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1 1 Los servicios de ocio como medio para afrontar la alienación y la deshumanización en los ingresos hospitalarios 1 . Teresa Bermúdez Rey, Facultad Padre Ossó, Universidad de Oviedo [email protected] Ángel Alonso Domínguez, Facultad Padre Ossó, Universidad de Oviedo [email protected] Resumen El artículo realiza un estudio para conocer la necesidad de ocupar el tiempo libre de los pacientes en los hospitales, y si estas prácticas de animación hospitalaria son percibidas por ellos como un medio para mejorar su calidad de vida. La investigación ofrece evidencia empírica sobre los perfiles de los ingresados, caracterizados a partir de los usos de su tiempo libre, los efectos positivos de mejoras en su utilización, así como de la necesidad de creación de instituciones sociales adecuadas para un ocio ético, contribuyendo a conformar los denominados procesos de humanización en los hospitales. Para alcanzar los objetivos previstos, se lleva a cabo una exploración cualitativa, con recogida de información individualizada, siguiendo un protocolo preestablecido de preguntas cerradas. Con esta metodología se pretende delimitar, de una forma objetiva, el tiempo dedicado a las diferentes actividades de ocio en el hospital. Los resultados obtenidos permiten establecer correlaciones entre las respuestas de los pacientes y las variables analizadas. PALABRAS CLAVE: animación, calidad de vida, hospital, humanización, ocio. 1 El Comité de Ética de la Investigación del Principado de Asturias considera que el proyecto en el que está enmarcado el presente artículo reúne las condiciones éticas necesarias para poder realizarse.

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Los servicios de ocio como medio para afrontar la alienación y la deshumanización en los

ingresos hospitalarios1.

Teresa Bermúdez Rey, Facultad Padre Ossó, Universidad de Oviedo

[email protected]

Ángel Alonso Domínguez, Facultad Padre Ossó, Universidad de Oviedo

[email protected]

Resumen

El artículo realiza un estudio para conocer la necesidad de ocupar el tiempo libre de los

pacientes en los hospitales, y si estas prácticas de animación hospitalaria son percibidas

por ellos como un medio para mejorar su calidad de vida.

La investigación ofrece evidencia empírica sobre los perfiles de los ingresados,

caracterizados a partir de los usos de su tiempo libre, los efectos positivos de mejoras en

su utilización, así como de la necesidad de creación de instituciones sociales adecuadas

para un ocio ético, contribuyendo a conformar los denominados procesos de

humanización en los hospitales.

Para alcanzar los objetivos previstos, se lleva a cabo una exploración cualitativa, con

recogida de información individualizada, siguiendo un protocolo preestablecido de

preguntas cerradas. Con esta metodología se pretende delimitar, de una forma objetiva,

el tiempo dedicado a las diferentes actividades de ocio en el hospital. Los resultados

obtenidos permiten establecer correlaciones entre las respuestas de los pacientes y las

variables analizadas.

PALABRAS CLAVE: animación, calidad de vida, hospital, humanización, ocio.

1 El Comité de Ética de la Investigación del Principado de Asturias considera que el proyecto en el que

está enmarcado el presente artículo reúne las condiciones éticas necesarias para poder realizarse.

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2

Introducción

La animación hospitalaria posee un corto recorrido tanto en la práctica hospitalaria

como en la literatura. Sin embargo son ya numerosos los estudios (Gallo y otros, 1993;

Romagosa, 1999; García, 2002; Belver y Ullán, 2003; Bermúdez, 2006; Ullán,

Serrano, Badía y Delgado, 2010, entre otros) que demuestran que es necesaria, tanto si

se trabaja con pacientes pediátricos como con adultos. Investigaciones recientes

destacan a la animación hospitalaria como espacio emergente en la animación

sociocultural. Bermúdez, Martín y Castellanos (2013), recogen esta literatura sobre

animación hospitalaria en la que se indica que ésta se diseña para pacientes

hospitalizados que disponen de mucho tiempo libre; Bados (2004), aboga por una

política de animación sociocultural sistematizada en los hospitales; Ullán et al. (2010),

por su parte, ponen de manifiesto cómo los adolescentes convalecientes proponen

mejorar su estancia en los hospitales a través de los servicios de ocio, aportando un

punto de vista muy interesante sobre la necesidad de extender dicha animación no solo

al paciente pediátrico; Fernández, Torío y Bermúdez (2010) también han llevado a cabo

trabajos sobre el empleo del tiempo libre del paciente adulto en el Hospital

Universitario Central de Asturias (1); Guenoun y Bauça (2012), igualmente vienen a

avalar la necesidad de realizar actividades de animación con enfermos hospitalizados.

