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EL MODELO DE JUEGO

El lugar de donde provienen los contenidos

En la lección anterior analizamos con detalle la parte superior de la hoja de

planificación, es decir, como se crean los periodos de entrenamiento. En

este momento ya sabemos cuando vamos a empezar a competir y el tiempo

que tendremos para prepararnos.

Ahora falta el apartado vertical de los contenidos de entrenamiento, o sea,

qué es lo que hay que entrenar.

Uno de los grandes errores que todos los entrenadores cometemos al

empezar a entrenar es que ni siquiera seleccionamos los contenidos. De

hecho, pocas veces pensamos en contenidos. Normalmente sencillamente

copiamos las tareas que recordamos o que nos han gustado cuando nosotros

éramos jugadores.

Con el paso del tiempo y a medida que accedemos a los cursos de

formación y a la lectura de libros descubrimos los muchos contenidos de

los que esta formado nuestro deporte. En ese punto el principal error que

todos cometemos es aceptar como contenidos de nuestra planificación

todos los contenidos del último curso al que hemos asistido o del último

libro que hemos leído.



Antes de seguir, dejadme que os explique una historia:

“Un grupo de leñadores se dirige a la casa del hombre más rico del

pueblo porqué han sido llamados para talar uno de sus bosques. El

capataz los recibe y les da las siguientes indicaciones:

- El señor no está en casa, está de viaje. Pero me indicó que saliendo

del pueblo talaseis el primer bosque que encontrareis a la derecha del

camino.

Los leñadores salen del pueblo y al encontrar el primer bosque se

ponen a talarlo.

A los dos días el señor regresa a casa y el capataz le explica lo que

les ha dicho a los hombres. El señor sale corriendo y dirigiéndose a

las afueras del pueblo grita a los leñadores:

- ¡Deteneos! ¡Deteneos! ¡El capataz se equivocó! ¡El bosque que

había que talar era el de la izquierda!

Demasiado tarde. Los leñadores habían talado ya más de medio

bosque.”

Este ejemplo sirve para ilustrar que equivocarse de bosque es un error fatal.

Por muy buenos que sean los leñadores, por muy afiladas que estén sus

hachas, por muy fuertes que sean, equivocarse en el bosque echa por tierra

todo el trabajo. Sencillamente ese no era el bosque.

Si nos equivocamos al seleccionar los contenidos de entrenamiento por

muy bien que entrenemos incluso por muy buenos que sean los jugadores



nos estaremos equivocando de raíz: Sencillamente no estaremos entrenando

lo necesario.

Seleccionar los contenidos de entrenamiento es una de las partes más

importantes de la planificación (tan importante como acertar el bosque).

La selección de los contenidos proviene del modelo de juego. Y el modelo

de juego lo diseñamos de una manera u otra en función de si estamos en un

equipo de formación o en un equipo de rendimiento. Justo después del

primer paso en los equipos de formación o del cuarto paso en los equipos

de rendimiento. ¿Está claro?

Lo repito: el modelo de juego lo diseñamos de una manera u otra en

función de si estamos en un equipo de formación o en un equipo de

rendimiento. Justo después del primer paso en los equipos de formación o

del cuarto paso en los equipos de rendimiento.

Lo que los jugadores deben aprender en formación vendrá dado por su edad

y/o su nivel anterior de juego. La competición debería tener poco a ver en

la selección de lo que tienen que aprender.

En cambio, en los equipo de rendimiento, es necesario analizar primero

cuales son los equipos a batir, para así después poder diseñar un sistema de

juego para ganarles. Por esta razón en la primera lección insistí tanto en

realizar los pasos de la planificación en riguroso orden, según se trate la

finalidad del equipo.



DEFINICIÓN DEL MODELO DE JUEGO.

El modelo de juego es el conjunto de sistemas de juego y las necesidades

específicas de preparación física y psicológica que vamos a necesitar para

llevar a la práctica la idea de juego que hemos visualizado al definir la

finalidad del equipo.

