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-1- EL XIX ENGUERINO EL XIX ENGUERINO EL XIX ENGUERINO EL XIX ENGUERINO (Una visión diferente) La imagen, que nos vienen trasmitiendo mediante la educación y a través del ambiente que flota entre las gentes del pueblo, consiste en afirmar que pertenecemos a un pueblo que, a finales del XIX, fue cabeza industrial de la provincia; igualmente se nos hace hincapié en los grandes pintores, escritores, etc., nacidos en las calles del XIX y cuyas casas todavía podemos identificar. Conclusión: Si tan grandes hemos sido y tan bajo hemos caído, ello sólo se debe a la poca perspicacia de nuestros empresarios de los años 50 del siglo XX, así como a la cortedad de miras de los mismos. * * * Por mi parte, he llegado a la conclusión que esa idea es muy diferente de la realidad que documentos y, sobre todo, los vestigios nos ofrecen; siempre que los observemos despojados de todos los aderezos y envoltorios, añadidos a la sustancia, para centrarnos en ver cuál es nuestro verdadero estado y tratar de salir de este pozo, dejando al margen resentimientos personales por culpas inexistentes. Un dato es inequívoco: bastantes empresarios del siglo XX no fueron enguerinos de nacimiento, sino de adopción. Con todo, no seré yo quien niegue la existencia de envoltorios y aderezos, además, inducidos por aquellos a quienes interesaba el hundimiento de la capital de un distrito: *que alcanzaba desde la ribera derecha del Júcar y hasta más allá del Cáñoles *que aglutinaba una riqueza impresionante *que había sido capaz de crear y mantener una forma de hablar propia *que gozaba de un alto nivel en su capital humano … en fin, que molestaba a quienes, no sin cierta voracidad política, lo fueron debilitando por estrangulamiento hasta desmembrarlo y, sin piedad, crear ficticiamente el mutuo enfrentamiento de la capital de distrito con los pueblos y, en reciprocidad, de dichos pueblos con la capital. * * * Mi intervención, en esta tarde, quiere recorrer algunos de los hitos y de los eventos que, escondidos cuando no ocultados maliciosamente, nos han conducido a la situación de postración en que nos encontramos para que, dejando de lado antiguas leyendas, nos levantemos y, de ser posible unidos, nos enfrentemos al momento actual del siglo XXI con el vigor de personas sanas y la ilusión de un pueblo que conoce no sólo las debilidades y amenazas, sino también sus fuerzas y oportunidades.

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EL XIX ENGUERINOEL XIX ENGUERINOEL XIX ENGUERINOEL XIX ENGUERINO

(Una visión diferente)

La imagen, que nos vienen trasmitiendo mediante la educación y a través del ambiente que flota entre las gentes del pueblo, consiste en afirmar que pertenecemos a un pueblo que, a finales del XIX, fue cabeza industrial de la provincia; igualmente se nos hace hincapié en los grandes pintores, escritores, etc., nacidos en las calles del XIX y cuyas casas todavía podemos identificar.

Conclusión: Si tan grandes hemos sido y tan bajo hemos caído, ello sólo se debe a la poca perspicacia de nuestros empresarios de los años 50 del siglo XX, así como a la cortedad de miras de los mismos.

* * * Por mi parte, he llegado a la conclusión que esa idea es muy diferente de la realidad que documentos y, sobre todo, los vestigios nos ofrecen; siempre que los observemos despojados de todos los aderezos y envoltorios, añadidos a la sustancia, para centrarnos en ver cuál es nuestro verdadero estado y tratar de salir de este pozo, dejando al margen resentimientos personales por culpas inexistentes.

Un dato es inequívoco: bastantes empresarios del siglo XX no fueron enguerinos de nacimiento, sino de adopción.

Con todo, no seré yo quien niegue la existencia de envoltorios y aderezos, además, inducidos por aquellos a quienes interesaba el hundimiento de la capital de un distrito:

*que alcanzaba desde la ribera derecha del Júcar y hasta más allá del Cáñoles *que aglutinaba una riqueza impresionante *que había sido capaz de crear y mantener una forma de hablar propia *que gozaba de un alto nivel en su capital humano

… en fin, que molestaba a quienes, no sin cierta voracidad política, lo fueron debilitando por estrangulamiento hasta desmembrarlo y, sin piedad, crear ficticiamente el mutuo enfrentamiento de la capital de distrito con los pueblos y, en reciprocidad, de dichos pueblos con la capital.

* * * Mi intervención, en esta tarde, quiere recorrer algunos de los hitos y de los eventos que, escondidos cuando no ocultados maliciosamente, nos han conducido a la situación de postración en que nos encontramos para que, dejando de lado antiguas leyendas, nos levantemos y, de ser posible unidos, nos enfrentemos al momento actual del siglo XXI con el vigor de personas sanas y la ilusión de un pueblo que conoce no sólo las debilidades y amenazas, sino también sus fuerzas y oportunidades.

