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A los que cultivamos la noble ciencia del Derecho, nos. corresponde la honra y el deber de celebrar estos aniversarios y de reexaminar nues- tros ensayos de Constitución. Este exámen no es ciertamente enderezado a interpretar el texto de lk ley, pero sí el origen y el destino de la ley, su influencia y su rendimiento, su calidad y su alcance.
1. Tres frases del proceso constitncional. E n México las constitu- ciones no son más que la etapa de un proceso que tiene tres fases : Revo- lución, Plan, Constitución.
La revolución y el plan político son las dos primeras fases. Sin excep- ción alguna, toda Constitución viene precedida de uno o varios planes que consignan postulados politicos. El Plan como documento constitucional no se ha estudiado con el detenimiento que merece. Sin embargo, es preciso emprender el estudio de los planes, catalogarlos, clasificarlos y comentarlos y desprender de ellos los principios políticos que van desfi- lando por nuestra historia. Los hay que no pueden echarse en olvido; los más notables proclaman formas de gobierno, libertades políticas e individuales, sufragio o reformas a la Constitución (no todos postularon una nueva Constitución), y los que sobresalen son aquellos que dejaron a la soberanía nacional, por la convocación de un congreso extraordinario constituyente, la resolución de los más urgentes problemas.
El plan de Iguala nació bajo el pecado original de ignorar fa sobe- ranía. Y aquellos que proscribieron el congreco constituyente, no tu- vieron la vida ni la importancia de los que legalizaron la revolución mediante un congreso. Efectivamente, fueron congresos constituyentes los que lograron una obra más duradera, o si se quiere, menos efimera: la Junta Nacional Legislativa de las Bases, lbs Decretos de S. A. Sere- nisima para las Bases de Organización, la Asamblea de Notables del Imperio, son muy inferiores a las Constituciones del 24, del 57 y del 17, obras de asambleas deliberantes reunidas i l triunfo de una revolución.
Las Siete Leyes son obra también de un congreco que mistifica la voluntad nacional, transformándose a si mismo de congreso Constitu- cional en Constituyente. El mismo proceso de los planes está acompañado de una revolución triunfante y el partido victorioso dicta una ley cuya bondad y duración se mide por la mayor o menor universalidad de sus principios; tal es la tercera fase.
E s así como el plan político se convierte en principio jurídico emi- nente por incrustarse en la Constitución y éste comprende toda la acti- vidad politica social y jurídica, dando nacimiento a nuevas entidades cuyo desarrollo es imposible prever, como acontece con la Constitución
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del 17, que está en pleno desarrollo descubriendo fuerzas y factores antes ignorados. El dinamismo constitucional es la tercera fase o coronamiento de las anteriores etapas.
Ahnque en menor escala, la Constitución del 57 desempeñó y presenta estas fases primordiales. Es la oportunidad de examinar, no la Cons- titución ni sus antecedentes, plan y revolncibn de Ayutla, sino el Gongreso mismo con sus hombres, su composición, sus tendencias, sus problemas y sus realizaciones.
2. Apertura, firma y promuigación de lo Constitución del 57. El domingo 18 de febrero de 1856, a las tres de la tarde, tuvo lugar la solemne apertura del Congreso, reunido a consecuencia del triunfo deb Plan de Ayutla; la ley de convocatoria le señalaba el plazo de un año para cum- plir su cometido.
El 16 de junio, Arriaga di8 lectura al dictamen de Constitución, "cuya parte expositiva fué acogida con visibles señales de aprobación".
El 4 de julio, aniversario de la independencia de los Estados Unidos, comenzó la discusión en lo generat; el 8 de agosto fué declarado el proyecto suficientemente discutido y hubo lugar a votar por 93 votos contra 5, de los diputados Ampudia, Barros, Barragán, Castañeda y Garcia de Arellano.
EL 5 de febrero de 1857 fué firmada la Constitución por 90 dipu- tados y por el Presidente de la República; el 16 de ese mes se clausuró eh Congreso, y se pramulgó la Nueva Con~titución el 16 de septiembre.
3. Lo Comisión Dictaminadora. A los 4 días de abierto, el 22 de febrero, quedó designada la Comisión de Constitución compuesta de nueve propietarios y de dos suplentes. Fueron:
Ponciano Arriaga, León Guzmán, Mariano Yáñez, Pedro Escudero y Echánove, J. M. del Castillo Velasco, José M. Cortés Esparza, Su- plente; José N. Mata, Suplente; Isidoro Olvera, Joaquín Cardoso, Mel- chor Ocampo, José María Romero Díaz.