Es específico para la finalidad de ese equipo, los objetivos que hayamos

definido y las características de los jugadores que tengamos.

Al finalizar la pretemporada deberíamos tener “cerrado” un modelo de

juego. Si durante la temporada necesitamos jugar de diferente manera será

añadiendo ligeros retoques a esa base sentada en la pretemporada. De

hecho, como veremos dentro de un par de lecciones, cada mesociclo del

periodo competitivo incluirá algunas modificaciones del modelo.

Como hemos visto, una parte muy importante del modelo de juego son los

sistemas de juego.

SISTEMA DE JUEGO.

Un sistema de juego es el conjunto de normas que rigen las acciones

individuales y colectivas con el objetivo de obtener el máximo rendimiento

de todo el equipo.

El sistema de juego no es natural por definición. De hecho si observamos a

los niños en sus primeros pasos en el aprendizaje de deportes colectivos

observaremos una ausencia total del sistema de juego y un agrupamiento

del juego colectivo.



A media que transcurre el paso hacía la alta competición los equipos

mejoran notablemente en su estructuración del juego. Al analizar la alta

competición podemos observar una excelente ocupación del espacio, una

mayor frecuencia y más directa comunicación entre los jugadores y la

posibilidad de desarrollar varios roles por parte de un mismo jugador.

Las características de los sistemas de juego

Podemos considerar que los sistemas de juego deben atenerse a tres

características básicas:

Por un lado, deben poseer una organización racional del espacio. Deben

disponer a los jugadores en una organización espacial en anchura y

profundidad que reparta las responsabilidades espaciales entre los

componentes del equipo. Ello tiene que ver con la estructura geométrica de

ocupación espacial, los desplazamientos concertados anticipadamente de

los jugadores como reacción al desplazamiento del balón y un ritmo de

juego determinado de presión al adversario cuando defendemos y de

conservación y movimiento del balón cuando estamos atacando.

Por otro lado, en segundo lugar nuestro sistema de juego debe ser siempre

adaptable al sistema de juego del adversario. Esto no significa en

absoluto renunciar a llevar la iniciativa, sino todo lo contrario. Debemos

tener suficientes respuestas conocidas como para que el contrario no pueda

sorprendernos. Sin perder nuestra identidad, los jugadores deben estar

preparados para poder reaccionar a cualquier actuación de nuestro rival.



Entendemos esta adaptación respecto a las características individuales de

marcaje (a quién marcaremos) y desmarque, así como respecto a la

estructura colectiva. Igualmente debemos poseer una cierta adaptación al

ritmo de juego del adversario para evitar ser superados, para “romperle el

ritmo” o para imponer el nuestro por delante del suyo.

Posiblemente esto se vea más cuando hablamos de los sistemas defensivos.

Por la razón que sea (sería muy largo de analizar) tradicionalmente los

sistemas defensivos siempre han resultado más reactivos que anticipativos.

Es decir, siempre nos hemos preparado más para destruir el juego

adversario que para anticiparnos a sus acciones y llevar nosotros la

iniciativa. En cambio en ataque siempre hemos tenido claro que la

iniciativa pertenece al equipo que posee el balón. La adaptabilidad en este

caso supone concienciar a los jugadores que cualquier sistema rival es más

vulnerable en algún punto concreto, y explotar esa vulnerabilidad es lo que

aquí entendemos por adaptarnos al sistema de juego del adversario.

Finalmente una cuestión delicada que puede resolverse de dos maneras

diferentes.

Pero antes de esto una aclaración de conceptos.

En términos de Teoría General de Entrenamiento entendemos la

Estrategia como los principios generales que se relacionan con

espacios y tiempos grandes. Para un jugador, todo el campo y la

duración de todo el partido o incluso el campeonato. Lo comento

porque en algunos deportes llamáis estrategia a las jugadas de



balón parado. En estos documentos (salvo que indique lo contrario)

no tendremos ese concepto de la palabra estrategia.