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Hoy, pues, quiero insistir en cómo la decadencia no se produce en el siglo XX, sino que viene de atrás. No sé si existirá nueva oportunidad donde analizar el siglo XX, pero hoy nos centraremos en el XIX. Y …

• Tomaremos nota de cómo se nos condujo a un ficticio enfrentamiento entre el señor de la villa y el ayuntamiento. Si bien apuntaremos cuál fue el precio que hubo que pagar para recuperar un estatus que la legislación nacional, cuidadosamente ocultada, ya había previsto.

• Constataremos la disposición de las fuerzas políticas locales del momento a entregarse en brazos de oligarquías provinciales o nacionales, impidiendo que alguien del Distrito nos representara en las Cortes Generales del Reino, defendiendo nuestros intereses, mientras ofrecían los votos al cunero de turno, a cambio de no sabemos qué.

• Analizaremos cómo aquel empresariado tan dinámico de los

siglos XVII y XVIII fue, al parecer, incapaz de reproducirse. Un empresariado que, habiendo creado la más potente industria integrada de aquellos siglos, se escondió tras los cantos de sirena de la “cultura”, para convertirse en poseedores de tierras, capitalistas rentistas, etc., que gozaban viendo cómo sus vástagos merodeaban por cenáculos culturales, sin pensar en traspasar el capital humano empresarial a las generaciones siguientes. Y todo ello ante la complacencia de los “señores” del momento.

Para ello nos centraremos en algunos de los aspectos siguientes: 1º.- Evolución de la población ¿ creció, como nos han contado, o más bien hubo emigraciones? 2º.- Cambios en la economía enguerina .

¿Cómo se comporta la agricultura durante el XIX ? Cultivos y sistemas de regadío. Propiedad y su distribución. Y ¿qué ocurre con las Industrias no agrarias y uso del agua industrial: Ganadería, Carnicerías, Curtidor, Tintes e Hilaturas y tejidos. La gran riqueza de los Montes de la Sierra de Engue ra: Devastación de los mismos. Cesión de atribuciones de los mismos: de ser del Común a ser Propio1, así como los cambios en la nomenclatura.

3º.- La educación de la juventud :

1 Entiéndase “propio” en la acepción que la RAE define de esta manera: “Heredad, dehesa, casa u otro

género cualquiera de hacienda que tiene una ciudad, villa o lugar para satisfacer los gastos públicos”.

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Parvularios y educación primaria: los maestros buhoneros. Educación de las niñas y jóvenes (Escolapias y Mercedarias) Enseñanza secundaria y Oficios: desde los Carmelitas hasta el Instituto pasando por los maestros organistas.

4º.- Los sistemas financieros : Desde los usureros a los ahorros colectivos y el cooperativismo. La banca comercial aterriza en Enguera. La Caja de Ahorros y Monte de Piedad de Valencia.

5º.- El mundo laboral Los primeros movimientos fueron políticos: “cabreras y marotos”, caciques y bandolerismo en la Sierra El anarquismo y los movimientos utópicos El obrerismo cristiano y los C.I.R.’s

* * *

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Evolución de la población

Hasta hace escasos meses se ha venido repitiendo que estamos alcanzando, un siglo después, la población del XIX. Y, claro, presentadas así las cosas, se concluye mentalmente que, en efecto, la sangría emigratoria del XX a Cataluña o a la comarca de Valencia e, incluso, a Europa, se está cubriendo, no se sabe bien si por la inmigración proveniente de los países de la Europa del Este, facilitada por la recuperación económica habida en las últimas décadas gracias a nuestra democracia, o por qué otra causa oculta, cuando todos sabemos que somos un país en recesión demográfica. Pero, quienes estudiaron la demografía del XIX enguerino nos muestran que los datos no coinciden con la apreciación de que en el XIX tuvimos un boom de población. En efecto, nuestra paisana Nati Navarro2, por ejemplo, afirma: “El movimiento de la población de Enguera a lo largo del siglo XIX hemos de localizarlo tanto en las crisis agrarias, epidemias, enfermedades, guerras (Independencia, Carlistas, crisis interna del país), como en la estructura socio-económica…” Para concluir: “Dentro del movimiento demográfico podemos distinguir los siguientes períodos:

Período I 1800-1829: Auge “ II 1830-1859: Estancamiento “ III 1860-1900: Decadencia3”

Y las cifras de la población total del término de Enguera van de los casi 7.000 habitantes de 1860 (6834 exactamente) a los 5.746 de 1.900. Pero atención, la población del año 1860 no fue de las mejores, toda vez que antes de dicho año había ocurrido las catástrofes siguientes: 1851 fue un año de lepra4, consecuencia de la crisis de subsistencias 1855 fue año del cólera 1856 nueva crisis de subsistencias, y 1859 nuevo episodio de cólera morbo. Pero es que además de la fuerte mortandad, el saldo migratorio es negativo pues, aunque no existen datos estadísticos, sí se cuenta con las solicitudes de

