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1 FORMACIÓN FRANCISCANA DEL HERMANO MENOR EN EL POSTULANTADO DE LA PROVINCIA DE LA SANTA FE DE COLOMBIA EN EL AÑO 2013 FRAY EDUARDO MARTÍN MENDOZA FERNÁNDEZ, OFM. UNIVERSIDAD DE SAN BUENAVENTURA SECCIONAL MEDELLÍN FACULTAD DE EDUCACIÓN MAESTRÍA EN EDUCACIÓN MEDELLÍN 2014

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    FORMACIÓN FRANCISCANA DEL HERMANO MENOR EN EL

    POSTULANTADO DE LA PROVINCIA DE LA SANTA FE DE COLOMBIA EN

    EL AÑO 2013

    FRAY EDUARDO MARTÍN MENDOZA FERNÁNDEZ, OFM.

    UNIVERSIDAD DE SAN BUENAVENTURA SECCIONAL MEDELLÍN

    FACULTAD DE EDUCACIÓN

    MAESTRÍA EN EDUCACIÓN

    MEDELLÍN

    2014

  • 2

    FORMACIÓN FRANCISCANA DEL HERMANO MENOR EN EL

    POSTULANTADO DE LA PROVINCIA DE LA SANTA FE DE COLOMBIA EN

    EL AÑO 2013

    FRAY EDUARDO MARTÍN MENDOZA FERNÁNDEZ, OFM.

    Trabajo presentado para optar al título de Magíster en Educación

    Asesora

    Julia Victoria Escobar Londoño. Doctora en Educación

    UNIVERSIDAD DE SAN BUENAVENTURA SECCIONAL MEDELLÍN

    FACULTAD DE EDUCACIÓN

    MAESTRÍA EN EDUCACIÓN

    MEDELLIN

    2014

  • 3

    CONTENIDO

    pág.

    RESUMEN…………………………………………………………………………………7

    PALABRAS CLAVE……………………………………………………………………….8

    ABSTRACT………………………………………………………………………………...8

    KEY WORDS………………………………………………………………………………9

    INTRODUCCIÓN………………………………………………………………………….9

    1. LA FORMACIÓN FRANCISCANA: ORÍGENES Y SENTIDO HOY……….……11

    2. GENERALIDADES DEL PROYECTO...……………………………………………24

    2.1 TEMA...............................................................................................................24

    2.2 PROBLEMA…………………………………………………………………………24

    2.2.1 Planteamiento…………………………………………………………………….24

    2.2.2 Formulación del problema……………………………………………………….29

    2.2.3 Preguntas generadoras de sentido o auxiliares………………………………29

    2.3 JUSTIFICACIÓN……………………………………………………………………29

    2.4 OBJETIVOS…………………………………………………………………………33

    2.4.1 General…………………………………………………………………………….33

    2.4.2 Específicos………………………………………………………………………..34

    2.5 REFERENTES CONCEPTUALES INICIALES………………………………….34

    2.5.1 Glosario de términos……………………………………………………………..37

    2.5.2 Categoría desarrollo……………………………………………………………...39

  • 4

    2.5.3 Categoría vocación………………………………………………………………42

    2.5.3.1 Vocación a la vida consagrada……………………………………………….44

    2.5.3.2 Vocación a la vida franciscana………………………………………………..48

    2.5.4 Categoría formación……………………………………………………………...52

    2.5.4.1 Formación franciscana………………………………………………………...55

    2.5.4.2 Modelo pedagógico franciscano……………………………………………...63

    2.5.4.2.1 De la antropología filosófica………………………………………………...63

    2.5.4.2.2 De la antropología teológica………………………………………………..64

    2.5.4.2.3 De la psicología………………………………………………………………64

    2.5.5 Categoría relaciones…………………………………………………………......71

    2.5.5.1 Formadores……………………………………………………………………..72

    2.5.5.2 Formandos………………………………………………………………………75

    2.5.5.3 Comunidad……………………………………………………………………...76

    2.6 DISEÑO METODOLÓGICO……………………………………………………….84

    2.6.1 Tipo de investigación…………………………………………………………….84

    2.6.2 Método……………………………………………………………………………..85

    2.6.3 Diseño……………………………………………………………………………..88

    2.6.3.1 Diseño general………………………………………………………………….88

    2.6.3.2 Diseño específico………………………………………………………………88

    2.6.3.3 Nivel de conocimiento aspirado………………………………………………89

  • 5

    2.6.4 Unidad de análisis…………………………………………..……………………89

    2.6.5 Unidades de estudio……………………………………………………………..89

    2.6.6 Técnicas de producción de investigación…………………………………......90

    3. ANÁLISIS Y DISCUSIÓN: EL POSTULANTADO DE LA PROVINCIA DE LA

    SANTA FE DE COLOMBIA EN EL AÑO 2013………………………………………91

    3.1 EL POSTULANTADO FRANCISCANO DE LA PROVINCIA DE LA SANTA FE

    DEL AÑO 2013…………………………………………………………………………..92

    3.1.1 Desarrollo humano……………………………………………………………….92

    3.1.2 Vocación…………………………………………………………………………..92

    3.1.2.1 Vocación franciscana…………………………………………………………..93

    3.1.3 Formación…………………………………………………………………………93

    3.1.3.1 Formación franciscana………………………………………………………...94

    3.1.4 Relaciones………………………………………………………………………...94

    3.1.4.1 Formadores……………………………………………………………………..95

    3.1.4.2 Mundo exterior………………………………………………………………….96

    4. PROPUESTA ALTERNATIVA DE FORMACIÓN DEL POSTULANTE………..98

    5. DISCUSIÓN…………………………………………………………………………100

    6. CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES……………………………………105

    6.1 CONCLUSIONES…………………………………………………………………105

  • 6

    6.2 RECOMENDACIONES…………………………………………………………...106

    7. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS………………………………………………107

    LISTA DE ANEXOS……………………………………………………………………112

    ANEXO 1. Matriz documental…………………………………………………………113

    ANEXO 2. Matriz analítica y comprensiva………………………………………….440

    ANEXO 3. Formatos utilizados en la recolección de información………………..454

  • 7

    RESUMEN

    El principal objetivo de este trabajo de investigación es examinar la formación del

    Hermano Menor en el Postulantado de la Santa Fe de Colombia, en el año 2013

    con el fin de develar las relaciones del pensamiento Franciscano en nuestro

    contexto colombiano.

    Para tal fin, se hizo una revisión exhaustiva de los principales documentos que

    rigen la Orden Franciscana, tales como: la Regla de la Orden (dada por San

    Francisco de Asís), la obra de San Buenaventura, la de Agustín Gemelli, la Ratio

    Formationis Franciscanae y Ratio Studiorum, enriqueciendo este marco legal con

    los aportes de Ministros Generales y Secretarios de formación de la Orden para

    contribuir así a dar una perspectiva actual de la formación Franciscana.

    De igual manera, se desarrolla un sistema categorial inicial que se nutre de la

    revisión documental posibilitando la construcción de un marco referencial en:

    desarrollo, vocación, formación y relaciones en general. Así, a partir de este

    marco, se define el Postulantado como etapa formativa. Para realizar un análisis

    del mismo se toma la información de ingreso de 19 jóvenes postulantes del año

    2013 y a través de una matriz analítica y comprensiva que delimita la información

    dada en el marco categorial inicial, se confrontan los resultados personales de los

    postulantes al concluir dicha etapa, con una encuesta realizada a los mismos.

    De acuerdo con los resultados obtenidos se puede concluir que los principios del

    Pensamiento Franciscano se encuentran vigentes en la formación de los

    Hermanos Menores en el Postulantado de la Provincia de la Santa Fe de

    Colombia. Entendiendo la Formación para la Comunidad Franciscana como un

    proceso de crecimiento de la persona humana en las dimensiones humana,

    cristiana y franciscana en contextos específicos.

  • 8

    PALABRAS CLAVE

    Desarrollo humano, formación, vocación, formación franciscana.

    ABSTRACT

    The main objective of this research is to examine the formation of the Minor

    Brother in the Postulancy of the Santa Fe of Colombia, in 2013; in order to reveal

    the relationships of the Franciscan Thought in the Colombian context.

    For this purpose, an exhaustive review was carried out about the principal

    documents which govern the Franciscan Order, such as: The Rule (given by St.

    Francis of Assisi), St. Bonaventure works, Agustín Gemmellí, the Ratio Formationis

    Franciscanae and the Ratio Studiorum; enriching this legal framework with the

    contributions of the General Ministers, as well as the Order Formation Secretaries

    to give this way a current perspective of the Franciscan training.

    An initial rank system is developed which is nourished with the documentary

    review making possible the construction of a referential frame about: Development,

    Vocation, Education and Relationships in general. This way, from this framework it

    is defined the Postulancy as a formative stage. In order to analyze it, the year 2013

    entry information of 19 young candidates is taken. Through and analytical and

    comprehensive array which delimits the given information in the initial categorical

    framework, the personal results of the candidates are confronted when they

    finished the mentioned stage above with a survey applied to the same ones.

    According to the obtained results it can be concluded that the principles of the

    Franciscan Thought are still in force in the Formation of the Minor Brothers, in the

  • 9

    Postulancy of the Santa Fe of Colombia Province. Understanding the Formation for

    the Franciscan Community as a growth process of the human person in the

    Human, Christian and Franciscan dimension, in specific contexts.

    KEY WORDS

    Human Development, Formation, Vocation, Franciscan Formation

    INTRODUCCIÓN

    La formación de todo hombre, entendida como un proceso continuo de desarrollo

    humano, y el trabajo formativo en la Provincia de la Santa Fe de Colombia,

    originaron el deseo de profundizar un poco más en la comprensión de la

    formación en una vida consagrada. La presente investigación pretende develar

    las relaciones de los principios del pensamiento franciscano con la formación de

    los hermanos menores en el Postulantado de la Provincia de la Santa Fe de

    Colombia en el año 2013.

