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LA IGLESIA DE JESUCRISTO DE LOS SANTOS DE LOS ÚLTIMOS DÍAS SISTEMA EDUCATIVO DE LA IGLESIA MANUAL PARA LOS MAESTROS Y LOS LÍDERES DEL SEI LA E NSEÑANZA DEL E VANGELIO

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LA IGLESIA DE JESUCRISTO DE LOS SANTOS DE LOS ÚLTIMOS DÍASSISTEMA EDUCATIVO DE LA IGLESIA

M A N U A L P A R A L O S M A E S T R O S Y L O S L Í D E R E S D E L S E I

LA ENSEÑANZA DEL EVANGELIO

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SPANISH

34829_002_COVER.qxd 11-16-2006 7:40 AM Page a

Preparado por el Sistema Educativo de la IglesiaPublicado por

La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos DíasSalt Lake City, Utah

M A N U A L P A R A L O S M A E S T R O S Y L O S L Í D E R E S D E L S E I

LA ENSEÑANZA DEL EVANGELIO

© 1994, 1996, 2002 por Intellectual Reserve, Inc. Todos los derechos reservados

Impreso en los Estados Unidos de América

Aprobación del inglés: 10/01Aprobación de la traducción: 10/93, 04/96, 10/01

Traducción de Teaching the Gospel: A Handbook for CES Teachers and LeadersSpanish

LA EDUCACIÓN RELIGIOSA EN ELSISTEMA EDUCATIVO DE LA IGLESIA . . . . 1

LA EDUCACIÓN RELIGIOSA . . . . . . . . . . . . . . . . . 2Qué se enseña . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 2Cómo se enseña. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 2

EL SEI Y LA MISIÓN DE LA IGLESIA . . . . . . . . . . 3

EL OBJETIVO DEL SEI . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 4Enseñar a los alumnos el Evangelio de

Jesucristo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 4Enseñar a los alumnos por medio del

precepto y del ejemplo . . . . . . . . . . . . . . . . . 5Proporcionar un ambiente espiritual y social . . 5Preparar a los jóvenes para que presten

servicio eficaz en la Iglesia . . . . . . . . . . . . . . 6

EL COMETIDO DE LOS MAESTROS Y DE LOS LÍDERES DEL SEI . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 6Vivir el Evangelio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 6Enseñar eficazmente . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 7Administrar adecuadamente . . . . . . . . . . . . . . 7

EL APRENDIZAJE DEL EVANGELIO . . . . . 11

LA FUNCIÓN DEL ESPÍRITU SANTO EN EL APRENDIZAJE DEL EVANGELIO . . . . . . . . 12Enseñar por medio del Espíritu . . . . . . . . . . . 12La función del Espíritu Santo . . . . . . . . . . . . 12

LA FUNCIÓN DEL ALUMNO EN EL APRENDIZAJE DEL EVANGELIO . . . . . . . . 13El estado de preparación del alumno . . . . . . . 13La participación del alumno. . . . . . . . . . . . . . 13La aplicación del alumno . . . . . . . . . . . . . . . . 14

LA ENSEÑANZA DEL EVANGELIO: LA FUNCIÓN DEL MAESTRO . . . . . . . . . . 19

PREPARARSE . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 20Vivir el Evangelio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 20Orar . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 20Participar en la capacitación de maestros

en funciones. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 20Tener fe . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 20

DECIDIR QUÉ ENSEÑAR Y CÓMO ENSEÑARLO . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 21La enseñanza de las Escrituras en

secuencia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 22

Decidir “Qué”. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 23Decidir “Cómo” . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 25

ESTABLECER Y MANTENER UN AMBIENTE APROPIADO PARA EL APRENDIZAJE . . . . . . . 26Establecer un ambiente apropiado . . . . . . . . . 26Mantener un ambiente apropiado . . . . . . . . . 28

LA ENSEÑANZA DEL EVANGELIO: EL ARTE DE LA BUENA ENSEÑANZA . . . . . 33

EL ESTUDIO Y LA ENSEÑANZA DE LAS ESCRITURAS . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 34Cómo utilizar las ayudas didácticas para

el estudio de las Escrituras . . . . . . . . . . . . . 34Cómo analizar . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 34Marcar las Escrituras . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 35Tener una perspectiva más amplia . . . . . . . . . 35Leer las Escrituras en la clase. . . . . . . . . . . . . 35Resumir las Escrituras . . . . . . . . . . . . . . . . . . 36Aplicar las Escrituras . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 36Estar alerta y ser sensible al género

que se utiliza en el lenguaje de las Escrituras . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 36

Desarrollar el dominio de las Escrituras . . . . . 37

LA INSTRUCCIÓN O PRESENTACIÓN POR EL MAESTRO. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 38Utilizar relatos de la vida real . . . . . . . . . . . . . 38Planear la parte de la lección dedicada

a la instrucción o presentación. . . . . . . . . . 39Combinar la presentación del maestro con

otros métodos didácticos . . . . . . . . . . . . . . 39Hacer una presentación variada . . . . . . . . . . . 39

LAS PREGUNTAS Y EL ANÁLISIS EN CLASE . . . 40

LOS MATERIALES DE ENSEÑANZA VISUALES, DE AUDIO Y DEMÁS. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 41La pizarra. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 41Los objetos y las láminas . . . . . . . . . . . . . . . . 42La música . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 42La presentación de materiales

audiovisuales . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 43Precauciones . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 43

LOS EJERCICIOS ESCRITOS Y LOS GRUPOS DE TRABAJO . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 45Las asignaciones escritas . . . . . . . . . . . . . . . . 45

LOS GRUPOS DE TRABAJO 45

ÍNDICE

III

L A E N S E Ñ A N Z A D E L E V A N G E L I O : M A N U A L P A R A L O S M A E S T R O S Y L O S L Í D E R E S D E L S E I

LA EDUCACIÓN RELIGIOSA EN EL SISTEMAEDUCATIVO DE LA IGLESIA

El Sistema Educativo de la Iglesia (SEI) funciona bajo la dirección de la Mesa Directiva

de Educación de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días. Componen

dicha Mesa Directiva de Educación de la Iglesia miembros de la Primera Presidencia y del

Quórum de los Doce Apóstoles, así como también otras Autoridades Generales y oficiales

generales de la Iglesia.

El Sistema Educativo de la Iglesia proporciona educación religiosa por medio de los

programas de seminario e instituto de religión; y dirige también las universidades y los

colegios universitarios de la Iglesia (por ejemplo, la Universidad Brigham Young y el

LDS Business College), los cuales ofrecen educación tanto secular como religiosa. Bajo

su dirección también funcionan escuelas primarias y secundarias en seis países.

La misión del SEI no es solamente brindar educación, sino educación religiosa.

La educación religiosa es educación para la eternidad y por tanto requiere la influencia

del Espíritu del Señor.

Hay miles de maestros y líderes en todo el mundo que ayudan a la juventud de

la Iglesia a aprender el Evangelio de Jesucristo y a vivir de acuerdo con sus principios.

Todos y cada uno de esos maestros y líderes deben comprender ciertos aspectos del

Sistema Educativo de la Iglesia y su responsabilidad de proporcionar educación religiosa

durante los días de clases seculares. En esta sección se analizan cuatro temas sobre los

cuales deben concentrarse:

• LA EDUCACIÓN RELIGIOSA.

• EL SEI Y LA MISIÓN DE LA IGLESIA.

• EL OBJETIVO DEL SEI.

• EL COMETIDO DE LOS MAESTROS Y LOS LÍDERES DEL SEI.

1

La educación religiosa y la educación secular (la educación que no está orientada hacia loespiritual) tienen mucho en común, aun cuandopresentan dos diferencias sumamente importantes.La primera diferencia radica en qué se enseña y lasegunda en cómo se enseña.

QUÉ SE ENSEÑA

La educación secular procura enseñar la verdadque existe en muchos campos de estudio, tales como las matemáticas, las ciencias y las artes. La Iglesia ha enseñado siemprela importancia que tiene laeducación y el aprendizaje endiferentes campos de estudio,pero en la Iglesia, lapreocupación principal esenseñar los principios salvadoresdel Evangelio (véase D. y C.42:12–13; 88:78–79).

CÓMO SE ENSEÑA

En la educación religiosa elEspíritu debe estar presente. ElSeñor lo ha declarado en formamuy simple: “…si no recibís elEspíritu, no enseñaréis” (D. y C.42:14; véase también D. y C.50:17–23; 100:8). El presidenteDavid O. McKay dijo: “Despuésde todo, el aprendizaje técnicoes secundario si concentramos nuestra atención enel propósito fundamental de la obra. No debemosjamás olvidarnos de eso. Es el Espíritu el que enseñaal espíritu” (Gospel Ideals, Salt Lake City: DeseretBook Company, 1953, pág. 219).

La enseñanza del Evangelio busca edificar a laspersonas a las cuales se enseña. El Señor describe ala enseñanza eficaz como la enseñanza que edifica(véase D. y C. 50:21–22; véanse también losversículos 17–20). Edificar a una persona significahacerla crecer espiritualmente, o sea, acercarla másal Padre, al Hijo y al Espíritu Santo. La enseñanzaedificante es uno de los beneficios fundamentales del SEI. A pesar de que hay muchos principios delEvangelio que llevan a la edificación, hay siete que

son especialmente importantes en lo que se refiere ala enseñanza que edifica.

• El valor de las almas (véase D. y C. 18:10). Todapersona que vive sobre la tierra es un hijo o una hijaespiritual de Dios que ha guardado su primer estado(véase Abraham 3:26). El valor del alma, en formaindividual, es, en el análisis final, lo que motiva todaobra de Dios y el plan de redención.

• El albedrío de los demás (véase D. y C. 101:78). El albedrío moral es la oportunidad de elegir entre

el bien y el mal de acuerdo conel deseo de cada uno (véase2 Nefi 2:27). El Señor le hadado a todo el género humanoel don del albedrío moral ypermite a las personas utilizarese albedrío aun cuando seapara elegir el mal. La forma enque la gente utilice su albedríomoral influirá profundamenteen su situación durante estavida y en su felicidad yprogreso eternos.

• Relaciones de confianza(véase Proverbios 3:5). Laconfianza en Dios proviene delconocimiento y de la fe en Sunaturaleza y atributos, loscuales son perfectos. Él se

preocupa perfectamente por Sus hijos y desea sólo lo mejor para ellos. La confianza entre las personasse desarrolla en su plenitud cuando éstas adquierenlos atributos divinos.

• Progresar por medio de la participación (véaseMateo 7:21; Santiago 1:22). Parte del plan que Diostiene para Sus hijos es que ellos sean responsables de su propio progreso y desarrollo. Es necesario quequienes deseen aprender se esfuercen por lograrlo.Vivir el Evangelio requiere diligencia y dedicación; y para hacerlo como el Señor lo demanda, es precisoque participemos con todo nuestro “corazón, alma,mente y fuerza” (D. y C. 4:2).

• Visión (véase Proverbios 29:18). Uno de losaspectos más importantes de la edificación es la

2

L A E N S E Ñ A N Z A D E L E V A N G E L I O : M A N U A L P A R A L O S M A E S T R O S Y L O S L Í D E R E S D E L S E I

El presidente David O.

McKay dijo: “Después de

todo, el aprendizaje técnico

es secundario si

concentramos nuestra

atención en el propósito

fundamental de la obra. No

debemos jamás olvidarnos

de eso. Es el Espíritu el

que enseña al espíritu”.(Gospel Ideals, Salt Lake City: Deseret BookCompany, 1953, pág. 219.)

LA EDUCACIÓN RELIGIOSA

Edificar a unapersona significahacerla crecerespiritualmente, o sea, acercarlamás al Padre, al Hijo y alEspíritu Santo.

visión, o sea, el tener una perspectiva espiritual yeterna. Uno de los beneficios más grandes que seobtiene al sentir la influencia del Espíritu Santo es el aumento de la visión, o sea, el poder ver las cosasmás semejantes a como las ve Dios (véase Isaías55:8–9; Jacob 4:13). Esa comprensión más profunday amplia lleva al deseo y a la determinación de llegara ser como Dios.

• Unidad (véase Juan 17:17–23). El Señor ha dichoque Él desea que Su pueblo sea uno, tal como Él ySu Padre lo son. El concepto de unidad es de tantaimportancia que Jesús agregó: “…Sed uno; y si nosois uno, no sois míos” (D. y C. 38:27). El vivir losprincipios del Evangelio insta a la persona a amar alSeñor y a los demás y a tratar de ser uno con ellos.

• Con la mira puesta únicamente en la gloria deDios (véase D. y C. 88:67–68). Uno de los propósitosprincipales del Evangelio es el de santificar a laspersonas para que sus “mentes se enfoquenúnicamente en Dios”. Cada una de las experienciasque tengamos al vivir y al aprender el Evangelio debe aumentar nuestro anhelo de aceptar a Dios, de glorificarlo y honrarlo plenamente, y de alejarnosde las cosas del mundo, del egoísmo y del pecado.

Si el maestro o el alumno no cumple con losprincipios de edificación, se contristará al Espíritu, y la educación religiosa, o sea, el aprendizaje delEvangelio, disminuirá y quizás se detengacompletamente.

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L A E D U C A C I Ó N R E L I G I O S A E N E L S I S T E M A E D U C A T I V O D E L A I G L E S I A

“Porque, he aquí,ésta es mi obra y mi gloria: Llevar a cabo la inmortalidad y la vida eterna del hombre”(Moisés 1:39).

Nuestro Padre Celestial ha dicho que Su misión,Su propósito, Su obra y Su gloria son “llevar a cabo la inmortalidad y la vida eterna del hombre” (Moisés1:39). Enseñar el Evangelio es una de las manerasmás importantes de ayudarlo a llevar a cabo Su obra.

La misión de La Iglesia de Jesucristo de losSantos de los Últimos Días es la de ayudar al Padre en Su gran obra al invitar a todos a “veni[r] a Cristo,y a perfecciona[rse] en él” (Moroni 10:32; véasetambién D. y C. 20:59). Esa misión es tripartita:Proclamar el Evangelio de Jesucristo a todo pueblo,perfeccionar a los santos y redimir a los muertosefectuando por ellos las ordenanzas vicarias delEvangelio (véase Manual para líderes del Sacerdociode Melquisedec [1990], pág. 7).

El propósito del Sistema Educativo de la Iglesia esasistir a la Iglesia en el cumplimiento de su misiónproporcionando educación religiosa. Todos aquellos a los que se les ha pedido enseñar y ser líderes en elSEI forman parte de esta gran misión. De la mismaforma que la Iglesia ha declarado cuál es su misión, el Sistema Educativo de la Iglesia ha declarado suobjetivo.

Ese objetivo ha sido aprobado por la MesaDirectiva de Educación de la Iglesia, y la PrimeraPresidencia y el Quórum de los Doce Apóstoles.

Con el fin de lograr ese objetivo, a los maestros ya los líderes del SEI se les ha dado el cometido dellevar a cabo tres importantes responsabilidades: vivir

EL SEI Y LA MISIÓN DE LA IGLESIA

EL OBJETIVO

El objetivo de la educación religiosa en

el Sistema Educativo de la Iglesia es

ayudar a la persona, a la familia y a los

líderes del sacerdocio a cumplir con la

misión de la Iglesia al:

1. Enseñar a los alumnos el Evangeliode Jesucristo tal como se encuentra en los

libros canónicos y en las palabras de los

profetas.

2. Enseñar a los alumnos por mediodel precepto y del ejemplo para que de esa

forma ellos reciban aliento, ayuda y

protección a medida que se esfuercen por

vivir el Evangelio de Jesucristo.

3. Proporcionar un ambienteespiritual y social en el que los alumnos

puedan llegar a conocerse y trabar

amistades.

4. Preparar a los jóvenes para quepresten servicio eficaz en la Iglesia.

el Evangelio, enseñar eficazmente y administraradecuadamente.

El esquema que se da a continuación ilustra laforma en que esas responsabilidades tienen relaciónentre sí al hacer la obra del Señor.

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L A E N S E Ñ A N Z A D E L E V A N G E L I O : M A N U A L P A R A L O S M A E S T R O S Y L O S L Í D E R E S D E L S E I

EL COMETIDO DE

LOS MAESTROS Y

LOS LÍDERES DEL SEI

Para que el SEI logre suobjetivo, sus maestros ylíderes deben aceptar ycumplir con su cometidode vivir el Evangelio,enseñar eficazmente yadministraradecuadamente.

EL

OBJETIVO

DEL SEI

El objetivo del SEI esenseñar el Evangelio deJesucristo con el fin deasistir en la tarea de llevara cabo la misión de laIglesia. Ese objetivoconsta de cuatro partesimportantes.

LA MISIÓN

DE LA

IGLESIA

La misión de la Iglesia esayudar a llevar a cabo laobra de nuestro PadreCelestial al invitar a todosa venir a Cristo y a serperfeccionados en Él. Esamisión se compone de tresaspectos principales.

LA OBRA

DE NUESTRO

PADRE CELESTIAL

Nuestro Padre Celestialtiene como propósitollevar a cabo lainmortalidad y la vidaeterna del hombre.

EL OBJETIVO DEL SEI

ENSEÑAR A LOS ALUMNOS EL EVANGELIO DEJESUCRISTO

En 1938, el presidente J. Reuben Clark, hijo, ennombre de la Primera Presidencia, dio un discursomemorable a los maestros del Sistema Educativo de la Iglesia, en el cual dijo: “El enseñar el Evangelio de Jesucristo tal cual se ha revelado en los postrerosdías es lo que para ustedes tiene que ser lo másimportante y su responsabilidad primordial. Debenenseñar el Evangelio utilizando los libros canónicosde la Iglesia como fundamento y autoridad así comotambién las palabras de quienes han sido llamadospor Dios para guiar a Su pueblo en estos últimos días”(The Charted Course of the Church in Education,1992, ed. rev., discurso pronunciado ante losmaestros de educación religiosa, el 8 de agosto de1938, pág. 10; véase también D. y C. 42:12–13).

El enseñar lo que dicen los libros canónicos esuna de las principales responsabilidades del SEI. Los materiales del curso de estudios que proporcionael SEI, junto con la enseñanza de las Escrituras,contienen muchas citas de las Autoridades Generales,especialmente las de quienes han sido sostenidoscomo profetas en esta última dispensación.

Parte de la responsabilidad de enseñar elEvangelio es enseñar sólo los principios y lasdoctrinas que están en armonía con las Escrituras ycon lo que enseñan las Autoridades Generales. Elpresidente Clark continúa diciendo en su discurso:“No importa el cargo que tengan, no deben cambiarlas doctrinas de la Iglesia ni modificarlas, sino quedeben enseñarlas tal cual lo declaran los libroscanónicos de la Iglesia y quienes poseen la autoridadde dar a conocer a sus miembros la disposición y lavoluntad del Señor” (Charted Course, pág. 10).

“El enseñar elEvangelio deJesucristo tal cualse ha revelado en los postreros días es lo que para ustedes tiene que ser lo másimportante y suresponsabilidadprimordial”.—J. Reuben Clark, hijo.

Si los maestros y los líderes seesfuerzandiligentemente por cumplir con el objetivo y elcometido del SEI,estarán mejorpreparados paraobtener del Señor y del Espíritu laayuda necesaria,como así tambiénde sus compañerosdel SEI.

EL COMETIDO

El cometido de los maestros y de loslíderes del Sistema Educativo de la Iglesia es:

1. Vivir el Evangelio.

2. Enseñar eficazmente.

3. Administrar adecuadamente.

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El Señor invita repetidamente a Sus hijos a venira Él con la actitud de indagar y buscar:

“Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá.

“Porque todo aquel que pide, recibe; y el quebusca, halla; y al que llama se le abrirá” (Mateo 7:7–8;véase también Isaías 58:2; Lucas 11:9; 3 Nefi 14:7;D. y C. 11:5; 46:9).

Una parte importante de la enseñanza delEvangelio de Jesucristo es enseñar a los alumnos eseprincipio e instarlos a ponerlo en práctica a lo largode su vida.

