expomotricidad

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Colección de experiencias sobre ocio en Colombia

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  • AutoresRubiela Arboleda Gmez

    Margarita Mara Benjumea PrezAlejandro Escobar ChavarriagaSal Antonio Franco BetancurMara Adelayda Gallo Berro

    Antonio Jorge Gonalves SoaresHlder Ferreira Isayama

    Leonardo Londoo LpezVctor Alonso Molina BedoyaJess Mara Pinillos Garca

    Jos Fernando Tabares Fernndez

    Medelln2013

    Educacin fsica, deporte, recreacin y actividad fsica: construccin de ciudadanas

    Instituto Universitario de Educacin Fsica

  • Educacin fsica, deporte, recreacin y actividad fsica: construccin de ciudadanas

    Universidad de Antioquia, Instituto Universitario de Educacin Fsica Funmbulos Editores

    Rubiela Arboleda GmezMargarita Mara Benjumea PrezAlejandro Escobar ChavarriagaSal Antonio Franco BetancurMara Adelayda Gallo BerroAntonio Jorge Gonalves SoaresHlder Ferreira IsayamaLeonardo Londoo LpezVctor Alonso Molina BedoyaJess Mara Pinillos GarcaJos Fernando Tabares Fernndez

    Editor: Jos Fernando Tabares Fernndez

    ISBN: 978-958-8848-18-1Primera edicin: diciembre de 2013Impreso y hecho en Medelln-Colombia

    La responsabilidad de los ensayos es de los autores y no comprometen ni a la Univer-sidad de Antioquia ni al Instituto Universitario de Educacin Fsica ni a Funmbulos Editores.

    Todos los derechos reservados.

    Este libro no podr ser reproducido, ni total ni parcialmente, sin previo permiso escrito de los autores.

  • Contenido

    Presentacin ................................................................................................................6

    El cuerpo como mtodo. Lectura desde la nocin de ciudadana .................9 Rubiela Arboleda Gmez

    El campo de la educacin fsica, la recreacin y el deporte, en clave de construccin de ciudadanas ........................................................................... 28

    Margarita Mara Benjumea Prez

    El ocio en la reconfiguracin identitaria de los desplazados hacia la ciudad de Medelln ...................................................................................................58

    Sal Antonio Franco BetancurRubiela Arboleda Gmez

    Prcticas corporales estticas en sentido formativo ..................................... 80Mara Adelayda Gallo Berrio

    O lazer na formao de agentes sociais do programa esporte e lazer da cidade - Brasil ........................................................................................ 98

    Hlder Ferreira IsayamaAntonio Jorge Gonalves Soares

    El cuerpo retirado: reconstruccin para una accin poltica ..................... 116Leonardo Londoo Lpez

    Geopoltica del conocimiento. Una mirada crtica a los fundamentos conceptuales de los programas de maestra en ocio, tiempo libre, recreacin y lazer en Amrica Latina ................................................................ 131

    Vctor Alonso Molina BedoyaJos Fernando Tabares Fernndez

    La promocin de la salud en instituciones educativas de Medelln y el rea Metropolitana. Orientaciones desde la educacin fsica escolar .... 153

    Vctor Alonso Molina BedoyaAlejandro Escobar ChavarriagaJess Mara Pinillos Garca

    Propuesta para el estudio de la produccin de conocimiento sobre ocio en los espacios de la periferia ..................................................................... 175

    Jos Fernando Tabares Fernndez

  • Agradecimientos

    A los autores de las obras, que aceptaron la convocatoria y enviaron sus trabajos, un agradecimiento especial. A los grupos de investigacin de la dependencia y a sus pares na-cionales e internacionales, un reconocimiento especial. A los acadmicos de los diferentes pases de Amrica Lati-na, un saludo de gratitud por su solidaridad, amabilidad y generosidad en el proceso de evaluacin de los trabajos. A Luis Fernando Seplveda Valencia, muchas gracias por haber contribuido con su propuesta fotogrfica para la ca-rtula del libro.

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    Presentacin

    Este libro es resultado de la convocatoria pblica para la presentacin de trabajos producto de investigaciones del evento internacional Ex-pomotricidad 2013, organizado por el Instituto Universitario de Edu-cacin Fsica de la Universidad de Antioquia, cuyo eje temtico vers sobre la construccin de ciudadanas, como argumento para la articu-lacin del campo con asuntos importantes de la vida social, poltica y cultural de los pueblos.

    Producto de la construccin diversa del campo, de los mltiples abor-dajes y del estado actual de desarrollo de los grupos de investigacin de la dependencia y de las redes establecidas con pares nacionales e internacionales, el presente texto est integrado por captulos inscri-tos en distintas perspectivas tales como: la educacin fsica, la cultura somtica, las expresiones motrices, las prcticas corporales, el cuerpo y el ocio. Lo que evidencia una importante dinmica del campo de co-nocimiento, que busca generar referentes que contribuyan a la cons-truccin de mejores mundos, justos, equitativos y respetuosos de la diferencia y la diversidad.

    Como libro de captulos de investigacin, busca llegar a un pblico ms amplio que el de los especialistas. Dada la diversidad de temas y la par-ticipacin de los grupos de investigacin y de acadmicos, el libro se ha organizado segn orden alfabtico de los apellidos de los autores y autoras.

    De los nueve captulos que conforman el libro, cuatro son sobre el ocio, dos sobre el cuerpo, uno sobre las prcticas corporales y dos sobre la educacin fsica, el deporte y la recreacin.

    El primer captulo: El cuerpo como mtodo. Lectura desde la nocin de ciudadana, recoge los principales aportes del grupo de investigacin Cultura somtica a la categora ciudadana.

    El siguiente captulo, El campo de la educacin fsica, la recreacin y el deporte, en clave de construccin de ciudadanas, se dedica a esta-

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    blecer la relacin entre las ciudadanas y la educacin fsica, la recrea-cin y el deporte, haciendo un recorrido por los principales referentes conceptuales y normativos nacionales e internacionales.

    El tercer captulo, El ocio en la reconfiguracin identitaria de los des-plazados hacia la ciudad de Medelln, expone los resultados de la in-vestigacin sobre la relacin desplazamiento, ocio y reconfiguracin identitaria realizada entre los grupos Cultura somtica y Ocio, expre-siones motrices y sociedad.

    Prcticas corporales estticas en sentido formativo, que compone el cuarto captulo, hace una reflexin terica sobre las posibilidades for-mativas de las prcticas corporales, respaldada en autores representa-tivos de esta perspectiva, problematizando las formas tradicionales de abordar este campo.

    El quinto captulo, O lazer na formao de agentes sociais do progra-ma esporte e lazer da cidade - Brasil, corresponde a un ejercicio de investigacin que presenta los principales hallazgos de un proyecto de formacin hecho por una estrategia implementada por el Ministerio del Deporte en Brasil, en un escenario de construccin de polticas pbli-cas.

    El cuerpo retirado: reconstruccin para una accin poltica es el tra-bajo que aparece como sexto captulo. Una interesante reflexin del au-tor sobre la soledad, como sugestivo referente para analizar la situacin de la juventud y hacer algunas propuestas para la accin.

    Como sptimo captulo se encuentra Geopoltica del conocimiento. Una mirada crtica a los fundamentos conceptuales de los programas de maestra en ocio, tiempo libre, recreacin y lazer en Amrica Latina, que presenta desde una perspectiva crtica el impacto de los discursos globales del campo del ocio en los procesos de formacin de maestra en cinco pases.

    El captulo ocho, La promocin de la salud en instituciones educativas de Medelln y el rea Metropolitana. Orientaciones desde la educacin fsica escolar, muestra los resultados de un trabajo realizado en dichas

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    instituciones, donde se rastre la relacin entre la promocin de la sa-lud y las formas de la educacin fsica en estos escenarios formativos.

    El ltimo captulo, Propuesta para el estudio de la produccin de co-nocimiento sobre ocio en los espacios de la periferia, presenta una forma de aproximacin a la produccin de conocimiento en aquellas sociedades mediadas por la dependencia y la imposicin epistmica.

    Invitamos pues a los lectores en general a acercarse al texto, como un compendio de perspectivas propias del tema y de las preocupaciones actuales de los grupos de investigacin del Instituto Universitario de Educacin Fsica de la Universidad de Antioquia y sus pares nacionales e internacionales.

    El Editor

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    El cuerpo como mtodo. Lectura desde la nocin de ciudadana*

    Rubiela Arboleda Gmez**

    Introduccin

    Una deferencia insoslayable para favorecer la comprensin del propsi-to que anima al texto es precisar la funcin que se le otorga al cuerpo en el ttulo del artculo. Se trata aqu de una metfora del mtodo en el es-cenario de la investigacin, en tanto procedimiento para llegar a un fin; asistido por diferentes dispositivos que posibilitan respuestas a una problematizacin especfica. No obstante plantearse como metfora, la apuesta ulterior es la de allegar elementos que lo avalen con el rigor que la condicin de mtodo investigativo demanda. Algunas caractersticas evidenciadas en las indagaciones en torno al mismo avizoran esta op-cin, en otras palabras, desde el cuerpo se han establecido categoras

    * Este captulo es una reflexin configurada a partir de los resultados de algunos estudios reali-zados por el Grupo interdisciplinario de investigacin Cultura somtica, del Instituto de Educa-cin Fsica de la Universidad de Antioquia: La cultura somtica de l@s maestr@s en la tensin escuela-adolescente. Un estudio en la ciudad de Rionegro: hacia la construccin de una pedagoga del cuerpo (lvarez & Restrepo, 2009-2010); El ideal esttico en jvenes de Medelln; percep-ciones desde algunas prcticas de esttica corporal (Gonzlez, 2009); La formacin ciudadana dinamizada desde la motricidad como campo de configuracin de lo humano: un anlisis desde escenarios y prcticas recreativas y deportivas (Benjumea, 2007-2011); La cultura corporal de los nios y nias de quinto grado de la bsica primaria de la institucin educativa Monseor Francisco Cristbal Toro del barrio Aranjuez de la ciudad de Medelln (Bustamante & Arteaga, 2011); Improntas cultura somtica-ciudad de los desplazados hacia Medelln, del cual derivan tres estudios ms: Semitica, motricidad y produccin: emergencia y reconfiguracin en los desplazados hacia la ciudad de Medelln (Vallejo & Arboleda, 2010-2012); Improntas poltica-motricidad y su mediacin en la relacin cuerpo-ciudad de los desplazados hacia la ciudad de Me-delln (Arboleda & Vallejo 2009-2012); El Ocio en la reconfiguracin identitaria de los despla-zados hacia la ciudad de Medelln (Franco & Arboleda 2009-2013); Imaginarios Sociales de la Promocin de la salud. Un estudio en los Parques de la Ciudad de Medelln (Vargas, 2011-2013).

