evaluacion y diagnostico del tema alimentos tradicionales eje4 act4
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El consumo de alimentos tradicionales en México
Por Marco Aurelio Flores Hernández
RESUMEN
Una característica importante que influye en el comportamiento de los consumidores
es la búsqueda de variedad alimentaria. En este artículo se analizan las actitudes
de los consumidores en nuestro país hacia las comidas tradicionales y su relación
comidas de otras regiones del mundo llamadas étnicas/internacionales. Por un lado,
existe una numerosa gama de alimentos nutritivos tradicionales que siguen siendo
un hábito de compra y consumo de uso común en el país como cacao, aguacate,
amaranto, nopal, jitomate, chile, maíz, entre otros, los cuales tienden hacia una
mayor búsqueda de combinación gastronómica, esto debido a una mayor
producción de alimentos en combinación con productos alimenticios
étnicos/internacionales que por otro lado contribuyen con ello al enriquecimiento de
alimentos en el país y por ende también a su variedad alimentaria.
Palabras clave: variedad alimentaria, comidas étnicas/internacionales,
consumidor, alimentos tradicionales México.
INTRODUCCIÓN
El ser humano como ser biológico necesita de los alimentos para su supervivencia.
Este suele consumir aquello que tienen disponible en su entorno más próximo y es
común que busquen una mayor variedad alimentaria para lograr una dieta
equilibrada (Rozin y Markwith, 1991). Sin embargo, en ocasiones también
incorporan o buscan mayor variedad de alimentos motivados por la curiosidad, para
eludir la monotonía de su dieta diaria y/o para satisfacer la carencia de algunos
alimentos (Cartay, 2005; Lähteenmäki y Arvola, 2001). En este sentido, existen
aspectos extrínsecos e intrínsecos que conducen a esta búsqueda de alimentos: los
primeros, se relacionan con una elección basada en el fin y/o propósito, en las
ocasiones y en las personas; los segundos, se vinculan en mayor medida con la
personalidad, la satisfacción interna y el comportamiento de elección individual.
El proceso subyacente a la búsqueda de variedad alimentaria ha sido clasificado
por Van Trijp (1995) en tres tipos: aburrimiento/fastidio, saciedad de atributos y
curiosidad. De acuerdo con el autor, cuando un individuo muestra cansancio, ya sea
del sabor o algún atributo específico de un alimento o comida, aparece un estímulo
que puede permitir al consumidor salir del hastío es la búsqueda de variedad.
Asimismo, la elección de nuevas comidas o el hecho de alternarlas con alimentos
familiares y/o conocidos conlleva una nueva degustación de atributos sensoriales
que, parcialmente, llegan a satisfacer la curiosidad de los consumidores.
De forma complementaria a estas características individuales existen elementos
más genéricos, como el desarrollo de los medios de comunicación, los flujos
migratorios, el comercio internacional y el turismo, entre otros, que influyen en la
difusión e introducción de comidas distintas a las tradicionales -como es el caso de
las comidas étnicas/internacionales-. Estas últimas son aquellas que forman parte
de la gastronomía de un pueblo o nación como la nuestra, cuyo consumo se realiza
fuera de sus fronteras geofísicas y culturales y que es analizado desde la
perspectiva de un consumidor y/o mercado distinto al grupo cultural de referencia
(Camarena, 2010).
Sin embargo a partir de los antecedentes descritos, el objetivo de esta
investigación es conocer que alimentos tradicionales siguen siendo de hábito de
compra y consumo común entre la población mexicana que tienden hacia una mayor
búsqueda de variedad alimentaria. Asimismo, se busca identificar en función del
nivel interno de búsqueda de variedad alimentaria la actitud que manifiestan los
consumidores hacia los alimentos étnicos/internacionales, así como su orden de
preferencias frente a las comidas tradicionales. Para medir el grado de deseo que
los consumidores que se manifiestan hacia la variedad alimentaria, se emplean
escalas como la desarrollada por Van Trijp y Steemkamp (1992) que, por sus siglas
en inglés, se conoce como VARSEEK (Variety Seeking Tendency). Es de destacar
que el análisis de la búsqueda de variedad alimentaria puede realizarse desde el
punto de vista de un alimento individual o de una comida en empleando escalas
como la anteriormente mencionada. Es de considera no obstante, que el objetivo de
esta investigación, se avoca a la variedad alimentaria de las comidas en el país.
