el otro cristo español reporte de lectura

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EL OTRO CRISTO ESPAÑOL Reporte de Lectura a solicitud del Presbítero Jorge Gabriel Cantú Villanueva. Realizado para cumplir en parte con los requisitos del Ministerio de Educación del Presbiterio Berea. C.S.M. José Luis Orellana Durán PRIMERA PARTE 1.- EL ALMA IBÉRICA En el primer capítulo Mackay da su descripción del alma ibérica. Lo describe como un alma individualista, forjada por la cultura africana, lejos de la europea norteña. Este estilo de ser y de ver la vida se imprimió en las tierras conquistadas. Esa individualidad es única, llana y primitiva. El individualismo ibérico es humanista, parte del ser hombre de carne y no de ideales abstractos y difíciles de concebir. Su aspiración pasa por vivir intensamente su existencia en la carne más que en el espíritu. En el alma ibérica no hay sitio para la altivez de la raza, pues ella misma no aspira a ello. Ve a todos como igual. Aunque no exista en ella una actitud nada servil ni rastrero. Se convierten en padres de hombres orgullosos y sanguíneos, no de ideas. Su supremo ideal era el soldado. Un ideal militar que expresa un individualismo primitivo y enérgico, terrible y fatalmente orgulloso, siempre queriendo demostrar su distinción y privilegio. No hay medios tonos, o se es blanco o negro. Este individualismo lleva al impulso de adquisición y la falta de instinto social. La codicia es manifiesta. Lo es como instrumento para obtener la libertad, que consiste en no trabajar, en no darle cuentas a nadie. Existe una falta de colectividad, una repugnancia innata a mantenerse

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EL OTRO CRISTO ESPAÑOL

Reporte de Lectura a solicitud del Presbítero Jorge Gabriel Cantú Villanueva. Realizado para cumplir en parte con los requisitos del Ministerio de Educación del

Presbiterio Berea.C.S.M. José Luis Orellana Durán

PRIMERA PARTE

1.- EL ALMA IBÉRICA

En el primer capítulo Mackay da su descripción del alma ibérica. Lo describe como un alma individualista, forjada por la cultura africana, lejos de la europea norteña. Este estilo de ser y de ver la vida se imprimió en las tierras conquistadas.

Esa individualidad es única, llana y primitiva. El individualismo ibérico es humanista, parte del ser hombre de carne y no de ideales abstractos y difíciles de concebir. Su aspiración pasa por vivir intensamente su existencia en la carne más que en el espíritu.

En el alma ibérica no hay sitio para la altivez de la raza, pues ella misma no aspira a ello. Ve a todos como igual. Aunque no exista en ella una actitud nada servil ni rastrero. Se convierten en padres de hombres orgullosos y sanguíneos, no de ideas. Su supremo ideal era el soldado. Un ideal militar que expresa un individualismo primitivo y enérgico, terrible y fatalmente orgulloso, siempre queriendo demostrar su distinción y privilegio. No hay medios tonos, o se es blanco o negro.

Este individualismo lleva al impulso de adquisición y la falta de instinto social. La codicia es manifiesta. Lo es como instrumento para obtener la libertad, que consiste en no trabajar, en no darle cuentas a nadie. Existe una falta de colectividad, una repugnancia innata a mantenerse juntos por obligación, se quiere hacer lo que se quiera en el momento que se apetezca.

La individualidad también lleva a absorber toda institución. Así, la Iglesia o el Estado pierde toda su estructura y pasa a ser absorbida por el alma ibérica, el español es la Iglesia y el Estado, se posee a Dios, en vez de que Dios lo posea a uno.

Esta individualidad la hereda el criollo, y se convierte en un ser egoísta y ególatra. En Sudamérica se ha manifestado en un irrefrenable deseo de obtener poder sobre los demás, existiendo una tendencia a no reconocer jamás un error.

Otra característica del alma Ibérica es el predominio de la pasión por encima de la razón. Las conquistas y los desastres nunca fueron consecuencia de una voluntad razonada, sino del impulso. Los actos son ciegos y temerarios. La Virgen es el símbolo

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innato del sentido español de la juventud y la pureza, es un ideal apasionado de España. No existe una concepción esencialmente ética del pecado, el español tema la muerte, no el pecado. Es una creencia inherente lo que abrió el camino a la creación, de una figura femenina, sin pecado, a la cual acudió más tarde la conciencia religiosa española en busca de seguridad personal en esta vida y en la otra.

A causa de este predominio de la pasión, los españoles se han comportado indiferentes hacia muchas de las comodidades y amenidades de la llamada civilización. Solo le basta satisfacer los placeres inmediatos, vivir impulsivamente el presente.

Su sentido de la Justicia es abstracto, pues le da todo poder a lo que cree simpático y famoso. Esto acarrea grandes problemas debido a que desemboca siempre en darle el poder absoluto y la confianza ciega a lo que le cae bien. La ley está para cumplirla, pero también se puede saltar cuando se tiene contactos o amistad. La amistad está por encima de lo moral.

