“Dicen que soy héroe, yo débil, tímido, casi insignificante, si siendo como soy hice lo que hice, imagínense lo que pueden hacer todos ustedes juntos.”

Mahatma Gandhi Reseña por Thales L. Aquino, referente al texto “Los nuevos emprendedores sociales”, de Julia Moulden: Con el guión ofrecido en “Los Nuevos Emprendedores Sociales” para aproximarnos de sus ideas altruistas, me cabe destacar los detonadores en forma de preguntas utilizadas por Julia Moulden, como tema de sus capítulos: “¿Cómo empezar?”, “¿Qué tienes para ofrecer?” y “¿Qué te motiva?”. Reflexionando sobre dichas preguntas y explanaciones en sus conjunto de páginas, mi mente se remetió inevitablemente a la figura de Mahatma Gandhi (1869-1948), político y pensador indio. Me intrigué al pensar, ¿cómo el “Bapu” (apodo designado a Gandhi, que significa ‘padre’ o ‘padre de la nación’) contestó dichas interrogaciones en su momento y causa? ¿Gandhi: activista, empresario o innovador? Encuentro en el Bapu todos los tipos mencionados por Moulden de emprendedores sociales. El conocido “activista” o desobediente civil Gandhi a partir de 1906, luchaba contra el registro imposto por el gobierno sul-africano. El “empresario” e “innovador” Gandhi se dio a conocer años después por su autentico y legítimo liderazgo social y tomas de decisiones (“Marcha del Sal” y estímulo a auto producción de las ropas) con recursos propios en detrimento a la imposición de productos ingleses, que les causaba dependencia y hambre. ¿Cómo empezó el emprendedurismo social de Gandhi? Como abogado egresado de University College London, creía que su función era ayudar el Tribunal a descubrir la verdad, no incriminar el inocente. En misión de su despacho en África del Sur, se enteró de una ley que privaba los Indus (operarios de la minería, por lo tanto residentes en dicho país) al voto. Su estancia en África, notorio local de discriminación, despertó en el Bapu su consciencia social. Lo que nos indica que “la voz interior hacia la acción” en el caso de Gandhi, llegó de la forma más “devastadora”, cuando comparada a de “sacudida” y “agitada”, un tanto cuanto sobrepasadas por las prisiones y amenazas constantes que sofría. ¿Qué tenia Gandhi a ofrecer a quienes defendía? ‘Nada’ podría ser la palabra primera que se vino a la mente, pero por haberse formado bajo el rigor inglés y entender empática y profundamente la situación de sus iguales en una tierra distante, su “palabra” y “compromiso” lo hacía digno de creencia. Sus tácticas pacíficas lo aproximaba al mismo tiempo a la gobernanza popular y a las presiones de la imposición directiva que sofrían (en los países en que estuvo emprendiendo). Por fin, relaciono la parte más emocionante en mí opinión de la lectura de Moulden –¿Qué te motiva?– donde cita los 3 Bes: “Bus, Bathroom and Bed”. De igual manera me preguntaba algo conocido sobre Gandhi: ¿Cómo se inspiraba y concentraba el padre de la nación india y del predicador de la paz mundial? Sin duda, Mahatma Gandhi era un religioso (introspectivo) y seguidor de las tradiciones Indus (meditación y contemplación), lo que hacía que sus tomas de decisiones fuesen mucho más pausadas y reflexivas –infinita y profundamente asociado al “perderse en el momento”, “vivir por sus valores” y “una tercera clase de inteligencia”, términos enfocados por la autora–. Con todo lo expuesto, no intenciono traer aquí un modelo inalcanzable de emprendimiento social, sino todo lo contrario. A través del ejemplo de un Ser, que con pocos recursos materiales logró emprender significativamente a su nación, –aportando con conductas y iniciativas mejoras sociales verdaderas y útiles a su pueblo–, extrapoló los límites de la razón impuesta y territoriales, abarcando desde la independencia de su país frente a Gran Bretaña a consolidación de la no violencia, en todo el globo. “¡Sé tu el cambio que está tratando de crear!”