La tercera característica de los sistemas de juego es que deben ser

modificables a causa de aspectos estratégicos. Por un lado existen los

factores relativos al tipo de competición. Puede ser que se trate de un

torneo de dos o tres días y haya que modificar el ritmo de juego. Puede ser

que se trate de un torneo por eliminatorias y estemos jugando fuera de casa,

o en casa.

Igualmente los aspectos estratégicos pueden influir en modificar todo o

parte del sistema de juego. No es lo mismo jugar fuera de casa que en casa;

que falten 5 minutos y vayamos ganando o perdiendo respecto a la

necesidad de arriesgar o jugar más conservadoramente.

Y finalmente posible que tengamos algún jugador sancionado y temporal o

definitivamente nos hayamos quedado sin un jugador. ¿Cómo actuaremos

en este caso?

Las dos soluciones posibles son modificar ligeramente el sistema que

tenemos definido o diseñar un sistema variante del anterior para afrontar

esa necesidad.

En los equipos que no hay sistema de juego los jugadores solo hacen lo que

saben. Independientemente del desorden la calidad de cada jugador es

insustituible ya que su calidad es todo lo que hay. En cambio, cuando el

sistema de juego está bien definido es fácil tener jugadores polivalentes ya

que basta conseguir las indicaciones para cada rol.



La estructura de los sistemas de juego

Supongo que en este momento os estaréis preguntando: vale, vale, ¿Cómo

se crea un sistema de juego?

Crear un sistema de juego es muy simple. Basta con responder a estas 3

preguntas:

- ¿Dónde colocamos a los jugadores?

- ¿Qué órdenes individuales les damos?

- ¿Cómo colaboramos para imponernos al adversario cuando el uno

contra uno no es suficiente?

-

Y si acaso una cuarta:

- ¿haremos alguna modificación a causa de determinados aspectos

estratégicos?

A continuación vamos a profundizar en la respuesta de cada una de las

preguntas anteriores. El resultado de dichas respuestas será ni más ni

menos lo que hay que entrenar: los contenidos de entrenamiento.

Diferencias entre el Modelo de Juego y el Plan de Partido

El Modelo de Juego y el Plan de Partido no son la misma cosa. Se

parece, y ocasionalmente pueden parecer casi idénticos, pero no son

lo mismo.



El Plan de Partido es la concreción del Modelo de Juego para un

partido determinado. Es decir, el Plan de Partido se basa en el

Modelo de Juego. El Modelo de Juego debe quedar cerrado al final

de la PreTemporada, y a partir de él, iremos haciendo las

modificaciones pertinentes para ajustarlo en cada día de

competición al rival que nos enfrentemos.

Posiblemente, a base de ir haciendo pequeños retoques cada

semana, el Modelo de Juego irá creciendo y ampliándose.

De cada una de las preguntas anteriores se desprende que el Sistema de

juego justifica los contenidos técnico-tácticos necesarios.

Vamos a analizar cada una de las preguntas que definen los sistemas de

juego:

Sistemas de juego para el ataque y la defensa

El esquema de preguntas que os he propuesto antes sirve tanto para el

ataque como para la defensa. Las preguntas que hay que responder son

prácticamente las mismas. Sin embargo, para alcanzar una mayor

profundidad vamos a verlas por separado según se trate de los sistemas de

ataque o de defensa.



LA DEFINICION DE UN SISTEMA DEFENSIVO

1. ¿Dónde se colocan los jugadores?

Esta es la pregunta inicial.

En las defensas zonales, normalmente, el dibujo que hacen los jugadores

sobre el terreno de juego, sirve para nombrar al sistema: así en fútbol

tenemos el 4:4:2, el 5:2:3:1, el 4:3:3, etc; en balonmano tenemos el 6:0, el

5:1, el 3:3, el 2:4, etc. Y en baloncesto tenemos 1:3:1, 2:3,…

Demasiadas veces, eso es todo lo que es el sistema de juego. A partir de la

situación de los jugadores, el entrenador confía en su capacidad de analizar

las situaciones y tomar decisiones por si solos. Eso, desde mi punto de

vista, es abdicar de la responsabilidad que tenemos como entrenadores de

ayudar a los jugadores a que siempre estén orientados y facilitarles

respuestas cuando sean incapaces de encontrarlas por si solos. Además, los

jugadores no tienen la capacidad de imaginar los movimientos de todo el

equipo. Ellos reducen su actuación a su parcela de juego, y como mucho a

los siguientes puestos colindantes. En cambio, como entrenadores debemos

coordinar los movimientos en diferentes partes del campo, para que en un

momento dado coincidan.

