ensayo politico sobre la nueva espana - a. de humboldt_.pdf

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    Obras espaolas nuevamente publicadas en lamisma librera.

    E X A M E N P O L T I C O D E L A I S L A D E C U B A , p o r e l b a r nA. DE HUSIBOLDT. I vol . en-8, con un hermossimo mapa.

    A T L A S G E O G R F I C O Y F S I CO D E L A N U E V A - E S P A A ,por A. DE HUMBOLDT; 20 mapas en folio.Es t e A t l as , for m ado par a l a edic i n f r an ces a , puede s er v i r

    igualmen te para la edicin espao la; porque se l ian con servado losnombres propios de rios, ciudades, etc., y por consiguiente 110 basufrido alteracin notable que pueda dificultar su comprensin los que 110 sepan el francs. Este atlas, tan correcto como magn fi-camente ejec utad o, contiene las n oticias mas exactas y preciosass ob r e l os es tados de l a A m r i ca , con oci dos con e l n om b r e de N uev a-Es pa a. Vas e l a Anlisis razonada en el tomo v del Ensayo poltico'FO R M U L A R IO par a l a pr epar aci n y us o de v ar i os m edicam en t os

    nuevos, por F. MAGENDIE, individuo del Instituto de Fran-cia , etc.; traducido al castel lano de la quinta edicin fran ces a,con notas, por J. L. CASASECA. I vol . en-12.

    R E C R E A C I O N E S Q U M I C A S , q u e c o n ti e ne n u n a s r ie d e e x p e -r i m en t os q u m i cos cur i os os i n s t r uct i v os , q ue pueden e j ecu-tarse con facil idad y s in el menor p eligro , por F . ACCUM; tradu-cidas del ingles al castel lano de la cuarta edicin, con notas, porJ. L. CASASECA. 2 vol . en-12, con lminas.

    LA VI C T OR IA D E J U N I N , C an t o Bol v ar , por J . J . OLMEDO,I vol . en-12, con 4 lminas i luminadas.

    M A N U A L D E L A B O G A D O A M E R I C A N O , p o r D . J . E . DE O . ,pr ofes or de j ur i s pr uden ci a . 2 v ol . en - t a .

    En prensa.L O S E S T A D O S L I B R E S D E L A A M R I C A E Q U I N O C C I A L ,

    ilustrados en su historia natural y pol t ica, segn los viages delb ar n A . DE HUMBOI.DT. 4 vol . en-8, con mapas.

    E N S A Y O P O L T I C OS O B R EL A N U E V A E S P A A

    ro'RE L B A R O N A . D E H U M B O L D T .

    SECUNDA EDICIONC O R R E G I D A Y A U M E N T A D A , A D O R N A D A C O X M A P A S J

    TRADUCIDA AL CASTELLANOP OR DON VIC EN T E GON ZA LEZ A R N A O.

    T O M O P R I M E R O .

    PARIS.E N C A S A D E J U L E S R E N O A ^ D ,

    LIBRERO, CALLE DE TOURNOW , K 6

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    M f >i ? ? 7v

    PONDO HfSTOfUCORiCAROO COVARRUBlAS156740

    A D V E R T E N C I AD E L T R A D U C T O R .

    L A f a v o r a b l e a c o g i d a q u e h a d e b i d o a l p b l i c ol a t r a d u c c i n q u e h i c e d e e s t a c l e b r e o b r a e l a od e 1 8 2 2 , h a c o n s u m i d o e n b r e v e t i e m p o t o d a s ue d i c i n ; y y a se p r e p a r a b a u n a s e g u n d a , c u a n d os e h a p u b l i c a d o l a. n u e v a e d i c i n d e s u o r i g i n a la n o t a d o y a u m e n t a d o p o r e l a u t o r . E r a p u e s c o n -s i g u i e n t e s e g u i r e s t e t e x t o a l r e p e t i r l a t r a d u c -c i n d e u n a o b r a , la cu a l c a d a p l u m a d a d e t a ni l u s t re e s c r i t o r , 110 p u e d e m e n o s d e a a d i r u np a r t i c u l a r m r i t o n t e r e s .

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    P R E F A C I O D E L E D I T O R .

    LA Amrica espaola presenta hoy dia uno de los es-pectculos mas grandiosos, que al repasar la historia dela civ il izacin humana, han podido l lamaren cualquieratiempo la aten cin de los filsofos.

    Sin extender nuestra observacin sino los pueblosde raza mejicana, esto es, los de Guatemala y laNueva- Espaa, vemos en ellos o cho mil lones y mediode habitantes ocupados en darse nuevas institucionessociales, en fundar un gran estado federativo , y en be-neficiar l ibremen te las inmensas riquezas de su territorio.Su situacin entre las costas que baan los mares delAsia y de Europa y su colocacion en las faldas y cimade las Cordil leras, variando asi los c l imas como en an -fiteatro , sealan la alta ventu ra que estos pueb los sehallan destinados por la naturaleza. En una poca en queobjetos tan dignos de las mas serias meditaciones, danocupacion al talento hum ano, creemos que el pbliconos agradecer el que le presentemos de nuevo unaobra que encierra los m ateriales m as exactos para resol-ver las cuestiones que da lugar la Amrica Espa-

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    V I I I P R E F A C I O D E L E D I T O R .ola. El Ensayo poltico sobre la Nueva-Espaa r e nebajo un mismo punto de vista el estado fsico y moralde un pais cinco veces tan grand e com o la Francia.Cuand o se pub lic, ejercia en aquellos paises su me-tr p ol i tod o e l inf l u jo d e s u d om ina c in; y l a Eu r o p a ,agitada entonces dentro de s misma con guerras que serepetan sin cesar, se ocupaba poco de los negocios delNuevo-Continente; y sin embargo esta obra produjo unnteres mu y vivo desde su primera publi caci n; y enprueba de que en vez de dismin uir con el tiempo estenteres, ha ido siempre en aumento, bastar recordarque no se ha cesado desde entonces, asi en Europa co-m o e n A m r ic a d e r e im p r im ir l a , d e t r a d u c ir l a , d e e x -tractarla, y de copiarla de servirse de los mapas geo-grficos que contiene.

    Cuantos han estado encargados del gobierno de lascolonias se han visto precisados recurrir los escri-tos del seor de Hum boldt ; y el mismo go bierno espa-ol ha tomado de el los mu chas no ticias acerca del au-mento progresivo de la poblacion, del consumo inte-rior y de la balanza del comercio.

    Despues de las revolucion es que M jico ha exp eri-mentado, el nuevo gobierno de este pais ha citado fre-cuentemente la obra del seor de Humboldt en todos lospageles de oficio que tenan relacin, ya sea clculosde la extensin de territorio s , ya sea valuar la riqueza

    P R E F A C I O D E L E D I T O R . I Xde las mina s, ya en fin la distribuci n de las diferente srazas de hombres en las llanuras y en las lomas de las Cor-dil leras. Se debe tambin en gran parte este l ibro, asipor la c laridad de los clculos que encierra, como po r laexactitud de sus resultados, la facil idad con que lospropietarios de minas mejicanas han encontrado en In-glaterra muc hos millon es de libras e sterlinas , parareanimar varios laboros que desde largo tiempo yacianen decade ncia, para emprender otros nuevos sobrevetas en que apenas sehabia puesto la mano. Mu y m oder-namente , el dia 21 de jul io de 18 24, elpoder ejecutivode lgobierno mejicano, dijo en un acto pblico solemne que:E Ensayo poltico del seor de Humboldt comprendela descripcin mas completa y mas exacta de las rique-zas naturales del pais, y que la lectura de esta gran deobra ha contribuido mucho reanimar la activ idadindustrial de la nacin , y inspirarle confianza en susfuerzas propias.

    La estadstica de un pais se compon e de elementosdiversos, entre los cuales unos son fi jos como las leyesde la naturaleza fsica, y otros variables segn las v ici-situdes del estado moral y poltico de los pueblos. ElEnsayo poltico sobre la Nueva-Espaa trata con prefe-rencia, como es propio de todas las obras en que se in-tenta elevarse consideraciones generales, de las basasinvariables de la prosperidad pblica. El autor discute

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    X P R E F A C I O D E L E D I T O R .en ella lo que la configuracin del suelo , el clima yla vegetacin mas menos vigorosa, influyen sobrela agricultura, sobre el laboro de las minas, sobre lasartes industriales y las relaciones comerciales con lasnaciones extrangeras. Este influjo y estas relaciones sonsiempre las mismas, cualquiera que sea la forma delgobierno bajo el cual haya de vivir un pueblo. Encuan to los elem entos variables de la estadstica , elseor de Humboldt, accediendo nuestras instancias,ha rectificado de nuevo los mas esenciales, y ha aa-dido algunas notas en que ha discutido los progresos

    " 1 _ *

    que ha hecho la poblacion desde la poca de su viage.El Ensayo poltico no se l imita bosquejar el cuadro

    de la agricultura, de las riquezas minerales, de las ma-nufacturas , del comercio, de la hacienda piibl ica, y dela defensa mil itar del continente mejicano; sino que tratatambin de las otras partes de la Amrica espaola,analizando con igual esmero los elementos principalesde su prosperidad pblica. Considerada la obra bajoeste aspecto encierra mas de lo que su ttulo prom ete;pues que al lado dla estadstica de M jico , se hal la, yaque no sea la de todas las posesiones espaolas de Am-rica , lo menos un recuento exacto de su pobla cion ,del producto de sus minas, de sus exportaciones y desus rentas pblicas, antes de la gran revolucin que lasl ia separado de la metrpoli . Estas investigaciones de

    P R E F A C I O D E L E D I T O R . X Iestudslica comparada se extienden hasta la confede-racin de los Estados-Unidos las posesiones de laGran-Bretaa en Asia.

    Cuando el barn de Hum boldt pu blic por primeravez, con arreglo los informes oficiales que encontren los archivos , el estado de las cantidades de plata( i49 ,3 5 o ,7 2i m a r c os ) qu e s e ha bia n e x tr a id o d e l asminas de Mjico, durante el largo intervalo desde 1690hasta 1800, examin tambin la suma en moneda (3706millones de pesos fuertes) que ha re fluido de un co nti-nente al otro, desde fines del s iglo dcimo quinto hastaprincipios del dcimo nono. Esla discusin, que es unade las mas importantes para las investigaciones que sonpropias del estudio de la economa po ltica, ha dado mu-chas luces para saber cual es la propo rcion entre el or o yla plata, y ha rectificado algunos errores que no pudo me-nos de cometer el clebre auto r de la obra sobre la Riquezade las naciones, por faltarle noticias positivas; y hab iendopor lo tanto merecido que se haga una mencin honrosade ella en las sesiones del parlamento de la Gran-B retaa.

