el nacimiento de la tragedia

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la tragedia

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Nietzsche y la tragedia griega

En el presente ensayo interpretar el origen del arte en la poca del nacimiento de la tragedia. Para ello explorar con Nietzsche la sabidura de la vida del pueblo griego, que vivi el arte como una cura contra el sufrimiento existencial, y especialmente la tragedia como estrategia para representar las cosas terribles, funestas y aniquiladoras que hay en el oscuro fondo trans-personal de la vida. Este es el propsito de El nacimiento de la tragedia en el espritu de la msica de 1871 (desde ahora NT), en que naci la idea de la dualidad mtica entre Apolo y Dionisos. Lo apolneo y lo diniosiaco, tomados de los griegos, son smbolos o metforas para hacer perceptible la doctrina secreta de su visin del arte, no solo como conceptos, sino como figuras incisivamente claras del mundo de sus dioses (Nietszche, 2000a). Dicha concepcin es la confirmacin de la tercera conferencia dictada un ao antes en la Universidad de Basilea, relativa al tema y que llevaba por ttulo La visin dionisaca del mundo (VDM). En esta manifiesta la idea corroborada posteriormente en el discurso del NT, de que son dichas divinidades artsticas las que prefiguran y enlazan el origen de la tragedia con el espritu de la msica como esencia del arte.Aunque la tragedia en un principio fue un canto en honor a Dionisos, en que los oferentes le agradecan al dios por su fuerza vivificadora, era este pathos un modo de liberarse de las impurezas y poder comunicarse con aquel dios resucitado; pero tambin era palabra e imagen plstica apolnea al servicio de una accin o drama que cobraba vida con los movimientos de la escena. En ese sentido, el ritual tena un sentido religioso al invocar y comunicarse con el dios, all sus dioses reflejaban tanto lo justo como lo injusto; en l no hay ascetismo, espiritualidad o deber, solo existe exuberancia ertica y pleno desbordamiento de vida. El griego rebosante de salud, que conoca los enigmas y horrores de la existencia como alivio, para poder vivir puso delante de s ese sueo olmpico. No olvidemos que ellos se guardaban de imputar a los dioses la responsabilidad por la existencia del mundo y, por lo tanto, la incumbencia en el modo de ser de este. Por ello su mundo se caracterizaba por la belleza, el sosiego y el goce, sensaciones que los helenos consideraban como parte de su propia existencia, representndolas como el espejo que los transfiguraba.Las caractersticas ms sobresalientes de Apolo podran ser las siguientes: este dios era la apariencia, por tanto no es una figura, ni siquiera puede ser nombrado o definido, es una voz que llena el espacio, una flecha que da en el blanco, como la luz alcanza los lugares ms alejados; dios de la distancia1 , inspira y tranquiliza con su poder, para extasiarnos en la creacin potica, la ilusin y el ensueo adivinatorio, el maravilloso oleaje de su ritmo, que han seducido su espritu, suscitando en cada uno de ellos la felicidad liberadora de la apariencia, la divinidad protectora; el iluminado, envuelto en una resplandeciente claridad, mediante la armona delimita las formas en su individualidad, representa las bellas apariencias de las artes figurativas y aparece bajo la influencia del fenmeno fisiolgico del sueo.Apolo se va transformando, moldeando y construyendo en la apariencia y, mediante el ensueo de los mundos onricos, libera a los hombres del sufrimiento al producir sueos con efectos gratificantes, que alivian el dolor de la existencia. As, el sueo es el juego del ser humano individual con lo real. Es en el mundo onrico donde cada hombre se convierte en artista, la bella apariencia se nos presenta para que gocemos de ella; all, todas las formas nos hablan y nosotros queremos hablarles, no existe nada indiferente o innecesario (Nietzsche, 2000a: 42). Es, por as decirlo, un mundo fantstico y pleno, y, sin embargo, el sueo de la bella apariencia oculta con su velo aquellos aspectos terrorficos de la existencia. De esa manera es como soportamos esta realidad penosa y aterradora; en este estado todo el dolor se contempla con templanza y sensatez.Verdaderamente, en esta dimensin somos diferentes a como somos en nuestra vigilia diurna, creamos un escenario en el que representamos el juego de la vida, as como el nio se ejercita con las actividades ldicas, el hombre, mediante estos caprichos, hace una interpretacin de la vida. En la apariencia de la apariencia nos encontramos en el gran teatro del mundo y como actores transformamos lo real. Apolo nos gua y nos ensea con innumerables imgenes las cosas serias, las tristes y oscuras de la comedia de la vida. As lo seala expresamente el NT: la relacin que el filsofo mantiene con la realidad de la existencia es la que l, hombre sensible al arte, mantiene con la realidad el sueo, la contempla con minuciosidad y con gusto: pues de esas imgenes saca l la interpretacin de la vida, mediante esos sucesos se ejercita para la vida (Nietzsche, 2000a: 43). Es como la obra de arte que se parece a los sueos, tambin nos ilusiona con mundos poEn cuanto a las artes onricas apolneas, esto es, como se dijo, la escultura, la pica, y la tragedia, con Apolo entra en escena el actor, que est impregnado por las sensaciones divinas hasta el punto de ver flotar ante sus ojos, dotado de una realidad casi tangible la imagen del dios sufriente o del hroe que le representa (Nietzsche, 2000a: 84). ticos y fantsticos.Pero si el mundo onrico est relacionado con la visin, es el mundo transfigurado del ojo, que en sueos, con los prpados cerrados, crea artsticamente (VDM en Nietzsche, 2000a: 255). Es tambin un salto hacia lo divino, donde los dioses hablan a los hombres en un lenguaje inteligible. El sueo crea un grado supremo de apariencia apolnea que nos separa de una realidad para conducirnos a otra ms alta. Como afirmaba Lucrecio, el sueo es el lugar donde por primera vez aparecen las figuras de los dioses ante las almas de los hombres3 . Es decir, se rompe con el tejido y la red de los conceptos para buscar un nuevo mundo fuera del mundo rgido y supuestamente seguro, el griego nos dio ejemplo de ello al crear aquel maravilloso mundo mtico donde dio rienda suelta a su libertad creadora. Aun ms, su sabidura le permita tener conciencia de que lo apolneo no ofreca toda la verdad del mundoHasta ahora hemos dicho que Apolo es el dios del arte, por ser la belleza, como apariencia, su elemento, pero Nietzsche reconoce que Dionisos4 tambin expresaba el arte por ser el inspirador de representaciones trgicas a travs del juego con la embriaguez, y con el xtasis. En general se acepta que estos estados alterados elevan al hombre al olvido de s, hasta un tipo de experiencia donde se rompe el principium individuationis. Bajo sus efectos, lo subjetivo desaparece ante la irrupcin violenta de lo general-humano, de lo universal-natural. El grito de alegra exttica y mstica de Dionisos penetra y fragmenta al individuo para llegar hasta las madres del ser en el fondo secreto de las cosas. El sentido vital de la embriaguez no es nico, por el contrario, su significado abarca una polisemia ms amplia: llenura, hartura, sobreabundancia, liberacin del alma del confinamiento del cuerpo; su significado ltimo apunta a una unin con la naturaleza, en donde el hombre es una totalidad. En las fiestas de Dionisos el hombre se reconciliaba con la naturaleza, estableciendo un pacto entre los hombres, tan trascendental cambio convirti al hombre primero en artista, para luego transformarse a s mismo en una obra de arte, sin apartarse, por ello, de la desesperanza y el sufrimiento humano.Esta divinidad conceda a sus creyentes lo catico del mundo y lo desmesurado de la vida, y desde el lado oscuro de la existencia, propiciaba el encuentro con el entusiasmo orgistico del instinto, en el ritual de la orga se llega al xtasis que luego ha de diluirse con la nausea del da.6 No resulta, pues, extrao afirmar que, antes de la embriaguez que excita al ser humano, no exista ningn arte. Es ms, para que haya un hacer y un contemplar esttico es indispensable, como condicin previa, la embriaguez dionisaca, la cual nos coloca cara a cara ante la totalidad del mundo. No es vano recordar al respecto el Crepsculo de los dolos.Prosiguiendo con nuestro asunto, acerca del contraste que separa y la antinomia que une en un instante efmero esta dualidad. Ahora todo est en tensin, la imagen y el smbolo. Estos dos impulsos artsticos brotan de la naturaleza como fuerzas vivientes dignas de ser imitadas por el hombre. En una fusin fisiolgica de arte, naturaleza y vida definida por la dualidad de los sexos, entre los cuales la lucha constante y la reconciliacin se efectan peridicamente. El escenario es el siguiente: con Apolo se presenta mimticamente el mundo como conciencia de las formas del tiempo y del espacio, el mundo sujeto al principium individuationis, que establece el lmite de las cosas, las cuales se relacionan de un modo causal, del mismo modo que estn tratando de enlazarse a la forma de la forma, intento experimentado como belleza. El artista apolneo se deleita en el mundo de formas, ya sean estas bellas o no. Solo ve lo verosmil como si fuera un espejo, busca la perfeccin mediante la representacin. Al fondo se percibe un leve movimiento; algo detrs del velo, encubierto tras la mscara que aleja y esconde, pronto aparecer en escena el espritu dionisiaco. Sabemos que la condicin apolnea primordial es la