Biofilmografía

Indice

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................Los últimos diez años de la vida de Juan Mascardi

....Pasado indígena, sudestada y hotelería

.......................Tal padre, tal hijo

....................................Caminar

.....................Colón de nosotros

..........................Las sustancias elementales de Mascardi

....Dos días, el fin de una década

.....................Gud mornin Colón

.........................Querido Doctor

...........Sustancias Elementales I

..........Sustancias Elementales II

........El mundo en calle San Luis

.......................Tras los pasos de El Hombre Bestia

.......................Abrazos de agua

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Durante la década del cambio de milenio, Juan Mascardi (Colón, Argentina, 1974) construyó con paciencia y en silencio una obra audiovisual apalancada desde la independencia, el Interior y los presupuestos bajos que, de a poco, ha encontrado a su público, circulando con regularidad por esa red expansiva que constituyen los festivales de video y las televisoras culturales de Latinoamérica. El arco temporal entre los dos extremos de esa trayectoria ocupa, precisamente, diez años: acaso el tiempo suficiente para dejar caer sobre ella una mirada de síntesis y, también, el pretexto perfecto para agruparla en la retrospectiva itinerante que este catálogo promociona.Dos mil tresPodría anotarse que la primera realización de Mascardi (Dos días, el fin de una década) es, paradójicamente, un documental de clausura. Producido en 2003, el mediometraje reúne los materiales capturados en la ciudad de Rosario durante los sucesos de los días 19 y 20 de diciembre de 2001 por las siete cámaras del

noticiero de cable en el que Mascardi se desempeñaba como productor periodístico El reportaje es un testimonio crudo y desgarrador sobre la violencia que ocupó las calles del país durante las 48 horas más largas que se recuerden desde el restablecimiento de la democracia, en el contexto de la ciudad argentina en la que la rebelión cobró el mayor número de homicidios. El envío, emitido por el Canal 6 de Cablevisión, ganó dos premios: posee el incontestable mérito de recuperar para la memoria colectiva un registro único destinado a enmohecerse en el archivo de un noticiario de provincias.Sin embargo, insistimos: se trata de una pieza de clausura. No solo porque el enfoque —cristalizado en el título— conecta con la voluntad de conferirle a la convulsión de diciembre de 2001 el estatuto de episodio de fin de época para el decenio neoliberal monopolizado por las dos presidencias de Carlos Menem (1989-1999). Dos días…, además, es el único documental en el que Mascardi se ocupa de un acontecimiento histórico

Antonio Galimany

al uso; también, la última oportunidad en que trabaja de acuerdo a las coordenadas estándares del reportaje periodístico convencional. En lo sucesivo, buena parte de sus energías se concentran en el progresivo distanciamiento de una retórica —la del vértigo informativo y la última hora y la parcela de realidad ocupada por funcionarios y celebridades— que cultivó como cronista y productor televisivo. Dos días… es el epílogo que activa el desplazamiento —o la huída— hacia los márgenes de la información; esa geografía paralela en la que habitan quienes no caben en el mundo de los noticieros: la gente normal.Dos mil cincoAl inicio le siguen dos movimientos introspectivos, un giro gradual hacia la intimidad conformado por el par de documentales ambientados en Colón, su ciudad natal: el ciclo doméstico de su filmografía. Con el primero de ellos —Gud mornin Colón, mediometraje para televisión de bajo (bajísimo) presupuesto grabado durante 2005 con una cámara en la que

Los últimos diez años en la vida de Juan Mascardi

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Mascardi invirtió sus ahorros—, consigue una imprevista expansión latinoamericana: el documental circula por diferentes festivales del continente y obtiene una serie de premios relevantes; entre ellos, el acceso a la nómina de los cinco finalistas del premio convocado por la Fundación para el Nuevo Periodismo Iberoamericano, creada por el escritor colombiano Gabriel García Márquez. El vértigo y la perplejidad ante esa exposición no premeditada se transfiere al discurso que Mascardi pronuncia en Guadalajara, con García Márquez en el auditorio: «En la Argentina, el término trucho se consolida durante el menemismo […] Hubo de todo: billetes truchos, CD truchos, DVD truchos… De hecho, los DVD que trajimos acá son todos truchos. El nuestro es prácticamente un trabajo anti copyright. Lo fomentamos porque creemos que nosotros también somos un poco truchos y dudábamos sí realmente teníamos que venir».La película constituye una suerte de caleidoscopio que concentra el programa narrativo, acaso involuntario pero sin dudas consistente, que Mascardi desplegaría en su producción posterior: un proyecto más tópico que estético caracterizado, sobre todo, por la recurrencia de unos intereses que asumen progresivamente la forma de la obsesión. Entre ellos: el Interior pampeano de la Argentina como ámbito territorial casi excluyente, la exploración de las diferentes variantes en las que