    A estas consideraciones sobre la acumulacin progre-siva del numerario en Europa y en Asia, y al traspasode los metales del ueste al este, el seor de Humboldtha aadido otras que, por la variedad de intereses quepresentan, hubieran podido dar bastante materia al-gunas memorias separadas. Nos contentaremos con c-

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    X X I P R E F A C I O D E L E D I T O R .tar aqu las investigaciones sobre los fenmenos carac-tersticos de la fiebre amarilla en la zona trrida, lascuales se han impreso varias veces , y en lenguasdiferente s , en la poca de las epidemias de C diz yBarcelona; las consideraciones sobre los Canales oceni-cos, proyectados entre el Atlntico y el mar del Sur, lacircunstanciada aunque breve noticia de las grandes obrashidrulicas ( de acequias y cauces subt errn eos) quese han emprendido para preservar la ciudad de Mjicode las inund acione s; por fin, la descripcin geo gn s-tica de las Cordil leras de Ana huac , y de sus varias ra-

    \

    mificaciones.T a nto e n e l Ensayo poltico , c om o e n las Vistas de

    las Cordilleras investigaciones sobre los monumentosamericanos, del mismo au tor, estn descriptos los res-tos de obras de arquitectura y de escultura tultecas yaztecas, que anuncian su adelantada civil izacin. Ya enel tiempo de la conquista hablaron de esto los primerosviageros, asi frailes como guerreros; pero la descon-fianza que inspiraban en aqu el tiempo de escepticismofilosfico tales narracion es, exageradas las mas vece s,habia sepultado en un completo olvido las seales dela antigua cultura de aquella porcion de n uestra es-pecie. El seor Bullock, v iagero, animado de gran zelo,ha traido ltimamente de Mjico Londres copias enescala pequea, y modelos de yeso de las pirmides, con

    P R E F A C I O D F .L E D I T O R . X I I Igraderas de la piedra que servia para los sacrificios, delzodiaco y de varias divinidades aztecas, que han exci-tado en gran manera la curiosidad pblica; y la mayorparte de ellas estn diseadas en el Atlas pintoresco delviage las regiones equinocciales.

    Al reimprimir el Ensayo poltico he m os ju zga d o qu eno debia por ningn motivo mudrsele el ttulo; ni des-figurar la obra con alteraciones poco meditadas, asicomo ni recargarla con adiciones que no presentasen sinoun nteres puramente transitorio. El seor de Humboldt,ha descrito las colonias tal cual se hallaban al fin dela dominacin europea, y hemos querido conservar este estado estadstico su simplicidad primitiva, y laviveza del colorido con que se describen siempre losobjeto s que se tienen la vista. Cada pgina de por srecuerda la poca en que se escribi. El autor seala entodas partes los errores de la administracin pblica ;pero guardan do siempre aquella m oder acin , sin lacual hubiera desaparecido toda esperanza de mejoras.Si hubiera intentado en esta nueva edicin presentarlotodo en su estado presente, habra quitado su l ibrosu fisonoma y su carcter, de ser el resultado de susconocimientos individuales; fuera de que se hubieraexpuesto caer en errores de gravedad, escribiendo una distancia tan grande. Las guerras intestinas handisminuido el laboro de las minas, y han turbado por

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    X I V P R E F A C I O D E L E D I T O R .4

    espacio de diez aos las relaciones comerciales de estasvastas regiones. Las cantidades de oro y plata acuadasen la casa de mon eda de Mjico, las exportacionesd e l os p u e r tos d e V e r a -C r u z , T a m p ic o, A l v a r a d o,Acapulco y San Blas han sido tan inconstantes, que losdatos estadstic os m as cabales sobre el estado de lasprovincias de M jico en estos ltimos ao s, tendrianpoqusima importancia para los que quieran saber lo que\puede l legar ser este hermoso pais, cuando sus institu-ciones se hayan conso lidado enteram ente, y no se hal letampoco amenazada su tranquil idad pblica por partede los extrangeros. Para juzgar con alguna probabil idadde lo que sern en adelante las provincias de Mjico, ypara adquirir una idea cabal del consumo que hace lapoblacion mejicana de los productos de su suelo y delas manufa cturas de la Eur opa, sera necesario todavap or m u c ho t ie m p o, r e c u r r i r a l Ensayo poltico del se-or de Hum boldt. E ste v iagero pinta el pais en la pocadel mayor esplendor que habia podido elevarse, enmedio de las trabas puestas su industria por la me-trpoli ; esto es, cuando el producto anual de las minasera de 1600 kilogram os de or o, y de 537,000 kilo-gramos de plata, lo que es lo mismo, de 23 mil lonesde pesos fue rtes ; el valor de las manufacturas del paisde unos 7 a 8 mil lo nes, y el consumo de mercaderasextrangeras mas de 20 mil lones de pesos duros. Es de

    P R E F A C I O D E L E D I T O R . X Vesperar que la independencia, las nuevas institucionessociales, y los capitales que ha l levado al l la Europa,vivificarn la industria, y conducirn aquel pais ungrado de prosperidad, superior al que ha gozado hastael dia; pero antes de conseguir este dichoso resultado,tiene que pasar de nuevo por el estado de produccin yde consumos en que se encontraba en el tiempo inme-diato anterior sus convulsiones polticas.

    Debem os advertir que la mayo r parte de las adicio-nes y m ejoras de esta nueva edicin estn intercaladas enel texto. Recaen principalmente sobre estas la Memoriade geografa astron mica q ue forma la introduccin dela obra; sobre la discusin acerca del grado de util idadque pueden ofrecer los canales ocenicos, a l comerciode la Europa y de la Amrica del norte, ya con la Indiay la China, ya con el Per , Guatemala, y la costa denorueste; sobre el aumento de la poblacion entre losnaturales; sobre las tribus de indios independientes quehabitan las regiones setentrionales; sobre el empadro-namiento de los habitantes de la ciudad de Mjico, ylos productos de su casa de moneda durante las revuel-tas civ iles; sobre la exportacin siempre decreciente deloro de las lavaduras del Brasil ; sobre el comercio deVera-Cruz, cuyo producto total desde el ao 1795 hasta1280 ha subido 538,64o,i63 pesos fuertes; sobre elconsumo anual de l ienzos en el interior de las provin-

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    X V I P R E F A C I O D E L E D I T O R .cias de Mjico ; sobre la renta que el gobierno saca delos tres ramos de impuestos (alcabalas, pulco y aguar-diente de caa); y finalmente sobre los fondos repar-tidos por el Tribunal de Minera desde el ao 1777hasta 1813 para el fomento de los laboros de las minas.

    Las relaciones no interrumpidas que el autor ha con-servado asi con el gobierno mejicano, como con variaspersonas que en diferentes pocas han oc upado lospuestos mas altos en aquel pais, le han proporcionadoun gran nmero de materiales estadsticos enteramentenuevos, y que se dan al pblico por primera vez en estaedicin. Tanbien creemos agradar al pblico, aadiendoel testamento de Hernn-Corts, que el seor de Hum-boklt ha sacado de los archivos de la familia de Monte-Leon, en Mjico, y que lleva el sello del carcter y delas grandes calidades de aquel hombre extraordinario.

    mm

    P R E F A C I OD E LA PRI ME RA E D I CI ON .

    L L E G U Mjico por el mar del Sur en marzo de18o 3 , y he residido en este vasto reino por espaciode un ao. Como habia hecho ya antes varias inves-tigaciones en la provincia de Cara cas, en las ori llasdel Orenoco y del Rio Ne gro , en la Nuev a-Gra nada,en Quito y en las costas del Per, donde habia idopara observa r en el hemisferio austral el paso de mer-curio sobre el sol, el dia 9 de novi e mbr e d e 18 02,me sorprendi ciertamente lo adelantado de la Nueva-Espaa respecto de la de las partes de la Amricameridional que acababa de recorrer. Este contrasteme excitaba un mismo tiempo estudiar muy par-ticularmente la estadstica del reino de M jic o, y investigar las causas que mas han influido en los pro-gresos de la poblacion y de la industria nacional.

    Mi situacin individual me ofreca tocios los mediosconvenientes para conseguir el f in que me habia pro-puesto. Es verdad que no poda sacar materiales deninguna obra impresa ; pero tuve mi disposicin un

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    X V I P R E F A C I O D E L E D I T O R .cias de Mjico ; sobre la renta que el gobierno saca delos tres ramos de impuestos (alcabalas, pulco y aguar-diente de caa); y finalmente sobre los fondos repar-tidos por el Tribunal de Minera desde el ao 1777basta 1813 para el fomento de los laboros de las minas.

    Las relaciones no interrumpidas que el autor ha con-servado asi con el gobierno mejicano, como con variaspersonas que en diferentes pocas han oc upado lospuestos mas altos en aquel pais, le han proporcionadoun gran nmero de materiales estadsticos enteramentenuevos, y que se dan al pblico por primera vez en estaedicin. Tanbien creemos agradar al pblico, aadiendoel testamento de Hernn-Corts, que el seor de Hum-boklt ha sacado de los archivos de la familia de Monte-Leon, en Mjico, y que lleva el sello del carcter y dolas grandes calidades de aquel hombre extraordinario.

    mm

    P R E F A C I OD E LA PRI ME RA E D I CI ON .

    L L E G U Mjico por el mar del Sur en marzo de18o 3 , y he residido en este vasto reino por espaciode un ao. Como habia hecho ya antes varias inves-tigaciones en la provincia de Cara cas, en las ori llasdel Orenoco y del Rio Ne gro , en la Nuev a-Gra nada,en Quito y en las costas del Per, donde habia idopara observa r en el hemisferio austral el paso de mer-curio sobre el sol, el dia 9 de novi e mbr e d e 18 02,me sorprendi ciertamente lo adelantado de la Nueva-Espaa respecto de la de las partes de la Amricameridional que acababa de recorrer. Este contrasteme excitaba un mismo tiempo estudiar muy par-ticularmente la estadstica del reino de M jic o, y investigar las causas que mas han influido en los pro-gresos de la poblacion y de la industria nacional.

    Mi situacin individual me ofrecia tocios los mediosconvenientes para conseguir el f in que me habia pro-puesto. Es verdad que no podia sacar materiales deninguna obra impresa ; pero tuve mi disposicin un

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    X V l j P R E F A C I O ,gr a n n m e r o d e m e m or ia s m a nu s c r i ta s d e qu e p orefecto de una act iva curiosidad ha y copias esparcidasen las mas remotas partes de las colonias espao-las. Comparaba los resultados de mis propias investi-gaciones con los datos que me ofrecian vario s do cu-mentos oficiales que ya aos antes l iabia reunido. Unata m p or a d a m u y t i l , a u nqu e c or ta , qu e p a s e l a od e 1 8 04 e n F i l a d e l f ia y e n Wa s hington, m e d i oc a -sion de hacer varios cotejos entre el estado actual del os Es ta d os -Unid os y e l d e l Pe r y M j ic o , qu e ha biav is i ta d o p oc o t ie m p o ha c ia .

    Por e s te m e d io m is m a te r ia l e s ge ogr f ic os , y e s ta -dsticos crecieron demasiado para poder incluir sus re-sultados en la relacin histrica de mi viage; y l lego esperar que una obra particular, publicada con el ttulod e Ens a yo p ol t i c o s obr e e l r e ino d e N u e v a -Es p a a ,podr ser recibida co n apre cio, en una poca en queel nuevo continente l lama mas que nunca la atencin,y el nteres de los europeos. En Mjico y en la penn-sula hay varias copias del primer bosquejo de este tra-bajo que hice al principio en espaol. Persuadido deque esta obra po dia ser til los encarg ados delgobie rno y administrac in de las colon ias, los cualesmuchas veces, aun despues de una larga residencia enel las, no suelen tener ninguna idea exacta acerca delestado de estas hermosas y extensas regiones, habiacomunicado mi manuscrito cuantos mostraron deseode estudiarlo; y estas comunicaciones repetidas mehan facilitado correccion es impo rtantes. El gobiern o

    P R E F A C I O . X V U Jhonr ta m bi n m i t r a ba jo c on m u y p a r t ic u l a r a te n-c in; y d e l s e ha n tom a d o m a te r ia l e s p a r a m u c hostrabajos de oficio dirigidos discutir los intereses delcomercio, de la industria, y manufacturas de las co-lonias.