    ** Doctora en Estudios cientficos sociales, ITESO Guadalajara. Magster En Problemas socia-les contemporneos, Antroploga y Licenciada en Educacin fsica. Integrante cofundadora del grupo de investigacin Cultura somtica. Profesora titular adscrita al Instituto Universitario de Educacin Fsica, Universidad de Antioquia, Medelln, Colombia. [email protected]

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    EL CUERPO COMO MTODO. LECTURA DESDE LA NOCIN DE CIUDADANA

    inherentes (sexualidad, esttica, produccin, salud, ocio, motricidad, emociones, poltica); se han afinado estrategias de acercamiento apro-piadas (expresin corporal, expresiones motrices, escenificaciones, semitica de la vida cotidiana); se han construido formas de registro especficas (somatoscopias, formatos de observacin por escenario a partir de las categoras corporales, metforas, fotosemitica, circuitos motrices, entre otras); y se han generado aparatos crticos que ampa-ran las bsquedas y soportan las discusiones.

    Una consideracin ms, es la relativa a la metodologa que respalda la interpretacin de los estudios en la relacin cuerpo-ciudadana y pol-tica. A este respecto es importante precisar que se ha pretendido una relectura de investigaciones culminadas, en las que las preocupacio-nes si bien giraron en torno a la cultura corporal, no fueron formuladas desde la pregunta sobre ciudadana y poltica. Se trata, ms bien, de una metodologa para la presente reflexin mediante la cual se busc revisar los sentidos que guiaron las indagaciones que aqu se enuncia-rn y sus corolarios, lo que ha permitido reinterpretar los hallazgos, remover las propuestas y dar cuenta de los mltiples matices que puede ofrecer la informacin en razn de la lente que orienta la perspectiva, para el caso de la construccin de ciudadana. Se intenta recuperar los sentidos de las indagaciones; reconocer el pasado como posibilidad de fundar el futuro; lo que en trminos de Boaventura de Souza Santos sera una recuperacin de la experiencia (2009).

    Un sustrato fundamental de la nocin cultura corporal (que tambin se encontrar como cultura somtica),1 toca con la comprensin del cuer-po en su relacin con el contexto social y cultural (Mauss, 1932; Bour-dieu, 1991; Turner, 1989; Rittner, 1994; Pinzn y Surez, 1999; Monto-ya, 2001; Pedraza, 1999; Le Breton, 2002; Serres, 2011; Csordas, 2011). En esta disertacin se asume la cultura corporal como los contenidos materiales y simblicos que alimentan la dialctica cuerpo cultura, contenidos que se encarnan y expresan en prcticas, interacciones,

    1 Para acercarse a la argumentacin relativa al trmino somtica asimilado al corporal, sugiero el texto: Arboleda, R. (2004). Cultura somtica, aproximacin conceptual. En: Naturaleza y Cultu-ra. Medelln: Biognesis.

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    RUBIELA ARBOLEDA GMEZ

    imaginarios, experiencias e idealidades. La cultura corporal entraa un nexo apretado, en ocasiones diluido, entre el cuerpo y el entorno, de all su potente capacidad para exponer los cambios sociales, las adop-ciones culturales, los movimientos polticos, las tensiones y disputas econmicas, las tradiciones e innovaciones, los patrones y disrupciones que, como sujeto y como grupo, se experimentan permanentemente. Sexualidad, esttica, motricidad, semitica, produccin, salud, poltica, emociones, ocio, son las maneras modernas de denominar el complejo tejido del cuerpo en relacin. Son, por lo dems, formas metodolgi-cas que han permitido intentar aprehenderlo por distintos medios; esta acepcin ha operado como directriz, tanto terica como metodolgica, de all la derivacin el cuerpo como mtodo.

    La discusin en torno a la ciudadana representa una recurrencia en las cavilaciones contemporneas y un giro significativo en los debates rela-tivos al tratamiento del cuerpo en el escenario investigativo; ello podra ser seal del dilogo entre diferentes saberes a partir del cuerpo, de las demandas sociales a los escenarios acadmicos y de la relevancia de la poltica como una dimensin de la corporeidad ineludible en el intento de indagar, allegar y comprender una realidad social, marcada por el conflicto y la violacin a los derechos humanos como es el caso colombiano.2 La auscultacin de los estudios en la perspectiva poltica es lo que aqu se denomina una lectura desde la nocin de ciudadana.

    2 Segn informe de la Oficina de la Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Hu-manos del 2012, Colombia ocupa el segundo lugar en el mundo en lo referido a la violacin de derechos. Colombia ha tenido una crisis permanente de vulneracin a los derechos humanos por lo que lleva treinta aos en el ojo del huracn [] Las personas desplazadas internamente han aumentado entre 2008 y 2011, para alcanzar la cifra descomunal de entre 4 y 5.5 millones depen-diendo de las fuentes consultadas. Las desapariciones forzadas continan, hasta llegar a 18.638 personas desaparecidas forzadamente, entre las 74.631 desapariciones registradas oficialmente en Instituto Nacional de Medicina Legal. Las ejecuciones extrajudiciales que entre 2002 y 2010 llega-ron a 3.512 vctimas, no han sido del todo eliminadas como asegura el gobierno: en 2011 se regis-traron al menos 38 casos nuevos. La impunidad persiste en un 98%, convirtindose en el motor de nuevas violaciones a los derechos humanos, y podra ser reforzada por las reformas recientemente aprobadas por el Congreso (justicia penal militar y marco legal para la paz). Los derechos econ-micos y sociales son otro punto dbil: el 45% de la poblacin en Colombia se encuentra por debajo del nivel de pobreza, y Colombia ocupa el tercer lugar, despus de Hait y Angola (Informe Oficina de la Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos).

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    EL CUERPO COMO MTODO. LECTURA DESDE LA NOCIN DE CIUDADANA

    Dos tpicos se articulan en esta reproblematizacin de los estudios in-vitados a esta disertacin: primero, se trata de explicitar los atribu-tos del cuerpo como mtodo de investigacin; esto es, deja de ser una preocupacin central y se transforma en mediacin de las respuestas referidas al entorno sociocultural. Y segundo, se busca examinar en los rastros contextuales signados en el cuerpo, aquello que d cuenta de la suscripcin poltica.

    El cuerpo como mtodo

    La lgica de la deliberacin est anclada a la nocin de cuerpo como registro activo del entorno; una trama simblica tejida con los conteni-dos propiciados por las estructuras sociales y la pertenencia cultural, sin por ello dejar de ser una constante biolgica y psicolgica. As las cosas, los trazos que marcan al cuerpo dejan leer avatares del diario acontecer. Desde que la escritura descarg nuestras memorias sobre los pergaminos, descubrimos la geometra abstracta; desde que la im-prenta nos liber de la necesidad de recordar, inventamos la experien-cia corporal (Serres, 2011, p. 111). El cuerpo es contundencia material e inscripcin contextual; subjetividad encarnada que nos vincula con lo otro y los otros, mi ser en el mundo (Merleau-Ponty, 1975), pero tambin es construccin objetivada en las interacciones sociales (Bour-dieu, 1997). Desde la postura del embodiment, asumida por Csordas, el cuerpo es lo uno ms lo otro, y de ah otro ngulo: terreno existencial de la cultura y el self (2011, p. 105).

    El planteamiento en torno a la simbiosis cuerpo-cultura ha sido for-mulado histricamente; no se trata de insistir en esta alianza incon-testable, motivo de muchas indagaciones y de vasta bibliografa; la in-tencin es derivar de ello estrategias metodolgicas que aterricen en la evidencia emprica el vnculo prstino. En esta lgica es procedente sealar propiedades compartidas por cuerpo-cultura que matizan el dilema entre los mismos: la cultura es ambivalente, como concepto y como realidad vivida, lo que mediar en el inters de aproximacin investigativa. La cultura, dice Bauman: Se refiere tanto a la invencin como a la preservacin, a la discontinuidad como a la continuidad, a la

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    RUBIELA ARBOLEDA GMEZ

    novedad como a la tradicin, a la rutina como a la ruptura de modelos, al seguimiento de las normas como a su superacin, a lo nico, como a lo corriente, al cambio como a la monotona de la reproduccin, a lo inesperado como a lo predecible (2003, p. 22).

    Todo intento por disolver los enigmas culturales implicar pericias ajustadas en virtud de cierta incertidumbre. La cultura resulta ser un agente de desorden tanto como un instrumento de orden, un elemento sometido a los rigores del envejecimiento y de la obsolescencia, o como un ente atemporal (Bauman, 2003, p. 33).

    El cuerpo, por su parte, es una entidad que transita entre diferentes consistencias y se transfigura en inconsistencias, en ocasiones ilegi-bles; instancia lisa, resbalosa, que escapa a los afanes de manipula-cin y comprensin metodolgicos, no obstante la relacin dialgica que comparten hace del uno lugar de encuentro con el otro, lo otro. El cuerpo desborda toda idea de completud, de exactitud, de precisin y es, a su vez, producto y productor organizacional (Arboleda, 2009, p. 24). Cuerpo y cultura comparten cualidades que los definen y los des-dibujan a un tiempo. Para el caso interesa el cuerpo como semitica que revela circunstancias sociales accesibles por va metodolgica; una traduccin sociocultural manifiesta en prcticas y modificada al tenor de las experiencias subjetivadas por el estar en el mundo.

