espacio del poeta

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Revista N.º 11 ESPACIO DEL POETA REVISTA LITERARIA DE HABLA HISPANA OCTUBR 2011 Autor : Anónimo Titulo: Premios colegiales

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Revista Literaria de Habla Hispana

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Page 1: ESPACIO DEL POETA

 

                   Revista    N.º  11  -­‐    ESPACIO  DEL  POETA                                                              REVISTA  LITERARIA  DE  HABLA  HISPANA   OCTUBR 2011                      

     Autor  :  Anónimo                                                                                                                                                            Titulo:  Premios  colegiales                                                                                            

Page 2: ESPACIO DEL POETA

Cesárea programada XII Hay diez millones de granos de arena

crujiendo debajo de mis pies,

uno por uno ardiendo,

diez millones de pedazos de tierra

ínfimos,

inútiles,

anónimos,

aristas mudas

sobre las que camino.

Diminutos bocados en la piel

arrastran células muertas, sobras

nada,

arañan, gritan, queman,

se elevan con el viento y agrietan las pupilas,

diez millones de fragmentos de mármol

aplastados en una masa informe

que se amolda,

rendida y moribunda

al paso hacia delante innecesario.

Mayte Sánchez Sempere-Madrid -España                      

Page 3: ESPACIO DEL POETA

TRISTEZA

Tristeza,

Compañera de mis días.

Mares de sangre

bañan tu faz oscura

Gritos que del alma salen.

Silencios,

palabras vanas,

sin razones,

para oídos sordos.

De qué sirve gritar

si nadie oye.

Sordera colectiva,

consentida.

Si nadie ve.

Ceguera colectiva,

consentida.

Mas , yo sigo gritando,

quiero seguir gritando,

necesito seguir gritando,

aunque sólo el eco de mi voz

me conteste,

aunque corra el peligro

de morir gritando.

Porque morir gritando

significa,

morir buscando a Dios,

más tristeza,

más angustia,

Page 4: ESPACIO DEL POETA

más ceguera.

Descansa compañero,

No te rías de tus penas.

Negra suerte seguir viviendo

Mudos, sordos y ciegos

Para siempre.

Penas que bailan

en el negro asfalto,

penas añorantes

de otras penas.

Y esos mares de sangre

que te bañan

para limpiar tu alma

de miserias.

Grita tu dolor,

sigue gritando,

muere buscando a Dios.

¡Grita, grita, grita!…

Por favor.

Sigue gritando

Charo Bustos Cruz- Sevilla -España                                

Page 5: ESPACIO DEL POETA

 UN  VIEJO  DEPORTE    (1982)       Los señores feudales

tras arreglar sus dotes

y caudales,

administrar justicia con azotes

y otros males,

entre alianza y alianza

salían por sus campos de labranza

a cazar animales.

El halcón en la mano

y entre piernas el trote

de un hermano,

con la flecha extendían el azote

soberano

a la liebre del ágil desatino,

al dulce gamo, al zorro tan ladino,

casi humano.

Pero es cierto que ruedan

los siglos, y aún así costumbres quedan

que por sanas

Page 6: ESPACIO DEL POETA

conservan condición de soberanas.

Y nos dice la historia

que el progreso ha soltado de la noria

al caballo

y ha erguido al siervo a su sitial de gloria,

como un tallo

que en orgulloso anhelo

puede tocar –si puede- todo el cielo.

Yo me callo

pues no hallo

ni verdad, ni mentira, ni recelo.

Pero un poco de zorro y de ladino

pienso a veces con ágil desatino

si hoy en día

los señores feudales

a quienes no se nombra como tales,

a porfía

no salen de furiosa cacería

por sus lares

montados en sus pares,

los idiotas

calzadores de botas,

para segar las rápidas orejas

o entre rejas

acomodar cabezas y almas rotas.

Y si no es que al final de todo el cuento

Page 7: ESPACIO DEL POETA

con ánimo jovial y noble intento,

ciertos hombres

han cambiado los nombres

de las cosas

y en palabras hermosas

la servidumbre y el dolor pasado

han disfrazado,

y en lugar de animales,

su deporte practican con iguales.

-Esta idea se asoma en la maleza...

-¡Buena pieza!

Un flechazo

para el hombre que busca atar un lazo

que desate del yugo

a su hermano en las garras del verdugo.

Costumbres son costumbres: no me quejo.

No me disgustaría morir viejo.

Por Jorge Dágata-­Balcarce-­  Argentina        

Page 8: ESPACIO DEL POETA

Quiromancia    

Miro mis manos

Busco en ellas

rayas de vida

y

tu estas en ellas

Líneas de muerte

mas… no puedo verte

De la vida se trata

y

en ella te busco

escarbando en los sueños

Espacios profundos

ideas que inflaman

que pueden ser ciertos

Manos juntas

que ruegan

Si todo esta en mi

¡Porqué no lo saco!

¿Cual es el poder

del que puede hacerlo?

