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La evolución de la teoría de la conservacióndel patrimonio construido en medio urbano hallevado a la consideración de fragmentos del te-jido, incluyendo tanto edificios y espacios singu-lares como otros de menor significación, que for-man, en su conjunto, un todo coherente caracte-rizado por su calidad ambiental. La identificaciónde áreas de conservación constituye una etapaclave del proceso conducente a la definición de

políticas y estrategias de planificación urbana.

Este artículo sintetiza un trabajo de mayorextensión, desarrollado a efectos de establecerun esquema metodológico y criterios de valora-ción para la identificación de áreas de conserva-ción en centros urbanos bonaerenses. La hipóte-sis inicial considera que algunos principios teóri-cos y metodológicos ampliamente aceptados fue-ron concebidos en el contexto europeo y quenuestros centros urbanos presentan característi-cas propias en cuanto a su origen, forma y es-tructura. Se trató, por lo tanto, de proceder a laadecuación de principios generales a una situa-ción regional particular. El esquema metodológi-co propuesto fue aplicado al caso de Chasco-mús, lo que permitió extraer algunas conclusio-nes, tanto a nivel metodológico como teórico.

A efectos de definir un esquema de lecturade morfología urbana, se procedió, siguiendo loslineamientos propuestos por Borié y Denieul, ala descomposición del sistema en cuatro elemen-tos básicos que determinan la forma urbana: eltrazado, el sistema parcelario, los espacios cons-truidos y los espacios libres, para proceder luegoa una recomposición del conjunto a partir delanálisis de las relaciones e interacción entre ellos.

Trazado

En los centros urbanos bonaerenses predo-mina un tipo de trazado que puede definirse,básicamente, a partir de dos elementos: cuadrí-cula y plaza central. Este tipo tuvo un hondo arrai-go en nuestro urbanismo; sus raíces se encuen-tran en la gesta fundacional española, pasandoluego, con algunas variantes, al período republi-cano. Las leyes y decretos que rigieron durantetres siglos la fundación de ciudades y pueblosfueron configurando un tipo que mantuvo cons-tantes sus elementos básicos, más allá de la in-corporación, a lo largo del tiempo, de nuevos ele-mentos que enriquecieron y complejizaron elmodelo original.

En Chascomús, el trazado no es fruto de unaoperación única sino que es posible leer diferen-tes instancias, correspondientes a su vez a épo-cas diversas (Fig. 1, 2). El sector más antiguoconsiste en algunas manzanas alrededor de laplaza principal, en el que se observa cierta irre-gularidad en lo que concierne a formas y dimen-siones de las manzanas.

La plaza no ocupa una posición central, si-tuación provocada por la presencia del fuerte quediera origen a la localidad. Un rasgo peculiar con-siste en su forma rectangular que responde ensus proporciones a los preceptos contenidos enlas Leyes de Indias, lo cual no resulta productode un respeto a la norma sino de la correcciónen el trazado practicada por Jaime Arrufó en1855. Otro rasgo particular es la presencia de lacalle que llega a la mitad de los lados de la pla-za, generando manzanas de clara proporciónrectangular. Los límites de lo que se podría de-nominar «trazado original» están definidos por

ESTUDIO DE MORFOLOGIA URBANA PARA LA IDENTIFICACION DE AREAS DECONSERVACION. Aplicación a un caso de estudio.

Alfredo L. Conti

Resumen

La evolución de la teoría de la conservación del patrimonio construido en medio urbano ha llevado a laconsideración de fragmentos del tejido, incluyendo tanto edificios y espacios singulares como otros de menorsignificación, que forman, en su conjunto, un todo coherente caracterizado por su calidad ambiental. La iden-tificación y delimitación de áreas de conservación supone un estudio de la ciudad en su conjunto a efectos dedetectar los sectores que presentan valor histórico, ambiental o arquitectónico. El trabajo presenta el desarro-llo de un método de lectura de la morfología urbana a partir de la descomposición del sistema en sus elementoscomponentes, la identificación de sectores diferenciados de tejido urbano y la posterior aplicación de criteriosde selección a efectos de definir potenciales áreas de conservación, a través de su aplicación al caso concreto

de la localidad de Chascomús.

Palabras clave: Conservación, patrimonio, morfología urbana, Chascomús.

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dos avenidas, Lamadrid y Lastra, la primera conun ancho excepcional de 85 metros. Estas ya eranreconocidas por Arrufó como circunvalación delo que él llamó «pueblo viejo».

A partir de dichas arterias comienza la exten-sión del trazado proyectada por Arrufó. Este sec-tor se caracteriza por una mayor regularidad, conla presencia del módulo básico de manzana de86,6 de lado (100 varas), con algunas excepcio-nes en los sitios en que se tuvo en cuenta la pre-sencia de elementos preexistentes. El trazado dela avenida de 85 metros de ancho se prolonga y

las calles tienen un ancho constante de 21,65metros (25 varas). Hacia el Norte, una avenidade ancho excepcional constituye nuevamente ellímite entre esta área y las expansiones realiza-das a lo largo del siglo XX.

