el teatro a partir de la posguerra

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El teatro a partir de la posguerraEn los aos ya posteriores a 1939, el teatro gallego caminar por los mismos caminos que haba andado durante la dictadura de Miguel Primo de Rivera (1923-1930) o, lo que es el ms, el folclorismo y el ruralismo sern de nuevo las notas dominantes. En la dcada de 1940, se llegar incluso a ver como los coros populares (es decir, los encargados de las representaciones) se apropian de los textos de los autores que podran resultar peligrosos para el rgimen franquista (o, lo que es el ms, estas obras sern representadas sin anunciar el nombre de sus autores). Durante la dcada de 1950 se ve una cierta produccin teatral, que pretende continuar con el teatro de la poca de las Vanguardias. La profesora Laura Tato, en su trabajo "O teatro desde 1936" (2001), vislumbra otra lnea, la del teatro de "angustia existencial", que en este artculo se relaciona con la Escola da Tebra de la poesa.A partir de la dcada de 1960, la recuperacin cultural influir en la normalizacin teatral. Y esto no slo se reflejar en la celebracin de los ya arriba mencionados Certamen de Teatro del Mio (1960) y de los Premios de Teatro Castelao) (1963-1965). En 1965, a travs de la Agrupacin Cultural O Facho, surgir el Grupo de Teatro O Facho, dirigido por Manuel Lourenzo. Dos aos despus, en 1967, el propio Manuel Lourenzo se pondr, como cofundador, a cargo del Grupo de Teatro Circo, lo cual recibe este nombre por surgir del Crculo de Artesanos de la Corua. Con estos dos grupos, se pode decir que nace el llamado Teatro Independiente, lo cual pretenda devolverle el teatro al pueblo, sin renunciar a posibles innovaciones ni a los rigores estticos y formales. Cabe especificar que, a diferencia del caso espaol, el teatro independiente gallego nace en las calles, no en las universidades, lo que favorece su difusin.

Las conocidas muestras de teatro de Ribadavia actualmente son internacionales.Como consecuencia del auge del teatro independiente, surgen en Ribadavia las Muestras de Teatro Amanecer de Ribadavia, as denominadas por ser organizadas por la Agrupacin Cultural Amanecer. Las ocho ediciones de estas muestras, celebradas entre 1973 y 1980, disfrutaron de un importante xito de pblico. En ellas participarn o se darn a conocer los integrantes de la primera generacin de dramaturgos profesionales en lengua gallega, el grupo Amanecer, cuyos mximos representantes son Manuel Lourenzo, Euloxio R. Ruibal, Francisco Tases y Roberto Vidal Bolao.Otros dramaturgos destacados de los aos 60 y 70 fueron lvaro Cunqueiro, Daniel Cortezn, Xohana Torres y Bernardino Graa. Cunqueiro hace con la pieza Don Hamlet una recreacin de la conocida obra de Shakespeare. Daniel Cortezn proponen una revisin de la historia de Galicia, desde una ptica nacionalista: Prisciliano (1970), Os irmandios (1977) o Pedro Madruga (1981) son algunas de sus obras teatrales. Xohana Torres trata los temas del exilio en A outra banda do Iberr (1968) y de las expropiacins de tierras en Un hotel de primeira sobre o ro (1968). Bernardino Graa desarrolla tcnicas del cine policial en 20 mil pesos crime (1962).Asimismo, en el ao 1973 la Asociacin Cultural O Facho de la Corua comienza a convocar un concurso de teatro infantil, en el cual ganan autores como Carlos Casar (As laranxas mis laranxas de todas as laranxas), Manuel Lourenzo (hanador en tres ocasiones) y Ana Mara Fernndez y Xon Babarro (Grande invento para sar do aburrimento, 1983), entre otros.A partir del ao 1984, como continuacin de las muestras teatrales ya existentes de Ribadavia, comienza la Muestra Internacional del Teatro de Ribadavia, que se asienta en esta localidad con gran xito de pblico, donde durante una semana se realizan obradoiros, encuentros y sobre todo representaciones teatrales en gallego (adems de otras lenguas como castellano, portugus o incluso italiano).Renacimiento El Renacimiento es la poca urea de Espaa, o lo que llamamos el Siglo de Oro. El siglo XVI corresponde a la plenitud del Renacimiento mientras que el siglo XVII corresponde a la poca barroca, que suele denominarse nacional. Durante el primero, Espaa sigue las corrientes universalistas del Renacimiento y marcha a la par, en cuanto a las direcciones generales, con el resto de las naciones europeas; en el segundo, se dan los caracteres mas tpicos y personales del arte y letras espaolas. El Renacimiento es tambin subdividido en dos perodos que corresponden, 1) el primero al perodo imperial de Carlos V; y 2) el segundo al de su heredero, Felipe II. Durante el Primer Renacimiento, se sigue la direcccion paganizante que predomina en toda Europa (es el momento de RECEPCIN de los influjos extranjeros, predominantemente italianos, comenzado en el siglo XV). Bajo Felipe II, el perodo de ASIMILACIN, las tendencias renacentistas se cristianizan, y aunque en el aspecto puramente artstico y formal siguen las normas precedentes, Espaa se encierra dentro de s misma, preparando la poca nacional que ha de venir en seguida: es el momento de la Contrareforma (o Reforma catlica), de la asctica y de la mstica, de los grandes poetas religiosos, de afirmacin proselitista y apologtica, sin picaresca ni stira religiosa ni apenas literatura frvola. Mientras el hombre de la Edad Media haba situado a Dios en el centro de su Universo y considerado la existencia terrena como una estacin de paso para conquistar la vida eterna, el hombre del Renacimiento trastrueca los valores y se coloca en el centro de un mundo que considera digno de ser vivido por s mismo. La tierra ya no es el valle de lgrimas del hombre cristiano-medieval, sino un lugar de goce; la inteligencia no es una dbil luz que no vale nada sin la revelacin, sino un faro potente que puede descubrir todos los misterios; el cuerpo no es el mal, sino la fuente del placer que justifica y hace hermoso el vivir. El descubrimiento de la antigedad econtena la plena revelacin del hombre con sus instintos y su razn omnipotente y de la vida material con sus placeres y bellezas, que haba desterrado la concepcin asctica y cristiana del Medio Evo; porque el mundo de la antigedad descansaba precisamente sobre esta concepcin antropocntrica y materialista, sin dogmas ni vida de ultratumba, en la que el hombre y su razn constituan la medida de todas las cosas. De esta nueva valoracin del hombre nace el Humanismo. Los humanistas estudiaban el latn y el griego y estaban interesados en problemas de filologa o erudicin puesto que los textos antiguos se estimaban no slo por s mismos o en razn de su belleza o excelencia literarias sino porque conducan a la nueva concepcin del hombre, centro y finalidad de todas las cosas, de la que aquellos textos eran depositarios. Una serie de causas materiales impuls este orgullo humanista: la invencion de la imprenta, que facilit la difusin del saber, el descubrimiento de Amrica, que abri nuevos horizontes a la actividad humana (el comercio). Movido por estos impulsos, el hombre renacentista investig la naturaleza, realiz portentosos descubrimientos cientficos, cre maravillosas obras de arte, trat de hacer el mundo confortable y bello, y se lanz a vivir con la furia incontenible de quien acaba de descubrir el paraso. Ninguna otra poca en la historia ha ofrecido un ejemplo de plenitud, de energa, de audacia creadora, de anhelo de vivir como el que dieron los hombres de aquel tiempo. Mientras el hombre medieval haba despreciado el cuerpo en beneficio del espritu, el renacentista busca la plenitud en un desarrollo armnico de todas las facultades, tanto espirituales como fsicas, buscando la satisfaccin de todas las posibilidades del ser humano. A esta concepcin responde la figura ideal del cortesano creada por el italiano Baltasar de Castiglione (1478-1529). El hombre de la Edad Media se haba polarizado en una actividad: era un hombre de armas, un clrigo, un burgus. El cortesano debe ser tan experto en las armas como en las letras, ha de saber conjugar las maneras ms refinadas con el valor en el combate, cortejar a las damas y taer los instrumentos con que acompaar su propio canto, estar tan preparado para el riesgo como para el placer.La literatura: La forma, que durante la Edad Media haba sido considerada como un elemento accesorio, al servicio de la intencin didctica o moral (cf. Juan Manuel) adquiere ahora la importancia de algo valioso por s mismo. La belleza, reflejo de Dios, es desde ahora la meta capital del artista, y la Naturaleza, ya directamente observada, ya asimilada a travs de los clsicos, la fuente principal de inspiracin. El Renacimiento cultiva un arte selecto para minoras, artificioso y autnticmente literario. Busca en la cuidadosa excelencia de la forma la justificacin de su quehacer y la diferencia que ha de separarle del poeta popular divertidor de multitudes. Con este afn de seleccin renacen los principales temas de la antigedad pagana: los relatos mitolgicos que se convierten en fuente imprescindible de poticas comparaciones; el bucolismo pastoril, y las preceptivas de Aristteles y Horacio (Horace). Al lado de los autores antiguos, los literatos italianos fueron los modelos indiscutibles con tanta o mayor influencia que aqullos. En Petrarca (Petrarch) [1304-1374] se inspiran los poetas ms notables de la centuria. De l adoptan el cultivo del endecaslabo, la artificiosidad de los conceptos amorosos, la preocupacin formal, el gusto por el paisaje, las sutiles introspecciones de la pasin amorosa, y el tono delicado y sentimental, as como un tanto artificioso..3. El siglo XX En el siglo XX la corriente literaria iniciada por la generacin del 98 se apag por un tiempo durante la guerra civil (1936-1939), cuando la mayora de los intelectuales fueron silenciados u obligados a tomar el camino del exilio, pero recuper su vigor despus de la IIGuerra Mundial. La sensibilidad y la absoluta pureza formal, en las obras de los escritores de comienzos del siglo XX, caracterizan la poesa de Juan Ramn Jimnez, quien obtuvo el Premio Nobel de Literatura en 1956. El filsofo y ensayista Jos Ortega y Gasset, maestro de la prosa, es muy conocido como uno de los principales intrpretes del espritu de su poca. Otros escritores destacados de este periodo son el novelista, poeta y crtico Ramn Prez de