estudi pragmaestilístic de la premsa escrita diària · estudi pragmaestilístic de ... el dedo...

750
Estudi pragmaestilístic de la premsa escrita diària Trets i usos estilístics en les distintes modalitats genèriques dels diaris d’informació general Tesi Doctoral Dolors Palau Sampio Director: Albert Chillón Asensio Departament de Periodisme i Ciències de la Comunicació Facultat de Ciències de la Comunicació Universitat Autònoma de Barcelona Bellaterra 2008

Upload: ngoque

Post on 08-Oct-2018

222 views

Category:

Documents


0 download

TRANSCRIPT

  • [1]

    EstudipragmaestilsticdelapremsaescritadiriaTrets i usos estilstics en les distintes modalitats genriques dels diaris dinformaci general

    Tesi Doctoral Dolors Palau Sampio

    Director: Albert Chilln Asensio

    Departament de Periodisme i Cincies de la Comunicaci Facultat de Cincies de la Comunicaci

    Universitat Autnoma de Barcelona Bellaterra 2008

  • [2]

  • [3]

    Agraments:

    Si aquesta tesi ha arribat fins a ac ha estat grcies a un grapat de persones que han prestat generosament, durant anys, coneixements, confiana, pacincia, temps o amistat: el meu director de tesi, Albert Chilln, i el professor Vicent Salvador, puntals imprescindibles; el professor Josep Llus Gmez Mompart, impulsor dels estudis de Periodisme de la Universitat de Valncia, aix com els companys i lequip de secretaria del departament de Teoria dels Llenguatges i CC de la Comunicaci; els companys i els caps del diari Levante-EMV, en particular la persona que em va donar loportunitat de treballar all, Ferran Belda. I, per suposat, els que han estat i sempre estan, la famlia i els amics, de manera especial Maria Josep Pic, Andrs O. Tiseira, Josep A. Burgos i Patrcia Palau.

    El meu agrament tamb a aquelles persones i entitats que van fer possible les

    estades a la Pontificia Universidad Catlica de Chile (Mar de Fontcuberta, Mara Elena Gronemeyer, Silvia Pellegrini i Gonzalo Saavedra) i a la Universit Lyon 2 (Stphane Olivesi i Jacques Le Bohec), durant les quals es van anar gestant aquestes pgines.

  • [4]

  • [5]

    Desinformmonos hermanos tan objetivamente como podamos [Desinformmonos, p. 389] Por supuesto el estilo qu pienso del estilo una cosa espontnea que se va haciendo sola siempre escrib en la cama mucho mejor que en los ferrocarriles qu ms puedo agregar ah domino el sinnimo mdico exiguo corto insuficiente siempre escribo pensando en el futuro pero el futuro se qued sin magia me olvidaba que usted ya sabe que en el fondo yo no creo en el estilo [Interview, pp. 536-537] Mario Benedetti. Inventario Poesa 1950-1985. Visor, Madrid, 2001.

    PAUL Estamos en 1942, entiendes? Y l est atrapado en Leningrado durante el asedio. Estoy hablando de uno de los peores momentos de la historia de la humanidad. Quinientas mil personas murieron en ese sitio y all est Baktin [sic], encerrado en un apartamento, esperando que le maten cualquier da. Tiene mucho tabaco, pero no tiene papel para liarlo. As que coge las pginas de un manuscrito en el que lleva diez aos trabajando y las arranca para liar sus cigarrillos.

    RASHID (Incrdulo) Su nica copia?

    PAUL Su nica copia. (Pausa) Quiero decir, si crees que vas a morir, qu es ms importante un buen libro o un buen cigarrillo? As que iba dando caladas y poco a poco se fum su libro.

    RASHID (Piensa, luego sonre) Bonito cuento. Por un segundo me lo he tragado, pero no... Ningn escritor hara nunca una cosa as. (Ligera pausa. Mirando a PAUL) Verdad?

    PAUL (Divertido) No me crees, eh? (Se levanta de la mesa y se dirige a la librera) Vers, te lo ensear. Est todo en este libro. (48. INT: Da. Apartamento de Paul).

    Paul Auster. Smoke, Anagrama, Barcelona, 1995. p.115. Tambin est M. M. Bakhtin, el crtico y filsofo literario ruso. Durante la invasin alemana de Rusia en la Segunda Guerra Mundial se fum la nica copia de uno de sus manuscritos, un estudio sobre la literatura alemana que tena la extensin de un libro y le haba llevado aos escribir. Una por una, cogi las pginas del manuscrito y utiliz el papel para liar sus cigarrillos, fumndose cada da un poco ms del libro hasta que no qued nada. Estas historias son verdaderas. Tambin son parbolas quiz, pero significan lo que significan solamente porque son verdaderas.

    Paul Auster. La habitacin cerrada, en Triloga de Nueva York. Crculo de Lectores, Barcelona, 1999. p. 243.

    Por el otro lado est Bajtin, reprimido por el estalinismo desde finales de los aos veinte, quien por ms de tres dcadas vivi exiliado en unos pequeos pueblos perdidos en las estepas de la madre Rusia, sin bibliotecas ni reconocimiento, y quien, desde un subsuelo casi dostoievskiano, continu tramando su gran obra inspirada en el imperativo dialgico. Cierto fervor dogmtico, casi religioso, de su obra deriva tal vez de esta situacin. Peridicamente, volva a trabajar con esperanzas, pero cuando stas se desvanecan, terminaba por fumarse aquellos libros incipientes, nunca acabados. Su propio trabajo alegorizaba el concepto de nezavershennost (el carcter incompleto por definicin, no cerrado, de la realidad en devenir). As y todo, parece que saba lo que se fumaba: liaba cigarrillos con el papel de los captulos donde intentaba contemporizar con la cultura sovitica oficial, con la cual, a pesar de su mejor voluntad, no logr nunca conformarse.

    E. Volek. Antologa del Formalismo Ruso y el Grupo de Bajtin. Polmica, historia y teora literaria. Editorial Fundamentos, Madrid, 1992. pp. 19-20. Pero qu mayor prueba de que el futuro est ya escrito que la del peridico de cada maana? Cmo, si no, podran pasar todos los das exactamente 32 pginas de cosas? Un mecanismo tan tenaz e indefectible no puede ser ms que algo muy premeditado; resulta inconcebible como improvisacin. Por eso, slo el da en que venga algn peridico con, por ejemplo, trece pginas y trece diecisieteavos de pginas en blanco o bien dos pginas y ocho onceavos de pgina ms empezar a pensar que tal vez es posible que, con todo, pueda en algn sentido hablarse de que hay, en cierto modo, porvenir (pp. 25-26). La forma en que nos dicen: Los hechos son tozudos, moviendo el dedo ndice en el aire, como a modo de admonicin o hasta de amonestacin moral, no nos hace pensar sino que de un momento a otro van a presentarnos sus credenciales de ministros plenipotenciarios de la Facticidad (p. 164).

    Rafael Snchez Ferlosio. Vendrn ms aos malos y nos harn ms ciegos. Editorial Destino, Barcelona, 1995. El esfuerzo del hombre desde el renacimiento y hasta la posmodernidad: crear con cosas naturales algo artificial y su opuesto: crear la ilusin de realidad con materiales falsos. Y la naturaleza sin embargo nunca ha hecho una bobada parecida; no ha pretendido jams imitar nada. Hay gente que pretende hacer con plstico flores perfectas. Pero ninguna flor real pretende ser un rascacielos ni un mechero (pp. 14-15). Terrorismo es una estpida sola palabra para definir una multiplicidad de acciones armadas que son irreductibles: no podemos llamar terrorismo a la guerra. Es ruin. La ocupacin de Irak es guerra. Y cuando se pasa a cuchillo a un rehn, tambin es guerra. Pero a algunos les ha dado por invertir los trminos. Y llamar terror a lo que les conviene. Y muchos se lo han credo. Ah tenis cmo los medios de comunicacin siguen pegando encima de los acontecimientos las etiquetas que a cada cual le vienen en gana (p. 40).

    Rodrigo Garca. Jardinera humana, seguido de A este tipo no queremos volver a verle. Aflera Producciones, 2005. Pliegos de Teatro y Danza, 13.

  • [6]

  • [7]

    INDEX INTRODUCCI ............................................................................................

    0. Prleg................................................................................................... 1. Delimitaci i justificaci de lobjecte destudi. Objectius de recerca.. 2. Hiptesis............................................................................................... 3. Fonamentaci teoricometodolgica i fonts..........................................

    PRIMERA PART: LA PRAGMAESTILSTICA, UN MTODE DANLISI DELS TEXTOS PERIODSTICS...............................................

    4. MARC TERIC: De la retrica a la pragmaestilstica........................ 4.1. Dificultats per a la definici del concepte destil........................... 4.2. Orgens i evoluci de lestudi de lestil.........................................

    4.2.1. La tradici retrica................................................................. 4.2.1.1. La nova retrica i les aportacions a lestudi de lestil......

    4.2.2. Aparici i perspectives de lestilstica................................... 4.2.2.1. Estilstica descriptiva o preestructural............................ 4.2.2.2. Estilstica gentica, literria o idealista........................... 4.2.2.3. Estilstica estructural i funcional..................................... 4.2.2.4. Estilstica gramtica i generativa.................................... 4.2.2.5. Estilstica i semitica....................................................... 4.2.2.6. Inventari daportacions...................................................

    4.2.3. Pragmtica........................................................................... 4.2.3.1. Orgens i definici de la pragmtica............................

    4.2.3.2. Lmits, temes i teories.................................................. 4.2.3.3. Un marc adequat per a lestudi del text periodstic......

    4.2.3.4. Obertures de la pragmtica: una disciplina frontissa... 4.3. Criteris per a establir un mtode destudi: la pragmaestilstica.....

    4.3.1. Definici i metodologia........................................................ 4.3.2. Enfocament sistmic i connexions amb lanlisi del discurs 4.3.3. Pragmaestilstica i variaci semntica.................................

    11

    13 15

    19 21

    27 29

    31 43 44 54 59 63 67 77 95

    100 106 108 108 111 123 125 127 127 137 144

  • [8]

    5. PROPOSTA METODOLGICA per a abordar lestil en els textos periodstics...........................................................................................

    5.1. Estat de la qesti. Estudi dels estils periodstics per part de la Comunicaci Periodstica.....................................................................

    5.1.1. La noci dominant destil periodstic i el mite de lobjectivitat............................................................................

