, otras

residencias asistidas han dirigido sus recursos hacia una población

menos dependiente y, por tanto, con menos carga médica y de

cuidados (Ribbe et al ., 1997).

En cuanto a la financiación de los servicios para las personas

mayores, gran parte proviene de los impuestos locales recaudados por

los mismos ayuntamientos (alrededor del 82-85% del coste). El usuario

solamente paga alrededor del 5-6% del coste, mientras que el

porcentaje restante –sobre un 10%- se cubre con financiación estatal. La

actuación de los ayuntamientos en el ámbito de las personas mayores

se sitúa en dos grandes bloques:

a) Servicios y ayudas en el domicilio, más conocidos como

“atención comunitaria”. Suecia, junto con otros países como

Dinamarca, ha realizado una fuerte apuesta por este tipo de servicios,

19 En líneas generales, como se ha comentado con anterioridad, la sanidad es competencia de las regiones sanitarias. Aún así, teniendo en cuenta las necesidades sanitarias de las personas mayores, competencia de los municipios, parece obvio que algunas de las necesidades sanitarias que afecten a las personas mayores sean atendidas por los municipios.

Page 29: Hacia un nuevo modelo de atención residencialHacia un nuevo modelo de atención residencial 4 algún grado de dependencia, sigue siendo el proporcionado por la red familiar y los

Hacia un nuevo modelo de atención residencial 29

con el objetivo que las personas mayores puedan disfrutar de los

servicios que requieran, pero conservando su vivienda habitual.

b) Equipamientos residenciales geriátricos.

Actualmente, el recurso residencial más demandado son los pisos OAP

(Old Age Pensioner), destinados a personas mayores. A parte de

garantizar una óptima accesibilidad, dispone de servicios médicos y

sociales cuando la persona lo requiera. Además disponen de vigilancia

constante e instalaciones para actividades comunas -determinadas por

los mismos residentes- y, a menudo, cocina y una pequeña área como

comedor a compartir por grupos. La mayoría de costes de la

comunidad generalmente están cubiertos por el alquiler, aunque

algunas autoridades locales las cubren o bien una parte o en su

totalidad. En cuanto a la admisión, la Ley de Servicios Sociales no

determina ningún requisito específico, entrando los interesados en lista.

Los primeros pisos de este tipo fueron de propiedad en edificios

especiales. Recientemente las autoridades locales y las empresas

locales del sector han empezado a remodelar pisos, adecuándose a las

características de los OAP, para destinarlos al alquiler. En algunos casos

se encuentran en edificios especiales, en otros, en áreas residenciales.

Este recurso está aumentando su oferta para adecuarse a la también

creciente demanda, existiendo en el año 2005 alrededor de 19.000-

19.500 pisos en todo el país, con un crecimiento del 62% respeto a los

12.000 existentes en el año 200020.

Cabe destacar que la mayor parte de los equipamientos de

alojamiento corresponden funcionalmente a residencias geriátricas

asistidas, a pesar que arquitectónicamente y por su distribución espacial

se parecen más a las viviendas tuteladas, o como se denominan en

20 Swedish Association of Local Authorities and Regions. Care o f the elderly in Sweden today, Stockholm: Swedish Association of Local Authorities and Regions, 2007.

Page 30: Hacia un nuevo modelo de atención residencialHacia un nuevo modelo de atención residencial 4 algún grado de dependencia, sigue siendo el proporcionado por la red familiar y los

Hacia un nuevo modelo de atención residencial 30

Suecia, “Viviendas con Servicios”. Este programa, nacido a mediados

de los años 60 con el programa estatal “Un millón de Viviendas” ha

derivado posteriormente en la construcción de viviendas de grupo con

pequeñas unidades de convivencia. Estas viviendas son de régimen de

alquiler, donde la persona tiene su propio espacio, personalizado y con

objetos personales, con el derecho de preservar la intimidad y recibir

visitas siempre que así lo desee, sin olvidar la atención y los cuidados

personales disponible las 24 horas. Están compuestas de agrupaciones

de 7 a 10 pequeños apartamentos, equipados con una cocina,

comedor y una terraza o jardín compartidos, denominados como

“unidades de convivencia”.

Esta tipo de distribución permite una mayor normalización donde

se facilita la convivencia de los residentes y la colaboración en su vida

diaria, con la constante supervisión del equipo asistencial

correspondiente. El objetivo es proporcionar un espacio agradable e

íntimo, evitando la despersonalización y reforzando la capacidad de

autonomía y autodeterminación de las personas usuarias. Se observa,

pues, que los servicios residenciales ofrecidos en Suecia destacan por la

combinación de una garantía de servicios amplios y de calidad, pero

sin masificación en los centros, y guardando el espacio personal que

cada individuo necesita.

5.3. Dinamarca

Como se ha mencionado con anterioridad, Dinamarca es uno de los

países con mayor gasto público social, en el cual destina más de la

mitad del PIB (concretamente el 50,8% en el año 2007). La elevada

financiación pública no es, sin embargo, la única particularidad de este

modelo. De hecho, otra de las características relevantes es el

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Hacia un nuevo modelo de atención residencial 31

compromiso con los servicios de atención social generalizada y, a pesar

de no alcanzar a toda la población, tienen un índice de cobertura

mayor que en otros países. Por otro lado, cabe destacar la proporción

de los servicios sociales de carácter público por parte de las

autoridades locales, distintivo que comparte con el resto de países

nórdicos. De este modo, los ayuntamientos y administraciones locales

ocupan un importante papel en la financiación, planificación y

suministración de servicios sociales.

Con respecto a los recursos sociales destinados a las personas

mayores, destacan dos perfiles diferenciados de centros residenciales.

Por un lado, el recurso tradicional, basado en la residencia asistida

(“nursing homes”) que experimentó un aumento de centros durante la

década de los 50 y 60, y por el otro, el “Co-housing model”, de

aplicación más reciente y que persigue poner a disposición un

alojamiento individual y autónomo, pero con un funcionamiento

comunitario y participativo con el objetivo de evitar el aislamiento

social.

Las residencias asistidas suelen concentrar aquellas personas con

niveles elevados de dependencia. La financiación de estos

establecimientos asistidos es, en su mayoría, proveniente de fondos

públicos –alrededor del 72%-, recayendo su gestión en los municipios.

Cabe destacar que en Dinamarca la mayoría de costes residenciales

están financiados por el sector público. Los residentes deben cubrir los

gastos derivados de la electricidad, la calefacción y el alquiler, además

de los casos en que se requiera de servicios extra.

A pesar del alto índice de cobertura residencial, cabe destacar la

progresiva desinstitucionalización iniciada a finales de los años 80,

concretamente en 1987 con el “Housing for the Elderly Act”. Esta ley

tenía el objetivo de reducir costes, pero también diversificar los servicios

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Hacia un nuevo modelo de atención residencial 32

para las personas mayores. En el documento se prohibía

específicamente construir nuevas residencias asistidas y se decidió

apostar especialmente por los cuidados en el domicilio habitual, así

como nuevas formas de alojamiento autónomo e independiente21. Así

pues, se considera que fue en momento de inflexión no solamente para

reducir costes, sino para establecer un sistema basado en la atención

comunitaria y no tanto en la atención residencial (Meijer et al., 2000).