Fuera del sector de solares proyectado porArrufó, el trazado se extendió por partición enmanzanas de las quintas, diluyéndose gradual-mente en el área rural, sin bordes o límites preci-sos. La extensión de la localidad se realizó conuna dirección preferencial, constituida por el ejecirculatorio que conecta con la Ruta 2 en direc-ción a Buenos Aires.

La laguna juega un papel significativo. Laavenida costanera sigue, en su recorrido, la irre-gularidad de la línea de la costa, generando man-zanas de formas diversas y espacios residualesque se integran al paseo en forma de plazoletas.La vía férrea impone otro rasgo de particularidadal superponerse sobre la trama ortogonal

Sistema parcelario

La concepción indiana, consistente en la divi-sión de la manzana en cuartos, se mantuvo, através de los instrumentos legales, hasta bienentrado el siglo XIX, pues aún la Ley de Ejidosde 1870 admitía el cuarto de manzana como di-mensión máxima del solar. Sin embargo fueronapareciendo, paulatinamente, otros modos sis-temáticos de división entre los que Randle iden-tifica dos formas características: en X y en H(Randle, 1969). El primero tiene su origen en unadeformación por fragmentación del primitivomodelo indiano y su objetivo es lograr el mayornúmero posible de lotes, para lo cual se reduceal mínimo el ancho, obteniéndose parcelas deigual frente y superficies variables, ya que la pro-fundidad está en función de la ubicación en lamanzana. El esquema en H, a su vez, se originaa partir de una voluntad de racionalizacióncatastral, a través del deseo de obtener lotes deárea equivalente, para lo cual varían las dimen-siones de los frentes.

En la lectura del sistema parcelario actual deChascomús, es posible hallar algunas situacio-nes diferenciadas, en correspondencia con dis-tintas áreas de la ciudad:

a) en el sector más antiguo es posible hallar unsistema parcelario que no responde a los es-quemas típicos. Se podría interpretar que lasituación actual es el resultado de sucesivasdivisiones de los lotes originales ya que lasparcelas son angostas y, si bien por lo generalpueden inscribirse en un patrón formal rectan-gular, se halla gran cantidad de lotes con for-

BRANDSE

F.C.R.

F.C.R.

M.J.C O B OE st. Leza m a

Gral.

BELGRANO

PILA

BAHÍA

SAMBOROMBÓN

3757

3557

25 26 27

32 3331

1 2

Laguna

deChascomús

Ruta Nac. Nº2

Ruta Nac. Nº2

Ocupación año 1855

Ocupación año 1825

Ocupación año 1909

Referencias

Figura 1: Ubicación de la ciudad de Chascomús en el territo-rio. La localidad se desarrolla entre la laguna y la Ruta 2, queune Buenos Aires con Mar del Plata.

Figura 2: Trazado urbano. Entre las avenidas Lamadrid y Las-tra y el borde de la laguna se desarrolla el sector más antiguo. Apartir de aquéllas la extensión proyectada al promediar el sigloXIX y luego las extensiones del trazado durante el siglo XX.

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mas irregulares. Se encuentra asimismo unnúmero importante de parcelas de reducidasdimensiones, particularmente en las manzanasrectangulares comprendidas entre las callesSan Martín y Lavalle. Una excepción a estasituación se halla en las manzanas más próxi-mas a la laguna, divididas y ocupadas con pos-terioridad al nudo histórico de la localidad, don-de se observa un parcelamiento más regular,con lotes de forma rectangular y dimensionessimilares, notándose además mínimas altera-ciones respecto a la división original. (Fig. 3)

b) En el sector trazado al promediar el siglo XIX,se diferencian dos áreas, cuyo límite está cons-tituido por la avenida Lamadrid. La primera,

entre avenidas Juárez y Lamadrid, presenta ungrado notable de alteración sobre los modelosde división originales, entre los que se puedenreconocer tanto los esquemas de cuartos demanzana como en H y X. Esta alteración, con-sistente básicamente en divisiones de los lotesoriginales, se observa particularmente en aque-llas arterias afectadas fundamentalmente ausos comerciales, en lo que constituye en laactualidad el área central de la ciudad, desa-rrollada en forma lineal entre los polos confor-mados por la plaza Independencia y la esta-ción de ferrocarril (Fig. 4). La segunda área estácomprendida entre las avenidas Lamadrid yGrito de Dolores; aquí el grado de alteraciónde los esquemas originales es mínimo, por locual se pueden leer con claridad los tipos H y Xcomo sus combinaciones. Respecto al áreadescripta en primer término, se observa unamayor regularidad en lo que concierne a dimen-siones y formas de las parcelas (Fig.5).

c) En los sectores desarrollados durante el sigloXX, la regularidad del sistema parcelario esevidente, diferenciándose claramente, en esteaspecto, de las áreas más antiguas. Los es-quemas utilizados responden a los tipos en H yX, hallándose el predominio de uno u otro se-gún los sectores de que se trate. Se puede ex-presar que en todas las áreas nuevas de la ciu-dad el sistema parcelario se encuentra sin al-teración, salvo en pocas excepciones (Fig. 6).