MARCO CONCEPTUAL
De las explicaciones que se han dado popularmente al problema de la obesidad en
México es que la comida típica o tradicional engorda por su abundancia en
productos elaborados con maíz. Esta creencia es falsa, según la nutrióloga Belén
Otero Lamas.
“Además de la amplia variedad de frutas, verduras, granos y fuentes de proteína
animal que hay en México, este país y su cocina tienen la ventaja de que hay
alimentos de temporada que satisfacen necesidades”, dice Otero.
Por lo que los problemas causados por una mala alimentación, no provienen solo
de decir, que es debido al consumo de la alimentación tradicional mexicanos, sino
también a la búsqueda de variedad alimentaria, que en también en muchos casos
no se pueden considerar como alimentos.
Para Van Trijp y Steenkamp (1992), la búsqueda de variedad alimentaria se define
como «el factor que tiene por objeto proporcionar estimulación a través del
consumo de comidas variadas, de forma independiente del valor instrumental y/o
funcional de las alternativas del producto o las comidas». La variedad puede darse
cuando se cumplen algunas condiciones, como: i) cambios en disponibilidad, es
decir, cuando el tipo de comida que normalmente es consumida no se encuentra; ii)
cuando hay cambios en restricciones, como mayor disponibilidad de dinero o
restaurantes; iii) cuando hay cambios en los gustos debido a publicidad; y, iv)
cuando se pretenden cambios como un fin en sí mismo (McAlister y Pessemier,
1982, citado en Shenoy, 2005).
La escala de VARSEEK ha sido empleada en estudios donde se analiza la relación
que existe entre la búsqueda de variedad alimentaria y las elecciones que realizan
los individuos hacia distintos tipos de meriendas y/o refrigerios (Lähteenmäki y Van
Trijp, 1995), así como de sopas, frutas, bebidas y distintas variedades de alimentos
(Van Trijp, 1994). En estos estudios se ha encontrado que la necesidad de variedad
en la alimentación está vinculada con elementos internos, variables de personalidad
y factores relacionados con los productos. En otras investigaciones se ha utilizado
la escala para productos específicos, como el deseo que manifiestan los
consumidores hacia el uso y compra de queso (Lähteenmäki y Tuorila, 1992). En
otra línea se encuentran las investigaciones que analizan cómo la tendencia en la
búsqueda de variedad influye en el desarrollo de alimentos, teniendo incluso
implicaciones a nivel directivo y empresarial (Van Trij y Steenkamp, 1992). La
utilización de esta herramienta metodológica nos puede ayudar a determinar cuál
es la tendencia interna de los individuos para manifestarse hacia la variedad
alimentaria que influye en hábitos de compra y consumo de alimentos
étnicos/internacionales, así como en sus preferencias hacia alimentos
tradicionales.
Estos estudios han demostrado los consumidores más abiertos a otras
gastronomías son también los que se encuentran más dispuestos incrementar en
mayor medida su variedad alimentaria.
El segmento más propenso a una mayor búsqueda de variedad alimentaria se
diferencia del menos proclive en que cuenta con una mayor proporción de personas
jóvenes, con un nivel de ingresos relativamente mayor, con estudios superiores y/o
post-universitarios que desempeñan en mayor medida ocupaciones de empleados
calificados y estudiantes. Estos consumidores suelen destinar una parte
significativa de sus ingresos para el consumo fuera del hogar, situación que los lleva
a una mayor exposición a los alimentos ofrecidos en los restaurantes
especializados. Asimismo, este segmento es más propenso a la degustación de
diversas comidas étnicas/internacionales de manera frecuente, por lo que no es de
extrañar que entre sus comidas preferidas se encuentren aquéllas como el sushi, la
comida china, la italiana, entre otras.
