guía práctica: agroforestería en el lago budi · botánica indígena de chile por ernesto...
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Guía Práctica:
Agroforestería
en el Lago Budi
Ricarbol Dosel
Introducción
La agricultura es una práctica que se registra desde hace más de 10.000 años, sin embargo, la
relación humano-naturaleza antecede tales registros. Agricultura viene del latín agri – que
significa tierra – y cultura que hace referencia a lo que la misma palabra significa y que además se
refiere a cultivar. Por lo tanto, agricultura es la cultura de la tierra, donde cualquier persona que
vive en la naturaleza y administra sus recursos tiene el derecho a llamarse agricultor. Por ende,
campesino y agricultor están estrechamente relacionados. Y para ahondar más profundamente,
cualquier Mapuche es en esencia agricultor, ya que son gente de la tierra.
Sin embargo, la agricultura que hoy conocemos está bastante alejada a las prácticas y dinámicas
que nuestros antepasados desarrollaron. La agricultura que se practicaba en el territorio
Mapuche en sus orígenes, era más bien una agroforestería ancestral, que consistía en manejar los
recursos que ofrecía el bosque – alimento, madera, medicina, diversos materiales, etc. – mientras
se cultivaba en áreas que el humano iba despejando. Este tipo de agricultura tan avanzada, en
armonía con la naturaleza, desconcertó incluso a los colonos europeos que no entendieron el
manejo agroforestal que realizaba el pueblo Mapuche. Citaré a continuación un párrafo del libro
Botánica Indígena de Chile por Ernesto Wilhelm de Mösbach donde se describe el panorama
ancestral agrícola de la sociedad de esa época: “Las primeras descripciones etnográficas de esta
sociedad enfatizaron el carácter sedentario y agrícola del Mapuche, que cultivaba maíz, papas,
quinoa, ají y otros productos, a los que designaba con nombres vernáculos (Cooper 1946, 700). Es
probable que las descripciones de cronistas hispanos, que se interesaban fundamentalmente en las
actividades agrícolas de los pueblos conquistados, hayan sobreevaluado intencionalmente esta
actividad que aseguraba el establecimiento de los asentamientos coloniales, dándole más
importancia que la que tenía (Mariño de Lobera (s. XVI) 1960, 136, Vivar (1558) 1979, 197-8,
Valdivia (1545-1552) 1861, 55). En general, los europeos de la época de contacto no
comprendieron la importancia de la recolección o la caza como actividades económicas por parte
de estos pueblos. Así, cuando se referían a grupos recolectores, los calificaban de “holgazanes” o
“perezosos”, epítetos con que frecuentemente aluden a los indígenas del centro-sur de Chile (vid.
Vivar (1558) 1979, 165 y Ascasubi en Gay (1789) 1844, 333 y 380). Estudios posteriores han
establecido que la base de sustentación tradicional Mapuche fue una economía hortícola y
recolectora (Guevara 1908, Dillehay 1976). Para ellos, utilizaron el recurso de quemar y talar
sectores del bosque, estableciendo sus asentamientos con huertos familiares; agotado el suelo,
cambiaban de lugar, siguiendo un circuito dentro de un cierto territorio (Quiroga (1656) 1979, 22).”
En un territorio lleno de bosques, de lo que era nuestra tierra originalmente, el humano cumplía
un rol fundamental de guardián de los bosques y sus ritmos propios, donde la palabra
sustentabilidad estaba tallada en cada acto de interacción entre la naturaleza y los humanos.
Nuestro rol es actuar como administradores de la tierra, procurando en todo momento que lo que
aprovechemos hoy día sea también correspondido por las futuras generaciones. Plantamos
Araucarias y Palmas para que se alimenten los nietos de nuestros nietos, y sembramos Ulmos y
Raulí para que los nietos de nuestros nietos se cobijen en tales construcciones. Cuidamos
nuestros ecosistemas, y si éstos están deteriorados, los reparamos. Son nuestros básicos deberes
como administradores de la tierra, cuidar y reparar. Árbol que plantemos lo regamos hasta verlo
despegar por sí sólo, luego nos sentaremos bajo su sombra a contar “epews” a los más jóvenes.
Este retrato de lo que fue nuestro territorio, y como lo visionamos en su restauración, está sin
duda acompañado de muchas aristas que enriquecen el desarrollo de nuestro medioambiente,
sociedad y economía. Estamos afrontando momentos cruciales de cambios drásticos en el clima,
que hacen incierto algunos aspectos de la agricultura, como las sequías que se avecinan. Pero
estos fenómenos despiertan en nosotros las ganas de fortalecer prácticas resilientes para mejorar
nuestros sistemas productivos y transformarlos en “eco-sistemas” productivos, que no tan sólo
nos provean de materias primas, sino que también resistan los cambios climáticos que están
ocurriendo y puedan generar importantes servicios ambientales como la protección y restauración
de los suelos y su fertilidad, regulación del ciclo del agua y mayor retención de la humedad en
nuestras tierras, y nichos para la vida silvestre que nos ha acompañado desde siempre. Con el sólo
hecho de incorporar árboles y plantas perennes en nuestros cultivos, podemos incrementar la
fertilidad de nuestros suelos y proteger los tan sagrados menokos para algún día ver de nuevo
agua correr por sus pantanos.
Reforestación con bosque nativo es resguardar la tierra y sus recursos, recordar que existen zonas
en que el “Gnen Mawida” y “Gnen Co” tienen su espacio para proliferar y darnos vida. Hay
muchos sectores en el Budi que por su geografía hacen difícil el trabajo agrícola o bien se están
degradando por la erosión. Aquí es donde podemos hacer restauración ecológica para expandir el
área del bosque nativo y conservarlo para brindarnos la calidad de vida que merecemos, buen
agua, buen aire y buenos alimentos. Los espacios primordiales de protección son aquellos que
forman un ecotono junto al agua; menokos, quebradas y orillas del lago. Aquí es donde debemos
plantar nuestros robles, coigües y canelos, entre muchos otros que componen el bosque.
Recordemos que el bosque no son tan sólo árboles, es una gran comunidad de seres vivientes que
conviven en armonía.
Si bien son muchos los beneficios ambientales y culturales que trae consigo restaurar el bosque
nativo, es menester seguir haciendo producir nuestras tierras que nos han alimentado por siglos.
Y es así como surge la agroforestería siendo una poderosa solución a la crisis medioambiental que
estamos viviendo en estos días, ofreciendo importantes servicios ecosistémicos – como ya antes
he mencionado con el incremento de fertilidad en los suelos y la retención del agua en nuestras
tierras – pero que también ofrece un componente productivo, proveniente de árboles y otras
plantas perennes – frutos, madera, medicina, leña, tintas, forraje, entre muchas otras – y que en
esta época de grandes cambios en el clima, el desarrollo de ecosistemas productivos, otorgan
seguridad alimentaria dentro de muchas otras necesidades que pueden llegar a ser satisfechas.
La agroforestería apunta en muchas directrices para fortalecer una economía sustentable basada
en el aprovechamiento de recursos naturales. Es aplicable a todos los climas del mundo, a todas
las geografías y a distintas culturas. No importa el tamaño del lugar, ni en qué condiciones esté, es
básicamente hacer agricultura basada en los árboles, y qué mejor que sumar árboles a lugares
donde no los hay.
La agroforestería que más se ajusta a las necesidades de las familias del Budi integra tanto
productividad como servicios medioambientales. En cuanto a la productividad del ecosistema,
aparecen los elementos para el fortalecimiento de la economía familiar – a través de frutas, frutos
secos, bayas nativas (como maqui y murta), leña, madera, forraje, etc. – aprovechables tanto en el
corto, mediano y largo plazo, a medida que se va desarrollando el ecosistema productivo. Este
enriquecimiento ecológico y productivo comprende la incorporación de especies nativas que por
ejemplo mejoren la calidad del suelo, sombreen las praderas para que sean menos afectadas por
la sequía, y puedan incluso ser aprovechadas en un futuro como madera de excelente calidad para
conservarse en una construcción duradera. Sin embargo, existen también un sinfín de especies
exóticas que contribuyen al fortalecimiento económico y ambiental de cada familia del Budi al ser
utilizadas bajo un manejo agroforestal, que ya lo vienen siendo los populares frutales de manzana,
ciruelas y castañas, pero también añadiendo nuevas especies como el famoso arbolito Tagasaste
que produce un forraje de tan alta calidad como la alfalfa y que además tolera sin problemas la
sequía que azota las praderas en verano. Muchas especies no nativas, vienen a cumplir un rol
importante dentro del fortalecimiento ambiental, económico y social, al ofrecer importantes
servicios y utilidades a la familia y agricultor, pero también brindando riqueza a la diversidad del
lugar y procurando siempre que sean especies que no generen un impacto negativo en el
ecosistema natural. La fusión de estos componentes agroforestales son los que deparan una
comunidad y ecosistema resiliente frente a los momentos de crisis, para que la tierra se conserve
productiva a la vez que se reparan los daños ocasionados por un manejo ecológicamente
irresponsable.
