guia grado octavo.tercer periodo

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1 GUIA GRADO OCTAVO TERCER PERIODO ACTIVIDAD 1: GEOGRAFÍA POLITICA DE COLOMBIA. Nombrar cada uno de los departamentos, según la división política de la época. 1. LA GRAN COLOMBIA 1819 – 1830 ESTADOS UNIDOS DE COLOMBIA 1857-1886. Ubicar los estados federados o “estados soberanos”de la época.

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Documento de trabajo didáctico pedagógico para grado octavo.

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Page 1: Guia grado octavo.tercer periodo

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GUIA GRADO OCTAVO TERCER PERIODO

ACTIVIDAD 1: GEOGRAFÍA POLITICA DE COLOMBIA. Nombrar cada uno de los departamentos, según la división política de la época.

1. LA GRAN COLOMBIA 1819 – 1830

ESTADOS UNIDOS DE COLOMBIA 1857-1886. Ubicar los estados federados o “estados soberanos”de la época.

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2 ACTIVIDAD: UBICO LOS DEPARTAMENTOS Y CIUDADES DE LA REPÚBLICA DE COLOMBIA (ACTUAL).

Actividad: comparando los tres mapas anteriores, qué diferencias encuentras. Explica ampliamente a qué se deben dichas diferencias y cambios.

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ACTIVIDAD NO. 2 INVESTIGAR EN CASA TEMA: INDEPENDENCIA DE COLOMBIA.

1. INVESTIGO DE MANERA MUY RESUMIDA LAS SIGUIENTES BIOGRAFIAS A. JOSÉ ANTONIO GALÁN

B. JOSE CELESINO MUTIS C. FRANCISCO JOSE DE CALDAS D. ANTONIO NARIÑO

E. PABLO MORILLO

2. INVESTIGO LOS SIGUIENTES CONCEPTO A. FEDERALISMO B. CENTRALISMO

C. MANUMISIÓN

ACTIVIDAD No. 3 LECTURA FUENTES PRIMARIAS Fragmento de Hilario López sobre el fusilamiento de Policarpa Salavarrieta. ¿Con que la mujer lo conoce a usted? ¡y que brava esta y que guapa es¡ me dijo el cabo. Herrera decía al retirarse: no hay du da de que está loca, perdida, y repetía lo mismo, sin duda con el objeto de que los soldados atribuyesen esa energía de la heroína a la fa l ta de juicio y no a su patriotismo. La Pola se marchó con paso firme hasta el suplicio, y en vez de repetir lo que le decían sus minis tros , no hacía s ino maldecir a los

españoles y encarecer su venganza. Al salir a la plaza y ver a l pueblo agolpado para presenciar su sacri ficio exclamo: “ ¡Pueblo indolente! ¡Cuán dis tinta sería hoy vuestra suerte s i conocierais el precio de la libertad! Pero no es tarde. Ved que, mujer y joven, me sobra va lor para sufri r la muerte y mi l muertes más. ¡No olvidéis este ejemplo!"… l legada al pie del banquillo, volvió otra vez los ojos a l pueblo y di jo: ¡miserable pueblo! Yo

os compadezco: a lgún día tendréis más dignidad.

1. ¿Por qué están s igni ficativa la participación de la Pola en la independencia? 2. ¿Qué retos tendría que asumir la Pola como mujer en este periodo de nuestra his toria , para asumir este papel? 3. ¿A qué se refería la Pola con la úl tima frase relativa a la dignidad?

Fragmento del Memorial de Agravios

. “Las Américas, señor, no están compuestas de extranjeros a la nación española. Somos hijos, somos descendientes de los que han derramado su sangre por adquirir estos nuevos dominios a la corona de España”…” “Tan españoles somos como los descendientes de don Pelayo”. Torres entiende a las provincias americanas no como colonias, sino como una parte “esencial e integrante” de la monarquía; “… todos somos españoles”. Con coherencia se observa como este histórico documento de los tiempos inmediatamente previos a la independencia se comienza con una sincera referencia a “nuestro muy amado soberano Fernando VII”. España ha creído que deben estar cerradas las puertas de todos los honores y empleos para los americanos. Estos piensan que n o ha debido, ni

debe ser así: que debemos ser llamados igualmente a su participación, y as í será nuestro amor y nuestra confianza más recípro ca y s incera. Debemos arreglarnos, pues, también en esta parte a lo que sea más justo: que el español no entienda que tiene un derecho exclusivo para mandar a las Américas , y que los hi jos de éstas comprendan que pueden aspirar a los mismos premios y honores de aquél los .

En fin, señor, ¿de qué se trata? V. M. misma ha dicho en la ci rcular que se lleva ci tada, que de nada más que de reformar abusos , mejorar las instituciones, quitar trabas, proporcionar fomentos, y establecer las relaciones de la metrópoli y las colonias sobre las verdaderas bases de la

justicia . Memoria l de agravios . Cami lo Torres . Edición facs imi lar. Pág. 24

1. Puede deducir ¿cuá l es el inconformismo de los criol los en este memoria l? 2. ¿Se cons ideran los criol los di ferentes a los europeos españoles?

3. ¿Qué cons ideras que estaban buscando con este memoria l? Expl icar ampl iamente. Fragmento Carta de Jamaica 1815 por Simón Bolívar

(...) Cuando las águilas francesas sólo respetaron los muros de la ciudad de Cádiz, y con su vuelo arrollaron los frágiles go biernos de la Península , entonces quedamos en la orfandad. Ya antes habíamos sido entregados a la merced de un usurpador extranjero; después , l i sonjeados con la justicia que se nos debía y con esperanzas halagüeñas s iempre burladas; por último, inciertos sobre nuestro destino futuro, y amenazados por la

anarquía, a causa de la falta de un gobierno legítimo, justo y l iberal, nos precipitamos en el caos de la revolución. En el primer momento sólo se cuidó de proveer a la seguridad interior, contra los enemigos que encerraba nuestro seno. Luego se extendió a la seguridad ex terior; se establecieron autoridades que sustituimos a las que acabábamos de deponer, encargadas de dirigir el curso de nuestra revolución y de aprovechar

la coyuntura feliz en que nos fuese posible fundar un gobierno consti tucional , digno del presente s iglo y adecuado a nuestra s i tuación.

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4 (...) las provincias americanas se hallan lidiando por emanciparse; a l fin obtendrán el suceso; a lgunas se consti tui rán de un modo regular en repúblicas federales y centrales; se fundarán monarquías casi inevitablemente en las grandes secciones , y a lgunas serán tan infel ices que devorarán sus elementos ya en la actual ya en las futuras revoluciones, que una gran monarquía no será fáci l consol idar, una gran repúbl ica , impos ible. Es una idea grandiosa pretender formar de todo el Mundo Nuevo una sola nación con un solo vínculo que ligue sus partes entre s í y con el todo. Ya que tiene un origen, una lengua, unas costumbres y una religión, debería, por consiguiente, tener un solo gobierno que confederase los diferentes

estados que hayan de formarse; mas no es posible, porque climas remotos, situaciones diversas, intereses opuestos , caracteres desemejantes , dividen a la América. ¡Qué bello sería que el Istmo de Panamá fuese para nosotros lo que el de Corinto para los griegos! Oja l á que a lgún ida tengamos la fortuna de instalar allí un augusto congreso de los representantes de las repúblicas, reinos e imperios a tratar y discutir sobre los altos

intereses de la paz y de la guerra , con las naciones de las otras partes del mundo (...)

1. Escribe a l menos tres ideas importantes planteadas por Simón Bol ívar. 2. ¿Cuál era la idea del gobierno ideal para las nacientes republ icas según Bol ívar? 3. Identifico de las siguientes afirmaciones, las palabras que no corresponde, las subrayo, luego escribo las correctas.

a. El principal motivo que llevo a la población esclava a participar de la independencia fue la promesa de riqueza._____________________

b. Debido a las prácticas económicas del periodo de la reconquista española es conocido como el régimen del borbónico

:___________________________ c. El 20 de julio de 1819 se produjo el grito de la independencia:_____________________ d. Camilo Torres escribió en 1809, la carta de Jamaica.___________________________________

e. La expedición botánica fue dirigida por Sinforoso Mutis:____________________ f. El origen de las ideas de la independencia se encuentran en el movimiento de la regeneración:_______________________

Palabras claves: José Celestino, Ilustración, manumisión, terror, 1810, memorial de agravios.

ACTIVIDAD NO. 3 LA GRAN COLOMBIA

Conocemos nosotros como los criollos luchaban por tener el poder entre ellos mismos, después de la primera Independencia produciéndose una

divis ión entre centra l i s tas y federa l i s tas . En muchos casos federalistas y centralistas resultaron enfrascados en una disputa por tener el poder, lo que condujo a desgastes inoficiosos que fueron aprovechados por los españoles quienes establecieron el régimen del terror en Colombia. A este período se le ha l lamad o la Patria Boba.