Aunque el índice de cobertura de las residencias asistidas a

principios de los años 90 se mantenía elevado (alrededor del 4%),

Dinamarca ya destacaba entonces por el alto índice que tenían otras

modalidades de alojamiento con menos presión de servicios de

cuidados, en las cuales residían más del 10% de personas mayores del

país22 (Ribbe et al ., 1997). Por otro lado, las residencias asistidas perdían

peso en el conjunto de servicios destinados a las personas mayores,

siendo evidentes las consecuencias de la aprobación de la “Housing for

the Elderly Act”: mientras en el año 1983 se disponía de 49750 camas de

residencia asistida, diez años más tarde esta cifra se reducía a 39.000

dispositivos, un descenso del 21,60%.

Así pues, los alojamientos más modernos de este tipo han tenido

que adaptarse y, en la actualidad, la mayoría de residencias asistidas

de Dinamarca cuentan con habitaciones individuales con baño y un

vestíbulo. La financiación se basa en el copago que cubre los cuidados

en el 60% sobre el ingreso del residente. Este recurso está destinado a las

personas que necesitan más cuidados, especialmente a personas

mayores con demencia, y su admisión requiere una valoración previa. El

seguimiento del paciente se lleva a cabo por el médico de cabecera y

21 Meijer, A., Van Campen, C., Kerstra, A. A comparative study of the financing, provision and quality of care in nursing homes. The approach of four European countries: Belgium, Denmark, Germany and the Netherlands. Journal of Advanced Nursing, 2000, 32 (3), 554-561. 22 Incluye “sheltered housing” y otros tipos de habitáculos para personas mayores.

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Hacia un nuevo modelo de atención residencial 33

su cuidador en cuanto a los cuidados más intensivos. Por otro lado, otra

modalidad de atención es la colaboración entre diferentes ámbitos en

la provisión de estos servicios en las denominadas instituciones

combinadas (“combined institucions”) las cuales incluyen la

coordinación de residencias asistidas, hogar para las personas mayores

y/o “sheltered housing”.

En cuanto a la calidad, se ha realizado un ajuste entre los servicios

y las necesidades de las personas usuarias así como el aumento de la

libertad para escoger. Suecia y otros países como Gran Bretaña, han

incidido especialmente en éste último punto en los últimos años. Suecia

ha adaptado en sus políticas municipales un modelo de elegibilidad

basado en la información directa con los centros, para garantizar la

libertad de elección de las personas mayores. Por otro lado, con el

objetivo de disponer de mayor intimidad, se ha aplicado una reducción

de personas por habitación, siendo ahora la mayoría de ellas

individuales, así como el establecimiento de formación especializada

de cuidados a las personas mayores en la persecución de la mejora de

los cuidados personales.

Otro tipo de recurso diferenciado del anterior, es el denominado

“co-housing model”. Este modelo, aplicado también en otros países

europeos como Holanda, se caracteriza por el concepto de vida

independiente, con un espacio privado, pero en comunidad, donde se

promueva el compromiso activo con los demás en espacios comunes y

alrededor de intereses comunes. Así, el perfil de usuarios de este tipo de

equipamientos es el de una persona con necesidades limitadas de

servicios y con capacidad de vida autónoma. Los puntos clave de este

modelo son las instalaciones comunes, viviendas equipadas, diseño

para el contrato social, objetivos sociales pragmáticos y, sobretodo, una

gran participación y autodeterminación del residente mediante la

Page 34: Hacia un nuevo modelo de atención residencialHacia un nuevo modelo de atención residencial 4 algún grado de dependencia, sigue siendo el proporcionado por la red familiar y los

Hacia un nuevo modelo de atención residencial 34

estructuración propia de rutinas, autoadministración y participación en

el proceso de desarrollo23.

5.4. Alemania

Una de las peculiaridades del sistema alemán reside en la

descentralización en materia de servicios sociales, teniendo las

competencias cada uno de los 16 estados federales. Éstos son los

encargados de la planificación y la financiación de los centros para

personas mayores, los cuales se sostienen económicamente en parte

gracias a un seguro de cuidados (Pflegeversicherun), que cubre

básicamente los costes de enfermería. Este seguro se vio reforzado por

la aprobación en Junio de 2008 con el incremento de un impuesto

especial destinado al cuidado de personas mayores y enfermos,

establecido en el 1,95% de las nóminas. Esta medida económica

tomada por el gobierno alemán pone de manifiesto una preocupación

candente hacia la atención a las personas mayores, a la vez que se

destapa uno de los problemas de este país en esta materia: la falta de

financiación tanto para conceder ayudas, como para poner a

disposición más centros asistenciales a las personas mayores.

Dada la escasa literatura encontrada en inglés acerca de las

diferentes modalidades residenciales de este país, nos centraremos

especialmente en el análisis de las residencias asistidas (nursing homes),

a partir del cual podremos extrapolar algunas generalidades del

contexto residencial alemán. Así pues, si nos referimos a la titularidad

según el origen de financiación, el modelo alemán se constituye por un

sistema mixto, donde domina el sector privado, representando el 75%

de las residencias asistidas (en que el 26% y el 49% sobre el total son con

23 Richards, F., Walter, G., Jarvis, L.. Time to move? A literature review of Housing for Older People. Edinburgh: Scottish Executive Social Research, 2006.

Page 35: Hacia un nuevo modelo de atención residencialHacia un nuevo modelo de atención residencial 4 algún grado de dependencia, sigue siendo el proporcionado por la red familiar y los

Hacia un nuevo modelo de atención residencial 35

y sin ánimo de lucro respectivamente), frente al 25% de centros

públicos24. Se observa, pues una presencia destacada del sector

privado, especialmente por parte de iniciativas sin ánimo de lucro.

Por otro lado cabe señalar que en Alemania los centros

institucionalizados para personas mayores no constan como uno de los

servicios prioritarios, ya que tradicionalmente se ha tendido a

considerarlos como último recurso. Así lo muestra la baja ratio de camas

residencias asistidas (nursing homes) por cada 1.000 habitantes del año

1994 en que se situaba en 0,4. 25 Aún así, e igual que en el caso de

España, en los últimos años se está realizando un esfuerzo por revalorizar

este tipo de centros.

Por otro lado, destaca el desarrollo institucional de centros de

alojamiento “multiuso/plataforma de servicios” (Mehrgliedrige

Einrichtungen). La capacidad de estos centros va en aumento, y

generalmente incluye hogar para las personas mayores, servicios en el

piso y residencia asistencial (nursing homes) en el mismo lugar. Otra

característica del modelo alemán en cuanto a residencias asistidas es la

existencia de este tipo de centros pero con la posibilidad de estancias

cortas ( short -term nursing homes).