ENSEÑAR A LOS ALUMNOS POR MEDIO DELPRECEPTO Y DEL EJEMPLO

En Doctrina y Convenios el Señor enseñó quetanto el precepto como el ejemplo son importantespara la enseñanza del Evangelio:

“Y además, los élderes, presbíteros y maestros deesta iglesia enseñarán los principios de miEvangelio…

“Y observarán los conveniosy reglamentos de la iglesia paracumplirlos…” (D. y C. 42:12–13;cursiva agregada).

Enseñar por medio delprecepto significa enseñar losprincipios y las doctrinas delgran plan de redención, loscuales componen el Evangeliode Jesucristo. Parte del objetivodel SEI es enseñar esospreceptos en forma tal que losalumnos sientan el deseo deesforzarse por acercarse más aCristo y por vivir el Evangeliocon más sinceridad.

Enseñar por medio delejemplo significa vivir de acuerdo con las enseñanzasque se imparten. Aun cuando nadie alcanza laperfección completa en esta vida, los maestros debenser un ejemplo de los principios del Evangelio,porque de lo contrario, tal como Alma le dijo a suhijo: “…al observar ellos tu conducta, no quisieroncreer en mis palabras” (Alma 39:11).

PROPORCIONAR UN AMBIENTE ESPIRITUAL Y SOCIAL

El proporcionar un ambiente espiritual y socialsignifica crear un ámbito positivo y elevado donde los

alumnos y los maestros puedan aprender, asociarse yser edificados juntos. Es importante que las clases deseminario e instituto proporcionen a los jóvenes laoportunidad de asociarse y hacer amistad con otraspersonas de su edad que posean los mismos valores ycreencias. En los programas del SEI, todos losalumnos deben sentirse queridos, valorados, seguros,y que se confía en ellos.

A pesar de que el SEI es principalmente unprograma de educación religiosa y no un programade actividades sociales, se aprueban algunasactividades que proporcionen oportunidades para la interacción social. La responsabilidad deproporcionar actividades sociales para los jóvenes de edad de seminario recae en la familia, elSacerdocio Aarónico y en la organización de lasMujeres Jóvenes. El seminario no debe auspiciaractividades fuera de clase con excepción de lasaprobadas por los administradores locales del SEI yen forma muy limitada (tales como veladas sociales

de comienzo o de fin decursos), y éstas deben estarorientadas hacia propósitostales como prestar servicio,trabar amistad, recibirinstrucción en el Evangelio oaumentar la espiritualidadentre los alumnos.

Los institutos de religión,trabajando estrechamente con los líderes del sacerdociolocales y bajo su dirección,pueden tener una función más activa auspiciando oayudando a realizar actividadessociales para los jóvenesmayores de su área. Dado

que los jóvenes mayores tienen la tendencia de cortejar y luego contraer matrimonio conintegrantes de sus grupos sociales, estas actividadesson de gran importancia para los jóvenes de esa edad, especialmente donde el número demiembros de la Iglesia es limitado. El consejo del instituto de religión, el cual se compone demiembros de varios grupos (tanto estudiantes como los que no lo son) que representan a losjóvenes mayores en el área local, auspicia esasactividades.

5

L A E D U C A C I Ó N R E L I G I O S A E N E L S I S T E M A E D U C A T I V O D E L A I G L E S I A

Las clases de seminario e

instituto deben proporcionar

a los alumnos un refugio

espiritual donde, por un

tiempo, la mente y el alma

puedan concentrarse en las

cosas relacionadas con Dios

y la eternidad, y donde

puedan sentir la influencia

del Espíritu.

Enseñar por medio del preceptosignifica enseñar los principios y las doctrinas.

Enseñar por medio del ejemplosignifica vivir deacuerdo con lasenseñanzas que se imparten.

L A E N S E Ñ A N Z A D E L E V A N G E L I O : M A N U A L P A R A L O S M A E S T R O S Y L O S L Í D E R E S D E L S E I

El cometido de los maestros y de los líderes del SEIcomprende los principios y valores que, si el maestro o líder del SEI los cumple, hará que se logre con éxito el objetivo del programa. El Sistema Educativo de la Iglesia se basa y se gobierna por medio de los principios del Evangelio.Cuando una persona cree en unprincipio, hasta el punto depermitir que éste cambie o guíe su comportamiento, eseprincipio se convierte en unvalor. El élder Henry B. Eyring,ex comisionado del SistemaEducativo de la Iglesia, dijo: “Los valores… son el resultadode la influencia del Espíritu, querecae sobre nosotros al vivir losprincipios del Evangelio… A medida que implantemosen nuestro trabajo los valores del Evangelio deJesucristo, obtendremos excelencia y veremos sucedercosas maravillosas” (discurso pronunciado ante losdirectores de área, marzo de 1983).

Las tres partes del cometido son vivir elEvangelio, enseñar eficazmente y administraradecuadamente.

VIVIR EL EVANGELIO

Todo Santo de los Últimos Días ha hechoconvenios con el Señor y parte de esos conveniostienen que ver con efectuar la obra de Dios, a Sumanera y con Su poder para que de esa forma losmiembros de la Iglesia se conviertan en los salvadoresde los hombres (véase D. y C. 101:39–40; 103:9–10).El hacer la obra del Señor es el valor dominante que lleva al éxito al maestro al enseñar el Evangelio.El élder John A. Widtsoe dijo: “[En nuestra vida

premortal] el Señor [el Padre] propuso un plan…Nosotros lo aceptamos; y dado que el plan teníacomo objeto la salvación de todo el género humano,nos convertimos en partícipes de la salvación de todapersona bajo ese plan… Nos hicimos socios del

Señor, y por consiguiente, el llevar a cabo el plan seconvirtió no solamente en laobra del Padre, y la obra delSalvador, sino también ennuestra obra” (“The Worth ofSouls”, Utah Genealogical andHistorical Magazine, octubrede 1934, pág. 189). Tal como el Señor le dijo al profeta JoséSmith, los miembros de laIglesia no deben tener presente

“más objeto que el de glorificar a Dios; y que ningúnotro motivo [ha] de influir… sino el de edificar sureino” (José Smith—Historia 1:46).

La enseñanza es el núcleo del SEI, pero, comoespecifica la declaración de su objetivo, esto no selogra solamente por medio del precepto sino tambiénpor medio del ejemplo. El presidente Heber J. Grantdijo: “Les pido a todo hombre y mujer cuyaresponsabilidad y deber sea el de enseñar el Evangeliode Jesucristo que lo vivan y que guarden losmandamientos de Dios, para que de esa forma loenseñen por medio del ejemplo” (Gospel Standards,Salt Lake City: Deseret Book Company, 1969, pág. 72).

El élder Boyd K. Packer dijo: “El poder se recibecuando el maestro ha hecho todo lo que está a sualcance por preparar, no únicamente sus lecciones,sino su vida para que ésta esté siempre en sintoníacon el Espíritu. Si aprende a confiar en el Espíritu

6

EL COMETIDO DE LOS MAESTROS Y DE LOS LÍDERES DEL SEI

El deseo de prestar servicio

al Señor es el resultado

natural de la conversión y

es el propósito central de

una eficaz educación

religiosa.

“Nos hicimossocios del Señor, y por consiguiente,el llevar a cabo elplan se convirtióno solamente en la obra del Padre,y la obra delSalvador, sinotambién en nuestraobra.” —John A. Widtsoe

“El poder se recibecuando el maestroha hecho todo lo que está a sualcance porpreparar, noúnicamente suslecciones, sino su vida para queésta esté siempreen sintonía con el Espíritu”.—Boyd K. Packer

PREPARAR A LOS JÓVENES PARA QUE PRESTENSERVICIO EFICAZ EN LA IGLESIA

Mientras se enseña el Evangelio a los alumnos, sepresentan muchas oportunidades para demostrarlescómo los hombres y las mujeres que aman al Señordan el ejemplo de una disposición de servicio a losdemás, así como para hablarles sobre las bendicionesque se reciben al hacerlo. Además, especialmente en

los institutos de religión, se pueden planearactividades que tengan como fin prestar serviciotanto a la Iglesia como a quienes lo necesiten. En las clases de seminario e instituto, se debe instar a los alumnos, y darles la oportunidad, deponer en práctica los principios de servicio y dehermanamiento tanto fuera de la clase como dentrode ella.

para recibir inspiración, podrá estar delante de suclase… seguro de poder enseñar bajo esa inspiración”(véase Enseñad diligentemente, Salt Lake City:Deseret Book Company, 1985, pág. 314). Vivir elEvangelio es parte del cometido del maestro o líderdel SEI ya que ello influye en todo lo que él o ellahace.

Otros valores son también parte del cometido devivir el Evangelio.

Todo Santo de los Últimos Días ha hechoconvenio de que aprenderá y comprenderá la palabrade Dios. De esa forma, las personas sabrán cuál es Suvoluntad con respecto a ellas. El presidente Ezra TaftBenson dijo:

“Antes de poder fortalecer a sus alumnos, esimperioso que ustedes estudien las doctrinas delreino y aprendan el Evangelio tanto por medio delestudio como por la fe…

“La secuencia natural que sesigue para poseer el poder deDios en la enseñanza queimparten es primeramentebuscar obtener la palabra; luego,se obtiene la comprensión y serecibe el Espíritu, y finalmente el poder de convencer” (TheGospel Teacher and HisMessage, discurso pronunciadoante los maestros de religión,17 de septiembre de 1976,págs. 4–5).

Todo Santo de los ÚltimosDías ha hecho convenio de quese esforzará por vivir en armoníacon la voluntad del Señor. Estoabarca mucho más que laobediencia exterior; significa que la persona tiene eldeseo sincero de conocer y agradar a nuestro PadreCelestial. Significa tener integridad en todos sushechos y relaciones (véase Job 27:1–6; Alma 53:20).Parte del esfuerzo por lograr todo eso es el deseoconstante de seguir adelante hacia la perfección.Moroni nos dio la clave para lograr esa perfeccióncuando dijo: “…venid a Cristo, y perfeccionaos en él,y absteneos de toda impiedad, y si… amáis a Dioscon toda vuestra alma, mente y fuerza, entonces sugracia os es suficiente, para que por su gracia seáisperfectos en Cristo” (Moroni 10:32).

Esos valores: el hacer la obra del Señor,comprender Su palabra, vivir en armonía con Suvoluntad y esforzarnos por lograr la perfección sonparte del cometido de los maestros y de los líderes del SEI de vivir el Evangelio.

ENSEÑAR EFICAZMENTE

Este manual analiza en detalle cómo lograr unaenseñanza eficaz; por lo tanto, en este momento notocaremos ese punto.

ADMINISTRAR ADECUADAMENTE

La enseñanza es el propósito principal del SistemaEducativo de la Iglesia; sin embargo, con el fin delograr el objetivo del SEI, es necesario cumplir conotras responsabilidades: El planificar presupuestos,llenar informes, y conseguir y mantener los locales.

Uno de los principios del Evangelio, o valores,importantes para el SEI es elde liderazgo mediante elservicio. El maestro es el líderde los jóvenes. A muchosmaestros se les ha pedidotambién que dirijan ocapaciten a otros maestros.Con las siguientes palabras,Jesús enseñó que el líder prestaservicio a los que dirige:

“…el que quiera hacersegrande entre vosotros serávuestro servidor,

“y el que quiera ser elprimero entre vosotros serávuestro siervo” (Mateo20:26–27).

El rey Benjamín enseñóque cuando prestamos servicio a nuestros semejantes,estamos sirviendo a Dios (véase Mosíah 2:17).

A continuación se explican algunos de losprincipios administrativos que forman parte de ser un maestro y líder del SEI:

1. Establecer y mantener una buena relación con los líderes del sacerdocio. Parte del modelo que elSeñor ha establecido en la Iglesia es que todos losprogramas y funciones se cumplan bajo la direccióndel sacerdocio; todo ello se cumple de esa forma en elSistema Educativo de la Iglesia. La Mesa Directiva deEducación de la Iglesia, la cual está compuesta por

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L A E D U C A C I Ó N R E L I G I O S A E N E L S I S T E M A E D U C A T I V O D E L A I G L E S I A

Todo Santo de losÚltimos Días hahecho convenioscon el Señor yparte de esosconvenios tienenque ver conefectuar la obra deDios, a Su maneray con Su poder.

Todo Santo de los Últimos Días ha hecho conveniode que aprenderá y comprenderá la palabra de Dios.

Todo Santo de los Últimos Días ha hecho conveniode que se esforzarápor vivir enarmonía con la voluntad delSeñor.

“…venid a Cristo,y perfeccionaos en él, y absteneosde toda impiedad”(Moroni 10:32).

El trabajarapropiadamente en sociedad con los líderes delsacerdocio es unade las funcionesprincipales quetienen los maestrosy los líderes delSEI.

Esos valores: el hacer

la obra del Señor,

comprender Su palabra,

vivir en armonía con Su

voluntad y esforzarnos por

lograr la perfección, son

parte del cometido de los

maestros y de los líderes

del SEI de vivir el

Evangelio.

miembros de las Autoridades Generales y otrosoficiales generales de la Iglesia, que incluyen a laspresidentas generales de las organizaciones de laSociedad de Socorro y de las Mujeres Jóvenes, es laque dirige al SEI.

Sin embargo, existen algunas diferencias entre elSEI y otras organizaciones de la Iglesia. La PrimeraPresidencia y el Quórum de los Doce Apóstoles handeterminado que la educación religiosa que se lleva a cabo durante los días de clases seculares se debeadministrar bajo la dirección de maestros de religiónprofesionales que trabajen una jornada completa. En los lugares en los cuales existen los programas de seminario integrado al plan regular de enseñanzasecundaria, muchos de los maestros son empleadosde jornada completa del SEI. En los lugares donde se llama a los maestros como voluntarios, loscoordinadores de jornada completa del SEI y los directores de área son quienes los supervisan. La Iglesia emplea a estos profesionales con el fin de proporcionar educación religiosa durante los días de clases seculares.

Los maestros y los líderes del SEI no tienenautoridad eclesiástica; y no pueden, en virtud de suscargos en el SEI, asumir las funciones del sacerdocio,tales como la de determinar la dignidad de unapersona o administrar medidas disciplinarias de laIglesia. Ese delicado equilibrio entre una organizaciónde apoyo educativo y la línea eclesiástica delsacerdocio es una asociación muy importante. Eltrabajar apropiadamente en sociedad con los líderesdel sacerdocio es una de las funciones principales quetienen los maestros y los líderes del SEI. La PrimeraPresidencia ha definido muy claramente lasresponsabilidades y deberes de ambas líneas.

Los maestros y los líderes locales del SEI, bajo la dirección de la Mesa Directiva de Educaciónde la Iglesia y el Administrador del SEI, tienen laresponsabilidad de:

• Trabajar estrechamente con los líderes delsacerdocio locales para asegurarse de que losprogramas de educación religiosa funcionenadecuadamente en el área y que los jóvenes y los jóvenes mayores se inscriban en las clases de seminario e instituto, y que éstas se enseñendebidamente.

• Informar a los líderes del sacerdociocorrespondientes acerca de cuántos alumnos se inscriben y cuántos terminan el curso.

• Hacer un presupuesto y pagar los gastosocasionados por los programas de seminario e instituto, incluso los locales del SEI, losmateriales de los cursos de estudio y el equiponecesario.

• Nombrar maestros voluntarios del SEI, luegoque los líderes del sacerdocio locales hayancertificado que son dignos y que están disponiblespara enseñar en el SEI, y encargarse también derelevarlos.

• Proporcionar capacitación para otros maestrosy líderes en funciones del SEI.

• Dejar constancia de los alumnos que hanllenado los requisitos correspondientes para su graduación, y planear y llevar a cabo lasceremonias de graduación bajo la dirección de los líderes del sacerdocio locales.

Los líderes locales del sacerdocio tienen laresponsabilidad de:

• Localizar a todos los jóvenes y jóvenes mayoresque reúnan los requisitos indispensables parainscribirse en los programas de religión deinstituto y seminario.

• Hacer todo lo posible por que todos los jóvenesy jóvenes mayores se inscriban en los programasdel SEI.

• Certificar la dignidad de las personas a lascuales se les pida que sean maestros y líderes del SEI.

• Certificar la dignidad de los alumnos que vayana graduarse de seminario o de instituto.

• Presidir las ceremonias de graduación.

• Apoyar la educación religiosa e instar a losdemás líderes del sacerdocio y de lasorganizaciones auxiliares a hacer lo mismo.

2. Cumplir con las normas y los procedimientosestablecidos. El Sistema Educativo de la Iglesia, bajola dirección de la Mesa Directiva de Educación de la

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L A E N S E Ñ A N Z A D E L E V A N G E L I O : M A N U A L P A R A L O S M A E S T R O S Y L O S L Í D E R E S D E L S E I

Parte del cometidode administraradecuadamente es saber, aceptar y cumplir lasnormas y losprocedimientos que el SEI haestablecido con elfin de acatar lasleyes de los paísesen los cualesfunciona.

Iglesia, ha establecido pautas con el fin de ayudar alos maestros y los líderes a cumplir con el objetivo del SEI. Como sistema educativo y como empleador,el SEI ha establecido normas y procedimientos con el fin de acatar las leyes de los países en los cualesfunciona. Parte del cometidode administrar adecuadamentees conocer, aceptar y cumplircon esas normas yprocedimientos.

3. Calificar el rendimiento delalumno. A los maestros se lesha pedido que proporcionen calificaciones con el finde mostrar el rendimiento de los alumnos. Esascalificaciones se registran y se guardan en un registropermanente del alumno. Se pueden utilizar tantonúmeros como letras, siguiendo la costumbre dellugar. Es contra las normas del SEI reprobar a unalumno en las clases de seminario. A los alumnos que no llenen los requisitos de rendimientocorrespondientes se les debe calificar con una “I” o“Incompleto”. El alumno que reciba un “incompleto”puede completar el curso, efectuando así un cambioen la calificación, en cualquier momento antes de lagraduación, y no precisamente durante el año en elcual tomó el curso. A los alumnos se les debe ayudara satisfacer los requisitos para que de esa manerapuedan completar el curso con éxito. (Advertencia:La norma del SEI indica que los alumnos, para poderrecibir una nota aprobatoria, deben asistir al 80 porciento de las clases o, en el caso del programa deseminario integrado al plan regular de enseñanzasecundaria, el mismo porcentaje requerido en laescuela pública adyacente.) No deben utilizarse lascalificaciones para coaccionar o presionar a losalumnos a cumplir con los requisitos. La lectura delas Escrituras fuera de los salones de clase, llevada acabo como parte de un programa diario, se puedetomar en consideración para calificar al alumno, pero no se le debe negar una nota aprobatoria deseminario por no haber llenado ese requisito.

Los “créditos” (unidades docentes) obtenidos enla mayoría de las clases de los institutos de religión se pueden transferir a las universidades y colegiosuniversitarios de la Iglesia, si las clases se toman paraconseguir una calificación. Los alumnos pueden

elegir tomar las clases deinstituto sin una calificaciónespecífica, sino sólo con lacalificación de “aprobar” o“reprobar” pero deben entenderclaramente que, si hacen eso,las clases no son transferibles.Esa decisión la deben tomar

al comienzo de la clase, ya que la calificación de“aprobar” o “reprobar” no se puede cambiar despuésque las clases hayan terminado.

4. Completar los informes con precisión y a tiempo.Se solicita a los maestros y líderes del SEI que llevenun registro de la inscripción y la asistencia de losalumnos. Ellos deben presentar esa información, al igual que toda otra información administrativa, a sus supervisores. La información concerniente a la inscripción de alumnos es de gran utilidad para los maestros al trabajar con ellos; además, el SEI la utiliza para planear las necesidades futuras demaestros y alumnos, para juzgar su rendimiento ypara presupuestar los fondos necesarios. Esosinformes deben llenarse con precisión y enviarse atiempo al líder del SEI correspondiente.