    Se trata entonces de adentrarnos en la labor formativa desarrollada por la

    Provincia de la Santa Fe tratando de vislumbrar aquellos principios fundamentales

    del carisma franciscano que orientan y direccionan todo proceso formativo en su

    seno.

    Para ello la presente investigación considera como referentes conceptuales, en

    primer término, la formación franciscana, sus orígenes y su sentido hoy, tratando

    de mostrar en este capítulo aquellas directrices del Fundador y las orientaciones y

    posiciones de los principales exponentes del pensamiento franciscano en el día de

    hoy. Además se consideran las categorías conceptuales: desarrollo, vocación,

    formación y relaciones las cuales permiten vislumbrar las bases sobre las que se

  • 10

    cimentan los procesos formativos de la comunidad franciscana, al igual que

    permiten la comprensión de los fundamentos que la delimitan y atraviesan.

    A partir de este marco conceptual se establecieron, a la luz de la matriz

    documental (ver anexo 1), los principios franciscanos que emergen del análisis de

    los textos y que se plasman en los documentos que rigen la formación de los

    Hermanos Menores. Y con base en estos se realiza un acercamiento a la etapa

    formativa del Postulantado, retomando lo consignado para la misma y realizando

    una matriz analítica y comprensiva que se nutre de la información inicial

    suministrada por los Postulantes del año 2013 y un cuestionario final desarrollado

    por los mismos y por su Formador, todo ello con la finalidad de develar las

    relaciones del marco teórico con la práctica dada en este año.

    Con base en lo anterior se estableció una propuesta formativa para el

    Postulantado tomando en consideración el análisis dado y los lineamientos

    generales promulgados por la Orden de Frailes Menores.

    Finalmente, se presenta una discusión, unas conclusiones y unas

    recomendaciones que implican el poder seguir profundizando en la formación en

    la vida religiosa y que, además, consideran la posibilidad de que desde la

    academia se puedan nutrir mejor todos los procesos formativos y de esta forma

    ayudar a fortalecer esos procesos de desarrollo del ser humano, que en últimas es

    la búsqueda de todo investigador.

    De acuerdo con lo investigado podemos señalar que existen unos principios

    vigentes que caracterizan la formación del Hermano Menor, los cuales no son

    lineales sino que debe plantearse la posibilidad de mirar su actualización teniendo

    en cuenta los signos de los tiempos y las circunstancias de tiempo y lugar que

    permiten esa misma actualización, resalta sobre todo en el Postulantado la

    vivencia de la fraternidad, como una fortaleza para la actualización del carisma en

    nuestro contexto colombiano.

  • 11

    1. LA FORMACIÓN FRANCISCANA: ORÍGENES Y SENTIDOS HOY

    Antes de entrar a desarrollar lo que entendemos por formación franciscana,

    debemos partir de lo fundamental que es el origen de aquello que denominamos

    carisma franciscano o franciscanismo, para, de esa forma, poder establecer eso

    que es el elemento formativo en particular.

    Partimos de la figura central de Francisco de Asís, nacido en Asís (Italia) entre

    1181 y 1182, fundador de ese movimiento en el seno de la Iglesia Católica,

    movimiento conocido como la Orden de Hermanos Menores o comúnmente

    denominada los Franciscanos, esta orden fue aprobada por el Papa Inocencio III

    en 1210 y su regla de vida fue aprobada por el Papa Honorio III en 1223.

    Esta regla de vida fue redactada por Francisco y dirigida a sus hermanos con la

    finalidad de regirse por la autoridad del Papa y como base para conformar

    debidamente ese movimiento cuyo estilo de vida fue germinando en medio de la

    sociedad de su época.

    En la regla se enfatiza que el hermano menor es aquel que se compromete a vivir

    el Santo Evangelio en la pobreza, la obediencia y la castidad, se señala que todo

    aquel que opte por esta vida debe manifestar su deseo al Ministro Provincial y este

    debe, comprobada la intención, aceptar a la persona.

    En la regla solo se señala el periodo de un año de probación, finalizado el cual la

    persona entra a formar parte de la comunidad, asumiendo su estilo de vida el cual

    radica fundamentalmente en la vivencia del Santo Evangelio en medio de la

    fraternidad.

    Este documento, la Regla de los Hermanos Menores, posee un carácter espiritual

    con la finalidad de orientar y animar la vida de los hermanos. Parte de la

    experiencia personal de Francisco, pero igualmente de las exigencias que

  • 12

    planteaba la forma de vivir de los hermanos, tratando ante todo de velar por la

    fidelidad al Evangelio y a la Iglesia.

    La regla manifiesta que a través del seguimiento de Jesús, toma sentido el poder

    abrazar los consejos evangélicos de obediencia, sí propio y la castidad, ello en el

    marco eclesial y manifestado en la obediencia a la autoridad legítima, en el hecho

    de tener un Cardenal protector, en el hecho de profesar la fe católica y en la

    exhortación a rezar el oficio divino.

    De igual forma, en la regla se manifiesta la apertura de los hermanos al mundo,

    ello enmarcado dentro de la minoridad, siendo esta la condición de aquellos que

    van por el mundo, y ello implica el ser capaces de anunciar y construir la paz a

    partir de su corazón; de la pobreza de espíritu, del buen uso de los medios y de la

    pobreza material, que cumple una función mediadora, ya que es entendida como

    desapropiación interior y conlleva la libertad del corazón para poder dedicarse a la

    construcción del reino de Dios.

    Otra característica es la condición de hermanos de los miembros que la

    conforman, ello como pertenencia a una misma familia a partir del momento de la

    profesión sin tener en cuenta títulos ni precedencias. Cada uno es un don

    espiritual para los demás, estableciendo algunas connotaciones importantes para

    regular las relaciones fraternas caracterizadas por el espíritu de familiaridad y de

    la oblación generosa al otro.

    Estas notas generales nos permiten conocer un poco más lo que llamamos

    comunidad franciscana u orden de Hermanos Menores, que en síntesis, de

    acuerdo con su regla, tiene como guía:

    - El sentido de vivir el evangelio. Este es el que define la forma de vivir su

    vida. Constituyéndose así la regla, para el miembro de la orden, en su

    evangelio, es decir, en síntesis del mismo.

  • 13

    - El vivir obediente, consecuencia del anterior, y es a sus compañeros,

    relacionado con el espacio de los hermanos, sinónimo de servir,

    constituyendo por el amor una nueva forma de vivir: la fraternidad.

    - La santa pobreza, siendo en la vida franciscana una prerrogativa,

    resaltando la misma sobre otros valores, relacionada igualmente con la

    paternidad de Dios y conlleva la itinerancia.

    - El ir por el mundo, caracterizado por vivir el evangelio, la obediencia, y la

    pobreza. De igual forma en señalar el trabajo manual de los hermanos, la

    predicación y el ir de misiones. El ser vocero de paz y de la relación con la

    naturaleza.

    - El servir en el seno de la Iglesia, siendo parte de la misma, y de

    encontrarse obediente a ella.

    Así quedan, de esta forma planteados, los fundamentos esbozados por Francisco

    para aquellos que se sientan llamados a seguir su estilo de vida.

    Más adelante, y ante el crecimiento mismo de la Orden, surge la figura de San

    Buenaventura (1217-1274), quien a través de la Leyenda Mayor trata de mostrar

    la figura de Francisco como ese santo a seguir y de señalar cómo es posible el

    vivenciar de forma práctica esa regla, esto por medio de la vida misma del santo.

    Es así como nos muestra en su obra:

    Capítulo 1. Vida de Francisco en el siglo.

    Capítulo 2. Perfecta conversión a Dios y restauración de tres iglesias.

    Capítulo 3. Fundación de la Religión y aprobación de la Regla.

    Capítulo 4. Progreso de la Orden durante el gobierno del Santo y

    confirmación de la Regla ya aprobada.

    Capítulo 5. Austeridad de vida y consuelo que le daban las criaturas.

  • 14

    Capítulo 6. Humildad y obediencia del Santo y condescendencia divina a

    sus deseos.

    Capítulo 7. Amor a la pobreza y admirable solución en casos de penuria.

    Capítulo 8. Sentimiento de piedad del Santo y afición que sentían hacia él

    los seres irracionales.

    Capítulo 9. Fervor de su caridad y ansias de martirio.

    Capítulo 10. Vida de oración y poder de sus plegarias.

    Capítulo 11. Inteligencia de las Escrituras y espíritu de profecía.

    Capítulo 12. Eficacia de su predicación y don de curaciones.

    Capítulo 13. Las sagradas llagas.

    Capítulo 14. Paciencia del Santo y su muerte.

    Capítulo 15. Canonización. Traslado de su cuerpo (8).

    Por último, se insertan algunos milagros realizados después de su dichosa

    muerte. (San Buenaventura, 2006, pág. 398)

    De esta manera se resaltan esos aspectos relevantes de la Regla en los cuales se

    quiere enfatizar como primordiales para todo aquel que hace parte de la

    comunidad, buscando como objetivo final la unidad de criterios en la orden.

    Pero igualmente San Buenaventura nos hablará, de acuerdo con Agustín Gemelli,

    sobre en qué consiste el estudio para los franciscanos, señalando que:

    Según San Buenaventura todo hombre inteligente tiene el deber de

    ejercitarse en el estudio, y ante todas las cosas en el estudio de la

    Escritura; de otra suerte nacerán en él como en el huerto del perezoso, las

    ortigas de la malignidad y las espinas de la codicia. Es indigno que muchos

    ejerciten el cuerpo y pocos el ingenio. (Gemelli, 1940, pág. 423)

  • 15

    Y con el fin de profundizar un poco más en este pensamiento, es importante

    examinar el método de estudio:

    En el estudio, según San Buenaventura, son menester: orden, asiduidad,

    complacencia, o sea, asimilación y medida. Por lo que atañe al orden, el

    primer estudio y el más importante es el de la Sagrada Escritura, según la

    letra y según el sentido, . Después de la

    Escritura deben estudiarse las obras de los Padres y Doctores de la Iglesia.