Quiero vivirte

Sentirte

Llorarte

Crearte en mi cielo

Perderte en mi infierno  

 Rafael Serrano Ruiz-Madrid-España 12-7-2011

   

Page 9: ESPACIO DEL POETA

   

Sedimento  

           Vacía  

y  en  el  centro    

Salpico  

Circula  

la  ira  

en  el  hueco    

Asombro    

entre  llagas  

Giro  

a  la  pena  

 

Flota.  

 

 

 

Ana  Romano-­Buenos  Aires-­Argentina  

 

                         

Page 10: ESPACIO DEL POETA

Silencio Silencio…

Silencio cómplice y empático...

¡¡ Cuánto habla,

cuánto dice,

cuánto cuenta,

cuánto sueña....!!

No sólo las estrellas hablan.

Dialoga tu corazón.

Tu alma sensible

y sedienta

de amor y ternura...¡Silencio...!

¡Shsssssssssssssssss!

Es el silencio del alma

Nieves M.ª Merino Guerra.- Las Palmas de Gran Canaria.- España 20-06-2011            

Page 11: ESPACIO DEL POETA

 De  Repente              De repente ayer eras tú hablándome

llegaste de la nada, de otro mundo, de otra tierra,

y sin saber por qué me cautivaste; algo de ti hubo

tu sinceridad, tu foto junto al mar, tu sonrisa nostálgica;

algo de ti removió mis entrañas, despertó en mis ansias

algo dormido, una nueva inquietud, no se qué nombre tendrá.

De repente, me dije la vida quiere darme una oportunidad

aunque ahora hay mares y montañas que nos separan;

¡qué importa el tiempo! nada es casual, te lo dije,

podemos escribir una historia entre poemas y cartas,

de repente, el amor puede estar a la vuelta de la esquina.

Yo sé que estás aquí como si el destino hablara

con versos, con palabras, ó tal vez sea mi imaginación,

ó tal vez desvaríe ó tenga alucinaciones

y de repente esté forjando falsas ilusiones.

Algo de ti llegó hasta mi alma, un no se qué...

como una brisa nueva, como un perfume de jazmines,

como una melodía que sembró esta incertidumbre

de querer saber que podrás ser, en mi vida hoy y mañana;

Page 12: ESPACIO DEL POETA

si habrá un después…

Algo de tu ternura, hizo palpitar en mi piel

el deseo de saber cómo serán tus besos, cómo sería estar contigo;

sólo sé que sin pensarlo correría hasta tus brazos

para calmar estas locas ansias de mujer otoñal y solitaria.

No me hagas caso… soy yo la que habla sin parar,

la que quiere encontrarte sin tú haberme buscado,

la que se está confesando… Si algo nacerá, si algo nos espera

ni tú ni yo lo sabemos; nos resta por ahora este instante, este minuto

Solo queda por ahora, soñar…

M.ª José Acuña Belaustegui-Curmaná-Venezuela                                      

Page 13: ESPACIO DEL POETA

Justicia  

 

Cómo  me  duele  la  vida..  

la  vida  prestada  

en  casas  ajenas  

cuando  el  turbal  

y  el  invierno  

ocultan  la  mirada  de  rapiña  

del  chimango  hombre,  

chimango  familia  

con  pichones  en  vuelo.  

   

Cómo  me  duele  la  condena  

que  mi  espíritu  

sin  derechos  humanos  

juzga  y  sojuzga  

   

Cómo  me  duele  la  nevizca  

que  esconde  al  que  vigila  

que  intrépido  especula  

que  los  niños  especiales  

(Esos  de  gestos  vacilantes  

de  pasos  trémulos  

de  palabras  a  medias  

de  almas  gigantes)  

no  vengan  ese  día  

para  avasallar  su  salario  

de  corazones  origamis  

   

Cómo  me  duele  la  estática  

Page 14: ESPACIO DEL POETA

que  no  me  permite  

expresar  mi  condena  

de  cacerola  diaria  

al  chimango  

que  intrusó  la  casa  

de  los  niños.  

   

Cómo  me  duelen  

los  derechos  humanos  

que  deshumanizan  

que  desprotegen  

a  las  víctimas  

   

Y  me  duele…  

mi  condena  estática  

mi  escasez  de  versos  

que  atrapa  mi  grito  

mientras  Maná  

plena  melodía  expresa  

¿dónde  jugarán  los  niños?  

   

En  fin…  

me  duele  el  dolor  

de  los  sin  palabras  

de  los  que  no  votan,  

mientras  mis  dedos  

emulando  un  lejano  Cristo  

garabatean  en  la  arena:  

 

 

Carlos  Alberto  Giménez-­  Ushuaia-­  Tierra  de  Fuego-­  Argentina  

     

Page 15: ESPACIO DEL POETA

DESPEDIDA En memoria de un amigo (sept.2009) Todo cambió para siempre

la tarde se hizo noche

y eterna agonía fue,

tañen guitarra y pandero

aquí no hay brindis ni fiesta.