    El Grupo de Investigacin Interdisciplinaria Cultura somtica3 ha po-sicionado, como ruta de indagacin, las dimensiones de la corporeidad: sexualidad, esttica, motricidad, bienestar, produccin, emocin, se-mitica, ocio y poltica, las mismas que fungen como lentes para escu-driar situaciones sociales especficas. Situar el cuerpo como producto y productor sociocultural, en tensin con los a priori subjetivos da paso a los atributos de mtodo. El escolio es sencillo: la dialgica cuerpo-cultura deja signos rastreables en cada parte lo que admite la compren-sin del contrario constitutivo de la diada.

    3 Del Instituto Universitario de Educacin Fsica de la Universidad de Antioquia, Medelln, Co-lombia.

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    EL CUERPO COMO MTODO. LECTURA DESDE LA NOCIN DE CIUDADANA

    Correlatos crticos

    La complejidad, la transdisciplinariedad, la reflexividad, el giro lin-gstico, las epistemologas otras, representan un soporte conceptual que permite posicionar el cuerpo como metamirador4 analtico, otor-garle el carcter organizacional en la traduccin sociocultural y a las dimensiones de la cultura corporal como lentes para otear el vnculo.

    Los planteamientos provenientes de la teora de la complejidad han abierto un universo de opciones tericas y metodolgicas en lo re-lativo al cuerpo como mtodo: la posibilidad de abordar el mundo y sus sentidos desde lo relacional y dialctico; la consideracin relativa al desdibujamiento de la lnea escindente naturaleza/cultura; la apuesta por la problematizacin de los objetos concebidos como urdimbre; la invitacin al dilogo entre los mtodos. Aspectos todos que conducen a un replanteamiento tanto de los nodos de indagacin como de las vas de acceso a las preguntas sobre los mismos.

    La transdisciplinariedad se yergue emparentada a la complejidad. Abordar los problemas investigativos desde la supresin de las fron-teras disciplinares, reconocerlos en su densidad constitutiva; abrir el dilogo hacia otras narrativas; deambular en los lmites; tejer nexos en el pluralismo nocional e ideolgico, son aportes imponderables que permiten ampliar el espectro en la percepcin de la realidad. El cuer-po, como mtodo para leer circunstancias sociales, no puede evadir su condicin de territorio de cruce (de cruzamiento) disciplinar y se abre a la interlocucin con mltiples saberes, nica manera de decir y de decirse.

    La nocin de reflexividad ha sido sustantiva en lo relativo al posiciona-miento del cuerpo como mtodo: la lgica fsica de la ida y vuelta del reflejo sobre s mismo opera como metfora afortunada en razn del lugar y la funcin del investigador en campo, refiere la implicacin del sujeto expuesto y compuesto por el acto mismo. En lo tocante al cuer-po, la doble va de la experiencia de indagacin evoca la codeterminan-

    4 En el sentido de Morn (1999), quien ha propuesto edificar metapuntos de vista para observar la realidad.

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    RUBIELA ARBOLEDA GMEZ

    cia sociocultural. El cuerpo exhibe y recibe los rasgos de la cultura, los introyecta para reflejarlos modificados, y es en ese lugar de producto y productor donde deviene reflexivo.

    La reflexividad, en conversacin con la interdisciplinariedad y con la complejidad, admite los mltiples focos, la convergencia de acepcio-nes, la complicidad instrumental y la polifasia del dato. El cuerpo, en el trnsito a las estrategias metodolgicas, puede hurgar en los inters-ticios de la realidad social y develar honduras paradjicamente exhibi-das en las prcticas corporales.

    El giro lingstico es una manera de nombrar las variaciones metodo-lgicas que exige la comprensin del mundo contemporneo. Desde el acercamiento a los estudios relativos a la lengua permite leer la impo-sibilidad de abordar la vida social en toda su magnitud. La intraduci-bilidad de la lengua incluso para los propios hablantes, la comunica-cin ms all del par significante-significado, la valoracin del smbolo en contexto, como el trasfondo efectivo del mensaje, la relevancia del dilogo entre las partes como va de acceso al sentido, son elementos que ponen de manifiesto el cambio requerido para el entendimiento del otro e incide en la apertura metodolgica.

    Un correlato relevante del cuerpo como mtodo para allegar la realidad social e histrica, lo representan las epistemologas otras; una vuelta de la mirada hacia el nosotros Latinoamericano. Y, justamente, la ro-tacin sobre nuestras aportaciones incorpora lo que podramos llamar efectos de entramado, funambulismo disciplinar, reflexividad y giro. Reconocer la autonoma en la configuracin del conocimiento y la posi-bilidad del dilogo en la dinmica de la parejera con los planteamien-tos hegemnicos, naturalizados como nica forma de conocer, irrumpe hacia a la instauracin, como al reconocimiento, de otras maneras de hacer investigacin tambin posibles: la complementariedad, la reflexi-vidad, la anidacin, la complejidad, la transduccin, la transdiscipli-nariedad, el giro lingstico, son categoras que ofrecen una vuelta a la tuerca en las formas tradicionales de aprehender y aprender el mundo.

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    EL CUERPO COMO MTODO. LECTURA DESDE LA NOCIN DE CIUDADANA

    La ciudadana en la cultura somtica

    La nocin de ciudadana asumida en los estudios llevados a cabo por el grupo de investigacin Cultura somtica (de los cuales se han retomado algunos para esta reflexin), se delimita en virtud de las condiciones de posibilidad, materiales y simblicas que otorgan la investidura de sujeto: un lugar en las lgicas del juego social, un te-rritorio de arraigo referencial, el respeto a las prcticas culturales, la distinguibilidad en el concurso social, la capacidad de agencia, la visibilizacin en el mundo de los otros, la autoregulacin tiempo-es-pacio, el liderazgo en la construccin de su historia. Se requiere que la persona realice lo que potencialmente es su potencial de univer-salidad, de libertad, de creatividad, de conciencia, lo que supone el desarrollo y despliegue de capacidades (Boltvinik, 2005, pp. 44-45). Todo ello en el escenario de las necesidades bsicas satisfechas.

    El sujeto as entendido desborda la idea de individuo y se sita en la interaccin colectiva, en compromiso con un proyecto social comunita-rio. Se vincula a la capacidad de agencia que lo hace actor protagnico frente a la sociedad y de ser proyecto social en s mismo. En trminos de agencia, es ser sujeto de la historia, es ser dueo de la memoria, es colocarse como propietario de un presente esperanzado para desde ah tender horizontes de futuro (Gmez, 2012, p. 6).

    La ciudadana ha sido referida en la tensin derechos/deberes; como lo manifiesta De la Cruz: La ciudadana es algo que construye derechos, crea bienes y contribuye a ejercer justicia en nuestra sociedad (2012, p. 53). No obstante, se trata aqu de desmarcarla de estas categoras defi-nitorias y de reconocerla en distintas manifestaciones explcitas en las dimensiones de la cultura corporal. El carcter estatutario de las vindi-caciones ciudadanas cede paso a la experiencia incorporada de la per-sona5 en colectividad, exhibida en la contundencia de su cotidianidad. El ideario que nutre el concepto tiende ms a generar un acercamiento

    5 La acepcin de persona es retomada de las reflexiones llevadas a cabo en el Instituto de Estudios Polticos, donde le han otorgado significados ms cercanos al ideal de ciudadano que a la idea de individuo. Sesin de asesora para el grupo Parque de la Vida, llevada a cabo por el director del Instituto, Fabio Giraldo, Medelln, 2008.

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    RUBIELA ARBOLEDA GMEZ

    con la identidad que con la ley. La ciudadana as vista representa una categora definitoria de la poltica.

    La poltica

    La poltica se asume como la manera de experimentar la vida juntos. Este sustrato esencial deja ver dos condiciones de la poltica: de un lado, implica al grupo y, de otro, lo social, lo pblico. La poltica es aquella estructura tcita que orienta la vida colectiva hacia el bien comn; con-figura las estrategias de control, regulacin, distribucin, organizacin, proteccin y reaccin. En la base de la nocin se encuentran las ten-siones entre individual/colectivo, particular/general, similar/diverso y orden/desorden. Las posibilidades para la pluralidad, la distincin entre los sujetos y el reconocimiento y respeto a esas diferencias son competencia de la poltica.

    La poltica es artfice de los trminos lmites y laxitudes de la es-cena social, en correspondencia con el deseo de fomentar un proyecto idealizado de ciudadanos y ciudadana; en palabras de Norbert Lech-ner: La poltica es la conflictiva y nunca acabada construccin del or-den deseado (2002, p. 8). No se reduce a las instituciones que han instrumentalizado la vida; es por lo dems, una zona en la que nos ex-perimentamos como sujetos mediante lo cual se tramitan normativas, regulaciones, legitimidad y reconocimiento: La configuracin de las memorias colectivas y de los sueos de futuro condiciona la concepcin del orden poltico (Lechner, 2002, p. 84). Esta esperanza de futuro, horizonte de espera (Koselleck, 1993), ese orden soado, compromete al otro y as al cuerpo, un deber ser hecho carne simbolizada y visible en las prcticas ntimas y pblicas, rutinarias y extraordinarias; en las demandas del diario transcurrir y en la excepcionalidad de la fiesta, en cada manifestacin se inscribe la disposicin que gua al mundo. En este sentido, la idealidad social tiene asiento en el cuerpo, en la corpo-reidad y es asunto expreso de las regulaciones, controles, normativas y reacciones; es una deriva de la poltica a la biopoltica.

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    EL CUERPO COMO MTODO. LECTURA DESDE LA NOCIN DE CIUDADANA

    Una lectura a los estudios desde la lente de la ciudadana

    Para abordar la cultura somtica terica y metodolgicamente, se han propuesto las denominadas dimensiones: sexualidad, esttica, motrici-dad, salud, produccin, poltica, semitica, emociones, ocio; categoras que han orientado los acercamientos al cuerpo desde su propia lgica interna sin desmembrarse de la unidad constitutiva que les otorga sen-tido. Esta inferencia ha permitido entender que las dimensiones hacen parte de la unicidad y, a su vez, conservan los rasgos de su singularidad que se manifiestan en aparatos crticos especficos, problematizaciones propias, estrategias de acercamiento delimitadas desde las cuales, a la manera de narrativa compleja, la parte nos dice del todo.