se encarna la iconografía de la cultura popular y la oscilación entre el tiempo elástico de la cotidianeidad y el entorno doméstico en el que aparece inscripta. Aunque, dentro de ese inventario, destaca ante todo su opción por colocar a las personas en el centro de su proyecto narrativo.Si la historia de la eclosión de las estaciones de radio de baja potencia en la ciudad de Colón interesa verdaderamente, lo hace en su calidad de pretexto para ensayar sucesivas aproximaciones a una serie de personajes que prefiguran el protagonista arquetípico de las realizaciones de Mascardi. Unos individuos variablemente entrañables —célebres a una escala reducida o limitada—, portadores de una verdad discreta y silente que comunican a una cámara que repara en ellos, quizás, por primera vez en toda la vida.Con Gud mornin Colón, Mascardi alcanza el principio de una verdad narrativa potente: los hechos son siempre menos importantes que los hacedores.Dos mil ochoEn 2008 se estrenó Querido doctor, su único largometraje y, a la vez, su película más arriesgada y personal. Contemplada a la luz de la segunda parte del díptico colonense, Gud mornin Colón parece, al margen de sus méritos particulares, el ensayo general para la pieza que le sucedió: la cinta que aplazó transitoriamente la película que Mascardi tenía que filmar; el tiempo de espera

hasta conseguir la película inaplazable. El documental completa el giro introspectivo y, sobre todo, lo radicaliza: un relato autobiográfico es siempre un salto sin red. Mascardi trabaja con esos materiales fascinantes aunque problemáticos que proceden de la historia familiar hasta obtener una cinta que adhiere a los estándares emocionales del homenaje pero pareciera ajustarse sobre todo al propósito secreto de prolongar artificialmente el diálogo interrumpido con el padre muerto.Querido doctor —cuya circulación, curiosamente, resultó mucho más restringida que la de Gud mornin Colón— contribuye a acelerar el tránsito de Mascardi hacia su madurez como realizador. Una sucesión de primerísimos primeros planos incluida en la secuencia de apertura de la película y una línea del guión ubicada también en los minutos iniciales —«Mi viejo conocía el mundo a través de las personas. Tal vez, en algún momento, esas personas me abran el mundo de mi viejo.»— confirman la voluntad de concentrar el pleno de sus preocupaciones de representación en la red de personajes a la que recurre en cada caso. Una estrategia de construcción coral de cierta verdad —a veces colectiva, fragmentaria en otras ocasiones— que trasluce un interés obsesivo por anteponer el descubrimiento de las versiones del mundo que encierran sus personajes a

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la exposición monolítica de la versión propia.Con Querido doctor, Mascardi concluye además otra exploración formal: la calibración del tono y el ritmo de su narrativa. Caracterizada por el tránsito intercambiable y vertiginoso entre el par de estadios emocionales de base, la película, digamos, adhiere a la mecánica de lo tragicómico. Las situaciones y los personajes contienen en sí mismos esa ambivalencia y la historia avanza a partir del encadenamiento de esta dualidad. Mascardi consigue un humor difícil de producir que renuncia a la coartada del cinismo y a la digresión irónica —vías rápidas de las que rehúye siempre— y procura cifrar el golpe de efecto en la ternura o la compasión o la ocurrencia. Es este humorismo —adherido a personajes que transitan alternativamente los dominios del dolor y la felicidad, de la soledad y el amor— el que enlaza los diferentes pasajes —oscuros unos, luminosos otros— de la aventura emocional que suele describir su filmografía.Dos mil nueve; dos mil diez; dos mil onceEntre 2009 y 2011, Mascardi produjo los ocho capítulos que componen las dos temporadas del ciclo televisivo Sustancias elementales. El proyecto introduce un conjunto de novedades significativas en el contexto de su obra en marcha, como el alejamiento respecto al carácter unitario de su producción anterior, más asociado a la cinematografía,

y la apuesta por la narrativa seriada de un producto que se inscribe en los estándares de género del formato televisivo. Este movimiento conecta con el interés por cristalizar el sitio de enunciación que Mascardi pretende reclamar para sí. No el de documentalista; menos aún el de cineasta. Sí, el de cronista audiovisual adscrito a la tradición o a la genealogía de la no ficción televisiva: un parnaso heterogéneo dentro del cual Mascardi se coloca abiertamente a la saga de obras como la de Fabián Polosecki.Este ajuste programático es simultáneo a otra transformación relevante vinculada a la escala de las realizaciones. Sin trasvasar la siempre problemática frontera de la independencia, las dos temporadas de Sustancias… obtuvieron subsidios estatales que elevaron las posibilidades técnicas de la obra pero, sobre todo, ampliaron el alcance de su circulación: el ciclo inicial fue emitido, en la Argentina, por el Canal Encuentro —señal perteneciente al Ministerio de Educación— ; la segunda temporada integra la nómina de contenidos de la Televisión Digital Abierta —disponibles, por cierto, en su plataforma digital Contenidos Digitales Abiertos—.Aún cuando las características del formato prescriben un molde al que plegarse —la vinculación de cada episodio a una de las cuatro sustancias elementales es, a todas luces, un pretexto al estilo Hitchcock que apenas interesa como

