entrevista a josefina aldecoa historia de una maestra

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Entrevista a Josefina R. Aldecoa “Historia de una Maestra “ Marta Rosales Morales Entrevista a Josefina R. Aldecoa por Marta Rosales Morales "Historia de una maestra" es un relato que, simplemente, apasiona. Quizás cuando leí esta historia por primera vez, hace ya ocho años, como estudiante de magisterio, no fui capaz de extraer toda la esencia. Por aquel entonces, la obra me ilusionó, pero no me enamoró como ha ocurrido en este nuevo reencuentro. Leer esta historia desde la perspectiva de una maestra ayuda mucho a comprender su mensaje. Aquel que no siente vocación por esta maravillosa profesión seguramente se quedará a las puertas de muchas de las reflexiones que Josefina expone en la piel de Gabriela, protagonista de la novela. Sólo el que ha sentido la magia de “educar” en todo su esplendor puede comprender algunas de sus líneas: La escuela sería mi único recurso. Sentía la plenitud que produce la entrega al propio oficio”; “Era consciente de que podía llenar mi vida sólo con mi escuela”; Yo me decía: No puede existir dedicación más hermosa que esta”, “Tenía que pasar mucho tiempo hasta que yo me diera cuenta de que lo que me daban los niños valía más que todo aquello que ellos recibían de mí”. (Páginas 39 y 40). Son algunos ejemplos de la belleza contenida en esta obra. Son mensajes que definen el sentimiento del colectivo docente, independientemente de la época en que se desarrolle su actividad. Pero aún más, si cabe, definen la pasión de los maestros de la República por la educación. El libro, que presenta como trasfondo la II República y el comienzo de la Guerra Civil española, puede considerarse un homenaje a los maestros de aquella época. Representados en la figura de la joven maestra Gabriela López, muestra la entrega desinteresada y actitud luchadora, por parte de este colectivo, para formar a un pueblo pobre e ignorante y dotarlo de libertad. A pesar del telón de fondo utilizado, de marcado carácter político, el relato es sencillo, ameno, de muy fácil lectura y tremendamente cautivador. Se puede disfrutar de momentos dulces, de la mano de Gabriela y sus alumnos y al mismo tiempo de los sinsabores creados por una situación política inestable y un país dividido. A continuación presento la entrevista a Josefina R. Aldecoa, en la que pretendo destacar la pasión y entrega de la autora por la “dedicación más hermosa” y descubrir sus sueños pasados y futuros.

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Page 1: Entrevista a josefina aldecoa  historia de una maestra

Entrevista a Josefina R. Aldecoa “Historia de una Maestra “ Marta Rosales Morales

Entrevista a Josefina R. Aldecoa

por Marta Rosales Morales

"Historia de una maestra" es un relato que,

simplemente, apasiona. Quizás cuando leí esta historia por

primera vez, hace ya ocho años, como estudiante de

magisterio, no fui capaz de extraer toda la esencia. Por

aquel entonces, la obra me ilusionó, pero no me enamoró

como ha ocurrido en este nuevo reencuentro. Leer esta

historia desde la perspectiva de una maestra ayuda mucho

a comprender su mensaje. Aquel que no siente vocación

por esta maravillosa profesión seguramente se quedará a

las puertas de muchas de las reflexiones que Josefina

expone en la piel de Gabriela, protagonista de la novela.

Sólo el que ha sentido la magia de “educar” en todo su esplendor puede

comprender algunas de sus líneas: “La escuela sería mi único recurso. Sentía la

plenitud que produce la entrega al propio oficio”; “Era consciente de que podía llenar

mi vida sólo con mi escuela”; “Yo me decía: No puede existir dedicación más hermosa

que esta”, “Tenía que pasar mucho tiempo hasta que yo me diera cuenta de que lo que

me daban los niños valía más que todo aquello que ellos recibían de mí”.(Páginas 39 y

40). Son algunos ejemplos de la belleza contenida en esta obra. Son mensajes que

definen el sentimiento del colectivo docente, independientemente de la época en que se

desarrolle su actividad. Pero aún más, si cabe, definen la pasión de los maestros de la

República por la educación.

El libro, que presenta como trasfondo la II República y el comienzo de la Guerra

Civil española, puede considerarse un homenaje a los maestros de aquella época.