distancia, que Apolo rechaza lo ntimo, la esencia de las cosas; conoce que lo profundo quiebra las ilusiones de la vida. Es el genio transfigurador del principium individuationis, nico principio por el cual puede alcanzarse la verdad, la redencin en la apariencia: mientras que en el mstico grito jubiloso de Dionisos, queda roto el sortilegio de la individuacin y abierto el camino hacia las madres del ser9 , hacia el ncleo ntimo de las cosasAdmiramos del pueblo griego que a pesar de esa apariencia deslumbrante y seductora, reflejo iluminado de su espritu, siempre tuvieron presente que detrs de ese mundo armnico resonaba el dolor de la existencia; perciban que lo apolneo no poda atenuar o reprimir el mpetu y la fogosidad dionisaca que haba penetrado en la Grecia con la voluptuosidad y el desenfreno propios de su rango. Hubo un momento en que los griegos cedieron a la atraccin por el entusiasmo y fue all en aquel conato de encuentro donde naci el canto, danza ritual de Dionisos: el ditirambo. Pero este impulso solo pudo ser contenido merced a Apolo el resplandeciente, el dios de la luz y smbolo de la bella apariencia, de las formas ideales y del sueo plstico. Desde entonces, el dios fue acogido en el mundo de la bella apariencia, provocando el cambio que se infiltr en todas partes, y sobre todo en el arte. Esta coalicin ser el punto culminante del mundo griego, un instante en el que calmaron sus mpetus, dejando aparte, por un momento al menos, la disputa por el poder. Si Apolo era originalmente el dios del arte, fue su poder el que moder a Dionisos, dando lugar a esta alianza fraterna: por eso ambos salieron vencedores. Este momento clave es identificable en el perodo pre-pitagrico de la msica, en el instante en que el geuoz dinurambicon (gnero ditirmbico) se convirti, al mismo tiempo, en hsucasticon (hesicstico). El coro de enajenados por la embriaguez y la risa actuando a modo de narcticos estn posedos por la visin del dios, que se expresa con ayuda simblica de la danza, luego del sonido y la palabra. Este es el preludio de una mutua retransmisin de sus influjos mticos. Cuanto ms vigoroso creca el espritu artstico apolneo, del mismo modo se desarrollaba Dionisos. Fue as como en la tragedia la embriaguez del sufrimiento y el bello sueo congregaron sus mundos: de un lado, el poder dionisaco les ense el dolor de la existencia y la incesante muerte de todo cuanto comienza a existir y, del otro lado, el influjo apolneo los identific con la belleza y la apariencia. Por una parte, Apolo los vincula con la visin plena de la belleza, mientras Dionisos los gua a travs de los enigmas y horrores del mundo expresando con la danza y con la msica trgica la impresin ms ntima de la naturaleza, el hecho de que la voluntad confabula en y por encima de todas las apariencias.La tragedia griega ser para Nietzsche la mxima creacin lograda por el mundo griego, ya que en ella vemos presente la gran compenetracin a la cual ha llegado el artista al lograr canalizar ambas potencias divinas, en sta, la presencia del coro servir como puente para su realizacin y actuar como Un autorreflejo del hombre dionisiaco Este nuevo hombre, identificado con esta deidad y dentro de su nueva realidad logra un sentimiento de igualdad al olvidarse de su posicin social, sirviendo nicamente a su Dios y de esta forma actan como una unidad de actores que se reflejan inconscientemente a si mismos. Nietzsche nos expone esto al decimos: El encantamiento es la premisa de todo arte dramtico. En este encantamiento, el entusiasta dionisiaco se ve a si mismo como stiro, y a su vez ve al Dios en calidad de stiro Al darse este estado por la presencia del coro, el espectador en calidad de stiro hace una proyeccin totalmente transformada, y esta nueva proyeccin la veremos presente como una consumacin apolnea, ya que ser por esa va que logre volver a hacer presente esta experiencia, al darse todo este conjunto de visiones en el desarrollo del drama queda el mismo cerrado por completo.Segn este nuevo conocimiento Nietzsche concluye sobre la tragedia griega: Como el coro dionisiaco que se descarga una y otra vez en un mundo de imgenes apolneo.Esto nos da a entender la importancia del coro como el enlazador de estas dos potencias divinas con el cual se constituye todo el verdadero drama donde, por una parte, toda la representacin es completamente una experiencia onrica de naturaleza pica, pero que debido al estado dionisiaco que se logra mediante el coro, se genera una conexin que conlleva a ser uno con el ser original de la obra.Vemos en Nietzsche una original interpretacin de la funcin que ejerca el coro tomando por antonomasia la expresin suprema de la naturaleza, impregnada por la presencia de Dionisos como punto central del espectculo.