Por último, el alma ibérica siempre ha tenido tendencia hacia la polarización, a lo universal. Esto también se ha contagiado al continente sudamericano. El odio a la raza, no existe. El tipo de catolicidad representado por España, fracasó, porque fue un intento de imponerle a la realidad una estrecha unidad abstracta de formas y dogmas, en que no se daba lugar alguno a las diferencias. España siempre ha mantenido y defendido su espíritu ecuménico.

Una manifestación de toda esa alma, es la orden de los jesuitas, que es la creación más terriblemente genuina del espíritu ibérico, la expresión, en verdad, de la voluntad férrea de España, la encarnación de su ideal de unidad abstracta.

En resumen, el alma ibérica se sostiene por una sed delirante de poder y una lealtad ciega y siempre, cosa que se ha contagiado en el nuevo mundo.

2.- LA EPOPEYA RELIGIOSA DE LA CONQUISTA IBÉRICA

La Cruz había vencido a la invasión Mora en España. Los españoles se creyeron iluminados y escogidos por Dios. Como prueba de su fe en Dios, los españoles expulsaron a los herejes (judíos y moros) del territorio conquistado. España debía permanecer unida.

Los Reyes Católicos se sintieron hombres de destino y contagiaron a los grandes almirantes. España fue dotada de un sentido de misión. Es la época en que la espada y la cruz se hacen socia. Su tesis es fácil: Dios pide que todo el mundo crea en él y que el que no crea perezca. Ha escogido a España para esa misión, él estará con nosotros y seremos invencibles. Esa fue la originalidad del cristianismo español.

Esta forma de pensar comienza con la invasión árabe, una vida de guerra permanente. España se emborrachó re religiosidad. El Estado era solo un medio para más alto fin, se le dio un contenido dogmático preciso. La Iglesia romana se nacionalizó española y se fundió con el Estado en tal forma que desapareció la distinción jurídica

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entre Iglesia y Estado. Su consecuencia fue que no se podía tolerar ninguna minoría ni herejes dentro del territorio.

Esta fundición llevó al deseo y a la creencia que eran responsables de cristianizar el mundo. El papa les dio poder espiritual absoluto sobre los habitantes del nuevo mundo. Así comienza una gran cruzada.

Los principios que guiaban a los hombres cruzados eran: matar y robar infieles, las clases más nobles son el guerrero y el sacerdote, la tierra le pertenece a la Corona, a la nobleza y a la Iglesia que conquistan.

Todos los guerreros llevaban una supuesta comisión de convertir al infiel, pero debajo de esta estaban sus deseos de hacer lo que se quisiera, un deseo insaciable por el botín, con el pretexto en la mente de la cruz. La cruz era el pretexto y se creían estaban entregados a la causa de la cruzada bajo la protección de ella. Su misión era obligar a los paganos a someterse al símbolo sagrado. Por tanto, estaban convencidos en lo más íntimo de su corazón, de que nada de lo que hicieran podría ser malo.

Se tomaron muy enserio su apostolado, aunque su religión personal era más cuestión de simple palabras y formas. Además, había mucho de místico, rituales y liturgia en sus conductas. Existía una pasión por los ritos externos del catolicismo. Su evangelio era un evangelio belicoso.

Su forma de actuar era la siguiente: Llegaban ante el gobernante pagano y le anunciaban un sumario de la fe cristiana y le exigían sumisión al emperador y a la fe católica. Si rehusaba, como por anticipado se tenía la seguridad de que lo haría, quedaba justificado el uso de la fuerza. Entonces, los sacerdotes mandaban a combatir al pagano y asesinarlo, luego él los absolvería.

Ahora, los frailes misioneros hicieron un trabajo excelente. Se adentraron donde nadie se adentró y conquistaron con su cristiano espíritu a los indios. Representaron la cultura y la humanidad. Pero sus labores religiosas fueron deficientes, por el concepto que el indio tenía de la espiritualidad y lo real. Eran pueblos incapaces de distinguir lo espiritual de lo temporal, la dominación política implicaba dominación eclesiástica. Los indios fueron bautizados en masa. Sus rituales, dioses y ceremonias fueron sustituidas por la de la Iglesia Católica, solo era trasformado. Y se dedicaron simplemente a enseñar las fórmulas religiosas y los mecanismos católicos. Así, la nueva religión era casi imperceptible.

La misma pasividad con que los indios se prestaban a la catequización, sin entender el catecismo, debilitó espiritualmente el catolicismo, por ejemplo, en el Perú.

Finalmente, los cruzados laicos terminaron peleando entre sí, creando una atmósfera de intransigente rivalidad política que hasta el presente no ha podido dulcificarse. La hostilidad y odio entre grupos como los de Pizarro y Almagro eran tan enconados como los que existieron entre cristianos y musulmanes. Mientras tanto, los cofres reales se llenaban y eso conquistituyó la ruina de un soñado imperio, dejando El Escorial, como pirámide de una ilusión finalmente terminada en un gran sepulcro.