Esta diversificación de las tradicionales residencias asistidas se

puede observar en las denominadas “instituciones combinadas”

(combined institutions), que incluyen la coordinación de residencias

asistidas, hogar para las personas mayores y/o “sheltered housing”. En

Alemania, así como en otros países como Dinamarca o los Países Bajos,

24 Datos correspondientes al año 1999. Kerkstra et al.. A comparative study of the financing, provision and quality of care in nursing homes. The approach of four European countries: Belgium, Denmark, Germany and the Netherlands. Health and nursing policy issues. Journal of Advanced Nursing, 2000, 32(3), 554-561. Blackwell Science. 25 Fuente original: OCDE (1998), sobre datos del año 1994. Kerkstra et al. A comparative study of the financing, provision and quality of care in nursing homes. The approach of four European countries: Belgium, Denmark, Germany and the Netherlands.Health and nursing policy issues. Journal of Advanced Nursing, 2000, 32(3), 554-561. Blackwell Science.

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Hacia un nuevo modelo de atención residencial 36

la colaboración entre diferentes tipologías de centros para ancianos es

intensa (Kerkstra et al., 2000). Resalta una de las últimas acciones por

parte del Gobierno Federal que, con el objetivo de reforzar las

relaciones intergeneracionales, ha puesto en marcha un proyecto

modelo que prevé la construcción de residencias intergeneracionales a

nivel comarcal. Actualmente, existen 460 unidades centros-residencias

de este tipo que funcionan como puntos de contacto, redes y

plataformas donde se desenvuelven, entre otros, servicios de

asesoramiento familiar, asesoramiento de la salud, intervención en crisis

y planificación asistencial26.

5.5. Francia

Francia difiere de otros países por no disponer de centros residenciales

asistidos con cargas altas de cuidados y atención (nursing homes). La

atención de este tipo está cubierta mediante hospitales de larga

estancia o bien por las secciones médicas de las “retirement homes”. Se

calcula que el porcentaje de personas mayores que se emplazan en

estos dos tipos de centros se sitúa alrededor del 2%. En cuanto a esta

última tipología de centro residencial, cabe mencionar que las

retirement homes se encuentran bajo la jurisdicción de los servicios

sociales, aunque el componente médico se sostiene gracias a un seguro

médico (fondos del seguro contra la enfermedad), y cubierto por una

tasa fija (por ejemplo, para enfermería y auxiliares de enfermería). De

este modo, la admisión en la sección médica de estos centros para el

seguro de enfermedad está determinada por los asesores médicos. Los

pacientes deben pagar los gastos generados por el régimen de

pensión, aunque se dispone de asistencia social en los casos en que la

26 http://www.tatsachen-ueber-deutschland.de/es/sociedad/main-content-08/personas-mayores.html

Page 37: Hacia un nuevo modelo de atención residencialHacia un nuevo modelo de atención residencial 4 algún grado de dependencia, sigue siendo el proporcionado por la red familiar y los

Hacia un nuevo modelo de atención residencial 37

persona no se pueda permitir el coste de estos cuidados. (Ribbe et al .,

1997).

En cuanto a la diversidad de centros, a finales del año 2003 la

Direction de la Recherche des Études de l’Évaluation et des Statistiques

(DRESS), contabilizaba un total de 10.526 centros de diferentes

modalidades de alojamiento para personas mayores27. Estos se pueden

clasificar en “maisons de retraite” (6.376 unidades) -algunas de las

cuales están incorporadas en hospitales-, 2.975 “logements-foyers”,

1.044 unidades de cuidados de larga duración (“Unités de Soins de

Longue Durée (USLD)”), así como residencias de estancia temporal. De

este modo, se observa que en el sistema residencial francés predominan

las “maisons de retraite”, ya que constituyen el 60% de los centros para

ancianos. Éstas, como en el caso español, pueden variar según el grado

de asistencia que se ofrece en cada centro.

Otro dato relevante a destacar son las ayudas económicas que

dispone el gobierno francés para las personas mayores para la

promoción de la autonomía, denominadas con las siglas APA

(Allocation Personnalisée d’Autonomie). Se calcula que alrededor del

40% de quienes reciben esta ayuda corresponde a personas mayores

institucionalizadas (41.920 aprox.). La media para las personas residentes

en “Établissements d’Hébergement pour Perssones Âgées” (EHPA) se

sitúa en 422 euros, mientras que esta cifra es ligeramente superior para

los residentes en domicilio propio (494€)28. La cantidad varía según el

grado de dependencia del beneficiario. Por otro lado, se distinguen tres

tipos de tarifas según el motivo de recepción de las ayudas: la tarifa de

27 El concepto genérico que engloba las diferentes tipologías de alojamiento para personas mayores corresponde a “établissements d’hébergement pour personnes âgées”, más conocidos como EHPA. 28 DRESS. Les établissements d’hébergement pour personnes âgées en 2003: locaux et équipements. Études et résultats. Nº379. DRESS Ministères de l’Emploi, du travail et de la cohésion sociale at Ministères des Solidarités, de la santé et de la famille, 2003.

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Hacia un nuevo modelo de atención residencial 38

residencia, la de atención y cuidados y, por último y la más recurrida y

regulada por el APA, la tarifa de dependencia.

En cuanto a las líneas de trabajo del modelo residencial francés

destaca la importancia que se otorga a los derechos y libertades de los

residentes y a la disposición de cuidados adaptados a su situación. De

este modo, en el año 2003, desde el gobierno francés se elaboró la

“Carta de derechos y libertades de las personas institucionalizadas”.

Aunque el documento no se refiera específicamente a las personas

mayores, sí establece las bases para garantizar una atención adecuada

en entornos residenciales. En este documento se establecen doce

artículos, donde las personas institucionalizadas se entienden desde una

perspect iva holística. Así pues, destacan derechos relacionados con la

integridad de la persona, como por ejemplo el derecho a la autonomía

y el respeto de su dignidad e intimidad (art. 8 y art.12), así como

aquellos relacionados con unos procedimientos justos en la

institucionalización, como son el derecho de información, el de renuncia

y el principio de libre elección, de consentimiento informado y de

participación de la persona (art.5, 3 y 4 respectivamente).

Otro punto crucial para mejorar los centros residenciales es la

calidad de la atención. En esta cuestión, cabe destacar la importancia

que el modelo francés otorga a las prácticas y las competencias de los

profesionales. Un ejemplo de este hecho es el documento que la

Sociedad Francesa de Geriatría y Gerontología elaboró con la

colaboración de las dos direcciones que toman cargo de la atención

residencial -las de Sanidad y la de Acción Social- , referente a las

buenas prácticas de cuidados en los centros de alojamiento para las

personas mayores dependientes29. Este documento trata con

29 Societé Française de Gériatrie et Gérontologie et Ministère de la Santé, de la Jeunesse et des Sports. Les bonnes pratiques de soins en établissements d’héberegement pour personnes âgées

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Hacia un nuevo modelo de atención residencial 39

detenimiento desde los cuidados en casos patológicos específicos

hasta las directrices para garantizar un buen trato y estado psicológico y

social de la persona mayor institucionalizada.