2 Navarro Martinez, N. Demografía y Economía de la Villa de Enguera durante el siglo XIX. Tesis de

Licenciatura. Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Literaria de Valencia. Inédita. En él descansamos los datos sobre la población en este apartado. 3 1883 y 1885 son los años más nefastos del siglos, siendo 1885 el año más nefasto y último colérico en

Enguera, lo que obliga a las autoridades sanitarias a fijar vigilantes en los caminos abrir el lazareto donde aislar a quienes provenían del sur… 4 En realidad no fue lepra sino una avitaminosis debida a insuficiencia alimentaria. Sin embargo es

recogida con el nombre de “lepra” o “mal de San Lázaro”.

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baja del padrón municipal, acompañado de la solicitud de certificado de buena conducta. Documentos ambos que indican que el cabeza de familia, al menos, va a buscar acomodo en otras latitudes; especialmente, tratándose de nuestros antepasados del XIX, hacia Andalucía. En consecuencia: desde la perspectiva de la población en la 2ª mitad del siglo XIX, algo debió ocurrir para que el número de habitantes en Enguera fuera regresivo.

* * * Como también lo fue para nuestra Economía, no sólo la individual sino también la colectiva y, consecuentemente, la industria. Pero vayamos paso a paso.

Gráfico de la evolución de la población en la Enguera del XIX

(Tomado de Navarro Martinez, N. o.c.)

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Cambios en la economía enguerina durante el XIX

¿Cómo se comporta la agricultura durante el XIX?

Siendo gravísimo lo que ocurrió durante el XIX en nuestro pueblo, aquello que mejor nos muestra, por su claridad, la crisis que vivió Enguera durante el XIX es el estudio de la distribución de la propiedad, especialmente si se apoya en la evolución de los cultivos. Aproximémonos a todo ello, aunque sea de forma sucinta.

I.- Cultivos y sistemas de regadío

Acerca de la agricultura, al no disponer de la “Escritura y carta de población de Enguera y término de sus pueblos adyacentes ”, no podemos conocer la historia total de la evolución de los cultivos. Por ello los historiadores recurren a la genérica frase de “se dice” para establecer que en la época romana debía existir cereales, viña y algunos frutales, así como que con los musulmanes se debió desarrollar la “trilogía clásica” de la vid, los cereales y el olivo. Pero, de momento y a la espera de poder acceder a las fuentes del archivo parroquial, todo son hipótesis hasta llegar al XVIII. Será Cabanilles quien, por primera vez, nos informe de que “la agricultura no es tan activa como en tierra de riego, ni el cultivo proporcionado a la extensión cultivable, que apenas se utiliza una cuarta parte destinada a viñas, olivos, algarrobos y granos”. Por lo demás, pondera las obras que se hacían para la extracción de aguas, perforando las capas freáticas, a la vez que indica la necesidad de aumentar dicha extracción a fin de ampliar la extensión cultivable. También habla del reducido número de labradores en relación al total de la población, al igual que, disgustado, observa “el abuso introducido en perjuicio de los pastos y leñas sin aportar beneficio permanente. Talando el pinar que reducen a cenizas por Agosto”. Para finalizar ensalzando la multitud de frutos que se obtienen a pesar del reducido número de labradores. Estos son datos de Cabanilles5, relativos al XVIII, de que ya disponen los historiadores. En el XIX, mediado el siglo (1847) Madoz señala la producción de “trigo, cebada, centeno, aceite, vino, algarrobas, mucha bellota, legumbres y pocas hortalizas”. Estableciendo, como Cabanilles, que la agricultura sea actividad secundaria ante el predominio de la industria lanera6.

5 Cabanilles; A. J. Observaciones sobre la Historia Natural, Geografía, Población y Productos del Reyno

de Valencia. Madrid, 1795 – 97. 2ª ed. Zaragoza.

6 Madoz, P. Diccionario Geográfico Estadístico de España y sus posesiones de Ultramar. Madid, impr.

José Rojas, 1846 – 1850.

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Finalmente, Carreras Candi (a finales del XIX)7 nos da la descripción siguiente: “Es un pueblo populoso y rico, colocado en medio de un país pobre, situado en tierra montañosa y seca, que recoge en grandes depósitos cerrados el agua del cielo. Alegra sus alrededores la verde mancha de unos huertos harto subdivididos entre pequeños propietarios. Rasurados sus montes, mísera su agricultura, hace rica a la población su pujante Industria Textil”. Y con esta melodía nos hemos quedado: con la pujante industria textil a finales del XIX. Pero ¿era realmente así la Enguera del XIX? Natividad Navarro, tras escrutar las Actas Municipales, nos da una imagen bien distinta de la idílica Enguera de Carreras. Para ello analiza dos vectores: régimen de propiedad y distribución de la tierra, así como la evolución de los cultivos. A ellos, modestamente, aporto un tercer vector: propiedad y uso del agua, Veamos.