Una vez que sean plantados los árboles y las especies complementarias, no quedará más que
iniciar un proceso de aprovechamiento de cada elemento productivo. Familiares estamos ya a los
frutos del maqui y el lahuen, pero cada vez comenzarán a cumplir un rol protagónico los tantos
frutales, árboles para leña, materiales para cosmética, nuevos forrajes para los animales y así
tantas otras plantas que brindarán mayor bienestar a las familias.
Es un proceso que lo iniciamos hoy día nosotros mismos, con los recursos que tenemos a mano,
pero que lo disfrutarán en creces y lo seguirán reproduciendo nuestros hijos, y así los hijos de
nuestros hijos.
ÍNDICE
Primera parte: Agroforestería
1: Definición
2: Historia
3: Sistemas agroforestales
4: Bosque comestible
Segunda parte: Productos
aprovechables
1: Plantando en sucesión
2: Producción de fruta
3: Producción de leña
4: Producción de madera
5: Otros productos
Tercera parte: Funciones
1: Cortavientos
2: Fertilidad
Cuarta parte: Detención de la
erosión
1: Plantando en la curva de nivel
2: Creando una zanja de infiltración
3: Protección de Menokos
4: Protección lacustre
Quinta parta: Especies útiles
1: Árboles
2: Arbustos
3: Herbáceas
Sexta parte: Cuidado y
reproducción
1: Protección
2: Riego
3: Viverismo
Primera parte: Agroforestería
1. Definición
La agroforestería es básicamente la integración de árboles en nuestras prácticas agrícolas. Estos
árboles pueden ser para la producción de alimento, madera, leña u otros usos. Siempre
considerando que la incorporación de árboles y otras plantas, trae beneficios importantes para la
mejora de los suelos y el equilibrio del ciclo del agua.
El Centro Mundial de Agroforestería la define como “un sistema dinámico y ecológico destinado al
manejo de los recursos naturales, que a través de la integración de árboles en los cultivos y en el
paisaje agrícola, diversifica y sostiene la producción para incrementar los beneficios sociales,
económicos y medioambientales hacia agricultores y productores.”
La agroforestería es mucho más
que la introducción al azar de
árboles en los cultivos, es
“intencional, intensiva, integrada
e interactiva.”
Martin Crawford del Centro de
Investigación de Agroforestería en
Inglaterra la define como “el
cultivo de árboles y cultivos
agrícolas en un mismo terreno. Se
lleva a cabo a través de un
cuidadoso diseño para generar
productos provenientes tanto de
árboles como de otras especies, que al mismo tiempo protegen, conservan, diversifican y
sostienen recursos vitales – tanto económicos, medioambientales, humanos y naturales –. La
agroforestería contrasta con la agricultura y forestería tradicional ya que su foco son las
interacciones de los componentes de un sistema en vez de enfocarse en los componentes
individuales como tales.”
2. Historia
La palabra Agroforestería surge alrededor de 1970 como un concepto que busca unificar la
agricultura con el mundo forestal. Este concepto rescata las prácticas ancestrales de la relación
del humano con los bosques.
En Chile como en muchos lugares del mundo, la mayor parte del paisaje estaba cubierto por
extensos y densos bosques, muchos de los cuales comenzaban en la cordillera y terminaban hasta
tocar el mar, o viceversa. Este abundante bosque, Gnen Mawida, proveía de todo lo necesario
para la vida del humano – alimento, materiales de construcción, fibras, medicina, recreación, etc.
– y así fue conservado dándosele un intenso y diario uso, pero que consciente y respetuosamente
aseguraron su bienestar.
Uno de los manejos ancestrales más comunes del mundo que se le daba al bosque, era la roza y
quema. Consistía en encontrar un lugar apto para el asentamiento humano dentro del bosque, se
extraían las maderas necesarias para la construcción y se le prendía fuego de manera controlada
hasta que el espacio quedara lo suficientemente despejado para levantar la ruka y hacer las
huertas. Este manejo permitía que entrara más luz a través del aclareo de algunos árboles, se
reducía el potencial de enfermedades debido a la quema, facilitaba la caza al no haber tanto
matorral, se producían más flores al haber mayor luz por ende más cantidad de frutos, y se
desarrollaba un asentamiento en torno al bosque.
Una vez que el suelo se agotaba por el uso intenso de las huertas al paso de unos 5 años, las
familias buscaban un nuevo lugar y realizaban el mismo método de establecimiento. En
oportunidades, las familias volvían a coincidir con un lugar que había sido intervenido con roza y
quema ya varios años atrás, pero se encontraban con un lugar totalmente regenerado gracias a la
salud del bosque circundante. De esta forma volvían hacer el mismo procedimiento y obtener los
beneficios de la tierra.
Este manejo de roza y quema es algo que ya no se practica en la actualidad, inviable debido al
contexto contemporáneo, por las condiciones en que se encuentran los bosques donde es
prioritario la conservación más estricta y por el desmesurado aumento demográfico de cada
región. Y es así como la agricultura regenerativa es la mejor opción para realizar agroforestería en
nuestros campos.
Ya como prácticas agrícolas más sofisticadas surgieron los huertos caseros en muchas regiones
tropicales del mundo, que datan desde hace unos 13 mil años. Estos huertos caseros, que hoy día
se denominan bosques comestibles, eran creados y mantenidos por cada familia donde cultivaban
de manera intensiva una gran diversidad de plantas, con diversos usos y tamaños – incorporando
árboles, arbustos, hierbas y trepadoras -, para satisfacer las necesidades del hogar.
Estos huertos caseros son muy
similares a los jardines que tienen
algunas familias en el Budi, donde se
tienen frutales en conjunto con
lahuen, y otras plantas de huerta.
Por otro lado, en el clima
mediterráneo de España y Portugal,
ya tienen más de 4 mil años los
sistemas agroforestales llamados
Dehesa, donde en los espaciados
bosques de encina y alcornoque –
árboles que producen bellotas
comestibles y el famoso corcho – se
integran animales para pastorear
bajo las copas de los árboles.
Además, se han desarrollado sistemas agroforestales multiestrata – quiere decir con plantas de
diversas alturas – para la producción intensiva de alimento y otros productos con fines de auto-
sustento o comerciales. Es el caso de un oasis en Marruecos donde bajo las palmas datileras se
produce una gran cantidad de alimento y medicina – plátanos, granados e higueras, para
mencionar algunas. Este oasis tiene 2000 años desde que se estableció y 800 personan lo
administran y viven de él.
Mientras tanto en América Latina, en sus climas más tropicales, se han llegado a desarrollar los
cafetales tradicionales donde crecen conjuntamente diversas especies sobre y bajo las plantas de
café. Todas estas plantas se organizan para maximizar la cooperación, generar eco-servicios que
se producen en los bosques naturales, y aumentar y por sobre todo diversificar la producción.
La agroforestería en Chile se lleva planteando hace pocos años, a pesar de que existen manejos
ancestrales y otras experiencias, pero la verdad es que esta técnica tiene una estrecha relación
con la regeneración de los suelos y el recurso hídrico, la detención de la erosión y la restauración
ecológica a una escala territorial. La historia la seguimos escribiendo junto con la regeneración de
la ñuke mapu.
3. Sistemas Agroforestales
Existen diversos sistemas agroforestales, que varían desde su complejidad – en cuanto al diseño y
número de especies – como también según las necesidades de cada campesino/agricultor.
Integración de árboles en los cultivos
Uno de los sistemas agroforestales más simples es la integración de árboles en los cultivos ya
establecidos – por ejemplo, colocar hileras de robles donde se siembra trigo. El árbol tiene un
importante rol para mejorar las condiciones del suelo incorporando materia orgánica, mejorando
la retención del agua a través su sombra y bombeo de las raíces, e incrementando la biodiversidad
al actuar como nicho biológico. Pero también es importante considerar al árbol como un
componente que diversifica e incrementa la producción del cultivo, ya sea produciendo algún
fruto, cortándose en períodos para la producción de leña o cosechando su madera al alcanzar su
madurez. Uno de los diseños más utilizados es el cultivo en callejones.
El cultivo en callejones es un sistema donde se establecen hileras de árboles que distanciadas
generan callejones para el aprovechamiento del cultivo de especies anuales y/o perennes, de esta
forma se puede generar un ingreso anual a medida que los árboles maduran. Estos callejones
pueden ser labrados para el cultivo de diversas hortalizas, cereales, etc., o destinados para
forraje/ensilaje.
El uso de cereales de inviernos hace
un buen aprovechamiento de la luz
durante el estado de latencia de los
árboles caducifolios, lo cual sería la
mejor opción donde los callejones
son más estrechos entre árboles
grandes. Las camas altas no son
convenientes ya que al no ser
labradas permiten el desarrollo de
raíces pequeñas, generando
competencia con el cultivo.
