fabulas y leyendas infantiles

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Leyenda: La verdad… ¿es la verdad? Leyenda: La verdad… ¿es la verdad? Cuenta la leyenda, que hubo un rey que entró en un estado de honda reflexión durante muchos días. Cuentan que estaba pensativo y ausente. Que se hacía muchas preguntas, entre otras por qué los seres humanos no eran mejores. Sin poder resolver este último interrogante, pidió que trajeran a su presencia a un ermitaño que moraba en un bosque cercano y que llevaba años dedicado a la meditación, habiendo cobrado fama de sabio y ecuánime. Sólo porque se lo exigieron, el eremita abandonó la inmensa paz del bosque. –Señor, ¿qué deseas de mí? -preguntó ante el meditabundo monarca. –He oído hablar mucho de ti -dijo el rey-. Sé que apenas hablas, que no gustas de honores ni placeres, que no haces diferencia entre un trozo de oro y uno de arcilla, pero todos dicen que eres un sabio. –La gente dice, señor -repuso indiferente el ermitaño. –A propósito de la gente quiero preguntarte -dijo el monarca-. ¿Cómo lograr que la gente sea mejor? –Puedo decirte, señor -repuso el ermitaño-, que las leyes por sí mismas no bastan, en absoluto, para hacer mejor a la gente. El ser humano tiene que cultivar ciertas actitudes y practicar ciertos métodos para alcanzar la verdad de orden superior y la clara comprensión. Esa verdad de orden superior tiene, desde luego, muy poco que ver con la verdad ordinaria. El rey se quedó dubitativo. Luego reaccionó para replicar: –De lo que no hay duda, ermitaño, es de que yo, al menos, puedo lograr que la gente diga la verdad; al menos puedo conseguir que sean veraces. El eremita sonrió levemente, pero nada dijo. Guardó un noble silencio. El rey decidió establecer un patíbulo en el puente que servía de acceso a la ciudad. Un escuadrón a las órdenes de un capitán revisaba a todo aquel que entraba a la ciudad. Se hizo público lo siguiente: Toda persona que quiera entrar en la ciudad será previamente interrogada. Si dice la verdad, podrá entrar. Si miente, será conducida al patíbulo y ahorcada. Amanecía. El ermitaño, tras meditar toda la noche, se puso en marcha hacia la ciudad. Su amado bosque quedaba a sus espaldas. Caminaba con lentitud. Avanzó hacia el puente. El capitán se interpuso en su camino y le preguntó: –¿Adónde vas? –Voy camino de la horca para que podáis ahorcarme -repuso sereno el eremita. El capitán aseveró:

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Leyenda: La verdad es la verdad?Leyenda: La verdad es la verdad?Cuenta la leyenda, que hubo un rey que entr en un estado de honda reflexin durante muchos das. Cuentan que estaba pensativo y ausente. Que se haca muchas preguntas, entre otras por qu los seres humanos no eran mejores. Sin poder resolver este ltimo interrogante, pidi que trajeran a su presencia a un ermitao que moraba en un bosque cercano y que llevaba aos dedicado a la meditacin, habiendo cobrado fama de sabio y ecunime.Slo porque se lo exigieron, el eremita abandon la inmensa paz del bosque. Seor, qu deseas de m? -pregunt ante el meditabundo monarca.He odo hablar mucho de ti -dijo el rey-. S que apenas hablas, que no gustas de honores ni placeres, que no haces diferencia entre un trozo de oro y uno de arcilla, pero todos dicen que eres un sabio.La gente dice, seor -repuso indiferente el ermitao.A propsito de la gente quiero preguntarte -dijo el monarca-. Cmo lograr que la gente sea mejor?Puedo decirte, seor -repuso el ermitao-, que las leyes por s mismas no bastan, en absoluto, para hacer mejor a la gente. El ser humano tiene que cultivar ciertas actitudes y practicar ciertos mtodos para alcanzar la verdad de orden superior y la clara comprensin. Esa verdad de orden superior tiene, desde luego, muy poco que ver con la verdad ordinaria.El rey se qued dubitativo. Luego reaccion para replicar:De lo que no hay duda, ermitao, es de que yo, al menos, puedo lograr que la gente diga la verdad; al menos puedo conseguir que sean veraces.El eremita sonri levemente, pero nada dijo. Guard un noble silencio.El rey decidi establecer un patbulo en el puente que serva de acceso a la ciudad. Un escuadrn a las rdenes de un capitn revisaba a todo aquel que entraba a la ciudad. Se hizo pblico lo siguiente: Toda persona que quiera entrar en la ciudad ser previamente interrogada. Si dice la verdad, podr entrar. Si miente, ser conducida al patbulo y ahorcada.Amaneca. El ermitao, tras meditar toda la noche, se puso en marcha hacia la ciudad. Su amado bosque quedaba a sus espaldas. Caminaba con lentitud. Avanz hacia el puente. El capitn se interpuso en su camino y le pregunt:Adnde vas?Voy camino de la horca para que podis ahorcarme -repuso sereno el eremita. El capitn asever:No lo creo.Pues bien, capitn, si he mentido, ahrcame.Pero si te ahorcamos por haber mentido -repuso el capitn-, habremos convertido en cierto lo que has dicho y, en ese caso, no te habremos ahorcado por mentir, sino por decir la verdad.As es -afirm el ermitao-.Ahora usted sabe lo que es la verdad Su verdad!*Moraleja: Todo tiene un punto de vista, y este vara segn el lado en el que se est observando.