Los tres primeros firmaron el proyecto de Constitución, los cuatro siguientes lo firmaron con reservas, Olvera redactó un voto particular, Romero Diaz firmó con una nota después de presentado el proyecto y votó por el restablecimiento de la Gonstitución del 24, lo que arrancó estrepitosas carcajadas en casi todo el salón, al decir de Zarco, 11. 283. Cardoso y Ocampo no firmaron; éste último tampoco firmó la Cons- titución. Arriaga mencionaba estas circunstancias en su notable discurso sobre el revtablecimiento de la Constitución del 24.
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"Ya se ha dicho muchas veces y es preciso repetirlo; la entidad moderada y la entidad ministerio, vieron con indiferencia la Cons- titución del país. Algunos señores apenas concurrieron, hubo uno que asistió a una sola discusión, uno asistió una sola vez y el minis- terio, si concurrió más de cinco ocasiones, éstas no pasan de siete, pero si todos estos señores que representaban el partido moderado tenían tanrta fé en la Carta de 1824, ¿por qué no la defendieron desde entonces. . .!" Zarco, 11, 273.
El mismo Arriaga, que pudo haber designado en la comisión, indi- viduos pertenecientes al partido avanzado, el cual dominaba cuando se instaló el Congreso, llamó también al segundo partido, al retrógrado, con el deseo de establecer la unión liberal y la fraternidad entre los republicanos, pero los moderados llegaron a imponerse tanto en la co- misión como en el congreso y estuvieron a punto de dar el salto atrás, restableciendo la Constitución del 24. En su oportunidad trataremos de reconstruir ésta célebre jornada.
4. El Estabwto Provisional: Pauta o Modelo. Nb hubo un proyecto que sirviera de base a su trabajo, como en el Constituyente de Queré- taro, pero desde las primeras sesiones, el Gobierno de Comonfort presentó el Estatuto provisional, verdadera Constitución, que abría o implícitamente señalaba una pauta, ofrecía una especie de modelo conforme al cual la opinión pública podía juzgar al Congreso y declsrar sus preferencias entre éste y el Gobierno; razón por la cual fué recibido con hostilidad y llamado irónicamente El Estotuto Lafragua, para concentrar en el, ini- nistro de Gobernación las acervas críticas y el disgusto de los diputados de la oposición, denunciándolo como atentatorio.
Hubo proposición formal para desconocerlo, desautorizarlo o dero- garlo, que se admitió a discusión por mayoría de votos, se mandó pasar a Gomisión; pero habiendo habido seguramente un arreglo con el Gobierno y en vista de la provisionalidad del Estatuto, junto con la necesidad de adelantar el proyecto de Constitución, no se insistió más en este punto, y el Estatuto rigió hasta la promulgación del Código del 57. No cabe duda que el Estatuto fué tomado en cuenta por la comisión dictaminadora en la parte relativa a las garantías individuales, porque éstas tal como se contienen en dicho Estatuto, habían sido estudiadas y sancionadas en el Senado constitucional que precedió inmediatamente a la dEctadura de Santa Anna.
5. Cuestio+zes tratada por el Congreso. En el Congreso del 56, se trataron numerosas cuestiones que deben clasificarse, con el doble objeto
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de obtener una visión de conjunto de la época y de conocer a fondo las corrientes políticas que a través de los partidos se manifestaron, cada una con sus propias tendencias. Una cosa resulta clara desde luego y es la existencia en aquella asamblea y, por tanto, en la política na- cional, de irerdaderos partidos cuya clasificación puede hacerse hoy con toda certidumbre a través de las cuestiones que se trataron y resolvieron en dicho Congreso.
Hay en primer lugar un grupo relativo a la Constitución misma que debía de formularse conforme al Plan de Ayutla; este gmpo de cuestiones pertenece a la Conrhtución Polihca.
Hay un segundo grupo relacionado con cuestiones de carácter eco- nómico social, que se presentaron principal o incidentalmente, y por ultimo las que enjuiciando el pasado y los antecedentes históricos del Congreso, dieron lugar a una severa condenación de la dictadura de Santa Anna y de todas las dictaduras, en una reacción muy natural de una asamblea cuyos miembros habían sido víctimas en su mayor parte, de los desmanes del poder absoluto. Sentados estos criterios, debemos enumerar las tareas del Congreso en el siguiente órdeu y clasificación.
Primer Grupo. Constitución Politica
1. Proyecto de Constitución; dictámen de la Comisión. 2. Voto particular de Olvera, individuo de la Comisión. 3. Adiciones de Castillo Velasco sobre municipalidades. 4. Adiciones de Villalobos sobre arreglo de la fuerza pública, y
estado civil del clero. 5. Proyecto de Constitución Política para el pueblo mexicano, de
Moreno. 6. Proyecto sobre el restablecimiento de la Constitución del 24.
7. Estatuto orgánico provisional.
Segundo Grupo. Cuestión Social
Religión, propiedad, desamortización, fueros, Compañia de Jesús.