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3.- TEOCRACIA COLONIAL

El Papa había hecho de los monarcas españoles una especie de César Cristiano, otorgándole toda autoridad sobre las nuevas tierras y su gente, con el fin prometido de cristianizarlos.

Por su parte, los monarcas les dieron todo poder a los colonos para que pudieran convertir a los indios, el premio sería el derecho de emplear los servicios de los indios y exigirles tributo. Esto convirtió la tarea religiosa en una tarea económica, y la raza indígena fue sometida y esclavizada, cosa que hasta el día de hoy podemos ver.

Esta esclavitud hostil y cruel se convirtió en debate entre los teólogos de la época. Unos querían protegerlos, otros, no veían en el indio un ser humano. La Corona y el Consejo de Indias intervinieron, pidiendo a los gobernadores y encomenderos la mayor consideración en su modo de tratarlos. Pero la humanidad era incompatible con la verdadera misión no religiosa de los colonos, el fin propuesto, y la enfermiza creencia de que todo funcionario era una especie de elegido.

De todo este caos se levanta una figura “anticonquistador”, Fray Bartolomé de las Casas, que se proclamó amigo y protector de los indios. Su celo era el bienestar de lar aza autóctona y sus candentes denuncias, lo hicieron “Protector General de las Indias”. Pero tuvo un error, la introducción de los negros a los dominios españoles. Raza que rápidamente fue esclavizada. Más tarde reconoció su error.

El proceso de de evangelización se llevó a cabo a un terrible costo ético. Los métodos empleados segrego su religión de la moralidad al par que lo redujo a Él a un simple fetiche, a uno de tantos. Los resultados evangelísticos fueron nulos. No cambiaban los corazones ni las inteligencias recibían luz, y el culto se ofrecía simplemente a ídolos rebautizados, como lo fue para Roma los ídolos Griegos, entre otros.

Estos colonos no vinieron acompañados de sus mujeres ni de sus hijos. No hubo vida de hogar. Esto constituyó otra de las causas de que la Corona y la Iglesia no hubiesen podido crear una verdadera sociedad cristiana en los días de la Colonia.

Esta falta de ética carcomió las entrañas de la vida colonial. En su celo de mantener la unidad y pureza de la vida y la religión, los teócratas coloniales establecieron una estricta censura, no se admitió a sacerdotes extranjeros en Sudamérica. Se prohibió igualmente la inmigración de herejes y se estableció la Inquisición en 1569.

A pesar de todo esto, la pompa externa de la religión crecía: millares de iglesias, monasterios, santuarios palaciegos, festivales religiosos, etc., en medio de la miseria y que sólo tendían a recrudecer en el pueblo sus supersticiones primitivas. La religión se degradó hasta ser tan sólo un medio mágico de obtener lo que por medios ordinarios no podía lograrse.

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En medio de esta hecatombe, nace el Imperio Jesuita, símbolo y microcosmos del curso entero de la historia religiosa de Sudamérica durante la época colonial. Los jesuitas tuvieron grandes esfuerzos misioneros. Ejercieron influencia social, elaboraron por la protección de los indios, defendiéndolos de los bandeirantes. Influyeron también en las clases bajas y altas de la sociedad, por medio del confesionario. Fundaron escuelas y universidades. Así también, crearon una gran empresa, obteniendo numerosos beneficios. El extraordinario buen éxito del reino jesuita del Paraguay, por ejemplo, como empresa comercial tenía por base dos factores: el débil sentido moral de los jesuitas con respecto a los derechos de los seres humanos y su supremo sentido psicológico del poder del ritual suntuoso sobre la mente primitiva. A pesar de todo, fueron expulsados de los dominios españoles por intereses políticos.

Con su expulsión termina lo épico, en sentido religioso, de la ocupación ibérica del continente americano. Menos de cincuenta años después toda América del Sur se había liberado del yugo de España y Portugal. Con la Guerra de Independencia se abre una nueva página en la historia religiosa del continente. Continuaron las influencias tradicionales, pero se modificaron grandemente las condiciones bajo las cuales se ejercían, en tanto que penetraban, a la vez, por puertas que iban abriendo una por una, nuevas fuerzas espirituales.

4.- DESAPARECE EL REY Y LLEGA EL PAPA

Las colonias se independizaron de España y Portugal y se hicieron repúblicas. Pero esta independencia rápida, les trajo un período de dictaduras horribles, fruto de la incapacidad para la democracia. Esto significo para España la pérdida de ricas colonias, y la disolución de la teocracia española en el Nuevo Mundo.

La Revolución Sudamericana fue obra combinada de clérigos y legos. Esto conllevó a numerosas revoluciones y muertes. Cristo era el Señor de la muerte. Los hombres sanguíneos, arrebatados por una pasión por la vida y la libertad, hallaban su inspiración religiosa en la figura de la Virgen que no murió más. El carácter reaccionario y oscurantista del clero norteño produjo un tipo muy radical de caudillo militar.