5. Cuidar adecuadamente la propiedad y los bienesde la Iglesia. A los maestros y líderes del SistemaEducativo de la Iglesia se les confían la propiedad ylos bienes de la Iglesia, tales como los edificios, eldinero de los presupuestos, el equipo, los suministrosy los materiales de estudio, todo lo cual se paga conlos sagrados diezmos de la Iglesia. Todo empleado y trabajador voluntario del SEI tiene la obligación de utilizar y cuidar adecuadamente esos bienesmateriales. Se debe enseñar a los alumnos también arespetar y cuidar la propiedad y los bienes materialesde la Iglesia.

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L A E D U C A C I Ó N R E L I G I O S A E N E L S I S T E M A E D U C A T I V O D E L A I G L E S I A

La informaciónconcerniente a lainscripción dealumnos es de granutilidad para losmaestros altrabajar con ellos;además, el SEI lautiliza paraplanear lasnecesidadesfuturas demaestros yalumnos, parajuzgar suactuación y parapresupuestar losfondos necesarios.

“…el que quiera hacerse

grande entre vosotros será

vuestro servidor” (Mateo 20:26).

El aprendizaje del Evangelio, o la educación religiosa, se puede definir como el

proceso por medio del cual la persona, con la influencia del Espíritu Santo, adquiere

conocimiento del Evangelio, escoge la forma de reaccionar ante ese conocimiento y lo

pone en práctica en su vida. Si la persona toma decisiones correctas acerca de cómo

reaccionar y de qué forma utilizar el conocimiento que tiene del Evangelio, será

bendecida y edificada.

La edificación se logra cuando la persona progresa espiritualmente y se llega a

parecer más a Cristo. Eso es lo que significa la educación religiosa, o sea, el aprendizaje

del Evangelio. En esta sección se analizarán dos puntos importantes:

• LA FUNCIÓN DEL ESPÍRITU SANTO EN EL APRENDIZAJE DEL EVANGELIO.

• LA FUNCIÓN DEL ALUMNO EN EL APRENDIZAJE DEL EVANGELIO.

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EL APRENDIZAJE DEL EVANGELIO

El Espíritu Santo es miembro de la Trinidad y actúabajo la dirección del Padre y del Hijo para enseñar,testificar, revelar, guiar, iluminar, consolar y santificar el corazón de los hijos de los hombres.Ningún hombre ni ninguna mujer, por más recto y fielque sea, puede realizar esas funciones del Espíritu. Aveces, los maestros dicen cosas como ésta: “Debo dar amis alumnos una experiencia espiritual” o “¿Cómopuedo hacer que mis alumnos sean más espirituales?”El maestro puede hacer muchas cosas quedeterminarán si el Espíritu estará presente o no durantelas clases, pero en ninguna formapuede cumplir Su función. Es elEspíritu Santo el que “lleva [elmensaje] al corazón de los hijos delos hombres” (2 Nefi 33:1).

Es importantísimo que elmaestro sienta la influencia delEspíritu durante la preparación ypresentación de la lección. ElSeñor incluso dijo: “…si norecibís el Espíritu, no enseñaréis”(D. y C. 42:14; cursiva agregada).Si bien los varios métodospedagógicos son importantes aligual que la habilidad para enseñar, si no estápresente el Espíritu, el maestro, aun cuando seaexperto en todo eso, no podrá impartir una lecciónque sea edificante.

ENSEÑAR POR MEDIO DEL ESPÍRITU

Como sabemos, el Señor dijo que si una personano recibe el Espíritu, no enseñará (véase D. y C.42:13–14), pero, ¿qué significa enseñar por medio del Espíritu? ¿Se dará cuenta siempre el maestro de si está enseñando bajo la influencia del Espíritu? ¿Se darán cuenta los alumnos? ¿Qué experimentaránlos alumnos si el Espíritu se encuentra presente?¿Qué constituye para una persona una verdaderaexperiencia espiritual? Las preguntas acerca delenseñar por medio del Espíritu pueden ser difíciles de responder.

Para llevar a cabo este análisis, el enseñar pormedio del Espíritu se define como lo que tiene lugarcuando el Espíritu Santo inspira y ejerce Suinfluencia sobre el maestro, sobre el alumno o sobre

ambos. Ello puede suceder durante la preparación yla presentación de la lección, como así tambiéncuando los maestros y los alumnos conversen eintercambien ideas fuera del salón de clases, e inclusoaun cuando los maestros sólo estén pensando en lamejor manera de ayudar a sus alumnos. En algunoscasos, el Espíritu ejerce Su influencia sobre la menteo el corazón del alumno mucho después determinada la clase.

LA FUNCIÓN DEL ESPÍRITU SANTO

A continuación seexplican algunas de lasfunciones que desempeña elEspíritu Santo y que serelacionan directamente conla enseñanza y el aprendizajedel Evangelio:

• Él les muestra a laspersonas lo que deben hacer(véase 2 Nefi 32:5; D. y C.28:15; 39:6).

• Él concede el “fruto delEspíritu”, lo cual incluye el

gozo, el amor, la paz, la paciencia y la benignidad(véase Gálatas 5:22–23; Romanos 15:13; D. y C.6:23; 11:12–13).

• Él da los “dones” del Espíritu (véase Moroni10:8–17; D. y C. 46:11–26).

• Él permite a una persona declarar conautoridad y valentía (véase 1 Nefi 10:22; Alma 18:35;Moroni 8:16).

• Él testifica de la veracidad de Dios y de otrasverdades y principios del Evangelio (véase Juan15:26; D. y C. 21:9; 100:8).

• Él nos ayuda a discernir los pensamientos eintenciones de otras personas (véase Alma 12:3;18:16, 20, 32, 35; D. y C. 63:41).

• Él nos guía a la verdad, el conocimiento, eldiscernimiento, la comprensión e iluminará nuestraalma (véase Juan 16:13; 1 Corintios 2:9–11, 14;D. y C. 6:14; 11:13–14; 76:5–10, 116).

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L A E N S E Ñ A N Z A D E L E V A N G E L I O : M A N U A L P A R A L O S M A E S T R O S Y L O S L Í D E R E S D E L S E I

Lo más importante que el

maestro puede hacer para

tener al Espíritu consigo es

vivir el Evangelio y luego

buscar la influencia del

Espíritu Santo por medio

de la oración de fe (véase

D. y C. 42:14).

LA FUNCIÓN DEL ESPÍRITU SANTO EN EL APRENDIZAJE DEL EVANGELIO

Ningún hombre ni ninguna mujer,por más recto y fiel que sea, puedecumplir con lasfunciones delEspíritu.

• Él hace que recordemos ideas, conceptos yprincipios (véase Juan 14:26).

• Él puede inspirar a las personas para que, “en lamisma hora” sepan lo que deben decir (véase Lucas12:11–12; D. y C. 84:85; 100:5–6).

• Él brinda la santificación y la remisión de lospecados (véase Alma 13:12; 2 Nefi 31:17; 3 Nefi27:20; D. y C. 19:31).

• Él enternece el corazón de las personas y les hacesaber la verdad (véase 1 Nefi 2:16; 2 Nefi 33:1; Alma24:8).

• Él puede aumentar la capacidad y la destreza de laspersonas para que lleven a cabo una tarea (véaseÉxodo 31:3–5; 1 Nefi 18:1–4; D. y C. 46:18).

• Él a veces constriñe (apremiar a seguir adelante) o restringe (impedir hacer algo) (véase 1 Nefi 7:15;2 Nefi 28:1; 32:7; Alma 14:11; Mormón 3:16).

• Él edifica (eleva o hace crecer espiritualmente)tanto al maestro como al alumno (véase 1 Corintios14:12; D. y C. 50:22–23; 84:106).

• Él da consuelo, tal como lo implica uno de losnombres por los cuales se le conoce (véase Juan14:26; D. y C. 88:3).

En ocasiones, los alumnos van a las aulaspensando que la responsabilidad de su aprendizajerecae solamente en el maestro. Ellos desean sentarsepasivamente y aprender sin poner absolutamentenada de su parte, y eso es imposible. La participaciónes uno de los principios de laedificación (véase “Cómo seenseña”, pág. 2).

Una persona no puedeaprender un principio delEvangelio por otra. LasEscrituras nos dicen que todapersona debe “ocupa[rse] en[su] salvación con temor ytemblor” (Filipenses 2:12). A lospadres no les es posible vivir elEvangelio por sus hijos. Todapersona, en forma individual,tiene la responsabilidad de aprender y vivir elEvangelio, y será finalmente juzgada por la forma enque haya cumplido con esa responsabilidad.

Los maestros pueden ayudar a los alumnos paraque acepten el hecho de que sobre ellos recae laresponsabilidad del aprendizaje. Una forma de hacerloes concentrarse en la persona que aprende y nosolamente en la enseñanza. Ejemplos de la diferenciaque existe entre concentrarse en la persona queaprende, o sea, el alumno, y concentrarse en laenseñanza, o en el maestro, podrían ser los de unmaestro que dice: “¿Qué haré hoy en clase?” y otro

que dice: “¿Qué harán mis alumnos hoy en clase?” o“¿Qué enseñaré hoy?” y “¿Cómo podré hacer que misalumnos se den cuenta de lo que tienen que saber?”

Existen condiciones, que si están presentes en elalumno, aumentarán en gran forma el aprendizaje del

Evangelio. Esas condicionesson el estado de preparaciónpara el aprendizaje (el estardispuesto a aprender), laparticipación en el aprendizajey la aplicación del aprendizaje(el aplicar lo que se hayaaprendido). Todo eso formaparte de la responsabilidad del alumno; sin embargo, el maestro puede estimularel estado de preparación,mantener la participación y

asistir a los alumnos para que apliquen a su vidacotidiana los varios principios.

EL ESTADO DE PREPARACIÓN DEL ALUMNO

Los alumnos aprenden con mayor facilidadcuando existe en ellos un estado de preparación (o ladisposición) para hacerlo. El estado de preparación esuna condición del corazón al igual que de la mente.La diferencia principal que existía entre Nefi y sushermanos mayores era lo enternecido del corazón de uno y la dureza del corazón de los otros (véase1 Nefi 2:16, 19; 17:19), lo cual era el resultado de lainfluencia del Espíritu Santo. Los alumnos están

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E L A P R E N D I Z A J E D E L E V A N G E L I O

Toda persona, en forma

individual, tiene la

responsabilidad de aprender

y vivir el Evangelio, y será

finalmente juzgada por la

forma en que haya cumplido

con esa responsabilidad.

LA FUNCIÓN DEL ALUMNO EN EL APRENDIZAJE DEL EVANGELIO

Enseñar por mediodel Espíritu sedefine como lo quetiene lugar cuandoel Espíritu Santoinspira y ejerce Su influencia sobreel maestro, sobre el alumno o sobreambos.

La participación es uno de losprincipios de la edificación.

El estado depreparación es unacondición delcorazón al igualque de la mente.

listos para aprender cuando su mente está alerta, suatención está concentrada en la materia y lasactividades relacionadas con la lección y estándispuestos a participar en ella.

El maestro puede estimular el estado depreparación de los alumnos, pero esa tarea implicamucho más que simplemente emplear los mejoresmétodos pedagógicos. Es casiseguro que los alumnos quesaben que su maestro les ama,respeta y confía en ellos vayan a la clase con más deseos deaprender. Cuando los alumnossaben que su maestroconstantemente prepara ypresenta lecciones interesantes,amenas y apropiadas, tambiénestarán más dispuestos aaprender. No obstante, lo másimportante que el maestro deberecordar es que el Espíritu Santoes quien crea el verdadero estadode preparación para elaprendizaje del Evangelio.Aunque sepa todas las técnicas ytodos los métodos pedagógicos,si el maestro no busca la formade crear un ambiente espiritualapropiado y el debido estado depreparación para aprender, noalcanzará la meta de proveer unaeducación religiosa para susalumnos.

Un error común que losmaestros cometen en lo que se refiere al estado depreparación de los alumnos para aprender es pensarque éste sólo tiene importancia al principio de laclase. El período de tiempo durante el cual losalumnos están dispuestos a prestar atención eslimitado y la disposición para aprender sube y bajadurante cada período de clase. El maestro sabio buscala forma de renovar el interés y el entusiasmo variasveces durante la clase. Esa práctica es primordialespecialmente si los períodos de clase duran más decuarenta o cincuenta minutos.

LA PARTICIPACIÓN DEL ALUMNO

La verdadera participación del alumno tiene lugarcuando éste participa con disposición y en forma

activa en la clase. Esa participación puede ser física,emocional, intelectual y espiritual. En esta últimadimensión, la dimensión espiritual, se debe hacerhincapié con gran energía. Por definición, losmaestros de educación religiosa necesitan al EspírituSanto; si no, la edificación no tendrá lugar. Si esoocurriera, los maestros posiblemente hagan participar

a los alumnos en lasactividades de aprendizaje queno invitan al Espíritu ni hacenque éste dé testimonio a suscorazones de la veracidad delos principios que se esténenseñando. En esos casos, la participación se conviertesimplemente en otra “técnica”y no en un medio paraalcanzar la edificación.

El aprendizaje es másprobable entre aquellosalumnos que participanhablando con el maestro yentre ellos sobre el Evangelio:analizando un tema,expresando sus opiniones,contestando preguntas, etc.Dado que una de las funcionesprimordiales del SEI es enseñarlas Escrituras, los alumnosdeben ser participantes activosen el estudio de las Escrituras,tanto dentro del aula comofuera de ella. Los alumnospueden participar también al

utilizar las Escrituras de varias maneras: al leerlas,meditar en ellas, buscar y encontrar pasajes y escribirsobre algún tema que se relacione con ellas.

LA APLICACIÓN DEL ALUMNO

Si se aprende un principio del Evangelio pero nose aplica ni se pone en práctica, el aprendizaje estáincompleto y el Espíritu puede dejar de luchar con elalumno (véase D. y C. 1:33). La aplicación tiene lugarcuando la persona acepta en su corazón y en sumente lo que se le haya enseñado y después actúa yvive de acuerdo con esos principios.

Hay una relación entre el estado de preparación, la participación y la aplicación. Si los alumnos estánpreparados para aprender, o si están dispuestos a

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L A E N S E Ñ A N Z A D E L E V A N G E L I O : M A N U A L P A R A L O S M A E S T R O S Y L O S L Í D E R E S D E L S E I

Un escritor miembro de

la Iglesia advirtió que

“recae sobre el alumno

la responsabilidad del

aprendizaje. Por lo tanto,

es a él a quien se debe

poner en acción. Si el

maestro es la estrella del

espectáculo, si sólo habla

él y se encarga de todo,

es por seguro que está

interfiriendo con el

aprendizaje de los

miembros de la clase”.(Asahel D. Woodruff, Teaching the Gospel, 2da.edición, Salt Lake City: Deseret Sunday SchoolUnion Board, 1961, pág. 37.)

La verdaderaparticipación del alumno tienelugar cuando ésteparticipa condisposición y enforma activa en la clase. Esaparticipación puede ser física,emocional,intelectual yespiritual.

hacerlo, será mucho más fácil hacerlos participar en elaprendizaje. Y si se emplea un método de enseñanzaque hace que los alumnos participen activa yproductivamente en el aprendizaje, naturalmenteestarán más dispuestos a aprender y a aplicar lo quehan aprendido. El élder Joseph B. Wirthlin dijo:“Cuánto más los miembros dela clase lean las asignacionesde lectura de las Escrituras,lleven sus libros canónicos a la clase y analicen lo que elEvangelio verdaderamentesignifica en sus vidas, tantomás inspiración, progreso ygozo recibirán a medida quetraten de resolver susproblemas y preocupacionespersonales” (“Teaching by theSpirit: A Conversation withElder Joseph B. Wirthlin andElder Gene R. Cook”, Ensign,enero de 1989, pág. 15).

A continuación se danalgunos principios quedemuestran la forma en que el maestro puede estimular en los alumnos el estado de preparación, o sea, ladisposición para aprender,mantener la participacióndurante el aprendizaje yayudarles a aplicar lo quehayan aprendido:

• Es más probable que los alumnos sientan lainfluencia del Espíritudurante el aprendizaje del Evangelio si siguen los principios de la edificación (véase “Cómo seenseña”, pág. 2). Si está presente el Espíritu, losalumnos sienten más disposición para aprender y hace que se den cuenta de la forma de aplicar lo que han aprendido.

• Los alumnos estarán más dispuestos aaprender, a participar y a aplicar lo que hanaprendido si se les invita a expresar sus opinionescon respecto a la clase (ya sea por escrito odirectamente) y a hacer sugerencias orientadas a mejorar su aprendizaje.

• Si los alumnos están aburridos, no están listospara aprender. Por lo general, se aburren cuandono participan activamente en el proceso deaprendizaje o cuando las actividades se llevan acabo casi siempre de la misma forma. El cambiarlos métodos didácticos y la forma de abordar o

enfocar los temas estimularáel estado de preparación delalumno y mantendrá laparticipación de éste a lo largode la lección.

• Los métodos didácticos ylas actividades de aprendizajeque requieran que losalumnos utilicen más de unsentido (la vista, el oído, eltacto, el gusto y el olfato)servirán para que haya mayorparticipación de ellos.

• Una forma importante paralograr la participación de laclase sería llamar a alumnoscomo líderes para ayudar en laorganización de experienciasde aprendizaje, para dirigir losasuntos de la clase, planearactividades o mantener unambiente propicio para elaprendizaje.

• Los alumnos estarán máslistos para aprender, tendránmás deseos de participar yestarán más dispuestos aaplicar los principios delEvangelio si ven que lo que

estudian y aprenden se relaciona con sus vidas; ysi sienten la influencia del Espíritu Santo que losmotiva, los ilumina, les revela y les testifica.

• Si el maestro les expone a los alumnos unproblema, les hace una pregunta, o les da unatarea que sea interesante y estimulante, hay másprobabilidad de que estén listos para aprender ycontinúen participando en el proceso deaprendizaje.

• Una forma de hacer que los alumnos participenespiritualmente en la lección y de animarlos a

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E L A P R E N D I Z A J E D E L E V A N G E L I O

El élder Boyd K. Packer

escribió: “Había un maestro

que tenía una prueba a la

que titulaba ‘¿Qué tiene que

ver?’, de la que se valía en la

preparación de cada una de

sus lecciones. Se imaginaba

a uno de sus alumnos

conjeturando: ‘Y ¿qué tiene

que ver?’ Entonces procuraba

una explicación lógica en

cuanto a por qué la

enseñanza o la lección era

pertinente para la realidad

del alumno. El seguir este

método le ayudó tanto en su

preparación como en sus

presentaciones”.(Enseñad diligentemente, pág. 128.)

La aplicación tienelugar cuando la persona aceptaen su corazón y ensu mente lo que sele haya enseñado ydespués actúa yvive de acuerdocon esos principios.

aplicar y a profundizar su comprensión de lo queestán aprendiendo es darles tiempo durante lalección para que piensen y mediten sobre lo quehan aprendido. Los maestros deben instar a losalumnos a pedir la ayuda del Señor en momentoscomo ésos.

• Si los maestros dan ejemplos positivos, losalumnos comprenderán más fácilmente cómo losprincipios del Evangelio se pueden aplicar a susvidas.

• Los alumnos comprenden mejor la forma enque los principios del Evangelio se aplican anuestra vida cuando escuchan al maestro o aotros alumnos dar testimonio del valor de esosprincipios.

• Los alumnos por lo general disfrutarán más delaprendizaje si las actividades que se llevan a cabo

tienen relación con lo que a ellos les interesa yson apropiadas para su capacidad personal.

• Los alumnos sentirán mucho más al Espíritu yaprenderán mejor el Evangelio si sienten que elmaestro irradia el amor puro de Cristo hacia ellos.

• Los alumnos sentirán mucho más el Espíritu yaprenderán mejor el Evangelio si se les enseñaque ellos son de infinito valor para nuestro PadreCelestial y para el Salvador.

Nota: Muchos maestros podrán tener en sus clasesalumnos con discapacidades físicas o mentales.Recuerden que ellos también son hijos de nuestroPadre Celestial y que necesitan aprender el Evangelio.Los maestros deben actuar con delicadeza con esosalumnos y hacer que formen parte de la educaciónreligiosa de acuerdo con sus necesidades ycapacidades.