En las defensas individuales, la pregunta se cambia por otra: ¿quién marca

a quién?

Así como en la defensa zonal, asignamos un espacio a cada defensor y él

tiende a permanecer en él y macar sucesivamente a los diferentes atacantes

que aparezcan por ahí. En la defensa individual,, en cambio, a cada



defensor le asignamos un atacante y tiende a permanecer con él hasta el

final de la acción ataque.

2. Ordenes Individuales

La situación inicial de los jugadores sólo dura un instante. En el momento

en que el balón empieza a desplazarse, las posiciones de los jugadores se

van reajustando para ocupar el espacio cercano a la situación del balón de

forma más efectiva. A cada desplazamiento del balón entre los atacantes, le

corresponde un desplazamiento de los defensores.

Para ayudar exactamente a los defensores a orientarse en defensa, debemos

dejar absolutamente claras las situaciones respecto a qué hacer:

1/ Cuando defendemos a un adversario que tiene el balón:

- en este caso debemos dejar claro cuales son las indicaciones del

sistema según la zona del campo en que esté: es decir, si está en su

zona de culminación (que determina su capacidad real de anotar) y si

sus intenciones son dirigirse a portería para marcar, o sólo está

esperando dar otro pase.

2/ Cuando defendemos a un adversario que no tiene el balón:

- en este caso, los parámetros que articularán el juego, además de la

zona del campo en que esté será la distancia a que se encuentre del

balón (que normalmente podemos determinar por el número de pases

a que se encuentre). Por ejemplo, en las defensas en zona, cuando

más alejado del balón esté, más alejados nos encontraremos de

nuestro rival, ya que tenderemos a proteger a nuestros compañeros.



En la defensa individual, en cambio, seguiremos igualmente cerca

del adversario con las intenciones de no dejarlo recibir o interceptar

un pase a éste.

3. Ordenes colectivas

En el supuesto de que seamos claramente superiores en el 1x1, pocas

órdenes colectivas tendríamos que dar. Sencillamente provocaremos

pérdidas de balón o se lo interceptaremos cuando realicen un mal pase.

Sin embargo, esto rarísima vez es así por dos razones:

- el equipo que lleva el balón lleva la iniciativa, o por lo menos, sabe

lo que hará antes que nosotros (Esto no es siempre así, ya lo veremos

más adelante)

- cuando vea que no puede superarnos en el 1x1 sus jugadores van a

colaborar para sobrepasarnos.

Los dos casos anteriores deben hacernos reflexionar respecto a la actividad

de nuestros jugadores.

Respecto al primer caso (el equipo que lleva el balón lleva la iniciativa)

deberemos establecer el sistema de ayudas necesario para cuando de vez en

cuando, sus jugadores se anticipen a los nuestros y nos batan en el duelo de

1x1. Ya no digo lo importante de este elemento en el caso de que el

adversario sea superior a nosotros en el 1x1 en algún lugar concreto del

campo.



Respecto al segundo caso (sus jugadores van a colaborar para

sobrepasarnos) las acciones del adversario destinadas a lograr superioridad

numérica, deben quedar contrarrestadas por nuestras formas de colaborar

en defensa: los cambios de oponente, o el continuar cada uno con su

marcaje (¡como sistema de colaboración!)

Y dejadme que en este punto os haga otra reflexión: aunque antes dije que

la iniciativa pertenece al equipo que ataca, ello puede no ser así. Requiere

mucho entrenamiento y disciplina, pero no tiene porqué ser así.

Dejadme que me explique.