    La obra que publico al presente se divide en seissecciones principales. El primer l ibro presenta consi-deraciones generales sobre la extensin, y el aspectof s ic o d e l a N u e v a -Es p a a . S in e ntr a r e n ning n p or -menor de historia natural descriptiva, porque esto loreservo para otras partes de mi obra, he examinado lainfluencia de las desigualdades del suelo sobre el c l ima,la agr icul tura , el come rcio y la defensa de las cos-tas. El segundo l ibro trata de la poblacion general yde las varias castas en que se divide. El tercero p re-senta la estadstica par ticula r de cada una de las in-tendencias, su poblacion y su rea calculada segn lascartas geogrficas que yo he levantado por mis obser-vaciones astronmicas. En el cuarto l ibro examino elestado de la agricultura y de las minas de metales; yen el quin to los progresos de las manufactu ras y delcomercio. El sexto l ibro contiene algunas indagacio-nes sobre las rentas del estado y sobre la defensa mi-l itar del pas.

    A pesar del gran cu idado qu e he puesto en verificarla exactitud de los resultados en que me he l legado fijar, no dudo haber com etido vario s errores de con-sideracin , que se dejar n ver mas y m as prop or-cion que mi obra excite los habitantes de la Nueva-

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    Espaa estudiar el estado de su patria. Puedoc onta r s in e m ba r go c on l a ind u l ge nc ia d e l os qu e c o-nocen las dificultades de esta especie de inve stigac io-ne s , y qu e ha n c om p a r a d o u na s c on otr a s l a s ta bl a sestadsticas que se pub lican anua lmen te en los pai-ses mas civil izados de la Europa .

    L I B R O P R I M E R O .C O N S I D E R A C I O N E S G E N E R A L E S A C E R C A D F. L A E X T E N -

    S I O N Y E L A S P E C T O F I S I C O D E L R E I N O D E L A N U E V A -E S P A A . I N F L U E N C I A D E L A S D E S I G U A L D A D E S D E LS U E L O E N E L C L I M A , L A A G R I C U L T U R A Y E L C O -M E R C I O , Y E N L A D E F E N S A M I L I T A R D E L P A I S .

    C A P I T U L O P R I M E R O .E X T E N S I O N I ) E I . A S P O S E S I O N E S E S P A O L A S E S A M E R I C A .

    C O M P A R A C I O N D E E S T A S P O S E S I O N E S C O N L A S C O L O -N I A S I N G L E S A S Y C O N L A P A R T E A S I A T I C A D E L I M P E R I OR D S O . N O M B R E S D E N U E V A - E S P A A Y D E A N A H U A C .

    L M I T E D E L I M P E R I O D E L O S R E Y E S A Z T E C A S .

    ANTES de del inear el cuadro poltico del reino d laN u e v a -Es p a a , c onv e nd r m u c ho p a s a r l a v i s ta l ige -ramente por la extensin y poblacion de las posesionesespaolas en las dos Amricas. Solo generalizando lasideas y considerando cada colonia bajo sus relacionescon las vecinas y con la metrpoli , es como puedenllegarse obten er resultados exactos , y colocar elpais que se describe en el lugar que le correspondepor su riqueza territorial .

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    Espaa estudiar el estado de su patria. Puedoc onta r s in e m ba r go c on l a ind u l ge nc ia d e l os qu e c o-nocen las dificultades de esta especie de inve stigac io-ne s , y qu e ha n c om p a r a d o u na s c on otr a s l a s ta bl a sestadsticas que se pub lican anua lmen te en los pai-ses mas civil izados de la Europa .

    L I B R O P R I M E R O .C O N S I D E R A C I O N E S G E N E R A L E S A C E R C A D E L A E X T E N -

    S I O N Y E L A S P E C T O F I S I C O D E I, R E IN O D E L A N U E V A -E S P A A . I N F L U E N C I A D E L A S D E S I G U A L D A D E S D E LS U E L O E N E L C L I M A , L A A G R I C U L T U R A Y E L C O -M E R C I O , Y E N L A D E F E N S A M I L I T A R D E L P A I S .

    C A P I T U L O P R I M E R O .E X T E N S I O N I ) E L A S P O S E S I O N E S E S P A O L A S E S A M E R I C A .

    - C O M P A R A C I O N D E E S T A S P O S E S I O N E S C O N L A S C O L O -N I A S I N G L E S A S Y C O N L A P A R T E A S I A T I C A D E L I M P E R I OR O S O . N O M B R E S D E N U E V A - E S P A A Y D E A N A H U A C .

    L M I T E D E L I M P E R I O D E L O S R E Y E S A Z T E C A S .

    ANTES de del inear el cuadro poltico del reino d laN u e v a -Es p a a , c onv e nd r m u c ho p a s a r l a v i s ta l ige -ramente por la extensin y poblacion de las posesionesespaolas en las dos Amricas. Solo generalizando lasideas y considerando cada colonia bajo sus relacionescon las vecinas y con la metrpoli , es como puedenllegarse obten er resultados exactos , y colocar elpas que se describe en el lugar que le correspondepor su riqueza territorial .

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    Las posesiones espaolas del nuevo continente ocu-pan la inmensa extensin de terreno comprendidaentre los 4i 43' de latitud austral y los 37 o 48' delatitud boreal. Este espacio de 79 grados, no solo esigual en largo toda el Africa, s ino que es muchomas ancho que el imperio ruso , el cual comprende 167grados de longitud b ajo un paralelo, cuyos grados noson sino la mitad de los grados del ecuador.

    El punto mas austral del Nuevo Continente habi-tado por los Espaoles es el fuerte Maulin, cerca delpueblo de Carelmapu * en las costas de Ch ile , en-frente del extremo setentrional de la isla de Chiloc.Se ha empezado abrir un camino desde Valdiviahasta este fuerte de Maulin : empresa atrevida, perotanto mas ti l, cuanto un mar constantemente agitadohace aquella costa siempre peligrosa, inaccesiblegran parte del ao. Al sur y sudeste del fuerte Maulin,en el g olfo de Ancu d y en el de Reloncav i por el cualse va los grandes lagos de Nahuelhapi , y de TodosSantos, no hay establecimientos espaoles. Por elcontrario, hay algunos en las is las vecinas de la costaoriental de Chiloe hasta los 43 34' de latitud australen que est la isla Cailan, enfrente de la alta cimadel Corcovad o, h abitada por algunas familias de origenespaol.

    El punto mas setentrional de las colonias espa-olas es la Misin de san Francisco en las costas de

    * Vase la nota A al fin de la obra.

    Nueva-Cali fornia, s iete leguas al norueste de SantaCruz. Por consiguiente la lengua espaola se hallaextendida por un espacio de mas de 1900 leguas delargo. Bajo el sabio ministerio del conde de Florida-blanca , se estableci una comunicacin arreglada decorreos desde el Paraguay hasta la costa norueste dela Amrica setentrional. Un frai le, colocado en laMisin de los indios Guaranis puede seguir corres-pondencia con otro misionero que habite el Nuevo-Mjico, en los paises vecinos al cabo Mendocino,sin desviarse mucho sus cartas del continente de laAmrica espaola.

    Los dominios del rey de Espaa en Amrica son dosveces mayores que la superficie de los Estados-Unidos,desde el Ocano atlntico hasta el mar del sur; y cua-tro veces mayores que la superficie de todo el imperiobritnico en la India. Son una cuarta parte menosextensos que la Rusia Asitica, para servirme deuna comparacin mas luminosa, que la semi-super-ficie de la luna. Me ha parecido que seria muy curiosodisponer una lmina que indicase estas diferencias yla enorme desproporcin que presentan el area y lapoblacion de la madre patria, comparadas con las delas colonias. Para hacer todava mas perceptible estadesproporcin, he form ado, sujetndome escalasexactas, los dibujos que se encuentran en la ltimalmina. Un paralelgramo encarnado que sirve dezcalo representa la superficie de las metrpolis; y otroparalelgramo azul que descansa sobre este zcalo in-

    1.

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    4 LIBRO I .dica el area de las posesiones espaolas inglesas enAmrica y en Asia. Estos planos comparativos, an-logos los de M. Playfair, t ienen algo de espantosoy de ominoso, particularmente cuando se fija la vistasobre la gran catstrofe que representa la figura cuarta,y que lia llegado ser el manantial de la prosperidadde los Estados-Unidos. Esta lmina por s sola puededar motivo consideraciones importantes de parte delos que tienen que velar sobre la dicha y la tranqui-lidad de las colonias. El temor de un mal futuro es,s in duda alguna, un motivo de accin poco noble ens mismo; pero asi como es poderoso entre simples par-ticulares, del mismo modo deberia serlo para losgrandes cuerpos polticos.

    Las posesiones espaolas en Amrica se dividen ennueve grandes gobiernos que pueden considerarse c omoindependientes unos de otros. Cinco de ellos, saber,los vireinatos del Per y de la ISueva- Granada, la scapitanas generales de Guatemala, Puerto-Rico yCaracas estn comprendidos en la zona trrida; lasotras cuatro divisiones, esto es, el vireinato de M-j ic o, el de Buenos-Aires, la capitana general de Chile,y la de la Havana, en la que se comprenden las Flo-ridas, abrazan paises, cuya mayor parte est fuera delos trpicos, sea en la zona templada. Veremos masadelante que esta posicion por s sola no es la quedetermina la diversa naturaleza de las produccionesque ofrecen estos hermosos paises. La reunin de mu-chas causas fsicas, tales como la grande altura de las

    cordilleras, sus enormes masas, los muchos llanos, dos tres mil metros elevados sobre el nivel del Ocan o,dan una parte de las regiones equinocciales unatempera tura propia para el cultiv o del trigo y de losrboles frutales de Europa. La lati tud geogrfica in-fluye poco en la fertilidad de un pais en que la natu-raleza ha reunido todos los climas en la cumbre y enlas faldas de las montaas.