1. Ley de desamortización. Ley Lerdo. 2. Voto de Arriaga sobre propiedad. 3. Proyecto de ley orgánica sobre propiedad, de Olvera. 4. Ley de administración de justicia (Juárez), fueros.
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5. Sobre restablecimiento de la Compañía de Jesús. 6. Discusión sobre el arti'culo 15 del Proyecto; libertad de conciencia,
de cultos, tolerancia, separación de la Iglesia y del Estado. 7. Adiciones de Villalobos sobre arreglo de la fuerza pública y estado
civil del clero.
Tercer Grupo. Crítico y condenución de la dictadura
1. Decreto sobre responsabilidad de Santa Anna y sus agentes. 2. Dictamen sobre el decreto de prórroga de la dictadura de Santa
Anna.
En la imposibilidad de referirnos siquiera a las más importantes, no se crea que este cuadro agota las actividades de aquel Congreso, pero si podemos escoger de 'os dos primeros grupos, aquellos temas que per- miten señalar con acierto su fisonomía. El primer grupo contiene el ideal político del constituyente, el segundo un intento de sobrepasar la Cons- titución política para hacer de ella un instrumento de integración eco- nómica resolviendo el problema de la tierra.
Las circunstancias en que trabajó no fueron tan dramáticas como las del Congreso del 47; sin embargo, 1856 acusa un franco malestar. La guerra civil había concluido en la superficie pero continuaba en el fondo, y los partidas se hacían guerra a muerte en el Congrego, en la prensa y por las armas. El gobierno moderado de Comonfort no podía dar gusto a ninguna de las alas extremas y era acusado o de revolucionario o de retrógrado. E! Congreso tenia partidarios y enemigos que entor- pecían sus trabajos; a veces apoyaba a Comonfort y a veces lo atacaba. Por fin ha lucha de 1'0s principiias se trasladó al seno del Congreso mismo al plantearse el restablecimiento de !a Constitiución del 24. Esta es una de las páginas más dramáticas de nuestra historia parlamentaria; por momentos osciló peligrosamente la balanza de los destinos nacionales.
6 . Restablecinziento de la Carta del 24.-Nota de Zarco.-"El proyecto de restaurar la Carta de 1824 con algunas reformas fué presentado en secreto por Arircorreta el mismo día en que por pri- mera vez concurrió al Congreso. Pronunció un brillante discurso que causó mucha sensaciirn, en apoyo de su proyecto. Cuando era estre- pitosamente aplaudido y parecía contar ron la mayoría. Prieto fué el primero que ice atnevió a impugnarlo de una manera muy hábili y vehemente. Siguió un debate muy acalorado, en que tomanon parte l,m miembros de la comisión de constitución distinguiéndose por la
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pureza de su dialéctica Castillo Velasco. Degollado (D. Santos) y Garcia Granados plresentamn cada uno por su parte un proyecto de reformas a la carta del 24, pero los retiraron, convencidos por la discusión, según dijeron, de que no eran convenientes. Se amplió el debate que duró das dias. Retirados los proyectos de Degollado y Garcia Granados, el de Arizcorreta quedó desechado. Esa s'egunqa lectura de este proyecto desechado es la que pidió el Sr. Diaz Gahza- lez el 25 de agosto. Estas explicaciones son necesarias para mejm inteligencia de las sesiones siguientes."
Pongamos en orden estas noticias, que afortunadamente podemos completar.
El 20 de febrero a los cuantos dias de iniciado el Congreso, se presentó el proyecto de don Marcelino Castañeda que tuvo primera lec- tura. El 25, segunda lectura y en votación nominal desechado por 40 contra 39 votos.
Las fuerzas estaban equilibradas y es muy significativo que antes de presentarse el proyecto de Constitución, los moderados dieran la pri- mera batalla en una época en que según Arriaga, dominaban los pro- gresistas.
El 17 de julio se presentó el diputado por el Estado de México, don Mariano Arizcorreta, que al decir de Zarco, el mismo día promovió el restablecimiento de la Constitución del 24, 10 que fué desechado des- pués de un debate en sesión secreta que duró dos días. Arizcorreta se presentaba cuando ya se hahia discutido y aprobado el proyecto de Cons- titución en lo general y se hahia llegado al artículo 5 . Zarco menciona otros dos proyectos de Degollado (Don Santos) y de Garcia Granados, consultando también la adopción de la Carta del 24 con algunas modifi- caciones, pero que sus autores retiraron en vista del resultado de la discusión.
No hay duda que en este gran debate intervino Zarco, cuyas ideas nos son perfectamente conocidas, aunque él por modestia no se mencione. *
Ya se había formado un catálogo de los artículos tomados literal o esencialmente de la Constitución del 24: son 70 disposiciones conte-
1 Efectivamente, no menciona su intervención, además de por modestia por hidalguía, y en sus crónicas se advierte cómo trata a sus contrincantes con consi- deraciones g aun con una imparcialidad que mucho fe honra.
