guía tour de france 2016

Elaborado por Javi Fuertes

Guía Elaborada por:Año 2016

Agradecimientos:

Análisis de la carrera……… 4-20

Libro de Ruta………………. 22-56

Los Equipos………………… 57-59

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Sábado 25 de Julio de 2015. Estación de esquí de Alpe d’Huez, Francia. Todo haacabado. Quintana ha apretado a Froome hasta el final, le ha hecho sufrirmucho, pero éste, bien asistido por su equipo, conserva el maillot amarillo quemañana le encumbrará en los Campos Elíseos de París como ganador de lacarrera ciclista más importante del mundo. Será su segundo Tour de Francia.

Tras casi 85 horas de carrera y 3.356 km recorridos, 1 minuto y 12 segundoshan separado al primero del segundo. De nuevo el Tour ha sido un éxito. Laemoción se ha mantenido hasta el final. Los Alpes han sido movidos. La carreraha lucido en todo su esplendor. Los riesgos tomados, como poner unacontrarreloj por equipos en la 9ª etapa, no han condicionado la prueba, y losmovimientos acordes a introducir más emoción la primera semana de carrera,buscando alternativas a las clásicas llegadas masivas, han dado sus frutos, y lasllegadas a Huy, Cambrai o el Mur de Bretagne, nos han sacado de una rutinaclásica y hasta en ocasiones tediosa.

Los ingresos por publicidad, las audiencias, las carreteras repletas de gente, lasensación de emoción hasta el final, los balances y cuentas de resultados,…respaldan esta primera y superficial impresión. El Tour ha sido un éxitorotundo se mire por donde se mire.

Con todos estos datos encima de la mesa, parece hasta osado criticar el modeloactual. Llamadme terco si queréis, pero a mí sigue sin gustarme.¿Por qué? Por dos motivos.

- Porque no es justo y no es equilibrado.

- Porque, pese al indudable cambio en el recorrido (sobre todo en esa primerasemana) y pese a que el Tour está dándole vueltas a muchos de los puertos queatraviesa, el recorrido sigue siendo muy previsible y casi invariable: puertosprevios de paso como desgaste, y una gran subida final.

Por Rubén Berasategui – Colaborador de Ziklo

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El primero se está repitiendo año tras año, llevándose al extremo en la pasadaedición donde los participantes apenas recorrieron 14 km de lucha individualcontra el crono. Este dato, ridículo, decanta completamente la balanza enfavor de un tipo de corredor. Puede parecer que es “sólo” eso, pero realmenteconlleva mucho más y lo enlazamos con el segundo motivo.

Con un recorrido sin contrarreloj te decantas con total claridad y parcialidadpor un único tipo de corredor: el escalador. Éste no se ve en la necesidad debuscar alternativas para poder compensar el tiempo que pierde en la luchacontra el crono ante el rodador que pueda defenderse en la montaña. Pero porsi esto fuese poco, el organizador plantea dos tipos de etapas y conindependencia de que haya novedades, o de lo atractivas que éstas sean, sonetapas que no varían ni en el kilometraje, ni en el desarrollo y perfil de lamisma; siendo etapas en su mayoría cortas, y con una subida final exigenteprecedida de más o menos dureza previa, dependiendo el bloque de montañaen el que se encuentren y el momento de la carrera en el que llegan.

¿Significa todo esto que el Tour no es duro?, ¿no es vistoso?, ¿no esemocionante? En absoluto: todo lo anteriormente comentado no significa queestemos, sin duda alguna, ante la mejor carrera por etapas del mundo. ¿Porqué?

Porque están los mejores y en el momento óptimo de forma. No se corre, sevuela. La tensión por bloques se nota, se palpa, y en momentos concretos, esllevada al límite. El espectador percibe todo eso a través del televisor.Por eso mismo, el Tour debería tener un recorrido compensado y con unamezcla de todo.

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Cuando el próximo sábado 2 de julio comience la carrera en la espectacularlocalidad de Mont Saint Michel, todo quedará eclipsado ante la repercusión y lamagnitud del evento que tenemos ante nosotros. Es más, el mismoreconocimiento médico suscita más minutos y repercusión en los telediarios yprensa deportiva de nuestro país, que la etapa reina del Giro de Italia de esteaño. Pero que los árboles del bosque no nos tapen la visión. El camino no eseste. No es justo olvidarse de unos para favorecer sólo a otros: poner de vezen cuando una gran etapa de montaña de más de 7 horas no es algo quedebería asombrarnos. Y, por último, pensar un poco más el recorrido, sobretodo a la hora de dónde poner una gran subida de paso, debería ser algo másrecurrente.