II.- Propiedad de la tierra agrícola y su distribución

El estudio de Natividad Navarro concluye en este aspecto estableciendo dos relaciones básicas: 1ª.- Que, exceptuando el “común de vecinos” con un 19’5% del territorio, existe una gran concentración de la propiedad que, además, está en poder de no residentes; así, el Duque de Fernán Nuñez, afincado en Madrid, posee el 18 % de la superficie del término; un vecino de Sax el 5’8, para seguir enumerando los grandes propietarios hasta alcanzar un total de 9 que controlan entre todos el 23’2% de la superficie; de ellos, solamente 3, con cantidades inferiores cada uno de ellos al 1%, son residentes. 2ª.- Que existe una fuerte relación de la propiedad con la corriente emigratoria de la época ya que el amillaramiento, en que descansa su trabajo, se realizó durante los años de mayor emigración. En él constan 103 propietarios de tierras enguerinas que vivían en diferentes pueblos de la provincia de Valencia, 35 residían en Andalucía, 10 en Albacete, 7 en Alicante, 4 en Ciudad Real y otros 4 en Extremadura, 3 en Cuenca, Madrid y Argelia, 2 en Cuba y 1 en Toledo

III.- Cultivos

. Durante el XIX los principales cultivos, atendiendo a la superficie destinada a ellos, son:

Cereales con el 59’66 % de la superficie de labor Viñedo el 29´82 %

7 Carreras Candi. Geografía del Reyno de Valencia.

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Olivar el 8’80 % y Algarrobos el 1’66

Aún cuando el tema ya fue estudiado por mí basándome en los datos que ofrece Natividad Navarro8, quiero traer a guisa de ejemplo el caso del algarrobo. Como es conocido nuestra garrofera producía, y produce en sus varias clases, la garrofa que era el alimento proteínico de los animales de labor y, significativamente, de los de carga y tiro. Siguiendo los datos aportados por doña Natividad, concluí en mi trabajo que si durante el XIX su cultivo disminuye un 95’73%, pasando de 20.000 @ en 1791 a tan sólo 855 @ en 1877, será por alguna causa. Personalmente creo que en el origen o causa de la disminución sólo caben dos alternativas: o los propietarios eran unos desalmados que hacían trabajar a dichos animales sin darles el alimento adecuado o la reducción de animales de carga fue realmente impresionante, por lo que dejaba de ser operativo plantar y cultivar las garroferas. Si, como es lógico pensar, la causa fue la segunda, ello nos lleva a pensar que tal reducción del censo de animales destinados al transporte industrial fue muy drástica; consecuencia natural de que debió producirse una significativa reducción de la actividad industrial

IV.- Propiedad y uso del agua agrícola

Ya vimos cómo Cabanilles alababa las perforaciones para extraer agua del subsuelo y cómo Carreras hace referencia al almacenaje de aguas de lluvia. Es decir, parten de una tierra de secano que, además, estaba reseca a la vez que 8 Navarro Martínez, N. o. c., pags. 108 y ss., así como, específicamente sobre el tema, Cerdá, J.

“Transporte interno” inc en www.Engueraenlapalabla.blogspot.com 2 de octubre del 2011.

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alaban e incitan a proseguir en el camino de incrementar la superficie agrícola de regadíos. Por mi parte, hice y publiqué el censo y descripción de los pozos y pocicos existentes en La Vall, Redonda y algunos de la Contrarredonda, si bien olvidé algo muy importante: tratar de datar sus respectivas fechas de construcción. Con todo, de lo publicado se deducía que me había guardado un as en la manga, a saber: los manantiales. Y, en efecto, esperemos que alguien nos aclare el tema, porque ¿creen ustedes que Enguera era pobre en aguas? Yo no lo tengo tan claro; y conste que no hablo de la existencia de grandes reservorios de agua en el subsuelo aflorados mediante la técnica de las perforaciones9, no. Me refiero a las aguas que afloran desde antiguo gracias a los manantiales de Benali, Navalón, Toñuna, La Cañá Rufina, Lucena, el Barranco del Huerto etc., curiosamente todos ellos en propiedades del señor de la villa. Por eso me gustaría que alguien estudiara este tema, porque agua había… para quien el señor de la villa, fuera el conde y luego el ayuntamiento, le dejara beber… o regar!!!

9 De los trabajos que he venido realizando sobre las extracciones de aguas del subsuelo, así como de su

aprovechamiento, queda por hacer públicos los datos relativos a las extracciones fruto de las distintas

técnicas de perforación que se han utilizado a partir de los años veinte del siglo XX. Lo cual,

evidentemente, no puede desvirtuar cuanto venimos afirmando con relación al XIX.