    5.1.2 La superaci de lequvoc: lestil periodstic com a selecci 5.1.3 Estils que configuren i versionen mltiples realitats..............

    5.2. Condicions per a la comunicaci i recepci de textos periodstics: Gneres, registres i estils................................................... 5.2.1. Les modalitats genriques........................................................ 5.2.1.1. Perspectiva histrica sobre els gneres literaris...........

    5.2.1.2. Objectivitat, origen dels gneres periodstics i debat sobre la vigncia........................................................................ 5.2.1.3. Tipologies, lmits de les modalitats genriques i rutines productives....................................................................

    5.2.1.4. Dels gneres a les unitats de text.................................. 5.2.2. Dimensions que marquen la situaci comunicativa i registre 5.2.2.1. Condicions editorials.................................................. Llibre destil.................................................................. Procedncia geogrfica i mbit de cobertura................

    Models de diari: un mosaic didentitats difcil de catalogar........................................................................

    5.2.2.2. Camp, tenor i mode. Correspondncia entre variables de registre i premsa...................................................................

    5.2.3. Estils i marques dautor...........................................................

    6. MTODE DANLISI........................................................................ A. Cartografia de la mostra.......................................................................

    6.1. Unitat danlisi: el text periodstic................................................. 6.2. Criteris per a la tria del corpus.......................................................

    6.2.1. Tipus de publicaci: una mostra variada i representativa....... 6.2.2. rees i seccions........................................................................ 6.2.3. Acotaci de les modalitats genriques informatives/ interpretatives........................................................................................

    6.2.4. Versions dun mateix succs...................................................

    167 169 170 174 181 185 202 204 221 246 265 311 311 313 328 335 345 361 385 388 389 391 392 393 394

    402

  • [9]

    B. Parmetres destudi. Elements per a lanlisi de lestil.................... 6.3. El periodista com a seleccionador i jerarquitzador de fets i protagonistes.........................................................................................

    6.3.1. Coherncia pragmtica............................................................. 6.3.2. Coherncia de contingut.......................................................... 6.3.2.1. Aspectes estructurals del text............................................ Divisi del text en pargrafs................................................ 6.3.2.2. Aspectes estructurals dels enunciats: progressi temtica. Estratgies de relleu focal................................................... 6.4. El periodista com a teixidor implicat en la textura discursiva. Mecanismes de cohesi........................................................................

    6.4.1. Procediments lxics per al manteniment/transformaci de les representacions semntiques.............................................................. 6.4.2. Procediments gramaticals per al manteniment/transformaci de les representacions semntiques....................................................

    6.4.3. Connectors i marcadors. De lordre a la subjectivitat.............. 6.5. El periodista com a enunciador. Operadors pragmtics d'expressi de la subjectivitat...............................................................

    6.5.1. Lxic i camps semntics........................................................... 6.5.2. Fraseologia.............................................................................

    6.5.3. Sintaxi i morfologia................................................................. 6.5.3.1. Lestil nominalitzat............................................................ 6.5.3.2. Usos verbals marcats estilsticament................................. 6.5.3.3. Larquitectura de loraci................................................. Segmentaci de lenunciat i tipus dincisos......................... Estructura parenttica.......................................................... 6.5.4. Marques doralitat i colloquialismes....................................... 6. 6. El periodista com a reportador de discursos.................................

    6.6.1. El discurs directe...................................................................... 6.6.2. El discurs indirecte................................................................... 6.6.3. Discurs indirecte lliure i narrativitzaci. El discurs directe..... 6.6.4. La ironia................................................................................... 6.7. El periodista com a creador de metfores.....................................

    C. Proposicions per a la verificaci emprica i graella danlisi.....................

    403 404 406 407 408 411 412 416

    422 422 426 431 439

    442 460 468 469 474 478 480 482 483 486

    489 490 491 495

    499

    506

  • [10]

    SEGONA PART: ANLISI COMPARADA DELS TEXTOS PERIODSTICS......................................................................................... 7. Principals indicadors pragmaestilstics al servei de les maneres de

    veure i construir la realitat: Anlisi transversal per publicacions, rees i temes.......................................................................................... 7.1. Estratgies de relleu focal..............................................................

    7.1.1. Ordre de loraci............................................................. A. Tematitzaci i rematitzaci...................................... B. Anticipaci delements............................................. C. Passivitzaci.............................................................

    7.1.2. Estructures dmfasi........................................................ 7.1.3. Procediments tipogrfics.................................................

    7.2. Procediments per al manteniment/transformaci de les representacions semntiques.................................................................

    7.2.1. Anfora, coreferencialitat i alternances valoratives..... 7.2.2. Connectors de carcter argumentatiu...........................

    7.3. Operadors pragmaestilstics dexpressi de la subjectivitat.......... 7.3.1. Lxic.......................................................................... 7.3.2. Locucions i collocacions................................................ 7.3.3. Sintaxi i morfologia.........................................................

    A. Nominalitzaci........................................................ B. Usos verbals marcats............................................... C. Arquitectura de loraci.......................................... D. Marques doralitat i colloquialismes......................

    7.4. Introducci del discurs reportat..................................................... 7.4.1. Verbs de dicci................................................................

    7.4.2. Ironia............................................................................... 7.5. Metfora i construcci de sentit..................................................... 7.6. Balan de lanlisi emprica...........................................................

    CONCLUSIONS.............................................................................................. BIBLIOGRAFIA.............................................................................................. ANNEX............................................................................................................

    511 513 515 515 515 518 527 530 552 555 555 565 594594 643655 655 661 669 684 698 698 707 711 718 723 731

    Volum II

  • [11]

    INTRODUCCI

  • [12]

  • [13]

    0. PRLEG

    Aquesta reflexi sobre la idea destil en el camp periodstic arranca, fa ms de deu anys, de la sorpresa, de la curiositat, de la fascinaci provocada per un curs de doctorat del professor Albert Chilln. Daquells seminaris i lectures que obrien horitzons, que situaven la relaci entre pensament i llenguatge com a punt de partida per a comprendre lessncia de la comunicaci, que buscaven en altres disciplines la resposta que sovint des del camp dels estudis periodstics no anava ms enll de la repetici dun rosari de tpics, s deutora aquesta tesi.

    Potser la fascinaci per lestil i la seua inscripci en el joc entre pensament i

    llenguatge s la mateixa que genera aquest terme en els ms diversos mbits de lactivitat humana, fins a convertir-lo en un reclam que aguaita a cada cantonada artstica, social, esportiva i, per suposat, comercial. Un desplegament que lluny de facilitar la definici de la noci destil contribueix a desdibuixar-la, a transmutar-la en quelcom vapors, resistent a etiquetes i definicions, relliscs a qualsevol intent daprehensi. Una circumstncia que no millora gens ni mica quan es deixa laproximaci generalista per a abordar el vessant lingstic de lestil, de les creacions del llenguatge: lestil verbal.

    A diferncia de la literatura, els estudis que shan realitzat tradicionalment des de

    lmbit del periodisme no han parat prou atenci als fenmens destil. Almenys no ms enll de fer perdurar el mite del seu carcter objectivador, en un principi i, a tot estirar, situar-lo com una elecci entre possibilitats retriques. Aquesta tesi pretn contribuir, ni que siga de manera modesta, a donar resposta a aqueix buit en els estudis de comunicaci, des del qestionament i la redefinici dun concepte clau, dun dels pilars bsics que sustenten aquest edifici, la noci destil.

    La recerca comena posant en dubte la denominaci en singular que leleva a la

    categoria de clau identificativa (estil periodstic) i, al mateix temps, el converteix en coartada per a imposar unes normes de redacci, unes cotilles expressives que, amb lexcusa de salvaguardar lobjectivitat, sestenen per llibres i redaccions amb una autoritat inqestionada. Enfront d'aquest panorama acrtic i panxacontent, es planteja, a poc que sencete la reflexi, la necessitat no noms de revisar els orgens i adscripcions daquest concepte sin tamb danalitzar des dun punt de vista empric la diversitat de formes expressives posades al servei del relat de lactualitat i, cosa que s ms important, les seues implicacions cognitives, el comproms en la construcci de la realitat social.

  • [14]

    Tot i que lestil, els estils, continuen sent el centre datenci, en les pgines que

    ac es presenten queda poc dels incipients esbossos dun acadmic objecte destudi, de les propostes inicials que, sota el mestratge i linsubornable comproms intellectual del director daquesta tesi, han pres un rumb molt ms enriquidor, si ms no, per a qui ha fet aquesta descoberta en primera persona. Una descoberta que, sense compromisos amb resultats poc satisfactoris, ha comptat amb la inestimable brixola del professor Vicent Salvador, que ha exercit de guia geners pels territoris de la pragmaestilstica.

  • [15]

    1. DELIMITACI I JUSTIFICACI DE LOBJECTE DESTUDI. OBJECTIUS DE LA RECERCA

    La presncia inflacionista de letiqueta estil periodstic en llibres de redacci professionals, manuals i altres obres de producci acadmica no ha anat acompanyada, en general, duna reflexi slida sobre les arrels o labast daquesta noci en els textos periodstics, sobre els orgens del terme i la seua acollida en aquest camp, ni molt menys sobre la seua manifestaci efectiva, pblica i publicada a diari, a les pgines de la premsa. Tret dunes comptades excepcions, lacostament a un concepte clau almenys si fem cas del nombre de vegades que s citat ha estat presidit per una actitud escassament cientfica, per la deixadesa i la manca de curiositat al voltant de les condicions histriques que han determinat el seu carcter i de les que defineixen, cada dia, la seua essncia.

    Tot plegat, la referncia a lestil en els textos periodstics ha esdevingut una

    salmdia repetida i acrtica, assimilada sense prendre una distncia higinica i reproduda amb vocaci de dogma de fe. Una salmdia que, a la manera dun espill deformant, presenta lestil periodstic, en singular, com un mur de contenci, una cotilla, un motle per a redactar no escriure, sinnim dun arsenal de receptes per a aprendre a posar-li portes a la subjectivitat, per mantenir-la a ratlla, per a consignar la illusi que s possible concebre uns textos nus, despullats de la subjectiva mirada daquell que els ha escrit. Com si fos possible dibuixar al periodista unes lnies calligrfiques perqu el seu relat no deixara traslluir el punt de vista sobre all que conta, per a impermeabilitzar-lo de la nefasta presncia del subjecte. I tota aquesta parafernlia sha desplegat sense parar-se a mirar darrere de lespill, sense buscar quin s labast real daquesta noci, com es manifesta en els textos periodstics, quina s la seua essncia a la llum del que publiquen els mitjans cada dia.

    s aquesta doble contradicci, la paradoxal defensa duna idea destil deslligada

    dels seus orgens, ahistrica i, al mateix temps, cega a lexpressi emprica, a la manifestaci efectiva en els mitjans de comunicaci, la que guia linters daquesta tesi. I la que, des dun punt de vista metodolgic, defineix lobjecte destudi i els objectius de recerca. Tenint en compte el que sacaba dexposar, lobjecte destudi daquestes pgines t un carcter doble: un primer que qualifiquem com a principal i un segon com a secundari.