El Tour ha evolucionado, como lo demuestra con esa primera semana consorpresas y asimismo la incursión de nuevas, interesantes e inéditas subidas,que ahora analizaremos. Pero no toda su evolución ha sido a mejor. Ladramática reducción de la contrarreloj ni es justa, ni obliga al ataque lejano,casi a la desesperada. Y el pasar, de vez en cuando, de la barrera de los 250km, tampoco debería asustarnos. Son los mejores corredores del mundo, vivenpor y para ello, y el ciclismo es y siempre ha sido un deporte de fondo.Con todo ello, nos subimos al tren que nos conduce a Mont Saint Michel, puntode partida de la primera etapa del Tour de Francia.

¡Última llamada!, ¡pasajeros al tren!

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El Tour de este año arrancará de nuevo con una primera etapa en línea, quesustituye al tradicional prólogo que habitualmente ha solido abrir la carrera.Tampoco podemos considerarlo como una novedad, porque en los últimos añosesta fórmula también se ha dado. El punto de partida, Mont Saint Michel,también repite. La dirección de la carrera lo tiene claro: repetir lo que hagustado y ha tenido éxito. De este modo, la primera etapa en línea de laprueba discurrirá íntegramente por la costa. Sera una jornada nerviosa y conmuchos repechos, y con un invitado sorpresa que elevará aún más si cabe laya de por sí alta tensión de los corredores en el estreno de la carrera: laposibilidad de viento. Presumible llegada masiva en una etapa de alto voltaje.

La 2ª etapa de 183 km, con final en Cherbourg-en-Cotentin, es más de lomismo: zona costera, infinidad de repechos, pero con la salvedad de unallegada complicada con casi 2 km al 6,5%. El sprinter puro no tendrá opciones,abriéndose el abanico a gente rápida de mucha potencia, y con el añadido deque la gente de la general va a tener que estar muy atenta si no quiere cederya los primeros segundos, que no serán decisivos; pero de entrada nadiequerrá dar ventaja a sus más directos rivales. Un final de nuevo muy tenso ydonde el Tour propone cosas diferentes en estas primeras llegadas, perodentro de una lógica y una coherencia. Esto no es un repecho a un polígonoindustrial al 20% para acabar la etapa. Acierto.

La 3º y 4ª etapas son un calco la una de la otra. Abandonamos la costa paraadentrarnos en el interior. Etapas aparentemente más sencillas, planas, sinemboscadas finales y con presumible llegada al sprint masivo y, esta vez, paraespecialistas, para los hombres más rápidos del pelotón. Son también lasetapas más largas de esta edición, rondando los 230 km, pero al carecer dedificultad, se prevé una media alta: poco más de 5 horas de carrera. El peligrode estas etapas clásicas son las caídas. Al final se desata la locura por estardelante como en ninguna otra carrera, y las rotondas y los distintos pasos quehay a la entrada de pueblos y ciudades en Francia, convierten estas etapas enalgo más que jornadas de transición para la gente de la general. Hay quesalvarlas y no despistarse ni un segundo. Máxima tensión: un despiste tecuesta el Tour.

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La 5ª etapa entre Limoges y Le Lioran viene a refrendar ese esfuerzo porparte del organizador en darle algo más de vida a la primera semana del Tour.Un acierto, sin lugar a dudas, con una etapa larga (216 km) y francamentemuy bien diseñada: cuatro puertos en los 50 km finales de etapa,prácticamente encadenados. No son muy largos y tampoco son muy duros. Elmás exigente probablemente sea el Col du Perthus. Se pueden vivir distintasbatallas, entre la gente en busca de la etapa y la gente de la general. El peligropuede venir porque a veces en ese primer grupo se puede filtrar alguienpeligroso de cara a la general: el tapado al que luego cuesta un esfuerzotitánico derribar de su privilegiada posición. Es una etapa táctica, donde se vana empezar a ver cosas. Sin duda, una etapa bien diseñada y muy atractiva decara al espectador. Acierto.

6ª etapa. Continuamos nuestro descenso hacia el sur en busca de los Pirineoscon otra etapa aparentemente sencilla con final en Montauban. Terrenoquebrado en el inicio que provocará movimientos, y reagrupamiento y llamadaa filas por parte de los equipos con gente rápida para tratar de evitar que lafuga prospere y poder llegar al sprint. Llegada sin complicaciones orográficas.Bastante complicación hay de por sí buscando posiciones en un sprint masivodel Tour. Y siendo coherentes con la introducción, etapa que siempre debehaber en cualquier gran vuelta por etapas, dando oportunidades a todos.Presumible llegada al sprint.

