frank · 2017. 5. 5. · frank habla sobre cómo hablar en público derechos reservados....

177

Upload: others

Post on 31-Jan-2021

16 views

Category:

Documents


0 download

TRANSCRIPT

  • PorFrank J. Devlyn

    Ex Presidente de Rotary InternationalEx Presidente de los Fiduciarios de La Fundación Rotaria

    yDavid C. Forward

    Autor de bestsellers y orador

    Edición y adaptación al español: Jesse W. Devlyn (†)

    Frank Habla sobre cómo

    Hablar en PúblicoCómo TÚ puedes superar tus miedos para ser un mejor orador

    en tu negocio, profesión y en Rotary

  • PorFrank J. Devlyn

    Ex Presidente de Rotary InternationalEx Presidente de los Fiduciarios de La Fundación Rotaria

    yDavid C. Forward

    Autor de bestsellers y orador

    Frank Habla sobre cómo

    Hablar en PúblicoCómo TÚ puedes superar tus miedos para ser un mejor orador

    en tu negocio, profesión y en Rotary

    Introducción de Richard D. King, Presidente de Rotary International, 2001- 2002

    Edición y adaptación al español: Jesse W. Devlyn (†)

  • Frank Habla sobre cómo Hablar en Público

    Derechos reservados. ReachForward Publishing - EUA

    2a Edición en español: Impresa en la Ciudad de México por Segrain Impresores S.A. de C.V.Mayo 2017

    Diseño original: de Ad Graphics, Inc. Tulsa, Oklahoma USA

    Este libro no es una publicación oficial de Rotary International

    Título original Frank Talk on Public Speaking

    Para mayor información sobre los libros Frank Habla en inglés y español respectivamente, puede usted dirigirse a:

    www.FrankTalkBooks.comwww.FrankDevlyn.org

    En México, a los teléfonos (55) 5262-4120 ó (55)5262-4122Fax: (55) 5262-4126Cervantes Saavedra # 31, Ciudad de México, C.P. 11520

  • DEDICATORIA

    Al escribir el presente libro sobre cómo hablar en público, tengo que agradecer a mi madre, quien me ayudó y capacitó para que pudiese presentar mis primeros discursos en la clase de oratoria de la preparatoria, hace ya más de 50 años. Asimismo debo dar un agradecimiento y evocar a aquellos profesores de Oratoria con los que estuve tanto en la preparatoria como en la universidad. Deseo dar una especial mención a Dale Carnegie, cuyos libros y artículos sobre oratoria me han sido de gran utilidad. Mi desarrollo inicial como orador estuvo altamente influenciado por el Club Toastmasters de la Ciudad de México; además de algunos grandes oradores - tanto Rotarios como no Rotarios - quienes me han guiado a lo largo de mi carrera.

    n Frank J. Devlyn

    Me gustaría agradecer a la National Speakers Association (Asociación Nacional de Oradores) por su incesante compromiso profesional y por las lecciones que me han dado para poder ser un mejor orador, así como al Dr. Tony Campolo. Tony fue bendecido con el talento de la palabra hablada, llevando su humor y mensajes motivacionales a diversos públicos alrededor del mundo.

    n David C. Forward

  • DEDICATORIA ESPECIAL

    Al haber dedicado este libro en su edición original en inglés a mi Sra. Madre Nelva Mortensen de Devlyn y a otras personas y organizaciones más que influyeron en mi vida, lo dedico también a mi querida esposa Gloria Rita y a toda mi familia.

    Este libro que habla de las habilidades y técnicas para ser un mejor orador lo dedico de manera especial a mi hermano menor Patrick Edward Devlyn, respetado y reconocido orador, cuyo empeño y dedicación en mejorar día a día, preparándose para siempre brindar lo mejor de él en sus pláticas e intervenciones, son un ejemplo y orgullo para mí, por su carisma y bondad.

    Gracias Familia Devlyn por su cariño y apoyo en el recorrido de mis libros Frank Habla.

    n Frank Devlyn,Enero, 2012

  • AGRADECIMIENTOS

    Los escritores deseamos dar un especial agradecimiento a todos nuestros amigos y familiares, quienes nos han alentado a escribir este, nuestro quinto libro, juntos.

    Como siempre, el Rotario Jim Weems de Tulsa, Oklahoma ha hecho una magnífica labor con el diseño de la portada y la producción del libro. Un agradecimiento a Jim y Barb por su usual paciencia, asesoría profesional y gran servicio.

    Agradecemos a todos los líderes que hemos conocido dentro de los Clubes, Distritos y zonas Rotarias alrededor del mundo, quienes nos han brindado grandes ejemplos de su destreza como oradores. La vida verdaderamente ha sido una experiencia continua de aprendizaje y muchos de los ejemplos representados en este libro son experiencias de nuestra interacción con auténticos líderes Rotarios, empresarios, eclesiásticos y políticos. Queremos darles las gracias por ser nuestros mentores e inspiración.

    Queremos agradecer también a todos los Rotarios a nivel mundial, cuyos comentarios hemos incluido en el Apéndice.

    n Frank y David

  • ÍNDICE

    Dedicatoria .............................................................................V

    Agradecimientos ..................................................................VII

    Acerca de Frank Devlyn ....................................................... XI

    Sobre David C. Forward ......................................................XV

    Prólogo .............................................................................. XVII

    Introducción ....................................................................... XXI

    CAPÍTULOS

    1.- El Más Grande Miedo . . . ..............................................23

    2.- Los 3 Mandamientos ......................................................37

    3.- Preparando la Presentación ............................................55

    4.- Una Entrega Dinámica ...................................................71

    5.- Preguntas y Respuestas ................................................101

    Apéndice: Reportes de Campo .............................................113

  • — XI —

    ACERCA DE FRANK DEVLYN

    En el mundo de Rotary, Frank Devlyn es reconocido por ser uno de los oradores más solicitados, teniendo una constante demanda para presentarse en conferencias y eventos Rotarios alrededor del mundo.

    Sus antecedentes son una buena razón del por qué es considerado por muchos como un líder único y exitoso. Al haber crecido en la frontera entre México y Estados Unidos, Frank se describe con orgullo como bicultural. “Como joven y estudiante, pasaba tiempo en ambos países todos los días”, comenta. “Mi casa estaba en Juárez, Chihuahua, México, de donde es oriunda la familia de mi madre, y yo estudiaba en El Paso, Texas. Durante mi juventud estuve inmerso por igual en ambas culturas día a día”.

    El padre de Frank, Frank Devlyn, Sr., un veterano de la Primera Guerra Mundial de ascendencia irlandesa, era originario de un pequeño poblado cercano a Chicago, Illinois, llamado Gilman. El papá de Frank era un optometrista, como lo es también su mamá, Nelva. Después de contraer nupcias, decidieron mudarse a la ciudad natal de Nelva en el norte de México, Juárez, la ciudad fronteriza más grande del país, en donde abrieron una pequeña óptica. Frank creció dentro del negocio familiar y trabajaba en la óptica todos los días después de la escuela. A los nueve años, elaboró su primer par de lentes.

    El papá de Frank falleció cuando este cumplió 22 años. Para ese entonces, los Devlyn ya habían inaugurado su séptima óptica. Fue entonces cuando Frank se vio en la necesidad de

  • Frank Habla sobre cómo Hablar en Público

    — XII —

    quedarse al frente del negocio familiar contando con la ayuda de su mamá y sus dos hermanos menores. Tanto en los buenos como en los malos tiempos, la cadena de ópticas Devlyn ha continuado su expansión.

    Hoy en día el Grupo Devlyn Ópticos tiene más de 1,200 tiendas y es la compañía más grande de ventas al menudeo de Latinoamérica dentro del ramo óptico, con sucursales en México, Guatemala, El Salvador, Honduras y República Dominicana, empezando este año en los Estados Unidos. La compañía también tiene ventas al mayoreo como distribuidor y fabricante de diversos productos ópticos y oftálmicos en Latinoamérica.

    Como testimonio de su estatus de líder respetado y de reconocimiento mundial, Frank forma parte de las directivas de varios grupos nacionales e internacionales. Con frecuencia se le ha solicitado servir en algún puesto público y no es de sorprenderse verle siendo entrevistado por los medios de comunicación, el gobierno mexicano, u otras organizaciones del sector privado y asociaciones filantrópicas que buscan su asesoría.

    Frank se incorporó al entonces recién fundado Club Rotario Anáhuac de la Ciudad de México, cuando tenía 29 años. “Dudo que en aquel momento, los Clubes más grandes de la ciudad hubiesen invitado a un empresario de mi edad”, recuerda. Frank fue el tercer presidente de su Club y describe el haber ingresado a Rotary como “un momento crucial en mi vida”, trayendo al Rotarismo la misma energía, determinación y visión que habían sido determinantes en su carrera profesional.

  • — XIII —

    Su proyecto para Rotary International durante su gestión como Presidente de dicho organismo (2000-2001), se caracterizó por ser ambicioso. Con el fin de ayudar a los Rotarios a cumplir sus objetivos y darle un significado y vida al lema “Crear Conciencia y Tomar Acción”, Frank constituyó 20 grupos de trabajo. Cada uno de estos tuvo “una razón específica de ser”, con objetivos bien definidos y un plan de acción.

    Frank y Gloria Rita, su esposa desde hace más de 50 años, tienen tres hijas y 9 nietos. Gloria Rita ha sido la compañera de Frank en Rotary y a lo largo de sus vidas, acompañándolo en sus funciones Rotarias en todos los niveles. Por esta razón, el Club Rotario Anáhuac la hizo socia honoraria. Frank también es autor de la serie de libros bestsellers Frank Habla, escritos en conjunto con David C. Forward.

  • Frank Habla sobre cómo Hablar en Público

    — XIV —

  • — XV —

    SOBRE DAVID C. FORWARD

    David C. Forward nació y estudió en Inglaterra antes de mudarse a los Estados Unidos de América en 1972. Es Presidente Ejecutivo del Reach Forward Perfomance Group, imparte y es quien normalmente inaugura seminarios a nivel mundial en temás tales como el voluntariado, motivación de empleados, desarrollo de liderazgo y servicio al cliente. Frecuentemente los medios de comunicación, incluyendo las Cadenas ABC y BBC, solicitan su asesoría por su amplia experiencia.

    David es un prolífico autor; escribe artículos para revistas desde Canadá hasta Kuwait. Es Editor en Jefe de la Revista Airways, una revisión global mensual de los vuelos comerciales. Entre los libros que David ha escrito están los siguientes:

    • Héroes Después de Horas• Las Superestrellas de la Ventas• La Guía Esencial hacia el Viaje Misionero a Corto Plazo• Lecciones sobre Motivación de Empleados que toda

    Empresa debe Aprender• Lecciones sobre Servicio al Cliente que toda Empresa

    debe Aprender• Lecciones sobre Liderazgo que toda Empresa debe

    Aprender (en preparación)

    David es el coautor de Frank Habla junto con Frank J. Devlyn Presidente de Rotary International 2000-2001. Este libro se convirtió en uno de los libros más vendidos en la historia de Rotary con más de 100,000 libros distribuidos en

  • Frank Habla sobre cómo Hablar en Público

    — XVI —

    siete idiomás. En el 2004, se publicó A Century of Service: The Story of Rotary International (Un Siglo de Servicio: la Historia de Rotary International), el cual fue escrito por David.