    Si bien esta categorizacin puede leerse como una fragmentacin del cuerpo, su importancia radica en dibujar rutas de acceso ms expedi-tas, ms decantadas, y ms aterrizadas, y genera la senda al dilema del cuerpo y sus demandas por fuera de los alcances formalmente estable-cidos en los modos investigativos ms socorridos. Ahora bien, las di-mensiones antes enunciadas como articuladoras de la cultura somtica son consensos temporales que admiten los acercamientos al cuerpo; no obstante no se intenta con estas dar cuenta del cuerpo en su tota-lidad; por el contrario, cada estudio anuncia un nuevo constitutivo, otras posibilidades para la compresin de la cultura somtica en los escenarios sociales y deja ver la imposibilidad de la escisin taxativa de cada esfera.

    Y ms an, las dimensiones de la cultura somtica han participado en la resolucin de las mismas preguntas desde su singularidad y, parad-jicamente, entendindose en nexo indisoluble con las dems. Con esto en mente se realizar aqu una aproximacin a algunos estudios, con nfasis en distintas dimensiones, para horadar en ellos el vnculo con la nocin de ciudadana.

    Una primera visita es a la indagacin denominada: La cultura so-mtica de l@s maestr@s en la tensin escuela-adolescente. Un estu-dio en la ciudad de Rionegro: hacia la construccin de una pedago-ga del cuerpo (lvarez & Restrepo, 2011, pp. 413-426). En esta se propusieron objetivos centrados en la dimensin sexualidad y dirigidos

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    RUBIELA ARBOLEDA GMEZ

    a la poblacin de maestros de Rionegro y desde la pregunta por las orientaciones pedaggicas.

    El acercamiento estratgico se llev a cabo a partir de dos maneras: en-foque emprico-analtico y enfoque histrico-hermenutico, en los que la sexualidad oper como lente para una interpretacin comprensiva de la realidad de los maestros en la escena pedaggica.

    En un acercamiento al texto en la perspectiva de lo que las autoras de-nominan valores ciudadanos, esta indagacin ha planteado la perma-nente tensin entre lo ntimo y subjetivo con lo pblico e interpersonal, que da forma a los proyectos de vida de las personas. Los resultados expresan cmo los maestros manifiestan tener actitudes con tenden-cia erotoflicas, hacia aspectos de la sexualidad como la masturbacin, la pornografa, la desnudez y la funcin ertica y comunicativa de la sexualidad. Manejan conceptos de cuerpo integradores, desde una visin comunicativa expresiva que va ms all de lo instrumental y sacramental del cuerpo. En los resultados se hace evidente que la vivencia sexual de los maestros es positiva y esta percepcin se constituye en un indicador que favorece la orientacin de los proyectos institucionales de educacin sexual como asunto pedaggico. Estos conceptos son coherentes con la definicin que aportan sobre sexualidad autnoma, centrada en la toma de decisiones y su relacin con la responsabilidad y salud de su propio cuerpo, y en valores como la convivencia, la auto-estima, la independencia y la comunicacin asertiva. Se rescata como dato significativo la continua capacitacin y acompaamiento que la Secretara de Educacin Municipal de Rionegro ha promovido en su Plan de desarrollo al apoyar iniciativas que han contribuido a una ade-cuada educacin sexual y al mejoramiento de las relaciones intra, trans e interpersonales de la totalidad de los educandos y maestros, trabajo que se promueve desde las mesas de Sexualidad y Salud, consideradas como experiencias pedaggicas en el Municipio.

    Una dimensin destacada en los estudios del grupo Cultura somtica ha sido la esttica; este es el foco de la indagacin El ideal esttico en jvenes de Medelln; percepciones desde algunas prcticas de estti-ca corporal (Gonzlez et al., 2011). Con una metodologa de carcter

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    cualitativo desde la perspectiva del enfoque fenomenolgico, se busc identificar las percepciones sobre el ideal esttico de los jvenes que tienen prcticas de esttica corporal, que permiten evidenciar un mol-deamiento del cuerpo ajustado a los modelos estticos que la socie-dad de consumo contempornea impone a travs de los productos, las dietas, las rutinas de ejercicios, o bien, la incorporacin o adopcin de medidas extremas (cirugas estticas) para obtener el ideal de esttica que se anhela con persistencia.

    En este sentido, el ejercicio de la ciudadana puede verse afectado por los patrones consumistas de bienes y servicios que desvirtan la parti-cipacin del ciudadano en la toma de decisiones y en el ejercicio de sus derechos y deberes, pues priman otros intereses del orden capitalista que doblegan la voluntad individual y colectiva en pro de satisfacer las demandas de posicionamiento de un orden econmico centrado en lo global, pero que individualiza y divide (Gonzlez et al., 2011).

    Un estudio bien significativo en torno al tema que nos atae es La formacin ciudadana dinamizada desde la motricidad como campo de configuracin de lo humano: un anlisis desde escenarios y prcticas recreativas y deportivas (Benjumea, 2007-2011). Esta indagacin tuvo como lente la motricidad para dilucidar la forma en que sta, como campo de configuracin de lo humano y campo de conocimiento aut-nomo, contribuye a dinamizar la formacin ciudadana (a travs de la pedagogizacin de algunas de sus manifestaciones); ello, con la inten-cin de fundamentar conceptual y metodolgicamente las condiciones de posibilidad que potencia esta relacin en pro de aportar a los proce-sos de construccin de ciudadana. En la dinmica del trabajo investi-gativo el grupo Campamentos juveniles, se constituy en caso central de anlisis, mas no nico.

    El estudio implic una aproximacin metodolgica plural, de enfoque mixto cualitativo-interpretativa y de la investigacin emprico analti-ca, fundamentado principalmente en los planteamientos de la fenome-nologa hermenutica.

    La autora deja planteada la conclusin, segn la cual: los sentidos que habitan en la cancha, el patio de recreo, la clase de educacin fsica, el

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    gimnasio, la piscina, la plaza pblica, las calles del barrio, (); y as, la ronda, el juego deportivo, recreativo o competitivo, el entrenamiento de alguna disciplina, en fin, cualquier prctica de actividad fsica o lu-gar donde tenga espacio la interaccin humana; son re-significados, re-interpretados y hasta re-inventados como escenarios reales de demo-cracia, justicia, igualdad, inclusin, respeto, tolerancia; en fin, de todo aquello que ha de facilitar la consolidacin de un significativo proyecto de construccin ciudadana validado por la bsqueda del bien comn de todos y para todos (Benjumea, 2007-2011).

    Una investigacin relevante es La cultura corporal de los nios y ni-as de quinto grado de la bsica primaria de la Institucin Educativa Monseor Francisco Cristbal Toro del barrio Aranjuez de la ciudad de Medelln (2011) (Bustamante & Arteaga, 2011). Estudio de carcter cualitativo etnogrfico, mediante el cual se realiz un acercamiento a la realidad de un grupo en un contexto particular, y cuyos resultados fueron un aporte a la institucin educativa.

    Las autoras, en lo referente a la ciudadana, sealan hallazgos como: la escuela transmite una serie de valores y actitudes que reflejan la so-ciedad en la que est inmersa; los nios y nias asumen actitudes y prcticas propias del contexto, por ello, el conflicto est presente en todo momento como parte de la convivencia escolar, la escuela deja de ser un escenario privilegiado para el aprendizaje cognitivo y se con-vierte en un lugar para el aprendizaje afectivo, emocional y social que propicia experiencias fuera de la formacin acadmica, como el respeto por el otro, la solucin de conflictos desde el dilogo, la tolerancia ante diferentes situaciones, la solidaridad con los compaeros, entre otras.

    De otro lado, las normas, especialmente en las clases, no son producto de procesos de concertacin, que permitiran a los estudiantes poten-ciar su formacin poltica y el respeto por lo socialmente construido. Por el contrario, son reglas que vienen establecidas por los adultos y es el maestro el encargado de hacerlas cumplir. Esta caracterstica de-termina el contexto escolar como un escenario donde se aprende, se recompensa y se jerarquiza (Bustamante & Arteaga, 2011).

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    Una referencia importante es la indagacin Imaginarios sociales de la promocin de la salud. Un estudio en los parques de la ciudad de Medelln (Vargas, 2011-2013). En esta investigacin, por medio de es-trategias de corte cualitativo, con enfoque etnogrfico, se identificaron las expectativas, prcticas e idealidades, que usuarios de parques tra-dicionales y temticos tienen sobre el buen vivir, y el lugar que ocupan en este imaginario cuerpo y motricidad, enfocado desde la motricidad en su dinmica con la promocin de la salud.

    En lo tocante a la ciudadana, y en relacin con la salud-motricidad, se pudo observar que la mirada es preventiva y curativa desde el para-digma de ausencia de enfermedad. All la motricidad se reclama como necesidad y como derecho en tanto dispositivo para el autocuidado, mantenimiento y afianzamiento de la salud, asumida como bienestar y como posibilidad de encuentro con la familia y los amigos. Las expre-siones motrices deportivas y de mantenimiento son las ms practicadas y los lugares elegidos son los espacios pblicos de la ciudad como los parques, la Unidad Deportiva Atanasio Girardot y el cerro El Volador. La idealidad y, de alguna manera, el deber ser de los ciudadanos se en-cuentran instaladas en las prcticas motrices y por ello se les demanda como garante de buen vivir.

    La investigacin La cultura corporal: un lugar de sntesis en la cons-truccin social de miedo como referente identitario en escenarios de conflicto (Arboleda 2002-2006) devino en problematizaciones del cuerpo, con relacin a la violencia y el destierro producidos por los en-frentamientos entre guerrilla y paramilitarismo en Colombia. Justa-mente esta indagacin devel la poltica como una dimensin insosla-yable en la configuracin de la cultura somtica.

    Con los supuestos de llegada, esto es, con las intuiciones y preguntas abiertas que dej el estudio anterior, se propuso un macro proyecto denominado Improntas cultura somtica-ciudad de los desplazados hacia Medelln,6 del cual derivaron tres estudios ms, con los que el grupo de investigacin Cultura somtica ha afinado la lnea construc-cin social. Los estudios a los que se hace alusin son:

    6 Proyecto que pas al banco de elegibles de Colciencias, 2009.

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    1. Semitica, motricidad y produccin: emergencia y reconfigu-racin en los desplazados hacia la ciudad de Medelln (Arboleda & Vallejo, 2012).