-----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------Fbula africana Awan y ZorolFbula africana de Sudn del Sur Awan y ZorolAwan era un zorro muy listo al que le encantaban las lagartijas. Ya se haba comido todas las de este lado del ro pero saba que al otro lado haba muchsimas lagartijas. El problema es que Awan no saba nadar. Despus de pensar mucho encontr la solucin. Fue a su amigo Zorol, que era un camello, y le dijo:- Hola Zorol, se dnde hay un campo enorme y como s que la cebada te vuelve loco, quera ensearte el camino si me llevas encima- Vamos, sube Contest Zorol sin pensarlo dos veces.

Awan se subi encima de Zorol y se pusieron en marcha. Awan le indic que cruzara el ro para llegar al campo lleno de cebada. Tan pronto cruzaron a la otra parte Awan le mostr el campo a su amigo y se fue corriendo a buscar lagartijas. Como el cuerpo de Awan era pequeo al poco tiempo ya estaba satisfecho de comer lagartijas. Fue corriendo al campo donde estaba Zorol y se puso a correr y a gritar como un loco.Los dueos del campo, que tenan su casa all cerca, oyeron los gritos del zorro. Alarmados, tomaron piedras y palos y fueron en busca del zorro. Al llegar al campo descubrieron a Zorol que disfrutaba tranquilamente de la cebada. Le dieron una paliza tremenda y pensando que estaba muerto se fueron.Awan regres y cuando vio a Zorol en el suelo dijo:Eh, Zorol, se est haciendo de noche, vamos a casaZorolcontest: Camello- Por qu has hecho eso? Por qu has gritado como un loco? Casi me matan por tu culpa.- Es que tengo la costumbre de correr y gritar despus de comer lagartijas Contest Awan.- Es eso? Muy bien vamos a casa dijo Zorol.Awan subi de nuevo al dolorido cuerpo del camello. Zorol se meti en el ro y comenz a cruzar. Cuando estaba en el medio del rio Zorol se puso a bailar. Awan, presa del pnico grito:- Qu haces Zorol?, No hagas eso, no se nadar!- Es que tengo costumbre de bailar despus de comer cebada contest Zorol.Awan cay al agua y se lo llev la corriente. Zorol cruz el ro sin problemas.___________________________________________________________________________