Los datos derivados del estudio ponen de manifiesto que la búsqueda de variedad
alimentaria se encuentra relacionada con las preferencias de los consumidores,
que a medida que su nivel educativo aumenta y su edad disminuye suelen ser más
abiertos y predispuestos a incorporar mayor variedad de alimentos nuevos en sus
dietas. No obstante, pese a que existe una predisposición positiva hacia la
introducción de alimentos diferentes a los tradicionales, éstos aún se encuentran
lejos de generalizarse, ya que las preferencias de los consumidores siguen
favoreciendo en mayor medida a los alimentos con los cuales se encuentran
familiarizados.
Es de destacar que existe un porcentaje significativo de consumidores que
manifiesta inquietud hacia la incorporación de más variedad de alimentos. Esta
tendencia no pasa desapercibida para los empresarios, ya que existe un nicho de
mercado que está demandando más variedad y que está dispuesto a incorporar y
degustar nuevos alimentos. En esta línea, las políticas empresariales pueden
dirigirse hacia la oferta de un mayor número de referencias en el mercado, así como
también a la ampliación en la gama de productos. Asimismo, no hay que descartar
un aumento gradual en la oferta de nuevas gastronomías internacionales, ya sea a
través de restaurantes especializados o bien mediante una mayor variedad en los
anaqueles de los supermercados.
De igual forma, es indudable que la comida mexicana presentan características
proteínicas, organolépticas y extrínsecas que son atractivas para los consumidores,
por lo que el incremento de la oferta alimentaria través de las comidas
étnicas/internacionales amplía su abanico de opciones. Así, los consumidores más
tendentes a la diversidad pueden enriquecer su alimentación, saciar su curiosidad,
su motivación de exotismo y ampliar su cultura gastronómica.
En este sentido, los consumidores que se muestran más reticentes hacia una
búsqueda de alimentos no tradicionales pueden mantener elementos proteínicos
suficientes, que les garanticen una alimentación sana y balanceada. Esto quiere
decir que una actitud interna más o menos favorable hacia la diversidad no implica
unos malos hábitos de alimentación o una ingesta insuficiente de nutrientes, sino
una motivación menor a incorporar comidas diferentes a las habituales en sus dietas
o bien a las procedentes de otras culturas.
No hay que perder de vista que los flujos de inmigración, el proceso de
globalización, el comercio internacional, el turismo, entre otros factores, están
propiciando un constante intercambio de variedad y conocimiento gastronómico
entre las personas. De allí que el estudio del consumidor ante mayor variedad
alimentaria y nuevos alimentos se convierte en un tema de actualidad y de
constante investigación.
Sin embargo, como ya se mencionó una gran gama de alimentos siguen siendo un
hábito de compra y consumo común entre la población mexicana que tienden hacia
una mayor búsqueda de variedad alimentaria, enriqueciendo con ello una mayor
gama de productos alimenticos en combinación con los expuestos por productos
alimenticios internacionales, contribuyendo con ello al enriquecimiento de alimentos
más étnicos/internacionales
A continuación se presentan alimentos nutritivos y ampliamente utilizados en el país,
con datos nutricionales proporcionados por Otero, junto con el médico Abelardo
Ávila, del Instituto Nacional de Nutrición.
Cacao
El cacao es originario del sureste de México, aunque Costa de Marfil es el principal
productor mundial, según la Organización Internacional de Cacao. México importa
423,000 toneladas anuales de este grano, según datos de la Secretaría de
Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa).
Valor nutricional: En forma de chocolate, es fuente de energía y ha cobrado
importancia por la cantidad de polifenoles —poderosos agentes antioxidantes— que
contiene. Además tiene ácidos grasos, como el esteárico, que no aumenta el
colesterol.
Valor medicinal: Las semillas tostadas y molidas tienen efectos antioxidantes, son
antidepresivas y diuréticas. Recientemente se les ha relacionado con la prevención
y disminución de enfermedades cardiovasculares.
Aporte calórico (100g): 229 kCal. Componentes principales: Grasa 57%, minerales
4%, fibra 3%, nitrógeno 2%.
La desventajas es que el consumir en exceso cacao, en forma de chocolate, puede
producir insomnio, taquicardia y elevar los niveles de lípidos en la sangre. La azúcar
agregada puede provocar aumento de peso.
