especial internacional 23-08-14

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EL CONTRABANDO EN VENEZUELA Y LA GUERRA ECONÓMICA SÁBADO 23 de agosto de 2014 / Año 2 / N° 78 elpais.ur La frontera entre Colombia y Venezuela es más de 2.000 Km llena de trochas aprovechadas para el contrabando.

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Page 1: Especial Internacional 23-08-14

EL CONTRABANDO EN VENEZUELA Y LA GUERRA ECONÓMICA

SÁBADO 23 de agosto de 2014 / Año 2 / N° 78

elpa

is.ur

La frontera entre Colombia y Venezuela es más de 2.000 Km llena de trochas aprovechadas para el contrabando.

Page 2: Especial Internacional 23-08-14

El contrabando en Venezuela y la guerra económica

IntroducciónEn el contexto de esta guerra económica y las dificultades por las que atraviesa Venezuela,

tanto su Gobierno como su pueblo, ambos bolivarianos, y en consonan-cia con la herencia del Comandante eterno, Hugo Chávez, desplegaron una asombrosa actitud y actividad solida-ria con el pueblo palestino y en recha-zo al genocidio israelí que aún conti-nua en la Franja de Gaza, enviando toneladas de ayuda humanitaria en coordinación con el Canciller palesti-no y con el gobierno de El Cairo.

Lo curioso del caso es que las propias élites de Venezuela, que están detrás de esta guerra económica (junto con la de-recha de Colombia y la Administración de Washington), lanzaron severas críti-cas a esta solidaridad bolivariana. Pare-ce que el círculo de la derecha interna-cional e imperial se cierra en defensa de sus intereses comunes.

El caso ameritó una larga carta del comandante Fidel Castro (fue publicada en la sección internacio-nal de la versión virtual de nuestro periódico Cambio el día 20 de agos-to), en la que precisamente recalcó

Redacción internacional

2 23 de agostode 2014 323 de agosto

de 2014

LAS MOTIVACIONES DEL IMPERIO

DIMENSIONES DEL CONTRABANDOÉLITES COMPRADORAS Y CONSUMISTAS

Primero está la lógica del imperio de liquidar cual-quier proceso revolucionario que surja en nuestro continente y en el africano y el asiático. Están los múltiples intentos de acabar con la Re-volución Bolchevique desde su nacimiento, que se prolongaron durante 60 años, incluyendo la política de contención y la Guerra Fría, que se culminó con la disolución de la Unión Soviética. La Revolución China se enfrentó con la misma hostilidad imperial, pero con la diferencia de que hoy se ha convertido en la segunda potencia económica y parece que le queda corto tiempo para convertirse en la primera.Pero aparte de estos dos casos hay una larga lista de movimientos de liberación nacional y procesos revo-lucionarios de nuestros pobres países del Sur que han sido truncados por la política imperial y dejaron de

existir o tuvieron que acomodarse a las condiciones impuestas. El caso de la revolución en Venezuela tiene caracteres propios y especiales. No es un país rico, la pobreza y extrema pobreza hasta hace poco cubrían buena parte de su población, pero es un país muy rico en recursos naturales, especialmente su riqueza pe-trolera y gasífera. Es el país que tiene la mayor reserva mundial de este recurso, mayor que la de Arabia Saudí. La diferencia entre estos dos países es que Arabia Saudí tiene capacidad productiva (con toda infraes-tructura ya hecha) de 10,5 millones de barriles dia-rios, mientras Caracas tiene una capacidad actual de entre 2,5 millones de barriles a 3 millones.El caso es que la empresa estatal petrolera PDVSA, con los últimos contratos que ha firmado, tiene pre-visto alcanzar los 6 millones de barriles diarios en un

lapso de 4 a 6 años. Para Washington esto es dema-siado peligroso.Si Venezuela reúne las dos condiciones: ser un país con un régimen revolucionario no sólo respecto al interior de sus fronteras, sino con una proyección re-gional integracionista y antiimperialista, junto con su condición de gran productor petrolero conforma una amenaza a los intereses de Washington y a los de las élites locales del continente. No se trata simplemente de recuperar el petróleo para las transnacionales del imperio, sino impedir, lo antes posible, que Venezuela se transforme en un gran polo revolucionario y con ello reforzar las posiciones nacio-nalistas y antiimperialistas en un continente que co-noce de sobra las amarguras de las imposiciones que Washington le impuso durante más de un siglo.