Fbulas de Esopo: El hijo del rey y el len pintadoFbulas de Esopo: El hijo del rey y el len pintadoUn rey, cuyo nico hijo era aficionado a ejercicios marciales, tuvo un sueo en el cual fue advertido que su hijo sera matado por un len.Temeroso de que el sueo se hiciera realidad, construy para su hijo un agradable palacio, y para su diversin embelleci las paredes con dibujos de todas las clases de animales de tamao natural, entre los cuales estaba el de un len. Cuando el joven prncipe vio esto, y al ser confinado adentro, su pena explot, y estando de pie cerca del dibujo del len, dijo:Oh usted, el ms detestable de los animales! por un sueo intimidante de mi padre, y por lo que l vio en su sueo, he sido encerrado en este palacio como si yo fuera un malvado. Qu har ahora?Terminando estas palabras, y sin ms pensarlo, estir sus manos hacia un rbol de espinas, tratando de cortar un palo de sus ramas de modo que pudiera golpear al len. Pero una de las espinas del rbol perfor su dedo y le caus un gran dolor e inflamacin, de modo que el joven prncipe cay en un desvanecimiento. Una fiebre violenta de repente se apoder de l, y muri no muchos das ms tarde.Afrontemos con paciencia y buen conocimiento nuestros problemas, buscando una solucin correcta y no con desesperacin y enojo. Obtendremos as mejores resultados.---------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------Fbulas de Toms Iriarte: El gusano de seda y la araaFbulas de Toms Iriarte: El gusano de seda y la araaTrabajando un gusano su capullo,la araa, que tejaa toda prisa,de esta suerte le habl con falsa risamuy propia de su orgullo:Qu dice de mi tela el seor gusano?.Esta maana la empec muy temprano,yya estar acabadaal medioda.Mire qu sutil es, mire qu bella.el gusano con sorna responda:usted tiene razn: as sale ella.

Moraleja:Consideremos la calidad de la obra y no el tiempo que se ha tardado en hacerla.Toms Iriarte

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Fbulas infantiles: El len, la zorra y el ciervoFbulas infantiles: El len, la zorra y el ciervoHabindose enfermado el len, se tumb en una cueva, dicindole a la zorra, a la que estimaba mucho y con quien tena muy buena amistad: Si quieres ayudarme a curarme y que siga vivo, seduce con tu astucia al ciervo y trelo aca, pues estoy antojado de sus carnes.

Sali la zorra a cumplir el cometido, y encontr al ciervo saltando feliz en la selva. Se le acerc saludndole amablemente y le dijo: Vengo a darte una excelente noticia. Como sabes, el len, nuestro rey, es mi vecino; pero resulta que ha enfermado y est muy grave. Me preguntaba qu animal podra sustituirlo como rey despus de su muerte.Y me comentaba: el jabal no, pues no es muy inteligente; el oso es muy torpe; la pantera muy temperamental; el tigre es un fanfarrn; creo que el ciervo es el ms digno de reinar, pues es esbelto, de larga vida, y temido por las serpientes por sus cuernos. Pero para qu te cuento ms, est decidido que sers el rey. Y que me dars por habrtelo anunciado de primero ?Contstame, que tengo prisa y temo que me llame, pues yo soy su consejero. Pero si quieres or a un experimentado, te aconsejo que me sigas y acompaes fielmente al len hasta su muerte.Termin de hablar la zorra, y el ciervo, lleno de vanidad con aquellas palabras, camin decidido a la cueva sin sospechar lo que ocurrira.Al verlo, el len se le abalanz, pero slo logr rasparle las orejas. El ciervo, asustado, huy velozmente hacia el bosque. La zorra se golpeaba sus patas al ver perdida su partida. Y el len lanzaba fuertes gritos, estimulado por su hambre y la pena. Suplic a la zorra que lo intentara de nuevo. Y dijo la zorra: Es algo penoso y difcil, pero lo intentar.Sali de la cueva y sigui las huellas del ciervo hasta encontrarlo reponiendo sus fuerzas.Vindola el ciervo, encolerizado y listo para atacarla, le dijo: Zorra miserable, no vengas a engaarme ! Si das un paso ms, cuntate como muerta ! Busca a otros que no sepan de t, hblales bonito y sbeles los humos prometindoles el trono, pero ya no ms a m.Mas la astuta zorra le replic: Pero seor ciervo, no seas tan flojo y cobarde. No desconfes de nosotros que somos tus amigos. El len, al tomar tu oreja, slo quera decirte en secreto sus consejos e instrucciones de cmo gobernar, y t ni siquiera tienes paciencia para un simple araazo de un viejo enfermo. Ahora est furioso contra t y est pensando en hacer rey al intrpido lobo. ! Pobre !, todo lo que sufre por ser el amo ! Ven conmigo, que nada tienes que temer, pero eso s, s humilde como un cordero. Te juro por toda esta selva que no debes temer nada del len. Y en cuanto a m, slo pretendo servirte.Y engaado de nuevo, sali el ciervo hacia la cueva. No haba ms que entrado, cuando ya el len vio plenamente saciado su antojo, procurando no dejar ni recuerdo del ciervo. Sin embargo cay el corazn al suelo, y lo tom la zorra a escondidas, como pago a sus gestiones. Y el len buscando el faltante corazn pregunt a la zorra por l. Le contest la zorra: Ese ciervo ingenuo no tena corazn, ni lo busques. Qu clase de corazn podra tener un ciervo que vino dos veces a la casa y a las garras del len ?Nunca permitas que el ansia de honores perturben tu buen juicio, para que no seas atrapado por el peligro.