Por otro lado, se ha elaborado un plan gubernamental (Solidarité

pour les Gens âgées) que persigue incrementar el número de

profesionales cualificados para desenvolver las tareas de cuidados de

ancianos y que toma dos líneas de actuación. La primera, el incremento

de plazas ofrecidas en los centros de aprendizaje y adquisición de las

acreditaciones, y la segunda, facilitar la obtención de certificados de

extensión profesional a las personal que ya estén trabajando en éste

ámbito. En otras palabras, con este plan el gobierno francés pretende

establecer un criterio y homologar los profesionales en atención a las

personas mayores y validar la experiencia y la adquisición de

habilidades y competencias. Además, estas convalidaciones se han

extendido a las profesiones del ámbito psico-médico en el “Plan pour

Combattre l’Alzheimer et maladies similaires”, en el que se introduce la

formación obligatoria en gerontología30.

5.6. Gran Bretaña En cuanto al modelo residencial de la Gran Bretaña, cabe decir que la

principal característica es la carencia de un modelo predominante, ya

que existe una pluralidad de tipologías de centros. De esta diversidad se

deriva la multiplicidad de conceptos existentes en esta materia, muchos

de los cuales se pueden equiparar entre sí, al corresponder a la misma

realidad. Así pues, las tradicionales “nursing homes” (residencias

asistidas) se combinan con el modelo “sheltered housing” o “retirement

dépendantes. Française de Gériatrie et Gérontologie, Direction Générale de la Santé et Direction Générale de l’Action Sociale, 2007 30 European Commission. Long-term care in the European Union. Bruxelles: European Commission, Employment, Social Affairs and Equal Opportunities DG; Social Protection, Social Services, 2008

Page 40: Hacia un nuevo modelo de atención residencialHacia un nuevo modelo de atención residencial 4 algún grado de dependencia, sigue siendo el proporcionado por la red familiar y los

Hacia un nuevo modelo de atención residencial 40

housing” para personas más o menos autónomas, así como con

equipamientos más focalizados en la atención y los cuidados, los

denominados “”extra-care housing”, “very sheltered housing” o “assisted

living”, donde los ancianos frágiles son les residentes más comunes. En

los últimos años también se detecta el surgimiento de nuevas formas de

atención residencial basadas en modelos de otros países. Este es el caso

de las denominadas “continuing care retirement communities” o bien

“retirement villages” que, como se ha expuesto con anterioridad, son

comunidades extensas con todo tipo de servicios para personas

retiradas y autónomas. Esta tipología de centro tiene su mayor

representación en Estados Unidos, país del que se ha extraído el

modelo, pero en el contexto británico su extensión es más reducida

(120-320 unidades). Aunque hasta hace unos años estos equipamientos

se desarrollaban con subsidios públicos dirigidos a renta social,

actualmente se está abriendo al sector mercantil y de propiedad

privada.

A pesar de no existir ningún anteproyecto común, desde los

diferentes ámbitos se han ido reformulando antiguos esquemas y

desenvolviendo nuevos proyectos de atención residencial, con

diferentes perspectivas en cuanto al tipo de atención en los cuidados,

el modo de tenencia y propiedad de los recursos, así como en los

equipamientos e instalaciones. A pesar de esta diversidad de servicios,

destaca la detección de una serie de objetivos comunes que

constituyen las principales directrices actuales del modelo británico31:

• Promover la autonomía.

• Reducir el aislamiento social.

31 Croucher, K. et al. Comparative evaluation of models of housing with care for later life. York: Joseph Rowntree Foundation, 2007.

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Hacia un nuevo modelo de atención residencial 41

• Procurar una alternativa a los modelos de atención residencial

o institucionalizada.

• Proporcionar a los residentes un hogar estable para toda la

vida.

• Mejorar la calidad de vida de los residentes.

Como se ha visto en los apartados anteriores, la balanza entre la

intervención estatal en estos servicios y la autorregulación –en términos

de perspectiva liberal del mercado-, se considera que proporciona una

información definitoria sobre el funcionamiento específico del país. De

este modo, en cuanto a la distribución según su financiación, se

caracteriza por la escasez de centros de fondos públicos,

predominando el sector privado (ya sea con o sin ánimo de lucro),

incrementando su presencia éstos últimos años (Richards et al ., 2006).

Así pues, en el año 1997 se calculaba que en todo el Reino Unido se

disponía de 183.200 camas de las cuales 168.200 provenían del sector

privado y el resto, de empresas o entidades sin ánimo de lucro. Por otro

lado, los servicios de cuidados de larga duración en hospitales del

Servicio Nacional de Salud se han reducido considerablemente en las

tres últimas décadas. En cuanto a los cuidados post-agudos y la

rehabilitación para personas mayores, son los hospitales los encargados

de su provisión, ya que la mayoría de residencias asistidas del país no

tienen servicios de terapia física u ocupacional. Por contrapartida,

muchas residencias asistidas disponen de servicios de apoyo y respiro a

los cuidadores.

Como sucede en otros países, las residencias asistidas (nursing

homes), constituyen uno de los recursos tradicionales de cuidados de

larga estancia para personas mayores. Gran Bretaña experimentó en la

década de los 80 un incremento sustancial de camas de residencia

asistida, financiadas por entonces, mayoritariamente, por el sistema de

Page 42: Hacia un nuevo modelo de atención residencialHacia un nuevo modelo de atención residencial 4 algún grado de dependencia, sigue siendo el proporcionado por la red familiar y los

Hacia un nuevo modelo de atención residencial 42

seguridad social británico. Dada la escasez de recursos de este tipo, la

inversión no se hizo en términos de necesidad de las personas sino en

función de la disponibilidad de fondos monetarios. Pero a finales de esta

década, la expedición de los documentos “Working for Patients”

(Trabajar para los pacientes) y “Caring for People” (Cuidar a las

personas) permitió avanzar hacia la provisión de apoyo para los

cuidadores, la valoración formal y previa de las necesidades de las

personas y se introdujo la administración de casos (case management ).

(Ribbe et al., 1997).

Actualmente, a parte de las cuestiones presentadas en los

objetivos comunes, se detectan una serie de asuntos recurrentes en la

revisión de documentos. Entre ellos destaca el objetivo de obtener una

buena calidad en la atención y, como se ha ido viendo en apartados

anteriores, la garantía de una calidad de vida óptima en los residentes.

Cabe puntualizar que la “calidad de vida” es un tema de largo

recorrido y debate en este país, como se puede observar en un informe

del Ministerio de Salud de la Gran Bretaña del año 198932, donde ya se

determinaban dimensiones para evaluar la calidad de vida de los

residentes (intimidad, dignidad, autonomía, elección, derechos y

satisfacción). Por otro lado, otra temática detectada en los documentos

británicos son los procesos de entrada en los centros (la elegibilidad, la

información disponible o las condiciones de pago, entre otros) y un

interés reciente por analizar modelos de otros países.