Por el lo, el gran pensamiento de Bolívar era el de crear la unión de las actuales Colombia, Venezuela y Ecuador, un bloque que de haberse creado sería capaz de influi r de manera decis iva en el panorama mundia l .

El nuevo Estado, o la llamada Gran Colombia, creado después q ue los Españoles fueron derrotados defini tivamente y expulsados del terri torio americano, comprendía los territorios ocupados por el antiguo Virreinato de la Nueva Granada, Ecuador y la Capitanía de Venezuela . Este Nuevo Estado fue creado en el Congreso de Angostura en 1819, después de la gran batalla de Boyacá y fue ratificado en el Congreso de Cúcuta en 1821;

tuvo por capital a Bogotá y como bandera nacional la Bandera Venezolana. Su primer presidente fue Simón Bolívar y vicepresidente Francisco de Paula Santander. A decir verdad la Gran Colombia fue el ideal de Bolívar, quien pensaba en los posibles contraataques de potencias como España o de otras potencias como Inglaterra o Estados Unidos. Creía como única posibilidad de defensa la creación de este gran bloque que en unión con México, la Plata , (hoy Argentina) y demás Estados Latinoamericanos formarían una gran Confederación de Naciones .

Pero este gran sueño de Bolívar se truncó, por las diferencias sociales, económicas y políticas de las regiones , la a mbición de los caudi l los . Los problemas susci tados entre Bol ívar, Santander y Páez, terminaron por descomponer esta pos ible unidad. Como resultado de lo anterior, en 1830 se organizaron las Repúblicas de Venezuela, Ecuador y Colombia, esta última llamada República de la Nueva Granada, Constitución que se legisló en 1832, con la cual se consolidó en el Estado el régimen centralista que perduró hasta 1858. Esta Constitución fue sancionada por José María Obando.

En 1843 hubo otra Constitución, también de carácter centralista y autoritario que fue sancionada por Pedro Alcántara Herrán, quien gobernó a l pa ís desde 1841. Con la Constitución de 1853 se inició un proceso de organización Federal al otorgar autonomía a las Provincias, en la cual algunas aprovecharon y

se dieron su propia Constitución política convirtiéndose en Estados Federales como Santander, Cundinamarca, Boyacá, Panamá, Antioquía, Bolívar, Cauca, Magdalena, y a su vez estos Estados estaban sujetos al gobierno de la Nueva Granada, en cuanto a l crédito nacional , el ejérci to, etcétera.

Para el año de 1858, se creó la Confederación Granadina, que reemplazó a la Nueva Granada. Esta fue una república federal que duró hasta 1863,

año en el cual se creó otra Constitución que cambió el nombre de Confederación Granadina por Estados Unidos de Colombia, que duró hasta 1886. Con esta Constitución los Estados quedaron convertidos en entidades autónomas, con legislación propia y regidas por gobernadores elegidos por voto popular. Esta Constitución consagró en ella todas las libertades y por ello se llamó Radical y el período que va desde 1863 a 1886 se le llamó el Radica l i smo. ACTIVIDAD: ORGANIZAR EL SIGUIENTE CUADRO. Periodos CONSTITUCIÓN Características de la

constitución gobernantes

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5 GRAN COLOMBIA 1821 REPUBLICA DE LA NUEVA GRANADA

1832 1843

CONFEDERACIÓN GRANADINA Y ESTADOS UNIDOS DE COLOMBIA

1853

2. Investigo en casa las biografías de

1. Simón Bolívar

2. Francisco de Paula Santander

3. Tomas Cipriano de Mosquera

3. Organiza en una línea de tiempo los s iguientes acontecimientos

1781 1810 1811 1815 1819 1821 1830 1841 1850

a . Reforma liberales, b. Grito de independencia

c. Guerra de los Supremos d. Des integración de la Gran Colombia e. Batalla de Boyacá f. Congreso de Cúcuta g. Revuelta de los comuneros h. Independencia de Cartagena i . Reconquista Española

4. ¿A qué se le conoció como Patria Boba?

5. ¿A qué se le conoció como el periodo radical?

ACTIVIDAD NO. 4

REFORMAS DE MITAD DE SIGLO

Y EL ORIGEN DE LOS PARTIDOS POLÍTICOS

El enfrentamiento entre lo viejo y lo nuevo creó diversas disputas por resolver el Independencia. Existieron ideas nuevas que

rivalizaron con ideas tradicionales, todas ellas derivadas de las luchas l ibertadoras. Una de ellas era la tendencia de que el poder del ejecutivo conservara el orden Económico, social y político existente, para evitar la anarquía, como era el caso de Chile, Ven ezuela y Nueva Granada. Por ello la aplicación de muchas ideas l iberales no se pudo llevar a efecto, como la l ibertad de los esclavos que continuó limitada a la ley de vientres, es decir, a la l ibertad de aquellos nacidos de madres esclavas.

A mediados del siglo, empezaron a organizarse mediante estas ideas los partidos políticos que van a ser protagonistas de la v ida política y social de los países Latinoamericanos, durante la segunda mitad del siglo XIX y el XX y que se identificaban con l os nombres de los partidos ingleses, l iberales y conservadores.

Aunque sabemos que quienes aglutinaban partidarios no eran los partidos, ni los programas sino los caudillos, los hombres no las ideas. Algunas de las siguientes ideas hicieron parte del ideario político del partido liberal: los l iberales eran amigos de la separación entre la Iglesia y el Estado, la l ibertad de cultos, la abolición de la esclavitud, el sufragio universal de los varones , eran partidarios de

una educación laica y científica y defensores de los intereses de los indígenas . En síntesis los l iberales querían Estados Modernos. Los conservadores pretendían mantener la tradición cultural hispana, es decir, conservar las instituciones hispánicas creadas en América, como la religión católica, base del orden y de la unidad de todos los americanos. Mientras los l iberales eran partidos de un Estado fuerte a nivel legislativo, los conservadores tenían interés en un Estado con un fuerte poder ejecutivo, centralista y opuesto

al anticlericalismo. Los partidos proclamaban la modernización de la economía dándole ventajas al capitalismo extranjero. El partido liberal predi caba el “Laissez faire, laissez passer” ya que los l iberales eran amigos del comercio, y las exportaciones, mientras los conservadores eran

amigos de la protección de la artesanía y la agricultura.

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6 Esta política de apertura económica trajo consigo dos probl emas importantes: primero una nueva dependencia, porque nosotros no teníamos capacidad para exportar y en consecuencia lo que lograron estos países fue explotar más y más nuestras materias primas y

segundo la casi total eliminación de la producción artesanal, por cuanto, no había forma de competir con las potencias extranjeras. Puede pensarse entonces que los l iberales eran más dinámicos, más modernos y sobretodo más progresistas, aunque en la práctic a, una gran cantidad de reformas fueron hechas por conservadores: la abolición de la esclavitud en Brasil y Chile, la construcción de los ferrocarriles en Ecuador, etcétera, además de que las dictaduras de fines de siglo fueron en su mayoría, de ideas l iberales

Con José Hilario López inicio el periodo de la hegemonía l iberal (1849 -1878) que acabo con los vestigios coloniales y que condujo a

la modernización del país, las reformas de estos años se vieron acompañados de una fuerte crisis social, pues al tratarlas de

imponerlas y difundirlas, afectaron intereses de grupos sociales y condujeron a las guerras civiles de 1851 y 1854. Algunas de las

principales reformas liberales fueron:

Supresión de los aranceles proteccionistas. Favoreció a comerciantes y terratenientes, quienes pudieron vender con mayor faci l idad

sus productos en el mercado internacional, el cambio, afecto a los artesanos, quienes no podían ofrecer productos de la misma

calidad y precio de los comprados en el extranjero. Abolición de la alcabala (impuesto a la corona española), los diezmos a la iglesia

española, del impuesto directo. Descentralización de las rentas nacionales y nueva implantación de impuesto directo. Abolición de

los censos y permisos para la venta de la tierra de resguardos. Debilitamiento del ejecutivo, al permitir el no mbramiento de

gobernadores por voto popular y al descentralizar las rentas, lo que fortaleció el régimen municipal. Supresión de los resgua rdos

(tierras de la comunidades indígenas) que pasaron a ser propiedad de cada nativo. Decreto de expulsión de los j esuitas. Suspensión

de la pena de muerte por delitos políticos. La Reforma Agraria de 1850, aunque de carácter débil, atacó la formación de latif undios y

realizó la desamortización de los bienes de manos muertas, en contra de las propiedades eclesiásticas, que llevó a la separación

entre la Iglesia y el Estado, y concepción de la nación laica. Abolición de la esclavitud: en 1851, el gobierno declaró libres a los

esclavos que aún subsistían en el país. Los terratenientes del sur, donde estaba concentrada gra n parte de la población esclava, se

rebelaron contra esta ley y organizaron una revuelta pero no tuvieron éxito. Los esclavos l ibertos pasaron a formar parte del grupo

de trabajadores agrícolas asalariados.

a. Comparo la información con relación a los partidos políticos. Ampliar el cuadro en el cuaderno.