  • [16]

    Lobjecte principal daquesta tesi s el desenvolupament duna proposta sistemtica per a lestudi pragmaestilstic del discurs periodstic informatiu/interpretatiu, s a dir, la fonamentaci terica i metodolgica dels criteris que han de marcar lanlisi dels textos periodstics des de lmbit duna pragmtica estilstica. Es tracta, en definitiva, de bastir, darmar, de construir una proposta vlida per a prendre-li el pols als diferents estils que conviuen en la premsa escrita en concret i en el discurs periodstic informatiu/interpretatiu en general, per a dacord amb la definici destil que es planteja com a punt de partida, conixer com es manifesten les diverses maneres de veure i construir la realitat en les produccions periodstiques.

    Intentar assolir aquest objecte passa, en primer lloc, per trencar amb les inrcies duna aproximaci a lestil que, com sha apuntat unes lnies ms amunt, defugia qualsevol implicaci terica i metodolgica a lhora dacostar-se al que, juntament amb el concepte de gnere i en estreta vinculaci amb ell, constitueix un dels pilars bsics de ledifici de la comunicaci periodstica. Per aix, es fa necessria una recerca terica capa no noms de fertilitzar lerm sin tamb de sostenir amb murs slids una proposta danlisi til i assequible per a lestudi dels estils periodstics, darrera estaci dun viatge que lliga aquestes preocupacions amb la reflexi original sobre les maneres de dir, encetada per la retrica.

    Per qu sha optat, en essncia, per una tesi daquestes caracterstiques? Per qu

    sha comproms lobjecte destudi a un llarg recorregut teric i metodolgic en comptes de prendre, simplement, un rodalies danlisi aplicada a lestil dun periodista, dun gnere, dun mitj? Precisament per la decepci que provoca qualsevol intent daprofundir en la idea destil en el camp de la comunicaci, per les llacunes que envolten un terme que, dentrada, resulta relliscs, i sobretot, pels malentesos que tot plegat genera.

    El ms important, i segurament el ms ests daquests malentesos malgrat les valuoses reflexions posteriors a crrec de diversos autors, s el que lliga estil periodstic i objectivitat, el que prescriu unes normes com a garantia de reproducci de la realitat social, com qui expedeix un passaport a la facticitat. I amb elles, amb aquestes normes que proveeix lanomenat estil periodstic, se sustenta el miratge dun periodista que selecciona, que jerarquitza, que emparaula la realitat sense intervenir en ella, sense tacar-la amb la seua subjectivitat, com si el fet de parapetar-se en quatre regles a mig cam entre el sentit com, lesterilitat i lesclerosi expressiva ja garantira laspsia.

    Per, juntament amb aquesta acrtica i falla concepci de lestil des de la qual sabasta bona part de la prctica professional i de la formaci acadmica, saguaita una altra situaci no menys conflictiva i, com lanterior, igualment negligida pels defensors de lobjectivitat periodstica i les seues cataplasmes normatives: la manca de preocupaci per lexpressi periodstica, per les maneres de dir i les seues implicacions, per una observaci atenta al qu i al com relaten lactualitat els mitjans de comunicaci,

  • [17]

    als vincles indestriables entre aquestes dues operacions. Lnica manera de trencar el miratge de lobjectivitat, deixir de la campana de vidre dun mal ents estil periodstic i prendre conscincia real de la diversitat de maneres de dir, de la multiplicitat destils i de com cadascun dells configura la seua prpia realitat representada.

    Lobjecte secundari daquesta tesi entronca, precisament, amb aquestes

    preocupacions i ho fa amb la voluntat de verificar la proposta teoricometodolgica, de posar en joc ladequaci daquests plantejaments per a lestudi del discurs periodstic. s per aix que sha dissenyat una mostra de textos i sha sotms a la seua validaci emprica, per tal desclarir la convenincia dun mtode daquestes caracterstiques i el seu refinament a lhora de ponderar aquestes variables. Un mtode que, amb la seua fonamentaci, des de la solidesa duna reflexi pluridisciplinria, aporta una eina imprescindible per al coneixement de les maneres de veure i construir la realitat. Es converteix en un mitj clau per a assolir lobjecte i lobjectiu principal de la recerca, per tamb, en un instrument apte i esperem que rigors per a acostar-se a les maneres de dir periodstiques, per a contribuir a desxifrar les estratgies i implicacions que comporten. I aix poder rebatre, aquesta vegada amb una argumentaci i una anlisi cientfica, la mstica que ha arrelat al voltant del concepte destil i la seua aplicaci al camp periodstic. Desvetllar, en definitiva, la fallcia objectivadora, en constatar la inevitable intervenci del periodista en els textos informatius-interpretatius, a travs del rastre en el lxic, en les estructures dmfasi o en els connectors argumentatius.

    La identificaci com a objecte secundari no comporta una rebaixa en el rigor de lanlisi emprica ni de la confiana en la seua aportaci. Ben al contrari, aquesta sha dissenyat com sexplica ms avant al voltant duna mostra darticles mplia, representativa i congruent, precisament per a poder testar un aparell teric que considerem slid i cohesionat.

  • [18]

  • [19]

    2. HIPTESIS

    Les caracterstiques daquesta tesi obliguen a plantejar dos tipus dhiptesis, vinculades a la distinci que sha fet en el punt anterior respecte al tipus dobjecte destudi que motiva la recerca. Aix doncs, sestableixen dentrada dos grups: les hiptesis vinculades a lobjecte que hem identificat com a principal i les que depenen del que sha presentat com a secundari.

    El primer bloc t un carcter eminentment argumentatiu i, per tant, dhiptesi feble, si ho comparem amb les que caracteritzen les cincies experimentals, basades en un mtode hipoteticodeductiu, destinat a establir les condicions que intervenen a lhora de desenvolupar una proposta sistemtica per a lestudi pragmaestilstic del discurs periodstic informatiu/interpretatiu. Sexposen a continuaci les premisses bsiques que serveixen com a punt de partida.

    A. Hiptesis relatives a lobjecte destudi teoricometodolgic: H1: Lestil s un fenomen lingstic present tamb en els textos periodstics i

    portador dun element diferencial que singularitza els enunciats, en tant que implica una manera dexperimentar i de construir la realitat a travs de la relaci que sestableix entre llenguatge i pensament.

    H2: Lanlisi dels estils en els textos periodstics es pot realitzar des duna

    estilstica pragmtica o pragmaestilstica, sensible als fenmens de variaci i a les modalitats de la llengua en s, a travs de les eines que proporciona la lingstica.

    H3: Els fenmens de variaci estilstica entren en interacci, travessen, dues

    dimensions que, duna o daltra forma, imposen una certa delimitaci expressiva: els gneres i els contextos situacionals, que representen les rees/seccions i les publicacions. En aquest sentit, si b es detecten alguns vincles, no s possible establir nexes de correspondncia unvocs entre gneres i indicadors pragmaestilstics, ni entre aquests ltims i unes determinades rees o mitjans. A implica que els condicionants que imposen els anteriors no anullen laportaci del periodista, la seua intervenci en el text com a instncia configuradora.

    H4: Lluny dun estil nic i objectivador, la comunicaci periodstica es

    caracteritza per una diversitat i heterogenetat destils, per una varietat de maneres de dir amb efectes cognitius.

  • [20]

    H5: El rastre del punt de vista del periodista queda inscrit en el text a partir duna srie de marques destil, empremtes lingstiques a travs de les quals marca de manera clara la seua manera de veure i relatar la realitat social.

    B. Hiptesis relatives a lobjecte destudi empric El segon bloc dhiptesis, com shavia anunciat ms amunt, est lligat a lobjecte

    secundari, destinat a validar la proposta teoricometodolgica anterior, a travs de la seua aplicaci a un corpus de textos. Aix, doncs, el grup dhiptesis que sexposa a continuaci tindr un carcter empric, associat, en primer lloc, a la confirmaci de la validesa del mtode i, en segon lloc, a laplicaci del mtode danlisi sobre un corpus de textos periodstics:

    h1: El mtode danlisi pragmaestilstica, destillat de la proposta terica i

    metodolgica, resulta viable i efectiu per a donar compte de la diversitat de maneres de dir i de les seues implicacions cognitives.

    h2: s possible trobar marques destil del periodista en tots els textos, tant en els

    ms interpretatius com en els informatius. h3: La concentraci i la intensitat dels indicadors pragmaestilstics en determinats

    textos periodstics varia ms en funci de les rees i dels mitjans que no del gnere, cosa que posa en qesti lactitud normativa de les tipologies genriques tradicionals.

    h4: Els indicadors pragmaestilstics actuen per acumulaci, formant xarxes o

    isotopies delements connotats. h5: Els connectors argumentatius estan presents en tot tipus de textos periodstics,

    aix com les anfores i substitucions valoratives, per aquests recursos presenten una major freqncia daparici en els gneres informatius/interpretatius.

    h6: La crnica, i ms especialment la desports, s el gnere que presenta una

    major densitat doperadors pragmaestilstics de modalitzaci. h6: La metfora, malgrat les indicacions dels llibres destil, forma part de tots els

    gneres i s la figura retrica ms habitual en els textos periodstics.