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V.- Industrias no agrarias y uso del agua industrial

Se trata de un conjunto de industrias que durante el XVIII se manifiestan de forma y manera que, actualmente, los estudiosos del tema engloban bajo el epígrafe de “zona de economía integrada ”. Nuestra Sierra, estratégicamente conectada con Bocairente y Bañeres, al menos hasta el XVIII, a través del antiquísimo trazado de la ruta de Anibal (aquella que recorriera el militar desde Cartago Nova para tomar Sagunto y, posteriormente, continuar hacia Roma), digo que la industria de nuestra Sierra conformaba una economía integrada que era “mundialmente” conocida bajo la denominación de Real Fábrica de Paños de Enguera . Esta estructura económica del XVIII fue estudiada por el prof. Hernández Marco10 y nos cabe la satisfacción de haber divulgado su conocimiento mediante al blog Enguera en la palabra. ¿A qué nos estamos refiriendo?, se preguntarán. La industria integrada de Enguera arrancaba del comercio y transporte del ganado lanar bajado de las Castillas; proseguía con el engorde del ganado y la posterior venta de la carne en los pueblos del área de la Ribera; contaba con curtidor de pieles; tenía lavado y tinte de las lanas; producía aceite para el batán; hilaba y tejía dicha lana; para finalizar vendiendo las mantas en todos “mis reinos”, según la expresión del Real Despacho Auxiliatorio expedido por el Supremo Consejo de Hacienda, en 12 de marzo de 1.827. Por nuestra parte andamos estudiando, referidos al XIX, los temas relativos a Ganadería, Carnicerías, Curtidor, Tintes (4) e Hilaturas y tejidos . Es más, dichos temas vienen publicándose en la actualidad en el blog Enguera en la palabra, por lo que ello me excusa en el doble aspecto de repetirlo en este momento, de una parte, y, de otra, elevar a conclusiones lo que, de momento, solo es un acercarme, de forma sopesada, si se quiere, pero que hoy por hoy no deja de ser lo que yo denominaría Aproximación a la transformación de la Real Fábrica en El Vapor ; es decir, cómo se llevó a cabo entre nosotros el cambio de la industria gremial a la revolución industrial del hilado y tejido de lana. Pero, para nuestra desgracia, esa industria integrada en Enguera se resquebraja, a nuestro entender, precisamente cuando los ayuntamientos del 10 Entre otros por el prof. Hernández Marco, J.L. “Enguera, propiedad y renta en un núcleo textil del

interior valenciano del Siglo XVIII”. Revista Pedralbes de Historia Moderna de la Universidad de

Barcelona, 1982. Puede visualizarse en el blog, nº 14, correspondiente al 6 de octubre del 2010.

Del mismo autor, puede consultarse: Los gremios textiles valencianos bajo el reinado de Felipe V. La

lana y el lino. Tesis de licenciatura inédita. Universidad de Valencia, 1975

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XIX impiden el normal desenvolvimiento de la ganadería de engorde en los pastos de la Sierra11, en mor del afán recaudatorio derivado no se sabe de qué. De ahí que pidamos a los historiadores que analicen y estudien dicha relación durante el XIX, para que los investigadores puedan aclarar si hubo o no correlación. Por lo demás, es cierto que alguna incidencia sobre el hundimiento de la industrial textil enguerina tuvo el nuevo trazado del ferrocarril, lejos de nosotros. Aunque personalmente no me atrevería a establecer cuál fue la causa y cuál el efecto pues, como en la prioridad del huevo y la gallina, aquí cabe preguntar ¿se sentencia la industria lanera por la lejanía del tren o el tren se aleja porque ya estaba sentenciada dicha industria? Esperemos los estudios de aquellos a quienes corresponde.

* * * Seguramente ustedes se preguntarán qué estoy insinuando. Nada en concreto y… todo. Por ejemplo: que en Enguera pastaban más de 15.000 ovejas sólo en lo que denominaban eriales, es decir, el terreno de los pastos del común, a saber: La Umbría y la Solana, que se describen así

- La Umbría tenía por límites: norte, el valle de Enguera; este, la punta de Anna; sur, los términos de Vallada y Montesa; y Oeste, el término de Vallada.

- La Solana comprendía los terrenos delimitados por el término de Chella, en el norte; por el término de Anna, en el Este; por el sur, el valle de Enguera; y por el Oeste, el barranco de la Carrasquilla.

Y como no se les escapará a nadie, La Solana coincide con lo que hoy es la zona de los cucos y las campiñas; es decir, ¡que las campiñas se cargaron la materia prima de la industria lanera de Enguera! Por ello quiero que pasemos a analizar el tema de los Montes de Enguera que algunos, maliciosamente, quieren que identifiquemos con La Sierra.

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En el Boletín Informativo de Adene, nº 46 de junio del 2012, y en la sección “Sabías que…” se puede leer: “En 1793, nuestro Ayuntamiento inició el expediente para suprimir el bovalar enguerino <para expandir los cultivos comerciales>”.