El Cristianismo del Nuevo Mundo se manifestó con una actitud independiente del pontificado, una actitud nacionalista. Esto se desarrolló en un cristianismo ecuménico.

El Vaticano se dio cuenta de que estaba perdiendo el poder en los dominios antes españoles y portugueses. Durante años el papa no reconoció a los nuevos gobiernos, con la esperanza de que volviese su hegemonía aquellas tierras. Los nuevos gobiernos se dieron cuenta, por su parte, de que era de prima importancia política para ellos el frustrar las maquinaciones de España cerca de la Corte Papal, y conseguirse la adhesión del Papa. Pero el Papa seguía sin reconocer los gobiernos. Poco tiempo después, se empezó el rumor de que la propaganda protestante estaba invadiendo los antiguos territorios españoles. En 1831 Gregorio XVI, prometió establecer relaciones con los gobiernos revolucionarios que dieran buena garantía de

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estabilidad. Esta forma de presencia romana en el Nuevo Mundo tuvo su precio. Los gobiernos exigieron su patronato, y el Vaticano cedió, a cambio de la protección rigurosísima de los intereses religiosos católicos romanos, con exclusión de todos los demás credos. En 1836 quedó restaurada la orden jesuita.

Poco a poco, el Papa fue ganando terreno, y la Iglesia romana volvió a establecerse como única y sublime.

5.- LA REACCIÓN NEOCATOLICA

Ahora le tocaba al Papa descubrir realmente Sudamérica. La preocupación del Papa respecto a la descristianización del catolicismo, lo llevó a fundar numerosas instituciones educativas bajo las órdenes religiosas. Así, se empezó a desarrollar una agresiva política religiosa y un intento serio de adaptarse a las nuevas condiciones sociales. La actividad romana se vio reflejada bajo ciertos movimientos, como lo fueron las juventudes católicas, el movimiento del Cardenal Ferrari y un nuevo método de aproximación religiosa. Todo esto pretendía acercarse a las masas, a todas las escalas sociales e influir en sus vidas y pensamientos.

SEGUNDA PARTE “UNA FILOSOFÍA DEL CRISTIANISMO ESPAÑOL”

6.- SUDAMERICANIZACION DE UN CRISTO ESPAÑOL

Ahora toca hablar de la interpretación del catolicismo español como sistema religioso, con especial referencia a su naturalización en el continente sudamericano.

El Cristo que trajeron al Nuevo Mundo poco tenía que ver con el que nació en Belén. Era un Cristo que se presentaba como Víctima trágica. Un Cristo débil, herido, angustiado. Un Cristo que espera a la muerte. En la religión española, Cristo ha sido el centro de un culto de la muerte. Se le considera un ser puramente sobrenatural. La contemplación de su pasión produce una especie de catarsis, el espectador de España ve y siente su muerte. La sensación total intensifica su conciencia de la realidad y de lo terrible de la muerte; lo cual aumenta su pasión por la vida y, en la esfera religiosa, lo hace abrazarse desesperada y trágicamente de la muerte. Víctima que murió para darle inmortalidad.

Esa misma pasión hace del español un kantiano en su apologética de la existencia de Dios: Debe haber un Dios que garantice que la buena voluntad alcanzará la felicidad.

Esto produjo un tipo de fe completamente privada de contenido intelectual y ético. La fe era la creencia ciega en la autoridad e infalibilidad de la Iglesia que enseñaba: “Creo porque lo dice la Iglesia”. El pecado más grave es no obedecer a la Iglesia. Así, el ritual asume una exagerada importancia, convirtiéndose en una suerte de magua. El sacramento aumenta la vida sin transformarla. Lo ético se halla ausente y

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la magia ritualista usurpa su lugar. El catolicismo español pasó directamente de la estética a la religión, salvando de un salto la ética. La falta de una ética es lo que constituye el problema de la religión española, igual que de la religión trasplantada al Nuevo Mundo.

Esa religión se ha propagado mejor provocando el miedo. Y para eso estaba la Inquisición.

A ese Cristo se le conoció en vida como un niño y en la muerte como un cadáver, cuya infancia desvalida y trágico hado preside la Virgen Madre; un Cristo que se hizo hombre en interés de la escatología y cuya realidad permanente reside en una oblea mágica que dispensa inmortalidad; una Virgen Madre que, por no haber gustado la muerte, se convirtió en la Reina de la Vida. El, como Señor de la Muerte y de la vida por venir; ella, como la Señora Soberana de la vida presente.

Aquellos que traían el evangelio a tierras nuevas estaban lejos de haber vivido a Cristo, lo negaban con su manera de vivir. La gente distinguía entre el sacerdote como hombre y como funcionario religioso. El método pedagógico es catequético y sensual, con fórmulas cristalizadas, con una forma seductora en sus ceremonias. El mecanismo de la memoria era su base. Se esforzaron por dominar y moldear la mente de los niños y de las gentes primitivas mediante la sensualidad del arte y el aliciente de las recompensas, al paso que, valiéndose de métodos políticos, procuraban convertir las sociedades enteras en vasallas de su voluntad.