Ayala; el novelista y ensayista Gabriel Mir; el novelista, dramaturgo y crtico Ramn Gmez de la Serna autor de las gregueras, que fue el mximo exponente del vanguardismo y el expresionismo literario en Espaa; el crtico y ensayista Eugenio dOrs; los ensayistas Salvador de Madariaga y Gregorio Maran; y el crtico y catedrtico Ramn Menndez Pidal.1.3.1. Poesa Una brillante generacin de poetas, conocida como la generacin del 27, floreci a finales de los aos veinte y durante toda la dcada de los treinta. El ms conocido de estos poetas es Federico Garca Lorca, quien dio expresin al espritu popular de Espaa en sus poesas y obras teatrales. Otros poetas destacados de esta generacin son Jorge Guilln, Rafael Alberti y Vicente Aleixandre. La obra de Guilln se agrupa, bajo el ttulo de Aire nuestro, en tres libros: Cntico, Clamor y Homenaje. Guilln tuvo que exiliarse por motivos polticos en 1939, y sus versos reflejan un pesimismo creciente. Aleixandre, que obtuvo el Premio Nobel en 1977, ejerci una considerable influencia sobre otros poetas espaoles. Su obra potica, que comienza con mbito (1928), adapta con inmensa creatividad la experiencia renovadora del surrealismo. Antologa total (1975) es la ms reciente coleccin completa de sus obras. La influencia de esta formacin generacional se reflej en poetas como Csar Vallejo, Pablo Neruda, Vicente Huidobro y Octavio Paz, entre otros. Al grupo al que en ocasiones se hace referencia como generacin del 36 pertenecen Germn Bleiberg, Carmen Conde, Luis Felipe Vivanco, Leopoldo Panero, Luis Rosales, Dionisio Ridruejo y, as tambin, Miguel Hernndez, quien fue elogiado de forma unnime tras la publicacin de El rayo que no cesa (1936). La generacin de 1936 se caracteriza por la expresin de su fe religiosa y por un intimismo. Fueron poetas disconformes con la situacin poltica y social creada tras la guerra civil pero que en vez de enfrentarse con el rgimen establecido optaron por una poesa personal y sincera sobre la naturaleza, la fe religiosa y otros temas ntimos.Nueve poetas dominan la generacin que sucede a la de 1936; se trata de Rafael Morales, Vicente Gaos, Carlos Bousoo, Blas de Otero, Gabriel Celaya, Victoriano Crmer, Jos Hierro, Eugenio de Nora y Jos Mara Valverde. El verso de Hierro representa el antiesteticismo, el compromiso social y la preocupacin por Espaa que caracteriza al grupo en su conjunto. Otras caractersticas del grupo son: 1) poesa subjetiva del individuo en conflicto con el mundo exterior, como en los poemas iniciales de Blas de Otero; 2) actitud realista ni trgica ni exasperada, sino serena y de religiosidad ntima, como en la obra de Valverde y la poesa ltima de Blas de Otero; y 3) tendencias objetivas y poesa social, como en la obra de Gabriel Celaya, Victoriano Crmer y Eugenio de Nora. En la poesa actual espaola todava hay dos generaciones encontradas, poetas que se iniciaron en los aos sesenta y setenta an dominados por los temas sociales pero que pronto se centran ms en una poesa esttica con toques surrealistas, intuitivos y personales, como Jos Mara Caballero Bonald, ngel Crespo, Jos Gil de Biedma, Claudio Rodrguez o Flix Grande; y las ltimas generaciones con obras consolidadas que aportan modernidad, intuicin y esttica, como Flix de Aza, Pere Gimferrer, Antonio Rodrguez Sarrin, Leopoldo Mara Panero entre otros. Es difcil, por no decir imposible, fijar criterios de unidad estilstica con criterios clsicos por falta de perspectiva histrica y por la convivencia en la actualidad de gneros y estilos.1.3.2. La novela La novela es el gnero ms floreciente de la literatura espaola contempornea. Max Aub es autor, entre otras obras, de El laberinto mgico amplio panorama sobre la guerra civil y La verdadera historia de la muerte de Francisco Franco (1960). Una de las mejores novelas de Francisco Ayala, crtico y socilogo adems de novelista, es Muertes de perro (1958), que describe el mundo esperpntico de una dictadura americana. Las novelas La familia de Pascual Duarte (1942), de Camilo Jos Cela, y Nada (1944), de Carmen Laforet, figuran entre las ms destacadas de un nuevo tipo de realismo conocido como tremendismo, que se caracteriza por la presencia del antihroe y la insistencia en los aspectos ms srdidos y desagradables de la vida. Cela, galardonado con el Premio Nobel en 1989, ha escrito novelas de estilos muy diferentes y es tambin conocido por sus libros de viajes. La colmena (1951) es para algunos su mejor novela.Una variante ms tradicional de realismo es el que representan las obras de escritores como Ignacio Agust, a quien se debe el ciclo La ceniza fue rbol, centrado en la burguesa de Catalua, y Jos Mara Gironella, autor de Los cipreses creen en Dios (1953), que inaugur una saga de conflictos familiares que simbolizan las disputas polticas que condujeron a la Guerra Civil espaola. Miguel Delibes destaca por sus libros de viajes y novelas realistas, entre las que sobresalen La sombra del ciprs es alargada (1947) y Cinco horas con Mario (1966). Ana Mara Matute que ingres en la Real Academia Espaola en 1996, y que suele emplear un realismo exagerado pese a sus arranques lricos, encuentra en la infancia uno de sus temas habituales y es autora de libros como Los nios tontos (1956) y Primera memoria (1959). El Jarama, de Rafael Snchez Ferlosio, es una novela objetiva en extremo, de estilo innovador en su poca que su autor no tardara en abandonar. Las novelas de Juan Goytisolo abordan problemas existenciales y son un alegato contra el vaco histrico de la sociedad espaola; entre sus obras ms famosas se encuentran Reivindicacin del conde don Julin (1970) y Paisajes despus de la batalla (1982). Entre las novelas de Ramn J. Sender, considerado por algunos como el novelista ms importante de esta generacin, se incluyen Mr. Witt en el cantn (1935), Crnica del alba (1942) y Rquiem por un campesino espaol (1962). El mismo proceso que llev la poesa postblica se dio en la narrativa. Pero en este caso las influencias forneas desde James Joyce a Willliam Faulkner, John Dos Passos, Franz Kafka o Andr Gide supusieron innovaciones temticas y estilistas cuyo resultado es una rica diversidad de obras y autores, de tal manera que se puede afirmar que de "los cinco millones de procedimientos que hay para contar una historia" segn Henry James se estn empleando todos. Entre los autores importantes de la narrativa actual, sin que ello suponga detrimento para los no nombrados, cabe citar a Alfonso Grosso, Juan Mars, Juan Garca Hortelano, Mercedes Salisachs, Eduardo Mendoza, Aquilino Duque, Lourdes Ortiz, Luis Mateo Dez, Julin Ros, Adelaida Garca Morales, Arturo Prez-Reverte, Almudena Grandes, Quim Monz, Rafael Chirbes.Hacia mediados de siglo XIX arranca el desarrollo del gnero realista, que conduce al esplendor narrativo de finales de la centuria. Entre los ms destacados representantes del gnero cabe mencionar a Juan Valera (Pepita Jimnez, 1874), Alarcn (El sombrero de tres picos, 1874) y Jos Mara de Pereda (Sotileza, 1885), educados en el romanticismo, y Emilia Pardo Bazn (Los pazos de Ulloa, 1886), Leopoldo Alas (La regenta, 1884-1885) y Blasco Ibez (Caas y barro, 1902), que abordan cuestiones como las trabas sociales a la libertad individual, la virtud y la condena del vicio e introducen temas de carcter regionalista. Hacia finales de la centuria esta frtil corriente confluye en la obra de Benito Prez Galds. Autor de casi un centenar de novelas, Galds se convierte en testigo excepcional de la historia de Espaa y logra calar profundamente en el espritu de la poca. Entre su cuantiosa obra cabe destacar los Episodios nacionales (1873-1879), Fortunata y Jacinta (1886-1887), Tristana (1892) o Misericordia (1897).La novela hispanoamericana en el siglo XIX se plante desde sus inicios como expresin de una conciencia nacional, cargada de elementos sociales y morales, que pretenda asumir el carcter de documento histrico. Despus de dos siglos de literatura esta lnea sigue viva en las obras actuales, cuyos temas siguen siendo el nacionalismo, la intensificacin de lo autctono, la lucha por la libertad frente a los dictadores y tiranos, y una permanente denuncia social y moral.El romanticismo dur mucho en Amrica e intensific los temas polticos y sociales, de carcter histrico o problemtica inmediata. Los argentinos Esteban Echeverra, con El matadero (1871), un relato sentimental y Jos Marmol con Amalia (1851-55), inician el romanticismo social en obras que son al mismo tiempo crnica de una poca. Guatimozn (1846), de la cubana Gertrudis Gmez de Avellaneda, relato de la conquista de Mxico, y Enriquillo (1877), del dominicano Manuel de Jess Galvn, que cuenta las experiencias de los conquistadores, son tambin mezcla de historia y romanticismo.Simultneamente, se desarroll una lnea de novelas, en clave lrico-sentimental, cuyo mximo exponente puede ser Mara (1876) del colombiano Jorge Isaacs, la mejor novela romntica hispanoamericana de todos los tiempos.El movimiento de Reforma en Mxico influy en el desarrollo de la novela histrica y de contenido moralizante, en un periodo de transicin al realismo costumbrista. Juan Daz Covarrubias haba publicado Gil Gmez el insurgente (1858), pero poco ms tarde las obras ms conocidas fueron Los bandidos de Ro Fro (1889), folletn costumbrista, y El Zarco (1886), de Ignacio Manuel Altamirano, de intencin reformadora y enseanza moral.El colombiano Eugenio Daz Castro escribi Manuela (1878), novela criolla y costumbrista, que tuvo amplia aceptacin. Al filo de ambos siglos, el mexicano Rafael Delgado escribi muchas obras de inclinacin naturalista, entre las que destacan La Calandria (1890), Angelina (1893) y Los parientes ricos (1903).En la misma lnea estn el argentino Eduardo Gutirrez, con Juan Moreira (1880), en la que resuena el Martn Fierro y la interesante novela indigenista Aves sin nido (1889) de la peruana Clorinda Matto de Turner, que plantea los problemas de los indios y su proyeccin social.El realismo europeo influy enormemente en los escritores hispanoamericanos, que vieron las huellas de Zola y Balzac. A caballo entre dos siglos, el realismo latinoamericano contina el costumbrismo y el naturalismo para dar paso, con los nuevos autores, a un modernismo mltiple que derivar hacia distintas expresiones inicialmente regionalistas, pero que se propondra enseguida