  • [21]

    3. FONAMENTACI TEORICOMETODOLGICA I FONTS

    Una recerca com la que ara senceta ha de partir, necessriament, duna mirada plural, dun recorregut per diferents disciplines que, duna o daltra manera, tenen en lexpressi verbal el seu centre datenci, un recorregut per diferents branques del coneixement que han fet de les maneres de dir el seu objecte destudi. Lluny de velletats extiques, aquesta vocaci pluridisciplinria sinscriu en la lnia de les investigacions que, des de fa uns anys, han anat obrint les costures duns estudis de comunicaci sovint autrquics, pocs receptius a les aportacions dmbits prxims. Aix, malgrat la matria primera amb qu la premsa basteix les seues realitzacions, la recerca periodstica ha viscut desquena tret dun grapat dexcepcions al bagatge que han proporcionat ms de vint-i-cinc segles de reflexions sobre la paraula i les implicacions del seu s. Els estudis de comunicaci han preferit, en canvi, proveir-se duna mstica objectivadora i atrinxerar-se en ella, apellar a la normativitzaci i escampar per manuals i llibres destil un dispositiu regulador que marcara amb tra ferm les fronteres dall que sentenia per lestil periodstic, en singular, sense matisos, com una mena de paraula de Du empeltada en les pgines dels diaris.

    Enfront daquesta actitud, habitual en bona part dels estudis de comunicaci, ac

    es planteja com a punt de partida un cabussament en les disciplines que compten amb una llarga tradici de recerca lingstica. I no simplement com un exercici darqueologia acadmica, per desempolsar uns quants conceptes, treurels les teranyines i exposar-los en els estants que vindrien a ser aquestes fulles. Ben al contrari, saposta per una recerca terica que, des daquelles disciplines que compten amb lexperincia i la perspectiva de segles destudi, permeta aportar llum al tractament dels estils en el camp periodstic.

    En la llunyania, a lextrem ms remot daquest cam histric est la retrica, on

    arrelen les preocupacions ltimes sobre lestil, quan aquest formava part, a travs de lelocutio, de les operacions destinades a buscar les paraules ms efectives per a formular el pensament dels oradors, per a donar vida al seu discurs. Per intentar conixer els ressorts daquest concepte exigeix resseguir els avatars histrics que lhan caracteritzat, des dels temps gloriosos de la repblica romana a la caiguda en desgrcia i la proscripci, arraconat, com tot all que sonava a retrica, a lencartonada i artificiosa exhibici escolar.

    A finals del segle XIX, la sensibilitat romntica torna a interessar-se per les realitzacions lingstiques com a vehicle dexpressi particular i amb ella sorgeix una disciplina, lestilstica, que, de la m de diferents escoles i corrents que aporten el seu

  • [22]

    arsenal de definicions i mtodes destudi, recorre tot el segle XX, fins a desembocar en la pragmtica. La formulaci daquest trajecte s clau per a poder entendre el marc escollit per a la definici del concepte destil en lmbit periodstic i les seues implicacions, per a situar-lo en el terreny de les realitzacions comunicatives concretes, de tota mena de textos, com han defensat autors com Genette, i allunyar aquesta noci dels que, malinterpretant Buffon, pretenien restringir-la a les manifestacions ntimes de lesperit. Aix, amb una estilstica que beu de les fonts de la retrica, consangunia en grau elevat, i duna pragmtica que ha proporcionat un nou paradigma per als estudis sobre lestil, es basteix ledifici teric sobre el qual sha armat la proposta que constitueix lobjecte principal daquesta tesi, com sindicava en un epgraf previ.

    Precisament la confluncia destilstica i pragmtica va portar Leo Hickey a

    plantejar, fa ms de dues dcades, una branca destudi de lestil anomenada pragmaestilstica, a travs de la qual savana en el cam de dissenyar un mtode per a lestudi dels textos periodstics. Hickey va concebre aquesta estilstica pragmtica com una eina destinada a estudiar el llenguatge en el seu context comunicatiu, una idea clau en la nostra recerca, que vincula la pragmaestilstica amb la gramtica funcional o lingstica sistmica desenvolupada per M.A.K. Halliday, com sexposa tot seguit en la proposta metodolgica. Abans dendinsar-se en aquesta, per, cal situar de manera ms especfica quin s labast real del concepte destil, i sobretot, de les seues implicacions epistemolgiques. I s aqu on sha optat de nou per recrrer a la mirada pluridisciplinria, en aquest cas a un mbit amb segles dexperincia a lhora dindagar en els lmits entre llenguatge i realitat: la filosofia.

    La tradici filosfica aporta llum a un debat capital en el terreny periodstic, origen de les controvrsies al voltant de lobjectivitat: es pot dir el mateix a partir denunciats diferents? s possible la sinonmia absoluta? o, per contra, dues maneres diferents de presentar la informaci impliquen canvis semntics substancials? s aqu on es planteja una discrepncia respecte a Hickey que no invalida el fet de seguir la seua proposta pragmaestilstica i sopta, en la lnia duna tradici de la lingstica crtica, per la defensa de la unitat indissoluble de forma i contingut, davall dels auspicis dautors com R. Fowler o D. Bolinger, enfront dels que remeten lestil al terreny de la tria sense conseqncies semntiques.

    Una vegada mostrades les cartes epistemolgiques que impulsen aquesta recerca i

    les filiacions teriques, es desenvolupa una proposta metodolgica que parteix de la revisi del concepte destil en els estudis de comunicaci, amb lobjectiu dapamar el terreny i posicionar-se. Lluny de les postures emparades en el mite de lobjectivitat periodstica representades per autors com J. L. Martnez Albertos o G. Martn Vivaldi i de les que consideren lestil periodstic com una selecci que noms afecta a lexpressi dacord amb L. Nez Ladevze, ac es defensen les aportacions dun

  • [23]

    tercer estadi en els estudis de comunicaci, en la lnia dels treballs dA. Chilln que, des dun enfocament pluridisciplinari, destapa la coartada objectivadora de letiqueta estil periodstic en singular i aposta per parlar del terme en plural, duna diversitat destils i registres que configuren mltiples realitats.

    Amb la idea daquesta pluralitat de maneres de dir i de les seues implicacions com

    a punt de partida, saborden mpliament les condicions que intervenen en la comunicaci i recepci de textos periodstics, a partir de tres nocions clau: gneres, registres i estils. Sofereix, dentrada, una perspectiva histrica sobre les modalitats genriques, atenent a les aportacions pluridisciplinries que beuen de les fonts de la literatura, amb lobjectiu de veure com han influt en el periodisme. Per, sobretot, es posa de manifest com aquestes primeres classificacions estan supeditades a la noci dobjectivitat i a la fe en una separaci ntida entre informaci i opini, una tendncia que, en parallel a les noves definicions destil en el camp periodstic, ha donat pas a classificacions alternatives que posen lmfasi en la idea de forma i funci, com les que plantegen a la dcada dels 90 Snchez i Lpez Pan. Per tamb a revisions crtiques com les de Vidal, Burguet, Martnez Vallvey o Arfuch, que incorporen les aportacions daltres disciplines a lhora dabordar amb nim renovador un dels pilars mestres de la comunicaci periodstica. Bona part delles incorporen les reflexions de Bakhtin sobre els gneres discursius, aix com el vincle entre modalitat genrica i seqncia textual, unes aportacions substancials des del punt de vista de lheterogenetat i la complexitat dels gneres com a tipus denunciats relativament estables. Una tesi a les antpodes de la voluntat normativitzadora que presideix les tipologies clssiques.

    Si el gnere constitueix un element dinfluncia substancial en els textos

    periodstics tamb ho sn les variables situacionals o de registre, totes aquelles circumstncies que envolten la publicaci dun article, des del tipus de mitj a lrea on apareix recollit. Aix, en la lnia de la sociolingstica funcional de Halliday, es planteja una correspondncia entre les diferents variables de registre (camp, tenor i mode) i els textos periodstics, amb lobjectiu de definir amb major precisi en quina mesura la situaci marca lexpressi lingstica i deixa marge de maniobra al periodista a lhora dimprimir la seua particular manera de veure les coses.

    Una reflexi sobre lestil en els textos periodstics no podia deixar fora latenci a la figura de lautor com a instncia configuradora. Per a abordar-ho en tota la seua dimensi es proposa un recorregut pluridisciplinari pels corrents terics que han tractat la seua presncia/absncia en el text, des dels que advoquen pel pes absolut de lautor fins als que alcen acta de la seua mort, com Barthes, passant per la idea de funci dautor, de Foucault, o de les propostes de W. Benjamin. En la lnea de Kerbrat-Orecchioni o de les suggerents aportacions de M. Asensi al voltant de la maleta del Quixot i les fantasmagriques/metonmiques marques de lautor en el text, es planteja la

  • [24]

    necessitat de tenir present aquesta inscripci, no dels trets biogrfics o de les pulsions ntimes de lautor ms encara quan sovint es tracta dun autor corporatiu, sin del seu punt de vista a lhora de configurar una realitat que contribueix a designar i crear a partir de tota una srie de marques lingstiques observables i analitzables, que es descriuen en lapartat dedicat al mtode danlisi.

    La joventut dels estudis comunicatius obliga a importar daltres mbits amb major

    bagatge teric i metodolgic les eines per a acostar-se amb garanties als textos periodstics. Aix, la lingstica i lestilstica es converteixen en suports fonamentals per a encetar una recerca emprica com la que es planteja en aquestes pgines. La seua utilitat ha estat posada de manifest per diversos autors, entre ells el pare de la pragmaestilstica, Leo Hickey, per la novetat que aporta aquesta recerca est en la integraci i ls que fa delles. No es tracta de posar-les al servei de lestudi dun element destil com ocorre moltes vegades en anlisis aplicades a un corpus periodstic sin de dissenyar, com sha fet, una eina que puga donar compte de la diversitat destils que conviuen en les pgines de la premsa escrita diria. I, no noms per a constatar aquesta pluralitat de veus que relaten lactualitat sin, sobretot, per a indagar en les implicacions cognitives que plantegen les diferents maneres de dir.

    El punt que recull el mtode danlisi no es limita a sumar un llistat dindicadors susceptibles de tenir en compte per a lanlisi de lestil sin que, en la lnia del que sha treballat en apartats anteriors, es planteja una recerca ms ambiciosa. Una recerca que lliga els elements que composen la graella, s a dir, aquells que explcitament es buscaran en la mostra seleccionada, amb les aportacions teriques procedents de lmbit lingstic. Per tant, els parmetres destudi no queden deslligats, despenjats de la seua essncia configuradora del text, del text periodstic, que constitueix la unitat danlisi, sin que, dentrada, sadscriuen a la seua matriu terica. Al mateix temps, per, els indicadors que hem connectat amb les fonts teriques sagrupen, per a recollir millor les especificitats del treball periodstic, en cinc grups, que pretenen donar compte de les tasques en les quals el periodista deixa, inevitablement, la seua particular empremta.