En seis meses, el valor de las mercancías incauta-das fue de $ 17.635 millones, cifra que representa 3,9% del total de las importaciones legales.Por alimentos se han aprehendido $ 2.528 millo-nes, distribuidos en carne bovina, productos lác-teos, miel, arroz, frutas, leche en polvo, pescado fresco, hortalizas, azúcar, carnes, bebidas, pollo fresco y harina de maíz, entre otros.En cuanto a los textiles, el valor incautado ha sido por $ 2.697 millones, la mayoría de los produc-tos son prendas de vestir y tejidos de punto que entran por las trochas que hay en la frontera. En calzado, el valor de la mercancía es de $ 1.100 mi-llones y en cigarrillos $ 731 millones.Y el tema con la gasolina no es menor, según el úl-timo reporte de las fuerzas armadas venezolanas en la parte transcurrida del año se han incautado 40 millones de litros de gasolina en la frontera. La mayor parte del combustible se vende en Cúcuta.Estas cifras se refieren al contrabando de impor-tación, pero no al contrabando en auge de sacar productos del país hacia Colombia a través de una frontera de más de dos mil kilómetros de largo. Al respecto, no hay estadísticas globales como en el anterior caso, sino números parciales que no dan la dimensión real de este fenómeno, pero se calcu-

la que el 40% de los productos alimenticios, gran parte de los cuales están subvencionados por el Estado, pasa la frontera en dirección a Colombia.El caso es que, por un lado, este contrabando pro-duce enormes daños a la economía venezolana, pero también a la colombiana. Paralelamente, la derecha de un país y del otro son los promotores del fenómeno. Este contexto es el que da una fe-haciente explicación de la reciente reunión entre los presidentes Nicolás Maduro y Juan Manuel Santos, con el fin de diseñar las medidas apropia-das para frenar este ilegal tránsito. El contexto colombiano arroja más luz que nos permite mayor compresión de las implicaciones del fenómeno. Recientemente, las autoridades colombianas desmantelaron una organización criminal dedicada al contrabando de ganado traí-do desde Venezuela, sacrificado en la ciudad de Cúcuta y vendido en otras partes del país, según el Ministerio de Hacienda.En la operación, llevada a cabo por la Fiscalía co-lombiana y la Policía Fiscal y Aduanera, fueron capturadas ocho personas que en el primer se-mestre de 2013 introdujeron ilegalmente al país más de 4.000 cabezas de ganado, según el comu-nicado del Ministerio.

Desde principios del siglo XX, el petróleo fue uno de los condicionantes princi-pales de los acontecimientos y el desarrollo del país. En aquella época, los tres países de mayor producción petrolera a nivel mundial pertenecían a nuestro hemisferio: EEUU, México y Venezuela, pero los últimos dos fueron los mayo-res exportadores. Desde entonces, el país se ha visto envuelto en intervenciones directas con ca-muflados golpes de Estado, etc., todo con el fin de definir quién decide los des-tinos de este recurso. La falsa nacionalización iniciada por Carlos Andrés Pérez entregó el recurso a los intereses foráneos. Así tuvo que afrontar la reacción po-pular (el Caracazo) y a los revolucionarios encabezados por Hugo Chávez. Hasta la caída de Andrés Pérez, la gran parte de las utilidades de este recur-so iban al exterior y la pequeña parte que quedaba en el país sólo sirvió para transformar a las élites locales en una burguesía intermediaria con el poder exterior, y una clase compradora y consumista que no fue capaz de desarrollar ni agricultura, ni industria, limitándose a su rol de intermediación entre una metrópoli y el mercado nacional.En este contexto, donde la corrupción campea a sus anchas, gremios de estas élites han podido cooptar casi al conjunto de los sindicatos de la clase obre-ra. Sólo hay que recordar que durante el intento de golpe del Estado del año 2002, el grueso del cuerpo sindical se puso al lado de los patrones organiza-dores del golpe. Recientemente, el Gobierno bolivariano pudo tender puentes y alianzas con la clase obrera, que no ceja de manifestar su creciente apoyo al proceso revolucionario. En resumen, el cambio radical que ha implicado y implica la Revolución Boli-variana significa la desaparición de la funcionalidad de estas élites, es decir perder su razón de ser. De allí no nos debe de extrañar su fuerte e irracional oposición a estos cambios.