móvil de la historia por venir— existe un lazo invisible que ata el sobresentido de la serie al proyecto narrativo que la contiene. Alejado del círculo que describen en torno a sí mismo y a su biografía particular Gud mornin Colón y Querido doctor, Sustancias… incorpora el interés por una serie de experiencias socioculturales colectivas que reúnen a las personas a partir de cierto dogma pedestre que gravita alrededor de la esperanza.Dos mil treceEl nuevo movimiento de Mascardi es Abrazos de agua, película documental en proceso de postproducción originada como desprendimiento del capítulo de agua de la primera temporada de Sustancias elementales, probablemente la más popular y conmovedora de todas sus realizaciones.En algún momento de estos últimos diez años, Mascardi dio con la epifanía con la que a fin de cuentas siempre da o cree dar cualquier realizador. La suya le indicó la inclinación a cifrar su universo audiovisual en las personas marginadas de la televisión en la que trabajaba.Nadie recuerda el rostro de los anónimos reporteados, en calidad de víctimas o de testigos, por el noticiero de ayer. Algunos de los personajes de Mascardi parecen congelados en la memoria de quienes, pocos o muchos, constituimos su público.Esa es, qué duda cabe, su victoria.

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Nostalgia, tristeza, se eligen como palabras lugareñas, cuando se visita al viejo hotel de Melincué, resistente como un titán —dice la señora— ante tantas inundaciones. Vestigio de tiempo ido, también de furia de sudestadas. Viento y agua como causales de desgracia, de partición entre lo que era y lo que es, pero también como consecuencia de maldiciones indígenas, de comunidades arrasadas.

Tanto es lo que se cifra en Melincué: esplendor de veraneantes (la segunda Mar del Plata), con músicos, artistas, visitas ilustres. Restaurante lleno, tobogán gigante, hileras de automóviles. El Súper 8 lo corrobora. Las palabras de los

libros dan contexto. La mirada retrospectiva mira el horizonte que era y los pueblos originarios que fueron.

Están las voces de quienes han vivido y se han quedado. Hablan y dicen, con silencio, de quienes ya no están, de quienes tuvieron que irse, tanta era el agua. Melincué redujo su población de manera drástica. La perla que era elección de temporada, ahora estruja recuerdos con orgullo. Porque, eso sí, nada hay que permita desdecir lo que sucedió. Melincué como lugar nodal, hervidero de calor, agua, turistas. Momento de furor y de mucha gente.

Pero las lluvias sucedían, y nadie pensaba lo que finalmente

Leandro Arteaga*

* Lic. en Comunicación Social. Docente. Crítico de cine. Columnista en Rosario 12.

sucedería. Fue la naturaleza, pero también la negligencia política, se escucha.

Todo esto vislumbra el trabajo de Mascardi. Voces que son, ante un hotel que ya es fantasma. Pero los espectros no se desvanecen, las películas viejas los recuerdan.

Se hace ya de noche, los pájaros vuelan y dejan el hotel derruido. Las aguas siguen. Parecen mansas. Y un hotel que continúa, como titán, en medio de la laguna.

“Aguas amargas” parece ser, no hay acuerdo, parte etimológica de “Melincué”.

Pasado indígena, sudestada y hotelería

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Juan Mascardi es argentino. Lo sabía cuando vi el gran documental Querido doctor. Más allá de la ambigua fascinación que los brasileños sentimos por nuestros vecinos — esa mezcla de admiración y extrañeza, de identificación y espanto: aquello que Ernesto Sábato llama la “realidad espiritual argentina”— me sacudí de emoción con la lectura de un hijo sobre la trayectoria de su fallecido padre.Al oír la película en español, se me ocurrió pensar que solamente el idioma de Cervantes podía alcanzar a reflejar la integridad de la aventura humanista del Dr. Mascardi. El vigor dramático del castellano, con los trancos de su ritmo marcado, se diferencia del portugués en su conformación

melódica porque, como dice Miguel de Unamuno, “el portugués es un castellano sin huesos”.Son justamente los “huesos” de la lengua española, articulados sorprendentemente por Juan y enlazados con los demás elementos narrativos del lenguaje audiovisual de manera absolutamente original, los que nos llevan de la mano a lugares y rincones del interior de la Argentina en donde la presencia de un médico se cristaliza en los relatos de quienes le deben la vida.No es fácil, para un documentalista, transferir la experiencia humana al universo del discurso sin que se pierda, a mitad del camino, el alma de la historia. Si llegar al mundo es

Marcelo Canellas*

* Periodista brasileño. Cronista en TV Globo.

tomar la palabra, Juan Mascardi alcanza, con su inmenso talento narrativo, el universo que componía el entorno de vida de su padre. Querido doctor nos captura de principio a fin. Quise saber quién era aquel autor que osó enfrentar sus fantasmas afectivos para contar una historia que se mezclaba con su propia historia. Fue una inmensa alegría reconocer —en 2008, en Chile, durante un taller de la Fundación Nuevo periodismo Iberoamericano— en aquel joven documentalista argentino la misma curiosidad intelectual, el mismo interés por el otro, la misma generosidad con los demás, o sea, las mismas características del padre, tan bien retratadas por el hijo en un film monumental.

