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La despedida del chupete
Un libro de ayuda y orientación
para maestros y padres
Por Cristina García
edukame.com
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Escrito y dirección pedagógica
Cristina García
Pedagoga, educadora y terapeuta.
Especialista en infancia, orientación
familiar y educación emocional. Dedicada
a orientar a padres y maestros para que ofrezcan referencias
claras desde el amor (y no desde el miedo) que guíen y
herramientas emocionales que forjen la buena autoestima de
los más pequeños. Que serán nuestros adultos del mañana.
Licenciada en Ciencias de la Educación por la Universidad de
Barcelona (España), Técnica en Educación infantil, formada en
Psicología Humanista Gestalt de adultos y en Técnicas de
Psicodiagnóstico infantil y Técnicas Gestálticas aplicadas a la
Infancia por el equipo de Loretta Cornejo. Autora del libro “Ser
padres y madres ¿dónde está el manual de instrucciones?” de
Edúkame
Idea original
Juan Carlos, Carlos Rincón, Cristina García fundadores de
Edúkame
Diseño Gráfico y maquetación
Rocío López y Artur Marfà
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¿QUÉ ES EDÚKAME? Soluciones para educar jugando
A través de juegos y actividades los padres junto a sus hijos aprenden a resolver situaciones típicas de la infancia, asumir hábitos y rutinas beneficiosas, y potenciar su buen desarrollo emocional. Somos especialistas en pedagogía, educación emocional, familia y desarrollo infantil. Ayudar a madres y padres, maestros y educadores es nuestra misión.
¿Qué hacemos?
Ofrecemos material educativo a los padres y maestros para ayudar a superar las típicas fases o situaciones in-fantiles.
Resolvemos dudas sobre cuáles son las necesidades que los niños tienen a cada edad: necesidades emocionales, motrices, de aprendizaje, intelectuales, sociales...
Ayudamos a los padres para que comprendan las con-ductas de sus hijos y sepan cómo ayudarles a crecer des-de el amor y los límites.
Fomentamos la importancia del vínculo afectivo entre padres e hijos a través del mundo emocional, la inteli-gencia e imaginación de nuestros niños y niñas.
¿Por qué lo hacemos?
Porque creemos en un mundo mejor y ésta es nuestra pe-queña aportación, para que los niños de hoy se conviertan en adultos del mañana con buena autoestima, sabiendo identifi-car y gestionar lo que sienten, que sepan valerse por sí mis-mos y ser responsables de sus acciones gracias a que sus pa-dres y educadores aprendieron a orientarles des del amor, con pautas claras, límites, y desde la entrega incondicional.
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ÍNDICE TEMÁTICO
¿QUÉ ES EDÚKAME? ................................................................................................... 4
CAPÍTULO 1: QUÉ SABER ........................................................ 6
LA DESPEDIDA ES UN PROCESO ....................................................................... 7
¿CUÁL ES LA TÉCNICA QUE FUNCIONA MEJOR? .................................. 8
¿A QUÉ EDAD EMPEZAMOS?................................................................................ 9
EL PROCESO GRADUAL ......................................................................................... 14
QUÉ DEBEMOS EVITAR ......................................................................................... 18
CAPÍTULO 2: RECURSOS ....................................................... 20
PÓSTER DE PROGRESOS EDÚKAME ........................................................... 21
FASE DE PREPARACIÓN ....................................................................................... 22
FASE DE DESPEDIDA ............................................................................................... 25
FASE DE CONSUELO ................................................................................................ 27
CAPÍTULO 3: CONSULTAS REALES .................................... 32
SE LE HA ROTO EL CHUPETE Y NO QUIERE OTRO .......................... 33
ADIÓS AL CHUPETE ................................................................................................. 35
NO SÉ SI DEBERÍA DEVOLVERLE EL CHUPETE ................................. 38
LE QUITÉ EL CHUPETE Y AHORA USA UN CUENTAGOTAS .... 40
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CAPÍTULO 1 QUÉ SABER
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LA DESPEDIDA
ES UN PROCESO Varias fases con un objetivo final: dejar de usar el chupete
La despedida del chupete implica un proceso, es decir,
requiere que lo hagamos en varias etapas o fases seguidas, a
lo largo de un periodo de tiempo. El desarrollo de cada una de
estas fases debe tener como finalidad la consecución del
objetivo final del proceso, que en este caso es la despedida del
chupete de forma óptima para el niño o la niña.
Para mí el proceso de despedida tiene tres fases (como
detallo en el capítulo 2: fase de preparación, de despedida y
de consuelo), y en cada una de ellas el niño va asimilando la
despedida de este objeto que para él está cargado de
significado. Para nuestros peques su chupete es lo que
consigue calmarlos, ofrecerles paz, bienestar, alivio o
simplemente relax. Durante sus primeros años de vida son
muchos los momentos de inseguridad, desasosiego, tristeza o
miedo que pasan, y el chupete es su gran aliado para
superarlos. De forma cómoda y sencilla lo usan cuando lo
necesitan o cuando lo desean.
Renunciar a él no es fácil para la mayoría, aunque sí es
cierto que las despedidas se viven por parte de cada niño y su
familia de forma particular. Por eso, podemos encontrar
millones de anécdotas de cómo los niños y niñas aceptaron la
despedida o de cómo hicieron sus padres para que lo dejaran.
Niños que se conformaron el primer día, otros que renunciaron
a dormir si no era con su chupete, otros que entraron en un
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gran desconsuelo con llanto y rabietas diarias, mientras otros
en cambio fueron narrando con alegría que ya eran mayores,
etc. Padres que usaron técnicas de quitárselo paulatinamente,
otros de golpe, otros se lo escondieron, otros se lo
contaminaron con un sabor desagradable, otros le cortaron la
tetina, otros lo dialogaron con él o ella, y otros que se
esperaron hasta que el propio niño dijera adiós por él mismo.