    Frank ha sido Rotario desde 1978 y ha desempeñado varios cargos de liderazgo a nivel de Distrito y Club. David Forward obtuvo la Mención por Servicio Meritorio por su trabajo como Presidente en su Distrito del Comité PolioPlus. Además de su trabajo de voluntariado en Rotary, David ocupa un alto cargo en su iglesia, y es presidente voluntario de la Fundación Internacional de Ayuda a los Niños, una organización que ayuda a los niños huérfanos en Rumania.

  • — XVII —

    PRÓLOGO

    Mucho antes de pararme frente a una audiencia me hago una autoevaluación. ¿Por qué me han invitado a MÍ? ¿Qué es lo que esperan de mí? Entre los gastos de avión y el hotel, ¿cuánto les está costando a ellos tenerme ahí? Un mes -o un año- después de haber estado con ellos, ¿qué es lo que van a recordar de mi presentación? J. Lyman MacInnis, autor de The Elements of Great Public Speaking (Los Elementos de una gran oratoria) escribió: “Se tiene la creencia de que una plática es algo económico. Pero no es así. Una plática puede ser en extremo costosa, tanto en sentido literal como figurativo”.

    Cuando pensamos en “oradores”, pensamos en predicadores que influencian, escritores reconocidos, oradores motivacionales altamente cotizados en el gremio. Pero también se requiere de cierta habilidad en oratoria para liderar tu Club Rotario, tu grupo de escuela Dominical, la junta de tu oficina, o para hacer un brindis en una boda o dar el pésame en el funeral de un ser querido. Buenos escritores, administradores y gerentes hay en abundancia. Pero los buenos oradores son garbanzos de a libra.

    Los buenos oradores inspiran, comunican, motivan, entretienen, informan, incitan y agrupan a sus audiencias a lograr metas que un gerente común ni siquiera consideraría posibles. Y aunque nosotros visualicemos el “hablar en público” como algo actual y de moda, nos podemos remontar a los inicios de la historia moderna y encontraremos ejemplos de grandes oradores. Consideremos como Abraham, Moisés y el Rey David pronunciaron discursos de gran emotividad e inspiraron a los Israelitas a seguir las mandamientos de Dios y así convertirse

  • Frank Habla sobre cómo Hablar en Público

    — XVIII —

    en sus seguidores. En la antigua Grecia, Platón, Aristóteles, y Cicerón elevaron la retórica a una forma de arte. “La retórica es el arte del bien hablar”, escribió Quintiliano.

    La capacidad de hablar en público no está limitada a la habilidad demostrada por oradores profesionales al dirigirse ante grandes audiencias en alguna convención. También puede tratarse de una Rotaria intentando motivar a los miembros de su Club a que apoyen su visión para un proyecto de servicio, o bien un recién nombrado gerente cuya labor es motivar a sus subordinados a cumplir con los objetivos de la empresa.

    De manera muy simple, la oratoria puede describirse como “¿Quién le dice qué a quien(es), por qué medio y con qué objetivo?” Lo cual sugiere, correctamente, que el desarrollo de una buena oratoria también es una cualidad esencial del liderazgo. Quizá sea esta expectativa de combinar cualidades de liderazgo, motivación, entretenimiento y excelencia oral lo que genere el temor de tantas personas ante la idea de hablar en público. Este temor es una de las fobias más usuales en las personas, inclusive por encima del miedo a la muerte.

    Y, sin embargo, las respuestas de cómo eliminar el miedo para así poder dar un discurso que motive e informe son sencillas y fáciles de aplicar. Los elementos de un buen discurso obviamente incluyen una buena selección de palabras, pero también deben de precisar en su contenido el mensaje que se desea transmitir a esa audiencia, además de tener un estilo de presentación adecuado - el cual encierra el timbre de voz, la comunicación corporal no-verbal, y la sincronía - lo que va a generar un vínculo entre el orador y su audiencia.

  • — XIX —

    Dale Carnegie, uno de los mejores oradores de todos los tiempos, en una ocasión dijo que había tres elementos esenciales para un gran discurso:

    1.Tienes que haberte ganado el derecho de pronunciar ese discurso, lo que significa que necesitas tener un mayor conocimiento sobre el tema que aquel que puedan tener los miembros de tu audiencia.

    2.Tienes que ser emotivo, apasionado y enérgico sobre el tema. Las audiencias desean escuchar mensajes dinámicos. 3.Tienes que sentirte entusiasmado ante la oportunidad que se te ha dado de hablar ante esa audiencia en este día.

    Los rastros más antiguos que se tienen sobre oratoria datan de hace más de 2,500 años. Podemos estudiar con gran asombro a algunos de los grandes oradores de la historia. Algunos podrían alegar que dada la tecnología de la era moderna, en donde las comunicaciones se dan a través del correo electrónico, mensajes de texto, Facebook y Webinars (conferencias electrónicas), la necesidad de la oratoria forma parte del pasado. Pero esto es una falacia. Lo cierto es que nuestra actual dependencia en la tecnología como principal medio de comunicación, ha hecho que se incremente la necesidad de sentirnos motivados ante las comunicaciones cara-a-cara, lo que le da un mayor valor a aquellas personas que pueden transmitir sus mensajes ante audiencias de todo tipo de género.

    Los Rotarios tenemos reuniones cada semana por lo que es aún mayor nuestra necesidad de ser buenos comunicadores, sea en nuestros Clubes, a nivel distrital o inclusive en reuniones de Rotary International.

  • Frank Habla sobre cómo Hablar en Público

    — XX —

    En el 2001, los lectores de Frank Habla conocieron por primera vez a Sue, Duncan y Bob cuando el entonces Presidente de Rotary International, Frank Devlyn, compartió con ellos un viaje en tren tras haberse cancelado su vuelo. Cuando descubrieron que él era Rotario, empezaron a comentar sus percepciones y opiniones poco fundadas sobre cómo visualizaban ellos que era Rotary. Pero al llegar al final de su viaje, cada uno de ellos había decidido acercarse al Rotarismo. Un par de años después, nos los volvimos a encontrar cuando Frank fue invitado como orador a la conferencia del Distrito al cual ellos pertenecían; pero en esta ocasión ellos se encontraban algo hastiados y desmotivados con sus Clubes locales. Frank Habla II se enfoca directamente a los problemás de cómo energetizar nuestro Club Rotario. Los cuatro amigos se reencuentran por segunda ocasión en Frank Habla sobre La Fundación Rotaria el cual sitúa la historia dentro de una conferencia distrital que busca enseñarle a los Rotarios como pueden involucrarse, apoyar y ser parte de su Fundación. En el 2008, Frank Habla sobre Liderazgo se convirtió en una herramienta para desarrollar habilidades de liderazgo tanto en Rotary como a nivel profesional. En esta ocasión, el reconocido autor y orador Rotario, David Forward, se une a los cuatro amigos que ya todos conocemos, como parte del panel de expertos que muestra a los Rotarios como hacer presentaciones dinámicas, motivadoras y eficientes.

  • — XXI —

    INTRODUCCIÓN

    Por Richard D. King, Presidente, Rotary International, 2001-2002

    Tenía once años cuando participé en mi primer concurso de oratoria. Estaba patrocinado por un Club de servicio y mi guía era miembro de ese Club. Seis décadas después, uno de mis logros más preciados es el concurso de oratoria al cual mi propio Distrito ha puesto mi nombre. A mi juicio, no hay habilidad más importante en el liderazgo que el aprender a hablar en público de manera eficiente.

    He leído y escuchado en varias ocasiones en mi vida que “no hay nada que distinga más a un individuo que lo que esa persona dice y cómo lo dice”. Y además, “que no hay poder más grande que el de una persona que domina una idea y saber cómo realizarla”.

    En Rotary con frecuencia hablamos de lo que nosotros hacemos por los demás, en su mayoría menos afortunados que nosotros mismos. Pero cuando analizo las razones por las cuales uno debería de ser Rotario, me doy cuenta de cómo pasamos por alto la forma en la que la organización transforma a sus socios. El beneficio obtenido, gracias al desarrollo de espíritu que te da el ser Rotario, es invaluable.

    Y, estos beneficios empiezan con el desarrollo de las habilidades de liderazgo y de oratoria. Rotary crea líderes de líderes, personas que tienen el dominio de una idea y pueden

  • Frank Habla sobre cómo Hablar en Público

    — XXII —

    ejecutarla con visión y claridad. Ese es el propósito de este libro de manera clara y oportuna.

    Felicito a mi buen amigo y predecesor Frank Devlyn por la obra desarrollada de aquí en adelante en colaboración con David Forward. Mientras más se integra Rotary al plano mundial, las ideas aquí expresadas serán de mayor ayuda y beneficio para aquellas personas a las que se les solicite explicar nuestra misión global de servir a la humanidad.

    Richard D. “Rick” KingFremont, California, EE.UU.

    Febrero 2010

  • — 23 —

    CAPÍTULO 1

    El Miedo Más Grande . . .

    “El temor derrota a más personas que cualquier otra cosa en este mundo”.

    —Emerson

    “Vértigo”.

    “Empiezo a sudar frío”.

    “¿Miedo? No—simple terror”.

    “Vergüenza”.

    “Inseguro”.

    No había anticipado tanta negatividad junta. Le había preguntado a mi audiencia, conformada por las directivas entrantes tanto Distritales como de los Clubes, cómo se sentían cuando se les pedía dirigirse ante un público. Mientras cada Rotario(a) daba su propia respuesta, la gran mayoría de las 200 personas presentes asentían en unanimidad.

    “Debo admitirles que me están asustando”, admití, mostrando mi asombro. “Son los líderes entrantes de estos ciento y tantos Distritos. ustedes tienen que pararse frente a audiencias

  • Frank Habla sobre cómo Hablar en Público

    — 24 —

    y motivarlos. Y, sin embargo, todo lo que he escuchado son alrededor de 15 ejemplos del por qué les atemoriza hacerlo. ¿Acaso hay alguien aquí que disfrute hacerlo?

    Miré alrededor del salón.

    Uno, dos . . . quizás cinco. Cinco personas de doscientas que en verdad disfrutaban el hablar en público. David, me parece que tenemos bien definida la labor que nos ha tocado el día de hoy”. Voltee hacia la mesa a mi lado a ver a David quien asintió mientras se acercaba el micrófono.