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VI.- Los Montes de la Sierra de Enguera

La conciencia colectiva piensa de la Sierra que, en el mejor de los casos, sirve para ir a por pebrazos, soltar los perros y, con suerte, cobrar alguna pieza y, como se dice, contar 20. Las primeras imágenes fotográficas de que disponemos nos muestran los montes arrasados, sin pinos, salvo algún rinconet de propiedad privada. Y todo ello debido a los incendios. Más recientemente el grueso de la población, por la conciencia ecológica y verde que dimana de la escuela y los medios, piensa en el monte y en su defensa como nuestro pulmón, así como en lo poco que nos queda de “natural” y que, en consecuencia, debemos defenderlo contra todos y frente a todo. Causa noble, aunque desgraciadamente, tiene dos inconvenientes: es falsa históricamente y algunos pensamos que no queremos ser la reserva espiritual del ecologismo valenciano a ultranza. Antes estos planteamientos analicemos históricamente cómo y por qué llegamos a la desertización y despoblamiento de los montes de la Sierra. Porque sólo así y desde ahí, podremos entender el desastre de nuestros montes y su consecuencia: el hundimiento de la industria integrada enguerina.

VI.1.- Devastación de montes: Una de las principales variables a analizar

consiste en saber cómo hemos llegado a tal devastación Y, claro, a mi entender, al menos, existen dos causas: las talas, en su doble vertiente de abusivas y/o postincendio, y la repoblación mediante especies exógenas. Por ello es necesario el replanteamiento del estudio de los montes, pues las incógnitas y las lagunas que encontramos más bien parecen mares. Por ejemplo, se nos ha repetido hasta la saciedad, siguiendo el modelo de otras regiones españolas, que la deforestación general de los bosques españoles se debió a la tala de pinos para construir barcos de guerra; pero, como la madera de los pinos de los montes enguerinos no valía para hacer barcos, se intenta vendernos que nuestra deforestación fue porque los serranos de los caseríos la hicieron mediante incendios intencionados, hormigueros, etc. para después practicar roturaciones, etc. etc. etc. Pero, claro, para comenzar hay que dejar claro que nuestros montes forman parte de la Penibética y en ella florecen encinas, que no pinos, como nos recordó Madoz al referenciar la gran cantidad de bellotas que producíamos, y se criaban piaras de cerdos. Sí, ya sé que en las escuelas e institutos hablan de nuestra Sierra como “estribaciones de la ibérica”; lo cual, aplicado a nuestra Sierra es falso de toda falsedad: ¿acaso olvidan que existe una falla en la península que, formada por los cauces del Tajo y del Júcar, la divide geológicamente?

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Nosotros, enguerinos, lo sabemos por cruda experiencia y recordamos muy bien que nos encontramos dentro de la zona sísmica del Estrecho, o sea: de la Penibética.

Pero volvamos al análisis de nuestros montes, tan poco estudiados, aunque sí devastados y casi arrasados en el siglo XIX. Aunque en honor a la verdad debo constatar que algo se ha estudiado recientemente12, todavía quedan demasiados cabos sueltos y muchos temas relativos a la política de hechos consumados en la Sierra enguerina que alguna vez deberán abordarse con seriedad. Veamos algunos ejemplos de esos cabos sueltos. Personalmente pienso que, entre los principales agujeros por estudiar y analizar, debe hacerse, al menos, de los dos procesos históricos siguientes:

- Dejación por parte de los vecinos de los derechos históricos que teníamos ante la apropiación de los mismos por parte del ayuntamiento

- Politización de cualquier tema que pueda conducir a mostrar el poder político por encima de todo; este aspecto que se da en casi todas partes, aquí nos lleva a tener que analizar cómo el proceso de hacer de la política la última instancia municipal se inició con el cambio de nombres tradicionales y populares de partidas y puntos geológicos, etc.

Veamos todo ello.

VI.2.- Apropiación de atribuciones: Tradicionalmente, el alcalde y los

síndicos administraban en nombre de los vecinos el monte de “La Redonda”, en el que se diferenciaba la propiedad particular y la propiedad comunal, 12

Pérez Borredá, J.R. Construyendo paisajes mediterráneos. Apropiación de tierras y

transformaciones del paisaje en la Sierra de Enguera (1580-1930). Colección Estudios y Documentos 7

