gestion en radiologia n4

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Dicen que sucedió en un hospital de Navarra, pero bien podría haber ocurrido en uno de Alicante: En la habitación 315 del servicio de Urología están ingresados Enrique Lozano, de 65 años de edad, y Enrique García, de 45. El primero va a ser intervenido de una neoformación de vejiga hoy lunes, 30 de julio. El segundo ingresó de urgencia en la tarde de ayer por un cuadro de hematuria copiosa; se le ha programado para urografía y ecografía, que se le realizarán en la mañana de hoy. Ambos han sido conve- nientemente preparados y, aunque llevan poco tiempo ingresados en la misma habitación, entre ellos se ha generado una corriente de simpatía. A las 8 de la mañana, Enrique García se está aseando en el baño. Ambos esperan un celador que les acompañe al servicio co- rrespondiente. El celador (Juan José Pérez) entra en la habitación y pregunta - ¿Enrique? - Sí soy yo. - Bueno, pues vámonos. En el trayecto, Juan José intenta, con su simpatía habitual, contribuir a disminuir la ansiedad y preocupación que comúnmente desatan los pacientes cuando se les va a realizar una prueba o exploración en el hospital. Aparca la cama a la entrada del Servicio de Radiología y comenta en recepción: es Enrique, el paciente de la 315 de Urología. El técnico de radiodiagnóstico, cumpliendo con las más es- trictas normas del programa de mejora de la calidad implantado en el servicio, se presenta al paciente y le comenta: esta prueba va a durar un ratito, como usted fue preparado anoche, es de esperar que no tengamos ningún problema añadido. De cuando en cuando yo le hablaré pero usted no me verá, y es impor- tante que esté relajado, le tenemos que hacer varias proyecciones y ahora, mientras yo ter- mino de preparar el material, vendrá el enfer- mero para inyectarle el contraste. Cualquier duda que tenga, no dude en preguntarla a cualquiera de nosotros.Entre tanto, otro celador, Pascual Gómez, ha acompañado a Enrique Lozano al quirófano. El anestesiólogo, sorpren- dido por el aspecto tan juvenil del paciente, en la inducción anestésica, le pregunta -¿Qué edad tiene, Enrique? -45 -, le contesta. En ese instante el anestesiólogo se percata de que ha habido un error y contacta con la planta donde, efectivamente, se lo ratifican y, a su vez, llaman al Servicio de Radiología, paralizan la exploración y cada paciente finalmente recibe los cuidados que necesitaba. ¿Qué ha pasado? ¡Ah!, pero ¿ha pasado algo?; pero si nadie ha sufrido ningún daño. Entonces, ¿no hacemos nada?. Sí, damos gracias a Dios, y perdemos una oportunidad de mejora importante.¿Por qué ha sucedido? ¿Dónde, con quién comen- tamos lo sucedido?. Todos estos interrogantes son más importantes que el planteamiento de quién es el responsable del error cometido. Si cuestionamos a las personas es posible que éstas no se vuelvan a equivocar, pero siempre habrá otras en riesgo de hacerlo mientras que, si cuestionamos los sistemas, si nos esforza- mos por construir una organización que, cen- trada en el paciente, haga más seguros los cuidados, facilitaremos el ambiente para que las personas no se equivoquen. Y éste es el enfoque que nos recomienda la Organización Mundial de la Salud (OMS) en su Alianza Mun- dial por la Seguridad del Paciente 1. La asistencia sanitaria no está exenta de ries- gos y los servicios de Radiología tampoco. En este escenario conviven profesionales altamen- te cualificados con equipamientos tremenda- mente sofisticados, y cada día con pruebas más intervencionistas, sobre pacientes más vulnerables. En este contexto es difícil eliminar los riesgos. Sin embargo, es necesario aumen- tar los esfuerzos para garantizar la seguridad del paciente, entendida como “la gestión del riesgo para alcanzar la ausencia, prevención y mejora de los resultados adversos evitables originados como consecuencia de la atención sanitaria”. Eso supone buenas prácticas por parte de los profesionales, buena comunicación entre ellos y con los pacientes, equipos con un adecuado mantenimiento, en una organización que se preocupe por la mejora de la seguridad a través del análisis riguroso de la práctica clínica.Los efectos adversos ocurren por la conjunción de múltiples causas. En ocasiones se trata de fallos del sistema y, en otras, de errores humanos y, siempre, por una combinación de ambos. De ahí la riqueza del modelo explicativo del queso emmental (figura 1). Las porciones del queso representan las barreras que tiene el propio sistema y cada uno de los agujeros son fallos del sistema o errores humanos. Una alineación perfecta hace que la flecha roja pueda atravesar todas las barreras y que ese riesgo (peligro) se transfor- me en daño (efecto adverso). En el caso rela- tado, a pesar de estar alineadas las