Figura 5: Parcelamiento actual en sector del siglo XIX con

menor modificación sobre el esquema original.

Figura 4: Parcelamiento actual en el sector proyectado a me-diados del siglo XIX. Se observa la predominante subdivisiónde las parcelas originales.

Figura 3: Parcelamiento actual en el sector de mayor antigüe-dad. Se observa el tamaño exiguo y la forma irregular de lamayoría de las parcelas.

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Sistema de espacios construidos

El sistema parcelario es el contenedor de losespacios construidos. En el caso de la provinciade Buenos Aires la división en la manzana encuartos, sustentada por la legislación indiana,favorecía la construcción puntual. Sin embargoes notable desde el inicio la voluntad de confor-mación de un bloque continuo, a través de laconstrucción de cercos que marcaran el límiteentre la vía pública y la parcela. Esta idea delbloque compacto es un rasgo identificatorio denuestros centros urbanos.

En Chascomús es posible diferenciar áreassegún los modos de ocupación de las parcelas yla conformación resultante del bloque a escalade manzana (Fig. 7).

a) El sector más antiguo de la ciudad es el quepresenta los mayores índices de ocupación delsuelo. El modelo es el bloque compacto confachada continua y conformación de calle co-rredor. En esta área los espacios libres sonpequeños y la mayoría de las veces desarticu-lados entre sí, sin llegar a conformar corazónde manzana, a lo cual contribuye los tamañosexiguos que presentan las mismas.

Esta situación cambia paulatinamente en la me-dida que nos alejamos de la plaza Independen-cia en dirección a la laguna. Por una parte, senota cómo aumenta el espacio libre de las par-celas, generando corazón de manzana, a la vezque se produce un cambio de tipos arquitectó-nicos, apareciendo el denominado «chalet»,que se caracteriza, en lo que concierne a suimplantación en la parcela, por presentar reti-ros, particularmente de la línea municipal, con

lo cual se desdibuja la idea de calle corredor.

b) En el área correspondiente al siglo XIX pue-den hallarse, nuevamente, situaciones diferen-ciadas vinculadas con la ocupación paulatinadel sector, ya que es posible hallar tanto man-zanas con un alto índice de ocupación así comootras escasamente edificadas. El sector másdenso es aquél comprendido entre las aveni-das Juárez y Lamadrid; aquí el modelo respon-de a rasgos similares a los descriptos en el apar-tado anterior, si bien en esta área se verifica laconformación de corazón de manzana.

Entre las avenidas Lamadrid y Grito de Dolo-res se observan variadas situaciones ya quehacia los bordes se nota, paulatinamente, unamayor dispersión del tejido. A la vez, por sersectores de formación relativamente reciente,presentan tipos edilicios que con frecuencia seimplantan retirados tanto de la línea municipalcomo de los ejes divisorios de los predios.

c) Los barrios cuya formación es más recientepresentan como principal característica la dis-continuidad de los espacios construidos. El ori-gen de la situación puede hallarse tanto en lafalta de completamiento del tejido urbano comoen los modos de ocupación de las parcelas, yaque los retiros, de línea municipal como de ejesdivisorios, constituyen la generalidad.

Figura 6: El parcelario en los sectores de formación más re-ciente muestra los esquemas regulares de división sin mayoresmodificaciones.

Figura 7: Sistema de espacios construidos. Se observa la ma-yor densidad en el área central, en tanto que el tejido se hacemás disperso hacia los bordes.

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Respecto a tipología de edificios residencia-les, se ha verificado un neto predominio de lavivienda individual, con expresiones cambiantessegún las épocas. La vivienda colectiva tiene unamínima incidencia en el conjunto y correspondefundamentalmente a algunos conjuntos habita-cionales construidos durante los últimos años, losque se localizan preferentemente en los bordesdel área urbana. En cuanto a los tipos de vivien-da individual, y a partir de un elenco tipológicoelaborado previamente (Conti, 1993), se hanhallado los siguientes:

a) casa de patios: en diferentes versiones, conpredominio de la denominada «casa chorizo»,aparece como el tipo predominante durante elsiglo XIX y las primeras décadas del actual,con una incidencia remarcable en la conforma-ción del paisaje urbano, particularmente en lossectores de consolidación más antigua.