¿CUÁL ES LA TÉCNICA
QUE FUNCIONA MEJOR? El proceso debe ser natural y progresivo
Para mí la mejor técnica es aquella que mejor se ajusta a la
familia y al carácter del niño o niña. Yo soy partidaria de hacer el
proceso de forma gradual, por fases y que el niño tenga un papel
activo en la despedida, pero en la consulta madres me han contado
como sus hijos lo dejaron de golpe sin mayor consecuencia ni
trauma. ¿Lo hicieron mal? ¿Le causaron un trauma a su hijo? Pues
la actitud y el comportamiento del niño o niña tras la despedida
(abrupta o no) es lo que nos indicará si lo está viviendo con
angustia o si lo está viviendo de forma natural y positiva.
El niño que vive la despedida con angustia lo muestra con
un comportamiento irascible y quejoso, con más llanto y
rabietas, con más dificultad para dormir por lo que estará más
de malhumor que antes y le costará calmarse. Precisamente el
origen de la angustia es que ahora el niño no sabe cómo
calmarse, le está costando superar la frustración y encontrar
otras formas de aliviarse o encontrar bienestar. Antes le era
muy fácil con el chupete, pero ahora ya no está…
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El niño o niña que vive con naturalidad la despedida y se
conforma en poco tiempo a no tener ya el chupete indica que ha
sabido superar pronto el cambio y seguramente habrá sabido
encontrar otras formas de tranquilizarse, relajarse o consolarse.
Hay niños que están más apegados que otros al chupete y,
lógicamente, éstos mostraran mayores resistencias a tener
que dejarlo. Precisamente éstos son los que más ayuda y
atención precisan recibir de sus padres. Necesitan ayuda para
superar este cambio y para superar la despedida.
¿A QUÉ EDAD
EMPEZAMOS? Qué dicen los odontólogos y logopedas
Una de las preguntas que más me formulan los padres es
cuál es el momento adecuado para empezar con el proceso de
la despedida. Incluso yo misma como madre me planteaba
cuándo debía empezar. Los pediatras, logopedas y
odontólogos recomiendan limitar el uso del chupete a partir
del año para evitar recurrentes infecciones de oído y para no
perjudicar el proceso de adquisición del habla y lenguaje; y
quitarlo definitivamente a los tres años para evitar posibles
malformaciones en la mandíbula.
Esta información es importante tenerla en cuenta para ir
actuando en consecuencia. Yo misma decidí empezar a limitar
el uso del chupete en mis hijos a partir del año, pero a la hora
de quitárselo definitivamente también recomiendo considerar
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el temperamento del niño y cuánto “enganchado” está a su
chupete. Es decir, atender también su salud emocional.
¿Qué dicen los médicos?
Odontólogos infantiles nos informan:
“Aunque el uso del chupete o chuparse el dedo no afecta
directamente a los dientes permanentes de un niño, puesto que
de pequeño tiene solamente dientes de leche y los permanentes
no le salen hasta los seis o siete años, sí pueden afectar al
crecimiento de su mandíbula. El hecho de chupar
constantemente puede hacer que la mandíbula, en lugar de
crecer normalmente hacia delante y hacia abajo, quede
encogida, adquiriendo forma de "V" en lugar de la forma normal
de "U". Esto hace que los dientes tengan menos espacio para
acomodarse, y puede requerir el uso temprano de ortodoncia.
(Es importante destacar que el nivel de deformación de las
mandíbulas o dientes depende de la frecuencia, duración e
intensidad con la que el niño se chupa el dedo o usa el chupete).
Además, un niño que tiene la mandíbula encogida tenderá a
empujar la lengua más hacia delante de lo normal, y esto le
hace mantener la boca abierta y respirar por la boca en lugar
de respirar por la nariz. Esto puede causar sequedad en la boca
y en las encías y desembocar a la larga en inflamación de las
encías o gingivitis. Asimismo, el tener la lengua hacia delante
puede causar dificultad en la pronunciación de ciertos sonidos y
en consecuencia afectar el desarrollo del habla.”
Fuente: babycenter.com, Reinaldo Negron, Odontologo infantil
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Logopedas y otros expertos del lenguaje nos orientan:
“A los doce meses es un buen momento para quitar el
chupete porque marca el inicio de una importante fase del
desarrollo del habla. Si el bebé tiene el chupete en la boca todo
el tiempo, tendrá menos oportunidades de balbucear y
practicar el habla.
Para el niño pequeño que está aprendiendo a hablar, tener el
chupete en la boca podría limitar sus oportunidades de hablar,
distorsionar su habla, y hacer que su lengua se quede en una
posición plana que no es natural cuando está en reposo. En
algunos casos, el uso frecuente también podría hacer que la lengua
se proyectara demasiado hacia delante sobresaliendo entre los
dientes, lo cual da pie a problemas dentales y al desarrollo de un
“ceceo” cuando se producen los sonidos de la s y la z.
Otra razón para quitar pronto el chupete es que puede
afectar a la apariencia de los dientes, causando que la línea
frontal superior se mueva hacia el labio. Afortunadamente esos
cambios suelen ser temporales (los dientes por lo general
regresan a la posición normal después de algunos meses sin
chupón). Además, no hay evidencia de que los chupetes causen
daño permanente a los dientes.