---------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------Fbulas infantiles: El Len y el DelfnUna vez un len que paseaba por una playa tranquila vio asomar fuera del agua la cabeza de un delfn.Acordndose de que era el rey de los anmales acuticos lo llam y le propuso una alianza:Nos conviene le dijo. T eres el rey de los animales marinos y yo de los terrestres.El delfn acept encantado y el pacto qued sellado.Cierto da el len, que desde haca bastante tiempo estaba en guerra con un toro salvaje, pidi ayuda al delfn. El pez trat de salir del agua pero no pudo. El len se puso furioso y lo acus de traicin.Te equivocas. No es a m a quien debes culpar sino a la naturaleza. Ella fue quien me hizo animal de agua y no de tierra.Debemos hacer amigos entre los que pueden estar a nuestro lado.

________________________________________________________________________________Fbulas infantiles: La liebre y la tortugaFbulas infantiles: La liebre y la tortugaCierto da una liebre se burlaba de las cortas patas y lentitud al caminar de una tortuga. Pero sta, rindose, le replic:-Puede que seas veloz como el viento, pero yo te ganara en una competencia.Y la liebre, totalmente segura de que aquello era imposible, acept el reto, y propusieron a la zorra que sealara el camino y la meta.LLegado el da de la carrera, arrancaron ambas al mismo tiempo. La tortuga nunca dej de caminar y a su lento paso pero constante, avanzaba tranquila hacia la meta.En cambio, la liebre, que a ratos se echaba a descansar en el camino, se qued dormida. Cuando despert, y movindose lo ms veloz que pudo, vi como la tortuga haba llegado de primera al final y obtenido la victoria.

Con seguridad, constancia y paciencia, aunque a veces parezcamos lentos, obtendremos siempre el xito.

Leyendas infantiles: El PrincipeLeyendas infantiles: El PrincipeCuenta la leyenda que haba en un castillo un joven prncipe que era muy holgazn, solo quera jugar, sus padres los reyes intentaron de todo para convencerlo en hacerse cargo de sus responsabilidades pero este joven berrinchudo no haca caso, una de las noches que se hart de estar escuchando sermones, pidi y pidi ser mayor para as poder hacer lo que l quisiera.A la maana siguiente se levant y despert como un adulto, pero se encontr una bobina de oro, se acerc para inspeccionarla detenidamente y esta le hablo, le dijo que la cuidara bien porque a medida que pase el tiempo el hilo que representaba la vida de l se ira soltando.El joven prncipe tuvo tanta curiosidad de cmo seran sus hijos y su esposa y como serian ellos al crecer y as poco a poco fue tirando del hilo hasta que se observ en el espejo y se vio viejo y rpidamente intento enrollar el hilo, pero el tiempo que le quedaba ya era casi exclusivo para su muerte; la bobina entonces se dispuso a hablarle nuevamente dicindole que haba gastado su vida queriendo ser grande y que el tiempo que hal no los podr recuperar y deber sufrir el castigo.El ahora rey entro en pnico, grito de manera terrible y muri, habiendo gastado su vida en hacer nada.