    Aquestes van des de la selecci de fets i protagonistes que disposa estratgicament, seguint la voluntat de donar relleu a unes o daltres dades, desplaant elements o afegint operadors argumentatius, fins als mecanismes de cohesi que limpliquen en la textura discursiva, i fan que, al mateix temps que assegura lengranatge i el vincle entre les oracions, filtre el seu particular punt de vista. La seua presncia queda manifesta com a enunciador que escull els operadors de modalitzaci lxics, fraseolgics o lligats a la sintaxi i la morfologia, que permeten que aflore la subjectivitat de lautor del text periodstic. Per la seua no s lnica veu que sescolta. Ms encara, aquesta tasca de reportador de discursos no es limita a la de mer altaveu, a la de vehicle neutre de canalitzaci de la paraula daltres, sin que comporta una implicaci evident. No noms pel fet descollir unes paraules i deixar altres fora. Tamb

  • [25]

    per com sinsereixen aquestes en el text del periodista, pels matisos que comporta el verb introductori o la particular manera de recollir la cita de manera indirecta. Com la ironia, on el parlant, el periodista, repeteix o es fa ress duna proposici aliena que contrasta amb la realitat o amb el que espera el seu interlocutor. Finalment, en contra de lanatematitzaci que llancen manuals, llibres destil i altres guardians de les essncies objectivistes, el periodista es mostra tamb com a creador, artfex de figures retriques que, lluny de posar-se al servei dun fals embelliment, duna ornamentaci buida, comuniquen amb eficcia i transmeten una visi del mn i de la realitat que presenten.

    El model presentat parteix de les aportacions teriques i propostes analtiques dautors com Vicent Salvador, Helena Calsamiglia i Amparo Tusn, Gloria Corpas, Catalina Fuentes, Llus Payrat, Salvador Gutirrez Ordez, Elvira Teruel, Maria Josep Cuenca, Jean Michel Adam, Dominique Maingueneau, C. Kerbrat-Orecchioni, Gonzalo Saavedra, Manuel Prez Saldanya o Catherine Fromilhague i Anne Sancier-Chateau, exposades en diferents obres.

  • [26]

  • [27]

    PRIMERA PART

    LA PRAGMAESTILSTICA, UN MTODE DANLISI DELS TEXTOS PERIODSTICS

  • [28]

  • [29]

    4. MARC TERIC: DE LA RETRICA A LA PRAGMAESTILSTICA

    Enfront del que ha caracteritzat bona part dels estudis de comunicaci, aquesta

    tesi aposta, com a punt de partida, per buscar en les arrels histriques de les disciplines que atresoren el bagatge duna llarga tradici de recerca lingstica. El primer impuls passa per tractar de definir el propi concepte destil, una tasca gens fcil atenent a les implicacions i la polismia de qu s objecte. Aix doncs, deixant de banda lampli ventall de designacions que podem trobar en el camp de la vida quotidiana o en daltres especialitzats, el subepgraf segent planteja un recorregut per les aproximacions a la noci destil com a realitzaci lingstica, agrupant quins sn els principals eixos que han marcat levoluci i els autors que han proposat definicions de pes. Tot aix amb lobjectiu de plantejar, com a punt de partida, una primera definici que sanir modelant en les pgines vinents i que quallar en una proposta metodolgica per a la seua anlisi en els textos periodstics.

    Per parlar destil amb entitat requereix viatjar als confins de la retrica, lmbit on van arrelar les primeres preocupacions per lexpressi verbal, destinades a proveir els oradors de recursos per a formular el pensament en paraules. I resseguir el cam que va acabar per desvirtuar-la fins a convertir-la en vestigi grotesc del passat, en anttesi dall que va ser. Contaminada per aquesta devaluaci, tamb lelocutio, lmbit on es definia lestil, va perdre la seua ra de ser, fins a esdevenir un mer exercici escolar, destinat a lexhibici oratria, arraconat a la categoria de catleg de figures retriques.

    La preocupaci pels fenmens destil torna a principis del passat segle de la m duna disciplina, lestilstica, que, alimentada pels moviments romntics, tracta de comprendre la part afectiva del llenguatge. El segon subepgraf daquest punt ofereix un reps per les diferents perspectives, etapes i autors que han marcat la seua evoluci durant ms dun segle, des de les primeres manifestacions, sota ladvocaci de Bally, promotor duna estilstica descriptiva o preestructural, i Spitzer, duna opci gentica o idealista, fins a les aproximacions que shan fet des del paradigma estructuralista, des del generativisme o la semitica. Fins a arribar al marc destudi estilstic des del qual senquadra la proposta metodolgica i lanlisi posterior, la pragmtica.

    Les raons de la seua tria sexposen com a tancament del punt dedicat als orgens i levoluci de lestil, on sha fonamentat de manera detallada el carcter daquest domini i la convenincia de plantejar un estudi dels textos periodstics des dels seus pressupsits, tenint en compte el carcter de llenguatge en s que els defineix. Com en els apartats previs, sha optat per un desenvolupament en detall, capa de prendre-li el pols a aquesta disciplina de la m de les diferents orientacions teriques que han marcat la seua trajectria, de forma que quede clara ladequaci als objectius que es plantegen.

  • [30]

    I tamb un carcter interdisciplinari, que la converteix en una mena de disciplina-frontissa, que comparteix amb lestilstica.

    El tercer subepgraf daquest apartat inclou els criteris terics sobre els quals sassenta el mtode destudi que sexposar en el sis punt. La conjunci entre estilstica i pragmtica, plantejada per Leo Hickey, constitueix la combinaci escollida per a aproximar-se als textos periodstics, ja que permet traure a la llum els indicadors lingstics que posen de manifest les diverses maneres de veure i construir la realitat. Desprs de revisar les connexions amb disciplines i enfocaments com la lingstica sistmica funcional i lanlisi del discurs des dels quals shan realitzat aproximacions molt interessants a lestudi dels textos meditics, aquest punt es tanca amb una reflexi que persegueix qualsevol aproximaci a la noci destil: es pot dir el mateix de diferents maneres o cada manera de dir confereix un carcter singular a all que es transmet? En definitiva, com afecten al fons semntic els canvis en la superfcie lingstica? Una reflexi que lliga amb la preocupaci exposada en les definicions inicials destil i que entronca directament amb les aproximacions a la concepci destil en el camp de la comunicaci periodstica que centra el segent punt, ja que s precisament la defensa de la seua invariabilitat la que sustenta les tesis objectivadores.

  • [31]

    4.1. DIFICULTATS PER A LA DEFINICI DEL CONCEPTE DESTIL

    El problema de lestil resideix, bsicament, en la dificultat de trobar-li una definici, de formular les seues propietats i de fixar el seu estatut teric i cientfic, aix com en la impossibilitat de precisar la seua naturalesa: lingstica, formal, esttica, psicolgica o filosfica (Paz Gago, 1993: 25). Qualsevol intent daproximaci a la noci destil t un resultat abstracte i imprecs. A ms, la seua polismia, amb mltiples aplicacions als camps ms diversos, noms ha contribut a desdibuixar-ne les traces.

    Els diferents atributs que shan associat a lestil porten a Pierre Guiraud a caracteritzar-lo com una nocin flotante, que desborda sin cesar los lmites dentro de los cuales se pretende encerrarla, uno de esos vocablos caleidoscpicos que se transforman en el instante mismo en que nos esforzamos por fijarlos (1970: 50). De fet, com assenyala Enkvist, s un concepte tan com com esquiu: molts en parlen, sovint afectuosament, per pocs estan preparats per a expressar amb exactitud qu vol dir. I, malgrat tot, apunta, no satreveixen a negar la seua existncia, ni que siga apellant a un argument tcit: The fact that the idea of style is so widespread and so useful proves that there is an objective entity underlying this idea. Entre els que ho fan destaca Bennison Gray:

    Does style in fact exist at all? His answer is a vigorous negative. Style, he says, is like the emperors clothes or the ether of old physics. It exists merely because people want to see it because everybody else does, or perhaps because it buries a number of mysteries under a handy, respectable term. In Grays opinion it hides a vacuity that more thorough research would be bound to reveal (Enkvist, 1973: 11-12).

    Lautor tracta de donar suport a la seua tesi refutant qualsevol aproximaci a

    lestil per, finalment, contemplar la definici favorita de molts lingistes: estil com a elecci, basada en la idea de sinonmia. Per, fins i tot en aquest cas, pren la navalla dOccam i tria lopci ms senzilla: si dues paraules sn sinnimes, no hi ha diferncia entre elles, i si no ho sn, la diferncia s de significat. Per tant, segons el seu raonament, el terme estil resulta superflu: In every case of the use of the word style which we have examined, the user has found it necessary to go outside the work to establish the existence of style, and every case he has had to go to something for which there exists no evidence but the particular work whose style he wishes to discuss (a Enkvist, 1973: 13).

    Lluny dalar acta amb la seua desaparici, Hough tracta de trobar la ra que ha pesat en el seu desterrament1. Constata, en primer lloc, la paradoxa que el terme estil ha

    1 Les seues conclusions sobre les raons que han portat a aquest fet van en la lnia del que apuntava Gray per justificar la desaparici. Des de la gramtica generativa que advoca per la separaci entre fons i forma, R. M. Ohmann afirma: For if style does not have to do with ways of saying something (...) is there anything at all which is worth naming style?... The critic can talk about what the writer says, but

  • [32]

    tendit a evaporar-se de la crtica moderna al temps que lestudi estilstic feia la seua aparici; encara que, en la prctica, sense usar el nom, la idea destil haja estat present en moltes de les anlisis estilstiques entre daltres, apunta, les dutes a terme per I. A. Richards en els anys 20 del passat segle. A ms, assenyala que, si b la crtica moderna ha arraconat el terme estil per considerar-lo passat de moda o vinculat a altres concepcions, els lingistes han dedicat poc de temps a abordar aquestes qestions que generen polmica: Many students of linguistics who have concerned themselves with style are quite content to talk about different ways of saying the same thing (Hough, 1969: 6). Lautor sost, en canvi, que s precisament la caracteritzaci destilstica de les diferncies entre frases sinnimes el que apella a les velles consideracions del llenguatge com a mer vestit del pensament, prpies de la retrica tradicional, i aporta diverses raons per recuperar aquest concepte:

    I think the concept of style can be rescued in three ways, none of them obviously disreputable: (I) The critic can rest on ordinary language and received opinion, the common sense of readers uncorrupted by literary prejudice. Such readers obstinately persevere in distinguishing between matter and manner, the thing said and the way of saying it (...). There is no need to prove that there is such a thing as style (...). (II) The critic can deny the doctrine that formally different utterances always differ in meaning, as I. A. Richards goes near to doing in Interpretation in Teaching (...). (III) The critic may accept this doctrine, and agree that difference of form is always difference of meaning. But he can still deny that the concept of style has disappeared. It has not disappeared; it has become subsumed in meaning. Style is a part of meaning, but a part which can be properly and reasonably be discussed on its own (1969: 7-8).