Tal padre, tal hijo

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Juan Mascardi tiene corazón de pasajero. Sus huellas pasean por sus recuerdos. Sus obras son sus pasos. Pasos de un camino sin rumbo, sin tiempo que obligue a cesar. Sabe que cuando los trayectos importan más que los objetivos, el tiempo no apura. Sabe que el espacio es mayor cuando son huellas las que fijan rumbos. Sabe que el bosque se ve más claro al pie del árbol. Que las cosas se ven mejor cuando se deambula por ahí nomás. Porque sólo quien estuvo ahí encuentra después. No haber estado ahí, haber pasado de largo, obliga a retroceder. Sólo las certezas del pasado nos protegen de los miedos al futuro. Allá, en su pueblo chico, aprendió que la distancia no existe, que sólo es

una ilusión de quien no tiene los pies sobre la tierra. Su camino es aquí y ahora, sin plazos, permanentemente y pasajero corazón. No hay caminos sin caminantes. No hay rumbos sin huellas. Los niños juegan con ellas, como Juan combina recuerdos e impresiones, en obras destiladas al pie de su árbol genealógico. Hijo y padre de su obra, sus huellas orientan a los que vienen. Destino del que enseña. La obra de Juan, universo sin túneles, enseña a caminar, a correr, a nadar, a sentarse bajo el árbol de cada uno. A observar, absorber y curiosear. A investigar, opinar, a comunicar.

Elbio Córdoba*

* Realizador Audiovisual. Crítico. Docente de Guión. Autor del libro “Taller de Guión para cien y televisión”

Caminar

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Parte de la vida de la población de Colón, una ciudad de la provincia de Buenos Aires, se vive a través de la gran cantidad de radios FM de baja potencia que hay en el pueblo. Sea por las noticias que ahí se cuentan, por la manera de hablar de los conductores o por la cumbia y los demás ritmos populares que envuelven el cotidiano de las familias. O, quizá, de las personas que tuvieron la suerte de sufrir un desperfecto en su automóvil en el kilómetro 277 de la ruta nacional 8 en Argentina.

El documental “Gud mornin Colón” cuenta la historia de un grupo de realizadores

audiovisuales que deciden revelar una ciudad, sus personajes y costumbres, a través de lo que se escucha y produce en las radios locales. Pero de pronto te das cuenta de que no sólo es eso. Y te acercas. Y te prendes. Y te tomas. Porque la pieza de Juan Mascardi y equipo es, a la vez, particular y universal, y tiene más Latinoamérica de lo que se imagina. Al margen de la cuestión del idioma y los regionalismos, Colón es para mí como una pequeña ciudad del Brasil o de otros países latinos donde se percibe la desigualdad social y el mantenimiento de la joven democracia se materializa

Julliana de Melo*

en la libertad de expresión y la difusión de la cultura popular. No es peor ni mejor, es distinto. Y, por eso mismo, igual.

Como periodista, me gustaría haber conocido a Juan Mascardi desde hace mucho; haber formado parte de su equipo en esta producción de gran creatividad narrativa y sensibilidad humana. Como amiga y admiradora de su obra, agradezco la oportunidad de haber compartido laureles y honores en la sexta convocatoria del Premio Nuevo Periodismo CEMEX + FNPI, en 2007. Gracias, destino. Gracias, Colón. Gracias, Gabo. !Qué sé yo… Es la vida!

Colón de nosotros

* Periodista brasileña. Editora del portal NE10.

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Desde muy joven he sentido admiración por todo lo argentino (y uruguayo, pueblos hermanos, al fin). Todo empezó con Borges, supongo, y siguió con Bioy, Arlt, Fernández, Onetti, y después con mis maestros de la universidad, que habían escapado a una de tantas dictaduras y encontrado trabajo y refugio en mi país —muchos de ellos también el amor. También tuvieron que ver Sandro, Leonardo Favio, Piero, Leo Dan, Piazzola y más tarde Patricio Rey, Virus y Luca Prodan. Aún escucho los discos de Entre Ríos con la dulcísima voz de Isol Misenta, que compré en la calle Florida, de Buenos Aires, lo mismo que uno de La Mona Jiménez: “Y, si te gusta la cumbia villera está bien, si no es una mierda”, me dijo francamente el vendedor. Las Puertitas y Fierro, entre otras revistas de cómics, alimentaron muchas de mis fantasías, y vi a Cerdos y Peces de Enrique Symms y La Selva Subterránea como a hermanas de las revistas underground que

publiqué en las décadas de los ochenta y noventa, y cuando algún amigo viajero vuela al sur le pido que me traiga La Mujer de Mi Vida, el Barcelona y Otra Parte.

Me precio de tener muy buenos amigos argentinos (y uruguayos), entre ellos el entrañable Juan Mascardi, a quien por poco conocí en un tumultuoso bar de Monterrey, pero el destino pospuso la ocasión para dos años más tarde. Mascardi fue parte del ciclo Estados Alterados en que participamos periodistas de España, México y Perú y distintas ciudades de Argentina. Al terminar los talleres me invitó a comer al Pippo, de la calle Montevideo —a donde iba de chico con su padre—, y ahí hablamos largamente de nuestras vidas y proyectos. De Rosario y de Crónica Z. Por supuesto, de Sustancias Elementales, cuya primera serie me enviaría pronto por correo.