Aguacate
México es el principal exportador mundial de aguacate, con un millón 400.000
toneladas.
Valor nutricional: Es una importante fuente de grasa “buena”, ya que contiene ácidos
monoinsaturados como el oleico. Tiene vitaminas del complejo B, así como ácido
fólico (vitamina B9) y vitamina E, que es un potente antioxidante natural, según el
documento Los recursos nutracéuticos y medicinales que Mesoamérica le ha dado
al mundo, publicado por Instituto Politécnico Nacional (IPN).
Valor medicinal: Fortalece el sistema inmunológico, previene enfermedades debido
a su alto contenido de vitamina E. Reduce la posibilidad de presentar enfermedades
cardiacas y la infusión de la semilla tiene cualidades para desparasitar, según el
libro Herbolaria Mexicana. También puede ayudar a prevenir el cáncer de próstata,
según estudios del Centro de Nutrición Humana de la Universidad de California
(UCLA).
Aporte calórico (100g): 160 kCal. Componentes principales: 15% grasa, 6%
carbohidratos, 2% proteínas.
Solo en algunos casos tiene la desventaja de que algunas personas presentan
reacciones alérgicas al aguacate, incluyendo urticaria, vómito e inflamación de vías
respiratorias.
Amaranto
Es originario de México, pero China es el primer productor mundial, con 40,468
hectáreas anuales sembradas, según el Instituto Jefferson de la Agricultura.
Valor nutricional: Contiene más proteínas que el maíz y el arroz, además de ser rico
en vitaminas A, B, C, B1, B2, B3, ácido fólico, niacina, calcio, hierro y fósforo, según
la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).
Sus granos y hojas son comestibles y ricos en hierro.
Valor medicinal: La semilla es energética y previene la anemia debido a su alto
contenido de proteína. Su abundancia de fibra regula la función intestinal.
Aporte calórico (100g): 374 kCal. Componentes principales: 57% carbohidratos,
18% proteína, 5.6% grasas.
Solo presenta la desventajas que su resistencia a herbicidas genera problemas con
cultivos vecinos, como la soya.
Nopal
En Japón su aprecio es tan alto que se intentó patentar su cultivo. Tras ser
rechazada esta petición, importa más de 200 toneladas anuales de este producto,
que ahora crece en popularidad por sus beneficios contra la diabetes.
Valor nutricional: Las pencas tienen alto contenido de calcio, magnesio, sodio,
potasio, hierro y bajo contenido de grasa y proteína. Presentan muy buenos niveles
de fibra.
Valor medicinal: Acelera el metabolismo de la glucosa en la sangre porque estimula
la secreción de insulina. También disminuye el colesterol, combate la gastritis y
contrarresta el estreñimiento, según estudios publicados por el Centro de
Investigación y de Estudios Avanzados del Instituto Politécnico Nacional
(CINVESTAV-IPN).
Aporte calórico (100g): 16 kCal. Componentes principales: 78% agua y fibra, 6%
carbohidratos, 2% proteínas, 2% minerales.
Tiene la desventaja de que el consumido en exceso puede provocar hipoglucemia
y baja de niveles de azúcar en sangre.
Chile
El chile crece en consumo dentro y fuera de México. Las ventas de chile mexicano
aumentaron 14.6% en el último año. En México la mayor demanda es de jalapeño,
serrano y habanero, según Sagarpa.
Valor nutricional: Estimula el apetito y la actividad de glándulas salivales y mucosas
en boca y estómago. Estimula formación de jugos gástricos.
Valor medicinal: Contribuye al tratamiento de inflamaciones, males cardiacos, dolor
lumbar y úlceras. Previene enfermedades relacionadas con la diabetes. Según la
Universidad de Cincinnati descongestiona las vías respiratorias.
Aporte calórico (por 100g): 21 kCal. Componentes principales: (varían según la
especie): 95% agua y fibra; -de 1% capsaicina, -1% carotenos, 1% vitamina C, -de
1% cobre.
Aunque su consumido en exceso provoca úlceras y puede llegar a provocar
sangrado en el tubo digestivo.