 

Los corros ensimismados

en su propia algarabía

rienda suelta dan al festejo

cual esperpénticas sombras

en medio de los lamentos

confundidos con el frío.

 

 

Mientras la carne yerta reposa

irisada de agonía,

grotescos rituales

festinan la anochecida

cual surrealista imagen

en espera del adiós definitivo.

Nadie oye el oficio de difuntos

el jolgorio sigue

entre brindis y alegría

más carga en solitario empeño

las cobijas y las penas

Page 16: ESPACIO DEL POETA

sintiendo que ante sus pies

no hay tierra que le sostiene.

 

Meditando con la noche

espera en ávido afán

que despunte un nuevo día

para recuperar la sombra

que perdió aquella tarde.

 

Camina por última vez

esos sinuosos caminos

sus empedrados pasos

quieren desandar lo andado

de ese final de fiesta, de velorio.

 

Todo cambio y para siempre,

entre la sombra y la luz

treinta fueron los difuntos

y treinta los enterrados.

Victoria Gonzáles Badani-­Santiago  de  Chile                

Page 17: ESPACIO DEL POETA

 Una Sombra en el Espejo

Basado en una obra de Juan J Saer  

Ahora estoy sentada serenamente en un sillón del comedor frente al ventanal que da al

jardín posterior de la casa. Comienza el verano, la luz purpurada del atardecer ha

inmovilizado el ambiente. Embriagada por él me descubro incorpórea, sublime. -Estoy

sentada serena, dije, ¿estoy? Esta placidez se fisura, el silencio y la calma se

quebrantan cuando el hechizo del regador comienza a fluir en círculo, con su

movimiento implacable. Gira de derecha a izquierda. Se detiene; luego rueda en sentido

contrario. Esta oscilación grácil, cristalina, me envuelve en sendas que enlazan

recuerdos, en aquel hecho que he vivido hace muchos años. Hoy esas evocaciones son

viejos óleos, grises y rugosos. ¿Son? Ahora, mi piel se estimula, trayendo a mi

memoria con toda nitidez, aquella tarde negra que cambiaría mi existencia para siempre.

En el comedor hay un mueble con puertas de espejo color humo, si vuelvo el rostro,

veo la sombra de mi sobrino Julián, desnudo, reflejándose en el vidrio. Es extraño

porque rara vez deja la puerta de su habitación abierta. Habrá salido de bañarse, y

apresuradamente ingresó al vestidor.

Distingo su buen físico: blanco, ancho de espalda y piernas fuertes. Se coloca la ropa

interior, clara y limpia, el pantalón vaquero gris y la camisa azul que abrocha

prolijamente. Mis ojos se han detenido en su reflejo en el espejo, indiscretos. Ahora se

está mirando el rostro, coloca sobre él una colonia para después de afeitarse que ha

tomado del frasco. Está pulcro, perfumado. Lo observo, lo aprecio, avivo mis sentidos.

Me descubro excitada. ¡No, no es posible! ¿Qué me ocurre? Nunca albergué esas

emociones. Por aquel. Por ese miserable, monstruoso.

Mi hermana Josefina ha salido a hacer compras, andará mirando las vidrieras,

deleitándose con la nueva moda, por esas calles alborotadas del centro. Caminará con

pausa, en medio de la muchedumbre; eso creo, tal vez hoy, las sendas estén

despobladas, en este ocaso purpúreo y caluroso.

Page 18: ESPACIO DEL POETA

Aquel hombre ¿hombre? No se parecía en nada a Julián (supongo) Hasta hoy siento su

piel rústica y el olor a vino, rancio, intolerable. El resto de él (sus brazos y piernas) se

me han desdibujado con el tiempo. Sin embargo el olor. . .el dolor. . .

Mis manos descienden hasta mis piernas. Hubo un día en que pude sentir en ellas el

fluir sanguíneo y humillante; eso fue cuando “ese hombre” (algún bárbaro) me tumbó

en un lugar oscuro del parque por donde yo caminaba, hurgó entre mi falda, y yo sentí

como si me hincasen un puñal en el vientre, oí una bandada de pájaros que echó a volar

dando graznidos. Cuando reaccioné, él se había ido, mi sangre se deslizaba entre mis

piernas. Yo clamaba asistencia; lastimada, desesperada. Desde entonces odié a todos

los hombres.

Han pasado años desde ese atropello nefasto, no obstante a través de ellos he tenido

cambios, porque una cambia a pesar de las arbitrariedades, se rehace, busca su núcleo.

No hay más llantos, es pasado. Ahora se ha convertido en recuerdo.

En este instante veo a través del vidrio del comedor la sombra de Julián que apaga la luz

de la lámpara de su habitación, esa sombra es ahora, y el resto del ahora no es más que

recuerdo. Me saluda y se va lejos, muy lejos. Mi tez color amarillenta tiene huellas de

los caminos que no recorrí, se confunden con el color de la nostalgia gris.