    Entre las colonias sujetas al dominio del rey deEspa a, Mjico ocupa actualmente el primer luga r,asi por sus riquezas territoriales como por lo favo-rable de su posicion para el comercio con Europa yAsia. No hablamos aqui sino del valor poltico delpais, atendido su actual estado de civilizacin que esmuy superior al que se observa en las dems posesionesespaolas. Es cierto que muchos ramos de agriculturahan llegado i mayor grado de perfeccin en Caracasque en la Nueva-Espaa. Cuantas menos minas t ieneuna colonia, tanto mas se dedica la industria de loshabitantes sacar fruto de las producciones del reinovegetal. La fertilidad del suelo es mayor en las provin-cias de Cuma n, N ueva-Barcelo na y Venezuela; esmayor las orillas del bajo Orinoco y en la parteboreal de la Nueva-Granada que en el reino de M-jico, en el cual las mas de sus regiones son estriles,faltas de agua, y se ofrecen la vista desnudas devegetacin. Pero considerando la grande poblaciondel reino de Mjico, el nmero de ciudades conside-rables que estn prximas unas de otras, el enorme

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    valor del beneficio de los metales y su influencia en elcomercio de Europa y Asi a: examin ando, en fin, elestado de poca cultura que se observa en el resto dela Amrica espaola, queda justi f icada la preferenciaque la corte de Mad rid da muc ho tiempo hace Mjico sobre sus dems colonias.El nombre d q Nueva-Espaa se aplica en general la vasta extensin de pais en que el virey de Mjicoejerce su autoridad. Toman do aquella voz en estesentido, se deben mirar como lmites boreales y aus-trales los paralelos de los grados 38 y 10 de latitud.Pero el capitan general de Goa tema la, considerandosu poder administrativo, no depende sino en muypocas cosas del virey de Nueva-Espaa. El reyno deGoatemala abraza en su divisin poltica los gobier-nos de Costa-R ica y de Nicaragua : confina con elreino de la Nueva-Granada, al cual pertenece el Da-rien , el istmo de Panam y la provincia de Ve ra-gua*. Siempre que en el curso de esta obra nos ser-vimos de los nombres de Nueva-Espaa y de Mjicoexcluimos la capitana general de Goatemala, paissumamente frti l , muy poblado en comparacin delresto de las posesiones espaolas, y tanto mejor cul-tivado cuanto su suelo removido de alto abajo por losvolcanes, apenas ofrece minas metlicas. Considera-

    * El l mite norueste de la Nueva-Granada pasa por Punta Careta(lat . 9 36', long. 84O 43') en las costasdel mar de las Antil las, y porel cabo Burica ( lat . 8" 5', long. 85 7') . H umb oldt, Relacin histrica.Sobre los l mites de Goatemala, vase la misma obra.

    mos como las partes mas meridionales, y al mismotiempo mas orientales de Nue va-E spa a, las inten den-cias de Mrida y de Oajaca. Los confines que separanel reino de Mjico del de Goatemala tocan la costadel grande Ocano al E. del puerto de Tehuantepeccerca de la barra de Tonal, y van parar lascostas del m ar de las Ant illas cerca de la baha deHonduras.

    El nombre de Nueva-Esp aa no se di al prin-cipio, esto es en el ao 1518, s ino la provincia deYucatan. Los camaradas deGrijalva quedaron admi-rados del cultivo de los campos, y de la belleza delos edificios indios de aquella provincia. Corts en suprimera carta , dir igida al emperador Carlos V enen i5io, extiende ya lo denominacin de Nueva-Espaa todo el imperio de Motezuma; el cual, s ihemos de creer So lis, se extendia desde Pana mhasta la Nueva-Cali fornia. Pero las sabias investiga-ciones del historiador mejicano, el abate Clavigero*,nos han demostrado que Motezuma, el sultn deTeno-chitlan, no tenia bajo su dominio s ino un espacio depais mucho menos extenso. Los lmites de su reinoeran, hacia las costas orientales, los r ios de Guasa -cualco y de Tuspan; hacia las costas occidentales, lasllanuras de Soconusco y el puerto de Zacatula.Echando la vista sobre mi mapa general de la Nueva-

    * D issertazione sopra i confini di Anahuac. V

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    Espaa, dividido en intendencias, se hallar quesegn los lmites que acabo de sealar el imperio deMotezuma solo comprendia las intendencias de Vera-cruz, ele Oajaca , de la Puebla, de Mjico, y dePalladolid. Creo se puede valuar su superficie en 18 20 mil leguas cuadradas.Al principio del siglo X VI el rio de Santiago sepa-raba los pueblos agricultores de M jico y de Me -choacan, de las tr ibus brbaras y s in domici lio llama-das Otomes y Chichimecas. Estos salvages avanzabanfrecuentemente sus incursiones hasta Tula, ciudadsituada cerca del confn setentriona! del valle deTenochtit lan. Ocupaban las llanuras de Zelaya y deSalamanca, en las cuales admiramos hoy su ex-celente cultivo y las muchas haciendas esparcidas enellas.

    La denominacin de Anahuac no debe tampococonfundirse con la de ISueva-Espaa. Antes de laconquista se daba el primero de estos nombres todoel pais comprendido entre los grados i L\ y 21 delatitud. Ademas del imperio Azteca de Motezuma,las pequeas repblicas de Tas cala, y de Cholula, elreino de Tezcuco ( A colhoa ca n) y e l d e M e cho ca n ,que comprendia una parte de la intendencia de Valla-dolid, pertenecan al antiguo Anahuac.

    El nombre de Mjico es tambin de origen indio.En la lengua Azteca s ignifica la habitacin del Diosde la guerra llamado Mexitli Hultzilopochtli. Si nembargo parece que antes del ao i53o se llamaba

    mas comunmente aquella ciudad Tenochtitlan que noMjico. Corts * que habia h echo muy cortos pro-gresos en la lengua del pais, llama la capital porcorrupcin Temixtitan. No se considerarn demasiadominuciosas estas observaciones etimolgicas en unaobra que trata exclusivamente del reino de Mjico.Por otra parte el hombre atrevido que ech por t ierrala monarqua Azteca la apreci como de bastante ex-tensin para aconsejar Carlos V ** que reuniese elt tulo de Emperador de Nueva-Espaa al de Empera-dor de Alemania.

    Comparemos por curiosidad la extensin y pobla-cin del imperio de Mjico con la de los dos conquienes esta bella colon ia se encuen tra unida y riva lbajo varios respetos. La Espaa es cinco veces maspequea. Prescindiendo de desgracias imprevistas sepuede calcular que en menos de un siglo igualar lapoblacion de Mjico la de la metrpoli . Los Estados-Unidos de la Amrica setentrional despues de lacesin de la Luisiana y desde que no quieren r e co-nocer otro lmite s ino el Rio Bravo del Norte, cuentan260,000 leguas cuadradas de superficie. Su poblaciones muy poco m ayor que la del reino de M jico , como

    * Historia de Nueva-Espaa, por Lorenzana. ( Mj i co , 17 7 0 , p . I . )** Corts dijo en su primera carta fecha en Villa Segura de la

    frontera el 3o Octubre 1620: las cosas de esta tierra son tantas y talesque Vuestra Alteza se puede intitular de nuevo emperador de ella, y conttulo, y no menos mrito, que el de Alemana, que por la gracia deDios, Vuestra Sacra Magestadposee. (Lorenzana, p. 3S.J

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    lo veremos mas adelante, al examinar despacio lapoblacio n y area de la Nueva-E spaa . *

    Si la fuerza po ltica de dos estados dependiesenicamente del espacio que ocupan en el globo y delnmero de sus habitantes, s i la naturaleza del suelo,la configuracin de las costas, el c l ima, la energa dela nacin, y sobre todo el grado de perfeccin de lasinstituciones sociales, no fuesen los principales ele-mentos de este gran clculo dinmico, el reino de laNueva-Espaa podria colocarse en el dia al lado del a c onfe d e r a c in de. las repblicas americanas. En unay en otra parte se conoce el inconveniente de unapoblacion distribuida con demasiada desigualdad. L ad e l os Es ta d os -Unid os , a u nqu e e n u n s u e l o y e n u nc l im a m e nos fa v or e c id o p or l a na tu r a l e za , c r e c e c oninf ini ta m a yor r a p id e z : a si e s qu e no c om p r e nd e ,c om o l a p obl a cion Me j ic a na , c e r c a d e d os m i l l one s ymedio de origina rios del pais**. Estos indios embru-tecidos por el despotismo de los antiguos soberanosAztecas, y por las vejaciones de los primeros conquis-tadores , aunqu e protegido s por las leyes espaolas,

    * En 1824 se podia valuar la poblacion de la Nueva Espaa (sincontar Goatemala) en 6,800,000 almas; y la de los Estados-Unidosen 10,220,000. Esta lt ima no habia sido en el ao 1800 sinode 5 ,3 o6,ooo; y en 18 10 , de 7 ,2 40,0 0 0 . ( H um b o l dt , Relacin his-trica. )

    ** Mas adelante veremos que el nmero de indios de raza puraque habitan la Nueva Espaa er a, segn el clculo del seor Na-varro en 18 10, de 3,676,000,10 que forma mas de la mitad de to-dos los indios de la Amrica espaola.

    en general sabias y hum anas , gozan sin embarg o m uypoco de esta proteccin causa de la grande distanciade la autoridad suprema. El reino de Nueva-Espaat ie ne u na v e nta ja nota bl e s obr e l os Es ta d os -Unid os ,y es que el nmero de los esclavos, asi africanos comod e r a za m is ta , e s c a s i nu l o; v e nta ja qu e l os c o l onoseuropeos no empiezan apreciar en lo que vale sinodespues de los trgicos sucesos de la revolucin deSa nto D om ingo ; ta n v e r d a d e s qu e e l te m or d e l osmales fsicos obra cou mas fuerza que las considera-ciones morales, sobre los verdaderos intereses de lasociedad los princip ios de fi lantropa y de just icia,tantas veces reclamados en el parlamento, en la asam-blea constituye nte y en las obras de los fi lsofos!

    El numero de los esclavos africanos, en los Estados-Unidos, pasa de un mil ln * , que es la sesta parte detod a s u p obl a c ion. L os e s ta d os m e r id iona l e s , c u yainfluencia poltica ha l legado ser mayor despues del a a d qu is ic in d e l a L u is ia na , ha n a u m e nta d o inc on-sideradamente el nmero de los esclavos. Al fin poru n d e c r e to na c iona l , no m e nos fu nd a d o e n l a ju s t ic iaque en la prudencia, se ha abolido el comercio dene gr os ; y l o hu bie r a s id o m u c ho t ie m p o a nte s , s i l aley hubiese p ermitid o al presidente de los Estados-Unid os , m a gis tr a d o * * c u yo nom br e e s a m a d o d e l osv e r d a d e ros a m igos d e l a hu m a nid a d , e l op one r se

    En 1824 l legaba 1, '620,000, la cuarta parte de todoslos negros l ibres y esclavos del Nuevo Continente.

    ** Thomas Jefferson, autor del excelente Ensayo sbrela Virginia.

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    I I . P O S E S I O N E S D E L O S P O R T U G U E S E S A M E -R I C A N O S ( B R A S I L ) 2 5 6 , 9 9 0 4 , 0 0 0 0 0 0

    I I I . P O S E S I O N E S D E L O S A N G I . O - A M E R I C A N O S( E S T A D O S- U N I D OS ) 1 7 4 , 3 0 0 1 0 , 2 2 0 0 0 0

    G R A N D E S D I V I SI O N E S P O L T I C A S . ( 1 8 2 3 . )

    1 6 , 7 4 04 , 4 3 0

    3 3 , 7 0 05 8 , 2 5 0

    , 4 1 , 4 2 01 4 , 2 4 0

    1 2 6 , 7 7 0

    1 6 , 7 8 5 0 0 06 , 8 0 0 0 0 01 , 6 0 0 0 0 08 0 0 0 0 07 8 5 0 0 02,000000

    1 , 4 0 0 0 0 01 , 1 0 0 0 0 02 , 3 0 0 0 0 0

    A l c omp arar las v a lu ac ion e s n u m r ic as d e s u pe r f ic ie q u e c on t ie n e nlas ob ras d e l s e or d e Hu mb o ld t , e s n e c e s ar io t e n e r pre s e n t e q u ee s t e v iage ro s e l ia s e rv id o c on s t an t e me n t e e n e l Ensayo poltico, deleguas comunes cuadradas d e 2 5 a l grad o, c omo s e lia h e c h o h as t aaq u i e n t od as las ob ras d e e s t ad s t ica pu b l ic ad as e n fran c s ; mie n -tras que en la Relacin histrica se ha servido de las leguas martimasd e 2 0 a l grad o, igu a le s ; t re s min u t os d e arc o, y por c on s igu ie n t emu c h o m as c mod as e n las c on t rov e rs ias c ie n t f ic as , e s pe c ia lme n t ee n las d e la ge ograf a as t ron mic a y f s ic a . La le gu a m ar t ima c u a-d rad a t ien e 1 , 0 62 5 le gu as c omu n e s c u ad rad as . E r .