Los árboles pueden ser plantados para producir madera, combustible, fertilidad, frutas o nueces
(nogales, castaños, avellanos, etc.). Dependiendo de la zona geográfica de Chile se elegirán las
especies más aptas y de mejor producción.
Diseño y establecimiento:
Se deja un espacio de mínimo 10-14 m de distancia entre las hileras de árboles para no generar
tanta sombra ni interferir con el trabajo de maquinaria o tracción animal.
Los árboles se plantan de norte a sur en los terrenos planos, o en curvas de nivel o keyline en los
terrenos con pendiente.
Se puede ocupar una o 2 líneas de árboles, o incluso una tercera línea para entrenar el crecimiento
recto de árboles con madera de excelente calidad entre medio. Los árboles de la tercena línea son
por lo general pioneros que posteriormente se ralean.
También se pueden utilizar arbustos y otras plantas en los lados de los árboles para generar
protección o para otros usos.
Los árboles en la hilera se pueden plantar a la distancia definitiva según su madurez, o se pueden
plantar más cerca para realizar un raleo posteriormente y elegir los mejores ejemplares.
Las producciones de los cultivos en el callejón no disminuyen por la sombra, sólo hasta el punto en
que la altura de los árboles alcanza el mismo tamaño que el ancho del callejón (en este punto el
sistema puede ser transformado a silvopastoreo).
La competencia por agua entre los árboles y el cultivo va a depender de las condiciones climáticas
y la disponibilidad de riego. Para lugares que son afectador por la sequía se recomienda el uso de
árboles resistentes a la sequía.
Beneficios:
- Se generan productos provenientes árboles más la producción del cultivo, sin la reducción
de éstos últimos por muchos años.
- La calidad y producción del cultivo se mejora por el microclima que se genera.
- Se mejora el uso y el ciclado de los nutrientes en el suelo.
- Se crean corredores biológicos y nichos para la vida silvestre.
- Se captura carbono en la biomasa leñosa de las especies perennes.
- La estética del paisaje se mejora.
Silvopastoreo
El silvopastoreo es quizás el sistema agroforestal más potente para mejorar las condiciones
actuales del uso de la tierra, considerando que el 70% de todos los suelos de uso agrícola en el
mundo es pasto para animales. Por lo tanto, podemos provocar grandes y benéficos cambios
incorporando árboles en nuestras praderas, tanto para mejorar las condiciones de nuestros
animales como también obtener un producto de los mismos árboles.
Es un agro-ecosistema que integra árboles en un sistema de pastoreo - pradera para forraje o
ensilaje. Se diseña para que los árboles sean un componente de alto valor (madera, nueces,
combustible, frutales, etc.) o productores de fertilidad (fijadores de nitrógeno).
Diseño y establecimiento:
El manejo de los animales es crucial para evitar el daño al establecimiento de los árboles. Se
puede realizar con exclusión completa o temporal de los animales, manejarlos con cercos
eléctricos para rotaciones, o invertir en protección individual para cada árbol – lo cual sería lo más
costoso.
Los árboles se pueden plantar con una distribución espaciada (por ejemplo, en marcos o
tresbolillos), en hileras con callejones de forraje (entre 10-30 metros de ancho) o en grupos. Para
todos estos métodos es necesario el uso de mulches o coberturas para que las malezas no generen
competencia.
Distribución espaciada: Los árboles necesitarán protección individual del ganado, a menos que el
pasto se corte para enfardado o ensilaje durante los primeros años, hasta que los árboles estén
suficientemente grandes. Los árboles también necesitan mulches individuales.
Investigaciones sugieren que el uso de árboles caducifolios no tiene un efecto adverso en la
producción de forraje y ganado por al menos 10 años. Sin embargo, la producción de forraje
disminuye considerablemente una vez que los árboles superan un 35% de cobertura con sus
copas.
Plantación en hileras: Los árboles se pueden plantar bien cerca dentro de la hilera, y luego ralear
para aprovecharlos como madera, combustible o cultivo de hongos. Nuevamente es importante
suprimir las malezas con mulches naturales o sintéticos (ejemplo, membrana geotextil).
La protección contra los animales puede ser utilizando alambrados o cercos eléctricos lineales.
Se pueden utilizar 2 líneas de árboles, o incluso una tercera línea donde en medio queden los
árboles con madera de gran valor para estimular su crecimiento recto, y que luego sean raleados.
Las hileras se plantan de norte a sur para los terrenos planos, en curvas de nivel o en diseño
keyline para los terrenos con pendiente.
Plantación en grupos: Tiene las mismas ventajas que la plantación en hileras. Los efectos de la
sombra se pueden localizar mejor sobre el cultivo de forraje. Tiene grandes beneficios en lugares
donde se está muy expuesto al viento, ya que los árboles dentro del grupo están más protegidos.
Beneficios:
- Los árboles generan sombra y protección contra el viento, lo cual reduce el estrés del calor
y el frío sobre el ganado. Aumenta la productividad y se disminuye la mortandad.
- La rentabilidad del sistema forrajero continúa mientras se desarrolla un sistema
sustentable que provee servicios ecosistémicos.
- Se puede diseñar para que exista poca o ninguna reducción en la producción de forraje
mientras crecen nuevos productos.
- La combinación de árboles y forraje en un sistema silvopastoril puede exceder la
productividad sustancialmente de las praderas o bosques de manera individual.
Sistemas agroforestales multiestrata
Este ecosistema productivo es sin duda el más
diverso, intenso, eficiente y con más beneficios
socio-ambientales que existe. Sus orígenes están
en los huertos y jardines caseros, pero a través del
diseño y conocimiento de especies se han logrado
crear impresionantes bosques comestibles para
satisfacer importantes necesidades humanas a la
vez de generar eco-servicios para el medio que
habitamos.
Estos ecosistemas implican el uso de diversas capas
verticales de plantas – árboles, arbustos, hierbas y
trepadoras – y pueden conjugarse de manera
simple con pocas especies, o diseñarse
instalaciones biológicas tremendamente diversas y
sustentables con más de 100 especies.
4. Bosque Comestible
El bosque comestible es un agro-
ecosistema que emula la estructura,
composición y función de un bosque
natural, que cuidadosamente
diseñado ofrece una amplia
diversidad de productos, servicios
ecosistémicos y utilidades indirectas,
como fertilidad y control biológico.
Su estructura única comprende
diversas capas verticales; árboles
grandes y pequeños, arbustos,
herbáceas y plantas muscineales,
trepadoras y raíces aprovechables.
Todas estas capas están basadas en
una amplia gama de especies perennes, donde a través del diseño se maximiza la cooperación y
minimiza la competencia.
Es un ecosistema que beneficia tanto al humano como a la naturaleza, ofrece un paisaje de gran
belleza y ayuda a conservar los ecosistemas saludablemente.
La ilustración siguiente es un ejemplo de una comunidad de plantas (gremio) que se podría tener
en un bosque comestible, representando tan sólo en un sector del ecosistema productivo, ya que
en un bosque comestible se pueden incluir diversas combinaciones en diversos sectores del área
total.
a) manzano, b) maqui, c) romero, d) murta, e) matico, f) alcachofa, g) hinojo, h) consuelda,
i) vinagrillo, j) trébol blanco.
Segunda Parte: Productos aprovechables
1. Plantando en sucesión
El concepto de sucesión del bosque explica el proceso que experimenta un lugar donde interactúa
una comunidad de plantas y seres vivos, desde la roca desnuda hasta un bosque maduro. Este
concepto es fácil entenderlo a través del siguiente dibujo, sin embargo, no es un proceso lineal,
sino más bien un equilibrio dinámico de un mosaico cambiante.
Con equilibrio dinámico quiero decir que en un bosque podemos encontrar las distintas etapas de
la sucesión ocurriendo al mismo tiempo; existen claros, matorrales, bosque renoval, bosque
maduro, epifitas creciendo en árboles y hasta lugares que han sido cubiertos por derrumbes o
erupciones volcánicas.
Saber esto nos sirve para poder plantar distintas especies e ir aprovechándolas a distintos
tiempos. Por ejemplo, podemos plantar simultáneamente castaños, murtas, maqui, y otras
hierbas. Las primeras plantas que comenzaremos a aprovechar serán las hierbas que tardan poco
tiempo en establecerse. Luego comenzarán a madurar los maquis y murtas, para luego dar paso a
la abundante producción de los castaños.
En esta ilustración, hay 5
castaños plantados a 5 metros
de distancia en los primeros
años, con murtas y maquis entre
medio, más una cobertura de
trébol blanco y otras hierbas.
Luego de que pasan los años, los
castaños van creciendo y
necesitando más espacio. Aquí
se realiza el primer raleo,
quedando sólo 3 castaños a una
distancia de 10 metros. Los
castaños raleados pueden ser
aprovechados como leña o
madera. Aún se sigue
aprovechando la producción de
los arbustos y herbáceas.