Josefina debe estar por regresar; recorre el camino hacia casa pesadamente con los

bolsos de las compras; o tal vez no haya decidido aún qué adquirir, y lo dejará para la

semana próxima.

Es espantoso pensar que lo único visible y real no son más que sombras. Pienso que en

este momento hay cantidad de piedras en el arroyo que tanto visité, que está calmo y

tibio, pero eso no es ahora, sino recuerdo, tal vez en este momento no haya ninguna

piedra en el arroyo, ni esté tibio, siquiera.

Ha anochecido, transito por las sendas del jardín de la casa, por entre los arbustos y

azucenas. Cierro la manija del regador cegando el fluir del agua. Escucho graznidos,

Page 19: ESPACIO DEL POETA

una bandada de pájaros vuela a sus refugios, regocijados por el día que culmina. Ingreso

a la casa, mi sombra se proyecta, se refleja en el vidrio del mueble del comedor; ahora

veo mis arrugas, mis cabellos grises; me causan gracia. ¿Gracia? dije.- ¿No será

malestar? o ¿Regodeo?

Luego me daré una ducha, en tanto Josefina llegará y abrirá las puertas para airear las

habitaciones, porque corre el mes de diciembre. Yo no estoy segura de que estos

recuerdos que aparecen de la nada vuelvan en blanco y negro, en el reflejo del espejo, o

de que algún día retornen a tomar color. En tal caso me opondré liviana y caprichosa.

Irma Sambuelli Serrano- Rosario-Santa Fe- Argentina

                                           

Page 20: ESPACIO DEL POETA

Tus  palabras  

A  veces  me  adelanto  a  tus  palabras,

como  si  supiera  aún  lo  que  callas.

Una  a  una  las  voy  desgranando,

cual  gotas  de  racimo  de  lluvia  enamorada.

A  veces,  las  aprietan  mis  manos,

 porque  tus  palabras:  son  más  que  esa  suave  música

 que  oyen  mis  oídos,  cuando  te  amo.

Trepan  por  las  paredes  invisibles  del  aire;

se  arremolinan  en  mi  alma  como  las  hojas

oscuras  en  las  narices  del  viento;

 se  quejan,  se  arrugan,  se  tuercen

como  las  ramas,  en  el  otoño  de  alambre.

Construyen  mi  tristeza  o  mi  alegría,  con  ladrillos

de  barro  o  de  paloma.

Mujer:  yo  escuché  a  veces  tu  voz  muda,

cuando  apenas  nacía  en  tus  labios.

El  día  viajando  en  el  tren  del  verano.

Solos…

A  veces,  tristes  y  lentos  como  un  eclipse.

Entonces:  yo  me  inclino  a  tus  palabras,

más  allá  de  la  dicha  o  el  engaño.

El  cielo.  El  cielo…

El  mar  nos  trae  su  voz  soltera,

en  azules  pergaminos  de  espumas.

La  luna  hace  rodar  palabras

montadas  en  caballos  blancos.

¡Ay!  Yo  vi  a  las  gaviotas  confundidas,

 picoteando  a  tus  palabras  en  el  trigal  de  tu  boca.

Porque  después  de  todo:  tus  palabras  son  más  que  esa

suave  música  que  oyen  mis  oídos,  cuando  te  amo.

José  Rodolfo  Espasa  Muñoz.-­Valencia-­España-­‐  R.  P.  I  A-­‐646-­‐11  

Page 21: ESPACIO DEL POETA

Objetos perdidos Esquinas de cartón

La calle, el asombro

Subo y bajo

el adoquín

Apolo

rojo y plata en mi solapa

te perdí

Te busqué

Detuve la clase,

vi un nubarrón vestido de vos

Te oí estirado en la tiza

Te supe metal de media edad

Recorrí el relieve poroso

¿Eras vos o mi vértigo a la altura?

Emblema,

escudo altivo

Sin rubíes ni rubor

Del salón a la vereda

Sin diadema

Hoy es fondo del ropero

Y cajones de alcanfor

Apolo estudia,

Se pasea, me ve

Yo lo sé muy bien  

 

Diana Bravi Torras-­  Rosario-­Santa  Fe-­  Argentina          

Page 22: ESPACIO DEL POETA

Cuando te vayas    

 

 

 

Cuando te vayas, volverá el arroyo a ser arroyo,

y la sierra dormirá bajo un largo cielo.

El camino volverá a su aridez sin pausa,

y todo será igual y seguirá siéndolo.

El día y la noche serán tan sólo horas,

y las aguas correrán sin más secretos.

El paisaje volverá a ser el mismo,

y todo será igual y seguirá siéndolo.

Seguirán colmándose de polvo los caminos,

y los pájaros trazarán un simple vuelo.

Secos, sin luz, se volverán los bosques,

y todo será igual y seguirá siéndolo.

¿Quien se detendrá junto a los campos

a dibujar con furia el paso del silencio?