    I . P O S E S I O N E S D E L O S E S P A O L E S A M E R I C A N O S .M jic o la N u e v a- E s pa aG o a t e m a l a .C u b a y P u e r t o - R i c on , , . Ve n e zu e laC o l o m b i a . . N u e v a _ G r a n a J a y Q u i t o . -P e r y.C h i l eB u e n o s - A i r e s

    la introduccin de los esclavos, y ahorrar por estemedio grandes desgracias las generaciones futuras.

    P ara fac i l i t ar la c omparac in d e las gran d e s d iv is ion e s pol t ic asd la A m r ic a E s pa o la , v amos c o loc ar a l f in d e e s t e c apt u lo ele s t ad o s igu ie n t e q u e ac ab a d e pu b l ic ar e l s e or d e Hu mb old t e n e lt e rc e r v olu me n d e s u Relacin histrica.

    C A P I T U L O I I .

    C O N FI GUR A C I O N D E LA S C O S T A S . P UN T O S E N Q UE LO SD O S M A R E S E S T A N M AS C E R C A UN O D E O T R O . C O N S I -D E R A C I O N E S GE N E R A LE S S O B R E LA P O S I B I LI D A D D E UN I RE L M A R D E L S UR C O N E L O C E A N O A T LA N T I C O . R I O SD E LA P A Z Y D E T A C UT C HE T E S E . N A C I M I E N T O D E LR I O B R A VO Y D E L R I O C O LO R A D O . I S T M O D E T E I I UA N -rT E P E C . - LA GO D E N I C A R A GUA . I S T M O D E P A N A M A .B A H A D E C UFI C A . C A N A L D E L CHO C O . R I O GUA L-LA GA . GO LFO D E S A N J O R GE .EL reino de Nuev a-Esp aa que es la parte m as se-

    tentriona l de toda la Am rica espaola, se extiendedesde el 16 o grado hasta el 38 de latitud. La exten-sin de esta vasta regin, en la direccin del S. S. E.a l N . N . O . e s p oc o m a s m e nos d e 27 0 m ir i m e tr os( 61 0 l e gu a s c om u ne s ) ; s u m a yor e x te ns in e n l oancho se encue ntra b ajo el paralelo del 38 grado .D e s d e e l R io C ol or a d o, e n l a p r ov inc ia d e T e ja s ,hasta la is la de Tiburn, por las costas de la inten-dencia de la Son ora, se cuentan de E. O. 160m ir i m e tr os ( 3 64 l e gu a s . )

    Por desgracia la parte del reino de Mjico en quelos dos ocanos el Atlntico y el mar del Sur, seacercan mas uno otro, no es en la que se hal lanl os d os p u e r tos d e A c a p u l c o y V e r a c r u z , y l a c a p i ta l .

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    I I . P O S E S I O N E S D E L O S P O R T U G U E S E S A M E -R I C A N O S ( B R A S I L ) 2 5 6 , 9 9 0 4 , 0 0 0 0 0 0

    I I I . P O S E S I O N E S D E L O S A N G I . O - A M E R I C A N O S( E S T A D O S- U N I D OS ) 1 7 4 , 3 0 0 1 0 , 2 2 0 0 0 0

    G R A N D E S D I V I SI O N E S P O L T I C A S . ( 1 8 2 3 . )

    1 6 , 7 4 04 , 4 3 0

    3 3 , 7 0 05 8 , 2 5 0

    , 4 1 , 4 2 01 4 , 2 4 0

    1 2 6 , 7 7 0

    1 6 , 7 8 5 0 0 06 , 8 0 0 0 0 01 , 6 0 0 0 0 0

    8 0 0 0 0 07 8 5 0 0 02,000000

    1 , 4 0 0 0 0 01 , 1 0 0 0 0 02 , 3 0 0 0 0 0

    A l c omp arar las v a lu ac ion e s n u m r ic as d e s u pe r f ic ie q u e c on t ie n e nlas ob ras d e l s e or d e Hu mb o ld t , e s n e c e s ar io t e n e r pre s e n t e q u ee s t e v iage ro s e l ia s e rv id o c on s t an t e me n t e e n e l Ensayo poltico, deleguas comunes cuadradas d e 2 5 a l grad o, c omo s e lia h e c h o h as t aaq u i e n t od as las ob ras d e e s t ad s t ica pu b l ic ad as e n fran c s ; mie n -tras que en la Relacin histrica se ha servido de las leguas martimasd e 2 0 a l grad o, igu a le s t re s min u t os d e arc o, y por c on s igu ie n t emu c h o m as c mod as e n las c on t rov e rs ias c ie n t f ic as , e s pe c ia lme n t ee n las d e la ge ograf a as t ron mic a y f s ic a . La le gu a m ar t ima c u a-d rad a t ien e 1 , 0 62 5 le gu as c omu n e s c u ad rad as . E r .

    I . P O S E S I O N E S D E L O S E S P A O L E S A M E R I C A N O S .M jic o la N u e v a- E s pa aG o a t e m a l a .C u b a y P u e r t o - R i c on , , . Ve n e zu e laC olomb ia . , N u e v a . G r a n a d a y Q u i t o. .P e r y.C h i l eB u e n o s - A i r e s

    la introduccin de los esclavos, y ahorrar por estemedio grandes desgracias las generaciones futuras.

    P ara fac i l i t ar la c omparac in d e las gran d e s d iv is ion e s pol t ic asd la A m r ic a E s pa o la , v amos c o loc ar a l f in d e e s t e c apt u lo ele s t ad o s igu ie n t e q u e ac ab a d e pu b l ic ar e l s e or d e Hu mb old t e n e lt e rc e r v ol me n d e s u Relacin histrica.

    C A P I T U L O I I .

    C O N FI GUR A C I O N D E LA S C O S T A S . P UN T O S E N Q UE LO SD O S M A R E S E S T A N M AS C E R C A UN O D E O T R O . C O N S I -D E R A C I O N E S GE N E R A LE S S O B R E LA P O S I B I LI D A D D E UN I RE L M A R D E L S UR C O N E L O C E A N O A T LA N T I C O . R O SD E LA P A Z Y D E T A C UT C HE T E S E . N A C I M I E N T O D E LR I O B R A VO Y D E L R I O C O LO R A D O . I S T M O D E T E I I UA N -rT E P E C . - LA GO D E N I C A R A GUA . I S T M O D E P A N A M A .B A H A D E C UB I C A . C A N A L D E L CHO C O . B I O GUA L-LA GA . GO LFO D E S A N J O R GE .EL reino de Nuev a-Esp aa que es la parte m as se-

    tentriona l de toda la Am rica espaola, se extiendedesde el 16 o grado hasta el 38 de latitud. La exten-sin de esta vasta regin, en la direccin del S. S. E.a l N . N . O . e s p oc o m a s m e nos d e 27 0 m ir i m e tr os( 61 0 l e gu a s c om u ne s ) ; s u m a yor e x te ns in e n l oancho se encue ntra b ajo el paralelo del 38 grado .D e s d e e l R io C ol or a d o, e n l a p r ov inc ia d e T e ja s ,hasta la is la de Tiburn, por las costas de la inten-dencia de la Son ora, se cuentan de E. O. 160m ir i m e tr os ( 3 64 l e gu a s . )

    Por desgracia la parte del reino de Mjico en quelos dos ocanos el Atlntico y el mar del Sur, seacercan mas uno otro, no es en la que se hal lanl os d os p u e r tos d e A c a p u l c o y V e r a c r u z , y l a c a p i ta l .

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    De Acapulco Mjico, segn mis observacionesastronmicas, hay una distancia oblicua de 2 4o'19" de gran crculo ( sean 155,885 toesas); de M-

    j i c o V e r a c r u z 2 0 7 ' 9 " ( 158,572 t o esas) , y delpuerto de Acapulco al de Veracruz en l nea recta4 10' 7". En estas distancias es en donde los anti-guos m apas estn mas defectuosos. Segn las obser-vaciones publicadas por Cassini en la relacin delYia ge de Cha ppe , la distancia de Mjic o Veracru zseria de 5 10' de l ongi tud, cuando solo hay 2 57'entre estas grandes ciudades.-Adoptando para Vera-cruz la longitud dada por Chappe, y para Acapulco ladel mapa del depsito formado en 1784, la anchuradel istmo mejicano entre ambos puertos seria de175 leguas, distancia 71 leguas mayor que la ver-dadera. Estas diferencias se presentan la vista en elpequeo mapa crtico que se halla en el Atlas meji-c a n o .

    El istmo de Tehuantepec al S. E. del puerto deVeracruz es el punto de la Nueva-Espaa en que elcontinente presenta el ancho menor. Se cuentan en ldesde el ocano Atlntico hasta el mar del Sur 45 le-guas de distancia. Las fuentes inmediatas de los riosde Guasacualco y de Chimalapa parece que favorecenel proyecto de un canal de navegacin interior;proyecto en que se ocup por mucho t iempo el condede Revil lagigedo, uno de los vireyesmas zelosos porel bien pblico. .Cuando hablemos de la intendenciade Oajaca volveremos tocar este punto que interesa

    CAP TU L O 11 . 1 5 toda la Euro pa civil izada. Por ahora nos l imitamos considerar el problema de la comunicacin entrelos dos mares, con toda la generalidad de que es sus-ceptible. Presentaremos en un mismo cuadro nuevepunto s, muchos de los cuales no son bastante cono-cidos en Eur opa , y todos ofrecen mayor menor po-sibil idad, ya de canales, ya de comunicaciones inte-riores por rios. En un momento en que el NuevoContinente, aprovechndose de las desgracias de laEuropa y de sus discordias perpetuas, hace singula-res progresos hcia la civil izacin, en una poca enque el comercio de la China y el de la costa N. O. dela Amrica van siendo cada dia mas importantes, elobjeto que tratamos aqui como de paso, ofrece elmayor nteres para la balanza del comercio y para lapreponderancia polt ica de las naciones.