Similitudes Diferencias

Partido liberal Partido conservador

b. a partir de las reformas liberales de mitad de siglo, explico quienes fueron beneficiados o perjudicados con dichas disposiciones. Ampliar el cuadro en el cuaderno. Beneficiados ¿quiénes y porque? Perjudicados. ¿Quiénes y porque?

Suspensión de aranceles proteccionistas.

Abolición de los diezmos y la alcabala

Debilitamiento del ejecutivo Supresión de los resguardos

Expulsión de los jesuitas Desamortización de bienes de manos muertas

Libertad a los esclavos

ACTIVIDAD NO. 5

Guerras civiles de Colombia

Durante el siglo XIX en Colombia hubo algunos enfrentamientos civiles. Descontando las más frecuentes revueltas internas de los Estados Federales el número de las guerras civiles que hubo en Colombia puede limitarse a ocho.

1. Conflicto entre centralistas contra federalistas

La guerra civil entre federalistas y centralistas se desarrolló entre 1812 y 1816. Algunos la denominan (Patria boba). Tras la derrota de los centralistas de Antonio Nariño en la Batalla de ventaquemada el 2 de dic de 1812, los federalistas atacaron Santafé de Bo gotá el

Page 7: Guia grado octavo.tercer periodo

7 siguiente 9 de enero. La batalla que se dio en el barrio San Victorino favoreció a las fuerzas de Nariño y la guerra terminó momentáneamente, después de que los dos bandos acordaron unir fuerzas contra el enemigo común español. En diciembre de 1814, Simón Bolívar tomó Santa Fe a nombre de los federalistas de Tunja y derrotó a los centralistas de Cundinamarca. En enero siguiente se dirigió a la costa caribe en donde debía recibir armas y pertrechos de Cartagena de Indias para tomar Santa Marta y liberar a Venezuela. 2. Guerra de los Supremos Tuvo su origen en San Juan de Pas to, el 30 de junio de 1839, cuando varios sacerdotes que se oponían a la orden del Congreso de disolver los conventos con menos de ocho frailes, pese a que esta orden contaba con el apoyo del arzobispo de Bogotá. El alza miento, aunque fue sofocado temporalmente dos meses después, en la Batalla de Buesaco, se recrudeció cuando varios caudillos regionales que pretendían reivindicaciones políticas y económicas, se alzaron contra el gobierno central. En julio de 1840, al poco tiem po de haber aceptado José maría Obando someterse al gobierno de José Ignacio de Márquez para ser juzgado por el asesinato de Antonio José de Sucre en 1828, escapase de la Cárcel e inició un alzamiento tras alegar falta de garantías procesales. La rebelión de este caudillo, máximo jefe del partido santanderista, fue aprovechada por otros dirigentes antigobiernistas para generalizar la guerra. Estos caudillos fueron: Reyes Patria en Tunja, Juan A. Gutiérrez en Cartagena, Salvador Córdoba en Antioquia, José María Vesg a en mariquita (Tolima), Manuel González en El Socorro, y Francisco Carmona en Santa Marta. Cada uno se denominaba Comandante Supremo de su propio ejército, de ahí el nombre de "Guerra de los Supremos". La guerra, que principalmente buscaba reubicar a los generales santanderistas en la distribución del poder, no contó con una dirección única, lo que permitió su derrota en 1841. 3. Guerra Civil de 1851 La iniciaron terratenientes conservadores caucanos opuestos a las reformas liberales de mitad del siglo XIX. En mayo de 1851 los rebeldes se pronunciaron en Patia y Timbio; Vino luego el intento de toma de San Juan de Pasto por Julio Arboleda y su poster ior derrota. Una derivación de la guerra de 1851 fue el golpe de estado de 17 de abril de 1854 contra el presidente José María Oban do por el general José Maria Melo. Este permaneció en el poder 8 meses, pues el 4 de diciembre de mismo año una alianza militar de “gól gotas” (una facción del partido liberal Colombiano) y de pertenecientes al partido conservador colombiano entró victorios a a Bogotá, tras derrotar al ejército melista y sus aliados, los liberales “draconianos” y artesanos. Estos últimos presentaron resistencia te naz durante el asalto final a la capital, razón por la cual el partido vencedor desterró a centenares de artesanos al río Chagres en Panamá. 4. Guerra Civil de 1860-1862 Única guerra civil en la cual el triunfador fue el lado insurrecto. Comenzó en el actual Departamento de Santander y se exten dió al Cauca cuando los liberales tomaron las armas contra el gobierno nacional presidido por el conservador Mariano Ospina Rodrígu ez. Tomás Cipriano de Mosquera, gobernador del Cauca y que había proclamado los “Estados Unidos de la Nueva Granada”, aunque derrotado al principio fue apoyado por los liberales radicales y llegó triunfante a Bogotá; tomó el poder e impuso la Constit ución de 1863 (o Constitución de Rionegro por el lugar en donde se redactó, Rionegro, Antioquia) de carácter marcadamente federalista. 5. Guerra Civil de 1876-1877 Los conservadores se sublevaron en julio de 1876 contra el gobierno radical de Aquileo Parra para detener la educación laica (o "neutra" como se le llamó en la época) y demás medidas anticatólicas. Esta guerra permitió la unidad pasajera entre las facci ones radical e independiente al seno del Partido Liberal Colombiano. Julián Trujillo triunfó en la batalla de Los Chancos (Estado del Cauca) y en Antioquia y aseguró la presidencia para los independientes entre 1878 y 1880, con lo cual abrió las puertas a la Regeneración de Rafael Núñez. 6. Guerra Civil de 1885 Los liberales radicales del Estado Soberano de Santander entraron en inconformidad por las políticas cada vez más centralistas del gobierno de la República, presidido por Rafael Núñez y su proyecto de "Regeneración". Dicha inconformidad degeneró en una declaración de guerra que pronto fue adoptada por los demás estados con gobiernos liberales. Si bien varios líderes radicales estaban en desacuerdo con un conflicto armado, sus temores fueron vencidos dada su oposición al presidente Núñez y las perspectivas d e victoria que generaba la guerra en un comienzo. Pronto los estados conservadores se involucraron en defensa de Núñez. También lo apoyaron facciones moderadas del liberalismo. El 17 de julio de 1885 se libró una de las batallas más famosas de la guerra, l a de la Humareda, que, aunque dio el triunfo definitivo a los radicales, propició la muerte de varios de sus principales dirigentes. A ello se unieron las derrotas de los rebeldes en los estados de Tolima, Cauca, Panamá y Boyacá. Finalmente los liberales insurrectos s e rindieron, en noviembre de 1885 El triunfo de las fuerzas gobiernistas fue aprovechado por el presidente Núñez para anunciar el fin de la validez de la Constitución política de 1863, inspirada en el radicalismo liberal. A continuación se emprendió una profunda reforma constitucional que concluyó en la proclamación de una nueva carta constitucional, en 1886. 7. Guerra Civil de 1895 La inició el sector guerrerista del Partido Liberal Colombiano en Bogotá, en enero de 1895 con un fracasado intento de golpe de estado contra el presidente Miguel Antonio Caro. Luego se quiso convertir en un levantamiento general, que tampoco contó con sue rte pues se vio reducido a rebeliones de poca significación en algunos departamentos, a las cuales derrotó fácilmente el gobierno cons ervador en sólo 60 días después de las batallas de La Tribuna (Cundinamarca), Enciso y Capitanejo (Departamento de Santand er). 8. Guerra de los Mil Días (1899-1902) Fue el intento del liberalismo radical por recuperar el poder. Salvo al principio, no involucró grandes ejércitos. Este largo enfrentamiento irregular desgastó a los liberales en una lucha de pequeñas partidas, con excepción de Panamá, único lugar en donde triunfaron. La guerra civil terminó en una especie de empate acordado en los tratados de Chinácota, Neerlandia y Wis consin.