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L A E N S E Ñ A N Z A D E L E V A N G E L I O : M A N U A L P A R A L O S M A E S T R O S Y L O S L Í D E R E S D E L S E I

En la educación religiosa, la función del maestro es muy importante; sin embargo, ésteno puede cumplir con las funciones del Espíritu Santo ni puede quitarles a los alumnos laresponsabilidad del aprendizaje. Lo que sí puede hacer, en cambio, es ejercer una graninfluencia en la relación que éstos puedan tener con el Espíritu Santo y entre sí. El maestrodebe preparar las lecciones y enseñarlas con una oración de fe (véase D. y C. 42:14); tambiéndebe practicar los principios de la edificación y procurar tener buenas relaciones con losalumnos, en las que se sientan queridos y que se confía en ellos, a fin de que deseen aprenderel Evangelio. El maestro debe enseñar, explicar, aclarar, ilustrar y exhortar a fin de que losalumnos entiendan con más claridad los principios del Evangelio. De todas maneras, lo másimportante es que el maestro testifique de su amor por nuestro Padre Celestial, por su Hijo ypor sus alumnos. El maestro debe también testificar del valor que los principios del Evangeliotienen en su diario vivir y, por medio del ejemplo personal, hacer que los alumnos se dencuenta de la forma en que el Evangelio puede ser una bendición en sus vidas.

Las personas que han recibido bendiciones a causa de la enseñanza que recibieron deun gran maestro comprenden cuán importante puede ser la función del maestro en elaprendizaje del Evangelio. La enseñanza no es solamente el núcleo del Sistema Educativo dela Iglesia sino también el núcleo de la misión de la Iglesia. El presidente Spencer W. Kimballenseñó: “Es necesario que el Espíritu nos conmueva el corazón e influya en nosotros, y unade las formas más factibles de que eso suceda es por medio de una buena enseñanza”(Teachings of Spencer W. Kimball, Salt Lake City: Bookcraft, 1982, pág. 524).

El presidente Ezra Taft Benson también advirtió: “La enseñanza de la palabra es entoncesla solución para la redención de las almas, y eso es lo que queremos lograr en la actualidad”(Teachings of Ezra Taft Benson, Salt Lake City: Bookcraft, 1988, pág. 312).

A continuación se enumeran algunos aspectos importantes de la función del maestro:

• PREPARARSE.

• DECIDIR QUÉ ENSEÑAR Y CÓMO ENSEÑARLO.

• ESTABLECER Y MANTENER UN AMBIENTE APROPIADO PARA LA ENSEÑANZA.

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LA ENSEÑANZA DEL EVANGELIO: LA FUNCIÓNDEL MAESTRO

La parte más importante y fundamental de lapreparación de un maestro del Evangelio es lapreparación espiritual con el fin de establecer unbuen ejemplo. Cuatro consideraciones importantespara tener en cuenta en ese tipo de preparación son:vivir el Evangelio, orar, participar en la capacitaciónde maestros en funciones y tener fe.

VIVIR EL EVANGELIO

La primera parte delcometido que se les ha dado a los líderes y a los maestros del SEI es vivir el Evangelio.Dado que este punto ya ha sidoanalizado anteriormente en la sección sobre el cometido(véase “El cometido de losmaestros y los líderes del SEI”,pág. 6), no se tocará el tema en esta parte del manual sinosimplemente para hacerlesrecordar lo siguiente: Para el aprendizaje del Evangelio, es necesario contar con lainfluencia del Espíritu. Laspersonas que buscan Supresencia y que son dignasrecibirán el Espíritu. Para queuna persona sea digna, esnecesario que viva el Evangelio.

ORAR

Parte de la preparación esla oración (véase D. y C. 42:14;104:79, 82). Al empezar apreparar una lección, elmaestro debe orar solicitandola inspiración del Espíritu:debe orar también al comienzode cada clase y pedir el don del discernimiento paracomprender mejor a cada unode los alumnos, el don de la caridad para poder amara aquellos a quienes nos resulte difícil, ayuda paraentender mejor los principios del Evangelio y

sabiduría para decidir la mejor forma de enseñar esosprincipios.

PARTICIPAR EN LA CAPACITACIÓN DE MAESTROSEN FUNCIONES

El SEI proporciona para todos sus maestros ylíderes amplias oportunidades para la capacitación demaestros en funciones. El propósito principal de lacapacitación para maestros en funciones es mejorar

la enseñanza, como asítambién, ayudar a losmaestros a aprender mejorcómo ministrar y administrarcomo líderes servidores en el SEI. Las reuniones decapacitación se efectúan paraanalizar las Escrituras, paraaprender y poner en prácticainspiradores métodos deenseñanza, para distribuirmateriales, para ayudar a los maestros a llenar losinformes, para intercambiarideas sobre la mejor forma de mejorar la asistencia y laparticipación de los alumnos,para ayudar a éstos a llenarlos requisitos del curso, etc.

TENER FE

En el Evangelio, la fe esun principio de poder (véaseLectures on Faith 1:15–17).En la educación religiosa estambién un principio depoder, y como consecuencia,sin ella los maestros nopodrán tener éxito comotales. Los siguientes sonalgunos de los aspectos en loscuales es particularmenteimportante aplicar la fe:

• Fe en el Señor y en el Espíritu. La asignaciónde enseñar los principios del Evangelio a la

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El SEI está organizado para

proporcionar la ayuda y la

capacitación necesarias para

que los maestros y los líderes

tengan éxito. En la mayoría

de las áreas, hay reuniones

tanto para los maestros en

funciones como para los que

todavía no empiezan a

enseñar; además, hay cursos

de estudio disponibles para

los cursos de seminario e

instituto. Además de este

manual, existen también

otras fuentes de capacitación.

Las oportunidades de

participar en los cursos de

capacitación servirán para

que los maestros y los líderes

progresen hacia su meta de

poder edificar a sus alumnos.

PREPARARSE

La parte másimportante yfundamental de la preparación de un maestro del Evangelio es la preparaciónespiritual con el finde establecer unbuen ejemplo.

“Y como lapredicación de la palabra teníagran propensión aimpulsar a la gentea hacer lo que erajusto —sí, habíasurtido un efectomás potente en lamente del puebloque la espada ocualquier otra cosa que les habíaacontecido— portanto, Almaconsideró prudenteque pusieran aprueba la virtud dela palabra de Dios”(Alma 31:5).

juventud y a los jóvenes mayores con la ayuda del Espíritu puede parecer difícil y abrumadora;sin embargo, es la obra del Señor, y Él ayudará a quienes le busquen con fe para lograr sucometido con éxito. Mormón enseñó: “Y Cristoha dicho: Si tenéis fe en mí, tendréis poder parahacer cualquier cosa que me sea conveniente”(Moroni 7:33). También en Doctrina y Conveniosvemos que el Señor promete: “…atesoradconstantemente envuestras mentes laspalabras de vida, y os serádado en la hora precisa laporción que le será medidaa cada hombre” (D. y C.84:85).

• Fe en el poder de lapalabra. Satanás quisieraque los maestros creyeranque a los alumnos no les gusta estudiar lasEscrituras ni que nadiepuede enseñar lasEscrituras día tras día ytener éxito, mas el poderde la palabra del Señor essegura. Las Escriturasencierran “las palabras de vida” (D. y C. 84:85). El profeta Alma dijo que la palabra surte un efectomás potente en la mente “que la espada ocualquier otra cosa que les había acontecido”(Alma 31:5). La palabra de Dios “sana el almaherida” (Jacob 2:8) y “os dirán todas las cosas

que debéis hacer” (2 Nefi 32:3). Las Escrituraspueden dar a la juventud el poder para resistir los“ardientes dardos del adversario” (1 Nefi 15:24) yayudarles a estar “enteramente preparados paratoda buena obra” (2 Timoteo 3:17).

• Fe en los alumnos. El presidente J. ReubenClark, hijo, describió algunas de las característicasque poseen los alumnos de los seminarios einstitutos de religión, con las siguientes palabras:

“La juventud de la Iglesiadesea ardientemente las cosasdel Espíritu; los jóvenes estánansiosos por aprender elEvangelio en toda su magnitud,sin cortes…

“No tienen que escabullirsedetrás de esta espiritualmenteexperimentada juventud ysusurrarle religión al oído, sinoque pueden acercársele de frentey hablarle sin tapujos. No esnecesario que disfracen lasverdades religiosas con unmanto de cosas mundanas, sino que pueden enseñárselasabiertamente” (Charted Course,págs. 3, 9).

La mayoría de los alumnoshan hecho convenios con elSeñor y desean complacerle;muchos han nacido bajo el

convenio, lo cual trae consigo bendiciones ypromesas especiales que influyen en su disposición oestado de preparación para aprender el Evangelio.

Todo maestro debe tomar dos decisiones alpreparar una lección: “¿Qué enseñaré?” y “¿Cómolo enseñaré?” El “qué” enseñar es el contenido de la lección, lo cual puede tratarse de doctrinas,principios, conceptos, comprensión de pasajes de lasEscrituras, contexto histórico o temas similares. El“cómo” enseñar se refiere a los métodos, el enfoque ylas actividades de aprendizaje que el maestro utiliza

para que los alumnos aprendan la materia de lalección. Esos métodos didácticos pueden incluiractividades tales como el análisis, el uso de materialesaudiovisuales, ejercicios escritos y dividir la clase enpequeños grupos de trabajo. El “qué” y el “cómo” de la enseñanza se ilustran en el diagrama que siguea continuación:

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El presidente David O.

McKay dijo: “Maestros,

comiencen la preparación

de sus lecciones con una

oración. Enseñen sus

lecciones con corazón

devoto y oren para que el

Señor haga realzar su

mensaje en el alma de Sus

hijos por medio de la

influencia de Su Santo

Espíritu”.(Gospel Ideals, pág. 223.)

DECIDIR QUÉ ENSEÑAR Y CÓMO ENSEÑARLO

“Y Cristo ha dicho:Si tenéis fe en mí,tendréis poder parahacer cualquiercosa que me seaconveniente”(Moroni 7:33).

“No tienen queescabullirse detrás de estaespiritualmenteexperimentadajuventud ysusurrarle religiónal oído”. —J. Reuben Clark, hijo

Qué enseñar y cómo hacerlo son dos aspectos dela enseñanza que necesitan mantenerse equilibrados.Si se hace hincapié en uno de los aspectos y se deja el otro de lado, es posible que la enseñanza orientadaa la edificación del alumno pierda en gran parte suintensidad y su objetivo. Si es en el “qué” en dondese hace más hincapié, las lecciones pueden volverseaburridas o demasiadas centradas en el maestro. Por otro lado, si es el “cómo” el que entra endesequilibrio, las lecciones pueden volversedemasiado generales y porconsiguiente perder suobjetivo. Es necesario optarprimero por el qué enseñarantes de decidir cómohacerlo.

LA ENSEÑANZA DE LASESCRITURAS EN SECUENCIA

Antes de entrar endetalle en cuanto a qué vana enseñar y a cómo hacerlo,se debe tener en cuenta que el primer punto de la declaración del objetivodel SEI es “enseñar a losalumnos el Evangelio deJesucristo tal como seencuentra en los libroscanónicos y las palabras delos profetas” (véase la pág. 3de este mismo manual).Siguiendo esasinstrucciones, el SEI ha determinado que su principalcometido debe ser la enseñanza de las Escrituras.Todos los cursos de seminario y la mayoría de loscursos de los institutos de religión son cursosrelacionados con las Escrituras.

La administración del SEI ha determinado quecuando las clases se enseñan durante la semana,donde se cuenta con más tiempo disponible para la instrucción, las Escrituras deben enseñarse ensecuencia. Una de las formas mejores para enseñar el Evangelio de Jesucristo es enseñar las Escriturasen secuencia. La enseñanza de las Escrituras ensecuencia significa enseñar las Escrituras en el orden de sucesión en que aparecen en los libroscanónicos. Por ejemplo, cuando se enseña el Libro

de Mormón, el cursocomienza con 1 Nefi ycontinúa libro tras librohasta llegar a Moroni.

La enseñanza de lasEscrituras en secuenciasignifica por lo general que:

• La lección que se da en un período de clase seconcentra en un bloque de las Escrituras en lugar deen un concepto o principio.Ese bloque puede ser tanpequeño como un capítulo(o sección) o tan extensocomo un libro completo.

• Los libros y los capítulosse enseñan en la mismasecuencia que aparecen enlas Escrituras, con algunaspocas excepciones; porejemplo, cuando en

seminario se estudia el Antiguo Testamento, por faltade tiempo posiblemente se salten algunos de loslibros menos conocidos, tales como los de Abdías oHabacuc.

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El élder Bruce R. McConkie dijo:

“Si desean saber cuánto hincapié

deben poner en la enseñanza

de los principios del Evangelio,

lo único que deben hacer

es enseñar el contenido de

los libros canónicos y,

automáticamente, durante el

proceso, habrán comunicado lo

que para el Señor es importante

en lo que se refiere a la doctrina

y los principios”. (The Foolishness of Teaching, discurso pronunciado antelos maestros de religión, el 18 de septiembre de 1981,pág. 6.)

El estudio de lasEscrituras no essólo de granimportancia para el progresopersonal delmaestro, sino que está tambiénrelacionadodirectamente con la eficacia con que enseña el Evangelio.

QUÉ

PRINCIPIO DEL EVANGELIO

(Qué aprenderán y comprenderán los alumnos.)

CÓMO

MÉTODO O ACTIVIDAD DEAPRENDIZAJE

(Qué harán o sentirán los alumnos a medida que aprendan.)

• En un bloque de las Escrituras casi siempre existenvarios conceptos y principios que son importantesque los alumnos aprendan.

• El maestro trata de que los alumnos comprendan elmensaje que el Señor inspiró al escritor original paraque diera en ese bloque en particular.

La enseñanza de lasEscrituras en secuencia NOsignifica que:

• Se deba dedicar el mismotiempo al estudio de cada unode los capítulos y versículos y que se haga el mismohincapié en todos por igual.

• Todos los versículos de uncapítulo o sección se debanenseñar exactamente en elorden en que aparecen.

• El maestro deba leer unversículo, luego comentarlo,leer otro, comentarlo ycontinuar siempre de esamisma forma.

• Se deban abandonar otros métodos eficaces deenseñanza. Los relatos, las ilustraciones, los gruposde trabajo, los ejercicios por escrito, los materialesaudiovisuales y otroselevados métodos deenseñanza serán tanimportantes, o tal vez másimportantes, al enseñar lasEscrituras en secuencia.

DECIDIR “QUÉ”

Hay tres cosas fundamentales que los maestrosdeben hacer antes y después de decidir qué van aenseñar. éstas son:

1. Dominar el contenido. Antes de comenzar apreparar la lección, el maestro debe reunir sus librosde Escrituras, el curso de estudio del SEI y otrosmateriales aprobados que puedan ayudarle en laenseñanza del Evangelio. Por supuesto, las Escrituras

deben ser la principal fuente de información. Losmateriales de los cursos de estudio preparados por el SEI proporcionan también información sobre losantecedentes de las Escrituras, explicaciones sobrepalabras y frases difíciles, comentarios de lasAutoridades Generales referentes a la doctrina y a los

principios que se enseñan enlas Escrituras, y sugerenciasreferentes a los principios yacontecimientos de lasEscrituras que debenenseñarse y cómo hacerlo.

Los maestros puedenutilizar otros recursosapropiados para mejorar laenseñanza. Nos referimos amateriales didácticos talescomo diccionarios, la revistaLiahona, los libros escritospor las Autoridades Generales,objetos, láminas, el ChurchNews (donde esté disponible)y artículos de periódicosrelacionados con el tema. Sin embargo, esos materialesno deben utilizarse con objetode especular, de causarsensación, ni de enseñarconceptos que la Iglesia no ha establecido claramente.

El maestro, después quehaya reunido los materialesdidácticos necesarios, debedominar el contenido de la lección, lo cual lograrábuscando la influencia del Espíritu y luegosumergiéndose por completoen su contenido. Si se va a

enseñar un bloque de las Escrituras, el maestrodeberá leerlo y estudiarlo hasta familiarizarse porcompleto con él. El llegar a comprender la palabra deDios es uno de los valores fundamentales del SistemaEducativo de la Iglesia. El estudio de las Escriturasno es sólo de gran importancia para el progresoespiritual y personal del maestro, sino que estátambién directamente relacionado con la eficacia con que enseña el Evangelio.

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Advierta los verbos que las

Escrituras utilizan para

explicar la forma de estudiar

la palabra del Señor (cursiva

agregada):

• “…meditarás en él… [en el

libro de la ley]” (Josué 1:8).

• “…Deleitaos en las palabras

de Cristo” (2 Nefi 32:3).

• “…escudriñarlas

diligentemente” (Mosíah 1:7).

• “…asirse a la palabra de

Dios” (Helamán 3:29).

• “…meditad las cosas que os

he dicho” (3 Nefi 17:3).

• “…estudia mi palabra”

(D. y C. 11:22).

• “…atesorad constantemente

en vuestras mentes las

palabras de vida” (D. y C. 84:85).

El gran beneficio detres lecturas:1. Leer de corridopara comprender.2. Leer nuevamentepara encontrar losprincipios.3. Repasar paraencontrardiscernimientoadicional.

“Constantementedeberíamospreguntarnos: ‘¿Por qué inspiró el Señor a Mormón(o a Moroni o aAlma) para queincluyera esto en su registro? ¿Qué lección puedo aprender de esto que meayude a vivir enesta época?’ ”.—Ezra Taft Benson

El leer simplemente las Escrituras no essuficiente. El presidente Ezra Taft Benson dijo:“…¡no tratemos en forma ligera las grandes cosasque hemos recibido de la mano del Señor! Su palabraes uno de los dones más valiosos que nos ha dado. Os exhorto a volver a comprometeros a estudiar lasEscrituras. Sumergíos en ellas diariamente parapoder tener así el poder del Espíritu como ayuda envuestros llamamientos” (“El poder de la palabra”,Liahona, julio de 1986, pág. 74).El sumergirse en las Escriturassignifica estudiar, meditar y orarpidiendo inspiración sobre loque se lee. Significa leerlas másde una vez.

Muchos maestros hanencontrado de gran beneficioleer tres veces el bloque de lasEscrituras: Primero, ellos leenrápidamente el bloque de lasEscrituras para saber elcontenido de los capítulos y loque los escritores proféticosconsideraron más importante.El resumen que se encuentra al principio de los capítulos ysecciones de muchas versionesde las Escrituras resulta en estecaso de gran ayuda. Luego leenel bloque por segunda vez, esta vez más despacio ycuidadosamente buscando los principios o conceptosque los alumnos podrían tener dificultad paracomprender. Oran pidiendo comprender lo que leen y prestan atención a los principios, a las doctrinas, a los acontecimientos y al efecto que una cosa surtaen otra. Leen o repasan el bloque de las Escrituraspor tercera vez tratando de obtener comprensiónadicional, y buscando palabras o conceptos similareso relacionados que se hayan pasado por alto en laslecturas anteriores y que puedan ser de importanciapara los alumnos.

2. Decidir qué deben aprender los alumnos. En unbloque de las Escrituras normal y corriente se podránencontrar varios principios y conceptos delEvangelio. El maestro deberá considerar tres puntosantes de determinar cuáles serán de más importanciapara los alumnos:

• La intención que tuvo el escritor inspirado.El presidente Ezra Taft Benson dijo: “Si ellos [los escritores] vieron nuestros días, y eligieronaquellas cosas que serían de máximo valor paranosotros, ¿no es eso suficiente razón paraestudiar el Libro de Mormón? Constantementedeberíamos preguntarnos: ‘¿Por qué inspiró elSeñor a Mormón (o a Moroni o a Alma) para queincluyera esto en su registro? ¿Qué lección puedo

aprender de esto que me ayudea vivir en esta época?’ ” (“ElLibro de Mormón: La clave denuestra religión”, Liahona,enero de 1987, pág. 4.) Esteprincipio se aplica para todoslos libros canónicos.