7ª etapa y primer contacto con la montaña en los Pirineos. La etapa notermina en alto, pero como si lo hiciera, pues desde que se corona el únicopuerto serio de la jornada hasta meta (Lac de Payolle), hay un rápido y brevedescenso. El primer puerto de entidad de este Tour será el famoso Col deAspin. Se subirá por su vertiente más dura, la de Arreau. Tradicionalmente hasido un puerto de paso, y debe su fama a estar pegado al legendarioTourmalet, motivo por el cual se ha transitado en multitud de ocasiones. Enesta ocasión sí va a resultar decisivo por lo que sucede siempre: es la primerallegada en alto del Tour (aunque termine bajando), y es el momento dequitarse las caretas. Se verá quién está fuerte, y quién no lo está tanto. Elpuerto tiene 12 km y dos partes, una primera más suave y asequible, y unasegunda de unos 6 km al 8%, que unidos a la presumible velocidad, marcaránlas primeras diferencias. Si bien, esto no es ni por asomo, la Pierre SaintMartin del año pasado. Pero Plateau de Bonascre tampoco lo era y ya vimos loque hizo Froome en sus rampas en 2013. La táctica del británico en la primerasubida siempre es la misma: poner un tren infernal desde abajo y rematar élarriba. No tiene puerto para hacer grandes diferencias, pero sí para que lascartas de todos se pongan boca arriba. Al ser la primera llegada y tener todosque mostrar su jugada, la expectación en esta etapa será máxima.

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La 8ª etapa será la etapa reina de los Pirineos. Todo un clásico entre Pau yLuchon y que se ha recorrido en este sentido o en el inverso en multitud deocasiones; si bien este año presenta novedades en su trazado.Tradicionalmente, y en este sentido, esta etapa ha transitado los puertos delAubisque-Tourmalet-Aspin-Peyresourde. El Tour desde hace unos años haempezado a profundizar algo más en los recorridos y en los puertos por losque transita; aspecto éste que hemos realzado y valorado como muy positivo.Nuestra crítica va por otros derroteros. Dicho esto, la variante que proponeeste año suprime el primero de los puertos, el Aubisque, y también suprime elAspin que se habrá subido el día anterior. Mantiene en cambio el Tourmalet yla subida al Peyresourde, puertos que no pueden ser sustituidos para haceresta etapa salvo que se realice un rodeo tremendo evitando las montañas.

Hace ya años que el Tour descubrió la subida a la Hourquette d’Ancizan paraconectar los valles de Campan con el de Arreau/Saint Lary, evitando subir elAspin. Y también hace años, que a la estación de esquí de Val Louron, dondeIndurain conquistó su primer maillot amarillo en 1991, le hicieron el paso queconectaba el valle de Saint Lary con el lago de Loudenvielle. De este modo, laetapa que presenta el Tour este año es una novedad, puesto que encadena elTourmalet con la Hourquette y Val Louron (col de Azet), antes de afrontar lasubida final. Los puertos están más seguidos, eliminando el terreno llano entreellos, y la etapa resulta más nerviosa si cabe y de similar dureza. Todo ellopese a haber prescindido del duro Aubisque, que podía haberse subidoigualmente, pero hubiera dotado a la etapa de una dureza muy alta y elorganizador, y creo que aquí con buen criterio, no ha querido hacerlo en laprimera semana de carrera. Ya veis que no todo son críticas. Acierto.

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La 9ª etapa partirá de España, concretamente del valle de Arán en dirección aAndorra (Estación de Arcalís). De nuevo a esta etapa se le puede dotar de todala dureza que se quiera. Ahí están los 250 km entre Luchon y Arcalís quefueron empleados en 1997 por Ullrich para aniquilar la carrera en una etapaque se fue, para él, a las 7h 45 minutos. Echad cuentas de cuándo llegó elúltimo. Como decíamos en la introducción, estas etapas ya no se estilan y elorganizador ha optado por una etapa novedosa con un final clásico y conocido.

Los dos primeros puertos, los españoles Bonaigua y Cantó, son ascensioneslargas y de importante desnivel acumulado, pero de poca pendiente. Subidasde desgaste. Tras entrar en Andorra a través de La Seu de Urgell, comenzarántres puertos encadenados: el corto Comella, la interesante y novedosa Colladade Beixalís y el final clásico en la estación de Arcalís. De nuevo opciones habíamuchas, incluso se barajó la posibilidad de introducir el terrible puerto de laGallina tras haber asfaltado la vertiente que faltaba y que ya se subió en lapasada Vuelta a España, pero de nuevo no se ha querido dotar a esta etapa deuna dureza excesiva.

Y aquí viene mi crítica. Pero no por haber dejado la etapa como está, que meparece bien; sino porque si hubiera contrarreloj individuales como deberíahaber en todo un Tour de Francia, esto sí obligaría a que las etapas demontaña tuvieran que tener, al menos alguna de ellas, ese plus de dureza: conel Aubisque la de Luchon, o con la Gallina, por poner un ejemplo, la deAndorra. Como las cronos del Tour son ya casi de tebeo de Ibáñez, pueslógicamente, las etapas de montaña de este primer bloque están biendiseñadas y bien tiradas. ¡A, si a nuestro Perico le hubieran puesto estascontrarreloj, no se habría esmerado tanto en mejorar contra el cronoperdiendo parte de su potencial en la escalada! ¿Y que me decís de LuchoHerrera? Ahí lo dejaremos. La etapa y este primer bloque de montaña, viendoel global del Tour, están bien diseñados y programados.