temticas especficas, hasta llegar a la dcada de 1960 con el 'boom' de la novela hispanoamericana. En el curso del presente siglo la novela ha sufrido importantes transformaciones temticas y estilsticas. Los temas psicolgicos y filosficos cultivados por los novelistas de finales del siglo XIX alcanzan la cima de su desarrollo con las tres principales figuras literarias del primer tercio del siglo XX: Marcel Proust, Thomas Mann y James Joyce. En busca del tiempo perdido, uno de los proyectos literarios ms ambiciosos de todos los tiempos, supone por parte de Proust un anlisis minucioso de la memoria y el amor obsesivo, en un complejo contexto de cambio social. Este grandioso fresco de la sociedad francesa de comienzos de siglo introduce un modo de narrar y escribir profundamente nuevo y provocar una autntica revolucin expresiva en toda la literatura posterior. La obra de Mann, de la que cabe destacar Los Buddenbrook y La montaa mgica, analiza con inigualable lucidez y virtuosismo literario los grandes problemas de nuestro tiempo, fundamentalmente la guerra y la crisis espiritual en Europa. Ulises de Joyce es uno de los libros fundamentales de la literatura moderna y su repercusin ha sido tal que se habla de literatura pre y post-joyciana. Inspirada en la epopeya homrica, la novela narra un slo da en la vida de Leopold Bloom. La obra de Joyce se propone compendiar todos los aspectos del hombre moderno y su relacin con la sociedad. Para ello se sirve del monlogo interior, tcnica que permite al lector introducirse en la mente de los personajes y habitar en su inconsciente. La complejidad de esta novela, que revela una vasta erudicin y ha llevado el realismo hasta extremos desconocidos, se refleja en el lenguaje a travs de la invencin de nuevas palabras y sintagmas.Otros grandes novelistas europeos del siglo XX comparten con Mann la preocupacin por transmitir sus ideas filosficas a travs de sus personajes. Los ms destacados son el alemn Hermann Hesse (El lobo estepario, 1927), cuyo inters por los componentes irracionales del pensamiento y ciertas formas del misticismo oriental anticip en cierto sentido las posturas de las vanguardias europeas; los espaoles Po Baroja (El rbol de la ciencia, 1911) y Miguel de Unamuno (Niebla, 1914; Abel Snchez, 1917); los escritores y filsofos franceses Albert Camus (La peste, 1947) y Jean-Paul Sartre (La nusea, 1938) principales exponentes de la corriente existencialista, que abordan en sus obras temas como el absurdo, el dolor y la soledad de la existencia; el novelista checo Franz Kakfa (El proceso, 1925; El castillo, 1926), creador de una singular obra de carcter alegrico y difcil interpretacin que gira en torno al tema fundamental de la culpa y la condena; el irlands Samuel Beckett (Molloy, 1951), muy prximo a Kafka en sus parbolas de la futilidad humana y a Joyce en su aficin a los juegos de palabras; o el estadounidense William Faulkner, heredero de Joyce y Proust y autor de novelas sumamente complejas sobre la derrota y el desmoronamiento existencial.La influencia de Tolstoi en escritores posteriores se ve reforzada en Rusia por la esttica marxista. Mximo Gorki (La madre, 1907) y Bors Pasternak (Doctor Zhivago, 1956) siguen abordando la relacin entre los problemas personales y los acontecimientos polticos. El exiliado Vladimir Nabokov (Lolita, 1955; Plido fuego, 1962), que escribi en alemn y en ingls, desprecia las preocupaciones morales y filosficas de Tolstoi y opta por el esteticismo de Proust.Tras la IIGuerra Mundial se produce una autntica explosin literaria en el mbito hispnico, popularmente conocida como 'boom latinoamericano'. Entre los principales representantes de esta corriente destacan el argentino Julio Cortzar (Rayuela, 1963), el colombiano Gabriel Garca Mrquez (Cien aos de soledad, 1968), el mexicano Carlos Fuentes y el peruano Mario Vargas Llosa.1.3.3. Teatro y ensayo Dejando a un lado las tragedias lrica y simblicas de Garca Lorca, el teatro moderno espaol no ha estado a la altura de los otros gneros. Cabe citar entre los dramaturgos a Alejandro Casona, de cuyo simbolismo es muestra la Dama del alba (1944), y a Antonio Buero Vallejo, cuya Historia de una escalera es un buen ejemplo de su teatro realista con alusiones existencialistas. Tambin son dignos de mencin Alfonso Sastre, autor de Escuadra hacia la muerte (1953) y Fernando Arrabal, polmico autor, cuyas primeras obras que l denomin pnicas revolvieron la escena espaola.En el terreno del ensayo Julin Maras, discpulo de Ortega y Gasset, hizo algunas contribuciones importantes al gnero durante la posguerra. Amrico Castro, Dmaso Alonso y Joaqun Casalduero son algunos de los crticos literarios ms destacados. Entre la multitud de eminentes ensayistas contemporneos se encuentran Jos Gaos, Pedro Lan Entralgo, Jos Ferrater Mora, Mara Zambrano, Jos Luis L. Aranguren, Francisco Ayala, Guillermo Daz Plaja, Ricardo Gulln y Guillermo de Torre.A finales del siglo XIX y comienzos del XX no se produce en Espaa la renovacin del arte dramtico que sucede en otros pases gracias a la obra de directores y autores como Stanislavsky, Gordon Craig, Appia, Chjov o Pirandello. Aqu el teatro es, sobre todo, un entretenimiento para el pblico burgus que acude con asiduidad a las representaciones. Las compaas teatrales formadas por las grandes actrices y actores del momento, que son adems empresarios, estn dedicadas a complacer los gustos de este pblico conservador y convencional. Los casos de Gabriel Martnez Sierra o de la compaa de Margarita Xirgu, dispuestos a jugarse el dinero y el prestigio en el descubrimiento de nuevos autores y en innovaciones estticas, son excepcionales. Tambin resultan excepcionales las aportaciones de Adri Gual, creador del Teatre Intim que realizaba una programacin de corte europeo. Lo corriente fue el xito de aquellos autores que como Jos Echegaray, premio Nobel de Literatura en 1904, complacan las expectativas del pblico teatral burgus. Benito Prez Galds, otro autor de reconocido prestigio, es un caso diferente. Galds se atrevi a crear unos personajes femeninos que, como la protagonista de su drama Electra (1901), se enfrentan al fanatismo y al oscurantismo. Las obras de Jacinto Benavente sealan el final del tono melodramtico, grandilocuente y declamatorio en el teatro. Benavente inicia con Los intereses creados (1907) o La malquerida (1913) el realismo moderno.La otra tendencia del teatro espaol de comienzos de siglo es un teatro de carcter popular: el drama social de corte costumbrista que termina derivando en una forma estilstica original: el sainete. Su mayor representante ser Arniches (1866-1943), autor que cre la "tragedia grotesca", un tipo de obras que caricaturizaban a la clase media. Aunque no se debe olvidar que el tipo de crtica que planteaba este teatro estaba siempre mitigada por los intereses comerciales. El caso de Valle Incln es, en cambio, el de un autor totalmente al margen de cualquier planteamiento comercial en la creacin de sus obras. Esto le permiti una libertad creativa que sita su teatro muy por encima del de sus contemporneos. El de Valle es un teatro innovador, crtico, profundamente original. Sus novedosos planteamientos escnicos recibieron el nombre de esperpentos por presentar desde el escenario una deformacin esttica y sistemtica de la realidad. Para Valle Incln, como para Shakespeare, el teatro es un espejo de la realidad, pero en este caso un espejo deformante. El teatro de Valle Incln no recibi en su momento la consideracin que mereca, como tampoco la recibieron el resto de los autores de la generacin del 98: Azorn, Po Baroja o Unamuno. Son una excepcin los hermanos Machado, que obtuvieron un gran xito de pblico con dramas como La Lola se va a los puertos (1929) o La duquesa de Benamej (1932).Pronto los autores con planteamientos no comerciales buscaron otras formas de poner en escena sus obras al margen de los grandes teatros. Entre estos intentos de crear un teatro vanguardista destaca la labor de los teatros universitarios: El Bho de Max Aub y La Barraca de Eduardo Ugarte y Garca Lorca. Este ltimo, uno de los grandes poetas del siglo, fue de los pocos miembros de la generacin del 27 que se interesaron por el teatro. Lorca utiliz en sus obras gran diversidad de fuentes de inspiracin: lo popular en Bodas de sangre (1933) o Mariana Pineda (1927), el guiol con un matiz valleinclanesco en sus Tteres de cachiporra, Amor de don Perlimpn con Belisa en su jardn (1933), La zapatera prodigiosa (1930) y los movimientos de vanguardia como el surrealismo en El pblico (1930) o As que pasen cinco aos (1930). La colaboracin de Garca Lorca con Margarita Xirgu permiti que la obra del dramaturgo poeta llegase a ser vista en los escenarios de los principales teatros espaoles. Entre las puestas en escena que la actriz y empresaria llev a cabo cabe destacar el estreno en Barcelona de Mariana Pineda con decorados de Salvador Dal. El estallido de la Guerra Civil en 1936 y el asesinato de Lorca vinieron a frustrar la carrera de un autor que aunaba un talento extraordinario y vanguardista con la difcil cualidad de gustar al pblico tradicional del teatro.Despus del trauma de la guerra, los dramaturgos de la posguerra se enfrentaron a una frrea censura que haca difcil, sino imposible, ofrecer una visin crtica de la realidad. Dos son las figuras que emergen en esta sociedad cerrada desenmascarando, aunque desde perspectivas diferentes, la realidad de la que nadie quera hablar pblicamente: Buero Vallejo y Alfonso Sastre. El teatro de Buero investiga en la condicin trgica y ambigua de la libertad humana, mientras que la obra de Sastre, inseparable de su trayectoria comunista, concibe el teatro como un instrumento de accin revolucionaria. A fines de la dcada de 1950 surge una nueva promocin, la de los autores llamados de la generacin perdida. Autores como Lauro Olmo, Martn Recuerda o Luis Matilla adquieren pronto, por su marginacin sistemtica de los escenarios pblicos y comerciales, conciencia de grupo. Coinciden igualmente en sus planteamientos y temticas: siguiendo con la lnea del realismo crtico, hablan de la explotacin del hombre por el hombre y de la injusticia social. A lo largo de la dcada de 1960 aparece un nuevo grupo de autores, tan castigados por la censura como los