• Las necesidades y lacapacidad de los alumnos.Al estudiar los maestros unbloque de las Escrituras,pueden encontrar conceptos oideas que en particular tienenpara ellos un gran significado oque encuentren personalmenteestimulantes, pero que puedenestar fuera del alcance de lacomprensión de los alumnos oéstos no estar todavía listospara asimilarlos (véase, por

ejemplo, el consejo de Pablo sobre la leche y lavianda que se encuentra en 1 Corintios 3:2). Sinembargo, algunos de los principios que no sonnuevos ni relevantes para los maestros pueden serde gran significado para los alumnos. A pesar deque por lo general los maestros aprenden másque sus alumnos, ellos deben recordar que estánenseñando algo a sus alumnos y no simplementerecitando una lección; que están creando unaexperiencia de aprendizaje y no simplementepreparando reseñas de las lecciones.

• El Espíritu. El Espíritu, claro está, es lo másimportante, ya que hará que los maestroscomprendan mejor tanto las necesidades de losalumnos como la intención del inspirado escritorde las Escrituras. El Señor dijo: “Y se os dará elEspíritu por la oración de fe…” (D. y C. 42:14).Como se dijo anteriormente, los maestros deben

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En la época de Alma, la

relación ideal entre maestro

y alumno se describió de

la siguiente forma: “…el

sacerdote no se consideraba

mejor que sus oyentes,

porque el predicador no

era de más estima que el

oyente, ni el maestro era

mejor que el discípulo;

y así todos eran iguales” (Alma 1:26).

Aun empleando losmejores métodosdidácticos, no seconseguirá unaeducación religiosasi el Espíritu noestá presente.

comenzar su estudio de las Escrituras y supreparación de la lección con una oración. Los maestros deben orar para pedir que elEspíritu les ayude a decidir qué enseñar.

3. Organizar la lección. Puede ser de gran ayuda parael proceso de aprendizaje que la presentación delmaestro guarde un orden lógico y progresivo. Existendos aspectos en este proceso de organización:Primero, el maestro tendrá casi siempre más materialpreparado para enseñar que el tiempo disponible parahacerlo, por lo que deberán decidir en qué hacerhincapié y qué resumir. Segundo, el maestro debedecidir en qué orden enseñar los principios yconceptos. ¿Hay conceptos o ideas que los alumnosdeben comprender (tales comotérminos o símbolos) antes depoder comprender un principio?¿Hay principios principales yotros que los apoyan? En unbloque de las Escrituras que seamás que nada histórico, ¿seránecesario proporcionarprimeramente los antecedentesde algunos de losacontecimientos?

Nota: No es muy común que elmaestro tenga un tiempoilimitado para preparar lalección. Uno de los errores máscomunes que los maestros cometen es pasar tantotiempo leyendo y estudiando, y tratando de decidirqué materia enseñar, que no les queda tiemposuficiente para decidir cómo enseñarlo. En lapreparación de toda lección, habrá un momento en que el maestro deberá decir: “Tengo materialsuficiente, ahora debo pensar en la forma deenseñarlo”.

DECIDIR “CÓMO”

A continuación se explican algunos conceptosfundamentales para decidir la forma de enseñar lalección.

1. La enseñanza eficaz edifica. Algunas veces losmaestros, por tratar de entretener a los alumnos omantener su atención, eligen métodos o utilizantécnicas de enseñanza que no están en armonía con los principios de la edificación (véanse las

páginas 2 y 3 para analizar esos principios). Alseleccionar los maestros la forma de enseñar elcontenido de la lección, deben constantementehacerse preguntas tales como: “¿Edificará estoespiritualmente a mis alumnos?” “¿Ofenderá olastimará los sentimientos de alguien?” “¿Esapropiado para un ambiente de enseñanza delEvangelio?” Los maestros deben recordar que es el Espíritu Santo quien edifica, y por tanto, debenbuscar el Espíritu durante toda la enseñanza.

2. Concentrarse en la disposición o estado depreparación, la participación y la aplicación delalumno. La responsabilidad que se les brinda a losmaestros con el fin de encauzar la enseñanza no

significa que éstos sean másimportantes que los alumnos,ni tampoco que, al dirigir elaprendizaje, el maestro debahacer todo. El concentrarse enlos aspectos del aprendizajeconcernientes al estado depreparación, la participación yla aplicación es sumamenteimportante para la preparaciónde la lección (véanse laspáginas 13–15 para analizaresos aspectos del aprendizajedel Evangelio).

3. Elegir métodos que enseñenel contenido en forma edificante. Una de las partesmás importantes y fundamentales del arte de laenseñanza es seleccionar los métodos y las técnicasque en forma apropiada (es decir, con el Espíritu)enseñen el contenido (el “qué”) que el maestro haconsiderado que es importante; por ejemplo, unjuego instructivo puede resultar una forma agradabley eficaz de enseñar información (tal como el orden en que se encuentran los libros de la Biblia);sin embargo, es casi seguro que resultarácontraproducente si nuestro objetivo es inspirar a los alumnos a comprometerse a cierto fin espiritual.El formar grupos pequeños de trabajo es un buenmétodo de enseñanza, pero dado que consumebastante tiempo, no es en realidad el mejor métodopara enseñar un principio sencillo.

Es importante que el maestro tome en cuenta supropia personalidad y su capacidad al elegir los

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L A E N S E Ñ A N Z A D E L E V A N G E L I O : L A F U N C I Ó N D E L M A E S T R O

El Señor enseñó a Sus

hijos “línea sobre línea,

precepto tras precepto”

(D. y C. 98:12). Por lo

tanto, no se espera que

una persona domine todos

esos principios y prácticas

a la vez.

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No es siempreposible contar conlas condicionesideales para laenseñanza, pero a pesar de ello, es importantesacar el mejorprovecho de lo que se tenga.

métodos didácticos. Un maestro puede utilizar unmétodo de enseñanza muy eficazmente, mientrasque otro puede encontrarlo difícil o simplemente nogustarle. El maestro debe estar dispuesto a tratarnuevas formas de presentar la materia, pero parte dela enseñanza que lleva a la edificación será la elecciónde métodos y técnicas con los cuales el maestro sesienta competente al emplearlos.

4. Utilizar una variedad de métodos didácticos yenfoques. La naturaleza humana tiende a inclinarsehacia la variedad y la innovación. Cuando losalumnos se quejan de que las clases son aburridas,por lo general, parte de lo que están diciendo es quelas clases son casi iguales, sin variedad. El mejormétodo didáctico puede resultar aburrido si se utilizademasiado, especialmente si los alumnos sonjóvenes. Además, ni aun con el mejor método deenseñanza se conseguirá una educación religiosa si el Espíritu no está presente. Muchos buenosmaestros varían durante la clase su forma de enseñary no todos los días utilizan los mismos métodosdidácticos, y por lo general, están preparados paracambiar de método si el que utilizan no parece dar el resultado que buscan. Además, se esfuerzan pormejorar sus habilidades docentes y aumentar las

formas de ayudar a los alumnos a aprender (véase lasección siguiente: “La enseñanza del Evangelio: elarte de la buena enseñanza” con el fin de obtenerdiversidad de ideas al respecto).

5. Determinar la forma de distribuir el tiempo conque se cuente para impartir la lección. Después dedecidir qué enseñar y cómo hacerlo, los maestrosdeben determinar cuánto tiempo destinar para cadaparte de la lección. Uno de los errores más comunesque los maestros cometen es dedicar demasiadotiempo a la primera parte de la lección y luego tenerque apurarse para cubrir la última parte. El maestropuede calcular mentalmente cuánto tiempo le llevarácubrir cada parte de la lección o cuánto le llevaráutilizar un método en particular. Así como es precisoplanear cada una de las lecciones, es importantetambién conocer cuánto tiempo le llevará cubrir todoel curso. Por ejemplo, si los maestros a los que se lespida que enseñen el Nuevo Testamento le dedicandemasiado tiempo a los cuatro Evangelios, despuésno tendrán tiempo suficiente para terminar los librosrestantes. La mayoría de las guías de los cursos deestudio tienen programas que se sugieren para cubrirel curso anual.

ESTABLECER UN AMBIENTE APROPIADO

1. Las condiciones físicas del ambiente para elaprendizaje. No siempre es posible contar con lascondiciones ideales para la enseñanza, pero a pesar de ello es importante sacar el mejor provecho de loque se tenga. Para lograrlo, tómense en cuenta lossiguientes factores:

• Los asientos y su disposición. Con excepción de circunstancias sumamente inusuales, todoalumno debe contar con un lugar confortablepara sentarse, en el cual pueda escribir, colocarsus materiales de estudio y cuya disposición lepermita ver fácilmente al maestro y las ayudas

visuales que éste utilice. Si los asientos se puedenmover, se podrán entonces hacer diferentesarreglos con el fin de llevar a cabo las diferentesactividades de aprendizaje, tales como los grupospequeños de trabajo. El que los alumnos tenganasientos asignados ayudará al maestro a aprendermás rápidamente sus nombres, a separar aaquellos que les guste hablar entre sí durante laclase y a organizarla para hacer grupos pequeñosde trabajo o ejercicios para el dominio de lasEscrituras.

• Distracciones. Los maestros deben esforzarsepor eliminar todo lo que pueda interrumpir laenseñanza y el proceso de aprendizaje. Si las

ESTABLECER Y MANTENER UN AMBIENTE APROPIADO PARA EL APRENDIZAJE

clases tienen lugar en una casa de familia, puedensurgir algunos problemas al respecto; pero aunasí, si el maestro hace planes cuidadosamente,puede disminuir al mínimo las interrupciones.

• El lugar. El maestro debe hacer todo lo queesté a su alcance por que la temperatura del aulasea agradable. El lugar donde se den las clases se puede realzar con fotografías, láminas,ilustraciones, carteles y otros elementosrelacionados con el Evangelio.

2. Las condiciones del ambienteespiritual para el aprendizaje.Los maestros pueden hacer losiguiente para crear unambiente espiritual propiciopara el aprendizaje, antes ydurante el período de clase:

• Poner en práctica losprincipios de la edificación(véase “Cómo se enseña”,pág. 2, para conocer esosprincipios).

• Orar para obtener elEspíritu.

• “Preparad todo lo quefuere necesario” (D. y C.88:119). El maestro debellegar al salón de clasesantes que los alumnos y tener prontos todos losmateriales y el equipo necesarios. Debe instar a losalumnos a llegar a la hora y tener con ellos suslibros canónicos al momento de sentarse. Losanuncios, el tomar la asistencia, el asegurarse deque las asignaciones estén listas y otros asuntosdeben llevarse a cabo antes de comenzar eldevocional y la lección en sí.

• Invitar la presencia del Espíritu al comenzar la clase. Toda lección debe comenzar con unaoración. Muchos maestros, especialmente los de seminario, desean también tener un brevedevocional. Éste puede ser una forma excelente

de encauzar los pensamientos y el corazón de losjóvenes hacia las cosas espirituales, y a la vezayudar a los alumnos a sentir la presencia delEspíritu y a estar preparados y listos para estudiarlas Escrituras. Cuando el devocional es corto,logra un mayor efecto. El cantar un himno opedir a los alumnos que expresen sus opinionescon referencia a los pasajes de las Escrituras que hayan leído puede resultar en un buendevocional. El hacer que los alumnos den sus

testimonios, lean un versículode las Escrituras o den unpensamiento sacado de lasEscrituras constituye tambiénun buen devocional. Encambio, los que son demasiadocomplejos no solamente lerestan tiempo a la lección, sinoque a veces alejan al Espíritu.Si se sirven refrescos ocualquier tipo de comidadurante los devocionales, se creará un ánimo dediversión y frivolidad en lugarde un ambiente espiritual. El maestro debe disponer eltiempo necesario para hablarcon los alumnos, en especialcon los líderes de clase, acerca del propósito de los

devocionales y de la forma en que pueden lograrmejorarlos.

• Enseñar a los alumnos la manera de manteneren clase el Espíritu. De vez en cuando, el maestrodebe recordar a los alumnos lo que pueden hacerpara tener la compañía del Espíritu del Señor. En el análisis, se podrían incluir pasajes de las Escrituras tales como 1 Corintios 2:10–11;D. y C. 50:17–22; y D. y C. 88:121–126. Seríaconveniente también analizar con ellos loscomportamientos que hacen que el Espíritu sealeje y aquellos que le son placenteros (véase “La función del Espíritu Santo en el aprendizajedel Evangelio”, págs. 12–13).

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L A E N S E Ñ A N Z A D E L E V A N G E L I O : L A F U N C I Ó N D E L M A E S T R O

El élder Boyd K. Packer dijo:

“Cuando nos reunimos para

aprender las doctrinas del

Evangelio, debemos

hacerlo en un espíritu

de reverencia…

“La inspiración se hace

presente con más facilidad

en medio de un clima

pacífico”.(“La reverencia inspira la revelación”, Liahona,enero de 1992, págs. 23–24.)

Un devocionalpuede ser unaforma excelente de encauzar lospensamientos y el corazón de losjóvenes hacia lascosas espirituales.

MANTENER UN AMBIENTE APROPIADO

Durante todo el proceso de aprendizaje, esnecesario mantener un ambiente apropiado para quela enseñanza no se pierda. Las siguientes sugerenciaspueden resultar de gran ayuda:

1. Estar alerta para saber quépasa con los alumnos yresponder con propiedad. Unaestrategia fundamental en laenseñanza es estar alerta a fin de percatarse de lo que ocurredurante el proceso de enseñanzay aprendizaje. Lo importante no es tanto el darse cuenta de lo que pasa, sino el saberreaccionar de la forma apropiada.Si los alumnos parecen estaraburridos o inquietos, puede serporque el maestro no les ha dadola oportunidad de participar, oporque no comprenden la formaen que la lección se aplica a ellosni entienden lo que se enseña. Si eso sucediera, el maestro debecambiar algo en la presentaciónde la lección. En caso de que losalumnos actuaran en formainapropiada, haciendo que el Espíritu se aleje de la clase, el maestro debe resolver elproblema. El maestro debeademás estar atento para ver sihay algún alumno que no seintegre a los demás o queparezca sentirse solo, ya que puede necesitar quetanto el maestro como los demás alumnos le prestenmás atención personal.

2. Mantener el orden y el respeto mutuo. Un alumnoo grupo de alumnos desordenado o irreverente puedecausar un efecto negativo en el ambiente espiritualdel aprendizaje. En algunos países, el mantener elorden y el respeto en los salones de clases puede serun problema.

Existen algunos principios generales que elmaestro podrá tener en mente con el fin de mantenerel orden y el respeto apropiado en el salón de clases.Esto no significa que la clase no sea agradable y

divertida; en ninguna forma se espera que en la claseexista la misma atmósfera que predomina en eltemplo. Los alumnos, especialmente los adolescentes,necesitan participar en el proceso del aprendizaje, yeso requiere orden, pero no completo silencio.

• Poner en práctica losprincipios del Evangelio pararesolver el problema. Esrealmente frustrante e irritantepara el maestro cuando unalumno o un grupo dealumnos se comporta mal.En esos casos, es de granimportancia que el maestro secontrole y busque la influenciadel Espíritu para aplicar losprincipios de la edificación dela mejor forma posible (véase“Cómo se enseña”, pág. 2). Elponer en ridículo a un alumnopúblicamente puede hacer queéste se comporte bien por untiempo, pero el hacerlo noedificará ni al maestro ni alalumno; y a la vez, puede crearen los demás sentimientos demiedo y desconfianza hacia elinstructor. Cuando el maestrose ve precisado a reprender aalguien por mala conducta,debe ser firme pero al mismotiempo amigable y cariñoso, y volver rápidamente a lalección.

• Preparar y presentar lecciones interesantes.El élder Boyd K. Packer dijo: “La manera másfácil de controlar a aquellos a quienes enseñamoses enseñarles algo —alimentándolos, o como sedice en las Escrituras, apacentándolos. El maestrodebe estar siempre preparado, disponer de unavariedad de temas bien organizados y estar entodo momento listo para dar alimento espiritual.No hay nada que pueda ocupar el lugar de esapreparación. Mientras esté alimentando al alumnodebidamente, pocos serán los problemas dedisciplina que se suscitarán” (véase Enseñaddiligentemente, pág. 159).

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L A E N S E Ñ A N Z A D E L E V A N G E L I O : M A N U A L P A R A L O S M A E S T R O S Y L O S L Í D E R E S D E L S E I

El élder Boyd K. Packer

enseñó: “Los ojos del

maestro atento se

movilizan constantemente

de un extremo al otro del

salón de clase, captando

cada movimiento,

grabando expresiones,

reaccionando prestamente

ante síntomas de falta de

interés o confusión. Con

la mirada puede leer

rápidamente la expresión

del alumno que no ha

comprendido y también

percibir en el momento

cuando otro sí entendió”.(Enseñad diligentemente, págs. 144–145.)

“Mientras [elmaestro] estéalimentando al alumnodebidamente, pocos serán losproblemas dedisciplina que se suscitarán”.—Boyd K. Packer

• Establecer un buen comienzo. La forma en la cual el maestro actúa durante la primerasemana de clases determina, por lo general, el ambiente espiritual de la clase para el resto del año. Algunas veces los maestros dejan pasarun mal comportamiento con la esperanza de quese corrija, pero a menudo éste empeora en lugarde mejorar. El élder Packer dijo también: “Elestablecer un buen comienzo es importantísimo;es ganar la mitad de la batalla. Si el maestro,desde el comienzo mismo,emplea la disciplina en formaconstante, sin duda lograráque su clase tenga éxito”(véase, Enseñad diligentemente,pág. 137).

• Estar preparados. El espíritude orden se puede perderdurante los cinco minutos quele lleve a un maestro tratar deponer en marcha sin muchoéxito un videocasete, en lugar detenerlo preparado de antemano,o en el tiempo que le lleve dejarel salón de clases para ir a buscaralgo que haya dejado en otrolado (véase “Preparad todo loque fuere necesario”, pág. 27).

• Elegir con cuidado lasactividades de aprendizaje.Las diferentes actividades deaprendizaje crean tambiéndiferentes actitudes y disposiciónde ánimo en los alumnos. Un maestro se sintió muydesalentado cuando después dehaber terminado un juego bullicioso relacionadocon la enseñanza, que llevó a cabo al principio dela clase, le fue imposible controlar a los alumnoscon el fin de terminar la lección en formaespiritual. Otro maestro se encontró con que sus problemas de disciplina habían aumentadonotablemente luego de haber servido un refrigerioa los alumnos durante la clase con el objeto depremiarlos por su buena actuación.

Además de estas pautas generales, existentambién algunas medidas específicas que losmaestros pueden aplicar con el fin de resolver losproblemas a medida que ocurran. Estas medidas sonposibles formas de resolver los problemas y no ungrupo de reglas que se pueden aplicar y quefuncionan siempre en toda situación y con cualquieralumno.

• Utilizar los ojos. Muchas veces los alumnoshablan entre sí cuando no deben porque piensan

que el maestro no se darácuenta. El maestro debemirar a los alumnos a losojos con el fin de quesepan que los estáobservando.

• Dejar de hablar. Sialgunos alumnos estánhablando cuando tendríanque estar escuchando, el maestro debe dejar de hablar, aun en medio de una frase si fueranecesario. Levantar la vozcon el fin de hacerseescuchar no soluciona elproblema.

• Formular una pregunta.El maestro, sin llamarle laatención al alumno que no se esté comportandocorrectamente, puedehacerle una preguntarelacionada con la lección.Esto no debe hacerse con el fin de hacerle pasar

vergüenza deliberadamente, sino para hacer que elalumno vuelva a participar en el análisis del tema.

• Pararse cerca. Otra medida que el maestropuede tomar para corregir un mal comportamientosin poner directamente en evidencia al culpable es acercarse y pararse a su lado. El maestrocontinuará dando la lección como si nada pasara,pero por lo general el alumno sentirá la presenciadel maestro y dejará de comportarse como loestaba haciendo.

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L A E N S E Ñ A N Z A D E L E V A N G E L I O : L A F U N C I Ó N D E L M A E S T R O

El presidente David O.