Una vez que los castaños
alcanzan su madurez, sobre los
30 años, ya ha sido raleado el
último árbol, quedando tan sólo
2 castaños a 20 metros de
distancia en su ubicación
definitiva. La productividad de
arbustos y herbáceas ha
disminuido notablemente,
siendo la producción principal la
de castañas.
A través de este mismo proceso, se puede trabajar en las laderas al plantar en curvas de nivel con
el fin de frenar la erosión, lo cual explicaré en el próximo capítulo.
2. Producción de fruta
Uno de los pilares de la agroforestería es la producción de alimento, ya sea desde un cultivo anual
o de las propias especies perennes – árboles, arbustos y herbáceas. La producción de fruta puede
ser aprovechada mediante los árboles y arbustos.
A fruta me refiero a todo producto comestible que surge a partir de las flores de una planta. En el
caso de los sistemas agroforestales serían castañas, nueces, manzanas, maqui, murta, grosellas,
avellanas, ciruelas, etc. Todos estos frutos tienen en común que provienen de una planta que, una
vez plantada, produce por varios años, y en algunos casos hasta por siglos. A este beneficio, de
obtener una producción longeva gracias a las plantas perennes, se le conoce como eficiencia; la
energía que se invierte es menor a la energía que se produce.
Además, cada fruto tiene sus propiedades alimenticias particulares. Las nueces y avellanas son
muy ricas en proteínas comparadas con las carnes y legumbres, mientras que las castañas y
piñones contienen un alto porcentaje de carbohidratos como lo encontramos en las papas y el
trigo.
Todos los frutales se pueden integrar en diversos
sistemas agroforestales, según el diseño o modelo
que se implemente. Por ejemplo, se pueden incluir
frutales como un sistema silvopastoril, donde ovejas
pasten bajo manzanos.
También es posible sacar provecho de distintas frutas
a lo largo del tiempo, según el tiempo que toma cada
especie en producir y el tamaño que alcance, como
es el caso de los castaños con murtas y maquis.
Una de las formas más eficientes y armónicas de
producir frutos, es en un bosque comestible, donde
no tan sólo se generan frutas, sino que también se
integran otros productos, junto con plantas que
benefician la salud del ecosistema productivo.
La siguiente ilustración muestra uno de los diseños de un sector que se está implementando en
Huelemu – un centro de agroforestería de Linares, VII región – donde se fusiona el cultivo en
callejones con un sistema multiestrata, integrando producción de fruta junto con hierbas
medicinales, hojas comestibles y producción de fertilidad in situ.
a) aliso italiano, b) manzano, c) peral, d) culén, e) morera, f) maqui, g) parra, h) consuelda,
i) ortiga, j) trébol blanco
3. Producción de leña
La producción de leña es un componente importantísimo para la vida de cada familia en el Lof.
Por ahora existe aún mucho pino y eucalipto que se está cosechando para satisfacer las
necesidades de leña. Pero, ¿han pensado qué tipo de leña se ocupará en el momento que se
acaben estos árboles? Muchos ya han comenzado a reemplazar estas especies exóticas por
árboles nativos, los cuales eventualmente tendrán el potencial de aprovecharse como leña, pero
no es lo ideal, si se compara la tasa de crecimiento del nativo con la duración de su leña. Frente a
esta situación, es importante destinar siempre especies productoras de leña para satisfacer está
importante y básica necesidad.
Las características más importantes de nuestras especies productoras de leña deben ser: rapidez
de crecimiento, capacidad de rebrote y poder calorífico, en orden de importancia.
Una de las pocas especies con todas estas características es el eucalipto, que con un buen manejo,
puede traer grandes beneficios a la economía familiar en cuanto al aprovechamiento de la leña.
Todo va en saber dónde y cuánto plantar, evitando siempre el monocultivo de especies.
Sin embargo, mi especie favorita para leña es el “Acacio” (Robinia pseudoacacia), un árbol que
cumple con todas las características antes descritas, pero que además posee impresionantes
funciones – fijador de nitrógeno, melífero y madera duradera. Mientras más multipropósito las
especies, mejor.
Las especies se pueden plantar a lo largo de un cerco, agrupadas en algún sector o incluso dentro
de un cultivo para hacer un uso más eficiente y productivo del área.
En la siguiente ilustración se muestra un árbol para leña, que además fije nitrógeno – acacio, pilu,
aromo, aliso – integrado en la producción anual de papas. El árbol aporta con nitrógeno
permanente al cultivo a través de sus raíces y la caída de sus hojas, el cual es cortado para leña
cuando se tiene el grosor deseado, y luego éste vuelve a rebrotar hasta la próxima cosecha.
Otro factor de vital importancia en esta época, es el tipo de tecnología que se utiliza para
combustionar la leña. Una de las tecnologías domesticas más eficientes es la estufa “Rocket”, que
se puede adaptar para cumplir la función de cocina, horno u otros modelos de combustión.
Su magia está en su diseño, el cual permite que se haga un aprovechamiento del 100% de la leña,
lográndose una combustión completa – quiere decir que no emite humo, sino que éste se quema.
Al quemarse también el humo, se está aprovechando todo el poder calorífico de la leña y no se
está contaminando con monóxido de carbono el aire. Otro beneficio también, es que el tipo de
leña que se emplea, son ramas que no deben superar los 10 cm de diámetro, lo cual significa que
se pueden utilizar podas de árboles, o éstos pueden ser cosechados en su juventud, sin tener que
talar grandes ejemplares. A esto se le debe sumar el aprovechamiento del calor, procurando tener
una buena aislación en la casa y reteniendo el calor que produce la rocket durante el mayor
tiempo posible al interior del hogar, a través de lo que se conoce como baterías térmicas.
En Huelemu basamos nuestra combustión en esta eficiente tecnología. Una solución simple y
barata para el uso sustentable del recurso leña.
4. Producción de madera
Este elemento es más bien una inversión a largo plazo, ya que las maderas de buena calidad se
cosechan entre los 20 y 30 años en los casos de especies de rápido crecimiento. Si bien es una
inversión, nuevamente se pueden incluir especies maderables dentro de los cultivos anuales,
plantando hileras de árboles distanciadas entre 10 a 30 metros en un diseño de callejones,
dejando los espacios necesarios para el laboreo agrícola. De este modo se logra aprovechar en el
mismo terreno la producción anual y la producción de madera en un futuro, sin generar un vacío
en la espera del producto a largo plazo.
Los árboles maderables también se
pueden plantar agrupados en un
sector, llamado bosque estructural,
donde al crecer juntos se fomenta un
crecimiento recto debido a la
competencia por la luz. Los árboles
se pueden plantar con un diseño de
tresbolillos, a 1,5 metros de distancia
para realizar un primer raleo para la
obtención de varas, dejando los
árboles más derechos a 3 metros de
distancia para la cosecha definitiva
de madera.
Las maderas más aptas y de mejor
calidad para el lago Budi son: roble,
raulí y coigüe, entre algunas otras
especies nativas (laurel, canelo,
lingue y avellano). Sin embargo,
existen otras maderas no nativas
como el castaño, el cerezo, el nogal y
la sequoia, que son de rápido
crecimiento y ofrecen una madera
aprovechable de alta calidad.
Es esencial lograr árboles que crezcan
recto, con un tronco de idealmente 6 metros de alto y libre de nudos, que una vez cosechado se
pueda encastillar para un correcto secado, para luego poder obtener piezas acerradas de
excelente calidad.
5. Otros productos
En definitiva, son una gran diversidad de productos los que se pueden integrar y aprovechar en un
sistema agroforestal o bosque comestible. La amplia gama varía según la especie y el estrato al
cual corresponda. Aquí lo importante es conocer las múltiples características, usos y funciones de
cada especie, para conseguir el mejor aprovechamiento.
Tercera parte: Funciones
1. Cortavientos
La protección del viento es un elemento fundamental en los climas templados, costeros y
cordilleranos. La protección es importante tanto en invierno como en verano, y en definitiva en
cada estación del año. Hay que darle prioridad a protegernos de los vientos predominantes y más
fuertes, pero tener protección desde todas las direcciones trae grandes beneficios.
El viento de invierno es famoso por provocar daños a construcciones, cultivos e incluso a los
mismos árboles. Durante la primavera, el viento es capaz de botar las flores de los frutales,
causando disminución en la producción. Pero también existen fuertes ráfagas en la estación
cálida, que pueden provocar daños a cultivos, pero principalmente, tienen un efecto en el robo del
calor.