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Fbulas infantiles: El asno y las ranasFbulas infantiles: El asno y las ranasMuy cargado de lea un burro viejo,Triste armazn de huesos y pellejo,Pensativo, segn lo cabizbajo,Caminaba llevando con trabajoSu dbil fuerza la pesada carga.El paso tardo, la carrera larga,Todo, al fin, contra el msero se empea,El camino, los aos y la lea.Entra en una laguna el desdichado,Queda profundamente empantanado.Vindose de aquel modoCubierto de agua y lodo,Trocando lo sufrido en impaciente,Contra el destino dijo neciamenteExpresiones ajenas de sus canas;Mas las vecinas Ranas,Al or sus lamentos y quejidos,Las unas se tapaban los odos,Las otras, que prudentes le escuchaban,Reprendanle as y aconsejaban:Aprenda el mal jumentoA tener sufrimiento;Que entre las que habitamos la lagunaHa de encontrar leccin muy oportuna.Por Jpiter estamos condenadasA vivir sin remedio encenagadasEn agua detenida, lodo espeso,Y a ms de todo eso,Aqu perpetuamente nos encierra,Sin esperanza de correr la tierra,Cruzar el anchuroso mar profundo,Ni aun saber lo que pasa por el mundo.Mas llevamos a bien nuestro destino;Y as nos premia Jpiter divino,Repartiendo entre todas cada daLa salud, el sustento y alegra.Es de suma importanciaTener en los trabajos tolerancia;Pues la impaciencia en la contraria suerteEs un mal ms amargo que la muerte.

Fbulas infantiles: La cigarra y la hormigaFBULAS INFANTILES: LA CIGARRA Y LA HORMIGAEl invierno sera largo y fro. Nadie saba mejor que la hormiga lo mucho que se haba afanado durante todo el otoo, acarreando arena y trozos de ramitas de aqu y de all. Haba excavado dos dormitorios y una cocina flamantes, para que le sirvieran de casa y, desde luego, almacenado suficiente alimento para que le durase hasta la primavera. Era, probablemente, el trabajador ms activo de los once hormigueros que constituan la vecindad.

Se dedicaba an con ahnco a esa tarea cuando, en las ltimas horas de una tarde de otoo, una aterida cigarra, que pareca morirse de hambre, se acerc renqueando y pidi un bocado. Estaba tan flaca y dbil que, desde haca varios das, slo poda dar saltos de un par de centmetros. La hormiga a duras penas logr or su trmula voz.Habla! -dijo la hormiga-. No ves que estoy ocupada? Hoy slo he trabajado quince horas y no tengo tiempo que perder.Escupi sobre sus patas delanteras, se las restreg y alz un grano de trigo que pesaba el doble que ella. Luego, mientras la cigarra se recostaba dbilmente contra una hoja seca, la hormiga se fue de prisa con su carga. Pero volvi en un abrir y cerrar de ojos.Qu dijiste? -pregunt nuevamente, tirando de otra carga-. Habla ms fuerte.-Dije que Dame cualquier cosa que te sobre! -rog la cigarra-. Un bocado de trigo, un poquito de cebada. Me muero de hambre.Esta vez la hormiga ces en su tarea y, descansando por un momento, se sec el sudor que le caa de la frente.Qu hiciste durante todo el verano, mientras yo trabajaba? -pregunt.Oh No vayas a creer ni por un momento que estuve ociosa -dijo la cigarra, tosiendo-. Estuve cantando sin cesar. Todos los das!La hormiga se lanz como una flecha hacia otro grano de trigo y se lo carg al hombro.Con que cantaste todo el verano -repiti-. Sabes qu puedes hacer?Los consumidos ojos de la cigarra se iluminaron.No -dijo con aire esperanzado-. Qu?Por lo que a m se refiere, puedes bailar todo el invierno -replic la hormiga.Y se fue hacia el hormiguero ms prximo, a llevar otra carga.Fbulas infantiles de EsopoPodemos sacar en conclusin que aqul que trabaja duro va a recibir recompensas por su esfuerzo, pero en cambio, el que no hace nada tampoco va a recibir ninguna cosa a cambio.

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Fbulas nios: El nio y los dulcesFbulas nios: El nio y los dulces

Un nio meti su mano en un recipiente lleno de dulces. Y tom lo ms que pudo, pero cuando trat de sacar la mano, el cuello del recipiente no le permiti hacerlo.Como tampoco quera perder aquellos dulces, lloraba amargamente su desilusin.Un amigo que estaba cerca le dijo: Confrmate solamente con la mitad y podrs sacar la mano con los dulces-.Nunca trates de abarcar ms de lo debido, pues te frenars.Fbulas de EsopoYa lo dice el refrn: El que mucho abarca poco aprieta Este refran indica que tu desearias tener todo ms de lo que puedes conseguir y a la hora de la verdad no llegas a tener nada por ambicioso