Zarto estaba publicando sus crónicas en el sigla xrx y jamás fuC acusado de tergiversar los hechos o las discuiiones. Nunca liizo de su crónica una bandera ni la aprovechó para exaltar a su grupo con detrimento de sus contrarios.
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nidas en 47 artículos en un conjunto de 128 articulos del proyecto de Constitucióii, y precisamente esta circunstancia la aprovechó el diputado Ruiz cuando iba a seguir el debate sobre esos 47 artículos, pidiendo que se discutieran conforme a reglamento, es decir, cada uno separada- mente y no en conjunto oomo pocos días antes había acordado el Con- greso, a pretexto de que muchos de esos 47 artículos no tenían semejanza con los de la Carta del 24, pues introducían alspnas importantes novedades. Esto y la proposición de Diaz González, presentada en la sesión de 25 de agosto, para que tuviera segunda lectura el proyecto presentado por él y otros diputados sobre restablecimiento de la Carta del 24 con a1,gunas reformas, dió lugar a un debate en donde el Congreso no solamente revocó su primitivo acuerdo de tratar estas cuestiones en sesiones se- cretas, sino que también revocó las resoluciones por las cuales ya se habían desechado todos esos proyectos; pero si el partido restauracionista era insistente y tenaz en sacar adelante este punto, Zarco que notoria- mente encabezaba a los partidarios de la nueva Constitución, también estaba isoli~citando el debate público y exigiendo votaciones nominales, sin duda para definir bien el color y las tendencias de la asamblea. De todas maneras triunfó por el momento la proposición suspensiva de la dis- cusión del prioyrcto de Constitución, que no podría reanudarse hasta que se estudiaran especialmente los artículos de la Constitución del 24 qu:e f'ormaban parte del proyecto de la Comisión.
El 2 de septiembre en sesión secreta se acordó dar segunda lectura al proyecto de Arizcorreta y se resolvió tratar en público ese asunto. Hay que advertir que en la renovación de oficios, o sea la elección de mesa directiva para eh mes de septiembre, los restauracionistas sacaron presidente de la asamblea a su jefe el diputado Arizcorreta por 56 votos y vice-presidente a Ruiz por 54, con lo que se advierte la organización y disciplina de las fuerzas que iban a dar la batalla decisiva.
En este gran debate el diputado Guzmán hizo notar que se trataba del asunto más grave que pudiera presentarse, el de la Constitución del país, de abandonar la senda que se habia emprendido, para tomar otra nueva e incierta. Guillermo Prieto hacia un resumen de los esfuerzos que se habían hecho hasta entonces. 1.a idea de restaurar la Carta del 24 la propuso Ca3tañeda y yu proyecto fué desechado; la propuso Degollado y también fué desechada; lo mismo el de Garcia Granadm, lo mismo que el de Arizcorreta y, sin embargo, va a tratarlo nuevamente el Congreso "porque así lo quiere la mayoría"; nota que se versa una grave cuestión política porque de la admisión del proyecto de Arizcorreta va a resultar el abandono del proyecto de la comisión que se está discutiendo.
El diputado León Guzmán hábilmente insinúa que la discusión del proyecto de la comisión debe seguir mientras no haya otro dictamen de que ocuparse y que la admisión del de Arizcorreta y socios no importa más que el hecho de pasar el proyecto al examen de una comisión; proposición que queda aprobada y que al final fué la causa que salvó al Congreso.
E s con motivo de este grave asunto que Zarco en cu crónica describe las corrientes políticas del Congreso en los siguientes términos:
"Reconocemos un gran fondo de buena f é en muchos de los que pretenden restaurar la Constitución de 1824, pero desconfiamos de que esté compacta la mayoría. E n ella está una fracción flotante que por nada se decide, en ella está la fracción que sin agravio puedo llamar minkteriai, que es minoría, y en ella está también otra fracción que pudiera llan~arse de oposición moderada que no aprueba la conducta del gabinete y que tiene prisa en volver a cual- quier orden constitucional con la mira de quitar la dictadura a Coinonfort. Si todas estas entidades aparecen unidas en la adopción de los medios, no están de acuerdo en sus fines, y si el gobierno abre los ojos y examina el verdadero estado de los partidos politicos, se convencerá de que no puede encontrar fuerza ni apoyo sino en el partido leal y noble que consumó la revolución de Ayutla y que le- vantando la bandera de la Unión Liberal llamó a sus filas a cuantos profesan ideas republicanas, sin averiguar si en las grandes crisin y en los momentos de obrar siguieron o no la política de retraimiento."
Combatieron el restablecimiento de la Constitución del 24 Arriaga, OIvera y Castillo Velasco.