aporrea.com

que en estas desfavorables condicio-nes es cuando la solidaridad adquie-re su mayor valor y significado.

Pero esto nos sirve como introduc-ción a nuestro tema sobre la actual fase de la guerra económica lanzada contra la Revolución Bolivariana. No es ninguna novedad, ya llevan largos años con vanos intentos de poner fin a este proceso revolucionario. Se ha recurrido prácticamente a todo para lograr tal fin. Esto incluye el intento del golpe de Estado en el 2002, recu-rrir a la instrumentación de la empre-sa estatal petrolera (cuando élites y transnacionales la dominaban) en di-ciembre de 2002 y enero de 2003 para intentar otro golpe.

La lista de estos fútiles intentos es larguísima durante la vida del coman-dante Hugo Chávez para incluirla en este pequeño trabajo. Lo que interesa por el momento es la fase actual de la contrarrevolución, que arranca con la desaparición física de Hugo Chávez.

Con la creencia de que con la muerte del líder se muere la revolu-ción también, estas élites recurrieron a desconocer a la Constitución, a los resultados de los procesos electorales democráticos, como a las autorida-

El vicepresidente Jorge Arreaza cumple un papel esencial en la dirección de la lucha contra el flagelo del contrabando.

AVN

des electas. La violencia sistemática y organizada acampó por las calles de Venezuela durante meses, violencia combinada con la guerra económica, el acaparamiento y la especulación con los precios y la moneda.

Todo este proceso ha ido acompa-ñado por una guerra mediática tan-to a nivel nacional (los medios de co-municación aún siguen dominados por estas élites) como a nivel interna-cional, donde el imperio dispone de grandes monopolios a su servicio.

Pero el pueblo de Venezuela, el Partido Socialista Unificado de Ve-nezuela y la dirección política bo-livariana demostraron que son le-gítimos herederos del chavismo tal como su vivo slogan reclama “Hugo vive, la lucha sigue”.

En este modesto trabajo vamos a centrarnos en las razones del impe-rio y las élites locales para buscar el fin de la Revolución Bolivariana, el contexto histórico y actual de las élites locales y su funcionalidad para con el imperio y finalmente aspectos sorprendentes de los ins-trumentos y las modalidades capi-talistas del contrabando y la guerra económica.

Page 3: Especial Internacional 23-08-14

El contrabando en Venezuela y la guerra económica

IntroducciónEn el contexto de esta guerra económica y las dificultades por las que atraviesa Venezuela,

tanto su Gobierno como su pueblo, ambos bolivarianos, y en consonan-cia con la herencia del Comandante eterno, Hugo Chávez, desplegaron una asombrosa actitud y actividad solida-ria con el pueblo palestino y en recha-zo al genocidio israelí que aún conti-nua en la Franja de Gaza, enviando toneladas de ayuda humanitaria en coordinación con el Canciller palesti-no y con el gobierno de El Cairo.

Lo curioso del caso es que las propias élites de Venezuela, que están detrás de esta guerra económica (junto con la de-recha de Colombia y la Administración de Washington), lanzaron severas críti-cas a esta solidaridad bolivariana. Pare-ce que el círculo de la derecha interna-cional e imperial se cierra en defensa de sus intereses comunes.