Fbulas: El cuervo y el zorroFBULAS INFANTILES: EL CUERVO Y EL ZORRO

Estaba un seor Cuervo posado en un rbol, y tena en el pico un queso. Atrado por el tufillo, el seor Zorro le habl en estos o parecidos trminos: Buenos das, caballero Cuervo! Gallardo y hermoso sois en verdad! Si el canto corresponde a la pluma, os digo que entre los huspedes de este bosque sois vos el Ave Fnix.Al or esto el Cuervo, no caba en la piel de gozo, y para hacer alarde de su magnfica voz, abri el pico, dejando caer el queso.El Zorro la agarr, y le dijo: Aprended, seor mo, que el adulador vive siempre a costas del que le atiende; la leccin es provechosa; bien vale un queso.El Cuervo, avergonzado y mohino, jur, aunque algo tarde, que no caera ms en el la trampaJean de La Fontaine (1621 1695)Poeta y fabulista francs.Recuerda:Qu es una fbula?Lafbulaes una composicin literaria breve en la que los personajes son animales o cosas que casi siempre presentan caractersticas humanas como el hablar. Estas historias concluyen con una enseanza omoralejade carcter instructivo, que suele figurar al final del texto. En elDiccionario de uso del espaolde Mara Molinerse define a la fbula como una narracin literaria, generalmente en verso, cuyos personajes son animales a los cuales se hace hablar y obrar como personas, y de la que, generalmente, se deduce una enseanza prctica. En el Diccionario de Retrica y Poticade Helena Beristin se indica que se trata de un gnero didctico mediante el cual suele hacerse crtica de las costumbres y de los vicios locales o nacionales, pero tambin de las caractersticas universales de la naturaleza humana en general.

Fbula infantil: El caballo, el buey, el perro y el hombre Cuando Zeus cre al hombre, slo le concedi unos pocos aos de vida. Pero el hombre, poniendo a funcionar su inteligencia, al llegar el invierno edific una casa y habit en ella.Cierto da en que el fro era muy crudo, y la lluvia empez a caer, no pudiendo el caballo aguantarse ms, lleg corriendo a donde el hombre y le pidi que le diera abrigo.El hombre le dijo que slo lo hara con una condicin: que le cediera una parte de los aos que le correspondan. El caballo acept.Poco despus se present el buey, que tampoco poda sufrir el mal tiempo. El hombre le contest lo mismo: que lo admitira si le daba cierto nmero de sus aos. El buey cedi una parte y qued admitido.Por fin, lleg el perro, tambin murindose de fro, y cediendo una parte de su tiempo de vida, obtuvo su refugio.Y he aqu el resultado: cuando los hombres cumplen el tiempo que Zeus les dio, son puros y buenos; cuando llegan a los aos pedidos al caballo, son intrpidos y orgullosos; cuando estn en los del buey, se dedican a mandar; y cuando llegan a usar el tiempo del perro, al final de su existencia, se vuelven irascibles y malhumorados.Esopo (S. VII a. C)Fabulista Griego-------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------Fbula infantil: El Avaro y el oroFbula infantil: El avaro y el oro

Un avaro vendi todo lo que tena de ms y compr una pieza de oro, la cual enterr en la tierra a la orilla de una vieja pared y todos los das iba a mirar el sitio.Uno de sus vecinos observ sus frecuentes visitas al lugar y decidi averiguar que pasaba. Pronto descubri lo el tesoro escondido, y cavando, rob la pieza de oro.El avaro, a su siguiente visita encontr el hueco vaco y tirndose de los pelos se lament amargamente.Entonces otro vecino, enterndose del motivo de su queja, lo consol dicindole:-Da gracias de que el asunto no es tan grave. Ve y trae una piedra y colcala en el hueco. Imagnate entonces que el oro an est all. Para ti ser lo mismo que aquello sea o no sea oro, ya que de por s no haras nunca ningn uso de l.Esopo (S. VII a. C)Fabulista Griego

---------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------Fbulas para nios: El len enfermo y los zorrosUn da el rey len cay enfermo y su mdico, que era una bho, le recomend hacer reposo durante un tiempo. El len decidi entonces que como iba a permanecer mucho tiempo inactivo, solo y aburrido, que vinieran a visitarlo un animal de cada especie. Se aclar que se otorgaba total inmunidad contra las garras del len, y que ningn invitado sera atacado.