Arriaga elocuente, incisivo, condenando las vacilacioiies y aún des- lealtades de los partidos.
"Si ,se pudiera juzgar de las ideas, del tipo de ellas y de sus consecuencias por las personas que las suscitan, puedo decir que entre ellos hay algunos hombres cansados de servir al país, podría decir que hay otros dominados por el temor y la indolencia; po- dría decir que entre ellos están los que faltan constantemente a su deber y sólo aparecen en días aciagos para contribuir a los funera- les de la República, podría decir que entre ellos están los que vinieron al Congreso desputs de hacerse esperar cinco meses y podría decirles también que entre ellos están alguno o algunos de los que han dado golpes de Estado."
Olvera, de la comisión de Constitución, había presentado un voto particular sosteniendo la vigencia deb Senado y afirmaba:
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"Será el colmo del escándalo que después de siete meses, el Congreso reniegue de su propia obra, vuelva hacia atrás, pierda el tiempo y frustre las esperanzas del país."
Castillo Velasco considera que la admisión del proyecto será el suicidio de! Congreso y del sistema representativo, pues
"2 qué fé ha de inspirar la obra de un Congreso que apmeba 40 artículos de un proyecto para abandonarlos después y caminar en pos de otro que ha sido desechado tres veces? Los pueblos dirán que antes y ahora se cometió un error grosero y poco prestigio tienen los congresos que se manchan con esta clase de errores, y la Constitución que ahora surge, añade, no está inspirada por la con- ciencia, sino que surge de siniestras combinaciones parlamentarias, de intrigas, de corrillos, de maquinaciones que alarman y contristan a los buenos 15berales." "¿Qué valor tendrá una Constitución que representa el triunfo del retroceso sobre la reforma? Al retroceder vamos a dar un escándalo al mundo. . ." Sobre los partidos dice que:
"no comprende lo que pasa en el Congreso, ve al partido ciego del ministerio votando el fin de la dictadura de Comonfort y ase- sinando al pobre partido progresista, al pobre partido demagogo, al pobre partido corta-cabezas como se le acaba de llamar, sin cuyo apoyo nada hubiera podido hacer la dictadura de Comonfort . . ."
y al descubrir, entre los que apoyan el proyecto de Arizcorreta a algunos liberales avanzados, no puede menos de exclamar como César 3 Bruto: "1 Tú también hijo mío!"
Del campo contrario, Arizcorreta, jefe del grupo restauracionista, es una muestra de lo que un liberal de entonces consideraba ser el pa- trimonio del liberalismo, al enumerar l'as reformas que admite tomadas de la Constitución del 24 y declara aceptar toda el Acta de derechos del proyecto de Constitución, recordando que la deh 24 fué elogiada por el niismo Tocqueville que c m tan% tino estudió las instituciones america- nas. 2 ( A Arizcorreta se le hizo el cargo de haber frustrado en 1W7 la ocupación de bienes eclesiásticos al dejar esta facultad a las legislaturas locales.)
Aguado, secundando a Arizcorreta, se manifestó conforme con el titulo de moderado, apartándose de los que se jactan de ser los defensores de la reforma y de ir al frente de la civilización. -
2 No he podido encontrar este elogio. Tocqueville se limitó a decir que México copió la letra, pera no el espíritu de la Constitución norteamericana.
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Habiendo hablado tres oradores en pro y tres en contra, se admite el proyecto Arizcorreta por 54 votos contra 51. Esta sorprendente de- cisión significaba el abandono de las esperanzas puestas en el Congreso, para retroceder 30 años; pero he aquí como maniobró la minoría derro- tada para convertir aquella derrota en victoria.
Arriaga hizo notar que la mayoría se había computado con los votos de los ministros de Relaciones y de Gobernación, contra lo cual no pro- testaba, pero recordó el articulo del Reglamento que previene que los ministros salgan del salón al tiempo de las votaciones.
"La votación tuvo algo de solemne: algunos votos por la nega- tiva fueron muy aprobados y el de Romero Díaz, individuo de la comisión de Constitución que fué por la afirmativa, arrancó iuertes carcajadas en casi todo el salón. No es la primera vez que ésto sucede."