    San Buenaventura se declara aquí contrario a la cultura de segunda mano;

    quiere el estudio directo de los originales; mas, como los originales son

    difíciles, admite con mucha reserva las Sumas de los maestros, que

    debieron ser los manuales de su época. Con reserva, digo, porque los

    autores de las Sumas creen comprender los originales, y muchas veces los

    entienden mal y se contradice: >. (Gemelli, 1940, pág. 423)

    El autor prosigue señalando que:

    Tras el estudio de la Escritura y de los Padres viene al de la filosofía, pero

    con suma cautela, por lo muy peligroso; y por la filosofía entiende san

    Buenaventura juntamente la filosofía racional y las artes liberales. Los

    escritos de los filósofos hay que estudiarlos sin detenerse en ellos, de

    pasada y como a hurtadillas, , para no mezclar

    el agua con el vino, a riesgo de que el vino de la Escritura se convierta en

    agua, o de que nuestra agua purísima descienda al mar Muerto en vez de

    subir a su primer origen. Para estudiar, amén de orden es menester

    asiduidad; seguir siempre los mismos maestros, a fin de no mudar espíritu y

    método; es necesaria la asimilación, que proviene de reflexionar con deleite

    y con provecho, del masticar, rumiar, incorporar las cosas estudiadas, a las

  • 16

    cuales da Dios para nosotros un deleite que se parece al sabor de los

    alimentos, precisamente para que se hagan sangre de nuestra sangre. Es

    menester, además, > : no pretender saber sobre las propias

    fuerzas, aconseja el santo; no aspires a más de aquello adonde tu ingenio

    puede levantarse, a fin de que no te quedes a medio camino. Y observa

    que la medida y la diligencia pueden compensar la medianía de la

    inteligencia y llegar a producir cuanto un ingenio desordenado: . (Gemelli, 1940, pág. 424)

    Por último, desarrollando este pensamiento, establece que el unir el estudio con el

    deseo de vivir unido a Dios, conlleva a llegar a ser una persona sabia

    caracterizada por: conocimiento de los defectos, es decir, de sí mismo; dominio de

    las pasiones; señorío de los pensamientos y deseo de las cosas eternas.

    De esta manera se fue estableciendo en el mundo la presencia franciscana, en

    Colombia se estableció formalmente en el año 1550, de acuerdo con lo señalado

    por Fray Luis Carlos Mantilla, cuando en su libro Historia Abreviada de la Provincia

    de la Santa Fe de Colombia, señala que:

    La Orden Franciscana se estableció formalmente en Colombia desde el año

    de 1550, cuando una docena de frailes salidos de conventos de España,

    después de tocar en las costas de Santa Marta y Cartagena, subieron por el

    río de la Magdalena hasta llegar a Santafé de Bogotá, capital del Nuevo

    Reino de Granada, donde plantaron su incipiente organización a la que

    dieron por nombre Custodia de San Juan Bautista , embrión de la que años

    más tarde fuera elevada a la categoría de Provincia de la Santa Fe del

    Nuevo Reino de Granada por el Capítulo General de la Orden reunido en

    Valladolid en 1565. (1993, pág. 11)

    Como toda entidad que tenga un componente formativo, la Orden ha ido

    estableciendo el desarrollo de estos procesos en su interior y es por ello que en

  • 17

    las Constituciones Generales de la Orden en su Capítulo VI se establecen los

    aspectos generales de la formación en su seno, hablando en este capítulo de los

    formadores, de la formación permanente y de la formación inicial.

    La formación inicial comienza, según lo reseñado en las Constituciones en el

    artículo 148:

    & 1. El día en que el candidato es admitido al Postulantado en nuestra

    Orden y dura hasta el día de su determinación definitiva, sancionada por la

    profesión solemne.

    & 2. La formación inicial en la Orden comprende tres etapas, a saber:

    Postulantado, Noviciado y período de formación temporal. (Orden de Frailes

    Menores, 2010, pág. 157)

    Pero antes de mirar estas etapas, y más específicamente el Postulantado, es

    importante señalar cuáles orientaciones generales tiene la Orden en estos

    momentos específicos de nuestra historia. Es así que Fray Giacomo Bini nos

    muestra un resumen general de la Orden Franciscana cuando dice que:

    Considerando nuestra historia de estos últimos años postconciliares,

    hemos de reconocer que hoy en día se ha clarificado la definición de

    nuestra identidad de Hermanos Menores, fundada sobre la experiencia y

    sobre el mensaje espiritual de san Francisco, una identidad delineada y

    afirmada por nuestra legislación y por los últimos documentos de la Orden

    (Constituciones Generales, decisiones de los Capítulos, documentos de la

    Orden, cartas de los Ministros generales...). En contraste con la inquieta

    historia de nuestra Familia, esta claridad y profundidad son una adquisición,

    al menos teórica e ideológica, muy importante. Hemos identificado con

    precisión la «ortodoxia» de nuestro carisma. Ahora debemos, quizás,

    concentrar nuestros principales esfuerzos en la «ortopraxis», en un estilo de

  • 18

    vida que exprese proféticamente al mundo actual aquello en lo que creemos

    y esperamos y aquello que profesamos.

    No obstante la disminución numérica, la Familia religiosa

    Franciscana (200.000 miembros, de ellos 20.000 monjas contemplativas de

    la Segunda Orden y 35.000 frailes de la Primera Orden) sigue

    constituyendo una cuarta parte del total de los religiosos y religiosas del

    mundo. Se trata de una fantástica fuerza espiritual para la vida del mundo,

    de una fuerza que debe encontrar sus propias expresiones en el mundo

    actual y encarnarse en las aspiraciones y en el entramado cotidiano de la

    vida de los hombres del tercer milenio.

    Muchos Hermanos y muchas Provincias están adentrándose en este

    camino de transformación profética; hay un retorno innovador a los valores

    fundamentales de nuestra vida franciscana. Incluso ciertos fenómenos

    preocupantes -como la dificultad de mantener grandes obras y la

    disminución del número de Hermanos- pueden interpretarse como una

    invitación a revisar nuestros compromisos y a reexaminar con dinamismo

    nuestras estructuras para adecuarlas a las exigencias del momento

    presente. (Bini, 2000, pág. 9)

    Y en el mismo documento nos muestra entre otros este reto:

    Si algunas Fraternidades creyeran realmente que nuestro proyecto

    evangélico de vida es un mensaje de reconciliación y de liberación para el

    mundo de hoy, y si su actuar se inspirara en esta certeza y estuviera

    dirigido íntegramente por ella, cambiarían muchas cosas en nuestra Orden

    y en nuestro mundo. Estoy convencido de que la pasión y el amor por

    nuestra vocación son una realidad adquirida en casi todas partes, pero que

    debe convertirse en presencia viva, activa y operante por encima de

    nuestras estructuras mentales y ambientales, por encima del miedo por la

    supervivencia que nos empuja a la pura conservación, por encima de los

  • 19

    fracasos y de los resentimientos vinculados con el pasado, por encima de la

    edad y del número, por encima, sobre todo, de la dicotomía entre el ser y el

    hacer.

    Quizás el mayor reto sea el de la visibilidad, el de una presencia

    inculturada. Estamos llamados a crear una visibilidad que responda a

    nuestro tiempo presente, en un mundo extraviado y sediento de signos de

    salvación, de signos auténticos que sepan manifestar y encarnar aquello

    que nos habita, aquello en lo que creemos, aquello por lo que vivimos.

    Para llevar a cabo una espiritualidad así son esenciales tres

    elementos:

    Claridad y autenticidad de la propia identidad espiritual, carismática.

    Comprensión y discernimiento de instrumentos, medios y signos para

    el diálogo que sean comprensibles para nuestro mundo, a fin de poder

    transmitir el don recibido, la riqueza carismática, partiendo de las exigencias

    vitales de una determinada cultura.

    Decisión y valentía, personal y comunitaria, para emprender con fe

    este camino de realización, de visibilización, que acepta la lógica de la

    encarnación y recorre su mismo itinerario.

    Para nosotros, franciscanos, el diálogo con el mundo de hoy, sobre

    todo con el mundo joven, no es algo que podemos tomar o dejar, sino una

    exigencia. Hemos sido llamados para ser enviados al mundo, para una

    misión -como hombres de Dios, en fraternidad y minoridad- a un mundo que

    cambia y que busca. Hemos sido llamados a abrir nuevos espacios, más

    humanos y alternativos, a crear una cultura de diálogo, de solidaridad, de

    compasión y de aceptación de nuestras distintas realidades.

  • 20

    No se trata, pues, de «demonizar» el mundo, los medios de

    comunicación, la mundialización o la cultura juvenil de hoy. Tampoco se

    trata de convertirlos en una «droga», de alimentarnos de todo, de imitar y

    asimilar todo dejándonos invadir el alma y el cuerpo. Es importante cultivar

    una actitud crítica positiva -no superficial- que nos ayude a discernir con

    inteligencia y sin miedo los signos de la presencia de Dios.

    Jesús buscaba a la gente y fue solidario con la historia, pero se

    mantuvo distante de los equívocos que la gente y la historia proponían.

