el oídor de librópolis

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6 Domingo, 20 de abril de 2014 Tema central plazos en la que fue, quizá, una de las librerías más importantes de Medellín: la Librería Continental. Allí, al lado de don Rafael Vega Bustamante descu- brió lo que sería su pasión para el resto de la vida, los libros, pero sobre todo, ser librero. También enfrentó uno de los momentos más duros en su carrera. “Yo fui el que tuvo que bajar la reja de la Continental, cuando esta cerró sus puertas para siempre”, dice con nostal- gia, aunque también con la alegría de haber tenido esa escuela en sus prime- ros años. La Librería Nacional también lo formó. Allí fue el director de compras. Y hace tres años, dio un nuevo paso. Y nació Librópolis, su propia librería. Y como en esos más de 25 años José Aníbal aguzó el oído, siguiendo su propio consejo, supo que su librería tendría una orientación hacia las humanidades y las ciencias sociales. La filosofía, la historia, la economía, la sicología, la sociología, la comunica- ción, son algunas de las áreas de las E l sentido fundamental para consolidarse en el mundo de los libros y las librerías es el oído. Saber escuchar es tan importan- te como saber leer. Ese es el secreto, por lo menos para José Aníbal Laverde. En su diploma se lee que es administrador de empresas; pero en las tarjetas personales su profesión, oficio y pasión es la de librero. ¿Y por qué el oído, y no la vista es el elemento más importante para perdurar entre libros y lectores? Precisamente, dice, porque un buen librero debe estar atento a escuchar a esos lectores, saber qué quieren, qué están buscando, cuáles son sus inclinaciones en materia de lecturas y poder ofrecerles y sorprenderlos con los autores y los temas de su interés particular. UNA PUERTA SE CIERRA, PERO... Ya son más de 25 años en este oficio, desde cuando antes de terminar el bachillerato comenzó a hacer reem- El oídor de Librópolis José Anibal Laverde, un apasionado de su oficio, y del Centro de Medellín, donde tiene su sede la librería Librópolis. I TEXTO: JOSÉ ALEJANDRO PÉREZ MONSALVE FOTO: DONALDO ZULUAGA que se puede encontrar el material más variado. También la literatura ocupa varios metros de su local. Ofrece, así, un gran universo, hasta algunas revis- tas, desde las que sonríe alguna estrella juvenil actual. Oído y palabra. Escucha, también habla, y se apasiona cuando el tema son libros. Aconseja, orienta, da opiniones y emite juicios sobre autores y libros. No con el ánimo de hacerse notar como un experto, sino con la sana intención de orientar a quienes acuden a su local en Orquídea Plaza buscando un ejem- plar de lectura bien sea por trabajo, por estudio o por el placer de viajar a través de las páginas. Y aunque es un viejo librero -que no es lo mismo que librero viejo- no teme enfrentar las nuevas tecnologías y no ve en ellas un riesgo para que su oficio desaparezca por cuenta de las librerías on line. Por el contrario, cree que inter- net es una herramienta para ampliar el público que busca buenos libros. De hecho, ya está montando su plataforma para ofrecer también venta on line. Más que vender, piensa en la red como la posibilidad de profundizar sobre autores y temas, y de acceder de forma más rápida a las nuevas publica- ciones, sin tener que esperar meses para que un libro llegue al país. “Lo busco, hago un clic, y en pocos días lo puedo tener en mi librería”. Y a un buen librero no se le puede dejar ir sin una recomendación de lec- turas. Para José Aníbal son imprescin- dibles Knut Hamsun, León Tolstoi, Oscar Wilde, Fernando Pessoa, y los colombianos Germán Espinosa y Tomás González I Los libreros debe- mos aprender a adaptarnos a la utilización de los nuevos sistemas”. Especial: Libreros

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Artículo de Generación de El Colombiano sobre la librería Librópolis

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Page 1: El oídor de Librópolis

6 Domingo, 20 de abril de 2014

Tema central

plazos en la que fue, quizá, una de las librerías más importantes de Medellín: la Librería Continental. Allí, al lado de don Rafael Vega Bustamante descu-brió lo que sería su pasión para el resto de la vida, los libros, pero sobre todo, ser librero. También enfrentó uno de los momentos más duros en su carrera. “Yo fui el que tuvo que bajar la reja de la Continental, cuando esta cerró sus puertas para siempre”, dice con nostal-gia, aunque también con la alegría de haber tenido esa escuela en sus prime-ros años.

La Librería Nacional también lo formó. Allí fue el director de compras. Y hace tres años, dio un nuevo paso. Y nació Librópolis, su propia librería. Y como en esos más de 25 años José Aníbal aguzó el oído, siguiendo su propio consejo, supo que su librería tendría una orientación hacia las humanidades y las ciencias sociales. La filosofía, la historia, la economía, la sicología, la sociología, la comunica-ción, son algunas de las áreas de las

El sentido fundamental para consolidarse en el mundo de los libros y las librerías es el

oído. Saber escuchar es tan importan-te como saber leer. Ese es el secreto, por lo menos para José Aníbal Laverde. En su diploma se lee que es administrador de empresas; pero en las tarjetas personales su profesión, oficio y pasión es la de librero.

¿Y por qué el oído, y no la vista es el elemento más importante para perdurar entre libros y lectores? Precisamente, dice, porque un buen librero debe estar atento a escuchar a esos lectores, saber qué quieren, qué están buscando, cuáles son sus inclinaciones en materia de lecturas y poder ofrecerles y sorprenderlos con los autores y los temas de su interés particular.

UNA PUERTA SE CIERRA, PERO... Ya son más de 25 años en este oficio, desde cuando antes de terminar el bachillerato comenzó a hacer reem-

El oídor de LibrópolisJosé Anibal Laverde, un apasionado de su oficio, y del Centro de

Medellín, donde tiene su sede la librería Librópolis.I TEXTO: JOSÉ ALEJANDRO PÉREZ MONSALVE FOTO: DONALDO ZULUAGA

que se puede encontrar el material más variado. También la literatura ocupa varios metros de su local. Ofrece, así, un gran universo, hasta algunas revis-tas, desde las que sonríe alguna estrella juvenil actual.

Oído y palabra. Escucha, también habla, y se apasiona cuando el tema son libros. Aconseja, orienta, da opiniones y emite juicios sobre autores y libros. No con el ánimo de hacerse notar como un experto, sino con la sana intención de orientar a quienes acuden a su local en Orquídea Plaza buscando un ejem-plar de lectura bien sea por trabajo, por estudio o por el placer de viajar a través de las páginas.

Y aunque es un viejo librero -que no es lo mismo que librero viejo- no teme enfrentar las nuevas tecnologías y no ve en ellas un riesgo para que su oficio desaparezca por cuenta de las librerías on line. Por el contrario, cree que inter-net es una herramienta para ampliar el público que busca buenos libros. De

hecho, ya está montando su plataforma para ofrecer también venta on line.

Más que vender, piensa en la red como la posibilidad de profundizar sobre autores y temas, y de acceder de forma más rápida a las nuevas publica-ciones, sin tener que esperar meses para que un libro llegue al país. “Lo busco, hago un clic, y en pocos días lo puedo tener en mi librería”.

Y a un buen librero no se le puede dejar ir sin una recomendación de lec-turas. Para José Aníbal son imprescin-dibles Knut Hamsun, León Tolstoi, Oscar Wilde, Fernando Pessoa, y los colombianos Germán Espinosa y Tomás GonzálezI

Los libreros debe-mos aprender a adaptarnos a la utilización de los nuevos sistemas”.

Especial:

Libreros