No me refiero en este caso (solamente) al hecho de que podamos

anticiparnos a sus acciones desde el punto de vista individual. Está claro

para todos.

Me refiero aquí a tender “literalmente” trampas al adversario ¡mediante

nuestra colaboración defensiva!

Igual que el ataque tiene combinaciones para llevar la iniciativa, también

nosotros podríamos establecer alguna señal para que, por ejemplo:

- el jugador que está frente al adversario le presione,

- los que defienden a los atacantes que están a un pase, eviten que

éstos reciban con un marcaje sobre la línea de pase

- para que los que están a dos o tres pases, ofreciendo en primer lugar

la línea de pase, la ataquen en cuanto el balón haya salido del

poseedor y ya sea tarde para él.



En éste punto (y como bonus ) dejadme que os explique el

auténtico y definitivo secreto para interceptar un balón: ¡¡¡IR A

BUSCAR EL BALON CERCA DEL RECEPTOR!!!

Daros cuenta de que la trayectoria del balón desde el pasador hasta

el receptor puede ser bastante variada, de manera que la superficie

de interceptación del balón en cada punto del trayecto es muy

grande… ¡excepto cuando éste se acerca al receptor! ya que el

pasador, inconscientemente, apunta a sus manos (o sus pies, o stick)

cuando pasa. Por ello, si calculamos que interceptaremos el balón

cerca de la superficie de recepción y nos colocamos ahí

anticipadamente, el balón simplemente irá hacia nosotros.

Pero para ello, por supuesto hay que coordinarse y entrenar, entrenar y

entrenar. Pero por lo menos deberíamos tener alguna cosa así preparada

para cuando tengamos que definir sistemas o partes de sistemas para

cuando falta poco tiempo y vamos por detrás en el marcador.

4. La modificación del sitema elegido según alguna situación

estratégica

Como ya dije antes, es imprescindible tener o varios sistemas defensivos

preparados, o algunas variantes del sistema principal que usemos. Podeis

definir el sistema en la misma “hoja” definiendo sus variantes, o elegir por

nombrar un nuevo sistema aunque sea solamente un poco diferente.

A modo de ejemplo, cuando yo estaba entrenando a los juveniles de

balonmano del FC Barcelona, teníamos dos sistemas defensivos

diferentes, el “azul” y el “rojo”, nombrados así porque con una



ligera señal en la camiseta, el avanzado podía indicar qué sistema

íbamos a usar.

Los dos eran sistemas defensivos 3:2:1 pero la forma de realizarlos

era muy diferente.

Aunque la situación inicial de los jugadores era la misma, en cuanto

el balón se movía, las intenciones individuales eran claramente

distintas:

- en el azul, al adversario sin balón se le controlaba a distancia,

protegiendo más la zona defensiva

- en el rojo, los defensores que estaban a un pase procuraban

disuadir la recepción del balón por parte de su adversario,

provocando un retrasado o largo que…

- podía ser interceptado por un defensor lejano

En las intenciones de colaboración, ya se ve claro que mientras que

en el sistema azul, valorábamos especialmente las ayudas, en el rojo

asumíamos riesgo en ese sentido a cambio de hacernos más

agresivos.

Supongo que no hace falta que explique cuando usábamos cada uno

de ellos, ¿no?



LA DEFINICION DE UN SISTEMA OFENSIVO

Antes de empezar con esta parte, permitidme que os explique algo. En la

década de los 90 en el ámbito internacional del Balonmano había 2 equipos

que copaban la mayoría de títulos internacionales: el FC Barcelona en

cuanto a clubes y la Selección Nacional de Suecia en cuanto a selecciones

nacionales. Yo tenía la inmensa suerte de pertenecer como preparador

físico y tercer entrenador a uno de ellos. No solamente conocí la

metodología de trabajo de ese equipo ¡sino que participé activamente en

ella!

Sin embargo estaba absolutamente intrigado por saber cuales eran las

coincidencias entre nuestro método de trabajo y el de la selección sueca, así

que aprovechando una concentración del equipo nacional sueco júnior en

Portugal que dirigía el entrenador del equipo absoluto, le pedí permiso para

asistir a lo que accedió muy amablemente.