Los hombres pasarán borrando huellas,

y todo será igual y seguirá siéndolo.

Grandes señores, magos, reyes y princesas,

o repetido pueblo:

Page 23: ESPACIO DEL POETA

Su mundo volverá a ser previsible, y nada

espantará sus sueños.

Todo el arte se repetirá hasta el cansancio

y hombres y animales seguirán viviendo.

La tierra con su uniforme y tonta marcha,

y su reloj perverso

buscará olvidar todo aquel pasado.

Y todo será igual y seguirá siéndolo.

Amor mío, aunque todos

de ti se olviden, yo no podré hacerlo:

En una tierra lejana, cuyo nombre

está más allá de la razón y el sueño,

en el sereno altar de mi memoria

conmigo estás en un lugar sin tiempo.

     Ezequiel  Feito-­  Buenos  Aires-­  Argentina                                              

Page 24: ESPACIO DEL POETA

                                                     DESNUDOR                                                                                                                      “…qué  deshabitada  /                                                                                                                      mi  voz  que  no  te  nombra…”                                                                                                                                                                  Serafín  Ricci  

       Más  allá  de  la  isla  /  se  desnuda  el  alba  /  y  por  

el  cauce  arrastra  verdes  y  azules  

                                                             espejando  clarores  y  trinos.  

 

 

Siembra  brotes  de  luz  /  ante  

el  renovado  desafío  que  /  ya  desnudo  

inaugural  y  sigiloso  /  se  desliza  

                                                               bajo  mi  puerta.  

 

 

Pierden  los  espejos  /  sus  velos  y  se  

desnudan  los  rincones  /  ante  la  nitidez  

                                                                 de  su  mirada.  

 

 

Al  florecer  el  día  /  te  desnudas  el  alma  /  y  por  

la  orilla  húmeda  del  verano  /  mi  playa  

                                                                   resplandece  

                                                                               con  el  sabor  de  la  vida.  

                                 Belkys  Larcher  de  Tejeda-­Coronda-­  Santa  Fe-­Argentina                          (de  su  libro  “Navegando  los  miedos”,  2011)          

Page 25: ESPACIO DEL POETA

ESCENAS  

 

 

 

 

Amplio  espacio  mutilado  de  espanto.  

Estallido  que  sesga  

la  quietud  cotidiana  

(no  da  tiempo  al  pensamiento).  

La  realización  cobra  vidas.  

Y  hay  un  fin  y  un  comienzo.  

 

 

Son  las  horas  que  parten...  

Ulular  de  sirenas  

cortan  el  aire.  

Desbordantes  sinrazones.  

Enajenadas  manos  

aletean  sobre  la  certeza  

inmóvil...  

 

 

Destrucción  y  pavor.  

Alaridos  mortales.  

Impotencias...  Lápidas  y  muros  

vociferando  horrores.  

 

 

 

Epitafios:  «Aquí  yace...»  

Se  desangran  números  y  letras  

Page 26: ESPACIO DEL POETA

desde  el  mármol.  

Y  fluyen,  sin  detenimiento,  

gotas  demandantes  de  justiciero  acto.  

 

 

Es  la  guerra  de  siempre.  

La  de  los  andenes.  

La  de  las  torres  gemelas.  

La  sin  contra  atacantes.  

La  sin  refugiados.  

La  sin  fronteras.  

(Desde  aquellas  orillas...  Y  desde  éstas.)  

 

 

"La  guerra  de  ideas"  

 

¿Comienzo  de  otras?  

¿Fines...?  

 

 

 

 

 

Lucía  Giaquinto-­Rosario-­Santa  Fe-­Argentina                          

Page 27: ESPACIO DEL POETA

LA  MAR            Marinero  de  noche...  

cuando  vas  por  la  mar...  

¿Cómo  te  guías?  

¿Con  el  canto  sereno  

...  de  caracolas?  

¿Del  olor  de  los  vientos  

...  de  las  mareas?  

¿Del  sonido  lejano  

...que  traen  las  olas?  

¿De  la  luz  de  la  luna,    

...cara  bonita?  

¿De  la  estrella  de  Venus  

...como  ninguna?  

¿De  los  astros  brillantes  

...  que  van  sin  colas?  

¿De  una  fuerza  que  traspasan    

...ojos  salvajes?  

¿De  esa  paz  que  refleja    

...la  atmósfera  celestial?  

¿De  ese  fresco  olor  de  lluvia  

...  después  de  una  larga  tarde?  

¿De  la  boca  de  tu  amante?  

¿De  la  miel  que  dan  sus  labios  

...  cuando  un  beso  quiere  darte?  

 

 

Sabes  que  tú,  a  ella  le  gustas,  

porque  ella  te  lo  ha  dicho,  

Page 28: ESPACIO DEL POETA

de  tu  atractivo...    

misterioso  y  excitante,  

la  belleza  en  tu  mirada,    

...sin  dolor,    

,,,sin  ambición.  