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Page 1: Gestion en Radiologia N4

Dicen que sucedió en un hospitalde Navarra, pero bien podría habero c u r r i d o e n u n o d e A l i c a n t e :En la habitación 315 del servicio de Urologíaestán ingresados Enrique Lozano, de 65 añosde edad, y Enrique García, de 45. El primerova a ser intervenido de una neoformación devejiga hoy lunes, 30 de julio. El segundo ingresóde urgencia en la tarde de ayer por un cuadrode hematuria copiosa; se le ha programadopara urografía y ecografía, que se le realizaránen la mañana de hoy. Ambos han sido conve­nientemente preparados y, aunque llevan pocotiempo ingresados en la misma habitación,entre ellos se ha generado una corriente desimpatía. A las 8 de la mañana, Enrique Garcíase está aseando en el baño. Ambos esperanun celador que les acompañe al servicio co­rrespondiente. El celador (Juan José Pérez)entra en la habitación y pregunta - ¿Enrique?- Sí soy yo. - Bueno, pues vámonos. En eltrayecto, Juan José intenta, con su simpatíahabitual, contribuir a disminuir la ansiedad ypreocupación que comúnmente desatan lospacientes cuando se les va a realizar unaprueba o exploración en el hospital. Aparca lacama a la entrada del Servicio de Radiologíay comenta en recepción: es Enrique, el pacientede la 315 de Urología. El técnico deradiodiagnóstico, cumpliendo con las más es­trictas normas del programa de mejora de lacalidad implantado en el servicio, se presentaal paciente y le comenta: esta prueba va adurar un ratito, como usted fue preparadoanoche, es de esperar que no tengamos ningún

problema añadido. De cuando en cuando yole hablaré pero usted no me verá, y es impor­tante que esté relajado, le tenemos que hacervarias proyecciones y ahora, mientras yo ter­mino de preparar el material, vendrá el enfer­mero para inyectarle el contraste. Cualquierduda que tenga, no dude en preguntarla acualquiera de nosotros.Entre tanto, otro celador,Pascual Gómez, ha acompañado a EnriqueLozano al quirófano. El anestesiólogo, sorpren­dido por el aspecto tan juvenil del paciente, enla inducción anestésica, le pregunta -¿Quéedad tiene, Enrique? -45 -, le contesta. En eseinstante el anestesiólogo se percata de que hahabido un error y contacta con la planta donde,efectivamente, se lo ratifican y, a su vez, llamanal Servicio de Radiología, paralizan laexploración y cada paciente finalmente recibelos cuidados que necesitaba. ¿Qué ha pasado?¡Ah!, pero ¿ha pasado algo?; pero si nadie hasufrido ningún daño. Entonces, ¿no hacemosnada?. Sí, damos gracias a Dios, y perdemosuna oportunidad de mejora importante.¿Porqué ha sucedido? ¿Dónde, con quién comen­tamos lo sucedido?. Todos estos interrogantesson más importantes que el planteamiento dequién es el responsable del error cometido. Sicuestionamos a las personas es posible queéstas no se vuelvan a equivocar, pero siemprehabrá otras en riesgo de hacerlo mientras que,si cuestionamos los sistemas, si nos esforza­mos por construir una organización que, cen­trada en el paciente, haga más seguros loscuidados, facilitaremos el ambiente para quelas personas no se equivoquen. Y éste es elenfoque que nos recomienda la OrganizaciónMundial de la Salud (OMS) en su Alianza Mun­dia l por la Segur idad del Paciente 1 .