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La general habrá quedado muy definida y el pelotón afrontará la primerajornada de descanso el lunes 11 de julio en Andorra.

La 10ª etapa partirá el martes de Andorra y a través del puerto de paso másalto de los Pirineos, Envalira, entrará de nuevo en Francia. A partir de ahí unalarga cabalgada hasta Revel. Propicia para fugas y con una primera hora decarrera apasionante.11ª etapa, entre Carcassonne y Montpellier. Presumible llegada al sprint entredos localidades habituales de la carrera francesa.

La 12ª etapa coincide con el 14 de julio, día de Francia. La gente se echará ala carretera y el organizador, sabedor de ello, ha programado la subida a unode los puertos legendarios de la carrera, y probablemente el más duro de estaedición: el siempre temido Mont Ventoux. La etapa no tiene historia hastaBédoin; pero a partir de ahí, el calor, el paisaje lunar, y las terribles rampassostenidas del gigante de la Provenza, tomarán la palabra. Espectáculogarantizado.

La 13ª etapa supone la primera de las dos cronos individuales de este Tour.Algo hemos mejorado -no era difícil- sobre la edición anterior. Crono quebradade 37,5 km y dos cotas en su recorrido. La lucha individual en este deportesiempre es apasionante, así que a disfrutar.

14ª etapa. Larga cabalgada entre Montélimar y Villars les Dombes. Una de lasúltimas oportunidades de la gente rápida; pero controlar a estas alturas lacarrera por parte de estos equipos no es fácil. Muchos intereses y fugas muynumerosas que no hacen fácil asegurar la llegada masiva.

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La 15ª etapa es una etapa nerviosa y plagada de subidas en sus 160 km. Seva a hacer muy dura, porque es un subir y bajar continuo. Ya no es novedadque el Grand Colombier se suba en el Tour. Estaba incomprensiblementeolvidado, hasta que por fin se subió y vieron las múltiples oportunidades queofrece. Se subirá primero hasta arriba y luego hasta la cota 900, en suvertiente más espectacular, la de las herraduras. De postal. Quizás sea laetapa más diferente de este Tour en lo que a montaña se refiere. Me gusta.

En la 16ª etapa entramos en territorio suizo. Llegada quebrada a Berna trasuna larga etapa de 209 km. Difícil de controlar por parte del pelotón.Presumible llegada en fuga.

La 17ª etapa presenta un final inédito muy duro, con números similares a losde Pla d’Adet (St-Lary Soulan). La dureza previa viene precedida por el Col deForclaz (un 1ª duro). Final interesante y nervios en Finhautt-Emosson, peroque viene a ser una repetición de otras etapas. Contador distanció a Froomeen estas rampas en la Dauphiné de 2014; ¿será capaz de repetir?

Segunda crono de este Tour en la 18ª etapa. Dura y con subida al repechomundialista donde Hinault ganó su mundial en 1980. 17 km intensos, y quedejan la suma de los kilómetros individuales de este Tour en 54. Un poco pobretratándose de la carrera francesa. No será una contrarreloj sencilla.La traca final de este Tour viene con dos etapas similares y con un kilometrajetambién habitual y un poco escaso. Es un acierto proponer etapas cortas; esun fallo repetirse en ellas.

La 19ª etapa entre Albertville y Le Bettex incluye 5 ascensiones de las quesobresale la subida al Monte Bisanne, como gran novedad de esta etapa y enel Tour. Es un puerto inédito y que sustituye al más habitual col de Saisies,siendo bastante más exigente que éste. Etapa muy nerviosa y con un finalcomplicado en St-Gervais Mont Blanc. El paisaje alpino francés en su máximoesplendor a pies del gigante de Europa, el Mont Blanc.

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La 20ª etapa, con final en Morzine, es también una etapa clásica y con el duro Joux Plane, tanto en su acenso como en su descenso, como juez último del Tour. De nuevo una etapa vistosa y emocionante, pero que no deja de ser un más de lo mismo. Cambian los nombres, cambian los puertos, pero el desarrollo de todas y cada una de las etapas de montaña es el mismo.

La 21ª etapa será el paseo triunfal por las calles de París y que corone al ganador de la mejor carrera del mundo. Y en esto, y pese a todo lo comentado, no tenemos ninguna duda.

En resumen, cuando veo todas las etapas de montaña de este Tour, con bastantes más aciertos que errores, me quedo satisfecho a medias, y preguntándome: ¿dónde está la gran etapa de montaña de este Tour de Francia o dónde está la etapa distinta y que propone algo no visto? Si bien, y viendo la suma de kilómetros contra el crono, igual ésta tampoco es tan necesaria. El defecto de esta carrera, con todas sus virtudes, es que no está compensada y que favorece claramente a unos en detrimento de otros. Porque no se puede negar que hayan introducido cosas la primera semana y que la montaña no esté buscada o incluso las cronos lleguen en buenos momentos en el desarrollo de la prueba. De modo que mi crítica sólo va por ahí.