Esto del robo del calor lo explicaré con un claro ejemplo que me ha tocado vivir en Chiloé: Siendo
incluso pleno verano, en un día con un hermoso sol radiante, al momento que comienza a soplar el
viento, el calor del sol que se acumulaba en mi cuerpo empieza a perderse, comenzando así a sentir
frío incluso a pleno sol. Esta sensación de pérdida de calor en el cuerpo, también ocurre en las
plantas y los animales, pero para fines agrícolas significa menor producción de fruta, verduras y
carne.
Con un cortaviento bien diseñado, podemos obtener protección en todas las estaciones,
protegiéndonos de los fuertes vientos de invierno y evitando el robo del calor en verano.
Los cortavientos pueden hacer aumentar
la productividad entre un 10% a un 30%
dependiendo del cultivo y el animal.
Reducen la deshidratación de las plantas,
conservándose así mayor humedad en el
ecosistema. También se evita la erosión
de los suelos, y tienen un efecto en la
eficacia de la fotosíntesis de las plantas,
lo cual permite un crecimiento más
rápido.
El tamaño del cortaviento va a depender
del espacio que se quiere proteger. La
medida de la altura del cortaviento
protege 8 veces la medida en cuanto a
distancia. Quiere decir qué, si tenemos
un cortaviento de maqui, que crece de 4
a 5 metros de altura, va a estar
protegiendo una longitud horizontal de
32 a 40 metros de distancia.
La distancia para plantar los árboles o arbustos dentro del cortaviento va a depender también de
su tamaño. Para arbustos o árboles pequeños – maqui, murta, membrillos, etc. – conviene
plantarlos a 50 cm de distancia para obtener una buena protección. Al plantar árboles grandes –
coigüe, roble, raulí, etc. – la distancia inicial debe ser de 1 metro, pudiéndose hacer un raleo a
futuro para dejarlos a una distancia de 2 metros.
Para los cortavientos con arbustos o árboles pequeños, basta con una sola línea de plantas. Sin
embargo, para los árboles grandes, conviene crear más de una línea, ya que luego los troncos
quedan descubiertos de ramas y dejan pasar el viento. Se pueden plantar en tresbolillos si son
sólo árboles, o crear varias hileras con especies de distintos tamaños.
2. Fertilidad
La fertilidad de un sistema agroforestal puede ser proporcionada de diversas maneras,
considerando siempre que sea de una fuente orgánica. Una de las maneras más comunes y
eficaces, es aplicar abono – guano, compost, humus, algas, bio-preparados, etc. – a las especies
productoras o al cultivo, lo cual implica el transporte de materiales de un lugar a otro. Sin
embargo, existe lo que se llama producción de fertilidad in situ o fertilidad sustentable, utilizando
plantas fijadoras de nitrógeno y plantas acumuladoras dinámicas.
Fijadores de nitrógeno
Las especies fijadoras de nitrógeno proveen de este importante nutriente a la vida del suelo y a las
plantas a través de un proceso biológico, que permite que el nitrógeno que se encuentra
abundantemente en el aire se fije en el suelo. No olvidemos que el aire que respiramos es 75%
nitrógeno, por lo tanto, incorporar especies que fijen este nutriente en nuestros campos nos
ahorrará trabajo y dinero, a la vez que los suelos se enriquecerán.
Técnicamente, el proceso de fijación
de nitrógeno ocurre a través de una
bacteria que vive en las raíces de las
plantas que tienen la habilidad de
hospedar a tales micro-organismos.
Mientras las bacterias toman el
nitrógeno del aire y se lo entregan a
la planta, la planta provee de
azúcares para la sobrevivencia de
estas bacterias. Esta relación de
trueke es llamada simbiosis.
Las especies que desarrollan
simbiosis con bacterias fijadoras de
nitrógeno, resaltan por ser de la
familia de las legumbres – porotos,
habas, arvejas, lupino, etc. Estas
especies pueden ser utilizadas como abonos verdes. Sin embargo, existen un montón de especies
fijadoras de nitrógeno de diversas familias y estratos (árboles, arbustos, herbáceas y trepadoras)
que son de uso común para los sistemas agroforestales.
Tabla de especies fijadoras de nitrógeno para sistemas agroforestales
Árboles Arbustos Herbáceas Trepadoras
Pilu Sophora cassioides
Culén Psoralea glandulosa
Lupino perenne Lupinus perennis
Flor de la pluma Wisteria sinensis
Mañio de hojas largas Podocarpus saligna
Olivo de otoño Elaeagnus umbellata
Poroto pallar Phaseolus coccineus
Mañio hembra Saxegothaea conspicua
Aliso verde Alnus viridis
Nalca Gunnera tinctoria
Pewen Araucaria araucana
Chocho Lupinus arboreus
Alfalfa Medicago sativa
Acacio Robinia pseudoacacia
Retamo Spartium junceum
Lotera Lotus pedunculatus
Aliso italiano Alnus cordata
Trébol blanco Trifolium repens
Tagasaste Chamaecytisus palmensis
Aromo negro Acacia melanoxylon
Aromo blanco Acacia dealbata
Aliso Alnus glutinosa
El nitrógeno que acumulan estas plantas, tanto en sus hojas como en sus raíces, se hace disponible
a las otras plantas por medio de la descomposición de su materia orgánica. A medida que las
especies fijadoras de nitrógeno botan sus hojas, éstas se van descomponiendo y enriqueciendo el
suelo. También, cada vez que anualmente la planta renueva sus raíces, los pedazos de raíz
muertos se descomponen sumando nitrógeno al suelo. Es así, como las plantas de alta demanda
de nutrientes – frutales, cultivos anuales y hortalizas – que crecen alrededor pueden aprovechar el
nitrógeno que se ha ido acumulando en el suelo.
Un manejo interesante que se puede realizar para mejorar drásticamente la fertilidad del suelo, es
saturar un área utilizando especies fijadoras de nitrógeno – idealmente haciendo una mezcla de
árboles, arbustos y herbáceas – e ir aprovechándolas en sus distintas etapas. Así, un lugar muy
degradado, puede recuperar su fertilidad en unos pocos años y comenzar a ser nuevamente
productivo gracias al aporte de especies de apoyo, para lograr implementar cualquier agro-
ecosistema.
Un ejemplo muy factible para este manejo es la mezcla de alisos, tagasastes y trébol blanco. Se
siembra densamente el trébol blanco a 2 kilos/hectárea, los tagasastes se plantan a 3 metros de
distancia y los alisos a 10 metros, idealmente en tresbolillos. Una vez que se hayan establecido
todas las capas, y los árboles estén lo suficientemente altos, se pueden incorporar animales para
que forrajeen el trébol. Posteriormente, se pueden podar los tagasastes para complementar el
forraje en verano. Al final, los alisos pueden ser cosechados como leña al paso de los 10 años.
Todos estos cortes, hacen que también se auto-poden sus raíces, lográndose fijar grandes
cantidades de nitrógeno bajo el suelo.
Utilizando especies fijadoras de nitrógeno es la manera más sustentable de fertilizar el suelo y
sostener una producción a largo plazo. Es la magia de las plantas puesta al servicio de la
agricultura regenerativa.
Acumuladores dinámicos
Los acumuladores dinámicos son otro componente que pueden ser utilizados para proveer de
fertilidad a un ecosistema productivo.
Estas plantas tienen la capacidad de extraer minerales desde muy profundo en el suelo gracias a
sus largas raíces. Minan nutrientes que se encuentras en un estado inorgánico, no asimilable, y los
acumulan en sus hojas que al descomponerse se vuelven asimilables en el suelo como materia
orgánica, y así pueden ser aprovechados por otras plantas.
Importantes acumuladores dinámicos dentro del bosque nativo son los de la familia de las
Proteáceas – avellano, radal, notro, fuinque y avellanillo. Éstas plantas tienen la capacidad de
acumular fósforo y enriquecer los suelos con este escaso nutriente.
Para fines productivos, otro importante nutriente es el potasio, que puede ser provisto por nalcas,
costilla de vaca, romaza, maqui y consuelda, entre otras.
La consuelda (Symphytum officinale) es un excelente acumulador dinámico ya que produce una
gran cantidad de biomasa rica en potasio, de rápido crecimiento y de rápida descomposición. Sólo
escoge un lugar definitivo donde plantarla ya que, al tener raíces muy profundas, de más de tres
metros, hace casi imposible eliminarla de donde esté.
Principalmente, los acumuladores dinámicos corresponden a la capa herbácea, haciendo fácil la
implementación y manejo de estas plantas ya que se pueden establecer bajo los árboles y
arbustos, creando grandes parches homogéneos si lo fuese necesario.
Por ejemplo, para una plantación de murta se necesita una consuelda por cada 2 plantas de murta
para satisfacer su demanda de potasio.
En definitiva, el uso de acumuladores dinámicos, proveerá al agro-ecosistema con muchos macro y
micro-nutrientes importantes para la salud de las plantas y una producción abundante.