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8 Consecuencia de esta guerra civil fue el derrocamiento de Manuel Antonio Sanclemente (1 900) y el ascenso de José Manuel Marroquín, la separación de Panamá, y la elección de Rafael Reyes en 1904 quien llevó al poder a los conservadores y a un sec tor liberal. Consecuencias - Millares de jóvenes murieron en combate, quedaron heridos o lisiados y en incapacidad de prestar su esfuerzo en las labores intelectuales, agrícolas y mineras que necesitaba urgentemente el país. - Quedaron aniquilados muchos hogares y riquezas, justamente cuando la República hubiese podido recobrarse de los gastos y compromisos pendientes como consecuencia de la Emancipación y de las campañas libertadoras. Cada guerra civil creaba nuevos odios que iban a producir después otra distinta. - El crédito exterior de los vínculos nacionales entre las secciones del país, hasta el peligro de la integridad nacional, como apareció después de la Guerra de los Mil Días. - La ruina fiscal que produjo el régimen de papel moneda que llegó a extremos indecibles. - Empobrecimiento del país. - Estancamiento del progreso. - Formación de una cierta cultura política intolerante evidente en el actuar de los dos principales partidos políticos (Liberal y Conservador), provocando en el siglo XX nuevos enfrentamientos ideológicos, los cuales configurarían la violencia colombiana.

Guerra civil

Periodo Actores sociales o políticos

Características Batallas consecuencia

1.

2.

3.

4.

5.

6.

7.

8.

ACTIVIDAD NO. 6 LA COMISIÓN COROGRAFICA Y LA CONFORMACIÓN DE UNA NACIÓN.

La Comisión Corográfica fundada por Agustín Codazzi no fue sólo un magno proyecto geográfico y cartográfico, se convirtió en la base del desarrollo de lo que hoy es Colombia. se tradujo en s ignificativos aportes para la comunicación entre provincias y mejoras en la educación científica y técnica. Codazzi fue el geógrafo que levantó el primer mapa oficial –y el primer mapa sistemático– de Colombia a mediados del siglo XIX en una empresa que se llamó Comisión Corográfica. Todo en torno a la Comisión Corográfica es extraordinario. No fue sólo un proyecto científico republicano. Fue el mayor proyecto científico rea lizado en Colombia antes del siglo XX –mayor que la Expedición Botánica de José Celestino Mutis en sus alcances y proyecciones científicas. No

fue sólo un proyecto cartográfico, pues aparte de los mapas, que Codazzi consideró como “lo fundamental de la Comisión Corográfica”, llevó a cabo la primera descripción sistemática de la Nación en sus aspectos físicos y socioeconómicos, tuvo una “parte botánica”, a la que dedicó su vida

José Jerónimo Triana, quien recolectó cerca de 60.000 especímenes de unas 8.000 especies diferentes de la flora nacional, formando lo que hoy se cons idera como “la mejor y más importante colección botánica realizada en Colombia”; y para no abundar dem asiado en esta lista, produjo una colección de láminas a la acuarela que hoy existe en la Biblioteca Nacional y .

Pero la Comisión Corográfica no fue sólo un proyecto científico. A mediados del s iglo XIX Colombia era uno de los países más pobres de América y a l tiempo, con las reformas que dieron lugar al radicalismo –libertad de los esclavos, l ibertad de prensa y de opinión, libertad en todo –, comenzó a pensarse en serio en las “mejoras materiales” que necesitaba la Nación para salir de su atraso. Se discutieron cuatro estrategias fundamentales: abrir caminos para comunicar a las provincias entre sí y con los puertos; mejorar la educación científica y técnica; conocer cuáles eran, dónde estaban y qué magnitud tenían los recursos naturales del país; atraer inmigrantes extranjeros laboriosos para desarrollar la agricultura y las manufacturas. Todas las esperanzas en torno a estos proyectos se ci fraron, e n primer lugar, en la Comis ión Corográfica. Asombra el hecho de que una empresa de la magnitud de la Comisión Corográfica hubiera podido l levarse a cabo en un país como Colombia en el

s iglo XIX, prácticamente sin caminos, con las finanzas del gobierno en perenne emergencia, debiendo sortear a l menos dos guerras civiles y las

luchas de intereses partidistas, provinciales, locales e individuales.

En rea lidad, la Comisión Corográfica fue un proyecto suprapartidista, y en cuanto a estos dos personajes, las cosas fueron má s o menos al revés. Ospina nunca dejó de manifestar su apoyo a la Comisión Corográfica, tanto de palabra como de obra, y tuvo que d esautorizar varias veces a su secretario de Gobierno, Manuel Antonio Sanclemente, cuya desidia en cuanto a los pagos a Codazzi fue realmente astronómica. Mosquera, por su

parte, quien en efecto dio comienzo a la Comisión Corográfica, se convirtió con el tiempo en su principal enemigo y l legó al punto de mandar destruir la Geografía Física y Pol ítica de los Estados Unidos de Colombia, que se publicó en 1863, y protagonizar un lance co n Manuel Murillo Toro, que estuvo a punto de ser el detonante de una guerra civil, todo por un libro de geografía.

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9 Construir una Nación significa muchas cosas y para Colombia en el siglo XIX este fue un proceso de muchas y complejas facetas. Una de ellas fue la creación de una imagen visual y mental del país sustentada en mapas, láminas a la acuarela y descripciones geográficas. Y también de una identidad nacional en un tiempo en que hasta lo más básico de la identidad, el nombre del país y sus lugares topográficos, ca mbiaban con extraordinaria frecuencia. ¿Quién fue Agustín Codazzi?

¿Qué objetivos obtuvo de la Comisión Corográfica? ¿Qué quiere decir el autor con el titulo la comisión corográfica y la conformación de una nación?

Actividad No 7 LA CONFORMACIÓN DE UNA ECONOMÍA NACIONAL

Tabaco, quina y añil en el siglo XIX: Bonanzas efímeras El modelo de liberalismo económico propuesto en las reformas de mitad de siglo tra jeron consigo la necesidad de aumentar las vías de comunicación, no sólo entre las regiones exploradas o productoras con las de acopio y los puertos, sino con el resto del mundo. Igualmente tuvo importantes efectos migratorios sobre la población.

TABACO El buen tabaco se cultiva del nivel del mar a unos mil metros de altura, en terrenos que pueden ser de aluvión, volcánicos, f ranco-arenosos. La recolección debe ser oportuna para evi tar hongos y manchas en las hojas y su secado muy cuidadoso. Fue un monopolio fiscal en su

comercialización desde fines de la época colonial. A principios del siglo XIX, debido al aumento de los controles sobre su cu ltivo, el tabaco se empezó a sembrar clandestinamente en varias regiones. Después de la independencia, continuó siendo una importante fuente de i ngresos fiscales y las primeras exportaciones colombianas se efectuaron en 1834, pero a partir de 1846 el país vivió un período de auge exportador como resultado del crecimiento de la demanda mundial, que absorbía casi cualquier cantidad de tabaco que el país p udiera exportar. Las llamadas “reformas de

mediados de siglo” eliminaron el monopolio de la producción y comercio –la Ley 23 de mayo de 1848 declaró libre el cultivo del tabaco a partir del 1 de enero de 1850– y permitieron la expansión de su producción y el aumento de su exportación. Durante buena parte de la segunda mitad del siglo XIX, las casas comerciales que dominaron el negocio del tabaco fueron a lemanas, lo cual

convirtió a Bremen en el principal destino tabacalero en Europa. Sin embargo, la incursión de nuevos productores en el mercado mundial –Java, Sumatra, Indias Holandesas, principalmente–, rebajó el precio mundial, sumado ello a los problemas internos de calidad, producción,

procesamiento y empaque. El resultado fue la crisis de las regiones tabacaleras. Aunque las exportaciones colombianas lograron mantenerse en términos de cantidad hasta 1875, los ingresos disminuyeron. El ciclo de la exportación de tabaco sólo duró 26 años, desde 1854 hasta 1880. A partir de ese momento las plantaciones sirvieron principalmente para abastecer la demanda interna y luego, durante la primera mitad del s iglo XX, a las recién creadas industrias de cigarrillos. Las regiones con tradición tabacalera desde del s iglo XVIII fueron Santander y el Valle del Cauca. El monopolio en la época colonial se redujo a las áreas de producción legal, a los distritos de Zapatoca, Girón y Piedecuesta y aunque su producción no tuvo una historia exitosa en los mercados externos, fue una importante fuente de ingresos fiscales y permitió el abastecimiento de la demanda local. QUINA Conocida comúnmente con el nombre de chinchona, la quina es la corteza del árbol quino, el cual crece silvestre en las selvas sub-andinas, y l lega incluso a los 1000 y 3000 metros sobre el nivel del mar. Fue utilizada en medicina como antiséptico y para controlar las fieb res tercianas Las quinas l legaron a ocupar uno de los puestos más importantes entre las plantas medicinales del mundo, pues su amarga corteza fue, durante