Así, las investigaciones realizadas en el Hospital Son Espases de Palma de Mallorca con

pacientes crónicos, a quiénes se les ofertaron actividades recreativas y de ocio,

concluyen que estas actividades fueron muy positivas para su bienestar, impulsaron el

apoyo entre pacientes, ayudaron a introducir a las personas recién llegadas e implicaron

a las familias. Los convalecientes, en suma, demandan más actividades e incluso

realizan propuestas sobre las que les gustaría llevar a cabo, pues “hay un deseo

3

3

encubierto de los pacientes por ser partícipes y actores directos de todas aquellas

actividades recreativas que puedan realizarse durante las sesiones de hemodiálisis”

Guenoun y Bauça (2012, p.61). Adquieren, por tanto, especial relevancia las palabras de

Bermejo (2014) sobre la necesidad de una mayor humanización de la sanidad en los

procesos terapéuticos, reclamada por usuarios, profesionales y planificadores sanitarios

Tal vez los proyectos generalizados de animación hospitalaria con pacientes (también

adultos) y sobre todo con aquellos de larga estancia, puedan ayudar a paliar estas

situaciones y contribuyan a mejorar la calidad de vida de los enfermos en los hospitales

(Martínez y Amayra, 2006). En concreto, para Gonzalo, González, Montesinos y De

Gracia (2008), el hecho de participar de las actividades de ocio durante los periodos de

hospitalización, incrementa el grado de satisfacción y facilita la adopción de actitudes

positivas en el paciente, posibilitando que el grado de actividad y la autoestima se

mantengan altos.

Es evidente, por tanto, que la animación hospitalaria ha sido objeto de estudio desde

diferentes perspectivas como la sanitaria, la psicológica y la educativa, y se relaciona

con los denominados procesos de humanización en los hospitales que, en suma,

persiguen aumentar la calidad de vida de los enfermos hospitalizados. El tiempo libre

aparece así por tanto, como competencia de distintas disciplinas, quizás por su difícil

engranaje en el marco teórico de todas las ciencias, o bien por el carácter

interdisciplinar que requiere para su desarrollo (Elías y Dunning, 1992).

Resulta llamativo, sin embargo, que a la animación hospitalaria no se le haya prestado

suficiente atención desde una perspectiva sociológica, máxime cuando ésta se ocupa

profusamente tanto del tiempo libre, como del ocio. Los tiempos que transcurren entre

las visitas médicas y los tratamientos a que son sometidos los pacientes hospitalizados

pueden ser considerados como tiempo libre entre las obligaciones cotidianas de los

4

4

enfermos y, como tales, son susceptibles de ser cubiertos por servicios de ocio. No en

vano es ésta la única esfera pública en la que los individuos de las modernas sociedades

pueden decidir sobre su propia satisfacción, desafiando a la rutina (Ibíd.).

Se constata, así, dispersión y algunas lagunas epistemológicas a la hora de abordar esta

temática. Tomando en consideración este vacío, en el presente artículo se presentan los

resultados de una investigación sobre animación hospitalaria con pacientes adultos, que

muestran la necesidad de ocupar el tiempo libre de estos enfermos, y cómo debiera

emplearse, con el fin de aumentar la calidad de vida del paciente.

El artículo aborda, en primer lugar, el marco teórico en el que se encuadran los estudios

sobre alienación, deshumanización y degradación del ocio; explica a continuación la

aproximación metodológica de carácter empírico, obtenida a partir de un cuestionario al

que respondieron pacientes hospitalizados; en tercer lugar, muestra los resultados de las

correlaciones entre las respuestas de los pacientes y las variables, analizadas con el

paquete estadístico SPSS y, finalmente, se presentan las conclusiones basadas en los

resultados obtenidos.