Tabla de acumuladores dinámicos de uso común
Nombre Uso
Romaza Hojas comestibles
Diente de león Hojas comestibles, melífera, medicinal
Nalca Peciolos comestibles, hojas para envolver
Consuelda Medicinal, melífera
Malva Hojas comestibles, medicinal, melífera
Espárrago Brotes comestibles
Borraja Medicinal, melífera
Milenrrama Medicinal, atrae insectos benéficos
Costilla de vaca Brotes comestibles
Achicoria Hojas comestibles, medicinal, melífera
Limpia plata Medicinal
Hinojo Hojas comestibles, medicinal, atrae insectos benéficos
Frutilla Frutos y hojas comestibles, medicinal
Ortiga Hojas comestibles, medicinal
Menta Medicinal, melífera
Tusílago Medicinal, melífera
Llantén Hojas comestibles, medicinal
Siete venas Hojas comestibles, medicinal
Ruibarbo Peciolos comestibles
Vinagrillo Hojas comestibles
Espuela de galán Hojas y flores comestibles
Violeta Hojas comestibles, melífera
Toronjil Medicinal, melífera
Paico Medicinal
Otras fuentes sustentables de nutrientes
Otra de las fuentes importantes de nutrientes proviene de nuestros propios desechos. Si ciclamos
los productos que se generan a partir de nuestra alimentación, podemos complementar de
manera muy sustentable la fertilidad de cualquier agro-ecosistema.
Orina: La orina es un fertilizante muy potente y disponible de manera gratuita para cualquier
persona con esta necesidad biológica. Es rica principalmente en nitrógeno, pero además contiene
otros minerales en menor cantidad. Para la mayoría de las plantas de un sistema agroforestal, la
orina se puede aplicar directamente sin necesidad de diluir. Esto es debido a que el sistema de
raíces de las plantas perennes – árboles, arbustos y herbáceas – una vez que está establecido es lo
suficientemente fuerte para recibir una aplicación directa.
Un litro de orina contiene 10 gramos de nitrógeno, por ende, conociendo la demanda de nuestras
plantas sabremos cuánta orina aplicar. Por ejemplo, un manzano adulto tiene una demanda de
240 gramos de nitrógeno al año, por lo tanto, le aplicaremos 24 litros de orina ya sea en una sólo
oportunidad u orinándolo in situ varias veces.
Estos datos del requerimiento de nitrógeno de las plantas más demandantes – aquellas que
producen en grandes cantidades como manzanos, nogales, castaños, perales, murta, alcachofas,
etc. – lo obtenemos a partir del área que ocupa cada planta. Por cada metro cuadrado que ocupa
la planta, su demanda de nitrógeno anual corresponde a 8 gramos/metro cuadrado.
Tabla de demanda de nitrógeno según el ancho de copa
Ancho de copa (metros)
Metros cuadrados (aprox.)
Demanda de nitrógeno (gramos)
Aporte de orina (litros)
1 0,8 6,5 0,6
2 3 24 2,4
3 7 56 5,6
4 13 104 10
5 20 160 16
6 30 240 24
7 38 304 30
8 50 400 40
9 64 512 51
10 78 624 62
Para calcular el ancho de copa de una planta, basta con medir con pasos o algún instrumento para
medir, desde un extremo de su follaje al otro.
En especial, la consuelda se caracteriza por tener un hambre de nitrógeno desmesurado por lo
tanto la podremos orinar las veces que queramos. Sus hojas serán por ende ricas en nitrógeno,
incluyendo el potasio, para luego fertilizar con el corte de sus hojas a cualquier planta.
Baño seco: El baño seco es una de las tecnologías ecológicas más sorprendentes y sustentables
que se asocia al manejo de fertilidad de cualquier ecosistema productivo.
Utilizando un baño seco de manera correcta, nuestra propia caca se puede transformar en uno de
los fertilizantes más potentes: en humus. Primero, la caca se debe compostar muy bien con la
ayuda de lombrices, para luego poder cosechar humus tras un año de descomposición. Luego,
este humus se puede aplicar directamente a cualquier árbol o arbusto productivo, o a alguna
planta de la cual no vayamos a comer sus hojas para evitar cualquier tipo infección directa. En un
proyecto rural que visité en México, la cooperativa Las Cañadas, ocupan como único fertilizante en
su producción de maíz un puñado de humus de baño seco por cada planta, sin ningún riesgo de
infección, ya que es su semilla lo que se consume de la planta la cual se produce arriba, fuera del
contacto con el suelo. Mientras que en Huelemu, cosechamos humus de baño seco cada año para
aplicarlo a nuestros árboles y utilizarlo en la mezcla de sustrato en el vivero.
En cuanto a las cantidades de aplicación, aún no existen muchas investigaciones al respecto ya que
las concentraciones de nutrientes varían según la dieta de cada persona. Sin embargo, la
aplicación de humus al suelo es siempre benéfica en cualquier cantidad que sea.
Para conocer mejor acera de la construcción, implementación y uso de un baño seco, existe
mucho material escrito del cual se puede estudiar y experiencias en distintos lugares de Chile
como referentes.
Cuarta parte: Detención de la erosión
La erosión es el estado más pobre de los suelos que implica la pérdida de toda la materia orgánica
y la creación de cárcavas en el peor de los casos.
La erosión se produce en la naturaleza cuando la tierra queda desprovista de vegetación – a causa
de un incendio, derrumbe, crecida de un río, etc. – y a través del efecto del viento, el agua y los
fuertes rayos del sol, se comienza a “lavar” el suelo orgánico, perdiéndose ese color negro que
significa fertilidad
Muchas de las causas de la
erosión en estos días son
provocados por el humano a
través de prácticas y manejos
poco adecuados para ciertas
geografías y climas. Un caso
muy común es dejar el suelo
desnudo en un lugar de mucha
pendiente, donde luego al caer
la lluvia se escurre en descenso
el material que compone el
suelo. En esencia, esta pérdida
es perder unos de los
recursos/capitales más
importantes del ser humano: el
suelo.
1. Plantando en la curva de nivel
La curva de nivel es una línea imaginaria horizontal en una pendiente donde cada punto de línea
está a la misma altura sobre el nivel del mar. Usar las curvas de nivel como referencia para
establecer cultivos y plantar árboles es un método que ayuda a frenar la erosión.
Muchos de los terrenos en el lago Budi tienen pendiente, algunos más que otros, por lo tanto,
para establecer reforestaciones con árboles nativos y/o productivos, lo más conveniente es
plantar en las curvas de nivel.
Uno de los métodos más simples para identificar y marcar las curvas de nivel es utilizando una
herramienta de madera en forma de “A”, donde se marca en el centro de la vara horizontal con
una cuerda que cuelga atada a un peso, el nivel que está en cada punto de sus patas. De esta
manera se va avanzando y marcando con una estaca cada punto de la curva de nivel, donde al final
se obtiene una curva que se puede remarcar con ceniza o cal, que luego puede ser usada para
plantar o cultivar.
Un manejo muy efectivo es plantar en
sucesión, como se vio en la parte 2 de
este manual, utilizando plantas
herbáceas para generar una
protección al corto plazo y luego ir
fortaleciendo la protección con
arbustos y árboles, hasta generar un
ecosistema que con sus raíces,
vegetación y hojarasca provean de una
cobertura permanente al suelo,
reduciendo a cero la erosión e
incrementando así la retención del
agua y la fertilidad.
2. Creando una zanja de infiltración
Una zanja de infiltración es un surco que se traza en la línea de la curva de nivel. Su finalidad es
retener el agua de lluvia, impidiendo que ésta corra pendiente abajo. Como la zanja se encuentra
a nivel, el agua no corre para ningún lado, sino que se comienza a acumular hasta que la zanja
completa se llene. Una vez llena, es cuando recién el agua comienza a escurrir cuesta abajo.
De esta forma, el agua tiene mayor capacidad de infiltración en la ladera, llegando a poder
recargar las napas subterráneas. La retención por mayor tiempo del agua, también trae beneficios
importantes para la pradera y las especies plantadas en ella.
Es de vital importancia plantar justo debajo de la orilla de la zanja para que las plantas retengan el
borde y se prevenga una posible erosión por sobrecarga de agua. Una planta excelente para
comenzar con la protección del borde es la “ratonera” y consuelda. Luego ya se pueden incluir
árboles y arbustos para generar mejor protección y aprovechar también los productos.
El ancho y profundidad de la zanja va a depender del espacio del terreno, lo que se va a plantar y
la cantidad de trabajo que se quiera invertir. Una manera fácil de construir una zanja de
infiltración es con la tracción animal de los bueyes, rápido y efectivo. Sólo hay que trazar una línea
con cal o ceniza en la curva de nivel y guiar los bueyes en la dirección correcta. Luego se
necesitará rectificar manualmente la zanja, creando un pequeño montículo hacia debajo de la
zanja con la tierra sobrante.
Por lo general la zanja tiene 50 cm de ancho y de profundidad, pero esto puede variar como antes
dije.