El caso ameritó una larga carta del comandante Fidel Castro (fue publicada en la sección internacio-nal de la versión virtual de nuestro periódico Cambio el día 20 de agos-to), en la que precisamente recalcó

Redacción internacional

2 23 de agostode 2014 323 de agosto

de 2014

LAS MOTIVACIONES DEL IMPERIO

DIMENSIONES DEL CONTRABANDOÉLITES COMPRADORAS Y CONSUMISTAS

Primero está la lógica del imperio de liquidar cual-quier proceso revolucionario que surja en nuestro continente y en el africano y el asiático. Están los múltiples intentos de acabar con la Re-volución Bolchevique desde su nacimiento, que se prolongaron durante 60 años, incluyendo la política de contención y la Guerra Fría, que se culminó con la disolución de la Unión Soviética. La Revolución China se enfrentó con la misma hostilidad imperial, pero con la diferencia de que hoy se ha convertido en la segunda potencia económica y parece que le queda corto tiempo para convertirse en la primera.Pero aparte de estos dos casos hay una larga lista de movimientos de liberación nacional y procesos revo-lucionarios de nuestros pobres países del Sur que han sido truncados por la política imperial y dejaron de

existir o tuvieron que acomodarse a las condiciones impuestas. El caso de la revolución en Venezuela tiene caracteres propios y especiales. No es un país rico, la pobreza y extrema pobreza hasta hace poco cubrían buena parte de su población, pero es un país muy rico en recursos naturales, especialmente su riqueza pe-trolera y gasífera. Es el país que tiene la mayor reserva mundial de este recurso, mayor que la de Arabia Saudí. La diferencia entre estos dos países es que Arabia Saudí tiene capacidad productiva (con toda infraes-tructura ya hecha) de 10,5 millones de barriles dia-rios, mientras Caracas tiene una capacidad actual de entre 2,5 millones de barriles a 3 millones.El caso es que la empresa estatal petrolera PDVSA, con los últimos contratos que ha firmado, tiene pre-visto alcanzar los 6 millones de barriles diarios en un

lapso de 4 a 6 años. Para Washington esto es dema-siado peligroso.Si Venezuela reúne las dos condiciones: ser un país con un régimen revolucionario no sólo respecto al interior de sus fronteras, sino con una proyección re-gional integracionista y antiimperialista, junto con su condición de gran productor petrolero conforma una amenaza a los intereses de Washington y a los de las élites locales del continente. No se trata simplemente de recuperar el petróleo para las transnacionales del imperio, sino impedir, lo antes posible, que Venezuela se transforme en un gran polo revolucionario y con ello reforzar las posiciones nacio-nalistas y antiimperialistas en un continente que co-noce de sobra las amarguras de las imposiciones que Washington le impuso durante más de un siglo.

En seis meses, el valor de las mercancías incauta-das fue de $ 17.635 millones, cifra que representa 3,9% del total de las importaciones legales.Por alimentos se han aprehendido $ 2.528 millo-nes, distribuidos en carne bovina, productos lác-teos, miel, arroz, frutas, leche en polvo, pescado fresco, hortalizas, azúcar, carnes, bebidas, pollo fresco y harina de maíz, entre otros.En cuanto a los textiles, el valor incautado ha sido por $ 2.697 millones, la mayoría de los produc-tos son prendas de vestir y tejidos de punto que entran por las trochas que hay en la frontera. En calzado, el valor de la mercancía es de $ 1.100 mi-llones y en cigarrillos $ 731 millones.Y el tema con la gasolina no es menor, según el úl-timo reporte de las fuerzas armadas venezolanas en la parte transcurrida del año se han incautado 40 millones de litros de gasolina en la frontera. La mayor parte del combustible se vende en Cúcuta.Estas cifras se refieren al contrabando de impor-tación, pero no al contrabando en auge de sacar productos del país hacia Colombia a través de una frontera de más de dos mil kilómetros de largo. Al respecto, no hay estadísticas globales como en el anterior caso, sino números parciales que no dan la dimensión real de este fenómeno, pero se calcu-

