epopeya de jangur
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331Huerta Ortiz Carolina
Reporte de la “Epopeya de Jangur”
Jangur fué escrito entre el siglo XV y la primera mitad del siglo XVII en la región Weilate de
Mongolia. Weilate tribu en la antigüedad de Mongolia, quiere decir la tribu del bosque. Los
miembros de dicha tribu moraron principalmente en el Monte Altaír, noroeste de Xining, China en
donde se desarrolla la historia entre otros sitios.
El héroe de esta historia se llama Jangur el cual se podría decir que era un héroe simpático,
valiente y talentoso que fue respetado por los seguidores de la tribu. La epopeya narra su
niñez amarga y las experiencias de batallas encarnizadas repetidamente. Cuando él tenía dos
años de edad sus padres fueron asesinados por el invasor Manggusi. Para vengarse por la
muerte de sus padres, Jangur salió de la tribu de donde creció para entrenarse y enfrentarse a
la dura vida de sobrevivencia en la naturaleza e independizarse para así lograr su fin… la
venganza, cuando el tan solo tenía 3 años de edad. Cuando tenía siete años, Jangur había
establecido su fama de ser un héroe el cual había sobrevivido tanto tiempo solo y fue elegido
el kan, o sea jefe, por ciudadanos de la región Baomuba a los cuales el les contaba todas sus
hazañas de haber peleado contra dragones y haber conocido y establecerse en lugares para
estrenar con descripciones casi del mismo infierno.
A los ciudadanos de Baomuba les fascinaba escuchar estas historias todas las tardes en la
plaza. Cuenta que después de haber matado a los padres de Jangur, Manggusi y su ejército
estaban deseosos de seguir conquistando tribus, pueblos e imperios, así que decidieron irse al
pueblo de Eggeo, en donde no se esperaba a este segundo héroe que nos presenta la historia
llamado Hongguer. Ellos pelearon a muerte y quedaban pocos del ejército de Manggusi, el
cual ya veía venir su derrota y su muerte total. En plena batalla ocurrió un temblor que hizo
que los dos ejércitos se echaran al piso. Manggusi aprovecho esta situación y huyó. Aquel día
Manggusi perdió la batalla. Hongguer juró venganza y matarlo y terminar con la batalla.
Manggusi en su camino empezó a recaudar un ejército aun más grande que el anterior y su
nuevo propósito era invadir Baomuba.
Durante ese tiempo Hongguer llegó a Baomuba y conoció a Jangur. Cuando Hongguer
le contó lo que le paso a su pueblo por culpa de Manggusi, los dos decidieron luchar contra él.
Se prepararon y reunieron a los mejores guerreros. Entrenaron durante 2 años con más de
7000 guerreros, esperando el día en que el destino pusiera ante ellos al desgraciado que hizo
de su tribu y de su vida un infierno. Manggusi, conduciendo a 35 generales y 8,000
guerreros, llegaron a Baomuba. Observaron que todos estaban entrenando muy duro y
decidieron atacar al amanecer cuando todos estuvieran cansados y agotados del entrenamiento
y de que no estuvieran listos con sus armas y escudos.
Jangur derrotó a Manggusi y salvaguardó Baomuba. Finalmente, con sus grandes
talentos, estableció Jangur una Utopía donde la gente podía quedarse tan joven como 25 años
y el invierno y el verano nunca vendían pero la primavera y el otoño siempre se quedaban con
ellos.
Así, esa madrugada se escucho sonar una trompeta de cuerno que simbolizaba el inicio
de una batalla. Todos en Baomuba se levantaron muy rápido, se pusieron los escudos y armas.
Los jóvenes aun no aptos para luchar se encargaron de salvaguardar a las mujeres, ancianos y
niños de la tribu en un monte donde tenían preparado chozas para vivir y comida suficiente.
Era el momento de la venganza. Jangur le dijo a Hogguer que la muerte de Manggusi se la
dejara a él.
Era una escena de espadas y seres sobrenaturales, en donde todos los guerreros usaban
espadas con detalles escalofriantes que daban miedo, escudos tan duros como una roca pero lo
suficientemente livianos para que un niño los pudiera cargar por 1 hora. La batalla ya había
durado la mayor parte del día, cuando las nubes se empezaron a tapar todo el cielo, hasta la
última esquina que se podía ver, empezó a llover tan fuerte que casi no se podía ver, caían
truenos y relámpagos del cielo, a lo lejos se veían tornados que parecían tener brazos y ojos.
En la batalla, Jangur estando en el monte de Alcalá, vio la escena de la batalla en
donde podía observar que el ejército de Manggusi estaba ganando. El no podía defraudar a sus
padres ni a Hogguer ni a Baomuba. De repente, una luz bajo del cielo llevándolo a una cueva
del monte. Allí se encontraba una espada tallada por los mismos dioses y hecha solamente
para él. La agarro y la hizo suya. Sintió que esa espada tenía poderes para vencer el solo a
todos los ejércitos, bajo y siguió luchando. Estando ya unos cuantos hombres de cada ejército
se dispusieron Jangur y Manggusi a luchar cara a cara con una espada cada uno sin escudo y
solo los pantalones. Manggusi iba ganando la batalla, parecía que la espada había perdido
todo su poder divino, así como las esperanzas de Jangur. En el último momento, Jangur
recordó a sus padres y a Hogguer, quien lo miraba y le gritaba a lo lejos. En ese instante sintió
como la espada recobraba su poder, así como el la confianza en sí mismo. Al mismo tiempo
en que cayó un trueno a la Tierra, él le encajo la espada a Manggusi, el cayó al piso y murió.
Jangur miró al cielo dando gracias a los Dioses que le habían dado el poder y la fuerza para
poder seguir luchando contra Manggusi. Un halo de luz iluminó todo aquel escenario y la
lluvia cesó. La espada se desvaneció y, a cambio le dejo una pluma más blanca que la nieve.
Finalmente, con sus grandes talentos, estableció Jangur con la ayuda de Hogguer una
utopía donde la gente podía quedarse tan joven como 25 años y el invierno y el verano nunca
venían pero la primavera y el otoño siempre se quedaban con ellos.
Epopeya de Jangur. Recuperado 30 de octubre, 2011, Literatura gratis: http://www.literaturagratis.com/tag/epopeyas/