3. Protección de Menokos
Los menokos son una prioridad de protección y recuperación en el Budi debido a su importancia
cultural y espiritual. Además, los menokos son humedales que cumplen importantes servicios
ecosistémicos de retención de agua y conservación de bio-diversidad.
Uno de los principales métodos de protección es evitar el laboreo agrícola sobre los menokos para
que el suelo de la ladera no se erosione y escurra como barro dentro del menoko. Para esto se
pueden plantar especies de protección de laderas en las curvas de nivel, ya sea con árboles nativos
o especies productivas.
Otra forma de proteger los menokos es utilizando especies que ayuden a levantar el agua como el
maitén y los sauces. Menciono estas dos especies ya que son de rápido crecimiento y necesitamos
generar protección lo antes posible, sin embargo, cualquier especie nativa de los hualves cumplen
esta misma función. Sumado a esto, está la sombra que comienzan a generar los árboles,
conservando la humedad por más tiempo en el lugar.
Y como medida inmediata de mitigación está el evitar el ingreso de animales al menoko,
haciéndolos transitar y pastar por otros lugares, o cercando el menoko para evitar la compactación
por parte de los rumiantes y otros animales de granja.
4. Protección lacustre
A través de la plantación de árboles a orillas del lago, se puede generar protección tanto para el
cuerpo de agua, evitando el lavado del suelo al lago, como para el borde.
Las crecidas del lago durante el invierno, han comenzado a carcomer la orilla donde no existe más
vegetación que pastos. Esto ha provocada cárcavas tremendas en alguno de los peores casos,
perdiéndose una cantidad considerable de tierra en tan sólo una temporada.
Aquí el sauce cumple un rol fundamental de protección para evitar la erosión en la orilla del lago.
Su sistema radicular es tan denso que genera una “champa” la cual previene que el agua tenga
contacto con la tierra, impidiendo así el desprendimiento por los bordes del lago.
El sauce se puede propagar
fácilmente por estacas, haciendo
hoyos y plantándolos, o tan sólo
enterrándolos como estacas. Éstos
conviene plantarlos a una cerca
distancia entre la hilera para
generar una rápida y fuerte
protección. A 2 metros de distancia
es una buena medida.
Se crea una línea barrera con los
sauces como protección a encarar
el lago, y luego hacia atrás se
pueden establecer árboles nativos
con raíces de las mismas
características del sauce, pero que
son especies de mucho más lento
crecimiento; como la pitra, temu, patagua, canelo, luma, etc.
Quinta parte: Especies útiles
Especie Características
Árboles
Ngefñ
Gevuina avellana
- Árbol siempreverde - 10 m de alto x 6-10 m de ancho - Crecimiento medio - Nuez comestible - Buena madera - Melífero - Productor de aceite
Raulí
Nothofagus alpina
- Árbol caducifolio - 40 m de alto x 30 m de ancho - Crecimiento rápido - Excelente madera - Cortaviento
Roble
Nothofagus obliqua
- Árbol caducifolio - 40 m de alto x 30 m de ancho - Crecimiento rápido - Excelente madera - Cortaviento
Trevo
Dasyphyllum diacanthoides
- Árbol siempreverde - 20 m de alto - Crecimiento medio - Forrajero - Medicinal - Cerco vivo - Cortaviento
Peumo
Cryptocarya alba
- Árbol siempreverde - 10 m de alto x 6-10 m de ancho - Crecimiento lento - Medicinal - Melífero - Fruto comestible - Cortaviento - Resiste sequía
Coigüe
Nothofagus dombeyi
- Árbol siempreverde - 40 m de alto x 30 m de ancho - Crecimiento rápido - Excelente madera - Cortaviento - Produce hongo comestible
Maitén
Maytenus boaria
- Árbol siempreverde - 15 m de alto x 10 m de ancho - Crecimiento rápido - Forrajero - Medicinal - Resiste sequía
Pitao
Pitavia punctata
- Árbol siempreverde - 15-20 m de alto x 10 m de ancho - Crecimiento lento - Melífero - Medicinal - En peligro de extinción
Algarrobo negro
Gleditsia triacanthos
- Árbol caducifolio - 20 m de alto x 20 m de ancho - Crecimiento rápido - Excelente forraje (vainas) - Melífero - Madera dura - Excelente leña - Cortaviento - Resiste sequía
Aliso italiano Alnus cordata
- Árbol caducifolio - Fijador de nitrógeno - 20 m de alto x 6-8 m de ancho - Crecimiento rápido - Resiste sequía - Cortaviento
Aliso
Alnus glutinosa
- Árbol caducifolio - Fijador de nitrógeno - 20 m de alto x 15 m de ancho - Crecimiento rápido - Buena leña
Acacio
Robinia pseudoacacia
- Árbol caducifolio - Fijador de nitrógeno - 20 m de alto x 14 m de ancho - Crecimiento rápido - Melífero
Tagasaste
Chamaecytusus palmensis
- Árbol siempreverde - Fijador de nitrógeno - 5 m de alto y ancho - Crecimiento rápido - Resistente a la sequía - Forrajero - Melífero (fines de invierno) - Excelente leña
Nogal
Juglans regia
- Árbol caducifolio - 20 m de alto x 15 m de ancho - Nuez comestible - Excelente madera - Medicinal
Castaño
Castanea sativa
- Árbol caducifolio - 20 m de alto x 15 m de ancho - Crecimiento rápido - Nuez comestible - Excelente madera - Resiste sequía
Avellano europeo Corylus avellana
- Árbol caducifolio - 6 m de alto y ancho - Nuez comestible - Crecimiento rápido - Tolera semi-sombra - Excelente leña
Níspero
Eriobotrya japonica
- Árbol siempreverde - 8 m de alto y ancho - Fruto comestible - Crecimiento rápido - Tolera salinidad
Ciruelo
Prunus domestica
- Árbol caducifolio - 6 m de alto y ancho - Fruto comestible - Crecimiento rápido - Melífero - Cortaviento
Manzano
Malus domestica
- Árbol caducifolio - 6 m de alto y ancho - Fruto comestible - Crecimiento rápido - Cortaviento
Cerezo
Prunus avium
- Árbol caducifolio - 8 m de alto y ancho - Fruto comestible - Crecimiento rápido - Excelente madera - Melífero
Membrillo
Cydonia oblonga
- Árbol caducifolio - 5 m de alto y ancho - Fruto comestible - Crecimiento rápido - Tolera semi-sombra - Cerco vivo - Cortaviento
Durazno
Prunus persica
- Árbol caducifolio - 5 m de alto y ancho - Fruto comestible - Resiste sequía
Damasco
Prunus armeniaca
- Árbol caducifolio - 5 m de alto y ancho - Fruto comestible - Resiste sequía
Arbustos
Murta
Ugni molinae
- Arbusto siempreverde - 3 m de alto y ancho - Baya comestible - Melífero - Medicinal - Cerco vivo - Cortaviento
Maqui
Aristotelia chilensis
- Arbusto siempreverde - 4-5 m de alto y ancho - Baya comestible - Melífero - Medicinal - Cerco vivo - Cortaviento
Culén
Psoralea glandulosa
- Arbusto caducifolio - Fijador de nitrógeno - 4 m de alto y ancho - Melífero - Medicinal
Parrita
Ribes rubrum
- Arbusto caducifolio - 2 m de alto x 1 m de ancho - Baya comestible - Puede producir a la sombra - Maduración durante el verano
Parrita negra Ribes nigrum
- Arbusto caducifolio - 2 m de alto x 1 m de ancho - Baya comestible - Puede producir a la semi-sombre - Maduración durante el verano
Grosella
Ribes uva-crispa
- Arbusto caducifolio - 1,5 m de alto y ancho - Baya comestible - Puede producir a la semi-sombra - Maduración durante el verano
Arándano
Vaccinium corymbosum
- Arbusto caducifolio - 2-3 m de alto y ancho - Fruto comestible - Maduración a fines de diciembre
Membrillo japonés
Chaenomeles japónica
- Arbusto caducifolio - Fruto comestible - 1 m de alto x 2 m de ancho - Puede producir a la sombra - Maduración en marzo
Murra (s/espinas) Rubus ulmifolius
- Variedad sin espinas - 2 m de alto - Puede producir a la semi-sombra - Maduración a fines del verano
Ñocha
Phormium tenax
- Planta siempreverde - 2,5 m de alto x 3 m de ancho - Excelente fibra para amarrar - Tolera sombra - Atrae picaflores
Bambú
Bambusa spp.