    “Quizá sea el motivo por el cual tengamos casa llena, Frank” comentó. “Pero estoy de acuerdo con la opinión que la mayoría ha expresado aquí esta mañana. El temor a hablar en público es una de las fobias más comunes. Inclusive tiene un nombre clínico: se le denomina glosofobia. Permítanme les cuento una historia. En alguna ocasión tuve que impartir un seminario sobre oratoria en Tampa, Florida. Durante el receso de la mañana, uno de los participantes me habló sobre su miedo a hablar en público. ‘¿A qué te dedicas? Le pregunté. ‘Trabajo como trapecista en un circo’ fue su respuesta. Admito que en ese momento no pude esconder mi asombro. ‘ ¿Quieres decir que no tienes ningún problema en balancearte sobre una cuerda a 10 metros de altura todos los días, y sin embargo te da miedo pararte detrás de un podio en un lindo y seguro salón para dar un discurso?’ inquirí. ’¡Claro! afirmó. ‘Caminar sobre una cuerda es sencillo. Es una habilidad adquirida. Una vez que has aprendido a hacerlo, es muy fácil’. Continuó diciéndome cómo al vivir en Florida regularmente encontraba serpientes de cascabel y caimanes, pero que inclusive ellos no lo atemorizaban tanto como la idea de tener que pararse frente a una audiencia,

  • — 25 —

    El Miedo Más Grande . . .

    lo cual, al haber incursionado dentro de la administración, era un requisito constante en el circo”.

    “El no está sólo”, agregó Sue. “Recientemente leí El libro de las listas, y los autores afirman que el miedo a hablar en público es a lo que los Estadounidenses más le temen, inclusive aún más que a la muerte. ¡La muerte se encuentra en quinto lugar!”

    “Debo admitir que yo apoyo a la mayoría en este tema”, confesó Bob. “Pónganme frente a una computadora y no hay problema suficientemente grande. Pero no me pidan que me pare y me dirija ante un grupo de personas”.

    “He escuchado esto de tantas personas” reflexioné. “No quisiera pasar por alto o trivializar este temor, pues es cierto que yo también he sabido de estas encuestas que afirman que a las personas les atemoriza más la idea de hablar en público que la misma muerte. De hecho, recuerdo haber visto un episodio de la serie de televisión Seinfeld en donde Jerry Seinfeld bromea con respecto a que la mayoría de las personas presentes en un funeral preferirían ser la persona en el ataúd que la persona a la que se le pide dar la apología.

    “El miedo es una emoción muy poderosa. De lo que en realidad estamos hablando es de lo que comúnmente llamamos ‘pánico escénico’. Para la mayoría de las personas, el salir a un escenario y pararse frente a un público es, en el mejor de los casos, desconcertante, sin importar si están ahí para cantar, bailar, actuar o dar un discurso”.

    “Y, sin embargo, la capacidad de tener la seguridad para transmitir un mensaje es esencial en Rotary, sea como

  • Frank Habla sobre cómo Hablar en Público

    — 26 —

    encargado de un comité, presidente de un Club, o gobernador distrital”, indicó Sue.

    “Además de ser importante para tener una carrera exitosa”, añadió Duncan. “A lo largo de mi vida profesional, tuve que hacer uso de la astucia y la persuasión para venderme a mí mismo y a mi empresa a clientes potenciales, así como a mis clientes internos, entre los cuales se encontraban tanto mis superiores, como mis compañeros y subordinados”.

    “Me parece que ambos tocan puntos esenciales”, concordé. “Cuando recuerdo todas aquellas reuniones que he tenido con proveedores, mi equipo administrativo, y nuestros empleados, tuve que mantener un mensaje consistente y persuasivo. Y en realidad nunca lo había pensado pero, supongo que mis amistades y compañeros Rotarios nunca me hubiesen nominado o apoyado desde ser director de comité en mi Club hasta llegar a ser Presidente de Rotary International, si hubiese sido alguien a quien le aterrorizara la idea de tener que hablar ante un público”.

    “Permíteme hacerte una pregunta, Frank”. intervino David. “Sé que aprendiste el negocio de las ópticas de tus padres. Pero, ¿también te enseñaron habilidades de oratoria?”

    “¡Por supuesto que no!” contesté.

    “Ese es mi punto”, asintió. “Las cualidades para ser un buen orador no se heredan. Se adquieren. Ya sea que seas un optometrista o un trapecista, o un gobernador de Distrito Rotario, esas cualidades pueden ser aprendidas. Y si las practicas con frecuencia y constancia, puedes aprender a motivar a tu público mientras que a su vez fortaleces tu confianza y autoestima”.

  • — 27 —

    El Miedo Más Grande . . .

    “Me gustaría mantener a Rotary fuera del tema por el momento”, sugerí. “Si empiezo a hablar sobre cómo dar un discurso en una conferencia distrital o ese tipo de eventos, algunos de ustedes inmediatamente van a pensar, ‘eso no es algo que yo haga’. Así que, permítanme retomar lo que acaba de comentar mi amigo Duncan. En caso de que no lo conozcan, Duncan podría ser modelo para un afiche de lo que es la América corporativa. Hace más de cuarenta años inició como aprendiz de una de las empresas de químicos más grandes del país, y de ahí forjó su camino hasta llegar a ser vice-presidente mayoritario. Así que Duncan, ¿alguna vez sentiste miedo al tener que dirigirte ante diversos grupos de personas?”

    Duncan se acercó el micrófono que estaba sobre la mesa. “En un principio, por supuesto que sí, Frank. Preparaba mis presentaciones de ventas y las practicaba hasta llegar a la oficina del cliente. Estando sentado en la sala de espera sentía como transpiraba todo mi cuerpo. Cada vez que subía un escalafón dentro de la empresa, regresaba a mí esa sensación de profundo estrés al tener que dirigir las juntas de venta semanales”.

    “Y, ¿cómo lo superaste?” pregunté.

    “Le estaré eternamente agradecido a mi jefe de aquel entonces”, confesó Duncan. “El se percató de cómo temblaba, tartamudeaba y llenaba mis pláticas de ems y estes. El me tomó bajo su cargo y me enseñó que el hablar en público no tiene porque ser estresante, sino más bien una cuestión de enfoque”.

    “Yo me encuentro en esa posición en este preciso momento”, comentó Bob, apartando el cabello que caía en sus ojos. “Recientemente me ascendieron a jefe de departamento.

  • Frank Habla sobre cómo Hablar en Público

    — 28 —

    Así que, ¿cómo lograste hacer que hablar en público fuese menos estresante?”

    Duncan aguardó un momento, como si estuviese tratando de recordar con exactitud cómo lo había instruido su mentor más de medio siglo atrás. “Aprendí, primero que nada, que uno no tiene que ser perfecto para ser un buen orador,“ empezó a decir. “Aún hoy en día en Rotary, veo a oradores elocuentes y motivacionales como Cliff Dochterman. . . y Rick King . . . y me doy cuenta. ”..

    “¡AJEM!” Sue interrumpió súbitamente, con una mirada dramática hacia mi.

    La audiencia se rió. “Si, claro, y Frank Devlyn”, continuó Duncan. “Lo estaba guardando deliberadamente para el final. En fin, mi punto es que ni siquiera pretendo estar a su nivel. Cuando fui gerente de ventas hace ya muchos años, en ocasiones asistíamos a conferencias con oradores profesionales de talla mundial tales como Art Linkletter y Zig Ziglar. Si esperaba poder transmitir el mismo tipo de mensaje tan perfecto y pulido, me hubiese generado un estrés incalculable, y al hacerlo estaría predisponiéndome para un rotundo fracaso.

    “Así que sean realistas. El mundo necesita excelentes oradores, así como también necesita buenos oradores, e inclusive necesita oradores promedio”.

    “Durante mi año como gobernador de Distrito encontré Clubes que tenían oradores muy por debajo del promedio”, añadió Sue. “Y, ¿saben qué? Los Clubes sobrevivieron. Es más, hasta prosperaron. Y algunos de esos oradores extremadamente

  • — 29 —

    El Miedo Más Grande . . .

    malos, y a los que les tomé protesta en julio, se habían convertido en oradores decentes al llegar junio”.

    “Si me permites interrumpirte”, era la voz de David. “Ya hemos escuchado sobre el estrés que sufren la mayoría de las personas ante la idea de hablar en público, por lo que en varias ocasiones he hecho la sugerencia de que no se vean a sí mismos como oradores. ¡Simplemente SEAN ustedes mismos! No intenten ser algo o alguien que no son. Si eres enfermera, eres una enfermera que en ocasiones se dirige a un grupo. Si eres un contador, no eres un orador, eres un contador que habla con otras personas”.

    “Duncan únicamente mencionó tres de los oradores más renombrados en el Rotarismo, pero me atrevería a afirmar que ninguno de ellos se considera a sí mismo como un orador. Ante sus propios ojos, ellos se consideran a sí mismos como un profesor universitario, un abogado y un optometrista a quienes les apasiona compartir su conocimiento y experiencia como Rotarios. Ahora, dado que esta es la misma situación en la que nos encontramos todos los presentes, reflexionemos un poco sobre ello. Todos nosotros somos Rotarios a quienes en ocasiones se nos pide hablar ante otros Rotarios. Cierto, Frank es Ex Presidente de Rotary, yo he escrito algunos libros, Sue es Ex Gobernadora, pero muchos de ustedes tienen mayor conocimiento y entusiasmo hacia ciertos temás que cualquiera de nosotros. ¿Pueden ahora vislumbrar cómo se va disipando el estrés ante la idea de dar un discurso si dejamos de pensar en ello como un deber que implica hablar en público?”

    Un manojo de personas asintieron en conformidad con la reflexión de David. En ese momento alguien levantó la

  • Frank Habla sobre cómo Hablar en Público

    — 30 —

    mano desde la tercera fila. La edecán le pasó un micrófono inalámbrico a una mujer de edad media.

    “Soy presidenta-electa de mi Club”, se le escuchó decir. “Y en realidad nunca quise ser presidente, pero nuestro presidente-electo previo fue transferido, así que me persuadieron para aceptar la posición. Al aproximarse cada vez más el 1° de julio me siento más y más mortificada ante la idea de tener que pararme frente al Club y dirigirme a ellos cada semana”.

    “¿Y qué es lo que específicamente te mortifica?” pregunté.

    “Me preocupa equivocarme”, respondió la mujer. “Me preocupa no poder motivar a mis socios, de ser aburrida. ¿Qué tal si me preguntan sobre temás para los cuales no tenga una respuesta? Quizás no les agrade”.

    “Puedo entender tus preocupaciones”, aseguré. “Pero me gustaría llevarte algunos años atrás a cuando empezaste a manejar. ¿Recuerdas aquellos tiempos?”

    “Si me acuerdo”, afirmó. “Aunque estas siendo muy amable, Frank. ¡Eso ya fue hace más de algunos años!”