varios siglos, uno de los remedios más efectivos para tratar la malaria. Es por esto que en el último cuarto del siglo XVIII, dentro de las llamadas reformas borbónicas, se impulsaron las expediciones botánicas a lo largo de América Latina y Fi lipinas, tendientes a aumentar las riquezas

naturales mediante el control de su producción y comercialización. Así, se propuso la realización de un inventario de la flora de las colonias, dando prioridad a los vegetales útiles para la industria, la medicina y el comercio. El estudio de la quina, de sus variedades y de sus propiedades terapéuticas fue uno de los que mayor impulso recibió. En la Nueva Granada, José Celestino Mutis y Francisco José de Caldas subrayaron en sus

escri tos las vi rtudes de las quinas. En la Nueva Granada la distribución de quinas de los géneros Cinchona y Cascarilla se dio principalmente en el piedemonte ama zónico, en límites con la cordillera de los Andes, el Nudo de los Pastos, la bota caucana y los territorios del actual Magdalena Medio, en donde estuvieron los principales centros de acopio de la región como Popayán, Pasto, Almaguer, Mocoa y Bucaramanga. Con la ca ída de las exportaciones de tabaco, la quina se convirtió, en la década de los 70, en el principal producto de exportación del país, pero rápidamente entró en decadencia debido al establecimiento de grandes plantaciones por parte de los ingleses en sus colonias d el sureste asiático, particularmente en Java y Cei lán, las cuales comenzaron a ser preferidas por sus menores costos y mayor productividad. La quina constituyó el principal producto de extracción forestal, explotado durante el siglo XIX en Colombia. Entre 1860 y 1900, Con la disminución

de las exportaciones de quina, las zonas que inicialmente habían a lcanzado un dinamismo importante, sufrieron procesos de est ancamiento, de disminución del precio de la tierra y reducción de las posibilidades de empleo, incluso de despoblamiento por la migración hacia regiones con mejores oportunidades, en particular aquéllas donde el café estaba ascendiendo.

AÑIL se cul tivó como materia prima para la industria artesanal de tejidos de a lgodón. La producción se incrementó notablemente cua ndo se encontraron

oportunidades en su exportación a mediados de la década de 1860. Al igual que el tabaco y la quina su cultivo y extracción es tuvo caracterizada por tendencias especulativas. La ruina del comercio de añil se debió a la invención de los colorantes artificiales en Prusia y a l restablecimiento de las

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10 exportaciones de Bengala, el principal abastecedor del mercado inglés. Desde ese momento esta planta fue relegada a un uso me ramente artesanal. Con el descenso del tabaco, los capitales invertidos comenzaron a retirarse y la producción de añil a extenderse a las zonas a ledañas a la región de Ambalema, el puerto de Honda y las márgenes del río Magdalena, pues contaban ya con la facilidad de mantener asentamientos de mano de obra. Si bien es cierto que su actividad no generó el mismo ri tmo de exportaciones del tabaco y la quina, permitió la acumulación de capitales y la dinamización de los ingresos frente a la crisis de estos productos en los mercados internacionales. Sin embargo, a diferencia del tabaco o la quina, el añil requería de una inversión en capital relativamente importante y representaba un riesgo de

inversión mayor, pues el producto exportado no era silvestre, requería de un procesamiento y la inversión después de realizada no podría recibir usos alternativos. Sólo comerciantes y terratenientes de reconocida trayectoria contaban con la acumulación de capital para inic iar tal negocio. Una de las singularidades de la producción del añil, fue la del carácter extensivo del cultivo y las diferentes posibilidades de extracción del índigo,

de acuerdo con el mayor o menor tiempo de maceración. Según ésta existen diferentes calidades de añil, es decir, mientras más tiempo duraba la maceración de la yerba, más cantidad se obtenía, pero con una calidad inferior. Son frecuentes las alusiones en periódicos y publicaciones

técnicas de la época sobre la particularidad que tenía el añil de agotar muy pronto la productividad de la tierra, razón por la que se necesitaban mayores niveles de inversión en arar la tierra, rotar las cosechas e introducir el uso de abonos y fertilizantes. Los productores más notables fueron terratenientes ricos o importantes comerciantes de las principales ciudades de la Colombia del XIX.

Producto Característica o f inalidad del producto

Regiones productoras Causa de su caída.

TABACO

QUINA

ANIL

EL CAFÉ Y LA COLONIZACIÓN ANTIOQUEÑA La colonización antioqueña fue un fenómeno expansivo de población que marcó un hito social y económico en el siglo XIX, implicó la aparición y fundación de centros urbanos y la consolidación de lo que hoy conocemos como el eje cafetero.

Geográficamente, esta expansión hizo que antiguos Departamentos como Antioquia y el Gran Caldas dieran lugar a nuevos Departamentos y el crecimiento poblacional de otros. Los Departamentos nuevos fueron Risaralda, Caldas y Quindío.

Las zonas que se vieron influidas por el crecimiento poblacional fueron Choco, Norte del Valle del Cauca y Norte del Tolima. Esta expansión se considera económica por varias razones. Hizo aparecer nuevos productos agrícolas, como el café, que implicaron nuevas maneras de explotación. Igualmente, este fenómeno aceleró los procesos de crecimiento del transporte ferroviario.

Estos hechos provocaron que la población aumentara y se esparciera rápidamente por aquellas zonas que estaban dominadas por los valles y las vertientes de ríos que por allí cruzan. Al crecer la población se modificó sustancialmente la distribución de los habitantes en el territorio nacional y se abrieron zonas agrícolas en áreas hasta entonces no cultivadas . Pero también este proceso fue impulsado por la saturación demográfica de algunas regiones, por el agotamiento de las tierras y por la facilidad de adquirir tierra en estas nuevas áreas .

Primera etapa de la colonización

Primera etapa: La Arriería y la consolidación de los poblados de Sonsón, Abejorral, Aguadas y Arma viejo. Estas poblaciones se localizan al sur del Departamento de Antioquia y entre 1800 y 1810 fueron claves como sitios de conexión con las rutas que los colonos o arrieros iban trazando desde Antioquia hacia el sur occidente colombiano. Estos poblados no sólo fueron sitios de conexión, sino que sumaron más colonos que salían en

búsqueda de nuevas tierras y sobre todo, de 2 actividades que llamaban la atención del arriero: la guaquería; actividad que consistía en buscar tesoros indígenas; y el caucho, una actividad que consistía en la siembra y explotación de un árbol llamado caucho y que producía un producto para la obtención del caucho.

Durante esta etapa, y l igado al fenómeno de la colonización, se consolidó históricamente el oficio de la arriería y, por ende, la figura del arriero. El trabajo consistía en transportar toda clase de mercaderías : materias primas de minería y de agricul tura , especia lmente café y objetos de

manufactura sobre el lomo de las mulas . Los arrieros emprendían largas y agotadoras jornadas haciendo cruzar las mulas por los caminos y llevando no sólo las mercancías sino también su propio legado cultural . ACTIVIDAD

1) ¿Cuál Fue la importancia del café en la economía nacional? 2) ¿Por qué se dio una migración interna de personas de la zona de Antioquia a la región geográfica del viejo caldas y norte de l valle?

3) ¿Qué características económicas tenían las familias colonizadora? 4) Realizo un mapa de Colombia y ubico las zonas y rutas de migración.

"LAS TRES TAZAS"

Cuadro Costumbrista de José María Vergara y Vergara

Al Señor Ricardo Silva. Mi querido Ricardo: Te dedico estas tres tazas, llenas la una de chocolate, la otra de café y la tercera de té. Tómate la que qu ieras; lo dejo a tu elección; pero no creo que seas ecléctico hasta el punto de tomarte todas tres. Debes escoger una y vaciar las otras dos. Tu

paisano, AREIZIPA

TAZA PRIMERA

SANTAFÉ

Soy coleccionador, bibliómano o anticuario; no sé cuál de las tres cosas será; pero, sea lo que fuere, le confieso con rubor, porque no se me oculta el ridículo que sigue a estos oficios serviles en nuestra tierra. Si en lugar de eso fuera revolucionario como don N... que está graduado

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ya de doctor en revoluciones, y que es muy bien recibido en la sociedad; o s i fuera mi l i tar, profes ión que imprime carácter; o agiotis ta , profesión que idealiza a l individuo, lo confesaría en alta voz y andaría con la frente tranquila y la conciencia erguida… como dicen a lgunos que se retiran a la vida privada. Creo que como dicen es "con la frente erguida y la conciencia tranquila", y s i yo he dicho a l revés , no te afanes . Sería equivocación del ca ji s ta , que de ésas he vis to yo. Empezar con un papel es un florete, español de lo más florete que puede hacer el hombre, criatura nacida para hacer siempre papel . EL largo de la esquela es una cuarta , medida española: el ancho, media; y el margen tiene cuatro dedos . ¿Quieres que la lea?