anteriores. Se caracterizan, en trminos generales, por su rechazo del realismo y por su inters experimentalista. Su estilo teatral se integra en las nuevas formas del teatro de vanguardia, desde las del teatro del absurdo a Artaud, Brecht o Grotowsky. Entre estos autores destacan Jos Ruibal, Francisco Nieva o Fernando Arrabal. Este ltimo es el autor de alguna de las piezas ms representativas del teatro europeo de este siglo. Es tambin en la dcada de los sesenta y en los setenta cuando se produce la efervescencia de los denominados grupos independientes, vinculados a la figura de un director o autor o experimentando con frmulas de creacin colectiva. Estos grupos surgen con una decidida vocacin de resistencia antifranquista y una actitud de bsqueda en cuanto a concepciones escnicas y tcnicas interpretativas. Apartados de los crculos del teatro oficial, su labor se fue introduciendo en universidades, centros culturales y colegios mayores. Grupos como Tbano, el TEI (Teatro Estable Independiente), Goliardos, Cmicos de la Legua, Esperpento o muchos otros contribuyeron a dinamizar la vida teatral espaola en las postrimeras del franquismo.Con la vuelta de la democracia se produjo una renovacin del teatro oficial. Directores, hombres y mujeres de teatro ya con larga experiencia Miguel Narros, Nuria Espert y otros nombres nuevos, como Lluis Pascual, acceden a la direccin de los Teatros Nacionales, centrando sus programaciones en los grandes dramaturgos clsicos y contemporneos y recuperando a los autores espaoles del 98 y principios de siglo, como Lorca o Valle Incln.El nfasis en la revitalizacin de textos considerados clsicos se ha asociado a una crisis de produccin de textos dramticos originales. Sin embargo, los grupos independientes van perdiendo vigor y presencia en la escena espaola. Tan slo unos pocos han subsistido y han podido mantener una continuidad: Els Joglars, dirigido por Albert Boadella, cuyos montajes siempre polmicos y provocadores cuentan con el apoyo incondicional del pblico; Els comediants, que reivindica un teatro festivo, de grandes mscaras, de gigantes y cabezudos, un teatro que entronca con el folclore y las fiestas populares, un teatro de espacios abiertos; o La fura dels Baus, grupo que se autodefine como "organizacin delictiva dentro del panorama actual del arte", y en cuyos montajes se subvierten todos los supuestos de la representacin teatral, empezando por el espacio del pblico, constantemente violentado por la accin. En consonancia con las tendencias internacionales, estos grupos tienen una visin del teatro como espectculo total, no exclusivamente textual, incluyendo en sus montajes otras formas de expresin artstica como fotografa, vdeo, pintura o arquitecturaIntroduccin: los gneros de la literatura medieval[editar] Los gneros de ficcinLa composicin literaria en lengua castellana (y, en general, en lengua romance) se hizo en sus comienzos en verso.[1] Dos son las razones principales de ese hecho: por un lado, su carcter de literatura oral-popular (lo que implicaba su recitado con frecuente acompaamiento musical); por otro, que la escritura en prosa exiga una tradicin en el uso del castellano (sobre todo para la consolidacin de su sintaxis) que, dado el dominio culto del latn hasta bien avanzada la Edad Media, no pudo darse hasta el siglo xiii, cuando Alfonso X, el Sabio, decidi hacer del castellano una lengua de uso comn tanto para los asuntos de la administracin del reino,[n. 3] como para la composicin de sus obras historiogrficas y de otros tipos.MiniaturajuglaresCantigasAlfonso X el SabioAs, pues, los primeros gneros que hay que considerar son la lrica tradicional y la poesa pica (cantares de gesta y romances), que, habindose recogido por escrito a partir del siglo xiii, seran testimonios de composiciones orales anteriores en el tiempo; ambos gneros conforman lo que se denomina la literatura del mester de juglara, esto es, literatura compuesta para ser recitada. Adems, hay que contar con el primitivo teatro castellano.Este teatro parece remontarse al siglo xi, en forma de representaciones relacionadas con temas religiosos. As ocurre con el primer texto teatral en castellano, la Representacin de los Reyes Magos, cuya nica copia data de los aos de trnsito entre el siglo xii y xiii, y que, por la lengua, puede datarse a mediados del xii. Posteriormente, y hasta La Celestina (cuya adscripcin al gnero teatral es discutible) los ejemplos de teatro en castellano son siempre indirectos, a travs de referencias en otras obras.Dentro ya de los gneros escritos, dado que la lengua de prestigio para la lrica culta (o cortesana) durante la Edad Media fue el gallego-portugus, la lrica culta en castellano no empez a cultivarse hasta mediados del siglo xiv, apareciendo su figura ms relevante, Jorge Manrique, en el siglo xv.En cuanto a la prosa,las ms tempranas muestras [de prosa] en castellano o en otro dialecto vinculado a l datan de finales del siglo xii y del reinado de Fernando III (1217-1252); son documentos histricos y textos jurdicos breves.Pedraza Jimnezy Rodrguez Cceres (2006, p.31)Con todo, ya en el mismo siglo xii, durante el obispado de Raimundo, se tiene constancia de que en el proceso de traduccin de diversas obras de gneros variados (matemticas, astronoma, medicina, filosofa...) al latn, se daba en muchas ocasiones el paso intermedio de traducirlas oralmente al castellano: primero de la lengua original a este y, despus, lo que tiene una singular importancia, del castellano al latn; tal proceso supona que la lengua romance ya estaba plenamente constituida para expresar ideas abstractas o elevados clculos.[2]Pero la plena consolidacin del castellano como lengua escrita a todos los niveles se produjo en el siglo xiii. Esto posibilit, por un lado, la aparicin de las obras del llamado mester de clereca (poesa narrativa en verso de tipo culta: Milagros de Nuestra Seora, de Berceo y Libro de buen amor, de Juan Ruiz) y, por otro, al lado de las obras de tipo ensaystico, de las primeras obras literarias narrativas en prosa: cuentos que, en principio, eran traducciones/adaptaciones realizadas por el taller de Alfonso X, y que ya en el siglo xiv pasaron a ser creaciones originales (aunque con un importante trasfondo popular), bien en forma de relatos de aventuras de ficcin prximos ya al gnero novela[n. 4] (Libro del caballero Zifar), bien en forma de colecciones de cuentos, como es el caso de El conde Lucanor de don Juan Manuel.[editar] Los gneros de no ficcinHasta bien entrado el siglo xiii las lenguas de erudicin fueron el latn, el rabe y el hebreo, en las que se escriba todo lo que tena que ver con la religin, la historia y la ciencia. Durante el reinado de Fernando III de Castilla (1217-1252), el castellano se fue convirtiendo en lengua escrita-literaria.

Alfonso X el Sabio.Como se ha sealado ms arriba, el origen de la literatura castellana est en verso, y no en prosa, porque la tcnica de enseanza de la lengua se basaba en la imitacin de los textos literarios clsicos, lo cuales estaban en verso. Luego, cuando se produce la consolidacin de las tcnicas poticas y en pleno desarrollo de sus posibilidades expresivas (con el mester de clereca), los asuntos que antes se escriban en verso se traspasan al dominio formal de la prosa. Esto est, tambin, en relacin directa con la maduracin del sistema poltico y social: la prosa, ms difcil que el verso, tiene mayor capacidad para relacionar las distintas unidades lgicas y dialcticas del pensamiento humano.As, el contenido de las primeras obras que se escriben en prosa castellana es, principalmente, de tipo histrico y van apareciendo a lo largo del siglo xii. En primer lugar, estn las Cornicas (h. 1186) del Fuero general de Navarra, breves narraciones en forma de anales. En segundo lugar, aparecen unos escuetos Anales toledanos primeros (muy impregnados de mozarabismos). Despus, el Liber regum (h. 1196-1209), originalmente en navarroaragons y traducido a principios del xiii al castellano.[3] Hay, tambin, diversos contratos y diplomas, de carcter particular, que, al usar el castellano, reflejan las dificultades de comprensin que planteaba el latn escrito, algo que quedaba manifestado en el continuo uso de glosas a partir del siglo x.Consecuentemente, desde finales del siglo xii y por razones polticas, se fijan por escrito normas jurdicas en una lengua comprensible para la mayora: el castellano. Y, poco a poco, se van desarrollando ciertos recursos narrativos en los textos jurdicos: por ejemplo, los exempla o cuentecillos ilustrativos de distintos casos. Adems, en el desarrollo de la prosa en castellano son muy importantes las traducciones, que fueron iniciadas por el arzobispo Raimundo en Toledo (con la llamada escuela de traductores), pues se trataba de un ejercicio lingstico muy beneficioso, entre otras cosas, para flexibilizar la sintaxis del castellano.Con todo, la figura esencial de la cultura en castellano de esta poca es Alfonso X; su actividadcomo impulsor y cultivador de la ciencia y las letras es de extraordinaria envergadura, pues su nombre aparece al frente de tratados cientficos, obras legales, compilaciones histricas y composiciones poticas, lricas y narrativas, de amor y de burlas, y cantigas religiosas.Alvar, Mainer y Navarro (2005, p.102) Artculo principal: Literatura de Alfonso X el Sabio.Tanto l como, despus, su hijo Sancho IV, promovieron como reyes de Castilla y Len la elaboracin de un considerable nmero de obras de muy distintos gneros ensaysticos.