    “Está bien, entonces piensa en ese momento, te aseguro que ni siquiera sabías en donde meter la llave, mucho menos como abrir el cofre o dónde estaba el tanque de gasolina, ¿cierto?”

    Asintió de manera afirmativa.

    “Supongo que te encontrabas más que nerviosa, aterrada, ante la idea de manejar pero finalmente aprendiste. Primero

  • — 31 —

    El Miedo Más Grande . . .

    empezaste con lo más básico y al ir progresando se elevó no sólo tu confianza sino tu destreza como conductora hasta que aprendiste a manejar de noche, en la nieve y finalmente acabaste siendo una muy buena conductora. De hecho, si has tenido hijos adolescentes seguramente tú les has enseñado a ellos a manejar. Así que aquello por lo cual alguna vez te sentiste atemorizada, ahora te es completamente natural, tanto así que lo practicas día tras día sin si quiera pensarlo”.

    “¿Puedo agregar algo?” intervino Bob. “Sé que todos sentimos la presión de tener que ser perfectos cuando damos un discurso; sin embargo, me parece que necesitamos verlo desde una perspectiva positiva. Admito que aún me estreso cuando alguna persona me pide dar un discurso, sea ante Rotarios o ante un grupo de gerentes en la oficina, pero me digo a mí mismo: Bob, antes que nada, alguien considera que eres lo suficientemente bueno como para hacerlo pues ha sido a ti a quien han elegido para dar dicha presentación. En segundo lugar, ¿qué es lo peor que puede suceder? Si un piloto se equivoca estrella el avión; si a un cirujano le falla la operación, el paciente fallece. Desde esa perspectiva, tanto el miedo como la vacilación que sentía ante la idea de hacer dicha presentación desaparecen”.

    “Permíteme hacerte una pregunta, Bob”, dije, volteando a verlo. “¿Por qué te pide la empresa a ti dar esas presentaciones a los gerentes regionales?”

    Bob titubeó un momento antes de inclinarse hacia el micrófono. “Pues, supongo que consideran que tengo el conocimiento y la experiencia suficientes para que sean de utilidad para aquellos gerentes”.

  • Frank Habla sobre cómo Hablar en Público

    — 32 —

    “¿Y qué pasa con Rotary? ¿Usualmente a qué clase de audiencias Rotarias te invitan a dirigirte?”

    “Casi siempre me invitan a hablar sobre La Fundación Rotaria”, afirmó. “Estuve un tiempo en la India y tuve la oportunidad de participar activamente en un Día de Inmunización Nacional de Polio Plus por lo que me he convertido en un ferviente promotor de La Fundación Rotaria. Así que con frecuencia me invitan a dar pláticas de la Fundación ante otros Clubes o eventos distritales”.

    Miré a la audiencia. “Amigos, acaban de escuchar a Bob decir hace algunos minutos que le atemorizaba hablar en público. Ahora han tenido la oportunidad de verlo dirigirse ante esta gran audiencia y, yo les pregunto, ¿parecía atemorizado? ¿Titubeó, tartamudeó o tuvo que leer todo de un texto preescrito? ¡Por supuesto que no! ¿Por qué no?” esperé un minuto para ver si obtenía alguna respuesta de la audiencia. No habiendo ninguna, continué.

    “La razón es que Bob confía en sí mismo y en tener la capacidad de dar pláticas sobre ciertos temás. Tienen que empezar a creer en ustedes mismos como personas, creyendo que los temás que abordaran realmente van a beneficiar a sus oyentes. Se ha dicho que nadie puede hacerlos sentir menos de lo que son sin su propio consentimiento. Pues bien, nadie puede lograr que Bob sienta que no vale la pena compartir su visión y pasión hacia La Fundación Rotaria con los demás. Eso contribuye a la confianza que tiene antes de dar sus discursos y, ¿no creen que esa confianza se proyectará en la elocuencia y energía transmitida a su público durante su discurso?”

  • — 33 —

    El Miedo Más Grande . . .

    Observé muchas personas asentir en aprobación. Noté que una mano se levantaba hacia la mitad del salón y observé como la edecán se deslizaba rápidamente por el salón para entregarle el micrófono. “Buenos días, mi nombre es Mike Hairston, Asistente de Gobernador del Distrito 6460. Mi pregunta es si alguno de ustedes en el panel tienen algún método para disipar el miedo justo antes de comenzar a hablar”.

    Voltée a ver a mis colegas y vi que Sue se ofrecía a responder la pregunta. “Sinceramente Mike, me parece que la mejor herramienta es la preparación previa. Si he invertido tiempo estudiando a mi audiencia, investigando el tema y he ensayado mi discurso hasta el punto en el que sé que es bueno, mi miedo casi desaparece por completo”.

    “Sólo recuerda enfocarte en el mensaje y en tu público. No se trata de ti, se trata de ellos. Solía sentir como se empezaba a transformar mi cara cuando escuchaba a un gobernador de Distrito que se levanta para hablar de sí mismo y de sus logros. Así que cuando visitaba a los Clubes o cuando dirigía las juntas distritales, siempre procuraba que mi mensaje estuviese enfocado en la audiencia. Solía imaginar a cada persona sentada frente a mi preguntándose, ‘¿y a mi para qué me sirve?‘ Y con esto no quiero decir que los Rotarios sean egoístas, pero lo cierto es que todos tenemos una gran cantidad de obligaciones que dependen de nuestro tiempo, dinero e interés. Así que para mi era lógico que si quería persuadirlos de apoyar mis metas, mi conferencia distrital, mi proyecto de donación a la Fundación, etc., etc., entonces tenía que presentárselos de manera que fuese atractivo para ellos”.

  • Frank Habla sobre cómo Hablar en Público

    — 34 —

    “Recuerdo cuando llegué a gerente de departamento en Químicos DuPro, hace muchos años”, intervino Duncan. “Estaba tan nervioso de tener que hablar con mi equipo de apoyo, y más porque en ocasiones mi jefe se quedaba a las reuniones. Pero fue un gran mentor, y por eso le confesé mi miedo de hablar ante aquel grupo de alrededor de 35 personas. Fue entonces cuando me dio el siguiente consejo: ‘haz un lista de cada uno de tus miedos, luego pon una solución al lado de cada uno de ellos … así sabrás cómo poder superar o disipar esa preocupación.’ Así que tomaba esa lista y la guardaba en una vieja caja de cigarros. Cada año, durante mi evaluación anual, mi jefe me pedía que le llevase la caja de cigarros y que sacara mi ‘lista de preocupaciones’. Y, ¿saben qué? Alrededor de 99 de 100 cosas que me consternaban ¡nunca me habían sucedido! Así que me hacia llevar aquella vieja lista al baño y tirarlas por el excusado. Al ir escalando a niveles corporativos, mis presentaciones ante personas de mayor rango se fueron haciendo cada vez más frecuentes, entonces recordaba mi ritual de tirar aquellas listas por el excusado, y mis miedos parecían disiparse”.

    “David”, añadí, ‘tú hablas ante audiencias bastante numerosas alrededor del mundo. ¿Acaso tienes algún consejo para evitar esa sensación de angustia de último momento?”

    “Quizá el mejor consejo que pueda darles es saberse la introducción de su discurso de memoria”, respondió. “Los acaban de presentar, la audiencia se encuentra emocionada y aplaudiendo mientras tú te vas acercando al podio, lo último que quieres es que el salón se quede en completo silencio en lo que tú titubeas por encontrar esas primeras palabras. Creo que todo orador, incluyendo aquellos que ganan miles de dólares

  • — 35 —

    El Miedo Más Grande . . .

    por cada discurso, sienten cierto grado de nerviosismo en el momento previo a dirigirse al atril. A mi me ayuda motivarme a mi mismo justo antes de subir al escenario. Hago uso de una visualización positiva: imagino a mi público atento hasta el punto en el que recurro al humor o a alguna anécdota. Me visualizo en el podio, disfrutando lo que hago, relajado, sonriente y con la sensación de tener a la audiencia en la palma de mi mano. Reflexiono sobre por qué fue que ese gobernador de Distrito o presidente del Seminario de Capacitación de Presidentes Electos (PETS) me ha invitado a mi y el cómo es que los asistentes me quieren ver triunfar. He hablado ante Clubes pequeños cuando sólo 6 personas se han presentado en una noche de tormenta y me he dirigido ante 20,000 personas en convenciones internacionales, y creo fervientemente que una visualización positiva me relaja justo antes de iniciar. Así que me imagino haciéndolo bien, vean a esa audiencia entusiasmada y luego respiren profundamente un par de veces y caminen con confianza hacia el podio”.

    “Espero que estén tomando nota de esto”, anuncié, regresando al micrófono del podio. “Hasta ahorita hemos escuchado algunos consejos realmente buenos de nuestro panel de esta mañana. Así que intentaré resumir un poco aquellas ideas que han compartido con nosotros sobre cómo poder eliminar, o por lo menos, reducir el temor que sentimos de hablar en público. Esto es a lo que he llegado hasta el momento:

    • No piensen en ustedes mismos como un orador.• El mayor enemigo de ser bueno es ser perfecto. Si no les

    están pagando $25,000 dólares por hacer una presentación, no esperen parecerse a alguno de los mejores oradores profesionales.

  • Frank Habla sobre cómo Hablar en Público

    — 36 —

    • Planeen su presentación de acuerdo a las necesidades y expectativas de su audiencia.

    • Hagan que sea sobre ellos, no sobres ustedes. A no ser que los hayan invitado a hablar sobre cómo conquistaron el Everest o alguna aventura parecida.

    • No esperen quedar bien con todos.• Hagan uso de afirmaciones positivas antes de empezar .

    “¿Hay alguna otra pregunta?”

    Vi que la edecán se apresuró hacia el fondo del salón y le dio el micrófono a un hombre tan lejano que apenas podía visualizarlo.

    “Yo tengo una pregunta”, afirmó. “Hasta este momento han hablado sobre cómo superar el miedo a dar un discurso. Lo que a mí me interesa saber es, ¿cómo decidir el contenido de un discurso?”

  • — 37 —

    CAPÍTULO 2

    Los 3 MandamientosLa retórica es el arte de encantar el alma.

    – Platón

    “Antes de entrar en detalles acerca de la estructura y el formato de un buen discurso, me gustaría retarlos a formularse una pregunta”. Hice una pausa por algunos segundos para medir el impacto de mis palabras. El salón se quedó en completo silencio. “¿Deberían dar este discurso? ¿Por qué? O ¿por qué no? Sin contar los avisos semanales, quizá se les solicite que como, digamos, presidentes de sus Clubes, expliquen por qué se les ha pedido a ustedes dar esa presentación”. Volví a hacer una pausa y miré alrededor del salón. “La Biblia nos dice que Dios nos dio Diez Mandamientos. No se preocupen, no les voy a pedir que me los digan todos”.