b) casa compacta racionalista: este tipo de vi-vienda, correspondiente al período 1940-60,aparece por lo general en su versión más mo-desta, la llamada «casa cajón», tanto en susvariantes con retiros de línea municipal comosin retiros. Se la ha hallado en diversas situa-ciones: alternando con viviendas más antiguasen áreas donde el tejido urbano no se hallabatotalmente consolidado o bien en áreas cuyaformación corresponde al período de uso deltipo, por lo que tienen una mayor incidencia enla caracterización del paisaje urbano.

c) «chalet»: correspondiente particularmente alas últimas décadas, este tipo de vivienda, conjardín al frente, cubiertas de tejas con pendien-tes y juegos volumétricos pintoresquistas, apa-rece tanto en áreas antiguas, como productode acciones de renovación, como en áreas deconsolidación reciente, donde caracterizan eidentifican a los barrios. En la primera situa-ción suelen producir quiebres en la resultante

morfológica de los sitios en que se implantan.

Fuera de estos tres tipos, aparecen otros quepresentan mayor dificultad de clasificación, co-rrespondientes a edificios construidos durante lasúltimas décadas, en que la instancia tipológicaparece no haber jugado un papel preponderanteen la gestación proyectual. Los tres tipos identifi-cados coadyuvan, no obstante, a la caracteriza-ción de áreas diferenciadas dentro de la ciudad.

Sistema de espacios libres

En lo que concierne a vías de circulación, esposible hacer una primera diferenciación, segúnsus características funcionales y espaciales, en-tre calles y avenidas. Estas últimas juegan, en el

caso de Chascomús, un papel importante en laestructura urbana. Por ser el trazado una suce-sión de fragmentos correspondientes a diferen-tes épocas, las avenidas actúan como límites ala vez que elementos integradores entre distin-tos fragmentos urbanos y constituyen tambiénbordes entre áreas con características morfoló-gico-paisajísticas diferentes.

Un rasgo particular observado es la presen-cia, en algunas calles correspondientes al traza-do del siglo XIX, de ramblas que incluyen fores-tación. Esta situación confiere a dichas arteriasuna calidad ambiental y paisajística que incide ala vez en la identidad de la localidad.

En cuanto a espacios verdes, corresponde enprimer lugar diferenciar entre plazas, parques yespacios verdes de usos específicos. Las plazasexistentes no obedecen, dada su localización, aun esquema planificado, lo que se debe a la for-ma en que se fue extendiendo el trazado urba-no. Por lo general sus dimensiones no excedenuna manzana. El Parque Libres del Sur constitu-ye un espacio de considerables dimensiones que,en conjunción con la línea costera sobre la lagu-na, conforman el principal pulmón de la ciudad.

Corresponde mencionar en este apartado alborde costero, ya que, sumando la avenida cos-tanera, una serie de espacios libres y las instala-ciones de equipamiento propias de actividadesdeportivas y recreativas, conforman uno de losrasgos que mayormente inciden en el hecho deotorgar a Chascomús identidad propia. En efec-to, si bien existen otras localidades asentadasen las proximidades de accidentes geográficos,quizás en ninguna como en Chascomús la pre-sencia y las vivencias de los mismos se sientan

con tanta intensidad.

Interrelación entre los elementos componen-tes del sistema

A efectos de un análisis de la relación entretodos los elementos componentes del sistemase tomará como unidad de base la constituidapor el ensamblaje entre una parcela frente a unaporción de calle, sobre la que está construido unedificio que, a su vez, genera una repartición deespacios libres. La disposición particular de esteensamblaje es característica de un tejido urbanodado, que se constituye a partir de la multiplica-ción de la unidad de base, con algunas variacio-nes de detalle correspondientes a condicionan-tes particulares. (Borié y Denieul).

Considerando los tipos arquitectónicos detec-tados en los centros urbanos bonaerenses, seobserva cómo los mismos pueden ser inductores

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de distintos tipos de tejidos. Sin embargo, es pocoprobable hallar situaciones de una total homoge-neidad tipológica, por lo cual se hará referenciaa las situaciones que es posible identificar. Paraello es necesario tener en cuenta, previamente,que la ocupación del territorio, así como la fun-dación de pueblos, se realizaron en un lapso máso menos acotado y de acuerdo con tipos urba-nos y arquitectónicos “consagrados” (Panerai,1970) e inducidos a través de los instrumentoslegales y de la práctica profesional. Por lo tantose puede hablar de un tejido urbano «tradicio-nal», que sería aquél en que los elementos com-ponentes están en relación de equilibrio y pre-sentan una situación de coherencia respecto almodelo de referencia. Por el contrario, denomi-naremos tejido «nuevo» a aquel que se materia-liza según parámetros diferentes, ya sea en losmodos de ocupación y explotación del suelo opor la presencia de tipos edilicios modernos.