Doña Tadea Lozano saluda a Ud. y le ruega que venga esta noche a tomar en ésta su casa el refresco que ofrece en obsequio de algunos amigos. Señor don Cristóbal de Vergara. Santafé y mayo 13 de 1813. He oído contar en casa que este refresco fue de lo más sonado, de lo grande. Asistieron cincuenta personas de lo más escogido que había en la

ciudad: Nariño, Baraya, Torres, Madrid y otros personajes por el estilo. Nariño estaba en vísperas de marchar a l Sur con su va liente ejérci to; y la marquesa de San Jorge quería darle por despedida, lo que se l lamaba entonces un refresco, es decir, una taza de chocolate.

EL pa lacio de la marquesa, era, tú lo sabes, la misma hermosa sólida y opulenta casa qu e queda en la esquina de Lesmes, y en que vive hoy don Ruperto Restrepo. Era y es una casa cien veces mejor que lo que hoy se usa, estas casuchas que se vengan en altura de techos de lo que pierden en extensión de terreno; fábricas de tifos y de tri stezas; copia exacta de la generación actual; casas de gran fachada y s in huertas ni

jardines: con la casa de la marquesa ahí está a la vista: es cien veces mejor que las de hoy. Su dueño no debe cambiarla si no le dan doscie ntas casuchas de éstas que la moda levanta.

Pues en uno de sus salones fue donde se reunió la sociedad que iba a tomar un refresco la noche del 13 de mayo de 1813. Treinta caballeros y veinticinco señoras y señoritas, asistían. Era el tra je de los caballeros, zapato de hebilla, media de seda, pantalón rodillero con hebil la de oro, chaleco blanco y casaca s in solapas, según la última moda, y que era l lamada Bonapartina. El tra je de las señori tas cons is tía en camisón de seda de ta l le muy a l to y descotado, mangas corridas , fa lda estrecha. La gran sala estaba colgada de tela de seda recogida en profusos pliegues. El mobiliario consistía en tres sofás con prolija obra de talla dorada, y cuyos brazos semejaban culebras que mordían una manzana. Fuera de los sofás había unas cincuenta sillas de brazos , también doradas y forradas como aquéllos, de damasco de Filipinas . Del techo colgaban tres grandes cuadros dorados en que se veían los retratos del

conquistador Alonso de Olaya, fundador del marquesado; de don Beltrán de Caicedo, último marqués de San Jorg e, por la rama de Caicedos; y de don Jorge de Lozano, poseedor del marquesado en 1813. El refresco tuvo lugar a las ocho de la noche, en el vasto comedor. La mesa, cubierta con un mantel de a lemanisco de respland eciente

blancura, soportaba el enorme peso de los platos de colaciones, las botellas de a loja y los botellones de vino español . Sobre las servi l letas dobladas reposaban grandes platos: entre éstos había platos pequeños; y entre los pequeños había pozuelos en que hacía visos azules y

dorados la espuma de un chocolate que estaba guardado en pastillas hacía ocho años, en grandes arcones de cedro. El cacao había venido desde Cúcuta, y para molerlo se habían observado todas las reglas del arte, tan descuidadas hoy por nuestras cocineras. Se ha bía mezclado a la masa del cacao canela aromática, y se había humedecido con vino. En seguida cada pastilla había sido envuelta en papel, pa ra entrar en el

arcón en que iba a reposar ocho años. Para hacer el chocolate no se habían olvidado tampoco las prescripciones d e los sabios. E1 agua había hervido una vez cuando se le echaba la pastilla; y después de esto se le dejaba hervi r otras dos , dejando que la pasti l la se desbaratara

suavemente. E1 molinillo no servía para desbaratar la respetable pastilla a porrazos como l o hacen hoy innobles cocineras ; no, en aquel la edad de oro el molinillo no servía sino para batir el chocolate después de un tercer hervor, y combinando científicamente sus generosas partículas, hacerle producir esa espuma que hacía visos de oro y azul, qu e ya no se ve sino en las casas de una que otra familia que se estima. Preparado así el chocolate, exhala un perfume…¡un perfume…! ¡Musa de Grecia, la de las ingeniosas ficciones , hazme el favor de decirme cómo diablos se pudiera hacer l legar a las narices de mis actuales conciudadanos el perfume de aquel chocolate colonia l ! Es to en cuanto a l olfato; ¡pero en cuanto al sabor…! Es de advertir que la regla usada entonces por aquellas venerables cocineras, era la de echar dos pasti l las por jícara , y ninguna de aquellas sabias cocineras, se equivocaba. Si los convidados eran diez, se echaban veinte pastillas. Hoy… ¡l lanto cuesta

el decirlo! Hoy… hay cocineras que echan a pastilla por barba. ¿Qué digo? ¡Hay casas en que con una pasti l la despachan tres v íctimas! Pero el sabor de aquel chocolate era igual a su perfume; la cucharilla de plata entraba en el blando seno de la jícara con di ficul tad. No se

hacían buches de chocolate como ahora, no; ni se tomaba de prisa, ni con los ojos abiertos y el espíri tu cerrado. Cada prócer de aquél los cerraba un poquillo los ojos, al poner la cuchari ta de plata l lena de chocolate en la lengua: le pa ladeaba, le tragaba con ma jestad

El aristocrático refresco había terminado. Los agraciados volvieron al salón precedidos por el gran Nariño que daba el brazo a la marquesa de San Jorge. Apenas llegaron a l salón rompió la música de cuerda que estaba prevenida, con una alegre contradanza que hizo saltar de alegr ía a todos los que la escuchaban. Puso la contradanza el elegante Madrid con la hermosa doña Genoveva Ricaurte. Las figuras fueron paseo, cadena y triunfo, tras de la contradanza se bailaron un capitusé, un zorongo, un ondú y dos cañas. Eran las doce de la noche, dadas en el gran reloj de

cuco que sonaba en la recámara, y los convidados se prepararon para retirarse. Los hombres pidieron a sus pajes sus ricas capas de paño de grana, su espada y su sombrero de castor: las mujeres pidieron a los caballeros sus mantos y sus pastoras , y sa l ieron precedi dos de sus s i rvientes que l levaban grandes faroles para a lumbrar las ca l les sol i tarias por donde se reti raban los elegantes tertul ianos .

Cuatro años después todos los hombres de aquella tertulia, menos dos, habían sido fusilados: todas las mujeres , menos tres , h abían s ido desterradas. Morillo hizo su cosecha de sangre. Pasó aquella tempestad y vino Bolívar. Con Bolívar vinieron los ingleses de la legión británica, y con el los , ¡cosa tri s te! el uso del café, que vino a supl i r la taza de chocolate.

SEGUNDA TAZA, SANTAFÉ DE BOGOTÁ "Juan de las Viñas saluda a usted y le ruega que concurra esta noche a su casa a tomar una taza de café. Esta boleta, en papel azul, de carta,

con una viñeta que representa un amor dormido, tiene, como lo ves, la fecha 1848. El café me era conocido como un remedio excelente, feo como todo remedio; mas no lo conocía bajo la faz de bebida tan deliciosa que mereciese un convite. En un jueves santo, día de ayuno y de

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abstinencia, había salido a tomar una tacita de café; y en una que otra indisposición de estómago, se me había propinado una taci ta de agua en que se habían hervido tres granos de café, que aquella agua de cúbica, no se podía prestar a gran cosa para los placeres de la amistad y de la reunión. No comprendía, cómo mi amigo el señor de las Viñas y sus convidados, mozos de excelente humor y mejor salud, que de seguro no habían ayunado ese día, ni se habían abstenido de carnes, fueran a gastar una noche tomando café. Mi estómago sol lozaba con l a idea de renunciar esa noche a mi chocolate de media canela, aromático y a l imenticio; pero mi espíri tu novelero se exa l taba con la idea s iempre mágica de ir a penetrar lo desconocido. El chocolate era para mí un amigo de infancia ; pero me halagaba la idea de i r a conoc er aquel extranjero a la moda. ¡Perra natura leza humana! ¿Qué neces idad tenía yo de nuevas amistades?