"La batalla estaba ganada, dice Zarco, pero en los vencedores se notaba cierta vacilación que parecía inexplicable"; Arizcorreta, el jefe del grupo, no supo utilizar victoria tan disputada, pues conociendo que la comisión de Constitución era contraria a su proyecto, anunció que se iba a nombrar una comisión especial, trámite que fué enérgicamente re- clamado en masa por Zarco y la minoría derrotada. Invocó Arizcorreta el antecedente de que Degollado al presentar su proyecto pidió que se nombrara una comisión especial, pero como se hizo netar que el trámite no tenía ningún fundamento, Arizcorreta lo retiró, siguiéndose algunos momentos de vacilación en la mesa. Después de una interpelación de Zarco al presidente Arizcorreta preguntándole qué trámite había dado al proyecto que acaba de admitirse, aquél respondió que ninguno; cir- cunstancia de que se aprovechó Zarco para decirle que inmediatamente se diera trámite conforme al aflículo 50 del Reglamento que dispone que en el acto de ser admitido un proyecto, pase a la comisión respectiva, y urgido por Zarco, Prieto y otros diputados, Arizcorreta pronunció por fin el trámite de "pasar el proyecto a la comisión respectiva", que pre- cisamente era la de Constituci6n. Asi terminó la jornada, dice Zarco, y así se salvó el Congreso, decimos nosotros, porque al pasar a la comisión de Constitución, ésta no tomaría en cuenta el proyecto Arizcorreta como sucedió en efecto; pero la lección fué.dura y en lo sucesivo predominará una corriente moderada hasta el final del Congreso.
No nos sorprendemos ni de las peripecias ni del resultado; todavía hoy se perciben suspiran por 1857; en pleno constituyente de Querétaro se hizo circular un manifiesto convidando a la revolución a dar el paso
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atrás y ya reanudado el orden constitucional, hubo promoción formal de un diputado tachando de nulos el Congreso y la Constitución de Que- rétaro. Los jóvenes de lioy deben saber que también en la literatura política de la época se tachaba de anticonstitucional el nuevo Estamento. E n 1857 no podía ser de otro modo, como no lo fué ni en 1824. ;Qué de particular tiene ese instante de vacilación en muchos diputados que du- daron? Esas peripecias demuestran dos cosas: la absoluta libertad de actuación de cada diputado según su conciencia y la resultante final de ese choque y cruzamiento de opiniones, que es 1% característica de estos documentos políticos, si realmente reflejan el sentir de una generación.
7. Liberalisnzo y Reforma. El congreso era liberal en su gran ma- yoría, con ese liberalismo singular que hemos visto en páginas anteriores. Honradamente debo decir que al hablar de liberalismo y de partido liberal, estoy fijando una etiqueta que un liberal de entonces como Arizcorreta podía desconocer y que otro liberal como Zarco o como Ramírez recha- zarían con indignación y es que el programa liberal tardó en formarse.
La escuela liberal nació del partido liberal y éste se formó en con- traposición al partido conservador. El partido liberal, a los principios, fué $encillamente antimonarquista, tuego republicaao, después federa- lista y en el Congreso d'e 1856 ya se dejaron oír voces c m o Zarco, Prieto, Ignacio Ramírez, Mata, Olvera, Arriaga, que acusaban un tinte socialista, aunque tal vez sus mismos voceros no conocían tal clasificación. También hubo una fracción del partisdo liberal que se declaró reformista, en- tendiendo por Reforma, la organización de la sociedad independizada del clero; la separación de la Iglesia y del Estado, el Registro Civil, la aboPciÓn de votos, de diezmos y sobne todo la expropiación de los bienes del clero en sus dos etapas: desamortización y nacionalización. Pero ésta última parte del credo liberal más avanzado, no tuvo éxito en 1856, sino hasta la época llamada de Reforma, que fué la que realizó este programa. El liberalismo de entonces estaba plenamente identificado con el individualismo político y su realización más brillante fué la Carta &e Derechos y el principio básico de la Constitución de 1857:
"El pueblo mexicano reconoce que los derechos del hombre son la base y el objeto de las instituciones sociales. En consecuencia declara que todas las leyes y todas las autoridades del país, deben sostener y respetar las garantías que otorga la Constitución."
El liberalismo político dió lugar al individualismo económico que al fin llegó ah fracaso y fué liquidado en la Constitución de Querétaro.
Resumamos: Congreso revolucionario, liberal, individualista, se mos- tró sordo a soluciones no politicas, desdeñó las dolorosas y bien docu- menadas exposiciones de Arriaga, de Olvera y de Villaseñor sobre propiedad y retrocedió ante el empuje de Zarco, Mata, Ramírez, Prieto, Castillo Velasco y otros en favor de la tolerancia religiosa; prefirió iio tocar ese punto.
8. Los derechos del hombre, clave de la Constitución politica. La Constitución de 1857 debe definirse exclusivamente como una Cons- titución política. Aun para la Constitución francesa de 1793 que llegó a mencionar "la garantía social", ésta era eminentemente política, como aparece del texto de los artículos que citamos a continuación:
"23.-La garantía social consiste en la acción de todos para asegurar a cada uno el goce y conservación de sus derechos. Esta garantía se apoya en la soberanía nacional.
24.-Dicha garantía no puede existir si los limites de las fun- ciones públicas no están determinadas claramente en la ley y si no está determinada la responsabilidad de todos los funcionarios.