    Liberemos y alentemos a los Hermanos entusiastas y dispuestos a

    reemprender el camino evangélico entre los hombres de hoy, en todos los

    continentes. Acompañémoslos y sostengámoslos con nuestra confianza y

    nuestra corrección fraterna, donde sea necesario. Preparemos espacio al

    Espíritu en el corazón de todos los Hermanos, para que nazcan entre

    nosotros nuevos profetas, nuevas Fraternidades proféticas en las que exista

    una relación verdadera con las personas, en las que nuestra espiritualidad

    enlace con la vida cotidiana e interprete las aspiraciones más profundas de

    las personas que viven a nuestro lado. (Bini, 2000, p.p. 41-43)

    De igual forma y desarrollando este pensamiento en la Orden, Fray José

    Rodríguez Carballo (2007) en su carta a los jóvenes Haced lo que Él os diga decía

    que en estos momentos de incertidumbre lo importante es sentirse hermanos en

    camino, y el presentarse a todos con la verdad y la humildad de la búsqueda, pero

    con la certeza de que el Señor está caminando con nosotros y guía nuestro

    caminar. Invita a reconocer la identidad dinámica y siempre incompleta de

    franciscanos, que implica entender la vida como un proceso nunca acabado, como

    un proyecto, un proceso no acabado lo que implica el aprender a vivir asumiendo

    el riesgo de la autenticidad y la verdad, y a costa de nuestras seguridades y

    necesidades.

  • 21

    En el documento del 2008 Habéis sido llamados a la libertad emanado por la

    Secretaría General para la Formación y los Estudios de la Orden se establecía lo

    siguiente:

    Es precisamente el cambio de época, en el cual estamos inmersos, el que

    vuelve más urgente la confrontación con una formación que acompañe el

    proceso de transformación de la persona en todas las edades de la vida y

    en el contexto vivo de las múltiples relaciones en la cual esa juega el propio

    destino. En particular, somos más conscientes de no vivir nuestra vocación

    al margen del camino de la humanidad y de la comunidad de los discípulos

    de Jesús, sino de verdaderamente ―peregrinos y forasteros‖ con los

    hombres y las mujeres de toda lengua, raza y cultura. (pág. 15)

    Y se nos continúa diciendo en la misma obra que:

    Resulta hoy más claro que el camino dinámico de nuestra formación no se

    desarrolla al interior, para después abrirse al exterior. Sabemos que

    vivimos en el mundo como el único lugar que nos ha sido dado para

    responder a nuestra vocación fundamental a la vida, junto a todos nuestros

    hermanos y hermanas en la fe. Reconocemos que el núcleo de la

    formación es vivir hasta el fondo la existencia con todos sus dones, sus

    crisis, sus conflictos: a través de todo eso Dios mismo nos viene al

    encuentro y nos pone en situaciones de transformación y de crecimiento

    personal, superando un modelo estático de crecimiento. Mientras

    acogemos esta visión de la formación, miramos con el realismo de la fe el

    cambio de paradigmas culturales en acto. Éste toca, si bien con diferencias

    notables, los varios continentes y culturas, en las cuales toma rostro el

    carisma de san Francisco. Nuestras fraternidades no son una fortaleza en

    las cuales defendernos, sino que deberían llegar a ser cada vez más una

    tienda abierta entre los hombres. Y sin embargo, percibimos entre nosotros

    la presencia de una cierta tendencia a permanecer cerrados en nosotros

  • 22

    mismos y en nuestras cosas. De aquí la urgencia de asumir, en la fe, una

    mirada sobre el hombre y el mundo que llegue a ser pasión compartida por

    el bien de todo ser humano: que se haga, en definitiva, servicio al hombre,

    siempre e incondicionalmente. (p.p. 16-17)

    Por último, y en concordancia con estas directrices, está lo que señala Fray José

    Rodríguez Carballo en su carta con ocasión de los 800 años de Santa Clara,

    cuando dice:

    En estos momentos de profunda transformación y re-fundación, no

    creo exagerar si afirmo que muchas veces esa hermosa vasija que hemos

    heredado (los modos concretos de vivir el carisma franciscano - clariano),

    tendrá que ser rota, no porque haya salido mal, sino porque las

    circunstancias han cambiado tanto que los odres actuales ya no pueden

    contener el buen vino de nuestro carisma. Solo así podremos vivir una

    nueva etapa en esta maravillosa aventura en la que Dios nos quiere

    protagonistas. No tiene mucho que ver esta actitud con la itinerancia

    franciscana, válida también para vosotras, mis queridas Hermanas Pobres

    de Santa Clara. ¿No tiene esto mucho que ver con el vivir sin nada propio

    que hemos prometido el día de nuestra profesión?

    Estamos llamados a vivir este momento que nos ha tocado vivir

    como un momento maravilloso y sorprendente, aunque no necesariamente

    fácil, en el que debemos abrirnos al Espíritu que, como el viento, sopla y no

    sabemos de dónde viene ni a dónde va. No podemos replegarnos en el

    pasado, por bonita que sea la vasija. Tampoco podemos asumir

    acríticamente todo lo que nos viene de la cultura actual, pues no todo es

    compatible con nuestra forma de vida. Se trata de abrirnos al futuro con

    esperanza desde una re-visitación de nuestra identidad, de tal modo que,

    sin renunciar a lo que no es negociable, podamos responder con creatividad

    a la realidad cambiante en que vivimos.

  • 23

    Lo no negociable son los valores evangélicos que han dado origen al

    carisma franciscano- clariano y que constituyen los fundamentos de nuestra

    identidad. La creatividad que se nos pide es también evangélica, pues nos

    ayudará a responder a la voluntad salvífica del Dios de Jesucristo, que

    quiere que todos tengan vida y vida en abundancia (Jn. 10,10). Lo que se

    nos pide en estos momentos, mis queridas Hermanas y Hermanos, es

    continuidad con los valores constitutivos de nuestra Forma de Vida, y

    discontinuidad, teniendo presente el contexto histórico que hoy vivimos. De

    este modo evitaremos caer en un esencialismo a – histórico o en un

    existencialismo sin raíces. Se trata de vivir una identidad en camino. (2012,

    p.p. 76-77)

  • 24

    2. GENERALIDADES DEL PROYECTO

    2.1 TEMA: FORMACIÓN FRANCISCANA DEL HERMANO MENOR EN EL

    POSTULANTADO DE LA PROVINCIA DE LA SANTA FE DE COLOMBIA EN EL

    AÑO 2013

    2.2 PROBLEMA

    2.2.1 Planteamiento. A Todo ser humano, a medida que va desarrollándose, le

    surge la necesidad, a veces de forma temprana o tardía, de plantearse las

    preguntas ¿quién soy? y ¿qué deseo ser? Preguntas fundamentales de todo

    hombre y ante las que obligatoriamente surge la necesidad de esbozar un

    proyecto de vida. El mundo plantea de esta manera diversidad de posibilidades:

    el matrimonio, la vida en pareja, el celibato, o la vida consagrada.

    Este cuestionamiento responde a lo que se señala en El desarrollo humano y a

    pedagogía: diálogo de saberes cuando dice que:

    El desarrollo humano es el proceso de construcción de los sujetos

    individuales y colectivos, dentro de unas condiciones históricas y culturales

    específica. La construcción de sujeto es el proceso central del desarrollo

    humano. Ser sujeto significa tener conciencia de sí, de sus acciones, sus

    características y circunstancias. (Muñoz Gaviria, Muñoz Gaviria & García,

    2010, p.p. 12-13)

    En esa construcción del sujeto y al surgir el interrogante sobre la construcción de

    un proyecto de vida y decidirse por la vida consagrada hay que dilucidar

    claramente qué es la misma y en qué consiste.

  • 25

    Expresar en nuestra sociedad el deseo de consagrarse al Señor o de seguirlo en

    cualquier forma implica examinar una serie de opciones, dentro de las cuales se

    encuentra la forma de vida franciscana. El mundo de hoy ofrece una serie de

    valores u opciones que se encuentran en antagonismo con los que debe tratar de

    asimilar alguien que desee asumir el estilo de vida propio de la comunidad

    franciscana. Ante esta realidad debemos entrar a examinar cuáles serían esos

    principios que lograrían identificar al formando franciscano, pero antes de entrar a

    hablar de la forma específica de ser hermano menor considero importante aclarar

    qué estamos entendiendo por vida consagrada. Para ello tomaremos lo dicho en

    el Código de Derecho Canónico cuando en el artículo 573 señala que:

    La vida consagrada por la profesión de los consejos evangélicos es una

    forma estable de vivir en la cual los fieles, siguiendo más de cerca a Cristo

    bajo la acción del Espíritu Santo, se dedican totalmente a Dios como a su

    amor supremo, para que entregados por un nuevo y peculiar título a su

    gloria, a la edificación de la Iglesia y a la salvación del mundo, consigan la

    perfección de la caridad en el servicio del reino de Dios y, convertidos en

    signo preclaro en la Iglesia, preanuncien la gloria celestial. (p. 421)

    Entendida de esta forma la vida consagrada, vemos que es una opción de vida a

    la que son llamados algunos que quieren comprometerse más radicalmente en el

    seguimiento de Cristo, esta forma de vida se encuentra en la Iglesia desde hace

    muchos años y es desarrollada y valorada en muchos documentos eclesiales

    como la encíclica Vita Consecrata, así como los documentos emanados del

    Concilio Vaticano II, entre otros.

    Una vez establecida lo que es la vida consagrada y lo que ella conlleva, debemos

    señalar que en la Iglesia han surgido diversas formas de seguimiento de Cristo

    que plantean para el mundo de hoy, y más específicamente para los jóvenes, el

    reto de decidir con cuál de ellas se siente más identificado.

  • 26

    Pero igualmente el solo hecho de optar por este estilo de vida implica ir en contra

    de lo que el mundo de hoy está ofreciendo, una serie de valores impregnados por

    el capitalismo y en cuya base se encuentra la búsqueda del placer, de lo light, de

    lo fácil y de lo inmediato, valores que alguien que opte por este estilo de vida debe

    estar dispuesto a enfrentar continuamente y a trabajar en una forma distinta por su

    realización personal.