[n. 5][editar] HistoriografaA la labor historiogrfica es a la que le debe su mayor prestigio Alfonso X; su produccin en este mbito est compuesta por dos ttulos: la Estoria de Espaa y la General Estoria.Otras obras y autores vinculados a la historia son:La Fazienda de UltramarUn libro del primer cuarto del siglo xiii que constituye un itinerario geogrfico e histrico como gua de peregrinos a Tierra Santa;La Gran conquista de UltramarUn relato que contiene una crnica muy novelesca de la conquista de Jerusaln durante la Primera Cruzada y que data de entre 1291 y 1295 en su primera redaccin;El Victorial o Crnica de Pero NioEscrita por su alfrez Gutierre Dez de Games: narra las hazaas de este personaje, que encarga su propia historia;La Embajada a TamorlnEn libro de viajes medieval escrito en 1406 por Ruy Gonzlez de Clavijo, cuyo contenido es una relacin de la embajada que este autor realiz, junto con el dominico Alfonso Pez de Santamara, a Samarcanda ante el rey Tamerln;Fernn Prez de Guzmn (1378-1460)Sobrino de Pero Lpez de Ayala y seor de Batres: es el primer autor de retratos en la literatura castellana, titulados Generaciones y semblanzas (1450); recoge biografas de personajes ilustres contemporneos o prximos en el tiempo;Hernando del Pulgar (h.1430-1492)Cronista de Enrique IV y de los Reyes Catlicos, quien escribe otro libro de retratos: Claros varones de Castilla, a imitacin de las Generaciones y Semblanzas.Especialmente, la historiografa en el siglo xv est protagonizada por Enrique de Villena (1384-1434). Su texto ms importante es Los doce trabajos de Hrcules (1417), previamente escrito en cataln. Se trata de una obra compleja en la que, partiendo de la mitologa clsica y a travs de un mtodo interpretativo, expone su visin de la sociedad de su poca. La produccin de Enrique de Villena supuso una innovacin en la prosa espaola, por su erudicin y restauracin de la sintaxis latinizante -imitadora de la latina-.[editar] Obras religiosasLas obras medievales de contenido religioso son, bsicamente, del siglo xiii, en concreto las derivadas de la traduccin a lenguas romances de la Biblia y de la redaccin de una literatura doctrinal o catecismos.[editar] Obras didcticasLas obras encaminadas a la enseanza de algn tipo de conocimiento se materializaron, en primer lugar, en la llamada literatura sapiencial, que se desarroll a lo largo del siglo xiii en forma de colecciones de sentencias, bien originales, bien de versiones de originales en rabe.Dentro de la didctica, deben incluirse tambin los sermones, cuya tcnica, dada la supremaca de los religiosos como autores literarios, fue de una enorme influencia. Haba dos tipos de sermones: los cultos (en latn) y los populares, en lengua romance. Este segundo, dado el tipo de auditorio al que iba dirigido (mezcla de laicos y letrados), abund en el uso de recursos como los exempla (cuentos ilustrativos extrados de la Biblia y otras historias, reales o ficticias con finalidad moralizadora); adems de los exempla, los sermones utilizaban tambin las sententiae, o dichos de hombres famosos, originadas en la retrica y el cristianismo primitivo.[4]A mediados del siglo xiii se tradujeron del rabe textos de carcter moralizante o didctico. Entre ellos estn el Libro de los buenos proverbios, los Bocados de oro, el Libro de los cien captulos y las Flores de filosofa.En el siglo xiv se compuso tambin una obra singular: los Proverbios morales (1355-1360) del judo Santob de Carrin. Muy vinculados con las enseanzas judas, los proverbios estn dedicados a Pedro I de Castilla y estn escritos en cuartetos heptasilbicos o dpticos alejandrinos con rima interna; su contenido expresa un relativismo moral muy pesimista basado en la contemplacin de la vida cotidiana.[5]Adems de estas colecciones de proverbios, en la Edad Media se dieron tambin obras destinadas a la educacin de prncipes e infantes. A esta tradicin pertenece obras trasladadas desde el rabe como Calila e Dimna, el Barlaam y Josafat y el Sendebar, que aunque ms tarde fueron ledas como compilaciones de cuentos, haban sido concebidas en origen como textos para el adoctrinamiento de prncipes.A la prosa doctrinal pertenece, tambin, un tratado de Alfonso Martnez de Toledo (1398-1468), capelln de Juan II y de Enrique IV, titulado El Arcipreste de Talavera o El Corbacho.[editar] Obras jurdicas y legislativasLa prctica textual vinculada al derecho tiene sus primeras muestras en castellano con los fueros y las cartas pueblas, documentos de alcance especfico en Castilla y Len que, por un lado, pretendan recopilar los privilegios de cada localidad y, por otro, legislar sobre la repoblacin de los terrenos fronterizos.La llegada al trono de Fernando III conllev la bsqueda de una legislacin unificada; el primer paso fue la traduccin del Liber iudicum: el Fuero juzgo se instaur, as, como obra de referencia legal para el territorio conquistado bajo su reinado. El segundo paso fue, ya, original, en el sentido de iniciar un nuevo corpus legal, el Setenario.Alfonso X, por su parte, no solo termina el Setenario, sino que, apoyndose en l, redacta las Siete partidas, obra que refleja su inters por imponerse en sus territorios.[editar] Obras cientficasEl concepto de lo cientfico era muy amplio en la Edad Media, e incluye astronoma, astrologa, tratados sobre las propiedades de las piedras (El lapidario), las plantas o la magia.El inters de Alfonso X por la astrologa lo puso en contacto con sabios judos y rabes, de quienes aprovech sus traducciones latinas o encarg nuevas versiones romanceadas. Con ellas, elabora textos como el Libro del saber de astrologa, coleccin de tratados sobre temas astronmicos, el Libro complido en los judizios de las estrellas, adaptacin del tratado de Ali ibn ar-Rigal (Ali ben Ragel), o el Libro de la ochava esfera. Tambin escribi tratados sobre instrumentos de medicin o unas tablas astronmicas, pues su objetivo era descubrir el porvenir (astrologa judiciaria). Por ello consultaba a sus estrelleros al tomar decisiones, lo que le vali el recelo y desconfianza de clrigos e intrigantes cortesanos. Se acerc a temas relacionados con la magia, en su Libro de las formas et de las imgenes o en su versin, parcialmente conservada, del Picatrix rabe.[editar] La poesa lrica[editar] La lrica tradicionalLa lrica popular medieval comprende una variada tradicin de composiciones propias del acervo popular, predominantemente rural, utilizadas preferentemente durante el trabajo y las fiestas, por lo que, a menudo, eran canciones asociadas al baile (tambin, hay canciones de camino, rimas infantiles, etc.). As, pues, considerados como textos puestos por escrito, hay que tener en cuenta que bajo tal versin aparecen como textos poticos aislados de su primitiva unidad artstica, que reuna letra y msica.[6]Desde finales del siglo xv muchas de estas composiciones fueron fijadas textualmente e incluidas en los grandes Cancioneros de los siglos xv y xvi.[n. 6]La lrica popular castellana comparte una serie de elementos que resultan una constante en la expresin literaria de diferentes tradiciones europeas, de ah, por ejemplo, que muchos de sus textos recuerden a las cantigas de amigo gallegoportuguesas.Los contenidos, casi siempre vinculados al amor (la muerte por amor, la pena por la separacin, etc.), se centran en motivos tales como la descripcin de la mujer (por ejemplo, fijndose en sus cabellos, muchas veces smbolo de virginidad), las localizaciones en mbitos naturales donde hay agua (que simboliza la cita amorosa y el erotismo) o flores (tambin de simbologa sexual), o con la presencia del aire o el viento, smbolos de la comunicacin amorosa.En muchas ocasiones, la voz lrica es una voz femenina, que lamenta ante un confidente (generalmente la madre, la hermana, la amiga o la naturaleza) la distancia respecto al ser amado por motivos que abarcan la ausencia, la prdida o el duelo.Derivados de esos contenidos, es posible aislar una serie de temas frecuentes en la lrica popular: el amor y la naturaleza, entrelazados y confundidos; la nia enamorada que no quiere ser monja; el elogio de la propia belleza por parte de la voz lrica femenina; el rechazo del matrimonio; los malos que enturbian la relacin amorosa; la caza de amor; etc.Formalmente, suelen ser composiciones breves, de dos a cuatro versos de arte menor (habitualmente, de seis a ocho slabas), irregulares y con rima asonante. Dada su raigambre oral, son muy ricas en recursos fnicos (repeticin de vocales, disposicin regular de los acentos, etc.) y paralelsticos.En cuanto a su forma estrfica, hay predominancia de los pareados, tercetos, cuartetas, etc. A veces, presentan una glosa que desarrollan o bien desdoblan el estribillo, con una narracin ms objetiva. El villancico es la estrofa caracterstica: dos o tres versos, variables silbicamente aunque preferiblemente de ocho a seis slabas, y con un esquema rtmico abb. Se estima que existieron en Castilla desde el siglo xiii.Tambin del zjel, composicin potica de origen rabe, hay ejemplos en las Cantigas de Alfonso X, en el Libro de buen amor y en varios poetas cultos del xv, como Juan lvarez Gato y Gmez Manrique.Estilsticamente, la expresin es sencilla y elemental, reflejando una actitud emocional ingenua y misteriosamente irracional; hay una ausencia casi total de metforas, prefirindose las imgenes visuales que denotan impresiones directas de una realidad exterior frecuentemente subjetivizada y cargada de un simbolismo ancestral; por ltimo, la expresin de los sentimientos amorosos se realiza de forma abierta, pattica, con nfasis y de forma reiterada.[editar] La lrica cultaLa llamada lrica culta castellana es la poesa elaborada en las cortes de los reyes medievales Juan II de Castilla, Enrique IV de Castilla y Reyes Catlicos[n. 7] por parte de los caballeros que vivan en ellas (reyes, polticos, magnates...) y que nos ha llegado a travs de los cancioneros del siglo xv. Se extiende a lo largo de siglo y medio, desde los primeros poemas del Cancionero de Baena (h. 1370), hasta la segunda edicin del Cancionero geral (1516) de Garca de Resende. Se la puede considerar como "la ms impresionante muestra de poesa cortesana de toda la Europa medieval.[7] Los grandes poetas cultos castellanos de esta poca fueron Pero Lpez de Ayala, el Marqus de Santillana, Juan de Mena y Jorge Manrique.Las caractersticas ms sobresalientes de la lrica culta castellana son herencia de la lrica gallegoportuguesa: fundamentalmente, la terminologa mtrica y la concepcin del amor corts (en la que el goig o alegra del amor provenzal ha sido sustituido por la coita o pena).[8]Se trata de una poesa esencialmente social, y no tan subjetiva, ntima, como la tradicional. Esta funcin social se ejemplifica en los diversos temas tratados: la poltica, la moral, la filosofa, la teologa, el amor corts, etc. A diferencia de lo que ocurra en la lrica tradicional, la lrica culta ya no asocia de forma radical la letra y la msica; as, aparecen las primeras composiciones lricas destinadas solo a la lectura y no al canto, con lo que la composicin hubo de responder a otras necesidades y objetivos: posibilidad de mayor extensin, bsqueda de nuevos niveles de significacin con la alegora, fijacin de gneros (canciones y villancicos), etc.