de la Universidat de València. Valencia, 2010

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dedicada ésta al disfrute del común de los vecinos (pastos, caleras, utilización de leñas bajas, etc.) y aquella a los cultivos agrícolas. El resto de superficie era propiedad de los señores de las villas13, de la que disfrutaban los vecinos en sus pastos, fuentes, leñas bajas e. incluso, las maderas que necesitaran para sus “hábitat”, a cambio del pago de los diezmos. Ésta era la práctica sobre nuestra Sierra a que hace referencia el Síndico Martín Barrón cuando toma juramento a Bernabé de Borja, con motivo de la compra de la villa a Felipe II14. En la fórmula del juramento se le pregunta si respetará los usos y costumbres sobre el acceso de los vecinos a los bienes y frutos del monte. Juramento positivo que será respetado hasta la abolición de los señoríos en 1811. Ahora bien, en 1828 se inicia un largo pleito entre el conde y el ayuntamiento. A propósito de dicho ayuntamiento, pienso que no estaría de más indagar qué relación mantenían los componentes con el conde. Pero, de momento, dejémoslo aquí. Ahora interesa destacar que, fruto de un proceso judicial que gana el conde, curiosamente, éste decide hacer donación gratuita al municipio, previa segregación, se nos cuenta, de una parte sobre la que dispondrá de uso y disfrute en exclusiva, dado que aquel ayuntamiento renunció en nombre de los vecinos a sus derechos sobre la parte segregada.

Personalmente no me puedo creer tal arreglo, salvo que lo entendamos como “apaño” el altruismo de quien llevaba años y años gastando en un pleito que,

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Al menos nos consta que Toñuna pertenecía al señor de Chella, Benali al de Bolbaite y el actual

Navallón al de Enguera. 14

Células de 29 y 31 de enero de 1.575, ante el escribano de Madrid don Vicente López de Valcárcel,

que juramentara don Bernabé de Borja a exigencias del Síndico de nuestro Ayuntamiento Martín

Barrón.

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además, gana. Por tanto, ¿qué y cuánto nos costó esa altruista donación del conde? Aquí quiero yo a los historiadores del XIX. Porque lo cierto es que, como observarán, el ayuntamiento, en nombre de la totalidad de los enguerinos, reconoce la pérdida de los derechos tradicionales sobre parte del término, además de que el ayuntamiento quedó empeñado para los futuros. Y tan empeñado que, al margen de los ditirambos sobre la deforestación por motivos humanitarios ante pestes y crisis de subsistencia… alguien deberá estudiar dos temas no baladís, a saber: 1º.- ¿Cómo es que en ese momento estaban en el ayuntamiento unos y no otros vecinos? ¿Es coincidencia que fueran a manos de algunas familias concretas con concejales las migajas del patrimonio local del Conde? Por ejemplo: la almazara nueva, la bodega, la casa de control de consumos, etc 2º.- ¿Cómo fueron posibles las talas de los montes, tanto por parte del conde como por parte del ayuntamiento, para la construcción del ferrocarril que, curiosamente, va por La Costera cuando estaba proyectado por la Sierra? Pero, siguiendo el proceso cronológico, el gran cambio –es decir, que los vecinos pierdan los derechos de acceder al uso y disfrute de la Sierra– se inicia cuando, además de perder la parte de la propiedad del “común” que se privatiza, la otra parte restante se convierte de “propio” del ayuntamiento. Y lo más curioso es que tal proceso de despoje de los derechos del vecindario coincide con la privatización de la parte del monte de La Redonda. Por tanto habrá que estudiar muy seriamente cómo:

* Iniciado dicho proceso, el ayuntamiento busca técnicos, en quienes se escuda, para el deslinde exclusivamente de los abrevaderos de la Sierra. * Sólo posteriormente continuará el deslinde de las propiedades de la Sierra, que no de la Contrarredonda, bajo el criterio de que lo que no esté registrado pertenece a la administración de “propio”.

Insisto: aunque lo más curioso, como acabo de decir, es contemplar cómo a la vez que se consiente el campiñerismo, tratando de congraciarse con la parte de población afín, mientras se designa como “cuatro serranos” a quienes se oponen, tildando de “aprovechados” a los contrarios políticamente.

* El paso final culminará, posteriormente, con la entrega de la administración de “propio” a ICONA.

Es decir que lo que se venía haciendo por una parte, como acabamos de decir y es fácilmente observable, era consentir la roturación en la Contrarredonda, presentada simultáneamente como imprescindible para la supervivencia de los “necesitados”, a la vez que escribe ser “de siempre”. Tan patente contradicción era tan evidente que fue destapada por los ganaderos como sabemos y consta cómo se toleraba, cuando no se autorizaban, según a quien, caleras y

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carboneras en la zona de pastos de la Redonda15. Y todo ello, a la vez que se silencia las talas fraudulentas para traviesas del ferrocarril o los incendios provocados por el mismo ayuntamiento16.

VI.3.- Cambio del nombre de partidas, de puntos geológicos, etc.