1) Alienación, Deshumanización y Degradación del Ocio

La sociología del ocio inicia su institucionalización académica a mediados de la década

de los 50, en la que autores como Riesman et al. (1981) empiezan a hacer visibles los

importantes cambios que se están produciendo en la orientación sociológica, a través del

funcional estructuralismo o la teoría de la acción. Heredero de estos cambios

paradigmáticos en las ciencias sociales, Havighurst (1968) analiza distintas variables

que intervienen en la relación trabajo/ocio y sus consecuencias en términos de relajación

o estímulo de tensiones, dentro de los cada vez más frecuentes estudios sobre la

reducción de la jornada laboral y el alargamiento del fin de semana. Por esa misma

5

5

época, otros como Dumazedier (1971) comienzan también a estudiar de manera

sistemática el ocio, destacando su complejidad e importancia, hasta el punto de

considerar que no es posible analizar muchas instituciones sociales sin una reflexión

previa acerca de la influencia del ocio en ellas.

La alienación, la deshumanización o la degradación se encuentran, por tanto, en los

orígenes de la teoría sociológica del ocio y son condiciones que se trasladan hasta

nuestros días y a todos los ámbitos de estudio de los procesos de uso del tiempo. Entre

ellos, a determinados servicios de ocio, como es el caso de la animación hospitalaria.

Según Aron (1966 p.230) “la libertad de auto-realización en el tiempo libre depende de

lo que los individuos llevan en sí mismos”, un argumento coincidente, al menos en

parte, con el del propio Havighurst (1986), para quien las actividades de ocio están

relacionadas no solo con la satisfacción en la vida sino con el grado de socialización que

se consigue con estas actividades.

Tradicionalmente se ha separado el tiempo total disponible de una persona entre tiempo

no disponible, tiempo disponible y tiempo libre. El primero de ellos sería el necesario

para cumplir las obligaciones laborales, escolares, familiares y biológicas básicas; el

segundo abarcaría las ocupaciones autoimpuestas, mientras que el último sería el

restante después de cumplir con todas las obligaciones, y en el que se incluiría el ocio

(Trilla, 1993). A partir de esta clasificación, la animación hospitalaria se enmarcaría

dentro de la última categoría, ya que resulta obvio que el tiempo que un enfermo dedica

a las restantes actividades hospitalarias no puede considerarse autoimpuesto ni tampoco

disponible. Se podría decir, en cambio, que forma parte de un período de recuperación

de fuerzas, e incluso de vida, en los pacientes hospitalarios, a la manera en la que lo

entiende Lafargue (1973) para los esforzados obreros industriales. También Mead

6

6

(1957) hace una lectura similar cuando habla de actividades recreativas que

proporcionan diversión, distracción y recuperación.

Desde este enfoque y, en primer lugar, el concepto de tiempo libre haría referencia a un

tiempo exento de obligaciones, dedicado a uno mismo o para realizar aquello que se

desea, una realidad que se aleja mucho de las posibilidades de las que disponen los

pacientes hospitalizados, especialmente los de larga duración, y que puede repercutir de

manera muy desfavorable en la calidad y humanización de sus condiciones de vida.

A esto habría que añadir la diferente percepción del tiempo por parte de los enfermos.

Así Bayés (2003) distingue entre tiempos subjetivos y tiempos cronológicos en los

pacientes; para los pacientes la vivencia temporal se dilata, la incertidumbre en los

tiempos de espera hace que éstos igualmente, se alarguen; para este autor existe mucho

sufrimiento en los hospitales que podría paliarse de forma sencilla a través de

programas de animación hospitalaria. Interesa mencionar que uno de los usos habituales

del ocio es el relacionado con el afrontamiento del dolor, experiencia subjetiva que si no

se trata puede contribuir a que se desarrollen problemáticas asociadas como depresión,

alteraciones del sueño, aumento de peso, reducción de la movilidad o disminución de la

socialización. Sin embargo, cuando el paciente se involucra en una actividad placentera,

su dolor no es el foco principal de atención, por ello es importante contemplar una

oferta de actividades significativas para el enfermo que distraigan su atención

(Martínez y Amayra, 2006).