32 Ministerio de Salud de Gran Bretaña. Las residencias son para vivir. Ministerio de Salud de Gran Bretanya. Inspección de servicios sociales, 1989.

Page 43: Hacia un nuevo modelo de atención residencialHacia un nuevo modelo de atención residencial 4 algún grado de dependencia, sigue siendo el proporcionado por la red familiar y los

Hacia un nuevo modelo de atención residencial 43

6

Como se ha podido observar, en cada uno de los países descritos

anteriormente se muestran una serie de particularidades en cuanto a

recursos para personas mayores y cada uno de ellos hace énfasis en

diferentes aspectos. Sin embargo, se pueden establecer una serie de

principios compartidos en las experiencias internacionales expuestas y

que indican, en líneas generales, la dirección que las residencias y los

alojamientos para personas mayores están tomando a nivel europeo. A

continuación se exponen estos ejes:

Diversificación de los recursos

Con el aumento de la longevidad y del número de personas mayores, el

fenómeno de la dependencia es cada vez más habitual, pero también

más diverso, ya que la combinación de distintas problemáticas lleva a

situaciones distintas. La diversificación de los recursos es, pues, una

PROPUESTAS DE ADAPTACIÓN DE LAS EXPERIENCIAS INTERNACIONALES AL MODELO ESPAÑOL

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Hacia un nuevo modelo de atención residencial 44

respuesta a esta complejidad. Sin embargo, se pueden señalar otros

condicionantes que han influenciado en esta diversificación de

recursos: la mayor exigencia en los servicios, la preocupación por

obtener una mayor calidad de vida, la especialización del mercado

laboral, etc. El resultado es el surgimiento de nuevos servicios, orientados

a cubrir las diferentes necesidades de las personas mayores y teniendo

en cuenta la especificidad del contexto.

Page 45: Hacia un nuevo modelo de atención residencialHacia un nuevo modelo de atención residencial 4 algún grado de dependencia, sigue siendo el proporcionado por la red familiar y los

Hacia un nuevo modelo de atención residencial 45

Atención centrada en la persona

La posibilidad de ofrecer una atención centrada en la persona es,

probablemente, el mayor cambio que se debería producir en el nuevo

modelo de atención a las personas mayores en los centros residenciales.

Aunque buena parte de las residencias ya ofrecen a sus usuarios una

atención que tiene como finalidad la mejora continua de la calidad de

vida de los usuarios, es necesario avanzar más en esta dirección para

permitir que la persona sea el verdadero eje de la atención. Así, este

nuevo modelo supone un proceso para la planificación de la vida del

usuario centrado en las elecciones y en la visión propia y de su entorno

más próximo. Así pues, se trata de reconocer el derecho a la

individualidad y a la particularidad de cada persona. Esto implica la

toma de consciencia de los derechos individuales de la persona como

el derecho a decidir y a disfrutar de las mismas condiciones de vida que

cualquier otra persona que viva en la comunidad. Lo que se pretende

con este nuevo modelo de atención es reducir el aislamiento y la

segregación de las personas potenciando y desarrollando las

competencias y habilidades individuales y fomentando el respeto hacia

las decisiones tomadas por la propia persona. De este modo, es la

persona quien controla su vida y no la institución donde convive.

Este nuevo concepto asistencial está relacionado, de manera

directa, con la creación de un espacio que fomente la participación de

las personas usuarias del centro. Estos procesos participativos son

esenciales en un modelo de estas características ya que todos los

planes de atención y de intervención giran en torno a la persona, sus

deseos y sus preferencias. Así, dar voz a los/as residentes en el centro

tiene que convertirse en uno de los ejes principales del nuevo modelo y

debe ser potenciado y desarrollado por el equipo profesional para

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Hacia un nuevo modelo de atención residencial 46

promover nuevas formas de entender la institucionalización de las

personas mayores.

Por otra parte, la aplicación de este modelo no sólo supone un

cambio para la persona, sino que también implica un cambio de rol en

los profesionales. Éstos obtienen nuevas habilidades y tareas

profesionales que difieren de la actividad profesional desarrollada hasta

el momento. Los profesionales se vuelven orientadores y asesores de la

persona pero en ningún momento deciden por ella. Se trata, pues, de

informar, asesorar y orientar sobre los beneficios, inconvenientes y las

consecuencias de una decisión pero la última palabra la tiene la

persona.

Así pues, dentro de esta nueva concepción de la atención a las

personas mayores encontramos tres aspectos que caben destacar,

debido a la centralidad que tienen dentro de este modelo:

Garantizar el derecho de decisión de las personas mayores

sobre su cotidianidad y a recibir una atención según sus

preferencias

Este principio se extiende desde el conjunto de recursos destinados a las

personas, hasta la especificidad de los alojamientos residenciales y su

atención. El sistema debe permitir un abanico de posibilidades de

elección.

Promoción de la autonomía y de la independencia de la

persona

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Hacia un nuevo modelo de atención residencial 47

Los países analizados tienen este principio como uno de los objetivos

regidores de sus sistemas. Lejos de ser un modelo paternalista, las

personas mayores deben ser consideradas desde el punto de vista de

sus capacidades y de lo que cada individuo puede hacer. Además, es

innegable el efecto psicológico que la autonomía tiene en la

autoestima de la persona.

Alcanzar una buena calidad de vida en los residentes

Este objetivo constituye el eje central de toda actuación. La

preocupación por mejorar una serie de factores como la intimidad, la

accesibilidad, el ambiente o las competencias de los profesionales, van

orientadas a lograr una mayor calidad de vida para las personas

mayores.

A partir de estos principios comunes a todos los países analizados, como

se ha dicho en el inicio de este apartado, se han podido observar una

serie de temáticas más constantes según el país.

• Profesionalidad y adquisición de competencias de los

trabajadores/as. (Francia)

• La fase de ingreso en el centro residencial. (Gran Bretaña)

• La identificación de los factores const ituyentes de la calidad

de vida en el medio residencial. (Especialmente Alemania)

• Criterio de entrada según sus necesidades (vs capacidad

adquisitiva) (Suecia y Dinamarca)

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Hacia un nuevo modelo de atención residencial 48

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Hacia un nuevo modelo de atención residencial 49

7

El papel que la vivienda ejerce durante el proceso vital de una persona

es una cuestión que en escasas ocasiones se tiene en cuenta y en la

que se subestiman los enlaces emocionales y psicológicos que

desempeña en los individuos. El acceso a la vivienda, o la propiedad de

una vivienda, no sólo han de tenerse en cuenta como un derecho, ya

que también supone una posesión que identifica la persona con esa

casa; la “relación” que se establece con la vivienda va más allá de un

simple espacio donde habitar. El hogar implica también aspectos

emocionales, siendo una expresión de la personalidad y de los modos

de vida de las personas que conviven. De este modo, las funciones que

desempeña una casa van más allá del cobijo, de la seguridad y de la

protección. La casa es un elemento de adaptación al medio, una

construcción social, pero también supone el espacio donde la persona

realiza aquello que desea (Toledano, 2008).