¿Sólo? Es verdad, quizás sólo ese detalle, pueda enturbiar todo el resto.

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En un primer escalón tenemos a Chris Froome (Sky). Ganador en 2013 y 2015, y sin saber hasta dónde hubiera llegado tras su abandono forzado en 2014. El británico, que llevaba una temporada gris, ha vuelto a dar su mejor versión e imponerse en la Dauphiné. Cada vez que ha ganado dicha carrera en junio, ha revalidado en julio en el Tour. Lo que parece claro es que sabe llegar en su momento óptimo la Grand Boucle y, por lo mostrado en junio en las carreteras francesas, parte con la vitola de ser el favorito claro e indiscutible a la victoria final. El recorrido se adapta perfectamente a sus características y el incremento de los kilómetros contra el reloj de esta edición pueden beneficiarle frente a sus rivales más próximos. En su defecto, parece que la última semana se le hace un poco larga; si bien eso es relativo, y depende ante quién.

Apoyado por un potente equipo Sky, no podrá contar en sus filas en esta ocasión con el mejor apoyo que tuvo en sus ediciones victoriosas en Francia. Lo tendrá cerca, pero no a su lado. Cuenta de todos modos con corredores de garantías como Thomas o Poels y el debut de Landa a su servicio. En la salida de Mont Saint Michel, será el hombre a batir, y aunque no es el único favorito, sí es el principal, y todas las miradas estarán puestas en él. El 2014 le sirvió para aprender a manejar la presión de lo que significa ser favorito. Ya en el 2015 se mostraba mucho más relajado en este aspecto y afronta el 2016 con ilusión y ganas. Favorito 5 ESTRELLAS

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El segundo escalón es para el colombiano Nairo Quintana (Movistar).Segundo en los años 2013 y 2015 tras Froome (no participó en 2014).Rodeado de un potente Movistar y con un Alejandro Valverde, tercero el añopasado, a su servicio tras haber completado un fantástico Giro de Italia,Quintana es el único corredor que ha puesto en dificultades a Froome y que hasido capaz de dejarle en montaña. Su recuperación conforme la prueba vaacumulando etapas parece algo superior al resto. Las fuerzas parecenigualarse e incluso decantarse en favor del colombiano en esa tercera semana,pero Froome no cede mucho y la renta que en esas etapas finales ha podidolograr Quintana, siempre ha sido insuficiente.

Quintana no va a gozar de un Tour tan escaso en cuanto a kilómetros contra elcrono como el del año pasado. En ese aspecto, el colombiano ha mejoradoostensiblemente, pero parece claramente inferior a su gran rival.

Lo que sí puede convertir al colombiano en muy peligroso, es la actitud quetanto él como su equipo tomen en carrera. Con dos segundos puestos yterminando como el corredor más fuerte de todos, no le vale otra cosa que nosea ganar. El bloque de Movistar es una garantía y Valverde, sin presión, uncomodín de múltiples usos. La preocupación de Quintana: aguantar ese primerarreón en la montaña de Froome y sobrevivir a esas dos contrarreloj frente albritánico. Si lo hace, quizás podamos hablar del primer colombiano en lahistoria que gana el Tour. Favorito 4 ESTRELLAS

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En un tercer escalón se encuentran una serie de corredores. Algunos tienenque confirmar lo que vienen apuntando; otros volver a demostrar que aúncuentan en esta carrera.En mi opinión y con 3 ESTRELLAS sólo cito a dos corredores. AlbertoContador (Tinkoff) y Richie Porte (BMC).

Empezaremos por el madrileño. El mero hecho de poder nombrarle como unode los candidatos -ya no tan favorito, pero indudablemente un candidato- aunos pocos días de comenzar el Tour de Francia del año 2016, me parece algoextraordinario, realmente fuera de lo común y sobre lo que se incide poco enmi opinión.

Dicho esto, es cierto que eso no le va a otorgar ni un segundo de ventaja, ycomo mucho, un “es verdad, lo había olvidado”, por parte de algunosaficionados. Los rivales a los que Contador se enfrentó en 2007 cuandoconquistó su primer Tour de Francia, hace muchos años que colgaron labicicleta. Alguno aún anda por ahí cerca, pero en aquel momento no era rival ytampoco lo es hoy en día, pese a que el incombustible Valverde salga defavorito en cualquier prueba que consista en dar pedales sobre una bicicleta decarretera; salvo en una, el Tour.

Contador ha tenido una carrera complicada, muy complicada diría yo. Elpensar qué hubiera sido de la carrera del pinteño en la prueba más importantepor etapas del mundo como es el Tour, sin ese fatídico análisis de clembuteroldel año 2010, es realmente una incógnita que nunca podrá ser respondida.Julio 2010: Contador había conquistado su tercer Tour con 27 años (Indurainganó su primero con esa edad), y aunque ese año le habían apretado más quenunca, estaba claro que el futuro inmediato en esa carrera era cosa de doscorredores, él y Andy Schleck.