    2. Improntas poltica-motricidad y su mediacin en la relacin cuerpo-ciudad de los desplazados hacia la ciudad de Medelln (Arboleda & Vallejo, 2012).

    3. El ocio en la reconfiguracin identitaria de los desplazados hacia la ciudad de Medelln (Franco & Arboleda, 2013).

    Los tres estudios partieron de la inquietud sobre la reconfiguracin identitaria de los desplazados, leda tras la lente de las dimensiones: se-mitica, poltica, ocio y motricidad, en el marco de la articulacin cuer-po-ciudad. Con estrategias fundamentadas en la etnografa reflexiva, se llev a cabo una aproximacin a personas desterradas ubicadas en el centro de la ciudad de Medelln.

    La perspectiva semitica, con la que se ha buscado leer el cuerpo desde el sistema sgnico-gestual-cultural, en las coordenadas espacio (proxe-mia), tiempo (cronemia) y en la lgica de lo propio y lo apropiado entre los escenarios rural-urbano. La poltica se observ desde las formas de organizacin y desde las manifestaciones de control y resistencia que se pueden detectar en las prcticas corporales de los desplazados. La estrategia de acercamiento tuvo un nfasis en la fotoetnografa como registro de la corporeidad en situacin. Desde la esfera del ocio, se rastrearon las prcticas y la resignificacin de los espacio-tiempos para las mismas, y los contenidos identitarios que en stas se tramitaban.

    Con respecto a la ciudadana es necesario destacar que el desplaza-miento es uno de los flagelos ms vergonzosos que experimenta la po-blacin colombiana y de suyo connota una violacin contundente de los derechos ciudadanos. No es factible entonces hablar de formacin y de reconocimiento ciudadano cuando el territorio, la identidad, la cultura y los referentes de la vida misma son arrancados de quienes quedan despojados de los ms profundos arraigos antropolgicos. Ahora bien,

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    las prcticas corporales7 se erigen como un dispositivo inmediato con el cual intentan recomponer los referentes que les permitan responder a las preguntas existenciales: Quin soy? Quin no soy? Quines somos? Quin es el otro? Quines son los otros?

    Diettica, motricidad, prcticas estticas, paisaje habitacional, inte-racciones, formas de produccin, estrategias de sobrevivencia, orga-nizaciones comunitarias, conquistas bsicas, pueden ser ledas como retricas de ciudadana que, paradjicamente, ensean la vejacin y evocan la manumisin. Los desterrados, ante la inoperancia del Esta-do, se ven abocados a organizarse desde redes solidarias; participar de los procesos con los que pretenden satisfacer sus necesidades bsicas y sociales en las que el cuerpo es evidencia y posibilidad.

    Eptome

    Con los ocho estudios aqu enunciados, se exponen las posibilidades del cuerpo como mtodo de investigacin y la potencia de las dimen-siones de la cultura corporal, como lentes para rastrear la realidad. Se busca responder esas preguntas, actuales, pertinentes y necesarias, desde una metodologa que vincule el cuerpo en la lgica transdisci-plinar, compleja, reflexiva y crtica. Traer el cuerpo al debate meto-dolgico en razn de la ciudadana puede significar abrir una veta poco explorada de conocimientos del orden social y cultural y representa un reto como va de acceso a la comprensin e interpretacin del ser humano (sujeto, actor, agente) en su constitucin integral; lo cual, de

    7 El estudio, que antecede esta indagacin, La cultura corporal, un lugar de sntesis en la cons-truccin social del miedo como referente identitario, en escenarios de conflicto (Arboleda, 2002-2007), ha avanzado en una caracterizacin de algunas dimensiones de la cultura corporal en afrocolombianos expulsados de su tierra que moran en el asentamiento Macondo, y concluye al respecto, a groso modo que la esttica se transfigura en una particular estrategia de retar el derecho a la ciudadana y, particularmente en las minoras tnicas, en un posicionamiento identi-tario; la motricidad se erige en su condicin antropolgica e histrica de proteccin, recuperacin y adaptacin (laboral, domstica, ldica); la salud es resignificada en lo relativo a sus indicadores clnicos y se enfoca en la vivienda como garante del bienestar; la sexualidad se transforma en un dispositivo que entraa riesgo y, paradjicamente, posibilidad de pervivencia; finalmente, la pro-duccin, dimensin profundamente marcada por el conflicto social, sita al cuerpo en el lugar del aprendizaje y es una reaccin que mitiga la amenaza de extincin por la va del hambre.

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    paso, ofrece una posibilidad de integracin disciplinar. No obstante, es menester recordar que hay asuntos de la vida social, del cuerpo, de sus dimensiones y de la poltica que no son susceptibles de categorizarse, que no se dejan someter a la observacin o al anlisis y se deslizan por hendijas insospechadas a las cuales no llega, no puede llegar, la trama instrumental. Del cuerpo siempre algo se nos escapa.

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    RUBIELA ARBOLEDA GMEZ

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    El campo de la educacin fsica, la recreacin y el deporte, en clave de construccin de ciudadanas*

    Margarita Mara Benjumea Prez**

    Introduccin

    La formacin ciudadana ha sido objeto de constante preocupacin para cada sociedad; lo podemos inferir, por mencionar solo dos ejemplos, por la historia o la filosofa. Dicha preocupacin la asume el Estado como quien gobierna a su sociedad y, digmoslo sin rodeos, casi siem-pre con el afn de producir sujetos gobernables, con una abismal dis-tancia entre la realidad y el ideal, quedando este en el simple discurso.

    Cada Estado legisla acerca de cmo formar a sus ciudadanos y delega en la Academia o Escuela, en el sentido de Althusser parte de tal responsabilidad, especialmente en lo concerniente a la juventud. En igual sentido, y a nivel global, desde mediados del siglo XX la ONU establece directrices en la misma va, que deben ser acogidas por los pases miembros.

    Contraria a la idea de formar seres gobernables, y consecuente con la idea moderna de sujeto, se configura la nocin actual de ciudadano como ser autnomo, con juicio crtico y con el deber de contribuir acti-vamente a la consolidacin de su proyecto de sociedad, lo que sin duda representa un gran avance.

    * Trabajo derivado de la tesis doctoral: La formacin ciudadana dinamizada desde la motricidad como campo de configuracin de lo humano: un anlisis desde escenarios y prcticas recreativas y deportivas. Medelln: Universidad de Antioquia, Facultad de Educacin, 2011.

    ** Docente investigadora de la Universidad de Antioquia. Licenciada en Educacin fsica. Especia-lista en Administracin deportiva, Universidad de Antioquia. Magster en Motricidad y desarrollo humano, Universidad de Antioquia. Doctora en Educacin, Universidad de Antioquia. Integrante del grupo de investigacin Cultura somtica. [email protected]

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    MARGARITA MARA BENJUMEA PREZ

    Digamos pues que hay horizonte, y desde hace mucho, con relacin a la construccin de ciudadana: hay una normatividad similar en la ma-yora de los pases, en tanto se suman a las directrices de la ONU, y hay una nueva epistemologa del ser ciudadano, que expondremos con brevedad en el texto. Incluso, dado que en su base hay un componente netamente axiolgico, se puede afirmar que sabemos qu, por qu y cmo impartirla desde la academia.

    Sin embargo, y no en vano, la abundante literatura disponible sobre el tema indica que la ciudadana formacin/construccin es motivo de creciente inquietud en el mbito acadmico, debido al evidente ma-lestar en la cultura actual en alusin a Freud, donde no deja de sor-prender la abrumadora paradoja de que justo hoy, cuando, como nunca antes, estn dadas las mejores condiciones para una vida armoniosa en el mundo, nos veamos enfrentados a tal crisis de valores.

    Y es que el ideal plasmado en clebres manifiestos, agendas y toda suerte de normas, empezando por las cartas constitucionales no al-canza a llegar mucho ms all de las intenciones, por lo que queda en mera retrica o demagogia cuando no se garantiza su cumplimiento en el nivel del acto pedaggico, en los mbitos escolar o comunitario.

    En el escrito intentar relacionar aquello ms destacado de las intencio-nes (normativa y teora), con la evidencia emprica (realidades, inves-tigacin, experiencias) en el tema de la formacin ciudadana, especfi-camente en el campo de la educacin fsica, la recreacin y el deporte, para, finalmente, y a modo de apertura nunca de cierre esbozar alternativas y rutas para potenciar estas iniciativas, algunas de ellas viables desde el quehacer cotidiano de este campo, en procura de tras-cender el simple develamiento del problema o la cmoda clasificacin del mismo como apora, apuntalndome para ello en la Utopa como punta de lanza de la humanidad, proyecto al que nos debemos.

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    EL CAMPO DE LA EDUCACIN FSICA, LA RECREACIN Y EL DEPORTE, EN CLAVE DE CONSTRUCCIN DE CIUDADANAS

    1. Preludios necesarios para esta disertacin

    1.1 Ciudadana versus Ciudadanas

    El concepto de ciudadana es esencialmente controversial. A pesar de haber sido ampliamente abordado, no presenta una definicin preci-sa y, menos an, existen absolutos frente a su comprensin, dada la abierta y alta complejidad interna que le asiste. Distintos autores coin-ciden en afirmar que dicho concepto remite al ejercicio de una serie de prcticas individuales y sociales realizadas por los ciudadanos en el marco de su accionar social; su esencia comprende y compromete, necesariamente, a la colectividad, a lo pblico; se construye y circula en las acciones y representaciones cotidianas de los individuos, en su relacin en y con distintos espacios sociales e institucionales, donde se generan mecanismos y formas para establecer y organizar la realidad y convivencia social.