 

 

Detrás  de  ti  lo  infinito,  

hilo  divisando  el  horizonte,    

estrella  que  brilla  siempre.  

 

 

En  tu  corazón...  

hay  palmeras  

...leones  y  mariposas  

volando  …  

junto  a  una  vela  encendida  

esperando...  

junto  al  alma  de  su  vida.  

 

 

 

 Antonio  Monzonís  Guillen-­Valencia-­España  

                       

Page 29: ESPACIO DEL POETA

A LA MEMORIA DE CANDELA RODRIGUEZ  

 

Te busco en las sombras de mis temores,

en el raciocinio abstracto de la incoherencia,

en los fríos y húmedos pasadillos de los recuerdos,

en el sinuoso y pérfido anden, de lo incierto.

Se arrastra mi alma, se quiebra mi aliento,

y delirio se vuelve el abrazarte de nuevo.

Mis suplicas no llegan a su destino correcto,

y en demencia rasguño figuras,…figuras sin cuerpos.

Yo quiero la luz de mis días pasados,

y te quiero a ti, jugando a mi lado,

plena de inocencia, de animo exaltado,

y no esta crueldad, que tu ausencia forzada, me ha dejado.

Te busco en la sombras de mis temores,

vociferando tu nombre, hoy yacido de flores.

Silencio y silencio, ya no me respondes,

tus alas han crecido, te has volado, tras del horizonte.

  JORGE AMADO SERRANO-SUARDI – SANTA FE – ARGENTINA                        

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NUESTRO PROFESOR JUAN CARLOS

Con  la  venia  de  vuecencia,  deseo  expresar  con  calma,  

Alegaciones  extensas  sin  andarme  por  las  ramas.  

 

Había  una  vez  un  grupo  de  presuntos,  señoría.  

-­‐¿Presuntos  de  qué?  

-­‐¡De  artistas!  

-­‐¿Y  eso  es  delito,  letrado?  

-­‐Depende   del   abogado,   y   de   las   acusaciones;   de   las   obras   y   los   hechos,   y   del  

profesor  experto  que  corrija  las  acciones.  

-­‐¿No  es  delito  la  osadía  de  plasmar  con  ironía  en  un  limpio  papel  “guarro”?  

-­‐¿Y  no  es  acaso  que  un  molde  tan  estático  y  tan  frío  se  transforme  en  una  obra  a  

golpes  con  un  grafito?  

-­‐  Continúe  con  el  tema,  que  tenemos  para  largo.  

-­‐  He  de  decir  señoría,  que  el  cabecilla  del  grupo  es  un  tal    señor  Juan  Carlos;  que  

con  su  sabiduría  dirige  las  fechorías  de  este  botín  que  le  traigo.  

A   saber   en   los   papeles   hay   de   todos   los   niveles.   Unos   con   ricos   adornos     en   los  

fondos   de   la   orilla;   todos   color   carbonilla:   Niños,   señoras,   adonis,   angelitos   o  

demonios,   alazanes,  peloncetes,  Díscolos  en  caballete;  un  Moisés,  un   toro  manso,  

una  acelga  o  un  caballo.  

Amparados   en   las   sombras   que   proyecta   un   haz   de   luz,   dibujan   con   energía  

esperando  día  a  día,  que  el  profesor  con  esmero  les  corrija…los  floreros.  

- ¡Señor  fiscal  ya  estoy  harto!  

Veo  que   el   señor   Juan  Carlos,   es   un   artista   divino   como   la   copa  de  un  pino;   que  

corrige  a  los  alumnos  como  si  fueran  sus  hijos.  

¡No  se  hable  más  del  tema!  Absuelvo  a  todos  los  reos  a  falta  de  duras  pruebas;    y  

pongo  de  condición,  que  vuelvan  el  año  entrante  y  haremos  la  revisión.  

Marga  Utiel.-­Badajoz-­España Clausura  del  curso  2004-­‐2005(10-­‐Junio-­‐2005)        

Page 31: ESPACIO DEL POETA

Esperanza   Livianos  tártagos  se  agrupan  y  enderezan  su  blanda  nariz  hacia  el  cielo,  con  ansias  

de   aire   limpio.  Desparramados   espinillos   se   preparan   lo  mejor   que   pueden  para  

sobrevivir,   resignados.     Una   plateada   moneda   seguidora,   desde   el   cielo,   apela   a  

todo   su   amor   romántico   de   luna   para   acompañarlo,   recodo   tras   recodo,  

prestándole  un  poco  de  su  brillo  de  ilusión  al  oscuro  cauce.  

 Mientras,  los  sauces,  cada  vez  más  preocupados  se  desangran  en  lágrimas  sobre  su  

cuerpo  de  andar  pausado  y  tratan,  desde  su  llamativa  estructura  vegetal,  de  cubrir  

la  vergüenza  de  estar  ¡tan  sucio!  