A diferencia, los “Cristóforos” que emprendieron su tarea en Norteamérica, tenían un sentido evangélico en su misión, y al par que se mantenían al margen de la política, se interesaban profundamente en todos los problemas de los colonos. La propagación del evangelio en Norteamérica se caracterizó por su carácter acentuadamente ético y práctico, al paso que la propaganda católica romana en Sudamérica se ha caracterizado, hasta los albores del presente siglo, por su preponderante hincapié en el dogma y el ritual.

En Resumen, el Cristo que se naturalizó en Sudamérica es el que nació en Tánger. El Cristo Criollo tiene falta de humanidad. En la vida terrenal aparece en dos papeles dramáticos: el de un niño en los brazos de su madre y el de una víctima dolorida y sangrante. Es el cuadro de un Cristo que nació y murió, pero que no vivió jamás.

Sin embargo, esta humanidad de Jesús ha suscitado muy poco interés en los creyentes sudamericanos. Porque no han conocido otro Cristo, excepto el que se presta para que ellos lo compadezcan y apadrinen. A Cristo se le apadrina y tutorea en los elaborados festivales de la Navidad, y nuevamente en las sombrías festividades que marcan el curso de la Semana Santa, y en esa actitud de patrocinio compasivo se desbordan y luego se agotan, acumulando sentimientos de piedad paternal y maternal o de una emoción trágica y llena de compasión.

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Para los creyentes sudamericanos, Jesús ha tenido un valor religioso. Su contemplación ha sido una válvula de escape, pero no le han concedido ninguna significación ética. El interés que tienen en Cristo es en su muerte e inmortalidad, pero han pasado su persona, su enseñanza. No se ha asociado a Cristo con la vida y los problemas, la gente en general no ha venido a hallarse cara a cara con aquel tremendo Conductor de Hombres. Jamás se ha hecho su enseñanza como una regla de vida, ni de su conducta una inspiración para vivir.

El Cristo resucitado ni se concibe ni se experimenta en su señorío soberano sobre los detalles de la existencia. Cristo ha perdido prestigio como alguien capaz de ayudar en los asuntos de la vida. Vive en exclusión virtual, en tanto que la gente va a pedir por sus necesidades a la Virgen y a los Santos, que se les considera más humanos y accesibles.

Así, se presente a Cristo como un fetiche, como un amuleto.

El concepto de paz, que da origen a toda religión y filosofía, ha quedado tergiversada en el concepto latinoamericano. Los católicos en estos países pasan la vida ofreciendo adoración fetichista a sus santos de quienes solicitan el don de una buena cosecha y un premio de lotería. El verdadero sentimiento religioso, que exige recogimiento, introspección, absorción de la mente en la altura, y el misticismo que impone la necesidad íntima de comunicarse con un poder suprasensible y que es fuente de toda energía, perseverancia y abnegación, como es imposible tenerlos en la dispersión intelectual y sentimental en que nos agitamos, sólo se encuentran ya en pocos creyentes. La paz más elevada que el catolicismo español o hispanoamericano ha podido concebir, es la del monasterio o de un completo alejamiento del mundo real y de sus problemas. Lo que falta es “la interiorización mental del cristianismo, como una necesidad de la conciencia”. Vivir la paz de Dios en medio del mundo y de la ciudad, sin tener que recurrir al aislamiento.

A Sudamérica llegó un Cristo que ha puesto a los hombres de acuerdo con la vida, que les ha dicho que la acepten tal como es, y las cosas tal como son, y la verdad tal cual parece ser. ¿El otro? El que hace que los hombres no estén satisfechos con la vida tal cual ésta es, y con las cosas tal como son, y que les dice que, por medio de Él, la vida será transformada, y el mundo será vencido, y sus seguidores serán puestos de acuerdo con la realidad, con Dios y con la Verdad, ni siquiera recibió la oportunidad de hablar.

7.- EL OTRO CRISTO ESPAÑOL EN EL SIGLO DE ORO DE ESPAÑA

El Cristo que se naturalizó en Sudamérica no es, por fortuna, el único Cristo en la historia espiritual del pueblo ibérico. Hay una tradición religiosa española que tras una larga historia subterránea empieza de nuevo a aflorar en la superficie.

Un Cristo distinto del de la fe popular y la propaganda oficial. Esta nueva forma de pensar empezó a desarrollarse en el siglo trece. Se destaca en el pensamiento y obra de los grandes hombres que en ese mismo siglo se pusieron del lado de la

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Reforma Protestante. Lo volvemos a hallar en muchos grandes rebeldes religiosos de los siglos subsecuentes. En la España moderna este Cristo ha hallado santuario nacida en las instituciones republicanas en 1931. Es una manera de ver a Cristo como aquel que te cautiva el corazón, el amor de Cristo es el móvil que impulsará la vida. He aquí una religión que es calidad de vida y no la simple prolongación de la existencia. Es la apasionada respuesta del amor y no una sórdida ambición de cosas. Esto representaba un movimiento espontáneo de reforma dentro de la Iglesia Católica. Fundando nuevas casa religiosas con votos más rigurosos o reformando las antiguas.