    El pensamiento franciscano viene de una tradición que ha ido consolidándose a lo

    largo de los ocho siglos que lleva de existencia. Aunque en sí mismo ha ido

    caracterizándose de muchas formas, este humanismo surge y parte del

    pensamiento de un hombre concreto: Francisco de Asís, el cual respondió en su

    momento a una situación específica de la Iglesia de su tiempo, pero que a lo largo

    del desarrollo de su pensamiento por parte de sus seguidores, se ha ido

    configurando una manera específica de estar en el mundo la cual es interesante

    definir en la búsqueda de unos principios orientadores en la formación que

    posibiliten una respuesta a nuestro mundo de hoy.

    Francisco es un ser situado en un medio social específico y en un tiempo

    determinado. Hoy en día, y más aún en nuestro contexto latinoamericano, siguen

    muchos jóvenes impulsados a seguir a Cristo a la manera de Francisco y para ello

    es importante examinar cuales serán esos ejes transversales que deben permear

    la formación del hermano menor que posibiliten responder a las exigencias del

    mundo de hoy pero de la forma concreta y de acuerdo con lo que el santo de Asís

    quería de sus hermanos.

    La orden franciscana, como una comunidad de vida organizada, posee su regla de

    vida, sus constituciones y estatutos generales, los cuales son asumidos por las

    diversas provincias que la conforman. En el campo formativo existe una Ratio

    Formationis Franciscanae y una Ratio Studiorum, documentos que constituyen

    nuestro campo normativo y que nos ayudan a establecer los lineamientos

    generales de nuestro quehacer y ser actual.

  • 27

    Por otra parte no se puede desconocer el contexto latinoamericano en que

    estamos y del contexto eclesial en que nos movemos, ya que el mismo marca la

    forma de respuesta del Hermano menor, y es así que debemos examinar la

    teología en que estamos moviéndonos y como punto de partida las preguntas de

    la teología latinoamericana planteadas por Gustavo Gutiérrez cuando nos dice

    que:

    Parece que buena parte de la teología contemporánea haya partido del

    desafío lanzado por el no creyente. El no creyente pone en cuestión

    nuestro mundo religioso, exigiendo de él una purificación y una renovación

    profundas. Bonhoeffer aceptaba el desafío y formulaba incisivamente la

    pregunta que está a la base de muchos trabajos teológicos actuales: ¿cómo

    anunciar a Dios en un mundo que se ha hecho adulto (mündig)? Pero en

    un continente como América Latina, el desafío no viene principalmente del

    no creyente, sino del hombre, es decir, de quien no es reconocido como

    hombre por parte del orden social dominante; el pobre, el explotado. Aquel

    que es sistemática y legalmente despojado de su ser hombre, aquel que a

    duras penas sabe en qué consiste ser hombre. El no hombre pone en

    cuestión, antes que nada, no tanto nuestro mundo religioso cuanto nuestro

    mundo económico, social, político y cultural; por ello empuja a la

    transformación revolucionaria de las propias bases de una sociedad

    deshumanizadora. Por tanto, la pregunta no versará sobre cómo hablar de

    Dios en un mundo adulto, sino sobre cómo anunciarlo como Padre en un

    mundo no humano, sobre las implicaciones que comporta decir al no

    hombre que es hijo de Dios. (1974, p.p. 87-88)

    De esta forma es pertinente entrar en el contexto al cual estamos respondiendo y

    dentro del cual estamos moviéndonos y no olvidar las conferencias episcopales

    que se han realizado en Latinoamericana - desde Medellín hasta Aparecida- y

    que nos dan un marco conceptual sobre el que debemos movernos en cuanto a la

    formación católica en nuestro continente.

  • 28

    Actualmente, desde el trabajo formativo de la Provincia de la Santa Fe –

    Colombia- estamos evaluando nuestra formación inicial con el fin de hacer frente a

    las dificultades que observamos en los procesos formativos, tales como la

    deserción de hermanos estudiantes y hermanos jóvenes, quienes, después de

    estar en un proceso formativo, deciden abandonar este estilo de vida.

    Para ello se ha iniciado la revisión curricular de la propuesta formativa, trabajo que

    se viene realizando desde el Secretariado para la Formación y Estudios de la

    Provincia. Pero siendo parte de este proceso observamos que si bien es bueno

    mirar y evaluar nuestra forma de enseñar, es necesario establecer desde nuestro

    propio carisma que entendemos como formación y de esa manera examinar

    nuestros procesos formativos. Por lo anterior, debemos ir más allá y cuestionar si

    realmente estamos respondiendo debidamente en la formación de una persona y

    si en el proceso estamos verdaderamente respondiendo a las necesidades del

    mundo de hoy.

    Independiente de cuál sea el resultado considero que se ha desconocido algo

    fundamental que es el tipo de educación que han venido recibiendo los jóvenes

    que llegan a nuestra comunidad. En primer lugar se debe partir de las falencias

    que presenta en la formación el modelo educativo colombiano y que son las

    mismas que presentan los jóvenes, unos más que otros.

    Otro factor que debemos analizar y que consideramos que está contribuyendo es

    el tipo de familia que se presenta en nuestro contexto actual: son familias

    diferentes a la tradicional, la mayoría de los jóvenes vienen de hogares

    disfuncionales, separados, con dificultades y que conllevan un reto al momento de

    iniciar un proceso formativo en una comunidad en donde se remarcan valores

    tradicionales y en donde se hablará de fortalecimiento de algunas relaciones que

    algunos formandos no han tenido o no han sanado debidamente y que por ende

    van a incidir en la forma en la que van a asumir su proceso formativo.

  • 29

    Frente a estas situaciones de tensión se plantea la oportunidad de avanzar

    comprensivamente en el diseño de una propuesta de formación que se oriente por

    las preguntas que a continuación se plantearán.

    2.2.2 Formulación del problema. ¿Cuáles serían las relaciones de los principios

    del pensamiento franciscano con la formación de los Hermanos Menores en el

    Postulantado de la Provincia de la Santa Fe de Colombia en el 2013?

    2.2.3 Preguntas generadoras de sentido o auxiliares.

    • ¿Cuáles serían los principios del pensamiento franciscano contemporáneo,

    a partir del estudio de sus principales exponentes?

    • ¿Cuáles son los elementos / procesos que permitirían afirmar que existe un

    modelo o una propuesta formativa para la vida consagrada al estilo de San

    Francisco?

    • ¿Qué es formación y cómo se entiende esta en la vida consagrada?

    • ¿Cuáles serían los planteamientos fundamentales del carisma que

    ayudarían a caracterizar al Hermano menor hoy en América Latina, especialmente

    en el Postulantado de la Provincia de la Santa Fe de Colombia en el año 2013?

    2.3 JUSTIFICACIÓN

    Debemos acercarnos a lo que entendemos por formación para dar razón de la

    importancia de esta investigación, investigación que estamos tomando en un

  • 30

    sentido amplio, no limitada al aula educativa sino aquella que fomenta el desarrollo

    armónico del individuo y que, por ende, conlleva la unidad en las diferencias. De

    esta manera nos identificamos con lo señalado por Rafael Campo y Mariluz

    Restrepo cuando señalan, siguiendo a Gadamer, que ―el resultado de la formación

    no se produce al modo de los objetos técnicos sino que surge del proceso interior

    en constante progresión entre formación, conformación y transformación‖ (1993, p.

    9)

    De ahí que cuando un joven se acerca a una comunidad religiosa con el deseo de

    ser consagrado no está pensando en un primer lugar en formarse, este aspecto

    debe contemplarse para, entonces, señalar que la comunidad religiosa que lo

    acoge como ente formativo, debe velar porque el mismo logre apropiar algunas

    características que lo identifiquen en medio de la sociedad como parte de la

    comunidad. Es por ello la importancia de examinar la relación de esta formación

    con aquellos principios del pensamiento franciscano que ayudan a posibilitar la

    identificación del Hermano Menor en nuestro medio colombiano.

    Pero igualmente, la orientación específica de nuestra comunidad provincial, es

    decir, la Provincia de la Santa Fe de Colombia con su trayectoria de más de 450

    años de presencia en el país, con un proyecto de vida provincial, al cual debe

    vincularse todo aquel que desee hacer parte de la misma, nos lleva a

    preguntarnos cómo es esta relación y si está reflejando la realidad en que vivimos.

    Por lo anterior consideramos relevante esta investigación con la finalidad de

    contextualizar los parámetros formativos existentes con la realidad del joven de

    hoy en busca, igualmente, de una explicación al fenómeno presente en nuestra

    comunidad y en muchas, en las cuales el joven, después de iniciar un proceso

    formativo, opta por retirarse del mismo, aduciendo que este no responde

    adecuadamente a las expectativas iniciales. La vigencia y actualidad del

    pensamiento franciscano es incuestionable, pero sus lineamientos formativos son

    desarrollados a partir de paradigmas que responden al contexto europeo y que si

  • 31

    bien tienen un carácter general, es innegable que para que puedan ser

    debidamente apropiados deben también lograr armonizar el bagaje cultural y

    propio de nuestro contexto colombiano.