Rogelio Villarreal*

Ustedes saben de qué tratan. Yo, como mexicano, sólo puedo decir que historias entrañables como ésas hacen tanta falta en mi país, tan dolido y tan golpeado. Relatos de una sencillez perfecta en los que se entreveran la fantasía, las tradiciones, la solidaridad, el humor, las ganas de vivir y de encarar el futuro con confianza y optimismo, sin importar los rudos golpes y obstáculos de la vida. El aire, el fuego, la tierra y el agua como elementos que nos dan vida, protegen y sostienen. En esos cuatro segmentos conocí bibliotecarios, futbolistas e instructores de natación capaces de entusiasmar a un ejército de zombies. Sustancias Elementales, de impecable producción, debería verse en toda la América Latina pues son extraordinarias lecciones de buena televisión y de conmovedora humanidad. ¡Felicidades, Juanito!

Las sustancias elementales de Mascardi

* Periodista mexicano. Director de la revista Replicante.

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La peor crisis económica y social de Argentina estalló en el verano del 2001. Dos días como epílogo de una década signada por políticas neoliberales: 19 y 20 de diciembre. En Rosario ocurrieron los primeros saqueos, los primeros crímenes. Entre ellos el del militante social Claudio “Pocho” Lepratti. El programa especial agrupa el material de archivo grabado por el equipo de prensa de Canal 6 de Cablevisión durante esas fatídicas jornadas y contextualiza a través de entrevistas a protagonistas de los hechos qué fue lo que ocurrió y cómo se llegó a semejante espiral de violencia y desesperación. En la provincia de Santa Fe hubo siete muertos.

Duración: 30’ 00’’.

PREMIOS :

El programa fue premiado por la Asociación Santafesina de TV por Cable en el género Especiales de la Categoría D, correspondiente a ciudades con más de 46.000 habitantes, y con el Premio Especial del Jurado, premio único por encima de toda categoría. También ganó el Premio ATVC 2004 en el género Periodístico Especiales de la Asociación Argentina de TV por Cable y ocupó el 9no lugar del voto del público del Festival Latinoamericano de Video de Rosario 2004.

Producción general: Prensa Canal 6 Cablevisión Rosario.

Dos días, el fin de una década (2003)

Guión y Dirección: Juan Mascardi Producción: Javier Arrizabalaga

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Un grupo de realizadores audiovisuales sufre un desperfecto en su automóvil en el kilómetro 277 de la ruta nacional 8, a la vera de Colón, una ciudad de la provincia de Buenos Aires. Mientras reparan su auto escuchan la diversidad de radios de baja potencia que invaden el dial. Sorprendidos por la gran cantidad de conductores radiales, sus modismos, su manera de apropiarse del código popular y por el ritmo de la cumbia que puebla el éter, los realizadores deciden cambiar sobre la marcha su destino final para contar otra historia. La historia de los personajes de la radio de ese lugar en medio de la Pampa húmeda.Duración: 25’ 14”

PREMIOS :

Festival Latinoamericano de Video Rosario (2005).Gud Mornin Colón fue el quinto audiovisual más votado por el público entre los 220 trabajos inscriptos. El Jurado de la Muestra Oficial Competitiva de Videos Rosarinos integrado por Marcela Bassano, Mónica Discépola, Leandro Arteaga, Emilio Bellón y Víctor Zenobi destacó:“Por su frescura y espontaneidad en un tema susceptible de tratamientos estereotipados, se entrega una mención especial”.

Premios CEMEX – FNPI (2007). Finalista en los Premios de la Fundación que preside Gabriel

Guión y Dirección: Juan Mascardi – Producción: Federico Pissinis

GudMornin Colón (2005)

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García Márquez. El jurado del Premio, conformado por Manuela Gumucio (Chile), Alberto García Ferrer (Argentina/España) y Jenaro Villamil (México), quedó gratamente impresionado con su trabajo y manifestó en el acta: “ El tema que trata es original. Explorando aspectos humanos de provincia, este trabajo hace un recorrido por las emisoras de radio y sus orígenes en Colón. Con algunos elementos prestados del lenguaje cinematográfico, se destaca la manera creativa que se empleó para estructurar y narrar este trabajo, uno de los más creativos que conformaban la Selección Oficial”.

Festival Internacional de Cine El Ojo Cojo (2006) Madrid, España. Guiño especial a cortometraje documental, considerando el jurado la “originalidad de su contenido y particularidad de su realización”.

Premio ATVC Asociación Argentina de Televisión por Cable (2006)- Categoría 3 como mejor documental.

Festival de Cine Lucas Demare de Olavarria, Buenos Aires (2005) Mención especial en la categoría cortometraje documental.

Equipo:

Dirección: Juan Mascardi.Guión: Juan Mascardi. Producción: Federico Pissinis. Asistente de Dirección: Ariel Placencia.Fotografía: Marcos Puras.Arte: Manuel Quiroga. Música: Zum Trío de guitarras Merdad´Artista.Edición: Augusto Jacquier Intérpretes: Carlos Rossi, Rodolfo Piraccini, Ricardo Figueira, Marina Andino.