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A partir de ahí comienza un vía crucis para Alberto en dicha carrera a la que haseguido acudiendo todos los años, salvo en 2012 donde no puede hacerlo porsanción. En 2011 arrasa en el Giro, pero el Tour no entra en sus planes hastacasi la última semana antes de empezar. En esas condiciones, su quinto puestoes muy meritorio. Honestamente, viendo el rendimiento de Schleck ese año yel de Contador en aquel terrible Giro, se me antoja muy complicado queContador, habiendo preparado el Tour a conciencia, no hubiera ganado sucuarta corona. Finalmente es desposeído, sancionado sin poder participar en el2012, como ya le hicieron, pero por otro motivo, en 2008 (otro posible Tourque voló), y regresa a la competición en septiembre de 2012 en la Vuelta.

Pero el corredor que regresa es otro. No es el mismo que marcaba un paso enla montaña imposible para sus rivales. Antes cuando atacaba, se marchaba; ysólo Andy Schleck en 2010 había podido seguir ese paso. A partir de entoncessu carrera sigue cosechando éxitos, pero éstos llegan a base de ser lo que es:un corredor de raza, de instinto, que persevera y que no se rinde, pero que yano rompe como lo hacía antaño. Quizás en 2014 vimos un Contador másparecido al de su primera época, pero una caída motivada por un despiste, nosimpidió ver si eso hubiera sido así o no. Los demás años ha estado en carrera,siempre lo está. Pero cuando los corredores que nadie conocíamos cuandoganaba su primer Tour en 2007, marcan otro paso, Contador no ha podidoestar con ellos. Pensar que en el 2016, pese a que lo ha preparado aconciencia, las cosas vayan a cambiar, es ser muy positivo y optimista. Yoquiero serlo, y sé que ha sido profesional 200% cuidando hasta el más mínimodetalle. Obvio: si no, se hubiera ido a casa hace tiempo; pero ganar en París,no es hacerlo en País Vasco, Vuelta a España o incluso Giro de Italia. Paraganar aquí, va a tener que ser el mejor, porque a Contador no le van a darningún margen. Siempre es peligroso, como una cobra moribunda, pero queaún conserva todo el veneno entre sus dientes. Contador es sinónimo deespectáculo, de inconformismo, de tenacidad, de profesionalidad y un ejemplopara corredores futuros. Si no existiera, habría que inventarlo.Favorito 3 ESTRELLAS

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Richie Porte (BMC). El australiano no ha demostrado nunca, hasta la fecha,que pueda con una carrera de tres semanas. ¿Qué me hace ponerle tan alto enel escalafón?

Dos cosas: el enorme potencial que este chico atesora, y un recorrido que seadapta a la perfección a sus características. Dos cronos duras y quebradas yuna montaña nerviosa, pero que no es exagerada y cuyos puertos finales,salvo el Mont Ventoux, nunca exceden de los 11 km. Por el contrario, si a Portese le tuercen las cosas mínimamente, se viene abajo, se desmoronacompletamente, como vimos en el Giro 2015. A Porte le tiene que ir todorodado, y si le va así, sube muchísimo. Los días que más ha andado Froome enel Tour, el segundo fue Porte, y además tras haber roto en pedazos él lacarrera. Porte tiene un motor privilegiado, y sólo su frágil cabeza le haimpedido conquistar otros logros.

En el Sky era el complemento, el último bastión de Froome. En su nuevoequipo, BMC, es el jefe junto con Van Garderen. Jefatura compartida que lepuede venir bien para no hacer recaer sobre sus hombros todo el peso de laresponsabilidad. Porte es como un jarrón de porcelana chino: delicado hasta elmás mínimo detalle, una pequeña grieta puede hacer estallar el jarrón yromperlo por completo; pero si ésta no se da, es un corredor incluso capaz deaguantar la embestida del mejor Froome, como se vio hace unas semanas enla Dauphiné.Favorito 3 ESTRELLAS.

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Por último y con 2 ESTRELLAS me gustaría citar a los siguientes corredores.Los franceses tendrán puestas sus miradas en Bardet (AG2R) y Pinot (FDJ).Ambos son jóvenes y grandes corredores. Los dos saben lo que es ganaretapas de prestigio en el Tour, y los dos son bravos y, si las cosas se lestuercen, insisten y no se dan por vencidos. No sería descabellado que algunode ellos pudiera incluso coquetear con el pódium, si no es este año, en unfuturo próximo. Pero lo que sí parece es que, para ganar, necesitan un puntomás o aprovecharse de circunstancias en carrera que deberán buscar. Sonvalientes, corredores que corren en casa y que desde luego no se conformancon ir en el pelotón para hacer entre los 10 primeros. Sin duda les veremos enmás de una escapada.