    Es así como el concepto de Paz y Bien, desarrollado ampliamente en nuestros

    contextos educativos, puede tener, debido a la problemática social colombiana,

    unas connotaciones no tan profundas como las posee en el contexto en que se

    establecieron. Y señalo esto como ejemplo debido a que si analizamos nuestra

    historia, hablar de paz en Colombia es un discurso bastante utilizado y que si no

    establecemos límites caemos en ser comprendidos como políticos más de turno

    sin un compromiso real en el agenciamiento del bien y de la paz. De igual forma

    podemos constatar que sería bueno lograr establecer cuál modelo educativo o qué

    tipo de propuesta educativa/formativa se está utilizando, como señala Amadeo

    Cencini cuando dice: ―É fondamentale che un formatore s´interroghi seriamente su

    questo, ma anche in un instituto si dovrebbe periódicamente interrogarse sul

    modelo formativo che si sta adottando, e magari fare una propposta esplicita in tal

    senso.‖ (2006, p. 112)

    En la misma línea y estableciendo estas relaciones podemos señalar lo que

    establece Seamus Mullholland en su ponencia titulada On the grace of being a

    formator, cuando dice que:

    The presumption of formation is that it forms a human person who comes for

    an experience of life as a baptised Catholic who expresses that baptismal

    calling to service of the kingdom in Franciscan gospel living. The

    Franciscan formative dynamic has a multilevel approach since it concerns

    itself with the Human, Cristian and Franciscan and since it is a dynamic

    process, it requires life long attention. For this to happen, it necessitates the

    non-negotiable collaboration and mutual inter/intra dependence between

    formator and formee. (2006, p. 105)

  • 32

    Así, vemos la importancia de establecer las relaciones entre formadores y

    formandos para apropiarnos debidamente del proceso formativo dentro de nuestra

    comunidad.

    Es importante, igualmente, establecer la relación de todo proceso formativo y por

    ello relaciono lo mencionado por Muñoz Gaviria y otros cuando dicen que:

    La pedagogía es un campo de reflexión sobre la educación y la formación.

    En segundo lugar, la educación reconstruye las influencias del contexto

    sociocultural sobre los sujetos, y la formación, la agencia que ellos

    desarrollan sobre sí mismos. Así, el desarrollo humano y la pedagogía

    podrían implicar un diálogo de campos temáticos en torno a la formación y

    los mundos de vida. (2010, p. 14)

    Del rastreo inicial efectuado en torno al tema propuesto, encontramos que existe

    una investigación (Itinerario de la mente a Dios, de Humberto Franco) en la cual se

    trabaja un autor específico: San Buenaventura y su obra y otra que plantea porqué

    la paideia franciscana es una propuesta pedagógica de la Universidad San

    Buenaventura de Medellín y no solamente un espacio pedagógico – de Norberto

    Agudelo- propuestas interesantes en sí mismas, pero que no tienen gran

    relevancia en el estudio que queremos desarrollar.

    Por ello esta investigación, a partir del examen hermenéutico crítico, aspira a dar

    una mirada sobre la relación de estos principios del pensamiento franciscano en el

    contexto formativo de nuestra Provincia de la Santa Fe de Colombia.

    Para desarrollar este trabajo investigativo debemos partir del análisis

    hermenéutico y crítico de algunos autores que han desarrollado el pensamiento

    franciscano a lo largo de su existencia, al igual que de los escritos del Santo

    Fundador. Dentro de estos textos se revisarán sus cartas, la regla, su testamento

    y avisos espirituales, que nos permitirán vislumbrar cuál era el espíritu formativo

    del santo y establecer así un punto de partida a nuestro trabajo. Con la finalidad

  • 33

    de establecer, a la luz del pensamiento franciscano, los principios que orientan la

    formación de los Hermanos Menores y poder darlos a conocer en medios distintos

    a las etapas formativas.

    De igual forma, no podemos excluir de ese análisis a algunos pensadores como

    San Buenaventura, Agustín Gemelli; autores que nos vayan permitiendo

    establecer unas líneas claras de categorización del pensamiento franciscano, al

    igual que los documentos que la Orden ha promulgado concernientes a la

    formación, buscando con ello mirar cómo ha sido la actualización y comprensión

    de los principios a lo largo de la existencia de la Orden.

    Por todo lo anterior consideramos que esta investigación basa su importancia en

    poder brindarle a la formación de los hermanos menores otra perspectiva de

    análisis de las relaciones del pensamiento franciscano con su contextualización en

    nuestro entorno colombiano y constituyéndose en un aporte de la universidad a la

    reflexión de la Provincia Franciscana de la Santa Fe de Colombia.

    2.4 OBJETIVOS

    2.4.1 General

    Develar las relaciones de los principios del pensamiento franciscano con la

    formación de los hermanos menores en el Postulantado de la Provincia de la

    Santa Fe de Colombia en el año 2013.

  • 34

    2.4.2 Específicos

    • Recontextualizar los principios del pensamiento franciscano a partir

    del estudio de los principales exponentes del mismo.

    • Esbozar, a partir del pensamiento franciscano, una propuesta

    pedagógica o la mirada franciscana de la pedagogía.

    • Fundamentar qué se entiende por formación en un proyecto de vida

    consagrada y su influencia en la formación del ser religioso.

    • Identificar los planteamientos fundamentales del carisma que

    ayudarían a caracterizar al Hermano menor en la Colombia de inicios

    del siglo XXI.

    2.5 REFERENTES CONCEPTUALES INICIALES

    Para el desarrollo de la investigación partimos de un marco categorial, el cual

    permite la realización de un rastreo preliminar que facilita el modo de abordar la

    presente investigación.

  • 35

    is part of

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    formación

    permanente es ..

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    proceso de

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    FORMACION

    FRANCISCANA {13-1}

    FORMACION

    HUMANA {1-0}

  • 36

    is part of

    is associated with

    is associated with

    is associated with

    [14:4] En un

    sermón que

    sintetiza bie..

    [14:6] La

    antropología

    bonaventuriana..

    FORMADOR {7-1}

    MUNDO DE HOY

    {6-1}

    FORMANDO {10-1}

    RELACION {3-4}

    [3:6] La comunión

    fraterna ARTÍCULO

    ..

    [3:7] §1 A fin de

    promover más y

    más..

    [3:8] §1 El

    candidato a la

    Orden que..

    [3:9] 1 El

    testimonio de vida

    o proc..

    [3:12] 1 La

    fraternidad de la

    Casa de..

    [6:6] Para una

    mejor

    comprensión de ..

    [6:9] 17. Siguiendo

    las huellas de C..

    [6:10] La minoridad

    expresa el modo c..

    [6:18]

    Fraternidades

    formativas 124. ..

    [6:19] Cada

    miembro llega a la

    frater..

    [6:20] os hermanos

    profesos solemnes

    ..

    [6:21] . Los

    hermanos

    encargados de u..

    [6:22] . Todo

    formador

    desempeña su s..

    [6:23] Para llegar a

    tener formadores..

    [6:24] El

    postulante es

    acompañado po..

    [8:7] Los hermanos

    que ejercen el mi..

    [8:8] En las casas

    de formación

    debe..

    [12:2] a)

    Transformación de

    la config..

    [12:3] El sistema

    sexo/Género:

    femini..

    [12:4] as

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    observables en..

    [12:5] El síndrome

    de Tomas y el desg..

    [13:10] Se describe

    las regulaciones q..

    [13:12] Desde la

    Presencia y el

    Encuen..

    [13:14] El docente

    como modelo de

    iden..

    [13:15]

    franciscanismo

    como experienci..

    [14:1] Y hablar de

    la situación exist..

    [14:2] s grandes

    revoluciones de la

    m..

    [14:3] bandonada

    la idea de que no

    ha..

    [14:7] San

    Buenaventura se

    vale de ot..

    [14:8] Re-conocer…

    no sólo conocer La..

    [14:9] Tanto la

    ecología, en

    cuanto c..

    FRATERNIDAD {7-1}

  • 37

    2.5.1 Glosario de términos. Para una comprensión de algunos términos

    empleados a lo largo de la investigación es necesario señalar los siguientes:

    Carisma: ―se entiende por carisma un don espiritual concedido por Dios a un

    creyente, el cual, viviendo una experiencia religiosa de especial intensidad, es

    capaz de condicionar de manera extraordinaria la vida espiritual de un grupo o de

    una época histórica:‖ (Diccionario Teológico Enciclopédico, 1995)

    Código de Derecho Canónico: Documento que regula a la Iglesia católica.

    Concilio Vaticano II: Documentos emanados de las reuniones conciliares del

    Concilio Vaticano II y que comprenden las directrices generales de la Iglesia

    Católica.

    Fraternidad: en el lenguaje neotestamentario es sinónimo de ágape, de amor, en

    sí es el grupo de hermanos unidos por el vínculo del amor y por el ideal del

    seguimiento de Cristo. Se llama local a la conformada en una ciudad y provincial a

    aquella que comprende a varias comunidades en un mismo territorio.

    Hermano Menor: es equivalente a fraile o hermano perteneciente a la Orden

    franciscana.

    Incipiamus fratres: Actas del II Congreso Internacional de Maestros de Novicios

    de la Orden franciscana del año 2006, emanado por la Secretaría de Formación y

    Estudios de la Orden.

  • 38

    Orden de Frailes Menores: familia religiosa que nació en el siglo XIII,

    denominada orden en el sentido de grupo constituido, de hermanos menores,

    según el querer de San Francisco de Asís, conocida igualmente como Orden

    Franciscana.

    Postulantado : dícese de la primera etapa formativa en una comunidad religiosa.

    Ratio Formationis Franciscanae y Ratio Studiorum : documentos emanados de

    la Secretaría General de la Formación y Estudios de la Orden Franciscana, que

    sirven de marco jurídico para el desarrollo de los principios generales de la

    formación y de los estudios en toda la comunidad franciscana.

    Vida consagrada: se entiende por esta aquella que por la profesión de los

    consejos evangélicos (pobreza, obediencia y castidad), los fieles siguiendo más de

    cerca a Cristo, se dedican totalmente a Dios, a la edificación de su Iglesia y a la

    salvación del mundo.

    Vita Consecrata: exhortación apostólica del papa Juan Pablo II dirigida al

    episcopado, al clero, a las órdenes y congregaciones religiosas y a las sociedades

    de vida apostólica y a todos los fieles sobre la vida consagrada y su misión en la

    Iglesia y el mundo.