La asistencia sanitaria no está exenta de ries­gos y los servicios de Radiología tampoco. En

este escenario conviven profesionales altamen­te cualificados con equipamientos tremenda­mente sofisticados, y cada día con pruebasmás intervencionistas, sobre pacientes másvulnerables. En este contexto es difícil eliminarlos riesgos. Sin embargo, es necesario aumen­tar los esfuerzos para garantizar la seguridaddel paciente, entendida como “la gestión delriesgo para alcanzar la ausencia, prevencióny mejora de los resultados adversos evitablesoriginados como consecuencia de la atenciónsanitaria”. Eso supone buenas prácticas porparte de los profesionales, buena comunicaciónentre ellos y con los pacientes, equipos conun adecuado mantenimiento, en unaorganización que se preocupe por la mejorade la seguridad a través del análisis rigurosode la práctica clínica.Los efectos adversosocurren por la conjunción de múltiples causas.En ocasiones se trata de fallos del sistema y,en otras, de errores humanos y, siempre, poruna combinación de ambos. De ahí la riquezadel modelo explicativo del queso emmental(figura 1). Las porciones del queso representanlas barreras que tiene el propio sistema y cadauno de los agujeros son fallos del sistema oerrores humanos. Una alineación perfecta haceque la flecha roja pueda atravesar todas lasbarreras y que ese riesgo (peligro) se transfor­me en daño (efecto adverso). En el caso rela­tado, a pesar de estar al ineadas las

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bar re ras de l s i s tema, una personaf renó e l r i e sgo y ev i t ó e l daño 2 .La precisa definición de todos los conceptosque rodean este campo no está suficientementeconsensuada a pesar de los esfuerzos deorganizaciones como la Joint Commission onAccreditation of Healthcare Organizations (JCA­HO)3 o la Agency for Healthcare Research andQuality (AHRQ) por alcanzar una nomenclaturaestandarizada, ni es previsible que satisfagana todos los resultados del programa deestandarización de la taxonomía que en estosmomentos está desarrollando la OMS4. Aunquesólo sea porque todos los conceptos precisarána posteriori la adaptación lingüística a cadauno de los países de habla diferente a la an­glosajona, lengua en la que se está llevandoa cabo el análisis conceptual. Entre tanto,hemos de considerar que, en elmarco de la asistencia sanitaria,pueden darse incidentes como elrelatado al inicio de este texto,es decir, un suceso no deseadoque no ha tenido consecuencias(efectos) para el paciente porquela casualidad o un profesionalespecialmente cualificado las haev i tado. Por e l cont rar io ,cuando ocurre el daño, éstetiene su origen en un fallo delsistema, en un error humano oen la especial susceptibilidad(vulnerabilidad) del paciente. Esteúltimo caso se trataría de un efecto adversoinevitable o difícilmente evitable. En el casodel uso de fármacos, estas circunstanciasse dan con bastante claridad y a priorison claramente ilustrativas.Si el fármacoconvenientemente uti l izado provoca undaño hablamos de reacción adversam e d i c a m e n t o s a ( i n e v i t a b l e od i f í c i lmente ev i tab le ) m ien t ras que ,s i su o r i gen fue po r un e r ro r en

e l uso de l medicamento ,hab laremosde incidente sin daño o de efecto adversop r o p i a m e n t e d i c h o ( f i g u r a 2 ) 5 , 6 .No hay que confundir, por lo tanto, error conefecto. Uno es la causa y el otro, la consecuen­cia. En la práctica médica los errores puedenocurrir por la realización de cosas innecesarias,por la práctica inadecuada de maniobras ne­cesarias o por la omisión de acciones benefi­ciosas. Es decir, por sobreutilización, malautilización y subutilización. Dicho de otra ma­nera, por errores de comis ión o deomisión 7, 8, 9, 10. La mejora de la seguridadpermite un abordaje colectivo desde unaaproximación epidemiológica al análisis deldaño. Los estudios llevados a cabo permitenafirmar que se producen entre un 3 y un 17%de efectos adversos, el 40% evitables11. En

España se han estimado en un 8,6% los EArelacionados con la asistencia hospitalaria, el42,6% evitables12. También se puede llevar acabo un abordaje individual profundizando enel análisis retrospectivo bien de un incidenteo de un EA, claves para averiguar cuáles fueronsus causas profundas y los factores que losfacilitaron. Es el denominado análisis causaraíz13. Un sistema más proactivo es el análisisde los puntos críticos de una organización

llevado a cabo antes de que ocurra ningúndaño. El abordaje a priori conocido como análi­sis modal de fallos y sus efectos (AMFE) su­pone la identificación de los riesgos que exigenla puesta en marcha de medidas preventivas.