122.-La Constitución garantiza a todos los franceses, igualdad, libertad, seguridad y propiedad, deuda pública, libre ejercicio de cultos, instrucción común, negocios públicos, libertad indefinida de la prensa, derecho de petición, derecho de reunión en sociedades par- ticulares y el goce de todos los derechos del hombre."
Para nosotros estas son sencillamente garantías políticas. E l constituyente D. Félix Romero, Vice-Presidente de la Sociedad
de Geografía y Estadistica, leyó un estudio ante la misma en febrero de 1897, titulado El régimen pe+titeftciario en s u relaciones con la Cons- titución de 1857, en el que nos informa sobre las fuentes e inspiración de los legisladores de entonces. Dice asi en su folleto:
"Fácilmente se concebirá ser exacto lo que aseguramos con relación a nuestro derecho constitucional, si se atiende a que en las disposiciones más trascendentales, dictadas al elaborarse el pacto federativo y cuya orientación nos ha conducido a hablar de los hom- bres del parlamento y de sus varias e\duciones, el Congreso Cons- tituyente se hizo solidario de algunas ideas y principios de los inás avatizados. que brillan en la Constitución americana de 1787, cn la española de 1812 y inuy particularmente en la francesa de 1793; siendo esta Última el punto objetivo de nuestros constituyentps, por haber formulado con inteligente precisión los más altos dogmas dc la sobcrania popular y la ciencia política. Y ya que no es controvertible
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que aquel congreso huviese tomado ejemplo de los convencionistas franceses en sus labores parlamentarias para establecer sus princi- pios políticos, diremos: Que la Convención Nacional, avanzando resueltamente en el camino que le habia trazado la Asamblea Cons- tituyente del 91, decretó en la Constitución de 1793, la abolición de la pena de muerte en la República, con la restricción única de que esto se efectuase a la publicación de la paz general."
Al constituyente Romero se le dvidó mencionar la Constitución del 24, de cuyo texto se tomó más de la tercera parte del proyecto de Arriaga, como son los concernientes a la organización federativa, a las facultades de los Poderes Legislativo y Ejecutivo, a los Estados. Las fuentes que señala Romero a través de un Congreso revolucionario, hacen del Código del 57, un código más cerca de nosotros, más comprensible a la inte- ligencia latina, menos sajonizado, más literario, más artístico, si asi puede decirse, con una exposición sonora y enfática, al igual que h h s t i t u c i ó n revolucionaria del 93 y estructurada en un conjunto que hace de esa Constitución un sistema armonioso, con la feliz distribución de sus materias, su equilibrio literario y dialéctico.
E n donde es más notable esto, es en el frontispicio: DE LOS DERECHOS
DEL EIOMBRE, que todavía deja en los nidos un rumor de combate, y en donde se habla en nombre del PUEBLO a cada paso:
Literatura grandiosa, penetrante, que todavía encuentra ecos y des- pierta vibraciones en lo íntimo de nuestro ser y que decididamente es más conforme a nuestro temperamento latino; decididamente amamos más el cálido lenguaje de la pasión política que se desborda en nuestros congresos constituyentes, casi todos revolucionarios, que las formaciones frías, grises como una columna numérica, sin temperamento, sin palpi- taciones de guerra, sin incendios, sin rebeldías, sin literatura, que nues- Cms constituyentes dR 1824 se vieron obligados a copiar. La Constitución del 57 mezcló a la frialdad sajona de la organización mecánica de los pesos y contrapesos, la dogmática de la revolución e introdujo en las frias combinaciones políticas, el elemento humano; derechos del hombre que en cuanto garantizados por la ley fundamentali, son las garantías individuales. Proclama principios universales y emplea la metáfora, legisla para la eternidad.
"Art: 2.-En la República todos nacen libres.. . los esclavos que pisen el territorio nacionah recobran por ,sólo este hecho su libertad y tienen derecho a la protección de las keyes.
3.-La enseñanza es libre. . .
4.-Todo hombre es libre para abrazar la profesión, industria o trabajo que le acomode.
5.-Nadie puede ser obligado a prestar trabajos personales sin la justa retribución y sin su pleno consentimiento.
6.-. . . La manifestación de las ideas no puede ser objeto de ninguna inquisición judicial o administrativa. . .
7.-Es itiviolable la libertad de escribir y publicar escritos sobre cualquiera materia.
9.-A nadie se le puede coartar el derecho de asociarse.
10.-Todo hombre tiene derecho de poseer y portar armas.
11.-Todo hombre tiene derecho para entrar y salir de la Re- pública.
15.-Nunca se celebrarán tratados para la extradición de reos políticos,
16.-Nadie puede ser molestado en su persona, familia, domi- cilio, papeles y posesiones.