    Vocación: ―el término vocación ha tomado diversos significados en la cultura

    contemporánea, poniendo siempre en el centro, con diversas modalidades, a la

    persona. Por vocación se entiende en primer lugar el proyecto de vida que

  • 39

    elabora cada uno sobre la base de sus múltiples experiencias y en la

    confrontación con un sistema coherente de valores que dan sentido y dirección a

    la vida del individuo.‖ (Diccionario Teológico Enciclopédico, 1995).

    2.5.2 Categoría desarrollo. Partiendo de la premisa establecida por Max- Neef

    que indica que:

    El Desarrollo a Escala Humana no excluye metas convencionales

    como crecimiento económico para que todas las personas puedan tener un

    acceso digno a bienes y servicios. Sin embargo, la diferencia respecto de

    los estilos dominantes radica en concentrar las metas del desarrollo en el

    proceso mismo del desarrollo. En otras palabras, que las necesidades

    humanas fundamentales pueden comenzar a realizarse desde el comienzo

    v durante todo el proceso de desarrollo; o sea, que la realización de las

    necesidades no sea la meta, sino el motor del desarrollo mismo.

    Ello se logra en la medida en que la estrategia de desarrollo sea

    capaz de estimular permanentemente la generación de satisfactores

    sinérgicos. Integrar la realización armónica de necesidades humanas en el

    proceso de desarrollo significa la oportunidad de que las personas puedan

    vivir ese desarrollo desde sus comienzos, dando origen así a un desarrollo

    sano, autodependiente y participativo, capaz de crear los fundamentos para

    un orden en el que se pueda conciliar el crecimiento económico, la

    solidaridad social y el crecimiento de las personas y de toda la persona. Un

    desarrollo capaz de conjugar la sinergia con la eficiencia quizás no baste

    para dar cumplimiento cabal a lo deseado; pero sí basta, y plenamente,

    para evitar que en el ánimo de las personas lo no deseado parezca

    inexorable. (1993, p. 82)

    Y de esta manera el mismo autor plantea lo siguiente:

  • 40

    El Desarrollo a Escala Humana, orientado hacia la satisfacción de las

    necesidades humanas, alcanza en la auto dependencia su condición, su

    medio y su valor irreductible. En el plano de la práctica, tal opción requiere,

    como impulso inicial, una política de movilización de la sociedad civil. Para

    promover cambios estructurales, la movilización debe asumir dos desafíos:

    1) potenciar el uso de recursos no convencionales en la construcción

    de proyectos colectivos de vida encaminados al logro de la

    autodependencia y a la satisfacción de las necesidades humanas;

    2) potenciar los desarrollos locales para que su influencia trascienda

    las limitaciones espaciales y puedan participar en la construcción de una

    nueva hegemonía en el ámbito nacional. Para que las diversas prácticas

    locales o micro-espaciales se constituyan en una realidad social nueva

    deben articularse en un proyecto con exigencia de globalidad. De allí la

    importancia política decisiva de la articulación micro-macro. La cuestión

    capital es hacer viable la constitución de sujetos que, desde los pequeños y

    muy heterogéneos espacios, sean capaces de sostener y desarrollar sus

    propios proyectos. (1993, p. 115)

    A partir de este enunciado, Diego Muñoz nos dirá, citando a Sandoval (1994),

    que:

    El Desarrollo Humano, es el proceso de construcción de los sujetos

    individuales y colectivos dentro de unas condiciones históricas y culturales

    específicas. La construcción de sujeto es el proceso central del Desarrollo

    Humano. Ser sujeto significa tener conciencia de sí, de sus acciones, de

    sus características y circunstancias. Esta nueva escuela del sujeto

    pretende leer las capas que le cobijan y le hacen un ser social y político,

    pero de igual forma reivindica la construcción social de la realidad en la cual

    el sujeto negocia culturalmente su estar en el mundo de la vida y con ello,

  • 41

    permite la configuración de reconstrucciones y deconstrucciones

    socioculturales, es decir, da paso a la dinámica social. (2010, p. 12)

    Y concluirá diciéndonos que:

    El desarrollo humano se contextualiza en diferentes escenarios

    sociohistóricos y discursivos, los cuales desde lo pedagógico buscarían la

    construcción de cierto ideal tipo de hombre, que opera como currículo

    oculto o paralelo, y desde el cual se agencia toda la actividad educativa.

    Por ello, el desarrollo humano podría perfilarse como un campo conceptual

    interesante en cuanto consiga generar una crítica antropológica sobre sus

    discursos, una crítica política sobre sus preguntas por lo público, una crítica

    sociológica sobre sus configuraciones sociales y una crítica pedagógica

    sobre sus propuestas de formación. (2010, p. 14)

    Por otra parte siguiendo a Max- Neef, en lo concerniente al proyecto de vida,

    considero importante entrar a examinar qué entendemos por este, y para ello

    retomaremos lo señalado por José Rodríguez Carballo, cuando dice que ‖el

    proyecto es la expresión de mi/nuestra identidad, vivida en el seno de una

    fraternidad local y provincial. Es una mediación abierta al servicio del crecimiento

    de la/s persona/s y que indica algunas líneas fundamentales dentro de las cuales

    uno ha de moverse con libertad y con fidelidad dinámica y creativa‖ (2000, p. 5).

    Y continúa diciendo:

    Es una fuente de inspiración para una vida de interiorización. En

    este sentido, su elaboración y su puesta en práctica, son una ocasión

    propicia para ponerse en camino hacia la verdadera madurez humana,

    cristiana y franciscana; una ocasión propicia para que cada uno y cada

    Fraternidad local y provincial, se sientan protagonistas de su propia historia;

    una ocasión propicia para despertar, dentro de cada uno y de cada

    Fraternidad local o provincial, dinamismos de transformación y de

  • 42

    crecimiento que desbloqueen resistencias y liberen todas las

    potencialidades que cada uno lleva dentro.

    Así entendido, el Proyecto está íntima y profundamente unido a la

    formación permanente, concebida ésta como un crecimiento dinámico, un

    camino, que abarca todas las componentes de la vida (humana, cristiana,

    franciscana, profesional, ministerial) y un proceso de maduración de todas

    las dimensiones de la persona (corporal, psicológica, afectiva, espiritual,

    intelectual), una camino de crecimiento integral y de más alta perfección.

    Es más, el Proyecto es un medio óptimo de formación permanente, tanto

    personal como comunitaria, porque nace de una actitud de vida, de una

    actitud frente a la vida; caminar, comenzar siempre de nuevo. (Rodríguez

    Carballo, 2000, p.p. 5-6)

    2.5.3 Categoría vocación. Para comprender qué queremos abarcar con esta

    categoría se debe partir de lo que entendemos por vocación:

    Indica la llamada por parte de Dios, como iniciativa suya amorosa, y la

    respuesta de la persona en un diálogo amoroso de participación

    corresponsable. El problema de la vocación se presenta, por tanto, como

    una realidad compleja. Para poder ser entendido completamente, debe

    considerarse por tanto desde un doble punto de vista: por parte de Dios y

    por parte del hombre. Vista desde la perspectiva de Dios, la vocación se

    presenta como la iniciativa de Dios que se da y que al darse llama. Por

    parte del hombre, la vocación es una invitación, una interpelación a la que

    hay que dar una respuesta. Por consiguiente, la vocación es un don que se

    realiza en un diálogo: presupone la iniciativa de Dios y solicita una

    respuesta del hombre. En esta óptica el concepto vocacional se presenta

    como:

  • 43

    Diálogo relacional, en cuanto que se desarrolla en la relación entre

    Dios y el hombre;

    Dinámico – evolutivo, vinculado al desarrollo de la persona humana,

    que se ve comprometida en la vocación;

    Histórico – cultural, en cuanto que el hombre, que se ve

    comprometido en la vocación, está llamado a dar su respuesta en el

    contexto histórico y cultural concreto en que le ha tocado vivir.

    (Diccionario Teológico Enciclopédico, 1995, p. 1034)

    Tratando de desarrollar esta definición podemos afirmar que el hombre, a medida

    que va creciendo, va evolucionando en sus concepciones y va concretando en la

    medida en que toma conciencia de sí mismo lo que quiere realizar en su vida.

    Para ello logra vislumbrar y reconocer el primer llamado que hace el Señor a todo

    ser humano, que es el llamado a la vida. Llamado que se inserta en la historia de

    la salvación, inscribiéndose en un proyecto de salvación dado por el Padre, a

    través del Hijo y del Espíritu Santo, siendo un sacramento de salvación que se da

    en la Iglesia, de acuerdo con lo señalado en la Lumen Gentium cuando afirma

    que:

    Y porque la Iglesia es en Cristo como un sacramento, o sea signo e

    instrumento de la unión íntima con Dios y de la unidad de todo el género

    humano, ella se propone presentar a sus fieles y a todo el mundo con

    mayor precisión su naturaleza y su misión universal, abundando en la

    doctrina de los concilios precedentes. (Concilio Vaticano II, 1968, p. 34)

    Dentro de la Iglesia se da la presencia del Espíritu Santo que confiere a los

    hombres una diversidad de carismas para responder a las exigencias concretas

    de su misión de acuerdo con la vocación que el Señor le ha dado. Para ello

    debemos considerar que ―se entiende por carisma un don espiritual concedido por

    Dios a un creyente, el cual, viviendo una experiencia religiosa de especial

  • 44

    intensidad, es capaz de condicionar de manera extraordinaria la vida espiritual de

    un grupo o de una época histórica‖ (Diccionario Teológico Enciclopédico, 1995, p.

    128).