    “O preguntar cuáles de ellos han quebrantado últimamente”, añadió Sue.

    “¡Cierto!” afirmé. “Pero, cuando se trata de hablar en público, yo sugiero recordar 3 mandamientos. ¿Quisieran saber cuáles son?

    “¡Sí!” se escuchó una voz a la izquierda del salón.

    “¡Es para lo que hemos venido!” agregó una señora con un marcado acento Australiano.

  • Frank Habla sobre cómo Hablar en Público

    — 38 —

    “Bien. Estos son mis tres mandamientos con los cuales podrán convertirse en grandes, y eficientes, comunicadores desde el podio:

    En Primer Lugar: Conozcan a su audiencia.

    Segundo: Conózcanse a sí mismos.

    Tercero: Conozcan el tema.

    Les he pedido a mis colegas en el panel hoy que detallen cada uno de estos puntos. Así que Sue, ¿te gustaría iniciar? ¿A qué me refiero con Conozcan a su audiencia?”

    “Ninguna audiencia es igual, así que es extremadamente importante saber quienes estarán sentados frente a ti” remarcó, señalando al público con su mano. “Primeramente nunca le hablaría igual a un grupo de trabajo, en mi caso turismo, que a uno de Rotarios. Pero aún dentro de estos círculos de interés, necesito saber con antelación lo más que pueda acerca de ese público en específico.

    “Por ejemplo, no necesariamente daría el mismo mensaje en una sesión de un Club que en un instituto de zona. Desde el momento en el que se les invita a dar un discurso necesitan analizar a su futura audiencia”.

    “¿Qué quieres decir con analizar?” le pregunté.

    “Debes interrogar a la persona que te invita lo más que puedas para saber lo que él o ella, y quienes estarán presentes, esperan de ti. Retomando mi ejemplo anterior del Club Rotario

  • — 39 —

    Los 3 Mandamientos

    y del Instituto de Zona, le preguntaría a quien me está invitando que me defina mi objetivo y el resultado que se espera de mi discurso. Quizá tengan la expectativa de que mi platica motive a los socios para que participen en la conferencia distrital. En ese caso, me ayudaría saber cuánto tiempo han estado en Rotary los socios, lo que saben acerca de las conferencias de Distrito y el porcentaje de esos socios que asisten a las conferencias distritales. Si fuese posible, buscaría contar con algunas anécdotas de socios activos que hayan participado en alguna conferencia para así respaldar mis palabras sobre la importancia, trascendencia y oportunidad de asistir”.

    “Ahora, si se me invitase a hablar en un Instituto de Zona, lo único en común con mi audiencia anterior es que también serían Rotarios. Pero en esta ocasión, serían directivos distritales y de Rotary International con amplia experiencia. Sin duda quiero hacer que mi discurso sea estimulante pero ellos van a querer mucho más que una plática motivacional. Con certeza cuentan con la participación de algunos de los mejores oradores de Rotary, así que voy a darles datos duros, quizá describir un nuevo programa, o especificar cómo pueden ayudar a promover a Rotary en sus propios Distritos”.

    “¿Te importaría si agregó algo?”, interfirió Duncan. “Yo sugiero que inclusive pregunten sobre el lugar en el que estarán haciendo su presentación. Por ejemplo, si necesitan mostrar un DVD, ¿habrá suficientes monitores de televisión para que sea visto por todos los presentes? ¿Habrá algún técnico cerca en caso de que no corra el DVD? ¿La iluminación permitirá que todos los asistentes vean su presentación de PowerPoint sin problemás?”

  • Frank Habla sobre cómo Hablar en Público

    — 40 —

    “Duncan, me acabas de recordar una conferencia a la que asistí en Las Vegas de una oradora australiana cuyo formato de DVD era incompatible con el americano. Lo peor del caso fue que se había pasado los primeros cinco minutos de su discurso detallando lo maravilloso que iba a ser dicho video. La audiencia esperó alrededor de 15 minutos mientras el organizador del evento buscaba al técnico, quien no tuvo éxito en hacer que funcionase el DVD. Había unas 250 personas en su taller y todos nos sentimos decepcionados al no haber podido ver el tan anhelado video. Imagínense cómo se sintió aquella oradora. Imaginen lo que sintió el organizador cuando escuchó los comentarios de los asistentes. La conferencista se pudo haber ahorrado la vergüenza completa de haber pensado proactivamente. En lo personal, yo por eso siempre llevo mi laptop conmigo , así no tengo que depender de que el anfitrión tenga el equipo compatible con mi presentación”.

    “Cuando viajaba alrededor del mundo con Químicos DuPro, me daba a la tarea de buscar al técnico un día antes y probar mi material audiovisual”, comentó Duncan. “No exagero al decir que hubieron decenas de ocasiones en las que tuvieron que convertir algo, poner otro equipo, o arreglar alguna falla. Al haberlo revisado un día antes, les daba horas para que pudiesen trabajar en lo que se requiriese para tener mi presentación funcionando a tiempo”.

    “¿Qué otro tipo de preguntas hacen al analizar su audiencia y determinar cómo realizar su discurso?” pregunté.

    “A mi me gusta saber aproximadamente cuántas personas asistirán”, añadió David. “De hecho, tengo una lista que me

  • — 41 —

    Los 3 Mandamientos

    gusta revisar: ¿cuántos oradores habrá además de mi y en qué lugar me tocará a mi hablar? ¿Qué temás se estarán tocando? ¡De ninguna manera quiero hablar sobre lo mismo que mi antecesor! Además, me gusta saber a qué hora del día estaré hablando y por cuánto tiempo. Es probable que dé una plática completamente distinta, y más reducida, si soy el tercer orador después de la cena a las 8:30 pm que si soy el orador principal abriendo la sesión de la mañana”.

    “Hablando de conocer a tu audiencia, ¿qué tanta diferencia ves de una cultura a otra?” inquirió Bob. “Recuerdo que cuando la empresa me envió a la India encontré notables diferencias en cómo interactuamos entre nosotros. Por ejemplo, segundos después de haber conocido a alguien aquí en Estados Unidos, instantáneamente les hablamos por su nombre de pila. Pero aprendí que eso es un grave error en otras culturas en las cuales personas que llevan años de conocerse aún se dirigen entre ellas por sus nombres formales”.

    “Ese es un punto excelente, Bob”, asentí. “Si voy a tres países diferentes quizá tenga que dar lo que es un mismo mensaje principal pero de tres maneras distintas. Por eso es tan importante conocer a tu audiencia. Como ya les he dicho, hagan que su discurso sea sobre ellos y no sobre ustedes mismos”.

    “Disculpa Frank, tenemos una pregunta del público,“ interrumpió la edecán, entregando el micrófono a un hombre de apariencia ejecutiva que se encontraba al frente.

    “Frank, ¿a qué te referías con dar un mismo mensaje principal en tres maneras distintas?” preguntó.

  • Frank Habla sobre cómo Hablar en Público

    — 42 —

    “Parte del conocer a tu audiencia significa que debes de investigar las diferencias culturales”, afirmé. “Por ejemplo, en gran parte del mundo los Rotarios utilizan la palabra servicio para describir lo que hacemos: Dar de Sí Antes de Pensar en Sí. Pero en algunos países y culturas la palabra “servicio” tiene un significado diferente por lo que realmente no se utiliza para describir la labor Rotaria. En algunos lugares servicio hace referencia a los trabajadores domésticos por lo que prefieren hacer uso de términos como Servicio a la Humanidad. Permítanme darles otro ejemplo: en una conferencia en Estados Unidos o Europa, usualmente se hace mención del curriculum del orador, sea por el presentador al inicio de la conferencia o dentro del mismo discurso de la persona. El hecho de que el presentador se haya graduado de la facultad de derecho de Princeton, seguido por Harvard y haya escrito seis libros, establece su credibilidad, son sus credenciales para poder estar ante su público. Pero en Australia o Nueva Zelanda, se le consideraría un engreído. Al hacer algo tan simple como iniciar sus pláticas como lo hace en los Estados Unidos, estaría empezando con el pie izquierdo en Australia”.

    “Frank y Bob tienen mucha razón”, agregó Duncan. “Incluso la forma en la que nos dirigimos entre nosotros se ve afectada por la cultura. Cuando visitaba las oficinas foráneas en ocasiones me reunía con personas que llevaba conociendo durante años y aún así nos hablábamos el uno al otro de Señor, en lugar de hablarnos por nuestros nombres de pila. En una ocasión cometí el error de llamar a un colega por su nombre y muy diplomáticamente me dijeron que ya no estaba en Estados Unidos y que, en Suiza, semejante informalidad no sería considerada apropiada”.

  • — 43 —

    Los 3 Mandamientos

    “Solía dar seminarios de administración del tiempo”, dijo David. “Y de los cientos de ciudades en los que impartía estos talleres, recuerdo dos casos en especial. Me contrataron para enseñarle a los empleados de un instituto culinario ‘Cómo lidiar con personas problemáticas’. Pero no hice una buena labor al averiguar la verdadera razón por la que me habían llamado. Resultó ser que la relación entre los chefs, principalmente Franceses, y el personal de apoyo estadounidense, se había degenerado hasta el punto en que ya todos parecían trabajadores industriales. Los chefs hacían uso de lenguaje degradante y sexista hacia las empleadas y el personal de apoyo había encontrado la manera de vengarse. En otra ocasión, me pidieron enseñarle habilidades administrativas a oficiales de nivel medio de un departamento de policía considerablemente grande. El problema es que habían tensiones raciales severas dentro del departamento y los participantes resentían el haber sido ordenados por el jefe a asistir al seminario con personas que no soportaban. En esa ocasión tuve un salón dividido en dos, en el que de un lado estaban sentados los oficiales blancos y del otro los oficiales negros; ambos grupos se pasaron casi todo el día con los brazos cruzados, negándose rotundamente a participar en actividades de participación y retroalimentación que había planeado. ¿No creen que hubiese hecho mi trabajo más sencillo, además de ser mi mensaje más eficiente, si hubiese sabido la realidad que aquejaba a estos grupos, previo a mi llegada al lugar en cuestión?”

    “Lo que he escuchado es que cada audiencia tiene diferentes expectativas, y no podemos cumplir con ellas si no nos tomamos el tiempo para conocer a nuestro público lo más que podamos,“resumí”. “Tenemos que ser un poco camaleónicos y adaptarnos a nuestros alrededores. Por supuesto que quiero tener una respuesta positiva a mi mensaje, y cómo las personas

  • Frank Habla sobre cómo Hablar en Público

    — 44 —

    tienen diferentes intereses, si yo quiero conectarme con mi audiencia debo procurar conocer cuáles son esos intereses”.