Una práctica recientemente in­corporada desde el sector industrialy cada día mas prometedora, sobretodo para servicios que tienen unaelevada tecnificación y que sonsusceptibles así mismo de unaconveniente estandarización de losprocesos. Los s is temas denotificación y registro de incidentesclave se viene ensayando desdehace algún tiempo en algunosescenarios sanitarios14, 15, 16, 17, conesperanzadores resultados. Todoslos abordajes planteados puedenser incorporados a la práctica clí­

nica con relativa sencillez. Los Servicios deRadiología que tanto han trabajado por lamejora de la calidad en nuestro sistema sani­tario, tienen ahora el reto de reducir la brechaentre lo que se sabe sobre seguridad, que noes poco; lo que se dispone, que no es tanto;y lo que es factible y obligado hacer. Una tareacompleja pero apasionante.

1. - INTRODUCCIÓNEl Servicio de Radiología, organizativamente es extraordinariamentecomplejo por la gran cantidad y diversidad de productos que en él seelaboran y, al mismo tiempo, tiene unas características que permitenque tanto su actividad, su calidad y los riesgos que se puedan producirsean muy susceptibles de controlar y de procesar. Comparando conotras especialidades médicas, muestran un bajo número dereclamaciones: entre el 1,5 al 3% de todas las demandas por

responsabilidad. Las demandas, son el pico del iceberg de un problemamás amplio y grave, que es el daño a los pacientes, consecuenciaprincipal de la materialización del riesgo.Los Servicios de Radiología, han sido pioneros en la introducción de lagestión de riesgos. Desde 1930 existen normas y protocolos deradioprotección, su desarrollo y cumplimiento ha conseguido que elempleo de las radiaciones ionizantes, con fines diagnósticos, pueda sercalificado como un sistema de alta seguridad. Los sistemas de control

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de los posibles riesgos derivados de la utilización de medios de contraste,igualmente, han conseguido un alto grado de seguridad para los pacientes.Sin embargo, otros aspectos importantes relacionados con la seguridadde los enfermos: los errores diagnósticos, los sucesos adversos generadosdurante la realización de las exploraciones, la omisión de prescripcióny los eventos adversos derivados de problemas organizativos y de malfuncionamiento de los sistemas de información, han sido mucho menosestudiados y, por tanto controlados.2. - METODOLOGÍALa máxima seguridad del paciente se consigue por un conocimientoadecuado de los riesgos, la eliminación de los innecesarios y, la prevencióny protección de aquellos que hay que asumir de forma inevitable. Lagest ión del r iesgo asistencial se compone de tres fases.·Fase I: La identificación de los sucesos adversos que originan lassituaciones de riesgo en radiología.·Fase II: El análisis y evaluación de los riesgos.·Fase III: Su tratamiento, mediante actuaciones que sean capaces deprevenir, reducir, transferir o eliminar estos riesgos.FASE I: IDENTIFICACIÓN DE LAS SITUACIONES DE RIESGOIdentificar el riesgo: es establecer “que” es lo que puede ir mal. Estafase tiene como objetivo: identificar los sucesos adversos que originanlas situaciones que pueden desencadenar daños efectivos en lospacientes. El análisis de los sucesos adversos, permite identificar cuatrocategorías de riesgos significativos en radiología (Figura nº 1):·Las contingencias originadas por un funcionamiento normal o anormalde la organización y de los sistemas de información y comunicación:9%.·La omisión de prescripción: 19%.·Los sucesos adversos generados durante el proceso de realización dela prueba radiológica:27%.·El error diagnóstico: 45%.

FASE II: ANÁLISIS Y EVALUACIÓN DE RIESGOSAnalizar el riesgo: es examinar las posibilidades de que algo vaya mal,sus consecuencias y la importancia de las mismas. Esta fase tiene comoobjetivo: el examen de las causas de los riesgos, su descripción ypriorización.Primera categoría: Contingencias originadas por el funcionamientonormal o anormal de la organización y de los sistemas de informacióny comunicación Originan el 9% de los riesgos. Existe numerosacasuística, como más relevantes destacan: retraso, pérdida de radiografíasy/o informe radiológico; error en la filiación e identificación de paciente;errores en el etiquetado de las pruebas; la realización de exploración aun paciente equivocado; la solicitud de prueba inapropiada; el error de