    El ejercicio ciudadano se sustenta, fundamentalmente, en el marco normativo de deberes y derechos establecidos en el reconocimiento de una condicin que el Estado otorga a sus miembros, haciendo alusin a un ideal del ser y del deber ser de un ciudadano, de una ciudadana o de una formacin para interactuar en la sociedad. Su esencia es lo po-ltico, entendido como la cualidad que se construye y emerge en todos los espacios de intersubjetividad humana, conteniendo y expresando la gran diversidad de las relaciones sociales; asimismo, lo poltico se con-cibe como el escenario de comprensin y construccin de lo comn, de lo pblico, de la diferencia y el consenso, que busca trascender lo mo a lo de los otros. No obstante, estos referentes ideales estn en constante tensin con lo que hay en juego en la ciudadana real.

    Los referentes fundamentales que circulan alrededor de la ciudadana son el reflejo de momentos histricos en los que, a travs de luchas so-ciales, los ciudadanos buscaron y alcanzaron ciertos logros, partiendo del precepto segn el cual la ciudadana, como tal, no est dada, se construye, se consolida. Muestra de ello son los beneficios alcanzados, en cuanto a ciudadana civil, con el logro de derechos de libertad indi-vidual durante el siglo XVIII; los de ciudadana poltica, con el dere-cho a participar en el ejercicio del poder poltico, en el siglo XIX; y los

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    de ciudadana social, durante el siglo XX, los cuales abarcan un amplio espectro de derechos: bienestar, seguridad econmica, herencia social.

    En esa perspectiva, distintos intereses e ideologas se ven reflejadas en variadas lneas y tradiciones de pensamiento; entre las ms reconoci-das de la poca moderna estn: la ciudadana liberal, la republicana y la comunitarista.1

    La tendencia de la ciudadana liberal resalta tres elementos: el civil, el poltico y el social, y plantea una ciudadana formal de derechos, de-fendiendo la autonoma individual, el predominio de la justicia sobre el bien y la neutralidad del Estado.

    La tradicin republicana es reconocida como el modelo ms antiguo y exigente en cuanto a las competencias y actitudes de los ciudadanos; establece como elementos centrales: la poltica como un fin en s mis-mo, la centralidad del concepto de bien comn, la importancia de la ciudadana activa y el principio de igualdad sustancial. Defiende la ciu-dadana como un ejercicio poltico basado en la libertad y la plurali-dad, en tanto que lo poltico es la nica va para construir una sociedad con vnculos entre los individuos; dicho acento poltico se fundamenta en la accin y en el juicio como cualidad esencialmente humana.

    La tradicin comunitarista, ms reciente que las anteriores, es cono-cida como la ciudadana de la emancipacin; surge como pensamiento filosfico a finales del siglo XX en oposicin, esencialmente, al indivi-dualismo presente en la propuesta del liberalismo, criticndole la pro-mocin de un individuo liberal, ahistrico, abstracto, alienado y vaco;

    1 Aunque es difcil encontrar autores puros en las tradiciones filosficas del liberalismo, republi-canismo y comunitarismo, los distintos autores que los refieren lo hacen acorde con el inters que les asiste; algunos de los conos ms representativos del pensamiento liberal son Thomas Mars-hall y Michael Sandel, y los ms clsicos, Kant, Locke y Hobbes. En la perspectiva ms actual, se resaltan los aportes de John Rawls. Los aportes ms contemporneos de tradicin Republicana son de Hannah Arendt, Alain Touraine, Zygmunt Bauman y Jurgen Habermas, cuyas teoras son apoyadas por reconocidos autores como Chantal Mouffe, Adela Cortina y Michael Walzer. Entre los clsicos se destaca a Aristteles, Maquiavelo y Rousseau. En el Comunitarismo son reconoci-dos por sus aportes Charles Taylor, Marion Young, David Miller, Robert Bellah, Michael Walzer; en alguna medida Will Kymlicka y Wayne Norman, entre otros. Algunos piensan que Alexis de Tocqueville fue uno de sus precursores.

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    EL CAMPO DE LA EDUCACIN FSICA, LA RECREACIN Y EL DEPORTE, EN CLAVE DE CONSTRUCCIN DE CIUDADANAS

    responsable de la crisis, como consecuencia de la excesiva institucio-nalizacin de las libertades, que llev a la disolucin de los vnculos comunitarios y solidarios, en decadencia de una participacin justa, activa y colectiva en el debate pblico, generando fuertes tensiones alrededor de los derechos individuales y las corresponsabilidades so-ciales. Como alternativa, el comunitarismo propone la defensa de la sociedad civil, despreocupndose por los aspectos individuales de los sujetos y centrando su inters en las sociedades y comunidades, como soberanas intermedias.

    Pero las tensiones, insatisfacciones y luchas continan, a pesar de los logros obtenidos, en tanto los ciudadanos no han alcanzado un equi-librio entre necesidades y satisfactores. Las dinmicas propias de las sociedades, su organizacin sociopoltica y cultural, los crecientes nive-les de injusticia, desigualdad, exclusin, segregacin, corrupcin y vio-lencia, entre otros, aumentan los conflictos en las relaciones sociales, poniendo de manifiesto tensiones y protestas cada vez ms frecuentes en demanda de justicia, equidad, libertad, espacios de representacin y de reconocimiento, pero, de manera explcita ahora, una serie de de-rechos de actores sociales y poblaciones cuyo contexto diferencial no haba sido tenido en cuenta en las lneas de pensamiento de las hist-ricas tradiciones.

    En este panorama, y en palabras de Morn & Benedicto (2008), asis-timos hoy a la lucha por la reivindicacin de la heterogeneidad, de la pluralidad, de la hibridacin; a la bsqueda de otras posibilidades y prcticas sociales; es decir, al reconocimiento de otras ciudadanas, en un debate que refleja el derrumbamiento de un modelo clsico en el develamiento del mito de la homogeneidad del Estado Nacin, de la ciudadana cultural y de los valores republicanos como identidad de una historia nica.

    Por ello hoy se hace imposible hablar de la ciudadana en una sola pers-pectiva, o tomar postura particular y nica frente a una lnea de pen-samiento; en cambio, se plantean visiones ms amplias, dinmicas, contextualizadas e incluyentes, en el emerger de otras maneras de en-tender la ciudadana en perspectiva plural mltiples ciudadanas, va-

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    rias, otras, escenario que exige nuevas formas de asumir y entender el complejo desenvolvimiento social; es decir, otras dinmicas para aten-der las tensiones que all se generan; es un panorama de bsqueda de reivindicaciones y posibilidades re-contextualizadas para una poca de migraciones, informacin del conocimiento, ciberntica y economa glo-balizadas, donde se registran procesos pluriculturales y multitnicos.

    Pensamientos emergentes en torno a este debate se posicionan en la actualidad, algunos de ellos planteados desde el contexto latinoame-ricano, como las tendencias de nuevas ciudadanas y ciudadanas mestizas,2 pensamientos que remiten a discursos, prcticas y dinmi-cas que surgen como proyecto de una nueva cultura poltica, con for-mas organizativas variadas; comprensin antropolgica que plantea el anlisis del trnsito cultural a la poltica, y se erige como una reinter-pretacin y explicacin de culturas no homogneas, donde la figura de la alteridad es un elemento condicionante de la construccin de iden-tidad y del reconocimiento a la existencia de la diversidad cultural, es-pecialmente en sociedades contemporneas marcadas por una trans-nacionalizacin y globalizacin que encuadran realidades inminentes de interculturalidad, y que plantean mbitos, experiencias y prcticas, reflejo de su conformacin sociopoltica y cultural en condicin de hi-bridacin y mestizaje, permeados siempre por la heterogeneidad y el conflicto.

    Este planteamiento invita a mirar las ciudadanas realmente consti-tuidas en las vivencias cotidianas y desde luchas histrico-culturales, dado que, de este modo, podr verse el orden poltico realmente exis-tente, el de la pluralidad, el de la diferencia y de las relaciones que entre stas se generan, entretejindose en los ms diversos rdenes que van, de lo ms local y regional, a lo nacional. Ciudadanas que muestran las particularidades de los individuos, basndose en el reconocimiento de diversidades histricas, culturales y contextuales; relacionndose,

    2 El concepto de nuevas ciudadanas ha irrumpido en Latinoamrica de la mano de tericos como Nstor Garca Canclini, Norbert Lehner y Jess Martn-Barbero. Y el de ciudadanas mes-tizas con el importante aporte de los trabajos investigativos de Mara Teresa Uribe de Hincapi, en el contexto sociopoltico colombiano, que aborda un esencial concepto de mestizaje poltico cultural.

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    a su vez, con las luchas por el pluralismo cultural, donde los otros son sujetos con intereses, valores y con posibilidades de exigibilidad de sus derechos, los que no corresponden nicamente a los presentes en la estructura formal de una sociedad.

    El enfoque que reconoce la existencia de mltiples ciudadanas, per-mite entender, reconocer y concebir como se lee en los postulados de las ciudadanas mestizas, el ejercicio de prcticas donde se expresan, piensan y comparten referentes culturales plurales, que se contextua-lizan en la situacin especfica en que est inmerso cada sujeto, para luego ponerse en juego con otros cercanos sin perder el rumbo de lo individual y, desde all, construir identidades sociopolticas y refe-rentes normativos universales, teniendo en cuenta que, en su construc-cin constante, entran en juego tanto intereses como conflictos.

    1.2 El sistema educativo y su insercin en el proyecto de construccin de sociedad

    En cada contexto y poca se establecen en el sistema educativo los li-neamientos que se quieren para la formacin de las personas, para lo cual se genera una serie de subsistemas en un proceso dinamizado a partir de un conjunto de dispositivos e influencias que se establecen dentro de las instituciones (Estado, familia, escuela, iglesia, medios de comunicacin, entre otros) y fuera de ellas, cumpliendo cada cual, des-de sus lgicas particulares, su respectiva funcin en el sistema educa-tivo, con el propsito de aportar a la formacin de los sujetos en todas sus dimensiones preparacin para la vida, para el trabajo, y para la convivencia social, como va de acceso a la cultura.

    En el contexto internacional, desde distintas organizaciones Nacio-nes Unidas, cumbres de Estados, sectores productivos, educativos y gremios de intelectuales, entre otros, se insta permanentemente a la necesidad de generar estrategias que propendan un cambio social sig-nificativo para el mejor estar de la comunidad mundial; en este sentido, todos coinciden en que la formacin ciudadana es la estrategia funda-mental para dicho cambio, contemplando la educacin como elemento central, desde todas las reas de conocimiento y en todos sus campos de accionar formal, no formal e informal.