Las situaciones que se pueden hallar son:

a) tejido tradicional sin renovación: hay una per-sistencia de las características morfotipológicasoriginales, el paisaje urbano se caracteriza porsu coherencia y homogeneidad. El área cons-tituye un testimonio de un momento históricodeterminado.

b) tejido tradicional con renovación: Frente a laalternativa que supone la renovación total deáreas de acuerdo con planes y proyectos pre-vios, en nuestras ciudades se ha practicado unaforma de renovación consistente en el reem-plazo puntual de un edificio por otro. Los in-muebles reemplazados son, por lo general,aquéllos que resultan inadecuados para reque-rimientos funcionales actuales o bien que hanllegado a un grado de obsolescencia de muydifícil o costosa reversión. Es corriente tam-bién la renovación por motivos de especula-ción en el uso del suelo, ya que las normas deplaneamiento permiten, en algunas áreas, vo-lúmenes construidos muchas veces superioresa los existentes. Por estos motivos, las opera-ciones de renovación se han realizado particu-larmente en las áreas centrales de aquellas ciu-dades que han tenido un crecimientopoblacional y/o económico relevante.

Esta modalidad lleva a que las áreas en cues-tión presenten una característica de hibridezmorfotipológica, en los casos que la renova-ción no haya sido total y el área no haya cam-biado por completo su fisonomía. Al observarsituaciones de renovación parcial se puedenidentificar dos estados posibles:

- manteniendo las características morfológicas

originales: si bien se han reemplazado edifi-cios antiguos, los nuevos conservan la escalade los primigenios. Puede haber modos dife-rentes de ocupar la parcela, pero, sobre todo,aparece una diversidad tipológica. Por un ladopuede interpretarse esta situación como un tes-timonio del paso del tiempo y de los cambiosque, inevitablemente, se producen en la ciu-dad. Pero los nuevos edificios atentan contrael carácter del área y van en detrimento de sucoherencia y homogeneidad. Si bien los ras-gos morfológicos generales no han sidosustancialmente alterados, el área es híbridaen cuanto a tipos y lenguaje arquitectónico.

- con alteración de las características morfoló-gicas originales: en esta situación los edificiosantiguos son reemplazados por otros que, ade-más de representar tipos y lenguajes arquitec-tónicos diferentes, provocan una ruptura en laescala. No sólo se disloca el carácter del áreasino también su coherencia morfológica. Estasituación se observa fundamentalmente al in-corporarse la edificación en altura.

c) tejido tradicional incompleto con completa-miento en época posterior: Se han observadoáreas en que el tejido tradicional no había lle-gado a consolidarse totalmente, completándo-se la ocupación en períodos posteriores, lo quesupone modos diferentes de ocupación de lasparcelas y diversidad tipológica. En cuanto alresultado, es una situación asimilable a loscasos de áreas con tejido tradicional que hanpasado por un proceso de renovación parcial.

d) tejido nuevo consolidado: estas áreas mues-tran un paisaje que, sobre el soporte del traza-do y parcelamiento tradicionales, se caracteri-zan por la preponderancia de tipos arquitectó-nicos más recientes con sus modos propios deocupación de los lotes. En su valorización, pue-den ser consideradas como testimonios demodos de concepción del entorno diferentes aaquéllos considerados como tradicionales.

e) tejido nuevo incompleto: se trata de áreas enproceso de consolidación, en las que no se harealizado aún la ocupación de la totalidad delas parcelas. Su característica será el tejidodisperso, con una cantidad considerable de lo-tes baldíos.

En Chascomús, por aplicación de los crite-rios enunciados más arriba, se han podido de-tectar los siguientes sectores (Fig. 8):

A.- Áreas con base de tejido tradicional

Corresponden a los sectores de consolidación

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más antigua del organismo urbano, tanto al tra-zado primitivo alrededor de la plaza principalcomo la primera extensión iniciada a mediadosde siglo XIX. Dentro de este sector se han podi-do, a la vez, identificar distintas subáreas:

- A1 (Fig 9): es el sector más antiguo de lalocalidad, comprendido entre el parque Libres delSur y las avenidas Lastra y Lamadrid. Presentaun tejido urbano compacto, con predominio delespacio edificado sobre el libre, lo que se debe,en parte, al tamaño exiguo de las parcelas. Esun sector consolidado entre fines de siglo XIX yprincipios del actual, lo que se evidencia en elpredominio de tipos arquitectónicos basados enlas variantes de las casas de patios. Se han ob-servado casos de renovación puntual, lo que noincide en la morfología del área, ya que, por logeneral, los tipos más modernos no provocanquiebres en lo que concierne a alturas de edifi-cación o modos de ocupación de las parcelas.Sólo a nivel excepcional se ha observado la in-serción de edificios que provocan quiebres en lacontinuidad de la línea de edificación.