localización (derecha / izquierda) de radiografías; los errores deplanificación (salas, agendas, estructura y personal); el error en la citacióny preparación del paciente; no comunicar un hallazgo significativo (grave)inesperado a los servicios clínicos; no comunicar un hallazgo significativourgente; no comunicar el envío de un paciente en mal estado al serviciode radiología.Segunda categoría: La omisión de prescripción Los sucesos adversosoriginados por este tipo de riesgo se producen cuando el diagnóstico sebasa en la indicación de un estudio radiológico, que no solicita el clínico,se rechaza su realización por el radiólogo o se retrasa su ejecucióninjustificadamente. Como consecuencia de esta omisión de indicacióno demora, se produce un daño efectivo en el enfermo (Ej; ante un dolortorácico atípico, en un paciente con factores de riesgo, se omite solicitaruna TC para descartar disección aórtica). Este tipo de riesgo ha aumentadode manera constante en los últimos 20 años y, ahora constituyen el 19%de todas las demandas por responsabilidad que se relacionan conradiología.Tercera categoría: Los sucesos adversos ocasionados duranteel proceso de realización de la exploración radiológica Constituyen el 27% del total de los riesgos, se van a agrupar en cuatrotipos (Figura nº 2):

·Sucesos adversos al administrar contrastes radiológicos: suponen el17% de los riesgos de este grupo.·Caídas y precipitaciones: constituyen el 5%.·Complicaciones al realizar exploraciones radiológicas: constituyen el78 % de este grupo. Dentro del mismo, a su vez se diferencian variossubgrupos: complicaciones derivadas de técnicas invasivas eintervencionistas (64%); mielografías(14%); sucesos adversos porexploraciones gastro-intestinales (8%) y otros procedimientos yexploraciones (14 %).Cuarta categoría: El error diagnósticoEl error diagnóstico en radiología es muy frecuente. Entre el 2 al 30%de los informes radiológicos, pueden tener errores. Los sucesos adversospor errores diagnósticos constituyen el porcentaje más importante (45%),de todas las categorías de sucesos adversos.FASE III: TRATAMIENTO DE LOS RIESGOS. El objetivo de esta fasees prevenir, reducir, transferir o eliminar las situaciones de riesgo. Enla actualidad existen numerosos sistemas y metodologías de gestión deriesgos. Cada organización, de acuerdo con sus objetivos, adopta ydesarrolla aquellos que considera que son de utilidad para el logro desus metas. Para la gestión de riesgos en radiología, se pueden utilizardos herramientas de forma complementaria:

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Diseñar e implantar programas de gestión delriesgo en Servicios de Radiología es una tarearelativamente sencilla. Ponerlos en marcha,controlarlos y evaluarlos, en definitiva,conseguir que calen de manera estable en la

cultura asistencial de los todos trabajadoreses un objetivo mucho más complicado deconseguir. Y es así por varias razones:

1.Hay una falta ostensible de formaciónespecífica entre nuestros profesionales, yaunque en los últimos tiempos se han producidoavances, no han sido suficientes como paraelevar la cultura que es, en definitiva, el factorfundamental para que la gestión del riesgo seperciba como una necesidad.2.Los Servicios de Radiología son escenarios

profesionales en donde la comunicación internasuele ser de escasa calidad, consecuencia de espacios de trabajo amplios y con gruposprofesionales muy numerosos e inmersos endiferentes turnos de trabajo.

3.Las competencias están muy repartidas y, ala vez, muy interrelacionadas entre losdiferentes grupos profesionales, cuyadependencia funcional y jerárquica es,asimismo, variada y de difícil coordinación.4.Altas tasas de temporalidad, sobre tododurante largos periodos vacacionales, queconvierten a nuestros Servicios, en unaauténtica torre de Babel.5.Y, al menos hasta este momento, el liderazgoinstitucional que se percibe es escaso, sobretodo, cuando la Gestión del Riesgo pasa de

discurso retórico a real idad palmaria.Y con este panorama por delante ¿Quépodemos hacer?. Pues yo diría que comohemos hecho casi siempre, trabajar e innovar,o lo que es lo mismo, avanzar, al margen de

lo que hagan nuestras instituciones. Enresumen, intentarlo y, desde luego, todo menosquedarnos impasibles.Los Programas de Gestión del Riesgo y lasactividades que los conforman no puedengenerarse por decreto y aunque su desarrollose sustenta en un soporte documentalnormativo amplio, éste ha de ser fruto de lareflexión y del trabajo participativo de todoslos profesionales del Servicio. Es cierto queno todos van a participar por igual ni en lamisma medida, pero es imprescindible que