    Estos nueve puntos que yo he reunido en la lminaIV de mi at las geogrfico y f sic o, y que en diferentespocas han fijado la atencin de los hombres de es-tado y de los negociantes residentes en las colonias,presentan ventajas muy diversas. Lo s colocaremossegn su posicion geogrfica, comenzando por laparte mas setentrional del Nuevo Continente, y si-guiendo las costas hasta el sur de la isla de Chiloe.Solo despues de haber examinado todos los proyectosformados hasta ahora sobre la comunicacin de losdos mares, es como podria el gobierno decidir cualde ellos merece la preferencia. Sin este examen, parael cual no se han juntado aun los materiales necesa-

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    rios, seria una imp rudencia el hacer canales en elistmo de Guasacualco en el de Panam.

    i Bajo los 54 37' de lat itud boreal en el paralelode la isla de la Reina Carlota, las fuentes del rio dela Paz de Ounig igah e stn 7 leguas inmediatas lasdel Tacoutche-Tesse que se supone ser el mismo que elrio de Colombia. El primero de estos rios desagua enel mar del norte despues de haber mezclado sus aguascon las del lago del Esclavo y las del rio Mackenzie.El segundo rio, esto es, el de Colombia, desemboca enel Ocan o pacf ico cerca del cabo Desappo intement alsur de No o t k a- S un d, segn e l c leb re v iagero Van -couver, los 46 19' de lat itud. La cordillera de la smontaas de roca ( S t o n y - Mo un t ain s) , ab un dan t een carbon de t ierra, se ha hallado por M. Fiedlerque est elevada en algunos parages 3520 pies ingle-ses * sean 5 5o toesas sobre los l lanos vecinos. Se-para las fuentes de los rios de la Paz y de Colombia.Segn la relacin de Mackensie que atraves esta cor-dil lera en agosto de 1793, es bastante posible el abrirun paso puerto, pues las montaas no parece queque t ienen all una grande elevacin. Para evitar la

    * Si es c ierto que esta cadena d e monta as en tra en el lm ite delas n ie v e s pe rpe t u as ( M a c ke n s ie , t . m , pg. 3 3 i) , d e b e s e r s u a l -t u ra ab solu t a d e mil 1 2 0 0 t oe s as lo me n os ; d e d on d e re s u l t ar a , que los llano s vecinos en que estab a situ ado M. Fi edler p ara es-tablecer sus m edidas , estn elev ado s sob re e l nivel del tfiar de 45o 55o toesa s, que las c im as, c uy a altura indica este via ger o, 110s on las mas a l t as d e la c ad e n a q u e a t rav e s M ac ke n s ie .

    gran vuelta que da el Colom bia, podra abrirle uncamino de comercio aun m as corto desde las fuentesdel Tacoutch -Tess hasta el rio de los Salm ones ,cuyo embocadero se halla al E. de las islas de la Prin-cesa Real bajo los 52 26' de lat itud. M. M ackenzieobserva con razn que un gobierno que abriese estacomunicacin entre los dos Ocanos, formando esta-blecimientos en lo interior del pais y los dos extre-mos de los rios, l legara ser por este medio dueode todo el comercio de peletera de la Am rica se-tentrional desde los 48 o de lat itud hasta el polo, ex-ceptuando la parte de la costa que est comprendidamucho t iempo hace en la Rusia americana. El Canad,por la mult itud y curso de sus rios, presenta facil ida-des de comercio interior semejantes las que se hallanen la Siberia oriental. El embocadero del rio de Co-lombia parece que convida los europeos para formarall una hermosa co loni a; cuyas oril las ofrecen ter-renos frtiles , cu biertos de excelentes maderas deconstruccin. Sin embargo, es menester convenir enque pesar del examen hecho por M. Brou ghton ,no se conoce aun sino una pequesima parte del rioColom bia, el cu al, parecido en esto al de Saverne yal Tmesis, parece que se estrecha enormemente * proporcion que se aparta de las costas. Todo gegrafoque compare atentamente los mapas de Mackenziecon los de Vanc ouve r, estraar que el Colom bia, al

    * Viag e d e Van c ou v e r , 1 . 1 1 , p . 495 y t . n t , p . 5 2 i .I. 2

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    t

    bajar de las Stony-Mountains, que podran conside-rarse como una pr olongacion de los Andes del reinode Mjico, pueda atravesar la cadena de montaas quese acerca la costa del grande Ocano, y cuyas prin-cipales cimas son el monte de Santa Helena , y el monteRainier. Pero ya M. Malte-Brun lia presentado dudasimportantes contra la identidad del Tacoutch-Tessy del rio Colombia. Presume ademas que el primerodesemboca en el golfo de Califor nia*; suposicin aven-turada, que daria al Tacoutch-Tess un curso de unaenorme longitud. Es menester convenir en que todaesta parte del O. de la Amrica setentrional no estaun conocida sino muy imperfectamente. **

    * G e o g r. ma the m. V o l . x v , p . 117 .** Desde la p rimera edicin de esta obra se lia echado de ver que

    el Colomb ia Oreg on es enteramen te distinto del Tacoutch -Tess , F ra se rs Ri ve r . E l p ri me ro na c e e n e l te rre no mo ntu o so qu e une ,por medio de una espina trasversal, la gran cadena central de losRocky-Mountains con los Alpes martimos de la Nueva Albion : ycerca de sus fuentes presenta los fenmenos de tortuosidades las masextraordin arias. E l origen del Co lombia n o se halla los 55 de la-t i tu d , c o mo p re te nd e n lo s g e g ra f o s d lo s E sta d o s-U ni d o s e n la sobras mas mo der nas, sino los 5o 3'. El rio corre primera-me nte a l N-N. -O . ha sta la e sta c i n d e Artha ba sa i ( la t . 52 ) ,en donde no se aparta de la fue nte principal del Tacoutch -Tessmas que unas seis siete legua s: de all vuelve al Sur , recibien dosu c e s i va me nte e l F la t-B o w y e lF la t-H e a d ( la t . 4 9 o ), llamado tam-bin Rio de Ca,he, el Saptin Lewis River (lat. 46 o 5' ) y e l M u lt-nomah (lat. /,5o 20'). Las fuente s del Flat-Bo^v-River se acercan lasdel Colom bia hasta cosa de c uatro cinco mil toesas, de suerteque un vasto terreno triangular com prend ido entre los 46 y los 5o"de latitud , est rodea do casi por todas partes de aguas corrientes.

    Bajo los 5o de lat itud, el rio Nelso n, el Saskas-hawan y el Misouri, que pueden considerarse comouno de los brazos principales del Misisip, dan tam-bin algunas facil idades para la comunicacin con elOcano pacf ico. Todos estos rios nacen al pie de osStony-Mountains. Pero no hemos adquirido aunbastantes conocimientos sobre la naturaleza del ter-reno por donde clebia abrirse el puerto paso delas mon taas, para decidir acerca de la ut il idad deestos proyectos. El viage que el capitan Lewis hizo expensas del gobierno anglo-americano por el Misi-sip y el Misouri, podr dar muchas luces sobre esteimportante problema.

    2 Bajo los 4o de lat itud, las fuentes del Rio delEstos parages eran mucho mas frec uentados antes que se hubieseabandonado la colonia de Astoria (al embocadero del Colombia); yse sabe que los buques de 3oo toneladas pueden subir 120 millasmartimas hasta la junta del M ultnom ah. El rio de Frasser el Ta-coutch-Tess nac e, con corta diferencia los 02O 20' de latitud, ycorre como el Colombia, primeramente, hacia el norte (hasta 54 3o'),despues hacia el S.-S.-O. desembarcando en Birch-B ay que haceparte del bra zo de m ar que separa la isla de Cuadra y de Va n-couver de la Tierrafirme. Hay mas de 60 leguas desde el embo-c a d e ro d e l Co lo mbi a a l d e l Ta c o u tc h -Te ss . E ntre e stos d o sgrandes rios que podran llegar ser con el tiempo muy impor-tantes para la civi lizacin humana, se halla otro tercer rio lla-mado el Caledonia. A l pasar la vista sobre los rios que nacen en lafalda de las montaas de roc a, se advierte que si guen , su salidade ellas , un curso paralelo al ej e de la cadena. Este fenm eno,cuyas causas he examina do en otra parte , caracteriza muchascordilleras de la India y de la Ch ina. (Ritier , Erdzundc, tom. 1,pg. 248.) Humboldt, Relacin histrica.

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    Norte Rio Bravo, rio considerable que desembocaen el golfo de M ji co , no se separan de las del rioColorado sino por un terreno montuoso de 12 i3leguas de ancho. Este terreno es la continuacin de lacordillera de las Grullas , que se prolonga hacia laSierra Verd e, y hacia el lago de Tim pan ogos , clebreen la historia mejicana. El rio San Rafael y el de SanJavier, son las fuentes principales del de Zaguananas,el cual con el de Nabajoa forma el rio Colorado, yeste va desembocar en el golfo de California. Estasregiones, abundantes en sal gema, fueron examina-das el ao de 1777 por dos viageros l lenos de zelo intrepidez, frailes de la orden de San Francisco, saber, el P. Escalante y Fr. Antonio Velez. Pero porinteresantes que puedan ser algn dia el rio Zagua-nanas y el del Norte para el comercio interior deesta parte setentrional de N ueva -Espa a, y por fcilque sea el puerto paso por las montaas, nuncapodr haber una comunicacin comparable con laque resultara si se hiciese directamente de Ocano O c a n o .

    3 El istmo de Tehuantepec com prende, bajo los16 o de lat itud, las fuentes del rio Guasacualco quedesemboca en el golfo de Mjico, y las del rio deChimalapa , cuyas aguas se mezclan con las del marPacf ico cerca de la barra de San Francisco. Y o con-sidero aqui el rio del Paso como la fuente principaldel Guasacualco, aunque este no toma su nombresino en el Paso de la Fbrica, despues que uno de sus

    brazos que viene de las montaas de los Meges, se hareunido con el rio del Paso. Este istmo de Tehuante-pec es el punto que Hernn Corts en sus cartas alE m p e r a d o r Carlos V. l lama el secreto del estrecho,denominacin que prueba suficientemente la impo r-tancia que se le daba desde el principio del siglo de-cimosesto. Ahora lt imamente ha l lamado de nuevo laatencin de los navegantes, desde que las host il ida-des hechas por el Cast il lo de San Juan de Ullua hanhecho ref luir el com ercio de Ver a-C ruz la Barrade Alvarado y la costa de Tabasco, que estn in-mediatas al embocadero del rio Huasacualco. La l neade cumbres, que forma la divisin de aguas entre losdos Ocano s, est interrum pida por un v alle ; pero yodudo, que en el t iempo de las grandes crecidas sellene este valle (como se ha af irmado lt imamente)de una cantidad de agua suficiente para permitirque transiten por l los barcos do los indgenas.Semejantes comunicaciones por temporada existenentre los depsitos de aguas del Misisipy del rio SanLorenzo, es decir, entre el lago Eri y el Wabash,y entre el lago Michigan y el rio de los Il ineses. Masadelante volveremos examinar la posibil idad de ha-cer un canal * de seis siete leguas en los bosquesde Tarifa. Por ahora basta observar que desde que

    * Las Cortes de Espaa decretaron en 1814 la abertura de estec an al , c u y a e je c u c in se e n c arg a l c on s u lad o d e Gu ad a l jara , e lcual se propo na ha cer un llamami ento en su auxilio los capita-listas de la Europa.

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    e n 179 8 s e ab r i un cam i n o po r t i e r r a , q ue co n ducedesde e l pue rto de Tehu ante pec al embarcadero de laC r uz (cam i n o q ue se co n cl uy e n 180 0 ) , e l r i o G ua -s acual co fo r m a e fe cti vam e n t e un a co m un i caci n co -mercial entre los dos Oca nos. Du ran te la guerra c onlos Ingleses , e l ail de Goatemala, que es e l mas pre-cioso de todos los ailes conocidos, venia por estei s t m o a l pue r t o de V e r a-C r uz , y de a l l E ur o pa.