Con Van Garderen (BMC), podríamos escribir todo lo dicho anteriormentesobre Porte, salvo en algo muy importante: no ha demostrado, al menos hastaahora, ni de lejos las prestaciones en una situación límite y de ritmo frenéticoque ha demostrado su compañero. Es un corredor regular, pero que debeconfirmar que pasa las tres semanas, cosa que tampoco ha hecho hasta elmomento. La sensación que transmite es que va de más a menos y al finalacaba desfondado. Claro que todo eso puede cambiar algún día. La presión enel equipo la tiene compartida y eso le puede servir de ayuda.

El equipo Astana cuenta con la baza principal de los italianos Fabio Aru yVicenzo Nibali. Nibali viene de ganar el Giro de Italia, y es el tercero de lostres corredores que participan en el Tour que sabe lo que es ganar la prueba.

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Con un rendimiento irregular en el Giro, pese a su triunfo agónico final, y eldesgaste que debe a buen seguro notar, se presenta más como una ayuda quecomo un outsider a tener en consideración para el triunfo final. Fabio Aru condos pódiums en los Giros del 14-15 y con la victoria en la Vuelta a España de2015, es la apuesta del equipo. Debería contar con la ayuda y experiencia quele transmita su compatriota, si han resuelto algunas de las diferencias quetenían el año pasado. Aru lleva una campaña muy gris. Una victoria de raza enuna etapa de la Dauphiné, pero lejos de los mejores cada vez que se hapresentado batalla. Debuta en el Tour, y mucho deberá ser su margen demejora para pensar que puede optar al pódium de París. El ganar,directamente y pese a su gran potencial, es algo que no contemplo.

Purito Rodríguez (Kathusa), Mollema (Trek), Martin (Ettix), Dumoulin(Giant)…………son corredores importantes que se dejarán ver, pero a los que nootorgo ninguna opción al triunfo final, y que son más figuras que engordan elgran pelotón de lo que es el Tour, donde en una escapada se pueden dar citaauténticas figuras en busca de una “simple” etapa; lo que no es tan simple. Sino, que se lo pregunten a Sagan (Tinkoff), que lleva 3 años sin poder levantarlos brazos pese a haber pegado en innumerables ocasiones al poste.

Kittel (Ettix), Greipel (Lotto) Gallopin (Lotto), Cavendish (Dimension Data),Van Avermaet (BMC), Cancellara (Trek), Mathews, Yates y Gerrans(Orica), Rui Costa (Lampre), Kristoff (Kathusa), Rolland (Garmin), MatiasFrank, Alaphilippe (Ettix)…

¡Cuántos grandes campeones que se irán de esta carrera sin premio! No hayetapas para todos, y aquí una victoria está más cara que en cualquier otracarrera. Por eso mismo, el TOUR es el TOUR, y no hay prueba que se leparezca en todo el calendario ciclista anual.

Pongan la televisión y… a disfrutar.

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LAS ETAPAS

1ª Etapa Mont Saint Michel - Utah Beach 188 km

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El ApunteInicio del Tour en el monumental Mont Saint Michel. Peligrosa jornada bordeando la costa con posibilidad de viento. Lo más normal es que el primer maillot amarillo se decidirá en sprint masivo

2ª Etapa Saint-Lô - Cherboug-en-Cotenin 183 km

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El ApunteInteresante etapa con final en una cota de 3ª Categoría. De nuevo jornada pegada a la costa por terreno bastante pestoso y quebrado.

3ª Etapa Granville - Angers 223,5 km

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El ApunteEn esta ocasión jornada algo más tranquila pero tremendamente larga con más de 220 km en el recorrido. Hora de los hombres rápidos.

4ª Etapa Saumur - Limoges 227,5 km

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El ApunteDe nuevo el mismo guion con una etapa similar de poca dureza y muy larga. La llegada picando ligeramente hacia arriba puede abrir el abanico de aspirantes

5ª Etapa Limoges - Le Lioran 216 km

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El ApunteJornada muy interesante de media montaña con un tercio final muy bien diseñado. 4 subidas finales perfectamente enlazadas en las que destacan el Pas de Peyrol y Perthus con rampas exigentes que pueden ofrecer bonitos escarceos.

ALTIMETRIAS DE LOS PUERTOS

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6ª Etapa Arpajon-sur-Cère - Montauban 190,5 km

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El ApunteJornada sin complicaciones destinada a los hombres rápidos. El sprint final parece garantizado.

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Tourmalet, por Luz St Sauver Foto: Javi

Fuertes

7ª Etapa L ’Ise-Jourdain - Lac de Payolle 162,5 km

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El ApunteLlegamos a los Pirineos con una primera jornada algo más fácil de lo habitual pero con el Col d’Aspin estratégicamente ubicado. Subida muy conocida de 12km al 6,5% no excesivamente dura pero a solo 7km de la línea de meta.