    De acuerdo con estos nacen las diversas vocaciones específicas en la Iglesia, las

    cuales se pueden dividir en dos grandes grupos que son: vocaciones a los

    servicios eclesiales, es decir, la de aquellas personas que prestan un servicio

    directamente a la comunidad (ministerios ordenados, instituidos y de hecho) y por

    otra parte, las vocaciones a las formas de vida, es decir, las que se concretan en

    diferentes formas de vida, matrimonio, viudez, consagración con vistas al Reino

    de los Cielos.

    2.5.3.1 Vocación a la vida consagrada. Con la finalidad de lograr la comprensión

    sobre qué entendemos por vida consagrada es importante remitirnos a la Lumen

    Gentium cuando dice que:

    El cristiano, mediante los votos u otros vínculos sagrados —por su

    propia naturaleza semejantes a los votos—, con los cuales se obliga a la

    práctica de los tres susodichos consejos evangélicos, hace una total

    consagración de sí mismo a Dios, amado sobre todas las cosas, de manera

    que se ordena al servicio de Dios y a su gloria por un título nuevo y

    especial. Ya por el bautismo había muerto al pecado y estaba consagrado

    a Dios; sin embargo, para traer de la gracia bautismal fruto copioso,

    pretende, por la profesión de los consejos evangélicos, liberarse de los

    impedimentos que podrían apartarle del fervor de la caridad y de la

    perfección del culto divino y se consagra más íntimamente al servicio de

    Dios. La consagración será tanto más perfecta cuanto, por vínculos más

    firmes y más estables, represente mejor a Cristo, unido con vínculo

    indisoluble a su Iglesia.

  • 45

    Pero como los consejos evangélicos, mediante la caridad hacia la

    que impulsan, unen especialmente con la Iglesia y con su misterio a

    quienes los practican, es necesario que la vida espiritual de éstos se

    consagre también al provecho de toda la Iglesia. De aquí nace el deber de

    trabajar según las fuerzas y según la forma de la propia vocación, sea con

    la oración, sea también con el ministerio apostólico, para que el reino de

    Cristo se asiente y consolide en las almas y para dilatarlo por todo el

    mundo. Por lo cual la Iglesia protege y favorece la índole propia de los

    diversos institutos religiosos.

    Así, pues, la profesión de los consejos evangélicos aparece como un

    símbolo que puede y debe atraer eficazmente a todos los miembros de la

    Iglesia a cumplir sin desfallecimiento los deberes de la vida cristiana. Y

    como el Pueblo de Dios no tiene aquí ciudad permanente, sino que busca la

    futura, el estado religioso, por librar mejor a sus seguidores de las

    preocupaciones terrenas, cumple también mejor, sea la función de

    manifestar ante todos los fieles que los bienes celestiales se hallan ya

    presentes en este mundo, sea la de testimoniar la vida nueva y eterna

    conquistada por la redención de Cristo, sea la de prefigurar la futura

    resurrección y la gloria del reino celestial. El mismo estado imita más de

    cerca y representa perennemente en la Iglesia el género de vida que el Hijo

    de Dios tomó cuando vino a este mundo para cumplir la voluntad del Padre,

    y que propuso a los discípulos que le seguían. Finalmente, proclama de

    modo especial la elevación del reino de Dios sobre todo lo terreno y sus

    exigencias supremas; muestra también ante todos los hombres la soberana

    grandeza del poder de Cristo glorioso y la potencia infinita del Espíritu

    Santo, que obra maravillas en la Iglesia.

    Por consiguiente, el estado constituido por la profesión de los

    consejos evangélicos, aunque no pertenece a la estructura jerárquica de la

  • 46

    Iglesia, pertenece, sin embargo de manera indiscutible, a su vida y

    santidad. (Concilio Vaticano II, 1968, p. 88-89)

    De esta forma encontramos dentro de la Iglesia diversidad de estados los cuales

    tendrán cada uno una determinada función en su seno, de acuerdo con el

    documento Vita Consecrata esta es:

    La consagración bautismal y crismal, común a todos los miembros del

    Pueblo de Dios, es fundamento adecuado de la misión de los laicos, de los

    que es propio «el buscar el Reino de Dios ocupándose de las realidades

    temporales y ordenándolas según Dios». Los ministros ordenados, además

    de esta consagración fundamental, reciben la consagración en la

    Ordenación para continuar en el tiempo el ministerio apostólico. Las

    personas consagradas, que abrazan los consejos evangélicos, reciben una

    nueva y especial consagración que, sin ser sacramental, las compromete a

    abrazar —en el celibato, la pobreza y la obediencia— la forma de vida

    practicada personalmente por Jesús y propuesta por Él a los discípulos.

    Aunque estas diversas categorías son manifestaciones del único misterio

    de Cristo, los laicos tienen como aspecto peculiar, si bien no exclusivo, el

    carácter secular, los pastores el carácter ministerial y los consagrados la

    especial conformación con Cristo virgen, pobre y obediente. (Juan Pablo II,

    1996, p.p. 52-53)

    Dentro de la vida consagrada existen igualmente vías distintas de consagración tal

    y como lo señala Juan Pablo II:

    En este horizonte común a toda la vida consagrada, se articulan vías

    distintas entre sí, pero complementarias. Los religiosos y las religiosas

    dedicados íntegramente a la contemplación son en modo especial imagen

    de Cristo en oración en el monte. Las personas consagradas de vida activa

    lo manifiestan anunciando a las gentes el Reino de Dios, curando a los

    enfermos y lisiados, convirtiendo a los pecadores en fruto bueno,

  • 47

    bendiciendo a los niños y haciendo el bien a todos. Las personas

    consagradas en los Institutos seculares realizan un servicio particular para

    la venida del Reino de Dios, uniendo en una síntesis específica el valor de

    la consagración y el de la secularidad. Viviendo su consagración en el

    mundo y a partir del mundo, «se esfuerzan por impregnar todas las cosas

    con el espíritu evangélico, para fortaleza y crecimiento del Cuerpo de

    Cristo». Participan, para ello, en la obra evangelizadora de la Iglesia

    mediante el testimonio personal de vida cristiana, el empeño por ordenar

    según Dios las realidades temporales, la colaboración en el servicio de la

    comunidad eclesial, de acuerdo con el estilo de vida secular que les es

    propio. (1996, p.p. 55-56)

    En el desarrollo mismo de la Iglesia han surgido diversos carismas que responden

    a las necesidades del pueblo y dentro de esta pluralidad de ofertas se encuentra la

    Orden de Hermanos Menores surgida como una fraternidad de hermanos y

    considerada en sus inicios que respondía a lo que son los institutos mixtos:

    Institutos mixtos. Algunos Institutos religiosos, que en el proyecto original

    del fundador se presentaban como fraternidades, en las que todos los

    miembros —sacerdotes y no sacerdotes— eran considerados iguales entre

    sí, con el pasar del tiempo han adquirido una fisonomía diversa. Es

    menester que estos Institutos llamados « mixtos », evalúen, mediante una

    profundización del propio carisma fundacional, si resulta oportuno y posible

    volver hoy a la inspiración de origen. (Juan Pablo II, 1996, p. 107)

    Actualmente somos considerados más como una orden de índole clerical:

    Institutos que son llamados « clericales » porque, según el proyecto del

    fundador o por tradición legítima, prevén el ejercicio del Orden sagrado, son

    regidos por clérigos y, como tales, son reconocidos por la autoridad de la

    Iglesia. En estos Institutos el ministerio sagrado es parte integrante del

    carisma y determina su índole específica, el fin y el espíritu. La presencia

  • 48

    de hermanos representa una participación diferenciada en la misión del

    Instituto, con servicios que se prestan en colaboración con aquellos que

    ejercen el ministerio sacerdotal, sea dentro de la comunidad o en las obras

    apostólicas. (Juan Pablo II, 1996, p. 107).

    2.5.3.2 Vocación a la vida franciscana. Ubicados en el seno de la Iglesia es

    importante señalar lo manifestado por Lázaro Iriarte cuando dice:

    El franciscanismo nació como movimiento. Francisco es el iniciador

    de un impulso múltiple, pero bien definido, cuya característica es la

    sinceridad cristiana: prontitud alegre y suelta, al imperio del amor, para

    seguir a Cristo y, por Él, experimentar el misterio de la hermandad con los

    hombres y con la creación, bajo la paternidad de Dios. Fue -dice Celano-

    como el despertar de una nueva primavera:

    Un entusiasmo que no sólo hizo crecer rápidamente el grupo inicial

    de los hermanos menores y luego el de las damas pobres, sino que provocó

    por todas partes un anhelo de experiencia evangélica que cuajaría en las

    agrupaciones de los hermanos de penitencia. En realidad, repercutió en la

    piedad, en el arte, en la vida litúrgica, en el dinamismo apostólico y en la

    vida social de la Iglesia.

    El franciscanismo no ha dejado de afirmarse nunca como

    movimiento. La insatisfacción es nota permanente en la historia minorítica,

    y el profetismo ha puesto en jaque las estructuras internas siempre que

    éstas han caído en el inmovilismo cómodo. Por eso es una historia de

  • 49

    periodos atormentados, de luchas por el ideal, de reformas y de escisiones.

    Para quien mira superficialmente ese fenómeno, resulta incomprensible que

    una orden, cuya característica es el amor y que se define como fraternidad,

    haya roto tantas veces la unidad interna. Pero, visto en su significado real,

    es signo de pujanza que impide el estancamiento, búsqueda sin reposo de

    adaptación renovadora mediante la fidelidad al ideal. La reforma pertenece

    en algún sentido a la esencia de las instituciones franciscanas.

    El ideal franciscano es patrimonio común no sólo de las varias

    familias que integran la primera y la segunda orden, sino de la infinita

    floración de institutos religiosos -y ahora también seculares-, que reconocen

    a san Francisco por Padre. Tienen sus propios fundadores y fundadoras,

    pero con una vinculación carismática, expresamente cultivada, al espíritu

    del Poverello. Su mismo número y variedad pone de manifiesto la