No sólo eso, sino que estuve invitado con ellos prácticamente durante toda

la concentración, comiendo con ellos y asistiendo a sus entrenamientos.

Charlé con los entrenadores en las comidas, en el café, en el bus,…

Pues bien… a lo que iba… después de estar con ellos prácticamente una

semana llegué a la conclusión que había dos aspectos en los que la

coincidencia era exacta. En los demás aspectos había bastantes diferencias,

pero en dos en concreto estábamos hablando de similitudes más que

importantes:

- la enorme autodisciplina que tenían los jugadores, por sí mismos

- la minuciosa descripción de los sistemas de juego para cada

momento del partido



Evidentemente, en mi posterior etapa como entrenador profesional, estos

dos conceptos fueron, sin ninguna duda, los que me ayudaron a conseguir

un currículo increíble en tan poco tiempo… ¡sencillamente fui directo a lo

importante!

Y entre esto importante está lo siguiente: hoy en día, la clave del juego (por

lo menos para mi) está en la velocidad.

¿Estamos de acuerdo? El equipo que juega más rápido que su rival, va a

tener más opciones de ganar el partido.

Pero para poder jugar rápido hay una palabra clave… ANTICIPACIÓN,

¡exacto!

La palabra contraria a anticipación es reacción. Reaccionamos cuando

vemos lo que sucede y tomamos la decisión después de que suceda. Para

anticiparnos, tomamos la decisión antes o en el momento en que suceden

las cosas, porque ya sabemos lo que va a ocurrir. Para anticiparnos tenemos

que saber lo que va a ocurrir (o por lo menos tener mucha certeza en que

será así).

Hay dos fuentes principales de incertidumbre en el juego: lo que hacen los

adversarios… y ¡lo que hacen mis compañeros! sobretodo cuando el juego

es totalmente libre.

¡Esta es la gran importancia del Sistema de Juego! Os lo aseguro y es una

de las experiencias personales que más os puedo transmitir. Cuando

tenemos bien definidos los sistemas de juego, los jugadores pueden



concentrarse en lo que vana hacer sus adversarios, porque lo que haremos

nosotros ya está prácticamente determinado.

Ello no quiere decir que definamos sistemas exclusivamente rígidos y

definidos de forma cerrada desde el principio hasta el final, pero si

queremos jugar rápido, anticiparnos, y que los jugadores jueguen “de

memoria” bien entendida, no hay manera de ayudarles más que definiendo

y explicándoles la forma en que debemos comportarnos colectivamente

como equipo. Y esto es lo que es un sistema de juego.

Dicho esto vamos a ver como se definen los sistemas de ataque, usando la

misma plantilla de pasos que hemos usado para definir los sistemas

defensivos.

1. ¿Dónde se colocan los jugadores?

Esta es, nuevamente, la pregunta inicial.

Es curioso observar como en aras de la libertad de los jugadores, muchos

entrenadores sencillamente definen estas posiciones y luego dejan a la

“creatividad” de sus jugadores el resto. No digo que no se pueda hacer

nunca… pero creo que las situaciones de juego libre no deberían estar

planteadas en más del 25% de las ocasiones, entre otras cosas, porque

¡todos los finales son siempre libres! es decir, nosotros podemos incidir

preferentemente en como queremos empezar las situaciones y en cómo

procederemos si las cosas van de una determinada manera, pero no siempre

vamos a acertar en lo que va a hacer la defensa, con lo que el juego acabará

por derivar hacia el juego libre en innumerables situaciones. No hace falta

que las propongamos desde el inicio.



Nuevamente tendremos que colocar a los jugadores en una ubicación

espacial ancha y profunda para aprovechar al máximo el espacio, y

provocando la máxima distancia entre los defensores.

También es importante en este punto que lso jugadores atacantes sepan cual

es el defensor que teóricamente debería marcarles. Así si en algun

momento del ataque ven le el que les marca es otro, posiblemente haya un

compañero suyo desmarcado.