En segundo lugar, el ocio se centraría en una actitud, que implica no solo la gestión de

actividades escogidas de forma autónoma por el individuo, sino también la satisfacción

inherente al desarrollo de las mismas. El ocio se escoge libremente y es por eso que es

grato, provoca placer, recrea e incluso, reconforta, algo fundamental en pacientes

7

7

hospitalizados. Sería una actividad que tiene valor en sí misma, próxima a lo que Gil

Calvo y Menéndez (1985) denominan satisfacción de necesidades o tiempo de

beneficios. Para ello, deben darse algunas condiciones de la actividad de ocio, como la

autonomía ya mencionada, entendida esta como la capacidad de elegir qué hacer y

cómo, y lo que en la literatura sobre el tiempo libre se ha denominado “autotelismo”

(Trilla, 1993), que implica que las actividades deben resultar gratas.

Para el tema que nos ocupa, en tercer lugar, es interesante tomar en consideración otros

aspectos investigados en torno al ocio, como las emociones que produce, el humor, la

sensación de implicación, activación, relax, percepción del tiempo, ideas, creencias o

autoconciencia. Vera (2006) haciéndose eco de los estudios de Peterson, Seligman y

Vaillant (1988), señala que el optimismo (entendemos también el derivado de la puesta

en marcha de distintas actividades), palia el sufrimiento y malestar de aquellos que

sufren a causa de la enfermedad.

Cabe apuntar que la cultura material, tan presente en las vidas de los ciudadanos de las

sociedades actuales, puede posibilitar el incremento de estos servicios de ocio, de ahí

que, en última instancia lo que se pone de manifiesto es la necesidad de imponer el

denominado ocio ético, al evitar los procesos de deshumanización que pueden

producirse en los centros hospitalarios. Ullán y Bellver (2008) plantean la necesidad de

que España haga suyas las recomendaciones internacionales que abogan por prestar

atención a los procesos psicosociales asociados a la enfermedad, si se quiere avanzar en

la humanización de los espacios de atención y en la mejora de los procedimientos de

ocupación del tiempo de hospitalización. Desde este enfoque, estos autores centran, no

obstante, la atención en una población pediátrica y adolescente, mientras que el presente

trabajo pretende extender estos servicios de ocio, la humanización que implican, así

como la mayor calidad de vida que proporcionan, a la población adulta.

8

8

De acuerdo con lo expuesto en el presente marco teórico, la hipótesis principal del

artículo es que existen diferencias significativas de la necesidad de tiempo de ocio en

función de las variables edad y permanencia en el centro hospitalario, una hipótesis que

se tratará de confirmar con los resultados obtenidos a partir de la muestra estudiada.

2) Metodología

El artículo presenta los resultados de una investigación realizada con enfermos adultos

en el Hospital de La Fe de Valencia, durante el mes de mayo de 2011. Para la

realización de este trabajo se ha empleado una exploración cualitativa, con recogida de

información individualizada, siguiendo un protocolo preestablecido de preguntas

cerradas. La cuantificación del tiempo posibilita una medida objetiva de la cantidad que

se dedica a las diferentes actividades, pero en ocasiones esta medición puede ser

subjetiva, y percibirse como breve o larga dependiendo de la propia percepción de las

actividades. Por eso es importante una metodología de carácter empírico como la

utilizada, que permita delimitar mejor ese tiempo difícil de cuantificar. Por ello, se

utilizó un cuestionario cerrado de 12 ítems que contemplaba básicamente cuatro

apartados: a) datos sociodemográficos; b) ocupación del tiempo libre del paciente en el

hospital (actividades que realiza en él y espacios en donde las lleva a cabo); c)

propuestas de actividades desde la animación hospitalaria para realizar en el tiempo

libre; d) consecuencias que podrían colegirse del desarrollo de las mismas.

Con el fin de facilitar la contestación del cuestionario, el paciente debía marcar las

opciones, que consideraba convenientes en cada uno de los ítems.

Para el estudio de las relaciones entre variables se utilizó el paquete estadístico SPSS

(Statistical Package for the Social Sciences), versión 18.0. Se llevaron a cabo

correlaciones entre las respuestas dadas por los pacientes y las variables (edad, tiempo

9

9

de hospitalización), utilizando el coeficiente de correlación de Pearson para describir la

relación directa o inversa entre las mismas.