Hacia el Norte, la Avenida Lastra conformaun claro borde, en tanto que en las otras direc-ciones se puede detectar una franja de transi-ción hacia otras situaciones, lo que se evidenciaparticularmente en mayor incidencia de tiposedilicios correspondientes a las décadas de 1940y 1950. El uso predominante es el residencial,con la inclusión de algunos usos institucionales,concentrados sobre todo en el entorno de la pla-za Independencia.

Se puede considerar al sector como el demayor significación histórica, ya que constituye

el núcleo original de la ciudad. Es, a la vez, elárea que contiene los principales hitos arquitec-tónicos.

- A2 (Fig. 10): este sector corresponde a par-te del trazado por Arrufó. Por tres de sus ladospresenta límites claros respecto a otras situacio-nes de tejido, representados por las avenidasPedro N. Escribano, Lamadrid y Lastra. El mo-delo volumétrico de las manzanas correspondeal bloque compacto con fachada continua y es-pacios libres en el medio, conformando corazónde manzana. Se verifica un equilibrio entre es-pacios edificados y libres, aunque los últimos sonimperceptibles desde el espacio público. El pe-ríodo de consolidación se puede ubicar entre fi-nes del siglo XIX y principios del actual, lo quequeda claro por la alta incidencia en el paisajeurbano de tipos edilicios correspondientes a esaépoca. Al igual que el sector A1, ha pasado porprocesos de renovación puntual que no altera-ron las características morfológico-paisajísticasgenerales.

En cuanto a usos, se trata de un área mixta,ya que acompañando al residencial, el equipa-miento tiene una incidencia importante, particu-larmente en el rubro comercio. Al respecto, sehan detectado situaciones particulares, como lacalle Libres del Sur, principal arteria comercial, o

Figura 10

Figura 9

Figura 8: Plano de áreas diferenciadas según sus característi-cas morfológicas y paisajísticas.

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el sector comprendido entre las terminales ferro-viaria y automotor, donde la actividad comercialtiene un peso considerable. La presencia de lavía ferroviaria segmentando al área incide en losaspectos funcionales, ya que ha actuado comobarrera para la expansión de funciones propiasde área central, aunque no implica un corte enlas características morfológicas generales.

- B: Areas con base de tejido tradicional incom-pleto (Fig. 11)

Estas áreas corresponden a parte del trazadodel siglo XIX, hacia el Oeste de la AvenidaLamadrid. La ocupación parcial de la zona deacuerdo con lo que se ha denominado tejido tra-dicional se hace evidente por la convivencia en-tre tipos correspondientes a las casas de patios,en sus expresiones más modestas, con otroscorrespondientes a las décadas de 1940 y 1950,presentes asimismo en variantes modestas.

Si bien se nota una tendencia a la conforma-ción de una línea de edificación continua, sonfrecuentes los quiebres producidos por retiros,tanto de la línea municipal como de los ejes divi-sorios. A partir de esta situación se observaninterrelaciones entre los espacios libres privadosubicados en los fondos de las parcelas y la víapública.

- C: Areas con tejido nuevo

Se trata de los sectores de consolidación másreciente. Se pueden distinguir, dentro de éstos,diferentes situaciones de paisaje urbano, carac-terizadas sobre todo por los tipos arquitectóni-cos predominantes. En general, estas áreas pre-sentan la residencia como uso predominante, elsistema parcelario se ajusta a esquemas típicosy no ha sufrido prácticamente alteración. Se ve-rifica un predominio, a nivel de manzana, de losespacios libres sobre los edificados, por lo cualse da un tejido abierto, con grados diferenciadosde dispersión según el sector de que se trate.Los sectores diferenciados son:

- C1 (Fig. 12): es el producto de la extensiónde la ciudad siguiendo la direccionalidad del ejevial que conduce hacia la Ruta 2. Presenta untejido urbano disperso, en el que son frecuenteslos retiros de la edificación respecto a los límitesde las parcelas. Los tipos edilicios predominan-tes corresponden a viviendas modestas en ex-presiones que van de los años 40 hasta el pre-sente.

- C 2 (Fig. 13): son las áreas que presentanlos mayores grados de dispersión del tejido, fun-damentalmente a partir de la ocupación parcialde las manzanas, lo que arroja como situaciónpredominante la caracterizada por la presenciade edificios aislados. Es el sector que actúa comotransición gradual entre las áreas urbanas con-solidadas y el área rural, por lo que se puedehablar de un área periférica. Los tipos ediliciosson viviendas modestas materializadas funda-mentalmente durante las dos últimas décadas.