Sea como fuere, yo no renuncié al convite. A las siete de la noche me dirigí a la casa de Viñas, armado de punta en blanco. E 1 tra je de ba i le que se usaba en aquel tiempo, y era el que yo llevaba, consistía en zapato sin tacón, pantalón con ancha trabilla, l leno de pliegues en la cintura y sumamente angosto en su parte inferior. Presencié una vez el caso de que un dandy tuviera que colgar sus panta lones sobre u na viga , y

meterse en ellos para que el peso del cuerpo hiciera entrar las piernas en aquellos tarros. El chaleco era de seda y tenía enormes solapas . La casaca de paño negro era tan angosta y puntiaguda que cuando el caballero se inclinaba para ponerse a los pies de una dama, la fa lda se

levantaba recta y formaba un ángulo de setenta y un grados con las piernas del héroe. La corbata era muy ancha y se echaba co n doble vuelta, y los cuellos de la camisa, muy anchos también, volteaban, dando a las caras un aire de inocencia que engañó a muchos y a muchas . No hay que fiarse en la inocencia de las caras que tienen cuellos volteados, ni en la gravedad que ostentan las que usan cuel los parados : uno y otra

son engañosos y mentirosos . La sa la del señor y la señora Viñas era de una sencillez patriarcal. Las blancas paredes no tenían más adorno que el que le ponen a los difuntos

cuando su inconsolable viuda, sus afligidos huérfanos y sus inconsolables amigos les dicen: quede usted con Dios. Ya se entie nde que hablo de la ca l . Sobre la blanca cal de las paredes, había láminas que nada tenían de homogéneas: eran San José al óleo, obra de Figueroa; un cuadro que representaba la muerte de Napoleón y dos láminas en cristal. Los sofás forrados en verde, los taburetes de cuero, las mesas pintadas de mala mano, todo indicaba una vulgar de esas que se llaman con el adjetivo decentes. las parejas. Veinte muchachas que ni ba jaban de los diez y ocho ni pasaban de los veinticuatro años: veinte muchachas rollizas, de caras ovaladas llenas de hoyuelos, de mejillas pintadas por la salud y la juventud, de ojos pícaros pero inocentes, amorosos pero señoriles, de bocas frescas que se perecían por hablar, pero que call aban modestas ;

de cuerpos rollizos vestidos con humildes camisones, y s in más adornos en las cabezas que dos trenzas de abundante pelo; veinte doncel las l i stas para ser buenas esposas y buenas madres; con ausencia total de lectura de novelas de Dumas y de romanticismo y de jara nas; tales eran las parejas con que se puso una contradanza que hizo estremecer la tierra en sus ejes , y se ba i laron unos sendos va lses .

Las parejas hombres, eran de lo más disparejo que puede darse en vestidos y en figuras. Unos gastábamos gabán; pero yo vi a uno que bai ló con chaqueta. Era una tertulia casera. La contradanza, gloria de nuestros padres y gloria nuestra , de que se han privado nuestros hi jos .

Cuando la pareja que iba poniendo la contradanza llegaba a l fin de la hilera, era de verse aquel concertado desorden, aquel la s is temática anarquía, aquel arreglado movimiento con que se movían cuarenta personas ejecutando a un tiempo las vistosas figuras. Y s i la contradanza era obligada, es decir, compuesta de figuras muy difíciles, había un momento, aquel en que se ejecutaba el paso más obligado, en que hasta el

espectador gozaba como no han soñado goza. Unas dos contradanzas y unos tres valses redondos se habrían bailado cuando en un interregno se apareció en la sala mi amigo el de las Viñas,

y con su misma cara de alma de cántaro que conservó hasta la muerte, adornada en ese momento con sonrisa de ga la , di jo en voz a l ta : ¡Zeñores , vamoz a tomar café! El golpe estaba dado, la situación era dramática. Por pronunciar dos zetas y la palabra café había gastado Viñas cincuenta pesos redondos. Nos lanzamos a tomar los brazos de las hermosas convidadas, y nos dirigimos al comedor. Viñas nos precedía l levando del brazo a su esposa, Magdalena Parra , que ya es muerta. EL refresco empezó por a jiaco, el modesto, el irreemplazable a jiaco, que si figurara en algún lenguaje debería tener por s ign i ficado: méri to sól ido. Tras del a jiaco s iguieron unos hermosos pollos asados, dignos de un príncipe convaleciente. Tras de los pollos hubo vinos : vino tinto,

vino dulce y vino de consagrar. Tomamos más de lo justo, aunque no tomamos con injusticia: nos a legramos y nos enternecimos. En esta del icada situación de ánimo se oyó en la cercana cocina un ruido de molinillos, y acto continu o entraron tres criadas bien vestidas , trayendo en tres grandes canasti l los pastusos , muchos pozuelos blancos l lenos de café.

Fue el segundo momento solemne. Todos mirábamos con curiosidad aquel licor negro y espeso que venía entre sus sepulcros blancos , como las almas de los fariseos. Nos pusieron por delante a cada convidado nuestro pocillo de café hervido y batido, y cada uno dio el primer sorbo.

¡Oh Si lva! ¡oh Si lva! ¡qué sorbo! ¡qué sorbo!

TAZA TERCERA BOGOTÁ

¡Todo ha variado! decía yo no hace muchos días, reclinado de codos sobre mi mesa, y teniendo por delante una esquela de convite. Amigos ,

costumbres, esquelas, a limentos; ¡todo ha variado! ¡Qué triste es quedarse uno poco a poco atrás! ¡Qué triste y qué desolador es encontrarse uno de extranjero e n su patria! Ta les reflexiones las hacía yo sobre un cuadro de papel porcelana, duro como los corazones de hoy, frío como las a lmas de hoy, inmaculado

como los corazones de antes , que decía as í en l indís imos y pequeñís imos tipos : Los marqueses de Gacharná hacen sus cumplimientos a José María Vergara, caballero, y le avisan que el 30 del mes entrante, siendo el cumpleaños de señora la marquesa,

se hará música en el hogar y se tomará el té en familia. (Traje de etiqueta.) ¿Qué demonios es esto? repetía yo, a ludiendo a un estribillo de bambuco, y l lorando sobre mí y sobre mi patria: ¿qué demonios es esto? Yo

que he jurado no salir de Bogotá y morir aquí encerrado entre las retrógradas costumbres de mis cariñosos amigos, ¿cómo me en cuentro de repente tras ladado a un puerto de mar?

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¿Quiénes son estos marqueses? ¿Qué idioma es éste? ¿Por qué hacen música? ¿Por qué toman el té en fami l ia y no en taza? Y sob re todo, ¿por qué toman el té en lugar de tomar agua de borraja, que era de sudorífico que enantes se usaba?¿po r qué sudan o quieren sudar? ¡Ay, mi Bogotá! ¿Dónde estás, arrabal de mis entrañas? ¿Quién me diera que en vez de este té fuera un chocolate en casa de Sa mper, con as is tencia de Carrasqui l la , Marroquín, Qui jano, Va lenzuela , Pombo, Guarín, Sa lvador Camacho y otros que no sudan? Y esta lista la hacía yo por buscar a lgunos de esos nombres entre la lista de convidados que me acompañaban los marqueses , se guramente para que viera yo con quién tenía que habérmelas, pues no había de ser para que escogiera, como quien escoge plato en la carta de un hotel . Los convidados eran:

Señor el Duque de la Peniere, correo de gabinete de S. M. el Emperador Napoleón. Señor el barón Planagenet Dikswhy, cónsul de Inglaterra . Señor el genera l Patricio Can de Lero.

Señor Béndix Mata l lana, artis ta . Señor A. Bedghi lmnpqrst, di l i tantti a lemán.

¡Todos son por el estilo, Dios eterno! exclamaba yo cuando, después de veinte nombres más entre los que había algunos de muje res , divisé éste: Señor Cas imiro de la Vigne, cabal lero.

—¡Un paisano! gri té a lborozado. Mis lectores no saben quién es Casimiro de la Vigne; era el hijo mayor de Juan de las Viña. En 1848, época en que empezamos a tomar café,

era niño de ocho años; en 1865, en qué pasaba la escena de la taza de té, tenía veinticinco. Cuando él tenía ocho y yo veinte, él era un niño y yo un joven y él me l lamaba de usted y señor don. Ahora que él tiene veinticinco y yo treinta y s iete, ambos somos jóvenes y el me trata de tú y me l lama José María a secas , c omo conviene entre personas de una misma edad. La edad, pues, nos ha apartado y nos ha juntado: esos doce años de diferencia que le llevo se acortan o se a largan. Hoy somos iguales; pero volverá otra época en que vuelvan a aparecer los doce años en cuestión; cuando él tenga cinc uenta y yo sesenta y dos , él será apenas un hombre maduro y yo un viejo achacoso. Quién sabe s i entonces vuelva a llamarme señor y don y a tratarme de usted. Pero como ahora somos de la misma edad, al encontrar su nombre sentí grande alborozo; iba a tener un compañero, y p or eso gri té