    Lo  miro,   imagino   sus  ojos   entornados   con  el   cansancio  puesto   en  un   rostro   sin  

sonrisa,  con  una  esperanza  que  agoniza,  en  su  cuerpo  contaminado,  enfermado,  sin  

atractivos.  

   Algunas  moreras  intentan,  aún,  fecundar  sus  márgenes  en  ofrenda  callada,  color  

de  cuaresma,  con  olor,  todavía,  a  gurí,  a  pandorga,  y  a  madreselva  con  mburucuyá.  

   Alrededor,  la  basura  que  llama  a  los  roedores  y  ahuyenta  a  los  peces.  La  prolífera  

hierba   enmarañada   que   los   animales   rehúsan   comer.   Y  la   gente.   La   gente   que,  

ahora,  ya  no  lo  mira;  ya  no  se  inquieta;  ya  no  se  acerca.  Ya  no  llora,  como  yo,  cada  

vez  que  los  ojos  obligan  a  mi  rostro  a  girar  hacia  él...  allí  está,  él.  con  su  manzura  

impotencia...  mis  labios  murmuran  una  plegaria  al  Dueño  de  la  Vida  que  premia  a  

los  buenos  y  dará  ¡yo  lo  sé!  ¡yo  lo  veré!  un  giro  angular  a  su  destino  letal.  

    Y   él   volverá   a   ser   nuestro   arroyo   querido   (una   lluvia   me   dijo   que   ¡se  

puede!).Todos   lo   reverán,   lo   reconocerán.   Su   camino   se   llenará   de   risas,   sus  

márgenes  de  vida  nueva  y,  sus  amadores,  de  secreta  emoción.  

   Y  yo  podré  morir  en  paz  escuchando  su  cristalina  canción  y  su  húmedo  murmullo  

agradecido  

 

Hilda  González-­  Concordia  –  Entre  Ríos-­  Argentina  

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DON SEBASTIAN     Don Sebastián es algo así como el amigo del barrio. El abuelo, el tío o lo que haga falta.

El siempre lo dice. _Estoy para lo que necesiten mis vecinos, como soy solo es un placer poder serles útil

alguna vez, es devolverles la compañía que me dan todos los días. Este don Sebastián es un hombre de setenta largos, ágil y de sonrisa amplia, dispuesto

siempre a colaborar. Es parte del barrio, hace muchos años que vive aquí. Vino solo, compró una casa y

desde entonces es parte de nosotros. Del barrio. Era aún bastante joven al llegar pero estuvo siempre solo. No recibe visitas o amigos

excepto los del lugar, es consejero y confidente de tantos problemas del vecindario que

los hace suyos. Alguna vez nombró a una esposa que tuvo y dos hijos pero jamás contó sobre ellos, es

asiduo del club del barrio donde todos se conocen, comparten charlas, juegos de naipes

y la destreza del billar, ese es su gran pasatiempo. _! Soy un especialista! Dice esperando un contrincante capaz de intentar ganarle una partida. Participa de la

mesa de pool, pero lo de el está allá al fondo, en el rincón, casi olvidada con su paño

verde, una mesa de villar que parece esperarlo cada día _ Es más de mi tiempo. Suele decir mientras ensaya sólo algún tiro magistral. Para el es un arte. Comparte las fiestas con las familias del barrio, pero es cuidadoso a la hora de los

brindis, bromea sobre lo malo de pasarse con las burbujas. _ Por ahí viene la nostalgia y se habla demás. En el lugar tienen una antipatía parecida a la bronca por la mujer que alguna vez

nombró. Debe ser mala para haberlo abandonado siendo este hombre tan sensible. La

imaginan un poco una bruja malvada que vaya a saber lo que habrá enseñado a los hijos,

para que nunca vinieran a verlo, deben tener también ellos sus sentimientos mezquinos,

así se pierden este padre envidiable y lo dejan en soledad. Por los años que lleva viviendo en el barrio deben ser grandes, talvez casados y lo

privan hasta de los nietos, que podría darles amor y disfrutarlos, odian a esa presunta

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malvada. Tenía esposa, un hijo varón y una mujer, alguna vez en el club entre ronda y ronda de

copas con los amigos el alcohol lo ha puesto nostálgico hasta hacerlo nombrar a esa

familia perdida y se le escapó algún comentario. _Mi mujer era hermosa, nuestros hijos se le parecían cuando pequeños, tienen ojos

oscuros como ella _ ¡Que buenos niños! _ Pero hace tanto tiempo que ya no se si los reconocería. Luego dándose cuenta que esta por hablar de un pasado guardado celosamente, calla y

se despide apresurado escapando temeroso de soltar confesiones que nadie debe saber. Muchos han querido conocer su pasado esperando darle alguna palabra que lo conforte

pero jamás quiso contar mas que esas pocas palabras dichas alguna vez por descuido. Esto hace que los vecinos tengan por él ese cariño protector abriéndole las puertas de