McKay dio el siguiente

consejo a los maestros de

la Iglesia:

“Pienso que la disciplina

en el salón de clases, la

cual incluye el autocontrol

y la consideración hacia

los demás, es el aspecto

más importante de la

enseñanza…

“Jamás debe permitirse

una conducta desordenada

en una clase de la Iglesia”.(“Guidance of a Human Soul—The Teacher’sGreatest Responsibility”, Instructor, septiembrede 1965, págs. 341–342.)

“El establecer unbuen comienzo esimportantísimo; es ganar la mitad de la batalla. Si elmaestro, desde elcomienzo mismo,emplea ladisciplina en formaconstante, sin dudalogrará que suclase tenga éxito”.—Boyd K. Packer

El seguir las sugerencias dadas anteriormentepuede resolver muchos de los problemas relacionadoscon la disciplina y el orden. Sinembargo, habrá algunas veces enque un alumno o un grupo deellos no reaccionará como seespera a esas formas indirectas de mantener el orden ycontinuará interrumpiendo laclase. A continuación se danalgunas medidas más directas que el maestro podrá poner enpráctica para mantener el ordendentro del aula:

• Hablar con el alumno enprivado. El Señor dijo que si una persona ofende a otra, la persona ofendida debehablar con quien la ofendió y“te apartarás con él o con ellaa solas” (D. y C. 42:88).

• Actuar con firmeza. Seacariñoso y respetuoso con el alumno, pero hágale saberque si no cambia su forma deconducirse, usted tomaráotras medidas. El seguir losprincipios de la edificación, en momentos comoésos, será sumamente importante.

• Separar a los alumnos que no se comportencomo deben.

• Hablar con los padres o con los líderes delsacerdocio. Si la mala conducta persiste, puedeser necesario que el maestro hable con los padresdel alumno. En algunos casos, el obispo delalumno puede ser de ayuda.

• Expulsar al alumno de la clase. El presidenteDavid O. McKay dio el siguiente consejo a los

maestros: “Si todos susesfuerzos fracasan, entoncespodrán pedir ayuda a lospadres del alumno y decirles:‘Si su mal comportamientocontinúa, me veré obligado a sacarlo de la lista deasistencia’. Ésa debe sersiempre una medida extrema.Cualquier maestro puedepedir a un alumno que seretire de la clase, pero ustedesdeben agotar todos losmedios que tengan a sualcance antes de hacerlo; sin embargo, ¡es imperiosoque exista el orden! Éste esnecesario para el desarrollodel alma, y si un alumno odos se niegan a comportarsedebidamente, deben salir delaula. Es preferible que unalumno muera de hambreantes que toda una clase se vaya envenenandolentamente” (“The Teacher’s

Greatest Responsibility”, Instructor, septiembrede 1965, pág. 343).

Antes de pedirle a un alumno que se retire de laclase por un largo período, el maestro debe hablar conlos supervisores del SEI y los líderes del sacerdociocorrespondientes. El maestro debe también recordar el consejo del Señor: “reprendiendo en el momentooportuno con severidad, cuando lo induzca el EspírituSanto; y entonces demostrando mayor amor hacia elque has reprendido…” (D. y C. 121:43).

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L A E N S E Ñ A N Z A D E L E V A N G E L I O : M A N U A L P A R A L O S M A E S T R O S Y L O S L Í D E R E S D E L S E I

Los maestros deberían

poner atención al ejemplo

que el Señor estableció

para tratar a aquellos

de Sus hijos cuyo

comportamiento le

desagradaba: “…a vosotros

a quienes amo, y a los que

amo también disciplino

para que les sean

perdonados sus pecados,

porque con el castigo

preparo un medio para

librarlos de la tentación en

todas las cosas, y yo os he

amado” (D. y C. 95:1).

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L A E N S E Ñ A N Z A D E L E V A N G E L I O : L A F U N C I Ó N D E L M A E S T R O

“Hermanos, ¿comprenden que la razón por la que recalcamos la

enseñanza de las Escrituras es que éstas nunca cambian? De ellas

aprendemos el propósito de la vida, los dones del Espíritu; de ellas

aprendemos en cuanto a la revelación personal o cómo discernir el

bien del mal, la verdad del error. Las Escrituras proveen el modelo y

la base para una doctrina correcta.

“De la doctrina aprendemos los principios de conducta, cómo

reaccionar ante los problemas del diario vivir, incluso ante los fracasos,

porque de ellos también se trata en la doctrina.

“Si comprenden el gran plan de felicidad y viven de acuerdo con

sus principios, lo que suceda en el mundo no determinará su felicidad.

Serán probados, ya que eso es parte del plan, pero, como prometió

el Señor, ‘tus aflicciones no serán más que por un breve momento;

y entonces, si lo sobrellevas bien, Dios te exaltará’ ”.

(Véase Boyd K. Packer, “El padre y la familia”, Liahona, julio de 1994, pág. 24.)

La enseñanza es una tarea compleja y de muchas facetas. Una lista de métodos y

técnicas didácticas sería larguísima y para su análisis se necesitaría una enorme cantidad

de libros. De todas formas, es posible ponerlos en un solo grupo general bajo el tema: el

arte de la enseñanza, o sea, métodos, técnicas y sistemas esenciales para una buena

enseñanza. Sin embargo, es importante recordar que los métodos y los conocimientos

prácticos para enseñar son solamente la forma de lograr el resultado

que se desea y no los resultados en sí. Como se advierte en la primera sección de este

manual, la misión del SEI no es solamente brindar educación, sino educación religiosa.

En la educación religiosa es necesario contar con la influencia del Espíritu Santo;

de lo contrario “no enseñaréis” (D. y C. 42:14). Por tanto, aun cuando el maestro se

concentre en todos los métodos de enseñanza que se explican a continuación, si olvida o

deja a un lado la parte espiritual de la enseñanza, no logrará tener éxito ni aun con el

mejor de los métodos didácticos.

Esta sección cubrirá los siguientes cinco aspectos de la enseñanza:

• EL ESTUDIO Y LA ENSEÑANZA DE LAS ESCRITURAS.

• LA INSTRUCCIÓN O PRESENTACIÓN POR EL MAESTRO.

• LAS PREGUNTAS Y EL ANÁLISIS EN CLASE.

• LOS MATERIALES DE ENSEÑANZA VISUALES, DE AUDIO Y DEMÁS.

• LOS EJERCICIOS ESCRITOS Y LOS GRUPOS DE TRABAJO.

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LA ENSEÑANZA DEL EVANGELIO: EL ARTE DELA BUENA ENSEÑANZA

Como se dijo anteriormente, una partesumamente importante que le corresponde almaestro al preparar la lección es estudiar lasEscrituras hasta que domine el contenido del bloquede las Escrituras que vaya a enseñar (véase “Decidir‘qué’ ”, pág. 23). También como se mencionó antes,se ha pedido a los maestros del SEI que enseñen a losalumnos el Evangelio enseñando las Escrituras ensecuencia (véase “La enseñanza de las Escrituras ensecuencia”, pág. 22). Esos dosaspectos de la enseñanza, elestudio de las Escrituras y laenseñanza de las Escrituras,están relacionados. Para que losmaestros enseñen las Escriturascon eficiencia, debenprimeramente estudiarlasdiligentemente y solicitar laayuda del Espíritu Santo. Peroante todo, la meta principal de todo maestro del SEI debeser la de enseñar a los alumnosla forma de leer y estudiar elloslas Escrituras para que puedansentir al Espíritu enseñándoleslas importantes verdades queencierra el Evangelio. El Señorha prometido que quienespidan, busquen y llamenencontrarán respuestas a suspreguntas y soluciones a susproblemas (véase Mateo 7:7–8; D. y C. 88:63).

Las siguientes sugerencias pueden ser de granayuda tanto para estudiar como para enseñar lasEscrituras, y para que de esa forma, ambos, elmaestro y el alumno, aprendan el Evangelio y vengana Cristo.

CÓMO UTILIZAR LAS AYUDAS DIDÁCTICAS PARA ELESTUDIO DE LAS ESCRITURAS

La Iglesia ha preparado para el estudio de lasEscrituras (en el Libro de Mormón, Doctrina yConvenios y la Perla de Gran Precio en español) una extensa serie de ayudas para el estudio de las Escrituras. Entre ellas están las notas al pie de la página, los encabezamientos de los capítulos y

la Guía para el Estudio de las Escrituras, que incluyeuna serie de temas por orden alfabético, seleccionesde la Traducción de José Smith de la Biblia en inglés,mapas e índices de lugares geográficos y fotografíasde los lugares mencionados en las Escrituras. Esasayudas son algunas de las más valiosas que losmaestros y alumnos puedan utilizar durante elestudio de las Escrituras. Además de utilizarlas parala preparación de la lección, el maestro debe asistir a

los alumnos, en especial a losmenos experimentados en lalectura de las Escrituras, paraque se familiaricen con lasdiferentes ayudas de estudio.

CÓMO ANALIZAR

Una técnica importantepara el estudio de las Escriturases el análisis: el buscar larelación de un tema opuestocon otro y su significado. Esacapacidad para analizar esimportante durante el estudiode las Escrituras. Seríaconveniente que los maestrosdesarrollaran el hábito deescudriñar mientras leen yenseñar a los alumnos a hacerlo mismo. Una de las técnicasmás eficaces para la enseñanzade las Escrituras es darles a los

alumnos un bloque de las Escrituras con el fin de quebusquen cosas específicas. Eso es parte del espíritu deindagación que el Señor ha aconsejado que Sus hijostengan.

Las cosas que se deben buscar, y pedir a losalumnos que busquen, podrían estar entre lassiguientes:

• Principios del Evangelio ilustrados por la vidaque llevan ciertas personas.

• Preguntas que se hacen en las Escrituras.

• Listas de atributos que se mencionan en lasEscrituras, tales como las características de “una dama elegida” (véase D. y C. 25) o lascaracterísticas del amor (véase 1 Corintios 13).

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L A E N S E Ñ A N Z A D E L E V A N G E L I O : M A N U A L P A R A L O S M A E S T R O S Y L O S L Í D E R E S D E L S E I

Éste es un libro de

consulta; por lo tanto, los

maestros deben consultarlo

una y otra vez. Un buen

plan sería estudiar aquellos

aspectos en los cuales

necesiten ayuda inmediata,

y dejar los demás para más

adelante. Los maestros

deberán tener paciencia

consigo mismos a medida

que aprendan y desarrollen

su destreza didáctica.

EL ESTUDIO Y LA ENSEÑANZA DE LAS ESCRITURAS

Para que losmaestros enseñenlas Escrituras coneficiencia, debenprimeramenteestudiarlasdiligentemente ysolicitar la ayudadel Espíritu Santo.

Parte del espíritude indagación queel Señor haaconsejado que Sushijos deben teneres “la capacidadpara analizar”.

El análisis es unaparte importantedel estudio de lasEscrituras.

• Definiciones de palabras o conceptos, talescomo Sión (véase D. y C. 97:21) o iglesia (véaseD. y C. 10:55, 67).

• Palabras o frases difíciles que los alumnostengan dificultad para comprender.

• Lenguaje figurado y símbolos.

• Comentarios proféticos sobre un principio oacontecimiento (por ejemplo: “Y así vemosque…”).

• Las consecuencias de lascondiciones (“Si/entonces”)que resultan de nuestrasacciones (por ejemplo, véaseIsaías 58:13–14).

• Cualidades ocaracterísticas que agradano desagradan a Dios.

• Hechos repetitivos: seriede acontecimientos,características ocomportamientos queenseñan un principio delEvangelio (por ejemplo, elmandamiento de desear enD. y C. 11:3, 8, 10, 17, 21).

MARCAR LAS ESCRITURAS

El marcar las Escrituras esde gran utilidad tanto para elmaestro como para los alumnosa fin de hacer resaltar palabras, frases, conceptos,personas y acontecimientos importantes y de estamanera hacerlos más fáciles de recordar y encontrar.Los maestros pueden instar a los alumnos a marcarlas Escrituras diciendo algo como: “Éste es unprincipio importante y quizás ustedes deseen marcarese versículo” o “Ésta es una buena referenciacorrelacionada que yo tengo escrita en el margen”. Es mejor enseñar los elementos básicos de cómomarcar las Escrituras que enseñar un sistema enparticular de hacerlo.

TENER UNA PERSPECTIVA MÁS AMPLIA

Además del análisis (véase “Cómo analizar”, pág.34), otra técnica de enseñanza de igual importancia esla síntesis, o sea, extraer de las partes lo fundamental

o la relación de una cosa con otra prescindiendo de lo accesorio. La síntesis puede demostrar ejemplos yprincipios que las Escrituras intentan enseñar. Entrelas maneras de lograr esa perspectiva más ampliadurante el estudio de las Escrituras, o de ayudar a los alumnos a hacerlo durante la enseñanza de lasmismas, está: relacionar pasajes (enlazar referenciasque tratan el mismo tema); advertir similitudes o larepetición de ciertas palabras, frases, acontecimientosy comportamientos que proporcionan pistas para

saber qué considerabaimportante el escritor profético,y contrastes (colocar conceptoso acontecimientos de lasEscrituras, unos junto a otros,con el fin de que por medio delcontraste los principios sehagan más evidentes).

LEER LAS ESCRITURAS ENLA CLASE

El leer las Escrituras en laclase ayuda a los alumnos afamiliarizarse con los versículosque estén estudiando y acomprenderlos mejor. Tambiénles brinda confianza en suhabilidad para leer lasEscrituras. El maestro debetener mucho cuidado de noavergonzar a quienes no leanmuy bien o sean muyvergonzosos. No se debe forzar

ni avergonzar a los alumnos que prefieran no leer envoz alta; de todas formas, el maestro puede alentarloshaciéndoles saber que no es necesario que leanperfectamente para participar y que se beneficiaránmucho si lo hacen.

Hay varias formas de leer las Escrituras en clase:

• Hacer que los alumnos las lean en voz alta, ya sea uno por uno o al unísono.

• Asignar alumnos para que lean las palabras quediga cada uno de los personajes en el relato.

• Hacer que los alumnos lean en silencio, luegoacercarse a cada uno y ayudarlos individualmentesi fuera necesario.

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L A E N S E Ñ A N Z A D E L E V A N G E L I O : E L A R T E D E L A B U E N A E N S E Ñ A N Z A

La síntesisdemuestraejemplos yprincipios quelas Escriturasintentan enseñar.

Aplicar lasEscrituras significacomprender dequé manera losprincipios y lasdoctrinas seaplican a nuestravida, y ponerlosen práctica parallegar a parecernosmás al Salvador.

El presidente Howard W.

Hunter dijo: “Esperamos

que ninguno de sus

alumnos dejen el salón de

clases con miedo o con

vergüenza de no poder

encontrar la ayuda que

necesitan porque no

conocen las Escrituras lo

bastante bien para

encontrar los pasajes

deseados”.(Eternal Investments, discurso pronunciadoante los maestros de religión, 10 de febrero de1989, pág. 2.)

• Leerles en voz alta mientras ellos siguen en susejemplares de las Escrituras la lectura en silencio.

• Hacer que los alumnos se lean unos a otros.

RESUMIR LAS ESCRITURAS

Tal como se explicó anteriormente, los maestrosno tendrán tiempo de enseñar todos los conceptos yprincipios de un bloque de las Escrituras haciendo el mismo hincapié (véase “Organizar la lección”, pág. 25). Resumir significa decir en pocas palabras o enseñar brevemente el contenido de capítulos oversículos en los cuales no se haya hecho hincapié enclase. El utilizar los encabezamientos de los capítuloso de las secciones resultará de gran utilidad pararesumir partes de las Escrituras.

APLICAR LAS ESCRITURAS

Nefi dijo acerca de su enseñanza de los escritos de Isaías: “…apliqué todas las Escrituras a nosotrosmismos para nuestro provecho einstrucción” (1 Nefi 19:23).Aplicar las Escrituras significacomprender de qué manera losprincipios y la doctrina seaplican a nuestra vida, yponerlos en práctica para llegar aparecernos más al Salvador. Porúltimo, se aplican las Escriturascuando el Espíritu ayuda alalumno a comprender laimportancia de un principio y laforma en que puede llegar a seruna bendición personal para él oella. Algunas de las maneras dealentar a los alumnos a hacerlopor sí mismos, son:

• Instarlos a pedir ayuda a nuestro PadreCelestial cuando tengan preguntas o problemaspersonales, a consultar luego las Escrituras ybuscar las respuestas a fin de recibir la inspiracióndel Espíritu.

• Dar testimonio de la veracidad de un principioy del valor que éste tiene. Al dar el testimonio, nosiempre es necesario comenzar diciendo: “Deseodar mi testimonio”, sino que puede sersimplemente la declaración de lo que una personasabe es verdad, dicha con sinceridad y convicción;una confirmación de lo que una persona siente

acerca de un principio y de la forma en que suinfluencia ha cambiado su vida.

• Utilizar un relato de la vida real o un ejemplo de la vida de una persona que ilustre el valor o laveracidad de un principio. Los relatos de la vidareal sacados de las Escrituras o de la vida de losmiembros y líderes de la Iglesia ejercen un podermuy grande sobre los alumnos y les hacen vercómo los principios del Evangelio influyen en la vida de las personas (véase “Utilizar relatos de la vida real”, pág. 38).

• Pedir a los alumnos que analicen la forma enque un principio del Evangelio se puede aplicar asituaciones actuales de la vida real.

• Pedir a los alumnos que hablen acerca de quépiensan y sienten acerca de un principio delEvangelio. En esa forma expresarán su testimonioa los demás.

• Alentar a los alumnos ameditar acerca de la manera enque pueden aplicar lasEscrituras a su vida. Meditarsignifica pensar condetenimiento en algo, ymuchas veces esto vaacompañado de la oración.Esto ayuda a los alumnos asentir el Espíritu y aprender deÉl, ya que es quien muchasveces nos revela el significadode las Escrituras y la forma deaplicarlas personalmente pormedio de nuestrospensamientos y sentimientos.

ESTAR ALERTA Y SER SENSIBLE AL GÉNERO QUE SEUTILIZA EN EL LENGUAJE DE LAS ESCRITURAS

Algunos pasajes de las Escrituras están escritos engénero masculino debido a los idiomas de los cualesderivan. Por ejemplo, en hebreo [al igual que enespañol], si una persona se dirige a un auditoriofemenino, utiliza los artículos, pronombres y verbosen femenino; pero si el auditorio es mixto, los utilizasiempre en masculino.

Dado que aproximadamente la mitad de susalumnos serán mujeres, el maestro debe ser sensibleal utilizar algunos de los términos en masculino,

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Meditar significapensar condetenimiento en algo, muchasveces acompañadode la oración.

El élder Bruce R.

McConkie dijo: “¡Ésa es

la coronación de la

enseñanza del Evangelio,

el testimonio personal del

maestro de que la doctrina

que ha enseñado es

verdadera!”(“The Teacher’s Divine Commission”, Ensign,abril de 1979, pág. 24.)

e indicar a los alumnos que se refieren tanto ahombres como a mujeres; por ejemplo, cuando aAdán se le dijo que era preciso que “todos loshombres, en todas partes, se arrepientan” (Moisés6:57), por cierto que el Señor estaba hablando tantode los hombres como de las mujeres. De la mismaforma, cuando el rey Benjamín se refirió al hombrenatural, se refería también a la mujer natural (véaseMosíah 3:19). La declaración de Job que cuando “alababantodas las estrellas del alba, y seregocijaban todos los hijos deDios” (Job 38:7) durante lacreación de la tierra, no implicaque se trataba solamente de ungrupo de hombres.

Hay ocasiones en que lasformas masculinas sonespecíficas y precisas. Porejemplo, los miembros de laTrinidad son masculinos y lasreferencias a los deberes delsacerdocio se deben aplicarestrictamente a los hermanos;sin embargo, muchas veces unpasaje de las Escrituras se refieretanto a hombres como amujeres aun cuando esté escritoen masculino, y es necesarioque los maestros puntualiceneste hecho a los alumnos,indicándoles que esos principiosdel Evangelio y esos pasajes seaplican tanto a los hombres como a las mujeres.