2.1 Muestra estudiada

Durante los primeros meses de 2011, se contactó con la Gerencia del Hospital La Fe de

Valencia y se tramitaron los permisos pertinentes para acceder a las habitaciones de los

pacientes adultos. En coordinación con la Gerencia del Hospital y el Servicio de

Enfermería, se tuvo acceso a las habitaciones de 96 pacientes adultos, desagregados por

sexo y edad, ingresados en las unidades de Lesionados Medulares, Medicina Interna,

Rehabilitación, Neurología, Hematología y Traumatología. Los enfermos se

seleccionaron teniendo en cuenta su condición de pacientes adultos, residentes en el

centro, que estuvieran en buenas condiciones físicas y mentales para responder a las

preguntas formuladas a juicio del personal sanitario.

Se tuvieron en cuenta, asimismo, los distintos tiempos de hospitalización de los

pacientes que estaban ingresados en el Hospital de la Fe de Valencia en el periodo

comprendido entre el 2 y el 10 de mayo de 2011

Tabla 1. Muestra estudiada

Sexo Hombres 53,1%

Mujeres 46,9%

Edad

Menores de 30 años 9,4%,

30-50 años 26,6%

50-70 años 37,6%

Mayores de 70 años 26,0%

Tiempos de hospitalización

Corto 56,3%

Largo 27,1%

Muy Largo 16,7%

Servicios de hospitalización

Lesionados medulares 13,5%

Medicina interna 7,3%

Rehabilitación 6,3%

Neurología y neurocirugía 34,4%

Hematología 16,8%

Traumatología 21,9%

Fuente. Elaboración propia

10

10

2.2 Consideraciones éticas

Los profesionales de la enfermería del hospital, facilitaron de forma considerable el

acceso a las habitaciones al presentarle la tarea a cada paciente. Esta explicación se

amplió posteriormente al depositar los cuestionarios en las habitaciones, volviendo a

recogerlos al cabo de media hora. En todo momento se tuvo especial cuidado en no

molestar a los enfermos y en no transgredir la rutina hospitalaria de cada planta.

Por otra parte, se ha constatado la confidencialidad y el anonimato de todos los

participantes.

3) Resultados

Se han establecido correlaciones entre la edad y las actividades que los enfermos

realizan en el hospital (ver la televisión, escuchar música, navegar por internet, hablar

por teléfono, hacer pasatiempos, leer, pasear, charlar, o no realizar actividad alguna),

obteniéndose una correlación positiva entre los pacientes que no realizan actividades y

la edad, de forma que a mayor edad, menos interés se observa por parte de los enfermos

en realizar actividades en el tiempo libre en el hospital.

Sin embargo se han obtenido correlaciones negativas entre ver la televisión y edad, de

forma que a menor edad, los pacientes se distraen más viendo la televisión, y a la

inversa. También se han encontrado correlaciones negativas entre navegar por internet y

la edad, ya que a menor edad más se interesa el paciente por llevar a cabo estas

actividades en el hospital y entre hablar por teléfono y edad, pues a menor edad más se

habla por teléfono, y a la inversa (véase tabla 2).

11

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Tabla 2. Correlación entre edad del paciente y realización de actividades

habituales (en el hospital).

Actividades

Ninguna Correlación de Pearson ,224(*)

Sig. (bilateral) ,028

N 96

Ve la televisión Correlación de Pearson -,306(**)

Sig. (bilateral) ,002

N 96

Escucha música Correlación de Pearson -,176

Sig. (bilateral) ,087

N 96

Internet Correlación de Pearson -,266(**)

Sig. (bilateral) ,009

N 96

Habla por teléfono Correlación de Pearson -,209(*)

Sig. (bilateral) ,041

N 96

Hace pasatiempos Correlación de Pearson -,083

Sig. (bilateral) ,420

N 96

Lee Correlación de Pearson -,089

Sig. (bilateral) ,386

N 96

Pasea Correlación de Pearson -,079

Sig. (bilateral) ,446

N 96

Charla Correlación de Pearson -,094

Sig. (bilateral) ,363

N 96

Otros Correlación de Pearson -,150

Sig. (bilateral) ,145

N 96

* La correlación es significante al nivel 0,05 (bilateral) / ** significativa al nivel 0,01 (bilateral).

Fuente. Elaboración propia.