    “En una ocasión conocí a un orador que me hizo el comentario de que era más fácil encontrar un público nuevo que escribir un discurso nuevo”, indicó David. “Me parece que debió estar bromeando, o por lo menos espero que así fuese. Es cierto que no es nada fácil hacer la investigación y preparación previa para elaborar un discurso orientado a una audiencia específica, pero es esencial hacerlo. Recuerdo la primera vez que impartí seminarios de capacitación administrativa en Australia, dí esencialmente la misma presentación que había dado en cientos de ocasiones alrededor de todo Estados Unidos, citando a varios escritores reconocidos así como estudios universitarios que reforzaran mis puntos. Un día, al final del seminario en Perth, un señor se me acerco y me dijo, ‘¿Qué cree usted que no tenemos escritores igual de reconocidos en Australia? ¿Acaso cree usted que no tenemos nuestras propias universidades que ya han realizado estudios sobre el tema?’

    “Me sentí terriblemente mal. En ese momento me di cuenta de lo insensible y descortés que había sido al ser el americano que únicamente citaba expertos americanos. Ese día cambió mi carrera como orador. Desde ese momento, ya sea que hable en Australia, Estados Unidos o Austria, me aseguro de conocer a mi audiencia y de crear un mensaje específicamente dirigido a ellos”.

    “Sólo me gustaría agregar una cosa”, intervino Sue. “He llegado a visitar Clubes en mi Distrito en donde ni siquiera hay un atril o un micrófono. Así que parte de mi consejo es

  • — 45 —

    Los 3 Mandamientos

    hacerle saber al organizador si van a necesita un atril, un micrófono, un proyector, o lo que sea que requieran para su presentación. En particular a mi me gusta tener dos vasos de agua con una rodaja de limón, sin hielo, junto al atril”.

    “Muchos de ustedes saben que yo hablo con frecuencia sobre ser proactivo”, afirmé, volteando a ver al panel. “Todos ustedes nos han dado extraordinarios ejemplos de cómo ser mejores oradores y a su vez ser proactivos. Planeen con anticipación. Piensen con anticipación. ¿Qué espera su audiencia de ustedes? ¿Por qué están ellos ahí? ¿Cómo responderán a sus preguntas? ¿Qué clase de demandas técnicas o logísticas van a tener? Ahora pueden ver porqué considero Conocer a su Audiencia de gran importancia. Siendo así, podemos continuar con el segundo mandamiento: Conozcan el tema”.

    “¿Puedo preguntar algo?” era la voz de Bob.

    “Seguro, adelante” respondí.

    “Hemos escuchado muchos consejos, y estoy seguro de que todos son buenos consejos para hablar sobre cuestiones administrativas ante una audiencia, pero la realidad es que somos pocos los aquí presentes quienes estaremos expuestos a esos retos. Así que, ¿qué podemos hacer nosotros los Rotarios ordinarios para mejorar el cómo nos dirigimos a nuestro Club y Distrito? ¿O quizá ante un grupo de empleados en nuestro trayecto laboral? Y, ¿en alguna ocasión debes rechazar una invitación para ser orador?”

    Miré a los demás presentadores en el podio. “¿Quién se anima a responder?”, pregunté.

  • Frank Habla sobre cómo Hablar en Público

    — 46 —

    “Lo intentaré”, Sue ofreció. “En cuanto a tu pregunta de si alguna vez rechazo alguna invitación como oradora, la respuesta es sí. Nunca debes sentirte obligado a aceptar, a no ser que sean ocasiones como las visitas oficiales del gobernador o en la conferencia distrital. Ahora que soy past gobernadora de Distrito considero ampliamente las invitaciones que recibo. Aunque me siento honrada al ser invitada, lo primero que me pregunto es: ¿estoy disponible ese día? Y casi al mismo tiempo me estoy preguntando, ¿en qué contribuiría si acepto? ¿Poseo algún conocimiento especial o talento que pudiese ayudar a la audiencia a retirarse mejor informados o más motivados que antes de haber llegado?”

    “Ese es otro ejemplo de hacer que el discurso se enfoque en la audiencia”, observó Bob. “He presenciado un par de discursos en los cuales se percibía el ego del orador. Fue evidente para la mayoría de los asistentes que la plática se enfocaba en el orador y no en los escuchas”.

    “Así que replanteemos la pregunta, ¿cuándo aceptarían ustedes una invitación como oradores?” inquirí.

    “Me parece que Sue ha sido muy asertiva con su respuesta”, respondió David. “Si tienes un tema que pueda entretener, educar o motivar a una audiencia entonces deberías de considerar aceptar dicha invitación. Pero si sabes menos, o tanto, sobre el tema como cualquier persona promedio, quizá deberías rechazarla”.

    “Estoy de acuerdo”, afirmó Duncan. “Por ejemplo, si mi Club me pidiese que fuese el orador principal para nuestra cena anual de la Fundación Rotaria, seguramente la rechazaría o le

  • — 47 —

    Los 3 Mandamientos

    pediría a Bob que hablase en mi lugar. El objetivo del evento es educar y motivar a los asistentes a que apoyen a nuestra Fundación y Bob tiene la experiencia personal para hacerlo, en tanto que yo nunca he estado íntimamente involucrado con La Fundación Rotaria”.

    “En esa misma línea, si estuviesemos planeando un taller sobre la economía global, yo le pediría a Duncan que fuese nuestro orador,“ retomó la palabra Sue. “Su experiencia como alto ejecutivo de una empresa multinacional le daría a los participantes una visión que muy pocas personas en nuestro Distrito pueden compartir”.

    Una mano se levantó desde la audiencia. “Hasta ahorita hemos escuchado hablar sobre diferentes tipos de discursos. Los han llamado discursos, seminarios, talleres… ¿acaso invitan a diferentes tipos de oradores con diferentes estilos de oratoria para estas presentaciones? Y, ¿cómo sabes qué tipo de presentación debes dar?”

    Decidí contestar esta yo mismo. “Con toda seguridad, la persona que les hace la invitación les dirá con qué quisieran que lo apoyasen”, respondí. “Por ejemplo, el Presidente de Rotary International me pidió que coordinase este taller. Como parte de mi investigación del Conocer a tu Audiencia, me informé sobre la hora a la que iba a ser, alrededor de cuantas personas se esperaban, etc. Después de eso me dieron la libertad de decidir a quién invitar para estar en el panel. Así que cuando invité a mis amigos a participar…” señalé hacia el panel, “les dí toda la información que yo tenía para que ellos la consideraran para elaborar su presentación y supieran qué esperar”.

  • Frank Habla sobre cómo Hablar en Público

    — 48 —

    “Yo no considero que necesariamente se necesiten diferentes oradores para los diversos tipos de presentación que mencionaste, pero el orador necesita saber la diferencia para así poder presentarlo de manera distinta. Por ejemplo, yo estoy haciendo que este plática sea interactiva. Cualquiera de los presentes, tanto del panel como del público, puede hacer una pregunta, salirse un poco del tema o expresar su opinión. Me sentí con la libertad de hacerlo así por la cantidad de tiempo que nos han dado para este taller. Pero, si tan sólo hubiese tenido 20 minutos, no podría permitir la interacción con la audiencia”.

    “Así que en lugar de preparar un discurso formal impreso para esta sesión, vine con una lista de alrededor de 10 puntos a tratar en una simple hoja de papel. Estos son los temás que deseo cubrir, pero será un formato libre hasta haber repasado cada uno de ellos. Si estuviese dando una conferencia magna, tendría notas mucho más estructuradas y la manera de presentarlo sería más didáctico. Si un gobernador de Distrito o un presidente de una conferencia me dijeran que requieren de una plática simple para después de la cena, la haría mucho más corta y probablemente con un toque de humor. ¿Pueden ver por qué es tan importante determinar el propósito de su discurso?”

    “Frank, hasta ahorita has hablado sobre los diferentes tipos de presentación. ¿Consideras que una plática tiene diferentes objetivos?” preguntó Bob.

    “¡Por supuesto!” contesté. “Las personas me hablan a cada rato y me piden ser orador en su conferencia de Distrito o multi-PETS y yo les pido que me indiquen cuál es el objetivo que desean que yo persiga para su audiencia. Quizá esto sea simplificarlo demásiado pero hay discursos para iluminar,

  • — 49 —

    Los 3 Mandamientos

    discursos para motivar, discursos para influenciar y discursos para entretener. Mucho antes de pararme frente a un público, a mí me inquieta saber qué tipo de discurso esperan ellos de mi”.

    Otra mano se levantó en la audiencia, en esta ocasión de la primera fila. “Frank, ¿crees que la misma persona puede dar los cuatro tipos de discurso? ¿Puede una sola persona iluminar, motivar, influenciar y entretener?”

    “Esa es una pregunta interesante”, observé. “En términos generales diría que sí es posible si poseen el conocimiento para cumplir los cuatro objetivos. En lo que tendrían que trabajar es en la forma en que se dirigen al público. Esa es la diferencia”.

    “Estoy de acuerdo”, concurrió Sue. “Y de mi experiencia les puedo decir que para mí el objetivo más difícil de lograr es ‘entretener’. He visto a muchos oradores intentar ser cómicos y son un fracaso rotundo”.

    “Ese es un buen punto”, comentó Duncan. “¿Cuál es su opinión cuando se trata de humor? ¿Debería de incluirse en un discurso? Y, ¿cuándo es inapropiado utilizarlo?”

    “El humor reduce la tensión entre el orador y sus escuchas y te hace ver más humano ante ellos, particularmente si puedes ser cómico sobre ti mismo”, expliqué. “Pero, y este es un gran pero, necesitan ser muy cuidadosos con la forma en la que emplean el humor pues si no pueden generar un distanciamiento entre ustedes y su audiencia. Nunca recurran al humor lacerante. También creo que no deberíamos hacer bromás en nuestros discursos. En primer lugar, los comediantes practican durante

  • Frank Habla sobre cómo Hablar en Público

    — 50 —

    años y ganan miles de dólares por haber aprendido el arte de contar bien una broma, con el ritmo, entonación y gracia justos. Yo no tengo esa pericia, así que existe una alta probabilidad de que arruine dicha broma y, ¿cómo me haría ver eso? En segundo lugar, en este avanzado mundo de los medios y la tecnología - en donde todo lo encontramos por internet a través de Google, YouTube y Facebook - lo más probable es que de cualquier forma gran parte de su audiencia ya la haya escuchado. Así que si quiero que me tomen en serio tanto a mí como a mi discurso, ¿por qué arriesgar mi credibilidad tratando de hacer una broma que muy seguramente ya conocen?”

    “¿Lo que sugieres es que no intentemos ser graciosos?” sugirió Bob. “Tenía la impresión de que un poco de humor familiarizaba al orador con la audiencia”.

    Miré a Bob fingiendo fastidio. “¿Qué acaso dije que no usaran humor, Bob?” pregunté. “Yo utilizo el humor todo el tiempo. Lo que sugerí es que no intentemos ser comediantes haciendo recurriendo a las bromás. En lo personal me gusta emplear Ia autocrítica, haciendo uso de mí mismo o de algo que hice mal para sublimar el punto. De tal suerte, la única persona que se puede sentir ofendida por ello soy yo mismo, lo que demuestra humildad y me acerca a la audiencia”.