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8ª Etapa Pau - Bagnères de Luchon 184 km

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El ApunteHabitual llegada pirenaica a Luchon en una jornada repleta de subidas muy reconocibles. El gran Tourmalet por la bonita y larga vertiente de Luz dará paso a la Hourquette por su lado menos complicado. A continuación Val Louron y Peyresourde perfectamente enlazados antes del descenso final directo a meta.


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9ª Etapa Vielha - Andorra Arcalís 184,5 km

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El ApunteVisita al Principado con final en la Estación de esquí de Ordino Arcalís. Con salida en pleno Val d’Aran a través del Port de Bonaigua y posteriormente el largo Port del Cantó. Una vez en Andorra se asciende el corto y explosivo Alto de La Comella para a continuación ascender la novedad de Beixaliscon tramos conciertamente duros. La subida final habitual de Arcalis las preciosas herraduras enlazadas.


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10ª Etapa Escaldes Engordany - Revel 197 km

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El ApunteTras la jornada de descanso salida muy explosiva de etapa con el largo ascenso hacia Envalira. Jornada muy propicia para que se forme una fuga con la cota de Saint Ferreol en un lugar idóneo para llevarse la etapa

11ª Etapa Carcassonne - Montpellier 162,5 km

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El ApunteNuevamente un jornada a priori tranquila en la que debieran regresar los hombres rápidos en su llegada

12ª Etapa Montpellier - Mont Ventoux 184 km

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El ApunteRegresa “El gigante de la Provenza” Primeros 120 km muy tranquilos para enlazar un puerto de 4ª categoría y un de 3ª. Un vez alanzada la población de Bedoin comienza las ascensión al coloso 21,5 km al 7,6% con un tramo central realmente exigente en el bosque y su famoso tramo final totalmente pelado.


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13ª Etapa Bourg-Saint-Andéol - La Caverne du Pont-D’Arc (CRI) 37,5 km

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El ApuntePrimera CRI larga del recorrido aunque quizás debiera haber superado los 40 km. De todas maneras se hará exigente debido a las 2 dos cotas que se han de superar.

14ª Etapa Montélimar - Villars-les-Dombes 208,5 km

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El ApunteEtapa tranquila que acercara al gran grupo a las jornadas alpinas. Aunque se produzca una fuga, parece probable el sprint masivo.

15ª Etapa Boug-en-Bresse - Culoz 160 km

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El ApunteJornada muy interesante con dureza suficiente para montar un autentico zafarrancho. Muy probable que se forme una peligrosa fuga numerosa. El punto clave la subida al Grand Colombier que se pasara 2 veces. La 2ª únicamente hasta el final del tramo de herraduras.


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16ª Etapa Moirans-en-Montagne - Berne 209 km

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El ApunteTras la primera toma de contacto alpina jornada larga hacia Suiza. Parece una jornada propicia para las fugas. La llegada en Berna tras dos ligeros repechos.

17ª Etapa Berne – Finhaut-Emosson 184,5 km

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El ApunteFinal inédito en tierras helvéticas tras la jornada de descanso. Perfecto encadenado con la dura subida a Forclaz y la no menos exigente ascensión hacia el embalse de Emosson. Últimos 30 km de etapa muy duros.


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18ª Etapa Sallanches - Megeve (CRI) 17 km

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El ApuntePeculiar CRI en plenos Alpes. Se trata de una semi-cronoescalada con 4 km llanos, la exigente Cota de Domancy a continuación. Seguidamente 8 km en continuo, pero más ligero ascenso y un descenso final hacia la línea de meta.

19ª Etapa Albertville - Le Bettex 146 km

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El ApunteFinal en alto bajo las faldas del majestuoso Mont Blanc. Se estrena en carrera un coloso como Montée de Bisagne con 12,4 km al 8,2%. Las ascensión final es una llegada muy habitual a principios de los 90 aunque en esta ocasión se endurece con el inicio exigente de la Cotê de Amerands.


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20ª Etapa Megève - Morzine 146,5 km

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El ApunteFin de fa montaña con la dura y clásica etapa de Morzine. Aravis, Colombier y Ramaz darán paso a la exigente subida a Joux Plane. 11,6 km al 8,6% que nunca defraudan y de los únicamente resta el revirado y peligroso descenso hacia Morzine.


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21ª Etapa Chantilly - Paris 113 km

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El ApunteEl típico fin de fiesta por las calles de Paris camino de los Campos Eliseos. Jornada corta en busca del prestigioso sprint final y del homenaje de los esforzados de la ruta.

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Team Sky Movistar Team Astana

Tinkoff Team Ag2r La Mondiale Lotto NL Jumbo

Trek Segafredo IAM Cycling Cannondale

BMC Racing Team Dimension Data Giant Alpecin

FDJ Bora Argon Katusha Team

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Lampre Merida Lotto – Soudal Direct Energie

Etixx – Quick Step Cofidis Orica - BikeExchange

Fortuneo - Vital Concept

guía tour de france 2016

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