Se han encontrado correlaciones entre la edad y la conveniencia de ofertar actividades

en los centros sanitarios (acompañamiento de profesionales, grupos de charla guiada,

lecturas y comentarios, proyección de películas, conferencias, juegos de mesa,

risoterapia, actividades con radio o televisión, actividades con ordenador e internet,

12

12

celebración de fiestas, actuaciones de personajes famosos, visitas de pacientes adultos a

pediátricos, realización de periódicos y/o revistas hospitalarias, así como talleres de

distinto tipo), obteniéndose una correlaciones negativa entre la oferta de películas en

sala por parte del hospital y la edad, de manera que a menor edad más preferencia

existe por la oferta de películas en sala y a la inversa; entre la oferta de juegos de mesa

y la edad, ya que a menor edad más se valora la oferta de juegos de mesa por parte del

hospital; entre la preferencia por realizar actividades de radio o televisión en el hospital

y la edad, de modo que a menor edad más interés existe por ellas; la preferencia por el

uso de internet en el hospital y la edad, pues a menos edad, más interés se manifiesta

por las mismas; la preferencia de actuaciones por parte de personajes relevantes en el

hospital y la edad, de forma que a menos edad más interés existe por ellas y la

preferencia en la oferta de distintos talleres (barro, dibujo…) en el hospital y la edad,

así que a menos edad, más interés existe por ellos (véase tabla 3).

Tabla 3: Correlación entre la edad del paciente y la preferencia de actividades de

animación (en el hospital).

Preferencias

Acompañamiento por

profesionales

Correlación de Pearson ,179

Sig. (bilateral) ,081

N 96

Grupos de charla guiada Correlación de Pearson -,003

Sig. (bilateral) ,976

N 96

Lectura y comentarios Correlación de Pearson -,005

Sig. (bilateral) ,965

N 96

Proyección de películas Correlación de Pearson -,213(*)

Sig. (bilateral) ,037

N 96

Conferencias Correlación de Pearson -,160

Sig. (bilateral) ,120

N 96

Juegos de mesa Correlación de Pearson -,359(**)

Sig. (bilateral) ,000

N 96

Risoterapia Correlación de Pearson ,037

13

13

Sig. (bilateral) ,719

N 96

Actividades con radio o TV Correlación de Pearson -,212(*)

Sig. (bilateral) ,038

N 96

Actividades con ordenador o

internet

Correlación de Pearson -,347(**)

Sig. (bilateral) ,001

N 96

Celebración fiestas Correlación de Pearson -,361(**)

Sig. (bilateral) ,000

N 96

Actuaciones famosos Correlación de Pearson -,304(**)

Sig. (bilateral) ,003

N 96

Visitas de pacientes adultos a

pacientes pediátricos

Correlación de Pearson -,044

Sig. (bilateral) ,667

N 96

Realización de periódicos o

revistas

Correlación de Pearson ,025

Sig. (bilateral) ,809

N 96

Talleres (dibujo, barro...) Correlación de Pearson -,224(*)

Sig. (bilateral) ,029

N 96

* La correlación es significante al nivel 0,05 (bilateral)/**significativa nivel 0,01 bilateral

Fuente. Elaboración Propia.

Igualmente se han establecido correlaciones entre el tiempo de hospitalización y el tipo

de actividad deseada (acompañamientos profesionales, grupos de charla guiada, lectura

y comentarios de prensa, proyección de películas, conferencias, juegos de mesa,

risoterapia, actividades con radio y/o televisión, actividades con ordenador/internet,

celebración de fiestas, actuaciones con personajes famosos, visita de pacientes adultos a

pediátricos, realización de revistas y/o periódicos, talleres (dibujo, barro…),

encontrándose que existe una correlación positiva entre el tiempo de hospitalización y la

preferencia por el acompañamiento de profesionales, así que a mayor tiempo de ingreso

más se prefiere que el hospital oferte acompañamientos de este tipo; entre el tiempo de

hospitalización y la preferencia por actividades de difusión cultural como conferencias

14

14

en el centro sanitario, así que a más tiempo de hospitalización, más se demandan y

finalmente se ponen de manifiesto correlaciones negativas entre el tiempo de

hospitalización y la celebración de fechas señaladas; de manera que a más tiempo de

ingreso, menor preferencia existe hacia la oferta de actividades de este tipo (véase

tabla 4).