El Origen de la tragediaUna reinterpretacin de la Grecia Clsica. La visin europea tradicional haba consagrado una imagen de Atenascaracterizada por la belleza y el equilibrio. Segn Nietzsche esta imagen privilegia laAtenas del siglo V. Sin embargo, esta imagen no responde al sentido profundo de lacultura griega: Esta perversin de la imagen de Grecia se debe al Cristianismo que hafijado este estereotipo sobre lo griego, hacindonos olvidar las zonas marginales de sucultura, como la msica, los mitos trgicos, los ritos orgisticos. En estas zonas marginales, Nietzsche descubre el otro principio de la culturagriega que el Cristianismo nos haba hecho olvidar, lo denomina Lo Dionisiaco.Una revolucin filosfico-esttica. La decadencia de la cultura griega comenz con Scrates que intent imponerLo Apolneo y sus formas a Lo Dionisiaco: Lo Apolneo simboliza la armona, el equilibrio, las formas esttico-artsticas,los principios reguladores del pensamiento, en definitiva lo formal que nos hacecomprensible el caos que caracteriza a la vida. Lo Dionisiaco simboliza el principio o instinto humano que nos lleva asumergirnos en el caos. Es el uno, lo originario donde todava no existen individuos, niformas, ni pensamiento, es lo indeterminado. Estos conceptos suponen una superacin del pensamiento de Schopenhauer. Eluno primordial, Lo Dionisiaco, se correspondera con la Voluntad de Shopenhauer. LoApolneo se correspondera con las formas subjetivas de la intuicin espacio-temporal(Kant), a las que Schopenhauer denomina Representacin.Kant Schopenhauer NietzscheFenmeno (esp. / tiep.) Representacin ApolneoNomeno Voluntad Dionisiaco. Sin embargo, Nietzsche no es dualista como sus predecesores: Lo Apolneo yLo Dionisiaco no se contraponen, sino que son momentos complementarios que sesuceden en el proceso artstico y trgico de la vida. Nietzsche supera el dualismorecurriendo a Herclito para el que la vida es siempre tensin irreconciliable entrecontrarios. En la vida y en la Naturaleza todo es cambio, y Lo Apolneo y Lo Dionisiacoson momentos inestables, que se alimentan entre s. Nietzsche propone as la vida como juego y como arte, el uno primordial, LoDionisiaco y el reino de la individuacin, Lo Apolneo, quedan integrados en el procesoartstico-ldico de la vida. El pesimismo de Schopenhauer queda superado en Nietzsche,porque Lo Dionisiaco (la voluntad de Schopenhauer, los excesos que nos llevan alabismo y a la muerte) es tambin una forma de afirmar jubilosamente la vida.3Una crtica a la cultura contempornea. En el mundo griego anterior a Scrates y a Eurpides, Lo Apolneo y LoDionisiaco convivan en la cultura retroalimentndose, sin embargo Eurpidestransformo el Mito Trgico en una serie de vicisitudes racionales, encadenadas ycomprensibles con un estilo realista. Este fue el fin de la verdadera tragedia y elcomienzo de la razn como forma de asfixia de los fundamentos creativos de LoDionisiaco.Scrates tambin propona una estructura racional del universo como bsquedade seguridad, ante su debilidad y decadencia fsica. Segn Nietzsche el triunfo de LoApolneo, el triunfo de la razn supone la victoria de los dbiles sobre los fuertes, larazn nos da falsas seguridades que necesitamos si somos cobardes. Tambin nos llevaa despreciar el fundamento vital que extrae Lo Dionisiaco. Segn Nietzsche, la Cultura Occidental ha perpetuado esta tradicin deEurpides y Scrates, renunciando a los fundamentos vitales nuestra cultura estagotada, han desaparecido las fuerzas creativas y no podemos salir de nuestronarcisismo vaco