As que todos los animales, eligieron un embajador y lo enviaron. Los zorros estaban eligiendo a ver quien sera el elegido, cuando uno de ellos interrumpi la charla y dijo: -Vengo de recorrer las inmediaciones de la cueva del len, y he podido ver que las huellas de quienes fueron a visitarlo, estn todas en direccin a la entrada!, pero ninguna en direccin opuesta. Creo que este dato por si solo, debe inspirarnos recelo, ya que a pesar de las promesas de inmunidad, es fcil ver como se entra en la casa del len, pero imposible saber cmo se sale.Moraleja:En promesas no creas de vidos malvados, su condicin no cambia, ni enfermos ni postradosJean de la FontainePoeta Francs (1621 1695)

Fbulas: El asno y la perrita faldera

Un granjero fue un da a sus establos a revisar sus bestias de carga: entre ellas se encontraba su asno favorito, el cual siempre estaba bien alimentado y era quien cargaba a su amo. Junto con el granjero vena tambin su perrita faldera, la cual bailaba a su alrededor, lama su mano y saltaba alegremente lo mejor que poda. El granjero revis su bolso y dio a su perrita un delicioso bocado, y se sent a dar rdenes a sus empleados. La perrita entonces salt al regazo de su amo y se qued ah, parpadeando los ojos mientras el amo le acariciaba las orejas.El asno, celoso de ver aquello, se solt de su jquima y comenz a pararse en dos patas tratando de imitar el baile de la perrita. El amo no poda aguantar la risa, y el asno, arrimndose a l, puso sus patas sobre los hombros del granjero, intentando subirse a su regazo. Los empleados del granjero corrieron inmediatamente con palos y horcas, ensendole al asno que las toscas actuaciones no son cosa de bromaLos celos pueden ser muy dainosEsopo (S. VII a. C)Fabulista Griego---------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------Fbulas y leyendas: La monaFbulas y leyendas: La monaSubi una Mona a un nogal.Y cogiendo una nuez verde,En la cscara la muerde;Con que la supo muy mal.Arrojla el animal,Y se qued sin comer.As suele sucederA quien su empresa abandona.Porque halla, como la mona,Al principio qu vencer.Flix Mara Samaniego (1745-1801)Fabulista y Poeta Espaol

Fbulas y leyendas: La leyenda del maizFbulas y leyendas: La leyenda del Maz.Leyenda Mexicana

Los indios aztecas veneraban al dios Quetzalcatl, que significa Serpiente Emplumada.Antes de la llegada de ese dios, los aztecas se alimentaban de races y animales que cazaban, pero no podan comer maz porque estaba escondido detrs de las montaas.Los antiguos dioses haban intentado tiempo atrs separar estas altas montaas utilizando su fuerza, pero no lo consiguieron, as que los aztecas pidieron ayuda al dios Quezalcatl.Quezalcatl no quiso emplear la fuerza, sino la inteligencia y la astucia, y se transform en una hormiga negra. Decidi dirigirse a las montaas acompaado de una hormiga roja, dispuesto a conseguir el maz para su pueblo.Tras mucho esfuerzo y sin perder el nimo, Quezalcatl subi las montaas y cuando lleg a su destino, cogi entre sus mandbulas un grano maduro de maz e inici el duro regreso. Entreg el grano a los aztecas que plantaron la semilla, y desde entonces, tuvieron maz para alimentarse.Los indios indgenas se convirtieron en un pueblo prspero y feliz para siempre y desde entonces fueron fieles al dios Quetzalcatl, al que jams dejaron de adorar por haberles ayudado cuando ms lo necesitaban.Fbulas y leyendas: La leyenda del cuervo