- Planta agrupadora - Brotes comestibles - 4-5 m de alto - Cerco vivo - Cortaviento - Construcción
Morera
Morus alba
- Arbusto caducifolio (c/poda) - Hojas comestibles - Fruto comestible - 3 m alto y ancho (c/poda) - Puede producir a la semi-sombra - Resistente a la sequía - Hojas como excelente forraje
Flor del Cangrejo
Leycesteria formosa
- Arbusto caducifolio - Fruto comestible - 2,5 m de alto y ancho - Puede producir a la semi-sombra - Fruto para repostería
Frambuesa
Rubus idaeus
- Arbusto caducifolio - 2 m de alto y ancho - Fruto comestible - Produce frutos en diciembre y
durante marzo y abril - Se propaga por rizomas
Herbáceas y crubresuelos
Alcachofa
Cynara scolymus
- Planta vivaz - 2 m de alto x 1 m de ancho - Inflorencias comestible - Medicinal - Cubre suelo - Melífera - Tolera semi-sombra
Ruibarbo
Rheum rhabarbarum
- Planta vivaz - 1,2 m de alto x 1 m de ancho - Pecíolos comestibles - Cubre suelo - Tolera semi-sombra - Acumulador dinámico
Llantén
Plantago major
- Planta vivaz - 45 cm de alto x 35 cm de ancho - Hojas comestibles (crudas o
cocidas) - Medicinal - Cubre suelo - Tolera semi-sombra - Acumulador dinámico
Romaza
Rumex longifolius
- Planta vivaz - 80 cm de alto x 50 cm de ancho - Hojas comestibles (crudas o
cocidas) - Cubre suelo - Tolera semi-sombra - Acumulador dinámico
Rúcula de Turquía Bunias orientalis
- Planta siempre verde - 60 cm de alto x 50 cm de ancho - Inflorencias comestibles - Hojas comestibles (crudas o
cocidas) - Cubre suelo - Tolera semi-sombra - Acumulador dinámico
Apio perenne
Levisticum officinale
- Planta vivaz - 80-200 cm de alto x 40 cm de
ancho - Hojas y tallos comestibles - Semillas como condimento - Tolera semi-sombra - Atrae insectos benéficos
Vinagrillo
Rumex acetosa
- Planta siempre verde - 40 cm de alto x 30 cm de ancho - Hojas comestibles (crudas o
cocidas) - Cubre suelo - Tolera semi-sombra - Acumulador dinámico
Frutilla silvestre
Fragaria chiloensis
- Planta siempre verde - 15 cm de alto - Fruto comestible - Hojas comestibles (crudas o
cocidas) - Medicinal - Cubre suelo - Tolera sombra - Acumulador dinámico - Melífera
Melisa
Melissa officinalis
- Planta vivaz - 60-80 cm de alto x 40 cm de ancho - Medicinal - Hojas comestibles - Cubre suelo - Melífera - Tolera semi-sombra
Orégano
Origanum vulgare
- Planta siempre verde - 45-60 cm de alto x 30-40 cm de
ancho - Medicinal - Culinaria - Cubre suelo - Melífera - Tolera semi-sombra
Prunela
Prunella vulgare
- Planta siempre verde - 20 cm de alto - Hojas comestibles - Cubre suelo - Melífera - Tolera semi-sombra
Col perenne
Brassica oleracea
- Planta siempre verde - 60-150 cm de alto x 60 cm de
ancho - Hojas comestibles - Tolera semi-sombra
Diente de León
Taraxacum officinale
- Planta siempre verde - 40 cm de alto y ancho - Hojas comestibles - Medicinal - Melífera - Atrae insectos benéficos - Acumulador dinámico - Tolera semi-sombra
Esparrago
Asparagus officinalis
- Planta vivaz - 1-1,5 m de alto x 60 cm de ancho - Brotes comestibles - Acumulador dinámico
Fisális
Physalis peruviana
- Planta vivaz - 1,2 m de alto x 1-1,5 m de ancho - Fruto comestibles
Peleo
Mentha pulegium
- Planta siempre verde - 40 cm de alto - Medicinal - Cubre suelo - Melífera - Acumulador dinámico - Tolera semi-sombra
Ciboulette
Allium schoenoprasum
- Planta siempre verde - 30 cm de alto x 25 cm de ancho - Hojas comestibles - Melífera - Acumulador dinámico - Tolera semi-sombra
Cebollín perenne Allium fistulosum
- Planta siempre verde - 30-50 cm de alto x 20 cm de ancho - Hojas y bulbos comestibles - Tolera semi-sombra
Cebollín caminante Allium proliferum
- Planta siempre verde - 30-100 cm de alto x 30 cm de
ancho - Hojas y bulbos comestibles - Tolera semi-sombra
Consuelda
Symphytum officinale
- Planta vivaz - 60-120 cm de alto x 60 cm de
ancho - Medicinal - Cubre suelo - Melífera - Acumulador dinámico - Forrajera
Ortiga mayor Urtica dioica
- Planta vivaz - Buen cubresuelo - 70-100 cm de alto - Hojas comestibles - Acumulador dinámico - Medicinal
Trébol blanco
Trifolium repens
- Planta siempre verde - 10-20 cm de alto - Fijador de nitrógeno - Cubre suelo - Melífera - Acumulador dinámico - Tolera semi-sombra
Col dinosaurio
Brassica oleracea
- Planta bianual - 80 cm de alto x 50 cm de ancho - Hojas comestibles - Tolera semi-sombra
Topinambur
Helianthus tuberosus
- Planta vivaz - Tubérculos comestibles - 2-3 m de alto x 40 cm de ancho - Melífera - Medicinal
Hinojo
Foeniculum vulgare
- Planta vivaz - 1-2 m de alto x 60 cm de ancho - Hojas y tallos comestibles - Medicinal - Acumulador dinámico - Atrae insectos benéficos
Sexta parte: Cuidado y reproducción
1. Protección
Una vez que los árboles y otras plantas están en tierra, es indispensable proporcionarles una
buena protección contra los animales. Para esto se pueden utilizar cercos eléctricos o mallas
mantener a animales grande fuera del alcance.
Sin embargo, para los animales
pequeños – conejos, patos, gallinas – lo
mejor es utilizar malla de gallinero en
espacios no muy grandes donde las
plantas estés agrupadas, o proteger
individualmente al árbol, ya sea con
botellas plásticas alrededor del tallo o
con otro material que mantenga alejado
a los animalitos.
2. Riego
Muchas de las especies que se proponen en esta guía, son muy resistentes a la sequía debido al
sistema radicular que poseen y por la eficiencia del uso del agua y nutrientes al ser plantas
perennes. Sin embargo, el impacto de la sequía es cada año mayor, por lo tanto, es importante
apoyar con riego a las especies que lo necesiten durante los primeros años de establecimiento.
Para esto se puede utilizar técnicas muy simples para que el uso del agua sea lo más eficiente y la
humedad se conserve por el mayor tiempo posible.
Al momento de plantar, el uso de materia orgánica en el agujero – compost, humus, guano –
proveerá de mayor retención de la humedad a la hora de regar. También se pueden crear tazas
alrededor del árbol para que funcione como una pileta donde el agua se retiene por mayor tiempo
en la superficie antes de infiltrarse y se evita que escurra por los lados.
Otra técnica importante es el uso del “mulch” o
acolchado, que básicamente es una cobertura de
materia orgánica alrededor del árbol para evitar que la
humedad se pierda, y que el pasto compita con el árbol
por nutrientes y agua. El material para el acolchado
puede ser cualquier material orgánico – paja, hojas,
lana, cartón, etc. Aquí lo importante es cubrir el suelo y
crear un denso mantillo. Cuando le pongo mulch a mis
árboles, en el mejor de los casos, los rodeo a un metro
del tronco y con una espesura de 30 cm hacia arriba.
3. Viverismo
El viverismo es el mejor método para catalizar la reforestación de cualquier lugar. Con muy poco
espacio y recursos se pueden producir una gran cantidad de plantas. Es como el centro de
operaciones para cualquier proyecto de restauración ecológica y agroforestería. Muchos de los
esfuerzos por parte del estado y de nosotros debería estar apuntado a la producción de especies
útiles para los agro-ecosistemas. Es una disciplina muy hermosa, donde se desarrollan habilidades
especiales para el cuidado y reproducción de plantas, ya sea a través de semillas o
vegetativamente.
Es una forma también de ahorrar mucho dinero cuando producimos nuestras propias plantas, e
incluso cuando este rubro se toma en serio, es una digna forma de ganarse la vida.
En el vivero de Huelemu producimos
anualmente sobre 5000 plantas –
incluyendo árboles, arbustos y
herbáceas – en un espacio no muy
grande, donde hay un invernadero de
4x7 metros y un vivero con malla de
6x10 metros. Toda esta producción es
para abastecer al propio proyecto, la
cual está evaluada alrededor de 5
millones de pesos en plantas,
anualmente.
El invernadero se utiliza principalmente
para iniciar las plantas desde
almácigos, conservando a los árboles más delicados al frío por más tiempo al interior, pero luego
todas las plantas son trasladadas al vivero para que se adapten mejor a las condiciones naturales
del lugar donde posteriormente se establecerán.
Bibliografía
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