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    Las diferentes reas del conocimiento, desde las parcelas disciplinares y los campos del saber donde se inscriben, buscan, de algn modo, su insercin en la estructura de la sociedad y en su funcin de proyeccin formativa, tratando de aportar elementos que estn en sintona con los propsitos del proyecto poltico vigente; algunas de ellas centran su atencin en la produccin de conocimiento o en su aplicacin al de-sarrollo humano y tecnolgico, en la tarea de atender problemticas y necesidades sociales especficas; otras, dirigen su accionar a la peda-gogizacin de sus prcticas, esforzndose por proponer y desarrollar una serie de dinmicas tericas, investigativas y de intervencin. En esta ltima perspectiva puede ubicarse el campo de la educacin fsi-ca, la recreacin y el deporte,3 que, aunque asistido por las lgicas y dinmicas particulares de cada una de sus reas, tiene como eje comn el movimiento humano y traza como uno de sus propsitos centrales aportar, por medio de este, a la formacin integral de las personas.

    En coherencia con el inters temtico de esta disertacin intentar comprender las dinmicas que adelanta el campo de la educacin f-sica, la recreacin y el deporte, en perspectiva de formacin ciudada-na y construccin de ciudadanas, y desde una mirada a ese proceso dinmico propio de la relacin entre conocimiento y desarrollo socio-poltico, se opta por enfocar la atencin en aquellas lneas de accin especficas que, desde el campo, se perfilan hacia procesos de forma-cin individual y colectivo en su pretensin de aportar al desarrollo del proyecto de sociedad, con intervenciones en y desde escenarios de las prcticas motrices recreo-deportivas que se han ido consolidando

    3 Histricamente, dentro del sistema educativo general de la sociedad, la educacin fsica, el de-porte, la recreacin y la actividad fsica han sido reas convergentes en un campo disciplinar que las acoge, dado que sus prcticas se encuentran, se complementan y se integran; sin embargo, cada una de ellas se constituye en un escenario particular, dejando ver lgicas especficas que se instalan como imaginarios y/o representaciones sociales en el contexto socio cultural. As, la educacin fsica se consolida como prctica pedaggica institucionalizada en el espacio escolar; el deporte, como prctica social que puede estar inscrito en cualquiera de los mbitos educativos (formal, no formal e informal); y la recreacin como una prctica cultural, que tiene su gnesis en el sentido ldico propio del ser humano y que se configura en la particularidad de los contextos donde se produce. En este escenario, optamos por referirnos al campo de la educacin fsica, la recreacin y el deporte como aquel que tiene en su centro al movimiento humano con distintos propsitos formativos.

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    como espacios de vivencias reales, para potenciar la construccin de ideales tanto propios como compartidos, y, por ende, espacios para la formacin ciudadana.

    En esta perspectiva se retoman, esencialmente, los hallazgos y reflexio-nes de la investigacin La formacin ciudadana dinamizada desde la motricidad como Campo de configuracin de lo humano: un anlisis desde escenarios y prcticas recreativas y deportivas (Benjumea, 2011), la cual centr su inters en entender las dinmicas que se su-ceden en programas institucionalizados que buscan, desde este cam-po, implementar acciones en el sistema educativo (formal y no formal), para dar cumplimiento a las normas, especialmente aquellas trazadas en las constituciones polticas de cada pas, e igualmente las que, en su accionar educativo y formativo, direccionan algunos de sus propsitos y estrategias en pro de la formacin ciudadana; todo ello, en busca de una sintona terica, metodolgica y prctica entre formacin ciuda-dana y motricidad, con la intencin de aportar a la construccin de ciudadanas.

    2. Panorama actual de la formacin ciudadana en pro de la construccin de ciudadanas desde el campo de la educacin fsica, la recreacin y el deporte

    Partiendo del cuestionamiento: Cmo ha sido entendida la formacin ciudadana en, y desde el campo de la educacin fsica, la recreacin y el deporte?, es fcil reconocer, sin riesgo de equivocacin, que desde tiem-po atrs y a nivel mundial, las reas que convergen en este campo, sus escenarios y prcticas, son ampliamente reconocidas como gran poten-cial y medio de cultivo idneo para la transmisin de valores necesa-rios en la convivencia y la formacin para la ciudadana, en tanto son espacios de vivenciacin de experiencias compartidas que posibilitan y aportan a la formacin individual y colectiva en la salud, en lo social, lo poltico, lo cultural, lo ecolgico, entre otros; es decir, son recono-cidos como un recurso de formacin para la participacin en el proyec-to de sociedad, e incluso para prevenir y corregir comportamientos no acordes con los requerimientos de la sociedad en la que se suscriben.

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    2.1 Marco normativo

    La normatividad de diferentes instancias y pocas, permite visualizar el inters y la necesidad de explicitar el papel de este campo en el desa-rrollo individual y sociocultural, y en su proyeccin de formacin para la participacin en la construccin del proyecto social. De ah que or-ganizaciones internacionales de distinto orden resalten la importancia otorgada a la promocin de sus prcticas; un ejemplo es la Carta Inter-nacional de la Educacin Fsica y el Deporte (UNESCO, 1978),4 fun-damentada en la declaracin universal de los Derechos Humanos, que traza lineamientos y exhorta a estamentos, gobiernos, organizaciones no gubernamentales, educadores, familias y a los propios individuos, a inspirarse en ella, difundirla y ponerla en accin, en tanto la educacin fsica y el deporte son un derecho fundamental para todos, y deber garantizarse tanto desde el sistema educativo, como desde los dems campos de la vida social, para lo que se cre el Comit Interguberna-mental de Educacin Fsica y Deporte, con el propsito de promover la cooperacin, el entendimiento y el respeto mutuo en elementos compe-tentes a estas reas.

    Las aartas constitucionales de distintos pases contienen normativas especficas que establecen los lineamientos para impulsar el accionar desde este campo. En nuestro caso, la Constitucin Poltica de Colom-bia da impulso significativo a la formacin ciudadana y al reconoci-miento del rea de la educacin fsica, la recreacin y el deporte como derecho fundamental del ciudadano. En ella, el Estado colombiano, re-conociendo las amplias posibilidades individuales y colectivas que se pueden potenciar desde los escenarios, y recogiendo la normatividad

    4 Redactada en la Conferencia General de la Organizacin de las Naciones Unidas para la Edu-cacin, la Ciencia y la Cultura, UNESCO 1978, Pars, 20 reunin. Alude a lo dispuesto en la Declaracin Universal de los Derechos Humanos, en torno a las condiciones del ejercicio efectivo de su prctica, donde brinda la posibilidad a todas y cada una de las personas de desarrollar y preservar libremente sus facultades de acceder a la educacin fsica y al deporte, como elementos fundamentales para el desarrollo de las aptitudes fsicas, intelectuales y morales del ser huma-no, en tanto estas prcticas mejoran la calidad de la vida que sirve de base al pleno desarrollo y acercamiento de los pueblos y las personas, as como la emulacin desinteresada, la solidaridad y la fraternidad, el respeto y la comprensin mutua, el reconocimiento de la integridad y de la dignidad humana.

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    anterior, tanto de orden internacional (Proclama Universal de los De-rechos Humanos) como nacional (en especial el Decreto 2845 de 1984, Ley Marco del Deporte),5 en su Artculo 52 eleva a la categora de dere-cho fundamental estas prcticas, otorgndoles relevante trascendencia en diferentes contextos. En tal sentido, el alcance del Artculo 52 se ampla en pro de su cumplimiento como derecho de los ciudadanos me-diante Acto Legislativo 02 de 2000, as:

    El ejercicio del Deporte, sus manifestaciones recreativas, competitivas y autctonas, tienen como funcin la formacin integral de las perso-nas, preservar y desarrollar una mejor salud en el ser humano [] El Deporte y la Recreacin, forman parte de la educacin y constituyen gasto pblico social [] Se reconoce el derecho de todas las personas a la Recreacin, a la prctica del Deporte y al aprovechamiento del tiem-po libre [] El Estado fomentar estas actividades e inspeccionar, vigilar y controlar las organizaciones deportivas y recreativas cuya estructura y propiedad debern ser democrticas.6

    Para acatar estos mandatos constitucionales, mediante Ley 181 de 1995 se cre el Sistema Nacional del Deporte como instrumento para coor-dinar, articular, descentralizar e implementar las polticas pblicas del deporte, la recreacin, la educacin fsica y la actividad fsica7 en el

    5 El Decreto 2845 de 1984 o Ley Marco del Deporte, expedido por el Ministerio de Educacin Na-cional, dicta las normas para el ordenamiento del deporte, la educacin fsica y la recreacin como derechos de la comunidad, constituyndose estos en elementos esenciales del proceso educativo y de la promocin social de la comunidad, y, por tanto, el Gobierno Nacional establece la regla-mentacin para dirigir e inspeccionar su enseanza y la formacin de los profesionales dedicados a tales disciplinas y reconoce al Instituto Colombiano de la Juventud y el Deporte (Coldeportes) como mximo ente rector.6 En una referencia actual, el Plan decenal del deporte 2009-2019: Deporte, recreacin, edu-cacin fsica y actividad fsica para el desarrollo humano, la convivencia y la paz (pp. 21-22), expresa: Si bien es cierto que el reconocimiento del Deporte, la Recreacin y la Educacin Fsica a cargo del Estado, se remonta en Colombia desde finales del siglo XIX, solo hasta la Constitucin del 91 se eleva a la categora de derecho fundamental y posteriormente, mediante el Acto Legis-lativo 02 de 2000 se reconoce al Deporte y la Recreacin como parte del gasto pblico social, adicionando el alcance de los artculos 365 y 366 de la Carta Magna, en la bsqueda del bienestar y el mejoramiento de la calidad de vida de la poblacin.7 El Plan decenal del deporte 2009-2019 (p. 22), plantea que para la integracin funcional del Sistema Nacional del Deporte, el trmino y alcance de actividad fsica se propone en la base de la pirmide de la iniciacin deportiva junto a la recreacin, para que ambas constituyan el soporte del deporte social comunitario.