Si el niño parece estar desarrollando problemas de habla y
lenguaje, un chupete no le ayudará. Al succionar el chupete el niño
cierra la boca en una posición que no es natural, y esto dificulta el
desarrollo normal de su lengua y los músculos de sus labios.”
Fuente: Babycenter.com. Patricia Hamaguchi, patóloga del
habla y el lenguaje. Autora del libro Niñez, habla, lenguaje, y
problemas auditivos: lo que todo padre debería saber.
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Qué dice su bienestar emocional
El chupete para nuestros peques es algo más que un objeto
flexible, cómodo y agradable que se llevan a la boca. Para ellos
el chupete está cargado de significado emocional:
Satisface la necesidad que el niño tiene de succionar. Esta
necesidad aparece desde el nacimiento y es intensa durante
el primer año de vida, disminuyendo de forma paulatina a
medida que el niño va creciendo. El chupete permite que el
niño sacie por sí solo esta necesidad de succionar.
Le ofrece placer. La succión es también una fuente de pla-
cer desde el nacimiento y, a través del chupete, el niño pe-
queño se proporciona este placer que además vive de for-
ma individual.
Le ofrece un momento de intimidad y de relación con
él mismo, desde el placer que él mismo se proporciona.
No necesita a nadie más.
Le ofrece alivio en los momentos de desasosiego o de ten-
sión emocional. Chupetear o succionar le ayuda a ir liberando
la tensión que le puede ocasionar cualquier cosa en su día a
día. Una frustración, un susto, un enfado, una tristeza, un
cambio, el exceso de cansancio, el exceso de estímulos, etc.
Le ofrece tranquilidad. Chupetear o succionar le va rela-
jando, algo que le beneficia sobre todo durante los mo-
mentos de conciliar el sueño en la siesta o en la noche.
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Respondiendo a la pregunta ¿a qué edad debe dejar de
usarlo? Yo siempre digo que alrededor de los tres años es lo
más adecuado pues debemos tener en cuenta su salud bucal y
no perjudicar su proceso de adquisición del lenguaje; pero
también es bueno considerar cómo es el carácter del niño o
niña y cuánto aferrado está a su chupete como objeto de
bienestar emocional.
Es importante tenerlo en cuenta, no para postergar en
exceso la despedida definitiva, sino para respetar al máximo
las necesidades de nuestros peques ofreciéndoles más tiempo
de preparación para irse haciendo a la idea, y luego estar muy
atentos a cubrir de otras formas sus demandas emocionales.
Es decir, atender especialmente la tercera fase del proceso (el
consuelo) y ayudarles a encontrar otras formas como fuente
de placer, de alivio y relax.
El proceso debe ser gradual y debe empezar a partir del
año limitando su uso a determinados momentos del día y
finalizar hacia los 3 años.
Yo decidí realizar la despedida definitiva del chupete a los
dos años y medio de mi hijo. Y aunque lo hizo muy convencido
y con ánimos de ser mayor después pasó unos meses de
bastante inquietud, enfados constantes, y mucha dificultad
para relajarse y dormirse (renunció a sus siestas durante dos
meses). Fue entonces cuando su padre y yo nos dimos cuenta
de lo importante que era para él su chupete como fuente de
bienestar emocional y de lo intensa que aún era su necesidad
de succionar. Siempre pensé que si hubiésemos esperado unos
meses más y quitárselo a los tres años, o incluso pasado los
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tres años, tal vez le hubiera costado menos la fase de consuelo
al haber estado más preparado emocionalmente (o tal vez no).
Con mi segunda hija, me hice el propósito de agotar al
límite la edad de los tres años para la despedida definitiva,
pero atendiendo sus necesidades emocionales me di cuenta
que no estaba nada aferrada al chupete y que su necesidad de
succionar estaba muy atenuada. Incluso muchas noches ni se
lo llevaba a la boca. Así que al final lo tiró ella a la basura antes
de los 3 años y la fase de consuelo fue sencilla, pues enseguida
aceptó de buen gusto otras formas de tranquilizarse para
dormir (como abrazar un muñeco).
Así que cada niño, cada niña y cada familia tiene su propia
manera de ser y lo mejor es atender las necesidades de forma
individual: sin comparar, sin presionar, sin exigencias ni falsas
expectativas.
EL PROCESO GRADUAL Qué hacer al año, a los dos años y a los tres años
A partir del año
A partir del año o año y medio, podemos empezar
limitando el uso del chupete de nuestros peques. Hasta ahora
puede que lo hayan usado en cualquier momento del día en la
calle, de paseo, en momentos de juego, en compañía, en
solitario, etc. Y también durante la noche. A partir del primer
año de vida aproximadamente, podemos aprovechar sus
nuevas habilidades para limitar el uso del chupete de forma
positiva. Por ejemplo, hacia los 15-18 meses que ya suelen
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decir sus primeras palabras, si lo hacen con el chupete en la
boca les podemos decir:
"- ¿Qué dices? Con el chupete en la boca no te entiendo" Y
por supuesto, no atender a su petición. Así si quieren agua, el
juguete, o ser atendido tendrá que esforzarse y quitarse el
chupete. Hablar con el chupete en la boca les genera un mal
hábito, además de que entorpece su buen desarrollo del habla.
A partir de los dos años: solo para dormir
A partir de los 2 años o dos años y medio podemos limitar
su uso y ofrecérselo únicamente para dormir, tanto en la
siesta como por la noche. A partir de este momento es ideal
usar el póster de progresos de Edúkame,.
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Le explicáis esta decisión al niño y sería bueno que lo
hicierais los dos padres juntos: “como ya eres un niño o niña
mayor de dos años, sólo usarás el chupete para dormir.