    Hough es decanta per la tercera opci i defensa que, el fet de considerar lestil

    com a part del significat, no implica donar-lo per desaparegut. Al contrari, hi ha diversos aspectes del treball literari, apunta, que es poden analitzar a la llum daquesta etiqueta, fins i tot en casos que, per les seues caracterstiques, deixen, en principi, poc de marge per a la tria estilstica, com el dun article cientfic. Es pot informar del tema de la investigaci, dels recursos experimentals usats o donar compte dels resultats de diverses maneres: esquemticament o de forma mplia, clarament o de manera ms fosca. And these things subratlla are all parts of what we will call style (1969: 9-10).

    Una ullada a algunes de les definicions destil que shan donat proporciona una idea de la varietat, fins al punt que John Middleton Murry (a Enkvist, 1976: 27) advertia que un examen mnimament rigors de la paraula estil hauria dabastar tota lesttica i la teoria literria. No nhi hauria prou, sentenciava, amb sis volums. Enkvist

    talk about the style he cannot, for his neat identity one thought, one form allows no margin for individual variation, which is what we ordinarily mean by style. Style, then, becomes a useless hypothetical construct. A aquesta situaci, explica Hough, sarriba quan es posa en qesti el vell dogma que, des del romanticisme, negava la separaci entre fons i forma per considerar com una unitat indissoluble pensament i expressi, forma i contingut (Hough, 1969: 4-5).

  • [33]

    tracta dagrupar aquesta diversitat sota tres criteris: segons les etapes bsiques del procs de comunicaci (des del punt de vista de lescriptor, les caracterstiques del text o les impressions del lector), segons siguen objectivament verificables o subjectivament impressionistes2 o dacord amb altres criteris que, sota sis epgrafs, vindrien a condensar les nocions bsiques destil que han donat diferents autors3:

    Estilo como una corteza que envuelve un meollo preexistente de pensamiento o de expresin; como la eleccin de expresiones ofrecidas como alternativa; como un grupo de caractersticas individuales; como las desviaciones de una norma; como una serie de caractersticas colectivas; como las relaciones entre entidades lingsticas que son enunciables en el marco de un texto ms extenso que el de una sola oracin (1976: 28-29).

    Seguint la divisi establerta per Enkvist es dividiran en sis apartats les accepcions: 1. Potser la definici ms difosa destil s la que apella a la individualitat, a

    lexclusivitat duna srie de trets. La mal interpretada cita de Buffon4 le style cest lhomme mme ha servit de base per a justificar una idea destil fixat a la personalitat,

    2 En aquest grup inclou aquelles definicions que apellen a qestions que, des del seu punt de vista, no es poden analitzar, com les que identifiquen lestil amb lexistncia (Le style est pour nous une disposition de lexistence, une manire dtre, com H. Morier) o el pensament (El estilo, sin duda, no es en verdad un medio invisible y transparente, no es en verdad un ropaje, sino, como dijo Gourmont, el puro pensamiento mismo, com H. Ellis) o amb les que afirmen que lestil suposa dir la cosa ms apropiada de la manera ms efectiva possible (En su manifestacin ms elemental, el estilo es una captacin de la voluntad. Es un intento de obtener el favor por el proceso hipntico o sugerente de decir la cosa apropiada , assenyala K. Burke) (Enkvist, 1976: 28). 3 Ullmann ha ofert una altra classificaci que coincideix en bona mesura amb la dEnkvist: Las opiniones difieren en cuanto a qu es lo que constituye la esencia del estilo. Unos convienen con Proust en que el estilo es para el escritor lo que el color es para el pintor: una cuestin no de tcnica sino una visin sumamente personal. Otros consideran el estilo como el producto de elecciones conscientes o inconscientes, de acuerdo con una frmula hallada en un conocido libro de texto: de dos locuciones de la misma lengua que conlleven aproximadamente la misma informacin, pero que difieran en su estructura lingstica, puede decirse que difieren en estilo. Un tercer grupo juzga la desviacin de una norma contextualmente relacionada como fundamental para el concepto del estilo; algunos de estos crticos no haran ms que notar e interpretar desviaciones, mientras otros trataran de enunciarlas en trminos estadsticos. Un reciente artculo sobre el tema sugiere que en la raz del estilo hay un factor complejo que puede describirse como propsito general. Quiz la ms neutral de todas las definiciones sea aquella que identifica el estilo con la expresividad en tanto que distinta del significado cognoscitivo. Valry ya haba abogado por el estudio de les inventions expressives et suggestives qui ont t faites pour accrotre le pouvoir et la pntration de la parole, y un crtico latino-americano ha tratado de definir este factor en trminos puramente negativos, al argir que la estilstica es el estudio de lo extralgico en el lenguaje (1978: 43-44). 4 George Louis Le Clerc, comte de Buffon, va pronunciar aquesta cita al seu Discours sur le style davant lAcadmia Francesa, el 25 dagost de 1753: Le style nest que lordre et le mouvement quon met dans ses penses. Si on les enchane troitement, si on les serre, le style devient ferme, nerveux et concis; si on les laisse se succder lentement, et ne se joindre qu la faveur des mots, quelque lgants quils soient, le style sera diffus, lche et tranant (...). Les ouvrages bien crits seront les seuls qui passeront la postrit: la quantit des connaissances, la singularit des faits, la nouveaut mme des dcouvertes ne sont pas srs garants de limmortalit ; si les ouvrages qui les contiennent ne roulent que sur de petits objets, sils dont crits sans got, sans noblesse et sans gnie, ils priront, parce que les connaissances, les faits et les dcouvertes senlvent aisment, se transportent et gagnent mme tre mises en oeuvre par des mains plus habiles. Ces choses sont hors de lhomme, le style est lhomme mme: le style ne peut donc ni senlever ni se transporter, si saltrer: sil est lev, noble, sublime, lauteur sera galement admir dans tous les temps (Buffon, 1934: 67 i 73).

  • [34]

    part de la identitat de lindividu, com una extensi de les empremtes dactilars. Encara que, segons Wellek, Buffon tenia com a ideal el estilo grandioso y sublime, universal, generalizado, impersonal. Hay que tenerle ms bien por representante tardo del racionalismo cartesiano que por defensor de la personalidad al escribir5 (1959: 80). Yllera sost que aquesta declaraci no suposa una modificaci substancial de lantic concepte destil com a qualitat de lelocuci, vinculat a la tradici dels tres estils de la retrica (1979: 148), mentre que Pierre Guiraud interpreta, per la seua banda, que Buffon venia a dir que, mentre les idees poden prendres del seu autor, la forma que aquest els ha donat le pertenece como propia y no puede ser transformada, alterada ni imitada (1970: 39). El lingista adverteix que, com succeeix amb les paraules de Buffon, no es poden entendre amb un sentit modern sentncies com les de Plat tal com s el carcter, aix s lestil o Sneca el discurs s la fisonomia de lnima.

    Siga com siga, la valoraci de la cita de Buffon ha alimentat concepcions idealistes del llenguatge, com a expressi individual, i frmules danlisi centrades a buscar les manifestacions de la psicologia del creador, que han desembocat en lanomenada estilstica idealista. Al segle XVIII tamb va tenir un cert ress la cita pronunciada Buffon. Com recorda Guiraud, DAlembert i Chateubriand associaven lestil amb la idea romntica de geni o talent individual i espontani, un tret arrelat al carcter o una mena de do celestial6 (1970: 39).

    Aquestes idees, enriquides amb altres consideracions, han arribat fins a estudiosos com Pelayo H. Fernndez, que ha optat per subratllar la marca de lautor, els trets del seu carcter, seguint la petja dels intrprets de Buffon:

    El estilo se caracteriza por su unicidad, es la manera peculiar de expresarse un escritor. El modo de ser, la psicologa y la sensibilidad, el sentido de los valores, gustos y aficiones, los conocimientos y la educacin recibida, el mundo circundante, forma un conjunto nico que habr de manifestarse en la expresin individual, en el estilo (1979: 12).

    Per a Ortega y Gasset, lestil era la peculiar manera que en cada poeta hay de

    desrealizar las cosas (). Procede de la individualidad del yo, pero se verifica en las cosas (1979: 156-157). En un altre moment, el filsof afig a la seua definici la importncia dadaptar-se a les caracterstiques de loient, buscar la seua complicitat: En Espaa para persuadir es menester antes seducir (1998: 19), en referncia a que lestil naix com una necessitat de comunicaci.

    Dmaso Alonso identifica lestil amb lobra literria, per criticar la seua reducci al nivell afectiu del llenguatge fins a convertir-lo en una mena despcia o essncia:

    5 En efecto afig Wellek, no viene a defender la individualidad del estilo, ni aun su caracterizacin fisionmica; tampoco significa que el hombre ntegro se exprese en el estilo. Por el contrario, para Buffon el estilo es virtud puramente intelectual; es tanto como orden, continuidad, desarrollo razonado; es el elemento humano, el espritu que ordena y comunica ideas (1959: 80). 6 La tradici francesa inclou tamb seguidors ms recents daquesta concepci de base romntica, com Barthes que es veur en parlar de lestilstica estructural o Greimas (Yllera, 1974: 149).

  • [35]

    Estilo es todo lo que individualiza a un ente literario: a una obra, a una poca, a una literatura. El estilo es el nico objeto de investigacin cientfica de lo literario. El estilo es la nica realidad literaria. El estilo es la obra literaria, es decir, con nuestra terminologa, el signo, en cuanto nico, la misteriosa manifestacin concreta, el misterioso fenmeno, en el que se ligan significado y significante, forma interior y exterior: un cosmos de realidades espirituales, intuitivamente seleccionadas y ahormadas, y un complejo de realidades fsicas concretas (fonemas o su representacin grfica) que ahora ya cubren, representan y mgicamente evocan aquel cosmos. S, cuando en el signo consideramos su invencible peculiaridad lo llamamos estilo (1957: 482-483).