8.- EL OTRO CRISTO ESPAÑOL EN LA ESPAÑA MODERNA

Este brote reformatorio fue condenado por la iglesia oficial de España. Era una reforma más de orden erasmiano que luterano. Lo que la mayoría de los directores religiosos de España anhelaban no era una reforma de las doctrinas sino de la vida. Su ideal era más ético que dogmático.

La pasión de España por la unidad a toda costa, y a su arrogante pretensión de ser la ungida del Señor para establecer la unidad de la Santa Fe Católica en toda la tierra, la echó irrevocablemente en brazos del oren jesuita que simbolizaba la soberanía única del Papa y luchaba empeñosamente por ella. El resultado fue una apoteosis de la “Fe del Carbonero” y la realización del ideal religioso de Loyola: reinar sobre un cementerio. La investigación y la inquietud religiosas fueron sofocadas.

Entre tanto, el Cristo Redentor, quedó reducido a un fetiche material. La vida espiritual y el interés teológico declinaron constantemente. Pero aunque el culto de ese Cristo Tangerino, y la sumisión al ideal del cementerio en la vida religiosa, han sofocado la religión vital en España, igual que en Sudamérica, el Otro Cristo no ha abandonado por completo aquel país. Se le encuentra entre los grupos que disienten de la fe oficial y que han buscado en una u otra de las iglesias protestantes de la Península la satisfacción espiritual que anhelan. Ese grupo creciente se encuentra entre los cristianos ecuménicos, que es un fenómeno que ha empezado a aparecer en las veinte repúblicas del Nuevo Mundo. Basado en un nuevo espíritu en la vida y educación españolas, en el sagrado compañerismo y en la persecución de la verdad. Este espíritu se ha ido desarrollando en la Institución Libre de Enseñanza, que ha ejercido influencia educativa y espiritual en la vida de la España moderna. Por otra parte, se ha hecho hincapié en el ideal de la santidad, de la moralidad, en la pasión y la acción y en el menosprecio supremo de la sociología.

Una cruz, tal es el verdadero símbolo de la vida y fe del pensamiento de Unamuno, uno de los grandes líderes de esta nueva reforma. Rehabilitad la Cruz al lugar que le pertenece, al centro de toda vida y pensamiento, y a descubrir de nuevo el significado de la agonía creadora. Es una invitación al cristianismo español a estudiar de nuevo el significado de la Cruz y del Crucificado, que han desempeñado papel tan central en la épica católica en España y Sudamérica.

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TERCERA PARTE: NUEVAS CORRIENTES ESPIRITUALES EN SUDAMÉRICA

9.- EN BUSCA DE UN NUEVO CAMINO

En Sudamérica también se ha producido fuera del palio de la Iglesia Católica Romana, nuevos movimientos espirituales, que han ejercido influencia sobre la vida y el pensamiento del continente durante la era republicana.

Con la expiración del período colonial y el establecimiento de gobiernos independientes, aparecen nuevas corrientes intelectuales, muy influenciadas por Francia y el espíritu de la revolución francesa.

Nuevas ideas empezaron a aparecer, tal como la sociedad de la Igualdad, o querer darle más poder al pueblo, contra la corrupción administrativa. También, otros movimientos, no solo quisieron ser anticlericales, sino antirreligiosos. Querían expulsar a Dios de la vida cotidiana y de las festividades, producto del mal manejo del evangelio por parte de la Iglesia.

Aparece también el positivismo, un templo a la humanidad. Haciendo mucho énfasis en lo humano, en la libertad del ser humano para pensar y ser lo que se quiera. Se utilizó como instrumento de libertad política y religiosa. LA libertad personal y la fe en la eficacia de la sanción popular, se llevan a tal extremo que se permite el ejercicio de las diversas profesiones sin que sea necesaria para ella la posesión de ningún título oficial. Se considera que el público es un juez infalible de la eficiencia profesional. Se quiso hacer de la humanidad un objeto supremo de devoción. Se quiso fundar una religión que fuese a la vez científica y humana, y que se propusiera como meta el bien de la humanidad.

También tenemos el Ideal Romántico. Es una filosofía proteica, cuyo pensamiento central era “reformarse es vivir”. Es su briosa defensa de los símbolos cristianos, Rodó, figura brillante en este movimiento, emprendió la explicación de los orígenes históricos de la caridad. El verdadero inventor de una idea en el mundo moral es aquel que primero la transforma en sentimiento, dándole una expresión activa en su propia conducta. Tal fue lo que hizo Jesucristo. Después de proclamar la idea del amor, le dio calor en su propio corazón, y marchó con ella a la cruz.