Tabla 4. Correlación entre tiempo de hospitalización y la preferencia de

actividades de animación (en el hospital).

Preferencias

Acompañamiento por profesionales Correlación de

Pearson ,210(*)

Sig. (bilateral) ,040

N 96

Grupos de charla guiada Correlación de

Pearson ,043

Sig. (bilateral) ,676

N 96

Lectura y comentarios Correlación de

Pearson ,167

Sig. (bilateral) ,105

N 96

Proyección de películas Correlación de

Pearson ,014

Sig. (bilateral) ,890

N 96

Conferencias Correlación de

Pearson ,307(**)

Sig. (bilateral) ,002

N 96

Juegos de mesa Correlación de

Pearson ,133

Sig. (bilateral) ,197

N 96

Risoterapia Correlación de

Pearson -,076

Sig. (bilateral) ,464

N 96

Actividades con radio o TV Correlación de

Pearson ,178

Sig. (bilateral) ,082

N 96

Actividades con ordenador o internet Correlación de

Pearson ,028

Sig. (bilateral) ,786

N 96

15

15

Celebración fiestas Correlación de

Pearson ,363(**)

Sig. (bilateral) ,000

N 96

Actuaciones famosos Correlación de

Pearson ,123

Sig. (bilateral) ,234

N 96

Visitas de pacientes adultos a pacientes

pediátricos

Correlación de

Pearson ,135

Sig. (bilateral) ,189

N 96

Realización de periódicos o revistas Correlación de

Pearson -,091

Sig. (bilateral) ,376

N 96

Talleres (dibujo, barro...) Correlación de

Pearson ,036

Sig. (bilateral) ,731 N 96

* La correlación es significante al nivel 0,05 (bilateral) / ** significativa al nivel 0,01 (bilateral).

Fuente. Elaboración Propia.

Se observan correlaciones entre el tiempo de permanencia en el hospital y las posibles

consecuencias derivadas de la oferta de actividades de animación en el centro sanitario,

encontrándose una correlación positiva entre el tiempo de hospitalización y la

comunicación que establece el paciente, de modo que a más tiempo de hospitalización,

más se cree que las actividades de animación hospitalaria, favorecen la comunicación

entre paciente/profesional y/o paciente/paciente en el hospital; entre el tiempo de

hospitalización y la adaptación al hospital, de manera que a más tiempo de

hospitalización, más se cree que la oferta de actividades de animación, mejora la

adaptación del paciente al hospital y, finalmente, entre tiempo de permanencia en el

centro sanitario y atención integral al paciente, así que a más tiempo de hospitalización,

más se considera que las actividades de animación pueden propiciar la atención integral

al paciente ( véase tabla 5 ).

16

16

Tabla 5. Correlación entre tiempo de hospitalización y consecuencias de la oferta

de actividades (de animación en el paciente).

Consecuencias

Elevar estado de ánimo Correlación de

Pearson ,004

Sig. (bilateral) ,971

N 96

Reducir estrés y ansiedad Correlación de

Pearson -,066

Sig. (bilateral) ,523

N 96

Compensar pensamientos

negativos

Correlación de

Pearson ,198

Sig. (bilateral) ,053

N 96

Favorecer comunicación Correlación de

Pearson ,336(**)

Sig. (bilateral) ,001

N 96

Actividad e independencia Correlación de

Pearson ,016

Sig. (bilateral) ,878

N 96

Aliviar dedicación de los

acompañantes

Correlación de

Pearson ,165

Sig. (bilateral) ,109

N 96

Mejorar adaptación Correlación de

Pearson ,252(*)

Sig. (bilateral) ,013

N 96

Ofertar atención integral Correlación de

Pearson ,225(*)

Sig. (bilateral) ,027

N 96

Otros Correlación de

Pearson ,173

Sig. (bilateral) ,092 N 96

** La correlación es significativa al nivel 0,01 (bilateral) / * significante al nivel 0,05 (bilateral).

Fuente. Elaboración Propia.