[9]Las estrofas comienzan a definirse y a centrarse en diferentes formas, tomando, como base, el verso de ocho slabas y el de doce.Los temas de esta poesa derivan, bsicamente, de la poesa provenzal de los trovadores occitanos: el amor y sus variaciones. En la Pennsula se aaden algunas caractersticas, como las alegoras -personajes basados en ideas abstractas-, los juegos de palabras complejos, la falta de paisaje y de descripcin fsica, la aceptacin de la desgracia por parte del amante, etc.Esta poesa suele recogerse en libros de poemas llamados habitualmente Cancioneros. Destacan tres:El Cancionero de BaenaRecopilado hacia mediados del siglo xv para el rey Juan II de Castilla.El Cancionero de EstigaCopiado en Italia, en la Corte de Npoles; incluye poemas de Juan de Mena o igo Lpez de Mendoza, Marqus de Santillana.El Cancionero GeneralRecopilado por Hernando del Castillo en Valencia, 1511, donde hay poesas de Fernn Prez de Guzmn, Jorge Manrique, Florencia Pinar, acaso la primera poetisa espaola, y los citados ms arriba, Juan de Mena e igo Lpez de Mendoza.Para completar el panorama de la poesa de esta poca, se pueden aadir otras obras muy diversas en su forma y gneros: las Danzas de la muerte; la poesa satrica, como las Coplas de Mingo Revulgo o las Coplas de la panadera; los poemas de debate, que dan forma dramtica a la confrontacin de dos o ms puntos de vista sobre un tema. El ms antiguo ejemplo de este tipo de poemas es la Disputa del alma y el cuerpo, compuesto, probablemente, a finales del siglo xii, y que es una adaptacin de un debate francs. Otro poema importante de este gnero es Elena y Mara (sobre las disputas estamentales en la Edad Media), pero la obra maestra del gnero es la Razn de amor con los denuestos del agua y el vino, obra cuyo tema no est claro: alegora cristiana, formulacin literaria de una hereja ctara, la necesidad de la reconciliacin entre contrarios, etc. los poemas hagiogrficos en versos octoslabos titulados Vida de Santa Mara Egipcaca y Libro de la infancia y muerte de Jess, transmitidos en el mismo manuscrito del siglo xiv en que aparece el Libro de Apolonio y copiados, probablemente de un original en francs, por un escriba aragons.[editar] La narrativa en verso[editar] La pica. Los cantares de gestaLa pica es un subgnero narrativo compuesto en verso y en lengua romance, cuyos orgenes datan del primer tercio del siglo xi. Las narraciones picas estn protagonizadas por hroes que representan, por sus valores, a toda una sociedad; suelen centrarse en acontecimientos relevantes dentro de la historia de un pueblo, por lo que esos hroes terminan por ser considerados smbolos para los mismos.Es frecuente, adems, que el argumento de estas historias gire alrededor de algn problema del protagonista con el valor social de la honra, que constitua la base de todo el sistema tico-poltico de relaciones vasallticas en la Edad Media.La pica castellana toma sus temas, fundamentalmente, de dos acontecimientos histricos:1. la invasin rabe de la Pennsula y los primeros focos de resistencia cristiana (siglo viii);2. los inicios de la independencia de Castilla (siglo x).En este sentido,la pica propiamente espaola aparece, incluso en sus testimonios ms antiguos e indirectos, caracterizada por una temtica original (...) y por una visin del mundo bastante distinta de la de la chanson de geste [francesa, anterior en el tiempo]. Lo ms importante es que el rechazo de las "historias extranjeras" no lleva solo a buscar en los anales del propio patrimonio asuntos dignos de convertirse en narraciones picas, sino sobre todo a estructurar estas narracinoes a partir de un modelo cultural autctono e independienteDeyermond(1991, Mara Luisa Meneghetti, Chansons de geste y cantares de gesta: la singularidad de la pica espaola, pp.71-77(73))As las cosas, por influencia de la pica francesa (a travs del Camino de Santiago y de la presencia del mundo occitano en el noreste peninsular), la pica castellana solo tom algunos temas de esta, como por ejemplo la figura de Carlomagno, en el nico texto que presenta huellas del llamado ciclo carolingio, el fragmento conservado del Cantar de Roncesvalles.El poema pico se denomina propiamente cantar de gesta. De los cantares de gesta se dice que son obras que pertenecen al mester de juglara, pues eran transmitidos y recitados de memoria por los juglares que actuaban en las plazas de los pueblos y ciudades, en los castillos o en las estancias de la corte, a cambio de un pago por sus servicios. Saban danzar, tocar instrumentos, recitar y realizar ejercicios acrobticos y circenses. Consecuentemente, los cantares de gesta se representaban con apoyatura musical ante el pblico, haciendo uso de una monodia: una ligera cadencia final en cada uno de los versos que era subrayada en el primero y ltimo de cada tirada (entonacin y conclusin).El objetivo de este recitado pblico era doble: entretener e informar al auditorio, aunque sin propsitos moralizantes ni pedaggicos (propsitos que s seran propios de las obras del mester de clereca).Se han conservado muy pocos debido a esta transmisin oral. Adems del Cantar de mio Cid, que se conserva casi completo, nos han llegado fragmentos del Cantar de Roncesvalles y del Cantar de las Mocedades de Rodrigo. De otros cantares de gesta nos han llegado noticias gracias a las crnicas histricas, que los utilizaron como fuente (por ejemplo, el Cantar de los siete infantes de Lara, que aparece en la Segunda Crnica General -Crnica de 1344, de Pedro de Barcelos- y que est vinculado al ciclo de temas relativo a los Condes de Castilla).Algunas caractersticas de los cantares de gesta de la literatura espaola son:1. su carcter annimo.2. su gran vitalidad, pues sus temas pervivieron en la literatura posterior (romancero, comedia nacional, drama neoclsico, romntico y moderno, en la lrica, en la novela, etc.)3. su realismo, pues se compusieron en fechas cercanas a los hechos que cuentan, por lo que apenas aparecen elementos fantsticos.Los cantares de gesta fueron tomados como documentos histricos en muchas ocasiones, por que algunos fueron prosificados y as fueron incluidos en crnicas medievales (como la Estoria de Espaa o Primera crnica general de Alfonso X); gracias a esto, algunos se han podido conservar parcialmente.[editar] Cantar de mio CidLa obra espaola ms importante (y nica completa) de este gnero es el Cantar de mio Cid, que se conserva en una copia manuscrita del siglo xiv de un cdice de 1207 copiado por Per Abbat de un original fechado entre 1195 y 1207. La fecha de redaccin del original se sita, por tanto cerca de 1200.La obra ha sido dividida por los editores modernos en tres cantares:1. El primer cantar trata el destierro del Cid por Alfonso VI, a causa de ciertas intrigas cortesanas. Martn Antolnez logra de dos judos un prstamo de seiscientos marcos para el Cid, para sus fieles y para mantener a su mujer e hijas en el monasterio de San Pedro de Cardea. El Campeador conquista Castejn y Alcocer, poblaciones que devuelve a los moros a cambio de un rescate. Cierra el cantar un enfrentamiento con el conde de Barcelona.2. El segundo cantar se inicia con el asedio y conquista de Valencia. lvar Fez lleva presentes al rey y le pide que consienta a doa Ximena y a sus hijas salir del monasterio para instalarse en Valencia. El rey Alfonso propone casar las hijas del Cid con Fernn y Diego, infantes de Carrin, a lo que ste accede. Se celebran vistas a orillas del Tajo y bodas con sus fiestas en Valencia.3. El cantar tercero se abre con el episodio del len, de carcter novelesco: mientras duerme el Cid, escapa de la red su len, causando el pnico entre los infantes de Carrin, que, tras confirmar su cobarda en la batalla contra el rey Bcar de Marruecos, deciden volver con sus mujeres a sus tierras palentinas. En el robledal de Corpes las golpean y abandonan, por considerarlas impropias de su condicin social. El Cid recuerda al rey que, siendo l quien las cas, es suya la afrenta. Alfonso convoca Cortes en Toledo, donde el Cid recobra sus haberes y deja que Pero Bermdez, Martn Antolnez y Muo Gustioz derroten, respectivamente, a los infantes Fernn y Diego y a su hermano, Asur Gonzlez. Sus hijas recuperan la honra casndose con los infantes de Navarra y Aragn.Los hemistiquios oscilan entre las tres y las once slabas, con claro predominio, en este orden, de heptaslabos, octoslabos y hexaslabos, lo que da versos de longitud variable que se cifra entre 14 y 16 slabas mtricas, y estos se organizan en series o tiradas de un nmero indefinido de versos asonantes entre s.Aparecen, sistemticamente, a lo largo del poema frmulas -grupos de palabras que se repiten con ligeras variaciones-. Esto apunta al carcter oral de este gnero, ya que en el origen de la poesa pica, facilitara la improvisacin y la memorizacin de los versos. De entre estas frmulas destacan la omisin de verbos de decir -dijo, pregunt, respondi...- y los eptetos, adjetivos generalmente aplicados a personas o lugares caracterizados positivamente.