2. Ordenes Individuales

Similarmente a los sistemas defensivos, los jugadores deben tener muy

claro que es lo que pueden y/o deben hacer según si están en posesión del

balón o el lugar del campo en el que estén.

Recibir en movimiento y dar un pase de calidad (es decir favoreciendo la

acción del siguiente compañero poseedor) son dos de las consignas básicas

que hay que dar. Otra podría ser la de crear peligro siempre que se pueda,

para fijar la atención de por lo menos uno de les defensores, de manera que

lo eliminamos de la posibilidad de dar ayudas a sus compañeros, a la vez

que creamos más espacio para el siguiente 1x1.

La recolocación de los jugadores debe ser una obligación cada vez después

de intervenir. Es especialmente importante que no se queden

permanentemente ocupando el espacio de culminación ya que con ello

atraen a los defensas. Deben liberar ese espacio para que pueda ser

aprovechado por otro compañero.



La velocidad con que pasemos el balón debe estar definida también aquí.

En fútbol o hockey, por ejemplo, con el numero de toques de conducción

que debemos permitir / exigirnos. Por ejemplo 1-2 en la zona defensiva, 2-

3 en la zona intermedia y libre en la zona de ataque. En los deportes que se

juegan con la mano, todavía es más importante retener solamente el tiempo

justo para fijar al adversario y pasar rápido el balón.

En cuanto al sentido de la anticipación tenemos que insistir a los jugadores

en que piensen lo que quieren hacer antes de recibir el balón. Ya sea porque

siguen las instrucciones de alguna jugada que hayamos marcado o porque

desean realizar alguna acción concreta. Pero es importante que ellos actúen

antes de que su adversario sepa que están haciéndolo.

3. Ordenes colectivas

Si resu1tase que somos superiores en el 1x1 muchas veces no hará falta

colaborar. Sin embargo, como es de suponer que el equipo contrario habrá

preparado los dispositivos de ayuda necesarios, entonces, por lo menos en

cuanto a dar continuidad al juego, debemos estar preparados para colaborar

con los compañeros. Al dar el pase al siguiente compañero desmarcado,

hay que vigilar que, aunque creamos que está solo porque a nosotros nos

está marcando el jugador que antes le marcaba a él, siempre podría

aparecer un tercer jugador en ayuda que nos interceptase el balón. para ello

debemos poseer un excelente campo visual en anchura y (en algunos

deportes) en profundidad.



En las muchas veces en que el 1x1 no será suficiente para obtener ventajas

claras, será imprescindible colaborar.

En este apartado debemos dejar claro las formas de colaboración básicas,

donde y cuando las emplearemos. Cada deporte tiene diferentes formas de

colaborar aunque son parecidas entre ellas:

- cambiar el lugar para provocar un error en el cambio de oponente o

conseguir una ligera ventaja física, se conoce como cruce, permuta o

desdoblamiento según el deporte

- fijar al oponente del compañero para dejarlo solo y pasarle el balón

recibe diferentes nombres como penetraciones sucesivas, doblar el

balón, o fijar.

- interceptar con el cuerpo la trayectoria de un defensor para liberar así

del marcaje a uno de nuestros compañeros se conoce como bloqueo,

aunque no esta permitido en todos los deportes.

- establecer una comunicación visual o auditiva para indicar un

determinado desmarque o toma de posición corporal en la zona de

culminación, y esperar el pase en un momento determinado, aunque

parezca que son elementos de táctica individual, el hecho de ponerlos

deliberadamente juntos y agrupados bajo un mismo concepto,

también puede figurar entre nuestro archivo de acciones tácticas

colectivas.

- Aquí no me refiero a las jugadas premeditadas en las que intervienen

3 o 4 jugadores. De ellas hablaré más tarde. aquí hacemos referencia

a las formas más simples de colaboración, que suelen ser

normalmente entre dos jugadores y ocasionalmente entre tres.