Otro de los elementos, fácilmente observable y rastreable, utilizados para imposibilitar a los vecinos, aquellos que componían el “común”, recurrir a derechos antiguos que les pudieran asistir sobre algo consistía, además de escudarse con los de arriba, en el cambio del nomenclátor. En efecto, rastreando es posible detectar en esta época a que nos estamos refiriendo –siglo XIX– toda una serie de cambios y mutilaciones de nombres que, si fueran pocos y aislados, se podría pensar en cualquier otra razón que no fuera intencionado. Pero los hechos son tozudos. Se trata, decimos, de que los vecinos pierdan las referencias que da el nombre de una cosa o a un lugar. Quizá el atentado menos conocido, pero ahí está, sea el Informe de la 2ª Sección Hidrológica de Montes (agosto de 1.927) que textualmente se titula:

2ª. DIVISIÓN HIDROLÓGICA FORESTAL

CUENCA DEL RÍO ALBAIDA

2ª. SECCIÓN DENOMINADA

BOQUILLA

SUB-CUENCA DEL MONTESA

15

Los montes de Enguera y el Ayuntamiento. Fundamento que éste y el Gobierno tiene para

administrar los productos forestales pertenecientes al común de los vecinos. Imprenta y papelería

Fabra. Enguera, 1893 pags 34 y ss. 16

Véase cómo se desvía la atención del tema en el folleto de la Nota 5 del documento de la nota

anterior y, especialmente, el tema de las talas ilegales recogido por Navarro Martínez, N. o. c., pags. 193

y ss, donde recoge con cierto manierismo la destitución, en julio de 1886, por el Gobernador Civil del

alcalde “que permite constantemente la tala de pinos en la Sierra y los continuos incendios, yendo contra

los intereses comunales de los vecinos”; aunque siendo ello grave uno no sabe qué es peor: si los

motivos de la destitución del alcalde o la respuesta del ayuntamiento en pleno de recurrir a la vía

contenciosa.

-17-

Por lo demás, este informe, que, fechado en 1927, reciben los ayuntamientos implicados, aconseja quitar la administración de los montes que denominan “Boquilla” a los ayuntamientos de Enguera, Mogente y Vallada, creando una zona experimental de actuación, con el gran argumento de que los ayuntamientos de estas localidades “tienen tanta extensión de montes que si se les quita esta sección igual se alegran” (¿?). Pero volvamos al tema que nos ocupa sobre el juego del cambio de nombres con que los habitantes de la Sierra identificaban lugares o zonas concretas. Como se puede observar el Benacancil, cauce central del drenaje de la parte sur de la Sierra de Enguera, que como es sabido es el principal reservorio de aguas dulces subterráneas del sur de la provincia, se convierte por mor de la decisión administrativa en Boquilla, al igual que el Cáñoles también cambia su nombre por el de Montesa, como se aprecia en la denominación de la sub-cuenca. Pero éste, aún siendo grave, no es el único cambio o mutilación encontrada como venimos de afirmar, pues hay más; así: las partidas de El Calderón deviene en El Transformador; la del Charco de la puta por el Charco de la Doncella; el barranco de Carañana por Garañona; la Guarañonera por Casa Damiano; Casa el Garañón por Pepotas, etc. etc… buscando la pérdida de referencias; siendo el cambio más burdo y soez el de Sierra de Enguera por Macizo del Caroig… que ni es macizo, pues es pico, ni Caroig, sino Caroche17. Mal que les pese a algunos… Lo mismo podemos decir de amalgamar La Canal de Navarrés – Enguera. Cuando las zonas del Distrito electoral denominado “Enguera” tenían sus nombres, bien sonoros por cierto; a saber: Valle de Cárcel o del Júcar, La Canal, La Costera y Enguera con sus caseríos. Con pequeños cambios se comenzó y con el todo finalizó, pues como se observará lo de La Canal de Navarrés es un invento recientísimo, como se denunciara en su momento18

* * *

17

Cerdá Aparicio, J. “El Caroche” inc en www.Engueraenlapalabla.blogspot.com 7 de septiembre del

2010. 18

Cfer. Piqueras Haba, J. “Xàtiva i el seu territori: La qüestio comarcal.” inc. en Primer Congrés

d’Història de la Costera. Institució Alfons el Magnànim. Diputació de València. València, 2006 pgs 15 y

sg.

-18-

Del Programa propuesto nos quedarían por ver, entre otros, temas importantísimos como, por ejemplo:

La educación de la juventud:

Parvularios y educación primaria: los maestros buhoneros. Educación de las niñas y jóvenes (Escolapias y, a finales del siglo, las Mercedarias) Enseñanza secundaria y Oficios: desde los Carmelitas hasta el Instituto pasando por los maestros organistas.

Los sistemas financieros: usureros, ahorros colectivos y cooperativismo, la

banca comercial aterriza en Enguera.

El mundo laboral: patronos que no devinieron empresarios, el asociacionismo

laboral de cariz obrerista y el sindicalismo anarquistoide.

* * *

Tras lo que creo haberles mostrado, finalizo recordando una frase muy socorrida: “entre todos la mataron y ella sóla se murió…” … pero no quiero cansarles. Muchas gracias por la asistencia al acto y, especialmente, por la atención que me han prestado.

MUCHAS GRACIAS