La Leyenda del Cuervo.Leyendas Japonesas (Adaptacin)En tiempos remotos, todas las aves que poblaban la tierra eran de color blanco. Se parecan tanto unas a otras, que a veces las madres ni siquiera podan reconocer a sus cras.Cierto da, ante esta situacin, un listo milano pens que lo mejor era colorear sus plumas. Ni corto ni perezoso, machac unas hierbas y elabor un tinte de color marrn con el que se pint el plumaje.Se vio tan guapo y elegante, que dijo a las dems aves que si queran hacer lo mismo, l las ayudara.Las aves, que estaban sorprendidas con el resultado, tambin quisieron pintar sus plumas de bellos colores y aceptaron el ofrecimiento del milano tintorero. Unas eligieron el rojo, otras el verde y muchas salpicaron su cuerpo de variados y exticos colores.As, el mundo se llen de pjaros a cada cual ms lindo.Por la noche, el milano estaba agotado de tanto pintar y decidi irse a dormir. De repente, alguien llam a su puerta. Abri, y era un cuervo que acuda a pedir ayuda al milano para que pintara sus plumas del color ms bonito del mundo.El milano, que estaba muy cansado, le dijo que regresara por la maana, porque necesitaba descansar tras un duro da de trabajo. El cuervo se enfad tanto que el milano no tuvo ms remedio que ceder ante su insistencia. Pint sus plumas con preciosos colores pero estaba tan cansado que cuando ya haba terminado, en un descuido volc un vaso de tinte negro encima del cuervo.Desde entonces, el cuervo es de color carbn y persigue al milano sin descanso.

Fbulas y leyendas: Pn el cascabel al gato

Fbulas y leyendas: Pn el cascabel al gato.

Un hbil gato haca tal matanza de ratones, que apenas vea uno, era cena servida. Los pocos que quedaban, sin valor para salir de su agujero, se conformaban con su hambre. Para ellos, ese no era un gato, era un diablo carnicero. Una noche en que el gato parti a los tejados en busca de su amor, los ratones hicieron una junta sobre su problema ms urgente.Desde el principio, el ratn ms anciano, sabio y prudente, sostuvo que de alguna manera, tarde o temprano, haba que idear un medio de modo que siempre avisara la presencia del gato y pudieran ellos esconderse a tiempo.Efectivamente, ese era el remedio y no haba otro. Todos fueron de la misma opinin, y nada les pareci ms indicado.Uno de los asistentes propuso ponerle un cascabel al cuello del gato, lo que les entusiasm muchsimo y decan sera una excelente solucin. Slo se present una dificultad: quin le pona el cascabel al gato.- Yo no, no soy tonto, no voy!- Ah, yo no s cmo hacerlo!En fin, termin la reunin sin adoptar ningn acuerdo.Esopo (S. VII a. C)Fabulista Griego

Fbula : La Gallina de los Huevos de Oro

rase una Gallina que pona un huevo de oro al dueo cada da.An con tanta ganancia, mal contento, quiso el rico avariento descubrir de una vez la mina de oro, y hallar en menos tiempo ms tesoro.Matla; abrila el vientre de contado; pero despus de haberla registrado, qu sucedi? Que, muerta la Gallina, perdi su huevo de oro, y no hall mina.Cuntos hay que teniendo lo bastante, enriquecerse quieren al instante, abrazando proyectos a veces de tan rpidos efectos, que slo en pocos meses, cuando se contemplaban ya marqueses, contando sus millones, se vieron en la calle sin calzones!Flix Mara de Samaniego (1745 1801) Escritor EspaolOtras fbulas y leyendas:---------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------Fbulas y leyendas: El CocodriloLeyendas AfricanasCuentan en Namibia que hace muchsimo tiempo, el cocodrilo era un animal de piel lisa y dorada. Slo por la noche sala del agua embarrada para que la Luna se reflejara en su maravillosa piel. Era tan brillante y reluciente que causaba la admiracin de todos los animales que por all habitaban.El cocodrilo se senta tan halagado y orgulloso, que decidi salir tambin durante el da para que todos le contemplaran. Los animales ya no slo iban a la charca para ver su hermosa piel de oro bajo la luz de la Luna, sino que maana y tarde, se acercaban a contemplar cmo el cocodrilo refulga bajo los rayos del clido Sol.Pero tanto se quiso lucir el cocodrilo, que el Sol poco a poco fue estropeando su piel. Pronto se volvi fea y cubierta de grandes escamas oscuras. Los animales dejaron de acudir a ver al cocodrilo, y ste sinti una gran vergenza.Es por eso que desde entonces, cuando alguien se acerca, el cocodrilo se mete rpidamente en el ro y slo asoma sus intensos ojos.