Rodo llamó la atención a una verdad que se impone constantemente al estudiante del pensamiento latinoamericano. Para un liberal latino es extraordinariamente difícil escribir con desapasionamiento sobre el tema de la religión. Hay un profundo respeto por el sentimiento religioso sincero doquiera lo encontrarse y cualesquiera fuesen los dogmas que le prestaran su inspiración.

Esto lleva a una filosofía tolerante y liberal, que pretende conciliar todas las creencias en una sola y suprema, o sea la creencia en las cualidades esenciales que todas las religiones tienen en común. LA manifestación del amor es la verdadera

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solución de los problemas humanos, porque ene le amor se funden y desaparecen todas las contradicciones de la existencia.

También aparece la seducción de lo Esotérico, la propagación del espiritismo y la teosofía. Esto es símbolo del advenimiento de una nueva era psíquica en la historia espiritual del hombre.

El espiritismo pretende preparar para una nueva actitud hacia la realidad, es un paso en la evolución humana, como el comienzo de una nueva orden mundial: La angustia del luto, reducir la religión a la ética y a la actividad social, conocer más hondamente la realidad. El cristianismo liberal, con su recelo de lo emotivo y su menosprecio por lo sobrenatural, se ha mostrado insuficiente para satisfacer las aspiraciones espirituales de las masas.

La teosofía es más formidable y de mayor alcance. Sus buenos éxitos se deben a sus pretensiones universalistas. Se presenta más como una filosofía que como religión. Todo hombre puede hacerse teósofo sin abandonar por completo su propia religión. Va dirigida al alma, mediante la práctica del yoga y de la meditación en general; inculca, un grado notable de espiritualidad. Además, su atracción se debe también porque viene de oriente. Es una selección del mejor pensamiento contenido en las antiguas religiones, filosofías y misticismos, es una ciencia natural. Dice que la finalidad de la vida es libertar a Dios de sus cadenas, a través de la experiencia, mediante la ley del Karma. La tarea diaria del hombre debe ser la de obrar como agente del Plan divino, es un obrero. El pecado original consiste en nuestro deseo de recibir recompensa por lo que hacemos. Otras dos han aparecido en la vida contemporánea de Sudamérica. Ambas, tienden a gravitar las expresiones de la vida espiritual que parecen destinadas a tener un porvenir. Se basan en interpretaciones particulares de la historia. Según una, el significado de la historia humana se cumplió en Jesucristo de tal modo que sólo en El y por El pueden alcanzar su verdadero significado la vida y la historia. Según la otra, toda la historia anterior ha sido una simple preparación para la época histórica que hoy se inaugura, y en que el proletariado del mundo ocupará la posición que antes perteneció, durante períodos sucesivos, a las clases aristocrática y burguesa.

Para completar el cuadro, no todos los radicales sociales de la nueva generación de Sudamérica son comunistas. Hay otra corriente de pensamiento diferente que se encuentra en Haya de la Torre. Él descubrió en los escritos de los profetas del Antiguo Testamento y en las enseñanzas de Jesús que había más incandescentes denuncias de la opresión y el mal que las que él o sus compañeros pudieran haber hecho. Lo iluminó entonces la idea de que no sólo podría sino debería hacer una unión entre la religión y la ética, y que esta unión existía ya en la religión proclamada por la Biblia. Él estará interesado en la conservación y cultivo de los verdaderos valores religiosos. Rechazando una y otra vez el comunismo y el fascismo, el Apra se propone atacar los problemas concretos de los países latinoamericanos, enfocando particular atención en la cuestión del llamado imperialismo económico. En la religión se combatirá el clericalismo y la religión parásita. Él ha expresado la opinión

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de que una Iglesia Católica libre e independiente en el Perú sufriría inevitablemente una reforma espiritual y podría así contribuir decisivamente a la vida nacional.

10.- ALGUNOS PENSADORES RELIGIOSOS CONTEMPORANEOS.

En años recientes ha tenido lugar un cambio decidido en la actitud intelectual tanto del clero como de los laicos con referencia a la religión y al problema religioso. El primero ha despertado a la necesidad de ofrecer una defensa razonada de los dogmas de la Iglesia; los segundos se han impresionado con la nueva actitud de los pensadores europeos y norteamericanos hacia el tema todo de la religión. Así, junto a la creciente conciencia de necesidades espirituales personales, han operado un completo cambio en los conceptos de los pensadores sudamericanos. De una actitud de hostilidad iconoclasta hacia la religión, seguida de un espíritu de completa indiferencia hacia ella, pensadores representativos, han pasado actualmente a una seria investigación del problema religioso. Cuando menos, la religión ha llegado a significar un fenómeno psicológico que tiene proyecciones de índole sociológica vital y de vasto alcance. En la última década han aparecido en todo el continente escritores de distinción para quienes los estudios religiosos ofrecen supremo interés.