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    pas, bajo la direccin y orientacin del Instituto Colombiano del De-porte (Coldeportes), entidad que, en la misma ley, desarrollando espe-cficamente el artculo 52, regula los lineamientos para el rea; tarea que, a su vez, debi haberse realizado articulada con la Ley 115 de 1994, que establece: son fines de la Educacin Fsica encargarse de orientar los dems ejes recreacin, deporte y aprovechamiento del tiempo li-bre a nivel individual y social, hacia el desarrollo de hbitos saluda-bles y la prevencin de problemas socialmente relevantes como son, entre otros, el alcoholismo, la drogadiccin y la violencia.

    A pesar de que la educacin fsica y el deporte haban sido centro de atencin de las administraciones gubernamentales y otras en los aos anteriores, ms desde una mirada tica, especialmente frente al dopaje y los comportamientos antideportivos, slo en 1999 en Punta del Este, Uruguay, en la Conferencia Internacional de Ministros, y altos funcio-narios y encargados de direccionar polticas desde y para estas reas, se insisti sobre su papel en el desarrollo sociocultural de los pases, sugiriendo, en consecuencia, ir ms all de medidas represivas y de control, lo que, en opinin de los especialistas, se converta en una vi-sin muy limitada frente a la problemtica.

    En el ao 2000, la Asamblea General de las Naciones Unidas reuni a los Jefes de Gobierno de 147 pases y 42 ministros y jefes de delegacin, para determinar cmo unir voluntades, compromisos y esfuerzos para revitalizar la cooperacin internacional destinada a los pases menos desarrollados y, en especial, a luchar decididamente contra la pobreza y el hambre, por la reversin del deterioro ambiental, el mejoramiento de la educacin y la salud, y la promocin de la igualdad entre los sexos, entre otros, en una iniciativa que apunta al desarrollo y construccin de sociedades sostenibles. Tales propsitos se denominaron Objetivos del milenio. Se establece que la sostenibilidad de las sociedades tiene que ver con el papel que han de desempear diversos campos de las ciencias, pero de forma principal con la cultura, con los valores que cultivan las personas, la forma como perciben y conducen sus vidas y las relaciones con los dems. De ah la necesidad de una educacin

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    transdisciplinar, contextualizada, vinculada al presente y al futuro, coherente con la conciencia de destino comn de la humanidad y de ciudadanos planetarios.

    En esta perspectiva, los diferentes campos y reas del conocimiento se enfilaron en variadas propuestas educativas, surgidas con propsitos de fortalecer el potencial humano y aportar a la consolidacin del te-jido social para la construccin ciudadana. Con tal fin, la UNESCO en 2003 proclam el ao 2005 como Ao internacional del deporte y la educacin fsica; luego, en 2005, la Organizacin discuti y adopt su proyecto final, el cual cre una filosofa de actuacin en este campo y una visin amplia que contempla y destaca en profundidad la investi-gacin, la educacin, la formacin y la cooperacin entre los pases y las actividades de seguimiento y evaluacin, en los planos nacionales, a su papel y aporte al desarrollo de sociedades sostenibles y, sobre todo, a la consideracin integral de cada ser humano de la bsqueda de su plena salud, bienestar y bien vivir.

    Al respecto, Kofi Annan, Secretario General de las Naciones Unidas, expres:

    La gente de todas las naciones ama el Deporte. Sus valores buen es-tado fsico, el juego limpio, el trabajo en equipo y la bsqueda de la ex-celencia son universales. Esta puede ser una poderosa fuerza positiva en la vida de los pueblos devastados por la guerra o la pobreza, espe-cialmente los nios. El Ao Internacional del Deporte y la Educacin Fsica es un recordatorio a los gobiernos, las organizaciones internacio-nales y los grupos comunitarios en todas partes para que se inspiren en el Deporte con el fin de fomentar los derechos humanos, el desarrollo y la paz.

    A su vez, Adolf Ogi, asesor especial del secretario general de las Nacio-nes Unidas sobre el Deporte para el Desarrollo y la Paz, plante:

    La prctica regular del deporte provee invaluables lecciones, esenciales para la vida de nuestras sociedades. La tolerancia, la cooperacin y la integracin son necesarias para el xito en los deportes y en la vida diaria. Los valores fundamentales del deporte son consecuentes con los

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    principios de la Carta de las Naciones Unidas. El deporte es para todos, no conoce barreras y es de fcil acceso. Junto con los gobiernos, la so-ciedad civil y el Sistema de las Naciones Unidas, el mundo del deporte nos ayudar a demostrar el valor y el poder del deporte para mejorar la educacin, la salud, y el desarrollo, as como para alcanzar una paz perdurable.

    Al observar el panorama normativo que enmarca la actuacin de este campo de conocimiento, en la perspectiva del aporte a la construccin del proyecto social, quedan explcitos el inters y la necesidad de adop-tar estrategias intencionadas a afianzar vnculos en la relacin conoci-miento, desarrollo y reas de actuacin del campo (formal, no formal e informal), con los aspectos sociopolticos y culturales de cada nacin donde se suscriben, para que, desde los escenarios de pedagogizacin de sus prcticas, se tracen lneas de educacin y formacin para la ciu-dadana.

    No obstante, y a pesar de reconocer este horizonte, podremos decir que existe una reflexin clara, suficiente y visible en torno a la forma-cin ciudadana en este campo?

    Es innegable que las prcticas y escenarios en que se despliega el accio-nar de la educacin fsica, la recreacin y el deporte, se han ido insta-lando cada vez con mayor inters como espacios para posibilitar din-micas que aporten a la formacin del juicio poltico en la perspectiva de construccin de ciudadanas acordes con cada contexto.

    Una muestra de lo anterior es el amplio horizonte de publicaciones en el mundo acerca del tema, en trabajos de corte reflexivo, terico, inves-tigativo y de divulgacin de experiencias significativas. Es evidente el reconocimiento a la amplia variedad de posibilidades formativas que encuentran los sujetos en este tipo de prcticas, y los mltiples eslabo-nes que cada sociedad puede tender desde ellas para su fortalecimiento como proyecto social. Veamos algunos trabajos relevantes, para ilus-trar la disertacin.

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    2.2 Contexto investigativo

    De la revisin de artculos,8 investigaciones y experiencias realizados por los ministerios de educacin vinculados a la Organizacin de Esta-dos Iberoamericanos OEI y de investigadores que reflexionan sobre la educacin fsica, la recreacin y el deporte como espacios posibles en la perspectiva de una formacin ciudadana, se puede afirmar un gran reconocimiento como medios apropiados para incentivar valores para el desarrollo personal y social, como afn de superacin, integracin, respeto a las personas y a las normas, tolerancia, perseverancia, trabajo en equipo, superacin de los lmites, autodisciplina, responsabilidad, cooperacin, honestidad; como tambin, en algunos casos, para desa-fiar discursos dominantes. De la literatura revisada destaco:

    El amplio anlisis documental que hacen Camir & Trudel (2008) entre 1995-2007 sobre formacin del deporte juvenil para desarrollar valores y ciudadana, como continuacin de la revisin exhaustiva que hicieron a nivel internacional Shields & Bredemeier (1995).

    El estudio realizado por Mller, Van Zoonen & De Roode (2008) con los participantes en un torneo de ftbol de Amsterdam para potenciar la integracin social, en el cual plantean que las prcticas que resultan de la experiencia parecen hacer poco para desafiar discursos dominantes problemticos y relaciones sociales.

    La investigacin de Kennett, Moragas, Sagarzazu y Cerezuela (2006) sobre tres aspectos: deporte e inmigracin, polticas deportivas y so-

    8 Artculos del Ministerio de Educacin vinculados a la Organizacin de Estados Iberoamericanos OEI, en especial el monogrfico 39 de la Revista Iberoamericana de Educacin, dedicada al tema de la Educacin del cuerpo y la Revista del Ministerio de Educacin de Espaa, que igualmente dedic su edicin 339 a Educacin y deporte. Especial inters merecen los artculos de: Gmez Rijo, Antonio (2001), Deporte y moral: los valores educativos del deporte escolar; De Souza Vargas & Oll Galvo (2007), La construccin del humano a travs del deporte como un dere-cho inalienable; Hernndez, J., Velsquez, R. & Lpez, C. (2002), Deporte y educacin para la convivencia: una perspectiva de educacin en valores y actitudes; Gonzlez, Arturo (2006), La educacin en valores a travs de la educacin fsica y el Deporte; Muoz R., Francisco (2004), El deporte como instrumento de transmisin de valores: por un modelo de cohesin y tolerancia; Ruiz, Guillermo & Cabrera, Dolores (2008), Los valores en el deporte; UNICEF, Deporte para el desarrollo en Amrica Latina y el Caribe.

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    ciales y el papel del deporte en el proceso de integracin de la poblacin inmigrante de las comunidades de Catalua, Madrid y Andaluca.

    El estudio analtico de Cecchini, Fernndez, Gonzlez y Arruza (2008) sobre las repercusiones del Programa Delfos, que evidencia su efectivi-dad para generar cambios en un tiempo relativamente corto, en lo que respecta al fair play en el deporte y el autocontrol en otros contextos de la vida diaria. Se sugiere que no es el deporte, sino el contexto en el que se desarrolla, lo que explica los efectos sobre el funcionamiento moral de los atletas.

    La indagacin adelantada por Hernndez & Velsquez (2003) sobre la imagen que los nios y adolescentes tienen del deporte, las influencias que agentes e instituciones sociales ejercen en la formacin de dicha imagen y cmo la propia representacin del mundo del deporte y las relaciones que se establecen en la prctica deportiva influyen en la for-macin de valores y actitudes acordes con aquellos que requiere la con-vivencia interpersonal en una sociedad democrtica.

    En Colombia se destaca la sistematizacin de Inder Medelln (2005) sobre experiencias recreo-deportivas y otras, que han servido en me-dio del conflicto y la violencia para la reconstruccin del tejido social y la convivencia. El informe muestra una intencin proyectiva para po-lticas pblicas que buscaran hacer de la recreacin y el deporte un resulta