1ª. - Dar unas pautas básicas de prevención y plasmarlasen un “Código de Buenas Prácticas Preventivas” (Tabla nº I):definido como el conjunto de principios y prácticas preventivasenfocadas al proceso radiológico, que contribuyen a reducir losposibles riesgos.2ª. - La gestión de procesos. Permite organizar lo que hacemos,medirlo y mejorarlo. Debe tener una misión claramente definible(qué, para qué y para quién se hace) y, reconocer los elementosdel entorno directamente afectados. Analizar las expectativasde los destinatarios, los flujos de salida y sus característicasde calidad, representarlo gráficamente mediante un diagramade flujo - secuencia de actividades y, por último, identificar losprincipales indicadores que nos permitan medir su efectividady eficiencia. La conexión entre los riesgos previamenteidentificados y la gestión de procesos, se realiza de una formasimple e intuitiva, asignando a cada actividad y tarea de cadasubproceso un riesgo significativo, una medida preventiva y porultimo un indicador de calidad, de riesgo o un punto critico quedebe ser controlado (a título de ejemplo, lo ilustramos con elsubproceso diagnóstico: Tabla nº II).

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haya un efecto de asentimiento colectivo conel que, de una u otra manera, todos se sientanidentificados.Hay, sin duda, diferentes formas de afrontar eldiseño y puesta en marcha de un Programade Gestión del Riesgo, que pueden ir, desdeencargar el trabajo a una consultora expertaen el tema, hasta realizarlo por iniciativa y conlos medios del propio Servicio de Radiología(los artículos que se publican en este mismoboletín de la Dra. Capelastegui y del Dr.Morales, dan buena muestra de ello), pasandopor esperar a que el servicio de saludcorrespondiente dicte las normas específicaspara que dichos Programas se lleven a efecto.Se elija una u otra de las alternativas anteriores,es conveniente, al menos bajo mi punto devista y como se viene realizando en nuestromedio, seguir una serie de pasos previos.1.Debe quedar reflejado, mediante una

referencia explícita en la redacción de la Visióny Misión del Servicio, el compromiso de susprofesionales con la seguridad de los pacientes.2.Debe iniciarse un programa planificado deformación especí f ica para todos lostrabajadores del Servicio.3. La elaboración del Programa de Gestión delRiesgo debería constituir en si mismo una líneade trabajo del Plan Estratégico del Servicio deRadiología y desarrollarse con su mismametodología, comenzando por la elaboraciónde l Mapa de R iesgos de l Serv ic io .En nuestro caso, cuando se elaboró el PlanEstratégico del Servicio de Radiología 2007-2010 y se acuñó la Misión y Visión del Servicio,quedo explicitado de forma clara e inequívocael compromiso de los profesionales con laseguridad de los pacientes.El Objetivo nº 6 de dicho Plan Estratégico es“Garantizar la Seguridad de los Pacientes” y

pretende desarrollarse a lo largo de 3 líneasde trabajo; la Línea nº 12 “Elaborar el Mapade Riesgos del Servicio de Radiología” (tabla nº 1), la Línea nº 13 “Diseñar un PlanIntegral para la Gestión del Riesgo” y la Líneanº 14 “Diseñar un Plan multidisciplinar parareduc i r l a va r iab i l i dad as is tenc ia l ” .

Actualmente estamos en pleno desarrollo dela línea 12 que, cronológicamente finalizaráen diciembre de 2007, con la elaboración delMapa de Riesgos del Servicio de Radiología,conforme lo perciben sus propios profesionales.Si las previsiones se cumplen, a lo largo delaño 2008 iremos desarrollando la Línea nº 13,sin duda la de mayor complejidad de las 3citadas, ya que habrá de contener lasdi rectr ices normat ivas, así como lasactuaciones específicas para garantizar laseguridad de nuestros pacientes.

En los últimos tiempos estamos asistiendo aun interés creciente por la gestión del riesgoasistencial debido a varios motivos, entre losque destacan la implantación de sistemas decalidad en nuestras organizaciones, laprogresiva consideración de los derechos delos pacientes y la mayor fuerza de los serviciosde salud laboral. Los servicios de radiologíano son ajenos a esta corriente, y en nuestroentorno comienzan a aparecer guías y trabajossobre este tema. El objetivo es implantar unapolítica de seguridad que identifique los riesgosgenerales y específicos y establezca lasmedidas preventivas y correctoras en cadacaso. Una polít ica de seguridad debecimentarse en los siguientes factores:

1.Formación continua: todo el personal quetrabaja en un Servicio de Radiología deberecibir formación sobre los riesgos específicosque conlleva su trabajo, comprendiendo lasbases de cada situación. La formación debeincluir el conocimiento de medidas preventivas,la actitud a seguir en los incidentes, así comola responsabilidad específica desde cadapuesto de trabajo. La formación debe sercontinua, iniciándose al incorporarse a supuesto de trabajo, con actualizacionesperiódicas a través de charlas, talleres ysimulacros y completada con cursos deatención a emergencias. Especial atencióndebe recibir el personal de nueva incorporación,sustitutos y rotantes.2.Registro de los incidentes: “Todo incidentedebe registrarse”. Un registro es un documentoescrito que captura información sobre unmomento de te rm inado de l p roceso .Entendemos como incidente cualquier situaciónno planificada que ocurre durante la prestacióndel servicio y que conlleva un riesgo potencialo real para las personas. Se debe incentivaresta práctica creando un entorno no punitivo,

que ante un incidente busque causas y noresponsables. Estos registros deben analizarseen dos tiempos: de manera inmediata parahacer un análisis causal y, si es necesarioestablecer medidas correctoras, y con unaperiodicidad por ejemplo anual para revisar laadecuación de las medidas preventivas. Elestablecimiento de un registro de incidentesha demostrado numerosas ventajas: mejora laidentificación de los riesgos, permite cuantificarlos riesgos (evita una falsa percepción de riesgopor parte del personal o de los pacientes,creando una sensación de mayor o menorriesgo que el que realmente existe) y ayuda adetectar un incremento de incidentes causadopor un malfuncionamiento del equipo o unasituación predisponerte. Además, constituyeun punto de apoyo en caso de producirsequejas o reclamaciones, ya que la informacióngenerada como registro en un sistema degestión de calidad se encuentra avalada porsu propia naturaleza.3.Práctica periódica de auditorias internasque, mediante una lista de comprobación,verifiquen la implantación de las medidaspreventivas.4.Clara definición de responsabilidades. Esrecomendable designar un responsable deseguridad, asistido por un comité, que seencargue de asumir y supervisar las funcionesanteriores, así como de estar al día y estudiarlas recomendac iones que se vayanproduciendo por parte de los expertos y losartículos científicos publicados., canalizandoy difundiendo la información.A pesar de que la Resonancia Magnética (RM)lleva más de 20 años de uso clínico, susr i e s g o s e s p e c í f i c o s s i g u e n s i e n d odesconocidos, no solo para el público engeneral, sino incluso para muchos profesionalessanitarios que trabajan con esta técnica deimagen. Resumimos a continuación los

principales riesgos específicos de la RM y lasmedidas preventivas que se deben adoptar encada caso: Efecto misil. Los materiales ferromagnéticos,al estar bajo el efecto de una campo magnéticode gran intensidad sufren el "efecto misil"(también llamado “efecto proyectil”) y seconvierten en verdaderos proyectiles, al seratraídos hacia el centro del imán. Puedencausar daños en el equipamiento o en elpersonal que se interponen en su trayectoriahacia el imán. Se trata de una situación quepotencialmente plantea un alto riesgo para laspersonas presentes. Medidas preventivas:-Colocación de carteles que alerten con claridaddel r iesgo: “EL CAMPO MAGNÉTICOSIEMPRE ESTÁ ACTIVADO”. Es frecuenteque el personal externo a la RM (médicos opersonal sanitario de otros servicios, personalde limpieza o mantenimiento) considere queel imán no está activado cuando el equipo noestá adquiriendo imágenes con un pacientedentro.-Equipamiento con el material compatible conRM: extintor (debe ser de CO2 y aluminio),camilla, silla de ruedas. Este material debemarcarse como “COMPATIBLE CON RM. Elmaterial portable situado en la vecindad de lasala de RM y que pueda ser introducido en lamisma en, si es ferromagnético, debe marcarsecomo “NO COMPATIBLE CON RM”.