Guión y Dirección: Juan Mascardi – Producción: Federico Pissinis

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Mi viejo fue un gran narrador de historias. En sus cuentos nocturnos siempre aparecía un tal Musa Simonovich, una especie de Tarzán local que durmió a un caballo de una trompada en el servicio militar, un denstista que llegó a ser Presidente de la Nación, los fusilamientos de José León Suárez, una estación de trenes plagada de maestros disfrazados de mendigos, un mono como mascota, una familia de yugoslavos que se escaparon de la guerra y la hambruna y miles de pacientes. Personajes que sólo pensé que

existían en su imaginación.Querido Doctor es una búsqueda. Los pacientes lo recuerdan como ‘el doctor de los pobres’. Cientos de interrogantes que no pretenden ser develados, sino seguir buceando en los sentimientos. El documental habla sobre una generación de médicos que estudió en la universidad pública del ‘50. Que nacieron a la luz de la década infame y murieron en los ‘90.

Duración: 59’ 43”.

Guión y Dirección: Juan Mascardi – Producción: Federico Pissinis

Querido Doctor (2008)

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PREMIOS :

Proyecto ganador de una beca en el área Medios Audiovisuales, 2006. Secretaría de Cultura - Ministerio de Educación. Gobierno de Santa Fe.

Premio Convocatoria 2007, Subsidio a la Producción Audiovisual. Centro Audiovisual

Equipo:

Guión y Dirección: Juan Mascardi. Producción General: Federico Pissinis.Dirección de Fotografía: Marcos Puras.Edición: Augusto Jacquier.Producción: Ariel Placencia, Pilar Solano.Animación: Juan José Wally Música Original: Santiago Wally, Argento Luciano Pietrafesa, Lilian Giubetich, León Bertone. Canción Original: Querido Dotor: de Magaly Mascardi, Juanjo Ayala y Walter Pisacco.Diseño: Manuel Quiroga.Página Web: Susana Díaz, Bruno Veguillas. Cámara Acuática: Carlos Vacarezza.Cámara Grúa: Facundo Bologna, Guillermo Barbieri.Con la participación especial de: los bailarines Zulma y Roberto

Rosario - Secretaría de Cultura - Municipalidad de Rosario(Santa Fe).

Proyecto declarado de Interés Municipal, Honorable Concejo Deliberante de Colón, Buenos Aires Expediente 4119.

Guión y Dirección: Juan Mascardi – Producción: Federico Pissinis

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¿Qué sucede cuando la gente se reúne? En medio de la fragmentación y desintegración de la estructura social, el deseo de unirse, de compartir una tarea o una misión surge como eje para contar estas historias. Una trama de encuentros relacionados con las cuatro sustancias elementales: agua, tierra, fuego y aire.

AGUA: Tiburones en el Paraná. Arroyo Seco, Santa Fe. Un grupo de jóvenes con capacidades diferentes se convierten en los grandes protagonistas en el Paraná. Nadan ininterrumpidamente hasta 10 kilómetros uno de los ríos más caudalosos de Latinoamérica.

Guiados por el profesor Patricio Huerga, los ‘Tiburones’ son un ejemplo de vida. Narrador invitado: Luis Novaresio.

TIERRA: La Biblio y el fútbol. Venado Tuerto, Santa Fe. Para 1984, la Biblioteca Florentino Ameghino desbarrancaba y el grupo de jóvenes que asumió la empresa de la resurrección decidió crear un equipo de fútbol y afiliarlo a la liga local, coronándose bicampeón. La Biblio fue una formación infrecuente, simpatiquísima, escapada de la imaginación delirada de alguna pluma brillante. Narrador invitado: Luis Yorlano.

FUEGO: Prendan hogueras. Rosario, Santa Fe. Cada 29 de junio los alumnos de la escuela de arte Manuel Musto de la zona sur reviven la celebración de San Pedro y San Pablo. Una inmensa fogata y varios muñecos quemados para ahuyentar fantasmas y reavivar la nostalgia. Narradores invitados: Gerardo Lo Re y Javier Arrizabalaga.

AIRE: Luces arriba. Rosario, Santa Fe. Un grupo de aficionados al barrilete practican vuelo nocturno: remontan sus cometas de noche y con luces. Esto generó revuelo entre la comunidad de investigadores de

Guión y Dirección: Juan Mascardi – Producción: Federico Pissinis, Paulo Ballan, Antonio Galimany

Sustancias Elementales, Ciclo I (2009)

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Equipo:

Guión y Dirección: Juan Mascardi. Producción Ejecutiva: Federico Pissinis.Producción Periodística: Paulo Bal-lan, Antonio Galimany.Dirección de Fotografía: Lucas Pérez.Sonido: Santiago Zecca.Animaciones y diseño: Alcides Izaguirre.Edición: Ignacio Roselló.Música Original: Argento Lilian Giubetich, Luciano Pietrafesa, LeonBertone.Camarógrafos: Martín Pérez, Alcides Izaguirre, Lucas Pérez, Marcos Garfagnoli.Asistente de Cámara: Virginia Maciel.Asistentes de Producción: Fer-nando Llorente, Rocío Martínez, AyelénFerreyra.Asistente de Sonido: Juan Valesi

extraterrestres en toda la zona. Los protagonistas obtienen una fama inesperada, una especie de ‘Orson Wells’ involuntarios, del nuevo milenio. Narrador invitado: Raúl Bigote Acosta.