    2. En la segona accepci de les que contempla Enkvist figura la idea destil com

    una mena de corfa externa, un afegit a un pensament previ, a la seua verbalitzaci. Destaquen les paraules dStendhal, que afirmava que la seua essncia consisteix a aadir a un pensamiento dado todas las circunstancias calculadas para causar el efecto total que el pensamiento debe producir (Enkvist, 1976: 29). Aquest vessant, que parteix de la idea dun estil independent del contingut i dun pensament prelingstic, admet lexistncia dexpressions que poden no tenir estil7. Si Stendhal opta per una addici ms aviat operativa, altres autors accentuen el carcter daquest afegiment en la seua definici. Sadscriurien en aquest grup les consideracions de Charles Bally, en el sentit que lestil s laddici dun contingut afectiu a lexpressi. El parlant, per tant, pot manifestar els seus pensaments de forma objectiva i intellectual, ajustada al mxim a la realitat. No obstant aix, sovint tria diversos elements afectius que reflecteixen en part el seu ego8 (1976: 31).

    3. La interpretaci de lestil com a desviaci de la norma ha propiciat bona part dels estudis estadstics sobre la freqncia daparici de certs elements expressius en un determinat text. Aquest tercer corrent que diferencia Enkvist arranca de la concepci duna mena de nivell zero de la llengua, sense desviacions, de la divisi saussuriana entre langue i parole, i se centra en aquesta ltima. Inclou aproximacions com la dErik Wellander:

    Estilo, en el sentido lingstico, significa usualmente todo empleo especial contrastado claramente con el uso general. Ms concretamente, el estilo puede definirse como el modo de presentar un tema que difiere ms o menos del habitual y que se halla motivado por el carcter del tema mismo, el propsito de su presentacin, las cualificaciones del lector y la personalidad del escritor (a Enkvist, 1976: 40).

    Els crtics adverteixen, per, del carcter intutiu, de la impossibilitat de contrastar

    un estilo determinado con el todo de la lengua (1976: 41). Per fer front a aquestes contradiccions, Enkvist aconsella definir, en primer lloc, la norma respecte a la qual es 7 Aquestes consideracions que recorden la vella distinci entre lgica i retrica dificulten qualsevol intent de definir lestil per dues raons. En primer lloc, si lnica opci s el text complet i acabat, no sembla possible separar el pensament original de lautor de laspecte verbal final. En segon lloc, resulta poc factible diferenciar entre expressions que tenen estil i altres que no en tenen sense apellar a criteris arbitraris o subjectius (Enkvist, 1976: 31). 8 Les aportacions de Bally sabordaran de manera ms detallada en lapartat dedicat a lestilstica gentica, literria o idealista.

  • [36]

    mesurar la individualitat dun determinat text, no com a llengua considerada com un tot sin com una part de la llengua relacionada amb lmbit que analitzem. Daquesta manera, assenyala, s possible definir les normes amb rigor, ja siga amb criteris lingstics (p.e., els poemes en alexandrins) o a partir del context extratextual (els editorials del Times de 1960). Indica, en canvi, que resulta ms difcil definir lestil dins dels termes positius de la norma que com a desviaci.

    4. Les consideracions del punt anterior enllacen amb una quarta accepci daquest fenomen, la que proposa una idea destil com a relaci entre entitats lingstiques que superen el marc de loraci. En aquest cas, la norma ja no vindria determinada per un suposat estil neutre sin que sestabliria en els lmits del text en la lnia dels treballs de Riffaterre, que va optar per analitzar la possible desviaci respecte a un context determinat. Aquesta definici, sost Enkvist, ni choca con el punto de vista del estilo como seleccin o como tabulacin de alternativas, ni excluye el estudio de las frecuencias y probabilidades como determinantes del estilo (1976: 44).

    5. Una de les aproximacions ms habituals a la definici destil s la seua caracteritzaci en termes delecci o selecci de diferents expressions que es presenten com a alternativa, la cinquena possibilitat destacada per Enkvist. Van Dijk parteix daquesta base per afirmar que estil pressuposa implcitament la comparaci: El estilo, en consecuencia, parece caracterizarse a la perfeccin con la conocida frase decir la misma cosa de diferentes maneras (1990: 110).

    Per a una correcta definici de lestil com a selecci cal diferenciar, segons Enkvist, entre tres tipus deleccions: gramatical, no estilstica i estilstica. Si la distinci entre la primera i les altres s senzilla, ja que atn a lacceptaci duna oraci en termes gramaticals, en canvi, sost, resulta ms difcil traar la lnia divisria entre les altres dues. Finalment, estableix un punt de separaci a partir de la idea que la selecci estilstica sembla, a primera vista, una opci entre elements que signifiquen ms o menys el mateix, mentre que la no estilstica implica selecci entre significats diferents. La idea vindria recollida en la segent definici de J. Warburg: El buen estilo, creo, consiste en elegir una simbolizacin apropiada de la experiencia que se desea transmitir, de entre un nmero de palabras cuya rea de significacin es aproximadamente, pero slo aproximadamente, la misma (diciendo gato, por ejemplo, y no minino). Tamb a finals dels anys 50 del passat segle, Ch. W. Hockett deixava en mans del lector la distinci: en trminos generales, dos expresiones de la misma lengua, que transmiten aproximadamente idntica informacin, pero que difieren en su estructura, puede decirse que difieren tambin en su estilo (a Enkvist, 1976: 36-37). P. Guiraud9

    9 La paraula estil ha estat reduda a la definici bsica de manera de expresar el pensamiento por intermedio del lenguaje, una caracteritzaci simplsima y universalmente aceptada que, tot i aix, planteja nombrosos problemes: el terme manera resulta, al seu entendre, ambigu i el verb expressar, complex, ja que intenta analitzar categories i formes de funcionament de lexpressi. Finalment, el tercer element, el pensament, li suscita els segent interrogant: y cmo debemos leer: expresar el pensamiento, nuestro pensamiento o un pensamiento?. s per aix que no amaga que el vocable estil pot

  • [37]

    coincidia amb aquestes propostes en formular a lobra La stylistique (1962) una definici destil, que considera la tasca prioritria daquesta disciplina: El estilo es el aspecto de lo enunciado que resulta de una eleccin de los medios de expresin determinados por la naturaleza y las intenciones del sujeto que habla o escribe (1970: 120).

    Tot i la utilitat dalgunes daquestes definicions, el problema resideix, segons Enkvist, en determinar si la informaci transmesa per dues frases diferents s aproximadament la mateixa o no. Al voltant daquest punt planteja algunes consideracions importants per a lestudi de lestil que es proposa:

    Para m, los siguientes ejemplos del profesor Hockett, tengo el honor de informarle, seor, y eh, jefe, mire lo que pasa, evocan de inmediato dos situaciones y contextos tan diferentes que yo dudara antes de considerar su respectivo sentido como aproximadamente el mismo, pues las situaciones evocadas por esos dos estmulos lingsticos deben tomarse como parte de la informacin que transmiten. Un rea de significacin es tambin harto difcil de determinar, incluso si intentamos hacerlo utilizando tcnicas de campo semntico, debemos, en la prctica, comenzar por anotar todos los contextos en los que los elementos en cuestin aparecen. Sera ms sencillo, por tanto, dirigir nuestra atencin al contexto y no al significado (Enkvist, 1976: 37).

    En definitiva, concebre lestil en termes de selecci xoca amb lentrebanc dhaver

    desbrinar fins a quin punt la informaci de dues frases s o no semblant Qu ocurre con Est diluviando y Llueve a cntaros? Quieren decir o no lo mismo?, es pregunta Enkvist, de manera que el punt de llibertat de lescriptor per a elegir entre elements gramaticalment opcionals i el punt en qu el mateix significat pot ser transms per estructures lingstiques diferents sn qestions que sovint es transformen en problemas metafsicos situados ms all de los lmites metodolgicos simples y rigurosos. La problemtica es fa evident en la diversitat de definicions que proposen punts de vista oposats, on destaquen opcions com les de Flaubert que revisarem a continuaci o el New Criticism nord-americ10, que sostenen que noms hi ha un mot juste. Si esto es as, el estilo llega a ser parte del significado, y dos expresiones estilsticamente diferentes no pueden nunca significar una misma cosa. Decidir si

    prestar-se a tota mena dinterpretacions i confusions: des dels que el situen en el nivell lingstic de lexpressi fins als que tendeixen a una cincia de la literatura (1970: 11). 10 Considerada com una escola independent del formalisme rus o de lestructuralisme txec, coincideix amb aquests a lhora de donar prioritat a lestudi de lobra i no de lautor, i se centra en els valors esttics. Yllera explica que aquest corrent va sorgir cap a 1935, a travs dun grup de crtics dels sud dels EUA, i fins a finals de la dcada dels 40 no es van fer notar la influncia dels formalistes europeus. Els new critics reclamaven un estudi intrnsec de lobra literria, al temps que denunciaven els inconvenients de la crtica gentica i es manifestaven a favor dabolir loposici tradicional entre fons i forma, tot i que la manca duna terminologia adequada es va convertir en un dels principals entrebancs daquests intents. Sense constituir un corpus doctrinal comparable al del formalisme rus, el New Criticism va situar la crtica immanent en el centre dels estudis literaris i la seua influncia es va mantenir fins a la dcada dels cinquanta (Yllera, 1974: 75-77). Com han posat de manifest diversos analistes, s difcil construir un cos de principis terics compartits per tot el grup de crtics, integrat per John Crowe Ramson, I. A. Richards, T. S. Eliot o Yvor Winters (Domnguez Caparrs, 2002: 257).

  • [38]

    significan ms o menos lo mismo es una operacin bsica difcilmente satisfactoria dentro de las investigaciones acerca del estilo (Enkvist, 1976: 38).

    6. Finalment, Enkvist contempla la idea destil com a conjunt de caracterstiques collectives, com una quantitat de trets definidors, de normes duna gran varietat destils. Aix, les propietats poden expressar-se en termes de temps, lloc, llengua, dialecte i escriptor, escola o, entre daltres, de gnere. Al contrari que en la tercera accepci, la idea destil no es planteja en termes de diferncia entre el text donat i la norma, sin daproximaci, dacompliment de les propietats que shan definit.