Para las personas mayores, el abandono de la casa simboliza una

ruptura con un espacio que representa protección e ilusión de poder y

de tener, de ser 33. Muchas personas mayores prefieren morir en casa,

aunque ésta no esté en las condiciones idóneas para mantener una

calidad de vida mínima, antes que tener que abandonarla e ingresar en

un centro residencial o tener que trasladarse con los hijos. Un gran

porcentaje de personas mayores sacrifican unas mínimas condiciones

de accesibilidad y mantenimiento de la vivienda para poder seguir

viviendo en ella. España es, además, uno de los países donde la

33 Toledano, L. “¿Se puede?” Trabajo social en domicilios de ancianos. Barcelona: Col·legi Oficial de de Diplomats en Treball Social i Assistents de Catalunya, 2009.

LA TRANSICIÓN DE LA VIVIENDA HABITUAL AL CENTRO RESIDENCIAL

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Hacia un nuevo modelo de atención residencial 50

permanencia en casa es más valorada por las personas mayores. De

este modo, según la encuesta del Centro de Investigaciones

Sociológicas (CIS) del año 2006, más del 48% de los encuestados

prefieren recibir los cuidados de la familia, aumentando hasta un 62%

entre las personas mayores de 65 años. Paralelamente, en España, en

comparación con otros países, es donde las preferencias por recibir

cuidados en centros residenciales es menor, hecho que se acentúa con

la edad. Así pues, mientras que en Alemania e Inglaterra se calcula que

alrededor de un 55% de las personas mayores prefieren recibir cuidados

en centros residenciales, en España esta cifra se sitúa solamente sobre el

27%34. Esto se debe en parte, a que la entrada en un centro residencial,

supone una ruptura con el medio ambiente, material y social en el que

discurría la vida de la persona, provocando una transición ecológica

cuyas consecuencias han de considerarse prudentemente (Barenys,

1990).

Los motivos por los cuales las personas mayores se ven obligadas

a abandonar sus casas e ingresar en centros residenciales suelen ser,

generalmente, por factores relacionados con la salud. La pérdida de

autonomía personal supone una implicación del entorno familiar y

próximo a la persona en la cobertura de las necesidades básicas que

no pueden ser satisfechas por el propio individuo (Montorio,I. y Losada,

A., 2004). Sin embargo, en la actualidad se está produciendo una

“crisis” en los modelos asistenciales tradicionales debido a los cambios

socioculturales que se están produciendo en la institución familiar y que

se han comentando anteriormente (Ver apartado 4. El caso de España:

situación actual).

34 Rodríguez, Pilar. Residencias y otros alojamientos para las personas mayores. Madrid: IMSERSO, 2007.

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Hacia un nuevo modelo de atención residencial 51

El ingreso en un centro residencial supone, pues, una ruptura en el

modo de vida de la persona, ya que pasa de vivir en familia a vivir en

comunidad. Esta ruptura supone una transición y una adaptación a un

nuevo modelo de vida que tiene que trabajarse cuidadosamente. El

primer aspecto que debe tenerse en cuenta es el proceso de

información. Como se ha visto anteriormente, Gran Bretaña es uno de

los países que han analizado en profundidad la importancia del

momento de acceso a un centro residencial. En el estudio realizado por

la Comisión for Social Care Inspection (CSCI) en el año 200735 se pone

de manifiesto la importancia de una buena accesibilidad a la

información y la calidad de ésta. De hecho, el estar bien informado

puede condicionar las expectativas ante en el ingreso y facilitar, o

empeorar, la adaptación de la persona. Concretamente, este

documento detecta que uno de los ámbitos donde menos información

se proporciona es en los costes y la financiación de los servicios

recibidos por las personas mayores. Frecuentemente esta información

sobre los cuidados y sobre el funcionamiento de la financiación no se

facilita hasta el último momento. Por este motivo, es importante que la

información ofrecida sea explícita y tranparente, que resuelva las dudas

que se presenten y que permita una buena comprensión y

asesoramiento de las necesidades de las futuras personas usuarias. Otro

aspecto que se recalca en este estudio es la falta de libertad a la hora

de escoger una residencia. Muchos de los ingresos se realizan

directamente desde el hospital, lo que supone que a veces la elección

de un centro se haga de manera rápida y con pocos conocimientos

acerca del funcionamiento y del tipo de asistencia y servicios que

dispone el centro residencial.

35 Commission for Social Care Inspection (CSCI). A fair contract with older people? A special study of people’s experiences when finding a care home. London: CSCI, 2007.

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Hacia un nuevo modelo de atención residencial 52

Una vez la persona ya ha ingresado en el centro, es importante

facilitar el proceso de adaptación e integración en la vida del centro.

Así pues, si el primer paso de información se ha realizado correctamente

y se han mejorado las expectativas de la persona acerca del centro,

este proceso puede ser menos dificultoso. Aún así, debe tenerse en

cuenta que el cambio de estilo de vida acarreará una transición más o

menos larga al que cabe prestarle suficiente atención. La vida

“comunitaria” en un centro residencial implica el desarrollo de un

sentimiento de pertinencia en el grupo que en muchos casos no se

produce, agravando la situación de marginación y aislamiento de la

que las personas mayores suelen ser protagonistas mucho antes de

entrar en el centro (Barenys, 1990).

Este momento inicial de ingreso, sea quizás, el crucial para facilitar

la adaptación de la persona a un nuevo modelo de vida que,

generalmente, no ha escogido. Por eso, en esta fase es de gran

importancia disponer de actividades donde la persona pueda

adaptarse e integrarse con más facilidad. A pesar de ello, su realización

sigue siendo una asignatura pendiente. Éstas deben garantizar no

solamente su carácter lúdico, sino también los aspectos educativos e

integradores. En algunos casos, la inactividad es lo que rige

generalmente la dinámica de la vida cotidiana en los centros

residenciales. Ésta se justifica en el hecho que las actividades realizadas

por las personas mayores no son consideradas como trabajo, ya que

están fuera de los circuitos de producción-consumo que determinan el

valor social de la actividad (Barenys, 1990). Así pues, las únicas

actividades que se determinan para las personas mayores son las

lúdicas y relacionadas con el ocio. Esta falta de actividad acentúa

todavía más el carácter de marginación de las residencias, dificultando

esta adaptación al centro residencial y debilitando el fomento de la

autonomía personal de las personas usuarias.

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Hacia un nuevo modelo de atención residencial 53

8

El interés por la calidad de vida ha sido una materia presente desde

tiempo atrás. Aún así, el concepto “calidad de vida” como tal no

aparece hasta alrededor de los años 60. Con su definición

terminológica se inicia una expansión y un desarrollo de este concepto

en ámbitos muy diversos, como la salud, la educación y la asistencia

social entre otros. Durante las últimas décadas, la evolución del

concepto y la necesidad de medir esta realidad han hecho necesaria

la creación de indicadores sociales y estadísticos para ello. De este

modo, se han ido desarrollando diversos modelos, con indicadores

diferentes en cada caso, que han diversificado la conceptualización de

la calidad de vida.