DESARROLLAR EL DOMINIO DE LAS ESCRITURAS

El dominio de las Escrituras es el nombre conque se conoce una parte del curso de estudio deseminario, el cual está orientado a instruir a losalumnos para que se familiaricen con un grupo depasajes básicos de las Escrituras que pueden utilizarfuera del salón de clases. Sin embargo, el dominio de las Escrituras puede ser también una parteimportante de las clases de instituto. A continuaciónse dan cuatro sugerencias de la forma en la cual losmaestros pueden utilizar el domino de las Escriturascon el fin de enseñarlas:

1. Utilizar el dominio de las Escrituras en formaregular y constante. El dominio de las Escriturassignifica ser capaz de encontrar ciertos versículosbásicos, comprender lo que quieren decir y aplicarlosluego al diario vivir. El programa de dominio de lasEscrituras abarca cien versículos (veinticinco de cadauno de los libros de las Escrituras) y los maestrosdeberán ayudar a los alumnos a que los “dominen” y

repasen. La clave para que losalumnos dominen esos pasajeses la constancia y la repetición.

2. Ayudar a los alumnos aencontrar y dominar losversículos del dominio de las Escrituras. Ayude a losalumnos a aprender lareferencia de cada uno de losversículos del dominio de lasEscrituras y a practicar paraencontrarlos. Por ejemplo, el maestro puede leer parte delos versículos a los alumnos,mostrarles un objeto o unalámina relacionada con esosversículos, o hacer preguntasacerca de ellos y pedir a losalumnos que encuentren esospasajes o digan dónde seencuentran. Repasar lasreferencias muchas vecesayuda a los alumnos a dominarlos versículos. Los maestros

deben utilizar los otros métodos didácticos para elestudio de las Escrituras, analizados anteriormente,para enseñar el dominio de pasajes de las Escrituras.

Los alumnos podrán dominar mejor los versículosdel dominio de las Escrituras si los utilizan al darbreves discursos en clase, en los devocionales o ensus barrios o ramas.

3. Ayudar a los alumnos a memorizar pasajes de las Escrituras. La memorización es un valiosoinstrumento para el estudio de las Escrituras. Se debeinstar a los alumnos a memorizar algunos versículosimportantes. Este método les sirve también paraprepararse para el servicio misional. No deberequerirse que los alumnos memoricen todas las

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L A E N S E Ñ A N Z A D E L E V A N G E L I O : E L A R T E D E L A B U E N A E N S E Ñ A N Z A

El presidente Ezra Taft

Benson dijo: “Una misión

requiere que os preparéis

mental e intelectualmente

en forma intensiva.

Tendréis que memorizar

las charlas de los

misioneros, memorizar

pasajes de las Escrituras y,

muchas veces, hasta

aprender otro idioma.

La disciplina que esto

demanda se aprende en

los años de la juventud”.(“La preparación para el servicio misional”,Liahona, julio de 1985, pág. 35.)

referencias de los pasajes para el dominio de lasEscrituras.

4. Utilizar la competencia con cuidado. Muchosmaestros utilizan con bastante éxito la competenciaentre los alumnos o entre grupos de ellos paraenseñar el dominio de las Escrituras. Sin embargo, la competencia puede llegar a ser excesiva yfinalmente influir negativamente en algunos

alumnos. Los maestros deben tener cuidado de nolastimar los sentimientos de los alumnos que no seanbuenos competidores o que les cueste recordar conrapidez. Otras formas de instar al dominio de lasEscrituras, sin utilizar la competición, podrían serconcentrarse en la cooperación, permitiendo que losalumnos se ayuden mutuamente o compitan con elmaestro, en lugar de hacerlo entre ellos mismos.

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L A E N S E Ñ A N Z A D E L E V A N G E L I O : M A N U A L P A R A L O S M A E S T R O S Y L O S L Í D E R E S D E L S E I

El maestro tiene la responsabilidadde dirigir laexperiencia deaprendizaje.

LA INSTRUCCIÓN O PRESENTACIÓN POR EL MAESTRO

Las secciones anteriores hacen hincapié en laimportancia de hacer que el alumno participeactivamente en el proceso de aprendizaje. Sinembargo, hay veces cuando el maestro necesitahablar y los estudiantes escuchar lo que él dice. A esemétodo se le ha llamado muchas veces “disertación oconferencia”. De todas formas, en este manual, a esosmomentos en los cuales el maestro habla y losalumnos escuchan los llamaremos instrucción opresentación por el maestro. Ésta es una de lasactividades principales del maestro mientras dirige elproceso de aprendizaje.

A veces se habla del empleo de la disertación oinstrucción por parte del maestro como de unmétodo didáctico poco recomendable; sin embargo,eso no es cierto si se sabe utilizar correctamente.Jesús muchas veces enseñó utilizando ese método de enseñanza, y también lo hicieron muchos de losprofetas. De todas maneras, ya que la disertación oconferencia es una actividad centrada únicamente enel maestro, no hay que abusar de ella en el salón declases, como lo hacen algunos maestros que sóloutilizan ese método, ya que esto puede reducir laeficacia de la enseñanza. De todas formas, el maestroes quien tiene la responsabilidad de dirigir laexperiencia de aprendizaje.

Algunas de las responsabilidades principales de lainstrucción, o presentación por el maestro abarcanimpartir información, ilustrar, aclarar o explicar unadoctrina o principio, relatar algo, resumir o sacarconclusiones, hacer transiciones entre varias partesde la lección y dar testimonio. A continuación seexplican algunas sugerencias para utilizar estemétodo más eficazmente.

UTILIZAR RELATOS DE LA VIDA REAL

Tanto en las Escrituras como en la historia de la Iglesia, hay muchísimos relatos de la vida de losprofetas y de otras personas dignas que ilustran laforma en que los principios del Evangelio influyen en la vida cuando esos principios se vivencorrectamente, como así también hay relatos de lavida de los desobedientes que muestran la forma enque la desobediencia lleva al dolor y a la tragedia. Lanarración de esos relatos se puede convertir en unade las enseñanzas más inspirativas que los maestrospueden ofrecer a sus alumnos. Los relatos puedenacrecentar la disposición o estado de preparación del alumno, ayudarlo a participar en el proceso delaprendizaje, por medio de las experiencias vividas porotras personas, y demostrarle la forma de aplicar losprincipios del Evangelio a su vida. El élder Bruce R.McConkie dijo:

“En la Iglesia tenemos un tesoro abandonado ycasi desconocido de relatos promovedores de fe einspiración. Son los mejores en su género y haycientos de ellos.

“Una de las razones por las cuales son los mejoresy los que promueven más la fe y la inspiración esporque han sido seleccionados y editados por el Señor mismo. Él fue quien hizo que Sus profetasseleccionaran y colocaran esos relatos en las SantasEscrituras con el fin de que tuviéramos ante nosotrosejemplos de la forma en que debemos comportarnosy actuar en todas las circunstancias que afrontamosen la vida.

A esos momentos,en los cuales elmaestro habla y losalumnos escuchan,los llamaremos la instrucción opresentación por el maestro.

“Son relatos de gente real que enfrentaronproblemas reales y que los resolvieron de una formaque agradó al Señor. Estos relatos se han preservadospara nosotros con el fin de que supiéramos qué hacery cómo reaccionar ante los problemas del diariovivir…

“Quizás la forma perfecta de presentar relatos quepromuevan la fe y la inspiración es enseñar lo que seencuentra en las Escrituras, y luego ponerle un sellode la vida real relatando algo similar ocurrido ennuestra dispensación y a nuestra gente y, lo que seríaideal, a nosotros mismos” (“The How and Why ofFaith-promoting Stories”, New Era, julio de 1978,págs. 4–5).

De todas formas, es necesario puntualizar dosadvertencias sobre el uso de los relatos. A veces éstos,particularmente los que provienen de las experienciaspersonales del maestro, se convierten en el método o técnica preponderante de la enseñanza. Los relatos,al igual que los demás buenos métodos didácticos, nodeben utilizarse porque sí, sin una razón justificada,sino para enseñar principios del Evangelio, paraaclarar y dar vida a la enseñanza de las Escrituras ypara que los alumnos sientan el poder del Espíritu. El maestro no debe utilizar relatos con el fin deengrandecerse ni para influir emocionalmente en losalumnos. Se debe también tener en cuenta que losrelatos de la vida real son por lo general los quetienen más poder convincente. Si un relato no escierto (como los relatos humorísticos que ilustran un tema), se debe aclarar de entrada que no es unahistoria verdadera. Los maestros deben tener cuidadode no tratar de embellecer ni arreglar el relato con elfin de hacerlo más melodramático o convincente.

PLANEAR LA PARTE DE LA LECCIÓN DEDICADAA LA INSTRUCCIÓN O PRESENTACIÓN

En ocasiones, el maestro prepara cuidadosamenteotras partes de la lección, pero no le presta la mismaatención a la presentación. Es necesario planear ypreparar también con la misma diligencia laspresentaciones, lo cual incluye decidir cómocomenzar y de qué forma desarrollar la presentaciónde una manera lógica. Es también necesario tener enmente el estado de preparación y la aplicación del

alumno, especialmente si la presentación del maestrotiende a ser prolongada. Una de las inquietudes quese tiene acerca de la presentación por el maestro esque los alumnos se vuelvan sólo participantes pasivosen la experiencia del aprendizaje. Por esto, lo másimportante es que el maestro busque la influencia delEspíritu al hacer su presentación.

COMBINAR LA PRESENTACIÓN DEL MAESTRO CONOTROS MÉTODOS DIDÁCTICOS

Hay momentos y lugares en los cuales esapropiado que el maestro haga una presentación odisertación formal y prolongada, tal como cuandohay que leer o seguir de cerca un texto ya preparadoen un simposio, pero el salón de clases es raramenteel lugar indicado para esa clase de presentación. Taltipo de presentación sería más eficaz en el salón declases si el maestro la incorporara como parte delplan de la lección, el cual también incluiría, dentro dela presentación, otros métodos y técnicas didácticas.Es importante que el maestro sea flexible y hagacambios en su presentación si resultara obvio que losalumnos comienzan a aburrirse o a no comprender.De esa forma, aun durante la lección o lapresentación, el maestro puede hacer lasadaptaciones necesarias y concentrarse en el alumnoy su aprendizaje. Una vez, alguien comparó estomismo al hilo de un collar de perlas. Las perlas sonlos diferentes métodos que utiliza el maestro (laspreguntas, los análisis, los grupos de trabajo, etc.),que se enhebran y se mantienen unidos por medio de la presentación o instrucción del maestro. El hilosolo no constituye un collar muy atractivo.

HACER UNA PRESENTACIÓN VARIADA

Hay formas de incorporar variaciones en unapresentación por el maestro. Es importante cambiarla inflexión, el tono y el volumen de la voz. Otraforma de evitar la monotonía es moverse alrededordel salón durante la presentación. La variedad seaplica también a la clase de materiales que sepresentan; por ejemplo, la narración de relatos, el buen humor, la lectura de citas, la ilustración de citas o puntos principales en un retroproyector o en la pizarra y el dar testimonio.

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Una de lasinquietudes que se tiene acerca dela presentación porel maestro es lafacilidad con quelos alumnos sevuelven sóloparticipantespasivos en laexperiencia delaprendizaje.

En algunas partes del mundo, la forma tradicionalde enfocar la enseñanza es que el maestro impartainformación en forma de disertación y asigne tareas,tanto para hacer en clase como en casa. Laparticipación del alumno es mínima, con excepciónde memorizar y repetir lo aprendido. Sin embargo, en la educación religiosa, la enseñanza eficaz es unaenseñanza edificante; y las personas logran unamayor edificación cuando participan en el aprendizajebajo la influencia del Espíritu (véase “La participacióndel alumno”, pág. 14). Dos formas importantes dealentar al alumno a participar son hacer buenaspreguntas y dirigir análisis constructivos. Un análisisse logra cuando el maestro intercambia ideas con losalumnos, y éstos entre sí, en una forma que fomenteel aprendizaje. Un buen análisis puede ayudar a losalumnos a aprender el valor de buscar respuestas porsí mismos. Ellos necesitan aprender la manera depedir ayuda al Señor y luego buscar las respuestas.Un análisis estimulante es también una forma defavorecer el estado de preparación o disposición delos alumnos y de ayudarles a aplicar lo que aprenden.A continuación se dan algunas ideas para hacerpreguntas que estimulen la participación, y paradirigir el análisis de los temas de una manera queinspire y persuada a los alumnos:

1. Hacer preguntas que estimulen a los alumnos apensar y los insten a participar. Las preguntas que se formulen deben estar orientadas a hacer que losalumnos busquen información, analicen lo que estánestudiando o les ayuden a sacar sus conclusiones yaplicarlas a su vida. Los maestros deben evitar hacerpreguntas que se puedan contestar con un simple“sí” o “no”, o cuyas respuestas sean tan evidentesque los alumnos no se sientan motivados a pensarlasantes de contestarlas.

• Las buenas preguntas hacen que los alumnosescudriñen las Escrituras para buscar la respuestay que busquen la ayuda del Espíritu. Esaspreguntas muchas veces comienzan con palabrastales como quién, qué, cuándo, cómo [en quéforma, de qué manera], dónde y por qué.

• Durante la enseñanza de las Escrituras, sonbuenas aquellas preguntas que hacen pensar alalumno el significado de cierto versículo o pasaje.

Estas preguntas se deben hacer, por lo general,después que los alumnos se hayan familiarizadocon los versículos. Ellas pueden tener más de unarespuesta posible y eso hace que los alumnosinicien un análisis. Esas preguntas casi siemprecomienzan con frases como “¿Por qué creen [o piensan] que…?” o “¿Cómo es que…?”

• Preguntar a los alumnos cómo pueden aplicarlo que han aprendido de esos versículos. Esaspreguntas pueden también tener más de unarespuesta posible. Por ejemplo, “¿Por qué siempredebemos comenzar el día con una oración?” “¿En qué forma nos afecta que lo hagamos?” o“¿Qué han aprendido del ejemplo de Abraham (o Nefi, etc.) que puedan aplicar a su vida?”

• Pedir a los alumnos que comparen cosas, talescomo comparar una persona o un acontecimientode una parte de las Escrituras con otra persona uotro acontecimiento perteneciente a otro pasaje olibro diferente.

• Las buenas preguntas son el núcleo principal de los buenos análisis, o sea, que no se puederealizar un buen análisis sin anteponer buenaspreguntas. Una buena pregunta debe serestimulante y no demasiado fácil, pero por lo general, no debe ser controversial nisensacionalista. Algunas veces los maestros hacen una pregunta controversial con el solo fin de estimular un análisis más animado; sinembargo, eso puede frustrar a los alumnos y crear contención en la clase, todo lo cual, aflige al Espíritu (véase 3 Nefi 11:29).

2. Planear el análisis. Al igual que los demásmétodos didácticos, es importante prepararsecuidadosamente para el análisis y luego dirigirlo bajola influencia del Espíritu, siguiendo los principios de la edificación. El maestro debe considerarprimeramente el propósito del análisis (la forma enque éste podrá ayudar a los alumnos a comprender lo que necesitan aprender), qué serie de preguntas los guiarán hacia ese propósito, cómo hacer esaspreguntas de la manera más eficaz y en qué formaactuar si las respuestas de los alumnos no sonacertadas. Durante el análisis, el maestro debe alentar

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LAS PREGUNTAS Y EL ANÁLISIS EN CLASE

En la educaciónreligiosa, laenseñanza eficaz es una enseñanzaedificante; y laspersonas logranuna mayoredificación cuandoparticipan en elaprendizaje bajo la influencia delEspíritu.

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El propósito total deun análisis es hacerque los alumnosparticipen en laexperiencia deaprendizaje delEvangelio, paraque de esa maneravayan descubriendoprincipios yconceptos por símismos, y luegoque el Espíritu lestestifique de suveracidad.

a los alumnos a participar. El propósito total de unanálisis es hacer que los alumnos participen en laexperiencia de aprendizaje del Evangelio, para que de esa manera vayan descubriendo principios yconceptos por sí mismos, y luego que el Espíritu lestestifique de su veracidad.

3. Seguir el ejemplo del Señor. Adviértase cómo elSeñor enseñó a los santos a encontrar la verdad:“Allegaos a mí, y yo me allegaré a vosotros;buscadme diligentemente, y me hallaréis; pedid, y recibiréis; llamad, y se os abrirá” (D. y C. 88:63). Se debe planear un análisis que motive a los alumnosa buscar, a preguntar y llamar; de esa manera elmaestro y el Espíritu pueden trabajar juntosayudándolos a recibir la verdad y el entendimiento, a poder comprender y a acercarse al Salvador.

4. Llamar a los alumnos por su nombre. Cuando un maestro no especifica qué persona desea queconteste, por lo regular, sólo los más intrépidoscontestan. El hacer primero la pregunta y luego pedira una persona específica que la conteste, y no alrevés, puede dar mucho más resultado. El darprimero el nombre de la persona a la cual va dirigidala pregunta, hace que automáticamente los demásalumnos se desentiendan y piensen que no haynecesidad de que presten atención. Además, habráalumnos que desearán siempre contestar casi todaslas preguntas; por eso, al llamar el maestro a otrosalumnos por su nombre, logrará obtener másparticipación de los más vergonzosos o tranquilos.

5. Conceder tiempo para que los alumnos piensen.Muchas veces los maestros hacen una pregunta,esperan unos segundos, y luego, al no recibirrespuesta, dan por sentado que los alumnos no van aresponder y la contestan ellos mismos. ¡Tengan

paciencia! Los alumnos por lo general necesitantiempo para encontrar la respuesta en las Escrituras o para pensar acerca de la pregunta o en la forma dedar la respuesta. El maestro no debe preocuparsedemasiado si el silencio que sigue a una preguntasuya se extiende por un período no demasiado largo.Por otro lado, algunas veces los alumnos noresponden porque la pregunta no ha sido muy clara.Si éste fuera el caso, el maestro deberá formularlanuevamente utilizando otras palabras o preguntar alos alumnos si la entendieron.

6. Escuchar las respuestas de los alumnos. Losmaestros están muchas veces tan preocupados acercade lo próximo que van a decir, o hacer, que noprestan atención a lo que los alumnos están diciendo.El maestro puede estar seguro de que entendió lasrespuestas haciendo preguntas tales como: “¿Quéquieres decir con eso?” o “Dame un ejemplo alrespecto”. Las preguntas se pueden hacernuevamente a otros alumnos con objeto de hacerparticipar a toda la clase. Por lo general, a no ser queel tiempo no lo permita, se les debe dar a todos losalumnos que deseen contestar, la oportunidad dehacerlo. Los maestros deben recordar a los alumnosque es necesario que escuchen a los demás y que nohablen cuando otra persona lo está haciendo (véaseD. y C. 88:122).

7. Acoger las respuestas de una forma positiva.Cuando un alumno da una respuesta, esimprescindible que el maestro la acoja de algunaforma. Ello lo puede hacer dando simplemente lasgracias o haciendo algún comentario acerca de larespuesta dada. Sin embargo, el maestro debe tenerespecial cuidado de no avergonzar a un alumno quehaya dado una respuesta equivocada.

Numerosos estudios han demostrado que laspersonas aprenden mejor cuando utilizan más de unsentido mientras estudian. El aprendizaje aumentacuando se les solicita a los alumnos que, además deescuchar, vean, toquen, prueben y huelan. Confrecuencia, el uso de ayudas audiovisuales favorece el estado de preparación de los alumnos para recibirla influencia del Espíritu.

A continuación se dan sólo unas pocas formas en las cuales el maestro puede introducir el uso deotros sentidos en el proceso del aprendizaje, apartedel oído.

LA PIZARRA

En los lugares donde no haya una pizarradisponible, se puede utilizar en su lugar una hoja

El aprendizajeaumenta cuando se les solicita a los alumnos que,además deescuchar, vean,toquen, prueben yhuelan.