Representados en la figura de la joven maestra Gabriela López, muestra la entrega

desinteresada y actitud luchadora, por parte de este colectivo, para formar a un pueblo

pobre e ignorante y dotarlo de libertad.

A pesar del telón de fondo utilizado, de marcado carácter político, el relato es

sencillo, ameno, de muy fácil lectura y tremendamente cautivador. Se puede disfrutar de

momentos dulces, de la mano de Gabriela y sus alumnos y al mismo tiempo de los

sinsabores creados por una situación política inestable y un país dividido.

A continuación presento la entrevista a Josefina R. Aldecoa, en la que pretendo

destacar la pasión y entrega de la autora por la “dedicación más hermosa” y descubrir

sus sueños pasados y futuros.

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Entrevista a Josefina R. Aldecoa “Historia de una Maestra “ Marta Rosales Morales

P:¿Qué tiene en común Gabriela López, protagonista de la novela, y Josefina

Aldecoa?

En primer lugar la pasión por el magisterio. El convencimiento de que ser

maestra va más allá del hecho de transmitir conocimientos. Gabriela estaba segura de

que la educación era el motor de cualquier cambio social y era por tanto tarea de la

escuela acabar con la ignorancia de un pueblo. La tarea de los maestros de la República

era Educar a un País. Pero, independientemente de la época, creo que educar implica

formar personas libres con conciencia de la justicia. Educación, cultura y libertad, serían

los tres pilares en los que se asentarían la escuela de Gabriela y la mía propia.

Al igual que Gabriela, defiendo un respeto al alumno y un papel activo de éste

en el asombroso y mágico proceso de aprendizaje. Defiendo la cultura del esfuerzo,

pero que a su vez los niños se sientan felices, que se diviertan aprendiendo. La

diferencia es que los maestros como Gabriela vivieron una época en la que estas ideas

distaban mucho de las que imperaban.

P: ¿Por qué ha reflejado la situación social y política de aquella época en la vida de

una maestra?

Mi madre y mi abuela fueron maestras en La Robla, mi

pueblo, una aldea de León. A la primera escuela a la que yo asistí

fue a la de mi abuela y más tarde a la de mi madre. Mi madre fue

maestra en la República y aunque no es una historia biográfica

como tal, si se basa en la realidad que vivió en aquella época, en

su memoria. Es una historia contada desde la verdad del recuerdo,

ya que los últimos años que mi madre vivió, recordaba con

frecuencia las historias de su juventud. Recordaba su trabajo en

las pequeñas escuelas de los pueblos de la montaña leonesa, la

llegada de la República, la guerra... Parte de esos recuerdos

también eran míos, ya que yo era una niña. Quizás por eso decidí

escribir este relato...

De todos modos siempre he sentido la necesidad de escribir una “historia de una

maestra”… Y aunque imagino que la historia de cualquier maestro, de cualquier época,

es lo suficientemente interesante como para escribir un libro, creo que la historia de los

maestros de la República es merecedora de ser contada. Fueron los maestros mejor

preparados de la historia de nuestro país. Creo que aquel proyecto educativo, basado en

la cultura y la libertad, ha sido el más importante que ha habido en España. Aquellos

maestros eran “revolucionarios” que “luchaban” por formar a la población, para

rescatarlos de la ignorancia y dotarlos de libertad. En la página 229 Gabriela recuerda a

su marido Ezequiel el verdadero objetivo de su “lucha” con estas lindas

palabras:“Nuestra revolución está en la escuela. Tu sabes muy bien que no se puede

salvar a un pueblo ignorante”. Creo que esta frase resume toda mi respuesta.

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Entrevista a Josefina R. Aldecoa “Historia de una Maestra “ Marta Rosales Morales

P: Por lo tanto, ¿podemos decir que usted dedica este libro a los maestros de la

República?

Aunque, como reseño en el libro, está dedicado de forma directa a mi madre,

podría decirse que es un homenaje a ellos, a esa generación de maestros valientes, que

es de justicia recordar. Hay que tener en cuenta que la República puso un énfasis

exacerbado en la Educación. A los maestros se les trató como a “soldados de la cultura”

pidiendo que salvaran el país educándolo… Como expresa Gabriela en la página 126

“Parecía que la República iba a hacer de la enseñanza el corazón de su reforma”.