Durante el día se quedará guardado debajo de la almohada,
pero no lo usaras pues ya no eres un bebé. En este lugar tu
chupete estará protegido hasta que te vayas a dormir ".
Tal vez no se muestre muy de acuerdo, pero aquí no
esperéis que haya consenso. Guarda su chupete debajo de su
almohada, o junto con su pijama. Si en algún momento del día
lo veis con el chupete puesto no le riñáis, ni le amenacéis, ni le
digáis nada negativo. Simplemente le cogéis su chupete con
naturalidad, lo lleváis a su habitación, y lo dejáis de nuevo
debajo de su almohada. O también podéis escoger la opción de
pedirle al niño que él mismo lo deje debajo de su almohada tal
y como acordasteis. Y vosotros le acompañáis.
En esta fase del proceso es importante que todos los
miembros de la familia hagáis lo mismo cuándo veáis al peque
con el chupete durante el día. Si esta acción sólo la lleva a cabo
la madre y en cambio el padre cuando lo ve no hace nada (o
viceversa), el niño no llegará a responsabilizarse de su acto y
pensará que es mami quién le quita el chupete.
Los niños que tienen mucha necesidad de succionar, y por
tanto están aferrados a su chupete, pueden buscar momentos
del día para irse a su camita a relajarse con el chupete.
Relajarse, aliviarse o darse placer. Pero lo hacen atendiendo a
la pauta que sus padres le han indicado: se van a su cama pues
es el único lugar donde puede chupetear.
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Es importante que los padres respeten estos momentos. El
niño está aprendiendo a desprenderse poco a poco del
chupete, no lo usa jugando o mientras ve dibujos pero aún
tiene la necesidad de succionar y acudiendo a su camita
consigue un momento de intimidad en el que aliviar sus
tensiones o relajarse. Puede que el niño esté un ratito corto
chupeteando en su camita al regreso del paseo, por ejemplo, y
después deje el chupete encima de la cama y se ponga a jugar
con sus juguetes o busque a mamá para hacer otras cosas
(pero ya sin su chupete). O puede que esté un ratito largo con
su chupete en su camita. Los padres deben de observar la
evolución pues su comportamiento irá indicando cuánto
aferrado está a su chupete, si su necesidad de succionar aún
es muy intensa y si lo está viviendo con dificultad o no.
Aunque es conveniente que respetemos durante el día
estos momentos de intimidad con su chupete delimitados a un
único lugar, su cama, hemos de estar alerta para que no sean
demasiado constantes o prolongados y de que no entorpezcan
sus ganas de jugar, de hacer otras cosas, que se aísle y solo
quiera estar chupeteando.
Si veis que el niño recurre demasiadas veces al chupete
guardado debajo de la almohada, podéis escoger la opción de
guardarlo en otro lugar no accesible, que no esté tan a la vista
del peque.
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A los tres años
Los tres años o finales de los tres años sería el período
límite para dejar el chupete. Pero antes se debe ir comentando
con el niño. En el siguiente capítulo está explicado cómo
hacer la despedida definitiva, el último paso para hacerse ¡un
poco más mayor!
QUÉ DEBEMOS EVITAR Aspectos que no favorecen la buena evolución del proceso
Como ya he dicho no creo que haya la mejor técnica para el
adiós definitivo, pero sí considero que hay aspectos que a nivel
general no favorecen que el niño o niña pueda hacer este
proceso sin demasiada presión o angustia. Si evitamos estos
aspectos que a continuación detallo, favoreceremos que realice
una buena despedida favoreciendo además un buen desarrollo
emocional, y por tanto, mejoraremos su autoestima:
Evitar que la despedida coincida con un momento de
cambio para el niño o la niña, como puede ser el naci-
miento de un hermanito/a, el cambio de colegio, cambio
de cuidadora, ir de vacaciones a un lugar nuevo, cambio
de habitación o de cama, cambio abrupto de horarios en
su rutina, etc. A los niños pequeños los cambios les suele
crear inseguridad y buscaran referentes estables en los
que apoyarse para superar esta inseguridad, siendo el
chupete uno de los más importantes.
Evitar que quede a su alcance. Cuando limitemos el uso
del chupete solo para el momento de dormir, debemos
evitar que el chupete quede a la vista, por lo tanto, mejor
tapado con la almohada. O incluso quitarlo de su alcance
en los casos de más enganche.
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Castigar, amenazar o ni tan siquiera enfadarse con el ni-
ño si llora reclamando su chupete. Debemos comprender
que es un momento difícil para él o ella y por tanto lo
mejor es calmar con nuestros mensajes, paciencia y cari-
cias su malestar.
Evitar prometer regalos. Si para el niño está resultando
difícil la despedida, no debemos usar como arma de per-
suasión el prometerle regalos. En todo caso, ofrecer des-
pués de la despedida los regalos como el Diploma de ma-
yor y el muñeco de consolación (está explicado en el ca-
pítulo 2); o también ir juntos a un lugar de actividades
infantiles, a un parque especial, etc.
Evitar impacientarse u obsesionarse con el tema y que-
rer hacer rápido el proceso, pues puede que el niño lo
viva con estrés.
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CAPÍTULO 2 RECURSOS
21
El contenido de los recursos imprimibles que vas a leer, los
encontrarás en el ebook de La despedida del chupete juegos
y actividades para imprimir.
PÓSTER DE PROGRESOS
EDÚKAME Un recurso que motivará sus logros y avances
Este póster lo hemos
creado para que el niño
o la niña y sus padres
puedan ver claramente
los progresos
conseguidos durante el
proceso de despedida
del chupete. Un proceso
que lo planteamos de
forma gradual, con
motivación y refuerzo
positivo, para fomentar
su buena autoestima.