17 Nadie puede ser preso por deudas de un carácter netamente civil.
22.-Quedan para siempre prohibidas las penas de mutilación y de infamia, la marca, los azotes, los palos.. ."
E n los severos principios de la organización política, lejos de limi- tarse a la distribución y arreglo de las funciones, dando a cada cutidad su parte, introduce la vida, pone en movimiento a ese pueblo resuelto y erguido, combativo y viril y lo liace hablar en el artículo 1 : El pueblo mexicano reconoce que los derechos del hombre.. . en los 39, 40 y 41 : La soberanía nacional reside esencial y originariamente en el pueblo.. . Todo poder público dimana del pueblo y se instituye para beneficio de éste. . . el' pueblo tiene en todo tiempo el inalienable derecho de alterar o modificar la forma de su gobierno.. . E s voluntad del pueblo mexicano constituirse en una República.. . El pueblo ejerce su soberanía por medio de los Poderes de la Unión. . .
Este lenguaje penetrante que ha llegado al alma del pueblo, da a la de 1857, una infinita superioridad sobre la de 1824; 1857 significa el ansia de sacudirse una vieja tutela, una servil imitación y, conservando lo que valía la pena de conservarse, la introducción de nuevos elementos (aun- que sólo fueran nuevos en la forma) más conformes con nuestra idio- sincracia.
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9. Realizaciones. Resumiendo la fisonomía y los trabajos del Cons- tituyente de 1856, debemos asignarle las siguientes realizaciones :
1. Una Constitución política perfecta en teoría y avanzada en los principios de la ciencia pobitica contemporánea.
2. Una carta de Derechos del Hombre destinada a fortificar las instituciones políticas.
3. Una organización federativa que pone término para siémpre a la gran polémica entablada entre centralistas y federalistas.
4. La división de las jurisdicciones federal y local.
5. La división de los poderes públicos. Una distribución de las fun- ciones de los poderes Legislativo y Ejecutivo, con tendencias al parla- mentarismo.
6. Un poder Judicial como juez supremo de la legalidad y de la constitucionalidad de los actos de los demás poderes, así como el man- tenedor del equilibrio político entre la Federación y los Estados.
7. El amparo de garantías individuales y de los derechos respectivos de la Federación y de los Estados.
No necesitamos atribuir a este Congreso lo que pertenece a épocas posteriores ni empequeñecerlo por lo que no hiz'o; pero con lo que dejamos señalado es bastante para su gloria y para confirmar la elevada opinión que ha disfrutado en la historia constitucional de México. Sus vscila- ciones, sus tendencias moderadas, su repugnancia a legislar en lo que hoy llamamos la cuestión social, no son más que el reflejo del pensamiento de la época y el patriótico deseo de evitar la guerra civil. Al juzgar la historia a Comonfort, reconocerá que éste hizo todos los esfuerzos po- sibles para escapar a la terrible crisis que se desarrolló en México de 1858 a 1861, y que si no lo lograron él y sus consejeros o partidarios, no se les pued,e culpar de no haber podido evitar lo inevitabl'e. Podemos pues llamar ilustre y distinguido al Congreso cuya instalación recordamos hoy y otorgarle sin reservas nuestra veneración y nuestro respeto.
Tal es el veredicto de los Constituyentes de 1917 a l juzgar la obra de sus predecesores. En la sucesión de nuestras leyes fundamentales, se operan las eternas leyes de la continuidad; 1857 tomó de 1824, de 1836, de
EL CONSTITUYEIÍTE DE 1856 25
1813 y de 1847: 1917 adopta y adapta dc 1837, pero sin duda que las dos ÚItinias han penetrado más profundamrnte en el pueblo, precisamente por haber isalido dc su sustancia y porqw aquellos Congresos legislaron estre- nieeidos bajo el soplo de la Revolución: tuvieron acentos inspirados que iiiiriortallizaron sus preceptos, sin duda porque, como dijo Quinet, "Dios- liabia a los piieblos por boca de las re~~dii.?i~ones,"
Gn~~o~.-I,eyes constilz~cionales de Mézico en el Siglo X I X .
MONT~EL Y ü~A~í~ . -Dere~ho Público Mexicano.
ZARCO.-Hi.~ttori del Congreso Conrfituyente.
FOLLETOS
ALEGRE, Manuel 11.-Atí>i es tientpo. México, 1907.
GARC~A GRANADOS, Ricardo-La Constitución de 1857 y las Leyes de Reformo en México. Estudio Histórico Sociológico. México, 1906.
-.-El problenui de la Organización Politica de hlixico. hléxico, 1907. J . H.-El liberalismo y ms efectos en la República Aifericana. hléxico, 1948.
REVILLA, Manuel G.-De la división del Poder Público. Tesis. hléxico, 1887.
R o ~ ~ n o , Félix -El rioimrn genite$icrario y scs relaciones con la Constituciln de 1857.