Todo este nuevo pensar y proyección, ha despertado la conciencia de la realidad del problema y de la vida religiosa. Ha concentrado lealmente la atención en la significación de la personalidad histórica y enseñanzas de Jesucristo. Ha insistido en que en la Persona de Cristo el Verbo se hizo carne. Poner a los hombres frente a frente de la religión más bien que a ponerlos delante de Dios, frente a la visión de los valores morales absolutos más bien que ante la figura concreta del Cristo, que llama a los hombres a entregarse personalmente a Él, recuerde el tal cómo considera Navarro Monzó su propio papel especial, y dé gracias a Dios por la lealtad y sinceridad con que lo ha desempeñado.

11.- EL ADVENIMIENTO DEL PROTSTANTISMO

Hubo un tiempo en que pareció como si la lucha entre la Reforma y la Contrarreforma hubiera de llevarse a cabo simultáneamente en el Viejo y Nuevo Mundo. Los protestantes intentaron arrimarse muchas veces al continente sudamericano, pero con poco éxito. Esto no detuvo el espíritu y el esfuerzo de aquellos que quería llevar el evangelio, y poco a poco los protestantes empezaron a llegar a territorio sudamericano, sobre todo empezaron en Brasil.

El cristianismo evangélico data, como movimiento misionero permanente y creador entre los sudamericanos, de los años cuarenta del siglo 19. Hoy, el cristianismo evangélico, gracias a sus misiones, sus centros de enseñanzas, sus sociedades y su ferviente humanidad, se halla representado, en una u otra forma, en las diez repúblicas sudamericanas, y en algunas de ellas, particularmente en Brasil, se ha convertido en una de las principales fuerzas religiosas en la vida nacional.

Las grandes Sociedades Bíblicas, han hecho llegar las Escrituras a todas las clases sociales y a casi todas las etnias. Aparecen granjas, hospitales, y escuelas para

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misioneros. Una de las características más influyente de la obra protestante en Sudamérica ha sido el educativo, desarrollando escuelas y colegios de primera clases.

Con las granjas establecieron muchas mejoras en la agricultura: difundieron conocimientos útiles entre los peones y demás clases campesinas, atendiendo al mismo tiempo sus necesidades espirituales. Con las misiones médicas dieron excelentes servicios médicos. Pero el más característico e influyente ha sido el educativo. Desarrollando numerosas escuelas y colegios de primer nivel. Influyendo en el desarrollo del carácter, normas de eficiencia e ideal ético.

Todo ello ha logrado que el cristianismo evangélico se desarrolle y se nacionalice en América Latina. Pasado el tiempo de los misioneros, muchos cristianos naturales del continente agarraron el mando, y construyeron poco a poco diversos movimientos nacionales. La Asociación Cristiana de Jóvenes y la Asociación Cristiana Feme, como movimientos ecuménicos, han hecho transcender tanto el eclesiasticismo protestante como el católico, y ha unificado a personas que tienen como único fin proclamar el evangelio de Jesucristo.

11.- UNA CRÍTICA DEL PROTESTANTISMO EN SUDAMERICA

Pero el cristianismo protestante ha recibido muchas críticas. En primer lugar, se le acusa que con sus movimientos constituyen una amenaza para las relaciones del continente con los Estados Unidos, sobre todo en relaciones comerciales. La segunda, es que el protestantismo es por completo foráneo al espíritu latino, y que por tal razón jamás vendrá a ser una expresión natural de la vida religiosa ni un elemento creador en el desarrollo cultural de un pueblo latino.

Ahora, nada ni nadie ha necesitado más en esos países que una verdadera expresión del cristianismo protestante. El protestantismo es un movimiento, una actitud religiosa, más que un sistema institucional o una colección de dogmas. El protestantismo contrarresta la tendencia a la corrupción y la degradación que ataca a toda religión institucional Es la revuelta de la religión genuina contra su secularización. Quiere llevar al pueblo no a un sistema sino a una Personalidad. Esto solo es posible mediante la acción de un vigoroso fermento en la vida religiosa del continente.

Otro ataque es interpretar el protestantismo como inmoral y anticristiano, que propaga una forma de cristianismo ahí donde ha prevalecido otra. Pero el movimiento protestante solo ha impulsado y ayudado a lo que otros han descuidado.

La Tarea del protestantismo es contribuir realmente a la creación de la vida espiritual. Un espíritu religioso que contribuya a un espíritu de unidad y cooperación, que se haga cada vez más real y concreto entre quienes trabajan en el seno de una raza que ha sido educada en la unidad imponente del catolicismo, que por su propia naturaleza es ecuménica en sus simpatías y conceptos, y que jamás se mostrará favorable a un sistema religioso incapaz de demostrar la unidad esencial y cohesión íntima de las partes que lo forman. Para ello el protestantismo celebra cultos

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reverentes, con un evangelio vanguardista, y debe proveer de buena literatura cristiana, sobretodo autóctona.