[editar] El romanceroLa palabra romancero, en el contexto de la literatura medieval, hace referencia al conjunto o corpus de poemas denominados romances que han sido conservados, ya sea por escrito, ya a travs de la tradicin oral. Compuestos annimamente a partir del siglo xiv, fueron recogidos por escrito en el xv y conforman lo que se denomina romancero viejo, en contraposicin al romancero nuevo, con autores ya reconocidos, compuesto a partir del xvi. Los msicos espaoles del Renacimiento utilizaron algunos como texto para sus composiciones.Los romances derivan, con bastante probabilidad, de los cantares de gesta:[10] ante las actitudes y demandas del pblico, los juglares y recitadores debieron comenzar a resaltar determinados episodios de esos cantares que destacaban por su inters y singularidad; al aislarlos del conjunto del cantar, se crearan los romances. Este carcter esencial de los mismos, llevaba a que fuesen cantados al son de instrumentos en bailes grupales o en reuniones de entretenimiento o trabajo comn.Formalmente, se trata de poemas no estrficos de carcter pico-lrico; esto quiere decir que, aparte de ser narrativos como los cantares de gesta, presentan ciertos aspectos que los aproximan a la poesa lrica, como la frecuente aparicin de la subjetividad emocional.Al derivar de la pica, los versos son largos, de entre 14 y 16 slabas, y con rima asonante; estos versos presentan lo que se denomina cesura interna, de forma muy marcada, que tiende a dividirlos en dos partes o hemistiquios con cierta independencia sintctica. En la evolucin del gnero, estos hemistiquios fueron ganando an ms autonoma, por lo que quedaron fijados en las ocho slabas, aproximadamente. De ah que, en ocasiones, y por la influencia de la poesa lrica que utilizaba siempre versos cortos, los romances apareciesen como tiradas de versos octoslabos con rima asonante slo en los versos pares.Su temtica y naturaleza son muy variadas. Un grupo importante -acaso el ms antiguo- pertenece al gnero pico y podra derivar de cantares de gesta fragmentados y hoy perdidos en su casi totalidad. Otra parte considerable la forman romances lricos de personajes o situaciones muy diversas.Existes diversas propuestas de clasificacin temtica; con todo, existen una categoras constantes que seran las siguientes:Romances histricostratan de asuntos y acontecimientos basados en la historia; son caractersticos los referidos a los problemas fronterizos entre los reinos cristianos y los musulmanes, y los centrados en el rey don Pedro I de Castilla. Entraran aqu tambin los llamados de tema francs, los carolingios (que cuentan las hazaas de Carlomagno y otros personajes de su corte) y los bretones (que recogen las leyendas del rey Arturo y los caballeros de la Tabla Redonda);Romances picos y legendariossus temas proceden directamente de leyendas o de cantares de gesta; esto es, se trata de historias ya conocidas reelaboradas poticamente, conservndose como nico recuerdo histrico a ciertos personajes;Romances de aventuras o novelescosson enteramente inventados y presentan rasgos folclricos, aventureros, amorosos, simblicos, lricos. El sentimiento amoroso aparece en sus manifestaciones ms variadas: desde el erotismo hasta la sombra tragedia conyugal.Estilsticamente, se suelen clasificar en:Romances tradicionalesAquellos en los que la accin se presenta de forma ms bien dialogada; precisamente por ello, se conocen tambin con el nombre de romances-escena. La accin se narra casi siempre en tiempo presente, por lo que el pblico no es tanto un oyente como un espectador y testigo de unos hechos;Romances juglarescosAquellos cuya narracin es ms demorada y minuciosa, centrndose en un episodio de forma muy intensa.Otros rasgos literarios son:EstructuralmenteSe caracterizan por su fragmentarismo: no cuentan historias completas, sino que buscan la esencialidad y la intensidad, comenzando ex-abrupto y terminando de forma tambin abrupta, con finales abiertos: la historia que en ellos se cuenta carece de antecedentes y de consecuencias; son relatos autosuficientes en los que solo aparecen los personajes fundamentales;LingsticamenteSon proclives a la naturalidad expresiva, a la espontaneidad, al lxico bsico, a oraciones breves, al uso de pocos nexos y a preferir la yuxtaposicin, a la eliminacin de referencias espacio-temporales, al uso de elementos expresivos intensificadores (interjecciones, exclamaciones, apstrofes, hiprboles...) y a manejar recursos como la personificacin, la anttesis, las reiteraciones, los hiprbatos, las enumeraciones, los diminutivos, etc.;NarrativamentePresentan diversos elementos lricos por el medio del relato. El narrador suele ser neutral y fomenta la intervencin de los personajes, introducidos en estilo directo sin verbum dicendi. El lirismo se manifiesta en la acusada tendencia a presentar una visin misteriosa y enigmtica de la realidad, con capacidad para convertir en simblico un pormenor y convertirlo en eje del romance. La alternancia de tiempos verbales, como ocurra en los cantares de gesta, sirve para captar la atencin del oyente: el presente histrico se usa para acercar y actualizar la narracin, mientras que el indefinido para los momentos culminantes o climticos; el imperfecto, por su parte, se usa para introducir los matices de cortesa o para proyectar las cosas y los hechos a los mbitos de la irrealidad. Aparecen, en fin, frmulas y motivos tambin caractersticos de la pica.El siglo xvii admir estas composiciones y no dud en imitarlas y revitalizarlas. Autores como Lope de Vega, Gngora o Quevedo escribieron romances al modo de los antiguos, formando lo que hoy se conoce como Romancero nuevo.[editar] El mester de clerecaSe denomina mester de clereca a la tcnica literaria (una manera de componer textos literarios) que desarrollaron en el siglo xiii una serie de escritores vinculados a la universidad y a la erudicin (la clereca), y que aplicaron a la creacin de obras narrativas en verso.Al comienzo del siglo xiii las lenguas vernculas de la pennsula, y concretamente el castellano, haban alcanzado un grado de madurez relativamente alto. As, tras una fase dedicada al estudio de su gramtica, sobre la base del latn, los clrigos, conocedores adems del francs, pudieron elevar al castellano al rango de lengua literaria, o sea, de lengua culta, apta para la escritura de todo tipo de obras. Por otro lado, hacia 1200 la mayora de la poblacin ya no entenda el latn. En estas circunstancias, debi de parecer intil seguir usando una lengua solo entendida por una minora en obras que, por el inters de su contenido histrico, didctico, moral o religioso, convena que fuesen conocidas y entendidas por todos.El modelo literario que sirvi de punto de referencia para estos escritores fue el Libro de Alexandre, sobre todo en lo que se refiere al uso de la estrofa que caracteriza sus obras: la cuaderna va. Con todo, el Alexandre es una adaptacin libre al castellano de la Alexandreis (h. 1182), obra en latn del francs Gautier de Chtillon, que serva de lectura escolar en las primeras universidades espaolas; de ah la fuerte impronta de la prosodia latina en el Alexandre y, por ejemplo, la proscripcin de la sinalefa para obligar a una lectura cuidadosa y despaciosa del texto, caracterstica general de las obras del mester.[11]De forma sinttica, los rasgos definitorios de las obras del mester de clereca seran los siguientes: son obras compuestas por escrito para ser ledas, no para ser recitadas (como ocurra con las obras del mester de juglara); su pblico era, normalmente, culto: monjes, escolares, sacerdotes, etc. una versificacin culta y regular, manifestada en la forma estrfica denominada cuaderna va (cuatro versos monorrimos de catorce slabas cada uno).1. uso de una lengua muy influida por el latn, con un estilo muy culto, con abundancia de figuras retricas. una actitud didctica y moralizante en el tratamiento de los temas. los argumentos estn vinculados a cuatro grandes grupos temticos: el de los milagros hechos por la Virgen (Milagros de Nuestra Seora); el de la vida de los santos; el de los relatos ms o menos libres (Libro de Alexandre); y el de los dichos y castigos de sabios. Las obras ms importantes del mester de clereca son Milagros de Nuestra Seora, de Gonzalo de Berceo, y El Libro de buen amor, de Juan Ruiz, arcipreste de Hita. Otras obras tambin relevantes son El Libro de Alexandre y El Libro de Apolonio.[editar] Milagros de Nuestra SeoraSe trata de una obra narrativa en verso compuesta por un prlogo y por 25 relatos independientes que tratan sendos milagros llevados a cabo por la Virgen. No son historias enteramente originales de Berceo, por cuanto lo que hace es seguir lo escrito en un manuscrito latino que l recrea.La intencin de la obra es presentar un conjunto de ejemplos morales, pero que ante todo sea un tratado, literario y doctrinal, sobre la Virgen Mara, en el que sobre todo destaque su carcter de mediadora de todas las gracias.[editar] Libro de buen amorTambin conocido con el ttulo de Libro del arcipreste, es una narracin autobiogrfica en verso, ya del segundo cuarto del siglo xiv. Trata, fundamentalmente, del amor.Con la excusa del relato de sus propias aventuras amorosas, casi siempre frustradas, el narrador pretende, en ltima instancia, advertir y aconsejar al lector u oyente sobre el peligro de los pecados de la carne.Con todo, el libro presenta una estructura muy heterognea: no solo est inspirado en tradiciones cultas (latinas) y populares a la vez, sino que alterna partes narrativas con otros didcticas, proverbiales y lricas, y pasa del tono humorstico al moralizante de forma continua.Su interpretacin es objeto de controversia entre los especialistas.[editar] La prosa narrativa de ficcinLa prosa en castellano se inici con los gneros de carcter didctico o moralizante. La prosa de ficcin en castellano surgi a mediados del siglo xiii, aunque en estos momentos se trataba de obras cuyos modelos remontaban al mundo oriental, aunque no siempre.Se trata de colecciones de cuentos o recopilaciones de exempla como el Calila y Dimna (la primera coleccin verncula, basada en una coleccin hind de fbulas animales) y el Libro de los engaos e los asayamientos de las mugeres, conocido como Sendebar (cuyo ttulo original pudo haber sido Los assayamientos de las mugeres).Luego, tras la poca de Alfonso X, la prosa, beneficindose del prestigio adquirido en las obras sobre todo historiogrficas, empezar a aparecer como herramienta para componer novelas. De esta manera, las obras novelsticas de la Edad Media son transformaciones de la historiografa, como lo demuestra el hecho de que sus primeras muestras sean adaptaciones libres de temas procedentes de la antigedad considerados histricos.La novela medieval es, toda ella, de tema histrico (o pseudo-histrico), pues todas las narraciones son acogidas como relatos de hechos realmente ocurridos.Alvar, Mainer y Navarro (2005, p.206)As, pues, al principio, los personajes son siempre individuos de dignidad regia o similar, abrindose paulatinamente a otros sectores sociales, pero siempre mostrando preferencia por personajes con rasgos atractivos. Consecuentemente, la novela caballeresca se convierte en el gnero narrativo ms abundante de la Edad Media.En el grupo de novelas de contenido ms histrico destaca La gran conquista de Ultramar, sobre las cruzadas del siglo xi (y en la que aparece la famosa historia del caballero del cisne).El siglo xiv se abre con el