Jitomate
Aunque México fue el centro de domesticación del jitomate o tomate rojo, hoy
Florida, en Estados Unidos, supera la producción y ventas de este cultivo. Grandes
consumidores, como Alemania y Gran Bretaña, prefieren comprar a Florida porque
tiene más capacidad para proveer tomate pelado y en puré, según Sagarpa.
Valor nutricional: Aporta vitaminas y minerales, y contiene alta cantidad de licopeno,
que se ha identificado como un potente agente antioxidante.
Valor medicinal: Reduce el riesgo de desarrollar cáncer de próstata, pulmón,
estómago, colorectal, esófago, páncreas, bucal y cervical. Es desinflamante eficaz
contra hemorroides, dolores de cabeza y auxiliar en quemaduras por el sol, según
el libro Herbolaria Mexicana.
Aporte calórico (100g): 11.7 kCal. Componentes principales: 94% agua, 4%
carbohidratos, 2% vitaminas A, B1, B3, B6, C, E y K.
Solo en algunos casos tiene la desventaja que debido a que contiene un derivado
del amoniaco llamado tiramina puede causar alergias y dolor de cabeza.
Epazote
Su producción nacional no ha cambiado desde el año 2000, pero crece su
aceptación como cultivo en pequeños espacios, incluso en ciudades, estimulado por
su extenso uso en la cocina mexicana.
Valor nutricional: Se usa como condimento en muchos platillos asociados al maíz y
frijol así como en sopas, salsas y moles.
Valor medicinal: Se prepara como infusión para eliminar parásitos intestinales,
regular la menstruación y aliviar dolores estomacales, de muelas y encías.
Aporte calórico (100g): No hay registro. Componentes principales: 1% de aceites
esenciales, principalmente ascaridol
Solo una variedad conocida como “epazote de zorrillo” es una planta abortiva, por
lo que no debe consumirse durante el embarazo.
Maíz
En México se domesticó el maíz, pero actualmente 1 de cada 3 kilos de este grano
se importan de Estados Unidos.
Valor nutricional: Es la principal fuente de energía en la dieta mexicana, contribuye
con cerca de 10% de la proteína requerida. En forma de tortilla aporta calcio y
almidones.
Valor medicinal: Preparado en atole protege la mucosa intestinal y reduce la mala
absorción intestinal. En forma de tortilla fortalece los huesos y reduce la glucosa en
la sangre.
Aporte calórico de 100 g: En grano, 326 kCal. En tortilla, 223kCal. Componentes
principales: 70% agua, 23.4% carbohidratos, 3.7% proteínas, 1.5 % grasas
La única desventaja es que su bajo contenido de aminoácidos provoca que el valor
biológico de su proteína sea bajo.
Frijol
Aunque es uno de los alimentos más típicos de México, en la década del 2000 se
redujo el área sembrada de frijol, de 2,12 millones de hectáreas a 1,88, y su precio
se duplicó, según el organismo público de desarrollo del campo, Financiera Rural.
Valor nutricional: Tiene alto contenido de proteínas y fibra, es rico en vitamina B,
hierro, calcio, potasio y fósforo.
Valor medicinal: Previene la anemia, el riesgo de enfermedades cardiacas,
apoplejías, trastornos de la menopausia y vasculares, además es antiviral y
antioxidante.
Aporte calórico por 100 g: 342.7. Componentes principales: (cambia según la
variedad): 62.4% carbohidratos, 23-27% proteína, 14-33% fibra, 1-6% grasa.
Solo algunas variedades de frijol silvestre pueden provocar complicaciones
digestivas.
Calabaza
Los mexicanos exportamos más cantidad de calabaza, semilla de calabaza y
calabacita de la que consumimos, según Financiera Rural.
Valor nutricional: Junto con el maíz y frijol eran llamadas “las tres hermanas” en
Mesoamérica. Es buena fuente de fibra y minerales como el calcio, magnesio,
potasio y hierro; de ácidos grasos como el omega 3 y omega 6, según el documento
Los recursos nutracéuticos y medicinales que Mesoamérica le ha dado al mundo,
publicado por el Centro de Investigación y de Estudios Avanzados del Instituto
Politécnico Nacional (CINVESTAV-IPN).