la que el 40% de los productos alimenticios, gran parte de los cuales están subvencionados por el Estado, pasa la frontera en dirección a Colombia.El caso es que, por un lado, este contrabando pro-duce enormes daños a la economía venezolana, pero también a la colombiana. Paralelamente, la derecha de un país y del otro son los promotores del fenómeno. Este contexto es el que da una fe-haciente explicación de la reciente reunión entre los presidentes Nicolás Maduro y Juan Manuel Santos, con el fin de diseñar las medidas apropia-das para frenar este ilegal tránsito. El contexto colombiano arroja más luz que nos permite mayor compresión de las implicaciones del fenómeno. Recientemente, las autoridades colombianas desmantelaron una organización criminal dedicada al contrabando de ganado traí-do desde Venezuela, sacrificado en la ciudad de Cúcuta y vendido en otras partes del país, según el Ministerio de Hacienda.En la operación, llevada a cabo por la Fiscalía co-lombiana y la Policía Fiscal y Aduanera, fueron capturadas ocho personas que en el primer se-mestre de 2013 introdujeron ilegalmente al país más de 4.000 cabezas de ganado, según el comu-nicado del Ministerio.

Desde principios del siglo XX, el petróleo fue uno de los condicionantes princi-pales de los acontecimientos y el desarrollo del país. En aquella época, los tres países de mayor producción petrolera a nivel mundial pertenecían a nuestro hemisferio: EEUU, México y Venezuela, pero los últimos dos fueron los mayo-res exportadores. Desde entonces, el país se ha visto envuelto en intervenciones directas con ca-muflados golpes de Estado, etc., todo con el fin de definir quién decide los des-tinos de este recurso. La falsa nacionalización iniciada por Carlos Andrés Pérez entregó el recurso a los intereses foráneos. Así tuvo que afrontar la reacción po-pular (el Caracazo) y a los revolucionarios encabezados por Hugo Chávez. Hasta la caída de Andrés Pérez, la gran parte de las utilidades de este recur-so iban al exterior y la pequeña parte que quedaba en el país sólo sirvió para transformar a las élites locales en una burguesía intermediaria con el poder exterior, y una clase compradora y consumista que no fue capaz de desarrollar ni agricultura, ni industria, limitándose a su rol de intermediación entre una metrópoli y el mercado nacional.En este contexto, donde la corrupción campea a sus anchas, gremios de estas élites han podido cooptar casi al conjunto de los sindicatos de la clase obre-ra. Sólo hay que recordar que durante el intento de golpe del Estado del año 2002, el grueso del cuerpo sindical se puso al lado de los patrones organiza-dores del golpe. Recientemente, el Gobierno bolivariano pudo tender puentes y alianzas con la clase obrera, que no ceja de manifestar su creciente apoyo al proceso revolucionario. En resumen, el cambio radical que ha implicado y implica la Revolución Boli-variana significa la desaparición de la funcionalidad de estas élites, es decir perder su razón de ser. De allí no nos debe de extrañar su fuerte e irracional oposición a estos cambios.

aporrea.com

que en estas desfavorables condicio-nes es cuando la solidaridad adquie-re su mayor valor y significado.

Pero esto nos sirve como introduc-ción a nuestro tema sobre la actual fase de la guerra económica lanzada contra la Revolución Bolivariana. No es ninguna novedad, ya llevan largos años con vanos intentos de poner fin a este proceso revolucionario. Se ha recurrido prácticamente a todo para lograr tal fin. Esto incluye el intento del golpe de Estado en el 2002, recu-rrir a la instrumentación de la empre-sa estatal petrolera (cuando élites y transnacionales la dominaban) en di-ciembre de 2002 y enero de 2003 para intentar otro golpe.

La lista de estos fútiles intentos es larguísima durante la vida del coman-dante Hugo Chávez para incluirla en este pequeño trabajo. Lo que interesa por el momento es la fase actual de la contrarrevolución, que arranca con la desaparición física de Hugo Chávez.

Con la creencia de que con la muerte del líder se muere la revolu-ción también, estas élites recurrieron a desconocer a la Constitución, a los resultados de los procesos electorales democráticos, como a las autorida-

El vicepresidente Jorge Arreaza cumple un papel esencial en la dirección de la lucha contra el flagelo del contrabando.