LOS MATERIALES DE ENSEÑANZA VISUALES, DE AUDIO Y DEMÁS

grande de papel, de cartón o de cartulina. El maestropuede hacer sobre la pizarra una reseña de los puntosprincipales de la lección; representar o demostrar, pormedio de un esquema o diagrama, un principio dedoctrina o un acontecimiento;dibujar mapas; hacer diagramasque muestren el progreso deacontecimientos, relaciones oresultados; dibujar figuras decosas que se encuentran en las Escrituras; crear gráficas con el fin de demostraracontecimientos históricos;anotar cosas relacionadas con las Escrituras a medida que los alumnos las vayan hallando;o realizar un sinfín de otrasactividades, que sin duda,incrementarán el aprendizaje.

LOS OBJETOS Y LAS LÁMINAS

Los objetos y las láminas se pueden utilizar con el fin de ayudar a los alumnos avisualizar la forma de las personas, los lugares, los acontecimientos, los objetos y los símbolosmencionados en las Escrituras. En lugar de hablarsolamente acerca del yugo (véase Mateo 11:28–30), el maestro podría llevar una lámina o fotografía a laclase, o dibujar uno en la pizarra; quizás hasta tengauno pequeño de adorno. Al leer acerca de “los liriosdel campo” (véase Mateo 6:28–29), el maestro podríallevar una flor a la clase para que los alumnos laolieran y tocaran; incluso podrían probar pan sinlevadura. Los objetos o las láminas de las cosas queson ya familiares para los alumnos se pueden utilizarpara que ellos descubran algo nuevo sobre lasEscrituras o para compararlos con un principioespiritual. Las láminas son de gran ayuda para quelos alumnos visualicen y comprendan las Escrituras,especialmente cuando se hacen preguntas sobre ellascon el fin de iniciar un análisis. Los mapas, losdiagramas y las gráficas son también de gran utilidadpara explicar lo que sucede en los versículos.

LA MÚSICA

El Señor dijo: “Porque mi alma se deleita en elcanto del corazón; sí, la canción de los justos es unaoración para mí, y será contestada con una bendición

sobre su cabeza” (D. y C. 25:12). Reflexione acerca dela siguiente declaración de la Primera Presidencia:

“Los himnos invitan la presencia del Espíritu delSeñor, inducen a la reverencia, nos ayudan a

sentirnos más unidos y nos danla oportunidad de alabar al Señor.

“El canto de los himnosmuchas veces es en sí unelocuente sermón. Los himnosnos instan a arrepentirnos y a hacer buenas obras,fortalecen nuestro testimonio y nuestra fe, nos consuelancuando nos sentimos tristes odesesperanzados y nos inspirana perseverar hasta el fin”(prólogo de Himnos, pág. IX).

Esos resultados sonaspectos de una enseñanzaedificante. A continuación se encuentran algunas formasen que la música realza elaprendizaje:

• Hablar con los alumnos acerca de laimportancia de la música en la adoración y sobrela forma en que ésta ayuda a crear una atmósferaen la cual el Espíritu ejerce una mayor influencia.Recordarles que nunca llegarán a disfrutar delcantar los himnos de la Iglesia sino hasta quecomiencen a cantarlos.

• Tener música de inspiración de fondo cuandolos alumnos entren en el salón de clases omientras hagan una tarea escrita.

• Durante la lección, en un momento queconsidere apropiado, cantar un himno relacionadocon el tema de la lección. Por ejemplo, al enseñaracerca de la Última Cena (véase Juan 13–14),pueden cantar “Amad a otros” (Himnos, Nº 203);o “Loor al Profeta” (Himnos, Nº 15) con Doctrinay Convenios 135. Al final del himnario seencuentra un índice de referencias de lasEscrituras y uno de temas que pueden ser de gran utilidad para elegir los mejores himnosrelacionados con el tema de la lección.

• La música puede ser parte de los ejercicios deldominio de las Escrituras (véase “Desarrollar el

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El élder Boyd K. Packer dijo:

“En resumen, no creo que

haya ninguna ayuda

didáctica que supere, y pocas

que igualen en eficacia, al

uso de la pizarra: primero,

por ser tan simple de usar,

y segundo, porque casi en

cualquier parte del mundo

se puede obtener una”.(Enseñad diligentemente, pág. 233.)

“Porque mi almase deleita en elcanto del corazón;sí, la canción de los justos es unaoración para mí, y será contestadacon una bendiciónsobre su cabeza”(D. y C. 25:12).

dominio de las Escrituras”, pág. 37). Pida a laclase que cante un himno al unísono y luegohaga que los alumnos encuentren pasajes de las Escrituras que enseñen el mismo principioque se expresa en la letra de ese himno.

LA PRESENTACIÓN DE MATERIALES AUDIOVISUALES

Los casetes ya sea con música o palabras, losvideocasetes o y las películas pueden representar o describir acontecimientosimportantes de las Escrituras odramatizar la forma en quealgunas personas tratan desolucionar sus problemas yaplicar a su vida los principios delas Escrituras. Estos materialesayudan también a los alumnos a visualizar y a experimentar lo que sucede, brindanoportunidades para que elEspíritu testifique la verdad ydramatizan en qué forma losprincipios que se enseñan en las Escrituras se pueden aplicaren la vida actual.

Con demasiada frecuencia,los maestros muestran una parte de un videocasetesin hacer que éste forme parte del resto de la leccióno sin utilizarlo completamente con el fin deintensificar la enseñanza. El uso de los materialesaudiovisuales puede llegar a ser de más inspiración si a los alumnos se les alienta a participar másactivamente en el aprendizaje, pidiéndoles quepiensen, mientras los ven o escuchan, de qué manerael mensaje del relato se aplica a la vida de ellos. Antesde utilizar una de estas ayudas, tal vez sea de utilidadescribir en la pizarra lo que convendría que hicieranlos alumnos mientras vean o escuchen el relato.

En ocasiones, sólo es necesario mostrar oescuchar parte de la película, del videocasete o de la cinta grabada para lograr establecer o iniciar unanálisis. A veces, puede dar resultado parar lapresentación con el fin de poner de relieve unainformación útil para los alumnos.

PRECAUCIONES

El uso de audiovisuales en la enseñanza, quizásmás que ningún otro método didáctico, presenta

ciertos problemas; y muchas veces estos materiales seutilizan mal y se abusa de ellos. Los maestros debenhacerse las siguientes preguntas al prepararse parautilizar estos métodos de enseñanza:

1. ¿Ayudará a los alumnos a aprender un conceptoimportante de la lección? Un videocasete, unapelícula o una cinta grabada puede ser muyentretenido e impresionar a los alumnos, pero¿contribuye directamente al propósito de la lección y

a lo que los alumnos necesitanaprender? ¿Están los alumnospreparados para beneficiarsecon el mensaje? El utilizarestos materiales didácticos conel fin de cubrir simplementeparte del tiempo de la leccióno como medio de diversión,no son, en realidad, razonesvalederas para su uso.

2. ¿Vale la pena el tiempo quese emplea? El élder Boyd K.Packer aconsejó: “Las ayudasaudiovisuales en un salón declase pueden llegar a ser unaverdadera bendición o también

una maldición, según la forma en que se usen. Se lespuede comparar a condimentos que se emplean paracocinar, debiendo utilizárseles con cuidado paraagregar interés a una lección, aunque la instrucciónbásica, a fin de cuentas, será impartida básicamentepor medio de la disertación, de las preguntas yrespuestas, y de la lectura de las Escrituras”(Enseñad diligentemente, pág. 232).

3. ¿Es apropiado y está de acuerdo con las normasde la Iglesia? En otras palabras, ¿es edificante?Muchos materiales que se producen en el mundoofrecen un buen mensaje, pero al mismo tiempopresentan aspectos poco recomendables que puedenser ofensivos o enseñar conceptos que están encontra de la educación religiosa. Aun cuando unapequeña parte de un videocasete o una cinta grabadasea apropiada, si la restante no es recomendable, nodebe utilizarse. Inclusive, se debe tener tambiénmucha cautela con los dibujos y los diagramas que sehacen en la pizarra ya que pueden no ser apropiadospara la educación religiosa. Por lo general, todo lo

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El élder Boyd K. Packer

aconsejó: “Las ayudas

audiovisuales… se les

puede comparar a

condimentos que se

emplean para cocinar,

debiendo utilizárseles con

cuidado para agregar

interés a una lección”.(Enseñad diligentemente, pág. 232.)

El uso de losmaterialesaudiovisualespuede llegar a serde más inspiraciónsi a los alumnos se les alienta aparticipar másactivamente en elaprendizaje.

que sea controversial o sensacionalista no edifica la feni el testimonio.

4. ¿Se están violando las leyes de derechos de autory propiedad literaria? Muchos videocasetes y otrosmateriales que se producen en forma comercialtienen restricciones en cuanto a su uso y estánprotegidos por leyes de derechos de autor y propiedadliteraria. En los últimos años, los poseedores de estosderechos se han vuelto más enérgicos que nunca enbuscar y procesar a quienes violan esas leyes. Portanto, es importante que todos los maestros y loslíderes del SEI sigan las pautas que se enumeran acontinuación con el fin de acatar las leyes y para queni ellos ni la Iglesia se vean implicados en problemaslegales. Aun cuando las reglas que se encuentran acontinuación son una reseña específica de lasrestricciones que imperan dentro de los EstadosUnidos, la mayoría de los países tienen leyessimilares.

• El uso de videocasetes producidoscomercialmente. La ley reconoce que hay ciertasexcepciones a las restricciones normales dederechos de autor y propiedad literaria, en lo queconcierne al uso de videocasetes comerciales en el salón de clases (tales como los catalogados“sólo para uso doméstico”), pero, únicamente si se satisfacen todas las condiciones siguientes: Debe (a) ser un casete hecho en forma legal,(b) utilizarse en una enseñanza realizada cara acara, (c) utilizarse en un salón de clases o unlugar similar dedicado a la enseñanza, (d) lo debeutilizar una organización no lucrativa y educativa,(e) debe utilizarse con fines educativos y no comomedio de entretenimiento ni diversión.

Adviértase la cláusula “no como medio deentretenimiento ni diversión”. El mostrarvideocasetes comerciales, ya sean alquilados ocomprados, antes, después o durante la clase

sólo como medio de entretenimiento es ilegal.Éste es casi siempre el caso en que se muestrauna película en su totalidad.

• Utilizar programas grabados de la radio o la televisión. Se puede utilizar en el aula unprograma grabado de la radio o la televisión si se satisfacen las condiciones siguientes: (a) Lagrabación se guarda menos de cuarenta y cincodías y luego se borra. (b) La grabación se utilizaen el salón de clases sólo durante los primerosdiez días después de haber sido grabada. (c) Por logeneral, sólo está permitido pasarla una sola vezpor clase. (d) Si se utilizan partes del programa,no se deben alterar la totalidad del mensaje ni elcontenido. (e) Las cintas o casetes no se debenduplicar con el fin de dárselos a otras personas.(f) Todas las copias deben tener el aviso dederechos de autor del programa. (g) Es ilegalponer juntos varios segmentos de diferentesprogramas para crear un material de enseñanza.

• Utilizar materiales producidos por la Iglesia.Las películas, los videocasetes y las cintas demúsica producidos por la Iglesia están protegidospor las leyes de derechos de autor y propiedadliteraria y no se deben duplicar sin el permisoescrito de la Oficina de Derechos de Autor yPermisos, a menos que en la etiqueta diga locontrario.

• Duplicación de música. El duplicar cintas quetienen música protegida por los derechos de autores una violación a esa ley salvo que se tenga unpermiso por escrito. El hacer copia de la letra deuna canción protegida por las leyes de derechosde autor y propiedad literaria es también ilegal si no se tiene el permiso correspondiente. Loshimnos del himnario de la Iglesia se puedencopiar, salvo que se indique lo contrario.

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Si se utilizan debidamente, los ejercicios escritosy los pequeños grupos de trabajo pueden serimportantes para la enseñanza. Estos métodos deenseñanza pueden ayudar al maestro a crear el estadode preparación del alumno y, si se llevan a caboapropiadamente, pueden intensificar su participación.En ciertos casos, resultan ser una forma eficaz delograr que el Espíritu Santo ayude a los alumnos a aplicar personalmente los principios del Evangelio a su vida.

LAS ASIGNACIONES ESCRITAS

El utilizar ejercicios escritos o volantes hace que la información se imparta rápidamente, haceparticipar a los alumnos en la lección y los alienta a asumir responsabilidad en cuanto al aprendizaje.Las asignaciones o tareas deben tener como objetivoque los alumnos lean y escudriñen las Escrituras yque piensen, comprendan y apliquen los principiosdel Evangelio que se encuentran en los versículos que están estudiando. Entre las asignaciones escritasse pueden incluir ejercicios de estudio, pruebas,exámenes cortos, juegos relacionados con laenseñanza y composiciones. En el Sistema Educativode la Iglesia la necesidad de las asignaciones escritasen los programas de seminario varían de acuerdo conla naturaleza del programa.

En las zonas en donde los alumnos viven unoslejos de otros, o donde no hay suficientes jóvenes que puedan asistir a las clases diarias, los alumnosparticipan en los cursos de Estudio IndividualSupervisado de Seminario. Por lo general, las clasesde estudio individual supervisado se llevan a cabouna vez a la semana; y durante los demás días, losalumnos hacen la tarea principal, tanto de lecturacomo de estudio de las Escrituras, en casa. En esoscasos, las asignaciones y tareas escritas son la parteprincipal de la experiencia de aprendizaje.

En los lugares donde hay suficientes alumnos queviven cerca los unos de los otros, las clases se llevan acabo diariamente durante la semana y los alumnoshacen su tarea (excepto la lectura de las Escrituras)en clase. No se recomienda dar en los programas deseminario diarios asignaciones para terminar en casa;pero las asignaciones escritas realizadas en clasepueden ser muy eficaces.

En cualquiera de los programas, las asignacionesescritas deben satisfacer los requisitos de los objetivosde aprendizaje y adaptarse a la capacidad y a lasnecesidades de los alumnos.

LOS GRUPOS DE TRABAJO

Algunas veces resulta útil dividir la clase, de dosen dos, o en pequeños grupos, con el fin de que losalumnos trabajen juntos en una tarea o asignación,tal como estudiar un bloque de las Escrituras. Gruposmás grandes, de cinco o más alumnos, muchas vecesdan menos resultado. Si lo desean, los maestrospueden elegir a un alumno que actúe como líder degrupo con objeto de ayudar al resto a terminar laasignación que se les haya dado. A continuación, se dan algunas ideas para utilizar tareas escritas opequeños grupos en la enseñanza:

1. Planear ejercicios escritos con el fin de mejorar elaprendizaje. Los ejercicios escritos, al igual que todoslos demás métodos didácticos, deben apoyar el plande enseñanza. No se deben dar para mantener a losalumnos ocupados ni como castigo por un malcomportamiento. Entre los ejercicios escritos quemejoran el aprendizaje se encuentran los que lleven a los alumnos a descubrir principios por sí mismos o los que requieran un análisis o una síntesis de loque los alumnos estén estudiando.

Algunos ejercicios escritos se pueden relacionardirectamente con un bloque de las Escrituras, comopor ejemplo, escribir un versículo o relato de lasEscrituras utilizando sus propias palabras; escribir las preguntas, los pensamientos o los sentimientosque hayan tenido cuando leyeron los pasajes; escribirrespuestas a preguntas acerca de los versículos; o escribir sobre experiencias personales que serelacionen con un principio del Evangelio contenidoen esos versículos. El instar a los alumnos a escribiren los diarios personales puede ser una buena formade ayudarlos a aplicar lo que aprendan. (Advertencia:No debe pedir que lo escrito por los alumnos en susdiarios, relacionado con sentimientos, formas depensar o promesas que hayan hecho, lo muestren o lo lean a los demás, ni a usted mismo.)

Al guiar el aprendizaje de los alumnos que sonmás jóvenes o de aquellos cuya capacidad sea máslimitada, se les debe dar ejercicios escritos en los que

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Los ejerciciosescritos puedenayudar al maestroa crear el estado de preparación del alumno y, si se llevan a caboapropiadamente,pueden intensificarsu participación.

Los ejerciciosescritos, al igualque todos losdemás métodosdidácticos, debenapoyar el plan deenseñanza.

LOS EJERCICIOS ESCRITOS Y LOS GRUPOS DE TRABAJO

se les proporcione más información que la que se daa los mayores y en los que se les exija menos. Paraesos alumnos, puede dar mucho más resultado darlesejercicios en los cuales haya que llenar los espaciosen blanco, anotar referencias específicas de lasEscrituras en lugar de una serie más general depasajes, y otros ejercicios por el estilo.

2. Conceder a los alumnos tiempo para terminar las asignaciones. El tiempo que se les conceda a losalumnos para terminar una asignación debe estarrelacionado con lo difícil que ésta sea. Si lo desea, el maestro puede hablar privadamente con cada unode los alumnos mientras el resto de la clase trabaja en asignaciones escritas. Los maestros del curso deestudio individual supervisado de seminario puedenapoyar a los alumnos en el aprendizaje poniéndose en contacto con ellos en sus respectivas casas paraayudarlos a terminar una tarea. Para los grupos detrabajo, se debe poner un límite al tiempo que tenganpara las diferentes partes de la asignación. El maestrodebe indicar la cantidad de tiempo que les quede parafinalizar la asignación.

3. Pedir a los alumnos que informen de lo quehayan escrito o hecho como grupo. Se les debe pedir

a los alumnos que analicen en clase lo que hayanescrito o que hagan las preguntas que hayan surgidomientras estudiaban. Si los alumnos entregan almaestro sus ejercicios escritos, éste puede escribircomentarios o contestar preguntas acerca de lasasignaciones o tareas.

4. Caminar alrededor del salón de clases paraayudar a los alumnos en el aprendizaje y ver lo que están haciendo con el fin de mantener el orden.El maestro debe participar activamente en laactividad de aprendizaje una vez que los alumnosestén divididos en grupos y trabajando, o después de haber dado una asignación escrita. El ir de unalumno a otro, o de un grupo a otro, el escuchar paraasegurarse de que comprendan la tarea, y el formarparte de cada uno de los grupos por cierto tiempo ytrabajar con ellos son formas de participar con losalumnos. Durante el tiempo empleado en los gruposde trabajo o para hacer asignaciones escritas, losalumnos pueden muy fácilmente utilizarlo paraconversar de temas personales o hacer chistes. La presencia del maestro y su participación activa con el fin de ayudar a los alumnos en el aprendizajeservirá para evitar que esos problemas ocurran.

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L A E N S E Ñ A N Z A D E L E V A N G E L I O : M A N U A L P A R A L O S M A E S T R O S Y L O S L Í D E R E S D E L S E I

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L A E N S E Ñ A N Z A D E L E V A N G E L I O : E L A R T E D E L A B U E N A E N S E Ñ A N Z A

La enseñanza del Evangelio es la obra del Señor y Él desea que el

SEI tenga éxito al respecto. Si a diario los maestros y los líderes le

piden ayuda, sentirán que la reciben. Él les ha prometido a todos los

que se esfuerzan por vivir y enseñar Su Evangelio:

“Por tanto, de cierto os digo, alzad vuestra voz a este pueblo;

expresad los pensamientos que pondré en vuestro corazón, y no seréis

confundidos delante de los hombres;

“porque os será dado en la hora, sí, en el momento preciso, lo que

habéis de decir.

“Mas os doy el mandamiento de que cualquier cosa que declaréis en

mi nombre se declare con solemnidad de corazón, con el espíritu de

mansedumbre, en todas las cosas.

“Y os prometo que si hacéis esto, se derramará el Espíritu Santo

para testificar de todas las cosas que habléis” (D. y C. 100:5–8).

LA IGLESIA DE JESUCRISTO DE LOS SANTOS DE LOS ÚLTIMOS DÍASSISTEMA EDUCATIVO DE LA IGLESIA

M A N U A L P A R A L O S M A E S T R O S Y L O S L Í D E R E S D E L S E I

LA ENSEÑANZA DEL EVANGELIO

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