    “Me alegra que hayas utilizado esa palabra, Frank”. comentó David. “Porque con frecuencia le digo a las personas que tenemos que mantener en mente Tres H’s. Considero que los mejores oradores son aquellos que demuestran honestidad, humildad y humor. Por honestidad me refiero a ser uno mismo. No intenten copiar el estilo de otra persona. Duncan nos ha hablado de haber visto a Zig Ziglar hablar. Zig es un ícono. Mi

  • — 51 —

    Los 3 Mandamientos

    mentor personal. Probablemente puedo recitar media docena de sus discursos de memoria, pero nunca lo haría. ¿Por qué? Porque eso sería plagiar el material de otra persona, y eso no es ético. En segundo lugar, porque sin importar lo mucho que nos impacte Zig Ziglar a Duncan y a mi, ¡no somos Zig! Un orador honesto representa quien es y no a alguien más. En varias ocasiones se me han acercado Rotarios tras haber dado alguna plática en una conferencia o convención y me han solicitado que les envíe copia de mi discurso para poder compartirlo con su Club a su regreso. Lo que no significa que no podamos recurrir a las palabras de alguien más, pero sí debemos de darles el reconocimiento de ello cuando lo hagamos. He escuchado a Frank hacer referencia al famoso discurso de Cliff Dochterman sobre el ̔fuego amigo̓, y siempre afirma que el concepto es de Cliff, no suyo”.

    “Por humildad quiero decir que no debemos considerarnos a nosotros mismos como estrellas. Sí, hemos viajado a lo largo y ancho de todo el país o inclusive a través del mundo para presentarnos ante un público que nos ovaciona de pie, pero no debemos permitir que ello se nos suba a la cabeza. Estamos ahí para servir. Estamos ahí para compartir la bendición que Dios nos ha concedido para transmitir un mensaje que ayudará a otras personas. No se trata de uno mismo, se trata de los demás. En mi caso, yo dono mis ganancias como orador al orfelinato que inicié en Rumania, así que en sí la considero una experiencia enriquecedora al saber que será una grandiosa oportunidad para hacer nuevos amigos a la vez que ayudo a los niños en Casa Emanuel. Recalcando, no se trata de mi, se trata de ellos”.

    “Y me parece que ya cubriste la parte del humor de las Tres H’s”.

  • Frank Habla sobre cómo Hablar en Público

    — 52 —

    “Disculpen, tengo una pregunta”. Ni siquiera me había percatado de que la edecán había pasado el micrófono a un hombre parado en la cuarta fila. Le indiqué que prosiguiera.

    “Mencionaste que uno de tus mandamientos era conocerse a sí mismo. ¿A qué te refieres con eso? Una de las razones por las que todos estamos aquí es porque todos te conocemos a ti Frank, ¿qué acaso no te conoces a ti mismo?”

    Aguardé un momento para que se acallara la risa de la audiencia. “Supongo que les debo una explicación”, admití. “De hecho, tu pregunta establece un punto de gran importancia: si yo digo algo desde el podio, no es suficiente con que yo sepa lo que quiero decir. Si tu no has entendido lo que he dicho, entonces he fallado en comunicarme con la audiencia. Así que permítanme explicar lo que quise decir”.

    “Ya he hablado sobre estar enfocado en la audiencia y no en uno mismo. Ahora, puedo enfocarme en dar a mi audiencia una mejor presentación y de mayor calidad siendo objetivo en mi propia apreciación sobre mis fortalezas y debilidades. Si sé que siempre llego tarde, o que tiendo a pasarme del tiempo que se me ha dado, o hago uso de ‘este’ en demasía, debo de ser directo al enfrentarme a estas fallas. Quizá opte por adelantar mi reloj cinco minutos, o tener alguien que pase por mí a mi habitación de hotel con cierto tiempo de anticipación. Puedo poner un reloj frente a mi y pedirle a alguien cerca del podio que me señale cuando me resten cinco minutos, tres minutos y un minuto del tiempo que se me ha asignado. Puedo grabar mi discurso y contar el número de ‘muletillas’ por plática, premiándome a mí mismo cuando haya pasado de 20 a 10 a 5 a ninguno. Todos tenemos debilidades y el permitir que la

  • — 53 —

    Los 3 Mandamientos

    audiencia vea alguno de esos defectos me puede hacer parecer más humano. Esa es la ventaja de recurrir a la auto crítica como señalé con anterioridad. Pero eso es diferente a permitir que mis deficiencias se interpongan en mi camino para dar un buen mensaje. Si saben que son excelentes comunicadores con problemás de técnica y presentación, reconozcan tanto sus propias fortalezas como sus fallas. Quizá sea mejor que eviten aceptar invitaciones para dar pláticas motivacionales. No es que sean malos, simplemente están reconociendo para lo que son o no son buenos.

    “Pero me gustaría hacer hincapié en mi sugerencia de que se graben y después hagan una revisión con detenimiento. Si no quieren contratar a un entrenador en oratoria, pídanle a alguien que conozcan, que sea honesto con ustedes y que les desee éxito, que vea los videos. Una de las mejores maneras para estudiar sus expresiones faciales así como su lenguaje corporal es el verse a sí mismo en frecuencia rápida. ¿Están sonrientes y abiertos, o se ven nerviosos? ¿Voltean a ver mucho sus notas? ¿Dónde colocan sus manos: las utilizan para enfatizar algún punto, dentro de sus bolsillos o aferrándose al podio?”

    “Sé que es difícil romper con los hábitos. En una ocasión tuve una secretaria que siempre llegaba entre 10 y 15 minutos tarde, ni un minuto más, ni un minuto menos. Cuando le dije que esa situación no podía continuar, me explicó que el camión de las ocho siempre llegaba tarde. Así que le dije que se imaginara que su horario era a partir de las 8:30 en lugar de las nueve. ¿De ser así, qué haría ella en ese caso? Ella me respondió que entonces tomaría el autobús de las 7:30. ‘Bueno, entonces toma el autobús de las 7:30’ le dije, ‘porque si continúas llegando tarde me veré en la necesidad de buscarme una nueva secretaria.’

  • Frank Habla sobre cómo Hablar en Público

    — 54 —

    Desde ese día ha tomado el autobús de las 7:30 todos los días y no ha llegado tarde en cuatro años. Como verán: Conózcanse a sí mismos. Sólo pueden dar solución a sus fallas si primero aceptan que las tienen”.

    Una asistente de la convención en la primera fila señaló su reloj.

    “Hablando de conocerse a sí mismos cuando uno se olvida del tiempo, me acaban de recordar que es hora de tomar un receso”, dije. “Cuando regresemos hablaremos de cómo preparar su discurso y cómo dar una presentación dinámica. Así que, futuros grandes oradores de Rotary, nos vemos aquí en 15 minutos”.

  • — 55 —

    CAPÍTULO 3

    Preparando la Presentación

    “Usualmente me toma más de tres semanas preparar un buen discurso improvisado”

    —Mark Twain

    “Sean bienvenidos de nuevo”, anuncié por el micrófono dando inicio a la sesión 18 minutos después. “Le he pedido a mi amigo Duncan que arranque esta parte de nuestro seminario del día de hoy… Duncan: se te ha invitado a dirigirte a un grupo, digamos en una conferencia de Distrito. Ya has investigado a la audiencia y sabes lo que esperan de ti y has decidido aceptar la invitación como orador para dentro de dos meses, ¿ahora cuál es el siguiente paso?”, cediéndole el podio, me dirigí hacia mi silla para tomar asiento en lo que Duncan se levantó de la suya y caminó hacia el lugar desde donde había estado dirigiendo la sesión hasta ese momento.

    “Bien Frank, sea una conferencia magistral en una conferencia distrital o una presentación para el grupo de directivos de mi empresa, me parece que la presentación lo es todo. Tú has hablado de Conocer a tu Audiencia antes del receso, y este es el momento en el que debes de Conocer tu Tema. Para mi todo empieza al preguntarte a ti mismo ‘¿Cuál es tu objetivo?’ Tomo nota de la respuesta y la mantengo frente a mi. Sin exagerar volteo a ver la nota en la que escribí dicho

  • Frank Habla sobre cómo Hablar en Público

    — 56 —

    objetivo decenas de veces antes de dar mi presentación, y cada vez que lo hago me pregunto a mí mismo si todo lo que voy a decir, cada anécdota, cada toque de humor, todo lo que he puesto por escrito, me va a acercar a mi meta de lograr dicho objetivo”.

    “Frank les habló sobre los tres mandamientos del hablar en público, y David citó sus Tres H’s para grandes oradores. Yo voy a continuar esta “regla de tres” al sugerir que redacten su mensaje alrededor de tres puntos principales. Ahora, antes que nada permítanme decirles que el número tres no tiene nada de sagrado. Pueden elegir cualquier número: 2, 4; para mi el tres funciona bien. Este es el fundamente que hoy quiero que todos ustedes aquí presentes recuerden, y la mayoría de nosotros puede recordar tres lecciones. Así que mi siguiente paso es escribir esos tres puntos. Por ejemplo, si se me pidiese dar una plática sobre lo que es Rotary ante la Cámara de Comercio de mi ciudad, quizá iniciaría el proceso de mi preparación de la siguiente manera:

    “¿Quién es mi audiencia? Gente de negocios de toda tipo de profesión y giros laborales, todos con el interés de hacer crecer su negocio al vincularse con otros.

    “¿Cuál es mi objetivo? representar a Rotary de manera positiva y generar el interés de algunos de los presentes para que se conviertan en Rotarios.

    “¿Cuáles deberían de ser mis tres puntos principales? Rotary es una organización de servicio de reconocimiento mundial con un Club local entusiasta. Hay una gran retribución personal gracias a la satisfacción de ayudar

  • — 57 —

    Preparando la Presentación

    a los más necesitados y, a pesar de que como individuos no podamos lograr mucho, cuando trabajamos en conjunto con personas que comparten nuestras mismás inquietudes podemos alcanzar grandes metas. Y finalmente, otras empresas y líderes profesionales locales como ellos ofrecen una red de compañerismo, diversión y contactos de negocio que les permitirá mejorar sus vidas”.

    “Ahora que tengo mis tres puntos principales, buscaré puntualizar hechos, testimonios, datos concretos o anécdotas motivacionales que me sirvan de apoyo para fortalecer mi mensaje. Al ir juntando la información, me pregunto si sería bueno optar por recurrir a herramientas auxiliares tales como una presentación de PowerPoint o un video. Si me decido por ello, me cercioraré de que sean las diapositivas o el material perfecto para complementar mi plática. Pero nunca hagan de un video o unas diapositivas la parte central de su presentación. ustedes son los oradores, ergo las diapositivas son su apoyo no al revés”.