Valor medicinal: Ayudan a la prevención de enfermedades cardiovasculares e
inflamatorias, y varios tipos de cáncer. Se prepara en té para eliminar parásitos
intestinales, regular la menstruación y aliviar dolores estomacales, de muelas y
encías.
Aporte calórico (100g): 26 kCal. Componentes principales: 93% agua, 4%
carbohidratos, 1% proteínas, 1% potasio; además de fósforo, hierro y sodio
Sol el consumo en exceso puede provocar desajustes, principalmente reducciones,
de los niveles de azúcar en sangre.
Además del consumo de esta variedad de alimentos de origen vegetal en la
gastronomía mexicana, el complemento a dichos productos en la alimentación lo
lleva la carne en sus distintas variedades y consumos, como ejemplos se tiene la
carne asada que consiste en asar al carbón carne de res acompañada de tortillas
de harina de trigo de tamaño normal, también el ceviche que es preparado a base
de pescado o camarones; es cocido en jugo de limón y se agrega cebolla, cilantro,
tomate y pepino. Habitualmente se acompaña de tostadas de maíz y aguacate o los
tradicionales tamales consisten en masa de maíz que lleva como relleno carne con
chile o queso y chile verde o con carne de pollo que son envueltos en las hojas de
la mazorca del maíz y cocidos al vapor.
CONCLUSIONES
En conclusión como es bien sabido la comida mexicana es muy variada, sin
embargo en los últimos años la introducción de comidas étnicas/internacionales se
ha intensificado. No es de extrañar que en el entorno mexicano se observe un mayor
número de restaurantes que ofrecen gastronomía internacional. Sin bien resulta
interesante conocer los factores que llevan a esa expansión, también es cierto que
de no ser por los consumidores y la preferencia que ellos conceden a este tipo de
comidas, su presencia en el panorama local no sería la misma.
La gastronomía de cada país es muy amplia. No obstante, la degustación y
conocimiento de los alimentos étnicos/internacionales ha ocurrido en restaurantes,
comercios y medios de comunicación, se puede considerar que su experiencia se
circunscribe a la oferta disponible en el mercado nacional. En estos casos, por lo
general, se trata de comida étnica modificada o adaptada a los gustos y preferencias
de los consumidores regionales (sushi, pizzas, waffles, hamburguesas, pastas,
arroz cantonés, arroz tres delicias, chop suey, carne al estilo argentino, arepas,
entre otros).
La comida tradicional mexicana tiene como base de su cocina el maíz, el tomate, el
chile entre otros como ya se mencionó y algunos de sus platillos más emblemáticos
son el mole, los tamales, la capirotada, los chilaquiles verdes, la cochinita pibil, los
esquites, el pozole, el pastel azteca, las quesadillas de huitlacoche, y mucho más
(FAO, 1998). Sin embargo, identificar una ‘cocina’ como distintiva de todo un país
puede resultar muy generalista, ya que dentro de un mismo territorio puede existir
una amplia variabilidad alimentaria. Los componentes y características regionales
también pueden variar y favorecer con ello la formación de una identidad
gastronómica regional. De esta forma, los alimentos que se consumen en una zona
específica no serán los mismos que los que se consumen en otras regiones del país
(Camarena, 2010).
Los resultados estadísticos poblacionales demuestran que una parte importante de
la población consume de forma habitual comidas tradicionales y/o típicas. Éstas
parten con una clara ventaja entre los consumidores, ya que de acuerdo con sus
valoraciones sus comidas preferidas siguen estando sesgadas hacia las
tradicionales frente a las internacionales o procedentes de otras culturas
gastronómicas.