AVN

des electas. La violencia sistemática y organizada acampó por las calles de Venezuela durante meses, violencia combinada con la guerra económica, el acaparamiento y la especulación con los precios y la moneda.

Todo este proceso ha ido acompa-ñado por una guerra mediática tan-to a nivel nacional (los medios de co-municación aún siguen dominados por estas élites) como a nivel interna-cional, donde el imperio dispone de grandes monopolios a su servicio.

Pero el pueblo de Venezuela, el Partido Socialista Unificado de Ve-nezuela y la dirección política bo-livariana demostraron que son le-gítimos herederos del chavismo tal como su vivo slogan reclama “Hugo vive, la lucha sigue”.

En este modesto trabajo vamos a centrarnos en las razones del impe-rio y las élites locales para buscar el fin de la Revolución Bolivariana, el contexto histórico y actual de las élites locales y su funcionalidad para con el imperio y finalmente aspectos sorprendentes de los ins-trumentos y las modalidades capi-talistas del contrabando y la guerra económica.

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4 23 de agostode 2014

El gobierno de Caracas hace tremendo esfuerzo

para mantener precios justos para su pueblo.

Son muchos los grandes camiones dedicados al contrabando y confiscados por las autoridades pertinentes.

socialismorevoluciona

rio.org

abrebrecha

.info

AVN

DIMENSIONES DEL CONTRABANDO

También fueron detenidos varios particulares que se dedicaban a la comercialización del ganado y quienes trabajaban bajo órdenes de miembros de la banda cri-minal Los Rastrojos, agregó la información.Al hablar de Los Rastrojos, estamos hablando de una organización paramilitar, entre otras tantas que tuvie-ron su auge con anterioridad al gobierno de Manuel Santos. Con los cambios producidos en el país, no se abandona del todo la actividad paramilitar, pero se centra más el esfuerzo en la actividad delincuencial. Para marcar con mayor precisión el contexto se tiene que señalar que el paramilitarismo colombiano par-ticipó en varias actividades violentes en Venezuela y contra su gobierno bolivariano.En lo referente a la especulación en los precios y la financiera el cuadro no es mejor, aunque las estadísti-cas son igualmente parciales. En las varias inspecciones practicadas, especialmen-te en los grandes comercios de electrodomésticos u equipos electrónicos, se ha descubierto que con el remarcaje de los precios se obtenía ganancias del 1.000% y hasta del 17.000%.En lo referente a las divisas, es el Estado el proveedor de estas devisas tanto del sector público como del pri-vado por la vía de varios mecanismos. El caso es parte del sector privado especula con la moneda creando un mercado paralelo, el mercado negro, creando un dólar paralelo nueve veces por encima del precio oficial.El contrabando, el aumento de los precios y la es-peculación monetaria, ha hecho que un país como Venezuela que cuenta con las mayores reservas pe-troleras del mundo, sea sacudido por una inflación anual del 50%.

CONCLUSIÓN

Quizás la mejor descripción de este cuadro es la hecha por el presidente Nicolás Madu-ro, dice, “…ninguno de los mecanismos de especulación, desabastecimiento inducido y ganancia fácil y rápida de dinero que preten-de imponer la derecha venezolana, tienen explicación económica sustentable”, y agregó “¿Qué explicación económica tiene esconder un producto? Sólo el deseo de generar caos. Díganme si tiene explicación económica que aún el Estado cumpliendo con todas sus obli-gaciones haya entregado casi 40 mil millones

de dólares a empresarios y comerciantes y estos bandidos fijen sus precios en base a un dólar fantasma”.Parece que es cierto que lo que se pretende es crear el caos para justificar una intervención con el nombre de derechos humanos o con cualquier argumentación.En este mundo nada está asegurado. Es la conciencia, la organización del pueblo y la vo-luntad de seguir el camino iniciado por Hugo Chávez aplicando el slogan “Chávez vive, la lucha sigue”.