    4 o E l g r an l ag o de Ni car a g ua s e co m un i ca n o s o l ocon el lago de Le n , s ino tamb in al E. con e l ma rde las Anti l las p or e l r io de San Juan. Pod ria ve rifi-car s e l a co m un i ca ci n co n e l Oc a n o pac f i co , h a-ciendo un canal travs del is tmo que separa e l lagodel gol fo de Pap aga yo. En este is tmo estrech o es enel que se hal lan las cimas volcnicas y sol itar ias deB o m b ac h o ( l os I 7 ' de l at i t u d) , de Gr an ada ydel Pap agay o ( los 10 o 5o ' de l at i t ud. ) L o s an t i g uo sm apas i n di can co m o e x i s t e n t e un a co m un i caci n deag u a, t r av s de l is t m o , de s de e l l ag o a l g r an deOc an o . Ot r o s m apas a l g o m as m o de r n o s s e al an unrio bajo e l nombre de Rio Partido *, que da uno des us b r az o s a l Oc an o pac f i co y o t r o a l l ag o de Ni ca-ragua ; pero esta horqu il la no se encue ntra ya en losltimos mapas publ ica dos po r los Espao les In-gleses.

    E n l o s ar ch i vo s de M ad r i d h ay var i as m e m o r i as* Mem oria sobre el paso del mar d el Sur al mar d el No rte , por

    M. La Bastide e n 17 9 1 . V i a g e d e M a rc ha nd , vo l . 1 . p . 56 5. Mapadel golfo de Mjico por Tomas Lpez y Juan de la Cruz, iy5S.

    /

    francesas inglesas sobre la posibi l idad de la reuniondel lago de Nica ragu a con el Oca no pacfico. El co-mercio que hacen los Ingleses en las costas de losMosquitos ha contr ibuido mucho dar celebridad este proyecto de comunicacin entre ambos mares . Elpunto principal , que es la al tura del terreno en e lis tmo, no est bastante claro en ninguna de las me-morias de que l ie tenido noticia.

    Desde e l re ino de la N u e v a -Gr an ada h as t a l o s a l r e -dedores de la capital de Mjico no hay n i s iquieraun a m o n t a a, un l l an o , c i udad, cuy a e l e vaci nsobre e l nivel del mar no s sea conocid a. Hay noun a ca de n a de m o n t a as n o i n t e rr um pi da e n l as pr o -v i n ci as de V e r ag ua y de Ni car ag ua? E s t a C o r di l l e r a ,que se supo ne reun ir los And es del Per con las mon-taas de Mji co t iene su cadena central al O. al E.del lago de Nic ara gua ? El is tmo de Papa gayo 110pue de t e n e r s e m as b i e n co m o un t e r r e n o m o n t a o s o ,q ue co m o un a co r di l l e r a co n t i n ua? He aq ui var i o sproblemas, cuya solucion seria de no menor nterespara e l homb re de estado que para e l f s ico gegra fo.

    Las diferentes obras que se han publ icado desde lasguerras de la independencia de la Amrica espaola,110 dan mas nocione s que las que cont enia la primeraedicin de esta obra : escepcion de algunas notic iasti les que M. Da vis Robin son * ha dado acerca de la

    * Memoirs on the Mexican Revo/., 18 21 , p g . 26 3 . Edinburgh-Re-view, 18 10, E u e ro , p g . 4 7 . Biblioteca Americana, tom. I, pg. Ii5129.

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    2 4 L I B R O I .Barra del Rio San Juan de Nicaragu a. Este autor asegu-ra , que esta barra tiene 12 pies de agua, y que solo en un punto ofrece un canalizo estrecho de 120 pies de pro f un di dad . S e cuent an en e l R io de S an J uanmismo cuatro seis brazas, y en el lago de Nicaraguade tres ocho. El Rio de san Juan es navegable, se-gn M. Robinson, para bergantines y goletas.

    No hay en todo el globo parage ninguno que esttan erizado de volcanes como esta parte de la Am-rica, desde el 1 1 al i3 de lat itud; pero no forman ,estas cimas c nica s, entre s, grupos que se lanzandesde la l lanura m isma ya separados unos de otros ?No debe extraarse que ignoremos estos hechos tanimportantes; muy presto veremos que ni aun la alturade las montaas que atraviesan el istmo de Panamest conocida todava, asi como no lo estaba tampocoantes de la invencin de los barmetros y antes de laaplicacin de este instrumento la medicin de lasmontaas. Acaso tambin podra darse la comunica-cin del lago de Nicaragu a con el Ocano pacf ico porel lago de Len, mediante el rio de Tosta que bajadel volcan de Teliea, en el camino de Len Rea-lejo. En efecto, el terreno por all parece m uy pocoelevado. La relacin del viage de Dampier da motivo suponer que no hay cadena ninguna de montaasentre el lago de Nicarag ua y el m ar del Sur. La costa de Nicoya , dice este ilustre navegante, es baja y se cubre en la pleama r. Para l legar de Realejo Le n , se andan 20 millas por 1111 pais llan o y cu-

    C A P T U L O 1 1 . 2 5 bierto de mang les ..La ciuda d misma de Len estsituada en una pradera. Hay un riachuelo que desem-bocando cerca de Realejo, podra facil itar la comuni-cacin entre este lt imo puerto y el de Le n*. Desdela oril la occidental del lago de Nicara gua no hay sinocuatro leguas mart imas hasta el fondo del golfo dePapagayo, y siete hasta el de Nicoya, que los nave-gantes l laman la Caldera. D ampier d ice expresa-mente que el terreno entre la Caldera y el lago es unpoco montaoso, pero en su mayor parte l lano y depradera .

    El istmo de Nica rag ua, por la posicion de su lagointerior, y la comunicacin de este lago con el mar delas Antil las por medio del rio San Juan, presenta

    ' much os puntos de semejanza con aquella gargantade la Alta-Escocia, en donde el rio de Ness forma unacomunicacin natural entre los lagos de las mon-taas y el golfo de Murray. En Nicaragua como en laAlta-Escocia, no hay al O. mas que un solo estrechoque pasar; acaso seria suficiente hacia el E. canalizarel Rio San Jua n, sin salir de su madre, que no t ieneencalladeros sino en los t iempos de sequa. Si es ver-dad que el istm o que h ay que pasar est erizadode algunas colinas en el parage de su mayor estre-chura, que es entre la ribera occidental de Nicaragua yel golfo del Papagayo; tambin est formado, por otraparte, de praderas y l lanuras continuadas que ofre-

    * CoUeclion vf Dampier s and fVafer's Vojages, v o l . I , p . n 3 ,1 L Y , 2 1 8 .

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    cen ua excelente camino carretero entre la ciudad deLen y la costa de Realejo . Este es el camino real p ordonde se expiden las mercaderas de Goatemala Le n , desembarcando en el golfo de Fonseca Ama-lapa en el puerto de Conchagua. El lago de Nicaraguaest elevado sobre el nivel del mar del Sur todo lo altode la caida que presenta el r io San Juan en el espaciode 3o leguas : de modo que la elevacin de esta hoyaes tan bien conocida en el pas, que tiempo hace se laha considerado como un obstculo invencible para laejecucin del proyecto del canal . Temase, ya un der-r a m a m ie nto im p e tu os o h c ia e l O , y ya u na d is m inu -cin de aguas en el Rio San Juan; el cual durante lassequas, presenta por encima del antiguo castil lo desan Carlos * mucha cadas rpid as, y cuyas oril las,en el estado actual de falta de cultivo, son en extremoinsalubres. El arte del ingeniero-constructor est muyadelantado en nuestros dias para que podamos temersemejantes pel igros. El lago de Nicara gua pod r ser-

    * Este fortn que los Ingleses tom aron en 1660, se llama vu lgar-mente el Casti llo del Rio San Juan, y se hall aba , segn el seorJuarros, diez leguas de distancia de la extremidad oriental del lagod e Ni c a ra g u a . E l f o rt n c o nstru i d o so bre u n p e a sc o , e n e l e mbo -cadero del rio, se designa con el nombre de Presidio del Rio de SanJuan. El desagu adero de las lagunas habia ya en el siglo diez y seisf i jado la atencin del gobierno espaol, quien mand Diego LpezSalcedo fundar cerca de la ori lla izquierda del desaguadero Rio deSa n Ju a n, la c i u d a d d e Nu e va -Ja e n; c u ya c i u d a d f u e a ba nd o na d abi e n p ro nto , lo mi smo qu e la d e B ru se la s . V a se H u mbo ld t , Rela-cin histrica.

    vir de estanque superior como el lago de Oich en elcanal Caledoniano. Unas esclusas reguladoras no per-mitirn pasar al canal mas agua que la que sea necesa-ria para al imentarle. La pequea diferencia de nivelque se supone entre el mar de las Antil las y el Oca-no pacfico no consiste probablemente mas que en laaltura desigual de las mareas. Semejante diferenciase observa entre los dos mares que rene el gran ca-nal de Esc oci a; y aunque fuese de 6 toesas, y per-manen te como la del Mediterrneo y del mar Rojo ,no favorecerla menos p or eso la junta de los dosOcenos. Los vientos soplan con bastante fuerza en ellago de Nicaragua, para que sea necesario remolcarpor medio de barcos de vapor los buques q ue debenpasar de un mar otro; pero el uso de la fuerza mo-triz de los vapores ser de una util idad muy grandeen las travesas de Realejo de Panam Guayaq uil .Dura nte los meses de agos to, setiembre y octubrelas calmas alternan en estos parages con los v ien -tos que soplan en direccin contraria esta tra-vesa.

    Las costas de Nicara gua son casi inaccesibles enlos meses de ago sto , setiembre y octub re, causa delas tempestades y l luvias espantosas; * y en enero y fe-

    * E l se o r d e H u mbo ld t d i c e , e n e l- te rc e r to mo d e la Rela-cin histrica que acaba de publ icarse: Segn M. Davis R obin-son, las costas occidentales de Nicaragua 110 son tan borrascosascomo me las liabian pintado en la travesa de Gu ayaquil Ac -p u l c o . E R .

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    brero por los furiosos nordestes y estnordestes, quese da el nombre de Papagayos : circunstancias queofrecen grandes inconvenientes para la navegacin.El puerto de Tehuantep ee en el istmo de Gu asacualcono est mas favorecido por la naturaleza; da su nom-bre los huracanes que soplan delN. O. y que hacenalejarse todos los buques por temor de los baraderosde los puertecil los de Sabinas y Ventosa. Del conjuntode estas consideraciones resulta que la posibil idad delcanal Ocenico de Nicaragua es triple, ya del lagode Nicaragua al golfo del Papagayo, ya de este mismolago al golfo de Nicoy a, ya del La go de Le n * Managua al embocadero del Rio de Tosta. La distan-cia desde el extremo surueste del lago de Nicaragua algolfo de Nicoya est indicada de una manera muydiferente (de a 5 48 millas) en el mapa de la Am-r i c a meridional de Arrowsmith, y en el excelente mapadel depsito hidrogr fico de M ad rid , que tiene porttulo : Mar de las-Antillas. 1 8 0 9 .

    5 El primero qu e atraves el istmo de Pan am , f uVasco Nu ez de B alb o a en e l a o de I5I3. D esdeesta poca memorable en la historia de los descubri-mientos geogrficos, se ha hablado siempre del proyectode un cana l; y sin embargo hoy dia, despues de 3 ooaos, no existe ni una nivelacin del terreno, ni unadeterminacin exacta de la situacin de Panam y de

    * Y 110 del lago de Len al golfo de Nicoya como dice el redactor ,por otra parte muy instruid o, de la Biblioteca Americana, 1823.,Ag o sto , p . 120.