Por ultimo aun cuando la proporción de ingresos mensuales que se destina para el
consumo fuera del hogar no es muy alta esto, esto debido a lo caro del consumo
alimentos fuera que dentro del hogar, lo cierto es que una buena parte de los
consumidores suele comer fuera de casa de manera frecuente. Estas
características dejan entrever que las tendencias en el consumo están
modificándose, si bien siguen predominando los alimentos con los cuales se
encuentran más familiarizados. Así mismo, la influencia de diversos elementos
como una mayor presencia de restaurantes especializados en comidas
étnicas/internacionales, la falta de tiempo para cocinar, las cada vez más frecuentes
comidas externas por motivos de trabajo, así como otros factores relacionados con
el ocio y/o esparcimiento están llevando a una incorporación gradual de alimentos
no usuales en las dietas de los consumidores.
RECOMENDACIONES
Este escrito se realizó de una recopilación de distintas fuentes bibliográficas
pensando que es de particular interés el ver como en nuestro país a pesar de su
enorme cultura gastronómica se ha ido poco a poco mezclando con otras comidas
tradicionales de otras regiones del mundo, eso se considera que no es malo,
siempre y cuando los alimentos mantengan un alto valor nutritivo, lo malo es que en
muchos casos eso no pasa, sino que debido a diversos factores mercadotécnicos y
publicitarios se han ido filtrando productos que no se pueden considerar alimenticios
y que se consumen en el país, propiciando con ello el incremento de enfermedades
como el cáncer, diabetes, obesidad, entre otros. Por lo que partiendo de la idea de
contribuir con un poco de información sobre los beneficios que puede tener la
diversidad alimenticia tanto nacional como internacional, es imprescindible distinguir
que se consume, pues existen productos que no se pueden considerar alimento por
el grave daño que pueden causar a la salud humana.
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Einar y Schifferstein Hendrik (Eds.), Food, People and Society: A European
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Mi diagnóstico sobre el texto académico: “El consumo de alimentos tradicionales en México”. Por Marco Aurelio Flores Hernández, actividad 4 eje 4
Aspecto Si ¿Cómo lo hice? No ¿Qué debo hacer?
Planificación y lectura exploratoria
¿Pensé en los lectores de mi texto? X Relacionándolo con el consumo alimentación de la población en el país. ¿Tengo suficientes conocimientos del tema? X Considero que es un tema amplio de estudiar y que sebe estudiar
e investigar más sobre dicho tema.
¿Es claro el objetivo del texto? X Se hice referente al tema que se planteó. ¿Hice una investigación previa del tema? X Buscando información en distintos medios.
¿Recurrí a fuentes académicas y sitios propios de la disciplina?
X Buscando en sitio electrónicos y libros de la disciplina que hablaran del tema.
¿Organice la información obtenida de mis búsquedas?
X Al tener la información recaba, la ordene de acuerdo a la importancia que le di para su estudio.
Proceso de escritura ¿La información que recopilé, fue suficiente para comenzar a escribir mi texto?
X Falta mucho por entender y recabar, lo que se elaboró solo fue una porción de lo mucho que se puede descubrir, por lo que se debe recopilar más información viable para un trabajo más completo.
¿Genere ideas del tema previamente? X Leyendo la información recaba así se tiene ideas más claras de lo que se quiere.
¿El título de mi texto, refleja con claridad el tema a tratar?
X Pensando en que llegue al lector.
¿Organice de manera clara y ordenada el texto; los párrafos y las oraciones?
X Ordenando las ideas del tema y de lo que quería dar entender al lector
¿Dentro de mi texto, están bien conectados los párrafos entre sí?
X Haciendo revisiones previas al texto
¿Los términos usados precisan bien los conceptos a los que refiero?
X Ajustando y ordenando las ideas que se esbozan en el tema.
Después de la escritura y revisión ¿Efectué una revisión al finalizar el texto? ¿Hice ajustes posteriormente?
X Haciendo una lectura exploratoria del texto
¿Tuve en cuenta que revisar, consiste en suprimir y también añadir; en sustituir y desplazar; en reforzar una idea; en distribuir y reorganizar palabras, frases o fragmentos del texto?
X Leyendo y considerando la congruencia en la definición de los conceptos e ideas.
Considero que no se tuvo que hacer muchos ajustes salvo el resumen y recomendaciones que se agregaron y ordenamientos al mis mo texto para su mejor entendimiento, por lo que es suficientemente adecuado para su análisis y estudio.