    Aquesta opci vindria a coincidir amb la destil com a conjunt de caracterstiques formals que corresponen a un tipus de discurs o registre, una concepci que Yllera presenta com a oposada a les opcions psicologistes11 i que, segons indica, suposa una tornada i reelaboraci de la teoria dels tres estils caracterstica de la retrica antiga i les potiques medievals: La reaparicin de esta concepcin de los tres estilos en la poca moderna responde al deseo de estudiar, no el estilo de la obra, sino el estilo de un tipo de discurso, conforme al programa de grandes sectores de la potica moderna (1974: 155-157). Si b, en certa manera, lestudi que es planteja t un carcter limitat al discurs periodstic, no comparteix la visi destil que Yllera contempla amb un sentit homogenetzador.

    El terme estil t, des dels orgens, vinculaci amb la terminologia literria i aix ho ratifica Guiraud en dir que lestil s la manera descriure, la utilizacin del escritor de medios de expresin con fines literarios (1970: 14). Els grecs denominaven stilus al punx que servia per a escriure, per traar uns determinats signes sobre una superfcie tova de cera o argila. Garrido reprn la idea en recordar que el estilo sera algo as como la pluma del autor (en lugar de la voz) que reconocemos los lectores, el estilete con que el autor escribe en la tablilla de cera romana, cuyos trazos se reconocen en la caligrafa (1997: 27). Manuel Vicent fa seu aquest concepte i es confessa partidario del estilo siempre que con ese punzn se pueda matar o ensartar la esencia de las cosas12.

    Segle i mig abans, i jugant amb letimologia, Gustave Flaubert shavia pronunciat en termes semblants. Resulta reveladora la definici destil que ofereix: Je conois un style qui nous entrerait dans lide comme un coup de stylet (a Ullmann, 1979: 121). Lescriptor francs es decanta per un estil lligat al pensament, en contacte directe, no com un detall concret sin capa dimpregnar tota lobra: El estilo se encuentra bajo las palabras tanto como en el interior de las palabras. Es tanto el alma como la carne de una obra (Flaubert, 1998: 123). En altra de les cartes a Louise Colet, en 1852, afegia:

    11 Lautora sintetitza en tres apartats les concepcions destil principals dins de lestilstica moderna: estil com a expressi, com a desviaci i com a totalitat de lobra (1974: 150). 12 La cita apareix a la presentaci del llibre de Manuel Vicent Del caf Gijn a taca.

  • [39]

    Las obras ms hermosas son aqullas en que hay menos materia; cuanto ms se acerca la expresin al pensamiento, cuanto ms se une ste a la palabra y luego desaparece, ms bello resulta (...). Por eso no hay temas viles o hermosos, y podra establecerse casi como axioma, ponindose en el punto de vista del Arte puro, que en realidad no hay ninguno, pues nicamente el estilo es la manera absoluta de ver las cosas13 (1998: 120).

    Aquesta definici est molt prop de la que oferiria poc desprs un altre escriptor

    francs amb una forta preocupaci lingstica i un coneixement exquisit de lobra de Flaubert, Marcel Proust14, quan, a Le temps retrouv (1927), presentava lestil en els segents termes: Le style pour lcrivain, aussi bien que la couleur pour le peintre, es une question non de technique mais de vision (a Ullmann, 1978: 130)15. En una poca en qu era habitual considerar lestil com all extern i ornamental, lord Chesterfield el va definir com lembolcall dels pensaments. Flaubert va contestar amb contundncia: Ces gaillards-l sen tiennent la vieille comparaison: La forme est un manteau. Mais non!, la forme est la chair mme de la pense, comme la pense est lme de la vie (a Ullmann, 1978: 96).

    Forma com a carnadura, com la substncia mateixa del pensament. Lnica definici possible si es considera lestil com un modo de visin nico e idiosincrtico, suggereix Ullmann, desprs dapuntar que el lingista i el crtic literari, tot i que metodolgicament hagen denfrontar-se a la dualitat entre forma i significat en el llenguatge o a lexistent entre recurs i efecte destil, i separar els dos components, nunca deben perder de vista su unidad e impenetracin esenciales (1978: 95-96). Cal advertir que lautor, en fer referncia a les definicions destil que donen Flaubert o Proust, les situa de vegades en el mateix grup que la de Buffon, establint una equivalncia entre estil i personalitat (1978: 67-68). La tesi que ac es defensa no coincideix, com sexplicar, amb la interpretaci dUllmann, sin que salinea, ms aviat, amb la proposta de Claudio Guilln, que des del terreny del comparatisme i seguint el model dAuerbach aposta per un acostament a lestil que enllace la peculiaridad de la obra singular con el estilo concebido como modelo colectivo, lluny de la ingenutat neoromntica que sost que todo estilo tiene que ser individual y slo individual:

    Este dualismo, o ambigedad, se nos aparece como constituyente y funcional para todo entendimiento del concepto de estilo, tan amplio que abarca lo mismo la percepcin de lo

    13 Tot i que la traducci que se cita utilitza larticle determinat, en endavant es prendr la versi que recull Erich Auerbach a Mmesis procedeix del segon volum de la correspondncia de Flaubert, que opta per lindeterminat: Le style tant lui tout seul une manire absolue de voir les choses (Auerbach, 1993: 462). 14 En un article sobre lestil de Flaubert, publicat als anys 20 del passat segle, es referia a la importncia fonamental de les categories lingstiques en els nostres processos mentals i la nostra visi del mn amb la segent reflexi: Un homme qui par lusage entirement nouveau quil fait du pass dfini, du pass indfini, du participe prsent, de certains pronoms et de certaines prpositions, a renouvel presque autant notre vision des choses que Kant avec ses Catgories, les thories de la Connaissance et de la Ralit du monde extrieur (a Ullmann, 1978: 125). 15 Veure nota nmero 3.

  • [40]

    idiosincrsico de una obra o de un escritor como la visin de un complejo de modelos colectivos e histricos, que han sido estiletes, punzones, herramientas heredadas, recursos previamente existentes. El estilo, como el tema, segn advertiremos ahora, es un nexo mltiple. Nuestros mejores crticos muestran, como Auerbach, que es estilo cierta ndole de relacin entre ambos polos del concepto, el social-colectivo y el individual, o cierta postura ante ellos (2005: 226).

    Lautor de Madame Bovary sostenia que lestil era fruit de lesfor i la voluntat.

    En una missiva anterior a la mateixa destinatria, confessava: Slo se llega a alcanzar el estilo tras una labor atroz, con una obstinacin fantica (1998: 119). Aquest concepte deixa de ser una transposici automtica de la identitat de lautor, una simple impressi del seu carcter. Lautor contempla, per tant, la voluntat destil que recull un autor com Pelayo H. Fernndez: Estilo es simultneamente un camino que nos lleva y un esfuerzo del escritor por encauzarse a si mismo: de ah que el concepto y la expresin de voluntad de estilo recoja tan apropiadamente las dos condiciones apuntadas. Interpretava amb aquestes paraules la definici dUnamuno sobre la doble faceta que marca la personalitat literria: El estilo es camino, y es a la vez lo que camina como es un ro. No un camino por el que se va, sino un camino que nos lleva (a 1979: 14).

    En lobra La inspiracin y el estilo, Juan Benet reconeix en Flaubert un ejemplo palmario de una voluntad esttica y descriptiva carente de inspiracin, de un quehacer literario que el escritor se impone a s mismo a partir de unas convicciones y obligaciones estrictamente profesionales (1999: 49). Lautor rebutja la idea clssica dinspiraci com una mena de cop de vent div que converteix en objecte artstic all que toca. A aquesta actitud mstica Benet contraposa la noci destil com a fruit de la voluntat i lesfor, com un instrument que lescriptor sha vist obligat a confeccionar per a traure a la llum tot all que bull al seu cap (1999: 206-207). En la seua opini, la inspiraci noms s possible en el camp esttic creat per lestil, noms ell s capa de co-alumbrar (1999: 207):

    De forma que [la inspiracin] siempre viene dada en un estilo determinado; slo le es dable esperarla a quien se ha ocupado de organizar una estructura que le ayude a la comprensin total, la trascendencia y, si cabe decirlo, la invencin de la realidad; haciendo uso de los recursos que para ello ha acumulado, dibujando con sus imgenes, relacionando con sus metforas, utilizando las palabras y frases de su predileccin, parece que en un momento la propia inercia del mecanismo coge las riendas del discurso para redactar esa sentencia de naturaleza superior a cualquier otra.

    Albert Chilln interpreta la definici donada per Gustave Flaubert indicant que

    lescriptor s aquel que, a partir de la conciencia sobre la identidad sustancial del lenguaje, pensamiento y experiencia, configura lingsticamente la realidad mediante un trabajo incesante y a menudo obsesivo de bsqueda estilstica, de voluntad de estilo (1998: 91). Estil ja no ser ms, a partir de Flaubert, ni ornament epidrmic ni simple recurs per captivar el lector. Passa a convertir-se en una pea clau, en un element

  • [41]

    central en la relaci entre llenguatge i pensament, en el nexe entre tots dos. La idea evidencia, daltra banda, les consideracions entorn a la presa de conscincia lingstica o el gir lingstic, ja plantejades per Humboldt i Nietzsche, i que demostren que la nostra forma dexperimentar la realitat passa pel llenguatge. Existe una ntima sintona entre la representacin y lo representado, la forma y el fondo, el estilo y el contenido (1998: 90). Es tracta delements inseparables i, segons lautor, cada manera i estil de referir la realitat suscita y construye su propia realidad representada (1998: 91).

    Aquestes tesis salineen amb el que sost Juan Benet, quan afirma que en lobra dart expressi i contingut coincideixen sempre: La vieja distincin entre forma y contenido debe nacer de la creencia de que una misma cosa se puede decir de mil maneras. Pero por ligera que sea la diferencia cada una de las mil soluciones tiene un significado diferente, de donde debe colegirse que no existe sino una unicidad infinita de diccin, independiente de toda forma y de todo contenido (1999: 175). En aquest sentit, planteja que, si s vlid preguntar-se per la millor expressi duna idea, tamb ser vlid buscar la idea cabal que se esconde bajo una determinada expresin.

    En la lnia de la presa de conscincia lingstica, Nietzsche apunta que estilo no se limita a la forma de trabajar con ideas y conceptos sino que est determinado por su modo de emplear el lenguaje en la argumentacin o la especulacin (a Lynch, 1993: 59). El filsof alemany reivindica la unitat indissoluble del pensar i del dir en el segent lema: Mejorar el estilo significa mejorar el pensamiento, y absolutamente nada ms! (1993: 59). Lestil s,