Según la OMS, la calidad de vida es “la percepción que un

individuo tiene de su lugar en la existencia, en el contexto de la cultura y

del sistema de valores en los que vive y en relación con sus objetivos, sus

expectativas, sus normas, sus inquietudes. Se trata de un concepto muy

amplio que está influido de modo complejo por la salud física del sujeto,

su estado psicológico, su nivel de independencia, sus relaciones

sociales, así como su relación con los elementos esenciales de su

entorno”. Así, el concepto de calidad de vida incluye las condiciones

de vida, es decir, los aspectos objetivos del bienestar, y las propias

experiencias de la vida, los aspectos subjetivos del bienestar (Tesh-

Römer, C. et al, 2001). Nos encontramos, pues, ante un concepto de

construcción multidimensional basado en la percepción objetiva y

subjetiva de la calidad de vida, considerando el estado físico, mental y

social de la persona.

LA CALIDAD DE VIDA EN LAS RESIDENCIAS

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Hacia un nuevo modelo de atención residencial 54

Las concepciones básicas del concepto calidad de vida son los

aspectos objetivos y subjetivos del bienestar. Estas dos dimensiones

deben relacionarse entre sí para poder obtener una visión holística de la

calidad de vida. De este modo, los aspectos objetivos deben verse

como los requisitos mínimos para la calidad de vida, mientras que los

aspectos subjetivos deben considerarse como los resultados de las

condiciones de vida objetivas. Para alcanzar la integración entre las

dimensiones objetivas y subjetivas existen varias maneras de conseguirlo.

En este documento nos basaremos en la perspectiva presentada en el

informe “Ageing, intergeneracional relations, care systems and quality

of life”, realizado por el Norwegian Social Research, publicado en el año

2001. En éste se citan cuatro maneras para poder integrar las

dimensiones objetivas y subjetivas. La primera perspectiva se basa en las

posiciones del bienestar. Así, la combinación entre unas buenas

condiciones de vida objetivas, junto con unas condiciones favorables

subjetivas, es el estado que podríamos denominar bienestar. Si por el

contrario, el usuario padece malas condiciones de vida junto con una

insatisfacción en el bienestar subjetivo, nos encontramos ante una

situación de privación del bienestar. A continuación, sigue un esquema

con las categorías pertinentes para definir este modelo de integración

entre las dimensiones objetivas y subjetivas:

Fuente:. Daatland, S., Herlofson, K. (eds.). Ageing, intergenerational relations, care systems and quality of life (pp 67), 2001.

Bueno Malo

Bueno Bienestar Disonancia

Malo Adaptación Privación

Cond

icio

nes

de v

ida

obje

ctiv

as

Bienestar subjectivo

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Hacia un nuevo modelo de atención residencial 55

Por otro lado, el segundo modelo es el de las influencias

mediadas. Esta perspectiva contempla un proceso que finaliza en el

bienestar subjetivo global. Éste se inicia con las variables

sociodemográficas, que repercuten en las condiciones de vida

objetivas, como la economía, las enfermedades y las actividades, entre

otros. Estas condiciones, a su vez, tienen influencia en la evaluación del

dominio subjetivo, es decir, con la satisfacción, la salud, la economía y

las redes de la persona. Esta evaluación termina finalmente, en el

bienestar subjetivo global de la persona. Así, observamos que estas

categorías se enlazan entre ellas, formando un proceso que finaliza en

el bienestar subjetivo y que, a su vez, cada una de estas categorías

influye de manera directa, también, en el resultado final.

Influencias jerárquicas: relaciones entre dimensiones objetivas y subjetivas del

bienestar y la calidad de vida.

La tercera perspectiva se basa en las nociones de necesidades y

metas. En relación con la jerarquía de necesidades de Maslow (1954) es

Evaluaciones del dominio

subjetivo

Satisfacción con...

Economía

Salud

Redes

Bienestar subjetivo

global

Variables

sociodemográficas

Edad

Género

Estado civil

Residencia

Condiciones de vida

objetivas

Economía

Enfermedades

Minusvalías

Redes

Actividades

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Hacia un nuevo modelo de atención residencial 56

posible diferenciar entre las necesidades muy básicas, las necesidades

sociales y la autorrealización. Y para todos los tipos de estas

necesidades hay indicadores subjetivos y otros objetivos sobre la

satisfacción éstas. De este modo, la idea básica de esta perspectiva es

la premisa que en la vida cotidiana no se pueden clasificar, a priori, los

acontecimientos y las experiencias como positivas o negativas ya que

su evaluación dependerá de la motivación estructural del individuo.

Por último, el cuarto modelo se basa en la perspectiva individual y

social. Las condiciones de vida objetivas y las evaluaciones subjetivas se

refieren exclusivamente a una persona. Pero para hacer una

investigación social, también resulta necesario describir la sociedad en

términos de calidad de vida. Así pues, además de contemplar la

perspectiva individual, se debe considerar la perspectiva social,

teniendo en cuenta las condiciones sociales y las opciones para el

bienestar individual mediante fenómenos como la inclusión-exclusión, la

posibilidad en la vivencia de esa sociedad o el desarrollo humano.

A pesar de la multidimensionalidad del concepto “calidad de

vida”, hay que destacar el factor salud como uno de los más

importantes en relación al bienestar de la persona. En este contexto,

hay que entender la salud en su visión más integral e interdisciplinar. La

OMS, en su declaración sobre salud, hace referencia a la salud como

un fenómeno amplio: “globalmente, como un estado de bienestar

psicofísico y social en relación con múltiples ámbitos que comprenden

el terreno puramente físico (por ejemplo, el entorno, la vivienda, el

medio ambiente), la esfera social (por ejemplo, seguridad e higiene en

el trabajo, educación y asistencia sanitaria o equidad en la distribución

de los recursos disponibles), los hábitos de vida (por ejemplo,

alimentación adecuada, ejercicio físico o consumo de tabaco y

alcohol), el estado de salud propiamente dicho (morbilidad, mortalidad,

Page 57: Hacia un nuevo modelo de atención residencialHacia un nuevo modelo de atención residencial 4 algún grado de dependencia, sigue siendo el proporcionado por la red familiar y los

Hacia un nuevo modelo de atención residencial 57

esperanza de vida), el sistema sanitario (por ejemplo, recursos físicos y

humanos, atención hospitalaria, seguridad social o investigación) y la

salud percibida o autovaloración de la salud”.

Según esta definición, la calidad de vida consta de elementos

materiales y tangibles y de otros inmateriales e intangibles. En cierto

modo, pues, la calidad de vida es la consecución de un equilibrio entre

la posibilidad de satisfacer las necesidades y aspiraciones materiales e

inmateriales y la capacidad de adaptación a las circunstancias que

constriñen las condiciones de vida. Otro de los matices que cabe

destacar de la definición de la OMS es el estado de salud percibido o la

autovaloración de la salud. Esto se debe a que, a pesar de la doble

perspectiva objetiva y subjetiva de la calidad de vida, ésta se percibe

cada vez más en un concepto subjetivo debido a la importancia que se

le está dando. Por ello, la percepción que uno tiene de sí mismo se

convierte en un indicador general de salud relacionado con el

bienestar36.