Por este motivo, será un
póster que decorará su
habitación durante más
de un año.
Sobre cómo usarlo y cómo ir avanzando de niveles está
explicado en el ebook de juegos y actividades.
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FASE DE PREPARACIÓN Los preliminares a la despedida
Antes de que el niño o niña diga adiós al chupete
definitivamente, debemos prepararlos para lo que va a venir.
Por lo tanto, la primera fase de este proceso será la
preparación para la despedida.
Esta fase consiste en ir informando a nuestros peques de
que dentro de unos meses despedirán a su chupete porque
dejarán de usarlo. Les iremos indicando los motivos por los
que deben desprenderse de él y, para ello, usaremos
diferentes ayudas como los cuentos infantiles, los ejemplos en
otros niños y los refuerzos positivos.
Yo recomiendo explicarles de forma clara y sencilla los
motivos por los que deben dejar el chupete, que
principalmente son por su salud:
1. Porque seguir usándolo hace que se deforme tu paladar
y no será bueno para ti.
2. Porque seguir usándolo puede hacer daño a tus dientes
3. Porque seguir usándolo no te ayuda a hablar bien ni a
pronunciar bien todas las palabras. ¡Ahora puedes decir
muchas palabras de mayores!
4. Porque ya eres un poco más mayor y el chupete es solo
para los pequeños.
Los cuentos, una gran ayuda
Los cuentos infantiles cuyos protagonistas tienen que dejar
de usar el chupete son ideales para leer u ojear en esta fase.
Durante su lectura la madre o padre le puede ir ofreciendo
algunas reflexiones en voz alta, como por ejemplo:
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"Parece que el niño del cuento no quiere dejar su chupete”,
“mira le pone triste dejar su chupete”, “su papá le está ayudando
para que le diga adiós a su chupete”, “el niño del cuento quiere
hacerse mayor y por eso deja el chupete”, “¿tú también quieres
hacerte mayor?”, “da el chupete a Papa Noel ¿a ti también te
gustaría?”, etc. Normalmente, lo que muestran los cuentos
infantiles es muy cercano a lo que el niño o niña siente o sentirá
en el proceso de la despedida. Por este motivo le ayudan tanto.
Algunos títulos que recomendamos:
Edu ya no necesita el chupete. Editorial Juventud
¡Adiós al chupete! Editorial Timunmas
Quiero mi chupete. Editorial Anaya
Sin chupete…¡Ya soy mayor! Editorial Imaginarium
El chupete de Gina. Editorial Corimbo
Adiós, chupete. Editorial Combel
¡Adiós, chupete! De Chicco. Editorial Timunmas
¡Adiós, querido chupete! Editorial Everest
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Muéstrale ejemplos
Ofrecerle ejemplos de amiguitos o familiares suyos que ya
han dejado de usar el chupete porque son mayores también le
va a ayudar en esta fase de preparación.
Aprovecha cuando vayas por la calle y veas niños de su
edad o más mayores jugando en un parque para decirle “mira
esos niños ya no llevan chupete porque son mayores”. Incluso
le puedes preguntar directamente a alguno de ellos “¿Tú usas
chupete?” Verás cómo enseguida te responden con un “¡No!
¡Qué ya soy mayor!”. – “¿Y te gusta ser mayor?” Seguro que
responden con un sí o con un gesto simpático. Una respuesta y
actitud que interesa que tu hijo oiga para que vea que otros
niños dejaron también sus chupetes y que ahora están
contentos y les gusta ser mayor.
Si tu hijo o hija tiene hermanos, primos o amiguitos un
poco más mayores aprovecha cuando coincidáis para
preguntarles también cuándo dejaron el chupete, a quién se lo
dieron y, sobre todo, si están contentos sin su chupete. Sus
respuestas siempre son positivas, algo que motivará y
ayudará al niño o niña que tiene que despedir su chupete.
A parte de preguntar a otros niños, también beneficia que
expliques a la vecina, a la abuela, al abuelo, a su profesora, a la
cajera del súper, a tu amiga, al perro,… que tu hijo o hija se va
hacer pronto un poquito más mayor y va a dejar de usar el
chupete, y elógiale con una actitud de orgullo.
Refuerza su autoestima
Durante este período de preparación, hazle ver al niño o
niña todo aquello que ya sabe hacer por ser un poco más mayor.
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Por ejemplo, que es capaz de tirarse por el tobogán y cuando
tenía solo un año no podía, que puede abrir él solito la puerta de
su habitación, ahora utiliza un vaso para beber y no un biberón
como lo hacía de bebé, que sabe comer con la cuchara, que
puede ver dibujos en la tele y los bebés no lo hacen, que puede
ir en un triciclo y los bebés no, etc. Así se irá dando cuenta de lo
que ha crecido y ha ganado haciéndose mayor.
Todo esto le irá preparando para el momento de la
despedida. Esta fase puede durar el tiempo que consideres
oportuno, dependiendo de la dinámica familiar y el carácter del
niño o niña. Recomiendo que dure como mínimo un mes para
que los mensajes vayan generando una actitud positiva y de ganas
de crecer. Algo que le hará falta pues aún quedan dos momentos
delicados: el de la despedida definitiva y el del consuelo.
FASE DE DESPEDIDA Cómo realizar el adiós definitivo
Tras la fase
anterior en la que le
habrás estado
explicando que
pronto llegará el
momento de decir
adiós a su chupete,
llega la etapa del
adiós definitivo.
Acuerda con tu hijo que ya ha llegado el momento de decir
adiós a su chupete. Dile que ya lo ves muy preparado para ser
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un poquito más mayor y que tienes un sobre muy especial
para despedir su chupete. Este sobre facilita que el niño o niña
pueda realizar un ritual de despedida.