- C3 (Fig. 14): si bien se trata de un sector dela ciudad contiguo al núcleo primitivo y su traza-do aparece ya definido en el plano de 1855, laocupación total se produjo a partir de la cuartadécada del presente siglo, a excepción de algu-nos edificios aislados que revelan la ínfima ocu-pación anterior. En el marco de una cierta hete-

Figura 13

Figura 11

Figura 12

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rogeneidad tipológica, se observa la tendenciaal predominio del tipo «chalet», particularmenteen el sector más próximo a la laguna, lo que pro-duce una lectura de línea municipal discontinua,con espacios de transición entre el público y elprivado. Entre esta área y la A1 se da una franjade transición en la que conviven tipos edilicioscorrespondientes a épocas diferentes.

- C 4 (Fig. 15): es otro de los sectores de laciudad que se ha consolidado en época reciente.En cuanto a las características de su paisaje, nopresenta rasgos claramente definidos, dada unacierta heterogeneidad de tipos arquitectónicos,si bien los edificios más recientes responden, porlo general, a las características del chalet.

Identificación y delimitación de áreas de con-servación

Como método operativo se planteó, en pri-mer lugar, la definición de criterios de valoraciónposibles, basados tanto en los documentos inter-nacionales sobre la materia como en la conside-ración de la significación de la ciudad y sus ele-mentos componentes en el ámbito geográfico dela provincia de Buenos Aires. Una vez definidosdichos criterios, se han aplicado al caso estudia-do, lo que dio por resultado una primera aproxi-mación a la identificación de potenciales áreasde conservación.

Los documentos internacionales establecencriterios mediante los cuales es posible asignarun determinado valor a un edificio, sitio o área. Aellos debe agregarse la bibliografía teórica sobreel tema así como experiencias de intervenciónrealizadas en diversos países. Sintetizando, loscriterios de valoración aplicables se pueden agru-par en las siguientes categorías:

a) HistóricosPor ser la ciudad el resultado de un desarrollo

en el tiempo, ya sea espontáneo o fruto de unaacción consciente de planificación, constituye en

su totalidad un hecho histórico. Es posible, noobstante, establecer gradientes de valor en lo queconcierne a la «historicidad» de las diferentesáreas. Por ejemplo, el núcleo primitivo, origendel desarrollo de la ciudad, tiene una significa-ción sin duda relevante frente a otras áreas dedesarrollo posterior. Por lo general, estas áreasconcentran las principales funciones cívicas, al-bergadas en edificios que constituyen, a su vez,los hitos arquitectónicos más significativos.

En cuanto a sus rasgos paisajísticos, estenúcleo primitivo puede presentarse de manerasdiversas. Puede darse el caso de centros queconserven sus características originales o quehayan pasado por procesos de renovación. Pue-de haber o no presencia significativa de edificiosantiguos. Al respecto, Roberto Pane distinguíaentre «centro histórico» y «centro antiguo», losque pueden o no coincidir (Citado por Di Stefano,1986). El primero es el núcleo original de la ciu-dad en tanto el segundo corresponde a un mo-mento determinado de la evolución, constituyen-do uno de los posibles estratos.

Fuera del núcleo primitivo, otras áreas pue-den tener significación histórica por el papel quehan jugado en la evolución de la ciudad. Tal pue-de ser el caso, particularmente en nuestras ciu-dades, del área de la estación de ferrocarril.

b) Paisajísticos y ambientalesEl estudio de la morfología y el paisaje urba-

nos ha permitido detectar diferentes tipos deáreas. Algunas se caracterizan por su homoge-neidad y continuidad morfotipológica, en tantoque otras presentan un carácter más híbrido oindefinido. Naturalmente, las primeras podrán serconsideradas de más valor que las segundas,aunque se considera que esas cualidades nobastan, por sí solas, para designar un área deconservación. Será necesario, por lo tanto, com-plementar estos criterios con otros pertenecien-tes a otras categorías, relacionadas con lo histó-

Figura 14 Figura 15

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rico, lo tradicional, la incidencia en la identidad.

c) Criterios relacionados con la tradiciónLa cualidad de “tradicional” es mencionada

con frecuencia en los documentos internaciona-les. Su significado, en lengua castellana, hacereferencia a la transmisión de noticias, doctrinas,ritos o costumbres hechas de padres a hijos «alcorrer de los tiempos y sucederse de las genera-ciones» (Real Academia Española, 1984). Sepuede entender, a partir de la definición, que lacalidad de tradicional, aplicado al marco urbano,tiene incidencia en la identidad cultural, por cuan-to todo aquello que aparece como procedentede generaciones pasadas y que aún tiene vigen-cia constituye un rasgo que diferencia a un de-terminado cuerpo social respecto de otros. Estosconceptos se relacionan con la idea de antigüe-dad y de significación testimonial.