Considero que es el momento en que más se ha creído en la educación. Nadie ha hecho

uso jamás de la cultura como “herramienta de cambio”.

P: ¿Por qué ha elegido usted escenarios rurales para el desarrollo de su obra?

En primer lugar porque era la realidad de los maestros del momento, eran

nómadas, que llegaban como un rayo de luz a lugares inhóspitos. Y por otro lado porque

considero que un pueblo es como un país a pequeña escala en el que se encuentra

representada la realidad social y política de cada época. Se puede observar la diferencia

de clases, la diversidad de ideas políticas y religiosas, la ignorancia de los más pobres,

etc. Además las instituciones se encuentran representadas en las figuras más

significativas del pueblo: el alcalde, el cura, el maestro, el médico. Es una forma

sencilla de situar al lector en la realidad de aquel tiempo.

P: Como explica Gabriela en la página 126 de su libro, el maestro sufría una falta

de consideración social. Sin embargo el papel del maestro era mucho más

importante....

Sí, lo cierto es que creo que así era, el cura y el alcalde, o el cacique, solían estar

en contra de la educación por razones obvias. Ellos anulaban a un pueblo pobre e

ignorante al que no interesaba dotar de inteligencia. Sin embargo, como le ocurría a

Gabriela, el pueblo acudía a los maestros para pedirles ayuda o consejo. En la página 35

del libro podemos leer como una madre, preocupada por el débil estado de salud de su

hija recién nacida, acude a la salida de la escuela para hablar con Gabriela. Su fama

creció y a partir de ese día siempre encontraba a madres esperando a hacerle consultas

variadas. Como he dicho anteriormente, creo que ser maestro va mucho más allá de

transmitir conocimientos, implica una dedicación plena, es una “tarea” que supera las

puertas de nuestras aulas. Se podría decir que uno es maestro hasta el fin de sus días.

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Entrevista a Josefina R. Aldecoa “Historia de una Maestra “ Marta Rosales Morales

P: He podido observar ideas en su libro que en la actualidad, en el ámbito de la

educación, consideramos “innovadoras”, como por ejemplo “las clases para

adultos”, “la biblioteca de aula”, “la atención individualizada”, etc. ¿Tiene

constancia de que ya en los años 20 ó 30 se hacía uso de este tipo de metodologías?

Pues sí, me consta que los maestros de la República ya abogaban por un tipo de

enseñanza innovadora y de calidad. Como ya he mencionado con anterioridad, han sido

los maestros mejor preparados a lo largo de toda la historia de nuestro país. Y aunque

contaban con muy pocos medios, tenían lo más importante: el entusiasmo. Por otro

lado, la mayoría de las veces, las medidas innovadoras vienen precedidas por la

necesidad de dar respuesta a dificultades, y estoy segura que en aquellos años demandas

no faltaban. Toda innovación, cuenta con sus detractores, y Ezequiel y Gabriela los

sufrieron como todos. Por ejemplo en la integración en el aula de Ezequiel de Mateo,

alumno que sufría una disminución de sus facultades: “Los niños los habían aceptado,

pero los padres no”, explica Gabriela en las páginas 179-180. Ella obtuvo negativas y

rechazo en varias ocasiones, como cuando decidió crear las clases para adultos y el

alcalde se opuso. O cuando se anunció que llegarían al pueblo las “Misiones

Pedagógicas”: “A mí no me pongan cultura a la hora del Rosario” exclamaba el cura,

en la página 143. Pero los maestros siempre han hecho gala de arrojo y firmeza. Gracias

a su convencimiento han conseguido que en nuestras escuelas hoy podamos contar con

nuevos recursos e ideas metodológicas nacidas de su valentía.

P: Ahora que ha hecho usted mención a las “misiones pedagógicas”, a las que

dedica un gran espacio en el libro (páginas desde 128 a 136), ¿cómo podría

definirlas, o a qué podrían asemejarse en la actualidad?

Eran consideradas fiestas de la cultura. Era una labor de profesores y estudiantes

que de un modo altruista se implicaban en culturizar a los habitantes de los pueblos.