Entre la población de personas mayores, la salud es uno de los

elementos claves en la persecución de la calidad de vida. Para ello, es

fundamental preservar un estilo de vida saludable. En este sentido, la

práctica del ejercicio físico se vuelve considerablemente importante. Un

estilo de vida activo influye de manera directa en el grado de bienestar

de la persona y, por tanto, en su calidad de vida. Entre la población de

personas mayores, la práctica de un ejercicio físico obtiene notables

beneficios en el ámbito físico, mental y social. En la dimensión física, los

beneficios se dirigen hacia la prevención de la dependencia, el

mantenimiento de las capacidades psicomotrices y psicomotoras y la

fomentación de la autonomía. Respecto a la dimensión mental, la

36 Moscoso, D. y Moyano, E. (coord.). Esport, salut i qualitat de vida. Barcelona: Col·lecció Estudis Socials, núm. 26. Obra social Fundació La Caixa, 2009.

Page 58: Hacia un nuevo modelo de atención residencialHacia un nuevo modelo de atención residencial 4 algún grado de dependencia, sigue siendo el proporcionado por la red familiar y los

Hacia un nuevo modelo de atención residencial 58

práctica de ejercicio físico tiene una repercusión directa en la

satisfacción de la persona, de manera que ayuda a mantener o subir la

autoestima y fomenta una mejora en la autopercepción de sí misma.

Por otro lado, el ejercicio también tiene una vertiente social ya que la

práctica de deporte supone un vínculo social, un punto de encuentro

entre personas de la misma edad, de manera que sus vínculos y redes

sociales también pueden salir beneficiadas.

De este modo se pone de manifiesto la relación existente entre la

calidad de vida y la conservación de la salud mediante el ejercicio

físico. Esta práctica no sólo mejora objetivamente la salud sino que

favorece también el grado de salud percibida por las personas

mayores37 mejorando, pues, su bienestar personal. Una de las

actividades más influyente en una percepción positiva del estado de

salud entre las personas mayores es la de caminar o pasear. Este hecho

concuerda con las aspiraciones y preferencias de muchas personas

mayores residentes en centros que no pueden realizar este tipo de

actividades por no disponer de algún profesional que les acompañe.

Otra de las actividades que mejoran la percepción del estado de salud

es la posibilidad de realización de las actividades básicas de la vida

diaria. La realización de estas actividades se contempla como un

indicador de que la persona todavía es activa y puede mantener su

autonomía personal.

Así pues, vemos que la salud, no sólo es la ausencia de

enfermedad o discapacidad, sino que también supone el alcance de

cierto bienestar y calidad de vida de las personas, ya que la satisfacción

con la salud y la percepción de ésta están ligadas directamente con la

percepción de la calidad de vida38. La salud se entiende, pues, desde

38 Lucas, R. y Salvà, T. (coord.). Qualitat de vida de les persones grans a Catalunya . Fundació Viure i Conviure, 2007.

Page 59: Hacia un nuevo modelo de atención residencialHacia un nuevo modelo de atención residencial 4 algún grado de dependencia, sigue siendo el proporcionado por la red familiar y los

Hacia un nuevo modelo de atención residencial 59

una perspectiva integral, preventiva y rehabilitadora, que no sólo actúa

desde la visión de la enfermedad, sino que también trabaja en una

función generadora de salud. Este hecho pone de manifiesto que la

perspectiva de actuación sólo en caso de necesidad extrema va

dejando paso a una situación de creciente consciencia en el cuidado

del cuerpo como factor indispensable para conservar y fomentar la

salud. Así, no sólo se interviene para curar, sino que también se

previenen posibles situaciones de dependencia.

Después de analizar el concepto de calidad de vida, su

importancia y los factores que influyen en ella, es conveniente conocer

cómo la podemos controlar y calcular. Hay que tener en cuenta, sin

embargo, que la identificación de la calidad de vida no es sencilla. En

esta línea, Kane39 considera que hay que prestar más atención en la

medida de la calidad de vida, ya que aunque no se sepa exactamente

como producir una mejor calidad de vida, hemos de ser capaces de

reconocerla y trabajar para fomentarla. Así pues, para medir la calidad

de vida se utilizan instrumentos, generalmente escalas validadas

basadas en diferentes parámetros, que se ajusten a los indicadores de

calidad de vida que se quieran analizar. Aún así, cabe destacar que el

número de escalas es considerablemente abundante. Este hecho

confirma que, a pesar de la importancia de la calidad de vida, todavía

no existe un consenso general para medirla, debido a la abstracción del

concepto y a su difícil identificación y producción.

Uno de los numerosos instrumentos para mesurar la calidad de

vida es el “Quality of Life Index”40. Éste índice incluye 32 ítems

relacionados con 4 dominios: la salud y la funcionalidad, el ámbito

39 Robert L. Kane. Changing the FACE of long-term care . Journal of Aging & Social Policy, vol. 17 (4), 2005. 40 Levasseur, M. et al. Do quality of life, participation and environment of older adults differ according to level of activity?. 2008.

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Hacia un nuevo modelo de atención residencial 60

socioeconómico, psicológico y espiritual, y la familia. Cada uno de estos

ítems se evalúa mediante 2 escalas de Likert diferentes (satisfacción e

importancia). Por otra parte, si nos fijamos en alguna de esos

instrumentos a nivel local, destaca la escala GENCAT41. Ésta se basa en

69 ítems, englobados en 8 dimensiones: derechos, bienestar emocional,

relaciones interpersonales, bienestar material, desarrollo personal,

bienestar físico, autodeterminación e inclusión social.

A modo de conclusión, se observa que la complejidad

relacionada con la calidad de vida es consecuencia de la falta de un

consenso en su conceptualización y en su identificación, producción y

evaluación. Otra de las problemáticas respecto a la calidad de vida es

su inclusión como criterio o dimensión dentro de un modelo de calidad

general del centro. Así, se considera la calidad de vida solamente como

una parte de la calidad total de un centro residencial. A pesar que

además de la calidad de vida deben considerarse otros criterios tales

como la organización y gestión para garantizar un servicio de calidad,

probablemente el aspecto relacionado con el bienestar de la persona

debería entenderse como un modelo de atención de calidad en parte

debido a su importancia. Si se quiere ofrecer un servicio y una atención

de calidad basada en la persona, la calidad de vida -derechos,

percepción subjetiva, autonomía para decidir y preferencias y

prioridades- deben jugar un papel más activo en este modelo.

41 Generalitat de Catalunya.Escala GENCAT de qualitat de vida. Barcelona, Generalitat de Catalunya, Institut Català d’Assistència i Serveis Socials, 2008.

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