los hogares para resarcirlo en alguna manera de las tristezas, aunque se lo ve siempre

tan jovial, sin quejas de nada. Es un ejemplo de vida dando siempre palabras de aliento promoviendo acuerdos o

pacificando con razonamiento. Tiene aspecto provinciano y dichos de cada región para contar cuentos de todo el país,

fue viajante y conoce sus dichos y costumbres. Los más osados de lengua cuentan de las infidelidades cometidas por la mujer hasta

abandonarlo llevándose a los hijos, -_ ¡Que ni de él deben ser! Desde que vive en el barrio mas de una vez han querido casarlo, le han presentado y se

le han presentado ellas mismas distintas candidatas con las cuales no superó de alguna

salida, pero no hizo mas compromiso. Quedando éstas desilusionadas después del

desafío. Esto incrementó antipatías hacia la desconocida que lo habrá hecho sufrir tanto como

para no volver a creer. Es buen jardinero, al frente de su casa siempre hay flores, prolija y cuidada la comparte

con una sola compañía, su gato Lolo, que en toda su negrura le resalta llamativamente

un ojo amarillo, el otro ojo es de color marrón casi negro como su pelaje brillante. Es el único para recibirlo y esperarlo, incondicional a su amo. Parece entender cuando

le habla respondiendo con tonos distintos al maullar. En esta noche de invierno con cielo oscuro, don Sebastián demoró mas su regreso a la

casa, como no queriendo llegar a su soledad, hoy la compañía de su gato Lolo no le

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vasta, hay soledades mas profundas para entristecerlo y no tiene prisa. Se demoró hasta que el cantinero lo miró como despidiendo, esperando que se fuera

para poder cerrar terminando su tarea. Don Sebastián se fue despacio, parece que el viento en la espalda lo detiene en lugar de

empujarlo ¿No sentirá el frío calando los huesos? mientras camina despacio, haciendo

tiempo. Llega al portón, entra y se detiene a mitad de la vereda que lo lleva a la puerta de su

casa, observa las plantas como las agita el viento, tiene pena de ver como las maltrata.

Finalmente busca la llave en el bolsillo, la mira como si no la conociera de memoria. Se decide y camina los pasos faltantes, despacio introduce la llave en la cerradura, la

hace girar lentamente ignorando al gato que lo reclama desde adentro como

preguntando ¿Por qué tan tarde y sin apuro? Ya adentro, lo levanta en brazos y se dirige al dormitorio, deja el gato sobre la cama y

abre el cajón de un mueble, saca de entre las ropas una fotografía donde una joven

bonita sonríe abrazando dos niños pequeños, se sienta en la cama junto al gato, sus ojos

están vacíos. Acariciando la foto le pregunta. _ ¿Como estas mi pequeña? ¿Recuperaste la alegría o tus ojos están tan tristes como el

día cuándo te abandoné por otra? _ ¿Olvidaste mi mal carácter y mis enojos sin motivo? ¡Pasó tanto tiempo! ¿Como están

nuestros hijos, me has perdonado, viven siempre en la misma casa? … ¡La nuestra! _Tuve tanta vergüenza de mirarte a los ojos cuando yo también conocí el abandono que

no me animé a regresar. _Ahora tengo vergüenza de mi cobardía y menos puedo hacerlo, ya con mi vejez y

achaques. _ ¡Perdón mi pequeña, perdón mis hijos! Dos lágrimas surcan las mejillas pálidas de este don Sebastián desconocido, mientras

con un suspiro lleva hasta el pecho cansado la foto de aquella joven bonita que junto a

sus hijos le sonríen y se reclina lentamente junto a su gato negro.

 

Nelda  del  Carmen  Lugrin-­  Concordia-­  Entre  Ríos-­  Argentina

       

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Lista de Autores    

Autor   titulo  

Mayte Sánchez Sempere Cesárea  Programada  XII  

Charo Bustos Cruz Tristeza  

Jorge Dágata Un  Viejo  Deporte  

Rafael Serrano Quiromancia  

Ana Romano Sedimento  

M.ª Nieves Merino Silencio  

M.ª José Acuña Belaustegui De  Repente  

Carlos Alberto Giménez Justicia    (  Cómo  me  duele  la  vida)  

Victoria González Badani Despedida  

Irma Sambuelli Serrano Una  Sombra  en  el  Espejo  

José Rodolfo Espasa Tus  Palabras  

Diana Luz Bravi Objetos  Perdidos  

Ezequiel Feito Cuando  te  Vayas  

Belkis Larcher de Tejada Desnudor  

Lucía Giaquinto Escenas  

A. Monzonís Guillen La  Mar  

Jorge Amado Serrano A  la  memoria  de  Candela  Rodríguez  

Marga Utiel Nuestro  Profesor  Juan  Carlos  

Hilda González Esperanza  

Nelda del Carmen Lugrin Don  Sebastian  

 

   

   

   

   

Page 36: ESPACIO DEL POETA

        AUDIENCIA