Pero las "misiones pedagógicas” de la República no pueden desvincularse del momento

histórico en que sucedieron. Hoy en día no tendrían sentido, puesto que todos los

ciudadanos tienen un completo acceso a la información, aunque vivan en los pueblos

más remotos. Algo que si podríamos mantener en la actualidad es que en aquel

momento las “misiones pedagógicas” eran sinónimo de ilusión, inyectaban entusiasmo

por el saber y la cultura a todo el que se acercaba a participar en ellas. Quizás hoy la

cultura esté al alcance de cualquiera, pero la ilusión por aprender no parece que “esté

tan cerca”. Es tarea de los maestros ayudar a sus alumnos a encontrar el camino de la

ilusión.

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Entrevista a Josefina R. Aldecoa “Historia de una Maestra “ Marta Rosales Morales

P: El ex presidente Rodríguez Zapatero reconoció su labor con una medalla a los

valores de la igualdad. ¿Qué opina de la enseñanza diferenciada?

Por supuesto, creo que la educación debe ser mixta. Dividir a los niños en clases

o colegios según su sexo es un error. Los niños y niñas tienen que crecer y aprender

juntos. Tiene que aprender que todos somos iguales, que todos tenemos los mismos

derechos, que todos tenemos capacidades, que se nos deben ofrecer las mismas

oportunidades y que todos podemos cumplir nuestros sueños. Gabriela quiso educar a

todos por igual, incluso comenzó a enseñar a tricotar a sus alumnos sin pararse a pensar

si se trataba de una niña o un niño. En la página 45, Gabriela decía, dirigiéndose a las

niñas: “…a pesar de todo lo que oyeran, el hombre y la mujer no son diferentes por la

inteligencia ni la habilidad, sino por la fisiología”. “Educar en la igualdad para que no

se pierda ni un solo talento” expresaba también en la página 200. Gabriela lo defendía

en una época en la que se creía en la superioridad del hombre, pero sorprendentemente

aún hoy, he tenido que defender esas misma ideas ante algún foro…

P: Usted que defiende el educar para dar libertad. ¿Considera que la educación de

hoy en día aporte libertad?

Considero que la educación ha de ser libre y razonada. Pero no soy partidaria

dejar que los niños hagan lo que quieran. La norma y la rutina son los mejores aliados

de un niño. Nada desconcierta más a un niño que la falta de normas. El peligro actual es

que se ha pasado de la educación más estricta a la de la libertad ilimitada. Al niño hay

que apoyarle en su crecimiento con firmeza, hay que imponer pautas, pocas pero claras,

y hay que marcar límites y guiar su proceso de aprendizaje y formación.

P: El libro esta “dividido” en las etapas de un sueño ¿Por qué define a la última

etapa como “el final de un sueño”?

Lo defino como “el final del sueño” ya que para los maestros de aquella época, el

periodo de la República fue “un sueño” en lo que al ámbito educativo se refiere. Como he dicho

anteriormente, la República dio mucha importancia a la educación y consideró la enseñanza el

motor de la reforma que querían llevar a cabo. Pero los ideales que hicieron posible la

República no pudieron arraigarse en la sociedad española, y la situación acabó derivando en un

conflicto que dividió España. Con el comienzo de la guerra se empañaron las ilusiones de esa

generación de maestros que querían ofrecer, desde sus escuelas, una vida mejor y más digna

para todos.

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Entrevista a Josefina R. Aldecoa “Historia de una Maestra “ Marta Rosales Morales

P: Y para terminar ¿Cuál es el sueño de Josefina Aldecoa?

Pues mis sueños fueron, son y serán los mismos que los de Gabriela. “Los

sueños de educar para la convivencia. Educar para hacer justicia. Educar en la

igualdad para que no se pierda un solo talento por falta de oportunidades”, como

expresa Gabriela en la página 200. Lo cierto es que yo si he podido cumplir mi sueño.

Mi ideario educativo está inspirado en el de la Institución Libre de Enseñanza, que

insiste en tratar a cada niño como una persona única, estimular su creatividad, exigirle

lo mejor de sí mismo, desarrollar su sentido crítico e imponer pautas. Mi sueño se

cumplió con la creación de mi colegio, el colegio Estilo. En pleno franquismo surgió

como un oasis para los que, como yo, consideraban que educar no es transmitir

conocimientos si no formar personas libres.