¡un paisano! Falta explicar por qué siendo hijo del señor de las Viñas, se l lama de la Vigne. En el colegio, en que se ponen apodos todos los muchachos, apodos que a veces se inmortalizan, Casimiro, que no tenía ninguno, entró a la clase de francés. Los muchachos que aprendían entonces el bonjour, traducían al francés todo lo que encontraban por delante: tradujeron a l catedrático, a l pasante y se tradujeron as í

mismos. EL doctor Herrera Espada se convirtió en Mr. La Forgue de l 'Espée; el pasante, Mateo Castillo, se transfiguró en Mathieu Chateau, y andando

el tiempo vino a quedar con el nombre de Chato, como corruptela de Chateau; y Chato Castillo se llama y se llamará hasta el día del juicio, a pesar de que tiene unas narices descomunales. Casimiro Viñas fue llamado Casimiro de la Vigne, y como no tenía antes sobrenombre a lguno, le quedó éste. el mozo era de talento y se hizo el bobo; se estuvo un semestre enfadándose cada vez que le quitaban su ridículo apel l ido y le

daban su elegante apodo. Los otros muchachos por llevarle la contraria no le llamaban sino de la Vigne. Al fín del sem estre fingió el bribón de Cas imiro que aceptaba el apodo por darles gusto, y comenzó a firmar con él. Hé aquí cómo logró bautizarse a su gusto. Provis t o de aquel

apellido, de una buena figura y de un carácter s impático, ha penetrado en todos los salones de lo que se llama entre nosotros alta sociedad y que no es a lta de ninguna manera. Por estos motivos, su nombre estaba inscrito en la carta de los marqueses , y por eso iba yo a tener un amigo, un paisano, en aquel la tierra de moros . EL marqués de Gacharná es un francesito, natural de Sutamerchán. De edad de veintiún años , logró i r a París ; vivió en un quinto piso, devorando escaseces dos años mortales; volvió a Bogotá, donde se casó con una inglesa nacida en el barrio de Santa Bárbara, y que tenía su dote consistente en dos casas que le dejó su padre Don Juan de Dios Almanza. Ella era superficial y él superficial; ella amaba lo extranjero, y él se perecía por lo europeo: ella era flaca y él flaco; ella tenía dos casas y él no tenía ninguna; pero en cambio él había hecho un via je a París y

el la no había sa l ido de la ca l le del Rodadero. Llegó por fin el 30 del mes entrante. A medio día me hice afeitar y peinar por Saunier, y a las ocho de la noche comencé a ve stirme. Ca lcé botín de cabritilla: siete centímetros más angosto que la planta de mi pie, vestí pantalón negro de satín, camisa de holán tejido, chaleco y corbata

blancos y gabán negra abrochada de un botón. mi pañizuelo que no resistía incólume un estornudo; suspendí de un cordón de oro un French, parado por costumbre, y me ca lcé unos guantes blancos .

Me abstuve de refrescar, puesto que iba a tomar té y en familia nada menos, que así debía tocarme gran cantidad. Eran las die z de la noche y me dirigí a la casa de señores los marqueses, sita en el boulevar del Cuartillo de Queso, abajo del malecón de la Carnicería. El zaguán estaba de par en par, y entré hasta la galería de cristales, en donde encontré un portero que recibió mi carta. Entre a l salón e hice tres saludos: uno en la puerta , otro en la mitad del camino y el tercero al tomar asiento. Había diez o doce invitados; pero los demás no acabaron de entrar hasta las doce de la noche. Estuvimos dos horas en una tertul ia del iciosa; nadie hablaba.

Cada hora decía por turno una palabra algún convidado, y todos nos reíamos de prisa para volver a quedar en silencio. La palabra que se decía y que hacía reír era ésta u otra semejante: esta noche hace frío. Al cabo de una hora decía otro convidado: no ha l legado el paquete; y volvíamos a reírnos en tres notas : do, re y sol .

El tra je de las señoras era muy notable. Gastaban camisón de larguísima cola, lo que, unido al peinado, les daba aspecto de un monstruo. El peluquero francés había hecho aquel edificio sobre sus cabezas vacías. Con almohadas y colchones había abul tado dos cachos que corrían por encima de la oreja, terminando en puntas muy adelante de la frente; y detrás había otro promontorio sin modelo conocido. Una vez que la dama está peinada, hacen caminar por encima de su peinado un gato ..

Esa noche cuando señora la marquesa concluyó su toilette, fue a dar un beso a su hijo, antes de venirse a la sa la ; y el marques i to a l ver a mamá con aquel los cachos y aquel la cola , se tapó la cara gri tando: ¡el coco! ¡el coco! A las doce se pusieron las mesas de juego: dos tomaron un a jedrez, cuatro un dominó, que es uno de los juegos más compl icados que se

conocen. A la una de la mañana entró un caballero vestido a la última moda, y con guantes blancos. Yo me levanté para saludarlo; pero todos los otros se quedaron quietos, y Casimiro me dijo en voz pianísima; ¡no seas bruto! —Yo le repliqué en pianísimo que no comprendía, y él me

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contestó en flautinísimo que era el criado que entraba a servir el té . Todos volvieron a mirarme sorprendidos de aquel inconveniente y yo me ruboricé como una novicia. El caballero vestido de criado volvió a entrar trayendo la tetera de plata alemana, y los marqueses se levantaron gravemente a servir el té humeante. Un terrón de azúcar refinado, más blanco que mis guantes, estaba en el fondo de una taza más blanca que el azúcar; y sobre el terrón cayó un chorro de agua hirviendo y un poquillo de leche tan blanca como el azúcar o la taza. Yo apuré mi taza, y como el agua estaba ca liente y yo en ayunas, comencé a sudar prodigiosamente, que bien lo necesitaba, y un suave calor me subió hasta el cerebro. Tenía un hambre tiránica, y di rigí la vista buscando a quién comerme. Los dueños de la casa estaban muy flacos, y me lancé sobre una bandeja que contenía bizcochuelos extranjeros marcados con el sello de la fábrica . Aunque sabían a enfermedad, me comí con dis imulo

catorce docenas, que vienen a ser tanto como un cuartillo de nuestros biscochuelos bogotanos . Al rebul l i r el té con la cuchar a tuve la i rreverencia de dejarla dentro de la taza, por lo cual el criado me la volvió a llenar, tomé la segunda taza sin quitar la cuchara y el criado me la volvió a l lenar mientras me limpié un ojo. No atreviéndome hacer un desplante; de miedo de que me desafiaran, me tomé la tercera taza;

pero comprendiendo que en la cuchara estaba el misterio de aquella insistencia, la separé de la taza y para que no quedara duda, la puse debajo del plato. El criado cesó entonces en su furor, y yo me quedé inmoble, lleno de líquido y de bizcochuel i tos que sabían a a lcoba de

enfermo; todavía con hambre y s in embargo lleno; con gana de arrojar todo lo que me sobraba, y s in embargo con gana de comer todo lo que fa l taba.000. Sa l imos a las cuatro horas menos un cuarto de la mañana, según dijo Monsieur de Gacharná viendo su muestra. Soplaba un viento frío de lo

más sutil que ha podido inventarse, y como yo estaba en cuerpo, con camisa de holán batista, y los tragos con té me habían hecho derretir en sudor, atrapé una pulmonía que fue considerada por los médicos como una obra maestra en su género: l legaron hasta desear que no me

sa lvara para ver cómo estaban mis pulmones. Sin embargo, a despecho de la ciencia atravesé aquella crisis con felicidad y me he alegrado de no haber fa l lecido, y es porque tengo curios idad de l legar a la cuarta época de B ogotá, para ver a qué se convida entonces . En 1813, se convidaba a tomar una taza de chocolate, en taza de plata . y había ba i le, a legría , elegancia y decoro. En 1848, se convidaba a tomar una taza de café, en taza de loza, y había a lboroto, juventud, cordi a l idad y decoro. En 1866, se convida a tomar una taza de té en familia, y hay silencio, equívocos, indecentes, bailes de parva, ninguna a legrí a y mucho tono. Espero que así como en 1866 se me ha convidado a tomar el té en familia, en 1880 se convidará a to mar quinina entre amigos. Están de moda los sudoríficos y antiespasmódicos .

1. EN EL SIGUIENTE CUADRO ANALIZO EL TEXTO

TAZA FECHA Y LUGAR

PERSONAJES DESTACADOS

CARACTERISTICAS CULTURALES, VESTUARIO, MODAS, MUSICA

CHOCOLATE

CAFÉ TE

2. ¿Qué piensa el autor de los cambios que trajo la modernidad al país? 3. ¿Cuáles eran las diferencias en la preparación y en el consumir de cada una de las tres bebidas? 4. ¿Qué critica hace el autor aquellos de las costumbres extranjeras que llegaron en el siglo XIX? 5. Realiza un cuadro conceptual explicando las características del costumbrismo. 6. De todas las descripciones que el autor hace de las tazas, ¿cuál es la que más te gusta y por qué? 7. Consultar qué fue la colonización antioqueña y representar dicho proceso a través de un mapa de Colombia.