Aplicando los criterios enunciados en Chas-comús, se ha arribado a la identificación de lassiguientes áreas (Fig. 16):

1.- Plaza Independencia y su entorno (Fig. 17):resulta el sitio que presenta la mayor conjun-ción de valores. Su definición como área deconservación se puede establecer a partir dela delimitación por los fondos de parcelas confrente hacia la plaza. Se consideran valoresfundamentales a preservar la espacialidad delsitio, la volumetría y escala de su marco edifi-cado y los edificios identificados como de va-lor intrínseco, tanto por motivos históricos comoarquitectónicos.

2.- Area comprendida entre las avenidasLamadrid y Lastra, calle La Rioja y Parque Li-bres del Sur (Fig. 18): presenta significativo

valor tanto en aspectos históricos, paisajísticosy tradicionales. Se consideran valores a pre-servar su trazado y la configuración morfológi-ca, incluyendo relación entre espacios cons-truidos y libres, volumen y escala. Respecto alos componentes edilicios, el área no es abso-lutamente homogénea. Corresponde por lo tan-to, identificar subsectores a partir del predomi-nio de los tipos arquitectónicos más represen-tativos de su período de consolidación, es de-cir las casas de patios, en los que tendrá ma-yor incidencia la conservación a escala edilicia.

3.- Área comprendida entre avenidas Lamadrid,Lastra y Pedro N. Escribano y calle Lincoln (Fig.19): presenta destacable valor en los aspectospaisajísticos y tradicionales y también, aunqueen menor medida, en el histórico. Se conside-ran valores a preservar el trazado y la configu-ración morfológica, incluyendo algunas situa-ciones ambientales y espaciales particularescomo las calles con ramblas. En cuanto a laescala arquitectónica caben las mismas consi-deraciones expresadas en el apartado anterior.

4.- Franja costera y Parque Libres del Sur (Fig.20): por la incidencia del elemento natural y sudestacada participación en la identidad local,estos sectores deben ser considerados como

áreas de conservación.

Figura 17Figura 16: Potenciales áreas de conservación.

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Conclusiones

El método propuesto para la lectura morfoló-gica, basado en la descomposición del tejido ur-bano en sus elementos componentes, ha resul-tado apto para los fines perseguidos. La etapaconcerniente a la valoración de las situacionesdetectadas es la que plantea mayor grado de di-ficultad, por cuanto es imposible eliminar porcompleto los niveles de subjetividad que acarrea.Los pasos planteados en este trabajo, tales comoclarificación de los criterios de valoración, apli-cación de los mismos a la realidad urbana enestudio y establecimiento de grados finales devalor por convergencia de valores parciales pa-rece constituir un camino válido, aunque el enfo-que es pasible de profundización y validación,mediante la mayor clarificación de los criteriosempleados.

En cuanto a aspectos teóricos, el conceptode «área de conservación», tal como es expues-to, explícita o implícitamente, en los documen-tos internacionales sobre conservación, es apli-cable en los centros urbanos de la provincia deBuenos Aires. Quizás el principal ajuste concep-tual resida en que, por las características de for-mación, consolidación del tejido urbano, evolu-ción, crecimiento y renovación, nuestras ciuda-des no presentan áreas absolutamente homogé-

neas en lo que concierne a continuidad de tiposedilicios, aunque sí en cuanto a rasgos morfoló-gicos generales, tales como relación entre espa-cios construidos y libres, modos de ocupacióndel espacio e implantación de los edificios, esca-

la y volumen.

Dichos rasgos morfológicos generales podránconstituirse en valores a preservar, aun asumien-do los grados de heterogeneidad tipológica o dis-continuidad temporal que se pueda hallar. Lacontinuidad de tipos arquitectónicos, particular-mente cuando los mismos tengan incidencia enla identidad cultural local o regional contribuirá aincrementar el valor del área y su preservaciónse incluirá, por lo tanto, entre los objetivos pri-mordiales de la acción.

El natural proceso de evolución de los cen-tros urbanos, no dirigido por planificación previ-sora en materia de conservación, hace que re-sulte dificultoso hallar áreas que presenten, enla actualidad, una situación de persistencia desus rasgos morfotipológicos originales. La situa-ción que se verifica con más frecuencia es aqué-lla caracterizada por la mezcla de tipos edilicioscorrespondientes a épocas diferentes, los que,en algunos casos, generan estados de tensiónpor sus condiciones de volumen, modos de ocu-pación de las parcelas, lenguaje arquitectónico,etc. Este estado hace que las posibles áreas deconservación puedan identificarse bajo la formade sitios o sectores de escala reducida, talescomo el entorno de una plaza o un segmento deuna calle, desarticulados a veces entre sí. Talsituación llevará, en la propuesta de tratamientode las mismas, a una tarea en la que, nueva-mente, la ciudad en su conjunto sea motivo deestudio y planificación. Las áreas de conserva-ción no deberán constituir islas en medio de unentorno sustancialmente diferente, sino que sedeberán integrar efectivamente al organismo ur-bano.

Figura 18

Figura 19 Figura 20

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