Duración: cuatro capítulos de 26’ 00’’.

Duración: 25’ 14”

PREMIOS :

Proyecto ganador del Concurso de Producciones Audiovisuales 2008, del Programa Estímulo a la Producción Audiovisual del Ministerio de Innovación y Cultura de Santa Fe.

El capítulo “Tiburones del Paraná” obtuvo el Primer Premio UBA 2011 (Universidad de Buenos Aires) de Periodismo Educativo y Cultural en la Categoría Producciones Audiovisuales, Rubro Divulgación Educativa.

Festival Nacional de Cine y Video Documental, Mar el Plata 2010. Premio al Mejor Tratamiento Temático. El jurado consideró que mereció el reconocimiento “por su tratamiento humano, respetuoso y sensible” y por narrar “una historia conmovedora”.

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Sustancias Elementales (segundo ciclo) es un formato de crónicas documentales. El ciclo lo componen cuatro capítulos. Son cuatro historias de vida donde los personajes construyen su cotidianeidad a partir de la relación con cada elemento: agua, aire, fuego, tierra. ¿Qué hacen los personajes con esas sustancias? El elemento forma parte de sus vidas, de sus identidades.

TIERRA: Los versos de la tierra. Un niño que padecía la explotación laboral infantil en la cosecha de algodón en la localidad de Villa Ocampo, en norte santafesino, soñaba con ser poeta y se lo confesó hace varios años a un periodista rosarino. Más de 15 años después, se reencuentran.

Dirección: Juan Mascardi - Guión: PauloBallan, Juan Mascardi – Producción: Fernando Gondard

Sustancias Elementales, Ciclo II (2011)

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Equipo:

Dirección: Juan Mascardi.Guión: Paulo Ballan, Juan Mascardi. Producción Ejecutiva: Fernando Gondard.Producción Periodística: Federico Pissinis, Paulo Ballan, Ariel Placencia.Equipo de Investigación: Paulo Ballan, Antonio Galimany, Federico Pissinis, Ariel Placencia.Dirección de Fotografía: Lucas Pérez.Sonido: Santiago Zecca.Música Original: Argento. Luciano Pietrafesa, Lilian Giubetich y León Bertone.Gráfica y Diseño: Alcides Izaguirre.Edición: Ignacio Roselló.Asistente de Dirección: Santiago King.Asistente de Cámaras: Martín Pérez, Marcos Garfagnoli.Asistente de Producción: Natalia Luján, Pablo Mezio, AyelénFerreyra.

AGUA: Aguas amargas. La historia de Melincué es mucho más que una inundación. Es también una historia de desidia política y abandono. Esther, ex propietaria del comedor en el viejo hotel; volverá al espacio que estuvo bajo las aguas junto a su amiga Norma, coleccionista de viejas fotos que marcan una época de oro.

FUEGO: Ensamble sobre fuego. Rubén Winkler es alfarero. El artesano sostiene que el secreto de este noble oficio está en el fuego. El fuego transforma el barro en un instrumento musical. Un alfarero extiende su actividad al oficio de luthier. Rubén modela para su amigo -el músico Juancho Perone- el udu: un instrumento de percusión fabricado con arcilla.

Fuego, música y una historia de amistad.

AIRE: Trazos de cielo. Julio Luraschi y Omar Raggio se cuelgan de su andamio para realizar monumentales imágenes de pintores célebres en los edificios de Rosario. Artistas de altura que trascienden los museos. La pintura a la calle.

Duración: cuatro capítulos de 26’ 00’’.

PREMIOS :

Serie ganadora del concurso Serie de Documentales Federales de Fomento Televisión Digital Abierta, impulsado por el Consejo Asesor del SATVD-T 2010.

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Calle San Luis es un hervidero. Cientos de tiendas, vendedores ambulantes y comercios laten día a día. Descendientes de inmigrantes sirios, judíos, italianos y españoles reviven el recuerdo del barco, un sello de la ciudad de Rosario. Pero, en medio del vértigo cotidiano, la esquina de Corrientes y San Luis se destaca por presencia e historia. Allí está la Casa Fracassi, obra del destacado arquitecto Angel Guido -el mismo que construyó el Monumento a la Bandera-.

La mansión, un palacio

neocolonial en pleno centro de la ciudad, perteneció al médico psiquiatra y profesor Teodoro Fracassi -decano de la Facultad de Medicina de 1930 a 1931-. En la planta inferior de la Casa Fracassi existe un comercio de venta de ropas: ‘La esquina de la oportunidad’. Como una metáfora extraña de la globalización, la cultura híbrida le otorga al sitio un plus. Un choque cultural que dispara cientos de historias que se encuentran todas las mañanas en esa esquina.