17

17

4) Conclusiones y discusión

Con respecto a la hipótesis planteada, es decir, que existen diferencias significativas

entre la necesidad de tiempo de ocio en función de las variables edad y permanencia en

el centro hospitalario, las correlaciones establecidas con respecto a la edad y realización

de actividades, muestran que, a mayor edad, menos interés existe en realizar algún tipo

de actividad que comporte distracción en el hospital, y puesto que la oferta de las

mismas por parte de los hospitales es mínima, tampoco al paciente se le pone en la

tesitura de elegir sobre una base real; el caso de pacientes pediátricos (e incluso el de

los adolescentes) transita por vías completamente opuestas, puesto que se ofertan y

cuentan con una gran aceptación entre los enfermos (Bermúdez y Torío, 2007).

Los pacientes adultos de más edad, ven menos tiempo la televisión, ocupándolo por

tanto en descansar o pensar; por otra parte los pacientes adultos más jóvenes muestran

preferencia por ver la televisión, de lo que cabe inferir que las actividades propuestas

sobre los medios audiovisuales, podrían ser igualmente aceptadas por éstos.

Abundando en la circunstancia del aislamiento del paciente, se constata que a mayor

edad menos se habla por teléfono y menos actividades relacionadas con internet se

realizan; en este sentido (y sin olvidar cuestiones tan estudiadas como la referida a la

brecha digital entre grupos de edad), hay que mencionar que los ordenadores utilizados

por los pacientes son particulares puesto que el hospital no disponía en el momento de

la investigación de salas con este cometido para adultos y no siempre se cuenta con una

conexión a internet (en clara oposición a las actividades realizadas con pacientes

pediátricos en las denominadas ciber@ulas hospitalarias); sin embargo se cree que esta

18

18

práctica es especialmente recomendable para que los pacientes además de distraerse, no

pierdan contacto con el exterior, especialmente si se ven sometidos a hospitalizaciones

de larga duración.

De ahí que se pueda concluir que el paciente adulto de mayor edad (no así el resto),

ingresado en el hospital, disminuye sus actividades de distracción al máximo,

mostrando escaso interés por realizar otras. Todo hace suponer que permanece inactivo

transitando por los pasillos y por la habitación, y/o charlando, actividades que si bien

pueden ocupar una parte del tiempo de estancia en el centro, son claramente

insuficientes si aquella se prolonga. Este hallazgo parece confirmar la hipótesis, que

pronosticaba la existencia de diferencias significativas en la necesidad de tiempo de

ocio, en función de la variable edad.

Sin embargo, no parece que en el caso de personas de más edad sea la inexistencia de

actividades de tiempo libre o su variedad lo que dificulta la mejora del tiempo de ocio

de estos pacientes, sino que existe una tendencia hacia la automarginación en la

realización de estas actividades, probablemente debida a la creencia todavía

generalizada, de considerar al hospital como un espacio utilizado estrictamente para

curar enfermedades, si bien entendiendo éstas casi exclusivamente desde una

perspectiva biológica, y no teniendo en cuenta una perspectiva holística ( bio-psico-

social); por otra parte se destaca que las personas de mayor edad se encuentran

ancladas igualmente en una sociedad que ha primado el trabajo frente al ocio.

Igualmente se han establecido correlaciones entre el tiempo de hospitalización y el tipo

de actividad deseada, encontrándose que existe una correlación positiva entre el tiempo

de hospitalización y acompañamientos profesionales y entre el tiempo de

hospitalización y la preferencia por actividades de difusión cultural.

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Abundando en lo anterior, conviene recordar las reflexiones realizadas por Elías y

Dunning (1989), sobre el papel que cumple el ocio y su práctica en los individuos, en

donde cuenta más el yo, la decisión, pues al elegir las actividades recreativas el placer y

la satisfacción propia son lo primero que tomamos en cuenta. Por ello es necesario

conocer los diferentes perfiles de ingresados, su empleo del tiempo libre y sus

preferencias por las actividades planteadas, algo que podría servir para diversificar estos

servicios de ocio y adaptarlos a la tipología de los pacientes.

Mencionar, por tanto, que la calidad de vida en el hospital está estrechamente

relacionada con el ocio, por lo que la persona necesita tanto de ese tiempo como de su

ocupación en actividades que le reporten descanso y distracción, a la vez que le

permitan desarrollar facetas de su personalidad (Dumazedier, 1971 )

No obstante se es consciente de la falta de estudios sobre animación y pacientes adultos

hospitalizados, por lo que sería necesario replicar experiencias de este tipo para obtener

más evidencias en esta línea.

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