    “Una vez determinando los puntos anteriores puedo proseguir a redactar mi discurso y leer en voz alta lo que he escrito. Hay que considerar que por lo general debemos hablar más pausado en público al ritmo en el que leemos en privado, así que lean su texto en voz alta, despacio, hagan todas las pausas y énfasis que pretenden hacer ese día y usen un cronómetro para medir su tiempo. Si del ejercicio resulta que tienen una plática central de 15 minutos, entonces ya han logrado su objetivo de redactar un discurso de 25 minutos como se los habían solicitado. Quizá repase una vez más mi discurso para asegurarme de que le he dado el tiempo que quería a cada uno de mis tres puntos y si estoy conforme con ello me restan 10

  • Frank Habla sobre cómo Hablar en Público

    — 58 —

    minutos para mi introducción y conclusión. En este caso me quedan 10 minutos que dividiré equitativamente para así hacer una introducción explosiva y un cierre enérgico, que rescaten y refuercen los temás de los que he hablado para que la audiencia no sólo me recuerde a mí, sino también mi presentación”.

    “Tengo una duda, Duncan”, intervino Sue. “Dijiste que después de haber decidido tus puntos de enfoque los desarrollas con anécdotas y hechos, ¿en dónde los buscas?”

    “Siempre estoy en búsqueda de ellos”, afirmó Duncan. “Mantengo sobre mi escritorio varios folders con diferentes títulos como Rotary, humor, DuPro, Voluntariado, historias conmovedoras, etc. Cuando leo algún artículo en una revista o encuentro alguna anécdota graciosa, o hay alguna nota relevante en un periódico, los recorto y los coloco en alguno de esos folders. Así que cuando necesito algo para un tema en específico reviso lo que tengo en ellos para ver si hay algo que me pudiese servir para esa ocasión”.

    Una persona de la audiencia se levantó y se dirigió hacia el micrófono. “Soy presidente electo de mi Club” dijo, “¿Cuánto tiempo debería darle a los oradores invitados?”

    Duncan miró a los demás miembros del panel, “Me parece que ya he monopolizado este micrófono lo suficiente”, admitió, “¿quién quisiera tomar esta pregunta?”

    “En las sesiones de mi Club, nuestro orador invitado tiene 20 minutos para dar su plática, ni un minuto más ni un minuto menos,“ respondió Sue. “Pero cuando yo organizo otras juntas, en ocasiones le indico al orador el tiempo que resta de mi

  • — 59 —

    Preparando la Presentación

    agenda. En otras ocasiones le he preguntado al orador cuanto tiempo necesita”.

    “Esto último puede ser peligroso”, advertí. “Recuerdo una conferencia de Distrito en la que se le pidió a una persona que interpretara a Paúl Harris. El gobernador supuso que se tomaría alrededor de 20 minutos, como casi todos los oradores, pero nunca fijo un límite de tiempo. El orador en cuestión se puso a hablar… y hablar… y hablar… hasta que una hora y veinte minutos después, cuando más de la mitad del auditorio se había vaciado, finalmente decidió callarse. Así que nunca le den a un orador mano libre. David, ¿cuánto tiempo consideras que debería de durar un discurso?”

    “La primera vez que escribí un artículo para Airways Magazine, le pregunté al editor en jefe de cuántas palabras quería que redactara mi reseña y su respuesta fue ‘Las justas para formular una buena historia, ni una más, ni una menos’. Nunca he olvidado esas palabras y me parece que es un buen consejo que se aplica tanto para hablar como escribir. Sólo por el hecho de que pueden extenderse tanto como quieran, no significa que deban hacerlo. No hay un premio por extensión. De hecho, algunos de los mensajes más memorables en la historia de la humanidad han sido de los más breves. El Padre Nuestro tiene alrededor de 65 palabras, Lincoln utilizó únicamente 268 palabras en el memorable discurso de Gettysburg. Así que mi consejo es seguir la estrategia que nos ha dado Duncan y después cronometrarse a uno mismo. Si se pasan de 25 minutos hay que considerar resumir algunos puntos. De cualquier forma hay que estar conscientes de que no van a retener la atención de un público por más de 25 minutos. Siempre recuerden aquél viejo dicho de la farándula: siempre déjalos pidiendo más”.

  • Frank Habla sobre cómo Hablar en Público

    — 60 —

    “Yo tengo una pregunta”, se escuchó desde el micrófono, en esta ocasión era la sargento de armás. “¿Cuando te dispones a escribir tu discurso, es normal sufrir del síndrome de bloqueo del escritor? Soy una de esas personas a las que les da pánico hablar en público y puedo recordar algunas ocasiones en las que se me ha pedido dar algún aviso en la iglesia pero cuando lo intento poner por escrito mi mente se bloquea”.

    Duncan se apresuro a contestar. “Eso es lo mejor del método de los tres puntos principales. Cuando inicias no estás sentado frente a la temible tarea de escribir un discurso. Simplemente te estás preguntando a ti mismo cuáles son los tres temás que quisieras exponer ante esas personas. En lo personal, tomo una hoja de papel y lo anoto, dejando un espacio grande entre cada una de mis anotaciones. Después hago viñetas debajo de cada apartado y pongo algunas palabras clave que hagan referencia al tema principal. Como verás, con ello no estoy intentando escribir poesía o redactar algún pasaje de retórica que enorgullezca a Cicerón. Lo único que estoy haciendo es hacer uso de mi libre imaginación para obtener algunas ideas o palabras clave que sirvan de apoyo a mis temás elegidos. Esos son los cimientos. Ahora estoy listo para poner la fachada”.

    “Duncan, me parece que tenemos demásiadas manos levantadas entre la audiencia”, comentó la sargento de armás. “Damás y caballeros, con la finalidad de ahorrar tiempo, si me permiten la sugerencia de que todos aquellos que tengan alguna pregunta sean tan amables de dirigirse hacia este micrófono ubicado hacia el centro del salón”. Observé a tres o cuatro personas levantarse y caminar hacia donde estaba el micrófono.

  • — 61 —

    Preparando la Presentación

    “Una vez que has decidido tus tres puntos de enfoque, si aún no tenemos los archivos con las notas de apoyo como tu Duncan, ¿dónde podemos encontrar, lo que tu llamás, el mortero para pegar los ladrillos?”

    “Me temo que la respuesta a eso en realidad es: depende”, afirmó Duncan. “Hoy en día utilizo la revista The Rotarian, pues todas sus ediciones pasadas las encuentran en línea, lo que la convierte en una gran herramienta de búsqueda. Claro que a personas más anticuadas como yo aún nos gusta ir a la Biblioteca; sin embargo también utilizo internet, ¿o qué acaso hay algo que no podamos encontrar dentro de la red? En lo personal no soy una persona muy humorística por lo que si necesito alguna anécdota graciosa suelo buscar en www.MuseumofHumor.com, en la cual van a encontrar toda clase de material, parte del cual su propia incentiva les dirá que no deben usar. Por cierto, tengan mucho cuidado de usar información que alguien más les haya enviado por correo electrónico como algo verídico. Hay páginas como www.refdesk.com o truthorfiction.com que les pueden ayudar a verificar la autenticidad de su información. Por último, las revistas regionales también son una buena fuente de la cual podrán extraer anécdotas sobre proyectos y eventos locales que les permitirá narrar historias con las que se identifiquen los Rotarios de los Distritos que visiten ¿Alguno de ustedes quisiera agregar algo?”preguntó Duncan volteando a ver a las cuatro personas que nos encontrábamos en la mesa.

    “Se me ocurre algo”, asintió Sue. “Traten de evitar lo que yo llamo ‘palabras de amplio espectro’ que tienden a englobar generalidades. Palabras como siempre, nunca, nadie, todos, y así sucesivamente. En dos ocasiones he cometido ese error y he sido retada por personas en mi Club,

  • Frank Habla sobre cómo Hablar en Público

    — 62 —

    que eran la excepción a la regla, a que probara mi teoría. A no ser que sepan a ciencia cierta que siempre, nunca, nadie, todos son un hecho, es mejor hacer uso de palabras menos específicas”.

    “Aprendí algo muy importante cuando me nombraron gerente de departamento”, dijo Bob. “La gente responde mucho mejor cuando uno hace énfasis a palabras o metas positivas que aquellas de índole negativo. La audiencia quiere escucharte pronunciar palabras positivas y no a la inversa”.

    “Ese es un muy buen punto, Bob”, observé, de regreso en el podio ya que Duncan había tomado asiento. “Permítanme tocar el tema un momento. Su mensaje será recibido mucho mejor si le dan un toque positivo. Consideren esto: ‘La membresía de nuestro Club ha disminuido y si no traemos más socios, cada uno de nosotros va a tener que trabajar más’. Ahora, quizá esto sea cierto pero, ¿quién quiere escuchar eso? Les propongo una alternativa: -todos nos beneficiamos cuando abotonamos a más socios pues la labor de cada Rotario se aligera-”.

    “Vamos a hacer un ejercicio de participación con la audiencia, yo les doy un mensaje negativo y alguno de ustedes tiene que replantearlo de manera positiva. Bien, aquí vamos: ‘Nuestro Club tiene la peor asistencia de todo el Distrito’. ¿Quién me da una alternativa positiva?” busqué entre la audiencia por varios segundos hasta que finalmente vi levantarse una mano.

    “Que tal: ‘Vamos a hacer olas dentro del Distrito: durante el próximo mes, tan sólo por cuatro sesiones, vamos a buscar la asistencia perfecta y así sentirnos verdaderamente orgullosos”.

  • — 63 —

    Preparando la Presentación

    “¡Excelente!” aplaudí. “Ahora, qué tal este: ‘No sé que le pasa a la gente. Más del 50 porciento de ustedes nunca ha donado ni un centavo a la Fundación Rotaria en toda su trayectoria como Rotarios.’

    Se escuchó un murmuro en la audiencia ante comentario tan negativo. Una joven mujer se acercó al micrófono del centro. “Que tal: ‘En la vida hay que tomar decisiones y, hoy, voy a describirles una imagen de las necesidades del mundo en el que vivimos, necesidades que nuestra Fundación Rotaria está ayudando a cubrir, razón por la cual todos aquellos que hemos contribuido con la Fundación nos sentimos tan afortunados de poder ser parte de esta titánica labor”.

    “Me gusta”, admití. “¿Pueden imaginar lo que sentirían si como audiencia les planteara la versión negativa de ese mensaje, en comparación con esta alternativa positiva? Así que siempre mantengan un discurso positivo”.

    “Frank, me gustaría agregar algo a lo que acaban de comentar”, intervino David. “Se acaba de mencionar el concepto ‘describir una imagen.’ A mi parecer siempre deberíamos de intentar articular nuestras pláticas como si estuviesemos creando imágenes por medio de las palabras. Todos conocemos aquel viejo dicho