Libro del cavallero ifar, primer libro de caballeras hispnico. Su elaboracin se inicia en tiempos de Sancho IV y su estructura se enriquece a lo largo del siglo xiv. Comienza como una adaptacin de la vida de san Eustaquio, sobre la que se ensamblan diversos elementos. La redaccin que nos ha llegado se compone de dos prlogos y cuatro partes. Las dos primeras partes El caballero de Dios y El rey de Mentn- siguen una historia de separacin y encuentro de los miembros de una familia. En ellas se entretejen colecciones de ejemplos y sentencias. La tercera parte, titulada Castigos del rey de Mentn, recoge los consejos que Zifar ya rey de Mentn- da a sus hijos Garfin y Robon. La cuarta narra la historia de Robon desde que abandona el reino de Mentn hasta que consigue ser coronado emperador.El aumento de la presencia de los episodios amorosos en las novelas de caballeras dio como resultado la aparicin, entre mediados del siglo xv y 1548, del gnero de la ficcin sentimental. Aun teniendo como fondo relatos propiamente caballerescos, el ambiente ahora es el mismo que se refleja en la poesa cancioneril: la vida cortesana. Las tramas suelen ser dobles, y se centran en la separacin de los amantes; abundan en esta novelas los recursos tendentes a conferir verosimilitud a lo narrado, especialmente el autobiografismo y el uso del discurso directo de los personajes (cartas, intervenciones...). Todos estos rasgos se encuentran fijados en la novela de Juan Rodrguez del Padrn, Siervo libre de amor, y en la obra maestra del gnero, Crcel de amor (h. 1488), de Diego de San Pedro.El gallego Juan Rodrguez del Padrn nace a finales del siglo xiv y viaja por Europa, antes de tomar el hbito franciscano en 1441 en Jerusaln. La primera de sus obras es la ms importante, por inaugurar el nuevo gnero de la ficcin sentimental, que culminar con el fin de siglo: se trata del Siervo libre de amor (1439). Con estilo latinizante narra, en su primera parte, cmo la amada desprecia al amante por confiar a un falso amigo su pasin. El Entendimiento, personaje alegrico, disuade en la segunda parte al protagonista de la idea del suicidio e introduce la Estoria de dos amadores -amor trgico de Ardanlier y Liesa, que termina con la muerte de ambos-. Se establece una tercera parte en que el autor, solo y desesperado de amor, encuentra una extraa nave que lo aguarda.La ficcin sentimental alcanza su mayor xito con Diego de San Pedro y su Crcel de amor. El argumento es el siguiente: Leriano consigue del Autor que la princesa Laureola corresponda a su amor, respondiendo una carta suya. Denunciada a su padre, el rey, Laureola es condenada a muerte y salvada por Leriano, que, al ver su amor rechazado, se quita la vida bebiendo las cartas de Laureola disueltas en veneno.Al canciller de Castilla, Pero Lpez de Ayala (1332-1407), debemos la Crnica del rey don Pedro, a la que siguieron las de Enrique II, Juan I y Enrique III. Son unas narraciones que presentan personajes y situaciones vividas por l, con puntos de vista y justificaciones de su actitud no siempre clara.Por ltimo, a finales del siglo xv aparece la novela dialogada La Celestina, obra de transicin hacia el Renacimiento.[editar] Don Juan ManuelEl infante don Juan Manuel (1282-1348), sobrino de Alfonso X, es el prosista de ms personalidad del siglo xiv.Su primer libro debi escribirlo entre 1320 y 1324: es la Crnica abreviada, resumen de una de las derivadas de las de Alfonso X. El Libro de los estados, escrito entre 1327 y 1332, es un desahogo de sus preocupaciones y amarguras. En l expone la realidad poltica y social de su tiempo.Su obra ms conocida es el Libro de los enxiemplos del Conde Lucanor e de Patronio, compuesto en 1335. Consta de dos prlogos y cinco partes, la primera de las cuales es la ms clebre por sus cincuenta y un ejemplos o cuentos, tomados de fuentes diversas: rabes, latinas o de crnicas castellanas.Todas las narraciones de esta primera parte tienen la misma estructura: Introduccin: El Conde Lucanor tiene un problema y le pide consejo a Patronio. Ncleo: Patronio cuenta un cuento que se asemeja al problema planteado. Aplicacin: Patronio aconseja la manera adecuada de solucionar el problema, en relacin con el cuento narrado. Moraleja: Se termina con dos versos en los que el autor resume la enseanza de la narracin.[editar] La CelestinaLa Celestina es el ttulo por el que se conoce la Comedia o Tragicomedia de Calisto y Melibea, la cual fue publicada en dos versiones diferentes: una en 1499, que constaba de 16 actos; y otra, en 1508, que tiene 21. Pertenece al gnero de la comedia humanstica, gnero inspirado en la comedia latina, que estaba destinado a ser ledo y no representado.El autor es Fernando de Rojas, nacido en La Puebla de Montalbn (Toledo), hacia 1475, de familia conversa (judos convertidos al cristianismo), que estudi leyes en Salamanca y fue alcalde de Talavera de la Reina. Muri en 1541.La obra cuenta cmo Calisto, joven noble, entra en un jardn para recobrar su halcn perdido, y all conoce a Melibea, de la que se enamora y que le rechaza inicialmente. Calisto, por consejo de su criado Sempronio, contrata los servicios de Celestina para alcanzar los favores de la muchacha. Aqulla consigue con sus trucos concertar una cita entre Calisto y Melibea y, como premio, recibe del enamorado una cadena de oro. Sempronio y Prmeno, criados de Calisto y socios de Celestina en el negocio, reclaman su parte. La anciana se niega al reparto y ambos la asesinan, crimen por el que son ajusticiados. Sus compaeras, Elicia y Aresa, deciden vengarse por lo sucedido en las personas de los amantes contratando a Centurio. Una noche, estando Calisto con Melibea, al or los ruidos provocados por Centurio y sus acompaantes, el amante resbala de una escala y muere. Melibea, desesperada, se arroja al vaco desde una torre de la casa de su padre, Pleberio, quien cierra la obra con un lamento por su hija muerta.El rasgo ms llamativo de la obra es su realismo, al retratar el ambiente burgus y la crisis de los ideales heroicos y religiosos frente a la importancia que adquiere el dinero.Como declara Fernando de Rojas en los dos prlogos de la obra, el tema de la misma es advertir contra la corrupcin que ocasionan los malos y lisonjeros sirvientes y contra los males que provoca el amor profano; por otra parte, en un plano superior, el tema es la concepcin de la vida como una lucha a la manera de Herclito: "Todas las cosas son criadas a manera de contienda o batalla". De ah que se enfrenten siempre los estamentos sociales de los seores y los siervos, los sexos y aun el mismo lenguaje, que por un lado abunda en rasgos populares (exclamaciones, palabras patrimoniales, refranes, frases cortas, diminutivos, sintaxis suelta) y por otro en rasgos cultos y cortesanos (expresiones engoladas y latinizantes, cultismos, sentencias y apotegmas de autor conocido, periodos largos, hiprbaton).Los personajes celestinescos tambin muestran una perfecta caracterizacin y el autor los suele agrupar en parejas para construir mejor por contraste su psicologa: los criados Prmeno (joven y an idealista) y Sempronio (ms viejo y cnico); Tristn y Sosia, los criados que les sustituyen; las prostitutas Elicia y Areusa, una ms idependiente que la otra; los privilegiados Calisto y Melibea, Pleberio y Alisa... Solamente dos personajes aparecen ms o menos aislados: Celestina, que representa la subversin del placer sexual, y la criada de Melibea, Lucrecia, que encarna la represin y el resentimiento.Melibea es una mujer enrgica y que toma sus propias decisiones. Es arrogante, apasionada, hbil para improvisar y con un carcter fuerte.Calisto se muestra dbil de carcter, que olvida sus obligaciones y slo piensa en s mismo y en el inters sexual por Melibea.Celestina se presenta como una persona vital, movida fundamentalmente por la codicia.Los criados no guardan fidelidad a su amo y buscan su propio beneficio tambin. Esta actitud la muestra Sempronio desde el principio y Prmeno una vez que sus advertencias sobre Celestina son despreciadas por Calisto y Celestina lo corrompe con ayuda de una pupila suya.El lenguaje se muestra tambin con total realismo. As, se utiliza el lenguaje culto (lleno de figuras retricas, especialmene anttesis y geminaciones, hiprbaton, homoteleuton, cultismos, etc.) y el lenguaje vulgar (repleto de obscenidades, palabras malsonantes, amenazas, refranes, etc.). Cada personaje utiliza el nivel del lenguaje que le es propio. Celestina utilizar el que ms le interese en funcin del personaje con el que hable. El teatro medieval

El teatro medieval castellano cuenta con testimonios confusos, escasos e irregulares, hasta el punto de haberse puesto en duda su existencia hasta finales del siglo xv.1. De la segunda mitad del siglo xii consideramos el primer ejemplo de teatro castellano. Es el Auto de los Reyes Magos, procedente de la Catedral de Toledo. La lengua del fragmento desconcierta y apunta a una posible fuente francesa.2. Es probable que en la Pennsula se hayan perdido ms textos de representaciones teatrales que de otros gneros literarios. Algunas leyes de Alfonso X o normas de snodos eclesisticos apuntan a manifestaciones dramticas imprecisas, realizadas por juglares de diversa formacin.3. Hasta finales del siglo xv, no publicar sus representaciones quien se considera padre del teatro castellano: Juan del Encina (1469-1529). La estructura de sus obras se ir complicando a medida que va adquiriendo una mayor maestra en el gnero. Fundamental por lo que respecta al aprendizaje de nuevas tcnicas- es su viaje a Roma en 1499. Su ltima obra es la ms ambiciosa fue la gloga de Plcida y Vitoriano.Compaero, rival y admirador suyo sera el tambin salmantino Lucas Fernndez (1474-1542), cuya obra resulta difcil de fechar, aunque se supone realizada hacia 1500. La edicin de sus Farsas y glogas aparece en 1514 en Salamanca. Este autor parte de presupuestos prximos a los de Juan del Encina, pero prolonga la extensin y el nmero de personajes.Posiblemente se hayan perdido muchos de los autos que se debieron representar a lo largo del siglo xv. Un cdice de la segunda mitad del siglo xvi, llamado Cdice de Autos Viejos conserva numerosas obras, representadas en muy diversos lugares de la Pennsula, que podran ser reelaboraciones de estos textos medievales