Los rituales de despedida favorecen que el niño o niña
pueda procesar internamente el adiós de forma sana. Como
otros ejemplos de rituales que ayudan a elaborar la
despedida, en Suecia, tienen El árbol de los chupetes que es
una especie de cementerio de chupetes donde los niños han
colgado sus chupetes como despedida a lo largo de treinta
años y llevan más de 12.000 chupetes. Esta ritual se ha
extendido también en otras partes del mundo.
El chupete dentro del sobre lo puede tirar a un buzón de
correos, o a la basura, entregárselo a otro bebé que seguro
que lo necesita, a Papá Noel, a los Reyes Magos, al Ratoncito
Pérez, o como os sugerimos en Edúkame se lo puede
entregar al Hada de los chupetes. En el ebook de La
despedida del chupete, juegos y actividades para imprimir,
encontrarás más información sobre este sobre.
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FASE DE CONSUELO El diploma de mayor y el muñeco de consuelo
Cuando el niño despide su chupete y se lo entrega al Hada,
lo tira a la basura, se lo da a los Reyes o lo tira por correos se
siente victorioso y satisfecho porque mamá y papá están
contentos, y porque a él le gusta ser mayor ¡Es un gran logro
para él o ella! Pero tras la euforia de los primeros días, llegan
los momentos de inseguridad e incluso de angustia.
El chupete, como hemos visto en el capítulo anterior, era
su aliado para el placer, para calmarse, para entretenerse,
para consolarse y ahora no lo tiene. Esto le genera
una angustia e inseguridad que es muy normal.
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Como reconocimiento por su logro el niño va a recibir de
parte del Hada de los chupetes el Diploma de mayor que
debéis personalizar con su nombre. Lo colgáis en su
habitación o en un lugar para que el niño lo pueda ver sin
dificultad.
Además, en el póster de Edúkame es el momento de poner
su foto en la parte superior y de escribir su nombre pues lo ha
conseguido: ¡Tiene su diploma de mayor por haber dejado el
chupete! También cada día pegará una pegatina en este nivel
superior del póster que reforzará su logro y su evolución.
El muñeco, su alternativa emocional
Además de recibir su diploma de mayor y de pegar
pegatinas en el póster de Edúkame, el niño también necesita
recibir otro regalo, un muñeco o peluche.
El diploma y el póster son estrategias que ayudan a ofrecer
un refuerzo positivo, ayudan a animarlo, ayudan a que el
niño se sienta reconocido en su esfuerzo, en su evolución.
Pero aunque esté contento y motivado por los mensajes
positivos de sus padres el niño igualmente pasará momentos
de angustia, de frustración, de rabia, de tristeza, de llanto por
no tener su chupete. Por eso, para poder atender esta
necesidad os recomendamos que le regaléis a vuestro hijo o
hija un muñequito o peluche de tamaño mediano como
alternativa emocional a su chupete. Además será su mejor
aliado en los momentos críticos.
29
En aquellos momentos en los que el chupete hacía una
función de relax, de calma, de sosiego, ahora lo podrá hacer con
este muñeco. Su tacto y su compañía son una buena alternativa
para ir superando poco a poco, el no tener chupete.
Y ahora ¿cómo me consuelo?
Cuando un niño deja su chupete, lo más difícil para él no es
tomar la decisión, sino el vacío con el que después se
encuentra. El niño ahora se encuentra ante la gran pregunta:
“Y ahora ¿cómo me calmo en momentos de soledad, de miedo,
de enfado o de cansancio? Y ahora ¿cómo me relajo cuando
estoy solito en mi camita o en el cochecito? “.
En definitiva, el niño necesita ayuda para cubrir esa necesidad
emocional que hasta ahora el chupete se encargaba de cubrir.
30
Tenlo a mano en momentos de emergencia
Este muñeco será su gran aliado durante una larga
temporada, además algo que podrá mostrar a los demás
como el triunfo de un gran logro para él. ¡Tenlo a mano para
casos de emergencia! Habrá situaciones críticas como puede
ser tras una caída, cuando está cansado, cuando se frustra por
algo que no obtiene, o cuando quiere dormir, etc., en las que el
muñequito le ayudará.
Puede que al niño no le baste con acariciar el muñequito y
necesite llevarse a la boca un trozo de oreja y chuparlo. No te
preocupes y evita reñirlo o llamarle la atención por ello.
Recuerda que está en un momento difícil y necesita calmar la
ansiedad de no tener chupete. Verás que conforme tu hijo
vaya ganando seguridad se le irá pasando.
El pulgar no es una buena alternativa
Es importante evitar que el niño escoja como alternativa a
su chupete chuparse su dedo pulgar. Evitar esto es difícil pero
ayuda mucho estar atentos a cubrir su angustia e
inseguridad con mimos extras por nuestra parte y con el
muñeco agradable y manejable que también le dé mimos.
Constancia, paciencia y comprensión amorosa
Las primeras noches en las que el niño se va a dormir sin
chupete suelen ser las más difíciles, tanto para el propio niño
como para los padres. La solución está en vuestra firmeza y
constancia, y sobre todo en vuestra paciencia para preservar
la calma. Debéis entender que esta angustia que ahora siente
es normal y que en breve la superará con vuestro apoyo
creciendo con ello un poquito más.
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Ofrécele su nuevo muñequito para dormir y habla con tu
hijo sobre su nuevo logro, lo mayor que es ahora y que el
póster de Edúkame os ayudará a reforzar. Los dibujos del
póster muestran la progresión de cuando tenía un año y era
un bebé, de cuando tenía dos años y dejó de usar el chupete a
todas horas, y de ahora que ya es un poco más mayor.