    Portobelo. La longitud del primero de estos dos puertosse ha tomado con relacin Cartagena; la del segundose ha f ijado con respecto Guayaqu il . Las opera-ciones de Fidalgo y de Malaspina m erecen sin dudagran confia nza; pero los errores se mult iplican in-sensiblemente, cuando una posicion se hace depen-diente de otra, habindose hecho las operaciones cro-nomtricas, que abrazan toda la costa de la t ierrafirme desde la isla de la Trinidad hasta Portobelo, ydesde Lim a Panam . Importara mucho trasportarel t iempo directamente desde Panam Portobelo, yligar asi las operaciones ejecutadas en el mar del Surcon las que el gobierno espaol ha hecho pract icaren el Ocano at lntico. Acaso los seores Fidalgo,Ciscar y Noguera, podran avanzar algn dia con susinstrumentos hasta la costa meridional del istmo,mientras que los seores Colmenares, Isasvirivil yCuar tara adelanten sus trabajos * hasta la costasetentrional. Para formar alguna idea de la incert i-dumbre en que aun hoy estamos acerca de la f igura yancho del istmo (por ejemplo del lado de Nata), nohay sino comparar los mapas de Lpez con los deArrowsmith y con los mas modernos del depsito\

    * Estos oficiales de la marina espaola fueron encargados de le-vantar los plan os de las costas setentrionales y occidentales de laAmrica meridional. La expedicin de Fidalgo fue destinada a lacosta situada entre la isla de la Trinida d y Portob elo; la de Co lme-nares la costa de Cbil e, y la de Moraleda y Cuartara la partecontenida entre Guayaquil y Realejo.

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    hidrogrfico de Madrid. El rio de Cliagre, que desem-boca en el mar de las Antil las al O. de Portob elo, pesar de sus tortuosidades y rapidez en algunos pa-ra ges , presenta un a grande facil idad para el comer-cio; t iene de ancho en su embocadero 120 toesas, y20 cerca de Cruces, sit io en donde empieza ser na-vegable. Hoy se sube el rio Chagrc, desde su bocahasta Cruces, en cuatro cinco dias; pero si estnmuy altas las aguas, es menester luchar contra la cor-riente diez doce dias. De Cruces Panam se con-ducen las mercancas lomo por un trecho de cincoleguas cortas. Las alturas baromtricas, notadas en elV i a ge de TJlloa *, me in clinan supo ner que en elrio C hag re , desde el mar de las Antil las hasta el em-barcadero venta de Cruces, hay una diferencia denivel de 35 4o toesas. Esta diferencia debe parecermuy pequea los que han subido por el rio Chagre;porque se olvidan de que la fuerza de la corriente pend etanto del grande aumento de agua cerca de los ma-nantiales del rio, como de su declive general, esto es,del que presenta el Chag re por encima de Cru ces.Com paran do la nivelacin baromtrica de Lllo a conla que yo hice en el rio de la Magdalena, se advierteque lejos de ser pequea la elevacin de Cruces sobreel Ocano, es por el contrario muy considerable. Eldeclive del rio de la Magd alen a, desde Honda hastala calzada de Maha tes cerca de Barran cas, es de 17 0

    O b s e rv ac ion e s as t ron mic as d e Ul loa , p . 97 .

    toesas poco mas menos; y con todo, esta distanciano es, como podra suponerse, cuatro, sino ocho ve-ces mayor que la de Cruces al fuerte de Chagre.

    Al proponer los ingenieros la corte de Madridque el rio Chagre sirviese para establecer la comuni-cacin entre los dos Ocanos, proyectaron abrir u ncanal desde la venta de Cruces hasta Panam; hacin-dole pasar por un terreno montaoso, cuya altura esdel todo desconocida. Solo sabemos que desde Cru-ces se sube al principio rpidamente, y que despuesse baja por espacio de muchas horas hcia las costasdel mar del Sur. Es bien extrao, que al atravesar elistmo , ni la Condam ine y Bougue r, ni don JorgeJuan y Ulloa, hayan tenido la curiosidad de observarsu barmetro, para decirnos cual es la altura delpunto mas elevado del camino desde el castillo deChagre Panam. Estos ilustres sabios pasaron tresmeses en esta regin de tanto nteres para el mundocomerciante; pero esta larga mansin ha aadido muypoco las antiguas observaciones que debemos Dam-pier y Wa fer. Sin em bargo parece indubitable, que laCordillera pri ncip al, por mejor decir, una serie decolina s, que se pueden considerar como una pro-longacin de los Andes de la Nu eva-G rana da, se en-cuentra por el lado del mar del Sur entreCruces y Pa-nam. En este sitio es donde se ha credo descubrir un t iempo los dos Oc anos , observacin que no indi-cara sino una altura absoluta de 290 metros. LionelWafer se queja no obstante de no haber podido gozar

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    3 2 L I B R O I .de esta v ista tan interesante; y asegura ademas, quelas col inas que forman la cadena central estn sepa-radas unas de otras por varios val les que dejan caminolibre al curso de los rios *. Si esta ltima asercin esfundada, podria creerse la posibil idad de un canalqu e c ond u je se d e C r uc e s Pa na m , y c u ya na v e ga -cin no estaria interrumpida sino por muy pocasesclusas. Fund ado en alg unas l igeras indicaciones sobrela tempe ratura de estos lugares y sobre la geografade las plantas indg enas, yo m e incl inaria creerque la espina de la montaa en el camino de Panam Cruces no tiene 5oo pies de alto. M. Robinson la su-pone de mas de 100 pies. Por otra parte en casi todoslos paises monta osos se hal lan ejemplos, cuan dose examinan cuidadosamente, de aberturas naturalesque atraviesan las espinas. Las col inas entre las ma-dres del Saona y del Lo ira , que el canal del centrohabra tenido que atravesar, tienen 800 900 pies deelevacin, pero una garganta interrupcin de la ca-den a, cerca del estanque de Lon g-P end u ha presen-tado un portil lo que es 35o pies mas bajo.

    Otros puntos hay en los cuales, segn algunas me-morias escritas en 1628, se ha propuesto cortar elistm o, u niendo por ejemplo las fuentes de los rios l la-m a d os C a im ito y Rio- G r a n d e , c on e l d e l a T r inid a d .

    * Description of tlie isthmus of America, 1792, p. 287. Cerca dela ciudad de Panam, un poco al norte del Puerto, se halla la mon-taa del Ancn, que segn una medida geomtrica, tiene 201 toesasde altura. UUoa, vol. 1, p. 101.

    La parte oriental del istmo es mas estrecha, pero tam-bin parece el terreno mas elevado; lo menos asi seobserva en el espantoso camino que l leva el correo dePortobelo Pa na m , camino de dos jornadas que vapor el pueblo de Pequen, y que es ele los mas spe-ros que pueden presentarse.

    En todos tiempos y bajo todos los c l imas se hacredo, que de dos mares vecinos el uno est mas ele-vado que el otro. Y a se encuentran vestigios de estaopinion vulg ar entre los antiguos. Strab on refiere , queen su tiempo se creia el golfo de Carinto cerca de Le-chea mas alto que el nivel de las aguas de Cenchrea.Juzga* muy peligroso cortar el istmo del Peloponesoen el s itio, en que los Corintios por medio de mqui-nas particulares haban establecido una manera detrasporte. En Amrica , en el istmo de Panam, esopinion comn, que el mar del Sur est mas elevadoque el de las Antil las: opinion que se funda solo so-bre una apariencia. Despues de haber, luchado unomuchos dias contra la corriente del r io Chagre, creehaber subido mucho mas de lo que baja luego por lascolinas vecinas desde Cru ces hasta Panam : y enefecto nada hay m as enga oso que el juicio que seform a de la diferencia de nive l , cuando la pendientees prolongada, y de consiguiente muy suave. En elPer he tenido dificultad en creer mis propios ojosal encontrar, por medio de una medida baromtrica,

    * Strabo, lib. 1, cd. Siebeukees, vol. 1, p. 146. Livius, l i b . x u i ,cap. xvi .L 3

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    q e la ciudad de l i m a est 91 toesas nas alta q u e elpuerto del Callao. Seria menester que en un temblorde t ierra se cubriese enteramente de agua la roca de laisla de San Lorenzo, para que pudiese l legar el ocano aquella capital del Per. Don Jorge Juan impugnoy a la opinion de la diferencia de nivel entre el mar c elas Antil las y el grande Oca no : porque hallo que lacolumna de mercurio es una misma en el embocaderodel Chag re y en Panam . , .

    La imperfeccin de los instrumentos meteorolgi-cos de que se hacia uso entonces, y la falta de todacorreccin termomtrica aplicada al clculo de las al-tura s, podia dejar todava algunas dudas. Au n podanestas haber adquirido mayor valor , desde que los in-genieros franceses de la expedicin de Egip to halla-ron el mar rojo seis toesas mas elevado que las aguasmedias del mediterrneo. Hasta que no se ejecute unanivelacin geomtrica en el istmo mismo, no se puederecurrir sino medidas baromtricas. Las que yo l iehecho en el embocadero del rio Sinu en el mar d la sAnti l las, y en las costas del mar del Sur en el Pe r ,teniendo cuetlta de las correcciones por razn de latemperatura, prueban, que si hay alguna diferencia denivel entre los dos ocanos, no puede pasar de seis asiete metros.

    R e f l e x i o n a n d o sobre el efecto de la comente derotaran* que, en las costas boreales l leva las aguas

    * L la mo corriente de rotacion , el movimiento general de las aguas

    de E. O. y las acumula hcia las de Costa-Rica y deVerag uas , se inclina el juicio adm itir, con tra laopinion recibida, que el mar de las costas de las An-t il las est un poco mas elevado que el mar del Sur.Algunas pequeas causas locales, la configuracin delas costas, las corrientes y los vientos (como sucede enel estrecho de Babl-M andl) pueden turbar el grandeequilibrio que por necesidad debe exist ir entre todaslas partes del Ocano. Las mareas en Portobelo suben un tercio de metro, en Panam cuatro cincometros de altu ra; debe pues tambin variar el nivelde los dos mares vecinos segn las diferentes pocasde la formacin del puer to ; pero estas ligeras d esi-gualdades, lejos de impedir las construcciones hidru-licas , podrian por el contrario favorecer el efecto delas esclusas.

    No puede dudarse que una vez roto el istmo dePanam po r alguna gran catstrofe, semejante laque abri el paso de las columnas de Hrcules *, lacorriente de rotac ion, en vez de subir hcia el golfo deMjico y desembocar por el canal de Bahama, segui-ra un mismo paralelo desde la costa de Paria hastalas islas Filipin as. El efecto de este rompi mien to nuevo ex trecho se extendera mucho mas all del Bancode Terranova y l iara, desaparecer puteramente, tle E. O. que se observa en la parte del Ocano comprendida en lazona trrida.

    * L)iodorns Siculus , lib. iv, p. aaf . lib. xvu, p. 553. Edil.Rliodom.

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    lo menos dis minu ir la velocidad del rio de agua ca-liente que se conoce con el nombre de Gulpshtream*;v que dirigindose desde la Florida al N. E., caminabajo los 43 de lat itud E . , y principalmente al sud-este hcia las costas de Africa. Tales serian los efectosaue producirla una inundacin anloga la de quese conservan memorias en las tradiciones de los Samo-traces. Pero habr quien se atreva comparar lasmezquinas empresas de los hombres con los canalesabiertos por la naturaleza misma, y con unos estre-chos como el Helesponto y los Dardanelos?

    Estrabon ** parece se inclinaba creer que las on-das del mar romp ern algn dia el istmo de Suez, l ono espero una catstrofe semejante en el istmo de Pa-nam, no s