Un periodista económico y una

arquitecta llegan a esa esquina con intereses diferentes. El trabajador de prensa para realizar un relevamiento sobre las ventas en el centro comercial de Rosario; la arquitecta para investigar los aspectos de la Casa insignia Pero ambas historias se enrecruzan a través de los innumerables relatos de las personas que habitan esa particular esquina de Rosario. El mundo late en calle San Luis.

Duración: 26’ 00’’

Dirección: Juan Mascardi – Guión: Paulo Ballan, Juan Mascardi – Producción: Luciano Solari

El mundo en calle San Luis (2011)

Capítulo de la serie ‘Aguafuertes, crónicas del Litoral’ coproducido por la UNR para el Polo Audio-visual Tecnológico Centro Este del Sistema Argentino de TV Digital Terrestre.

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Equipo:

Dirección: Juan Mascardi.Guión: Paulo Ballan, Juan Mascardi.Producción: Luciano Solari.Producción Periodística: Paulo Ballan.Asistente de Producción: Ariel Placencia.Director de fotografía: Lucas Pérez.Camarógrafos: Marcos Garfagnol, Martín Pérez.Sonido: Santiago Zecca.Ayudante de Sonido: Agustín Pagliuca.Edición: Ignacio Roselló.

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Dirección: Fernando Irigaray Guión: Juan Mascardi, Fernando Irigaray y Paulo BallanProducción: Fernando Gondard

Tras los pasos de El Hombre Bestia (2012)

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Equipo:

Dirección: Fernando Irigaray.Guión: Juan Mascardi y Paulo Ballan.Producción: Fernando Gondard. Investigación: Fernando Irigaray, Andrés Aseguinolaza, Héctor Molina y Sebastián Butticé.Dirección de Fotografía: Héctor Molina.Dirección de Arte: Lucas Comparetto y Laura Perales.Asistencia de Dirección y Cámara: Martín Pérez.Cámara y Gaffer: Andrés Aseguino-laza y Alejandro Coscarelli.Asistencia de Producción: Gisela Moreno.Sonido: Carlos Rossano.Asistencia de Sonido: Agustín Pagliuca.Música original: Iván Tarabelli.Posproducción: Martín Pérez.Diseño Visual: Joaquín Paronzini.Foto Fija: Sebastián Suarez Meccia y Aldo Iñiguez.Secretaría Administrativa: Liliana Gonzalez.Protagonistas: Fernando Pallas e Ignacio Robiolo

La obsesión de un realizador por buscar y reconstruir la historia de la primera película de terror del cine argentino “El Hombre Bestia” y el recuerdo zigzagueante de familiares, cineastas y periodistas sobre la vida de Camilo Zaccaría Soprani conviven y se alternan como un gran collage en el montaje final de un documental en construcción.Camilo ZaccaríaSoprani es un personaje enigmático. Cineasta, periodista y autor de manuales sobre cine a principios del siglo pasado, su figura tomó relevancia histórica hace poco más de cinco años cuando se encontró misteriosamente el primer film fantástico argentino: El Hombre Bestia, rodada en la ciudad de Rosario en la década del ’30 y estrenada en 1934.

Ésta película, también conocida como “Las aventuras del capitán Richard”, estuvo perdida durante décadas.“El Hombre Bestia” volverá a la pantalla de la mano de un documental realizado por un investigador de cine. El narrador está obsesionado por la figura de este pionero del cine de terror. A medida que se realiza el montaje de dicho documental se revelará la historia que envuelve a este film.

Duración: 26’ 00’’

PREMIOS :

Programa Documental Concursos Federales del Plan Operativo de Promoción y Fomento de Contenidos Audiovisuales Digitales 2011.

Dirección: Fernando Irigaray Guión: Juan Mascardi, Fernando Irigaray y Paulo BallanProducción: Fernando Gondard

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Dirección: Juan Mascardi – Guión: Paulo Ballan – Producción: Fernando GondardProductores asociados: Cristian Cabruja – Mariana Sena (Centro Audiovisual Rosario) Universidad Abierta Interamericana – Escuela de Natación Integral Arroyo Seco. (E.N.I.A.S). Asociación Civil sin fines de lucro.

Abrazos de agua (2012 - 2013)

25Una odisea. Un recorrido épico. Los Tiburones de Arroyo Seco son un grupo de niños y adolescentes con y sin discapacidades que, el 10 de marzo de 2012, cumplieron el sueño de unir nadando Argentina con Uruguay. Fueron 140 nadadores que recorrieron casi 15 kilómetros desde Colón (Entre Ríos) hasta Paysandú. En Abrazos de Agua son los mismos participantes quienes cuentan en primera persona la vibrante experiencia de nadar y superar todo tipo de barreras.

El documental posee tres ejes: la prueba en sí misma, la vida de los Tiburones fuera del agua, y la historia de la construcción de esta realización audiovisual; ya que ellos mismo van diseñando el relato audiovisual (el documental dentro del documental).