Si a tu hijo o hijo le está costando consolarse sin su
chupete, trasmítele que lo comprendes y que lo está haciendo
muy bien. También sé clara con tus mensajes con respecto a
que el chupete ya no se usará más. Si ante los momentos
críticos de enfado o de lágrimas le dejas entrever que tal vez
el chupete vuelva… le generarás dudas o una falsa ilusión que
no le ayudará a supera esta fase de consuelo.
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CAPÍTULO 3 CONSULTAS REALES
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SE LE HA ROTO EL
CHUPETE Y NO QUIERE
OTRO ¿Cómo puedo actuar?
La consulta
“Tengo una hija de 23 meses. Su chupete está roto y no
quiere otro. Ella con los dientes lo rasgó en dos lugares, pero no
quiere dejarlo. Ahora sólo lo usa por las noches, pero a mí me
preocupa que le haga mal porque por dentro no está limpio.
¿Qué puedo hacer?”
Nuestra respuesta experta
Un chupete roto jamás debe usarse
pues es muy peligroso. Se lo puede
tragar, además de ser muy poco higiénico
como tú muy bien dices.
Cuando un niño o niña a se
acostumbra a un chupete o la tetina de
un biberón se aferra tanto a él que no
admite cambios. Pero aprender a aceptar
los cambios es un buen aprendizaje para
ellos.
Siéntate a su lado y mirándola a los
ojos le explicas "Tu chupete está roto y
es peligroso que lo sigas usando. No es
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bueno para ti, así que lo voy a tirar a la basura. Si quieres
seguir usando chupete para dormir te he comprado este otro.
Este es ahora tu chupete. Si no te gusta no lo uses, tú decides".
No hace falta que le des más explicaciones, ni que le
insistas sobre el tema. Ella te habrá entendido perfectamente.
Puede que llore y llore, se enfade, se enrabie e incluso puede
que durante unos días le cueste dormir. Será su manera de
expresar y demostrar sus resistencias a los cambios.
Puedes estar a su lado acompañándola en este nuevo
aprendizaje: "Entiendo tu malestar, cariño, aceptar los
cambios cuesta. Sé que estás enfadada pero ya verás que lo
superarás". Y ya no hables más del viejo chupete.
Le estás enseñando a tu hija a aceptar los cambios, a que
no todo es lo que nos gusta o queremos. Lo primero es su
salud y por ello debe sacrificar el apego que tiene con su
chupete. Le estás enseñando a madurar y a hacerse un
poquito más mayor.
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ADIÓS AL CHUPETE ¿Y ahora cómo se dormirá?
La consulta
“Tengo una niña de casi 33 meses. Utiliza chupete solo para
dormir y ha decidido ella sola tirarlo a la basura. Yo le he
preguntado “¿Estás segura? Una vez lo tire ya se llena de caca, se lo
llevan y no lo podemos recuperar". Ha dicho que sí despidiéndose de
él con su manita. Estoy dividida entre los sentimientos como madre
(no quiero que sufra, igual no está preparada) contra los lógicos
(ella lo tiró, ya tiene una edad, no quisiera que tuviera problemas
dentales...). Pero me preocupa mucho el tema del sueño y habíamos
conseguido una rutina muy buena. Tengo verdadero miedo a que
todo lo conseguido durante estos años lo borremos por un chupete.
Imagino que es la inseguridad.”
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Nuestra respuesta experta
Tu hija está dando un paso hacia adelante, quiere ser
mayor motivada y ayudada por vosotros. Lo ha dicho
claramente, lo ha tirado a la basura y le ha dicho adiós. Tú se
lo has dejado claro y ella no ha tenido duda en ese momento.
Ahora bien, este gran gesto y gran paso hacia adelante no
significa que no lo vaya a pasar mal esta noche.
Puede que no encuentre el momento de dormirse, pida
cosas constantemente desde la cama, esté más irascible, que se
despierte muchas veces e incluso llore diciendo "quiero mi
chupete". Todo ello será absolutamente normal y lo que
necesitará de vosotros será tranquilidad, amor y comprensión.
Síndrome de abstinencia
Permite que esté así, está pasando por el síndrome de
abstinencia y necesita sacar la ansiedad que le provoca no
tener chupete y también la tristeza. Este gran paso no se
puede dar de otra manera. Crecer también implica momentos
dolorosos y momentos de crisis como puede ser dejar el
chupete, que una vez se superan suponen una base más
fuerte hacia la madurez.
Tiene que aprender nuevas formas de calmarse
Hasta ahora sabía cómo relajarse, calmarse y consolarse: con
el chupete. A partir de hoy tiene que aprender otras maneras
de calmarse, consolarse o relajarse y para ello necesitará un
tiempo (meses). En ese tiempo pasará por fases de alegría y de
tristeza, irascibilidad e incluso ganas de volver atrás.
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Sí, puede que cambie la rutina que tiene asumida hasta ahora.
Sí puede que os dé más trabajo, más estar por ella y más
cansancio a vosotros también. Si ello ocurre, entiende que es
normal, que no es un paso atrás y no te culpes ni te tortures con
pensamientos de “le ha hecho daño estar sin chupete, yo lo he
permitido y ahora estamos todos pagando las consecuencias”.
No es así. La realidad es que es bueno y necesario que tu hija
deje el chupete, parece que este es el momento, y aun así, pasará
momentos de crisis pues está pasando a otra etapa de su vida.
Probar una nueva rutina que le ayude a calmarse antes
del sueño: canciones, masaje con poca luz, caricias, tocarse el
pelo, un cuento largo, etc.