Introducción inadvertida en el imánpacientes que presentan contraindicacionespara la realización de una RM. El dañopotencial dependerá del tipo de objeto que setrate. Los dispositivos electrónicos pueden veralterado su funcionamiento debido al campomagnético y, dependiendo del dispositivo quese trate, ello podrá suponer un riesgo para elpaciente o un daño del dispositivo, en algunoscasos irreversible. Medidas preventivas:

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-Establecimiento de varios filtros de seguridad,a cargo de diferentes personas para realizare l c r ibado de pac ien tes y de tec ta rcontraindicaciones: cuestionario de seguridadescrito en recepción, revisión oral de lascontraindicaciones al pasarle a la cabina,chequeo del cuestionario antes de entrar a lasala. Es necesario asegurarse de que elpaciente comprende las expl icacionesrecibidas, y de que el personal comprende loque el paciente ha indicado en el cuestionario,especialmente si indica que porta algúnelemento metálico.-Facilitar el Manual de Shellock (Shellock FG.Pocket guide to MR procedures and metallicobjects: update 2004. Philadelphia: LippincottWilliams & Wilkins, 2001) y el acceso a la webde este autor, para realizar consultas sobre lacompatibilidad del material. Cualquier elementosospechoso se debe consultar en la lista deShellock, para aclarar si el material escompatible, si se debe respetar un período deseguridad (para asegurar que no se desplazará)o si no es compatible.-Colocación de carteles visibles en las zonasde recepción y sala de espera, informando delas contraindicaciones para la realización deRM.-Obligatoriedad de realizar la exploración enbata y calzas en todos los casos, sinexcepciones.-Prestar especial atención a las personas quepueden entrar en la sala de RM sin serpacientes (acompañantes del paciente, médicosde otras especialidades, rotantes) realizandouna encuesta oral y comprobando visualmentey mediante preguntas que no llevan elementosmetálicos.-Enviar el cuestionario de seguridad a los

trabajadores subcontratados, prestandoespecial atención a aquellas personas quepuedan trabajar en la sala de RM en ausenciade personal de la Unidad (personal de limpieza,mantenimiento, etc)

Quench. Un quench es la fuga del helio queexiste en el interior de los equipos de RM conimanes superconductivos para mantenerlos abajas temperaturas. El helio es líquido a –273º,pero al salir a la temperatura ambiente seevapora y se convierte en un gas incoloro einodoro. Durante un quench, el imán deja deser superconductivo: el campo magnéticodesciende en cuestión de segundos y el imáncomienza pierde su refrigeración. Si el conductode evacuación de gases no funcionaadecuadamente, y el helio f luye a lasinstalaciones de RM, puede provocar: asfixia,al desplazar el oxigeno del aire, quemaduraspor congelación si se entra en contacto directo,hipotermia o un aumento en la presión de lasala de RM, si la puerta está cerrada: se tratade una situación de riesgo vital. El quench esuna situación excepcional, pero a lo largo deun ciclo vital de un equipo de RM es probableque nos encontremos con alguno. Medidaspreventivas:

-Tal y como suelen indicar los fabricantes, elusuario debe inspeccionar el conducto deevacuación de gases visualmente a intervalosperiódicos para detectar cambios en laconstrucción que lo puedan afectar, salidaobstruida o cualquier anomalía.

Quemaduras . Por e fec to de l aradiofrecuencia, durante un estudio de RM seproduce siempre cierto depósito calórico en el

cuerpo, que los dispositivos termorreguladoresse encargan de neutralizar. En determinadoscasos, este depósito calórico se puedeacumular en un punto, llegando a producir unaquemadura. Las causas más frecuente son elcontacto con determinados elementos delequipo (bobinas), las corriente inducidas porelementos conductores (cables o partes delcuerpo creando bucles) o el calentamiento deelementos metálicos (tatuajes, maquillajepermanente. . . ) . Medidas prevent ivas:-En pacientes con tatuajes, se les debe avisardel riesgo que existe, prestando especialatención a los sistemas que permitan controlardesde el puesto del técnico la situación delpaciente (pantalla de televisión, sistemainterfónico, timbre de llamada). También sepueden colocar compresas frías o una bolsade suero encima para absorber la eventualformación de calor.-Extremar las precauciones para evitarsituaciones que favorecen las quemaduras alpaciente, prestando especial atención a lacolocación cuidadosa de bobinas y cables,evitando el contacto directo con el paciente ylos contactos cutáneos (piernas o brazoscruzados).Los centros que han pasado por la experienciade un incidente grave, han revisado ymodificado su política de seguridad. Sinembargo, la situación ideal debe basarse enmedidas preventivas, con objeto de tender acero en el número de incidentes o minimizarsus efectos. La implantación de una políticade seguridad facilita los sucesivos ciclos demejora, y debe realizarse con sentido comúnpara que no colisione con la alta presiónasistencial de nuestros centros.

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