4. La modificación del sistema elegido según alguna situación

estratégica

Al igual que ocurre con los sistemas defensivos, es importante tener

previstas las eventualidades que puedan ocurrir en caso de que falte poco

tiempo para acabar el partido y tengamos que arriesgar, o que por

circunstancias del juego tengamos que actuar con algún jugador menos

durante un rato o permanentemente.

Mi opción particular es definir un sistema de juego para cada ocasión.

Cuando las circunstancias estratégicas cambian, normalmente hay que

cambiar la situación de los jugadores. Igualmente algunas de las ordenes

individuales se ven modificadas y las formas de colaborar deberán buscar

otros espacios (más exteriores, que es donde se van a acumular menos

defensas- la superioridad numérica de la defensa suele darse siempre en el

centro, mientras que a los lados de la defensa, las situaciones suelen ser de

igualdad).

Igualmente me gusta tratar cada acción preparada (jugada ensayada o

acción de estrategia – como queráis llamarle) como un sistema en sí. Ya se

que parece muy detallado, pero creo que cuanta más precisión tengamos en

cada acción más fácil será para los jugadores desarrollar su parte en el

movimiento general. Como expliqué antes, al conocer de antemano con una

gran seguridad lo que va a ocurrir, la atención del jugador se puede centrar

en lo que hace su adversario y no su compañero.

En uno de los bonus de este tema, os mostraré la cantidad de accione

preparadas que teníamos en función de si la defensa era plana o con un

avanzado, si éramos un jugador más o un jugador menos (eh! este es un



secreto entre nosotros, sobretodo si nos enfrentamos un día… ;-) – pero ya

os dije que os iba a explicar muchísimas cosas…

LA PREPARACION FISICA Y EL MODELO DE JUEGO

El modelo de juego tiene una incidencia especial en los sistemas de juego

que vamos a utilizar. Creo que en las páginas anteriores ha quedado claro.

Lo que no pensamos tan a menudo es que la definición del modelo también

defería incidir en los contenidos de preparación física que propondremos a

los jugadores.

Por ejemplo, si queremos un sistema de juego basado en pocos

jugadores y pocos cambios, la preparación física que deberemos

proponer a esos jugadores, en especial en cuanto a la resistencia, será

diferente de si queremos usar a todos los jugadores disponibles en

cada partido.

En el primer caso, la resistencia aeróbica será más importante, ya que

tenderán a jugar más minutos y difícilmente podrían aguantar con

toda la intensidad necesaria. En el segundo caso, podemos hacer más

incidencia en la resistencia anaeróbica, y hacer que los minutos que

jueguen los jugadores puedan hacerlo más intensamente. Cuando

estén fatigados, les daremos cambio. Insisto que esto solo es un

ejemplo.



Otro ejemplo podría ser cómo el formato de actuación de los

delanteros afecta a su preparación física: en función de si sólo

queremos que corran a por el balón y estén descansados para la

próxima aparición (preferencia de la velocidad y resistencia

anaeróbica aláctica) o si queremos que presionen constantemente la

salida del balón del adversario (alargando sus tiempos de esfuerzo y

llevándola hacia la resistencia anaeróbica láctica y aeróbica hacia

final del partido).

Independientemente de ello (y sobretodo en las categorías de formación) la

Preparación Física debe tener un programa básico que busque la formación

corporal necesaria, y diseñe el programa de puesta en forma (que veremos

en los siguientes capítulos). En este caso sólo hablaba de cómo el Modelo

de Juego va a mostrar la necesidad de un programa complementario (o unas

ligeras modificaciones) al pensar en el Programa General Anual.

MODELO DE JUEGO Y PREPARACION PSICOLOGICA

Al igual que en la preparación física, es posible que nuestro modelo de

juego precise de unas características especiales que deban poseer los

jugadores (agresividad/calma en diferentes momentos – dureza

mental/constancia en la presión – capacidad de tomar riesgos…).

La valoración que el entrenador haga en cada momento al definir su

modelo, debería indicarle (independientemente del programa básico que

tenga) algunos contenidos que potenciar en el aspecto psicológico.

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