Ayudarla con vuestros abrazos y mensajes positivos
La podéis ayudar con vuestros abrazos, consuelo y
mensajes “sí cariño, ya sé que lo estás pasando un poco mal,
tomaste una gran decisión, eres un poco más mayor y también
es normal que estés enfadada. Yo te voy a ayudar”.
Y durante el día elogiar que ya se ha hecho un poco más
mayor, decírselo a todo el mundo para que también la felicite.
Sentirse así de motivada le ayudará a cargar pilas para poder
superar los momentos de ansiedad (que serán por la noche).
No te preocupes si ahora no quiere hacer siesta. Es normal
aunque supondrá que estará más cansada e irascible.
Así que os recomiendo que os carguéis de mucha compresión
y paciencia y que no busquéis más solución que esta: acompañar
a vuestra hija en este momento, permitidle que llore, esté
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nerviosa, quejosa y enfadada, mostradle que la comprendéis y que
poco a poco lo conseguirá y vosotros también.
NO SÉ SI DEBERÍA
DEVOLVERLE EL
CHUPETE Desde que no lleva chupete le cuesta mucho dormir
La consulta
“Tengo un problema con mi hija pequeña de 30 meses.
Estaba pensando en quitarle el chupete y llevaba algún tiempo
diciendo que se lo íbamos a dejar a Papa Noel para que nos
dejara regalos. Mi marido se marchó con las dos niñas al pueblo
unos días antes de Navidad, y cuando llegué yo me dijo que a la
niña ya no le daba el chupete. Desde entonces le cuesta mucho
dormir, tanto la siesta como por las noches. No se despierta,
pero tarda muchísimo en dormirse y se inventa mil excusas
para no hacerlo. No sé qué hacer ¿le vuelvo a dar el chupete o
seguimos como hasta ahora?”
Nuestra respuesta experta
Que tu peque esté ansiosa y no encuentre el momento de
cerrar los ojos para dormir es muy normal. Seguro que lleva
desde que nació calmándose y relajándose con el chupete y es
la primera vez que tiene que hacerlo sin él. Ahora las siestas
ya no le atraen tanto, pues le recuerdan que no tiene su
querido chupete (cuando yo le quité el chupete a mi hijo
estuvo dos meses sin querer hacer siestas).
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Tú ya la has ido preparando al irle mencionando durante
un tiempo que pronto dejaría el chupete. Ahora tu está
pasando por el período de abstinencia, y es cuestión de unas
semanitas (o tal vez un mes) que esté más nerviosa e
intranquila a la hora de irse a dormir. Pero por lo que cuentas,
una vez se duerme no se despierta y eso ya es un dato muy
positivo, pues son muchos los peques que se despiertan
llorando buscando su chupete.
A ti y a tu hija os iría bien tratar el tema juntas a través de
los cuentos cuyos protagonistas dicen adiós al chupete, para
que se pueda identificar con historias de despedidas. En las
bibliotecas seguro que encontrarás cuentos de esta temática.
Aprovecha cualquier momento de la rutina diaria para
destacar que ya es una niña mayor que duerme sin chupete.
Aprovecha cualquier visita de familiares o amistades para
decirles delante de ella:
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"¡Felicitarla que se ha hecho un poco más mayor, ya
duerme sin chupete!"
Todo este protagonismo destacando su hazaña más
reciente le irá convenciendo que dejar su chupete la ha
convertido en una peque un poco más mayor.
Yo no creo erróneo dar marcha atrás cuando es necesario,
pero con lo que me cuentas intuyo que no te hará falta. Con
unas semanitas de paciencia, abrazos, besos, cuentos y
elogios tu peque, poco a poco, irá encontrando la manera de
obtener el confort sin el chupete.
LE QUITÉ EL CHUPETE
Y AHORA USA
UN CUENTAGOTAS No puede dormir si no tiene algo en la boca
La consulta
“Mi hija tiene 3 años y este año hablamos de que se está
haciendo mayor y tiene que dar los chupetes a los Reyes Magos,
y así lo hizo. Pero ahora utiliza un cuentagotas como chupete
para dormir y no sé si es mejor el remedio que la causa. No
consigue conciliar el sueño si no tiene algo en la boca. ¿Qué
hago? ¿Le quito el cuentagotas y le doy el chupete para dormir?
Gracias, espero respuesta.”
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Nuestra respuesta experta
Yo apelaría al sentido común. Tu hija aún tiene ganas de
seguir succionando y está en la edad de quererlo hacer. Como
lo niños tienen un gran sentido de la supervivencia y son más
inteligentes y espontáneos que nosotros, tu hija ha sabido qué
hacer para satisfacer su necesidad de succionar.
El chupete está diseñado para no deformar el paladar ni los
dientes, así que mejor el chupete que el cuentagotas.
Como se lo dio a los Reyes Magos o te inventas una historia
coherente que explique por qué tienes tú de nuevo su
chupete, o se lo dejas en un rincón de su cama o en algún sitio
de su habitación y cuando ella lo encuentre le dices "¡vaya,
éste se lo dejaron olvidado los Reyes!"
Dile: "veo que aún no estás preparada para dormir sin
chupete, así que, como los Reyes se olvidaron éste, tómalo y
úsalo para dormir. Cuando estés preparada para hacerte un
poco más mayor, tiraremos juntas el chupete a la basura."
El cuentagotas lo retiras de su vista, y que use un sólo
chupete hasta que ella misma deje de tener ganas de succionar.
Este material está incluido en la Revista “La despedida del chupete”, dentro de la suscripción de Edúkame. Si quieres más información, pulsa aquí